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Nº 227 (ABRIL 2008)Vivir(IKIRU)SINOPSISNI ESPADASNI CRISANTEMOSEl señor Watenabe es un funcionario gris que no es consciente de quesu existencia es rutinaria y vacía, hasta el momento en que presienteque está sentenciado a muerte por un cáncer. Con la certeza de laproximidad del fin de sus días, emerge en él la necesidad de buscarun sentido a su vida, por lo que ésta adquiere un nuevo valor y seproduce un cambio radical en la actitud que, hasta ahora, había mantenidorespecto a su trabajo y las personas que le rodean.FICHA ARTÍSTICAKanji Watanabe..................................................... TAKASHI SHIMURAKimura.................................................................... SHINICHI HIMORISakai .........................................................................HARUO TANAKANoguchi .....................................................................MINORU CHIAKIOhara .....................................................................BOKUZEN HIDARIOno...................................................................KAMATARI FUJIWARADuración....................... 143 min.Nacionalidad......................JapónAño de Producción .............. 1952(Blanco y Negro)Dirección ........AKIRA KUROSAWAProductora .........TOHO COMPANYProductor...........SOJIRO MOTOKIGuión .............AKIRA KUROSAWA...... S. ASHIMOTO, HIDEO OGUNIFICHA TÉCNICAFotografía ......... ASAKAZU NAKAIMontaje .........AKIRA KUROSAWA......................KOICHI IWASHITAMúsica .......... FUMIO HAYASAKADir. Artística ......T. MATSUYAMAEL DIRECTOR: AKIRA KUROSAWANacido en Tokyo en 1910 fue el hijo menor de un militar descendientede samurais. Su devoción por la pintura le lleva a estudiar bellasartes, carrera a la que renunciaría poco después por el cine al ingresaen los estudios Toho en 1936. Tras trabajar en varios largometrajescomo ayudante de dirección y ganar varios certámenes nacionalespor sus guiones, debuta como director con La leyenda del gran Judo(1943). Con su octavo film El ángel ebrio (1948) iniciaría una largacolaboración con el actor Toshiro Mifune, que a partir de entonces seconvertiría en el álter ego del cineasta en la gran pantalla. El éxitointernacional llegaría con Rashomon (1950), película que abriría laspuertas del cine japonés al mundo tras lograr el León de Oro en elFestival de Venecia y el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.Obras como Vivir (1952), Los siete samurais (1954) o Trono de sangre(1957) cimentarían el prestigio de Kurosawa como realizador en losaños siguientes. Sin embargo el fracaso comercial de Dodeskaden(1970) le llevaría a un frustrado intento de suicidio, del que se recuperaríapara rodar algunos de sus mejores films. Murió en 1998,poco después de recibir el Oscar Honorífico a toda su carrera.FILMOGRAFÍA PRINCIPAL DEL DIRECTOR1943 La leyenda del gran Judo(Sugata Sanshiro)1948 El ángel ebrio(Yoidore Tenshi)1949 El perro rabioso(Nora Inu)1950 Rashomon(Rashomon)1951 El idiota(Hakuchi)1952 Vivir(Ikiru)1954 Los siete samurais(Shichinin no samurai)1957 Trono de sangre(Kumonosu-jo)1958 La fortaleza escondida(Kakushi toride no san-akunin)1960 Los canallas duermen en paz(Warui yatsu hodo yoku nemuru)1961 Yojimbo(Yojimbo)1962 Sanjuro(Tsubaki Sanjuro)1963 El infierno del odio(Tengoku to Jigoku)1965 Barbarroja(Akahige)1970 Dodes’ka-den(Dodes’ka-den)1975 Dersu Uzala(Dersu Uzala)1980 Kagemusha(Kagemusha)1985 Ran(Ran)1990 Sueños de Akira Kurosawa(Akira Kurosawa’s Dreams)1993 Madadayo(Madadayo)GALARDONESFESTIVALDE BERLÍN1954(4ª Ed.)Premio Especial del Jurado


