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El Nuevo Mundo - 100 años gran vía madrid

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LA SEMANATEATRALL A REMORA»». La Remora es una obraDOS ARTISTAS de tesis con que su autorD. Juan P. Rivas se propone demostrarnosque la mujer, por defectos de educación, es laremora para el trabajo del hombre.<strong>El</strong> tema podrá no ser completamente nuevo;D. JOSÉ PABLO RIVASAutor de «La Remora», comedia estrenadacon <strong>gran</strong> éxito en el (Salón Nacionalpero es siempre actual, y más entre nosotrosque hasta cuando nos sentimos ardientementefeministas solemos entender el feminismo alrevés y, tomando el rábano por las hojas, salimosde un mal para caer en otro peor, y enlugar de hacer la mujer colaboradora del hombreó la mujer capaz de Comprenderle y sentircon él al unísono, hacemos la mujer bachilleray pedante, que viene á ser un hombre confaldas: como quien dice, una aberración de laNaturaleza.Ahora hace un año escribí en este mismo sitioalgo, á mi juicio interesante, acerca del arduoproblema; y después de oír unas conferenciasde Mine. Curie en la Universidad deParis y trabajar en un laboratorio de la Ecoledes Hautes Etudes con Mme. Pieron, dedujela diferencia esencial entre el feminismo francésy el español, una diferencia esencial consistenteen que allí las mujeres no dejan de sermujeres para ser sabias, y aquí parece que cambiande sexo al adquirir la sabiduría. Con esteconcepto ño hay duda de que por mucho quesepan seguirán siendo la remora, y en este pequeñodetalle no se ha fijado, á mi juicio, todolo necesario el Sr. Rivas, ya que sus mujereshablan infinitamente mas que sienten, y la psicologíaverdaderamente femenina dice por elcontrario que las mujeres sienten infinitamentemás que hablan, aun siendo excesivamente locuaces.Quizás, sin embargo, esto sea debido á otracausa y no á desconocimiento de lo que lamujer, verdadera compañera del hombre, hade ser en la vida. <strong>El</strong> autor de La Remora es,ya lo he dicho aquí mismo en otra ocasión ycon otro motivo, poeta lírico, antes y muchomás que poeta dramático, y de ahí que suspersonajes sean un poco demasiadamente declamatorios,lo que no se aviene bien con elgénero á que La Remora pertenece.Las obras de tesis, y más aún las modernasobras de ideas, piden que los personajes hablenen lugar de disertar declamando, y esacondición, un poco incompatible con el temperamentoael Sr. Rivas, es precisamente laque falta en la obra representada ahora en elSalón Nacional; por eso entiendo que el caminodel Sr. Rivas no es ese y que su teatro habráde ser teatro poético ó no será: en este, enH1JETOHinfDOefecto, los lirismos del autor de La Remorapodrán producirnos la emoción dramática; enlas producciones de otro género que llevan lodramático en su propia trama, ias disertacionesserán, como son en La Remora, aditamentosque borran, esfuman y quitan fuerza á laacción dramática.A mi juicio, pues, aun estando La Remorabien escrita y aun habiendo logrado esa producciónel aplauso público, debe el Sr. Rivasconsiderar esa obra como una tentativa fracasada.So pena de cambiar su temperamento nopodrá hacer dramas de ese género y el tiempoque pierda en intentarlos será tiempo perdidopara la labor útil y provechosa que en el teatropoético puede hacer.En los jardines de Parisiana hay frecuentementefiestas benéficas donde, al lado de artistasmuy en boga en los teatros de Madrid,figuran otros dignos de estarlo, pero alejadostemporalmente de la corte, á que es grato oír.Entre estos han figurado en los últimos programasdos muy notables: Amelia Valle y lacondesita Clara de Milani.Amelia Valle es una excelente tiple de zarzuela<strong>gran</strong>de, á quien aplaudimos mucho en laépoca de su debut, y que desde entonces hahecho fructuosos giros como concertista porel extranjero. Al regresar á Madrid su cantoha sido también excelente y seguramente suaudición en Parisiana habrá servido para quelos empresarios se den cuenta de que está haciendomucha falta en Madrid.La condesita Clara de Milani es una niñaaún, pero ya una artista excelentísima. Italiana,es decir, del país de ios <strong>gran</strong>des trágicos,en ella perdura la raza y siente y expresa admirablementela tragedia, sin que eso sea obstáculopara que acierte por completo cuandohace parodias de Sarán, de la Réjane y deotras <strong>gran</strong>des artistas. „Clara de Milani canta, además, y de su arteha hecho Saint Aubin merecidisimos elogiosen un sincero artículo.Yo espero que dentro de algunos años veremosá la ahora niña al frente de una <strong>gran</strong>compañía italiana. Pero, entretanto, tampocoharía mal algún empresario madrileño si hiciesever al público el arte de la condesita.ALEJANDRO MIQUIS¿HABRÁ QUEMATARLAS?Hombres como el dentista Crippen son losque me obligan á mí á sumirme en profundasmeditaciones.Estos hombres que consiguen el