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El diablo en fraseologismos italianos y españoles ... - Paremia.org

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<strong>El</strong> <strong>diablo</strong> <strong>en</strong> <strong>fraseologismos</strong> <strong>italianos</strong> y españoles:acercami<strong>en</strong>to a un análisis cultural contrastivoLAUREANO NÚÑEZ GARCÍAUniversidad de Salamanca1. Pocos temas tan universales y antiguos como el del <strong>diablo</strong> se han apoderado con tanta rapidez dela imaginación popular y han calado tan hondo <strong>en</strong> sus manifestaciones culturales. Bu<strong>en</strong> ejemplo deello es el refrán, que aquí <strong>en</strong>t<strong>en</strong>demos como frase indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te que expresa una <strong>en</strong>señanza uopinión de tipo moral o práctico y que el pueblo ha adoptado como verdad incuestionable yreveladora de su manera de <strong>en</strong>juiciar la realidad. En este trabajo nos proponemos precisam<strong>en</strong>teacercarnos a un estudio de la figura del <strong>diablo</strong> <strong>en</strong> los refranes pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> las l<strong>en</strong>guas italiana yespañola —y secundariam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> otros tipos de idiornatismos. Análisis contrastivo, pues, <strong>en</strong> dosl<strong>en</strong>guas y dos culturas que tan pronto parec<strong>en</strong> compartir elem<strong>en</strong>tos lingüísticos y culturalessemejantes, como se alejan y se ignoran.Antes de ad<strong>en</strong>trarnos <strong>en</strong> los refranes querríamos det<strong>en</strong>eros un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> un aspecto que nosparece importante: el <strong>diablo</strong> protagonista del refranero español e italiano es un <strong>diablo</strong> con un aspectofísico y una imag<strong>en</strong> bi<strong>en</strong> definida. No se trata del primitivo <strong>diablo</strong> que recoge la Biblia <strong>en</strong> forma dedragón (Apocalipsis, Juan 12,6) o serpi<strong>en</strong>te (Génesis, III. 1) y m<strong>en</strong>os aún como el g<strong>en</strong>tlemanexcéntrico, <strong>en</strong>igmático, pálido y probablem<strong>en</strong>te arruinado que se va delineando desde principios delsiglo XIX <strong>en</strong> algunas obras literarias. <strong>El</strong> <strong>diablo</strong> del refranero es el <strong>diablo</strong> que surge de las imág<strong>en</strong>esescultóricas y pictóricas del arte románico, un <strong>diablo</strong> con aspecto de monstruo o bestia deforme,impúdicam<strong>en</strong>te desnudo, con orejas puntiagudas, pezuñas, cuernos y, naturalm<strong>en</strong>te, rabo. La EdadMedia, con su dualismo <strong>en</strong>tre el bi<strong>en</strong> y el mal, constituye el mom<strong>en</strong>to de máximo apogeo del<strong>diablo</strong>, donde la convicción sobre su exist<strong>en</strong>cia y la superstición y las fantasías que tal convicciónacarrean lo hac<strong>en</strong> omnipres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> todos los órd<strong>en</strong>es de la vida. Y desde luego alim<strong>en</strong>tando elrefranero popular.La Edad Media, el R<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to y el Barroco serán sin duda los mom<strong>en</strong>tos de mayor vig<strong>en</strong>ciadel <strong>diablo</strong> <strong>en</strong> el refranero. Posteriorm<strong>en</strong>te la fama del primero decae y por tanto también su uso,pero sobre esto volveremos al final de este trabajo. A nosotros nos interesa constatar como duranteestos siglos dos pueblos, dos tradiciones populares han acogido y adaptado a su m<strong>en</strong>talidad el <strong>diablo</strong><strong>en</strong> su refranero.Una vez consultado el material al que hemos podido acceder, el corpus de refranes eidiornatismos era muy ext<strong>en</strong>so y temáticam<strong>en</strong>te disperso. En vez de optar por hacer un el<strong>en</strong>co lornás numeroso posible de refranes y buscar sus correspond<strong>en</strong>cias o equival<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> ambas l<strong>en</strong>guas,hemos preferido <strong>en</strong>cuadrarlos <strong>en</strong> grupos que abord<strong>en</strong> un motivo común y característico del <strong>diablo</strong>desde la tradición popular —por lo que no será extraño que t<strong>en</strong>damos pu<strong>en</strong>tes con la cu<strong>en</strong>tística detipo tradicional—, y desde este motivo común verificar las pres<strong>en</strong>cias, aus<strong>en</strong>cias y correspond<strong>en</strong>ciasde los refranes.Los cinco grupos <strong>en</strong> los que hemos <strong>en</strong>cuadrado los refranes son los sigui<strong>en</strong>tes: el rabo del<strong>diablo</strong>, la intelig<strong>en</strong>cia del <strong>diablo</strong>, el <strong>diablo</strong> y los hipócritas, el <strong>diablo</strong> contradictor y la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>ciade t<strong>en</strong>er amistad con el <strong>diablo</strong>.i<strong>Paremia</strong>, 8: 1999. Madrid.


