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Por Humberto Padgett padgett@mx.com.mx Fotografías de Eduardo ...

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Fotogramas tomados <strong>de</strong>l documental Presunto culpableEse, el <strong>de</strong> los juicios orales, es un gran logro, en opinión <strong>de</strong>Roberto Hernán<strong>de</strong>z: terminan con la práctica discrecional <strong>de</strong>ldictado, acelera las audiencias, da efectiva voz al acusado y lavi<strong>de</strong>ograbación <strong>de</strong>l proceso agrega elementos imposibles <strong>de</strong>integrar en el papel, <strong>com</strong>o las actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l juez, el ministeriopúblico y el acusado. Si el vi<strong>de</strong>o se universaliza, aumenta lacerteza <strong>de</strong> que el juez realmente estudie el caso.En enero <strong>de</strong> 2007, Roberto escribió al ministro presi<strong>de</strong>nte<strong>de</strong> la Suprema Corte <strong>de</strong> Justicia, Guillermo OrtizMayagoitia, una carta en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los juicios orales.“Entre más legaloi<strong>de</strong> y secreto sea el proceso penal,más vulnerables son los jueces, y más gran<strong>de</strong> la posibilidad<strong>de</strong> <strong>com</strong>eter injusticias. La mayoría <strong>de</strong> nuestros políticoshan optado por el populismo penal. El discurso <strong>de</strong> la manodura prefiere ce<strong>de</strong>r a los impulsos <strong>de</strong> una ciudadanía aterraday apela a quienes creen que con sanciones más durasy más policías va a resolverse el problema <strong>de</strong> seguridad.También prefiere un procedimiento penal que maquilla las<strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los casos que ensamblan las procuradurías,<strong>de</strong>sterrando la <strong>com</strong>petencia con los <strong>de</strong>fensores”.✱✱✱El equipo <strong>de</strong> Roberto Hernán<strong>de</strong>z fue inundado <strong>de</strong> llamadastelefónicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las cárceles, con gente relatando su propiahistoria <strong>de</strong> abuso e injusticia. Se disculparon en todos loscasos. “A mí me habló hasta Raúl Salinas <strong>de</strong> Gortari <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el tambo y no vi ninguna razón para involucrarme en unasunto así”, cuenta a emeequis.Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que los familiares <strong>de</strong>José Antonio Zúñiga terminaran sus ahorrosen la <strong>de</strong>fensa con el abogado <strong>de</strong> mentiras–que cobró 70 mil pesos en la primera instanciay la apelación–, conocieron casualmentea Marco Antonio Arias, el hombre querecuperó su libertad gracias a El túnel. Lesproporcionó el número telefónico <strong>de</strong> Hernán<strong>de</strong>z.Insistieron hasta convencerlo.El abogado y cineasta aceptó el caso yproyecto en abril <strong>de</strong> 2006, poco antes <strong>de</strong>iniciar su doctorado en la Universidad <strong>de</strong>California en Berkeley. “Me importó lo rutinario<strong>de</strong> la violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos,el asunto <strong>de</strong> alguien vulnerable y pobre <strong>com</strong>ola mayoría <strong>de</strong> los mexicanos. Encontré queeste muchacho es <strong>de</strong> Iztapalapa, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> esla mayor parte <strong>de</strong> la gente en los reclusoriosen el DF, <strong>de</strong> las colonias pobres. A<strong>de</strong>más,su caso es muy claro, sin grises, por lo quepedagógicamente funciona muy bien”.Y algo conectó con la propia experiencia<strong>de</strong> Roberto:“Yo era muy chavo y mi familia no teníamucho dinero. Estudiaba el primer año <strong>de</strong><strong>de</strong>recho y a veces nada más tenía dos pesos| EMEEQUIS | 09 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 200929


