Discurso del Rector de la Anáhuac México Sur, Dr. Javier Vargas

Ceremonia de la Excelencia AcadémicaDiscurso Dr. Javier Vargas Diez Barroso28 de septiembre de 2007“La excelencia no es un acto, sino un hábito.”Ing. Carlos Fernández GonzálezHonorable Consejo de la Universidad Anáhuac México SurDistinguidos Directores de Facultades y EscuelasApreciados alumnos y profesores que hoy serán galardonadosQueridos maestros, alumnos y egresadosSeñoras y señores, amigos que nos acompañanEs un gusto para mí compartir con todos ustedes esta solemne ceremonia en la queestamos celebrando el Reconocimiento de Excelencia Académica que la Secretaría deEducación Pública ha otorgado a esta Institución en fechas recientes, así como la entrega dePremios y Medallas a la Excelencia de un distinguido grupo de alumnos y académicos de laUniversidad.Agradezco sinceramente al Ing. Carlos Fernández González por habernos hecho elhonor de engalanar este importante evento con su presencia y con su testimonio. Tuve lafortuna de conocerlo cuando él estaba en la Preparatoria del Instituto Cumbres. Me tocó ser suprefecto de disciplina y puedo dar fe que, desde entonces, era una persona que secaracterizaba por la excelencia en todo lo que hacía: en los estudios, en su relación con losamigos, en su trabajo (porque ya desde entonces trabajaba). Por ello no me sorprendí cuandoa sus escasos 30 años fue nombrado director general del Grupo Modelo, una de las empresasmás grandes, importantes y trascendentes de nuestro país, y cuando pocos años despuésfuera elegido presidente del Consejo de Administración. Gracias, Carlos, por tu ejemplo y tucercanía.El tema central de esta ceremonia es el de “Excelencia”. Un término que usamos confrecuencia para resaltar las cualidades de algo. Así decimos: “este libro o tal película estáexcelente”; “es un excelente profesor”, o “la cerveza mexicana por excelencia…”La palabra excelencia proviene del vocablo latino excelsus, que etimológicamentesignifica “lo que viene del cielo”, y señala que algo es alto o sobresaliente. En esa misma línea,la Real Academia Española define “excelencia” como una calidad superior que hace a laspersonas o a las cosas dignas de singular aprecio o estimación.Es este el sentido que tiene el Registro que la Secretaría de Educación Pública haotorgado a la Universidad Anáhuac México Sur en mayo pasado, como Institución deExcelencia Académica.En efecto, el Registro de Excelencia Académica es otorgado por la SEP a unaInstitución por haber cubierto todos los requisitos previstos en el acuerdo 279 de la DirecciónGeneral de Acreditación, Incorporación y Validación de la propia Secretaría, entre los que secuentan el haber impartido programas de educación superior con reconocimiento de validezoficial por más de 10 años, contar con la máxima acreditación de FIMPES y cumplir conestrictos estándares de calidad en el servicio.Este importante reconocimiento permite a nuestra Universidad acceder al proceso desimplificación administrativa para los trámites de reconocimiento de nuevos programas deestudio y la autenticación de documentos de titulación.

