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ponencia completa - Instituto de Altos Estudios Sociales

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su crítica al “pensamiento vacío sobre los DDHH”? ¿Qué dificulta<strong>de</strong>s entraña esta crítica y quéprecauciones <strong>de</strong>bemos tener en cuenta para arribar a una correcta comprensión <strong>de</strong> la misma? ¿Esposible establecer un puente entre esta crítica y la problemática <strong>de</strong> los DDHH presente a lo largo <strong>de</strong>los últimos 35 años en Argentina?a) Las críticas históricas a las sucesivas <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> los DDHHSiguiendo el análisis que realiza Lynn Hunt en su libro sobre la historia <strong>de</strong> las diferentes<strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> DDHH 4 : La Invención <strong>de</strong> los Derechos Humanos (2010 para la edición argentina),la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> 1948 se caracteriza por la ampliación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos en relación con gruposrelegados en las <strong>de</strong>claraciones anteriores, pero sin preten<strong>de</strong>r revestirse <strong>de</strong> un carácter universal. Estavez, según Hunt, los <strong>de</strong>rechos ya no constituyen <strong>de</strong>rechos universales, sino que tien<strong>de</strong>n aparticularizar su aplicación restringiéndolos a una precisa <strong>de</strong>limitación (en función <strong>de</strong> grupossociales preestablecidos: una nación, un grupo social –mujeres, trabajadores, niños, etc.) Sinembargo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1776 a 1948 acaecen una serie <strong>de</strong> avances y retrocesos en relación con laaceptación y la aplicación generalizadas <strong>de</strong> las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> DDHH. La formulación <strong>de</strong> 1948 esel fruto <strong>de</strong> más <strong>de</strong> un siglo y medio <strong>de</strong> cuestionamientos, críticas y <strong>de</strong>bates en relación a las diversasaristas <strong>de</strong>l problema que acarrean las <strong>de</strong>claraciones, tales como los límites <strong>de</strong> su aplicación, sueficacia, su naturaleza, su fundamentación y su existencia misma.A los fines <strong>de</strong> su estudio, se pue<strong>de</strong>n sistematizar tres generaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> DDHH. Enla primera generación se establecen los <strong>de</strong>rechos políticos y civiles <strong>de</strong> todos los seres humanos.Como ejemplos <strong>de</strong> <strong>de</strong>claraciones pertenecientes a este grupo encontramos la <strong>de</strong>claraciónestadouni<strong>de</strong>nse <strong>de</strong> 1776 y la francesa <strong>de</strong> 1789, las cuales preten<strong>de</strong>n limitar la injerencia <strong>de</strong> lopúblico en la esfera <strong>de</strong> lo privado (sobre todo en lo concerniente a la propiedad privada), mediantela postulación <strong>de</strong> las diversas “liberta<strong>de</strong>s individuales universales”: liberta<strong>de</strong>s sin restricción <strong>de</strong>nacionalidad, aunque si <strong>de</strong> sexo (las mujeres son relegadas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y constituyen un grupominoritario en ambas <strong>de</strong>claraciones –“minoritario” en sentido <strong>de</strong>leuziano, como veremos más<strong>de</strong>lante-).Los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> segunda generación extien<strong>de</strong>n el marco <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho hacia el ámbito <strong>de</strong> los<strong>de</strong>rechos económicos, sociales y culturales, y se fundan en la preeminencia <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> la igualdadpor sobre los <strong>de</strong>más valores. Habiéndose puesto el acento en lo económico, esta <strong>de</strong>claracióncontempla nuevos grupos minoritarios (como los asalariados, las mujeres, los niños, etc.) Como4 Tomaremos en cuenta principalmente las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong>: 1689 (Bill of Rights - Inglaterra), 1776 (Declaración <strong>de</strong> laIn<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los Estados Unidos <strong>de</strong> América), 1789 (Declaración <strong>de</strong> los Derechos <strong>de</strong>l Hombre y <strong>de</strong>l Ciudadano- Francia), 1948 (Declaración Universal <strong>de</strong> los Derechos Humanos - ONU) y 2009 (Declaración Universal <strong>de</strong>Derechos Humanos Emergentes).


elemento innovador, esta <strong>de</strong>claración visa una normalización y regulación <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong>los individuos, así como la necesidad <strong>de</strong> asegurar el acceso generalizado a la educación, elesparcimiento y la cultura, junto con el establecimiento <strong>de</strong> un umbral <strong>de</strong> dignidad mínimo <strong>de</strong> lascondiciones <strong>de</strong> subsistencia <strong>de</strong> todos los seres humanos. Esta generación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos afirma el rolactivo <strong>de</strong>l Estado en la aseguración <strong>de</strong>l cumplimiento y la aplicación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos enunciados enla Declaración Universal <strong>de</strong> los Derechos Humanos <strong>de</strong> la ONU en 1948.Finalmente, los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> tercera y cuarta generación son aquellos que se relacionan con losriesgos <strong>de</strong> violaciones a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la primera y segunda generación, frutos <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong>nuevas tecnologías a nivel mundial y <strong>de</strong> la irrupción <strong>de</strong> los totalitarismos en la historia. Lasexperiencias totalitarias y autoritarias acaecidas en el mundo en diversas coor<strong>de</strong>nadas espaciotemporales;el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong>l medio ambiente y los perjuicios que ello acarrea para los sereshumanos; los riesgos producidos por la híper-conectividad y la globalización; la necesidad <strong>de</strong>formular una bioética conforme con las posibilida<strong>de</strong>s a las que es confrontado el sujetocontemporáneo; la regulación <strong>de</strong> las biopolíticas (en sentido foucaultiano) y la consiguientemanipulación <strong>de</strong> la vida y la muerte, son algunas <strong>de</strong> las problemáticas que atañen a esta nuevageneración <strong>de</strong> DDHH. Un ejemplo <strong>de</strong> ellos es el dado por la Declaración Universal <strong>de</strong> DerechosHumanos Emergentes 5 , que intentará vincular activamente a la sociedad civil en la lucha por elreconocimiento, la protección y la garantía <strong>de</strong> nuevos DDHH, en el sentido <strong>de</strong> la ampliación <strong>de</strong> losDDHH tradicionalmente establecidos ( <strong>de</strong> primera y segunda generación).Ahora bien, estas sucesivas <strong>de</strong>claraciones (seleccionadas por su importancia, en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> otrasque <strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> lado), fueron sometidas a diversas críticas emprendidas por una larga lista <strong>de</strong>autores <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace más <strong>de</strong> dos siglos. La oposición <strong>de</strong> fuerzas in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntistas (EEUU, 1776) yrepublicanas (Francia, 1789), frente a los po<strong>de</strong>res monárquicos <strong>de</strong> Inglaterra y Francia (los cualesintentaban perseverar en su po<strong>de</strong>río), constituyeron el primer momento crítico <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> losDDHH. Algunos autores como E. Burke (1729-1797) sostenían que “la libertad sólo podía sergarantizada por un gobierno enraizado en la historia <strong>de</strong> una nación” (Hunt: 2010, 182). Dado quelos partidarios <strong>de</strong> los DDHH restaban importancia a la tradición y la historia en el proceso <strong>de</strong>establecimiento <strong>de</strong> los DDHH, Burke en su libro Reflections on the Revolution in France (1790),tilda a la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> 1789 <strong>de</strong> “abstracción metafísica” en razón <strong>de</strong> la ineficiencia <strong>de</strong> la mismapara imponer su obediencia. Siguiendo esta línea, una serie <strong>de</strong> realistas contra-revolucionariosarremeten contra las <strong>de</strong>claraciones por temor a un aumento generalizado <strong>de</strong> los conflictos sociales yla violencia. Por otra parte, estos autores dan cuenta <strong>de</strong> una profunda <strong>de</strong>sconfianza sobre el carácteremancipador <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> la Ilustración, en relación con la expansión <strong>de</strong>l pensamiento laico, elindividualismo y la liberación <strong>de</strong> los lazos <strong>de</strong> sujeción <strong>de</strong>l individuo respecto <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r monárquico5 A este respecto consultar: http://www.idhc.org/cat/documents/Biblio/DUDHE.pdf