366 Laureano Núnez Gardo2. MIENTA AL DIABLO, Y SI NO ASOMA LA CABEZA, ASOMARÁ EL RABOUno de los atributos físicos del <strong>diablo</strong> que, junto con los cuernos, se ha implantado con másfuerza <strong>en</strong> la fantasía popular es el del rabo. Su orig<strong>en</strong> habría que buscarlo no tanto <strong>en</strong> la exist<strong>en</strong>ciade <strong>diablo</strong>s antropomórficos comunes a muchas religiones, como <strong>en</strong> el deseo del cristianismo porembrutecer la figura del demonio (Cocchiara, 1945: 140) y tal decisión ti<strong>en</strong>e su orig<strong>en</strong> muyprobablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los escritos talmúdicos, donde se narra que Dios creó al hombre con la cola,como a otros muchos animales, pero que después se la hizo desaparecer por razones de decoro y debelleza (De Libero, 1935: 162). <strong>El</strong> <strong>diablo</strong> lógicam<strong>en</strong>te se verá privado de dicha mejora. Símbolo desu fealdad, más que de su maldad, el rabo es lo primero que vemos del <strong>diablo</strong>, como recoge elúnico refrán que hemos <strong>en</strong>contrado con correspond<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> italiano y español: Mi<strong>en</strong>ta al <strong>diablo</strong>, ysi no asoma la cabeza, asomará el rabo ! Quando si nomina U diavolo, se ne vede spuntar la coda.Excepto <strong>en</strong> este refrán que acabamos de ver, las dos l<strong>en</strong>guas parec<strong>en</strong> empr<strong>en</strong>der caminosdistintos <strong>en</strong> sus refranes e idiomatismos. En español <strong>en</strong>contramos refranes que c<strong>en</strong>suran la ociosidady la inútil pérdida de tiempo <strong>en</strong> las personas: Cuando el <strong>diablo</strong> no ti<strong>en</strong>e qué hacer, con el rabomata moscas o Cuando el <strong>diablo</strong> no ñeñe que hacer, saca lo suyo al sol, y mata moscas; o bi<strong>en</strong>indica la exist<strong>en</strong>cia de razones poderosas que se escond<strong>en</strong> <strong>en</strong> una acción apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te absurda einmotivada: Cuando el <strong>diablo</strong> su rabo v<strong>en</strong>de, él se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de. O. por último, incide sobre una unelem<strong>en</strong>to al que siempre ha estado unido el <strong>diablo</strong> <strong>en</strong> el refranero como es el desord<strong>en</strong>: Al <strong>diablo</strong>parte, cuando el rabo va delante.Por su parte, el refranero italiano ha individualizado <strong>en</strong> el rabo del <strong>diablo</strong> el instrum<strong>en</strong>to quesirve para obstaculizar el recto proceder de las cosas: Quando U diavolo cí mette la coda. Ytambién, pues el maligno int<strong>en</strong>ta por todos los medios esconder sus atributos de ángel caído para así<strong>en</strong>gañar mejor a los hombres, subraya la intelig<strong>en</strong>cia, la astucia de la persona capaz de Sapere doveU diavolo ti<strong>en</strong>e la coda. Una imag<strong>en</strong> sobrecogedora nos la da el idiomatismo italiano Tirare ildiavolo per la coda, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de subsistir al borde de la indig<strong>en</strong>cia, hasta el extremo de int<strong>en</strong>taratraer desesperadam<strong>en</strong>te al <strong>diablo</strong> hacía sí mismo con tal de salir de la miseria. Pero la cola del<strong>diablo</strong> se resiste, y <strong>en</strong> otro