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Américo Spósito / José Pedro Costigliolo ... - Revista La Pupila

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Historia /// /// Mujeres en el arte“En construcción”:la difícil inclusión de las artistasmujeres en la Historia del Arte.En 1970, la historiadora de arte norteamericana, Linda Nochlin lanza al ruedo una pregunta incómoda: ¿por quéno hay grandes artistas que sean mujeres? Disparadora de múltiples investigaciones referidas a la participaciónfemenina en la Historia del Arte, la interrogante mantiene, al menos en nuestra realidad, plena vigencia.Verónica Panella“Y sin embargo estaban” 1Montevideo, 1926. En “Páginas de Arte”,revista publicada por el Círculo de BellasArtes se transcribe una copia de la solicitudenviada al Poder Legislativo, reclamandoque se considere concluida confines de exposición, la obra “<strong>La</strong> Jura dela Constitución”, del artista <strong>Pedro</strong> BlanesViale, fallecido ese año. Acompañan la peticiónfirmas de los miembros de la comisióndirectiva del Círculo. Entre los secretarios,ocupando lugar junto a Carmelo deArzadum, José Cuneo o Guillermo <strong>La</strong>borde,encontramos los nombres de tres mujeres,son Dolores (Lola) Lecour , Aurora Togoresy Manila Risso. Al año siguiente, otra mujerse suma al ámbito artístico nacional. Sunombre es Carla Witte, una multifacéticacreadora alemana representante del expresionismoeuropeo, que incursiona enla pintura, la escultura y el grabado. Losexpuestos son ejemplos independientes ycomplementarios de mujeres que experimentansus máximos artísticos en el entornode la década 1930-1940 y que, más alláde sus diferencias estéticas o vinculares,comparten una realidad en común: deespaldas a sus realizaciones particulares, elregistro de su pasaje por el panorama delas artes plásticas locales es, al día de hoy,prácticamente inexistenteEste artículo habla de mujeres como sujetosen el ámbito de las artes plásticas yde las investigaciones que a su alrededorse realizan, pero especialmente es unareflexión sobre la memoria, el olvido y a lainexistencia a la que se ven sometidas laspersonas relegadas del recuerdo. Recordarimplica seleccionar y descartar y esteproceso nos habla tanto de la sociedad enconjunto cómo de quienes, dentro de ella,deciden estudiar el pasado. Aurora, Manila,Dolores, Carla, solo son nombres en unagran constelación de mujeres que “no clasificaron”para ingresar en forma definitiva enla memoria artística de nuestro país, peroque sin embargo tuvieron visibilidad en sumomento, con participación en publicacioneso en centros expositores y SalonesNacionales, premiadas incluso en algunasde esas instancias. Para citar solo algunosejemplos, una mirada rápida a los escasosdossiers que de estas creadoras se guardanen el Museo Nacional de Artes Visuales, nosindican que Lola Lecour obtiene el premioCarla Witte, escultura en bronce, s/d.“Casa Taranco” por su “Retrato de la escultoraAurora Togores” en el V Salón Nacional de1941, Manila Risso, el segundo premio enel concurso organizado por el Ministerio deInstrucción Pública de 1926, Aurora Togoresla mención “Medalla de Bronce” en elPrimer Salón Nacional de 1937 por su yeso“Maternidad”. Fuera de los Salones, peroen un espacio no menos importante, CarlaWitte ilustra la revista “<strong>La</strong> Pluma”, dirigidapor Alberto Zum Felde, entre 1929 y 1931.Reducidas, pese a esto, y en el mejor de losCarla Witte, ilustración para la revista “<strong>La</strong> Pluma”.Setiembre 1931.casos, a referencias mínimas en obras generales,nos tropezamos accidentalmente conellas siguiendo los caminos más despejadosde los consagrados. ¿Refleja esta exclusión,una menor calidad o dedicación en laproducción artística? Si bien no podemosdescartar sin más esta hipótesis, el hecho deno figurar siquiera en las constelaciones deartistas menores que suelen complementarel panorama de los maestros, podría dar lapauta de un silencio significativo. En estesentido, no debemos olvidar que estasamnesias culturales no son novedosas ennuestro medio, especialmente en lo que aartistas plásticos refiere, ni son las mujereslas afectadas en exclusividad por esta suertede “patología social”. Sin embargo la sensaciónde menor e injusta visibilidad femeninaen la Historia del Arte persiste y es