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Reseñas - FAES

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Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASy progresiva victoria del primero, son, enverdad, rasgos habituales en la historiade los países de la Europa occidental.Incluso en tiempos de los visigodos,antes de la invasión musulmana, era elRey el que podía presumir de «manoférrea» en su relación con la Iglesia. Éstale dio al reino visigodo un «Estado», enel sentido de un marco de relacionesjurídicas; y los «concilios» definieron unapolítica religiosa en términos nacionales.Pero la Corona, como explica Payne,controló siempre la designación de cargoseclesiásticos y su voluntad prevalecióen la mayor parte de los conflictosadministrativos o políticos.Visto en perspectiva histórica, lo quecaracterizó a la Europa cristiana –y, portanto, a España– no fue la subordinaciónde la sociedad a la religión o la formaciónde regímenes teocráticos, sino la luchaabierta entre el Estado y la Iglesia endefensa de su respectiva independencia,con el resultado final de la afirmaciónindiscutible de la autonomía del primeroy, por tanto, la paulatina expansión de latolerancia y la libertad religiosa. En esesentido, los Estados liberales que siguierona la edad de las revoluciones, nohicieron, en cierto modo, otra cosa queculminar con éxito, aunque no sin dificultades–y en distintos momentos y pordiferentes procedimientos, según laspeculiaridades del contexto al que hubieronde enfrentarse–, una corriente bienantigua que conducía a la autonomíaindiscutible del poder temporal. La libertad,como explicó Lord Acton, no eracompatible, en ningún caso, con laconfusión de esferas. Eso, en Europa yen España, antes o después, fue biencomprendido. La lectura del libro delprofesor Payne aporta datos y análisisesclarecedores de ese proceso.MANUEL ÁLVAREZ TARDÍOIdentidadesproscritasJUAN PABLO FUSIIdentidades proscritasSeix barral. Barcelona, 2006. 350 págs.Aunque toda la literatura sea mentira,como tantas veces nos ha contado elgran maestro de las letras hispanas dehoy, Mario Vargas Llosa, la auténtica, labuena, es siempre una mentira verdadera,es decir, una mentira en la que vanenvueltas algunas de las verdades denuestra vida, una confesión secretadonde el dolor y el amor, la soledad, laperplejidad, el asombro, se alían bajo loshilos aparentes de lo que puede presentársenoscomo el relato objetivo de otrasvidas o como esa sentimental invenciónde la propia en que consiste la poesía. Ya esta «verdad de las mentiras» no sonajenos, en modo alguno, ni el ensayo niel relato supuestamente objetivo de laHistoria. Ya nos enseñaba, hace muchosaños, Miguel Espinosa, el autor de laprodigiosa Escuela de Mandarines, quela mera selección de la realidad era en símisma una confesión por parte del autor,una posición ante lo que se iba a contar,casi el cuento mismo.212 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticoEso es lo que ha hecho Juan Pablo Fusipara sus Identidades proscritas: seleccionaralgunos países, regiones o comunidadesagitados por escisiones identitarias,para trazar con ellos un relatoejemplar sobre cómo el nacionalismoopera en las sociedades de las que seadueña. Pero sobre todo para demostrarque en esas mismas sociedades, cuyaimagen ha sido completamente ocupadapor el nacionalismo y sus desdichas,conviven –o lo intentan– otras «identidadesproscritas»: individuos y fuerzaspolíticas, sociales o culturales que resistenal aplastamiento a que el nacionalismo(precisamente por ser una voluntady exigencia de identidad, de loidéntico, aunque sea a la fuerza) sometecuanto toca. Es decir, para abundar, conel mismo rigor documental que caracterizaal conjunto de su obra, en la existenciade esas ovejas negras, de tantos«juanpablosfusis» de amor indiscutiblehacia su tierra, pero que se niegan ahacer de ese sentimiento la única referenciade su acción política, el únicoobjetivo de la misma.Por eso, a pesar de la sobriedad de laprosa, digamos que profesional, de unautor con bien ganada fama de ecuanimidad,de su voluntad científica en tantoque historiador, terminada su lectura nopodemos evitar la sensación de haberasistido a una búsqueda personal, a undenodado empeño por hallar sentido a unabsurdo que ha marcado la vida de Fusiy de la sociedad, el País Vasco, a