y la Iglesia Católica 6 . En Alemania e Italia también se genera un movimiento que <strong>de</strong>sprecia lasi<strong>de</strong>as francesas sobre los DDHH, abriendo paso a un retraimiento hacia la exacerbación <strong>de</strong> losdiferentes nacionalismos, en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> la universalidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. Sin embargo, estosautores críticos <strong>de</strong>l nuevo pensamiento <strong>de</strong> los DDHH 7 preferirán las formas <strong>de</strong> gobierno<strong>de</strong>mocráticas: rechazan más el imperialismo francés, que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> unos DDHHuniversales. Sin embargo, para ellos es la nación -más que los DDHH en sí-, la que pue<strong>de</strong> unir a losseres humanos bajo algún tipo posible <strong>de</strong> <strong>de</strong>nominador universal común. Es por ello que seresguardan bajo un nuevo modo <strong>de</strong> nacionalismo, que buscará, por ejemplo, las raíces étnicas <strong>de</strong>lestado-nación alemán (raigambre que <strong>de</strong>ja ya vislumbrar el <strong>de</strong>sarrollo posible que estas i<strong>de</strong>astendrán a lo largo <strong>de</strong> la primera mitad <strong>de</strong>l s. XX.)Hacia 1848 los nacionalismos abren paso a otra forma <strong>de</strong> crítica: la crítica sobre el carácterabstracto y pretendidamente universalizante <strong>de</strong> los DDHH, llevada a cabo por K. Marx 8 . Para elfilósofo alemán los DDHH no respon<strong>de</strong>n más que a intereses individualistas correspondientes a laburguesía. No se trata ya <strong>de</strong> asegurar mediante ambas <strong>de</strong>claraciones (estadouni<strong>de</strong>nse y francesa) los<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> todos (y en particular <strong>de</strong>l sujeto <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos), sino <strong>de</strong> asegurar la propiedadprivada y los intereses específicos <strong>de</strong> las clases privilegiadas (particularmente la burguesía). ParaMarx estos DDHH reproducen el sistema <strong>de</strong> producción capitalista, en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> las clasespopulares (proletariado), cuyo único bien radica en su fuerza <strong>de</strong> trabajo. De allí que Marx criticarála pretensión <strong>de</strong> universalidad <strong>de</strong> ambas <strong>de</strong>claraciones, así como también su carácter abstracto,afirmando con ello el alejamiento <strong>de</strong> los DDHH (como producto <strong>de</strong> la razón abstracta) <strong>de</strong> larealidad concreta <strong>de</strong> los seres humanos más <strong>de</strong>sposeídos. Estas dos características <strong>de</strong> la críticamarxista al discurso <strong>de</strong> los DDHH serán retomadas por Deleuze y Guattari en L’Anti-Oedipe(1972), Mille Plateaux (1980) y Qu’est-ce que la philosophie? (1991), para ser planteados como eje<strong>de</strong> su crítica (a la cual sumarán un “plus”, al partir <strong>de</strong> ella para empren<strong>de</strong>r la crítica a la filosofía <strong>de</strong>los DDHH <strong>de</strong> los “nouveaux philosophes”, tal como veremos más a<strong>de</strong>lante).Por razones <strong>de</strong> extensión <strong>de</strong>jaremos <strong>de</strong> lado, en esta ocasión, las críticas <strong>de</strong>l positivismo <strong>de</strong> A.Comte presentes en obras tales como: Discours sur l’esprit positif (1842), Système <strong>de</strong> politiquepositive (1851/1854) y especialmente en Catéchisme positiviste (1890). También pasaremos por altolas críticas utilitaristas <strong>de</strong> J. Bentham (continuación <strong>de</strong>l positivismo jurídico), las pragmáticas <strong>de</strong> J.S. Mill, y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho natural M. Villey en su libro Le Droit et les Droits <strong>de</strong> l’homme(1983).6 Entre ellos se <strong>de</strong>stacan John Robinson en Escocia, o bien Louis <strong>de</strong> Bonald a fines <strong>de</strong>l s. XVIII e inicios <strong>de</strong>l s. XIX enFrancia.7 Entre ellos encontramos principalmente a F. Jahn en Alemania, al italiano Manzzini, a Bolívar en Venezuela, etc.8 Textos principales sobre la crítica: Sobre la cuestión judía (1843) y La i<strong>de</strong>ología alemana (1845). También consultar:La miseria <strong>de</strong> la filosofía (1847), Manifiesto comunista (1848), Grundrisse (1857), El capital (1867), La guerra civilen Francia (1871), la Crítica <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> Gotha (1875), etc.


) La crítica <strong>de</strong> Deleuze y Guattari al “pensamiento vacío <strong>de</strong> los DDHH”.La crítica a lo que Deleuze y Guattari llaman “el pensamiento vacío <strong>de</strong> los DDHH” se inscribe<strong>completa</strong>mente en lo que hemos <strong>de</strong>nominado más arriba como la “crítica marxista” a las<strong>de</strong>claraciones estadouni<strong>de</strong>nse y francesa <strong>de</strong> los DDHH (<strong>de</strong> primera generación). Ahora bien, estacrítica presenta ciertas particularida<strong>de</strong>s que la distinguen <strong>de</strong> la crítica formulada por Marx y queatañen a diferentes aspectos, tanto relativos al contexto <strong>de</strong> formulación <strong>de</strong> la crítica, como a lacircunscripción <strong>de</strong> la misma <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una obra vasta y compleja como la <strong>de</strong> Deleuze y Guattari (yasea que la tomemos en conjunto y/o por separado.)La primera distinción que cabe realizar a este respecto tiene que ver con ¿ qué entien<strong>de</strong>n los autorespor DDHH a la hora <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r su crítica? Puesto que, si seguimos la crítica marxista <strong>de</strong> losDDHH, po<strong>de</strong>mos afirmar que estos <strong>de</strong>rechos, al no respon<strong>de</strong>r más que a los intereses <strong>de</strong> laburguesía y a la reproducción <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> producción capitalistas -que favorecen a esta mismaclase privilegiada-, no son más que <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>stinados a asegurar la preeminencia <strong>de</strong> lo que losautores llaman “mayoría”, en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> una “minoría”. Esta dicotomía respon<strong>de</strong>, por su parte ados concepciones diferentes <strong>de</strong> los DDHH. Por un lado encontramos los DDHH <strong>de</strong> las “mayorías”(aquellos a los que Marx hacía referencia, ubicándolos en la base <strong>de</strong> su crítica), a saber, los<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> aquellos que poseen ya todos los <strong>de</strong>rechos. Las “mayorías”, para Deleuze y Guattari,son modos prototípicos <strong>de</strong> ser-sujeto (<strong>de</strong> “sujeción”. Prototipos que <strong>de</strong>finen grupos –o gruposprototípicos-: sujeto varón, blanco, adulto, occi<strong>de</strong>ntal, hablante <strong>de</strong> una lengua estándar, etc.),creados por la axiomática inmanente al sistema capitalista. Esta axiomática, según los autores, serelaciona con el Estado-nación en tanto que :“Si no existe un Estado <strong>de</strong>mocrático universal […] es <strong>de</strong>bido a que lo único que es universal en elcapitalismo es el mercado […] el capitalismo funciona como una axiomática inmanente <strong>de</strong> flujos<strong>de</strong>scodificados […] Los Estados nacionales […] constituyen los «mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> realización» <strong>de</strong> estaaxiomática inmanente […] Es como si la <strong>de</strong>sterritorialización <strong>de</strong> los Estados mo<strong>de</strong>rara la <strong>de</strong>l capital, yproporcionara a éste las re-territorializaciones compensatorias.” (1991, 101-102)En este sentido, podríamos <strong>de</strong>cir que los DDHH <strong>de</strong> la primera generación respon<strong>de</strong>n a estacategoría, puesto que tien<strong>de</strong>n a reproducir y asegurar el status quo <strong>de</strong> la sociedad organizada (ysojuzgada, o bien, “sujeta” / “assujetti”) según la reproducción <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> produccióncapitalista: reproducción que necesariamente relega, a los márgenes <strong>de</strong>l sistema, a ciertos gruposresiduales o minoritarios. Es en el sentido trazado por estos grupos, que Deleuze y Guattari noadmitirían quizás la posibilidad <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r una crítica al discurso <strong>de</strong> los DDHH, si éste sefundara en una concepción minoritaria <strong>de</strong> los mismos. Es <strong>de</strong>cir, si mediante la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “discurso <strong>de</strong>los DDHH” nos refiriéramos al “<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> aquellos que se encuentran por completo <strong>de</strong>sprovistos<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos” (Boutang y Parnet, 1988) (esto es, las “minorías”, los “<strong>de</strong>venires minoritarios”,


