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Aspectos marítimos de las divinidades fenicio-púnicas como ...

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SPAL MONOGRAFÍASXVILa reLiGión <strong>de</strong>L MarDioses y ritos <strong>de</strong> navegación enel Mediterráneo Antiguoeduardo Ferrer aLbeLdaMª cruz Marín cebaLLoSáLvaro Pereira <strong>de</strong>LGado(coordinadores)• SECRETARIADO DE PUBLICACIONESARZOBISPADO DE SEVILLA


LA RELIGIÓN DEL MARDIOSES Y RITOS DE NAVEGACIÓN ENEL MEDITERRÁNEO ANTIGUO


Eduardo Ferrer AlbeldaMª Cruz Marín CeballosÁlvaro Pereira Delgado(coordinadores)La religión <strong>de</strong>l marDioses y ritos <strong>de</strong> navegación en elMediterráneo AntiguoSPAL MONOGRAFÍASNº XVISARUSServicio <strong>de</strong> Asistencia religiosaSevilla 2012


Serie: Spal MonografíaNúm.: XVIComité editorial:Antonio Caballos Rufino(Director <strong>de</strong>l Secretariado <strong>de</strong> Publicaciones)Carmen Barroso CastroJaime Domínguez AbascalJosé Luis Escacena CarrascoEnrique Figueroa ClementeMª Pilar Malet MaennerInés Mª Martín LacaveAntonio Merchán ÁlvarezCarmen <strong>de</strong> Mora ValcárcelMª <strong>de</strong>l Carmen Osuna Fernán<strong>de</strong>zJuan José Sendra Sa<strong>las</strong>Reservados todos los <strong>de</strong>rechos. Ni la totalidad ni parte <strong>de</strong> estelibro pue<strong>de</strong> reproducirse o trasmitirse por ningún procedimientoelectrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnéticao cualquier almacenamiento <strong>de</strong> información y sistema <strong>de</strong>recuperación, sin permiso escrito <strong>de</strong>l Secretariado <strong>de</strong> Publicaciones<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Sevilla.Motivo <strong>de</strong> cubierta: Historia <strong>de</strong> Jonás. Sarcófago <strong>de</strong> Maguncia© SECRETARIADO DE PUBLICACIONESDE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA 2012Porvenir, 27 - 41013 Sevilla.Tlfs.: 954 487 447; 954 487 451; Fax: 954 487 443Correo electrónico: secpub2@us.esWeb: © De los textos, SUS autores 2012© EDUARDO FERRER ALBELDA, Mª CRUZ MARÍN CEBALLOS,ÁLVARO PEREIRA DELGADO (COORDS.) 2012Impreso en España-Printed in SpainImpreso en papel ecológicoISBN: 978-84-472-1458-7Depósito Legal: SE 4426-2012Impresión: Kadmos


ÍndicePrólogoMaría Cruz Marín Ceballos................................................................................. 9<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza<strong>de</strong> los mercadosIván Fumadó Ortega............................................................................................ 11El brazo po<strong>de</strong>roso <strong>de</strong> Dios. Sobre un nuevo bronce <strong>fenicio</strong> <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>nciasubacuáticaEduardo Ferrer Albelda....................................................................................... 37Los oráculos, guía <strong>de</strong> la navegación y la colonizaciónAdolfo J. Domínguez Mone<strong>de</strong>ro......................................................................... 67Morir en el agua, morir en el mar. Creencias, conductas y formas morales en laGrecia AntiguaFrancisco Javier Fernán<strong>de</strong>z Nieto....................................................................... 91Recetas para tratar el miedo al mar: <strong>las</strong> ofrendas a los diosesMirella Romero Recio......................................................................................... 107La inseguridad en la navegación: <strong>de</strong> los fenómenos naturales a <strong>las</strong> superticionesy creencias religiosasJosé Manuel Iglesias Gil..................................................................................... 119Isis, diosa <strong>de</strong>l Nilo, y el marElena Muñiz Grijalvo.......................................................................................... 145“El primer cielo y la primera tierra <strong>de</strong>saparecieron, y el mar no existe ya”(Ap 21,1). El mar en la cosmovisión cristiana primitivaFrancisco Juan Martínez Rojas........................................................................... 155


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas<strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercadosIván Fumadó OrtegaFECYT - Zentrale <strong>de</strong>s Deutschen Archäologischen InstitutsLa relación que la religión <strong>fenicio</strong>-púnica mantuvo con el mar supone un argumentoamplísimo. Este texto se presenta tan sólo <strong>como</strong> una aproximación a su estudio. Tras unoscomentarios preliminares sobre la terminología empleada y otros problemas relativos aeste vasto campo <strong>de</strong> investigación, voy a resumir, por una parte, <strong>las</strong> características yfuentes relativas a los principales dioses <strong>fenicio</strong>s con atribuciones marinas: Kusor, Ba’alShamén, Ba’al Malage, Ba’al Saphon, Melqart y Astarté; por otra parte, propongo unac<strong>las</strong>ificación <strong>de</strong> <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s acometidas en los santuarios empóricos nacidos con ladiáspora fenicia en Occi<strong>de</strong>nte a través <strong>de</strong> la perspectiva sociológica <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> loscapitales económicos y simbólicos propuesta por Bourdieu. Mi objetivo es ofrecer una introduccióna este estudio que priorice la percepción histórica <strong>de</strong> los fenómenos religiososen su diacronía, así <strong>como</strong> su lectura inscrita en los correspondientes marcos económicosy políticos.INTRODUCCIÓN A LA RELIGIÓN FENICIO-PÚNICA:LAS DIVINIDADES MARÍTIMASA quiénes llamamos <strong>fenicio</strong>s y a quiénes púnicosUsamos el término <strong>fenicio</strong>s para referirnos a una población <strong>de</strong> la Edad <strong>de</strong>l Hierro,here<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la cultura canaanea <strong>de</strong> la Edad <strong>de</strong>l Bronce, que compartía una serie <strong>de</strong> rasgosculturales (lengua, religión, costumbres) y que habitó la costa <strong>de</strong>l Levante mediterráneoen un espacio aproximadamente coinci<strong>de</strong>nte con <strong>las</strong> actuales fronteras <strong>de</strong>l Líbano, sur <strong>de</strong>Siria y norte <strong>de</strong> Israel. Este territorio estuvo controlado por diversas ciuda<strong>de</strong>s-estado quenunca llegaron a formar una nación en el mo<strong>de</strong>rno sentido <strong>de</strong> la palabra. Sin embargoestas ciuda<strong>de</strong>s-estado constituyeron la entidad colectiva <strong>de</strong> adscripción <strong>de</strong> sus habitantes,cuando eran i<strong>de</strong>ntificados por su proce<strong>de</strong>ncia, según recogen los anales asirios, el


12 Iván Fumadó OrtegaAntiguo Testamento o los poemas homéricos. Es <strong>de</strong>cir, que cuando aquel<strong>las</strong> personas,que nosotros llamamos <strong>fenicio</strong>s, tuvieron la oportunidad <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarse, se presentaron<strong>como</strong> sidonios, tirios, o proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> cualquier otra ciudad, pero nunca <strong>como</strong> <strong>fenicio</strong>s.De hecho, pese a los esfuerzos que la Arqueología y la Filología han realizado por recopilarinscripciones fenicias, la palabra <strong>fenicio</strong> nunca ha sido hallada escrita en su idioma.Este término proce<strong>de</strong> en cambio <strong>de</strong>l griego phoinikes, cuyo significado hace referenciatanto al color rojo <strong>como</strong> al nombre <strong>de</strong> un héroe educador <strong>de</strong> Aquiles en la Iliada, Fénix,así <strong>como</strong> al mitológico Ave Fénix, que moría en el fuego y resurgía <strong>de</strong> nuevo a la vida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus propias cenizas. Por tanto, el significado real <strong>de</strong>l término griego phoinikes noqueda claro y fue probablemente ya en la Antigüedad un juego <strong>de</strong> palabras.Al trascribir dicho término al latín se produce la palabra poenus, y <strong>de</strong> ahí nuestropúnico, que en realidad no indicaría más que la forma en la que los romanos llamabana quienes los griegos llamaban <strong>fenicio</strong>s. La cuestión es evi<strong>de</strong>ntemente confusa, pero lainvestigación mo<strong>de</strong>rna no ha encontrado mejor solución para <strong>de</strong>nominar a estas gentesque la <strong>de</strong> usar el primer término, <strong>fenicio</strong>s, para los habitantes <strong>de</strong> Tiro, Beirut, Biblos,etc. y para los primeros colonos que se expandieron entre los ss. IX-VI a. C. por todo elMediterráneo. En cambio se utiliza el término púnicos para hablar <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scendientes<strong>de</strong> éstos que habitaron en <strong>las</strong> ciuda<strong>de</strong>s fundadas en el Mediterráneo central y occi<strong>de</strong>ntal<strong>como</strong> Cartago, Panormo (Palermo), Caralis (Cagliari), Iboshim (Ibiza), Gadir (Cádiz),Lixus (Larache), etc. Existe una discusión sobre los matices e implicaciones, límites cronológicosy geográficos, pros y contras <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> esta terminología, que por el momentoes aceptada por convención porque facilita el estudio <strong>de</strong> la Antigüedad, pero que no <strong>de</strong>beocultar el heterogéneo mosaico cultural que conformaron <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas(van Dommelen 2005; Vella y Quinn e.p.).Especialmente evi<strong>de</strong>nte resulta esta heterogeneidad cuando se estudian <strong>las</strong> poblaciones<strong>de</strong>l Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal, en don<strong>de</strong> durante siglos se produjeron migraciones<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la zona fenicia original, estrechos y prolongados contactos con el Mediterráneocentral púnico, así <strong>como</strong> un constante proceso <strong>de</strong> hibridación y mestizaje <strong>de</strong> estas poblacionescon los diferentes grupos locales sicilianos, sardos, ibéricos y norteafricanos (vanDommelen 2001; id. 2006; Aranegui Gascó y Vives-Ferrándiz Sánchez 2006; DelgadoHervás y Ferrer 2007; López Castro 2008; Ferrer Albelda y Álvarez Martí-Aguilar2009; Álvarez Martí-Aguilar y Ferrer Albelda 2009; Cañete Jiménez y Vives-FerrándizSánchez 2011).Los problemas <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong> la religión <strong>fenicio</strong>-púnicaEl estudio <strong>de</strong> la religión fenicia <strong>de</strong>be igualmente hacer frente a una importante serie<strong>de</strong> limitaciones <strong>de</strong>bidas en primer lugar al carácter <strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong> estudio, cuya homogeneidadno es más que una representación mo<strong>de</strong>rna, si bien actualmente dicha representaciónparece haber sido <strong>de</strong>finitivamente superada (Xella 2005; Bonnet 2006; Ribichini2008). Por otra parte existe una lamentable falta <strong>de</strong> fuentes escritas, no ya directas, es<strong>de</strong>cir, obra <strong>de</strong> autores <strong>fenicio</strong>-púnicos, sino incluso indirectas.Las fuentes escritas <strong>fenicio</strong>-púnicas se limitan a la epigrafía, la mayor parte <strong>de</strong> la cualproce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l tofet <strong>de</strong> Cartago, y expresan fórmu<strong>las</strong> votivas tipificadas y extremamente


