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Liberarte_Vol_3_No_1_Septiembre_Diciembre_2008

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ISNN 1390-5309Credito: Cortesía de Jorge Molina/Frida Kahlo<strong>Vol</strong> 3, <strong>No</strong>. 1. (Sept/Dic <strong>2008</strong>)


• Introducción General / Este Número• Colaboradores de este número“Las alharacas mujeriles, esas no pueden intimidar jamás a varón prudente. ¡Triste del que se somete, aciegas, a tan caprichoso y voluble tribunal! . . . Una criada, ¿no fue la que hizo que San Pedro negara aJesucristo? Una ancilla. Esclava y esclava del Pontífice, ¿no sería gente devota?. . .”Federico González Suárez,Defensa de mi criterio histórico.


LibertinajeCrédito: Martina LeónAmar, Procrear, Trascender El papel social de las mujeres y el control de susexualidad Angélica Ordóñez Charpentier editora invitadaEl derecho al aborto en Ecuador Michelle WagnerLa vida de las mujeres María Cuvi¿Por qué se penaliza el aborto? Angélica Ordóñez Charpentier“Una sociedad que no puede distinguir el vicio de la tragedia purificadora”: La literaturaecuatoriana del infanticidio y del aborto. Alvaro AlemánPara mentirme menos Beatriz LeónSor Juana Inés de la Cruz y su Respuesta Clary Loisel


Radicales Libres“El Rincón del Relato es radical enrola al rapaz en un rito y le reencaucha el respeto”Introducción Alvaro Alemán¿Puede explicar esto? Andrew QuitmeyerIdeas para una defensa aprensiva de que lo que se dice vale lo mismo que verllover Antonio Villarruel OviedoVideos


Introducción GeneralAlvaro Alemán


LiberArte lanza su quinto número con un segmento—Libertinaje—dedicado al creciente debatesobre el control de la sexualidad femenina y la participación social de la mujer. El Ecuador vivió unintenso proceso político en el <strong>2008</strong> en torno de la elaboración y luego la aprobación de un nuevodocumento Constitucional. La socialización de los debates y discusiones que se hicieron públicosdurante meses en torno de los más variados temas tomó distintos caminos. Los medios masivos decomunicación, por su parte, adoptaron una estrategia decisiva al momento de divulgar losresultados (en proceso) de la Asamblea Constituyente: estructurar la torrente informativa en tornode la temática más polémica y polar a su alcance: el aborto. Durante meses, los serviciosinformativos del país convirtieron los espacios noticiosos en foros para la presentación yconsolidación de posturas conservadoras, religiosas y hostiles a la complejidad argumentativa. Enla práctica, aunque de manera casi exclusivamente intolerante, el control de la sexualidad seconvirtió en la temática de preferencia de los mass media y los cuerpos de hombres y mujeres seconvirtieron, brevemente, en territorios en disputa para aquellos que María Cuvi, en este número,podría llamar el último bastión del patriarcado.El hecho es que la sociedad ecuatoriana, por primera vez en su historia, puso sobre la palestrapública una realidad--a la vez oculta y lacerante—la del aborto, que manifiesta, como figura, másinfluencia y vitalidad en la vida cultural de nuestro país que cualquier otra. El aborto captura laimaginación y a la vez, horroriza, su inmenso atractivo radica en una casi ilimitada capacidad deunir lo mundano con lo transcendental, la ética con la política, la libertad con la obligación, lamasculinidad con la feminidad, lo público con lo privado. Y lo local con lo internacional. Lynn M.Morgan, por ejemplo[i], señala que los debates sobre el aborto en el Ecuador, sobre todo a partirde la introducción de tecnologías de visualización del embarazo (ultrasonido, desde 1996), juntocon la introducción de una agenda pro-vida financiada en parte por instituciones estadounidenses,progresivamente adoptan un marco retórico—los derechos del feto—que abandona la ambigüedady tolerancia ante la complejidad ética del aborto que acompaña el pensamiento ecuatoriano hastahace poco para remplazarlo por un discurso moral absolutista.Para Morgan, la sociedad ecuatoriana—en contraste con la estadounidense—―tolera un rangomucho más amplio de inseguridades, ambigüedades e inconsistencias cándidas con relación a losfetos e infantes en tanto forman parte de las prácticas sociales de personería incipiente‖. El hechoes que ante la complejidad del dilema no existe claridad ni un consenso cultural y en su lugar,Morgan encuentra un vasto repertorio de interpretaciones y estrategias, movilizadas a partir deideologías religiosas, populares, cívicas, legales y médicas para manejar el asunto de abortos,pérdidas espontáneas, fetos enfermos y recién nacidos.El presente número de Libertinaje presume desplegar esa ambigüedad productiva, aproximarse,como es su costumbre, desde un marco disciplinario diverso, a un escenario pletórico designificados y deseos. El tema monográfico (Libertinaje) excede el ámbito específico del aborto,aunque acude a él con frecuencia, aparecen así textos que piensan el control de la sexualidad


desde la jurisprudencia, la sociología, la literatura y la medicina. Los métodos y discursos varían,aunque resulta interesante anotar el valor especial que los aportes otorgan al testimonio personal,a la anécdota y la historia de vida. Los textos que forman parte de este número asumen así unacondición participativa en los debates y se resisten a constituirse en documentos con clarasaspiraciones de ―objetividad‖. Esto no es decir que los textos se abandonan a un relativismoimpenitente sino al contrario, que asumen plenamente la necesidad de constituirse en posturas. Eneste movimiento, la conciencia plena de la existencia de miles de hombres y mujeres que padecenlos debates ―teóricos‖, informa plenamente nuestros discursos.LiberArte se constituye como un espacio de reflexión que nunca se aleja en demasía del problemasobre la educación, nuestras contribuciones, directa o indirectamente preguntan sobre laposibilidad de una educación que incorpore la complejidad y el sufrimiento humano como parte desu agenda. En ese espíritu, el presente número pliega a una de las estrategias educativas másvenerables: no la presentación de respuestas definitivas sino la generación de preguntas queinicien la búsqueda de conocimiento(s) y que promuevan una actitud de alerta y de escuchacuidadosa ante lo sorprendente.[i] ―Ambiguities Lost: Fashioning the Fetus into a Child in Ecuador and the United States‖ en:SmallWars: The Cultural Politics of Childhood, University of California Press: Los Angeles, 1998.


Colaboradores de este númeroAlvaro Alemán.(Montevideo 1963) Ph.D. en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Florida. Críticoecuatoriano, editor general de LiberArte y profesor y director del área de literatura en la UniversidadSan Francisco de Quito.Michelle WagnerEstadounidense. Estudiante de intercambio en la USFQ. Es activista en la lucha contra el abusosexual. Ha realizado trabajo voluntario en la Maternidad Isidro Ayora de Quito, con adolescentesembarazadas. Es su primera contribución con <strong>Liberarte</strong>. mdw9r@virginia.eduAngélica OrdóñezQuiteña. Magister y estudios de Doctorado en Ciencias Sociales. Es docente de la USFQ en lasramas de Antropología y Sociología. Es feminista. Contribuye por primera vez con <strong>Liberarte</strong>.angelicao@usfq.edu.ecMaría Cuvi Sánchez(Quito, 1946) socióloga con posgrados en literatura y edición. Trabaja como investigadoraindependiente en el campo de los estudios de género y como editora; también dicta cursos yconferencias en universidades y escribe ensayos. marcuvi@uio.satnet.netAndrew QuitmeyerIngeniero en medios, ex estudiante de la Universidad de Illinois en Urbana, fundador y directordelStorytelling Studio, Rincón del Relato y del Estudio Narrativo Chino, aprendiz de mago, educador.Andrew se encuentra en Yantian, en la provincia de Shenzhen, China, terminando una pasantía enuna escuela de lengua y desarrollando proyectos de desarrollo de destrezas mediáticas paraniñ@s. Andrew ha dirigido varios proyectos, entre ellos un documental y un video de rap, ambos sepueden encontrar en youtube enhttp://es.youtube.com/watch?v=MXrCfPo0I_Ihttp://es.youtube.com/watch?v=umqJraViQTQ&feature=relatedSu correo electrónico es andrew.quitmeyer@gmail.comAntonio Villarruel Oviedo(1983) narrador y ensayista, investigador de Flacso y profesor universitario. Ha publicado endiversos medios locales. Actualmente prepara su ensayo sobre Walter Benjamin y la memoria en laliteratura, así como su primer libro de relatos.


Martina LeónEcuatoriana. Fotógrafa independiente y profesora de fotografía desde 1996. Ha exhibido sus fotosindividual y colectivamente en Quito y ha hecho talleres de fotografía en Ecuador y México. Harealizado fotografía documental para distintas ONG´s como Unicef, Fundecol, Cedhu. Miembro delcolectivo de fotografía documental La imagen cuenta. Socia de OJOzurdo Estudio Fotográfico.Actualmente está trabajando en un proyecto sobre el vacío en la clase media quiteña.Estudiante de cuarto año de Artes Contemporáneas de la USFQ.brocoli444@hotmail.comwww.laimagencuenta.blogspot.comBeatríz LeónMédica, Pediatra e Inmunológa. Profesora en la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad SanFrancisco de Quitobeatrizl@usfq.edu.ecClary LoiselClary Loisel recibió su doctorado de la Universidad de Florida en 1996. Es profesor de Español y de LiteraturaHispanoamericana en la Universidad de Montana en Missoula desde 1997. Esta es su primera contribución aLiberArte. clary.loisel@mso.umt.edu


Amar, Procrear, TrascenderEl papel social de las mujeres y el control de su sexualidadAngélica Ordóñez CharpentierPara este número de <strong>Liberarte</strong>, hemos pensado juntarvarias inquietudes coyunturales con un tema derelevancia permanente: El rol de la mujer comoreproductora (social y biológica) de la sociedad, y elvínculo de este rol con el control de su sexualidad porparte de diversas instituciones.En el último proceso electoral, gran parte de ladiscusión mediática giró en torno a la familia, (tipos defamilia), la sexualidad (diversidad sexual), la mujer ysus derechos sexuales (específicamente acerca delaborto). Continuamente los medios, respaldados deinstituciones como la Iglesia, hacían referencia a lacorrupción social que promoverían ciertos cambiosconstitucionales. Concretamente, se hacía alusión auna constitución abortista, con tipos de familiaabyectos, con la promoción de una sexualidad ambiguay promiscua.Más allá de discutir la acción desinformativa y elsensacionalismo de este tipo de declaraciones, estenúmero de <strong>Liberarte</strong> pretende enmarcar estasdiscusiones desde el ámbito de las Artes Liberales. Laspreguntas centrales, entre otras, serían:¿Cuál es el proceso interno que sufren las mujeres que deciden abortar en el Ecuador?;¿Cuáles son las bases, prácticas y vigencia de la familia patriarcal en Quito, respecto a laidea de la mujer como procreadora?¿Cómo ha visto la literatura ecuatoriana el tema del aborto?;¿Cuál es la relación entre una adolescente embarazada en el Ecuador y la penalización delaborto?;¿Qué está en juego cuando existe la prohibición del aborto en nuestra sociedad?;


El ensayo ―Para mentirme menos‖, de Beatriz León, abre la discusión acerca del aborto y susimplicaciones para la salud pública. A través del recuento de la historia de tres mujeres distintas enel año de la constituyente, surge una ineludible reflexión sobre la forma de aprender sobresexualidad en Quito y las consecuencias del abandono e improvisación en la educación de todas.El ensayo recorre el espectro de circunstancias que marcan las decisiones de tres mujeres,mientras el discurso político se vuelve cada día menos terrenal y moralista. La vida de cada mujerenfrentada con el dilema de un embarazo imposible aterriza descorazonadamente en los pocosque escuchan y ofrecen ayuda en su desesperación. El texto expone descarnadamente ladisyuntiva ante la cual se ven enfrentadas todas: la pobreza, la desesperanza, la pérdida de la fe,la violencia y hasta la mala suerte, en medio de una búsqueda de paz en la complejidad de susvidas y decisiones.Siguiendo con las historias de vida, el texto ―La vida de las mujeres‖ de María Cuvi muestra laexperiencia de mujeres de familias aristocráticas quiteñas, nacidas en la primera treintena del sigloXX. A través de una metáfora paralela entre los saberes culinarios y el placer narrativo, Cuvi vahilvanando la historia personal femenina de sus entrevistadas con las estructuras de una instituciónsocial aún presente: la familia patriarcal. Cuvi sugiere el espacio familiar como aquel donde seorganiza la vivencia, la sexualidad y la procreación. Es en el espacio doméstico donde se negociany construyen las relaciones entre padres, madres, hijos e hijas. Es el lugar donde se vanmoldeando hábitos y costumbres. El patriarca, el jefe de familia, ejercita su poder sin vigilancia ysin censura. La madre y esposa, satisface las necesidades domésticas, sexuales y afectivas deljefe de hogar. El artículo nos deja con una gran incógnita: en vista de los resultados del últimoproceso electoral, en el que las mujeres votaron mayoritariamente en contra de la nuevaconstitución, ¿se podría hablar de un declive o de una persistencia de la familia patriarcal? Cuviconcluye: los logros de las mujeres en cuanto a su liberación efectiva y mayor alcance respecto aderechos, no están garantizados en una sociedad donde prevalece el miedo y la mala memoria.Desde el análisis de la ficción, el ensayo ―Sangre en las Manos: la literatura ecuatoriana del aborto‖de Álvaro Alemán, explora el ―engendro‖ discursivo producto de los esfuerzos de la literaturaecuatoriana por abordar la temática del aborto. La literatura ecuatoriana del aborto se constituyecomo un aborto literario ecuatoriano. En efecto, el aborto como temática captura a la perfección laestética del cubismo, y consiste en la exteriorización (novelada, dramatizada) de la intimidad, en laconceptualización tridimensional de una realidad, tanto pública como privada, capaz de poner enriesgo la integridad misma de la literatura como discurso y la ―solidez‖ jurídica de la prohibición delaborto. La ―monstruosidad‖ de este producto escolta a textos importantes que se extienden desdeel propio Federico González Suárez, pasando por Humberto Salvador y César Dávila Andrade,hasta la máxima expresión de la temática: la novela Sangre en las Manos de Laura Pérez de OleasZambrano, publicada en 1959.


El derecho al aborto en EcuadorMichelle WagnerLlegué al Ecuador sin pensar en lo que iba aencontrar. Por eso, me chocó cuando después dealgunas semanas aquí, empecé a trabajar en lasala para adolescentes embarazadas de lamaternidad pública en el centro histórico. Cuandoentré por primera vez al hospital, no se parecía aningún hospital que había visto antes. Lasparedes se desmoronaban y algunas baldosas noestaban en el piso; no olía ni a los antisépticos nia la esterilidad que caracterizan los hospitales delos Estados Unidos, sino a vómito de bebés y asudor de gente hacinada en un lugar pequeño. <strong>No</strong>había una sala de espera con sofás que haganjuego con los colores de las paredes sino unpasillo largo en el cual niñas embarazadas,madres jóvenes-- y sus hijos—llorando sin cesar,estaban sentados en los pocos asientos deplástico existentes, en el piso mismo, o paradosbloqueando el acceso a la estación de enfermeríaen donde yo iba a trabajar.las citas a mano en dos cuadernos.En la entrada a la oficina no había un escritoriocon una recepcionista sentada atrás de unacomputadora para hacer citas sino una cola largay una ventana en donde una licenciada escribíaCuando entré por primera vez, la licenciada me informó que mi trabajo consistía en hacer lasentrevistas para las nuevas pacientes. Al principio, era un relajo. En primer lugar, no conocía laspalabras técnicas necesarias para ser eficiente. En segundo lugar, los acentos de algunas de laschicas eran tan difíciles de entender para una extranjera que me costaba un enorme esfuerzoentender lo que estaban diciendo. Justo por estar concentrada en mis intentos de encontrar sentidoa sus palabras, yo era como una máquina que escribía sin reaccionar lo que me decían las chicas.Creo que fue por eso que, cuando entrevisté a una niña de catorce años y ella me dijo que estabaembarazada como resultado de una violación en grupo (por cinco hombres), no pude expresar enmi rostro el horror que sentía, ni ofrecer palabras de consuelo. Ella me dijo, ―<strong>No</strong> quiero tener este


ebé.‖ Añadió que había tomado pastillas para úlcera con el fin de abortar a su bebé. Después detomarlas, dejó de percibir los movimientos de su bebé dentro de ella. Ahora, estaba preocupadapuesto que no sangraba ni veía indicaciones del aborto.La chica empezó a hacerme preguntas sobre su embarazo y a darme detalles de los cambios quehabía experimentado desde que intentó a abortar para ver si yo podía decirle si su bebé seguíavivo. --―Tengo miedo porque no había mucha sangre. <strong>No</strong> creo que falleció el bebé.‖ Lo único quepude decirle era --―Yo no puedo decirle nada a usted porque yo no soy doctora, pero cuando entreen la oficina del doctor, él le dirá.‖ --―Pero si mi bebe siguiera viviendo, yo no lo querría.‖ Ella teníamiedo de que su bebé todavía estaba vivo, y que, de ser así, que ella le había hecho un dañoirreparable.Quería decirle, ―Hay muchos lugares en que puedes abortar seguramente, por favor, hazlo, nodebes ser forzada a tener este hijo como resulta de una experiencia tan mala como la que viviste.<strong>No</strong> debes tener un recuerdo por el resto de tu vida de una experiencia en la que toda tu dignidad,toda tu fuerza, todo tu derecho de tomar decisiones, toda tus opciones, fueron arrancadas de ti deforma violenta. <strong>No</strong> debes vivir con este peso, no debes mirar a esta criatura en la cara cadamañana cuando te despiertes y darle las buenas noches antes de dormir.‖Pero no pude. Le dije, ―Según la ley, en Ecuador no se puede abortar, y como este hospital espúblico, no se aborta aquí. El doctor puede hablar con usted de otras opciones si no quiere cuidarde su bebé después de que nazca.‖Ella salió de la oficina. Yo no podía respirar. La siguiente chica entró en seguida, y por poco meatraganté con sollozos en mi garganta al preguntarle su dirección. Me torturaba la idea de tener unser humano en mi vientre sin saber si estaba muerto o vivo, vivir con la idea que había intentado amatar a algo dentro de mí, y que además, si naciera vivo, que tendría un hijo que quise matar. <strong>No</strong>me di cuenta hasta después de esta experiencia de la magnitud de lo que me esta joven me habíadicho. Asumí la conducta de una máquina, caminé a mi casa sin ver mis alrededores, entré en micasa agotada y desilusionada, quería llorar pero estaba tan frustrada conmigo misma por no haceralgo para ayudar, por no ser capaz de hacer más de lo que hice, por mi castellano que no meservía en situaciones delicadas, por la carencia de esperanza que experimentaban lasadolescentes en el hospital, que me entregué al abandono. Mi único recurso era repetir ―Lo siento,lo siento mucho‖: mi pobre manejo del castellano fue en parte responsable de mi incapacidad deexpresar una calidad más elevada de compasión.Pensé en mi país, en donde una chica violada puede irse a una agencia especializada comoPlanned Parenthood u otro lugar parecido y pedir un aborto , en donde no es necesario hacer algoilegal y peligroso para quitarse el fruto de una experiencia dolorosa que niega el derecho másíntimo que de una persona. Nunca había pensado mucho en este tema antes, aunque en miexperiencia universitaria en los EEUU había tenido debates largos (y abstractos) sobre el derecho


al aborto en mi país. Cada votación, distintos grupos de mi país ponderan el asunto, pero para mi,antes de hablar con esta chica, nunca se me había presentado la urgencia , ni la impotencia, deque alguien no pudiera escoger abortar. Por primera vez me di cuenta de que el hecho de que elaborto exista como opción es algo que da mucho poder a una mujer sobre su propio cuerpo,especialmente en casos en que el acto sexual no fue consensual.Es difícil encontrar datos fidedignos sobre la violación en Ecuador puesto que, como en todaspartes, muchas veces, no se denuncia ante las autoridades. El estigma contra la violación haceque muchas víctimas se queden calladas; es difícil probar el delito y, cuando las mujeres sedeciden a hablar, con frecuencia son acusadas de mentirosas. En las (relativamente) pocas horasque trabajé en el hospital, hubo incontables ocasiones en las cuales, al realizar la preguntaobligatoria: ―¿Este embarazo fue planeado?‖ recibí como respuesta : ―Lo que pasó es que fuiviolada.‖De la misma manera en que los datos sobre la violación son poco confiables, los datos sobre elaborto tampoco son totalmente fiables; sin embargo, el índice del aborto reportado en Ecuador dauna idea del alcance de la práctica en este país. El índice del aborto en América Latina esestimado en 37 por cada 1000 mujeres, el más alto de todo el mundo con la excepción de EuropaOriental. Se estima que 4 millones de abortos ocurren cada año en América Latina, y tantas como5000 mujeres mueren anualmente a causa de complicaciones de los abortos. En Ecuador, lascifras de aborto dependen mucho de la fuente, pero parecen ser similares a los números deAmérica Latina en general. Las cifras oscilan entre 31 y 39 por cada 1000 mujeres. En los EstadosUnidos, el número de abortos por cada 1000 mujeres es de 20. En América Latina, el aborto esilegal en todos los países excepto Cuba y su incidencia es casi el doble que en Estados Unidos, endonde el aborto es legal y seguro. Además, la existencia de más abortos en Ecuador indica que lalegalización del aborto en los Estados Unidos no lo promueve, y la prohibición del aborto en elEcuador, no previene a las mujeres de hacerlo.Según la nueva Constitución del Ecuador, el estado garantiza ―el derecho a tomar decisioneslibres, responsables, e informadas sobre su salud y vida reproductiva y a decidir cuándo y cuántashijas e hijos tener.‖ El derecho de decidir cuántos hijas e hijos quiere tener una persona es negadoen el caso de violación: el acto mismo no es elegido por la madre sino forzado en ella por otrapersona. Ella pierde el control y la responsabilidad sobre su salud y vida reproductiva en este caso.Además, la constitución garantiza ―el derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias yresponsables sobre su sexualidad, su vida y orientación sexual. El estado promoverá el acceso alos medios necesarios para que estas decisiones se den en condiciones seguras.‖ La libertad de ladecisión sobre la vida reproductiva es arrebatada de alguien que es violada; no es una ―decisiónlibre…sobre su salud y vida reproductiva.‖ Así como en el artículo antedicho, este artículo enfatizala libertad de las decisiones sexuales y menciona explícitamente que las decisiones sexuales nodeben ser forzadas sino voluntarias. Enfatiza que estas decisiones deben tomarse en condiciones


seguras. Huelga decir que la violación no es una condición segura en que una mujer puede tomardecisiones sobre su sexualidad.Aunque hay muchos hechos que me indican que el aborto, por lo menos en casos de violación,debe ser permitido aquí en Ecuador, tengo temor de imponer mi punto de vista de que debe existircomo opción en un país que todavía no conozco bien. Sin embargo, si yo estuviera embarazada acausa de ser violada en cualquier lugar del mundo, no querría dar a luz al hijo de mi violador ytomaría cualquier paso para evitar la posibilidad de tener su bebé. Ser violada es algo muy difícil desuperar, incluso sin el peso de un embarazo no deseado por medio. Ya que es la responsabilidaddel estado castigar al violador según la ley, el estado debe ser responsable de asegurar que elproceso de recuperación de la víctima se maneje de la mejor manera posible. Si esto incluyeproveer la pastilla del día después a mujeres violadas y permitir el aborto en casos de violación,debe hacerlo.La culpabilidad de una violación no debe recaer en la mujer violada; por lo tanto, seguir con el embarazodespués del acto más terrible que existe en el mundo, criar a un hijo que, además de requerir las atencionesde cualquier hijo (incluida la intolerancia que existe contra las madres solteras), sería un recuerdo constantede su violación, en suma, obligar a la madre a este destino, no parece justo. Si interrumpir el embarazo,de manera informada, es el sendero que la mujer quiere escoger, ella debería tener la posibilidad dedecidirlo.


