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MAYODolmán,ca. 1883-1888Por: Elvira GonzálezLugar: exposición temporalplanta bajaDomingos: 12:30 h.Duración: 30 min.Asistencia libre y gratuita


TextoElvira González es doctora en Historia del Arte yconservadora de Indumentaria Histórica del Museodel Traje. Su tesis doctoral, Don Juan José deAustria y las artes, de 2003, fue galardonada con elPremio Extraordinario de Doctorado de laUniversidad Complutense de Madrid.CordinaciónMª José PachecoMaquetaciónAmparo García** Todas las imágnes de este folleto corresponden a piezas de lacolección del Museo del Traje CIPE, son imágenes de dominiopúblico o están liberadas bajo licencias libres.NIPO: 030-15-0005-2


DOLMÁN, ca. 1883-1888Descripción de la piezaPrenda exterior femenina de terciopelolabrado con dibujos que desarrollan en todasu superficie una decoración floral sobrefondo de raso. La línea del cuello, los frentesdelanteros y los bajos de la espalda, así comolas mangas, están guarnecidos con largosflecos de felpilla (chenille) 1 de seda en colorverde esmeralda y rosa claro, que rematan enbolitas de madera cubiertas en galón de sedaen color rosa en todos los casos. Forma partede las colecciones del Museo del Traje desdeel año 2014, tras ingresar por oferta directa deventa al Estado español.La palabra Dolmán/Dormán, fue el nombrecon el que en el siglo XIX fueron conocidaseste tipo de piezas. Procede del vocablofrancés de origen turco que designaba a unachaqueta corta propia del uniforme militar dealgunas tropas, en particular de los húsares,caracterizada por presentar adornos dealamares y vueltas de piel.Efectivamente, muchas prendas de cuerpofemeninos de finales de siglo, tanto en elcorte de la chaqueta como en a decoraciónde la misma, remiten a los modelos de losuniformes militares, aunque en puridad noaluden a la tipología del dolmán. Como es éstecaso realizado en paño fino de sarga roja condecoración de galones de cordoncillo negroaplicados en el pecho. Caracterizado, además,por ser más práctico y adecuado para la vidadiaria fuera del hogar, como pasear, viajar oincluso practicar algún deporte.Por extensión semántica, el vocablo dolmán, afinales de esta centuria, pasó a designar a otrasprendas muy elegantes de la indumentaria civilfemenina que mostraban una forma y hechuradiferente a las militares 2 .Dolmán, ca. 1883-1888.Colección del Museo del Traje, Madrid.Se caracterizaban por presentar una confeccióna medio camino entre chaqueta, manto ycapa. En suma, estas refinadas visitas-manteletao chaquetas-túnica tienen como especificidadpropia el empleo de unas mangasanchas, en forma de cabestrillo, cortadas de1 - Es un cordón de seda que entre el cruzamiento oentrelazamiento de sus hilos sostiene un hilo de pelo,de forma que toda la superficie queda cubierta. CAS-TANY SALADRIGAS, F. Diccionario de tejidos. Ed. GustavoGili, Barcelona. 1949.2 - STRBÁKOVA, Radana. Procesos de cambio léxico enel español del siglo XIX: el vocabulario de la indumentaria.Granada: Universidad de Granada, 2007. Pág. 820.3