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados13rígidas pese al paso <strong>de</strong> los siglos (Bénichou-Safar 2004; Amadasi Guzzo 2005). Por otraparte, <strong>las</strong> fuentes indirectas <strong>de</strong>ben ser sometidas a una profunda exégesis, dado que frecuentementehan sido redactadas por pueblos enemigos durante periodos <strong>de</strong> guerra o bienson recolecciones <strong>de</strong> curiosida<strong>de</strong>s antiguas compiladas muchos siglos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que lacultura fenica hubiera <strong>de</strong>saparecido. La mayor parte <strong>de</strong> <strong>las</strong> veces, <strong>las</strong> menciones sobreel tema contenidas en el Antiguo Testamento (Xella 1995a: 64-72), en los jeroglíficosegipcios (Scandone 1995: 57-63), <strong>las</strong> tablil<strong>las</strong> cuneiformes asirias (Xella 1995b: 39-56)o en los textos clásicos (Dubuisson 1983: 159-167; Mazza et al. 1988; Teixidor 1994:131-139), contienen exageraciones, anacronismos, reelaboraciones <strong>de</strong> relatos <strong>de</strong> tercerao cuarta mano e interpretaciones que hoy sabemos con certeza erróneas (Bonnet 2005;Bonnet y Krings 2005).De este conjunto <strong>de</strong> fuentes escritas <strong>de</strong>staca la Phoinikiká, o Historia fenicia, escritaen griego en s. II d. C. por un erudito <strong>de</strong> Biblos, llamado Herennios Filón, más conocido<strong>como</strong> Filón <strong>de</strong> Biblos (Baumgarten 1981). Este historiador y gramático aseguró que suobra era una traducción <strong>de</strong> un original <strong>fenicio</strong> escrito por Sankuniatón (Eus. P.E. 1.9.26),un sacerdote que, según el propio Filón <strong>de</strong> Biblos, habría vivido en la época <strong>de</strong> la Guerra<strong>de</strong> Troya (Eus. P.E. 1.9.21). Sólo tenemos conocimiento <strong>de</strong> esta Phoinikiká, <strong>de</strong> nuevetomos, a través <strong>de</strong> los fragmentos que, sólo <strong>de</strong>l primero <strong>de</strong> ellos, fueron copiados y comentadosen el siglo IV d. C. por uno <strong>de</strong> los Padres <strong>de</strong> la Iglesia, Eusebio <strong>de</strong> Cesarea.Con ello no pretendía sino mostrar lo equivocadas que estaban <strong>las</strong> religiones anterioresal cristianismo. En <strong>de</strong>finitiva, esta fuente es un texto complejo con aportaciones heterogéneasque todavía no están totalmente comprendidas por la investigación (MacAdam2001: 189-204; Fick 2005: 231-255; Ribichini 2008: 277-284).Una forma <strong>de</strong> sobrellevar estas limitaciones es aplicar, con la correspondiente pru<strong>de</strong>ncia,un método comparativo. Debemos consi<strong>de</strong>rar que el universo <strong>fenicio</strong> estuvo plenamenteinscrito en el foco cultural mesopotámico y compartió algunos <strong>de</strong> los elementoscomunes a muchas <strong>de</strong> <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Próximo Oriente que son mejor conocidas pornosotros. Una <strong>de</strong> estas características comunes es sin duda la religión, así <strong>como</strong> <strong>las</strong> diversasdivinida<strong>de</strong>s adoradas que, bajo distintos nombres, escon<strong>de</strong>n mitologías y atributosmuy semejantes (Xella 2007). A<strong>de</strong>más, <strong>las</strong> interpretaciones realizadas por autores griegosy romanos, cuyos contextos históricos conocemos mejor, nos ayudan a compren<strong>de</strong>r la religiónfenicia observada a través <strong>de</strong> estos prismas culturales (Ribichini 1985; Bernardini2003: 29-40).Estas fuentes, a <strong>las</strong> que <strong>de</strong>bemos añadir los datos aportados por la Iconografía, laArqueología y la arquitectura religiosa, nos indican que varios <strong>de</strong> los elementos presentesen muchas religiones mesopotámicas fueron también propios <strong>de</strong> la religión fenicia.Algunos <strong>de</strong> estos elementos comunes fueron la relación privilegiada, en ocasiones exclusiva,que se estableció entre los dioses y los individuos que ostentaron el po<strong>de</strong>r sobrela comunidad; la adoración a un panteón múltiple, numeroso y complejo; el culto a lafertilidad; la concepción cíclica <strong>de</strong> la vida; la división básica <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s entre <strong>las</strong>subterráneas o infernales, es <strong>de</strong>cir, ctónicas, por un lado y <strong>las</strong> climatológicas, es <strong>de</strong>cir,celestes por otro (Ribichini 1992: 104-125).También es importante <strong>de</strong>stacar que no sólo en la religión fenicia, sino en toda religiónantigua, no se había logrado separar la religión <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> ámbitos <strong>de</strong> la vida. Ladivisión entre lo sagrado y lo profano que existe en <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s contemporáneas no


14 Iván Fumadó Ortegaexistió en la Antigüedad. Esto quiere <strong>de</strong>cir que los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l Estado y los <strong>de</strong> <strong>las</strong> institucionesreligiosas no estaban estrechamente ligados, sino que eran una sola y la mismacosa. Y no sólo en el ámbito institucional sino también la vida cotidiana, que estaba porcompleto impregnada <strong>de</strong> una religiosidad que ayudaba a <strong>las</strong> personas a enten<strong>de</strong>r el mundopor medio <strong>de</strong> una mitología <strong>de</strong> lo cotidiano que explicaba el ritmo <strong>de</strong> la vida y que acompañabacada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> pequeñas activida<strong>de</strong>s que el individuo corriente <strong>de</strong>bía realizar a lolargo <strong>de</strong> una jornada normal. Sin embargo, <strong>de</strong> este presumiblemente rico mundo <strong>de</strong> creenciasreligioso-populares apenas tenemos testimonios (Velázquez Brieva 2007: 97-142;Vázquez Hoys 2007: 143-168; Jiménez Flores 2007: 169-193). Si queremos hablarpor tanto <strong>de</strong> religión fenicia po<strong>de</strong>mos hacerlo en todo caso <strong>de</strong> su versión más oficial einstitucional 1 .Como hemos visto, la sociedad <strong>fenicio</strong>-púnica está constituida por un mosaico <strong>de</strong>ciuda<strong>de</strong>s-estado. En muchos casos podríamos hablar <strong>de</strong> auténticas poléis celosas <strong>de</strong> suautonomía, que con la intención <strong>de</strong> marcar sus diferencias y especificida<strong>de</strong>s respecto a<strong>las</strong> <strong>de</strong> sus vecinos, amigos o enemigos, hermanos o extranjeros, <strong>de</strong>sarrollaron su propiopanteón y una actividad cultual original en la medida <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s. Así, durantela Edad <strong>de</strong>l Hierro en la costa sirio-palestina se operaron una serie <strong>de</strong> transformacionesen los panteones <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s-estado, en un proceso <strong>de</strong> diversificaciónentre el<strong>las</strong> (Ribichini 1992) que refleja una creciente in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia política. Eneste contexto los dioses conocidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Bronce Final <strong>como</strong> Adonis o Eshmún, surgenre<strong>de</strong>finidos en la primera Edad <strong>de</strong>l Hierro en Biblos y Sidón, respectivamente, <strong>como</strong>señores-protectores <strong>de</strong> sus respectivas ciuda<strong>de</strong>s, <strong>como</strong> Ba’al <strong>de</strong> la ciudad. No obstante, nocumplen esta función en solitario sino en compañía <strong>de</strong> una figura femenina 2 , predominantementela diosa Astarté, que en ocasiones ocupa el rol principal. En todos los casos <strong>las</strong>mitologías <strong>de</strong> estos dioses contienen un importante componente <strong>de</strong> regeneración transmitidoen diversos relatos míticos que narran su muerte y resurrección, real o simbólica(Xella 2007: 50-61).Otras divinida<strong>de</strong>s importantes en el panteón <strong>fenicio</strong> son Melqart, Baal Hammón,Reshef. Todos ellos tienen personalida<strong>de</strong>s complejas y polifacéticas, si bien algunostienen especiales atribuciones salutíferas, <strong>como</strong> Eshmún y Reshef, o guerreras <strong>como</strong>Melqart y Astarté. Pero, dado el carácter marítimo que impregna toda la tradición y lahistoria fenicia, que les hace aparecer en <strong>las</strong> fuentes <strong>como</strong> intermediarios y comerciantesentre los gran<strong>de</strong>s imperios que les ro<strong>de</strong>an (Egipto, Babilonia, Asiria), <strong>de</strong>staca el hecho <strong>de</strong>que entre estas divinida<strong>de</strong>s principales no existan dioses con especiales atribuciones quetengan relación con el mar, sino que <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s específicamente marítimas aparecenrelegadas a una segunda fila 3 .1. Si bien existen líneas <strong>de</strong> investigación alternativas que renuncian a esta división entre religión cultay popular para centrarse en la actitud religiosa <strong>de</strong> todas aquel<strong>las</strong> personas que intervienen en actos rituales(cf. López-Bertrán 2007; id. e.p).2. Menos <strong>de</strong>finida, esta figura aparece mencionada en ocasiones <strong>como</strong> Baalat (señora), Astarté, Tanit, Tinnit,etc.3. Este hecho podría insinuar que el lugar que la navegación y el comercio marítimo ocuparon en <strong>las</strong>socieda<strong>de</strong>s fenicias ha sido exagerado por una tradición escrita que, recor<strong>de</strong>mos, proce<strong>de</strong> mayoritariamente <strong>de</strong>observadores extranjeros y generalmente no coetáneos a los fenómenos <strong>de</strong>scritos.


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados15Para darnos cuenta <strong>de</strong> ello <strong>de</strong>bemos retomar la obra <strong>de</strong> Philón <strong>de</strong> Biblos, en el queencontraremos la explicación <strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong>l universo: si damos crédito al sacerdoteSankuniatón, la vida comenzó a partir <strong>de</strong> la ruptura <strong>de</strong> un huevo cósmico, hecho quesimboliza la separación entre la bóveda celeste y la tierra. A continuación se creó la cultura,que se manifiesta con el dominio <strong>de</strong>l fuego, <strong>de</strong> la agricultura y con la fundación <strong>de</strong>ciuda<strong>de</strong>s, siendo Tiro la primera <strong>de</strong> el<strong>las</strong>. Más tar<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrollaron nuevas habilida<strong>de</strong>sentre <strong>las</strong> que se encuentran la caza y la pesca, la metalurgia y la navegación. En el relato<strong>de</strong> Sankuniatón se menciona un creador o inventor para cada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> aportaciones almundo que, <strong>como</strong> vemos, están agrupadas en tres niveles. La navegación y la pesca seencuentran significativamente sólo en el tercer y último nivel divino <strong>de</strong> esta cosmogonía,y es allí don<strong>de</strong> el dios Kusor <strong>las</strong> inventa 4 . La navegación y su mitología ocupan por tantoun papel relevante en el imaginario religioso <strong>fenicio</strong>, aunque no tan principal <strong>como</strong> quizácabría esperar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra perspectiva <strong>de</strong>l Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal, <strong>como</strong> veremos acontinuación.Divinida<strong>de</strong>s marítimas feniciasEl dios <strong>fenicio</strong> navegante por antonomasia es Kusor, cuyo nombre significa literalmenteexperto. Es una divinidad antigua que ya aparece mencionada en los textos <strong>de</strong>Ugarit <strong>como</strong> Ktr o Ku-śar-ru, y que es asimilado al griego Hefesto, pero también a ZeusMelichios, por Philón <strong>de</strong> Biblos (Eus. P.E. 1.10.10-12). Kusor no sólo es el primer hombreque logra navegar, motivo por el cual será divinizado a su muerte, sino que tambiénfue quien enseñó al resto <strong>de</strong> los mortales a trabajar la forja, a fabricar armas, y construyóel palacio <strong>de</strong>l Señor, <strong>de</strong> Ba’al, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong> la ciudad. Su <strong>de</strong>voción está atestiguada,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> en la propia Fenicia, en el Mediterráneo central (CIS I, 4835, 1-2; 4875,3; 5636, 1-2, entre otras) por la presencia <strong>de</strong> nombres teóforos, <strong>como</strong> Servidor <strong>de</strong> Kusor.A<strong>de</strong>más probablemente se escon<strong>de</strong> tras el Hefesto que Polibio (10.10.6-12) cita cuandonarra la fundación cartaginesa <strong>de</strong> Cartago Nova a finales <strong>de</strong>l s. III a. C., y <strong>de</strong>be ser tambiénel personaje que representan <strong>las</strong> monedas <strong>de</strong> Malaka, la actual Málaga, <strong>de</strong> los ss. II-I a. C.,pertrechado con unas tenazas (Chaves Tristrán y Marín Ceballos 1992: 167-193pl. Xxxii.15). Podría igualmente ser el dios al que hace referencia una plaquita hallada enIbiza (CIS I, 251) y que lo señala <strong>como</strong> el constructor <strong>de</strong> la ciudad 5 .Pero existen evi<strong>de</strong>ntemente otras divinida<strong>de</strong>s también asociadas al mar, <strong>como</strong> <strong>las</strong>que aparecen mencionadas en el tratado <strong>de</strong> paz que el emperador asirio Asarhadón impusotras su victoria sobre Ba’al I, rey <strong>de</strong> Tiro, en el s. VII a. C. En el texto <strong>de</strong>l tratado(SAA II, 24-27) se invoca, entre otros, a tres dioses <strong>fenicio</strong>s capaces <strong>de</strong> levantar tormentas4. Un lugar más importante le otorga la cosmogonía <strong>de</strong> Môchos recogida a principios <strong>de</strong>l s. VI d. C. porDamascio en su tratado metafísico Dificulta<strong>de</strong>s y soluciones <strong>de</strong> los principios primeros. Aunque en esta obra sesitúa a Kusor <strong>como</strong> la primera entidad que surge tras el dios eterno y al mismo tiempo que la bóveda celeste, esnombrado sin embargo <strong>como</strong> obrero, dios <strong>de</strong> la habilidad práctica, sin hacer explícita su relación con la navegación(Ribichini 2008: 286).5. Según la lectura <strong>de</strong> Lipiński (1983: 155), Servidor <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Eresh, siendo este último nombrepropuesto para la forma occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Kusor (Lipiński 1995: 111). Una lectura alternativa es la propuesta porBurkert (1975: 57 nota 31): Servidor <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Reshef.