“grupos sujetos” o “grupos revolucionarios”), entonces creemos que no sería lícito hablar <strong>de</strong> unacrítica <strong>de</strong> los DDHH en Deleuze y Guattari.Ahora bien, ¿con qué otros elementos se relaciona, entonces, esta crítica al discurso sobre losDDHH -en función <strong>de</strong> su respuesta a intereses “mayoritarios”-? Ella se relacionará con por lomenos tres temáticas mayores.(a) Por un lado, la tríada Capitalismo-Democracia-DDHH (DDHH en el sentido <strong>de</strong> las violaciones<strong>de</strong> éstos últimos, fruto <strong>de</strong> la producción inmanentemente capitalista <strong>de</strong> la miseria). En este sentido,Deleuze y Guattari afirman <strong>de</strong> manera contun<strong>de</strong>nte :“los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> realización [<strong>de</strong> la axiomática capitalista] pue<strong>de</strong>n ser muy variados (<strong>de</strong>mocráticos,dictatoriales, totalitarios...), pue<strong>de</strong>n ser realmente heterogéneos, y no por ello son menos isomorfos enrelación con el mercado mundial, en tanto que éste no sólo supone, sino que produce <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>terminantes. Debido a ello […] los Estados <strong>de</strong>mocráticos están tan vinculados -ycomprometidos- con los Estados dictatoriales que la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l hombre tiene que pasarnecesariamente por la crítica interna <strong>de</strong> toda <strong>de</strong>mocracia […] Los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l hombre son axiomas:pue<strong>de</strong>n coexistir con muchos más axiomas en el mercado -particularmente en lo que a la seguridad <strong>de</strong> lapropiedad se refiere- que los ignoran o los <strong>de</strong>jan en suspenso mucho más aún <strong>de</strong> lo que los contradicen.”(1991: 102)Y un año antes, en diálogo con Toni Negri, Deleuze afirma:Lo único universal <strong>de</strong>l capitalismo es el mercado. No hay Estado universal porque ya existe un mercadouniversal cuyos focos y cuyas Bolsas son los Estados. No es universalizante ni homogeneizador, es unaterrible fábrica <strong>de</strong> riqueza y <strong>de</strong> miseria. Los <strong>de</strong>rechos humanos no conseguirán santificar las “<strong>de</strong>licias” <strong>de</strong>lcapitalismo liberal en el que participan activamente. No hay un sólo Estado <strong>de</strong>mocrático que no estécomprometido hasta la saciedad en esta fabricación <strong>de</strong> miseria humana […] una constante <strong>de</strong>l capitalismosigue siendo la extrema miseria <strong>de</strong> las tres cuartas partes <strong>de</strong> la humanidad, <strong>de</strong>masiado pobres paraen<strong>de</strong>udarlas, <strong>de</strong>masiado numerosas para encerrarlas.” (1990: 271)(b) Por otra parte, encontramos en la crítica <strong>de</strong>leuziana los rasgos distintivos <strong>de</strong> la crítica a los<strong>de</strong>rechos formales formulada por el marxismo, en relación con los caracteres abstracto yuniversalizante <strong>de</strong> los DDHH. Deleuze y Guattari afirman a este respecto:“Los <strong>de</strong>rechos no salvan a los hombres, ni a una filosofía que se reterritorializa en el Estado <strong>de</strong>mocrático[…] Nada dicen los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l hombre sobre los modos <strong>de</strong> existencia inmanentes <strong>de</strong>l hombre provisto<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos.” (1991: 103)En este sentido <strong>de</strong>bemos, en primer lugar, señalar que las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> los DDHH <strong>de</strong> primerageneración suponen la existencia <strong>de</strong> una “naturaleza” o “condición” humanas universalmenteextendidas, supuesto que se revela <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ya bastante problemático. Es <strong>de</strong>cir, el supuesto <strong>de</strong> laexistencia <strong>de</strong> un fundamento <strong>de</strong> los DDHH <strong>de</strong> características invariables <strong>de</strong> un punto al otro <strong>de</strong>lplaneta, se revela para Deleuze y Guattari <strong>completa</strong>mente vacío <strong>de</strong> contenido real, <strong>de</strong>velando unalínea <strong>de</strong> pensamiento que pasa por alto la especificidad y a la complejidad <strong>de</strong> cada caso concreto 9 .(c) Por último la crítica <strong>de</strong>leuziana, en tanto que se inscribe en el ámbito <strong>de</strong> enunciación <strong>de</strong> la críticamarxista, conforma asimismo una verda<strong>de</strong>ra crítica al discurso sostenido por los “nouveaux9 Todo lo cual nos reenvía al problema <strong>de</strong> la fundamentación <strong>de</strong> los DDHH, el cual no abordaremos aquí en razón <strong>de</strong> laextensión <strong>de</strong>l presente trabajo.


