10.07.2015 Views

Liberarte_Vol_3_No_1_Septiembre_Diciembre_2008

Liberarte_Vol_3_No_1_Septiembre_Diciembre_2008

Liberarte_Vol_3_No_1_Septiembre_Diciembre_2008

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

que es explotada muchas veces, por mujeres o profesionales que no son especialistas en estarama de la cirugía.Lo criminal que hay en el aborto provocado no reside solamente en la muerte del embrión humano.Es el peligro de muerte que tiene la madre cuando la mano del cirujano no es experta en esta clasede maniobras. Esto en cuanto a lo físico. Y en lo que respecta a la ética social este abuso resultanefasto, porque crea en las almas juveniles un falso concepto de la maternidad, viendo en el hijotan solo la consecuencia del placer; consecuencia de fácil desaparición y que motiva la ruptura delfreno moral tan necesario a la mujer joven.Más amor al hijo. Más ética profesional. Mas responsabilidad paternal. Más conciencia en el actosexual hacen falta para que disminuya el exceso de abortos que va en mengua de la poblaciónecuatoriana. Las bases de la educación juvenil deben ser de solida moral y completo conocimientode sus deberes. El muchacho desde los bancos del aula necesita saber que la circunstancia que lehizo nacer macho no le da derecho a canalladas. La sociedad no hace alto en sus deslicesamorosos; pero esto no le autoriza a abandonar a una mujer que va a ser madre. Ni a serinhumano y desnaturalizado con quien se le entrego amorosa y con el hijo que emergió de susangre. <strong>No</strong> se imagine que solo la hembra debe llevar las consecuencias de un acto que lo hicieronen común. <strong>No</strong> es ella sola la responsable. Sufre, a veces, el engaño y la perfidia de un hombre quela poseyó con palabras de miel y promesas que jamás llegaron a cumplirse.‖ (209-210)Estas palabras abandonan la estructura narrativa de la novela e incluso las convencionesdramatúrgicas, adoptan una postura crítica-analítica que añade una faceta adicional a la obra, unadimensión distinta. Hacia el final de la obra, Pérez de Oleas Zambrano, dentro de la convenciónformal de lo que llama el Coro Admonitivo, señala:―Salve, mujeres fecundas. Salve, madres. Salve, madre ilegítima. . .Tu doliente Calvario setransfigurará en llamaradas de Tabor, cuando los besos de tu hijo borren de tu frente las rojasgotas que brotaron de los pinchos de la dolorosa corona, que incrustó en tus sienes una sociedadque no puede distinguir el vicio de la tragedia purificadora.<strong>No</strong> estás señera en tu martirio. En la tarde de tu crucifixión tienes a tu vera en el Calvario al hijo detu dolor. <strong>No</strong> importa que el engendrador huyera cobarde, que te dejara abandonada en los erialesde la vida, que los dos caminéis solos bajo el sol implacable de un destino. <strong>No</strong> importa. Nubemilagrera israelitica—que os dará sombra o luz en el paso por vuestro desierto espiritual—será elamor materno. Llegareis, un día, fatigados, pero exultantes, a la tierra promisoria de un afecto queno sabe de olvidos ni de falacias.¡Madre ilegitima. Salud!‖ (426)

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!