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muestra su fracaso

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Análisis a fondoEl fin de la globalizacióny el libre comercioFrancisco Gómez MazaY esa guerra es mássangrienta que la delnarcotráfico Se lleva entrelas patas a millonesde seres humanosHemos llegado al punto finalde la globalización tal como lahemos conocido. No puede seguircomo antes, porque Estados Unidosestá prácticamente herido de muerte.Goliat ha caído y no puede levantarse.¿Quién va a echar una mano? China,no, obviamente, pero tampoco Japóny los tigres asiáticos, o las nacioneseuropeas. Todos ven <strong>su</strong>s propios problemas.Todos, menos las economíasmás pequeñas con <strong>su</strong>perávit perennesde comercio con Estados Unidos. Loideal sería renunciar a algunos delos excedentes mediante la entregade una parte del crecimiento internopara estabilizar el sistema. Pero nadiequiere ser el primero. Se trata de unpeligroso estancamiento, de esos quefácilmente pueden caer en un generalrelajamiento; es decir, en la depresión,si no se actúa con elegancia. «El mundono ya está en una trinchera común...sino en muchas trincheras diferentes»,observa el economista citado por TheNation -, Paul McCulley. de PIMCO, elmás grande consorcio del mundo encomercio de bonos. Japón y Corea delSur devalúan <strong>su</strong> moneda para proteger<strong>su</strong>s exportaciones (pero lo ha hechotambién Estados Unidos); Brasil ponelímites a los flujos de capital para evitarque la moneda extranjera debilite <strong>su</strong>economía. La guerra de divisas es un<strong>su</strong>stituto de la guerra comercial, unade las pocas palancas que los gobiernostodavía pueden manipular de maneraunilateral. Para los estadounidenses, elhecho más inquietante es que el déficitcomercial, tras una contracción en larecesión, se está expandiendo rápidamentede nuevo; que se interpone enel camino de la recuperación económicay ayuda a explicar por qué el estímulofederal de 2009 tuvo un efecto menorde lo esperado. La trampa es ilustradapor algunas estadísticas recientes: laeconomía de Estados Unidos se expandió,en el segundo trimestre de 2010,a una tasa anualizada anémica de 1.7por ciento. Durante esos mismos meses,sin embargo, el déficit comercialdel país creció un 3.5 por ciento. Laeconomía estadounidense habría crecidoa una tasa mucho más saludable,si no hubiera sido dependiente de losproductos fabricados en otros lugares.Sin embargo, obtener re<strong>su</strong>ltados diferentesserá mucho más difícil que loshacer ajustes monetarios.En un ensayo que acaba de publicarla revista estadounidense «The Nation»,el experto William Greider advierteque la economía mundial está denuevo al borde una crisis de dimensionesépicas, por razones en gran medidaoscurecidas por la política de 2010.Contra <strong>su</strong>s deseos, Estados Unidos yChina han sido arrastrados a una luchacada vez más desagradable y peligrosaen materia monetaria y comercial. Lospolíticos estadounidenses, especialmentedemócratas desesperados, hanenmarcado el conflicto en términosHop’ Ki’n • 17morales, familiares - un melodramaque ha perjudicado a la oferta y lademanda -. Otras naciones, sintiendoel riesgo de un colapso mayor, hancomenzado a adoptar medidas de protecciónpara sí. La contienda política haoscurecido el hecho de que el problemaeconómico básico es más grande queuna sola nación y los tallos del sistemade comercio global en sí mismo. Hayun agujero enorme en el mundo - unapérdida masiva de demanda -. Pienseen las guerras comerciales en las quelos mayores productores luchan poruna brusca escasez de compradores.El colapso financiero y la recesión, conla caída de los ingresos: el no pago dela deuda externa y el aumento del desempleoahondan el problema. En otrostiempos, Washington habría intervenidopara imponer soluciones políticasy reactivar la demanda en el sistemamundial. En esta ocasión, Goliat, comose advierte al inicio de este texto, estágravemente debilitado, tanto en fuerzaeconómica como en autoridad política.La política de vaivén en ceros frente aChina, que es acusada de jugar <strong>su</strong>cio;robar puestos de trabajo, produccióny riqueza. Washington <strong>muestra</strong> unatarjeta roja a los neumáticos chinos ya los tubos de acero. Pekín lo rechaza,imponiendo un arancel a las aves quele vende Estados Unidos. El presidenteObama insta, una vez más, a China adejar de manipular <strong>su</strong> moneda parasacarle pingües ventajas a <strong>su</strong>s exportacionesy obstaculiza las mercancías provenientesde los Estados Unidos. Chinaamenaza a la. United Steelworkers con

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