La vida de las mujeresMaría Cuvi S.marcuvi@uio.satnet.netAgradezco a Pilar Troya Fernández, joven feminista, porque sus comentarios ayudaron a precisaralgunas ideas pensando en las mujeres de su generación y no solo de la mía.


Hace poco la política entró de golpe en la alcoba, la invadió intempestiva, estrepitosamenteponiendo en peligro ciertos derechos ya conquistados por las mujeres, esos que resguardannuestras vidas, el cuidado de nuestros cuerpos y nuestras libertades sexuales. El aborto estuvo enel centro del debate entre la cúpula de la iglesia oficial católica y el movimiento de mujeres.Presidida por Monseñor Arregui, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, miembroactivo del Opus Dei y Arzobispo de Guayaquil, esa cúpula conformada por hombres célibesdefendió ―el derecho a la vida desde la concepción sin excepciones‖, con lo cual se sentenciaba amuerte a miles de mujeres. Esa facción de la iglesia católica, la más conservadora y elitista, seinvolucró de lleno en el proceso electoral; a través de campañas hechas desde el púlpito, enmedios de comunicación social e inclusive en la plaza pública, llamó a sus feligreses a votar por elno, es decir a reprobar la reforma constitucional propuesta por la Asamblea Constituyente deMontecristi, y que fue sometida a escrutinio popular en septiembre de <strong>2008</strong>. Dos lemas usados porlas feministas jóvenes durante el proceso electoral grafican el repudio de las mujeres a laingerencia de la iglesia: ―Saquen sus rosarios de nuestros ovarios‖ y ―En mi cuerpo mando yo.‖Los colectivos de mujeres organizadas en torno a sus derechos lograron, a través de unaconstante presencia y presión en Montecristi, que la nueva Carta Política del Ecuador recogieramuchos planteamientos que constan en la Agenda de las Mujeres, en cuya elaboración trabajaron,horas de horas durante meses, diversas organizaciones populares y no gubernamentales demujeres junto con el Consejo Nacional de las Mujeres (Conamu) y en la cual ―se plasman suspropuestas y visiones en torno a un Estado democrático, laico, incluyente, respetuoso de lasdiversidades y que garantiza la participación ciudadana y femenina de manera igualitaria yparitaria.‖ Así fue como la defensa de la vida de las mujeres y su libre elección sexual, que porcierto ya constan en la Constitución de 1998, han sido ratificadas y ampliadas.Varias cosas estuvieron en juego en esa disputa político-legal, entre ellas un modelo tradicional defamilia, es decir el modelo el patriarcal. Defendido por la iglesia católica oficial y la iglesiaevangélica, este modelo se cimienta en el control de la sexualidad de las mujeres. Consiste enobligarnos a que nuestros cuerpos sirvan únicamente de receptáculos para la reproducción de laespecie y a cualquier costo. En cambio, los tipos de familia que constan en la nueva Constituciónson más cercanos a nuestras prácticas, intereses y necesidades cotidianas; han sido elaborados apartir de nuestras experiencias y de nuestro derecho al placer. Entre otras cosas se reconoce loshogares monoparentales (generalmente encabezados por mujeres).<strong>No</strong> me sumo a las corrientes feministas, principalmente la liberal, que solo le apuestan al poder queejercen los cambios legales y materiales sobre las relaciones de género (aunque mucho ayudan,ciertamente). Adscribo a las corrientes feministas pos-estructuralistas y posmodernas,principalmente aquellas que se preocupan de los aspectos culturales y simbólicos. Tampoco suelovalerme de las cifras estadísticas para sostener mis argumentos; sí las aprovecho paraacompañarlos e ilustrarlos. Las de las últimas elecciones son inquietantes. De las 533.684


personas que votaron por el <strong>No</strong>, el 56,4% fueron mujeres. Asimismo, el porcentaje de mujeres quevotaron por el sí (61,74%) es menor que el de hombres (66,24%) y hubo un porcentaje altísimo devotos por el <strong>No</strong> en el área urbana del municipio de Sanborondón al que pertenecen las lujosasciudadelas donde residen algunas familias guayaquileñas de las elites.Esas cifras no permiten afirmar que todas las personas que votaron por el <strong>No</strong> hayan acogido elllamado de las iglesias católica y evangélica y de los grupos que se autodenominan ―pro-vida‖, perosí suponer que alguna relación existe. También plantear preguntas y, por qué no, asociarlos con eltema central de este artículo: la familia patriarcal. ¿Por qué en una coyuntura política como ladescrita, donde estuvieron en juego poderes que favorecían o perjudicaban a las mujeres, unsignificativo número de mujeres prefirieron respaldar las propuestas más sexistas y tradicionales yno las contenidas en la Agenda de las Mujeres? ¿Para qué mujeres trabajamos las feministas?Fugazmente pasaron por mi retina esas miradas suspicaces de algunas estudiantes jóvenes,cuando en ciertos espacios académicos me reconozco feminista. Recordé también una frase quede tanto en tanto leo en entrevistas hechas a jóvenes artistas e intelectuales ecuatorianas: Yo nosoy feminista, declaración cuyo sentido todavía no logro descifrar.Las experiencias de las mujeresMientras ese bullicio electoral congestionaba nuestras vidas cotidianas, me encontraba puliendoseis narraciones sobre la vida de Quito casa adentro contada por seis mujeres que nacieron enesta ciudad, entre 1913 y 1927, una investigación que me mantuvo ocupada durante 2007. Elegícomo narradoras a quiteñas con fama de buenas cocineras, para que el tema principal de lasconversaciones fuera la cocina. Y elegí este tema porque quería conversar sobre asuntos de losque ellas disfrutan cuando hablan, ya que los conocen y se sienten seguras. En efecto, estuvieronmuy cómodas y contentas mientras me contaban sobre sus inventos culinarios, sus recetas, susaccidentados experimentos.Venciendo el miedo al qué dirán y al ridículo ―que disuelve los prestigios a carcajadas,‖ porquetodas nacieron en el seno de familias conocidas de la capital, dejaron escapar algunos secretos dela vida casa adentro. Aflojando sus pudores, poco a poco, con mucho cuidado fueron abriéndonoslas puertas de un mundo escasamente explorado en los estudios sobre la historia de mujeres en elEcuador, o en las investigaciones hechas desde perspectivas feministas y de género, presumo queporque los estudios de la Mujer, los de género, los feministas, las políticas y la planificación degénero, así como el activismo se han concentrado en el mundo público. Mi intención al haberelegido el espacio privado, las familias conocidas y la vida cotidiana es justamente difractar ―unacierta forma de entender el fenómeno investigado,‖ difractar las formas conocidas y reconocidas deinterpretar las relaciones de género en el Ecuador, escapar de esa suerte de ―populismo‖ en el que


han sido atrapados los estudios de género, no solo en el Ecuador sino en la mayoría de países deAmérica Latina.Elegí la memoria como método para acercarme a las experiencias de esas mujeres, y a sus formasparticulares de sumisión y rebeldía ejercitadas en un lugar particular y en una época: Quito en elsiglo XX. En esas narraciones está recogida parte de la vida privada de un grupo social y de ungénero, material que ayudará a construir los rápidos cambios experimentados por tresgeneraciones de mujeres durante el siglo XX en esta ciudad. Las narraciones ilustran lasdiferencias y continuidades entre las experiencias de sus madres, las suyas y las de sus hijas,nacidas en la segunda mitad del siglo XX. Las narraciones rozan la textura del tiempo, su puedeoler el interior de esas casonas donde transcurrió su infancia, el de los tradicionales platos de lacocina quiteña. También palpar esa rígida separación entre lo público masculino y lo privadofemenino, propio de funcionamiento de las familias quiteñas hasta hace poco, cuando el modelopatriarcal reinaba sin sombras. Fue esa separación, en la que se sustenta dicho modelo, la que lesimpidió trabajar fuera de casa y recibir por ello una remuneración, como les habría gustado. Añoranno haber asistido a la universidad, no haber obtenido una profesión y haberla practicado, tal comosus padres, sus hermanos y sus maridos. Una habría querido ser médica, otra ingeniera, otrapintora; la que más lejos llegó, por haber vivido en el extranjero, se arrepiente de no haberterminado sus estudios universitarios en E.U.<strong>No</strong> estamos hablando de la prehistoria sino una época muy cercana a la nuestra, estamoshablando de la vida nuestras madres y abuelas, la que transcurrió en el Quito del siglo XX bajo unmodelo familiar que las sometió a la dependencia económica, intelectual y amorosa, que les nególa libertad para tomar sus propias decisiones.Lo que silencian esas narraciones es el tema de la sexualidad, terreno en el que ninguna entró;tampoco yo me animé a empujar esa puerta, la de la castidad y del deseo, tema vedado en esageneración de mujeres, porque como apunta Carlos Monsiváis ―¿Cómo decirle a alguien que nosea el confesor los sucesos de la alcoba (que es el estuche del alma)?‖. Dejé que la narracióncobrara su propio ritmo y dirección, que ellas trazaran el sendero sin presiones. Hablaron deacontecimientos de otra época, de los lugares de diversión, ocio y encuentros, de costumbresdesaparecidas, de viajes hacia otros lugares, de sus viajes interiores, de sus pesares ysufrimientos. Hablaron de sus madres y padres, de sus hermanas y hermanos, de sus amigas,vecinos, maridos, hijos, hijas, nietos, nietas y hasta bisnietos.Elegí solo a mujeres porque me interesa iluminar esos rincones propios, esos pequeños reinosdonde ha transcurrido la vida de muchas ecuatorianas hasta hace poco. Las elegí para que narrenlas relaciones de género dentro de la familia cuidando de que sus voces sobresalgan, de que eltejido de esas narraciones no fuera hilado solo con la vida de los otros (marido, hijos, hijas,hermanos, hermanas), para que las hebras no procedieran solo de los demás ni se extendieran


solo hacia ellos y ellas, como suele suceder entre mujeres demasiado acostumbradas a practicar elaltruismo.En las narraciones tramé esas experiencias con la mía buscando comprenderme, descubrir máselementos de mi propia condición, la de mujer, feminista, heterosexual, mestiza quiteña, eintelectual a principios del siglo XXI. Traté de conectarme con mi pasado, con mis raíces buscandohuellas que me conduzcan hacia otras facetas de nuestra misteriosa subjetividad, que de tanto entanto nos trampea. Compartimos lo que nos asemeja, lo que nos acerca por el hecho de habervivido en una misma ciudad, pertenecer a un mismo grupo social y haber sido socializadas bajo unmismo modelo de familia: nuestra condición de madres y abuelas, el amor por las plantas yanimales, por el tejido, el bordado y la costura, el gusto por la buena comida, los viajes, la vida enpareja, los parientes, la gente amiga y conocida.La experiencia es un concepto clave en los estudios de género y feministas, porque es aquello conlo que se construye la subjetividad, aquello que hace de alguien lo que es, dice Merleau Ponty. <strong>No</strong>es que exista, como sostuvieron, en los años setenta del siglo XXI, aquellas feministas queinauguraron la corriente denominada ginocrítica, una continuidad entre la experiencia y el texto,pues de hecho no hay una relación directa entre las palabras y las cosas. Más bien la experiencianarrada por una persona es, de por sí, una interpretación, a la vez que algo que debe serinterpretado. Tampoco es real, como lo hizo la ginocrítica, universalizar la experiencia de lasmujeres, asumir que somos idénticas por el hecho de ser mujeres. Resulta que las mujeres notenemos un pasado común que nos identifique a todas, porque nuestras experiencias estánmoldeadas por la clase social a la que pertenecemos, la generación, la etnia, el lugar, la raza, lareligión, la orientación sexual y algunas cosas más que a veces nos distancian más de lo quenuestro género nos acerca. Es en este territorio diverso donde nos construimos como sujetas.Me he valido del término ―conocidas‖ para ubicar socialmente a las familias de las narradoras. Conello quiero resaltar que sin formar parte de la aristocracia, llamada así porque sus apellidoscorresponden a los de los grandes propietarios de haciendas y plantaciones (sustentan suabolengo en la propiedad de la tierra), comparten sus estilos de vida. Es el consumo dedeterminados bienes materiales y culturales lo que las acerca a las familias de la aristocraciaquiteña blanco-mestiza, que desde principios del siglo XX adoptó una serie de patrones estéticos,culturales y materiales, europeos sobre todo, para distinguirse del resto de la población de laciudad marcando su propio estilo. Y es que el gusto, siguiendo a Bourdieu, no es algo innato,natural, sino una disposición adquirida que permite marcar diferencias mediante una operación dedistinción.Quien protege despoja


Me sumergí en la familia quiteña, no para homenajear sus concepciones y prácticas, como suelehacerse en algunas investigaciones históricas sobre la ciudad, sino para rastrear las huellas de lasubjetividad femenina en un espacio tradicional, regido por un modelo patriarcal, como el quepredominó tanto en las familias donde nacieron las narradoras, como en las que ellas formaron.Elegí la familia para poner al descubierto el funcionamiento de las relaciones de género en la vidacotidiana de la ciudad, desde el punto de vista de las mujeres que las experimentaron (nuestrasmadres y abuelas), porque esa institución social es la que organiza la convivencia, la sexualidad yla procreación, es el espacio donde aprendemos a construir nuestros afectos, valores, hábitos,costumbres, actitudes, etc. En la familia convergen nuestra biografía personal y la historia social deun lugar y de una época. Así, reflexionar sobre la experiencia de las mujeres dentro de familias tancercanas a las nuestras, significa reflexionar sobre una porción importante de nuestra experienciapersonal y de nuestra subjetividad.En la familia es donde se llevan a cabo las tareas de cuidado y protección, donde existe unaintimidad compartida, donde se establecen las responsabilidades que otras instituciones sociales,como la escuela, la iglesia y el Estado controlan y sancionan, sostiene la investigadora feministaargentina Elizabeth Jelin. Y agrega que la familia es también un lugar de consumo de los bienes yservicios que produce una sociedad, lo cual requiere que sus miembros inviertan trabajo y tiempoen comprarlos y consumirlos. Buena parte de las actividades domésticas corresponden a esastareas, que en sociedades como la ecuatoriana han estado, hasta hace poco, principalmente acargo de mujeres: las amas de casa y las empleadas domésticas. Dentro de la familia se negocian,disputan o imponen las relaciones entre marido y mujer, entre padre/hijos/hijas; entremadre/hijos/hijas; entre hermanos y hermanas y con el resto de la parentela que suele compartirese espacio.En las narraciones ellas rememoran, a través de costumbres, de anécdotas, de acontecimientos dela vida cotidiana, el lugar que hemos ocupado las mujeres, hasta hace poco, en los espaciospúblicos y privados de la ciudad. Al mismo tiempo ponen al descubierto el terso funcionamiento delpoder patriarcal, de esa autoridad ejercitada por el hombre, jefe del hogar y padre de familia, asícomo el deber de la esposa de atender las necesidades domésticas, sexuales y afectivas de sumarido. La familia patriarcal es el espacio en el cual el padre y jefe de familia ha podido ejercitar supoder sin vigilancia y con poca censura. Los primeros en desafiar la autoridad patriarcal entre laselites latinoamericanas, principalmente en ciudades como Buenos Aires, México, Río de Janeiro,Sao Paulo, Santiago de Chile fueron los hijos, adoptando estilos de vida diferentes, otras opcionesprofesionales, diferentes formas de consumo y de ejercicio de la sexualidad. La autonomía de lashijas y de las esposas es mucho más tardía y reciente; ha sido posible desde que las mujerescomenzaron a trabajar fuera de sus hogares, y desde que las feministas y mujeres organizadas entorno a un movimientos, cuestionamos, en toda América Latina, el trabajo doméstico gratuito; lastareas de crianza gratuitas; la organización social basada en la reproducción; la división entre lo


público y lo privado; la violencia contra las mujeres dentro de los hogares, todos estos pilares enlos que sustenta el modelo patriarcal de familia. También a demandar que nuestros derechos seanreconocidos en las leyes. Así, constituciones como la recientemente aprobada en el Ecuador dejansin piso a dicho modelo.Como dije al inicio, la información estadística sobre el comportamiento político-electoral de lasmujeres arroja señales tanto de la persistencia, como del cambio de ciertos valores asociados conla familia patriarcal. Ecuador, cierto es, cuenta con una Constitución en la que se recogen lasactuales prácticas, situaciones y experiencias de las mujeres, en la que se respetan y reconocenalgunos derechos sexuales y reproductivos. <strong>No</strong> obstante, a través del <strong>No</strong>, si bien minoritario,emergen valores sexistas que, me atrevo a suponer, se incuban en el seno de familias patriarcales,sin duda las más idóneas para alojar la propuesta de la iglesia católica oficial y la evangélica. Estasseñales me obligan a revisar lo que asumí con un exceso de optimismo, en julio de <strong>2008</strong>, cuandoconcluí el análisis sobre las familias patriarcales quiteñas, que enmarca las seisnarraciones. Entonces sostuve, siguiendo muy de cerca de Jelin, que ―ese modelo pertenece, cadavez más al pasado, desde que las mujeres comenzaron a soltarse de las amarras que lasmantenían firmemente sujetas al espacio privado y a la autoridad del padre de familia.‖ Sin duda lohice pensando en todos los cambios que, efectivamente, están ocurriendo dentro de la instituciónfamiliar. Ahora no es tan clara esa tajante división entre el hombre proveedor y lamujer/esposa/madre, ama de casa, ya que muchas son profesionales, trabajan fuera del hogar,aportan a la economía familiar y, en no pocos casos, son las jefas de hogares monoparentales. Losjóvenes reclaman cada vez más su derecho a la paternidad, el matrimonio heterosexual ymonogámico está perdiendo terreno, la procreación y cuidado de hijos e hijas no ocurren siemprebajo el mismo techo (madres solteras, parejas separadas, padres y madres migrantes, etc.).<strong>No</strong> obstante, una de las principales lecciones que deja el último proceso electoral es que no todo loganado por las mujeres está asegurado. Dos instituciones sociales, la iglesia y la familia, ambasatravesadas por valores patriarcales, todavía siguen ejerciendo su poder sobre ciertas minorías, unpoder orientado a controlar la sexualidad y a preservar la sumisión de las mujeres. El miedo, eldesconocimiento y la mala memoria son sus mejores aliados.Quito, 26 de noviembre, <strong>2008</strong>Sobre la muerte de mujeres escribí un breve artículo que apareció en El Telégrafo (Guayaquil,mayo 15, <strong>2008</strong>, p.10), diario que dedicó su sección Opinión y Debate al tema del aborto.


(Revista electrónica María María de septiembre, <strong>2008</strong>(www.unifemandina.org/un_archives/mm11editorial.pdf), visitada el 12 de noviembre, <strong>2008</strong>.He recuperado esta hermosa imagen usada por Carlos Monsiváis para ilustrar los pudores de lagente latinoamericana de la primera mitad del siglo XX, época a la que ellas pertenecen. CarlosMonsiváis. 2000. Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina. Barcelona: Anagrama, p. 238.Marcel Balasch et at. 2005. Investigación Crítica: Desafíos y Posibilidades. Athenea Digital no. 8,p.136. Visitada en marzo de <strong>2008</strong>.Monsiváis, op.cit.Eduardo Kingman. 2006. La ciudad y los otros. Quito 1860-1940.Quito: Flacso Sede Ecuador,Universidad Rovira e Virgili.Pierre Bourdieu. 2000. La distinción. Criterios y bases sociales del gusto. 2da edición. Madrid: Taurus.Elizabeth Jelin. 2006. Pan y afectos. La transformación de las familias. 3ra. reimpresión. Buenos Aires:Fondo de Cultura Económica de Argentina.Sostiene Jelin (p. 26) que ―En el modelo de la familia patriarcal, el principio básico de organizacióninterna es jerárquico… Los hijos se hallan subordinados a su padre, y la mujer a su marido, a quienotorgan respeto y obediencia…Y que el presente y el futuro de los hijos e hijas –su educación y sustareas cotidianas, la amplitud de su espacio de movimiento, el disciplinamiento y sus opcionesfuturas- están, en última instancia, en manos del padre‖.María Cuvi Sánchez. <strong>2008</strong>. Voces narrativas en construcción. Feminismos y literatura. Tesis deMaestría. Quito: Pontificia Universidad Católica del Ecuador.


¿Por qué se penaliza el aborto?Angélica Ordóñez Charpentier


Los cambios surgidos con la nueva constitución respecto a las mujeres, están ligados a hacerrealidad un estado laico, que garantice y promueva la progresividad de los derechos humanos.Dentro de la nueva constitución, se han reformulado y añadido varios artículos en todos losámbitos del derecho.Sin embargo, durante la época de campaña electoral para la aprobación del referéndum se hizoénfasis en el tema del aborto como el tema fundamental dentro de los ―valores morales‖ de losecuatorianos. Se especuló acerca de este tema, causando confusiones, en ocasiones de maneramal intencionada. Se dijo que la constitución era ―abortista‖.En la Constitución aprobada en el referéndum, capítulo 6, Derechos de libertad, artículo 66,numeral 9, se establece que:―Se reconoce y se garantizará a las personas:El derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias y responsables sobre su sexualidad,y su vida y orientación sexual. El Estado promoverá el acceso a los medios necesarios para queestas decisiones se den en condiciones seguras‖En el numeral 10 se añade acerca de: ―El derecho a tomar decisiones libres, responsables einformadas sobre su salud y vida reproductiva y a decidir cuándo y cuántas hijas e hijos tener‖.La pregunta que surge inmediatamente, es: ¿por qué el tema del aborto puede suscitar en lasociedad ecuatoriana un debate tan apasionado? ¿Por qué este tema fue idóneo para polarizaropiniones y generar dudas acerca de la validez de todo el texto constitucional?En este artículo, propongo que pensemos la penalización del aborto, desde la sociología delderecho, es decir, desde el análisis del contexto ideológico que promovió y promueve la existenciade estas leyes.En síntesis, sostengo que estas leyes imponen y defienden un modelo de feminidad ligadoabsolutamente a la maternidad y que ha derivado en múltiples formas de discriminación hacia lasmujeres.Desde el comienzo del siglo XIX, cuando aparentemente habían desaparecido las diferenciasligadas al sexo en las distintas legislaciones, resurge la idea de una desviación femenina, quegeneraría una legislación especial para las mujeres. La razón argumentada por los juristas, erafisiológica: la médula espinal es más débil y delicada; por tanto, la naturaleza y sus llamados seimponen en las mujeres. Como consecuencia, la imputación del delito debía ser menor.