actualmenteespacio de debate y discusión a nivelinternacional.Inclusora y compleja<strong>La</strong> Historia es una disciplina en construcciónque ha variado significativamente suscentros de interés en el correr del siglo XX.Desde el Positivismo, ocupado en recrear lahistoria “de los grandes hombres” hasta lasposturas más recientes que iluminan aspectostan complejos como “las mentalidades”,mucho agua ha pasados bajo los puentesde las escuelas historiográficas. En esteámbito fermental y con el impulso de otrastransformaciones y rupturas sociales comolos movimientos feministas de las décadasdel 60 y 70, es que comienzan a desarrollarselos llamados “estudios de género”enfocados en problematizar aspectos de larealidad que se encuentran determinadospor los comportamientos que la cultura y lasociedad le imponen a cada sexo. Al momentode orientarse hacia la labor de mujeresen el arte estos estudios se encuentran“impulsados desde la perspectiva feminista,pero también desde una concepción que nososlaye el mundo de la mujer como si fueraalgo extraño a los seres humanos, a su culturay a las artes” 2 .<strong>La</strong> labor de historiadoras, críticas y teóricasdel arte 3 no se limita a la “recuperación” depersonalidades, buscan también desarticularmitos y lugares comunes relacionadoscon la producción artística femenina.Algunos de los “temas problemas” de estahistoriografía feminista 4 del arte recorrenaquellas particularidades que la visión delas mujeres imprimen en las obras e investigaciones.Uno de los primeros territoriosrecuperados para la reflexión es el delpropio cuerpo. Rompiendo con el esquematradicional en el que “los hombres miran aCarla Witte (1889-1943): expresionista solitariaCarla Witte supone un fenómeno singular en nuestro medio. Nacida en Alemania, llegaal Uruguay a fines de 1927. Una mujer de 38 años en tierra extranjera trae consigo, yde primera mano, todo el acervo visual y teórico que deja en ella el expresionismo alemán.Desarrolla varios lenguajes creativos y parece insertarse rápida y efectivamenteen el ambiente intelectual uruguayo, exponiendo en su propio estudio, a pocos mesesde llegar al país. Los espacios de participación a los que accede son tan variados comoprestigiosos para la época: realiza ilustraciones para los artículos que en la revista “<strong>La</strong>Pluma” publica quien fuera su secretario de redacción, Álvaro Araújo; dicta cursos en laAsociación Cristiana de Jóvenes, institución para la que diseña también un logo, participade diversas exposiciones y salones, forma parte del círculo de relaciones de la poetisaEsther de Cáceres, quien posiblemente favorezca un acercamiento con Joaquín TorresGarcía, de quién Witte realizará un retrato. Poniendo fin a esta evidente voluntad investigativa,su suicidio, el 8 de marzo de 1943, marca el ingreso a un silencio prácticamenteinamovible. Ni siquiera hay referencias a su trabajo en obras “multitudinarias” como el“Diccionario de plásticos uruguayos”, editado por la Biblioteca del Palacio Legislativo,espacio que le corresponde legalmente, ya que obtiene la ciudadanía en 1932. En 1999es efímeramente rescatada del olvido y reintegrada al circuito cultural a través de unaimportante retrospectiva coordinada por el Instituto Goethe, el Cabildo de Montevideoy el Museo “Agustín Araujo” del departamento de Treinta y Tres, donde se conserva buenaparte de su obra. Mariví Ugolino, curadora de la muestra y responsable del texto deun catálogo que al día de hoy supone casi la única fuente de información accesible alos datos biográficos de la artista, escribe en esa ocasión “… el misterio es que (…) siendoilustradora de nuestra más intelectual revista de la época, habiendo retratado a muchos desus artistas contemporáneos, realizando exposiciones en el circuito donde se exhibía arte,enviando a salones que congregaban artistas, haciendo docencia entre el 30 y el 40, porqué?, por qué?, la borramos de nuestra memoria colectiva. He preguntado en estos años adecenas de personas(…) la respuesta es siempre la misma: ‘una figura solitaria…’”. 11 Mariví Ugolino. Catálogo de la muestra de Carla Witte. Mayo de 1999.24 / <strong>La</strong> <strong>Pupila</strong> abril 2011 / nº 17 abril 2011 / nº 17<strong>La</strong> <strong>Pupila</strong> / 25

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