16 Iván Fumadó Ortegay provocar naufragios contra <strong>las</strong> naves tirias, en el caso <strong>de</strong> que su soberano no respetase<strong>las</strong> cláusu<strong>las</strong> impuestas por el monarca asirio en dicho tratado. Estos dioses son Ba’alShamén, Ba’al Malage y Ba’al Saphon.El primero <strong>de</strong> ellos, Ba’al Shamén, el Señor <strong>de</strong> los cielos según una traducción <strong>de</strong>lpropio San Agustín, aparece citado no sólo en el mencionado tratado <strong>de</strong> paz <strong>de</strong>l emperadorAsarhadón, sino ya en <strong>las</strong> tablil<strong>las</strong> egipcias <strong>de</strong> El-Amarna <strong>de</strong> los ss. XIV-XIII a. C., enla inscripción <strong>de</strong>l s. X a. C. <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Biblos Yahimilk (KAI 4), así <strong>como</strong> en la inscripción<strong>de</strong> Karatepe <strong>de</strong>l s. VIII a. C. (KAI 26). Es <strong>de</strong>cir, que no sólo es un dios con muy antiguasraíces (Niehr 2003: 28-31) sino que también su culto disfrutó <strong>de</strong> continuidad a través<strong>de</strong> los llamados Siglos Oscuros, siendo adorado por diferentes pueblos, <strong>como</strong> filisteos,nabateos, israelitas, iturreos y arameos, <strong>de</strong> quienes probablemente proce<strong>de</strong> en origen. Sinembargo fueron los <strong>fenicio</strong>s quienes exportaron su culto al ámbito púnico y mediterráneo(Lipinski 1995: 82-89). Así en Cartago hay dos inscripciones que confirman la presenciasus sacerdotes (CIS I, 379; 5955) y otra inscripción, ya <strong>de</strong>l s. III a. C., nombra a Ba’alShamén por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Tanit y Ba’al Hammón y Ba’al mgnm (CIS I, 3778), siendo este<strong>de</strong>talle significativo <strong>de</strong> su peso e importancia en el protocolo sacro. También figura eninscripciones halladas en Caralis, Cer<strong>de</strong>ña, e incluso es mencionado en la comedia romana<strong>de</strong> Plauto Poenulus (Niehr 2003: 313-314). En época helenística fue asimilado por lacultura griega <strong>como</strong> Zeus Olímpico (Eu, P.E. 1.10.7).El segundo <strong>de</strong> los dioses <strong>de</strong>l tratado <strong>de</strong> Asarhadón es Ba’al Malage, quien tiene unnombre que suscita controversia respecto a su preciso significado, pero que podría quizáser traducido <strong>como</strong> el Señor <strong>de</strong> los viajes por mar. Este dios podría ser el jinete barbudo quecabalga sobre un hipocampo en <strong>las</strong> monedas <strong>de</strong> Arwad y Tiro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l s. V a. C.,y podría estar tras el Zeus Soter griego que, junto a Astarté, fue adorado por los <strong>fenicio</strong>sen el Egeo a partir <strong>de</strong>l s. IV a. C. No existen sin embargo testimonios <strong>de</strong> su presencia enel mundo púnico (Lipinski 1995: 243-244).Mucho más popular llegó a ser el tercero <strong>de</strong> los dioses invocados <strong>como</strong> garantesen el tratado <strong>de</strong> paz <strong>de</strong> Asarhadón, es <strong>de</strong>cir, Ba’al Saphon (Brody 1998: 13-17). Estedios es el Señor <strong>de</strong> la montaña que llevaba este nombre, Saphon, que es un pico <strong>de</strong> casi1800 m <strong>de</strong> altitud, a 40 km al noreste <strong>de</strong> Ugarit, y que hoy se llama Djebel el-Aqra.Esta montaña aparece mencionada por Philón <strong>de</strong> Biblos <strong>como</strong> uno <strong>de</strong> los cuatro montessagrados. Durante la Edad <strong>de</strong>l Bronce se le rendía culto en su santuario ugarítico endon<strong>de</strong> se le ofrecían anc<strong>las</strong> con inscripciones votivas (Frost 1991: 355-410). Más a<strong>de</strong>lante,el dios aparece mencionado en algunas monedas <strong>de</strong> época persa <strong>de</strong> esta regióncon la representación <strong>de</strong> un betilo, e incluso el emperador Adriano llegaría a sacrificaren el santuario <strong>de</strong> Ba’al Saphon, testimoniando así su larga perduración en el tiempoy gran prestigio (Lipinski 1995: 244-251). Ba’al Saphon es por tanto la divinidad<strong>de</strong>l tiempo, en su sentido climático, y <strong>de</strong>l viento <strong>de</strong> <strong>las</strong> montañas, pero también tutelalos barcos. A<strong>de</strong>más, la palabra Saphon en <strong>fenicio</strong> indica tanto el punto cardinal norte,<strong>como</strong> el viento <strong>de</strong>l norte, que en verano sopla ininterrumpidamente por <strong>las</strong> costas siriopalestinasy permite viajar sin problemas hacia Egipto. De hecho en el <strong>de</strong>lta <strong>de</strong>l Niloexistió un santuario <strong>de</strong>dicado a Ba’al Saphon que es mencionado por Heródoto en els. V a. C., aunque su culto probablemente se remonta también a la Edad <strong>de</strong>l Bronce. Losegipcios lo asimilaron a su dios Horus y los griegos a su Zeus Kasios. Bajo este nombrese le rindió culto en múltiples puntos <strong>de</strong>l Egeo, y probablemente los topónimos romanos


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados17repartidos por todo el Mediterráneo que hacen referencia a varios Mons Casius, <strong>como</strong>por ejemplo el <strong>de</strong>l Cerro <strong>de</strong> San Juan en Coria <strong>de</strong>l Río, tienen que ver con la expansión<strong>de</strong> su culto (Belén 2000b: 296-298). También en la costa <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> la Península Ibérica,frente al Cabo <strong>de</strong> Palos, se han hallado en pecios anc<strong>las</strong> ritualmente <strong>de</strong>dicadas a ZeusKasios Sózon y a Afrodita Sózousa (Romero Recio 1999: 541-549). En Cartago tuvoigualmente un templo <strong>de</strong>l que proce<strong>de</strong> la inscripción (CIS I, 165 = KAI 69) conocida<strong>como</strong> la Tarifa <strong>de</strong> Marsella (Xella 1985: 40-41; Delcor 1989: 87-94). Algunas fuentesorientales hacen referencia a Saphon <strong>como</strong> un viento benéfico que ayuda a la navegación.De hecho se han registrado nombres teónimos <strong>como</strong> Saphon es Yaweh o Saphones Ba’al, que hacen referencia a una valoración positiva <strong>de</strong> <strong>las</strong> atribuciones <strong>de</strong>l dios.Sin embargo en ámbito griego en ocasiones Saphon se asoció al heleno Typhon, <strong>de</strong>l queproce<strong>de</strong> nuestra palabra tifón, divinidad enemiga <strong>de</strong> Zeus que encarnaba el caos, por loque es fácil suponer que también Ba’al Saphon podría tener algunas atribuciones menospositivas.Como conclusión <strong>de</strong> esta presentación <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s marítimas fenicias cabe recordarque, durante el periodo <strong>de</strong> consolidación política <strong>de</strong>l territorio canaaneo, la navegación<strong>de</strong>bió jugar un rol <strong>de</strong> capital importancia para <strong>las</strong> distintas aristocracias. Su práctica ydominio habría consentido a estas instancias po<strong>de</strong>r constituirse en auténticas ta<strong>las</strong>ocraciasintermediarias entre Egipto y Babilonia. Es lícito suponer que por ello <strong>las</strong> ta<strong>las</strong>ocraciascanaaneas, principalmente la <strong>de</strong> Ugarit, habrían intentado controlar los procesos <strong>de</strong> construcción<strong>de</strong> los barcos, su tráfico marítimo y portuario, <strong>las</strong> expediciones comerciales, <strong>las</strong>misiones diplomáticas, etc. (Alvar Ezquerra 1998: 49-60). Sin embargo esta importanciapodría haber sido exagerada por <strong>las</strong> fuentes indirectas y por la historiografía mo<strong>de</strong>rna.Durante el Bronce Final ugarítico <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s más presentes en <strong>las</strong> narraciones mitológicas,dioses relacionados con los cielos, el clima y la navegación, no coinci<strong>de</strong>n con losmás populares en la onomástica y en los rituales, más relacionados en cambio con la agriculturay la gana<strong>de</strong>ría (Sanmartí 1999: 16-17). Hemos visto que, <strong>de</strong> hecho, <strong>las</strong> principalesdivinida<strong>de</strong>s marítimas fenicias no estuvieron durante la primera Edad <strong>de</strong>l Hierro tantoestrechamente relacionadas con la emergencia y consolidación nacional <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong><strong>las</strong> diversas ciuda<strong>de</strong>s-estado cuanto en cambio lo estuvieron Melqart, Adonis o Ba’al. Esa principios <strong>de</strong>l I milenio a. C. cuando se opera en <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s fenicias un proceso <strong>de</strong>paulatina sustitución <strong>de</strong> los antiguos dioses, aquéllos que tenían nombres propios <strong>como</strong>Saphon, Kusor, Shamén o Reshef, por otros nuevos que tienen nombres más genéricos<strong>como</strong> los mencionados Ba’al, Adón (dios, señor) o Astarté (diosa) 6 . El propio Melqart nosignifica más que Rey <strong>de</strong> la ciudad. Estos dioses emergentes serían el reflejo <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>rconcebido ahora <strong>como</strong> monarquía urbana, en don<strong>de</strong> lo más importante no es conocer elnombre <strong>de</strong> quien ostenta el po<strong>de</strong>r, sino saber que es rey. En este proceso político <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>stradicionalmente asociadas al mar no fueron objeto <strong>de</strong> patrimonialización porparte <strong>de</strong> ninguna <strong>de</strong> estas monarquías urbanas. Sin embargo, el <strong>de</strong>venir político <strong>de</strong>l mundo<strong>fenicio</strong>-púnico cambiaría nuevamente esta situación, <strong>como</strong> veremos a continuación, apartir <strong>de</strong> la diáspora tiria por el Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal.6. Sanmartí (1999: 19-20) ha apuntado la posibilidad <strong>de</strong> que la forma ‘aštart tomada <strong>de</strong>l arquetipo istháricohaya sido en ámbitos <strong>fenicio</strong> y púnico y usada numerosas veces <strong>como</strong> una forma genérica traducible <strong>como</strong> diosay, así, en cierto modo, equivalente a la forma masculina Ba’al.