la quepertenece, que la ha destruido y amargadosin que se pueda encontrar unaverdadera razón para ello. En suma, salimosdel libro con la sensación de haberasistido a una íntima confesión de dolorante lo irracional. Y de confusión, deimposibilidad de entender en plenitudcómo pudieron llegar hasta el espantopor poco más, en el caso vasco, que unosagravios agigantados, la boina simbólicade una identidad en peligro, que no esotra cosa que una terca resistencia alcambio histórico. Como si las estupidecesde Arana hubieran provocado unabola de nieve, casi un (trágico) juego deniños, que habría terminado por engullirlosa todos.Desde ese estupor, el libro de Fusi seerige en un camino de salvación, en unperegrinaje intelectual que le justifiqueen su no nacionalismo, un viaje paraencontrar argumentos contra aquellosque, con seguridad, le acusan de traidor,de no amar suficientemente a su tierrapor no hacer de ese amor una habitacióncerrada. Por ser una oveja negra comola que, significativamente, ocupa lacubierta del libro. El icono de todos losque en medio del nacionalismo hanoptado por salirse del rebaño: los Juaristi,Azurmendi, Buesa, Ezquerra, Ladrónde Guevara, Boadella, Espada, De Carreras,Vázquez-Rial, Ibarrola, Pepe Domingo,Gotzone Mora, Pagaza, San Gil, AnaIríbar, Francisco Caja, Josefina Albert,Marita Rodríguez... y tantos otros proscritosen esta España que ha decididorefugiarse en los agujeros negros deunas identidades jibarizadas, concebidas,en efecto, como la sola comunión delos idénticos. Con sólo reparar en el significadodel Sinn Fein (Nosotros solos)bastaría para entender lo siniestro y estúpido,lo reaccionario y xenófobo, la desconfianzaen el hombre que se ocultasiempre bajo el nacionalismo.RESEÑASOCTUBRE / DICIEMBRE 2006 213


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASSeis son los territorios, regiones, países,pueblos o tribus en general sobre cuyatrayectoria histórica, a la búsqueda de lanación que nunca habían sido o de la quehabían dejado de ser mucho tiempo atrás,Juan Pablo Fusi ha construido su fresco:el País Vasco, Irlanda, Escocia, Sudáfrica,los judíos y el sionismo, y Québec-Canadá. Y del análisis de situaciones enprincipio tan distintas, obtiene, sin embargo,conclusiones ejemplares:1º El nacionalismo divide aquellas sociedadesen las que acaba por prevalecer.«Factor de división», lo llama. Es más, sólodividiéndolas consigue ese predominio,sólo agitando a un enemigo imaginarioo real se justifica a sí mismo comodefensor de la identidad, un enemigo queya no es sólo exterior, sino también interior,el peor de todos: aquel al que hayque presentar como renegado, ovejanegra ‘españolista’, angloirlandés, antisionistao clandestino antiafrikaner... Portanto, lo que aporta el nacionalismo allídonde se impone es enfrentamiento, unabatalla ideológica que suele llevar alretroceso de la libertad o a la violenciacuando los identitarios se empeñan enimponer su realidad nacional a todos losdemás. Que ha sido casi siempre. Lapartición de Irlanda es su metáfora y sugran lección: la de que ceder a las independenciasidentitarias no es nunca unasolución, sino el principio de otro problema,de otra división, llámese el Ulstero Navarra y Álava.2º El nacionalismo amputa, saja, esconde,niega toda realidad cultural o histórica,toda tradición verdadera que no seajuste a la imagen inventada que necesitanpara convencer de una homogeneidadficticia, de esa cohesión identitariadepurada de todo rasgo ‘extranjerizante’,y mucho más si son los rasgos del ‘opresor’.El nacionalismo, por naturaleza, esenemigo de la pluralidad. Ninguna Españamenos plural, pues, que la ‘nazionalistizada’de ZP. El libro está especialmentededicado a dar cuenta de esasocultaciones culturales y políticas: de lagran literatura irlandesa y escocesa eninglés, de la condición española (que noes lo mismo que castellana, aunque losnacionalistas necesiten confundir ambascosas) de la literatura vasca, de la diversidadétnica y lingüística de Québec, dela que fuera voluntaria integración judíaen los países occidentales como alternativaal sionismo, de la existenciade comunistas y liberales antiapartheidentre los blancos sudafricanos... En fin,de todo aquello que estorbaba para las«construcciones nacionales» respectivas,de todo lo que se oponía a los mitosde unas sociedades que en el