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Reseñas - FAES

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Cuadernos de pensamiento políticoTras la huellade Sabino AranaUIS VALVERDEANTONIO ELORZATras la huella de Sabino Arana. Los orígenestotalitarios del nacionalismo vascoEd. Temas de Hoy, Madrid, 2005Hay libros teóricos que tienen el raro donde la oportunidad y aparecen en un momentodonde pueden ayudar a entendermejor ciertos problemas prácticos; es elcaso de Tras la huella de Sabino Arana.Los orígenes totalitarios del nacionalismovasco, de Antonio Elorza (2005). Algunosde los temas que estudia esta obraafectan de lleno en dos de los debatesrecurrentes de la agenda política española:la posibilidad de pactar con los nacionalistas,y especialmente con los vascos,un nuevo «modelo territorial», asuntoligado a una posible reforma constitucional,y la manera de afrontar el posiblefin del terrorismo nacionalista vasco acargo de ETA, que parece inmersa en laúltima fase de su historia criminal.Entender la naturaleza ideológica profundadel nacionalismo vasco no es unproblema meramente académico, aunquemuchos políticos tiendan a pensarasí. No es lo mismo un partido políticoeventualmente radicalizado en algún momento,sea por alguna coyuntura desfavorableo por un cálculo de interés electoral,que un partido cuyo programa yclientela electorales parecen firmementearraigados en ideologías no ya radicales,sino difícilmente compatiblescon la democracia, cuando no plenamentetotalitarias. Esta convicción es laque llevó a diversos Estados democráticosa excluir del registro de partidos políticoslegales a organizaciones cuyosfines e ideología fuera expresamentecontraria a la democracia, por ejemploorganizaciones racistas, xenófobas yantisemitas –añadamos ahora a fundamentalistasreligiosos como los islamistas–,y en algunos casos también a comunistas,nacional-socialistas y fascistas.Indudablemente, excluir a un partido dela legalidad por sus ideas es una cuestiónsiempre peliaguda que debería reservarse,como hace (¿o hacía?) la Ley dePartidos española, a las organizacionesclaramente violentas o involucradas enel apoyo y cobertura de grupos terroristas,como es el caso de los grupúsculosRESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 205


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASnazis y de Batasuna. Pero, dejando delado el aspecto jurídico y constitucionalde lo que debe hacerse con grupos deideología totalitaria, el problema políticosigue ahí presente y no debería dárselela espalda. Menos aún en estos tiemposde idiocia generalizada en la que estupidecescomo la de que «todas las ideasson legítimas» y «todas las opinionesvalen igual y son igualmente respetables»gozan de un apoyo alarmante, porque nopara de crecer.El problema al que Antonio Elorza cogepor los cuernos es, precisamente, el desi el nacionalismo vasco en su conjunto,es decir las distintas organizacionesnacidas del tronco plantado por SabinoArana en 1894, tiene raíces totalitarias: larespuesta de Elorza es que sí.Trasladado al plano de la actualidad política,lo que significa ese sí de AntonioElorza es que tenemos a una variedaddel totalitarismo cómodamente instaladoen varias instituciones claves del Estado,además de en la sociedad vasca,donde el nacionalismo de orígenes aranistas(PNV, EA, ELA … y ETA-Batasuna)ha ido creando fuertes redes clientelaresy de control social. Sin duda es unarealidad política y social que no tieneotra vuelta de hoja –salvo en el caso deETA-Batasuna, donde no hay otra alternativarealista que la derrota policial–que la normalización política por víasdemocráticas corrientes, esto es, medianteelecciones, control público de lasinstituciones dominadas por los nacionalistas,etcétera. Pero el carácter totalitariodel nacionalismo vasco en suconjunto, sea latente o evidente, haimpregnado en todos estos años laeducación, la cultura oficial y los mediosde comunicación públicos, dato queprecisamente contribuye a explicar nosólo las dificultades con que tropieza lanormalización política vasca, sino la enormemagnitud y complejidad de la tareapendiente. Porque el nacionalismo totalitario,a diferencia de otros partidos deizquierda o derecha, cuando está en elpoder no se limita a desarrollar una políticamás o menos aceptable para todos,sino que procura instaurar en su exclusivobeneficio toda una cultura políticade «construcción nacional» que afectaprofunda y negativamente a la sociedadobjeto del experimento.Lo que ha hecho Antonio Elorza es, precisamente,reunir los argumentos necesariospara colegir que la ideología formuladapor Sabino Arana es otra variedadde totalitarismo político. Antonio Elorzaes, como se sabe, un especialista enhistoria contemporánea, y una autoridadclásica en historia del nacionalismovasco, particularmente en la historia políticae ideológica de esta corriente. Llevapublicando libros sobre el tema desde losaños setenta –Ideologías del nacionalismovasco 1876-1937 (1978), Un puebloescogido: génesis, definición y desarrollodel nacionalismo vasco (2001), La horade Euzkadi (2003)–, y Tras la huella deSabino Arana resulta ser en más de unaspecto la culminación de sus estudiosen este asunto. O un cierre de círculo,como el que el propio autor proponetrazar desde el pensamiento de SabinoArana hasta el Plan Ibarretxe, con cuyocomentario detallado termina el libro.Tras la huella de Sabino Arana no es, sinembargo, un estudio académico repletode notas, pensado para un público especializadoy exigente en materia de docu-206 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticomentación. Al libro se le puede reprochar,sin embargo, la falta de una bibliografíacomplementaria suficiente que oriente allector interesado en el problema. Al fin yal cabo, esta obra no sólo completa muchasinvestigaciones del propio autor,sino que habría sido imposible sin lascontribuciones de muchos otros. Es unlibro, eso sí, escrito en tono periodístico,preocupado por comunicar eficazmenteal lector la inquietud que sin duda sienteAntonio Elorza por las consecuenciasactuales de una política de raíces totalitariasque culmina en el terrorismo etarra,pero que tiene una peligrosa versiónincruenta en el soberanismo expresadoen el Plan Ibarretxe. Un Plan que no tienenada que ver con el famoso y quiméricoarreglo del «modelo territorial» que esperanalgunos ingenuos y bastantes aventurerosy aprovechados, sino que tienesentido dentro de una concepción políticamuy diferente. Peligrosamente alejadade la democracia, incluso ajena a éstaen asuntos tan importantes como losconceptos de ciudadanía, nacionalidady territorio nacional.El totalitarismo ha sido definido de diversosmodos. Antonio Elorza sigue especialmenteen su investigación la definiciónpropuesta por Gentile, y la del«totalismo» de Robert Lifon. A diferenciade los totalitarismos fascistas y comunistas,el nacionalismo vasco careceríade la preeminencia absoluta de la políticadirigida por un partido-guía de masas,único y fuertemente jerarquizado. Elnacionalismo vasco exhibe la rareza, eneste aspecto característico, de no haberconseguido formar nunca un partido deestas características. Al contrario, elnacionalismo vasco es cismático poridiosincrasia. El PNV de Sabino Arana fueinmediatamente reformado de arribaabajo tras su muerte, cuando los pragmatistasdel grupo de Ramón de la Sotadesbancaron a los herederos nombradospor el fundador y se hicieron con elcontrol político, aunque no con el ideológico,y