intrínseca <strong>de</strong>l actual capitalismo-financiero; el sistema <strong>de</strong> organización política <strong>de</strong>mócrata (y social<strong>de</strong>mócrata)extendido a nivel global; y el estado <strong>de</strong> intensa producción <strong>de</strong> miseria, que acarreaconsigo la relación entre esos dos principales planos inmanentes (Capitalismo y Democracia). Porconsiguiente, el discurso sobre los DDHH en un estado <strong>de</strong> cosas tal como el enunciado,simplemente no dice nada (o bien, <strong>de</strong>svía la atención) respecto <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro problema: cuyasolución radica en la <strong>de</strong>s-configuración (o re-configuración) <strong>de</strong> la situación mundialcontemporánea.(b) La vacuidad <strong>de</strong> los caracteres <strong>de</strong> “abstracción y pretensión universalizante” <strong>de</strong> los DDHH <strong>de</strong> lallamada primera generación. En consonancia con Marx, Deleuze y Guattari sostienen que losDDHH no dicen propiamente nada respecto <strong>de</strong> los modos <strong>de</strong> ser inmanentes <strong>de</strong> los individuosconcretos. Al constituir faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los seres humanos, no necesariamente se encuentranasegurado su respeto y obediencia. Es la jurispru<strong>de</strong>ncia la que se ocupa <strong>de</strong> velar por la prevención<strong>de</strong> las violaciones concretas <strong>de</strong> los DDHH, sobre individuos igualmente concretos.(c) La dimensión <strong>de</strong> vacuidad que se revela en el “pensamiento vacío <strong>de</strong> los DDHH” <strong>de</strong>sarrolladopor los “nouveaux philosophes”, respon<strong>de</strong> a la esterilidad <strong>de</strong>l pensamiento en general -y <strong>de</strong>lpensamiento político y filosófico, en particular- intrínseca a lo que Deleuze caracteriza como lopropio a “los momentos pobres <strong>de</strong> la cultura” (Boutang y Parnet: 1988, “C comme Culture”). Setrata, entonces, <strong>de</strong> un cúmulo <strong>de</strong> proposiciones que: (a) constituyen un pensamiento vacío que nodice nada propiamente sobre <strong>de</strong> mundo (retoman conceptos grandilocuentes <strong>de</strong> la filosofía –LA ley,EL po<strong>de</strong>r, LA historia, etc.- utilizándolos en función <strong>de</strong> su oposición en dicotomías grotescas); (b)es estéril respecto <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> nuevos conceptos y la fina articulación <strong>de</strong> los mismos (quehacerinmanente a la filosofía); y (c) contribuyen a la reproducción capitalista gracias a que constituyenun pensamiento-para-el-mercado (marketing), al mismo tiempo que renuevan el pensamientoautor.c) “Los argentinos somos <strong>de</strong>rechos y humanos”: el “pensamiento vacío <strong>de</strong> los DDHH” serefleja en el eslogan 11 dictatorial.En respuesta a las numerosas <strong>de</strong>nuncias sobre violaciones sistemáticas <strong>de</strong> los DDHH acaecidas enArgentina a partir <strong>de</strong> 1975, recibidas por la Comisión Interamericana <strong>de</strong> Derechos Humanos(CIDH) “antes y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l pronunciamiento militar <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976” (OEA-CIDH, 2009: p.19), la CIDH pone en marcha una serie <strong>de</strong> estrategias con el fin <strong>de</strong> llevar a término unainvestigación profundizada sobre este sujeto in loco, lo cual dará lugar a la llegada <strong>de</strong> la comisión aBuenos Aires en septiembre <strong>de</strong> 1979. En este contexto, el gobierno <strong>de</strong> facto boicotea la iniciativa <strong>de</strong>la comisión <strong>de</strong>nunciando que ésta respondía a la existencia <strong>de</strong> una campaña <strong>de</strong> difamación "anti-11 A lo largo <strong>de</strong> nuestra exposición utilizaremos el término “eslogan” en sentido arendtiano.


argentina” (estrategia que logra velar a la opinión pública el hecho <strong>de</strong> que la iniciativa <strong>de</strong> la CIDHse proponía <strong>de</strong>jar al <strong>de</strong>scubierto los crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad que comprometían seriamente alpo<strong>de</strong>r dictatorial en toda la república). En esta oportunidad, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber recibido la visita <strong>de</strong>las personalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>signadas por la OEA a tal fin, el gobierno dictatorial lanza el eslogan "Losargentinos somos <strong>de</strong>rechos y humanos". Esta acción (dirigida a la opinión pública en general y a suamplificación llevada a cabo por los medios <strong>de</strong> comunicación hegemónicos), <strong>de</strong>nuncia la existencia<strong>de</strong> una campaña <strong>de</strong> difamación "anti-argentina": la simple presencia <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la CIDH enterritorio argentino constituía una prueba materializada <strong>de</strong> ello.Ahora bien, el eslogan <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> facto que sostiene que "Los argentinos somos <strong>de</strong>rechos yhumanos", ¿se refiere acaso a la misma concepción (mayoritaria) <strong>de</strong> los DD.HH que criticannuestros autores? ¿Y en qué medida? Una posible vía <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong>l eslogan dictatorial reenvíainmediatamente a la dimensión <strong>de</strong> vacuidad que Deleuze y Guattari <strong>de</strong>nuncian en su crítica, puestoque como vimos anteriormente:“En una axiomática, los mo<strong>de</strong>los no remiten a una trascen<strong>de</strong>ncia, al contrario. [Y] los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong>realización pue<strong>de</strong>n ser muy variados (<strong>de</strong>mocráticos, dictatoriales, totalitarios) […] y no por ello sonmenos isomorfos en relación con el mercado mundial. [Asimismo] los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l hombre son axiomas:pue<strong>de</strong>n coexistir con muchos más axiomas en el mercado […] que los ignoran o los <strong>de</strong>jan en suspensomucho más aún <strong>de</strong> lo que los contradicen.” (1991: 103)Siguiendo esta línea po<strong>de</strong>mos sostener que la estrategia <strong>de</strong>l eslogan consiste en ocultar, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> laafirmación implícita <strong>de</strong>l respeto y <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los DDHH, la realidad <strong>de</strong> las violacionessistemáticas <strong>de</strong> los mismos. En este sentido, el eslogan “no quiere <strong>de</strong>cir nada” (respecto <strong>de</strong>l mundoy <strong>de</strong>l afuera <strong>de</strong> sí mismo), puesto que vemos claramente cómo los axiomas <strong>de</strong>mocráticos <strong>de</strong> respetoy sostén <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> los DDHH (minoritarios) pue<strong>de</strong>n coexistir a la perfección con aquellosaxiomas mayoritarios –sostenidos por el régimen <strong>de</strong> facto- relativos a la lucha contra el comunismoy la subversión, que justifican para el régimen dictatorial la consiguiente violación a los DDHH (lacual se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> inmediatamente <strong>de</strong> esta lucha contra el frente “anti-argentino”, en sentidoamplio).CONCLUSIONA lo largo <strong>de</strong> este estudio intentamos ahondar en la crítica al discurso sobre los DD.HH. emprendidapor Deleuze y Guattari. Asimismo, esbozamos las relaciones existentes entre la crítica al“pensamiento vacío <strong>de</strong> los DD.HH.” y: (a) la crítica a la lógica inmanente al capitalismo; (b) lacrítica a la relación Democracia-Capitalismo-DDHH; y (c) la crítica al “pensamiento vacío <strong>de</strong> losDDHH” <strong>de</strong>sarrollados por los “nouveaux philosophes”.Diversos <strong>de</strong>sarrollos son posibles, en función <strong>de</strong> profundizar la comprensión <strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s que