MODELO DEL MES DE MAYOun traje de viaje diciendo:“Falda tableada á la escocesa, depekín beige, con franjas de terciopelogranate. Gran confección Estefanía,formando túnica; corpiño y dormánde lana color beige, bordado de floresgranate, de cuyo color es el terciopeloque los adorna (…)”.Traje, 1890-1900.Colección del Museo del Traje, Madrid.MT104774-104776una pieza con el cuerpo. Se ajustaban a loshombros y a la espalda y quedaban entalladascon costura central y costadillos. En esencia,fueron diseñadas para caer recto por el frente,con delanteros más largos y pronunciados; yrematar -de una forma más corta- en la partetrasera con postillón o haldetas, lo que permitíaque se abrieran en forma de abanico ysobresalieran por detrás para reposar, sin interferir,sobre la falda del polisón. En el casoque nos ocupa, el dolmán del Museo del Traje,además, cierra con un corchete para abrocharen el cuello, y en el interior lleva una cinturillapara ceñir al talle.En la revista El salón de la Moda (Nº 11, del26 de mayo de 1884), por ejemplo, se cita aldolmán como una prenda de indumentaria, enconcreto en uno de los grabados alusivos aSin embargo, en esta misma revista (peroel Nº 21, del 13 de octubre de 1884), aludeigualmente a un tipo de manga:“Confección Olga, de terciopelo colornutria, guarnecido de skungs. La faldaes larga y muy plegada; va prendidadebajo de la espalda bajo unaaplicación de pasamanería realzadacon un lazo de otomano. La mangadormanva pegada á la espalda que esmuy entallada (…)”.Por el estilo semiceñido que conferían ala silueta femenina, los dolmans fueron lasprendas más indicadas para llevar encimade los trajes y vestidos con polisón másexagerados, como los que estuvieron en bogadurante los años ochenta del siglo XIX, aunqueya desde la década de los setenta empezarona ser utilizados.Polisón 1883-1890La horquilla cronológica en la que se puedecircunscribir cronológicamente a esta pieza,de la que se desconoce el autor, abarca entre1883-1888 puesto que estructuralmenteresponde a la tipología que estuvo en usoentonces. Y, en consonancia con ello, porquese circunscribe de lleno dentro del período4


DOLMÁN, ca. 1883-1888del denominado segundo polisón. Vigentedurante la década de los años ochenta quees cuando además se adoptaron las siluetasde polisones más exageradas, dentro de lasilueta constreñida y enjaulada que predominóen la imagen y estética de la mujer a lo largodel siglo XIX, como la denominada “grupa decaballo”.Esta silueta, se conseguía mediante elempleo de un ahuecador interior, el polisón(del francés tournure). Un postizo o armazón,que colocado en la parte posterior debajode la falda, permitía aumentar, concentrar yproyectar el volumen hacia atrás, confiriendoa la mujer una figura más ajustada (junto conel empleo, al mismo tiempo, del corsé comoarmazón de cuerpo). En suma, se tratabade un medio miriñaque construido siguiendola misma estructura de aros metálicos, sóloque ahora en forma de semicírculo atadoa la cintura y por el empleo también de unalmohadón o pouf para pronunciar aún másel efecto 3 .Aunque fue objeto de ridiculización y parodia enperiódicos y piezas satíricas, que advertían delaspecto enjaulado de éste tipo de armazonesinteriores, se hicieron muy populares. Todo ellocircunscrito en unos tiempos de profundoscambios sociales y económicos marcadospor el desarrollo industrial, la mecanización deltrabajo así como el éxodo a la ciudad.Prendas exterioresLas tipologías y desarrollo decorativo de lasprendas de vestir exterior, entre ellas el propiodolman, nacieron y fueron evolucionandoal impase de la presencia de los armazonesinteriores de cuerpo (como el polisón y elcorsé), llegando a condicionar hasta ese puntola silueta femenina. Puesto que, efectivamente,trasvasaba al propio traje o vestido de la mujery llegaba a visualizarse en la propia prendaexterior de abrigo, como es el caso.Así pues, durante la época de la crinolina(1863-1869), en las prendas de exteriorpredominaron las formas envolventes ysin estructuración por lo que la anatomíano quedaba del todo revelada. Tal y comosucede con los sobretodos, ya fueran chales,capas, como manteletas 4 Sin embargo,durante la época del polisón, tanto el quepredominó entre 1869-1875 como duranteel denominado segundo polisón, la singularsilueta que confiere al cuerpo femenino estearmazón queda revelada también en lasnumerosas prendas de exteriores. Siendoademás su diversidad terminológica e inclusocontradictoria en muchos casos – la empleadaen las revistas de moda del momento-, una delas tónica más generalizada.A muy grosso modo, se podrían englobardentro de las prendas exteriores semiceñidascomo las chaquetas con postillón o haldeta,3 - VV.AA. La mécanique des dessous. Une histoireindiscrète de la silhouette. Les Ars Décoratifs. Paris,2013. STEELE, Valerie. The corset : A cultural History.Universidad Yale, 2001.4 - PENA GONZÁLEZ, Pablo. El traje en el Romanticismoy su proyección en España, 1828-1868. Ministeriode Cultura. Madrid, 2008.5