ensueñonacionalista aparecen inamovibles, eternamenteiguales a sí mismas.3º El nacionalismo sojuzga casi por naturaleza,puesto que hace del sentimientode arraigo, del reconocimiento obligadoen lo próximo, un proyecto de dominaciónpolítica, contrario, necesariamente,a una libertad individual para elegirse auno mismo que dejaría sin fundamentoese dominio.4º Y, como consecuencia inevitable deese proceso de depuración, de cierre nisiquiera sobre sí mismo, sino sólo sobrela parte conveniente como nacional desu personalidad, lo que produce son214 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticosociedades arcaizantes, conservadorasen lo peor, puritanas y ancladas en unpasado que nunca existió. Como laIrlanda de casi todo el siglo XX, como elQuébec monolingüe de los nacionalistasfrancófonos, la Escocia mítica que nuncahubiera pasado de la falda de habercaído en manos de sus mistificadores oel Euskadi desindustrializado de lasvaquitas euskaldunas, que sobrevivegracias a los privilegios del Conciertoeconómico.Identidades proscritas resulta, pues, uninteresantísimo repaso a algunos de losprincipales puntos calientes del nacionalismoen el mundo, con la finalidad yaapuntada de demostrar que es frecuenteencontrar en esas sociedades a multitudde no nacionalistas, muchas veceslos mejores; que las ovejas negras no sonexcepciones, sino grupos o importantísimasminorías excluidas y silenciadas;que hay, incluso, una posible nación sinEstado (aunque sea un concepto imposible,un oxímoron: no hay naciones sinEstado porque las naciones modernasson políticas o no lo son), que lo tuvo enel pasado antes de integrarse en el ReinoUnido, una nación no nacionalista a laque Fusi propone, sin decirlo, comomodelo para tantas otras naciones (todossabemos cuáles) que, con muchos menosmotivos para la reivindicación, seempeñan en negarse a sí mismas lo queEscocia representa: la realidad armoniosade las identidades concéntricas, lade un país al que su unión con otros hizomás fuerte, y en el que la lealtad británicaen nada interfiere, sino al contrario, conel patriotismo escocés. Alguna vez tendremosque escribir sobre las diferenciasentre nacionalismo (división, amputación,invención mítica, opresión y retroceso)frente a ese concepto también desdichadamenteproscrito en todas las Españasque es el patriotismo.No obstante, este cumplido objetivo dellibro que es su fuerza y su virtud, el depresentar la realidad generalizada ydeseable del no nacionalismo, constituyepara nosotros también su principal debilidad.Un defecto que creemos inconscienteen Fusi, acaso derivado de lapropia «selección de realidad» de quehablábamos al principio de estas líneas,de su tono comedido y estilo profesoraly, sin duda, del respeto que siente por elnacionalismo, con el que, al fin, ha crecidoy convivido y al que se esfuerza porcomprender. Un respeto –desde nuestropunto de vista, que no le tenemosninguno– excesivo. Acaso aquí hallemosuna de las principales lecciones de laobra de Fusi: la casi imposibilidad desustraerse al secuestro que produce elnacionalismo, y que no sólo está relatadoen el libro, sino que es el libromismo, hasta llegar a esta especie desíndrome de Estocolmo indirecto queapreciamos en un Fusi atenazado en suRESEÑASOCTUBRE / DICIEMBRE 2006 215


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASalegato, demasiado pendiente, en efecto,de justificarse. Seguramente, quienesno lo hemos padecido no estamosen condiciones de juzgar ni entenderplenamente lo que debe ser la vida enmedio de una realidad social ocupadapor la obsesión nacionalista, por si mehabré levantado suficientemente vascoo catalán o gaélico esta mañana, siestará en peligro mi lengua –en individuos,por cierto, bilingües, y hasta monolingüesde la lengua que odian– o silos españoles, los ingleses o los anglófonosestarán tramando otro nuevoatentado contra nuestras tradicionesancestrales. Casi todas inventadas, comodemuestra Fusi.No estamos descalificando, pues, unaobra muy importante, necesaria, amena,utilísima como panorámica del pasado yadvertencia sobre lo que nos espera siescogemos los caminos equivocados yno aprendemos de la historia. Al contrario.Lo que decimos es que se nosqueda corta. O mejor, cortada. Al nacionalismo,y con muchas más razonesdespués de leer el libro, no se le puedeconceder ni un centímetro de