acarrea: (a) el estudio sobre las críticas que impusieron avances y retrocesos en la conformación <strong>de</strong>una historia <strong>de</strong> los DDHH; (b) la relación específica entre la crítica <strong>de</strong>leuziana y el problema <strong>de</strong> losDDHH en el contexto argentino <strong>de</strong> la última dictadura militar; y esto, tanto al nivel <strong>de</strong> la teorizaciónfilosófica sobre las violaciones concretas a los DDHH infligidas a los <strong>de</strong>tenidos en cautiverio; comoal nivel <strong>de</strong> la “<strong>de</strong>saparición” como forma <strong>de</strong> “axiomática” <strong>de</strong>l plano <strong>de</strong> inmanencia propio al“Proceso <strong>de</strong> reorganización nacional”; y como, finalmente, al nivel discursivo: esto es, las diversasapreciaciones teóricas sobre la fundamentación, la eficacia, la aplicación jurídica, la lucha por suextensión a los márgenes minoritarios <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y las dificulta<strong>de</strong>s inherentes a la enunciación <strong>de</strong>la simple existencia <strong>de</strong> los DDHH.Otro <strong>de</strong> los posibles <strong>de</strong>sarrollos que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la línea <strong>de</strong> análisis trazada en el presentetrabajo se relaciona con el interrogante que se plantea sobre la relación posible entre la crítica<strong>de</strong>leuziana al “pensamiento vacío” <strong>de</strong> los DD.HH., y la <strong>de</strong>limitación estrictamente conceptual entrediferentes tipos y grados <strong>de</strong> violaciones <strong>de</strong> los DD.HH. y el “crimen <strong>de</strong> lesa-humanidad”propiamente dicho. En la confusión entre unos y otro radica un gran malentendido: el <strong>de</strong>l carácterpseudo-misántropo <strong>de</strong> las diversas críticas efectuadas a las sucesivas <strong>de</strong>claraciones elaboradas a lolargo <strong>de</strong> la historia. En este sentido, se pue<strong>de</strong> vislumbrar que en el fondo <strong>de</strong> esta cuestión esprobable toparse con el problema <strong>de</strong> las relaciones entre “Humanismo” y “Humanitarismo”. De estemodo, existe una línea posible <strong>de</strong> trabajo -vinculada con el estudio que nos ocupa a presente-,relativa a las críticas históricas a la “Ilustración” y al “Humanismo” como pensamiento filosófico.Asimismo, se pue<strong>de</strong> realizar un paralelismo entre la crítica al “Humanismo” emprendida porDeleuze y Foucault (separadamente) y la crítica al “pensamiento vacío” <strong>de</strong> los DDHH realizada porDeleuze y Guattari.BIBLIOGRAFÍA :Bill of Rights (1689), http://www.constitution.org/eng/eng_bor.htmBOUTANG, P. Y PARNET, C. (1988), L’Abécédaire <strong>de</strong> Gilles Deleuze. Capítulos : « C commeCulture », « G comme Gauche » y « R comme Résistence ».CIDH-OEA (2009), Informe sobre la Situación <strong>de</strong> los Derechos Humanos en Argentina. BuenosAires : Eu<strong>de</strong>ba.Declaración <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los EUA ( 1776), Declaración Universal <strong>de</strong> los Derechos<strong>de</strong>l Hombre y <strong>de</strong>l Ciudadano (1789) y Declaración Universal <strong>de</strong> los Derechos Humanos (1948),en Hunt, L. (2010), La invención <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos. Buenos Aires : Tusquets.Declaración Universal <strong>de</strong> los Derechos Humanos Emergentes (2009),http://www.idhc.org/cat/documents/Biblio/DUDHE.pdfDELEUZE, G. y GUATTARI, F. (1972), Capitalisme et schizophrénie : L'Anti-Œdipe. París : Leséditions <strong>de</strong> Minuit.——— y PARNET, C. (1977), Dialogues. París : Flammarion.——— y GUATTARI, F. (1980), Capitalisme et schizophrénie 2 : Mille Plateaux. París : Leséditions <strong>de</strong> Minuit.——— (1990), Pourparlers 1972–1990. París : Les éditions <strong>de</strong> Minuit.———, F. GUATTARI (1991), Qu'est-ce que la philosophie ? París : Les éditions <strong>de</strong> Minuit.


Hunt, L. (2010), La invención <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos. Buenos Aires : Tusquets.


“I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>”IDAES | UNSAMFecha:8, 9 y 10 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2013Lugar:Campus Miguelete25 <strong>de</strong> Mayo y Francia, San Martín, Provincia <strong>de</strong> Buenos Aires11. Historia, política y memorias en el Cono SurCoordinadores:Lizbeth Arenas Fernán<strong>de</strong>zMaría Paula LucianiLaura PanizoEsteban PontorieroMemoria política y justicia transicional en Argentina <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> treinta años <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia.Notas para un <strong>de</strong>bate.Nicholas Rauschenberg (UNLP) *nicholasrauschenberg@yahoo.com.brParece que la década menemista (1989-1999) con la impunidad a represores y continuida<strong>de</strong>sen política económica con la dictadura militar potenció lo que Michael Pollak (1989) llamó“memoria colectiva subterránea” que se opone a una memoria organizada que, aun siendo colectiva,es “encuadrada”, es <strong>de</strong>cir, direccionada a un <strong>de</strong>terminado fin en un cierto contexto, prevaleciendoen ella un recorte arbitrario <strong>de</strong>bidamente justificado. Esas memorias subterráneas tien<strong>de</strong>n a ser“guardadas en estructuras <strong>de</strong> comunicación informales y pasan sin llamar la atención en la socieda<strong>de</strong>nglobante” (Pollak 1989, p. 8). Si, por un lado, con los “juicios por la verdad” iniciados amediados <strong>de</strong> los años 1990, se pudo ver un modo <strong>de</strong> “encuadramiento” y elaboración <strong>de</strong> la memoria(Adorno 1962) que visaban aunque en un largo plazo objetivamente la justicia, otro sector <strong>de</strong> lasociedad parece sorprendido con los <strong>de</strong>spliegues <strong>de</strong> los juicios actuales (megacausas etc.). Sianalizamos los discursos que se contraponen a la política <strong>de</strong> la memoria en la Argentina actual,<strong>de</strong>sconfiaremos <strong>de</strong> la intencionalidad política que ellos pue<strong>de</strong>n escon<strong>de</strong>r. Antes que memoriasubterránea, podríamos llamar a ese fenómeno “olvido subterráneo”: es la repulsa a recordar y,cuando no queda otra alternativa, recordar sin recordar los avances en materia <strong>de</strong> justicia*Licenciado en Ciencias <strong>Sociales</strong> por la Universidad <strong>de</strong> San Pablo, Brasil. Alumno <strong>de</strong> la Maestría en Historia yMemoria – FaHCE/UNLP.