18 Iván Fumadó OrtegaLA DIÁSPORA FENICIA: MELQART, ASTARTÉ YLOS SANTUARIOS EMPÓRICOSLa diáspora y la navegación mediterráneaHablar <strong>de</strong> la diáspora fenicia es hablar <strong>de</strong> la situación prepon<strong>de</strong>rante que la ciuda<strong>de</strong>stadoTiro había adquirido sobre su entorno durante la primera Edad <strong>de</strong>l Hierro gracias,entre otras cosas, a <strong>las</strong> relaciones económicas mantenidas entre su rey Hiram I con el reySalomón, y a su papel <strong>de</strong> proveedor <strong>de</strong> artículos <strong>de</strong> lujo e intermediario entre <strong>las</strong> cortesimperiales que les ro<strong>de</strong>aban (Aubet 2009: 105-128; Belmonte Avilés 2003: 105-107). Sinembargo durante el s. IX a. C. una serie <strong>de</strong> cambios geoestratégicos en la región provocaronla readaptación <strong>de</strong> la política comercial <strong>de</strong> Tiro, que expandió su radio <strong>de</strong> acción ala hora <strong>de</strong> buscar materias primas y participar en nuevos mercados. Esta situación llevó alos tirios a establecer contactos, y a veces fundaciones más o menos estables, en <strong>las</strong> costas<strong>de</strong> Cilicia, Chipre y Creta, algunas <strong>de</strong> <strong>las</strong> cuales están arqueológicamente documentadas yotras son conocidas sólo gracias a <strong>las</strong> fuentes escritas (Aubet 2009: 64-82).Probablemente ya en estas fechas se acometieron expediciones por todo elMediterráneo llegando hasta, y atravesando, el Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar. Existe una discusióncientífica sobre <strong>las</strong> fechas reales <strong>de</strong> fundación <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s <strong>como</strong> Gadir, Lixus oÚtica. Baste indicar que la tradición escrita <strong>las</strong> remontaría hasta el s. XII a. C., mientrasque los restos arqueológicos correspon<strong>de</strong>n en su mayoría a partir <strong>de</strong>l siglo VIII a. C. 7 .Aunque no voy a entrar en este <strong>de</strong>bate, alejado <strong>de</strong> nuestro tema, sí se <strong>de</strong>be señalar quees lícito y necesario suponer una época <strong>de</strong> exploraciones previa a los establecimientospermanentes y a la fundación <strong>de</strong> <strong>las</strong> ciuda<strong>de</strong>s (Ruiz <strong>de</strong> Arbulo 2000: 15-17).El progresivo avance en Oriente <strong>de</strong>l imperio asirio hacia Fenicia provocará durantelos siglos VII-VI a. C. sucesivas migraciones <strong>de</strong> poblaciones orientales hacia los más antiguosenclaves <strong>fenicio</strong>s <strong>de</strong>l Mediterráneo central y occi<strong>de</strong>ntal (Cartago, Mozia, Tharros,Gadir, etc.), así <strong>como</strong> hacia otros que parecen haber sido fundados por algunas <strong>de</strong> estasprimeras colonias, <strong>como</strong> por ejemplo Panormus en Palermo, Caralis en Cagliari, o Ibosimen Ibiza. Con la <strong>de</strong>finitiva toma <strong>de</strong> Tiro por parte <strong>de</strong>l Imperio Neobabilónico en el 564 a.C., Cartago asumirá un rol dominante en el universo político y cultural <strong>fenicio</strong>, momentoa partir <strong>de</strong>l cual hablamos, por convención, <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong>l periodo púnico 8 . Sin embargo,pese a que Cartago comenzó entonces a <strong>de</strong>sarrollar una política militar expansiva conguerras <strong>de</strong> conquista en Cer<strong>de</strong>ña y Sicilia (Huss 1985: 58-65), muchos <strong>de</strong> los antiguoscentros <strong>fenicio</strong>s repartidos por el Mediterráneo quedaron fuera <strong>de</strong> su control. Éstos protagonizaronentonces una evolución política propia (López Castro 2003: 69-120; id. 2006:43-51), que les convertiría a su vez en nuevas ciuda<strong>de</strong>s-estado o poléis, siendo Gadir uno<strong>de</strong> los ejemplos más sobresaliente en este sentido (López Castro 1995: 81-84 y 100-106;Me<strong>de</strong>ros Martín y Escribano Cobo 2000: 93-97).7. Mención al margen merecen los restos <strong>de</strong> la costa suroeste <strong>de</strong> la península ibérica en don<strong>de</strong>, particularmenteen El Carambolo (Fernán<strong>de</strong>z Flores y Rodríguez Azogue 2010: 203-270) y en Huelva (González <strong>de</strong>Canales, Serrano y Llompart 2006: 13-29), se ha podido registrar la presencia fenicia durante todo el s. IX a.C., siendo probablemente válida también para finales <strong>de</strong>l s. X a. C., al menos para el segundo <strong>de</strong> los ejemplos(Nijboer y van <strong>de</strong>r Plicht 2006: 31-36).8. Si bien existen propuestas alternativas bien argumentadas, <strong>como</strong> la conocida <strong>de</strong> López Castro (1995).


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados19Fue entre los siglos IX-VI a. C. cuando la navegación se convirtió, entonces más quenunca, en la herramienta clave que sostuvo todo el sistema ultramarino tirio. Sus institucionesreligiosas supieron sacar partido a <strong>las</strong> características <strong>de</strong> la particular navegaciónmediterránea. Debemos consi<strong>de</strong>rar que, pese a que <strong>las</strong> condiciones generales en este marcerrado son mejores que <strong>las</strong> <strong>de</strong> un océano, el Mar Mediterráneo tiene una gran variedad<strong>de</strong> especificida<strong>de</strong>s geográficas locales que modifican, a veces drásticamente, el régimen<strong>de</strong> corrientes y vientos, lo que dificulta enormemente la realización <strong>de</strong> trayectos largos,<strong>como</strong> entre Tiro y Gadir (Medas 2004: 43-54; Díes Cusí 2004: 55-84; Guerrero Ayuso2004: 85-134). Ello hace fundamental el conocimiento <strong>de</strong> <strong>las</strong> particularida<strong>de</strong>s geográficasy climáticas <strong>de</strong> cada región, cada tramo <strong>de</strong> costa y cada cabo, siendo muy difícil que unamisma tripulación reúna todo el conocimiento y <strong>las</strong> habilida<strong>de</strong>s necesarias para respon<strong>de</strong>ra<strong>de</strong>cuadamente a cada situación. En este contexto, los templos <strong>fenicio</strong>s diseminados por<strong>las</strong> costas mediterráneas supieron cumplir, para todos los navegantes, un rol <strong>de</strong> infraestructuranecesaria que probablemente resultó clave tanto en su consolidación geográficainicial <strong>como</strong> en su éxito durante los siglos siguientes.Durante este periodo arcaico se extendió enormemente el marco geográfico <strong>de</strong> la religiónfenicia. A partir <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> ese proceso quedó expuesta a los diversos <strong>de</strong>sarrollossufridos en <strong>las</strong> diferentes poléis in<strong>de</strong>pendientes, estando sometidas, cada una <strong>de</strong> el<strong>las</strong>, asus particulares contextos locales <strong>de</strong> interacción y sincretismo con <strong>las</strong> respectivas tradicioneslocales indígenas. Dichas tradiciones fueron absorbidas e integradas por <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s<strong>fenicio</strong>-púnicas con diversos ritmos y medidas. El ya heterogéneo mosaico culturalque formaban <strong>las</strong> ciuda<strong>de</strong>s-estado <strong>de</strong>l Levante mediterráneo durante los siglo XI-IX a. C.se vio así extraordinariamente dilatado, no sólo geográfica sino también culturalmente,hasta dar vida al conjunto <strong>de</strong> <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas.Melqart y AstartéLa religión que los <strong>fenicio</strong>s trajeron consigo no fue trasplantada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus ciuda<strong>de</strong>sestadoorientales <strong>como</strong> un bloque (que no era), sino que llegó a Occi<strong>de</strong>nte tamizada poruna serie <strong>de</strong> filtros culturales. El más importante <strong>de</strong> ellos fue sin duda el que la expansiónfenicia fuese principalmente una expansión tiria. Por tanto, fue la religión oficial <strong>de</strong> estaciudad la que más profundamente marcó el futuro <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>púnicasocci<strong>de</strong>ntales. Otro importante condicionante fue el marcado componente comercial<strong>de</strong>l proceso histórico 9 . De este modo, la religión fenicia arcaica ofreció en Occi<strong>de</strong>nteun aspecto parcial <strong>de</strong> sí misma, sesgada bajo la óptica tiria y con los aspectos comercialessobredimensionados. A<strong>de</strong>más, a partir <strong>de</strong>l siglo VI a. C. hay que tener en consi<strong>de</strong>ración9. Este componente cierto <strong>de</strong> la diáspora inicial no excluyó otros intereses territoriales y productivos que,<strong>de</strong> hecho, permitieron que algunas <strong>de</strong> <strong>las</strong> fundaciones más antiguas sobrevivieran también sin el entramadoeconómico <strong>de</strong> comercio a larga distancia que <strong>las</strong> creó y permitió su conversión en poléis que sobrevivieronhasta la conquista romana y se integraron en la vida <strong>de</strong>l Imperio (cf. González Wagner y Alvar Ezquerra 1989:61-102). Cabe señalar a<strong>de</strong>más que dicho componente comercial <strong>de</strong> la diáspora fenicia ha sido exagerado por lahistoriografía, tanto por la grecorromana <strong>como</strong> por la mo<strong>de</strong>rna, ayudando así a construir una representación <strong>de</strong><strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas parcial, accesoria y políticamente malintencionada (cf. López Castro 2000: 123;Fumadó Ortega 2010a: 9-10).