Dentro de las teorizaciones de la escuela positiva del derecho penal (s. XIX) respecto al estatus delas mujeres, se enfocaron dos aspectos: 1) El control de la esfera de la sexualidad femenina en ladefinición y construcción de los delitos de adulterio, aborto, estupro, seducción o infanticidio; 2) Lanecesidad de colocar un límite al castigo penal inflingido al cuerpo femenino (Graziosi 2000: 138).Mientras existía una igualdad frente a la ley promovida por las primeras declaraciones de derechos,la doctrina penal evocó al antiguo principio de infirmitas sexus para justificar la desigualdad de lossexos y sus consecuencias prácticas. La escuela positiva del derecho penal partía de asumir lainferioridad de la mujer, catalogada como infirmitas sexus (la perpetua minusvalía de las mujeres),conectada directamente con su biología y fisiología. Es decir, se cuestionaba las consecuenciasemocionales que generaban las diferencias fisiológicas, al tiempo que se analizaba la influencia dela biología en la capacidad de raciocinio de las mujeres (Ídem: 139-140).Se preguntaban: ¿Son las mujeres iguales a los hombres en su capacidad de delinquir? ¿O sonmás bien parecidas a los niños, viejos o locos? Asumiendo la mayor sensibilidad y complejidad delánimo femenino ¿son las mujeres delincuentes menos culpables? ¿Qué tipo de delitos son ―típicos‖del sexo femenino? (Ídem: 140)Para algunos juristas, debía existir una igualdad jurídica entre hombres y mujeres. Esto significabamantener las diferencias de sexos en el plano civil, como universalmente justas. Otros juristasargumentaban que las mujeres tenían una imputabilidad menor. Esta idea derivaba en el controlsobre las acciones de las mujeres (prohibición para ocupar cargos públicos, de ser jueces, deasumir tutelas -pues ellas debían ser objeto de tutelaje, de ejercer la abogacía, de denunciar oacusar por algunos tipos de delitos). Una postura intermedia proponía una atenuación de las penaspara las mujeres (Graziosi 2000: 140).El argumento de la escasa racionalidad de las mujeres, sustentado en el paradigma jurídico ycientífico positivista- va a incidir en la construcción de un modelo determinado de mujer. Ante estemodelo será necesario adaptarse para ser considerada normal, o de lo contrario, apartarse seríaun signo patológico.Dentro de ese modelo de lo femenino del siglo XIX se atribuye a las mujeres un perenneprimitivismo. Las mujeres, se supondría, vivían en un mundo inmutable, marcado por eventosnaturales idénticos, ajenos a los cambios históricos. En contraste, se encuentran los hombresliderando el progreso, abriendo vías hacia la modernidad. Lo femenino se encontraría, entonces,anclado en el pasado, fuera de lo ―moderno‖, siempre ligadas a lo biológico (Graziosi 2000: 141).La fundamentación ―científica‖ explica que las mujeres gastan gran parte de su energía (incluida lafuerza intelectual y la racionalidad) en los procesos de sus órganos de maternidad. Las mujeresque no son madres también tienen una disminución, ya que si los órganos de reproducciónpermanecen inactivos, se producen ―estancamientos‖ que pueden repercutir sobre la capacidad deraciocinio de las mujeres (Graziosi 2000: 141-2).


De ahí que, ―el modelo de feminidad que se supone normal según la teoría penal, exige que lasmujeres se conformen, antes que nada a un modelo maternal: en realidad, la mujer es madre antesde todo, y en la maternidad se expresa y se realiza gran parte del destino femenino‖ (Graziosi2000:141).Vemos así que el ámbito asignado a las mujeres es el privado, el espacio reproductivo. El espaciomasculino es el público, el espacio productivo. Esta noción básica de los diferentes roles de géneroy de la división del trabajo, ha moldeado las nociones de feminidad y de masculinidad en lasociedad. Y estas mismas nociones han marcado a las ciencias sociales, como es la criminología.El sistema penal actúa en el esfera pública, como mecanismo complementario con otros sistemasde la misma esfera, como educación, política o economía. Mientras que unas esferas normalizanen el ámbito laboral, profesional, educativo, el sistema penal tratará de encauzar uncomportamiento desviado. Es un sistema de control formal, en la mayor parte de casos, dirigido alos varones . (Baratta 2000: 61).La cárcel para las mujeres integraría el control formal e informal de la población femenina.Constituye un ―sistema de control …, específicamente dirigido a las mujeres, en cuanto poseedorasde roles en el ámbito (privado) de la reproducción natural‖. La detención era menos frecuente queen el caso de los hombres y, de todas formas, la justicia criminal tenía en mente limitar suinterferencia sobre el rol conferido a las mujeres en la esfera de la reproducción. Las cárceles noeducan a las mujeres para una vida autónoma, sino que las reducen a esposas y trabajadorasfieles. Se utiliza la prisión para mujeres con el fin de reproducir papeles femeninos socialmenteconstruidos (Baratta 2000: 61; 64).Lo que el sistema penal castiga, juzga o busca reestablecer en el caso de las mujeres es: lacapacidad de reproducción (su comportamiento acorde con el matrimonio y la maternidad), sudependencia del sustento que provee el marido y, por último, un acceso limitado a los órganos decontrol social (ellas deben subordinarse más al patriarca privado que al Estado, pues es el primeroquien ejerce el dominio particular de varones sobre mujeres) (Baratta 2000: 64).Mientras que en ciertos delitos, como el robo, las mujeres encuentran inmunidad o benevolencia enel ámbito penal, en el caso en que las infracciones se producen en el contexto de vida diferente delque se impone a los papeles femeninos (no tienen una familia tradicional, o las abandonaron, o suconducta sexual es distinta a la establecida), las mujeres son tratadas con mayor severidad que losvarones (Baratta 2000: 65).El Código Penal tiende a calificar como objeto de tutela penal a la mujer ―honesta‖, término que noes usado cuando se trata de delitos comunes, (aquellos que pueden ser cometidos por personas


de cualquier sexo). La honestidad se define como el mantenimiento de relaciones sexuales dentrodel matrimonio y solo se atribuye esta condición a las mujeres.Vemos dos roles de la mujer en las disposiciones del Código Penal:1) Rol de madre (en ese sentido es objeto de tutela y represión);2) Rol sexual (no se tutela su libertad sexual sino su ―honestidad‖). (Larrandart 2000: 100)De ahí que, si la mujer consiente el aborto, de acuerdo al código penal vigente, ésta es sancionadacon una pena de uno a cinco años. Si espera a que el bebé nazca y lo mata, tiene una pena entretres y seis años. Pero resulta más conveniente tener el hijo y luego abandonarlo, pues la penamáxima es de dos años. O sea: es más grave decidir no ser madre que serlo y matar o abandonaral niño (también cfr. Larrandart 2000).¿Para qué sirve la penalización del aborto?Según autores de la corriente crítica del derecho, la criminalización del aborto sirve para1) Representar simbólicamente el papel conferido a la mujer en la esfera (privada) de lareproducción natural.2) A través de su función en la esfera reproductiva, imponerle un papel subordinado en elrégimen de transmisión de la propiedad y en la formación de los patrimonios.3) Asegurar el dominio patriarcal sobre la mujer . (Baratta 2000: 63)Existen varias propuestas respecto a los cambios que deben realizarse en el Código Penalrespecto a la criminalización del aborto (incluso existe la propuesta de abolirlo o decorresponsabilizar al Estado). Una de ellas establece que el aborto debe ser regulado para que surealización se de en condiciones que protejan la vida y la salud de la mujer. (Larrandart 2000: 100)Otra vía podría ser la ampliación de las causas que permiten su realización, que contemplara, porlo menos, el aborto terapéutico, el sentimental, el eugenésico y aquel debido a causas económicas.(Larrandart 2000: 100)El aborto por causas económicas debería proteger la integridad y la vida de las mujeresprovenientes de los sectores humildes. Debe regularse su realización en un hospital público paraasegurar las condiciones médicas y de asepsia que protejan la vida de la mujer. Por otra parte, en


ésta como en otras figuras, debe aparecer la responsabilidad del hombre que engendró al feto, setrate o no del marido de la mujer. (Larrandart 2000: 101)Debe eliminarse toda referencia al hecho de que la mujer practique la prostitución como una causaque elimine su protección o que influya en las atenuantes o en la consideración de su conducta. <strong>No</strong>se conoce, en ningún código, ninguna referencia al hombre ―promiscuo‖. Se debe prohibir que paratipificar un delito sea necesaria la investigación de la conducta sexual anterior. (Larrandart 2000:105).ReflexionesLa dimensión de la moral sexual contenida en los códigos penales y reflejada en las prácticasjudiciales es uno de los ejemplos más claros de la vinculación del derecho penal con la ideologíapatriarcal.Estas normas ejercen un control de la sexualidad femenina a partir de definiciones sobre los bienesjurídicos que se han de tutelar (la honestidad, o la honra familiar por ejemplo) o sobre quiénes sonlas personas merecedoras de protección (mujeres honestas, casadas, etc.). Según estas normas lamujer es valorada en su papel de madre y, como tal, portadora del titular del bien jurídicoprotegido.Por otra parte, las mujeres son contempladas con desconfianza por el sistema penal y sumoralidad es sometida a examen para determinar si se trata de víctimas apropiadasLa penalización del aborto no ha limitado su práctica, sino que trajo como consecuencia un 43,4%de muertes maternas causadas por abortos clandestinos (en Argentina). La evidencia hademostrado ampliamente que el aumento de las penas no evita ni reduce ningún delito (Birgin2000: 13) DATO ECUADORLas diferentes figuras del aborto han sido incluidas entre los delitos contra la vida, en laconsideración de que protegen la vida del feto en gestación. Tal supuesto nos lleva a inferir que lavida del feto es valorada de manera independiente de la vida de la madre desde el punto de vistalegal y sin tomar en cuenta su capacidad biológica de vida autónoma. De acuerdo con ello, la mujerembarazada es un tercero en relación con la vida del feto, tanto como cualquier otra persona. Lamujer sería un vehículo de quien la ley busca proteger: el potencial vástago del patriarca (Cfr.Baratta 2000)Finalmente, decir que el tema de los derechos sexuales y reproductivos es un tema irrelevantefrente a temas de gran importancia como la extrema pobreza y la marginación, está ocultando quemuchos de esos problemas sociales podrían solucionarse con una política de prevención respectoa la vida sexual de las personas. El descuido de las políticas públicas respecto a la sexualidad es


una muestra flagrante de que la cultura sexual se la deja en manos de un tutelaje clerical (endonde está explícita una jerarquía de género y la misoginia) . (Nugent 2005: 31).Para salir de esta pugna ideológica se requiere existan garantías institucionales que aseguren que lasopiniones cuando son dichas en público puedan ser escuchadas y respondidas en un clima de mutuo respeto,lo cual quiere decir que las afirmaciones que se presentan como inapelables no tienen mayor razón de ser enun foro de de ate democrá tico y que las emociones más individualizadoras, como aquellas vinculadas demanera explícita a la sexualidad, puedan ser o jeto de una opinió n ela orada. ugentGraziosi, Marina. ―Infirmitas sexus. La mujer en el imaginario penal‖, en Ruiz, Alicia(compiladora),Identidad femenina y discurso jurídico, Buenos Aires, Biblos, 2000, pp. 135-177.En esa época la ciencia propone avances en fisiología y anatomía que darían cuenta de estadiferencia biológica entre hombres y mujeres, y de su impacto en el raciocinio de ambos. Sinembargo, los juristas de la época también recurren a la tradición romana y a la sabiduría antigua(los padres de la Iglesia, por ejemplo), para fundamentar esta separación de criterios jurídicos deacuerdo al sexo (Graziosi 2000: 142).Baratta, Alessandro. ―El paradigma del género. De la cuestión criminal a la cuestión humana‖, enBirgin, Haydée (compiladora), Las trampas del poder punitivo, Buenos Aires, Biblos, 2000, pp. 39-83Larrandart, Lucila. ―Control social, derecho penal y género‖, en Birgin, Haydée (compiladora), Lastrampas del poder punitivo, Buenos Aires, Biblos, 2000, pp. 85-109Patriarcado entendido como una forma de organización política, económica, religiosa y socialbasada en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio de los hombressobre las mujeres, del marido sobre la esposa, del padre sobre la madre e hijos, de los viejos sobrelos jóvenes, y de la línea de descendencia paterna sobre la maternal (Varela, Nuria,Feminismo paraprincipiantes, Madrid, Ediciones B, 2005, pp. 177)Birgin, Haydée, ―Prólogo‖, en Birgin, Haydée (compiladora), Las trampas del poder punitivo, BuenosAires, Biblos, 2000, pp. 9-16Nugent Guillermo, ―El orden tutelar. Para entender el conflicto entre sexualidad y políticas públicasen América Latina‖, en La trampa de la moral única, argumentos para una democracia laica, Lima,UNIFEM, 2005


―Una sociedad que no puede distinguir el vicio de la tragedia purificadora‖: Laliteratura ecuatoriana del infanticidio y del aborto.Alvaro Alemán


En un ensayo de 1967, el crítico norteamericano Lionel Trilling (―Sobre el elemento moderno en laliteratura moderna‖) decide escribir sobre la incomodidad que siente al impartir una cátedra―Literatura Moderna‖ en la Universidad de Columbia. ―Ninguna literatura en la historia—señalaTrilling—ha sido tan alarmantemente personal como la nuestra—inquiere sobre todo aquello quequeda prohibido en la sociedad distinguida. Inquiere si estamos contentos en nuestrosmatrimonios, con nuestras vidas en familia, con nuestras vidas profesionales, si somos salvos ocondenados‖. ¿Cómo entonces ―enseñar‖ tal literatura? Después de un primer abordaje técnico,que asume las particularidades retóricas del texto, sus aspectos lingüísticos de índole técnico, elinstructor debe afrontar la necesidad de ofrecer su testimonio personal, ―debe utilizar cualquierautoridad que tenga a su alcance para decir si una obra es o no verdadera y si no, por qué no loes, y si lo es, por qué lo es‖(164-165, la traducción es mía).La obra de Federico González Suarez, en el contexto de la literatura ecuatoriana, ofrece indiciostempranos de la confusión discursiva y la zozobra temática que despierta el control de lasexualidad femenina—en este caso—en la incipiente historiografía del Ecuador. De hecho, la obrahistórica de González Suárez requiere de un suplemento tanto teórico como ético, en la forma desu Defensa de mi criterio histórico para legitimar su toma de posición. Así, la primera gran polémicaen las letras del Ecuador se desata gracias a la decisión de este religioso, de incluir en su HistoriaGeneral de la República del Ecuador, una serie de episodios, provenientes de la Colonia, queregistran el omnímodo control de los cuerpos de mujeres (religiosas), que llevan adelante los frailesde Quito. Un extracto del famoso tomo IV de la Historia General:―Hacía más de veinte años se había fundado el monasterio de Santa Catalina de Sena, cuyasreligiosas estaban sujetas a los frailes de Santo Domingo: el número de monjas se habíaaumentado considerablemente; pero, por desgracia, la observancia de la vida regular habíapadecido espantoso quebranto; pues, algunas de las doncellas que se habían encerrado en elconvento, con el propósito de santificarse mediante la guarda de los votos monásticos, habíantenidos la desventura de perder esas mismas preciosas virtudes, para cuya conservación habíanbuscado la soledad del claustro: sus directores espirituales, sus guías en el camino de la salvacióneterna, las habían arrastrado de ignominia en ignominia hasta el abismo de la perdición; y lo que esmás triste, no sólo les habían arrebatado la flor de su virginidad, sino que aun les habíanadormecido los remordimientos de la conciencia, imbuyéndoles máximas erradas contra la moralcristiana.—Uno de estos frailes era el Provincial de los dominicos y el otro el Prior del convento deQuito: abusando de su autoridad, violaban la clausura de las monjas cuantas veces se les antojabay Dios Nuestro Señor era gravísimamente ofendido en el mismo lugar que se había destinado paradarle gloria y por los mismos que habían jurado consagrarse toda la vida a su servicio.‖González Suarez continua y narra los escandalosos eventos que decantaron primero en laexpulsión del provincial de los dominicos y luego en su consagración y elevación a una dignidadeclesiástica mayor, todo esto ante la atónita mirada tanto de la sociedad de la época como,


presumiblemente, del lector de estos documentos. González Suárez, en los convulsionados añosdel primer liberalismo, opera como un comodín ideológico, ya como muestra ejemplar de unaiglesia progresista (y nacional) y capaz de entender la nueva coyuntura, ya como enemigo acérrimodel poder eclesiástico en retirada. El propio González Suárez busca distanciarse de ambasinterpretaciones y su Defensa se convierte así en una suerte de manual de resistencia ante losrequerimientos tanto de conservadores como liberales. La objetividad se convierte así en el caballode batalla del arzobispo de Quito, la superación ética, a nombre de la nación verdadera, de lospormenores peligrosos del pasado.Por eso resulta decidor que hacia el final de su Defensa de mi criterio histórico, el historiador decidasexualizar el escándalo (que incluso elevó la polémica hasta elVvaticano), dice el sacerdote:―Las alharacas mujeriles, esas no pueden intimidar jamás a varón prudente. ¡Triste del que sesomete, a ciegas, a tan caprichoso y voluble tribunal! . . . Una criada, ¿no fue la que hizo que SanPedro negara a Jesucristo? Una ancilla. Esclava y esclava del Pontífice, ¿no sería gentedevota?...‖El control de la sexualidad femenina, en las letras del Ecuador entonces, aparece tanto comocontenido (en las problemáticas páginas de GS) como en la forma de repudio de ciertas prácticasdiscursivas ―mujeriles‖: la alharaca, el capricho, la volubilidad. González Suárez identifica el peligrocomo la sublevación expresa de una criada, una ancilla. Y la salvación (histórica), por ende, en laforma de cualidades varoniles: la prudencia, el no sometimiento, la afirmación. De aquí que elmodelo de una escritura viril y directa, de una masculinidad literaria, se extienda a lo largo y anchodel siglo XIX y que la aparición de un registro discursivo hospitalario con la ambigüedad,caprichoso y voluble (¿podríamos pensar en el momento de la vanguardia en este sentido?)requiera de ajustes tanto perceptivos como socio culturales en nuestra literatura. El hecho es queel control de la sexualidad se conecta con el control de (la forma de la) literatura, la crítica engeneral, requiere de un enorme esfuerzo para procesar escrituras fugaces y exteriores a lanormativa imperante. El asunto de género—sexual, literario—complica aun más el panorama,como veremos, dos obras significativas de la historia literaria ecuatoriana, ―ataúd de cartón‖ deCésar Dávila Andrade y Sangre en las manos de Laura Pérez de Oleas Zambrano, presentarándificultades formales de distinto orden.La prosa poética de Dávila AndradeLa obra de este autor ha sido abordada desde el ámbito formal y biográfico, su obra narrativa, enparticular, pese a la frecuente práctica de colmarla de elogios, permanece rodeada de enigmas. Loque hace a la narrativa de CDA elusiva consiste precisamente en su persistente acercamiento alterreno de la complejidad moral.


Uno de los relatos de CDA, ―ataúd de cartón‖, en particular, hace referencia específica al controlcorporal y reproductivo de la mujer. En el relato, un narrador indeterminado, que funge comovigilante nocturno, es testigo, en un cruce de líneas telefónicas, de una extraordinaria conversaciónentre un hombre y una mujer. En ella, la mujer informa a su amante de haber seguido susinstrucciones al ahogar a su hijo recién nacido. Su interlocutor entonces pide que ubique elpequeño cadáver en una caja de cartón y lo lleve a un parque público el día siguiente, paraentregárselo. El anónimo escucha resuelve asistir a la cita y presenciar la escena. Observa desdeun sitio privilegiado el encuentro y luego la marcha dolorosa hacia las afueras del parque, donde lajoven se desvanece y cae al suelo. Su acompañante se esconde y espera auxilio de agenciasexternas que, luego de constatar una abundante hemorragia, llevan a la mujer, se presume, enbusca de asistencia médica. El narrador entonces sigue al hombre con la caja de cartón a travésdel transporte público y luego por los arrabales hasta un lugar remoto donde, en una cloaca, sedeshace de la caja y de sus contenidos. La persecución persiste hasta que el sujeto seguido entraen una cantina, junto con el narrador, que luego prosigue a tomar aguardiente en compañía delhombre y de varios comensales.El texto es macabro y sórdido en extremo, el narrador se extrema en describir la inmundicia dellugar en que el hombre se despoja de su carga, lo grotesco de los escenarios, la precariedad yfragmentación de la comunicación entre los personajes, la pobreza lingüística y material de lospartícipes en el drama, la deformación física y moral de todos los involucrados, junto con lafascinación del narrador/pesquisa. Luego de una confesión impromptu de parte del perseguido,hecha a la luz de la bebida, el narrador concluye el relato así: ―<strong>Vol</strong>vió a reír y escupió otra vez haciaun lado. Pero como ya era el amanecer, el escupitajo cayó sobre el nuevo día‖.El relato resulta asombroso e impactante en extremo, en buena medida, evoca un antecedenteprevio, el relato de Ernest Hemingway, ―Hills like White Elephants‖ (―Colinas como elefantesblancos‖) escrito en 1939 y traducido al castellano ya en los 40. El texto de Hemingway evoca unaconversación entre dos amantes sobre la posibilidad de interrumpir el embarazo de ella, el relato seconstituye como un intercambio ―sencillo‖ de observaciones que—leídos a la luz de una decisiónoculta—revela, poco a poco, el dilema insondable de una mujer atormentada por la indecisión. Untexto afín, escrito por el autor argentino Juan José Saer, ―Esquina de febrero‖, y publicado en lossesenta, presenta un escenario similar. El relato de Hemingway sin duda constituye un modelopara Saer y juntos, ambos textos plantean un modelo específico ante el tabú de la representacióndel aborto: su ausencia. Ambos autores presentan la temática precisamente al evitar mencionarladirectamente. Hemingway a través de su conocida técnica de la ―punta del iceberg‖, Saer pormedio de una evocación elíptica del tema.[i]Dávila Andrade no escribe, por supuesto, sobre el aborto, sino sobre el infanticidio[ii], aunque lostres textos invocados se ubiquen firmemente en el ámbito de las repercusiones morales (y físicas)puestas en el camino de las partes involucradas. El texto de DA ocupa un territorio familiar en su


narrativa, trata sobre la progresiva corrupción moral de sus protagonistas. En el caso de ―Ataúd decartón‖, la corrupción toca de cerca tanto a observados como a observador, en oposición a los dosprimeros cuentos de su colección Cabeza de Gallo, ―cabeza de gallo‖ y ―primeras palabras‖ endonde la corrupción toca a los protagonistas en el momento en que reciben la mirada del Otro (ungallo enterrado, en espera de ser sacrificado, una figura quemada de Cristo, una niña abandonadapor su padre a cambio de unas monedas). DA reparte la culpa del infanticidio por medio del recurso(tecnológico) de una comunicación fallida: primero un ―número equivocado‖, hacia el final, elequívoco de la mirada, entretanto, las ―letras equivocadas‖ que constituyen el relato en su totalidad.La equivocación es entonces la clave, una vocación por la equidad, un error equitativo puesto que―Ataúd de cartón‖ no hace referencia exclusiva a la precaria envoltura que aloja el cadáverdescartado en el relato, también marca el lugar de la literatura, el libro.El texto de DA opera así como un juego de manos, la transferencia culposa de un objeto del quelos participantes abominan. El cuerpo del niño, entregado a un hombre que luego dispone de élcomo basura: un significante—el deshecho humano de una sociedad—que hiere mor(t)almente (¿)a quien lo tiene, primero su madre, luego su padre, finalmente, al/la lector/a.Al igual que los textos de Hemingway y Saer, DA no interfiere ( o se abstiene en la medida de loposible) en la tarea de evaluar los actos de sus personajes. Hacia el final del relato, dosenterradores, trabajadores del cementerio, comparten con el protagonista y el hombre de la caja,una ronda de aguardiente. Precisamente en el momento posterior a la confesión parcial del hombrede la caja, uno de los enterradores irrumpe, dice: ―--Se perdió mi carreta—gritó uno de los viejos,interviniendo y echándonos los brazos encima, por sobre los hombros‖. Páginas antes, mientras elnarrador sigue al hombre de la caja entre escombros y basura, hace este comentario: ―Sobre todo,quedaron profundamente grabados en mi animo dos detalles de aquel cuadro perturbador. En unade esas nauseabundas pilas de corrupción, vi una vieja carretilla clavada de punta, con los brazosal aire, y a su lado, clavada asimismo, una pala de albañil, cuyo cabo veíase adornado de cintascomo el brazo de una guitarra).‖La puesta de las manos del enterrador en los hombros del narrador y del hombre de la caja vinculaa los tres personajes, la figura es precisamente la de la carretilla atrapada en la inmundicia. Lostres hombres hacen de sepultureros: el uno de oficio, el otro de su hijo, el último de su propiadignidad. Una vez asegurada la destrucción mutua de los personajes, el relato prosigue a extenderla culpa hacia el mundo externo: ―<strong>Vol</strong>vió a reír y escupió otra vez hacia un lado. Pero como ya erael amanecer, el escupitajo cayó sobre el nuevo día‖.―Ataúd de cartón‖ no concentra ni disuelve la culpa y la corrupción moral que provoca el infanticidio,ubica la sordidez plenamente en la realidad de la pobreza y, lejos de abandonar la temática en lanitidez de la explicación económica, transfiere la responsabilidad y la culpa hacia el voyerista