hermoso y visual idiomatismo italiano se dice Lisciar la coda al diavolopara expresar un esfuerzo inútil.3. EL DIABLO ES SOTIL, Y HILA GORDOSi el rabo es uno de los atributos físicos más característicos del <strong>diablo</strong>, su intelig<strong>en</strong>cia es una delas expresiones más temidas de su personalidad. Atributo que se remonta al orig<strong>en</strong> mismo de lostiempos, cuando, con forma aún de serpi<strong>en</strong>te y mediante astutos razonami<strong>en</strong>tos, persuade a Eva paratransgredir las prohibiciones divinas . Precisam<strong>en</strong>te a la longevidad del <strong>diablo</strong> se íe atribuye <strong>en</strong> elrefranero español -con muchas variantes- parte de su sagacidad y astucia: Más sabe el <strong>diablo</strong> porviejo que por <strong>diablo</strong>, Por eso dic<strong>en</strong> que el <strong>diablo</strong> sabe tanto, porque es viejo, <strong>El</strong> tiempo es sabio yel <strong>diablo</strong> viejo. <strong>El</strong> refranero italiano recoge un proverbio parecido aunque sustituye la intelig<strong>en</strong>ciapor la maldad: // diavolo e. cattivo perché e vecchio; pero <strong>en</strong> seguida converge con los españolescuando de forma más bi<strong>en</strong> petulante y despectiva un interlocutor le espeta a otro: Quando il tuodiavolo nacque, il mió andava a scuola.Así pues el <strong>diablo</strong> ha adquirido fama <strong>en</strong> la cristiandad de experto maestro <strong>en</strong> la perfidia. Conhábiles tretas <strong>en</strong>gaña a los hombres y los lleva a la perdición. La habilidad del <strong>en</strong>gaño acarrea unperjuicio <strong>en</strong>orme. Ambas l<strong>en</strong>guas recog<strong>en</strong> esta certeza <strong>en</strong> un hermoso refrán basado <strong>en</strong> la antítesis:<strong>El</strong> <strong>diablo</strong> es sotil, y hila gordo III diavolo e sotile, e jila grosso.Pero la intelig<strong>en</strong>cia del <strong>diablo</strong> no es inv<strong>en</strong>cible. Un idiomatismo pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> ambas l<strong>en</strong>guas nosrecuerda que hay personas tan astutas que son capaces de Saber un punto más que el <strong>diablo</strong> ISaperne una p'tu del diavolo. Una de las maneras <strong>en</strong> la que el <strong>diablo</strong> int<strong>en</strong>ta demostrar su astuciaconsiste <strong>en</strong> estipular una apuesta con algui<strong>en</strong> que , <strong>en</strong> el caso de perderla, le acarrearía cond<strong>en</strong>ar


<strong>El</strong> <strong>diablo</strong> <strong>en</strong> <strong>fraseologismos</strong> i/alíanos y españoles... 367eternam<strong>en</strong>te su alma a las p<strong>en</strong>as del infierno. Este es un motivo ampliam<strong>en</strong>te recogido por lacu<strong>en</strong>tística de tipo tradicional, <strong>en</strong> la que no faltan santos y tipos populares que aceptan el <strong>en</strong>vite y,desde luego, lo ganan. De <strong>en</strong>tre estos personajes populares sobresal<strong>en</strong> por su astucia dos categorías:los campesinos y las mujeres1. En italiano las dos están repres<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> el refranero, si bi<strong>en</strong> sobreios campesinos sólo hemos podido recoger este refrán siciliano: Lu viddanu sapi chiü di lu diavulu.Sobre las mujeres el refranero se exti<strong>en</strong>de más, <strong>en</strong> algunos casos con correspond<strong>en</strong>cias