20 Iván Fumadó Ortegala influencia cultural cartaginesa, que pudo llegar a traducirse en estrechas relacionescomerciales, políticas y militares en todo el Mediterráneo Occi<strong>de</strong>ntal, si bien con muchosmatices regionales y cronológicos (González Wagner 1994: 7-22; Ramón Torres 2006:69-106; De Vincenzo e.p.).Los dioses que dominaron este proceso fueron los principales <strong>de</strong> Tiro: Melqart yAstarté. Melqart, el Rey <strong>de</strong> la ciudad, posee unas referencias escasas y discutidas queproce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la Edad <strong>de</strong>l Bronce (Bonnet 1988: 417-426), pero parece claro que su popularidadsólo experimentó un enorme crecimiento a partir <strong>de</strong> la primera Edad <strong>de</strong>l Hierro,estrechamente ligado al <strong>de</strong>stino político <strong>de</strong> la monarquía <strong>de</strong> Tiro (Bonnet 1988: 27-41).En efecto es Melqart el dios que funda esta ciudad uniendo dos islotes situados frente ala costa sirio-palestina y creando así una isla más gran<strong>de</strong> sobre la que po<strong>de</strong>r levantar laciudad <strong>de</strong> Tiro. Por ello Melqart tiene una estrecha relación no sólo con la monarquía tiriasino también con los puertos. Aunque cumplía con los requisitos <strong>de</strong> divinidad garante <strong>de</strong>la reproducción <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> la vida y la muerte al sufrir una muerte violenta en el fuegoy ser <strong>de</strong>vuelto posteriormente a la vida <strong>como</strong> otros dioses <strong>fenicio</strong>s, su asociación con laconstrucción <strong>de</strong> puertos y la fundación <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s permitió una fácil asimilación porparte <strong>de</strong> los griegos a su Herakles, dios aventurero y colonizador. Entre estos dos diosesse dio uno <strong>de</strong> los más profundos y ambivalentes sincretismos <strong>de</strong>l Mediterráneo antiguo(cf. Malkin 2005: 241-254). Consecuencia <strong>de</strong> su personalidad, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>venir político tirio y<strong>de</strong> su asimilación con Herakles archegetes, Melqart se convirtió en patrón <strong>de</strong> la expansiónmarítima y comercial fenicia acumulando múltiples pruebas <strong>de</strong> su <strong>de</strong>voción por todo elMediterráneo, conservadas en el difundido culto al Herakles tirio <strong>de</strong> época helenística yparcialmente también en el Hércules romano (Coarelli 1988: 224-233). Destaca la popularidadque alcanzó entre la población <strong>de</strong> Cartago, en don<strong>de</strong> se han encontrado más <strong>de</strong>2500 inscripciones <strong>de</strong> nombres personales teóforos (Lipinski 1995: 235). Melqart aparececitado en algunos <strong>de</strong> los más importantes documentos <strong>de</strong> la historia <strong>fenicio</strong>-púnica, <strong>como</strong>en el tratado <strong>de</strong> paz Asarhadón <strong>de</strong>l siglo VII a. C., así <strong>como</strong> en el juramento <strong>de</strong> AníbalBarca <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo III a. C. (Plb. 7.9.2), aunque significativamente en ninguno <strong>de</strong>estos casos se le relaciona con el mar o la navegación. Melqart tuvo también capacida<strong>de</strong>soraculares, <strong>como</strong> queda patente en el mito <strong>de</strong> fundación <strong>de</strong> Gadir, en don<strong>de</strong> se hallaba enla Antigüedad uno <strong>de</strong> sus más conocidos santuarios (cf. García y Bellido 1963; Mierse2004; Marín Ceballos y Jiménez Flores 2009).Astarté es una diosa mucho más antigua que Melqart. Sus raíces se hun<strong>de</strong>n en <strong>las</strong>divinida<strong>de</strong>s proximo-orientales <strong>de</strong> la fertilidad y la reproducción <strong>de</strong>l III-II milenios a. C.Innana, Ishtar o Uni. Se trata <strong>de</strong> una diosa bajo el nombre <strong>de</strong> la cual se han reagrupadoy manifestado diversas divinida<strong>de</strong>s, lo que anuncia una personalidad todavía más polifacéticay compleja que la <strong>de</strong> Melqart (Bonnet 1996: 135-146). La Astarté fenicia, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>este punto <strong>de</strong> vista, podría no haber existido <strong>como</strong> tal. Hablar <strong>de</strong> la Astarté fenicia eshablar <strong>de</strong> cómo esas socieda<strong>de</strong>s y sus <strong>de</strong>scendientes púnicas han entendido, transmitidoy parcialmente reelaborado la figura transnacional <strong>de</strong> Astarté (Bonnet 1996: 14-15).Dicho esto, la imagen <strong>de</strong> la diosa que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la documentación arqueológicay epigráfica proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>las</strong> ciuda<strong>de</strong>s-estado fenicias es una imagen estrechamenteasociada a <strong>las</strong> monarquías urbanas y al buen funcionamiento <strong>de</strong> sus instituciones. PeroAstarté es también una diosa celeste, que gobierna <strong>las</strong> estrel<strong>las</strong> y el ciclo <strong>de</strong> los astros,y con ello el <strong>de</strong> la vida y la muerte. Paredro <strong>de</strong> Melqart en Tiro, lo es también <strong>de</strong> otros


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados21dioses en otras ciuda<strong>de</strong>s-estado orientales, siendo particularmente adorada en Sidón yByblos (Bonnet 1996: 19-44). Su veneración parece asimilar rápidamente otros cultos<strong>de</strong>dicados a otras diosas tanto orientales <strong>como</strong> indígenas <strong>de</strong>l Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal,enriqueciéndose <strong>de</strong> este modo su mitología y diversificando sus prácticas cultuales conaportes muy diferentes. Aunque tiene algunas atribuciones guerreras (Fantar 1973: 22), sela i<strong>de</strong>ntifica la mayoría <strong>de</strong> <strong>las</strong> veces <strong>como</strong> la señora <strong>de</strong> los cielos, y así fue asimilada porlos romanos a Juno Caelestis (Lipinski 1995: 146-148). Por este primado sobre <strong>las</strong> estrel<strong>las</strong>y los cielos, cuya lectura resultaba imprescindible para los marineros, Astarté gozó <strong>de</strong>una gran <strong>de</strong>voción entre <strong>las</strong> tripulaciones que surcaban el Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal (RuízCabrero 2007: 101-107). Particular fama alcanzaron los santuarios <strong>de</strong> Astarté en Eryx yen Sicca Veneria, aunque también recibió un culto muy popular en Chipre, especialmenteen Kition, en Malta en Tas Silg, en Cartago, y en diversos puntos <strong>de</strong> la Península Ibérica.El santuario <strong>de</strong> Eryx <strong>de</strong>sarrolló un culto <strong>de</strong> éxito particular, que acabó siendo adoptadoen múltiples puntos <strong>de</strong>l Mediterráneo central, <strong>como</strong> en Caralis, en la propia Cartago eincluso en Italia, en Roma y Ercolano, adorada <strong>como</strong> Artarté/Venus ericina. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>los múltiples indicios documentales <strong>de</strong> su culto en la Península Ibérica (Marín Ceballos2010: 491-512), <strong>de</strong>stacan <strong>como</strong> restos arqueológicos la estatuilla <strong>de</strong>l s. VIII a. C. aparecidaen El Carambolo, <strong>las</strong> terracotas votivas en forma <strong>de</strong> cabeza femenina repartidas pormúltiples puntos el sur peninsular (Marín Ceballos y Horn 2007) o los ricos materiales <strong>de</strong>La Algaida (Corzo Sánchez 2000: 147-183). Cabe tener presente sin embargo el enorme<strong>de</strong>sarrollo que la diosa Tanit adquirió en Cartago a partir <strong>de</strong>l siglo V a. C., lo que le diouna gran proyección en todo el Mediterráneo central y occi<strong>de</strong>ntal. Así, muchos <strong>de</strong> loscultos originariamente <strong>de</strong>dicados a Astarté pudieron sufrir diversos procesos <strong>de</strong> sincretismocon Tanit primero, con Afrodita, Venus, Juno e Isis <strong>de</strong>spués, reforzando aún más elcarácter polifacético y casi omnivalente <strong>de</strong> Astarté (cf. Bonnet 2010: 453-464).Así pues la diáspora fenicia por el Mediterráneo Occi<strong>de</strong>ntal fue protagonizada principalmentepor Tiro y se realizó a partir <strong>de</strong> la fundación <strong>de</strong> múltiples santuarios empóricosen diferentes costas. Éstos estuvieron consagrados a <strong>las</strong> principales divinida<strong>de</strong>s tirias, es<strong>de</strong>cir, Melqart y Astarté, asumiendo el primero la protección general <strong>de</strong> la colonizacióny <strong>de</strong> <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s económicas, mientras que Astarté se <strong>de</strong>finía <strong>como</strong> protectora <strong>de</strong> losnavegantes, propiciadora <strong>de</strong> la fecundidad y <strong>de</strong> la ayuda <strong>de</strong> los astros durante los viajes.Sus santuarios aseguraron en tierras lejanas una protección jurídica y espiritual paralos marineros extranjeros, permitieron el contacto entre diferentes culturas y canalizaronprogresivamente el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s comerciales. Pero para obtener éxito, es<strong>de</strong>cir, para po<strong>de</strong>r perpetuarse en el tiempo, un santuario empórico tenía que lograr consolidarse<strong>como</strong> un reconocido y respetado lugar <strong>de</strong> encuentro, gobernado por la divinidadcon justicia tanto hacia la población local <strong>como</strong> hacia la comunidad <strong>de</strong> navegantes, endon<strong>de</strong> fueran muchas <strong>las</strong> posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> realizar intercambios beneficiosos para todas<strong>las</strong> partes (cf. Romero Recio 1998: 105-107). En este sentido, una a<strong>de</strong>cuada diplomaciay la consolidación e incremento <strong>de</strong>l propio prestigio fueron probablemente <strong>las</strong> guías indispensablespara <strong>las</strong> <strong>de</strong>cisiones adoptadas por todo cuerpo sacerdotal. La ostentación<strong>de</strong> riquezas, el uso a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> un discurso simbólico <strong>de</strong> complejidad creciente, y lacantidad y calidad <strong>de</strong> los servicios prácticos ofrecidos a la comunidad <strong>de</strong> navegantes seconvirtieron verosímilmente en los mejores instrumentos <strong>de</strong> producción y a la vez <strong>de</strong>reproducción <strong>de</strong>l santuario.


22 Iván Fumadó OrtegaEn el siguiente apartado voy a plantear un resumen introductorio a <strong>las</strong> prácticas acometidasen los santuarios <strong>de</strong> Melqart y Astarté surgidos <strong>como</strong> consecuencia <strong>de</strong> la diásporafenicia en Occi<strong>de</strong>nte. El estudio <strong>de</strong> estos templos, nacidos en su mayoría <strong>como</strong> santuariosempóricos, se centra así menos en la mitología <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s tirias y más en <strong>las</strong> funcioneseconómicas y políticas asumidas por sus castas sacerdotales (cf. Marín Ceballos1998: 349-362; González Wagner 2000: 41-58; Sáez Romero 2009: 115-130).Los santuarios empóricos: capital económico y capital simbólicoMelqart y Astarté viajaron por <strong>las</strong> costas <strong>de</strong>l Mediterráneo embarcados en <strong>las</strong> navesfenicias que lo surcaron. Entraron en contacto con otros dioses y sus fieles allí don<strong>de</strong> lohicieron los navegantes tirios, sidonios o gublitas primero, y los oriundos <strong>de</strong> <strong>las</strong> nuevasfundaciones <strong>de</strong>spués (Gadir, Lixus, Ibiza, Nora, Útica, Cartago, etc.). Los lugares susceptibles<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rados <strong>como</strong> santuarios <strong>fenicio</strong>-púnicos en el Extremo Occi<strong>de</strong>ntehan sido ya objeto <strong>de</strong> estudio en los últimos años (Belén 2000a; Ferrer Albelda 2002),especialmente por cuanto se refiere a la principal cuestión <strong>de</strong> su localización geográfica.Así el santuario empórico, <strong>como</strong> lugar <strong>de</strong> encuentro privilegiado entre gentes <strong>de</strong> diversoscredos, aparece <strong>como</strong> espacio merecedor <strong>de</strong> particular atención para quienes estén interesadosen estudiar los múltiples sincretismos en los que participaron Astarté y Melqart duranteel I milenio a. C. Dada la enorme extensión geográfica <strong>de</strong> la diáspora fenicia, estoscontactos culturales y los procesos <strong>de</strong> hibridación que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>naron son fundamentalespara enten<strong>de</strong>r no sólo el <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s púnicas, sino <strong>de</strong> todas aquel<strong>las</strong> otrascon <strong>las</strong> que éstas mantuvieron relación. Es por este motivo que voy a prestar más atencióna <strong>las</strong> prácticas que en estos particulares espacios tuvieron lugar, c<strong>las</strong>ificándo<strong>las</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unaperspectiva sociológica, que al controvertido tema acerca <strong>de</strong> la soberanía <strong>de</strong>l territoriosobre el que se construye el santuario empórico 10 .La mayoría <strong>de</strong> los santuarios <strong>de</strong> Melqart y Astarté en el Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntalnacieron en época arcaica probablemente <strong>como</strong> santuarios empóricos, es <strong>de</strong>cir, mercadosen los que se practicaba el comercio maqom (López Castro 2000: 128-132). Sin embargodurante los ss. VI-V a. C. se produjo en muchos casos un proceso (v. supra) que condujoa estos santuarios a convertirse en templos plenamente urbanos (López Castro 2006). Noobstante, <strong>como</strong> resulta evi<strong>de</strong>nte a la vez que un tanto paradójico, el apelativo empóricono proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l término <strong>fenicio</strong> maqom sino <strong>de</strong> la palabra griega equivalente a mercado.En este texto uso dicho término, emporion, en un sentido amplio referido a la fundación<strong>de</strong> un lugar neutral <strong>de</strong> comercio en tierra <strong>de</strong> confín que posibilita, entre otras cosas, el encuentro<strong>de</strong> navegantes y comerciantes <strong>de</strong> múltiples proce<strong>de</strong>ncias (Ruiz <strong>de</strong> Arbulo 2000).Esta acepción laxa respon<strong>de</strong> a que ya durante la Antigüedad los autores clásicos parecenno haber encontrado un consenso sobre lo que realmente fue aquello que se <strong>de</strong>nominóemporion ya que, por un lado, se trata <strong>de</strong> una palabra griega que podría no ajustarse10. Aunque en algunos <strong>de</strong> ellos parece indiscutible su fundación fenicia (<strong>como</strong> en Lixus o Ibiza), existenotros en los que se <strong>de</strong>bieron dar situaciones políticas más complejas (<strong>como</strong> en Huelva para fechas altas o enCampello para más bajas). Una perspectiva centrada en el caso <strong>de</strong> Lixus, que supera este <strong>de</strong>bate, se encuentraen Cañete Jiménez y Vives-Ferrándiz Sánchez (2011).


