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OPINAR-285

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<strong>OPINAR</strong> 7En el nombrede DiosBienvenida ha sido la recientepromoción a Cardenal del Arzobispomontevideano Daniel Sturla. Aunquienes no somos creyentessaludamos el éxito personal de uncompatriota y tampoco somosindiferentes al hecho de que la Iglesiauniversal haga un reconocimiento a lauruguaya, importante instituciónnacional.Recuerdo con satisfacción que en1958, cuando llegó a esa distinciónMonseñor Barbieri, el entonces líderdel Partido Colorado, Don Luis BatlleBerres, me dictó un suelto para eldiario ACCION, felicitándolo. Eran yatiempos en que el laicismo batllistaconvivía más cordialmente con laIglesia, aun cuando nuestro colega eldiario «El Día» seguía escribiendoDios con minúscula. En la mismadirección, en ocasión de nuestra visitaoficial al Vaticano, en 1985, leplanteamos al Secretario de Estado ya un grupo de Cardenales que leacompañaban nuestra aspiración aque Uruguay volviera a tener unCardenal. De algún modo lessorprendió gratamente que lo hicieraun notorio agnóstico, presidente de unEstado tan laico, pero la respuesta fuenegativa. No de modo expreso, perosi tácitamente, cuando el CardenalSodano nos explicó que un Cardenalno representa a un país sino que esun Ministro de la Iglesia, llamado agrandes responsabilidades y que, enconsecuencia, son sus condicionespersonales las decisivas.Todo esto viene a cuento para celebrar, una vez más, lo que es el clima detolerancia que nuestra Repúblicaconstruyó, a lo largo de un procesode secularización, polémico y a vecespasional, que va desde lasecularización de los cementerios (1864) a la definitiva separación de laIglesia en la Constitución de 1917.Valga esta introducción paracondolernos de que el mundo aun nohaya podido alcanzar una separaciónde las órbitas del Estado y la religión,«al César lo que es del César y a Dioslo que es Dios», y sufra el flagelo deuna concepción dogmática, en que lareligión se hace política y ésta, a suvez, religión. Ese ha sido y es el dramadel mundo musulmán y la explicaciónprofunda del atraso que aun sufre.Algunos países como Egipto hanavanzado y otros, como Turquía, quefuera pionero en la secularización deEstado bajo Kemal Ataturk (1881-1938),vive hoy unasituación detensión entre lasfuerzas querepresentan elmundo laico(fundamentalmentesu ejército) y lasde la doctrinamusulmana.El hecho es queorganizacionesm u s u l m a n a sfundamentalistashan declarado la «guerra santa» aOccidente y susv a l o r e s ,arrogándose el derecho a imponer susretrógadas concepciones de lasociedad, que van desde el absolutismoreligioso a la oprobiosa subordinaciónde la mujer. Salvo Irán, más queEstados son organizaciones quesaltean incluso las fronteras, como elreciente califato islámico.Por supuesto Occidente ha vaciladoante la naturaleza del conflicto. Lainvasión de los EE.UU. a Irak fue uncumplido ejemplo de error. Y Europa,en general más sutil, vive bajo el temorde la insubordinación de sus propiosciudadanos musulmanes, muchos deellos hoy enrolados en las fuerzas delradicalismo, como lo estamos viendoen las escalofriantes degollatinas delEstado Islámico o en esta cruelJulio María SANGUINETTIPeriodista. Abogado. Presidente deUruguay 1985/1990 y 1995/2000.FUENTE: diario EL PAÍSmatanza de París. En este caso elatentado ha sido de tal magnitud, que–por fin- todas las democraciasoccidentales se han alineado contra elterrorismo.Europa es vieja y rica. No obstante sumal momento económico ha alcanzadoun enorme desarrollo. Nos explicamosque le cueste asumir la lógica de laguerra pese a que sus enemigos se logritan en la cara. Se precisó de estebárbaro ataque para sacarla de suprescindencia, aun ante los asesinatosde cristianos queocurren en paísesmusulmanes.Resultaba máscómodo pensarque el conflicto eracon los judíos ,cuando es entrelos radicalesmusulmanes yt o d oOccidente.Conalegría vimos en lamarcha parisina alPresidente deIsrael con elPresidente de unaA u t o r i d a dPalestina que apenas ejerce algunaautoridad sobre Cisjordania (no sobreGaza) pero que es fundamental queasuma la oposición al terrorismo. Hayallí otra pauta del camino a recorrer, quees bien contrario a la liviandad con queparlamentos europeos han reconocidoal «Estado palestino» en nombre de underecho a la autodeterminación que élle niega a su vecino y cuyo exterminiosigue anunciando.Nos hacemos cargo de los matices quehay entre las Torres Gemelas (2001),el atentado de Atocha (2004) y el Metrode Londres (2005), pero el comúndenominador son las mismasorganizaciones e idénticosrazonamientos, que entrampan tantasveces a los occidentales, al cambiarsimplemente el pretexto. La másexitosa represión no será nuncabastante frente a un fanatismo que sesigue alimentando desde ciertasescuelas y mezquitas, proveedoras defanáticos combatientes. Si no se cortaesa cadena de odios en su propiafuente, se podrán ganar batallas perono terminar la guerra. El gran frenteantiterrorista debe incluir, por lo tantoy en primer lugar, a los musulmanespacíficos y a los Estados árabesamenazados, que finalmente tendránque llegar a la secularización queOccidente construyó desde elIluminismo voltaireano. Sin esadefinición, no habrá final para lo quemás que un choque de civilizacioneses una guerra de religión.«Occidente ha vaciladoante la naturaleza delconflicto. La invasiónde los EE.UU. a Irak fueun cumplido ejemplode error. Y Europa, engeneral más sutil, vivebajo el temor de lainsubordinación desus propiosciudadanosmusulmanes, muchosde ellos hoy enroladosen las fuerzas delradicalismo, como loestamos viendo en lasescalofriantesdegollatinas delEstado Islámico...»<strong>OPINAR</strong> «La fuerza de las ideas» Nº <strong>285</strong> - 5 de febrero de 2015 EDICION DIGITAL <strong>OPINAR</strong>

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