después experimentó numerosasescisiones; ETA es una de ellas, enconcreto de EGI, la rama juvenil.Los modelos teóricos siempre encuentranexcepciones y desviaciones en laexperiencia histórica, y sin duda es exageradoy confuso comparar al PNV conlos férreos partidos fundados por Lenin,Hitler o Mao, aunque la comparación esparcialmente válida para ETA. Pero Elorzaprefiere explorar la validez del totalismode Lifon aplicado al caso vasco. Aquí lacomparación parece más fértil y explicativa,porque en el totalismo el papel dela política normal es suplantado concreces por una sacralización de la ideología,por una «religión política de laviolencia», una divinización absoluta dela causa de la Independencia de la Patriaque, efectivamente, caracteriza sobradamenteal nacionalismo vasco en susexpresiones y mentalidad más puras ycaracterísticas, las que han personificadoSabino y Luis Arana, pero tambiénEli Gallastegui, Federico Krutwig, JavierEchevarrieta (Txabi Etxebarrieta), XabierArzalluz y tantos otros.Esta es, sin embargo, la conclusión delestudio de Antonio Elorza, no su premisa.Estamos ante un trabajo de interpretaciónde la historia a la luz de la ideología,y no al contrario.¿Pero cuáles son los límites sociales ypolíticos del nacionalismo totalitario, talcomo lo entiende Antonio Elorza?RESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 207


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASSalvo los admiradores de ETA, hay bastanteconsenso en que esa organizaciónterrorista –la banda que comete atentadosmás su tupida red de partidos, sindicatosy asociaciones de todo tipo– se haconvertido en un ejemplo clásico denacionalismo totalitario (o de fanatismonacionalista, que es su rostro moral) y delos peligros y graves amenazas que producesu tolerancia en las sociedadesdemocráticas: fanatismo, como se hadicho, y además criminalidad organizadacon fines o pretextos políticos, persecuciónde los disidentes y enemigos, desafíoy transgresión permanentes de lasreglas e instituciones democráticas, relativismoético y político porque todo valea favor de la causa, etcétera.Hay diferentes interpretaciones sobre laprocedencia o fundamento ideológicodel nacionalismo totalitario que ETA materializa.Para algunos procede del marxismo-leninismo,más o menos mestizadocon el nacionalismo de Sabino Arana;para otros, la dosis de marxismo-leninismoes más bien anecdótica o retórica,predominando la ascendencia aranista osabiniana. Personalmente soy de la segundaopinión: ETA era en sus orígenes,y lo ha sido después, un grupo terroristaarticulado en torno a determinada interpretacióndel mensaje nacionalista deSabino Arana. Antonio Elorza añade nuevasevidencias de continuidad histórica.Las soflamas socialistas revolucionarias–como las antifranquistas hasta 1978–siempre han sido un agregado retóricosecundario, y más bien ornamental porquelo que estaba y está realmente enjuego en la acción de ETA, en el terrorismo,no es otra cosa que la obtenciónpor la violencia de un territorio propiodonde imponer un Estado de tipo marcadamentetotalitario.Me refiero a un Estado donde la únicapolítica posible sea la del partido-guíaque monopoliza el poder ejerciendo adiscreción toda la violencia que le resultenecesaria para destruir a sus rivales,modificar la sociedad y perpetuarse enel gobierno imponiendo un régimen políticoad hoc. Esta interpretación no pretendeabsolver al marxismo-leninismo deotras culpas –será necesario decirlo enestos tiempos de susceptibilidad enfermiza–,sino simplemente explicar delmejor modo posible las múltiples evidenciashistóricas y actuales indicadoras deque el terrorismo nacionalista vasco tienesus raíces profundamente arraigadas enla tradición política e ideológica nativa delnacionalismo vasco, tal como fue dogmáticamenteformulado por Sabino Aranaa finales del siglo XIX.Incluso muchos de los que admiten elcarácter totalitario del nacionalismoterrorista como una identidad ideológicaautónoma –es decir, que no necesitaagentes externos como el marxismo-leninismoo el fascismo– vacilan o retrocedenabiertamente si se trata de extenderesta imputación a toda la herencia deSabino Arana en su conjunto. Es unescrúpulo lógico, porque al fin y al caboafecta de lleno a la respetabilidad democráticadel PNV, EA y otras formacionessurgidas del tronco común. Sin dudatales cosas no deben decirse sin argumentosmuy sólidos. Pero deben decirsesi los argumentos existen.En el prólogo, Elorza resume su conclusiónprincipal con gran claridad: «en lamedida en que el nacionalismo vasco esen la versión sabiniana vigente hasta208 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticohoy, una religión política de la violencia,nada tiene de extraño que en su evoluciónse acerque al patrón totalitario, másconcretamente nazi por su denominadorcomún racista».La aberrante estrategia de «socializaciónde la violencia» puesta en marchapor ETA-Batasuna en 1995 tiene más deun punto en común, salvo el de la escalade la agresión, con los procedimientosusados por los nazis en la Alemania de1930-1933 para amedrentar y eliminar laoposición política activa y para encerraren nuevos guetos jurídicos a los gruposque deseaban eliminar, particularmentelos judíos. Esta comparación, que sigueescandalizando a muchas almas bellasprogresistas, debe, sin embargo, encontrarun fundamento que vaya más allá dela anécdota. Y el fundamento lo proporcionanlas ideas y planes de Sabino Arana,fundador del PNV e ideólogo nuncarectificado en lo doctrinal por este partido,que ha expulsado sistemáticamentea los críticos de Sabino (como EmilioGuevara o Joseba Arregi, recientemente),igual que ETA fue desprendiéndosea lo largo de sus luchas internas dequienes pretendían sustituir el humussabiniano de sus padres por un sustratodiferente, siempre anatematizado porextranjero.Elorza traza una evolución que parte delos cimientos premodernos de SabinoArana: la obsesión por la «limpieza desangre» y el antisemitismo que caracterizabaa la sociedad española de lossiglos XV al XIX (cruel paradoja: el nacionalismovasco es uno de los últimosrestos vivos del antiguo régimen hispano).La una y el otro enlazaron con todanaturalidad con el racismo moderno debase biológica, supuestamente científica,cuya máxima y más degenerada expresiónes la política genocida del nacionalsocialismogermánico. Sabino Arana trasladóel odio antisemita tradicional de loscristianos viejos, que englobaba a herejesy otras gentes de «mala sangre», a losmaquetos (emigrantes) y sobre todo a losmaquetófilos, los vascos traidores. Contraunos y otros, sobre todo contra los vascostraidores, valía cualquier violencia,dato positivo que la trayectoria relativamentepacífica del PNV –no así la deETA– no debe hacernos ignorar. Lo quedefine la identidad política del nacionalismovasco es la asunción del deber demorir y matar por la patria; el deber dematar, asumido realmente por ETA en1968 y precedido por las especulacionesbelicistas de los «aberrianos» en los añostreinta, se sigue en realidad del deliriomartirizador de Sabino Arana y sus compañeros,más pasivos que realmentepacíficos. A la luz de esta continuidadtoman pleno sentido datos como la sucesióngenealógica del nacionalismomás radical en algunas sagas familiaresabertzales como la de los Gallastegui,nacionalistas de primera hora, aberrianosen la década de los treinta y terroristasen la actualidad.La mezcolanza congruente de xenofobia,racismo, odio a España y religión de laviolencia que observa en el padre fundador,lleva a Antonio Elorza a escribir que«la política del nacionalismo sabiniano esen las ideas y en la práctica, desde elprimer momento, una política del odio»(pág. 105), y que «Sabino Arana es ensentido estricto un prenazi vasco» (pág.108). Así las cosas, y conocida la intocabilidadde la herencia sabiniana en elRESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 209