lector, convertido simbólicamente en el portador incómodo, en la forma del libro que transporta, deun cadáver insepulto y en tránsito perpetuo hacia el basural de su conciencia.En todo esto, el género de este relato incomoda, se trata de prosa, ciertamente, pero de un tipo y deuna dimensión extrañamente poética (si por poesía entendemos un lenguaje que llama la atenciónsobre sí mismo). Los diálogos de DA parecen más simulaciones discursivas que verdaderos actosde comunicación, sus descripciones y metáforas más direcciones escénicas de montaje queelementos vitales al argumento. Casi es posible pensar en todo el relato como un gran preludio alenunciado sentencioso de la última oración del texto, un cuento que existe en relación ancilar conla poesía y a la vez una poesía en deuda atroz con la realidad.¿Cómo enseñar esta literatura? La pregunta demanda y requiere de la aflicción, de la participaciónincómoda y dolorosa en una realidad desconocida voluntaria y personalmente por la mayoría. Y esmás, la pregunta exige una respuesta pública a esa demanda. ¿Cuál es el costo (académico,personal, institucional) de buscar esa respuesta, de importar esa pregunta al interior de un salón declases? ¿Y cuál el costo de no hacerlo? La literatura del aborto y del infanticidio, de la violencia yde la corrupción, la narrativa que aborda la complejidad moral y humana de una decisión imposible,y que requiere la flexibilidad de admitir ambigüedades contradicciones y falencias, de no sobrevivirel tránsito hacia el diálogo educativo se convierte, con facilidad, en su contrario, en el aborto de laliteratura.Sangre en las manos de Laura Pérez de Oleas ZambranoSangre en las manos es, sin duda, el documento más importante que existe en la literaturaecuatoriana sobre la temática del aborto. La obra, que se publica en 1951? Y que resultacontemporánea de la de DA, ofrece un recuento novelado de eventos ocurridos en Quito casi 15años antes cuando la policía capturó y recluyó en el penal García Moreno a Carmela Granja, unapartera conocida que realizaba abortos clandestinos en Quito y que fue condenada por la muertede una joven quiteña de posición acomodada. El suceso provocó revuelo y escándalo en Quitocomparable a los eventos escandalosos cubiertos por González Suárez, casi medio siglo antes, ensu Historia General de la República.La obra de Pérez de Oleas Zambrano opera al interior de un extraordinario registro discursivo, supropia condición novelesca es puesta en duda debido al mecanismo de enmarcación que laenvuelve. La obra consta de un prólogo, una oblación, un proemio, ocho ―escenografías‖ y un CoroAdmonitivo. Adicionalmente, cada segmento está precedido por un epígrafe alternante, primero delmoralista francés Le Rochefoucauld y después del existencialista francés Jean Paul Sartre.Así, la obra se emparenta directamente con la tradición dramática clásica y en particular, lo quepodríamos llamar en el Ecuador, el teatro cubista.


El cubismo forma parte integral de las primeras fases de la vanguardia histórica en Europa.Inicialmente aplicable al ámbito de la plástica en manos de Picasso y Braque, sus interrupciones dela linealidad narrativa y de la simetría afectan la representación clásica y la seguridadhermenéutica. A la vez, el cubismo llama la atención sobre la importancia de la fisiología en larepresentación, a las particularidades refractivas del aparato ocular. De alguna manera, elreemplazo de la perspectiva por una ocularidad contestada (en el llamado cubismo analítico, no ensu antecesor, el sintético) alude a una postura crítica escindida e irónica.La década de los años veinte en el Ecuador (En Quito en particular) es una época de inmensaagitación en torno a la actividad dramática. Llegan al país varias compañías itinerantes y se fundanen la Capital varios grupos. Las carreras literarias de dos figuras claves para la literaturaecuatoriana: Jorge Icaza y Humberto Salvador inician en las tablas precisamente en un momentoen que la vanguardia histórica se expresa en la narrativa de otra de las figuras decisivas de laliteratura del Ecuador: Pablo Palacio.Palacio enuncia una de las primeras proclamas de aproximación del cubismo hacia el ámbito de laliteratura ecuatoriana[iii]:―Ocurre que los hombres, una vez terminado el día, suelen despedirse de parientes y amigos y,aislándose en grandes cubos ad-hoc, después de hacer las tinieblas se desnudan, se estiran sobresus propias espaldas, se cubren con mantas de colores y se quedan ahí sin pensamiento,inmóviles, ciegos, sordos y mudos‖ (Son las primeras líneas de la novela).La formulación de Palacio recoge elementos ―existencialistas‖ avant la lettre y ciertamente exponelas limitaciones perceptivas y representacionales de una sola perspectiva[iv]. La clave aquíconsiste en el paralelismo existente entre la ―desacreditación de la realidad‖ como estrategialiteraria y su disección analítica, en la forma de pequeñas viñetas diseñadas para su exhibiciónpública. Vista así, la naturaleza teatral de la obra novelesca de palacio (Vida del ahorcado, Débora)se vuelve accesible. La idea cubista consiste en la utilización de puntos de ingreso múltiples ocontrastantes a una realidad enajenante; en manos de Palacio, mediante el recurso alegórico,presenciamos, bajo una lupa, la comedia/tragedia de la vida capitalina[v]. Se trata así, de pasar dela tridimensionalidad de la perspectiva (el llamado ilusionismo) al plano de una representaciónocularizada y dilatada (abierta hacia otra(s) realidad(es).Flagelo de Jorge IcazaEste es el caso—más explícito—de Jorge Icaza, en su obra dramática Flagelo en la que se muestrala imposibilidad de una perspectiva única. Flagelo consiste en una serie de viñetas en donde elpúblico registra la degradación de los indígenas sólo para comprobar, en la escena final, que losverdaderos agentes de la representación sólo existen tras bastidores; son el cura, el teniente


político y el hacendado que fungen, en una obra puntuada por un látigo invisible y sus chasquidos,respectivamente, como traspunte, apuntador y flagelante.Esta obra, clave en el canon icaciano por la transición que expresa entre el registro experimental yla expresión realista, entre su teatro y narrativa, se encuentra nuevamente, permeada por elcubismo[vi]. La realidad agraria ecuatoriana, sugiere Icaza, es inasible por medio de unapercepción ingenua, requiere ser aprehendida de manera estructural (¿geométrica?), las fuerzasque la moldean se ocultan y existen en los límites de la representación, hasta el mismo autor sealinea directamente con esas influencias ocultas y disputa con ellas el monopolio de lainterpretación. Pensemos, junto con la aparición hacia el final de Flagelo, en el escenario, deltriunvirato de la explotación (cura, teniente político, hacendado, a esto, Icaza le añade,enHuasipungo, una cuarta figura, la del empresario transnacional) en la presencia del autor,cómplice, junto con estos otros personajes, de la formulación de la ―realidad‖ ofrecida al público.Esta familiaridad refractiva ―cubista‖[vii] permite comprender el falso dilema entre vanguardia yrealismo que la historia literaria ecuatoriana registra como un conflicto que destierra elexperimentalismo formal a nombre del realismo facsimilar. El experimentalismo, lejos deextinguirse, adopta formas de distorsión de la realidad aparentemente menos hostiles a la mimesis,una de ellas, el grotesco, porta, como caballo de Troya, los impulsos refractivos propios de lavanguardia. A la vez, el acercamiento ―sociológico‖ del llamado realismo social a la realidadecuatoriana asume como herramientas expresivas el estilo analítico característico del cubismo, sudisposición permanente a separar y escudriñar la realidad (grotesca) en una multitud de pequeñasfacetas, para su (dramático) re ensamblaje posterior en la mente de los lectores.La desaparición de una tradición teatral en los años treinta, que coincide con la ―desaparición‖ delos experimentalismos formales en la narrativa, contribuye a la impresión de que el discursoantimimético se extingue. De hecho, ambos se camuflan, la representación teatral en la novelística,la dimensión experimental en el llamado realismo. El cubismo es así un signo invisible que marcalo que algunos creen ser una intensificación del registro naturalista: el llamado ―realismo social ―queexpresa su inseguridad por medio de una enunciación excesiva e innecesaria (un realismo alcuadrado), en la literatura ecuatoriana opera un realismo al cubo, o un realismo3.Paralelogramo de Gonzalo EscuderoTal es el caso de Gonzalo Escudero, que en 1935 publica su obra dramática Paralelogramo[viii].Setrata de una obra altamente experimental en la que aparecen dos hombres y dos mujeres,designados únicamente por un numeral, en una serie de cuadros y escenarios: una universidad,una cárcel, un hospital psiquiátrico, una morgue, un vagón de ferrocarril y una oficina policialParalelogramo es una meditación en torno a la espacialidad del poder represivo en la modernidad.En el informe policial, en el último cuadro, se informa-- desde una estación de policía-- sobre la


huida de ―cuatro universitarios, cuatro presos, cuatro locos y cuatro muertos‖. La obra se ocupa dela evasión, que en el contexto estético ecuatoriano, tiene resonancias poéticas específicas ennuestro modernismo(Escudero fue, ante todo, poeta).Si podemos hablar de teatro cubista entre nosotros, ciertamente que el texto de Escudero seríauna de sus principales muestras (Podríamos indagar sobre una circunstancia similar para algo delteatro de Icaza y el de Raúl Andrade, sobretodo en Suburbio) . Tal como yo lo entiendo, estafórmula intentaría, en el caso de Paralelogramo (letras paralelas), generar un texto en donde todosería visible desde todo ángulo, a la vez. Esto ya lo captó Maria del Carmen Fernández en su textosobre Paralelogramo, recientemente reeditado en el último volumen de Re/incidencias del CentroCultural Benjamín Carrión. Fernández señala que el personaje del Quinto Cuadro, ―el ajusticiado‖es una suerte de síntesis de todos los personajes que lo preceden, una suerte de panópticohumano, un ente que representa la simultaneidad de planos y perspectivas. De hecho la asincroníay el anacronismo de la obra producen (deberían producir) risa. Es ese el aporte principal de laliteratura de Palacio y de Humberto Salvador para citar dos ejemplos de autores ―cubistas‖ queincorporan el humor como algo en sí mismo, que conciben a la literatura como un juego y que, porlo tanto, rechazan las actitudes ―poéticas‖ y sentimentales.Se trata de un orden simbólico, pace Foucault, en donde la simultaneidad de circunstanciaspunibles se sobrelapan, al igual que los personajes, para develar un trasfondo desolador y sólido ala vez, una de/generación (una confusión genérica) en donde tragedia y comedia, masculino yfemenino, represión y libertad, se entremezclan y revelan confundibles.Crítica cubistaEl lituano Algirdas Greimas desarrolla una mecanismo de análisis de las estructuras narrativas enforma de paralelogramo, el llamado cuadrado semiótico. Greimas (1979: 96-99 y 1986: 63-69)sostiene que existe una estructura elemental de la significación, susceptible de ser reproducidavisualmente en forma de cuadrado, y que se basa en la combinación de dos oposiciones binariasentre dos términos opuestos y sus respectivos complementarios, de manera que todo sistemasemiótico queda definido como una jerarquía en la que sus términos se agrupan por pares, ―loscuales mantienen entre sí relaciones de contradicción, contrariedad o complementariedad aoscilar" (1981: 39). Afirma, además, que los textos culturales manifiestan distintasrepresentaciones de la conciencia ideológica en la cual surgieron, como hubiera suscrito Lukács,pero, yendo un paso más allá que el filósofo húngaro, entiende que esta representación afecta nosólo a lo dicho propiamente en el texto, sino también a lo no dicho, lo reprimido o desplazado.Pensar la clausura semántica desde el cuadrado greimasiano, permite la reconstrucción de loausente en el texto, por su relación con lo específicamente expuesto.


En este sentido, Paralelogramo , al igual que cualquier otra manifestación cultural, es una expresiónque intenta encontrar una solución, abiertamente simbólica, a una contradicción determinada queel autor percibe.A mi manera de ver, esa contradicción (la más evidente), dados los años aciagos deenfrentamiento entre experimentalismo formal y realismo social en las letras ecuatorianas, nopuede ser otra quePolítica vs poéticaLa vanguardia se presenta al surrealismo como una solución en este momento, la vanguardiapoética (la voluntad antimimética del arte radical) es simultáneamente una vanguardia política,alineada con la izquierda, y ya desde los años veinte, con la revolución rusa. Esa voluntadresolutiva seguirá intentando, desde los veinte en adelante, lograr la llamada ―gran síntesis‖, elequivalente en el mundo del pensamiento humanista, de la teoría de la unificación en la física: lahibridación de Marx y Freud. En el Ecuador de mediados de los 30 la batalla se había decididohacia el realismo social, hacia un arte representacional y hacia la teoría del reflejo. En esascircunstancias, Escudero intenta aclarar un espacio para una poética distinta y multiperspectiva.Un diagrama greimasiano de esto se podría representar así como el enfrentamiento entre laoposición binaria:móvil--------------------------------------estáticoEsto es así porque Escudero quiere representar una realidad (política y estética) a la vez dinámicay quieta. Una sociedad conservadora y liberal, otra en la que hace su aparición el socialismo. Unarte burgués y otro de gran audacia. Su texto intenta resolver esta dificultad a nivel de forma, detiempo y de espacio a través de distintas configuraciones (resoluciones) narrativas. Así tenemos:Móvil------------------------------------------estático<strong>No</strong> estático-------------------------------------no móvilLa síntesis entre lo estático y lo no móvil, aquello que no se mueve pero que a la vez es más queinmóvil (que no se mueve de otra forma), en la obra, es la morgue, en donde experimentamos laimposible conversación de los muertos. Una solución narrativa empleada con amplio éxito, añosmás tarde, por Juan Rulfo en su Pedro Páramo.La síntesis entre lo no móvil y lo no estático (es decir, entre aquello que no está quieto y aquelloque no está en movimiento) es el ajusticiado mismo, aquella figura que contiene a 16 distintas


perspectivas, que es móvil en tanto registra el dinamismo monstruoso de la incorporación demuchos otros a la vez que esa compresión se registra de manera interna, bajo la apariencia de lainmovilidad.La síntesis entre lo móvil y lo no estático tal vez sea la más difícil, puesto que no está en el textosino como potencialidad, en la forma latente de un montaje futuro. En el caso de este Paralelogramo,aquel estrenado en el Sucre el 24 de abril del <strong>2008</strong>, a las 8 y 30 de la noche, en lluvia, la síntesises la estructura metálica que los actores manipulan a lo largo de la obra, convirtiéndola,simultáneamente, en hospital, vagón de tren, campus universitario, refugio, escondite, cárcel yalberca. Esa estructura, la concreción simbólica de la movilidad proteica de la modernidad,consiste, para Escudero, en un problema diferido a futuro y retomado por la compañía de teatro acargo del montaje de la obra.Por último tenemos al síntesis de lo móvil y estático a la vez, que no puede sino ser el tren quetransporta a los personajes, el artefacto mecánico privilegiado de la forma de la nación ecuatoriana,aquel mecanismo que salva la distancia ideológica insondable que existe entre García Moreno yAlfaro y que finalmente ―une a la nación‖. El tren provee a la obra de una solución formalimportante, al igual que el comentario de Jerry Seinfeld sobre el automóvil, es un lugar en donde―uno puede estar, simultáneamente, adentro y afuera‖La resolución final del cuadrado semiótico entonces se vería así:El trenMóvil ----------------------------------- estáticoEl escenario


la morgue<strong>No</strong> estático ------------------------------ no móvilEl ajusticiadoParalelogramo así, más allá de plantearse en abstracto como un escenario onírico e impreciso,logra, en palabras de Frederic Jameson una ―solución imaginaria de las contradicciones objetivas alas que constituye así una respuesta activa" (1981: 95). Concebido de estamanera,Paralelogramo pasa a ser una forma de la praxis social, una "solución simbólica de unasituación histórica concreta".Resta entonces cerrar rechazando las ambigüedades con las que se hace referencia a esta obracon la muletilla de ser ―poética‖ o surrealista. El surrealismo no es una fuga de la realidad hacia elvaletodo interpretativo, es una dimensión concreta que adviene a la manipulación artística ymediática de la realidad, por eso no resulta contradictorio observar por ejemplo, el surrealismo delos reality que abundan entre nosotros. El absurdo en Paralelogramo no consiste en un vago actoreferencial hacia un existencialismo universal y ahistórico, se alimenta del proceso constituyente enel que participó Escudero pocos años antes de escribir esta obra y en el que se otorgó formalmenteel derecho al voto a la mujer (un elemento clave), de la Guerra De Los Cuatro Días, que se vivió enesta ciudad meses antes cuando―Los combates se dan en la plaza de Santo Domingo, estos grupos entran en acción participandotambién civiles, 150 carchenses. Quito, sigue sin luz, ni tiendas, solo hay balas. Los que atacan porla avenida 24 de Mayo encuentran una terrible resistencia resolviendo entonces atacar casa porcasa: la angustia en la ciudad aumenta, resulta duro abrirse paso: una ametralladora abre fuegodesde la torre de la Iglesia de Santo Domingo; los cañones atruenan el ambiente, disparan desdecuatro puntos, Panecillo y Alpahuasi. Los defensores se retiran poco a poco, ceden al fin pero trasdura lucha, en el Arco de la Reina, luego se ubica en el mercado de la Rocafuerte. También en elnorte de Quito, prosigue la lucha, igual en muchos barrios, numerosos compactados se hanubicado en la zona "para defender la calle Bolívar". Caen varios pero hay otros dispuestos a seguirdisparando.‖ [ix]Sangre en las manos


Y así llegamos a la novela de Laura Pérez de Oleas Zambrano, Sangre en las manos. La obraaparece, a primera vista, como un cuerpo literario extraño, un ensamble de géneros (el narrativo, eldramático, y dentro de ellos de subclases: el cuento de hada, la novela gótica, el ensayo) y deregistros expresivos (el modernismo, el romanticismo, el realismo y un experimentalismo llamativopor su ausencia) que operan al interior de la única novela ecuatoriana escrita sobre la temática delaborto. La novela se publica en 1959, en un momento menguante de las fortunas del llamadorealismo social latinoamericano y opera al interior de un episodio histórico ocurrido en Quito treintaaños antes. Pérez de Oleas Zambrano parece querer minar la fórmula exitosa del ―realismo‖ en elEcuador y escribir una obra capaz de denunciar la abyección que acompaña al aborto, depresentar una defensa espirituosa de quienes no tienen voz (campesinos, indígenas, negros,proletarios) en el panorama fracturado de la sociedad ecuatoriana de la época. El problema enparte tiene que ver con el sujeto silenciado, con la inconmensurabilidad existente entre etnia oclase social y género. Porque lo que resulta claro en esta novela es que Pérez de Oleas Zambranoescribe de mujeres y no de fetos, que decide explorar la profundidad dramática de su personajecentral, Estenia Germán, a la vez que desintegra, progresivamente, su credibilidad. Por ejemplo:―Para Estenia Germán era la fiesta de su doctorado. Con la operación abortadora hecha con tanbuen éxito a Sabina Ocaña, quedaba consagrada su profesión de comadrona clandestina. Desdeentonces principia su ―apostolado‖ a favor de la mujer quiteña; pero de la frágil y criminal quenecesite de su auxilio. Estaba puesto el cimiento de su gran obra ―redentora‖. Había escalado elprimer peldaño de su trono hecho de matrices sangrantes y niños degollados. Empezaba la trágicamonarquía de la Reina del Hampa Quiteña‖ (p 83)El comentario moralista, de índole editorial, se desliza entre la descripción y el exceso metafórico.El titubeo entre estas orientaciones se observa con claridad en el uso (una constante en toda laobra) de comillas, Pérez de Oleas Zambrano se ve obligada a emplear una ironía que requiere devisibilidad ( y que por lo tanto pone en duda su sinceridad como ironía) . Se trata así de una suertede actuación, a nivel ortográfico, pública, de una performance que absuelve a la autora deresponsabilidad sobre su propia ambivalencia. Una nueva evocación del personaje:―¡Bruja!. . .¡Sí!. . . El epíteto lanzado esa mañana lapidó su orgullo de mujer. Pero si la boca de esta―bruja‖ se abriera para delatar a sus cómplices, se necesitaría un celuloide de larguísimo metrajepara proyectar en la pantalla de la vida quiteña, la innúmera procesión de delincuentes que, enjunta de ella, deberían llenar los presidios. Por su burdel de prostituta; por su clínica mortífera, porsu casa de tolerancia, por su laboratorio de confeccionar doncellas y por su arca de usurera alciento por ciento, pasaron en esotérica ronda todas las clases sociales de la bella y tranquilaciudad de San Francisco de Quito. El mismo conglomerado que ahora tocaba su trompeta dealarma para defender la ética amenazada por una sola mujer. Por esa mujer que fue la salpicadade su limo podrido; la que recibió el oro que el pecado iba a depositar suplicante en sus arcas yque llorando se arrastraba a sus pies para que esgrimiera el estilete infanticida.