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados23exactamente a otras realidad culturales y que, por otro, es un término que ha tenido supropia vida y variaciones semánticas a lo largo <strong>de</strong> los siglos (Rouillard 1995: 95-109).La actividad <strong>de</strong>sarrollada en los santuarios empóricos podría dividirse, siguiendo <strong>las</strong>categorías <strong>de</strong> análisis que Bourdieu propuso para los diferentes campos sociales (Bourdieu1990: 112-122; id. 1991: 163-170), en prácticas relacionadas con el capital económico ycon el capital simbólico. Las activida<strong>de</strong>s promocionadas por el santuario empórico que serelacionan con el primero <strong>de</strong> ellos, el capital económico, pue<strong>de</strong>n subdividirse a su vez enprácticas financieras y <strong>de</strong> servicios. En cambio, aquél<strong>las</strong> que se relacionan con el capitalsimbólico <strong>de</strong>l santuario pue<strong>de</strong>n ser divididas entre <strong>las</strong> prácticas relativas al conocimientoempírico <strong>de</strong>l medio (náutico, comercial, político y cultural) y a la intermediación entre elmundo <strong>de</strong> los humanos y el <strong>de</strong> los dioses (epifanías, sacrificios, oraciones, etc.).Capital económicoEl capital económico <strong>de</strong> los templos en su acepción más evi<strong>de</strong>nte, es <strong>de</strong>cir, aquélque resulta <strong>de</strong> tesaurizar objetos <strong>de</strong> gran valor, se encuentra numerosas veces atestiguadoen los textos antiguos (Grotanelli 1981: 126-127), siendo especialmente admirables <strong>las</strong>riquezas alcanzadas por santuarios <strong>como</strong> el <strong>de</strong> Astarté en Eryx (Str. 4.272), el <strong>de</strong> Melqarten Gadir, con sus columnas <strong>de</strong> bronce (Str. 3.5.5), o el <strong>de</strong> Melqart en Lixus, en cuyo jardín(Plin. N.H. 5.1) se cultivaban los famosos manzanos que daban en oro macizo su fruta.Si la mayoría <strong>de</strong> estas referencias son evi<strong>de</strong>ntemente míticas o semi-míticas, auténticostesoros <strong>como</strong> el <strong>de</strong> El Carambolo (<strong>de</strong> la Ban<strong>de</strong>ra Romero et al. 2010: 297-334) nos pue<strong>de</strong>nestar indicando que la representación antigua <strong>de</strong> <strong>las</strong> riquezas custodiadas en estossantuarios podría haber estado sobradamente fundada. Las repetidas ocasiones en <strong>las</strong> queestos templos se constituyeron en objetivo militar para el saqueo por parte <strong>de</strong> ejércitosenemigos así lo confirmaría 11 . Recor<strong>de</strong>mos por ejemplo que, según el mito fundacional<strong>de</strong> Cartago (Just. 18.4-6), los tesoros <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Melqart en Tiro fueron base económicasuficiente para acometer la dispendiosa empresa <strong>de</strong> construir una ciudad ex novo.También en Cartago, siglos <strong>de</strong>spués, se encontraba un templo <strong>de</strong> Apolo 12 que custodiabauna estatua dorada <strong>de</strong>l dios (Val. Max. 1.1.18), estando <strong>de</strong>corado el interior <strong>de</strong>l edificioasimismo en oro (App. Pun. 127-129). Y sin embargo no era éste el templo más opulentoy suntuoso <strong>de</strong> la ciudad, pues dicho primado recaía en el santuario <strong>de</strong> la cima <strong>de</strong> la Byrsa(Str. 18.3.4), probablemente <strong>de</strong>dicado a Eshmún.En la medida en la que un santuario empórico contaba con un sólido patrimonio<strong>de</strong> este tipo podía permitirse también acometer otras prácticas financieras, <strong>como</strong> la financiaciónanticipada 13 <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas empresas marítimas o el pago <strong>de</strong> valores. Losgaulos <strong>fenicio</strong>s podían llegar a contar con gran<strong>de</strong>s bo<strong>de</strong>gas y quil<strong>las</strong> muy profundas concapacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> gran tonelaje (Guerrero Ayuso 1998: 61-104). Su construcción y puesta en11. Grotanelli (1981: 126, nota 79) recoge la bibliografía para los asaltos a los templos <strong>de</strong> Melqart enGadir, y <strong>de</strong> Astarté en Malta, Eryx, Sicca Veneria y Pyrgi.12. Probablemente Melqart o Reshef.13. La financiación <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s empresas a través <strong>de</strong>l aval que suponía el tesoro <strong>de</strong> un santuario está bienatestiguada en ámbito helenístico. Dos casos conocidos, entre otros (Domínguez Mone<strong>de</strong>ro 2005: 227-236) sonlos <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Zeus en Locri Epizefiria, que financia la construcción <strong>de</strong> la muralla, y los templos <strong>de</strong> la Acrópolis<strong>de</strong> Atenas a los que se refiere Pericles ante el inminente estallido <strong>de</strong> la Guerra <strong>de</strong>l Peloponeso (Tk. 2.13).


24 Iván Fumadó Ortegaservicio requería una inversión económica muy por encima <strong>de</strong>l alcance <strong>de</strong> cualquiera queno fuese un aristócrata y, probablemente, ni siquiera éstos fueron libres <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r activida<strong>de</strong>sprivadas sin el consenso <strong>de</strong> los sacerdotes <strong>de</strong> Melqart y Astarté, quienes con losabundantes fondos <strong>de</strong> sus templos podían afrontar <strong>las</strong> inversiones necesarias 14 . La mejorforma <strong>de</strong> ejercer control económico y político sobre una sociedad es a través <strong>de</strong> la superestructurai<strong>de</strong>ológica que es la religión y, en este caso concreto, a través <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>sque se habían convertido en protectoras <strong>de</strong> la colonización, la navegación y el comercio.Los santuarios empóricos <strong>fenicio</strong>-púnicos también podrían haber asegurado, quizásólo en fechas tardías, el pago <strong>de</strong> letras <strong>de</strong> cambio acordadas en diferentes puntos <strong>de</strong>lMediterráneo sin la necesidad <strong>de</strong> transportar físicamente metales preciosos, evitando asíel omnipresente riesgo <strong>de</strong>l naufragio (Huss 1989: 25, notas 25-26). Al menos a partir <strong>de</strong>ls. IV a. C. existe testimonio (Pl. Erx. 399e-400a) <strong>de</strong> la práctica comercial cartaginesa <strong>de</strong>intercambiar cueros enrollados (contenedores con seguridad <strong>de</strong> un texto) cuyo valor eravariable, secreto y muy elevado 15 .Hasta aquí hemos visto algunos indicios <strong>de</strong> <strong>las</strong> prácticas <strong>de</strong>l santuario empórico encaminadasa tesaurizar, financiar y avalar. También existen datos que nos hablan <strong>de</strong> la oferta<strong>de</strong> diversos servicios comerciales que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los más distinguidos servicios jurídicoshasta aquellos más prosaicos y crematísticos. Recor<strong>de</strong>mos que en la Antigüedad existióen el Mediterráneo el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> pillaje <strong>de</strong> los restos <strong>de</strong> cualquier naufragio que llegasea la costa, así <strong>como</strong> el <strong>de</strong> ataque a toda embarcación extranjera que se aproximase sinpermiso o acuerdo previo a <strong>las</strong> playas <strong>de</strong>l propio territorio (Ruiz <strong>de</strong> Arbulo 2000: 19-20).Esta circunstancia convertía en fundamental para <strong>las</strong> embarcaciones que se aventurabanen <strong>las</strong> travesías más largas el conocer, con la mayor certeza posible, dón<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r arribara un amarre que ofreciese protección jurídica. En este sentido Melqart, <strong>como</strong> diosconstructor <strong>de</strong>l gran puerto <strong>de</strong> Tiro, disponía <strong>de</strong> sobradas cre<strong>de</strong>nciales para ofrecer talseguridad. Dado que <strong>las</strong> tripulaciones solían estar compuestas por una variopinta mezcla<strong>de</strong> nacionalida<strong>de</strong>s (Str. 2.3.4-5), la protección bajo la égida <strong>de</strong>l santuario empóricoestaba especialmente <strong>de</strong>dicada a los extranjeros, a quien el po<strong>de</strong>r local pretendía atraerconquistando su confianza (Domínguez Mone<strong>de</strong>ro 2001: 245-257), <strong>como</strong> en los casos <strong>de</strong>Pyrgi o <strong>de</strong> Naucratis (Hdt. 2.178-179). Algo más controvertido, pero muy probable en miopinión, sería el servicio <strong>de</strong> avituallamiento para <strong>las</strong> tripulaciones, y <strong>de</strong> carga, <strong>de</strong>scarga yalmacenaje <strong>de</strong> mercancías comerciales 16 .14. Aunque este último extremo no es más que una suposición, recor<strong>de</strong>mos que Telémaco no obtieneen la Odisea el permiso <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> aristócratas para construir su propia nave pese a disponer <strong>de</strong> los mediosnecesarios. Po<strong>de</strong>mos intuir así en este episodio algunos <strong>de</strong> los mecanismos a través <strong>de</strong> los cuales <strong>las</strong> antiguasta<strong>las</strong>ocracias ejercieron, en la medida <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s, un control sobre uno <strong>de</strong> sus elementos constitutivos<strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r económico y simbólico, es <strong>de</strong>cir, la navegación a largas distancias (Alvar Ezquerra 1998).15. Esta práctica comercial necesita <strong>de</strong> la participación en dicha transacción <strong>de</strong> un fondo bancario metálicoreal, custodiado en una se<strong>de</strong> fija y concreta, al cual la letra <strong>de</strong> cambio estipulada en el cuero enrollado haríareferencia y usaría <strong>como</strong> aval. La hipótesis propuesta por Huss (1989: 24-26) <strong>de</strong> que dichos fondos respon<strong>de</strong>n aun control centralizado <strong>de</strong> sus valores, convierte a los ricos santuarios ya mencionados en el texto, y a sus castassacerdotales, en los principales candidatos a garantes y guardianes <strong>de</strong> los <strong>de</strong>pósitos metálicos necesarios para elcorrecto funcionamiento <strong>de</strong>l sistema financiero.16. Los almacenes registrados arqueológicamente, con diversas cronologías, en Toscanos (Schubart etal. 2003), Campello (Olcina Doménech 2005: 150-153) o Lixus (Fumadó Ortega 2010b: 131-135, fig. 3.3.1)podrían apuntar en esta dirección, así <strong>como</strong> otras estructuras adyacentes al templo, <strong>como</strong> <strong>las</strong> <strong>de</strong> El Carambolo(cf. Fernán<strong>de</strong>z Flores y Rodríguez Azogue 2007).