muymarcadas: La donna ne sa una piü del diavoto ! Las mujeres sab<strong>en</strong> un punto más que el <strong>diablo</strong>; <strong>en</strong>otros m<strong>en</strong>os: La donna 'nsacca lu diavulu (siciliano) y Lo que el <strong>diablo</strong> no puede hacer, la mujer lohace fácilm<strong>en</strong>te. Aún así las mujeres no se pued<strong>en</strong> fiar completam<strong>en</strong>te, ni tan siquiera las muym<strong>en</strong>udas que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> fama de astutas, pues como advierte el refranero italiano: La donna perpiccolache sia, la vince II dlavolo in furberia.4. OVEJITA DE DIOS, EL DIABLO TE TRASQUILEUna de las tareas que con rnás ahínco se ha impuesto el refranero consiste <strong>en</strong> ponernos <strong>en</strong>guardia contra los hipócritas de la fe, contra los que fing<strong>en</strong> cualidades y s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos religiososcontrarios a los que verdaderam<strong>en</strong>te experim<strong>en</strong>tan. Son, según opinión popular, un gruponumerosísimo de personas para qui<strong>en</strong>es, <strong>en</strong> palabras de Quevedo, «la p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>cia, el ayuno, lamortificación, que <strong>en</strong> otros son mercancía del cielo, es noviciado del infierno» (1991: 177). <strong>El</strong><strong>diablo</strong> no podía andar lejos de ellos, y así lo recog<strong>en</strong> ambos refraneros, por lo g<strong>en</strong>eral id<strong>en</strong>tificandoo equiparando simbólicam<strong>en</strong>te al <strong>diablo</strong> con el hipócrita o con sus acciones.A tres elem<strong>en</strong>tos suele asociarse el hipócrita: la oración, la cruz y el rosario. La oración comofalsa muestra de virtud la <strong>en</strong>contramos <strong>en</strong> refranes idénticos: Cuando el <strong>diablo</strong> reza <strong>en</strong>gañartequiere I Quando U diavolo fa orazione ti vuol inganare, y otros equival<strong>en</strong>tes: Cuando el <strong>diablo</strong> rezay hace p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>cia, el fin quiere v<strong>en</strong>ir I Quando U diavolo prega, rí<strong>en</strong> d'occhio la preda. Sobre lacruz, <strong>en</strong>contramos también refranes idénticos: Detrás de la cruz está el <strong>diablo</strong> I II diavolo sinasconde dietro la croce; otros equival<strong>en</strong>tes: La cruz <strong>en</strong> los pechos y el <strong>diablo</strong> <strong>en</strong> los hechos IParole di santo e unghie di gatto y Parole d'angioletto e unghie di diavioletto; y alguno, como elsigui<strong>en</strong>te, que se halla sólo <strong>en</strong> italiano: Quando i furbi vanno in processione, il diavolo porta lacroce. Sobre el rosario, no debemos olvidar que durante siglos -baste recordar la literatura barrocahaservido para caracterizar a los hipócritas y definirlos como tales. Quevedo ya lo considerabaparte del «ajuar del hipócrita» (1981: 217) y el refranero español así lo ha recogido : <strong>El</strong> rosario alcuello y el <strong>diablo</strong> <strong>en</strong> el cuerpo.Otro hipócrita de qui<strong>en</strong> se burla el refranero es aquél que después de una vida disoluta hace gala<strong>en</strong> la vejez de rectitud y pureza: Después de viejo el <strong>diablo</strong> se hizo fraile o <strong>El</strong> <strong>diablo</strong>, harto dehacer daño, se metió ermitaño, a los que corresponde el italiano // diavolo quando si fa vecchio sifa