Apoyada en el castra la Germán protestaba con su lloro de la injusta agresión del pueblo quiteño.Preparaba su defensa que sería delatoria para los que le recluyeron en la cárcel. Y pensaba queella no fue más que la ejecutora de los delitos que otros premeditaron. Hipócritamente, los mismos,le ponían ahora sobre su frente el ―inri‖ del oprobio y le encerraban como a una bestia peligrosa.Mientras ellos seguirían , en otras clínicas y burdeles, la misma obra indecente e igualmentecriminal y destructora. (p 128)En esta segunda instancia vemos un tono diferente, un acento distinto, un acercamiento máscomprensivo y analítico a la temática de la asignación de culpa en el aborto. La noveladespersonaliza el tema y reasigna responsabilidades, Estenia Germán aparece ahora como unsímbolo más que como un personaje. Apenas once páginas más tarde, la novela se inclina por unmovimiento pendular de regreso al psicologismo:―gran atenuante de la amoralidad de la partera Germán es su absoluta falta de comprensión paraseparar el bien del mal. Por eso Estenia no entendió el porqué de su encarcelamiento. ―Ella seganaba la vida trabajando, pero la justicia humana la condenaba sin ir al fondo de su alma, que erabuena, que todo lo hizo por el bien de los otros, que se inclinó ante la súplica de mujeres llorosas ydesgraciadas, por las cuales tuvo muchas horas de desvelo. ¿Tenía ella la culpa de poseer estahabilidad y que hombres y mujeres de toda la escala social buscaran sus servicios?. . .‖‖ (P139)Nuevamente, las comillas hacen su aparición, esta vez a favor de un monólogo interior que rompecon el didactismo paternalista y jurídico de inicios de la cita, las comillas buscan exteriorizar elpensamiento de Estenia Germán, de tal manera que su discurso no tenga posibilidad alguna deconfundirse con la fluctuante severidad del narrador.―Casos como el de Clarita quedan para siempre en el secreto. Se repiten con aterradora frecuencialas tragedias ocasionadas por el delito del aborto. Pero las familias tienen buen cuidado de ocultarsu dolor y vergüenza. Mas no culpemos a una sola mujer como la causa de esta llaga purulentaque se va extendiendo as cada día en todas las clases sociales‖ 208Lo que parece progresión, desde una caracterización naturalista hacia el inicio de la novela haciauna evaluación prudentemente objetiva de la vida de este personaje con el pasar de las páginas,en realidad evidencia una constante oscilación, nunca lejana a la condena ni a la caricaturización.Otro ejemplo:―¡Libre!. . .Juro que las calaveras de niños seguirán hacinándose en mi Solio hecho de matricessangrantes e infantes degollados!. . .!Ja¡. . .!Ja¡. . .!Ja¡. . . Aun no termina la obra de la Reina delHampa Quiteña. . .Mi reinado será eterno porque me sucederán en el Trono otras Estenias queseguirán remendando y parchando honras con cadáveres de nonatos. . . 421


Estenia Germán se constituye así como un ser imposible, elaborado a partir de perspectivascontradictorias: el psicologismo, el naturalismo determinista, la caricatura, el análisis social. Comola criatura elaborada en la famosa novela de Mary Shelley a partir de fragmentos de cadáveresexhumados, la novela de Pérez de Oleas Zambrano canibaliza discursos y registros expresivospara constituir una textualidad monstruosa, junto con un personaje in-creíble. De hecho, variasinterpretaciones sobre la novela de Shelley señalan que la novela puede leerse como un tratadosobre la maternidad interrumpida de esta autora, que sufrió varias pérdidas en los meses previos asu elaboración del manuscrito de Frankenstein y que sintió en su propia existencia la monstruosidadal haber provocado, durante el parto, la muerte de su propia madre. El monstruo constituye así laabominación de un ser nonato, llevado a la vida por medio de las maquinaciones perversas de unhombre y de una literatura.Pero a la vez, la obra de Pérez de Oleas Zambrano expresa la lógica delirante del cubismosintético: menos un fracaso estético que una composición ideológica, ética y discursivamentecontradictoria. Lo macabro resulta imprescindible en esta tarea, la distorsión grotesca de larealidad, su descomposición estética:―Esta fuerte dualidad. Esta voluntad y energía que obraban en ella que le hacían ―poder‖ lo que―quería‖ eran tan estupendas que dejaban absorto a Fernández. Era además, una sedientadestructora de vidas. Para ella la vida no tenía más significado que el de un ato de membranasencarcelado en una matriz. Y gozaba de una extraña borrachera cuando podía desbaratar una vidacon la magia de sus pinzas. Y matando y destruyendo iba encontrando en las vísceras el secretode la Vida. Que su mal es la lujuria y que su energía es el furor sexual. Que el instinto reproductorno es delito. Y supo además, que el amor es dulce bienhechor y que fue el hombre el que creo elpecado, haciendo un reptil que se esconde en la penumbra, de astro que brilla en lo infinito‖ ( p 91-92)Vemos aquí la necesidad de construir un suplemento al registro del realismo dominante de lanarrativa ecuatoriana de los cincuenta. El texto presenta a Estenia Germán al interior de undiscurso que la constituye como científica, como exploradora de vanguardia que persigue ―elsecreto de la Vida‖ en el aparato reproductivo de la mujer. La protagonista se nos presenta desdeadentro, desde una omnisciencia capaz de penetrar a su fuero más íntimo, como una mujerobsesionada (como el mismo Victor Frankenstein) con el conocimiento y dispuesta a todatransgresión para alcanzarlo. Aunque ese conocimiento se vea ―contaminado‖ por descubrimientosde otra naturaleza, que politizan esos hallazgos: ― Que el instinto reproductor no es delito. . .que fueel hombre el que creó el pecado‖.La aporía que expresa la novela, el dilema moral del aborto, se presenta como una oscilaciónconstante entre representaciones relativamente benignas de Estenia Germán, hasta elogiosas enalgún grado y representaciones como esta:


― (La Germán) Añoraba con tristeza de proscrito los vientres combados de mujeres grávidas. Elcorrer de la sangre. El ¡ay¡ doloroso que precedía a la triunfal extracción del feto, que gesticulabacomo un payaso en el extremo del gancho‖ (187)La protagonista de la novela aparece aquí, como en muchas otras partes de la novela, retratadabajo la figura sanguinaria del homicida, Pérez de Oleas Zambrano por momentos asigna a EsteniaGermán una malignidad sobrenatural, con frecuencia hace referencia a ella con el nombre de―bruja‖, y alterna esta designación con ―maga‖, ―artista‖, ―hada‖. La oscilación en que pende estepersonaje, desde una caracterización extrema a otra, refrenda la vocación cubista de la novela.El cubismo dramático de Sangre en las manos, de manera similar a las manifestaciones previas deesta tendencia, ofrece representaciones de un personaje (Estenia Germán) y de una circunstancia(el aborto) que renuncian a la totalidad, que distorsionan y refractan una ―realidad‖ constituida apartir de múltiples perspectivas, algunas de ellas, insoportables. Los personajes que pueblan laspáginas de la novela, desde la vida personal de Estenia, criada en la pobreza y determinada amejorar su condición económica e intelectual, luego presa del chantaje afectivo de sus amantes,finalmente llevada al extremo emocional mediante la muerte trágica de su hija, hasta las historiasde Rosa Blanca, Clarita, Soledad, Mariela y , Gracia son abiertamente sujetos de melodrama.El carácter experimental del melodrama con frecuencia pasa desapercibido, se trata de un modonarrativo específico, repudiado con frecuencia por la crítica masculina, que connota una historiadoméstica irreal y patética, con personajes estereotipados (la mayoría de veces femeninos) y quese dirige a un público de mujeres[x]. Es como si Pérez de Oleas Zambrano dudara de su capacidadde sostener la forma de la novela (de hecho es una de las primeras y pocas novelistas delEcuador) y buscara suplir su emergente dominio de la forma a través de recursos probadosexitosamente por los novelistas que la preceden (el grotesco, el realismo, la denuncia social) peroque encuentra que su temática la desborda y que excede el alcance de esos recursos. Elsuplemento de la novela entonces se vuelve el drama, y el suplemento del realismo, el cubismo.Esta misma tensión se aprecia en la alternancia de epígrafes, de Sartre, seguido de LaRochefoucauld y de nuevo la misma sucesión. El moralismo didáctico de La Rochefoucauld, queescolta el imperativo costumbrista de la sociedad Quiteña, de condenar irrevocablemente, de lamano de la doctrina católica, la práctica del aborto, seguido del voluntarismo ético existencialista,aliado a un cuestionamiento sísmico de la familia patriarcal (en el que se siente la influencia de DeBeauvoir) , que favorece un acercamiento más pausado hacia la temática del aborto:―Comprendemos la necesidad del aborto. Es hasta un deber en determinados casos morales y enotros que la medicina señala como necesarios para la vida o salud de la madre. Lo que se debecondenar es el abuso. Que se haya hecho de la ciencia una cloaca de escape para la corrupción,


que es explotada muchas veces, por mujeres o profesionales que no son especialistas en estarama de la cirugía.Lo criminal que hay en el aborto provocado no reside solamente en la muerte del embrión humano.Es el peligro de muerte que tiene la madre cuando la mano del cirujano no es experta en esta clasede maniobras. Esto en cuanto a lo físico. Y en lo que respecta a la ética social este abuso resultanefasto, porque crea en las almas juveniles un falso concepto de la maternidad, viendo en el hijotan solo la consecuencia del placer; consecuencia de fácil desaparición y que motiva la ruptura delfreno moral tan necesario a la mujer joven.Más amor al hijo. Más ética profesional. Mas responsabilidad paternal. Más conciencia en el actosexual hacen falta para que disminuya el exceso de abortos que va en mengua de la poblaciónecuatoriana. Las bases de la educación juvenil deben ser de solida moral y completo conocimientode sus deberes. El muchacho desde los bancos del aula necesita saber que la circunstancia que lehizo nacer macho no le da derecho a canalladas. La sociedad no hace alto en sus deslicesamorosos; pero esto no le autoriza a abandonar a una mujer que va a ser madre. Ni a serinhumano y desnaturalizado con quien se le entrego amorosa y con el hijo que emergió de susangre. <strong>No</strong> se imagine que solo la hembra debe llevar las consecuencias de un acto que lo hicieronen común. <strong>No</strong> es ella sola la responsable. Sufre, a veces, el engaño y la perfidia de un hombre quela poseyó con palabras de miel y promesas que jamás llegaron a cumplirse.‖ (209-210)Estas palabras abandonan la estructura narrativa de la novela e incluso las convencionesdramatúrgicas, adoptan una postura crítica-analítica que añade una faceta adicional a la obra, unadimensión distinta. Hacia el final de la obra, Pérez de Oleas Zambrano, dentro de la convenciónformal de lo que llama el Coro Admonitivo, señala:―Salve, mujeres fecundas. Salve, madres. Salve, madre ilegítima. . .Tu doliente Calvario setransfigurará en llamaradas de Tabor, cuando los besos de tu hijo borren de tu frente las rojasgotas que brotaron de los pinchos de la dolorosa corona, que incrustó en tus sienes una sociedadque no puede distinguir el vicio de la tragedia purificadora.<strong>No</strong> estás señera en tu martirio. En la tarde de tu crucifixión tienes a tu vera en el Calvario al hijo detu dolor. <strong>No</strong> importa que el engendrador huyera cobarde, que te dejara abandonada en los erialesde la vida, que los dos caminéis solos bajo el sol implacable de un destino. <strong>No</strong> importa. Nubemilagrera israelitica—que os dará sombra o luz en el paso por vuestro desierto espiritual—será elamor materno. Llegareis, un día, fatigados, pero exultantes, a la tierra promisoria de un afecto queno sabe de olvidos ni de falacias.¡Madre ilegitima. Salud!‖ (426)


El coro griego, en la dramaturgia clásica servía para comentar sobre los temas expuestos, paramostrar y anticipar en el escenario, las reacciones de la población en su conjunto pero, también, enmuchas obras, el coro expresa lo que los personajes no pueden decir. El coro es, adicionalmente,admonitorio, advierte, en un final evocador del exhorto final de Huasipungo, la más famosa novelade la literatura del Ecuador, sobre un futuro de solidaridad de género alcanzado después de laadversidad. Sorprende el tono mesiánico del fragmento, envuelto en la parafernalia verbal tanto dela diáspora como de la escena final del evangelio. En la reescenificación de Pérez de OleasZambrano, una mujer, una madre ilegítima (¿ilegítima por haber abortado, o por haber alumbradoal margen del consentimiento patriarcal?) toma el lugar de Cristo y es el varón ―cobarde‖, el Padre,quien resulta finalmente desterrado de la tierra promisoria, de ―un afecto que no sabe de olvido nide falacias‖. Se trata de una Utopía feminista, a la par del famoso texto de Charlotte PerkinsGilman Herland (1915) que describe una sociedad compuesta exclusivamente de mujeres que sereproducen via partenogénesis y que producen un orden social ideal, libre de guerras ydominación. La admonición consistiría así en soñar esa alternativa y registrarla.Hacia el final de Sangre en las manos migra la intención de la obra hacia una especie de consensorelativo al aborto. Cuatrocientas páginas después del inicio de una novela atrapada en suindecisión ética, Pérez de Oleas Zambrano emite una fórmula que concilia (temporalmente) laindeclinable indeterminación en que la literatura ecuatoriana de los cincuenta representa alaborto:tragedia purificadora.[i] Ambos textos se pueden encontrar en versión electrónica enhttp://libertadnoduerme.blogspot.com/<strong>2008</strong>/03/dossier-cuentos-para-romina-literatura.html[ii] El infanticidio también es un antecedente notable en la obra de Pablo Palacio,fundamentalmente en su Vida del Ahorcado[iii] El cubismo se ubica en la obra de Pablo Palacio, entre otras cosas, a través de la impronta dela ilustración de su novela Débora (1927), tanto en la exquisita portada de Guillermo Latorre comoen el exlibris del mismo texto, realizado por Kanela (Carlos Andrade).[iv] Confrontar, por ejemplo con ―El muro‖ de Sartre o Huis Clos[v] Un antecedente interesante en este sentido consiste en la literatura ―costumbrista‖ de JuanLeón Mera, a su vez, pintor y novelista ecuatoriano del siglo XIX. El doble registro artísticoposiblemente registre algún impacto en asuntos de ―visión‖ , recordemos la carrera de escultor delhermano de Pablo Palacio.


[vi] El estatuto cronológico de Flagelo es asunto que requiere esclarecimiento, algunas noticias lositúan como un texto posterior a la publicación de Huasipungo, otras precisamente en el límite de laproducción teatral de Icaza, en el momento previo a su incursión hacia la narrativa. La naturalezafantasmática de la obra de teatro así se constituye en uno de los problemas claves de la historialiteraria. Ver mi ―Jorge Icaza y la dramatización de la vanguardia‖ en Re/incidencias.Anuario delCentro Cultural Benjamín Carrión no. 4. Quito: CCBC, 2007.[vii] Que adicionalmente puede apreciarse en la importancia del número tres, de los tres actores―invisibles‖, opresores al cubo.[viii] Pese a que la obra fue publicada en 1935, nunca fue puesta en escena, esto ocurrió en Quito73 años más tarde. Para más referencias véase ―Paralelogramo en el Sucre‖ El apuntador no 33,Junio, <strong>2008</strong>.[ix] Tomado de http://www.explored.com.ec/ecuador/guedra.htm[x] El melodrama, etimológicamente derivado de la inclusión de contenido musical en la escenaliteraria (melos, canción) acompaña otros textos cubistas en la literatura del Ecuador, confrontar porejemplo, la partitura que da inicio a En la ciudad he perdido una novela de Humberto Salvador a la vezque el extenso registro de poesía modernista musicalizada en la forma de pasillos: el melodramade la nación.


Para mentirme menosBeatriz LeónPAUSADe vez en cuando hay que hacerUna pausaContemplarse a sí mismoSin la fruición cotidianaExaminar el pasadoRubro por rubroEtapa por etapaBaldosa por baldosaY no llorarse las mentirasSino cantarse las verdadesMario Benedetti


Aprendí a ser mujer desde chiquita cuando tenía anteojos grandes y por eso parecía inteligentemás que deportista o bella. Fui creciendo dentro del cariño de mi familia de clase media y en losdos primeros barrios en los que por suerte viví por más de 10 y 5 años, el primero cerca del parqueRodó en Montevideo y luego en el barrio de Iñaquito. A partir de entonces cambiábamos de casacada 2 años cuando terminaba el contrato de arrendamiento. En el colegio resulté ser rebelde y notan mala deportista y por eso conocí mucha gente, muchas mujeres. Mi adolescencia corrió en uncolegio mixto, de la élite económica quiteña, alternaba mis entrenamientos con las visitas a unorfelinato de niñas, el cáncer de mi tía y la colaboración en el hospital de niños. Seguramente asícreció mi afán por hacerme médica pediatra algunos años después. Me enamoré en el camino deesos años de un tímido poeta feminista, ahora amo también como madre a dos lindas adolescentesque cada día enrostran las diferencias de mi país: crecer en mi casa es diametralmente opuesto aestar fuera, a ser una de las miles que no tienen siquiera conocimiento de la violencia en que viven.Este año que termina Ecuador sufrió la campaña publicitaria más feroz contra las mujeres, pasócomo que fuera una campaña política más pero por primera vez abrió los ojos de algunas yalgunos a la combinación de machismo, conservadurismo y falso cristianismo que devela (ojalá conrebeldía) la violencia contra la mujer en nuestro país. Relato tres de las diez historias que, en eltranscurso del <strong>2008</strong>, formaron parte de mi vida, cada historia es una mujer de carne y hueso, no deaquellas enunciadas desde púlpitos o micrófonos con el propósito moralista del ejemplo. Sonhistorias de mujeres que fueron violentadas y victimizadas al no tener acceso justo y limpio a susderechos. Para mí resulta doloroso que las mujeres en mi país no puedan tener los hijos quequieran, cuando quieran y con quien quieran. Desde esa bronca escribo este artículo con laesperanza de modificar la percepción de quienes aspiran a pensar con franqueza en temas que seresisten al simplismo del dogma doctrinal.UnaMaría Angélica tiene casi 14 años, trae a su hija Stacey de 3 meses, viene con la patrona de sumamá porque aquella está trabajando. Han escuchado que yo puedo ayudarles con una fundacióna solucionar el problema de Stacey. La bebé tiene labio leporino y paladar hendido, no ha crecidocasi nada y se mueve muy poco. En el transcurso de esa semana mientras con exámenes y citasdiagnosticamos un defecto en el corazón y otro en el cerebro de esta bebita, aprendo sobre larelación de Stacey con su madre y con su abuela. Trato de decirle a la abuela que es imposibleque María Angélica sea la mamá aunque la haya procreado. Me mira condescendientemente laseñora Pilatunga probablemente con ánimo de decirme mucho más que las cortas frases quetranscribo:-Sí doctorita, eso lo supe antes de que naciera Stacey-¿Por qué dice eso?-Mi hija nunca tuvo menstruaciones, fue “usada” muchas veces por un tío mío que es vecino y toma mucho.Supimos que estaba embarazada al llevarle al hospital donde le hicieron un ultrasonido porque vomitaba


todos los días y pensaron que tenía mal la vesícula. Mi guagua sólo ahí me contó lo que le hacía este malhombre. Yo creo que hasta el día que la operaron de la cesárea porque era muy chiquita y no iba a poderparir ella no entendía bien que estaba embarazada.-¿Qué hizo usted cuando se enteró?-Una enfermera me dio dos datos: el de la comisaría de la mujer para demandar al tío y el de un doctor quehace abortos, es que el médico del hospital nos dijo que era muy riesgoso el embarazo de mi guagua pero queél no podía hacer nada porque la ley dice que todas las mujeres deben parir los hijos.-¿Qué pasó luego?-Ese día dejé a mi hija en la casa y llegué llorando al trabajo. La patrona me dio permiso para ir a lacomisaría pero me dijo que el aborto era un crimen y que además podíamos ir presas. Ha sido muy buenaporque me ha dado los permisos para ayudar a mi guagua con el embarazo y ahora me trae donde usted.Mi hija es muy chiquita, es mentira que ella maduraría con el parto. Sigue siendo muy guagüita y por esoahora yo mismo cargo con la Stacey hasta que viene de la escuela la María Angélica. El problema es que yano me avanzo así que creo que va a tener que encargarse ella misma y aunque sea unos dos añitos no ir a laescuela. Como es buena alumna no se ha de atrasar mucho y ya terminó la primaria que es lo importante, yotuve mi primer hijo a los 15, solo tengo hasta el tercer grado y creo que mi hija sí se ha de graduar un día,por ahora me alegro que sobrevivió el embarazo.Stacey será querida como casi toda criatura que crece, tendrá muchas cirugías en los próximosaños para reparar sus defectos de la cara, su problema cardíaco es menor por ahora, sin embargopuede necesitar reparación a los 4 años para evitar complicaciones a futuro, justamente si seembaraza. De la malformación cerebral solo el tiempo y la estimulación que reciba dirá el grado dediscapacidad que desarrolle. María Angélica no recibe apoyo psicológico por falta de recursos. Elviolador está preso, inicialmente negó ser el progenitor pero con las pruebas genéticas positivascambió la historia a una supuesta seducción que no pudo resistir, ha mencionado querer tenercontacto con Stacey.La historia sigue, como tantas otras que viven nuestras adolescentes y niñas. La estadística fríapor lo cruel del número dice que casi el 20% de las niños nacidos vivos en el 2005 fueron deadolescentes menores de 19 años, esto implica que estas jóvenes quedaron embarazadas y dierona luz durante sus estudios primarios o secundarios con la consiguiente disminución de calidad,tiempo de estudio y niveles finales de graduación, es decir con una clara desventaja enoportunidades de desarrollo y la evidente merma en sus derechos humanos. Pero si por cada niñonacido hubieron otras dos jóvenes que no llegaron a parto, en nuestro país casi un tercio de lasadolescentes se embarazan por lo menos una vez. En Ecuador el 80% de la población general notiene aseguramiento en salud, peor las jóvenes que no pertenecen al 7.5% de la población quereciben cobertura en el seguro social. Es decir que casi la totalidad de jóvenes embarazadas--sillegan a dar a luz-- lo harán en sus casas o en el sistema público. <strong>No</strong> todas dan a luz, es probableque uno de cada tres embarazos termine en aborto, la mayoría provocado clandestinamente. Peropara hacer más monstruosa la cifra de embarazos juveniles, pensemos en cuántos son fruto sino


de un plan al menos de una relación con amor. Las tasas de violencia contra la mujer no sonoficiales, varían y son escasas, recojo las realizadas en el período 99-04 por el CEPAR en laEncuesta Demográfica Materno Infantil (ENDEMAIN 2004).Según la encuesta, en el Ecuador, el 27.7% de las mujeres entre 15 y 49 años reportaron haberrecibido maltrato físico antes de los 15 años; a menor nivel de instrucción mayor reporte demaltrato llegando hasta el 41.4% en Chimborazo. El 43% de mujeres que fueron agredidassexualmente lo padecieron antes de los 15 años. Las mujeres violadas conocen en el 86% de loscasos a sus agresores; es más, la cuarta parte de los violadores eran sus parejas. Por eso es fríoel número, porque refleja el poco amor que tenemos como sociedad a las mujeres y desde queéstas son bien jóvenes.Si María Angélica hubiera nacido en otro barrio, tal vez en el de la patrona, algunas cosas seríandistintas. Ella no estaría sola para que el tío la viole y amenace. Tal vez su madre podría llevarle aun hospital donde se justifique médicamente la interrupción del embarazo, no porque es peligrosopara su cuerpo sino para su vida. La vida de María Angélica, que es mucho más que su cuerpo. Unmédico con más recursos encontraría las justificaciones legales y económicas para provocarmédicamente el aborto o mejor aún dar la medicación que por derecho toda persona debe recibirluego de un acto sexual sin consentimiento y no protegido. Esta niña probablemente recibiríaapoyo psicológico para superar el trauma de la violación y su conciencia difícilmente registraría elembarazo, mucho menos su interrupción.Quienes defendemos el derecho a interrumpir el embarazo lo hacemos, entre otras razones, paraque disminuyan los abortos. Me admira escuchar en las discusiones políticas de todo el abanicoideológico que el problema del Ecuador es la educación. Parece que en esa máxima desde haceun par de décadas todos estamos de acuerdo. Parece también que la mayoría piensa que es unproblema de solución fácil, rápida y barata. La educación sexual que tan pacatamente se divide endiscusión de anatomía y enumeración de peligros generalmente cuando se la ofrece es después delos 15 años y en la forma más descriptiva y aburrida posible. Casi parecería un complot para quesean las dos horas más perdidas del currículo escolar. Muchos académicos saben desde haceaños que la educación sexual empieza en la infancia y que debe ser mucho más que educacióngenital. En mi país los niños y adolescentes tienen más frescura para explorar; tristemente, con losaños van reprimiendo la curiosidad y matando su alegría. Cómo será de difícil la educación sexualque cuando en Ecuador se propone hablar de gozar, de derecho al placer, desde lo alto del podermediático, estatal y hasta académico salen cientos de hombres a escandalizarse por estas―novelerías‖, ni qué decir de hablar, discutir de aquello. La mofa de periodistas y políticos durante laAsamblea Constituyente solo puede explicarse por el miedo, machismo, sexismo y la ignorancia dela casi totalidad de nuestra nación con respecto a temas elementales de sexualidad humana, esiluso pensar que esos adultos darán algún día espacio a la creación de programas que ayuden aconcebir al placer mucho más allá de la genitalidad y sexualidad.