excusa entanto que se proponga construir nacionesidentitarias y no sociedades democráticas.Y, siguiendo a Fusi, percibiendosu ansiedad por comprender y ser comprendido,por explicar que ser no nacionalistano significa ser antinacionalista(pág. 316), pareciera que todos sus argumentosestuvieran lastrados por unaculpa implícita, por la necesidad de convencera los nacionalistas de que quienesno lo son también tienen derecho ala existencia, de que es posible no sernacionalista sin caer en la abyección.Y sin embargo, debieran ser los nacionalistaslos que pidieran perdón. Ahí esdonde le falta contundencia a Identidadesproscritas para denunciar lo paleolíticodel nacionalismo, la estulticia criminalde quienes alzan fronteras yempalizadas entre la sidra y el vino, entreel txistu y la dulzaina. De quienes sobresemejantes idioteces, con perdón, hansido capaces de levantar tanta mentira,tanto horror, tanto odio.La Españaconvertidaal islamJAVIER ORRICOROSA MARÍA RODRÍGUEZ MAGDALa España convertida al islamEd. Áltera, Barcelona, 2006, 170 pág.Pongamos una simple pregunta paraintroducir al lector de este estimulantelibro en alguno de sus meollos conceptuales:si el islam sentencia la apostasíacon la pena de muerte, ¿puede un musulmánespañol cambiarse de religión ohacer pública confesión de ateo?La respuesta, que es evidente para cualquieraque reconozca y acate la Constituciónespañola, no se antojaría tan fácilen el seno de una comunidad islámicaoccidental cualquiera, donde comomínimo se organizaría un enconadodebate. Como la autora de esta obrarecuerda oportunamente, ya en 1999 el216 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑAStural del que procedían muchos de losnuevos conversos. Y cómo no citar entresus discípulos al inefable AbderramánMedina, ex-seminarista, ex-comunista ypionero del nacionalismo andaluz, envueltoen 1985 en una acusación de espionajepara Marruecos (pág. 30), paísgracias a cuya financiación funda laYamaa Islámica de al Ándalus y la UniversidadIslámica Averroes de Córdoba.Arbitristas e ideólogos todos ellos de unislam más bien imaginado, idealizadohasta el delirio, interpretado con anchurosamanga, en muchos casos huérfanode algarabía, su producción intelectualva desde el disparatado Islam para ateosde Abdelmumin Aya, hasta la delirantedefensa del matrimonio homosexual islámicode Abdennur Prado, pasando porla falaz reivindicación de la poligamia deMansur Escudero o Jadicha Candela(cuyas pretensiones justicieras desmontamagníficamente la autora, págs. 93-95). Todo ello bien salpimentado con laclásica sopa de soflamas multicultis:aceptación acrítica y obligatoria de ladiversidad; justificación de todo linaje dedisparates envueltos en el biempensantecelofán de la cultura; autoinculpaciónpor las culpas genéricas de Europa;insistencia imaginaria y enfermiza en lairrevocable «decadencia de Occidente»;empeño constante en exculpar al «verdaderoislam» de cualquier tipo dedefecto o mácula, etc. Aunque la autorase esfuerza en aclarar que los conversosno son gente inquietante ni peligrosa,no duda en calificarlos –con todajusticia– de reaccionarios recalcitrantes:«no se puede minimizar su responsabilidadcomo cabeza de lanza e introductoresde una imagen asimilable, queencubre mensajes utilizados en beneficiopropio por los sectores más integristas»(pág. 20).En efecto, a finales de los 80 estos neomusulmanesespañoles se aglutinan entorno a la FEERI (Federación de EntidadesReligiosas Islámicas); pero su pretensiónde erigirse en interlocutoresúnicos del fenómeno islámico empiezaa frustrarse con la aparición y competenciade la UCIDE (Unión de ComunidadesIslámicas de España), que agrupa amusulmanes de origen emigrados aEspaña, bajo la presidencia del sirio RiayTatary, fundador de la popular mezquitade Estrecho en Madrid y muy próximo alos Hermanos Musulmanes. Era cuestiónde tiempo que ambas organizacionestuvieran una relación desconfiada y tormentosa,ya que los musulmanes inmigradoscontemplaban a los conversoscomo unos advenedizos heterodoxoscuyas pretensiones de reelaboración deun islam reinterpretado les parecíandescabelladas. ¿Acaso ignoraban nuestrosconversos que a un teólogo musulmánde la talla de Mahmud MuhammadTaha lo habían colgado en plaza públicade Jartum por reinterpretar las fuentesdel islam? ¿No sabían cómo se las gastaronlos árabes con el escritor egipcioTaha Husayn por tener la osadía de reinterpretar?