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASseno más íntimo del PNV, no extrañarátanto que Juan José Ibarretxe utilizarasin inmutarse, como parte de la propagandade su plan, frases de resonanciastan nazis como «el futuro nos pertenece»o «los vascos y las vascas no debenrespetar más límite que el de su propiavoluntad». Frases estremecedoras paraquienes comprenden su significadopráctico y conocen el histórico; meroseslóganes inofensivos para quienesmenosprecian el peso de las ideas y lasconvicciones en la conducta humana.CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁNTuristasdel idealIGNACIO VIDAL-FOLCHTuristas del idealEditorial Destino (Ancora y Delfín). 2005.Dramatis personae:Vigil.– Escritor comunista, castrista, en lacincuentena; autor de novelas policíacas«progresistas» (protagonizadas por Cóndor,un detective de izquierdas); influyente,aunque siempre equivocado, columnistaen la Prensa. Es multimillonario. Caefascinado por la figura de «El Capitán».Es el prototipo del «revolucionario enpantuflas».«El Capitán».– Ex estudiante de Filosofíaobsesionado con la figura del Che Guevara;acaba siendo jefe guerrillero en lasselvas del país centroamericano de TierrasCalientes. «El Capitán» aúna su habilidadcomo propagandista y estratega delos «mass media» con los discursoshumanistas y sentimentales.Augusto.– Novelista portugués de edadprovecta, galardonado con el Toisón deOro de las Letras Europeas (la mayordistinción literaria); charlatán en todocongreso moderadamente intelectual ojornadas solidarias que se celebren en elmundo. Sufre porque, a pesar de las tesisque propugna en sus interesantísimasnovelas, el mundo va a su bola y no lehace ni puñetero caso. Sufre, también,porque se siente envejecer, las fuerzasno le llegan, su mujer no le soporta ysiente que la muerte, poco a poco, empiezaa rondarle las entrañas.Colores.– Cantautor de inmenso éxito,aficionado a las drogas de todas las culturasy a los licores de todas las añadas.Amén de politoxicómano es un erotómanoinveterado. Quiere componer unacanción en homenaje a la revolución de«El Capitán», pero le sale un homenaje alos grandes hoteles, que son, a la postre,mucho más confortables.Paco.– Joven vasco de pocas luces ycon pujos de literato. En cierta ocasión,años atrás, fue humillado por Vigil yahora, al encontrarse casualmente conél en Tierras Calientes decide hacersepasar por jefe etarra y exigirle el «impuestorevolucionario».Valdemont.– Viejo escritor franquista,vive, desde la Transición, enclaustradoen sus habitaciones de un hotel cercanoa Las Ramblas. Propondrá a Vigil un tratofáustico: escribir una novela a cuatromanos. Vigil se encargará de la trama yde la condimentación ideológica (esascosas tan menores como desdeñables)y él se ocupará de lo inefable: la retórica,210 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticoel garbo literario, la sintaxis… (Vigil, naturalmente,rechaza el pacto como si fueseun sacrilegio).Es habitual que, en las obras de ficcióninspiradas o basadas en acontecimientosrecientes, el autor avisado coloqueuna advertencia a modo de espantajopara los leguleyos: «Cualquier parecidocon la realidad es mera coincidencia».En Turistas del ideal, la última novela deIgnacio Vidal-Folch (y tal vez la másdescacharrante desde No se lo digas anadie, su primera obra mayor en el mundode las letras) se debería dar un retoquea la advertencia: «Cualquier parecidocon la realidad NO es pura coincidencia».Ese dramatis personae que hemosesbozado para que les pueda servir deaperitivo a quienes se hagan el favor dehincarle el diente, tiene correspondenciasevidentes.Vigil, por descontado, es Vázquez Montalbán,aunque su caricatura literaria–tan risible que podría resultar inclusotierna– no atesore la miseria del modelo.Augusto es el pelma del Nobel portugués(o sea, Saramago, hasta escribir sunombre da pereza), perejil de todas lassalsas cocinadas por la revolución siemprependiente y farolillo rojo de cualquierverbena. Colores no es otro que Sabina–¿quién si no?– buscando alguna musaa la que camelar a base de malditismode ocasión y de bohemia abonada contarjeta de crédito (platino, por supuesto).«El Capitán» es el subcomandante Marcos,que ha concertado una cita con laHistoria en el Zócalo de México paraacabar atrapado en un bochinche quees una demostración sindical de víaestrecha. Valdemont podría ser cualquiera.Cualquiera de aquellos grandesescritores catalanes de la pre y la posguerraque fueron fusilados por la «cultureta»con una cerrada descarga desilencio. Ignacio Agustí, por poner unejemplo.Con esos mimbres (y algunos otros nomenos sabrosos, como Oliver Stone yGünter Grass, que se pasean por la tramafugazmente), Vidal-Folch ha conseguidoponer en evidencia el desbordadocaudal de tartufismo que inunda losbarrancos del buenismo, de la culturaoficiosa y oficial y de ese Sida mental enel que se ha acabado convirtiendo laproliferación del pensamiento estéril.El autor ha roto el molde de la correcciónpolítica como un forzado que escapa asus cadenas. Ha visto la realidad, o larealidad ficticia (al cabo, esa grisalla cotidianaque a todos nos amuerma), en losespejos del Callejón del Gato, para analizarlaa la luz del esperpento. Ha roto, enun ejercicio brillantísimo de valleinclanismoposmoderno, el costurón queaherroja al Ruedo Ibérico.Para escribir un libro así –con el queempiezas a reír en las primeras páginasy puedes bebértelo riendo– hay que tenervalor, además de talento. Este último,RESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 211


RESEÑASCuadernos de pensamiento políticoVidal-Folch lo ha demostrado a través denovelas como La libertad o La cabeza deplástico, que se encuentran entre lopoco realmente original que se ha editadoen España en los años recientes. Encuanto al valor, sus artículos en El país oen Tiempo dan fe de que es un personajeque no se amilana fácilmente.Pero Turistas del ideal aún va más lejos.Esta novela es una patada en los mismísimosde esos filisteos a los que CarmenCalvo les baila el agua (o el «champagne»)con una cursilería sin fronteras.Un alegato contra los «maîtres à penser»que no han visto una idea desde quenacieron. Una sátira feroz del progresismo«gauche caviar» y de la moralina«todo-a-zen» del izquierdismo memo. Unhierro al rojo que marca donde duele.Si, generalmente, escribir en España esllorar (estamos ya de llorones hasta eltupé, por no ir más lejos), Vidal-Folch,que es un escritor muy serio, nos harecordado que la risa es la mejor terapiapara despabilar la inteligencia.Turistas del ideal es, en ese sentido, unfulminante antídoto contra el papanatismoque nos cerca. Alguien, por fin,ha señalado a los que siempre te señalancon el dedo. Ha gritado que el reyestá desnudo, y es como si respirar,después de la denuncia, a todos noscostase un poco menos. Si Dante serefería a su Comedia como «ficciónverdadera», Vidal-Folch –mudando lomudable– podría decir lo mismo de suúltima novela. Frente a tanta «verdadmendaz» –como diría Steiner– un soplode aire fresco.TOMÁS CUESTA11-M, cómo laYihad puso derodillas aEspañaMIGUEL PLATÓN11-M, cómo la Yihad puso derodillas a EspañaEd. La Esfera de los Libros, 2005El 11 de marzo de 2004 constituye unafecha terrible en la moderna crónica delmundo. Como el 11 de septiembre de 2001,el 11 de marzo de hace algo más de unaño marca un hito en lo que un seguidorde Borges se atrevería a denominar, a lamanera del maestro argentino, la historiauniversal de la infamia, una historia,por cierto, que cada día presenta nuevosy más preocupantes perfiles. Ese día,unos terroristas islámicos asesinaron enMadrid a 192 personas, hirieron a otras1.600 y consiguieron, en vísperas de unaselecciones generales, un vuelco espectacularde las urnas, lo que llevó a lavictoria al partido que, según todos lospronósticos, iba a perder, y a la derrota(y, más tarde, al intento de marginaciónde la vida política) al que parecía obligadoganador.