romito.5. LA VIEJA A ESTIRAR Y EL DIABLO A ARRUGARTradicionalrn<strong>en</strong>te se ha c<strong>en</strong>surado <strong>en</strong> la conducta del <strong>diablo</strong> su t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a contradecir el justoord<strong>en</strong> de las cosas, a alterar lo establecido y, <strong>en</strong> definitiva, a llevar la contraría a todos. Ya el1 Sobre cu<strong>en</strong>tos tradicionales lomamos aquí como refer<strong>en</strong>cia dos magníficas recopilaciones, una española realizada porJ.M. Guelb<strong>en</strong>zu (1997) y otra italiana de I. Calvino (1956). Sobre cu<strong>en</strong>tos con santos, valga como ejemplo los que ti<strong>en</strong>epor protagonistas a San Crispín <strong>en</strong> «Una apuesta con el <strong>diablo</strong>» (p. 48} y a San Antonio <strong>en</strong> «Sant* Antonio da il fuoco agliuomini» (p. 673). Sobre mujeres, «<strong>El</strong> demonio ayuda al casero» (p. 113) y «II naso d'arg<strong>en</strong>to» (p. 98),


368 Laureano Núñez Gardaorig<strong>en</strong> etimológico de su nombre, que del griego pasa al latín, diabolus nos indica que, además decalumniador, significa adversario, opositor.En este s<strong>en</strong>tido la expresión que ha t<strong>en</strong>ido más fortuna <strong>en</strong> las dos l<strong>en</strong>guas no es un refrán sino unidiomatismo: Hacer de abogado del <strong>diablo</strong> / Fare l'avvocato del diavolo o Pare la pane deldiavolo. Su orig<strong>en</strong> se remonta a los promotores de la fe <strong>en</strong>cargados de exponer las objeciones <strong>en</strong>una propuesta de canonización, pero rápidam<strong>en</strong>te su uso se ext<strong>en</strong>dió con el significado de establecertodas las objeciones posibles <strong>en</strong> una discusión, replicando sistemáticam<strong>en</strong>te todas las tesis sost<strong>en</strong>idaspor el adversario.Que el <strong>diablo</strong> si<strong>en</strong>te pasión por llevar la contraria nos lo recuerda este viejo refrán español:Levantan las viejas que San Pedro hizo abejas, y el <strong>diablo</strong>, por contrahacelle, hizo avispas. Peromás que con los santos, el <strong>diablo</strong> <strong>en</strong>tra <strong>en</strong> pugna directam<strong>en</strong>te con Dios y tanto el refranero italianocomo el español nos advierte que Donde Dios ti<strong>en</strong>e su iglesia, el <strong>diablo</strong> ti<strong>en</strong>e su capilla /Dio nonfamai chiesa, che U diavolo non ci voglia la sua capella. idénticos refranes <strong>en</strong>contramos tambiénligados a la harina lo que no es de extrañar <strong>en</strong> dos países de cultura <strong>en</strong>raizadam<strong>en</strong>te agrícola hastahace pocos años, y <strong>en</strong> los que la harina y el trigo son símbolos de la g<strong>en</strong>erosa prodigalidad de latierra: Cuando Dios da harina, el <strong>diablo</strong> esconde el costal o Cuando t<strong>en</strong>emos trigo, el <strong>diablo</strong> nosllevó el costal perdido / Quando Dio ci da la fariña, il diavolo ci toglie il sacco, y también: Laharina del <strong>diablo</strong>, toda se vuelve salvado / La fariña del diavolo se ne va in crusca. Pero este<strong>diablo</strong> fastidioso, que no hace más que estorbar <strong>en</strong> las relaciones <strong>en</strong>tre Dios y los hombres es, am<strong>en</strong>udo, el m<strong>en</strong>os negativo de todos. Más que inducir al hombre al pecado, se dedica a incomodar,a transgredir