Una placa de rayos-X proyecta sobre una pantalla el estómago de unhombre. Ese hombre, Kanji Watanabe, se está muriendo de cáncer,pero aún no lo sabe. Con esta original e impactante secuencia seinicia Vivir(1952), una de las obras maestras más emblemáticas yheterodoxas del clasicismo cinematográfico japonés. A principios dela década de los cincuenta, Akira Kurosawa aún no había rodado lamayor parte de las películas que le consagrarían como uno de losautores más fascinantes y respetados del arte cinematográfico y, sinembargo, con apenas treinta años ya había entrado a formar partede las historia del cine al convertirse en el primer cineasta japonésen obtener el reconocimiento de la crítica occidental. Rashomon(1950) se había alzado contra todo pronóstico con el León de Oro enel Festival de Venecia y poco después obtenía el Oscar a la MejorPelícula de habla no inglesa, eclipsando la tibia acogida que su siguientefilm, El idiota (1951) –adaptación libre de la obra homónimade Dostoievski- estaba recibiendo en su país. Alejado de la voráginedesatada en Occidente, Kurosawa se encontraba recluido en Japón,centrado en un nuevo guión junto a Hideo Oguni, amigo personal delcineasta desde finales de la década de los treinta y escritor de ciertoprestigio en su país. Oguni se ganaba la vida alquilando sus servicioscomo guionista para la industria cinematográfica japonesa yhabía prestado consejo a Kurosawa desde su primera incursión trasla cámara en La leyenda del Gran Judo (1943). “Un día me dijo queya no escucharía mis consejos. Cuando le pregunté por qué, me dijoque quería escribir una historia sobre una persona que se entera deque se está muriendo pero encuentra algo por lo que vivir en susúltimos días. Necesitaba algo más que simples consejos”. Inspiradaen La muerte de Ivan Illich de Leon Tolstoi, Vivir sellaría el inicio deuna fructífera e intensa colaboración profesional entre ambos, de laque nacerían algunas de las obras maestras más importantes de lahistoria del siglo XX como Los siete samurais (1954), Trono de sangre(1957), El infierno del odio (1963), Barbarroja (1965) y Ran(1985). El conflicto emocional del protagonista enfrentado a la realidadde la muerte, sobre el cual se construye el relato cinematográfico,evoca los melodramas contemporáneos de Yasujiro Ozu, marcadospor las tensiones internas y la insatisfacción existencial de suspersonajes. Sin embargo, Kurosawa es capaz de transgredir la ortodoxiadel género para construir una obra de gran complejidad, medianteelaboradas texturas visuales y un sorprendente uso del montajey la narración cinematográfica. La potente plástica visual quedesarrollará en sus films posteriores –en los que depurará su estilohasta el paroxismo mediante el uso del teleobjetivo, el formato panorámicoy, finalmente, el color- unida a la fragmentación de la forma yel discurso narrativo que caracterizan la poética de Kurosawa, adquierenen Vivir un lirismo y una densidad dramática fascinantes.La estructura en dos actos sobre la que pivotan muchos de susfilms,nTAKASHI SHIMURACOMENTARIOSOBRE EL REPARTOfilms, genera aquí una fractura no sólo del propio relato, sino tambiénde la puesta en escena, deconstruyendo el discurso cinematográficohasta sus últimas consecuencias formales y narrativas. A lolargo la primera parte, el espectador asiste al enfrentamiento deWatanabe con la realidad de la muerte. El desarrollo lineal de lanarración –interrumpido por breves flasbacks de su vida pasadanosmuestra su cuerpo arrastrándose a través del laberinto de reflejosy luces de neón del Tokyo de posguerra y la asfixiante soledad delos espacios interiores, mientras trata de encontrar sentido a unaexistencia estéril. Un tránsito errático que debemos interpretar tantoen el sentido físico como en el espiritual. La occidentalización, ladescomposición de la familia, la soledad del individuo, los entresijoskafkianos del corrupto sistema burocrático… En su recorrido por losnight-clubs, los espacios domésticos y las oficinas gubernamentales,la decadencia social y política de Japón aparece diseccionada através de los ojos de un moribundo. La desidia, tanto emocionalcomo laboral, a la que el protagonista ha consagrado su existencia,ha desencadenado su propia alienación como individuo en unasociedad atrapada en sus propias contradicciones. El tono realistade la puesta en escena en