Este reconocimiento nos llena de orgullo ya que refrenda el liderazgo académico quepor más de 25 años ha mantenido la Universidad y reafirma nuestro compromiso por laformación integral de la juventud y de profesionistas con liderazgo de acción positiva.La nuestra no es una misión que pueda realizar cada quien en lo particular, como sumade esfuerzos aislados, sino que es algo tejido por toda la comunidad. Efectivamente, laexcelencia de una institución supone la excelencia de todos sus integrantes: ciertamente lacalidad de los programas y los métodos de enseñanza y de investigación, pero también laexcelencia de los alumnos, de los profesores, de los egresados, de los administrativos, de losdirectivos.Como todas las universidades de la Red Anáhuac, somos una verdadera comunidad enla que todos buscamos el bien y la verdad. Cuando el bien y la verdad son el horizonte y elmotor del trabajo y de la relación interpersonal, nuestra vida universitaria se transforma:encuentran un terreno adecuado el rigor intelectual, la excelencia académica, la investigación,la iniciativa, la colaboración e incluso la apertura a Dios.Permítanme compartir con ustedes, a manera de ejemplo, dos de los logros másrecientes. Me refiero, en primer lugar, al éxito de nuestros académicos en el Congreso Europeode Investigación Aplicada en los Negocios que se llevó a cabo en el verano en Venecia, Italia,en el que participaron más de 350 investigadores de las mejores universidades de unos 45países, incluyendo Harvard, Oxford y muchas más de ese nivel. Nuestros profesoresobtuvieron el primer lugar –el best paper award- en 5 de los 10 temas que se abordaron en elCongreso, mostrando un liderazgo académico indiscutible.Más allá de la academia y la investigación, la excelencia permea todos los aspectos dela vida universitaria. Por eso el segundo ejemplo que me permito compartir fue la fabulosaceremonia que tuvimos la semana pasada en la que entregamos un reconocimiento a 13alumnos que participan en el Programa Elite para deportistas de alto rendimiento. Entre ellosse encuentran muchos de los mejores atletas de nuestro país. Me refiero, entre otros, a losseleccionados mundialistas Gerardo Torrado y Guillermo Ochoa; y a los 4 atletas queobtuvieron 10 medallas en los Juegos Panamericanos –el 14 % de las preseas que obtuvoMéxico- y otras 6 en la Universiada Mundial de Bangkok (nada menos que el 55 % de lasmedallas de nuestro país): la gimnasta Cynthia Valdez; y los clavadistas Rommel Pacheco,Tatiana Ortiz y Paola Espinosa, a quien además otorgamos el Premio Elite como la mejordeportista de la Red Anáhuac, al haber obtenido 11 medallas en esas y otras justas deportivasde nivel internacional.Por todos estos logros y por muchos más, los 2000 alumnos y los más de 7,000egresados, así como todos los que tenemos el privilegio de integrar esta comunidaduniversitaria, nos sentimos plenamente felices y orgullos de formar parte de la familia Anáhuac.Hoy nos hemos reunido para celebrar el Reconocimiento de Excelencia Académica dela Universidad Anáhuac México Sur. En unos momentos más, haremos la develación delRegistro otorgado por la SEP.Pero también hoy estamos celebrando la calidad de los diversos integrantes de nuestracomunidad universitaria: de los alumnos, de los profesores y de los egresados que secaracterizan por la excelencia en su compromiso y entrega.Recuerdo cuando en alguna ocasión, estudiando la maestría en Estados Unidos,preguntábamos quién era un profesor excelente. La respuesta que nos dio un profesor se mequedó muy gravada: “el profesor excelente es aquel que deja una huella en tu vida”.Es cierto: un profesor bien preparado, te enseña; un profesor bien preparado yhumano, te educa; un profesor bien preparado, humano e íntegro, forma y deja huella en lasalmas de sus discípulos.Quiero terminar mis palabras con una anécdota y un mensaje. Ahora que hemosobtenido este reconocimiento a la excelencia, ¿qué sigue?“La excelencia no es un acto, es un hábito”, decía el sabio filósofo Aristóteles.Cuando el famoso alpinista mexicano Carlos Carsolio se encontraba ya cercano a lacima más alta del Monte Everest, de lejos, entre la ventisca, vislumbró una estatua y sepreguntó quién habría sido capaz de esculpirla en la cumbre. A medida en que se acercaba, seDiscurso de la Excelencia Académica. 28 septiembre de 2007. 2

dio cuenta de que la tal estatua había sido un infortunado alpinista asiático que, en unmomento de agotamiento, se había detenido para descansar; se quitó el pasamontañas y, encuestión de segundos, se quedó completamente congelado.La lección es muy simple: mientras más suba, es preciso seguir caminando; la cumbreme espera y no hay alternativa; no puedo ya detenerme, no puedo hacer altos en el camino, sopena de convertirme en una estatua abandonada ya muy cerca de la meta.Nuestro Padre Fundador, el P. Maciel, acuñó un hermoso lema para su primera obraeducativa, el Instituto Cumbres: “Semper Altius”. Siempre más arriba. Seguir subiendo hastaconquistar las más altas cimas de la perfección, allá donde nuestro modelo no es otro que laperfección de Dios mismo.Este es mi deseo y esta es mi más sentida felicitación.Muchas gracias.Discurso de la Excelencia Académica. 28 septiembre de 2007. 3