¿Por qué pasó lo que pasó? ¿Quién lohizo? ¿Qué se buscaba con esa masacre?De esto trata 11-M, cómo la Yihadpuso de rodillas a España –de casiquinientas páginas–, de Miguel Platón.Los asesinos querían forzar la retirada delos 1.300 efectivos militares españolesdesplegados en Irak, que no habían participadoen ninguna acción bélica, sino212 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticoen tareas de seguridad y apoyo a lapoblación iraquí, de acuerdo con sucesivasresoluciones del Consejo de Seguridadde Naciones Unidas, y para ellonecesitaban otro Gobierno en España, unpaís en el que el líder de la oposición, elsocialista José Luis Rodríguez Zapatero,había encabezado las manifestacionescontra la guerra y había prometido la retiradade las tropas si llegaba al poder.No cabe duda de que, «a reserva de loque, en su momento, determine la sentenciajudicial o descubra la investigaciónhistórica», como escribe Platón, fueuna célula de la Yihad Islámica, integradapor marroquíes que, en su mayor parte,llevaba tiempo asentada en España, laque organizó el ataque terrorista y la que,con él, consiguió plenamente su objetivo.España retiró sus tropas de Irak, previavictoria socialista tres días después de lamatanza. El Partido Socialista logró resucitaren la opinión pública, en las horasanteriores a la votación, tan tensas, quesiguieron al atentado, el clima de laspasadas manifestaciones contra la guerra.Aznar, y no los terroristas, era el directoresponsable de la matanza. Lasencuestas fueron papel mojado a manosde los teléfonos móviles. El 14 de marzose votó en un ambiente desmedidamenteemocional, con el zumbido de las bombasdel 11-M alrededor de unas urnas querecordaban, en una metáfora siniestra,los ataúdes que se habían ido acumulandoen la estación de Atocha.11-M: llevamos más de un año pensandoen esta abreviatura diabólica. Todos losesfuerzos que han hecho el PartidoSocialista y el nuevo Gobierno de Españapara que los españoles olviden el 11 demarzo de 2004 –o, si no lo pueden olvidar,que al menos lo desvinculen de su triunfoelectoral–, se han mostrado estériles. El11-M está presente en todo lo que ocurre.Cuanto mayor es el empeño del Gobiernode José Luis Rodríguez Zapatero enbuscar la legitimidad de ejercicio paracompensar las flaquezas de su legitimidadde origen, promoviendo medidas yacuerdos que han llevado a decir al líderde la oposición, Mariano Rajoy, que «hapuesto España patas arriba» (aunquenadie discuta la legalidad de su triunfo,porque en las elecciones lo que se cuentanson los votos y no los sentimientos),mayor es la fuerza con la que se instalaen el imaginario colectivo. Es como si, enun tono de lamento por las víctimas inocentes,medio país se preguntase, apesadumbrado,qué hemos hecho para mereceresto. Como escribió hace algunosmeses Francisco Umbral en su columnade El Mundo, «mientras no se aclare eltema de los trenes seguimos viviendo enuna provisionalidad muy peligrosa. Le sorprendea uno cada día el talante con queZP toma decisiones y se adentra en elfuturo. Parece como si él no fuese conscientede esa provisionalidad. Se encuentratan a gusto en el cargo, que se olvidade cómo ha llegado a la Moncloa».Pero para que no nos olvidemos de lo queocurrió, durante un año de minuciosainvestigación Miguel Platón Carnicero(Melilla, 1949) ha reconstruido esos decisivosdías de marzo. Platón es un periodistade largo recorrido, con vitola dehistoriador (el periodismo, después detodo, es la Historia escrita deprisa), seislibros en su haber y miles de crónicas asus espaldas, a quien el 11-M pilló en suRESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 213


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASpuesto de mando de la Agencia EFE,como Director de Información, dondellevaba siete años haciendo ese relatodiario y anónimo, pero tan esencial comoel segundero de un reloj cuando se mideel tiempo, que es el trabajo de las grandesagencias. EFE es la primera agenciade prensa de España, y la cuarta delmundo, y el puesto que Miguel Platóndesempeñaba allí, como máximo responsablede toda la información de la casa,constituye una de las más privilegiadasatalayas que pueda haber para observartodo lo que pasa, si bien el periodismo deagencia tiene la contrapartida, hartocomplicada y no siempre conocida, deque no se detiene nunca y debe combinarla urgencia con el rigor, la prisa conla precisión.Platón se ha tomado todo el tiempo necesariopara indagar, minuto a minuto, loque fue el 11-M y lo que lo ha rodeado.Aparte de que por sus manos pasarontodas las noticias que se iban produciendoen aquellos momentos, en algunasde las cuales la Agencia EFE tuvo unprotagonismo esencial, poniendo exactituddonde había falsedades interesadas,ha hablado con más de dos docenas depersonas directamente implicadas en lacuestión, cargos públicos, policiales yexpertos diversos. Por ello, se puede decir,sin menoscabo de otras obras valiosassobre este gran acontecimiento, y entorno al cual la bibliografía seguirá creciendo,sin duda alguna, que este 11-M,cómo la Yihad puso de rodillas a Españaresulta un libro esencial en la aproximaciónal suceso. Platón no ha queridohacer un compendio de conjeturas, sinoun relato de hechos. No ha especuladocon las casualidades ni ha formuladojuicios previos; se ha limitado a buscardatos y a ponerlos uno junto a otro, comoquien levanta un acta notarial de unsuceso aparentemente confuso e inescrutable,pero sobre el cual hay que irsumando testimonios, para que, paradójicamente,se haga la luz. La claridad esla cortesía del filósofo, decía Ortega.Pero, además, es la obligación de losperiodistas.El libro, escrito en una prosa directa yprecisa que se lee como una novela,está dividido en cinco capítulos (unodedicado al clima previo al 11-M, y loscuatro siguientes, uno por jornada, a losdías 11, 12, 13 y 14 de marzo), y lleva unaintroducción y un epílogo. La pormenorizadacrónica de lo que ocurrió, con ellargo plantel de personajes que aparecenen el relato, da una visión muy próxima,caliente y cercana, a la realidad.Aquí está lo que pasó. Sin aditivos nicolorantes. Como el propio autor explicóen el acto de presentación de la obra,que la directora de la colección «LaEsfera de los Libros», Imelda Navajo,definió como «un referente para la historiade este país», Platón buscaba unatesis innovadora, pero descubrió que no214 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticohabía nada oculto, y que no quedabaotro remedio que centrarse en la informacióny en el análisis.Sus conclusiones básicas, según élmismo declaró, son que la responsabilidadfue de la Yihad, que no hubo