esta primera parte, contrasta notablementecon el carácter escénico de la segunda. Tras una elipsis temporalde varios meses, varios personajes relatan los últimos días en la vidaKanji Watanabe. Kurosawa elimina la cuarta pared, situando alespectador en un plano de irrealidad teatral desde el cual se hacecada vez más difícil distinguir los límites entre lo verdadero y lofalso, entre lo real y lo ficticio. Como en Rashomon, la visión poliédricade las diferentes versiones de los testigos se cruzan entre sígenerando un impresionante collage de saltos temporales y espaciales,en el que la relación de sucesos y los distintos puntos de vistasobre la vida del personaje van reconstruyendo su figura ante nuestrosojos. La charca que Watanabe consigue convertir con su perseveranciay su lucha agónica en un parque infantil, es aquella en laque años atrás flotaban los juguetes rotos de una generación obligadaa madurar bajo la sombra de la explosión atómica. Una generaciónque Kurosawa retrató ahogando su desesperación al borde deesa misma charca en El ángel ebrio (1948). Su transformación representapor tanto la propia regeneración espiritual de Watanabe. Yes que si en Dersu Uzala (1975), Kurosawa reclamaba la necesidadde la muerte como parte de la propia existencia, una vez que la vidaya no puede formar parte del equilibro natural del mundo, cuandose está como lo estaba Watanabe, muerto en vida –justificando deese modo su intento de suicidio en diciembre de 1972, cuando pensóque jamás podría volver rodar una película-; Vivir reivindica, en unproceso inverso pero complementario, la necesidad de la experienciavital para dar sentido a la propia muerte.Descendiente de samurais, Shimura nació como Shoji Shimazaki en la prefectura de Hyogo en 1905. A los 24 años se inició profesionalmenteen el teatro formando su propia compañía y debutando ante las cámaras en 1935 en el seno de los Estudios Shinko Kinema. Tras destacaren varias películas -entre ellas Elegía de Naniwa (1936) de Kenji Mizoguchi- colabora por primera vez con Akira Kurosawa en su ópera primaLa leyenda del gran judo (1942), en la cual, a pesar de encarnar a uno de los rivales del protagonista, ya despliega el aspecto campechano yhonesto que caracterizaría la práctica totalidad de su carrera. A partir de entonces y hasta su breve aparición en Kagemusha (1980), se convierteen el actor que más veces colabora con Kurosawa deviniendo en una presencia imprescindible en sus películas, independientemente dela mayor o menor importancia de sus roles. Shimura trabajó para todos los estudios importantes del país en films de todos los géneros, desdeel musical hasta el cine negro pasando por el melodrama y el género fantástico, donde protagonizó la célebre Godzilla (1954). Sin embargoserá siempre recordado por su soberbia interpretación como funcionario enfermo de cáncer en la obra maestra de Kurosawa Vivir (1942).Falleció en 1982 tras haber participado en más de 120 películas.LA CRÍTICA OPINA“Admirable en su totalidad, Vivir es singularmente productiva por su estructura. Con ella encuentra Kurosawa la plena cristalización de sudiscurso. Si su dimensión comunicativa es pareja a la de los otros films precedentes (el hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivae individualmente y que requiere de una férrea voluntad), su riqueza textual permanece como la más innovadora de toda la producción de suautor. La heterogeneidad de los recursos que moviliza, junto a la multiplicidad de puntos de vista que incluye, configuran un espesor textualúnico en la historia del cine. No es en absoluto exagerado afirmar, como lo hacen Aldo Tassone y otros, que Vivir sintetiza por lo menos treseslabones decisivos en el desarrollo del cine: El último (1924) de Murnau, Ciudadano Kane (1941) de Orson Welles y Umberto D (1951) deVittorio de Sica”.Manuel Vidal Estévez - Akira Kurosawa (1992). Ediciones Cátedra, Madrid.www.auladecine.ulpgc.es

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