índicam<strong>en</strong>te el ord<strong>en</strong> y, por su mala reputación, es con frecu<strong>en</strong>cia injustam<strong>en</strong>teacusado de lo que no es más que simple debilidad humana: <strong>El</strong> hombre es fuego, la mujer estopa,llega el <strong>diablo</strong> y sopla /La donna e stoppa, l'uomo éfuoco, vi<strong>en</strong> U diavolo che ci soffia.6. HÁGASE EL MILAGRO, Y HÁGALE DIOS O EL DIABLONo sólo las brujas, los magos o los nigromantes pued<strong>en</strong> relacionarse con el <strong>diablo</strong>. Estos ti<strong>en</strong><strong>en</strong>quizá la exclusiva de pactos establecidos mediante complicados rituales y firmas con sangre, pero elresto de los mortales puede, sin ap<strong>en</strong>as proponérselo, <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> contacto con él. Y e! resultadopuede ser muy conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te. En un cu<strong>en</strong>to popular gallego, «<strong>El</strong> juicio del demonio» (Guelb<strong>en</strong>zu,1997: 133-135), se nos narra como dos jóv<strong>en</strong>es se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran a Dios y al <strong>diablo</strong> pidi<strong>en</strong>do limosna.Uno de ellos le da limosna sólo a Dios, pero el otro le da una peseta a Dios y un céntimo aldemonio recordando el dicho Dios es bu<strong>en</strong>o, pero el <strong>diablo</strong> no es malo. Años después, este mismojov<strong>en</strong> es d<strong>en</strong>unciado por un tabernero y <strong>en</strong> el juicio está a punto de ser injustam<strong>en</strong>te cond<strong>en</strong>adohasta que reaparece el <strong>diablo</strong> como abogado def<strong>en</strong>sor para salvarle y de esta forma devolverle elfavor.Este cu<strong>en</strong>to ilustra a la perfección lo que la m<strong>en</strong>talidad popular, pragmática y con frecu<strong>en</strong>ciades<strong>en</strong>gañada, conoce desde hace siglos: no hay poder pequeño al que el humilde pueda despreciar.Un idiomatismo pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> ambas l<strong>en</strong>guas, sin ap<strong>en</strong>as variación, así lo <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de cuando nosrecomi<strong>en</strong>da: Enc<strong>en</strong>der una vela a Dios y otra al <strong>diablo</strong> I Acc<strong>en</strong>dere una candela ai santi e una aldiavolo.A excepción de este idiomatismo, el refranero de los dos países recoge aspectos distintos <strong>en</strong> estemotivo. <strong>El</strong> refranero italiano hace hincapié principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la necesidad de t<strong>en</strong>er trato atrevidocon el <strong>diablo</strong> para <strong>en</strong>riquecerse: Chi ha paura del diavolo nonfa roba o Per essere ñeco bisognaavere un pár<strong>en</strong>te a casa del diavolo. En cierta medida similar a este último proverbio italiano, perosubrayando de manera más g<strong>en</strong>eral la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia de t<strong>en</strong>er amistad <strong>en</strong> todas partes, <strong>en</strong>contramos elrefrán Dichoso el hijo que ti<strong>en</strong>e a su padre <strong>en</strong> el infierno. Pero el refranero español incide sobretodo <strong>en</strong> el afán de hallar soluciones "milagrosas", regulares o irregulares, legítimas o ilegítimas, aun estado de necesidad: Hágase el milagro y hágalo el <strong>diablo</strong>, Sea milagro y hágalo el <strong>diablo</strong>.