ocultaciónde información por parte del Gobiernoy que el éxito del brutal atentadofue, sencillamente, la retirada de las tropasde Irak y su influencia decisiva en laselecciones que iban a celebrarse tresdías más tarde.Que este era el gran objetivo ofrece yapocas dudas. El cambio producido en lospronósticos y en el clima pre-electoralfue espectacular. Todas las empresasdemoscópicas habían anticipado unavictoria más que suficiente del PartidoPopular, y la duda era sólo si lo sería pormayoría absoluta. Aparte de la prácticaunanimidad de los sondeos, si se cree enel valor representativo del Censo Electoralde Residentes Ausentes (308.816 electoresque habían votado antes del 11 demarzo) hay que concluir que, sin el atentado,el Partido Popular habría ganadolas elecciones, porque en ese voto anticipadopor correo, que es como unaencuesta oculta, pero muy representativadel sentir general, obtuvo el 40,4 porciento de estos votos, frente al 38 porciento del PSOE, datos que, por cierto,frente a la costumbre de facilitarlos a 23ó 24 días de las elecciones, el Gobiernono hizo públicos hasta el 5 de mayo, 52días después.Todo esto está en el epílogo de la obra,en la que el autor se hace las diez preguntasfundamentales sobre quién cometióel atentado (una docena de islamistasnorteafricanos), quién lo organizó(una célula de la Yihad que llevaba tiempoen España), qué objetivo tenía (la retiradade las tropas de Irak, para provocarun efecto dominó entre los aliados deEstados Unidos), sobre si significó unavacuna contra el terrorismo islámico (no),sobre si existe alguna prueba que lovincule con ETA (tampoco, por ahora),sobre su influencia en el resultado electoral(evidente), sobre si restringió elGobierno la investigación policial (no),sobre si ocultó información (tampoco),sobre si ha servido de algo la Comisiónde Investigación del Congreso de losdiputados (sí) y, finalmente, sobre a quiénbenefició el atentado, la pregunta del«Cui prodest?», a la que Platón contestasin el menor complejo: al PSOE, «queganó unas elecciones que tenía perdidas»,a la propia Yihad, a los nacionalistascatalanes y vascos, a Marruecos, aFrancia, a Chávez y a Castro, al grupoPrisa, a la ETA... Pero, como dice el autoral hablar de la extraña legislatura que seabrió con el triunfo socialista y de lanecesidad de pactar «unas iniciativasnacionalistas que parecían basadas enla negación de España», ésa es ya otrahistoria. Miguel Platón se ha ceñido a loque fue el 11-M. Un día, «al final delinvierno y al comienzo de una primaverainusualmente fríos y húmedos», que trajomuerte, destrucción y nuevos horizontespolíticos al primer país que, en la Historiamoderna de Europa, veía cómo unatentado terrorista conseguía imponer suvoluntad a una democracia.MIGUEL ÁNGEL GOZALORESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 215


RESEÑASCuadernos de pensamiento políticoPanfletosLiberalesCARLOS RODRÍGUEZ BRAUNPanfletos LiberalesLid editorial, 2005.¿Qué pensarían si alguien les dijera queconfiar al Estado la resolución de todosnuestros problemas implica cambiar libertadpor seguridad y prosperidad porparo y pobreza? Probablemente quien seatreviera a poner en tela de juicio el tamaño,la eficacia y el poder del mismo,sería calificado de demente por unaamplia mayoría.Ahora bien, si en vez de advertirles de lospeligros de la intromisión del Estado ennuestras vidas, alguien les explicara queustedes son pobres porque alguien esrico, que el capitalismo sólo desata elegoísmo y por tanto la guerra de todoscontra todos y que, de no haber libertadeconómica, los lobos no entrarían en elgallinero, es muy probable que más deuno piense que este agorero no padezcaenfermedad mental alguna.Panfletos liberales, el último libro deCarlos Rodríguez Braun, huyendo de lopolíticamente correcto, es una apuestapor decir las verdades del barquero. Poreso, muchos tendrán al autor por un iluso,máxime cuando defiende el libre mercadoy el individualismo.Rodríguez Braun, uno de los mejorespensadores liberales de España y Argentina,no en vano es traductor de AdamSmith, se destapa como un brillante divulgadordel pensamiento económico a lapar que catedrático de economía, contertulioen la radio y escritor de éxito. Enesta obra recopila algunos de sus mejoresartículos aparecidos en prensa, agrupadosen temas tales como la cultura, laglobalización, el capitalismo, el liberalismoy el socialismo.Probablemente el libro trata de advertirdel peligro de aceptar derechos talescomo el derecho a una vivienda digna, aun salario justo… y creer que el capitalismoes peor que la jungla. En definitiva,este libro es un revulsivo para quienescreen con Rodríguez Zapatero que «elmodelo de menos Estado y más sociedadha fracasado».Frente al actual Presidente del Gobierno,que califica el liberalismo de bárbaro, elautor se plantea defenderlo explicandoque, básicamente, implica el derecho decada cual a buscar su felicidad sin interferiren la de los demás. Por el contrario,los socialistas padecen una permanenteinsatisfacción, puesto que criminalizan aquienes son felices por no preocuparsesuficientemente por los infelices.El socialista cree que no podemos serfelices salvo que nos sacrifiquemos totalmenteen nombre de la solidaridad.Para la ideología colectivista la solidaridadsupone arrebatarle a unos lo suyopara dárselo a los demás, y en esa coacciónforzosa considera que el Estado esun santo o, mejor dicho, para no ofendera los ateos militantes, un Robin Hood moderno.Rodríguez Braun, en cambio, calificaesta ideología de saqueadora y describecon precisión las consecuenciasde esta prostitución de la idea de justicia:«falta de productividad, corrupción,cultura del subsidio, espectacularesaumentos de impuestos, gastos y deudapública, paro, etc...».Por el contrario, el liberalismo consideraque la solidaridad no puede ser impuestasino que debe ser una virtud indi-216 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticovidual. Asimismo, entiende que no sepuede defender la igualdad de resultados,como propone el socialismo, puestoque si se aplicara esa medida, la genteno estaría dispuesta a arriesgarse, empeñarsey sacrificar su ocio y dinero paraprosperar.El autor, en un alarde de genialidad, aplicaestas tesis izquierdistas al fútbol profesionalpara demostrar que son claramenteinjustas. Todos sabemos que hayequipos que parten de una ventaja competitiva,léase el Real Madrid y el Barça,y otros que no tienen presupuesto suficientepara fichar a las estrellas. Paracorregir esta desigualdad y con el objetivode que la igualdad de oportunidadprevalezca, podrían imponerse dos medidas:«portería con justicia social «(PJSen adelante) y «botas con justicia social»(BJS en lo sucesivo). La PJS supondría,por poner un caso, que el equipo blaugranatendría una portería enorme quedefender mientras que el equipo contrario,al carecer de tantos recursos comoel equipo de Ronaldinho, defendería unaportería pequeña. Así las cosas, el Barçatendría que marcar en una portería diminutaal tiempo que evitar que sus rivalescolaran el esférico por una inmensa portería.Si a esta medida añadiéramos otra,la BJS, por la que «en cada partido acada jugador» se le aplicarían «violentasdescargas paralizantes, cuya intensidadsería creciente conforme a su renta»,podemos estar seguros de que el campeónde liga de esta temporada, no hubierasido el Barça.Como señala Rodríguez Braun, «en elfondo, la idea de las BJS es exactamentela misma que la de la progresividad fiscal,consagrada en nuestra Constitución ycelosamente respetada por nuestros gobernantes».