transicional y <strong>de</strong>rechos humanos. Lo que quiero llamar aquí “olvido o negacionismo subterráneo”es una forma <strong>de</strong> negacionismo <strong>de</strong> cierta forma “ilustrado”, ya que proviene inclusive <strong>de</strong>celebrida<strong>de</strong>s intelectuales como Beatriz Sarlo e muchos periodistas <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s gruposmediáticos. Ese negacionismo subterráneo siempre acusa la memoria oponente <strong>de</strong> estar impregnada<strong>de</strong> “olvido” (intencional), <strong>de</strong> ser “i<strong>de</strong>ológica” y parcial. Ese negacionismo parece en el fondo quererignorar que hubo un genocidio e insiste en comparar y equiparar la acción militar a la acciónarmada insurgente. En Los abusos <strong>de</strong> la memoria, Todorov (2000) explica que la memoria esnecesariamente una selección. Sin embargo, ¿qué implicaría un abuso <strong>de</strong> la memoria o <strong>de</strong>l olvido sino una justificación o la acusación <strong>de</strong> una justificación in<strong>de</strong>bida? Como veremos, comparar parajustificar y ejemplificar pue<strong>de</strong> traer malentendidos.En el día ocho <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 2012, Alejandro Katz, dueño <strong>de</strong> la prestigiosa editoral Katz,publicó un artículo 12 en el diario La Nación, titulado Políticas <strong>de</strong> la memoria que más bien buscanel olvido. En el artículo, Katz cuestiona la política <strong>de</strong> la memoria referente al terrorismo <strong>de</strong> Estado<strong>de</strong> los años 1970 llevada a<strong>de</strong>lante por el actual gobierno <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 2003. En el mismo 8 <strong>de</strong> nobiembre(el famoso 8N), organizaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha convocaron sus simpatizantes (en total comparecieron alObelisco <strong>de</strong> la capital porteña cerca <strong>de</strong> 20.000 personas “blancas y bien vestidas 13 ) para un“cacerolazo” contra el gobierno <strong>de</strong> Cristina Kirchner, reivindicando la no reforma <strong>de</strong> la constitución(re-reelección, “libertad” para comprar dólares y “no” a la Ley <strong>de</strong> Medios Audiovisuales quereglamenta el sector limitando los monopolios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 2009). El evento contó con diversas agresionesa periodistas que no representaban los intereses <strong>de</strong> los organizadores <strong>de</strong> esa marcha. El único grupo<strong>de</strong> prensa no agredido se limitó al po<strong>de</strong>roso Grupo Clarín, que se niega a cumplir la ley <strong>de</strong> medios ymantiene un amplio monopolio <strong>de</strong> medios <strong>de</strong> comunicación: ese grupo <strong>de</strong> multimedios posee más<strong>de</strong> 300 medios, siendo <strong>de</strong> éstos más <strong>de</strong> 240 canales <strong>de</strong> televisión a través <strong>de</strong>l absoluto monopolio <strong>de</strong>la Tele por cable (empresa Cablevisión). Esta ley, que es una referencia para la multiplicidad <strong>de</strong>voces y un estímulo sin prece<strong>de</strong>ntes para producciones audiovisuales locales (ver Baranchuk 2011),tiene un artículo, el 161, que <strong>de</strong>termina el fin <strong>de</strong> los monopolios. Eso irrita, claro, al Grupo Clarín,que también posee el diario La Nación don<strong>de</strong> Alejandro Katz publicó su artículo. Por tanto, el clima<strong>de</strong>l 8N, era alimentado por una consigna <strong>de</strong> “libertad” <strong>de</strong> mercado alentada por un monopoliocomunicativo que ve en la Ley <strong>de</strong> Medios, juntamente con una serie <strong>de</strong> políticas <strong>de</strong>l actualgobierno, entre ellas, las políticas <strong>de</strong> la memoria por medio <strong>de</strong> la justicia penal y <strong>de</strong> redistribución através <strong>de</strong> políticas sociales, sus intereses más consolidados amenazados. No sorpren<strong>de</strong> que, en eseclima aguerrido, los periodistas <strong>de</strong> ese grupo, juntos con sus socios <strong>de</strong> la Sociedad Interamericana1213Para leer el artículo, accesar: http://www.lanacion.com.ar/1524456-politicas-<strong>de</strong>-la-memoria-que-mas-bienbuscan-el-olvidoComo “antropólogo” fui a la marcha el grito cantado que más se oía <strong>de</strong> esas personas enfurecidas era: “el que nosalta es un negro K!” Sobre el racismo argentino ver Ratier (1972), Margulis e Urreti (1998), Solomianski (2003) eBelve<strong>de</strong>re (2007).


<strong>de</strong> Prensa (SIP), se digan perseguidos por el gobierno, afirmando que su libertad <strong>de</strong> prensa (o <strong>de</strong>empresa) está amenazada.En su provocador artículo, al <strong>de</strong>nunciar el gobierno actual <strong>de</strong> hacer una política <strong>de</strong> lamemoria que, por un lado, glorifica la militancia <strong>de</strong>l pasado y, por otro, juzga y con<strong>de</strong>na losrepresores (militares, civiles, eclesiásticos, etc.), a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esparramar monumentos a la memoriapor el país, Katz quiere hacer creer que, con eso, la intención <strong>de</strong>l gobierno es producir un “relato” (o“metarrelato”), es <strong>de</strong>cir, una versión única <strong>de</strong> la historia que, orientada por un imperativo moralvictimizante, establezca el bien y el mal en una perspectiva histórica, vista <strong>de</strong>l presente, y sirva <strong>de</strong>referencia para un juicio político-i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> la ciudadanía común. Así, para Katz, recordar orememorar significa seleccionar eventos cuja carga semántica sólo es posible <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r si nos<strong>de</strong>tenemos en su intención meramente política e i<strong>de</strong>ológica. Aquello que quedó excluido <strong>de</strong> la“selección” <strong>de</strong> hechos memorables se <strong>de</strong>be a una manipulación política maniquea estimuladaexclusivamente por el gobierno, que crea su “relato”, o sea, su historia oficial con apelo moral paralegitimarse en el po<strong>de</strong>r. El motivo <strong>de</strong> sus críticas es el hecho <strong>de</strong> que el gobierno no procesa también,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los militares, los así llamados terroristas, tanto los Montoneros cuanto os <strong>de</strong>l ERP. Escomo si el gobierno ocultara intencionalmente las acciones ilegales <strong>de</strong> violencia que los gruposguerrilleros han perpetrado. No obstante, ambas guerrillas ya habían sido masacradas y<strong>de</strong>smanteladas antes <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> la dictadura <strong>de</strong> 1976 (ver Anguita e Caparrós 2006, e Novaro ePalermo 2010), a pesar <strong>de</strong> la famosa contra-ofensiva montonera <strong>de</strong> 1978 que fue duramentereprimida (ver Gillespie 2008). Para Alejandro Katz, la política <strong>de</strong> la memoria “oficial” se haconvertido “en el lugar <strong>de</strong>l goce que proporciona la cólera <strong>de</strong> quien no olvida”, atribuyendo algobierno una intención <strong>de</strong> revancha y venganza, dada su supuesta continuidad con el proyectopolítico peronista. El rencor provocaría, así, un <strong>de</strong>sapego en relación a la justicia, que setransformaría, lejos <strong>de</strong> la verdad, en continuadora <strong>de</strong>l conflicto que se arrastra por la historia. Deeste modo, concluye Katz, esa política facciosa <strong>de</strong> la memoria es, antes, una política <strong>de</strong>l olvido apartir <strong>de</strong> la cual el gobierno quiere consolidar su hegemonía retórica. Por tanto, <strong>de</strong> acuerdo conKatz, hay olvido don<strong>de</strong> el relato <strong>de</strong> la memoria aspira a la exaltación <strong>de</strong>l propio sufrimiento e <strong>de</strong>lsufrimiento <strong>de</strong> aquellos que son semejantes, a la celebración <strong>de</strong> lo irrecuperable, a la glorificación<strong>de</strong> un pasado <strong>de</strong> supuesto sacrificio compartido: “la memoria <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sgracia es la memoria <strong>de</strong>lodio”. El lugar <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> Katz presupone un gobierno autoritario, al cual sin duda élfervorosamente se opone. Sin embargo, como es posible constatar en varios ámbitos <strong>de</strong> producción<strong>de</strong> conocimiento, es el propio gobierno que conforma y estimula la mayor diversidad <strong>de</strong> discursos,sea con espacios <strong>de</strong> discusión, becas <strong>de</strong> investigación, congresos académicos, películas, TV digitalabierta, distribución <strong>de</strong> computadoras a todos los alumnos <strong>de</strong> escuelas públicas etc. Elnegacionismo subterráneo <strong>de</strong> Katz carga ejemplarmente el odio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha actual que sigue presa