nitoreo con tanta garra <strong>com</strong>o el que hubo. Una cámaray un micrófono son un registro objetivo <strong>de</strong> lo que ocurreen una audiencia y permite mostrar todo este <strong>de</strong>spapaye.El dictado utilizado en nuestros juzgados no registra losexabruptos <strong>de</strong>l juez, rechazando que se cuestionara al ministeriopúblico, o el largo silencio <strong>de</strong>l testigo cuando sepidió <strong>de</strong>scribir a José Antonio.–¿Cómo fue poner al policía judicial, al agente <strong>de</strong>lministerio público y al juez en una situación en que nopudieran ser cínicos ni indolentes?–Padrísimo. La amenaza <strong>de</strong> la rendición <strong>de</strong> una cámaraes una <strong>de</strong>licia. Fue muy agradable generar esa situación;también fue muy tenso y <strong>com</strong>plicado. Los jueces no vana las audiencias, salvo cuando hay una cámara. Este juezestá presente todos los minutos <strong>de</strong>l juicio y hasta aparececon toca. La justicia funciona cuando la vigilas, pero no<strong>de</strong>l sentenciado a firmar, que tome talleres y<strong>de</strong>más, cualquier medida diversa a la cárceles mejor para la <strong>de</strong>lincuencia menor.✱✱✱La cinta se logró realizar con la colaboración<strong>de</strong> un equipo <strong>de</strong> investigadores <strong>de</strong>l CIDE,encabezado por Ana Laura Magaloni y laparticipación <strong>de</strong> Layda Negrete. Contó conel apoyo <strong>de</strong> The William and Flora HewlettFoundation. La producción obtuvo, a<strong>de</strong>más,la Beca Gucci Ambulante, otorgada porGael García y Diego Luna. Otros recursosprovinieron <strong>de</strong> la fundación holan<strong>de</strong>sa JanVrijman.La película podría estar en exhibiciónhemos creado herramientas para vigilar. Para entrar conlas cámaras, me agarré <strong>de</strong>l precepto <strong>de</strong> la garantía constitucional<strong>de</strong> la audiencia pública.–Pero si preguntas en cualquier reclusorio quién es inocente,10 mil personas van a levantar la mano.–Hay dos tipos <strong>de</strong> inocentes. Setenta por ciento <strong>de</strong> lapoblación está en prisión por robos menores a mil pesos. Notiene sentido meterlos a la cárcel, aunque sí sancionarlos <strong>de</strong>alguna manera. Meterlos a prisión es lo más caro y estúpido.Si alguien se roba 100 pesos, en un día <strong>de</strong> prisión ya costómás a los contribuyentes, 120 pesos, según el dato oficial,pero pue<strong>de</strong> ser más. Y estamos ocupando el tiempo <strong>de</strong> losjuzgados por robos <strong>de</strong> gansitos, <strong>de</strong> papas, en los Oxxos. Eneso estamos gastando los recursos públicos.Tampoco tiene sentido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> laseguridad pública porque se ubica a estas personas en contactocon criminales <strong>de</strong> otro nivel. Se propicia la creación <strong>de</strong>una red <strong>de</strong>lincuencial más amplia. La tasa <strong>de</strong> reinci<strong>de</strong>ncia,que sirve para evaluar las cárceles, es <strong>de</strong> 40 por ciento. Sise <strong>com</strong>para la cárcel contra un programa <strong>de</strong> presentaciónen los siguientes meses. Entrevistado encasa <strong>de</strong> su familia política, Roberto lucepantalones cargo, cabellos largos, la barba<strong>de</strong> una semana. Ríe con franqueza a cadamomento.–¿Tiene alguna crisis <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad entreser abogado y documentalista?–Es la fortuna <strong>de</strong> tener la capacidad <strong>de</strong>estar en los dos lugares. Muchos abogados hanperdido la capacidad <strong>de</strong> diálogo y el sentido <strong>de</strong>misión. Yo trato <strong>de</strong> mover las piezas, <strong>de</strong> ya noir a un juicio a dictar, sino a escuchar.Este es un modSo <strong>de</strong> entretenimientolegítimo. No quiero que la gente vaya aver esta película por algún <strong>com</strong>promisopolítico o intelectual, sino porque es unaexperiencia cinematográfica chingona. Yporque también muestra la posibilidad <strong>de</strong>los ciudadanos <strong>de</strong> no agachar la cabeza ycambiar el país.| EMEEQUIS | 09 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 200931