¿Se imaginan la reacción delos aficionados al balompié ante unasmedidas como estas?. Seguro que alegaríanque es injusto restringir la capacidadde los futbolistas o que es imposibleponer porterías de distinto tamaño porqueeso supone tanto como jugar con lapata coja o con los ojos cerrados. Sin embargo,esos mismos apasionados delfútbol, seguirían pensando que la riquezasólo procede de la explotación y que, portal motivo hay que compensar a los quepadecen el yugo del capital sin apreciar,en cambio, lo difícil que resulta sacaradelante una empresa, tanto como serpichichi en la liga.Otro de los pilares del socialismo queanaliza el autor son los derechos sociales.Esta perversión de los derechosimplica pasar del principio de «a cadacual lo suyo» al de «a cada cual segúnsus necesidades». De este modo, porejemplo, que cualquiera que carezca devivienda pueda pensar que es por culpade alguien o de un sistema injusto queimpide que la tenga. Probablemente este«sin techo» alegue que es titular del derechoa una vivienda digna, lo cual, «noquiere decir, el derecho a comprarla (…)sino el derecho a violar cualquier liber-RESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 217


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑAStad para satisfacer ese derecho». De ahíque pueda llegar a sostener que «si unospropietarios compran una vivienda y nola utilizan, no están ejerciendo su libertadsino violando mi derecho a tener unacasa». Si eso es así, ¿cabe establecerrestricciones a la ocupación de una casadeshabitada teniendo en cuenta que laConstitución protege un derecho del quele han privado?.Lo triste del caso es que el principio «decada cual según sus capacidades, acada cual según sus necesidades» erauno de los axiomas del marxismo y, desgraciadamente,sigue siendo uno de losfundamentos del socialismo actual.Como hemos señalado, el izquierdistasostiene que hay que contener el capitalismopara que no destruya al hombrey que sólo la intervención del Estadopuede conseguirlo. Los efectos colateralesde la intervención del Estado sontantos que podrían ocupar más páginasque la Enciclopedia británica, aunquebasta con algún que otro ejemplo parahacernos una somera idea. Veamos unode los más paradigmáticos a juicio delautor: las pensiones. Hoy en día la genteconfía en que cuando se retire del mercadolaboral, cobrará la pensión. Sin embargo,Rodríguez Braun encuentra eltalón de Aquiles del sistema público depensiones. Si cada jubilado cobra en lamedida en que otros trabajadores pagancotizaciones a la Seguridad Social y cadavez hay más ancianos y nacen menosniños, a medio plazo, no va a haber brazosque sostengan a nuestros mayores.Entretanto, la gente sigue creyendo quepase lo que pase, tendrá su pensión, aligual que piensa que el Estado le protegede los criminales. Sin embargo, esto yano se puede creer a pie juntillas ya que,tal y como recuerda Rodríguez Braun,citando a un economista norteamericano,«el Estado no indemniza a las víctimasy como puede recurrir a los impuestoscomo fuente de financiación, no tieneincentivos para prevenir el delito, recuperarlo robado y capturar a los criminales».A esta terrible revelación se le uneotra aún más inquietante: en la medidaen que el derecho penal busca reinsertaral delincuente y no restituir a las víctimas,sitúa al criminal en una situaciónprivilegiada, porque si entra en una casaa robar, y el dueño, en legítima defensa,acaba con su vida, terminará en el calabozo.El coste de oportunidad para elatracador es casi cero porque si no esdescubierto, roba. En caso contrario, todavíapuede escapar ileso.Mientras los intelectuales sigan asumiendoel socialismo como la única ideologíaválida, no sólo se resentirá el debatepúblico sino que cualquiera quediscrepe será calificado de fascista. RodríguezBraun ha tenido que escucharese calificativo tantas veces en su vida,como lo refleja en este libro, que hasta locomenta con ciertas dosis de humor.Curiosamente, tachar a la gente de fascistaes la forma en que la izquierda demuestraque carece de argumentos suficientespara defender su ideario. Lo máschocante resulta llamar nazi a quien,como Carlos Rodríguez Braun, tuvo quehuir de Argentina para evitar que ladictadura militar cercenara su vida.Con libros como Panfletos liberales, seabre la discusión de las ideas al granpúblico para que tome parte en lo que letoca, su libertad y su propiedad. Si ustedquiere que le traten como una personainteligente, capaz de decidir lo mejorpara usted, y no como a un idiota a quien218 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticole achacan padecer el virus del conformismoy del consumismo, este es su libro.GORKA ECHEVARRÍA ZUBELDIAContra lasecesión vascaJOSÉ ANTONIO ZARZALEJOSContra la secesión vascaEditorial Planeta, 2005.Contra la secesión vasca no es sólo unlibro imprescindible para comprender elproblema vasco. También lo es para comprenderel problema nacional español.Porque, más allá de la brillantez de suanálisis, sobradamente conocida por sudensa labor como articulista, José AntonioZarzalejos ofrece tres aportacionesfundamentales en esta obra. Y la primeraes precisamente ésa, la comprensión delconflicto nacionalista vasco como unelemento de la irresuelta cuestión nacionalde España. A ello añade el autor laosadía intelectual de una incorrecciónpolítica que le permite valorar el nacionalismoen toda su gravedad, la de lasecesión, algo aún inhabitual en unasociedad que persiste en considerarprovocadora toda alerta sobre el contenidode las demandas nacionalistas. Y,en tercer lugar, el libro muestra en primerplano a ETA, como era inevitable, pero lohace en sus dos vertientes más gravesdesde el punto de vista democrático ymoral: en su conexión con el nacionalismoy en las tendencias constantes aldesistimiento de ciudadanos y fuerzaspolíticas.El autor acabó esta obra en enero deeste año, y, si su visión sobre el estadode esta cuestión era muy negativa enese momento, podemos suponer que,unos meses después, ha tenido queempeorar inevitablemente. Porque, desdela publicación de este libro, todas lastendencias negativas apuntadas en él nohan hecho más que intensificarse. Zarzalejosescribía: «el plan secesionistamás una tregua de ETA sería una combinacióncon posibilidades de obtener losdesistimientos requeridos para prolongarel régimen nacionalista en el PaísVasco. Evidentemente no se trataría deconseguir una sustitución del Estatutoactual por el que aprobó el ParlamentoVasco el 30 de diciembre de 2004, perosí de arrancar determinadas concesionesque supongan, de una manera o deotra, debilitar la actual estructura autonómicay transformarla en otra próximaa la confederabilidad».Pues bien, los desistimientos han sidoconstantes desde la redacción de esaslíneas. Y el entrelazamiento de los interesesde los nacionalistas y de los etarrasse ha hecho más visible, si cabe. En febrerode este año, el Parlamento de lanación rechazaba el Plan Ibarretxe. Ahorabien, el Presidente del Gobierno ofrecíaa Ibarretxe una negociación quepermitiera llegar a algún tipo de acuerdo,que no fuera el Plan Ibarretxe, pero síalgo bastante diferente del Estatuto. Desdeentonces, parece que el Plan Ibarretxeha pasado a un segundo plano,pero, mientras tanto, es ETA la que hapasado a primer plano. O, siendo másexactos, es el Gobierno el que ha pasadoa ETA al primer plano con su oferta denegociación. A pesar de las oscuridades,secretos y manipulaciones que rodeanRESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 219


