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Liberarte_Vol_3_No_1_Septiembre_Diciembre_2008

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Apoyada en el castra la Germán protestaba con su lloro de la injusta agresión del pueblo quiteño.Preparaba su defensa que sería delatoria para los que le recluyeron en la cárcel. Y pensaba queella no fue más que la ejecutora de los delitos que otros premeditaron. Hipócritamente, los mismos,le ponían ahora sobre su frente el ―inri‖ del oprobio y le encerraban como a una bestia peligrosa.Mientras ellos seguirían , en otras clínicas y burdeles, la misma obra indecente e igualmentecriminal y destructora. (p 128)En esta segunda instancia vemos un tono diferente, un acento distinto, un acercamiento máscomprensivo y analítico a la temática de la asignación de culpa en el aborto. La noveladespersonaliza el tema y reasigna responsabilidades, Estenia Germán aparece ahora como unsímbolo más que como un personaje. Apenas once páginas más tarde, la novela se inclina por unmovimiento pendular de regreso al psicologismo:―gran atenuante de la amoralidad de la partera Germán es su absoluta falta de comprensión paraseparar el bien del mal. Por eso Estenia no entendió el porqué de su encarcelamiento. ―Ella seganaba la vida trabajando, pero la justicia humana la condenaba sin ir al fondo de su alma, que erabuena, que todo lo hizo por el bien de los otros, que se inclinó ante la súplica de mujeres llorosas ydesgraciadas, por las cuales tuvo muchas horas de desvelo. ¿Tenía ella la culpa de poseer estahabilidad y que hombres y mujeres de toda la escala social buscaran sus servicios?. . .‖‖ (P139)Nuevamente, las comillas hacen su aparición, esta vez a favor de un monólogo interior que rompecon el didactismo paternalista y jurídico de inicios de la cita, las comillas buscan exteriorizar elpensamiento de Estenia Germán, de tal manera que su discurso no tenga posibilidad alguna deconfundirse con la fluctuante severidad del narrador.―Casos como el de Clarita quedan para siempre en el secreto. Se repiten con aterradora frecuencialas tragedias ocasionadas por el delito del aborto. Pero las familias tienen buen cuidado de ocultarsu dolor y vergüenza. Mas no culpemos a una sola mujer como la causa de esta llaga purulentaque se va extendiendo as cada día en todas las clases sociales‖ 208Lo que parece progresión, desde una caracterización naturalista hacia el inicio de la novela haciauna evaluación prudentemente objetiva de la vida de este personaje con el pasar de las páginas,en realidad evidencia una constante oscilación, nunca lejana a la condena ni a la caricaturización.Otro ejemplo:―¡Libre!. . .Juro que las calaveras de niños seguirán hacinándose en mi Solio hecho de matricessangrantes e infantes degollados!. . .!Ja¡. . .!Ja¡. . .!Ja¡. . . Aun no termina la obra de la Reina delHampa Quiteña. . .Mi reinado será eterno porque me sucederán en el Trono otras Estenias queseguirán remendando y parchando honras con cadáveres de nonatos. . . 421

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