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados25En estrecha relación con el tráfico marítimo y comercial, así <strong>como</strong> con <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>sfinancieras anteriormente vistas, se pue<strong>de</strong> postular una participación activa <strong>de</strong>l santuarioempórico en <strong>de</strong>terminadas empresas comerciales <strong>de</strong> <strong>las</strong> que obtendría réditos porcentualessobre <strong>las</strong> ganancias. El diezmo está sobradamente atestiguado en la Antigüedad, sibien este pago efectuado por los comerciantes a los sacerdotes enmascara probablementediversas modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> relación entre ambas partes. Si es cierto que el tributo que una<strong>de</strong>legación cartaginesa efectuaba periódicamente en el santuario <strong>de</strong> Melqart en Tiro (D.S.20.14.2) parece respon<strong>de</strong>r a la conmemoración tradicional <strong>de</strong> la relación entre coloniay metrópoli, el pago <strong>de</strong> la décima que los comerciantes consagraban a Hércules en elAra Máxima <strong>de</strong>l puerto fluvial <strong>de</strong> Roma estuvo en cambio ligada a los beneficios realesobtenidos en sus operaciones comerciales. Más específicamente, y en otro contexto, el patriarcaJacob prometía el pago <strong>de</strong>l 10% <strong>de</strong> sus beneficios al santuario <strong>de</strong> Bet-el si lograbaregresar con éxito <strong>de</strong> su arriesgado viaje (Vázquez Hoys 1993: 303-316). Vemos pues queel cobro <strong>de</strong> la décima no fue en modo alguno práctica exclusiva <strong>de</strong> los santuarios <strong>fenicio</strong>s,estando también atestiguada en ámbito latino, israelita y heleno 17 .Muchos importantes santuarios, no sólo los empóricos, contaron también con servicios<strong>de</strong> tipo oracular mediante los cuales los fieles podían consultar sus <strong>de</strong>stinos aldios. Uno <strong>de</strong> los oráculos más importantes <strong>de</strong>l mundo <strong>fenicio</strong> fue el <strong>de</strong> Melqart en Tiro,que jugó un rol en la fundación <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los principales asentamientos <strong>de</strong> la diáspora,tales Cartago (Just. 18.5.2) o Cádiz (Str. 3.5.5), aunque también se conocen variosejemplos <strong>de</strong> oráculos presididos por Astarté (Gómez Bellard y Vidal González 2000:118-119). Igualmente en el mundo heleno, el mejor conocido oráculo <strong>de</strong> Apolo en Delfos<strong>de</strong>sempeñó un papel rector en la fundación <strong>de</strong> <strong>las</strong> ciuda<strong>de</strong>s griegas <strong>de</strong> ultramar (Malkin1987: 17-91). Servicios oraculares se podían prestar no sólo en el santuario empórico yportuario, sino también en otros puntos <strong>de</strong> significativa importancia para la navegaciónmediterránea, <strong>como</strong> lo son <strong>las</strong> cuevas-santuario. Las grutas han sido percibidas probablemente<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Prehistoria <strong>como</strong> un lugar diferente, una heterotopía en el sentido <strong>de</strong>finidopor Foucault (1984: 46-49) 18 , propicio para contactar con lo sobrenatural. Sin embargoen ámbito <strong>fenicio</strong>-púnico, aunque no <strong>de</strong> forma exclusiva, se encuentran especialmenteasociadas a la navegación gracias a su ubicación costera en puntos <strong>de</strong> excepcional visibilidad19 . Debido a sus escasas infraestructuras arquitectónicas estas cuevas-santuarioson apenas i<strong>de</strong>ntificables por la arqueología en base al registro <strong>de</strong> materiales votivos y aexcepcionales grafitos en la roca (Gómez Bellard y Vidal González 2000: 108-119). Porello es difícil confirmar el servicio oracular en cada una <strong>de</strong> el<strong>las</strong>, pese a la certeza <strong>de</strong> quese trataba <strong>de</strong> una práctica extendida en la Antigüedad en este tipo <strong>de</strong> contextos 20 .17. Como atestigua el relato <strong>de</strong> Colaios y el beneficio obtenido gracias a él por el Heraion <strong>de</strong> Samos(Hdt. 4.152). Cabe recordar que muchos <strong>de</strong> estos pagos pudieron haber sido verda<strong>de</strong>ras ofrendas, exentas portanto <strong>de</strong> regulación contractual, pero enmarcadas en un contexto agonístico por adquirir renombre y prestigiopor parte <strong>de</strong> los personajes beneficiados con <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s comerciales.18. Se trata <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> una conferencia impartida en Túnez en 1967, disponible en audio en la siguientedirección <strong>de</strong> Internet: .19. Buenos ejemplos <strong>de</strong> ello son Gorham’s Cave en el Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar, Es Cuieram al NE <strong>de</strong> Ibiza oGrotta Regina en <strong>las</strong> proximida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Palermo, entre otros.20. cf. Domínguez Mone<strong>de</strong>ro en el presente volumen.


26 Iván Fumadó OrtegaCapital simbólicoLa consulta oracular, si bien no fue un servicio imprescindible ni presente en todoslos santuarios, permite poner en relación al capital económico <strong>de</strong>l templo con su capitalsimbólico. Dichos mensajes constituían un principal instrumento a través <strong>de</strong>l cual lossacerdotes ponían en juego todo su capital simbólico. Con ello el cuerpo sacerdotalinfluyó no sólo en <strong>las</strong> operaciones comerciales acometidas en su área <strong>de</strong> influencia sinoincluso en importantes <strong>de</strong>cisiones políticas que marcaron el curso <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>lMediterráneo antiguo, <strong>como</strong> ya se ha apuntado. Para la realización <strong>de</strong> estas consultasera necesario un sacrificio previo presumiblemente a la altura <strong>de</strong> <strong>las</strong> expectativas puestaspor el fiel en la utilidad <strong>de</strong> la respuesta recibida. Así, a través <strong>de</strong> ella, el santuariopodía incrementar su capital económico, no sólo <strong>de</strong> un modo inmediato al cobrar porel servicio, sino también <strong>de</strong> forma indirecta y probablemente más lucrativa. El conocimientoacumulado sobre el medio náutico, comercial y político <strong>de</strong>l entorno <strong>de</strong>l emporio,probablemente poco conocido por navegantes <strong>de</strong> largas distancia que no podían portanto dominar al <strong>de</strong>talle <strong>las</strong> especificida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cada región, ponían al cuerpo sacerdotalen disposición <strong>de</strong> aconsejar o <strong>de</strong>saconsejar <strong>de</strong>terminadas iniciativas comerciales <strong>de</strong> <strong>las</strong>que, <strong>como</strong> hemos visto, recabarían la décima parte <strong>de</strong> los beneficios. Así pues la dobleautoridad moral <strong>de</strong>l oráculo, no sólo basado en un mejor conocimiento <strong>de</strong>l medio sinosancionado por la voluntad divina, permitía al santuario empórico rentabilizar económicamentesu capital simbólico.Dicho capital simbólico se pue<strong>de</strong> dividir entre el conocimiento empírico <strong>de</strong>l medio(náutico, comercial, político, cultural) y a la intermediación entre el mundo <strong>de</strong> los humanosy el <strong>de</strong> los dioses (epifanías, sacrificios, oraciones, etc.)La creación y custodia <strong>de</strong>l conocimiento fue ya en ámbitos mesopotámico y nilóticouno <strong>de</strong> los elementos esenciales y constitutivos <strong>de</strong> <strong>las</strong> instituciones rectoras <strong>de</strong> <strong>las</strong>ociedad: el templo y el palacio. Sacerdotes, escribas y otros especialistas controlaron <strong>de</strong>forma sectaria la escritura y la lectura (Marín Ceballos y Jiménez Flores 2004: 218-221).Posteriormente, a partir <strong>de</strong> la Edad <strong>de</strong>l Hierro, se produjo en algunas áreas <strong>de</strong>l Mediterráneoun aumento <strong>de</strong> la alfabetización <strong>de</strong> sectores sociales ajenos a los ambientes más exclusivos.Sin embargo el templo retuvo durante toda la Antigüedad un claro primado encuanto se refiere a la acumulación <strong>de</strong> documentos escritos <strong>de</strong> todo tipo. Documentos arqueológicosque así lo confirman en ámbito púnico han sido hallados en Cartago (Berges2002: 111-132; Redissi 1991: 13-24) y Selinunte (Bisi 1986: 296-304), y también enCuccureddu, al sur <strong>de</strong> Cer<strong>de</strong>ña. En estos yacimientos han aparecido en diverso número<strong>las</strong> improntas <strong>de</strong> arcilla que contrasellaban los papiros custodiados en varios templos. Conmenos elementos arqueológicos pero con una sólida tradición clásica pue<strong>de</strong> argumentarsela importancia <strong>de</strong>l santuario <strong>de</strong> Melqart en Cádiz <strong>como</strong> uno <strong>de</strong> los más prestigiososcentros <strong>de</strong> saber <strong>de</strong>l Mediterráneo, al que acudieron numerosos exploradores, eruditos yhombres <strong>de</strong> estado 21 a informarse no sólo sobre los <strong>de</strong>signios divinos, sino también sobrelos <strong>de</strong>rroteros oceánicos, historia y política regional. La vasta trascen<strong>de</strong>ncia política <strong>de</strong><strong>las</strong> <strong>de</strong>cisiones tomadas en el templo <strong>de</strong> Melqart en Cádiz y en otros restringidos ejemplosmás no es evi<strong>de</strong>ntemente extensible a todos los santuarios empóricos. Sin embargo éstos21. Numerosos ejemplos han sido reunidos por Marín Ceballos y Jiménez Flores (2004: 227-233).


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados27sí habrían contado con valiosa información relativa a <strong>las</strong> condiciones <strong>de</strong> navegación,eventuales peligros piráticos y opciones <strong>de</strong> comercio locales, que los sacerdotes podríantransmitir a voluntad a los fieles-comerciantes a<strong>de</strong>cuados para procurar fructíferos negocios(cf. Romero Recio 2000: 88) 22 . Recor<strong>de</strong>mos una vez más que <strong>las</strong> esca<strong>las</strong> son <strong>de</strong>gran importancia para la navegación <strong>de</strong> larga distancia, y que no sólo en los templos másfamosos, sino también en <strong>las</strong> cuevas-santuario se podría haber conservado y difundidoútiles consejos <strong>de</strong> ayuda a la comunidad <strong>de</strong> navegantes.Pero el capital simbólico más importante <strong>de</strong>l que dispone el santuario, ya que justificasu propia existencia y le habilita para acumular el resto <strong>de</strong> capitales, es por supuesto elrelativo a la intermediación entre humanos y dioses. En este sentido los santuarios empóricos,dada su ubicación liminar, ejercieron un papel experimental especialmente abiertoa modificaciones y readaptaciones <strong>de</strong> la religión y la liturgia, a<strong>de</strong>cuándose probablementea <strong>las</strong> diversas sensibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la sociedad a la que aspiraban integrarse. No obstantealgunos elementos parecen haber sido compartidos por la mayoría <strong>de</strong> centros conocidos,<strong>como</strong> la complejidad creciente <strong>de</strong> la liturgia o la comunicación con los dioses a través <strong>de</strong>lsacrificio. Esta última actividad resulta en ocasiones reconocible para la Arqueología, porejemplo cuando se hallan en un contexto sacro restos cerámicos <strong>de</strong> los pequeños cuencosempleados en <strong>las</strong> libaciones, altas concentraciones <strong>de</strong> lucernas y exvotos <strong>de</strong> vario tipo. Elsacrificio <strong>de</strong>bió ser uno <strong>de</strong> los modos más directos y difusos <strong>de</strong> interacción entre el personaladscrito al templo y el resto <strong>de</strong> los mortales. No sólo los santuarios empóricos, sinomuchos otros, dispusieron en lugares bien visibles <strong>de</strong> un tarifario con los costes asociadosa <strong>las</strong> diferentes víctimas, objetos o alimentos que un fiel podía a voluntad consagrar a ladivinidad en la esperanza <strong>de</strong> congraciarse con ella y ganar su clemencia 23 . Los santuariosempóricos, así <strong>como</strong> <strong>las</strong> cuevas-santuario, especialmente frecuentadas por marineros, recogeríanla especial sensibilidad asociada al mar y al mundo <strong>de</strong> la navegación y tendríanen el sacrificio y la oración por la gracia <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s marítimas una <strong>de</strong> sus máspopulares funciones.Otros servicios prestados por los santuarios <strong>fenicio</strong>-púnicos que supondrían una importantefuente <strong>de</strong> ingresos, especialmente en aquellos puertos más transitados, sería laprostitución sagrada frecuentemente asociada al culto <strong>de</strong> Astarté. Aunque existen variasmodalida<strong>de</strong>s que implicaban tanto a hombres <strong>como</strong> a mujeres, en general esta prácticaconsistía en mantener relaciones sexuales, previo pago <strong>de</strong> una piadosa ofrenda, con trabajadoresy trabajadoras especializados <strong>de</strong>l santuario. Este sacrificio-ofrenda, que probablementetiene su origen en <strong>las</strong> bien conocidas hierogamias mitológicas egipcias ybabilónicas, parece haber gozado <strong>de</strong> amplia aceptación en <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas(Jiménez Flores 2001: 15-29; cf. Martos Montiel 2002: 7-38), y, asociado a danzas y22. Un ejemplo <strong>de</strong> aprovechamiento comercial <strong>de</strong>l conocimiento marítimo-atmosférico <strong>de</strong>l entorno porparte <strong>de</strong> un santuario queda recogido por Plutarco (mor. 303 c-d), cuando narra la anécdota según la cual ladiosa Venus comunicó en Samos al comerciante y capítan <strong>de</strong> navío Dexicreon, que en su participación en unaflota comercial rumbo a Chipre no <strong>de</strong>bía llevar otro cargamento que agua dulce. Pese a la incredulidad <strong>de</strong>l marinerosu obediencia se vio recompensada al quedar la flota atrapada por una prolongada calma chicha. Así pudoven<strong>de</strong>r Dexicreon al resto <strong>de</strong> sedientas tripulaciones su agua a un precio tan lucrativo, que a su regreso a puertopudo erigir una estatua en honor a la diosa.23. Uno <strong>de</strong> estos tarifarios, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Ba’al Shamin en Cartago, se ha conservado en laconocida <strong>como</strong> Tarifa <strong>de</strong> Marsella (CIS I, 165 = KAI 69).