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASesa oferta, sabemos su contenido sustancial:las dos mesas, la mesa de lospresos y la mesa del futuro político delPaís Vasco. Es decir, la mesa para lanegociación de la secesión aparece denuevo, pero ahora a través de ETA. Y,sobre todo, a través de un nuevo desistimientode los demócratas.Merece la pena reproducir unas palabrasde Patxo Unzueta que cita JoséAntonio Zarzalejos. Y no sólo porquecoincido con el autor en la admiraciónhacia el trabajo de Unzueta sino porquesus análisis han sido muy tenidos encuenta por la izquierda española. Hastaahora, al menos. Porque Unzueta escribíaen su último libro que «No sabemosbien qué podría hacer desistir a ETAquépuede inducir a sus dirigentes aoptar por su autodisolución o reconversiónen un partido político pacífico–pero parece lógico pensar que será másfácil que desista si se le hace ver quecualquiera que sea el signo del gobiernono habrá negociación política que siexiste ambigüedad al respecto. Y alrevés, será difícil que piense en dejarlomientras el partido mayoritario en Euskadisiga afirmando que un grave e irresueltoproblema político subyace al dela violencia de ETA».Pero en los últimos meses análisis comoel anterior han desaparecido prácticamentede la izquierda española, embarcadajunto al Presidente del Gobierno enesa aventura de negociación con ETA yde diálogo con el nacionalismo secesionistapara llegar a acuerdos que no sabemosadónde nos llevarán. Tampoco losabe el Gobierno. Pero sí sabe que nocree en la política antiterrorista de estosúltimos años, la del Pacto por las Libertades,que negaba la negociación conETA, y sí sabe que quiere negociar conlos nacionalistas la superación del actualEstatuto de Gernika. Como señala Zarzalejos,la propuesta de reforma estatutariadel Partido Socialista de Euskadi con sualusión a la comunidad nacional, «constituyetodo un síntoma de retorno a lapolítica de apaciguamiento con los nacionalistas».Este aspecto del retorno nos lleva, porotra parte, a plantearnos si estamos anteun cambio coyuntural o más bien unaconcepción de fondo, no sólo sobre elproblema vasco, sino sobre la configuraciónde España como nación. Muchasde las reflexiones de Zarzalejos nos llevana la conclusión de que las dudas, losdevaneos y las indecisiones de la izquierdaespañola frente a la configuraciónterritorial de España son estructurales,están sólidamente asentadas en el PartidoSocialista y explican el proceso dereforma constitucional que está en marcha.El autor es contundente cuando afirmaque muchas de las reformas constitucionalesque pretende el Gobierno sontorpedos en la línea de flotación del espírituy la letra de la Constitución.Y es que no se puede separar la reformaconstitucional de la estrategia de losnacionalistas. Porque una de las reflexionesmás importantes que aporta estaobra es la denuncia de la debilidad delEstado frente a la presión nacionalista.Esa es la clave de la cuestión. EscribeZarzalejos que «el profundo deterioro dela convivencia en España y el vuelcoabsoluto de las políticas anteriores por elgobierno socialista, sus compromisos enCataluña y la demonización de Aznar o sugestión han cambiado la estrategia delmovimiento nacionalista. Sus bazas adquierenmás valor (…) en tanto que220 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticodisminuye la fortaleza de la interlocucióndel Estado». Y Zarzalejos acierta plenamentecuando señala que «el problemade la cohesión nacional, como ocurrieraantes en nuestra historia, no procedesólo, ni principalmente, de la presión nacionalista,sino de la incapacidad nacionalpara soportarla».Creo, al igual que el autor, que la preguntaque nos debemos hacer para entenderla incapacidad de superar el problemanacionalista es la relativa a la actitudde los partidos nacionales y al papel delEstado. Y justamente en ese campo debemossituar el otro gran obstáculo queeterniza la presión nacionalista. Me refieroa la incapacidad para valorar adecuadamentelos objetivos nacionalistas.Y la razón no es la confusión intelectual,sino, sencillamente, la colocación de unavenda ante nuestros propios ojos paraevitar el reconocimiento de lo que es unproblema de grandes dimensiones.José Antonio Zarzalejos no tiene, ciertamente,la más leve venda en un análisisque aborda la naturaleza, la historia ylos objetivos del nacionalismo vascodesde el realismo más demoledor. Enprimer lugar, cuando describe la evoluciónhistórica de lo que califica como unaidentidad destructiva. En segundo lugar,cuando aborda las relaciones entre lospartidos nacionalistas y ETA. Zarzalejosse refiere en muchas páginas al movimientonacionalista, porque, de la mismaforma que el nacionalismo ha instituidoun régimen de poder, los diferentes brazosdel nacionalismo, y aquí se incluye elterrorismo, configuran un movimiento,unido no sólo por la necesidad de mantenerel control de ese régimen, sino por unprincipio irrenunciable: la reclamaciónde la soberanía plena para eso que llamanEuskalherria. Zarzalejos no sólo recuerdaLizarra sino que afirma que entrelas elecciones de 2001 y las de 2005, elnacionalismo vasco y ETA se han entrelazadode nuevo; aún más, piensa queeste proceso no tiene retorno porque lavuelta sólo sería posible con una reformulaciónintegral del nacionalismo ensus fundamentos doctrinales y en susprácticas políticas.En una de las más lamentables confusionesentre deseos y realidades, muchosanalistas afirmaron tras las eleccionesautonómicas de abril que el PlanIbarretxe había fracasado, como si elnuevo brazo político de ETA que se sientaen el Parlamento vasco no abogarapor la soberanía y como si el movimientonacionalista que tan certeramente describeZarzalejos hubiera desaparecido.Son los mismos analistas los que tambiénse niegan a reconocer la segunda mesade la negociación con ETA. Quizá esperanalgún milagro político que puedahacer desaparecer el objetivo soberanistade los proyectos nacionalistas. JoséAntonio Zarzalejos dedica las últimaspáginas de su libro a diseccionar el contenidodel Plan Ibarretxe y a explicar porqué debemos hablar de secesión. Ese esRESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 221


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASel acertado título de este libro, la secesión,un título que en el momento en quefue publicada esta obra nos remitía alproyecto de ETA y al Plan Ibarretxe. Nosabemos a qué otro nombre nos remitiráen los próximos meses. Quizá no se llamePlan Ibarretxe, pero el movimientonacionalista y sus objetivos permanecen,y la debilidad del Estado está másacentuada aún. Y no se perciben motivospara el optimismo.PeligrospresentesEDURNE URIARTEW. KRISTOL & R. KAGANPeligros presentes. Soluciones de lanueva Administración Bush anteuna civilización amenazadaEditorial Almuzara, 2005.El día 18 de abril de 2005, el filósofo políticoitaliano Giovanni Sartori impartió enMadrid la conferencia titulada «Victoriay fracasos», dentro del ciclo «La revoluciónde la libertad» organizado por<strong>FAES</strong>. Tras realizar un breve repaso alos principales desafíos afrontados porlas sociedades libres a lo largo del sigloXX, siglo negro de los totalitarismos,proclamó que sólo cuando éstas, en losmomentos de mayor riesgo, se unencon determinación bajo la dirección deun «liderazgo responsable», es posiblesuperar el trance y sobrevivir al envite.A veces, tal unidad