que Hei<strong>de</strong>gger no logra elaborar ninguna teoría política coherente, e incluso su viraje post1947 cumple con todos los requisitos <strong>de</strong> ocasionalismo e ingenuidad política que Schmitt<strong>de</strong>tectaba con agu<strong>de</strong>za en el romanticismo alemán.Conciencia pública y conciencia privada, lo estatal y lo individual, lo general y loparticular, reencontramos aquí los dualismos propios <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad transitados por dosfilósofos alemanes en tiempos <strong>de</strong> sonido y furia. Los escombros <strong>de</strong> esos dualismos llevanhoy el nombre <strong>de</strong> pos/mo<strong>de</strong>rnidad, construcción semántica que indica que los viejosdioses han muerto y que los veni<strong>de</strong>ros aún no anuncian su llegada. Ventura en la que el juspublicum Europaeum ha concluído y el poeta en lo abierto pa<strong>de</strong>ce un silencio más<strong>de</strong>sesperante que el <strong>de</strong> los teólogos.16
Excursus: Hamlet y el drama <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión.Luego <strong>de</strong> una atenta lectura <strong>de</strong> los textos schmittianos sería difícil encontrar unpersonaje en la historia <strong>de</strong> la literatura menos cercano al pensador alemán que elatormentado príncipe <strong>de</strong> Dinamarca. A primera vista, Hamlet es un compendio <strong>de</strong> lasactitu<strong>de</strong>s y tópicos que Schmitt <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ña: in<strong>de</strong>cisión 35 , <strong>de</strong>vaneos proto-románticos sobre lalocura, lo inconciente y la sinrazón 36 , autoescudriñamiento enfermo expresado enmonólogos solipsistas 37 por sólo referir algunos. Sin embargo, ¿por qué y para quéSchmitt escribe sobre Hamlet? La respuesta sólo pue<strong>de</strong> ser una: la continuación <strong>de</strong> supolémica con los románticos.Mediante su interpretación en clave epocal <strong>de</strong> la irrupción <strong>de</strong>l Zeitgeist en la obra<strong>de</strong> Shakespeare, Schmitt <strong>de</strong>splaza el foco <strong>de</strong> atención hacia “fuera <strong>de</strong>l texto” paratransformar a Hamlet en una emanación <strong>de</strong> un acontecimiento histórico paradigmático, enun producto concreto al interior <strong>de</strong> una gran historia <strong>de</strong>l espíritu europeo que comienza avacilar in<strong>de</strong>ciso entre catolicismo y protestantismo, entre Roma y Ginebra*.El discurso schmittiano se mueve entre gran<strong>de</strong>s cosas: siglos <strong>de</strong> neutralizaciónes y<strong>de</strong>spolitizaciones, el proceso <strong>de</strong> secularización <strong>de</strong> la matriz católica, la oposición mar ytierra, el nomos <strong>de</strong> un pueblo, la metafísica <strong>de</strong>l liberalismo y el marxismo, etc. Laincapacidad para lo pequeño, el <strong>de</strong>talle y lo psicológico individual es un rasgo <strong>de</strong> lapeculiar racionalidad que Schmitt <strong>de</strong>clara recibir <strong>de</strong> la tradición romana. De igual formaque el soberano <strong>de</strong> Hobbes podía disponer <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los individuos pues ésta existíagracias al or<strong>de</strong>n impuesto por el monarca, así también Schmitt, en tanto pensador <strong>de</strong> lopolítico, se blinda contra cualquier pa<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong>l otro al que no <strong>de</strong>be amar ni odiarpersonalmente objetivándolo como enemigo político.Aquí cabe una aclaración, la enemistad política no es, como apresuradamente suele<strong>de</strong>cirse, meramente una oposición belicosa 38 sino que la guerra es el horizonte <strong>de</strong>posibilidad sobre el que tiene lugar una oposición política. Es cuando la oposición políticaya no pue<strong>de</strong> contener a ese antagonismo concreto que estalla la guerra con su “propiagramática”. Aceptado este punto, la oposición amigo-enemigo es menos radical <strong>de</strong> lo quela crítica cree puesto que los partícipes <strong>de</strong>l antagonismo no se hallan separados por unhiato radicalmente insalvable <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que ambos reconocen politicidad en laposición <strong>de</strong>l otro. Esto es, por más radical que sea el grado <strong>de</strong> intensidad <strong>de</strong> la diferenciaóntica <strong>de</strong> marras, los enemigos <strong>de</strong>scansan sobre un terreno que los alberga como fondo nopensado/percibido <strong>de</strong> su oposición: lo político. Así, el gran logro <strong>de</strong> Hobbes habría sido la35 “... por la sencilla razón <strong>de</strong> que en la mera existencia <strong>de</strong> una autoridad va implícita una <strong>de</strong>cisión y la<strong>de</strong>cisión tiene valor en sí misma...” Carl Schmitt, Teología Política. Cuatro ensayos sobre la soberanía, Bs.As., Sthuhart, 1998, pp 77.36 “El exceso <strong>de</strong> interpretaciones psicológicas ha dado lugar a un laberinto inextricable. La psicología es,como ha dicho incluso un gran psicólogo, Dostoiewski, un bastón <strong>de</strong> doble punta al que se pue<strong>de</strong> dar lavuelta a voluntad.” Hamlet o Hecuba. La irrupción <strong>de</strong>l tiempo en el drama.Valencia, p 7.37 “El autoengaño pertenece a la soledad. El solitario piensa y habla consigo mismo, y en el soliloquio,sobradamente conocido, hablamos con un halagador peligroso. [...] ... cada solipsista ve en el no-yo elenemigo”. Schmitt, Carl, Ex captivitate salus, pp 82-83.38 En Der Begriff <strong>de</strong>r Politischen hallamos al menos dos párrafos que alientan la interpretación en clavebelicosa y otros tantos que parecen <strong>de</strong>notar lo contrario. Más allá <strong>de</strong> esto, tomamos una interpretación“mejorada” <strong>de</strong> Schmitt porque nos parece más <strong>de</strong>safiante, la apresurada <strong>de</strong>scalificación en clave bélica <strong>de</strong>los conceptos amigo-enemigo es ya un tópico <strong>de</strong> la crítica que no quisiéramos volver a transitar.17