Los jueces, por su parte, incapaces <strong>de</strong> ejercer cualquiertipo <strong>de</strong> autonomía frente al Ejecutivo, se <strong>de</strong>dicaban a estamparsu rúbrica en esas averiguaciones previas y darlesforma <strong>de</strong> sentencias.Así, la dinámica <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> estas instituciones secaracterizó por la simulación y la mentira. El expediente,con sus cientos <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> hojas, se convirtió en el vehículoi<strong>de</strong>al para ello. Al final, lo que se había escrito en esas hojas,en lo oscurito <strong>de</strong> la agencia <strong>de</strong>l ministerio público, era lo queconstituía la “verdad jurídica” y, viceversa, lo que no estabaescrito, <strong>com</strong>o por arte <strong>de</strong> magia, <strong>de</strong>saparecía por <strong>com</strong>pleto<strong>de</strong>l juicio penal o inclusive <strong>de</strong> la realidad.Los costos <strong>de</strong> estas reglas informales con las que operarontodas las procuradurías <strong>de</strong>l país se han hecho cada vezmás evi<strong>de</strong>ntes. <strong>Por</strong> un lado, la falta <strong>de</strong> todo control jurisdiccionalsobre las policías y los ministerios públicos fuecaldo <strong>de</strong> cultivo para la corrupción.Pero, a<strong>de</strong>más, el efecto perverso <strong>de</strong> jueces que no fiscalizabanla calidad mínima <strong>de</strong> la evi<strong>de</strong>ncia aportada por elministerio público, ni tampoco garantizaban los requerimientosmínimos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bido proceso, hizo que las policíasy ministerios no tuvieran ninguna necesitad <strong>de</strong> profesionalizarse,ni <strong>de</strong> elevar la calidad <strong>de</strong> sus investigaciones.<strong>Por</strong> ello, la justicia penal mexicana se convirtió en unajusticia <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> testimonios y confesiones e incapaz<strong>de</strong> recolectar con rigor pruebas <strong>de</strong> mayor grado <strong>de</strong> objetividad(análisis <strong>de</strong> sangre, DNA, dactiloscopía, medicinaforense, etc.). Esta cultura <strong>de</strong> la simulación distorsionó a talpunto las instituciones que lo que opera en el proceso penales la <strong>de</strong>sconfianza, la mentira, la trampa y el absurdo.Nos alcanzó el <strong>de</strong>stinoCon estas instituciones penales permeadas por la corrupción,la arbitrariedad, la simulación y la ausencia <strong>de</strong> técnicas<strong>de</strong> investigación profesionales <strong>com</strong>ienzan a aumentarlos <strong>de</strong>litos en número, <strong>com</strong>plejidad y niveles <strong>de</strong> violencia.Los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>tonadores <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lincuencia fueron, principalmente,las tres gran<strong>de</strong>s crisis económicas <strong>de</strong>l siglo pasado:1983, 1986 y 1995. En el lapso <strong>de</strong> 12 años (1983 a 1995)la actividad <strong>de</strong>lictiva aumentó más <strong>de</strong> 100 por ciento.Al mismo tiempo, el pluralismo político fue haciéndoserealidad en los tres niveles <strong>de</strong> gobierno y en todo el país. Lasprocuradurías ya no pudieron continuar operando a puertacerrada; las <strong>com</strong>isiones <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos, la opiniónpública, las organizaciones civiles <strong>com</strong>ienzan a fiscalizar yexhibir los abusos <strong>de</strong> la policía y el ministerio público.Así, las condiciones en las que funcionó la procuración<strong>de</strong> justicia durante décadas –baja inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>lictiva ynula rendición <strong>de</strong> cuentas– se modificaron drásticamenteen poco tiempo. Sin embargo, no por ello cambiaron lasprácticas institucionales. La policía judicial, el ministeriopúblico, el juez penal y el <strong>de</strong>fensor público se quedaronatrapados en prácticas propias <strong>de</strong> un sistema autoritario.Mi argumento es que hasta que no <strong>de</strong>sterremos por<strong>com</strong>pleto esas prácticas autoritarias, el sistema penalmexicano no va a po<strong>de</strong>r profesionalizarse ni ofrecer mejoresresultados a la ciudadanía. Arbitrariedad e ineficacia,aunque suene contraintuitivo, son dos caras <strong>de</strong> la