La primera manera de evitar embarazos adolescentes es formándolos en educación, prevención yrespeto. La segunda forma es ofreciendo en forma gratuita y accesible acorde a su edad métodosde prevención de embarazo y de enfermedades de transmisión sexual. Un ejemplo sería dejargratuitamente condones en baños de colegios de modo que no tengan problema en obtenerlos yofrecer en colegios métodos anticonceptivos para los jóvenes que los requieran sin necesidad decontacto con padres ni retórica de abstinencia fuera de tiempo y circunstancia. La tercera esofreciendo medicación inmediata a la falla de protección sea esta incidental o por violencia para enforma emergente prevenir el embarazo no deseado; es decir, métodos que lo previenen luego depenetración sexual. Ninguna de las tres alternativas constituye una opción real de salud yeducación en Ecuador, los dos últimos están contaminados por la ignorancia de líderesgubernamentales y de opinión que contribuyen a aumentar los embarazos juveniles en lugar deprevenirlos.Mayor información puesta al alcance de niños, jóvenes y población general no aumenta lapromiscuidad sexual, al contrario, la previene. Los métodos medicamentosos, especialmente lapíldora del día después, están probados por más de 10 años de ser efectivas para prevenir elembarazo si se usan en tiempo y forma adecuada. Adicionalmente, no son abortíferas, simplementeimpiden la fertilización .Mientras nuestros hijos crezcan aprendiendo que la sexualidad es algo sucio o peligroso,seguiremos criando líderes que prefieren burlarse de las mujeres que piden acceso al gozo o alplacer. Seguiremos teniendo adolescentes embarazadas más de una vez por miedo a pedir quesus parejas usen condones y en muchas personas, como en el caso de María Angélica, los móvilesdel embarazo serán la violencia, la pobreza y el abandono social.DOSLa Señora Fernanda tiene dos hijos de seis y diez años respectivamente. Su matrimonio dedieciséis años ha sido bueno, dice ella. En el último año, el marido ha empezado una empresapropia que casi no le da tiempo porque económicamente les ha costado más de lo que rinde.Ambos tienen la esperanza de que, como además son empleados públicos, van a poder saliradelante en un par de años. Son muy católicos y habían decidido no tener más hijos porque ―laparejita que ya tienen les completa su dicha‖. Fernanda usaba inyecciones hormonales que habíanimpedido su embarazo por varios años, algo falló. Por su edad le recomendaron exámenes desangre especiales, éstos dan una posibilidad de malformación severa del embrión. Tiene nuevesemanas y sabe esto por dos. Su matrimonio estaba en problemas antes del embarazo,probablemente por la tensión económica que han sufrido el último año. Ella ha llorado todos losdías desde que supo del embarazo, me cuenta a mí porque dice no tener con quién hablar. Mepregunta si debe o no hacer la amniocentesis que confirmará la malformación. Le informo que ennuestro país es ilegal interrumpir el embarazo por malformación. Ella me pregunta por qué el


ginecólogo le empuja a hacer el procedimiento. Le digo que es probablemente para que tenga mástiempo para procesar lo que significa tener un hijo con problemas congénitos, que es mejor estarpreparados. Ella me pregunta qué más se puede hacer. Yo no sé bien por qué me pregunta a mí,soy pediatra de sus hijos. Pero también soy mujer. Creo que ella quiere hablar conmigo de muchascosas, su hijo pequeño está jugando en la sala de espera y sé que el breve tiempo que podamosconversar solo aumentará su angustia, pero ella quiere hablar. Lle digo que estoy dispuesta aescucharla y ella llora, quiere llorar, no quiere pensar. Recuerdo haber leído a Naomi Wolf decirque cuando hay dudas lo mejor es escuchar a las mujeres. Le pregunto a quién más le ha contadodel embarazo.-Solo a mi papá, dice. El es un hombre a quien admiro mucho, mi madre murió cuando mi hermano y yoéramos pequeños, nos crió con dulzura pero firmeza. Me pregunta si tengo pacientes con síndromes yle digo que sí, que son muy queridos por sus madres, que son bellas criaturas y que demandan laatención de todos, más que un niño normal. Ella llora y solloza y repite que no sabe qué hacer. Alpoco tiempo me dice que su matrimonio no resistirá un hijo más y peor uno que tenga ―problemas‖.Ella es católica, y en este año electoral parecería que el ser católica significa ser madre por sobretodas las cosas. Escucho cómo su padre le ha sugerido interrumpir el embarazo, él que la hacriado católica y que la quiere tanto. Yo le cuento que hay católicas por el derecho a decidir. Lehablo de que en Uruguay tuve clases de catequismo con una joven que me enseñaba sobre Jesúsmientras vendía sacos en un centro comercial. Me dice, confiesa tal vez, que cree que el aborto esun pecado contra Dios, le pregunto si el divorcio es un pecado tendiéndole una trampa con lailusión de ayudarle a sufrir menos. Pero ella me dice que está desesperada y que hay más de unpecado que siente puede cometer. Yo trato de contarle de mis propias dudas e inseguridades, ledigo de mi largo trajinar hacia el alejamiento de la iglesia católica pero del profundo respeto haciael hombre que seguramente fue Cristo y de cómo en ese camino he leído y releído el cristianismo.Con ánimo de curandera le cuento que aprendí que el pecado es aquello que una después deexaminar su hacer, su decir y sentir encuentra en conciencia moralmente inapropiado; es decir,que la propia iglesia nos enseña que es nuestra conciencia la suprema guía de la persona.En el caso de usted Fernanda, le digo, son todas las circunstancias de su vida: sus dos hijos quecambiarán totalmente la vida y atención a partir del nacimiento del nuevo miembro familiar, suesposo que tal vez no se quede como más del sesenta porciento de padres que abandonan elhogar luego de enfrentar una circunstancia parecida, su trabajo, que no podrá mantener cuandodeba cuidar del hijo enfermo, los recursos económicos que ya son escasos ahora y soloempeorarán después, los recursos psicológicos suyos y del resto de familiares, la energía que hoysiente escasa, y un largo etcétera que no puede jamás medir las consecuencias y justificar losmiedos. Pero Fernanda al final de los sollozos me pregunta si ella es mala por pensar en todo loque existe y ama hoy y que sabe que va a ser distinto luego, que no quiere perder lo que ha creadoen tantos años…qué puedo yo saber de quién es buena. Ella me interroga varias veces sobrecuándo empieza la vida, qué es vida, qué es persona, yo apenas alcancé a decirle que estaba


escuchándola a ella, a la persona que es Fernanda, la madre, la católica que hoy duda. Podía talvez darle números, estadísticas y decirle que es ella quien decide si está pecando o no y que en sureligión el arrepentimiento es la absolución, la reconciliación lograda vía confesión. Al final será ellaquien decida, decidirá incluso si ha pecado y acaso si necesita arrepentirse…Durante la campaña electoral se repitió incesantemente que más del 90% de los ecuatorianos soncatólicos y si bien a momentos la disputa de porcentajes era con evangélicos y otros gruposreligiosos, increíblemente la campaña política tuvo un frente unido en las iglesias para desde elpúlpito reducir la discusión de la interrupción de embarazo al principio de no matar. <strong>No</strong> hubo nidiscusión, ni debate, mucho menos deliberación y en la superficialidad de tachar de buenas ymalas ecuatorianas a la población femenina se enmascaró la necesidad de aprender, escuchar yempezar a buscar vías de solución al problema de la ignorancia en sexualidad en nuestro país.Empezaba a intuir que no sólo se trata de un problema de salud física sino también un asunto desalud mental.Si tomáramos como cierto que la mayoría de ecuatorianas son católicas y que han interrumpido elembarazo en este año al menos el mismo número que en el 2005 , diríamos entonces que más de27 mil mujeres que llegaron a hospitales públicos con abortos en curso estaban pecando. Así, casipodríamos decir que el trabajo de catecismo es tan malo en nuestro país que, lejos de lograradherencia a su doctrina, produce el resultado opuesto al esperado. De hecho los estudiosrealizados sobre mujeres católicas que abortan en países donde es legal y accesible la interrupcióndel embarazo revelan que lo hacen en número similar al resto de la población de distinta religión oateas.Las preguntas pero sobretodo las oportunidades para pensar sobre los derechos a la sexualidad ya la reproducción controlada son incontables. De las preguntas de Fernanda me queda el retumbarde cuándo empieza la vida, qué es la persona, y el valor que damos o no a las mujeres convertidasen recipientes que llevan a humanos, personas, vidas, embriones y fetos convertidos en algo iguala la mujer que lo contiene. ¿La vida es absoluta?, tiene aparentemente valor equivalente para lajerarquía de las iglesias. Hablan de genocidio por las ―vidas asesinadas antes de nacer‖,paradójicamente, a más de 15 días del ataque Israelí en la franja de Gaza no hay una sola voz delas Iglesias protestando en Ecuador contra esos niños, mujeres y hombres muriendo. El valor de lavida es distinto, como distinto es también el derecho a la vida de cada uno.En el momento en que una mujer acepta llevar a término su embarazo, está aceptando la vida queengendra y la persona que un día nacerá. Ese es un valor que tiene evidente legitimidadindependientemente de si fue o no un embarazo planeado y deseado. Esa misma persona que encircunstancias adversas considerará la fertilización de su óvulo, la anidación en su útero, laevolución de un embrión pasajero en su abdomen o hasta de un feto como una situaciónincompatible con la vida de ella también es legítima y es un valor a ser igualmente respetado.


El pensar que las preguntas que me hacía Fernanda se pueden responder simple y rápidamente escasi tan ingenuo como querer contestarlas en abstracto. Por eso, en tiempos electorales, salen losmedios y los líderes que tienen espacio en ellos a dar respuestas imposibles. Tan fatuos fueron losintereses políticos de esos tiempos constituyentes que apenas aprobada la nueva constitución hansido olvidados, seguramente esperando la próxima oportunidad electoral para la desacreditaciónde quienes defienden con su trabajo intelectual, manual u organizacional a mujeres que viven cadadía en silencio esas realidades y decisiones imposibles.TRESHelen es una estadounidense de 22 años que vino de intercambio universitario. Ella estudiaturismo y por eso escogió Ecuador, le pareció un sitio exótico. <strong>No</strong> investigó mucho sobre lascondiciones políticas ni sociales antes de su viaje, porque, como me contó el día en que llegó a mioficina a pedir ayuda, ella nunca había salido de Wisconsin y le alcanzaba con los miedos y laaprehensión de sus padres ante lo desconocido. Ella quería una aventura que además impulsarasu carrera. En Quito conoció mucha gente en las salidas con su familia adoptiva, especialmentecon su nuevo hermano que, a diferencia de ella, estaba muy interesado en las injusticias de supaís. En una fiesta conoció a Marlon y empezó a jugar básquet con el equipo que él entrenaba enel barrio de Carapungo en el norte de Quito. Una de las chicas del equipo dejó de jugar porque―estaba indispuesta‖. Cuando faltó a dos partidos adicionales, Helen preguntó qué pasaba con sucompañera. Le dijeron que seguramente estaría jugando en una o máximo 2 semanas porque yaiban a arreglar su problema. Ante más preguntas y genuino interés Helen fue incluida en lo quesería la experiencia más dura y triste de su visita a Ecuador. Isabel tenía 21 años, vivía con sumarido de dos años y su hermano menor de 4. Su madre la tuvo a ella de adolescente y murió enel posparto de su hermano menor. Su padre la crío junto a sus dos hermanos, uno de 15 y el máspequeño. Cuando ella se casó el padre encargaba con la vecina al más pequeño y fue por eso queella pidió hacerse cargo hasta que el fuera más grande. Su padre le enseñó antes que nadie desexualidad porque siempre quiso que ella fuera madre cuando estuviera lista. Por ser laabanderada de su colegio estaba becada en una universidad privada y estudiaba para serabogada. Quedó embarazada a pesar de tener un dispositivo intrauterino, se dio cuenta a las seissemanas y buscó por cuatro semanas un sitio seguro donde interrumpir el embarazo. El dinero nole alcanzaba y junto con su marido y Helen fueron a una casa para que un señor boticario leayudara pagando solo cincuenta dólares. Ese hombre les dijo que cuando empezara a sangraresperaran hasta que le doliera mucho para ir a cualquier clínica y que indicaran que estabaabortando espontáneamente para que le terminaran el legrado. Los dolores empezaron desde queel hombre le introdujo objetos para provocar el aborto. Ella trató de aguantar pero a las seis horasdecidieron ir al hospital. <strong>No</strong> había camas, buscaron en diferentes centros de atención públicadurante la noche y a la madrugada llegaron a una clínica donde les aceptaron los 200 dólares queHelen pudo sacar con su tarjeta. Solo alcanzó para hacerle unos exámenes, ponerle un suero ypara que el doctor de turno les dijera que tenían que llevarla a un hospital de urgencia porque


necesitaba una operación para sacarle el útero y parar el sangrado. El no podía transferirla porquese notaba que era un aborto provocado y no quería problemas. La amiga de Helen murió en unacamioneta arrendada mientras buscaban un hospital que los aceptara. Helen quería demandar atodos los hombres que habían contribuido a la muerte de su amiga, mientras que los hombres quela querían, su marido, padre y hermanos, le dijeron que no iba a pasar nada y que ellos eranpobres para pelear contra la injusticia de sanciones elaboradas en contra de quienes tuvieran elatrevimiento de intentar planear sus vidas. Todos se sentían culpables porque fue la pobreza laque desencadenó esta muerte, y siendo cristianos, creen que es su deber asumir esa culpa.Helen inició una causa penal contra la clínica privada con la ayuda de la universidad donde está deintercambio. Cuando lloraba por la vida de su amiga no dejaba de agradecer que en su país lacorte suprema desde 1973 despenalizó el aborto; sin embargo, por primera vez en su vida,comenzó a sentir que no hay certezas en lo que los hombres deciden o juzgan y que incluso en supaís aquello por lo que su generación nunca luchó no solo que sufre una clara amenaza sino queen la práctica son pocos los sitios donde la mayoría de mujeres pueden acceder a abortos seguros.Hay entonces formas veladas de escatimar los derechos de las mujeres, incluso en paísessupuestamente desarrollados.Helen empezó un recorrido por la historia de la desigualdad contra la mujer y la injusticia social porla desgracia de una amiga y por su inserción en una familia ecuatoriana, decidió que cambiaría sucarrera para poder ayudar a cambiar a su vez el mundo que recién empezaba a conocer.Las mujeres que deciden interrumpir sus embarazos tienes muchas razones y dolores parahacerlo. Casi siempre piensan en ello todo el tiempo antes y mucho tiempo después del acto.Tienen muchos jueces, por eso generalmente nadie más que una amiga, a veces sus parejas yquien realiza el procedimiento saben de ellas. Ellas como personas, ya no en plural, sino como ella.Aquella que ha pensado casi todo el tiempo en que debe abortar, ella que tiene miedo. Muchomiedo, muchos miedos. Pero los jueces las critican en la radio y en la televisión, en la iglesia, en laescuela, en la casa, en todas partes y con tanto juez cada día hay menos solidaridad y ayuda. Elaborto le suena a ella como algo monstruoso que hace una mala persona, no, una mala mujer.Pocos pueden entender los valores de cada una, la valentía para tomar decisiones a pesar de tantoruido y para padecer los dolores de la clandestinidad que además ponen su vida en riesgo.El riesgo de morir por un aborto clandestino depende en Ecuador de varios factores. Lossobresalientes son:La capacidad socioeconómica que establece que cuanto más pobre es la mujer más alto es el riesgodebido a que esta acude a métodos poco seguros de terminación de embarazo. La accesibilidad quepueda tener a centros de salud que sean capaces de resolver la interrupción del embarazo y en caso


de necesidad las complicaciones que de éste deriven. El Instituto Alan Guttmacher (AGI por sussiglas en inglés) al publicar información sobre el descenso de 35 a 29 abortos por cada mil mujeresentre 1995 y 2003, establece que la noticia positiva se debe a la legalización del aborto y mejoracceso a métodos anticonceptivos en muchos países del mundo.Ecuador sin embargo, está entre los países latinoamericanos que al mantener la ilegalidad de lapráctica también perpetúa anualmente la inseguridad de al menos 33 mujeres por cada mil en edadreproductiva con las consecuencias de muerte, lesiones físicas serias, infertilidad posterior,mutilaciones, problemas psicológicos, suicidios y por supuesto aumento de costos de salud paralas mujeres, sobre todo las pobres. El reporte realizado en conjunto con la Organización Mundialde la Salud vuelve a repetir la conclusión de que las consecuencias de salud son generalmenteseguras donde es legal el aborto y muy peligrosas donde es legalmente restringido. Repite la Dra.Sharon Camp presidenta del AGI que ―…. El primer y crucial paso en hacer el aborto seguro eslegalizando el procedimiento, asegurándose que es realizado por proveedores con habilidadessuficientes y en las mejores condiciones posibles….‖La amiga de Helen ilustra la desatención del país hacia las mujeres en general y hacia los pobresen particular. Es evidente que el costo de la terminación del embarazo va en directa relación conquien lo realiza y la seguridad que aquello implica. Mientras una mujer con recursos puede viajar aun centro médico en el extranjero, una mujer pobre pagará entre 400 y 50 dólares a un proveedorde salud con capacitación médica (médicos y obstetras o estudiantes de esas carreras) bajandoluego a 10 ó 3 dólares por medicamentos o yerbas. También pueden manipularse ellas o sersometidas a golpes por sus parejas o acudir a empíricos con variados métodos como laintroducción de objetos, sondas, yerbas, soluciones salinas concentradas, cáusticas, detergentes,lejía, etc. El estudio de IGA sobre el aborto clandestino en Latinoamérica dice que entre 50 y 60%de mujeres que se auto provocaron el aborto o fueron tratadas por personas no calificadas sufriránalguna complicación. El riesgo baja a 20-30% para las atendidas por obstetriz y 7 a 14% si sonatendidas por un médico. Otro dato ilustrativo de la desigualdad de nuestro continente es el quemuestra que 5 de cada 10 mujeres rurales y 4 de cada10 urbanas pobres tiene complicacionesfrente a 1 de cada 10 mujeres urbanas de clase media o alta. Todo esto se traduce a la alta tasa demortalidad materna que el Ecuador persistentemente mantiene por encima de la mayoría de lospaíses de la región.El parto es en realidad más peligroso que un aborto en condiciones adecuadas. Pero además sonmadres las que deciden abortar con mayor frecuencia; es decir, sus hijos corren el riesgo de laorfandad por la despreocupación social y por ende estatal. Si bien hay muchas niñas yadolescentes teniendo hijos, ellas son 1 de cada 4 de las más de 100 mil anuales que abortan enEcuador. Este tema de por sí debería abrir la discusión sobre los mitos de la maternidad y el falsoculto a la madre que tanto despliegue causa en un solo día del año mientras las abandona los otros364.


Algunas mujeres que buscan interrumpir su embarazo relatan que son sus ginecólogos quienes lesindican a donde ir, muchas veces alegando que el procedimiento médico va contra sus principioscatólicos a pesar de haber sido entrenados para ello durante sus estudios. Estos profesionalessaben que es más seguro un aborto en un centro de salud realizado por un médico. Paradojas delos ―hombres de principios católicos‖ que pueden justificar a un soldado que dispara y mata a unapersona por órdenes de otro o que pueden justificar sus actos si las circunstancias sonapremiantes como en una conocida que paga alto por el aborto. Es difícil admitir que, entrenosotros, si un médico envía a una paciente a un lugar menos seguro para realizar unprocedimiento, si esa mujer muere, este no se siente responsable por los resultados.Al predicar no abortarás ¿se está evitando el aborto? <strong>No</strong> creo que sea posible saber cuántosabortos se previnieron por la agresividad de los discursos de la campaña política. Es importanterecordar que la tasa de abortos inducidos en países donde es legal es prácticamente la misma(cerca de 30 por mil en países no desarrollados) que en aquellos donde el aborto inducido esilegal. Lo que varía brutalmente son las complicaciones de salud como explicamos anteriormente.Lo que podemos afirmar con bastante seguridad es que la campaña política contribuyó a aislar enla soledad de sus circunstancias y decisiones a muchas más mujeres que en años anteriores.También es probable que muchas mujeres fueron lastimadas física y psíquicamente por losprocedimientos inseguros y solitarios que recibieron, algunas murieron. ¿<strong>No</strong> hay culpa en quiénessiendo católicos, pudiendo evitar el daño de esas mujeres no lo hicieron? Es de esperar sinembargo, que también muchas personas hayan empezado a discutir los temas de sexualidad,derechos, y laicismo en Ecuador.Los temas que atañen específicamente a las mujeres son múltiples y van desde la maternidadcomo obligación y sacrificio, el rol de la mujer en la sociedad, la abnegación y no trabajo fuera delhogar, la separación entre el comportamiento sexual, su ejercicio y la procreación, la dificultad decompetir con hombres ante la disyuntiva del embarazo, la jefatura femenina de hogar, en fin tantostemas que dividen a hombres y mujeres y no se resuelven solamente con argumentacionesfilosóficas y abstractas.Un reciente artículo de UNFPA y AGI habla sobre la relación directa entre acceso a anticoncepciónsegura, derechos y salud. La recuperación que el Estado puede obtener en servicios deanticoncepción es al menos de cuatro veces al reducir las necesidades de gasto en salud,educación y otros servicios sociales. En el estudio se afirma que la tasa de embarazos nodeseados bajó en Latinoamérica de 96 a 81 entre los años de 1995 a <strong>2008</strong>, el número deembarazos no planeados sin embargo se mantiene alto cerca de 45 por cada mil mujeres por año.Aproximadamente tantas mujeres con embarazos no deseados obtiene abortos inducidos cuantodan a luz un hijo que no habían planeado tener: en países en vías de desarrollo se hicieron 29millones de abortos y 28 millones de nacimientos no planeados, los demás embarazos terminaron


en abortos espontáneos. En el 2003 los abortos inseguros mataron a más de 66 mil mujeres ydejaron a millones con complicaciones de salud.El Inec dice hoy que somos 13.869.688 de ecuatorian@s. Cada 2 minutos y 40 segundos nace unecuatoriano , cada día en el Ecuador más de 200 mujeres tiene un aborto . Un cuarto sonespontáneos pero con mucha estigmatización de cualquier forma y casi sin apoyo psicológico osocial. <strong>No</strong> disminuyen los abortos por su legalidad, son todos los esfuerzos sociales y estatales queanticipan su necesidad los que determinan la disminución. El hacer tema constitucional a laconcepción y por tanto a la interrupción del embarazo fue un error que debió transformarse eninformación, educación y deliberación. Debemos esforzarnos por lograr esa deliberación y con ellala despenalización así como el libre y oportuno acceso a la anticoncepción. Es un tema de mujeres,que nos afecta a todos los ecuatorianos. Es bueno tener presente que las cicatrices que tantasmujeres deben sanar son solo de ellas, los hombres jamás las deberán soportar, y sin embargoson no sólo quienes contribuyen a causarlas sino quienes impiden su curación.Tal vez un día escuchemos a una mujer de 21 años contando cómo aprendió del amor y el placerdesde chiquita en su escuela y casa, que fue por eso que escogió cuándo, con quién y por quéhacía el amor. Que sepa además la historia de sus abuelas, de cómo aprendían que el sexo traíaenfermedades o hijos cuando no machismo y violencia y que todo estaba acompañado deestigmas y miedos, que para ellas disfrutar significaba culpa y miedo. Pero que finalmente llegóuna revolución contra esas taras y que empezó en el 2009, cuando una resistencia contra ladestrucción de las vidas y los valores de las mujeres generada desde múltiples frentes fue lograndoel respeto al carácter concreto de cada decisión tomada en la encrucijada de la conciencia y lanecesidad.1. INEC. Anuario de estadísticas vitales-Nacimientos y defunciones, 2005.2. un número estadístico conservador por el escaso acceso a métodos anticonceptivos y laalta probabilidad de aborto espontáneo en este grupo etáreo3. Según ENDEMAIN 2004: ―… casi el 10 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años de edadreportó que en el transcurso de su vida había experimentado alguna forma de violenciasexual, el 7 por ciento que fue forzado sexualmente (con penetración) y el 4 por cientoalguna situación de abuso sexual (sin penetración). El 1.3 por ciento de las mujeres reportóque había sido víctima de ambos tipos de violencia sexual‖.4. Fuente CEPAR: Centro de Estudios y Desarrollo Socaial en http://www.cepar.org.ec/