<strong>El</strong> <strong>diablo</strong> <strong>en</strong> fráseologismos <strong>italianos</strong> y españoles... 369Por último, un refrán español que sintetiza esta familiaridad de los hombres con el <strong>diablo</strong> diceasí: Si Dios no me quiere, el <strong>diablo</strong> me ruega, refrán que eí propio Gonzalo de Correas com<strong>en</strong>tó deforma espléndida de esta manera «dicho bárbaro <strong>en</strong> la corteza, mas <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido dice 'Donde unapuerta se cierra, otra se abre'; y es que habla con ironía, desdeñando al ruin que quiere ser rogado»(Correas, 1992: 450).7. Ya para terminar querríamos hacer dos observaciones y extraer una conclusión. La primeraobservación es que <strong>en</strong> estos cinco motivos <strong>en</strong> los que hemos agrupado los refranes e idiomatismos<strong>italianos</strong> y españoles no agotan <strong>en</strong> absoluto el corpus consultado. Lo mismo podría hacerse conotros muchos motivos que aquí no hemos tratado por límite de espacio, pero que desearíamos alm<strong>en</strong>os apuntar como suger<strong>en</strong>cia para otros trabajos. Así hemos <strong>en</strong>contrarnos numerosos refranes <strong>en</strong>ambas l<strong>en</strong>guas que hac<strong>en</strong> refer<strong>en</strong>cia al <strong>diablo</strong> y el desord<strong>en</strong>, a las maldiciones y am<strong>en</strong>azas, a todoaquello de lo que uno desea despr<strong>en</strong>derse, al campo y los campesinos o a un <strong>diablo</strong> desafortunado yhumanizado.La segunda observación va <strong>en</strong> cierta medida <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido contrario. Es decir, hemos echado <strong>en</strong>falta un número mayor de refranes sobre otros aspectos y peculiaridades con los que la tradiciónpopular ha asociado siempre al <strong>diablo</strong>. Nos referimos por ejemplo a su protagonismo <strong>en</strong> loscataclismos, las posesiones, las <strong>en</strong>fermedades —especialm<strong>en</strong>te las m<strong>en</strong>tales— o los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>osatmosféricos, como el vi<strong>en</strong>to (cfr. Cocchiara, 1945).A modo de conclusión, parece claro que el <strong>diablo</strong> se ha ganado un puesto importante tanto <strong>en</strong> elrefranero español como <strong>en</strong> el italiano, y que estos refranes <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran fácilm<strong>en</strong>te correspond<strong>en</strong>cia oequival<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> ambas l<strong>en</strong>guas, lo que resulta lógico <strong>en</strong> dos pueblos con un sustrato cultural comúny una férrea tradición católica. La l<strong>en</strong>gua sin duda refleja mediante refranes e idiomatismos lo quee! <strong>diablo</strong> es y lo que el <strong>diablo</strong> ha sido a través de los siglos: a veces un temido y poderosoemperador del mal, otras un pobre <strong>diablo</strong>. <strong>El</strong> pueblo ti<strong>en</strong>de a mezclar lo sacro con lo profano, yteme al <strong>diablo</strong> pero, <strong>en</strong> cuanto puede, se ríe de él (Cocchiara, 1945: 221). Ahora bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> lostiempos que corr<strong>en</strong>, el <strong>diablo</strong> se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> uno de los mom<strong>en</strong>tos de m<strong>en</strong>or popularidad. Comocerteram<strong>en</strong>te apunta el crítico Mario Praz, hasta la iglesia es reacia a hacer cu<strong>en</strong>tas con él.confinándolo <strong>en</strong> el desván como los despojos de un antiguo carnaval (1982: 64). No es de extrañar,pues, que muchos de los fráseologismos que a él van unido caigan también poco a poco <strong>en</strong> elolvido.REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICASCALVINO, I. (1956): Fiabe italiane. Torino: Einaudi.COCCHIARA, G. (1945): II diavolo nella tradizione popolare italiana. Palermo: Palumbo.CORREAS, G. de (11627-992): Vocabulario de refranes y frases proverbiales. Madrid: Visor.DE LIBERO, G. (1935): Satana. Torino: Einaudi.FLONTA, T. (1996): Dio e il diavolo. Milano: San Paolo.FRANCESCHI, G. (1982): Provervi e modi proverbian italiani. Milano: Hoelpi.GUELBENZU, J.M. (1997): Cu<strong>en</strong>tos populares españoles. Madrid: Siruela.JUNCELA, L. (1994): Diccionario de refranes. Madrid: Espasa-Calpe.LAPUCCI, C. (1969) Modi di diré della lingua italiana. Fir<strong>en</strong>ze: Valrnartina.PRAZ, M. (1982): Fiori freschi. Milano: Garzanti.QUEVEDO, F. (1981): <strong>El</strong> Buscón. Madrid: Cátedra.— (1991): Los sueños. Madrid: Cátedra.


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