mismamoneda.Ineficacia y arbitrariedadUna <strong>de</strong> las características emblemáticas <strong>de</strong> las procuraduríases su ineficacia. Según los cálculos <strong>de</strong> Guillermo Zepeda,sólo seis <strong>de</strong> cada 100 <strong>de</strong>litos <strong>de</strong>nunciadosllegan a ser enjuiciados. Este nivel <strong>de</strong>impunidad se explica, principalmente, porla ausencia <strong>de</strong> todo sistema <strong>de</strong> investigacióncriminal profesional y por los niveles <strong>de</strong> corrupcióncon los que funciona el sistema.No nos hagamos bolas, nuestras cárcelesestán principalmente habitadas porlos chivos expiatorios o los pobres que notuvieron dinero para sobornar a la policíao al ministerio público. Los <strong>de</strong>lincuentesprofesionales, los que se <strong>de</strong>dican al robo <strong>de</strong>coche, al secuestro o al tráfico <strong>de</strong> armas, estánlibres por dos razones: porque las procuraduríasno saben <strong>de</strong>sarrollar el tipo <strong>de</strong>investigaciones criminales que se requierepara <strong>de</strong>tectar este tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>lincuentes, obien, porque algún policía los protege.En cualquiera <strong>de</strong> los dos supuestos el resultadoes el mismo: el castigo sólo es parael eslabón más débil <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong>lictiva.Según los datos <strong>de</strong> la Encuesta a Poblaciónen Reclusión realizada en 2005 por el CIDE,47 por ciento <strong>de</strong> quien estaba en la cárcel seencontraba sentenciado por robo simple sinviolencia; cuatro <strong>de</strong> cada 10 <strong>de</strong> estas personashabía robado 500 pesos o menos y ninguno<strong>de</strong> ellos pudo salir bajo fianza porqueel ministerio público y el juez se encargaron<strong>de</strong> imponerle un monto impagable.A estos sentenciados, al igual que lamayoría <strong>de</strong> la población en reclusión, seles violaron sus <strong>de</strong>rechos fundamentales<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>tención hastala sentencia. Según la encuesta ya mencionada,durante la fase <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención a 80por ciento no le informaron <strong>de</strong> su <strong>de</strong>rechoa no <strong>de</strong>clarar; 72 no tuvo abogado y 41 fuegolpeado y amenazado por la policía judicial.En la fase <strong>de</strong> juicio, a 60 por ciento nole informaron <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho a no <strong>de</strong>clarary 82 por ciento ni siquiera le conoció lacara al juez.En este calvario, las características distintivas<strong>de</strong>l proceso son las miles <strong>de</strong> prácticas<strong>de</strong> simulación, mentiras, expedientesilegibles y con miles <strong>de</strong> hojas, la fabricación<strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ncia, la falta <strong>de</strong> supervisión y controlespor parte <strong>de</strong>l juez, entre otros.El resultado es un <strong>com</strong>pleto sinsentido:quien roba unas galletas termina dos añosen la cárcel pero quien secuestra o roba cochesopera en contubernio con la policía.Nuestras instituciones penales se hanquedado atrapadas en la inercia <strong>de</strong>l susviejos patrones <strong>de</strong> conducta autoritaria.Lo que incentivan es que el castigo sea selectivoy sesgado en contra <strong>de</strong>l eslabón másdébil <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong>lictiva. Hasta que nocambiemos <strong>de</strong> forma radical esta situación,seguiremos, <strong>com</strong>o hasta ahora, con un sistemapenal que sirve <strong>com</strong>o <strong>de</strong>tonante <strong>de</strong>violencia, impunidad e injusticias. * Ana LauraMagaloni esdoctora en <strong>de</strong>rechopor la UniversidadAutónoma <strong>de</strong>Madrid, España.Es profesorainvestigadora<strong>de</strong> la División<strong>de</strong> EstudiosJurídicos <strong>de</strong>l CIDEy pertenece alNivel I <strong>de</strong>l SistemaNacional <strong>de</strong>Investigadores.| EMEEQUIS | 09 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 200933

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