5. En marzo <strong>2008</strong> la asambleísta Soledad Vela intentó comenzar la discusión sobre elderecho al placer y goce sexual a pretexto de la construcción de capítulos sobre derechosde mujeres, equidad, acceso y educación sexual. En un increíble ejercicio de trivializaciónla mayoría de periodistas hombres de inmediato iniciaron una campaña contra Vela y otrasmujeres de la Asamblea Nacional que variaban desde la poca necesidad de ―hablar deesas cosas‖ hasta ―la imposibilidad de juzgar o castigar a los incapaces de dar orgasmos asus esposas‖. De más está decir que discusiones serias o al menos espacios adecuadosen los mismos medios para exponer las razones para iniciar este debate nunca se dieron yque a lo sumo existió un profundo desconocimiento y miedo a hablar de sexualidad y deviolencia contra la mujer. En lo personal me queda la sensación de muchos hombresaterrados al encontrar su virilidad amenazada o descubierta como ausente y por tanto elsarcasmo y la burla fueron sus refugios contra la probable exposición. Revise el lector lodicho con una simple búsqueda en internet: derecho al goce sexual Ecuador, sin dudaFreud disfrutaría escribiendo sobre los miedos de tantos machos ecuatorianos del siglo XXI6. (una persona que solicita anticonceptivos ya pasó el punto de la abstinencia y el intento depersuasión solo alejará la posibilidad de prevención de embarazo y enfermedades detransmisión sexual).7. Llamados erróneamente ―píldora del día después, o anticoncepción de la mañanasiguiente‖ . Esta medicación se puede utilizar inmediatamente hasta 5 días después de laactividad sexual de riesgo reduciendo en casi 90% la probabilidad de embarazo. Es ciertosin embargo que la efectividad se reduce linealmente despue´ses de la demora de 12horas en su toma. <strong>No</strong> es un método anticonceptivo de rutina, los mejores métodos en esesentidos son los usados antes y o durante el acto sexual. La introducción de un dispositivointrauterino reduce en 99% el riego y es un método bueno para quienes están en relaciónmonogámica prolongada, evidentemente no era el caso de Ma Angélica.8. La Academia Americana de Pediatría en el 2005 al publicar la Política declaratoria deanticoncepción de emergencia enfatiza que: ― ..la preocupación de que el uso general de laanticoncepción de emergencia va a estimular la práctica de actividad sexual no protegidoen adolescentes no tiene apoyo científico en la literatura Similar declaración realiza elmismo año (y ambas siguen vigentes) el Colegio Americano de Gineco-obstetricia.Con mucha mala fe personas con agendas religiosas y políticas de derecha que rayan enla misoginia han distorsionado y mentido sobre el método de acción de la anticoncepciónde emergencia. El estudio y evidencia científica publicada al respecto con claridad indicanque los mecanismos de anticoncepción de los métodos hormonales de anticoncepción deemergencia interfieren con la migración de espermatozoides, previene ovulación o hacenque los óvulos producidos sean resistentes a la fertilización. Todos estos mecanismosprevienen la fertilización por tanto no inducen abortos. Un excelente artículo escrito por dos


de los miembros del comité de la FDA que aceptó la venta sin necesidad de prescripcióndel levonorgestrel como método de emergencia para prevenir el embarazo publicaronen JAMA. 2006;296:1775-1778 un excelente artículo que resume los mecanismos deacción de la medicación señalada así como la absurda y siniestra manipulación de datos ytemores para evitar el uso de evidencia científica apropiada para la política pública desalud y educación. El artículo se titula Plan B and the Politics of Doubt y está escritoporFrank Davidoff, MD; James Trussell, PhDAbundante información científica sobre estos dos puntos puede el lector encontrar en lapágina web de la Organización Mundial de la Salud OMS: www.who.int9. Ministerio Salud Pública citado en el Telégrafo viernes 9 de enero 2009. Pg 8 que solo enhospitales públicos 26923 mujeres fueron atendidas por abortos solo en hospitalespúblicos, si ha eso se agregan los centro de salud privada y clandestinos el numero confacilidad supera los 100 mil.10. Información tomada de web: católicas por el derecho a decidir, CPDD. : Las mujeres,incluyendo a las mujeres católicas, toman decisiones tanto a favor como en contra del aborto. Enrealidad, estudios recientes muestran que las mujeres católicas tienen abortos en un promediocomparable al resto de las mujeres en la población en general. (1994-1995, The Alan GuttmacherInstitute)11. http://www.guttmacher.org/media/nr/2007/10/11/index.html12. Alan Guttmacher Institue, 1994. Aborto Clandestino: una realidad latinoamericana (NewYork:The Alan Guttmacher Institute13. Un aborto quirúrgico tiene riesgo de muerte 1 en un millón si se lo realiza hasta el día 63de gestación, el valor baja a 1 en 100 mil si es aborto espontáneo, mientras que un parto atérmino tiene un riesgo de 1 en 10 mil. Fuente MedGenMed v.8(2), 2006 Mifepristone-Misoprostol Medical Abortion Mortality Mitchell Crinin, MD, Paul Blumenthal MD and LeeShulman MD14. La OMS define el aborto inseguro como “ un procedimiento …llevado a cabo por personas quecarecen de habilidades y preparación adecuada o en un ambiente que no tiene los mínimosestándares médicos, o ambos. La OMS estima que hay alrededor de 40 millones de abortosinducidos anuales y que 20 mil resultan en la muerte de la mujer. En latinamerica 25% de lamortalidad materna es causada por aborto inseguro.


15. La calidad de vida de las mujeres en comparación a la de hombres fueron expuestas en laEncuesta de Uso de Tiempo realizada para el Municipio de Quito en el 2005. El promediode tiempo dedicado a trabajo extradoméstico y al no remunerado es de 18 horassemanales más que los hombres. La distinta calidad de vida entre hombres y mujeresparte también de qué hacen y cuando lo hacen cada uno.16. AGI Contraception: An Investment in Lives, Health and Development December<strong>2008</strong>17. OMS Unsafe abortion:Global and regional estimates of incidence of unsafe abortion andassociated Mortality in 2003 5th ed, Genva WHO, 200718. http://www.ecuadorencifras.com/cifras-inec/main.html19. Si son 30 por cada mil mujeres en edad fértil en realidad el número es mayor, por esotomamos un dato conservador en base a estadísticas del 2005 citadas previamente.


Sor Juana Inés de la Cruz y su RespuestaClary LoiselSor Juana Inés de la Cruz ha gozado siempre de mucha fama como poeta, pero en los últimosaños muchos críticos han dedicado sus investigaciones a su producción prosista. Hoy, seconsidera que su obra La respuesta a sor Filotea es tan famosa como su obra poética. Se la hallamado el primer manifiesto feminista y no cabe duda que lo es. Pero existe más de una


manifestación dentro de ella. Creo que además de exigir que las mujeres tengan el derecho aestudiar, ella mostraba sutilmente como podía llegar al centro del dominio patriarcal, pero tuvo queaceptar su rol como peón en un partido de ajedrez entre unos obispos de altas filas.Como sabemos del ajedrez, los peones son las piezas más prescindibles y parece que sor Juanadesempeñó este mismo papel entre los clérigos de su época. En esta ponencia pienso mostrarcómo ella se trasladó desde la periferia hasta el centro. Para lograr tal meta quisiera enfocarme enla Respuesta. Será necesario revisar la historia del texto; examinaré los núcleos de significación yfinalmente quiero concluir enfocándome en la marginalidad de sor Juana y como le afectó a ella ysu obra.Como muchas obras del período colonial, la Respuesta es difícil de ubicar dentro de la división degéneros literarios. Algunos ejemplos incluyen el Diario de Colón y La verdadera historia de laconquista de Bernal Díaz de Castillo. La Respuesta es sin duda una carta, pero dentro de tal cartavemos una autobiografía. Se ha escrito que la carta es como una subespecie del géneroautobiográfico, junto al diario y también a la autobiografía formal. Y hay que recordar que es ungénero preferido por la mujer y a la vez, un género devaluado en relación al canon.Al examinar la Respuesta es necesario contextualizarla; no se la puede entender sin hacerlo. Porejemplo, hay que saber por qué la escribió, quién fue el receptor de ella y la relación desubordinación de sor Juana con éste.A finales de noviembre de 1690 se publicó en la ciudad de Puebla un folleto de ―lóbrego título:Cartaatenagórica de la madre Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa de velo y coro en el muy religioso conventode San Jerónico…Que imprime y dedica a la misma sor Philotea de la Cruz, su estudiosa aficionada en elconvento de la Santísmia Trinidad de la Puebla de los Ángeles .‖ La palabra ―atenagórica‖ significa dignade la sabiduría de Atenea. Esta carta de sor Juana es una crítica a un sermón del Mandato deljesuita portugués Antonio de Vieyra. Se llama sermón del Mandato al que se predica el JuevesSanto en la ceremonia del lavatorio. Los sermones y las cartas de Vieyra fueron publicados enespañol varias veces, pero el que criticó sor Juana había sido pronunciado cuarenta años antes. Ycomo dice Octavio Paz: ―<strong>No</strong> es menos extraordianario que su autor, desterrado en Brasil, no sehaya enterado nunca de la crítica de sor Juana‖ (Paz 511). Había una disquisición filosófica acercade las finezas de Cristo y se discute cuál fue la mayor de ellas y sor Juana rebate a Vieyra. SegúnPaz, esta obra está escrita en un lenguaje claro y directo; las frases no se alargan demasiado. Esuna carta polémica y teológica. Está dirigida a un destinatario desconocido aunque, a juzgar por laforma respetuosa y deferente con que lo trata, de alto rango (512).Sor Filotea admira tanto la crítica de sor Juana al sermón de Vieyra, que la publica a su costo. Almismo tiempo le amonesta su dedicación a las letras profanas y la reprende por no consagrarse alos ―asuntos sagrados‖, o sea, a la teología. Sor Juana escribe por mando la crítca y con lacondición de que no se le dé publicidad; no obstante, acepta que se publique e incluso más tarde,


en la Respuesta dice ―que no sabe agradecerle tan sin medida de dar a la prensa mis borrones‖(440). Todo esto nos hace volver a algunas de las preguntas iniciales: ¿quién era el destinatario dela Carta de sor Juana y luego de la Respuesta?Sor Filotea y el receptor de la Carta y de la Respuesta eran una sola y única persona, el obispo dePuebla, Manuel Fernández de Santa Cruz. Él también fue el autor de la Aprobación del escrito. Sóloel destinatario que tenía el alto rango del obispo podía publicarla. La amistad entre sor Juana y elobispo era antigua. Ellos (y otros intelectuales y clérigos) formaban un grupo ligado por la amistade intereses comunes. En esa época se nombró Francisco Aguiar y Seijas como arzobispo deMéxico cuyas intemperancias debían haber irritado al obispo de Puebla y a sus amigos.El nombramiento de Aguiar y Seijas había sido obra de la Compañía de Jesús. En México losjesuitas no sólo dominaban la educación superior sino que, a través de este arzobispo misóginoejercían una influencia muy profunda en la Iglesia y el Estado. También, hay que recordar queAguiar y Seijas era uno de los grandes admiradores de Vieyra. Según Paz, su amistad era tal queen 1675 y en 1678 se publicaron en Madrid dos volúmenes de traducciones de sermones deVieyra, ambos dedicados a Aguiar y Seijas. <strong>No</strong> parece difícil deducir de todo esto que el personajeque podía sentirse afectado por la crítica de sor Juana no era Vieyra, ausente y ajeno a todo, sinoel arzobispo Aguiar y Seijas. Atacar a Vieyra era una crítica indirecta a Aguiar (525).Para entender lo que queda del asunto hay que examinar la rivalidad entre Fernández de SantaCruz y Aguiar y Seijas. El primero había llegado antes a México. El obispado de Puebla era el másimportante de Nueva España, después del de México y era natural que, a la salida de fray Payo, elobispo Fernández de Santa Cruz aspirase a ese puesto y también al de virrey. El otro aspirante alarzobispado de México era Aguiar y Seijas, en aquel entonces obispo de Michoacán. Paz nota queSanta Cruz ―tenía mayor popularidad en Nueva España, su experiencia era más rica, detemperamento más moderado…‖ (525). Aguiar gozaba del apoyo de los jesuitas y de otrasautoridades del clero metropolitano, tenía fama de sostener severos principios y gozaba deprestigio intelectual, como lo muestra la dedicatoria de Vieyra.De acuerdo con el libro de Paz, se nombró a Fernández de Santa Cruz el arzobispo, ―pero huboalguna poderosa interferencia que hizo cambiar finalmente la decisión de Madrid a favor de Aguiary Seijas‖ (526). Al repasar, la Carta atenagórica se advierte que más que una crítica a Vieyra erauna verdadera crítica hacia Aguiar. Peor todavía, la hace una mujer porque, según loshistoriadores, Aguiar odiaba y despreciaba a las mujeres. La Carta fue publicada por el obispo dePuebla quien escribe además un prólogo (bajo el seudónimo de sor Filotea). Pero al escribir eseprólogo tan ambivalente, en el que, por un lado, la alaba y por otro, la amonesta, Santa Cruz setransforma en el enemigo de ella. Es probable que en un principio haya entrado en el juego delobispo, contestando a un arzobispo totalmente misógino, con sus argumentos (―los de una mujer‖),lo cual resulta bastante arriesgado. Así, la reacción de sor Juana fue su escritoRespuesta a sorFilotea en marzo de 1691, la cual es su autodefensa.


La Respuesta puede organizarse de acuerdo con varios núcleos de significación: la omnipresenciade la Inquisición, una defensa de letras profanas, un aparato erudito, su autobiografía, y lasmujeres, la mujer, yo mujer.Sor Juana declara que acercarse a la sabiduría fue acercarse al fuego de la persecución: ―Una vezlo consiguieron con una prelada muy santa y muy cándida que creyó que el estudio era cosa de laInquisición y me mandó que no estudiase‖ (458). Pero ella encuentra otra manera de estudiar—laobservación.Su propia defensa tiene un tono de alegato que es también la justificación de por qué no se dedicaa los asuntos sagrados: ―Si el crimen está en la Carta Atenagórica… Llevar una opinión contrariade Vieyra fue en mi atrevimiento, y no lo fue en su Paternidad llevarla contra los tres Santos Padresde la Iglesia?‖(468). Ella concluye diciendo que la libertad intelectual es la posibilidad de disentircon las opiniones del otro (469).El lenguaje de la Respuesta muestra la erudición de sor Juana. Aunque se considera su uso y tal vezabuso de la erudición como un gesto natural de la época, ella la utiliza como confirmación ante losdemás de que sí, ella sabe. Ella ha estudiado las obras clásicas; muestra su sabiduría del latín. Acontinuación, sus referencias a las mujeres que habían demostrado sus habilidades intelectualesintentan hacer una justificación para ella. Resumiendo con la Respuesta, sor Juana presenta unaparato erudito que utiliza para apoyar o justificar cada una de sus afirmaciones y que puede versecomo núcleo independiente, porque repite en otro registro, lo mismo que la carta narra.Además de que la carta de por sí la ubicaría dentro de la autobiografía, hay dentro de ella unaautobiografía voluntaria; es decir ella está leyéndose a sí misma dentro del mundo, o sea, realizauna autobiografía intelectual. Es anecdótica. Vemos que aprendió a leer a los tres años, que ella seprohibe comer queso porque decían que quitaba la inteligencia, que quiso vestirse de hombre parair a la universidad, se cortaba el cabello y se imponía la disciplina de aprender tal o cual cosa(como latín) hasta que creciera tanto como se había cortado (445-6). El estudio está relacionadocon su autobiografía. Sor Juana dice que quiere estudiar teología pero lo niega al decir que antestiene que estudiar las disciplinas auxiliares. (447). ¿Cuándo llegaría a la teología? Según ella,nunca. El tipo de saber que busca sor Juana es humanista: quiere estudiar y dedicarse adisciplinas engarzadas unas con otras:Y en fin, como el Libro que comprende todos los libros, y la Ciencia en que se incluyen todas lasciencias, para cuya inteligencia todas sirven; y después de saberlas todas (que ya se ve que no esfácil, ni aun posible) pide otra circunstancia más que todo lo dicho, que es una continua oración ypureza de la vida, para impetrar de Dios aquella purgación de ánimo e iluminción de mente que esmenester para la inteligencia de cosas tan altas; y si eso falta, nada sirve de lo demás. (449)


Finalmente, Sor Juana dice que ella está dentro del dominio privado, que es una pobre mujer quetanto lee como mira freír un huevo, pero con esta actitud está cuestionando, atacando yamenazando uno de los puntales de la sociedad patriarcal (449-50). Esta declaración nos introduceen un punto clave de la literatura escrita por la mujer: hacer que lo privado sea lo público. Lasociedad patriarcal delimita los campos de la mujer: lo privado es para la mujer y no puede salir deesto y lo público es para el hombre y la mujer no puede entrar. Además, sor Juana discute laafirmación de San Pablo Apóstol: ―Mulieres en Ecclesius taceant‖ (―que callen las mujeres en lasiglesias‖). Sor Juana escribe lo que ella piensa que él quería decir (467).Marginalidad: Algo que aparece reiteradamente en la literatura escrita por mujeres es esa luchaentre el centro y el margen; centro y periferia, algo que no es exclusivamente femenino sino queaparece en la literatura que no se escribe desde los centros del poder. En Sor Juana elenfrentamiento del margen versus centro se complejiza en varios sentidos. Primero, ella escribedesde la colonia (o sea Hispanoamérica—la periferia). Aunque logra fama en España (lametrópoli), su obra se sitúa en esa tensión entre colonia y metrópoli. En 1680 se publicó el primertomo de sus obras completas en España. Si muchas de sus afirmaciones se refieren al tópico de lafalsa modestia es porque su obra ha conseguido lo que pocos: ser conocida y respetada enEspaña. Ella lo sabe y juega con esto. Segundo, la pugna entre el saber intelectual, científico (quetiene antecedentes del renacimiento) y el saber teológico. El predominio de la compañía de Jesús ysu política antireformista hace más importante la aceptación del saber teológico que promueve laIglesia más que la experimentación. Y finalmente, ser mujer cuando lo que está en el centro es lasociedad patriarcal. Esto es algo que ella rebate acudiendo a ―la treta‖ de lo doméstico, de loprivado. Está entre la aceptación el desafío. Josefina Ludmer escribe que ―La treta…consiste enque, desde el lugar asignado y aceptado, se cambian no sólo el sentido de ese lugar sino el sentidomismo de lo que se instaura en él. Como si una madre o ama de casa dijera: acepto mi lugar perohago política o ciencia en tanto madre o ama de casa‖ (53).Al principio Ludmer nota que hay varias marcas de la marginalidad en sor Juana, o seadesplazamientos hacia al centro: transgresiones, silencio final, triunfo del orden establecido; ladevuelven a la situación periférica. La Respuesta es importante porque se sitúa en el momento deagudización de todos estos conflictos y en el momento en que su pluma había alcanzado madurezy fuerza. <strong>No</strong> vemos aquí un problema señalado como recurrente en la mujer que escribe que seincluyen las preguntas: ¿Cómo apropriarse del discurso racional? o ¿cómo entrar en el mundoracional dominado por el hombre, en el ―palacio del discurso racional?‖ de Gubar y Gilbert.El problema de sor Juana es que lo dejan permanecer en él; ella reclama para sí el mundo racionalcomo esfera propia con lo cual introduce una cuña, un desacomodamiento dentro de lasconcepciones biologistas acerca de la mujer (es decir, la mujer tiene que permanecer en el mundode los instintos). La obra de sor Juana y especialmente esta carta, aún hoy sigue en lucha con elcanon con una crítica literaria condescendiente o reduccionista.


Después de escribir la Respuesta, sor Juana tuvo que enfrentarse a las consecuencias. Ellasincluyeron un silencio total del obispo de Santa Cruz; evidentemente esperaba un mayoracatamiento y sumisión por parte de sor Juana y cuando no los recibió, no le volvió a hablar.Además de esto, su confesor, el jesuita Antonio Núñez de Miranda, le retira sus servicios; se niegaa verla. Ella abandona las letras, entrega todos sus libros, instrumentos musicales y de ciencia alarzobisop Aguiar y Seijas para que los venda y con el dinero haga limosnas. Ella decide llamar a suantiguo confesor lo cual equivalía a una retracción. Se convierte en una penitente y muere a los 46años durante una peste mientras cuida a sus hermanas. Paz ha escrito que ―el acto de sor Juanafue considerado por sus contemporáneos y después por muchos críticos como sublime. A mí meparece el gesto de una mujer aterrada, que pretende conjurar a la adversidad con el sacrificio delos que más ama. La entrega de la biblioteca y de la colección de instrumentos y objetos fue unaverdadera proposición destinada a aplicar con el poder enemigo: Aguiar y Seijas‖ (555).Quizás, Jean Franco lo resumió muy bien al decir: ―Potencially a threat to clerical power, themystical nuns of New Spain ceded discursive space and did not trespass on male preserves suchas the pulpit, the body politic, and publication. Sor Juana Inés de la Cruz, on the other hand, notonly trespasses, at least symbolically, on clerical terrain but directly defied the clergy’s feminizationof ignorance‖ (23).Sor Juana es, sin duda, una de las mujeres más importantes del movimiento feminista del mundooccidental. Por lo general, los críticos interpretan los años finales de sor Juana como una derrota, como unaevidencia de que finalmente calló. Claro está que la lucha para poder estudiar se acabó para y con ella.Después de la Respuesta no apareció ninguna “voz” tan alta como la suya en todo el mundo hispánico.Hubo que esperar hasta el siglo XIX para encontrar otras como ella (Flores 17). Pero las resonancias de suspalabras permanecen aún más en la lucha de hoy1. Obras completas. ed. De Alfonso Méndez Plancarte y Alberto G. Salceda. México D.F.:Fondo de Cutura. 1951-1957. Todas las citas en este artículo respecto a la paginación serefieren a esta edición.2. Paz, Octavio. Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe. México D.F.: Fondo de Cultura.1982. Este libro examina muchas de las obras de sor Juana. Contiene mucha informaciónhistórica para que se pueda contexturalizar la obra.3. En este pasaje de la obra sor Juana también quiere justificar el hecho de que ella noestaba de acuerdo con Vieyra ni tampoco tenía que concordar con él en todo.4. De su parte sor Juana acepta que las mujeres no hablen en los púlpitos y en lecturaspúblicas, pero defiende la enseñanza y el estudio privado.