28 Iván Fumadó Ortegacánticos, <strong>de</strong>bió asegurarse la fe <strong>de</strong> numerosos creyentes <strong>de</strong> <strong>las</strong> más variadas proce<strong>de</strong>ncias,especialmente <strong>de</strong> los marineros, si se tiene en cuenta la prohibición antigua <strong>de</strong> realizaractos sexuales a bordo <strong>de</strong> <strong>las</strong> embarcaciones.Por último, variados tipos <strong>de</strong> artesanos participaron activamente en la vida económica<strong>de</strong>l santuario, <strong>como</strong> queda atestiguado gracias a <strong>las</strong> inscripciones <strong>de</strong>l s. IV a. C. proce<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Astarté en Kition (CIS I, 86 = KAI 37; Kition III, C1). En el<strong>las</strong> se dacuenta <strong>de</strong> los salarios mensuales que percibían cada uno <strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong>l complejosacro (Masson y Sznycer 1972), entre los que se encuentran magistrados, albañiles, poetas,guardianes, sacrificadores, los mencionados especialistas <strong>de</strong>l sexo, barberos, pana<strong>de</strong>ros,etc. Es probable que gran<strong>de</strong>s santuarios pusieran incluso en alquiler algunos localespara la realización <strong>de</strong> estos oficios o para la venta <strong>de</strong> sus productos, <strong>como</strong> sucedía en elHeraion <strong>de</strong> Samos durante el s. III a. C. (cf. Soverini 1991).En resumen, los santuarios empóricos <strong>fenicio</strong>-púnicos guiados por sus sabias castassacerdotales supieron poner en juego múltiples instrumentos a través <strong>de</strong> los cualesadaptarse a los heterogéneos contextos que ofrecía el Mediterráneo antiguo. Hemosvisto varios indicios <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> prácticas relacionadas con el capital económico,basadas en activida<strong>de</strong>s financieras y <strong>de</strong> servicios. Entre <strong>las</strong> primeras <strong>de</strong>stacan la tesaurización<strong>de</strong> objetos preciosos, el aval en transacciones económicas y la financiación<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s obras. Entre <strong>las</strong> segundas po<strong>de</strong>mos contar con servicios jurídicos a los comerciantes,la participación en empresas mercantiles y el asesoramiento oracular, quetuvo en <strong>de</strong>terminadas ocasiones un enorme peso político y económico. También hemosrepasado algunos testimonios sobre <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s asociadas con el capital simbólico,es <strong>de</strong>cir, por un lado aquel<strong>las</strong> relacionadas con la recopilación, conservación y cuidadosatransmisión <strong>de</strong>l conocimiento náutico, comercial, político, cultural <strong>de</strong> la propiaregión, y por otro todas la activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>dicadas a la intermediación entre lo humano ylo sobrehumano.Como resulta obvio, muchas <strong>de</strong> <strong>las</strong> prácticas más arriba enumeradas, tanto <strong>las</strong> <strong>de</strong>dicadasal capital económico <strong>como</strong> <strong>las</strong> <strong>de</strong>l capital simbólico, resultan difícilmente distinguiblesentre sí en un esquema analítico <strong>como</strong> el presentado. Ello se <strong>de</strong>be sin duda a lanaturaleza misma <strong>de</strong> estas prácticas, que fueron verosímilmente pensadas y percibidaspor sus actores <strong>como</strong> un todo intrínsecamente interrelacionado. Como se ha indicado alprincipio, en <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s antiguas no se separaron <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s sacras <strong>de</strong> <strong>las</strong> másprosaicas. Sin embargo, consi<strong>de</strong>ro la presente c<strong>las</strong>ificación una útil herramienta <strong>de</strong> estudio<strong>de</strong> la realidad histórica <strong>de</strong> los santuarios empóricos.CONCLUSIONESPara finalizar esta introducción al estudio <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s marítimas <strong>fenicio</strong>-púnicasy su relación con la confianza <strong>de</strong> los mercados, quisiera hacer hincapié en la necesidad<strong>de</strong> observar <strong>las</strong> fuentes <strong>de</strong> <strong>las</strong> que disponemos para el estudio <strong>de</strong> la religión fenicia <strong>de</strong>s<strong>de</strong>una óptica histórica que sea consciente <strong>de</strong> su diacronía.Hemos visto cómo los dioses específicamente relacionados con el mar y la navegación(Kusor, Ba’al Shamén, Ba’al Malage y Ba’al Saphon) son dioses antiguos <strong>de</strong>tradición cananea, venerados al parecer por la entera comunidad <strong>de</strong> navegantes y con un


<strong>Aspectos</strong> marítimos <strong>de</strong> <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s <strong>fenicio</strong>-púnicas <strong>como</strong> garantía <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> los mercados29carácter supra estatal. Sin embargo no serán éstos los principales dioses que protagonizaránla expansión fenicia por el Mediterráneo, pese a que dicha diáspora fue un procesohistórico sustentado en el dominio <strong>de</strong>l mar y <strong>de</strong> su navegación, en la eficaz construcción<strong>de</strong> diversos tipos <strong>de</strong> naves, en la experiencia <strong>de</strong> sus tripulaciones, en el conocimiento<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rroteros y <strong>de</strong> <strong>las</strong> múltiples corrientes y vientos que configuran el complejo marMediterráneo. Dado que la iniciativa política <strong>de</strong> la expansión correspondió a la realezatiria, no serán los habituales dioses marítimos <strong>fenicio</strong>s, Kusor, Ba’al Shamén, Ba’alMalage y Ba’al Saphon, los que la gobiernen y patrocinen, sino la pareja protectora <strong>de</strong> lamonarquía <strong>de</strong> Tiro: Melqart y Astarté.Estos dioses actuaron <strong>como</strong> perfectos embajadores en todas <strong>las</strong> costas. La erección <strong>de</strong>uno <strong>de</strong> sus santuarios en tierras lejanas, ajenas o <strong>de</strong> confín, creó el marco jurídico y simbóliconecesario para propiciar el encuentro entre comunida<strong>de</strong>s diversas. La consagración<strong>de</strong>l santuario empórico <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó una serie <strong>de</strong> mecanismos religiosos, políticosy económicos que aseguraron, en primer lugar, la supervivencia <strong>de</strong> la comunidad feniciaen tierras extrañas y permitieron, más a<strong>de</strong>lante, la integración y el arraigo <strong>de</strong> muchas <strong>de</strong>estas poblaciones en sus respectivos territorios.Con una hábil gestión <strong>de</strong>l complejo entramado <strong>de</strong> los capitales simbólicos y económicos,el santuario empórico, es <strong>de</strong>cir, <strong>las</strong> divinida<strong>de</strong>s que lo gobernaban y la castasacerdotal que intermediaba entre ellos y los humanos, supo en muchos casos sobreponersea diversas crisis históricas. Así, mutando hacia la forma <strong>de</strong> templo políado,realizando una hábil lectura tanto <strong>de</strong> <strong>las</strong> transformaciones en la sensibilidad religiosa<strong>de</strong> los fieles y, sobre todo, <strong>de</strong> los intereses políticos y económicos <strong>de</strong> los magistrados yequites romanos, los ejemplos más exitosos <strong>como</strong> el <strong>de</strong> Melqart en Cádiz o Astarté enErice lograron integrarse incluso en el tejido económico y político <strong>de</strong>l Imperio romano.Quizá en esta politizada <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s santuarios pue<strong>de</strong> buscarse una explicaciónal aumento <strong>de</strong> <strong>las</strong> frecuentaciones y pequeños sacrificios que pue<strong>de</strong>n arqueológicamentedocumentarse entre los ss. IV-II a. C. en todas <strong>las</strong> cuevas-santuario <strong>fenicio</strong>-púnicas:mo<strong>de</strong>stas libaciones a Astarté, Ba’al Shamin y otros dioses menores (cf. Gómez Bellardy Vidal González 2000) que podrían estar indicando, especialmente en cuanto se refiere ala llamativa ausencia <strong>de</strong> Melqart en estos ritos, un <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l capital simbólico <strong>de</strong> <strong>las</strong>cuevas-santuario in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la persecución <strong>de</strong>l capital económico verosímilmenteacometida en los templos nacidos <strong>como</strong> santuarios empóricos.En <strong>de</strong>finitiva, tras este primer análisis <strong>de</strong> <strong>las</strong> prácticas económicas propiciadas por <strong>las</strong>divinida<strong>de</strong>s marítimas <strong>fenicio</strong>-púnicas en Occi<strong>de</strong>nte, se pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rar dichos dioses<strong>como</strong> un factor histórico <strong>de</strong> estabilidad económica y confianza para los mercados. Unbien que, hoy <strong>como</strong> ayer, sigue siendo consi<strong>de</strong>rado <strong>como</strong> el principal capital <strong>de</strong> un sistemaeconómico.Agra<strong>de</strong>cimientosQuisiera expresar mi más sincero agra<strong>de</strong>cimiento a Eduardo Ferrer Albelda por laocasión que me ha brindado <strong>de</strong> participar en esta monografía. Asimismo quiero agra<strong>de</strong>cerlos útiles apuntes bibliográficos <strong>de</strong> Álvaro Pereira Delgado y <strong>de</strong> Mirella RomeroRecio.


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El Mare Nostrum <strong>de</strong> los romanos, el Mediterráneo <strong>de</strong> nuestrosdías, fue durante la Antigüedad el eje <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> <strong>las</strong>poblaciones que habitaban en sus oril<strong>las</strong>. Principal vía <strong>de</strong> comunicacióny fuente imprescindible <strong>de</strong> sustento, esta inmensamasa <strong>de</strong> agua azul estaba sin embargo llena <strong>de</strong> peligros, los menos<strong>de</strong>bidos a la propia acción <strong>de</strong>l hombre (piratería, guerras,etc.), y los más a su carácter impre<strong>de</strong>cible, capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>satartormentas y maremotos, ante los que el navegante se sentíain<strong>de</strong>fenso y a merced <strong>de</strong> los <strong>de</strong>signios divinos. La religión <strong>de</strong>lmar. Dioses y ritos <strong>de</strong> navegación en el Mediterráneo antiguoagrupa ocho estudios que tienen en común el interés por estasmanifestaciones religiosas, especialmente los rituales <strong>de</strong>stinadosa conjurar los peligros <strong>de</strong> <strong>las</strong> travesías. La colonizaciónfenicia a principios <strong>de</strong>l I milenio a. C. es el punto <strong>de</strong> partida<strong>de</strong> este recorrido cronológico y cultural, que finaliza con <strong>las</strong>alegorías sobre el mar <strong>de</strong>sarrolladas por los autores cristianostardoantiguos, haciendo paradas en la diversas manifestaciones<strong>de</strong>l mundo grecorromano y en el estudio <strong>de</strong> divinida<strong>de</strong>s concretas,<strong>como</strong> Melkart e Isis.ISBN 978-84-472-1458-7SARUSServicio <strong>de</strong> Asistencia Religiosa9 7 8 8 4 4 7 2 1 4 5 8 7

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