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OPINAR-285

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<strong>OPINAR</strong> 11Adolfo GARCEDoctor en Ciencia Política. FUENTE: El Observador.Ilustración: Salvatore adolfogarce@gmail.comLos colorados al rojo vivoEl Partido Colorado (PC)estáatravesando un momentoextraordinariamente delicado. Elretroceso electoral de octubre (de 17%a 13%), la polémica decisión adoptadapor Pedro Bordaberry de –esa mismanoche– concurrir a expresar su apoyoa la candidatura de Luis Lacalle Pou,los pronunciamientos en favor deTabaré Vázquez de algunos dirigentescolorados y (gota que derrama el vaso)la reciente renuncia de Ney Castillo ala candidatura a la IntendenciaMunicipal de Montevideo (IMM) sonalgunos de los testimonios más clarosde la gravedad de la situación. En esecontexto ayer mismo, Bordaberry, suprincipal dirigente, expresó estardispuesto a dar un paso al costado sisus correligionarios lo considerarannecesario («nadie es más importanteque el partido»).No soy de los que creen que elproblema del PC es Pedro Bordaberry.Con esa misma trayectoria política ypersonal, hace 10 años logró unaexcelente votación como candidato ala IMM. Con el mismo discurso y conese mismo apellido, logró cinco añosdespués que el PC trepara al 17%. Nohay cómo saberlo. Pero si Lacalle Pouno hubiera sido el candidato blanco esmuy probable que los coloradoshubieran alcanzado una mejor votaciónde la que finalmente obtuvo. Contra loque podía esperarse dados susantecedentes, no brilló durante lacampaña electoral. Soy de los quecreen, además, que se equivocó al nointegrar la fórmula presidencial con unrepresentante de los «batllistas de ley».Pero pensar que Bordaberry es elproblema es simplificar demasiado.El desafío para los colorados, enverdad, es muy complicado. El FrenteAmplio (FA) se instaló en el espacio(electoral, social, cultural) que, durantemás de un siglo, ocupó el PC (es laversión siglo XXI del viejo batllismo).Algunos dirigentes colorados piensanque el partido debe orientarsepolíticamente a recuperar ese espacio,el de centroizquierda. Desde mi puntode vista esto es como pretender hacergirar hacia atrás la rueda de la historia.El tiempo pasó. El sistema político setransformó profundamente. El FA es unárbol inmenso, con profundas raíces enel espacio que va desde la izquierda alcentro. Me parece realmente muy difícilarrancarlo de allí. Además, a medidaque pasa el tiempo, el FA, como partidode gobierno, se vuelve más «batllista»,más estatista, más «dirigista», más«escudo de los pobres».Si este razonamiento es correcto, másallá de preferencias e ideales, loscolorados están condenados acompartir el espacio que va desde elcentro a la derecha con el PartidoNacional (PN). Comprendoperfectamente que a muchos de ellosno los conforme este lugar. Pero lo peorque pueden hacer los partidos,especialmente en tiempos difíciles, estomar sus deseos por realidades. Noes realista que intenten competir por elespacio de la socialdemocracia con elFA. Esa tierra está arada, sembrada ydando frutos. Lo único que puede hacerel PC es cavar del otro lado, plantarsemillas en la otra mitad del electorado.Los votantes a los que puede aspirar acaptar no son los que emigraron al FAsino los que, durante la última década,logró retener el PN (la mayoría de loscuales, además, para colmo de malesdada la historia, tan urbana, del PC,están en el interior). Para competir conlos blancos, también, sería bueno queel PC tomara nota de dos aciertosmuy notables del PN de los últimostiempos. En primer lugar, empezandopor lo más obvio, el PN es diverso.Cuenta con la suerte de seguir teniendodos grandes fracciones de magnitudescambiantes pero similares. El pleitoentre wilsonistas y herreristas, queanimó la interna blanca desde 1985en adelante, hoy se expresa en ladisputa entre Jorge Larrañaga y LuisLacalle Pou, aunque (como sueleocurrir) de un lado y del otro revistenfiguras de relieve identificadas con laotra tradición. El PC no ha tenido tantasuerte. Durante mucho tiempo tantoJulio María Sanguinetti como JorgeBatlle lograron mantener en pie susrespectivas fracciones. La progresivadesarticulación de ambas, del ForoBatllista y de la Lista 15, dejó espaciopara la hegemonía de PedroBordaberry. Los esfuerzos de los«batllistas» por desafiar el predominiode Vamos Uruguay han sido en vano.La escisión de Fernando Amado,desde este punto de vista, es un pasoen la dirección correcta. El PC estápidiendo a gritos más diversidad.El segundo aprendizaje que loscolorados podrían hacer respecto a losblancos tiene que ver con laconstrucción de la memoria. Losblancos hablan de su pasado, venerana Aparicio, escriben sobre Wilson,reescriben todo el tiempo su propiahistoria. Los colorados, salvoexcepciones como el expresidenteSanguinetti, no dan la batalla. Sinembargo, podrían hacerlo. El FA nosolo construyó su imperio sobre lasbases sociales y electorales del PC.También lo hizo, en buena medida,apoyándose en las políticasdesarrolladas por colorados (yblancos) entre 1985 y 2004 yextensamente criticadas, en esetiempo, por la izquierda política, socialy cultural (control del gasto público,estabilización de precios, aperturacomercial, inversión extranjera, zonasfrancas, ley de puertos, forestación yun largo etcétera). El FA, al decir deHeber Gatto, primero ganó la batallacultural y recién mucho después, laelectoral. Los blancos lo entendierony se esmeran. Los colorados muchomenos.<strong>OPINAR</strong> «La fuerza de las ideas» Nº <strong>285</strong> - 5 de febrero de 2015 EDICION DIGITAL <strong>OPINAR</strong>

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