5. Obras citadasFlores, Angel and Kate Flores. The Defiant Muse. New York: The Feminist Press, 1986.Flyn, G. Sor Juana Inés de la Cruz. New York: Twayne Publishers, 1971.Franco, Jean. Plotting Women. New York: Columbia Press, 1989.Ludmer, Josefina. ―Tretas del débil.‖ La sartén por el mango. Ed. Patricia González.San Juan: Ediciones Huracán, 1984. (47-62).Paz, Octavio. Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. México D.F.: Fondo deCultura, 1982.6. Sor Juana Inés de la Cruz. Obras completas. Eds. Alfonso Méndez Plancarte y AlbertoG. Salcedo. México D.F.: Fondo de Cultura, 1951-1957.


IntroducciónAlvaro AlemánEl presente número de Radicales Libres aborda la producción narrativa de varios niños y niñasquiteños enrolados en un programa de refuerzo educativo para jóvenes que participan en el mundodel trabajo, organizado por la Federación de Barrios del <strong>No</strong>roccidente de Pichincha y enrolados enun proyecto de aprendizaje en medios. El proyecto generó los documentos visuales que LiberArtepone aquí a consideración del público y aspira, junto con los textos que los escoltan (uno de ellos,una meditación sobre la marginalidad literaria, el otro, un testimonio de uno de los participantes delproyecto) a contribuir a generar materiales para pensar los relatos juveniles aquí propuestos.


Andrew Quitmeyer se pregunta si es posible abordar estos textos desde la plataformahermenéutica de la alegoría. De hecho, los relatos son tan ricos y variados, tan frescos y distintos,que el reflejo de quienes entran en contacto con ellos se dirige hacia la posibilidad de verlos comoindicios de algo más.La tendencia a ver en la expresión artística juvenil un realismo insuficiente con frecuencia semanifiesta en lecturas paternalistas. El recurso a la alegoría intenta eludir la trampa de unainterpretación autosuficiente. El hecho es que la alegoría considera las complejidades y losdesajustes en que incurre todo ejercicio de este tipo. La palabra deriva del griego allos +agoreuein, ―el otro + expresar‖ y de hecho estos textos hablan, o expresan, o indican, al otro:niño/a, trabajador/a. Aunque la alegoría consiste, también en hallar, bajo el velo ornamental de sudiscurso, los rastros de un significado adicional. La alegoría es así tanto decoración como decoro,el placer de la ornamentación y el recato de la prudencia. La alegoría expresa la interrelación queexiste entre mundos pequeños y grandes.El hecho es que nos vemos en la presente instancia, ante la dificultad de pronunciarnos sobre unmodo discursivo emergente: literario hasta cierto grado, pero insuflado de intensidades expresivasdistintas: la ilustración, la animación, la incorporación sobretodo, del/la autor/a, a nivel físico, dentrodel relato visual. Se trata así de un registro bio-gráfico, derivado de los llamados géneros de larealidad, que se inserta con comodidad, en el plano imaginativo. Son niños que se escriben, sepintan, se citan, se ilustran, se decoran y se muestran.El impulso del proyecto del Rincón del Relato fue, desde el inicio, generar una dinámica y unaproducción centrada en el sujeto. La idea fue/era, facilitar las historias de los mismos protagonistasy contribuir a su generación. De esa forma, aunque las intervenciones editoriales existan, el relatose construye abiertamente en cooperación con los deseos de los actores (literalmente). <strong>No</strong>queríamos conocer de las vidas de estos jóvenes sino lo que ellos nos querían mostrar y lo quequerían comunicar, en todos los casos, pasaba por la ilustración de su rica vida interior.Todo esto nos regresa al problema de la interpretación, o del aprendizaje de nuevas formas delectura en las que la alegoría juega un papel crítico. <strong>No</strong> queremos doblegar estos textos a lospatrones hermenéuticos de una textualidad discreta y no cooperativa, queremos generar otras víasde ingreso. El problema histórico de la literatura juvenil consiste en el trastrocamiento de clavesexpresivas juveniles por las del mundo adulto, a nombre de la corrección gramatical o el decoroestético.Creemos que no hay razón alguna para suponer que estos relatos deban dejar a un lado su pasiónpor decorarse ni para creer que nuestros hábitos de lectura deban dejar a un lado el decoro,aunque aspiramos a una clave de acercamiento a estos textos (y a muchos otros por venir) que


econozca la afinidad entre ambos momentos. El hecho es que vivimos un momento deaceleramiento de procesos alegóricos, para el que difícilmente nos vemos preparados,posiblemente estos textos faciliten nuestra transición.Una nota final para la asignación de créditos: Andrew Quitmeyer fue quien diseñó el proyecto y loimplementó desde el frente tecnológico, Cecilia Castelnuovo ofreció su expertise educativo y clínico,Gabriela Alemán contribuyó con conocimientos narrativos y Luis Robles e Inés Chiluiza fueroninstrumentales en proveernos de cariño, entusiasmo, logística y conocimiento. Un agradecimientoespecial hacia Ligia Salvador, Alex Cansignia y Alexis Quishpe por su apoyo y voluntad y otro a lafamilia de Luis Humberto Salgado, tal vez el más grande músico que ha producido el Ecuador, porpermitirnos el uso de su ―Sinfonía a Atahualpa‖ en la elaboración del relato de Vicky Chugá.Felicitaciones y agradecimientos sobre todo a todos los participantes en el proyecto y ante todo alos/las niños/as.


¿Puede explicar esto?Andrew QuitmeyerTraducción Alvaro AlemánEl año pasado, durante el día de navidad, me senté, en una productora de animación, con un grupode entusiastas ejecutivos, en Shenzhen, China. El propósito de la reunión era causar la admiraciónde estas personas con una serie de ideas destinadas tanto a transformar su reputación en losmedios de China como a ofrecer servicios educativos en la región. Pese a su entusiasmo, losdirectores desestimaron cada una de mis ideas, apenas estas salían de mi boca, debido a undesfinanciamiento general de la productora.


Un pequeño tramo de mi presentación, sin embargo, se rehusaba a desaparecer de la discusióndebidoen su mayor parte, me parece, a que causaba en ellos perplejidad. ―¿Puede explicar esto?‖me preguntaba con insistencia el jefe de la organización, respecto a un corto animado que tratabasobre dos dragones con aliento de fuego que perseguían a un mago malévolo (el mago mostrabaun gran parecido con mi persona). Les conté entonces sobre el origen de estos cortos, hechos enun taller de narrativa multimedia, sin fines de lucro, con niños, con el objetivo de enseñarles agenerar sus propios relatos. Expliqué entonces que mi idea era elaborar talleres similares endistintas partes de la ciudad para después poner los cortos de los niños al aire, entre laprogramación televisiva existente, con el doble propósito de ofrecer un servicio a la comunidad y delograr que los niños desarrollen su aprecio por el trabajo de sus pares. Esto nos llevó a una largadeliberación china entre los concurrentes que duró hasta que el traductor dijo, ―nos gusta mucho laidea pero, qué quiere decir ―sin fines de lucro‖‖?--―Significa que no producimos utilidades directamente de los talleres‖.--―<strong>No</strong> entendemos‖.--―Pues que los talleres se realizan de manera gratuita miǎnfèi” .-- “ Eso no tiene sentido” .Era de esperarse que el grupo no encontrara sentido en esa parte de la propuesta, se tratabadespués de todo, de un negocio y el objetivo de todo negocio es generar dinero. <strong>No</strong> importa cuánnoble la propuesta, la realidad final se mantenía igual: tendríamos que encontrar una manera degenerar fondos. Yo estaba satisfecho trabajando con el estudio, aunque desilusionado porque losúnicos que se beneficiarían directamente de estos talleres serían los hijos del privilegio, puesto quetendrían que producir las sumas importantes de dinero que el estudio exigía.Esto me llevó a rememorar mi experiencia en el Ecuador y el hecho de que, de alguna forma,pudimos eludir las restricciones del provecho, la ganancia y empezar a ayudar directamente aaquellas personas que más lo necesitan. Llegué a Quito en mayo del <strong>2008</strong> con equipo deproducción y con muchas ganas de ponerlo a trabajar. Ya que había estado produciendo talleresde producción animada en los EEUU por un par de años se me había ocurrido que sería posibleque alguien se interesara en producir una versión en miniatura de mis talleres con algunos niñosecuatorianos. Hacia el final del primer día, sin embargo, me encontré atónito debido a laconvocatoria que mi contacto en Ecuador, Alvaro, había logrado. Mientras que en los EEUU, parainiciar una sesión, yo debía exprimir a la comunidad durante mucho tiempo para lograr voluntariose interesados, me encontré con un grupo estupendo de catorce estudiantes y un número casi igualde voluntarios, todos, ansiosos de iniciar la experiencia. Nunca antes había tenido el lujo de unasesión con un número tan grande de voluntarios fervorosos.Esto no es para decir que las cosas funcionaron más fácilmente en el Ecuador. La pobreza de mimanejo del castellano facilitaba la constante aparición de inconvenientes, incluso al margen de la


uena voluntad de los voluntarios. Casi siempre, durante las dos semanas que pasamos juntos, sepresentaba una inestabilidad dentro de la obra mayor que a veces amenazaba con hacernoszozobrar. Por ejemplo, el segundo día del taller, Alvaro y yo llegamos al lugar de encuentro yhallamos un salón vacío debido a que surgieron problemas de transporte con los participantes.Algunas autoridades escolares decidieron retirar su colaboración del proyecto aduciendo que losestudiantes perdían valiosas horas de instrucción y que no podían prescindir de ellas. El grupo deltaller: que incluía miembros y voluntarios asociados a la Federación de Barrios del <strong>No</strong>roccidente dePichincha, tomó la determinación de no aceptar la decisión y utilizando el poder de un gringogrande (yo) y de una cámara de video, invadimos cada una de las unidades educativas hastaalcanzar la buena voluntad de las autoridades y los permisos necesarios para seguir adelante.A veces, hasta los asuntos más simples se presentaban con dificultades. Durante el cuarto día detrabajo alguien olvidó la llave del candado del aula que la Sede de la Federación nos habíaamablemente cedido. Todos nos dedicamos entonces a hacer de improvisados cerrajeros y abuscar formas de ingresar a nuestro ―sitio de trabajo‖. . . Con el paso del tiempo aprendí a apreciarla volatilidad del clima cultural que me acogía, tenía la ventaja de mantenerme despierto y deobligarme a improvisar y hacer cambios en un proceso de animación que típicamente se presentacomo rígido. Muchas de estas revisiones han sido ahora, integradas permanentemente comomejoras en el manual de implementación del taller.Por supuesto que el proyecto en sí habría sido enteramente superfluo sin los niños. Sus actitudesfueron asombrosas. En un taller convencional, he observado que los niños atraviesan una seriedefinida de fases. Durante los primeros cinco minutos su entusiasmo se eleva con bosquejos desus dibujos animados preferidos. Luego, esta alegría inicial se triza súbitamente una vez que losniños comprenden la cantidad considerable de pensamiento y escritura necesarios para la creaciónhasta de las animaciones más simples. Algunos de los niños se comportan como si prefirieran queles sacara dientes a que yo los guíe por los pasos necesarios de pre-producción y que resultanindispensables antes de llegar a la diversión de disfrazarse o de participar animando sus dibujos enuna computadora. Finalmente, para cuando los niños se encontraban ya lo suficientementemotivados como para lanzarse a realizar más animaciones, el taller terminaba.Los niños que formaron parte del Rincón del Relato, por otro lado, me asombraron con su fortaleza.Desde un inicio, trabajaron tesoneramente y mantuvieron ese entusiasmo y determinación durantela duración de un taller tremendamente exigente. Y considérese que estamos hablando de niñosque además de su tarea escolar deben asumir las dificultades de su inserción al mundo del trabajo.Algunos de ellos debían levantarse con el amanecer para reunir cartones para el reciclaje, pasar eldía temerosos de sus profesores y luego trabajar en las calles vendiendo helados, chicle osoplando fuego en la intersección de una avenida antes de volver a sus hogares a hacerse cargode sus hermanos menores. Pese a ello, al enfrentarse con la tarea formidable de escribir, dibujar,grabar y animar sus propias creaciones, no se quejaron en lo mínimo


Al principio se comportaron con algo de timidez, temerosos de encontrar en nosotros personas conexigencias desconocidas. En esa coyuntura, Alvaro, Cecilia y Luis, entre otros, me fascinaban alseñalar algún pequeño gesto, una clave que me mostraba cómo los niños se entregaban alproyecto y nos mostraban confianza. Garabatos elaborados en los márgenes de sus ilustraciones ynanayes minúsculos como la puntuación en la letra ―i‖ del nombre de Victoria, en forma de corazón,parecían mostrar que los niños se sentían a salvo y protegidos y por lo tanto, dispuestos adivertirse.La diferencia más sobresaliente entre el Rincón del Relato y cualquier otro taller que he realizadoapareció en la forma de la temática de las historias. Aparentemente, el deseo de la mayor parte delos niños norteamericanos con los que trabajé era elaborar su propia caricatura, de manera queellos podrían ―ser‖ exactamente iguales a sus personajes favoritos (Batman o el Avatar, porejemplo). Sin embargo, inicialmente, los niños ecuatorianos parecían no entender el objetivo deelaborar una caricatura. Poco a poco, me parecía que la idea de refugiarse en la fantasía prendíaen sus mentes y luego, cuando desarrollaban sus ideas narrativas, creí entender que esas mismashistorias servirían como una cortina leve, puesta sobre la ventana de sus vidas cotidianas.Un día, después de nuestra sesión inaugural, mientras esperaba un aventón, vi a Cecilia, unapsicóloga infantil que trabajó con nosotros, recogiendo vidrios rotos del suelo del área de juegos enque hicimos nuestro trabajo. Junto a ella se sentaban dos hermanos, Jorge y Johan, ―fogoneros‖ osopladores de fuego en las esquinas del norte de Quito, que ganaban dinero de esa forma parasuplementar los ingresos familiares. Entre agachadas, Cecilia pausaba, veía las caras cicatrizadasde los hermanos y les pedía que dejen esa peligrosa ocupación. Cecilia estaba tan preocupada –yera tan directa—que, aunque la barrera del lenguaje típicamente detenía mi entendimiento, dealguna manera logré procesar este episodio como una falsa memoria en la que la conversaciónocurrió en inglés.―Por favor, no pueden seguir soplando fuego‖, recuerdo que decía (en inglés por supuesto). ―Lagasolina les va enfermar. . .pueden tener lesiones en la boca y la garganta. . . la calle no es segura,les pueden robar o les puede pisar un carro. . .no importa qué diga su padre, deben parar, haymuchos otros trabajos que hacer‖.A medida que el taller avanzaba, Cecilia me tenía al tanto de su análisis de las historias de losniños, en particular, aquellas de Jorge y de Johan. Ambos relatos eran casi idénticos: un día,mientras trabajaban en la calle soplando fuego, se hizo la tragedia. Cecilia señaló que el aspectomás interesante de las historias de los dos hermanos, de hecho venía de una comparación de lasdiferencias entre ambas. Jorge, el hermano mayor, se proyectaba como un dragón poderoso que


fue atacado por un brujo malvado y que utilizó sus poderes de fuego para destruir a la amenaza. Elrelato de Johan, por otro lado, se da de manera distinta: es él el único protagonista que cuenta unaccidente de la vida real en el que su vestimenta se prendió de fuego. Su hermano lo salvó al verloen flamas frente a transeúntes despreocupados.Aparentemente, la interpretación de Cecilia era que Jorge tuvo la capacidad de ocultar lasdificultades de su vida con una fantasía que le permitía superar las incidencias peligrosas queponen su vida en riesgo a diario. Johan, sin embargo, al ser más joven, todavía no habíadesarrollado este mecanismo de defensa y no podía simbolizar la dura realidad cotidiana elmomento de realizar su corto animado.Finalmente llegó el día en que, para filmar un segmento de su relato, Jorge trajo una botella degaseosa de dos litros con Diesel. El objetivo era soplar bolas de fuego frente a la pantalla verdeque nos sirvió para elaborar su corto. Fue una experiencia asombrosa (absolutamente inédita enrelación a cualquier suceso similar que pudiera ocurrir en <strong>No</strong>rteamérica) y Jorge y Johan parecíanestar contentos. Sus habilidades evidentemente los diferenciaba, les confería un poder abiertosobre los demás niños y hasta sobre los adultos presentes. Después de su presentación, sufachada autosuficiente se cayó en tanto se dedicaron a escupir y lavar los restos del diesel de bocay garganta. El dolor en sus ojos, mientras peleaban contra su propio reflujo y hacían gárgaras conel agua de la llave me aterrorizó. Me sentía disgustado con mi mismo por haberlos instado arealizar la demostración aunque tenía la esperanza de que, de alguna manera, al haber capturadosu acto, esto podría contribuir a que abandonen esa actividad.En momentos como ese, mi confusión afloraba y empezaba a preguntarme sobre el propósito del tiempocompartido con los niños. ¿Por qué hacer algo tan frívolo como realizar animaciones cuando estos niñosenfrentan peligros reales a diario? Luis, Cecilia, Alvaro y los demás voluntarios me recordaban, sin embargo,que lo que realmente importaba era que pudimos mostrar a estos niños que ellos eran importantes y que susopiniones y vidas eran valiosas. Yo añadía a esa reflexión con el recuerdo de que el objetivo del proyectonunca fue, de hecho, producir una nueva clase de animadores de calidad internacional sino, posiblemente,interrumpir el ciclo de pobreza al mostrar una de muchas posibles vidas distintas y cultivar la decrecientechispa de esperanza al interior de cada niño.


Ideas para una defensa aprensiva de que lo que se dice vale lo mismo que verlloverAntonio Villarruel Oviedo


Liminar. (del lat. liminaris). adj. Liminal.Liminal. (de liminar). Relativo al limen.Limen (del lat. limen). m. poét. Umbral.Diccionario Universal SopenaMe gusta leer los ensayos de Pavese e intuir, como ya lo intuyó Italo Calvino y luego lo revelaríaPascale Casanova, que la literatura trasciende el ámbito de lo nacional/mercantil y llega ainstalarse en un universo con sus propias reglas y normas. Como diría la propia Casanova, esteuniverso tiene sus meridianos, sus guías básicas: ahora me imagino que Proust, Canetti, Borges,Joyce, los ecos de Shakespeare y Montaigne también, cuyo libro de ensayos compré y no me heanimado aún a empezar. Todos aquellos autores que se leen como canónicos y que uno, como unlector pequeño –en el sentido que Kafka le dio a la palabra pequeño en sus diarios; es decir, liminar,marginal- se apresta a leer como si tuviera que escalar la torre la Pisa con soga y sin rappel.Para escapar del vértigo de los grandes textos que, tarde o temprano le esperan a un lector, uno seconstruye sus líneas de base, señales propias a las que remitirse cuando esté perdido. Yo tengolas mías, y tal vez ahora valga la pena que las mencione, aunque me ruborice cuando ustedes laslean y aunque no siempre sea literatura, pero haga las veces de tal –en su acepción más generosa,al menos-. O que, más aún, funcione como una biografía intelectual o la trama secreta de unanovela de aprendizaje: el cine pequeño de Carlos Sorín, las canciones de Pedro Guerra, lascrónicas tempranas de Lemebel, la poesía de Gelman, las líneas de Héroes, de Ray Loriga, con lasque intenté acercarme a quien hoy es mi pareja, cualquier cosa que haya publicado JavierCercas, Deconstructing Harry, la figura enorme de Piglia –su agudeza, podría precisar-, siempre losversos de Quevedo, Funes el memorioso, Blood on the tracks, de Dylan, cualquier canción decualquier disco de Ryan Adams –no Bryan-, los pasillos tristísimos que oían mis abuelos,Domodossola, esa pequeña ciudad italiana al norte, la voz de Eddie Vedder, cualquier línea quehaya escrito W.G. Sebald, Estrella Distante de Bolaño, <strong>No</strong>cturno de Chile, de Bolaño, y que a mí seme antoja su obra maestra, Carlos Wieder, un personaje de novelas que, me parece, podría estarescondido en alguno de los pueblos centrales de Chile que conocí cuando pasé allá unatemporada. Safran Foer, Sandro Veronesi, Arno Geiger. <strong>No</strong> me pondré cansino, pero creo quepodríamos llenar folios con esas representaciones que constituyen nuestro propio canon, y que vanmudando a medida que uno crece y ha leído más, ha visto más, pero ha dejado de sorprendersecon facilidad.El caso es que desde ese imaginario uno mira lo demás. Con los andamios que las películas, lostextos, los poemas y los lugares han ensamblado en uno y que se constituyen en la base de suexperiencia. Toda experiencia está penetrada por el tiempo, dice Benjamin y lo cita Buck-Morss,


pero a veces parece que todo tiempo, toda época, se percibe desde lo que uno leyó y sintióentonces.En eso aparece la idea de las literaturas. Pequeñas y grandes, diría Kafka; fundacionales, diríaDoris Summer. Pienso en lo que escribió Pascale Casanova, influenciada por Valéry Larbaud,sobre esa tensión que existe entre las literaturas grandes y aquéllas pequeñas, insulares, quebuscan ascender y solo lo logran a partir de una ―gran reforma‖ o propuesta estética, queconmueve los cimientos del canon mayor. Me parece una tesis insuficiente, pero interesante. Y meinteresan los relatos liminares o pequeños porque encuentro en ellos esos fragmentos, como diríaBenjamin, que pueden generar nuevas posibilidades de lecturas históricas, sociales y estéticas.Me gusta esta discusión, este debate. Me gusta Bloom, su arrogante defensa del credo literario yde la estética porque sí. Me gusta que la literatura no tenga que responder a correcciones políticasni a afanes costumbristas. Una literatura cuyo núcleo está en el placer de leer un buen libro, queremite a otro buen libro y que remite, finalmente, a la idea de la metáfora, de la representación, delteatro. Me gusta, también y mucho más, que la literatura pueda cruzar disciplinas, leerse comoHistoria con mayúsculas, ser tomada en serio como testimonio de una época y que las letras de lascanciones, las ciudades caminadas y percibidas puedan también ser textos, como lo escribióMartín Kohan: una literatura que sea posible de ser leída como un documento de una civilización,un texto a descifrar. Millones de piedras de Rosetta.Debo decir que no he tomado parte del todo por ninguna de las dos posturas. Ni la de la literaturasolamente restringida a las posibilidades estéticas occidentales –que es, en buena medida, comose ha leído e interpretado la producción literaria iberoamericana- y que responda únicamente a loscánones de belleza que han evolucionado en aquello que, extraña coincidencia, tanto Bloom comoSaid llaman Occidente; ni la de la literatura como texto sociológico o histórico a secas.<strong>No</strong> descarto la posibilidad de encontrar mi propia respuesta a la mitad del camino entre estas dostensiones. Eso sí, el recorrido se me antoja apasionante. También y desde acá, la posibilidad deleer los textos de este lugar y de cada lugar. Con el mismo afán con que lo hace Rodrigo Fresáncon los textos de Cheever, Muñoz Molina –que es español- con los textos de Saul Bellow, o Borgescon las novelas de Faulkner. La literatura nunca es demasiado inocente ni demasiado banal comopara no tomarla en serio –esto lo podrían aseverar Salman Rushdie, Roberto Saviano o JuanGelman-, sobre todo porque es el espacio del margen, del límite, de la experiencia silenciada agolpes. La ficción da para esa seriedad, y un estudio sobre ella también.

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