a la vieja argumentación militar sostenida por la teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios y que ignora lasventajas y normativas <strong>de</strong> la justicia transicional penal.Siguiendo el mismo tono “opositor” <strong>de</strong> Alejandro Katz, el politólogo y columnistaconservador <strong>de</strong>l diario La Nación, Emilio Cár<strong>de</strong>nas 14 , publicó un artículo que ilustra cómo un“abuso <strong>de</strong> la memoria” pue<strong>de</strong> servir <strong>de</strong> justificativa. Tal como Katz, Cár<strong>de</strong>nas está en contra <strong>de</strong> laretomada <strong>de</strong> los juicios a los represores <strong>de</strong> la última dictadura. El argumento <strong>de</strong> Cár<strong>de</strong>nas retoma elcaso <strong>de</strong>l posguerra, don<strong>de</strong> los juicios <strong>de</strong> los crímenes <strong>de</strong>l nazismo habrían generado un<strong>de</strong>sentendimiento entre soviéticos, por un lado, y franceses, ingleses y norte-americanos, por otro.Para éstos <strong>de</strong>bería haber, a pesar <strong>de</strong> todo, un “<strong>de</strong>bido proceso penal”, con a presunción <strong>de</strong> inocenciagarantizada caso no fuese posible probar los crímenes <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado imputado. No obstante,para los soviéticos, los juicios serían una mera formalidad para constatar lo que “todos” ya <strong>de</strong>bieransaber: los lí<strong>de</strong>res alemanes son culpables. Si los primeros <strong>de</strong>mandaban una corte imparcial yseparada <strong>de</strong> la política, los soviéticos vieron en el juicio una posibilidad <strong>de</strong> legitimar su propagandapolítica, usando las atrocida<strong>de</strong>s nazis para ocultar sus propios campos <strong>de</strong> concentración yejecuciones <strong>de</strong> enemigos políticos. Lo que quiere advertir Cár<strong>de</strong>nas es que la retomada <strong>de</strong> la justiciatransicional en la Argentina <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 2003, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> revanchista, no cumple reglas básicas <strong>de</strong>l asíllamado “<strong>de</strong>bido proceso” al no consi<strong>de</strong>rar la presunción <strong>de</strong> inocencia <strong>de</strong> los acusados, insinuandoque los nuevos procesos son persecutorios y tienen una intención política e i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong>finida <strong>de</strong>antemano. Sin embargo, muchos <strong>de</strong> los imputados con<strong>de</strong>nados son sobreseídos cuando no secomprueba su participación, y cuando con<strong>de</strong>nados por ejemplo por participación secundaria, laspenas varían según los hechos investigados y constatados (Versky 2012). Esa presunción <strong>de</strong>inocencia parece estar aún más reforzada por la Corte Suprema que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la intensificación <strong>de</strong>los juicios a partir <strong>de</strong>l 2006, no ha acompañado las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> los tribunales. De las más <strong>de</strong> 500con<strong>de</strong>naciones penales (y casi 100 imputados absueltos), solamente un 13% fueron confirmadas porla Corte Suprema <strong>de</strong> Justicia, lo que genera gran<strong>de</strong> irritación por parte <strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong>Derechos Humanos que ven su trabajo perjudicado. Vale recordar que los procesos se basan en elcódigo penal argentino, aunque todos los actores involucrados sepan que se trata <strong>de</strong> crímenes <strong>de</strong>lesa humanidad. El el código penal no existe esta figura jurídica. Dado el contexto transicional, esanomenclatura auxiliar sirve para evitar que los casos prescriban (Varsky 2012, p. 79).Un tercer caso <strong>de</strong> columnista <strong>de</strong> ese diario que asume una postura opositora al gobiernoactual es Beatriz Sarlo. En 2005 publicó Tiempo pasado. Cultura <strong>de</strong> la memoria y giro subjetivo,don<strong>de</strong> se construye, tal vez por primera vez, la cuestión <strong>de</strong>l “relato kirchnerista” <strong>de</strong> la historia conbase en la política <strong>de</strong> la memoria. Como vimos arriba, si en el primer ciclo <strong>de</strong> justicia transicional se14Ver diario La Nación <strong>de</strong> 24/01/2013: http://www.lanacion.com.ar/1548408-los-<strong>de</strong>litos-<strong>de</strong>-lesa-humanidad-<strong>de</strong>ben-serprobados


le dio énfasis a los discursos testimoniales en tercera persona para constatar los hechos <strong>de</strong> larepresión y probar la sistematicidad <strong>de</strong> excesos permanentes <strong>de</strong> violencia estatal (como se ve en elinforme Nunca Más), en el segundo ciclo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> más <strong>de</strong> veinte años <strong>de</strong> terminada la dictadura,la repetición y reelaboración <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> víctimas y testigos <strong>de</strong>splazó el énfasis <strong>de</strong> la tercerahacia la primera persona. Esta “primera persona” ya no necesita escon<strong>de</strong>r u omitir su pertenenciapolítica, ya que la “teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios” quedó claramente refutada, por lo menos por parte<strong>de</strong> la justicia y buena parte <strong>de</strong> la opinión pública. A ese giro “testimonial” se le <strong>de</strong>be sumar laampliación <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> tortura, como ya expuesto (Rafecas 2011), y la responsabilidad <strong>de</strong> losrelatos que pasaron a ser la prueba primordial, juntamente con una serie <strong>de</strong> documentos einvestigaciones (banco <strong>de</strong> datos genéticos en el caso <strong>de</strong> las abuelas, Grupo <strong>de</strong> Antropología Forense,etc.). Dicho esto, lo que Sarlo preten<strong>de</strong> es una “<strong>de</strong>smitificación” <strong>de</strong>l discurso testimonial. Esapreeminencia <strong>de</strong> la primera persona es llamada por Sarlo “retórica testimonial”, y se basa en suinterpretación particular <strong>de</strong> Walter Benjamin que dice que “el presente <strong>de</strong> la enunciación es eltiempo base <strong>de</strong>l discurso”, lo que “implica al narrador en su historia y la inscribe en una retórica <strong>de</strong>la persuasión” (Sarlo 2005, p. 64). Para Sarlo, eso rompe la cristalización inabordable (encantadamoralmente) <strong>de</strong> los discursos testimoniales: son discursos.Esas narraciones testimoniales (militantes, intelectuales, políticas etc.) no sería, según Sarlo,la única fuente <strong>de</strong> conocimiento: “sólo una fetichización <strong>de</strong> la verdad testimonial podría otorgarlesun peso superior al <strong>de</strong> otros documentos. [...] Sólo una confianza ingenua en la primera persona yen el recuerdo <strong>de</strong> lo vivido preten<strong>de</strong>ría establecer un or<strong>de</strong>n presidido por lo testimonial” (ibid, p.62). Esa ingenuidad consistiría en cómo ese or<strong>de</strong>n discursivo, específicamente testimonial y, claro,en primera persona, se mueve “por el impulso <strong>de</strong> cerrar los sentidos que se le escapan; no sólo searticulan contra el olvido, sino que luchan por un significado que unifique la interpretación” (ibid,p. 67). Esa acumulación <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles dada a través <strong>de</strong> la multiplicidad <strong>de</strong> “yoes testigos” tien<strong>de</strong> aunificar el sentido <strong>de</strong> la historia en cuestión. Esa unificación, que <strong>de</strong> cierta forma no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser unaconsciencia histórica al estilo <strong>de</strong> un Sartre, es <strong>de</strong>nominada por Sarlo “modo realista-romántico”.Este “modo” encuentra su veracidad en el sentido colectivo <strong>de</strong> su enunciación. En esa retórica <strong>de</strong> lamemoria, lo que muestra Sarlo es que el <strong>de</strong>talle individual tien<strong>de</strong> a reforzar el “relato teleológico”:“si la historia tiene un objetivo establecido <strong>de</strong> antemano, los <strong>de</strong>talles se acomodan a esa dirección”(ibid, p. 74).Sarlo no está <strong>de</strong> acuerdo con el mesianismo <strong>de</strong> Benjamin. Este autor alemán, al negar ciertavertiente positivista y relativista <strong>de</strong> la ciencia histórica, se inclinaría por una historia que liberase “elpasado <strong>de</strong> su reificación, redimiéndolo en un acto presente <strong>de</strong> memoria”, que primaría por ciertotipo <strong>de</strong> continuidad (ibid, p. 78). Para Sarlo, ese erróneo mesianismo es apenas un dobleanacronismo: por un lado, habría una dimensión ética y, por otro, habría una clara contraposición al


