TestimoniosTestimonios de gratitudLos misioneros han sido enviadospor nuestras comunidades para compartirnuestro mayor tesoro, la fe, y elsigno que nos define, el amor; una fey un amor que, gracias a ellos, lleganhasta nuestros hermanos más necesitadosen todo el mundo. Nuestra ayudaen la distancia, a través de las distintasformas de cooperación <strong>misionera</strong>,es vital para que esta labor puedaseguir realizándose. Construir un templo,traducir la Biblia a la lengua deun determinado pueblo, ayudar a llevaradelante proyectos <strong>pastoral</strong>es y deevangelización, dar una respuesta desolidaridad cristiana a tantas situacionesde necesidad... son algunos de loslogros posibles con nuestra contribucióny con la labor impagable de los"misioneros de la fe".Con gran alegría hemos recibido su ayudagenerosa, que nos anima a continuar nuestrapresencia <strong>misionera</strong> junto a este puebloangoleño, que, gracias a Dios, desde haceunos años disfruta de la paz, lo que hace quevaya recuperándose poco a poco. En la misiónde N’tongui somos cuatro hermanas dediferentes países: Colombia, Perú, Congo yEspaña. Nos dedicamos al trabajo en distintas<strong>pastoral</strong>es: formación de catequistas y animadoresde las comunidades, promoción integralde jóvenes y madres, grupos de jóvenes y niños,visitas a las aldeas para apoyar a los animadoresy estar con las familias, reunirles yver sus mayores necesidades.En todas las aldeas encontramos, sobre todo,niños y jóvenes. Nos preocupa que no tenganuna buena educación, pues el nivel es muy bajo.En cuanto a la salud, los centros son muydistantes, y son numerosas las muertes tantopor falta de medios de comunicación para llegarhasta ellos, como por motivos económicos.Con todo y con eso, es un pueblo muy alegre,y, aunque les falte lo necesario para vivir, es-32
Testimoniostán contentos. En verdad, esto nos motiva paraseguir compartiendo nuestra vida con ellos.Gracias a todas las personas que se sacrificarondándonos su ayuda; que el Señor se lorecompense.HNAS. MISIONERAS DE N’TONGUI (Angola)Nuestro vicariato apostólico de Tucupita estáubicado en la parte oriental de Venezuela yabarca todo el delta del Orinoco, una extensiónde 40.200 km 2 , donde prácticamente lagran y única vía de comunicación es el río, ensus diversos “caños”, que forman la desembocadura.Hay una población criolla centradaprincipalmente en la capital del Estado, Tucupita,donde hay carreteras; pero al resto delas poblaciones solo se llega con embarcaciones.De aproximadamente 160.000 habitantes,unos 40.000 son indígenas guaraúnos,ubicados en las márgenes de los ríos.Para atender espiritualmente a toda la población,hay nueve sacerdotes religiosos yuno secular, incardinado en el vicariato; nuevereligiosos no sacerdotes; y catorce religiosas.Estamos trabajando con los seglares paraformar buenos catequistas y prepararloscon vistas a que asuman algunosministerios laicales. Ya tenemosalgunos ministros extraordinariosde la comunión y de la Palabra,para que atiendan algunas comunidades,cuando no pueden irlos sacerdotes. Los presbíteros, religiososy religiosas están trabajandocon mucho entusiasmo para fortalecerla fe en las comunidades, abase de una formación más intensa,ante la avalancha de las sectas evangélicas,que crean gran confusión.Hemos recibido su ayuda, que nos ha hechollegar la Obra Pontificia de la Propagaciónde la Fe. Quiero agradecerles su generosidady, a través de sus personas, dar las graciastambién a todos los que de una formaanónima han hecho esto posible. Lo que ustedesnos envían es sumamente importantepara seguir la tarea evangelizadora, ya queprácticamente no tenemos otros ingresos.MONS. FELIPE GONZÁLEZ,vicario apostólico de Tucupita (Venezuela)He recibido con gran alegría la noticia dePropagación de la Fe, en Roma, de que nuestranueva parroquia del Sagrado Corazón, enNarioa, ha recibido de ustedes una cantidadpara la construcción de su nueva iglesia.La nuestra es una diócesis pobre y rural.Somos abundantemente bendecidos con vocacionesal sacerdocio y a la vida religiosa,pero seguimos necesitando ayuda para construirel Cuerpo de Cristo; precisamente porser bendecidos con vocaciones, podemos crearnuevas parroquias, y de ahí la necesidadde construir nuevos templos.Nuestro más sincero agradecimiento por sudesinteresada ayuda y su solicitud por la misióndel Pacífico sur en las Islas Salomón.Hay que decir que fue el explorador españolÁlvaro de Mendaña, en 1568, el primero en«La conciencia <strong>misionera</strong> tiene que unirnos en la fe y el amor a nuestroshermanos de toda la Tierra, especialmente los pobres y marginados».Mons. George Cosmas Lungu, obispo de Chipata (Zambia)33