amor debellas mujeres, y en cuanto empiezan á estorbarleslas asesinan, y las descuartizan, y repartensus despojos por aquí y por allá, sondignos de mi mayor admiración.Crippen es el arquetipo de esta especie.Crippen no dispone de una belleza física quealucine, más bien es feo, ordinario, antipáticoy un poco ridículo, le conozco muy bien; yole traté con motivo de que me extrajera unosraigones, y desde entonces comprendí que enaquel dentista residía un sacamantecas acabado.Crippen como orador tampoco es ningúnsacamuelas, y como sacamuelas no es de esosque hay que mandar callar. Crippen tampocoha sido nunca un capitalista de esos que puedenconvencer á las mujeres con sólo abrirsede cartera, y, sin embargo, Crippen topa conuna mujer guapa, se hace adorar de ella, y alprimer disgusto que le da la asesina científicamente,la destruye artísticamente y la repartepor ahí equitativamente, de modo que nadie seentere de su amorosa faena.En seguida se dedica á buscar otra, y la encuentramás joven, más guapa y más enamorada;la limpia la dentadura, la empasta unamuela, le sierra un colmillo más largo que losdemás, y á los tres ó cuatro meses, ya fatigadode tanta juventud, tanta hermosura y tantoamor, la mata, la descuartiza y la reparte convenientemente.Después halla otra que se rinde á las desconocidasartes de conquistar mujeres del odontólogo^hace lo propio, la orifica tres dientes,la pone dos muelas postizas, y á los cinco mesespasa á ser víctima de ia magia destructorade Crippen.Después otra, y otra, y otra, hasta la bellaEImore,que hacía la octava, según suponen losbien informados.La bella <strong>El</strong>more, como las demás, despuésde arreglarse la boca, se rindió apasionadamenteal doctor, con el inmenso caudal de suhermosura peregrina y el inmenso caudal conseguidoen su gloriosa carrera artística. Estávisto que las mujeres no le regateaban nada,ni le ocultaban nada, ni le negaban nada. ¡Quémisterioso poder!Muerta y desperdigada la bella <strong>El</strong>more, ya¡a había sustituido Miss Le Nevé, mucho másapasionada, si á mano viene, que todas las demás,encantada de las gracias del dentista ysugestionada ya para morir en el Canadá ódonde Crippen empezara á sentir cansancio.Este dominio estupendo que ejercía sobrelas mujeres es lo que á mí me intriga. ¿Que lasdiria? ¿Qué las haría? ¿Qué las daría? ¡Es paravolverse loco!Yo no he podido conseguir jamás de ningunamujer, por halagos y promesas que las hayahecho, que fuesen á un sitio determinado pormí, ni he conseguido que se pongan tal ó cualsombrero, tal ó cual vestido, tal ó cual calzado.Ha bastado siempre que yo haya expresadoun deseo en cualquier sentido para que hayanhecho todo lo contrario.Y digo yo: ¿cómo es posible que una mujersiga tan ciegamente á un hombre que se vistade chico porque él se lo manda, y se corte elpelo, y disimule ciertos atractivos que provocanlisonjas, y prescinda gustosa de su sexo,y se exponga al ridículo, y todo lo demás quesupone'la abnegación de Miss Le Nevé? ¿Quétáctica amorosa es la de ese hombre? ¡A ver,que la revele! ¡Que haga un libro explicándolay que se declare de texto para las escuelasde niños!<strong>El</strong> formidable y oculto poder de ese hombreextraordinario para el amor me entusiasma.Parecía natural que Miss Le Nevé, de no sercómplice del amante, al saber que se trata deun asesino abominable, le rechazase indignada,porque realmente la repugnase un hombreque amenazaba con exterminar el bello sexo,si le dejan; pero no; dicen que llora amargamentepor la triste situación de su novio, y lamentala separación forzosa á que la tienen sometida;es decir, parece que desea expresar eldeseo de que quería que la matase, la mutilasey la aventase, cuando el quisiera buenamente,como ha hecho con las demás que han tenidolasuerte y el honor de amarle.Yo sé de hombres jóvenes, guapos, vigorosos,ilustrados, galantes, cariñosos, ricos, yque se esfuerzan por halagar á las mujeres, yno consiguen de ellas más que disgustos ydesprecios; por eso me hacen meditar tanto,sin entenderlos, estos hombres del tipo Crippen.¿Qué se.rá, ¡Dios mío! qué será?¿Habrá que matarlas?FÉLIX MÉNDEZHigiene escolar<strong>El</strong> doctor Oyarzábal ha reconocido 1.145alumnos de las escuelas públicas de esta corte,descubriendo que en tan crecido númerosólo tres padecían la enfermedad llamada vulgarmenteUña: dos niños acudían al colegiode Vallehermoso y otro al del Asilo de SanBernardino. En los colegios de niñas se ha observadoque había mayor limpieza en las alumnasque en las escuelas de niños.Justo es reconocer que el número de los enfermoses bien escaso dada la poca higieneque se guarda entre las clases populares; pero,esto no obstante, el resultado de tales inspeccionesevidencia su importancia y su utilidad,y por tanto la imprescindible realización deellas muy á menudo.Ayuntamiento de Madrid

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