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Josefina Carabias

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JOSEFINA CARABIAS CORRESPONSALban entre los amotinados y que la misma junta alentó los desórdenes. Queda,pues, expulsada.A esta declaración –contra la que los Tribunales podrán luchar muy difícilmente–ha seguido una campaña muy seria contra miss Lucy.Primero se dijo que lo que menos le importaban eran los estudios, y que sifue a la Universidad lo hizo porque la “sociedad para el progreso de los negros”subvencionaba este rasgo de audacia con trescientos dólares al mes. Por fin,acabaron diciendo que cobraba instigada por Rusia.A todas aquellas personas que aún sintiendo poco entusiasmo por los negrosson amantes de la ley y de la caridad cristiana, les ha sido fácil tranquilizar susconciencias a base de estas noticias, y ahora lo que procuran es que se habledel asunto lo menos posible.Miss Lucy tuvo que huir de Alabama y refugiarse en Nueva York.GUERRA FRIAEn cuanto a los blancos del Sur –firmemente resueltos a no mezclarse con losnegros por muchas sentencias que pronuncien los Tribunales– están contentosde haber “quedado encima”, pero no están tranquilos del todo.–Las cosas andan por allí peor que nunca –me ha dicho uno de esos señoressudistas a los que llaman “blancos moderados”, que se ha venido a Washingtonhuyendo del ambiente apasionado de su tierra –y no se sabe cómo van a terminar.Los rumores y los “bulos” han creado un clima de pánico, y éste hace callarlas voces de moderación que antes se oían. Lo peor de todo son los daños económicosproducidos por el sistema de “boycotts”, que ahora se pone en prácticapor parte de los blancos y también de los negros.Muchos industriales y comerciantes del Sur ven sus negocios seriamenteamenazados. Por ejemplo, en la ciudad de Birmingan (Alabama) corrió hace unmes el rumor de que uno de los más conocidos industriales había dado dineropara la sociedad que trabaja por el progreso de los negros. Inmediatamente, losblancos le declararon el “boicot”, negándose a comprar sus productos. La víctima–perteneciente a una vieja industria sudista– emprendió una vigorosa contraofensivay consiguió demostrar que no había dado un solo céntimo para la talsociedad. Desde ese mismo momento fueron los negros los que le declararon72

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