- Page 1: La Ciudadde lasBestiasISABEL ALLEND
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- Page 39 and 40: enorme mancha oscura, avanzando imp
- Page 41 and 42: EL CHAMÁNLa tormenta cesó tan sú
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- Page 47 and 48: EL CHAMÁNBorobá dio un salto y se
- Page 49 and 50: EL PLANEsa noche Alexander Coid dur
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- Page 69 and 70: —No podemos llevarlo, en este cli
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LA GENTE DE LA NEBLINAEsa noche col
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—Nadie se mueva... —ordenó cas
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necesitaron un gran esfuerzo de vol
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—¿Y cómo regresaremos los demá
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corriente de simpatía y para enton
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esplandor era difuso, filtrado por
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—¿Quiénes eran? —preguntó Al
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—¿Le parece poco lo que le hicie
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El día transcurrió sin novedades.
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se balanceaba brutalmente; el dolor
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cena sin fijarse en la mugre y sin
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alto y fornido y, a diferencia de l
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LA ALDEA INVISIBLEMokarita, el jefe
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por un magnífico arco iris. Centen
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La gruta, larga y estrecha, no perm
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—Son las montañas más antiguas
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habría sonrojado si cualquiera de
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Habían vivido igual durante miles
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illaban racimos de un fruto amarill
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Al amanecer Mokarita llamó a su la
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tuvieron suerte, porque de pronto u
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Walimaí siempre, esperando el mome
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ayudar a los hombres de la tribu a
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jefe capaz de comprender los mister
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quienes poseían la facultad divina
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controlar el impulso de huida, ataj
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—Contenta, John, porque vino Alex
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osque y transformar el paisaje en u
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—Mi madre está muy enferma...
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California y lanzarlo a ese extrañ
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el indio se dirigió a uno de los p
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intactas la flora y la fauna de mil
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Al llegar al valle y acercarse a El
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profunda y cavernosa que pronunciab
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—¿Por qué?—No lo sé, pero vo
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perezas no habían alcanzado aún l
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—No creemos que los nahab sean m
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por máscaras. Vieron al pájaro ca
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El regalo de esos dos visitantes se
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siempre, según les explicó el cha
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pudo pescarse de una raíz mientras
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esistir la tentación de volar para
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más rápido y que llegaría abajo
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muerte, derrotado. Y entonces, cuan
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estaba se extendía un angosto pasa
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caliente le dio en el rostro, como
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apenas unas gotas humildes deslizá
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Walimaí observó los tres huevos c
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fétido, caliente y picante, se iba
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Walimaí agradeció el obsequio, pe
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de moscas en la choza de los solter
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pronósticos: habían sido arrastra
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lámparas de petróleo, veía al fe
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sobrevolaron la zona con helicópte
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verlos con nitidez. Eran livianos,
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los humanos con terribles epidemias
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MANCHAS DE SANGRELa doctora Omayra
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tranquilizadoras. Nadia alcanzó a
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cabeza destrozada y ya no podría p
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epresentaban peligro. La máquina e
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otra. El capitán no olvidaba cómo
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el cierre de la carpa y se deslizó
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porque no recuperaron el entendimie
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el hedor que había tenido la noche
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la aldea de la gente de la neblina,
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presencia de Nadia la comunicación
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—Si.—Cada uno con su gusto. Pue
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CAMINOS SEPARADOSEl viaje de regres
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también podía sucumbir al soborno
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y comenzaron su amistad. Como en es
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—Nos escribiremos, ¿verdad?—El