DOLMÁN, ca. 1883-1888Chaqueta, 1890.Colección del Museo del Traje, Madrid.MT100846interior armado con ballenas. Larga hasta lascaderas, ajustada al talle y cuello de tirilla quemuestra mangas largas y fruncidas en la unióncon el hombro.Los ejemplos de dolmanes que han llegadohasta nosotros, presentes en otros museose instituciones, muestran la exuberancia textilcon que eran confeccionados y sobre todoadornados. Normalmente con materialesmuy caros que sólo la alta sociedad podíapermitirse, creando lujosos efectos conricas guarniciones de plumas y pieles –doselementos de la naturaleza que fascinaban a lasociedad de aquel momento-, así como cintasde pasamanería (rosetas, cordones, galones,flecos), exquisitos adornos de cuentas deazabache, perlas y cristal, etc. Todos ellos, enmuchos casos no solo acentuaban la siluetaque marcaba el polisón, sino que ademáscomplementaban y enfatizaban, si cabe aúnmás, el dibujo de la tela, como es el caso.La similitud que éstos adornos guardaban conlos que se realizaban para decorar y engalanarlas estancias de los hogares de la burguesíaPor último, igualmente expresivo del ampliorepertorio de prendas exteriores que seconcitan en esta época, una capa o salida deteatro, fechada entre 1870-1888, en terciopeloliso de seda con decoración de mostacillasde azabache y plumas de marabú. Larga pordebajo de la cadera.Como prendas exteriores, los dolmánes,eran prendas cortas –de largo llegaban hastala cintura-, por lo que eran más cómodosque los abrigos como prendas exteriores yademás, no limitaban tanto la movilidad de lasdamas. Como prendas elegantes adecuadaspara paseo, su uso fue especialmente propiciodurante el período otoñal o primaveral.Capa o salida de teatro, 1870-88.Colección del Museo del Traje, Madrid.MT146307


MODELO DEL MES DE MAYOEn el siglo XIX, especialmente en el últimocuarto de siglo, los pájaros y su plumería seconvirtieron en elementos indispensablestanto para la decoración de las casas (con suscélebres aviarios y aves disecadas en fanales)como para el adorno personal de la mujer(abanicos, sombreros y pantallas de cara,etc., así lo atestiguan) o incluso como motivoornamental de las prendas de indumentaria:trajes, vestidos y prendas de exterior. Todoello propiciado por un pujante comercio deespecímenes: plumas de avestruz, marabú,aves del paraíso y pavos reales que desdeSudamérica y África, se convirtieron enverdaderas piezas de exóticas y de lujo.Detalle de dolmán, ca. 1883, 1888Colección del Museo del Traje, Madrid.MT100830(tapicerías, ventanas y mobiliario), fruto demuchas horas de hábil trabajo artesanal, incideigualmente en la denominada moda “estilotapicero” de esta época del segundo polisón.En donde la mujer, como ángel del hogar o ensu Casa de Muñecas (Henrik Ibsen, 1879), vavestida en correlación con la decoración de lacasa, como una extensión más de la misma.En esta prenda, la riqueza y textura del tejidoy, sobre todo, la exuberancia y riqueza delos largos flecos de felpilla que decoranperimetralmente todos sus extremos, -junto alos efectos del brillante color verde esmeraldacreando contraste con el rosa pálido-, guardanuna estrecha similitud con el plumaje de un aveexótica. Todos ellos seguirían los movimientosde la dama que lo vistiese con una elegantecadencia armoniosa.Verde esmeralda y rosa pálidoA mediados del siglo XIX empiezan a estardisponibles nuevos pigmentos industrialessintéticos enormemente atractivos y aunqueen un principio fueron empleados pormuchos de los artistas del momento. Tras eldescubrimiento casual de la anilina por WilliamHenry Perkin, trabajador en BAYER fueronpatentados y aplicados también a la industriatextil, que junto al desarrollo de los mordientespara que el tinte se fijase al tejido, amplióextraordinariamente la gama y los maticescromáticos en el vestir. Siendo Alemania, y enconcreto la Badische Anilin und Soda Fabrik(BASF) que junto a BAYER se repartirán elcomercio mundial de tintes y derivados de laanilina hasta la Primera Guerra Mundial.La gran novedad que supusieron estos tintesartificiales aplicados a los textiles con los quese confeccionaban la indumentaria es que8