¿No habían leído a Ibn Battuta,que cuando visita África o Asia sólo se fíade los árabes que encuentra y desconfíadel islam de los naturales del país?No obstante sus diferencias, ambosgrupos logran fundar en 1992 la CIE(Comisión Islámica de España), al calorde las subvenciones otorgadas por elAcuerdo de Cooperación firmado aquel218 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASmiento débil; la nada intelectual travestidade entidad; la soflama y el esloganelevados al altar del pensamiento quenos brinda un discurso multiculturalistatras el cual se encuentran realidades tanominosas como los consejos del imán deFuengirola.El libro de Rosa María Rodríguez Magda,en fin, da mucho más de lo que promete,pues no es una simple descripción de lahistoria del islam en la España contemporánea,sino un lúcido e implacableanálisis de los desafíos que el islamismomilitante va a plantear irremediablementea nuestro país y a todos los países deEuropa en los próximos lustros. Dichosdesafíos se plantearán siempre apelandoa unas libertades contra las que inevitablementese pretenderá conspirar. Laautora guarda sus mejores armas para lasegunda parte de la obra, donde desenmascaracon gran inspiración y clarividencialos principales puntos de conflictoque se avecinan: el comunitarismo multiculturalista;la discriminación de la mujercomo garantía del honor del hombre; lapermanente aspiración del islam a apropiarsede los espacios públicos; la claudicaciónante el integrismo con el fin defrenar el terrorismo, etc. Es una gratasorpresa comprobar cómo poco a pocovan apareciendo obras que teorizansobre el islam desde una perspectivailustrada, liberal y sin complejos, en tantonuestros arabistas siguen ensimismadosen sus taifas, unos con su silencio acobardadoy lamentable, otros encastilladosen una permanente militancia proislámicaque ha convertido muchas denuestras universidades en laboratoriosde antisemitismo.Desde las primeras páginas de la obravienen a las mientes dos expresiones quela autora se reserva para el final: lamentablemente,nuestros conversos han resultadoser unos tontos muy útiles paralos lobos disfrazados de corderos que enlos últimos meses les han echado delmachito. ¿De veras pensaban que losislamistas llegados de fuera llegarían atomarlos en serio? ¿A tal extremo alcanzabasu entusiasmo por la causa? ¿Nohan acabado siendo los convidados depiedra de una función que ellos montarony que sin ellos prosigue? Ciertamente, alcontemplar esta dudosa peripecia travestidade espiritualidad y entusiasmo trascendente–siempre a la sombra de losdineros saudíes, libios y marroquíes–, nopodemos evitar recordar la poderosaactualidad que día a día adquiere lasentencia pronunciada por Salustio hacemás de veinte siglos: «Son pocos los quequieren la libertad. La mayoría tan sólopretende tener un amo justo».TonteríaseconómicasPEDRO BUENDÍACARLOS RODRÍGUEZ BRAUNTonterías económicasLid Editorial, Madrid 2006, 159 págs.En una de sus mejores letras, Sabinareconoce que «es mentira que más decien mentiras no digan la verdad». Puesbien, a veces esa verdad es más bien220 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticofalaz. Éste es el caso del capitalismo.Según la opinión predominante, es elculpable de la miseria, la desigualdad, lacolonización y el calentamiento de laTierra. Ni las cifras de renta per cápita, niel incremento de nivel de vida y reducciónde la mortalidad infantil, puedenrefutar semejante dogma de fe.Aun así, la gente, como consumidora, esmás bien pecadora porque acepta debuen grado que cada día haya más variedadde productos y que los precioscaigan, gracias a la competencia. E incluso,privadamente, critican la ineficienciaestatal.De hecho, si a ustedes les roban el coche,como contaba en otro lugar CarlosRodríguez Braun, seguro que dejan decreer en la omnipotencia estatal. Cuandose encontró con que de su vehículoquedaba poco menos que las huellas delas llantas y lo denunció ante la policía,nadie le devolvió lo que le habían arrebatado.El Gobierno tampoco le resarciópor incumplir con su deber de protegerla propiedad privada, como establece laConstitución. En cambio, su aseguradoracumplió con sus obligaciones. ¿Acaso uncontrato es más vinculante que una CartaMagna?A pesar de la cantidad