ante la agresión liberticidaha podido consumarse, comoocurrió, por ejemplo, durante la GuerraFría, cuando el mundo libre señaló alcomunismo como enemigo común ehizo algo al respecto; en otras, ha quedadodesgraciadamente en evidencia,según se ha puesto de manifiesto en laactual guerra global entre el terrorismoislamista y Occidente. Ocurre, y así concluyósu discurso el profesor Sartori,que si no hay conciencia del peligro esimposible articular una acción comúnque lo ataje.Justamente de la realidad de los peligrospresentes que vivimos y de la necesidadde un liderazgo mundial fuerte, responsablee inspirado en principios, enestos momentos de Post-Guerra Fría –oSegunda Guerra Fría (Horacio Vázquez-Rial)–, trata el libro que, bajo la direccióny coordinación de William Kristol(editor de la prestigiosa revista WeeklyStandard) y Robert Kagan (reputado intelectual,autor, entre otros, del célebreensayo Of Paradise and Power. Americaand Europe in the New World Order,traducido en España como Poder y debilidad),reúne a un selecto grupo deteóricos y estrategas norteamericanoscaracterizado por dotar de contenido elideario neoconservador que orienta yexhorta la política exterior de la actualAdministración comandada por el PresidenteBush. Según revelan los propioseditores en la introducción, el puntode partida del libro proviene de unartículo publicado por ambos en el ForeignAffairs en 1996, titulado «En pro deuna política exterior neo-reaganiana».Cuatro años más tarde, en el año 2000,aparece la primera edición de la obraentonces sólo en ciernes: Present Dangers:Crisis and Opportunity in Amer-222 RESEÑAS


Cuadernos de pensamiento políticoican Foreign and Defense Policy (EncounterBooks).La edición española que ahora ve la luzcontiene sólo una pequeña parte delconjunto de la obra original. No se llame,por lo tanto, a engaño el lector encuanto a fechas de publicación ni por elsubtítulo que aquí se ha tenido a bienelegir, modificando bastante el que luceel texto de referencia. No hay obviamente,ni puede haber, mención en ellibro a los atentados del 11 de septiembrede 2001, a la intervención en Afganistánni a la acción aliada en Irak quepuso fin a la sanguinaria dictadura deSadam Husein. Aunque sí encontramosen sus páginas las líneas centrales defundamentación filosófica y los criteriosbásicos de justificación estratégicade la política impulsada por el Gobiernode George W. Bush como respuesta alos peligros que desafían al sistema democráticode libertades, en Estados Unidos,pero también en el resto del planeta,tras la caída del Muro de Berlín y rasgadala cortina o telón de acero. ¡Nopodían imaginar los autores la dramáticay plena dimensión que contraía elapremio y aun la desazón contenidos enel título del volumen, y se vieron confirmadosen los terribles atentados terroristascontra las Torres Gemelas de NuevaYork y el Pentágono en Washington!Diríase que es, en verdad, de lamentarla morosidad de la versión española deeste trabajo verdaderamente esencialpara conocer los bases doctrinales, lasrazones de principio y las líneas estratégicasde acción en política exteriorque alimentan una corriente de pensamientopolítico seria y convincente (la«persuasión neoconservadora» la denominaIrving Bristol), que más que unaideología en sentido estricto constituyeun vehículo de actuación práctica articuladoa partir de urgencias históricas,de un profundo sentido del patriotismoy de un insobornable apego a la libertad.El lector en español tendrá, pues,allí noticia del capítulo introductorio dela obra, firmado por los promotores delproyecto, así como de las contribucionesa la misma de James W. Ceaser,William J. Bennett, Paul Wolfowitz yDonald Kagan (secciones I y IV de laobra original), siendo ignoradas en lapresente edición la sección II («TheMounting Treat») y la III («Allies andMilitary Assets»), en las que destacadosautores repasan con pormenor elmapa internacional –sus puntos «máscalientes»– y asuntos relativos a políticaestratégica y de defensa.En consecuencia, teniendo conocimientosólo de los capítulos más «especulativos»de la obra es fácil caer en lasugestión (o acaso verla confirmada) deque el pensamiento neoconservador secaracteriza por exhibir un sesgo ideologizantey abstractamente académico(si bien no faltan entre sus preceptoresfiguras notables del conocimiento y deRESEÑASJULIO / SEPTIEMBRE 2005 223


Cuadernos de pensamiento políticoRESEÑASla universidad, desde Leo Strauss allinaje de los Kagan) muy distante delespíritu auténtico que anima su principalmotivación, a saber, el estudio y vigilanciade la praxis y aun la misma praxis:«lo que les distingue son sus credencialescomo conservadores internacionalistasy su fuerte compromiso conun vigoroso liderazgo internacional, conel poder estadounidense y con el avancede los principios democráticos y delibre mercado en el extranjero. En estesentido, todos son herederos de unatradición política exterior que se remonta,como mínimo, a Theodore Roosevelt,y culmina en Ronald Reagan» (W. Kristoly R. Kagan, p. 38).De los neoconservadores norteamericanos(conocidos a veces con cierta displicenciacomo neocons) suele tenerseen Europa, como casi todo lo referenteal Nuevo Mundo y a la nación estadounidense,una noción muy parcial y sesgada.En realidad, la corriente neoconservadoraen América cristaliza y fusionados tendencias provenientes de filiacionespolíticas distantes: las representadaspor «demócratas» liberales querechazaban en los años 60 y 70 el virajeizquierdista del partido y por «republicanos»de raigambre wilsoniana, opuestosal «realismo» representado en aquellosaños por Nixon y Kissinger. Es durante ladécada de los 90 cuando el movimientointelectual queda definido sin reservasni dilaciones, al comprobar, sobre todo,cómo la incuestionable superioridad y elrefuerzo de la democracia liberal resultantesde la caída del Muro y de la implosióndel comunismo no sólo erandesaprovechados por las Administracionessocialdemócratas, sino inclusooriginaban un retroceso, una suerte deensimismamiento y autocomplacenciatemerarios. Esta actitud miope, y, sobretodo, suicida, ha demostrado con suficiente,terca y dramática obstinación alo largo de la Historia su efecto deletéreopara la seguridad e integridad delas sociedades libres, siendo así que,por ejemplo, las victorias mal gestionadasse convierten finalmente en fracasose incluso en una neta invitaciónpara embestidas futuras.Como ayer, los políticos demagogos (ymanipuladores) y las opiniones públicasmedrosas (y manipuladas) de hoyacusan debilidad de la voluntad, apocamientoy falta de convicciones bajo laespada del Islam expansionista quepende sobre nuestras cabezas, desenvainadapara oficiar una macabra ceremoniade degollamientos en la plaza pública,sea de rascacielos o de cabezasde infieles. Sólo la conciencia del peligro,la determinación, la fuerza y lavoluntad de quienes creen en principiosdemocráticos liberales, así como en lafirmeza de un liderazgo responsable,han dado, dan y darán la victoria a losciudadanos de las sociedades libres.Mas, ¿qué significa en términos estratégicosel liderazgo? Responde PaulWolfowitz: «Demostrar que tus amigosserán protegidos y atendidos, que tusenemigos serán castigados y que aquellosque rechazaron apoyarte se arrepentiránde no haberlo hecho». El queavisa no es traidor. Lo es el que huye delos peligros reales, y en su deserción,los convoca.FERNANDO R. GENOVÉS224 RESEÑAS

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