DOLMÁN, ca. 1883-1888por primera vez, la distinta utilización de unosy otros, ya no diferenciará las clases socialessino que serán empleados en cada momentopara seguir los dictámenes de la moda 6 .Las revistas de moda de la época están llenasde referencias por las que se puede constatarel predominio de colores tales como: azulesy malvas (que causaron auténtico furor) yque recibían nombres muy variados a la parque evocadores de un momento. Como elazul pavo real, violeta de Parma, color depensamiento, etc. Junto a ellos tambiéndestacaron los carmesíes, granates, rubíes,fresas, albaricoques, seguidos del: beige,del color tierra, blanco cisne, amaranto, grispaloma, gris tórtola, gris pizarra o gris plata.En relación al verde y el rosa, que protagonizanla gama cromática de la pieza que nos ocupa,son muchas las acepciones que recogen sustonalidades. Así encontramos igualmente,y con enorme asiduidad, el rosa pálido, ysobre todo el verde que suscitó un riquísimorepertorio de nombres en función de sutonalidad: desde el verde mar muy pálido, alverde musgo, verde oliva, verde amazona,verde agua, etc.Al mismo tiempo, surgieron ciertas controversiassobre lo perjudicial que podía suponerel uso de los tintes artificiales para la salud 7 .Siendo un caso bastante expresivo, el llamado“verde esmeralda” o “verde París” 8 . En puridadinventado en 1775 por el químico Scheele, sobreuna base de arsénico de cobre, no consiguióser mejorado hasta 1814 en que Sattlerde Schwinfurt, por casualidad, dio con el acetoarsenitode cobre caracterizado por conferirun color verde intensísimo, muy superior atodo lo visto hasta entonces. Su comercialización,a partir de 1832, primero en pintura alóleo –y muy en consonancia con el coloridopropio de los prerrafaelitas e impresionistas- yluego fabricado a escala industrial como decoraciónde interiores: papeles pintados paraparedes, tapicerías, así como prendas y complementosde indumentaria.El contenido de arsénico de estos verdes,suponía un grave peligro de toxicidad, tantodurante su fabricación como en su exposiciónen el ámbito doméstico puesto que conhumedad, ambiental o el sudor corporal enla ropa, podía ser peligroso cuando no letal.Aunque ya desde 1860 la prensa victorianase hico eco de sus peligros, no fue hasta1879 cuando la reina Victoria de Inglaterramandó arrancar todo el papel del salónverde esmeralda del Palacio de Buckingham,cuando se empezaron a tomar ciertas medidasprohibiendo su uso en los textiles. En relacióna la indumentaria, ante la alarma suscitada, elquímico Henry Letheby incluso desarrolló unasencilla prueba para que las damas pudieranidentificar su presencia en la ropa.6 - VV.AA. Modachrome. El color en la Historia de laModa. Madrid, Ministerio de Cultura, 2007. Pág. 44.7 Fashion Victims: The pleasures and Perils of dress inthe 19th century. Exposición Bata Shoe Museum (Toronto),2014.8 - BALL, Philip. La invención del color. Ed. Turner, Barcelona.2003.9


MUSEO DEL TRAJE. CIPEAvda. Juan de Herrera, 2. Madrid, 28040Tel. 915504700 Fax. 915504704Dpto. de Difusión: difusion.mt.@mecd.eshttp://museodeltraje.mcu.esMT112795

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