de ejemplos enque el capitalismo demuestra su superioridad,todavía arrastra una pésimafama gracias a la continua difamaciónde la que es objeto. Entre los responsablesde que la calumnia prevalezca, seencuentran personajes tan conocidoscomo Millás, Saramago, Haro Tecglen,Estefanía o el mismísimo Zapatero, quienes,no salen precisamente bien paradosen este libro.Entrando en materia, podemos comenzarcon una cita del inefable presidente delGobierno quien sostuvo que mientras «laderecha presume de crecimiento económico»a él le «preocupa el crecimientosocial». El profesor Rodríguez Braunaclara que lo que el jefe del Gobiernopretende es dar fe de que «los socialistasquieren arrebatar» a los ciudadanos«más que los populares» ya que tal objetivo[el crecimiento social] sólo es posiblealcanzarlo utilizando «la coacción».En el fondo del alma progresista, comovaticina el autor, late un tirano en potencia,dispuesto a expoliar al individuo yseguir haciéndolo apelando para ello albien común, o incluso, llegado el caso,hasta a la solidaridad interestelar –Comodecía un colectivo de «concienciados»izquierdistas, «sobran los motivos». Elobjetivo es claro. Emprender una cruzadacontra la libertad de las personas deperseguir sus fines, de vivir como lesplazca. Semejante actitud es propia deun egoísta, como se pueden imaginar, ya nadie se le escapa que este mundo quealgunos, como Rodríguez Braun y el quesuscribe estas líneas, defendemos, estádel revés.RESEÑASOCTUBRE / DICIEMBRE 2006 221


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASEn ese universo desordenado, aseguraotro socialista destacado, el uruguayoEduardo Galeano, se «desprecia la honestidad,castiga el trabajo, recompensala falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo,y sus maestros calumnian a lanaturaleza: la injusticia, dicen, es leynatural». Coronando semejante alardedescriptivo, otro célebre escritor, eso sí,abanderado no del comunismo como elautor de Las venas abiertas de Latinoaméricasino del islamismo, el españolGoytisolo, ha sentenciado que «la lucidezno vale gran cosa frente a las leyes delmercado».Por supuesto que, estando las reglas tanclaras, es de suponer que debe prevalecerla estupidez. Quizás eso explique porqué el mercado premia a quienes máspractican la demagogia, como este autor.A pesar de ello, siguen creyendo que «lagente es idiota». Como subraya CarlosRodríguez Braun, el que las personaspuedan elegir libremente, les molestasobremanera, pero «cuando la políticaobliga a la gente a hacer las cosas, esono es cruel sino amable y lúcido».En este punto, Tonterías económicasconsigue ofrecer una exposición muyclara de la adoración religiosa queprofesan los clérigos de la cultura haciala política. A ella la alaban porque atiendeal interés general y porque es neutral.Cuantos más medios se destinen a lopúblico, mejor estaremos todos, viene aser la medida estrella de su programa.La libertad, por el contrario, es un obstáculopara que la sociedad avance enbloque hacia el progreso.Hasta a aquellos a los que algunos denominancomo héroes, «el campesinoBové y el subcomandante Marcos», comohizo Ramonet, distan mucho de serepígonos de la virtud. El mejicano, apuntaBraun es «un astuto impostor queutiliza los indígenas y agita los fantasmasdel antiliberalismo» y el otro, «un enemigodel tercer mundo que no acepta quelos países pobres vendan aquí sus mercancías».Lo único que le faltó, fue recordarque Bové es un delincuente, condenadopor destruir cultivos transgénicos yquemar un McDonald´s en la ciudad francesade Millau. Probablemente, a Ramonetle atraiga del francés su lucha «contrala comida basura y la globalización».En similares términos, el diario francésLe Monde, del cual Ramonet es colaborador,elogiaba la lucha de Bové contra«la hegemonía comercial de McDonald‘s»porque «amenaza nuestra agricultura,y su hegemonía cultural arruinade forma insidiosa nuestros hábitos alimenticios».Aunque es más que posibleque ustedes sean unos fans de la BigMac y no consuman esta basura ideológicaque perjudica seriamente la saludmental. Tonterías económicas es unabuena vacuna para evitar convertirse enun reaccionario antiglobalización y, sobretodo, para descubrir a quienes lequieren tratar como un imbécil.GORKA ECHEVARRÍA ZUBELDIA222 RESEÑAS

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