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Liberarte_Vol_3_No_1_Septiembre_Diciembre_2008

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en la Respuesta dice ―que no sabe agradecerle tan sin medida de dar a la prensa mis borrones‖(440). Todo esto nos hace volver a algunas de las preguntas iniciales: ¿quién era el destinatario dela Carta de sor Juana y luego de la Respuesta?Sor Filotea y el receptor de la Carta y de la Respuesta eran una sola y única persona, el obispo dePuebla, Manuel Fernández de Santa Cruz. Él también fue el autor de la Aprobación del escrito. Sóloel destinatario que tenía el alto rango del obispo podía publicarla. La amistad entre sor Juana y elobispo era antigua. Ellos (y otros intelectuales y clérigos) formaban un grupo ligado por la amistade intereses comunes. En esa época se nombró Francisco Aguiar y Seijas como arzobispo deMéxico cuyas intemperancias debían haber irritado al obispo de Puebla y a sus amigos.El nombramiento de Aguiar y Seijas había sido obra de la Compañía de Jesús. En México losjesuitas no sólo dominaban la educación superior sino que, a través de este arzobispo misóginoejercían una influencia muy profunda en la Iglesia y el Estado. También, hay que recordar queAguiar y Seijas era uno de los grandes admiradores de Vieyra. Según Paz, su amistad era tal queen 1675 y en 1678 se publicaron en Madrid dos volúmenes de traducciones de sermones deVieyra, ambos dedicados a Aguiar y Seijas. <strong>No</strong> parece difícil deducir de todo esto que el personajeque podía sentirse afectado por la crítica de sor Juana no era Vieyra, ausente y ajeno a todo, sinoel arzobispo Aguiar y Seijas. Atacar a Vieyra era una crítica indirecta a Aguiar (525).Para entender lo que queda del asunto hay que examinar la rivalidad entre Fernández de SantaCruz y Aguiar y Seijas. El primero había llegado antes a México. El obispado de Puebla era el másimportante de Nueva España, después del de México y era natural que, a la salida de fray Payo, elobispo Fernández de Santa Cruz aspirase a ese puesto y también al de virrey. El otro aspirante alarzobispado de México era Aguiar y Seijas, en aquel entonces obispo de Michoacán. Paz nota queSanta Cruz ―tenía mayor popularidad en Nueva España, su experiencia era más rica, detemperamento más moderado…‖ (525). Aguiar gozaba del apoyo de los jesuitas y de otrasautoridades del clero metropolitano, tenía fama de sostener severos principios y gozaba deprestigio intelectual, como lo muestra la dedicatoria de Vieyra.De acuerdo con el libro de Paz, se nombró a Fernández de Santa Cruz el arzobispo, ―pero huboalguna poderosa interferencia que hizo cambiar finalmente la decisión de Madrid a favor de Aguiary Seijas‖ (526). Al repasar, la Carta atenagórica se advierte que más que una crítica a Vieyra erauna verdadera crítica hacia Aguiar. Peor todavía, la hace una mujer porque, según loshistoriadores, Aguiar odiaba y despreciaba a las mujeres. La Carta fue publicada por el obispo dePuebla quien escribe además un prólogo (bajo el seudónimo de sor Filotea). Pero al escribir eseprólogo tan ambivalente, en el que, por un lado, la alaba y por otro, la amonesta, Santa Cruz setransforma en el enemigo de ella. Es probable que en un principio haya entrado en el juego delobispo, contestando a un arzobispo totalmente misógino, con sus argumentos (―los de una mujer‖),lo cual resulta bastante arriesgado. Así, la reacción de sor Juana fue su escritoRespuesta a sorFilotea en marzo de 1691, la cual es su autodefensa.

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