fetichismo documental <strong>de</strong>l positivismo histórico: “mirar el pasado con los ojos <strong>de</strong> quienes lovivieron, para po<strong>de</strong>r captar allí el sufrimiento y las ruinas” (ibid, p. 78). Es <strong>de</strong>cir: en vez <strong>de</strong>“fortalecer el anacronismo”, el argumento <strong>de</strong> Benjamin, antes, buscaría disolverlo (ibid, p. 79). Así,para Sarlo, “la historia no pue<strong>de</strong> simplemente cultivar el anacronismo por elección, porque se trata<strong>de</strong> una contingencia que la golpea sin interrupciones y está sostenida por un proceso <strong>de</strong> enunciaciónque, como se vio, es siempre presente” (ibid, p. 79).Es en este sentido que Sarlo se cuestiona a respeto <strong>de</strong> cómo pensaban los militantes en losaños 1970. Sería necesario evitar limitarse solamente al recuerdo “que ellos ahora tienen <strong>de</strong> cómoeran y cómo actuaban”, ya que se abandonaría la “pretensión reificante <strong>de</strong> la subjetividad” quequiere “expulsarla [a esta subjetividad] <strong>de</strong> la historia” (ibid, p. 83). Eso quiere <strong>de</strong>cir, para Sarlo, quela “verdad” no es el resultado <strong>de</strong> someterse “a una perspectiva memorialística que tiene límites y ni,mucho menos, a sus operaciones tácticas” (i<strong>de</strong>m). Quien recuerda hoy en día <strong>de</strong> ningún modo estáretirado “<strong>de</strong> la lucha política contemporánea. [...] Las memorias se colocan <strong>de</strong>liberadamente en elescenario <strong>de</strong> los conflictos actuales y preten<strong>de</strong>n actuar en él” (i<strong>de</strong>m). A través <strong>de</strong> una crítica alcontinuismo mesiánico <strong>de</strong> Benjamin, por tanto, Sarlo quiere limitar el tipo <strong>de</strong> continuidad que estáen juego en lo que ella llama <strong>de</strong> “retórica memorialística”: es una construcción teleológica <strong>de</strong> lahistoria que sólo pue<strong>de</strong> ser entendida analizando el presente dada su naturaleza exclusivamentediscursiva. Al rechazar el mesianismo benjaminiano que busca una empatía con los oprimidos,Sarlo advierte sobre los peligros <strong>de</strong> la victimización <strong>de</strong> cierto uso intencionado presente en eldiscurso histórico. El ejemplo que culmina ese raciocinio sería: “la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos noexistía en las décadas <strong>de</strong> 1960 y 1970 <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los movimientos revolucionarios. Y si es imposible(e in<strong>de</strong>seable) extirparla <strong>de</strong>l presente, tampoco es posible proyectarla intacta hacia el pasado” (ibid,p. 82). Sin embargo, en esa época ya era conocido el “mo<strong>de</strong>lo Nurenberg” <strong>de</strong> justicia transicionalcon base en los <strong>de</strong>rechos humanos. Lo que no se podría prever en esa época era que la justiciatransicional sería un modo <strong>de</strong> retornar a la <strong>de</strong>mocracia. Hay que tener cuidado al indicar unanacronismo como el que sugiere Sarlo. Ese argumento era muy usado por la <strong>de</strong>fensa militar en1985 cuando afirmaba que los “subversivos” cambiaron la lucha armada por los <strong>de</strong>rechos humanospara vengarse <strong>de</strong> los militares. Vezzetti (2002) y Crenzel (2008) observaron bien ese giro en laopinión pública: <strong>de</strong> un énfasis en la confrontación durante los años <strong>de</strong> plomo a una formación <strong>de</strong>ldiscurso humanitario ya a partir <strong>de</strong> los últimos años <strong>de</strong>l régimen. Sin duda los procesos <strong>de</strong> cambiosocial <strong>de</strong>ben ser vistos por la justicia actual y <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>si<strong>de</strong>alizar el pasado para investigar loscrímenes <strong>de</strong> esa época; Pero <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r que la “retórica testimonial” quiere revivir o “continuar” elpasado es i<strong>de</strong>alizar el presente.La argumentación <strong>de</strong> Sarlo, claramente mucho más elaborada que la <strong>de</strong> sus colegas <strong>de</strong>periódico Alejandro Katz y Emilio Cár<strong>de</strong>nas, no sería tan insuficiente si ignoráramos el hecho <strong>de</strong>


que el <strong>de</strong>bate sobre la memoria no es sólo histórico-filosófico, sino también jurídico y político.Sarlo parece <strong>de</strong>sconocer las ventajas y aportes <strong>de</strong> la justicia transicional en el marco <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rechointernacional a la propia historia sobre el tiempo sombrío <strong>de</strong> la dictadura. Y para evitar la nuevasituación hermenéutica ella <strong>de</strong>sarrolla una “crítica <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología” <strong>de</strong>l testimonio, elemento central<strong>de</strong> los juicios actuales. No obstante, al intentar revelar el “carácter político” <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong> lamemoria actual como contingencia a ser superada, Sarlo parece querer hipostasiar cierto carácterliteral <strong>de</strong> la memoria. Pero, por un lado, al restringir la memoria política a un plano exclusivamentediscursivo, Sarlo parece tener como presupuesto una i<strong>de</strong>alización en relación a la realidad política<strong>de</strong> la Argentina don<strong>de</strong> la reconciliación parecería ser total, pero don<strong>de</strong> el gobierno pareciera quererhacer un uso forzado <strong>de</strong> esa memoria para obtener beneficios políticos en el presente. Por otro lado,el gobierno encarnaría para Sarlo una clara continuación con el proyecto político <strong>de</strong>l pasado endiscusión. Refiriéndose a la generación política <strong>de</strong> los años 1970, Sarlo sugiere que unaposmemoria, es <strong>de</strong>cir, una memoria <strong>de</strong> la memoria (o vicaria) sería una “corrección <strong>de</strong>cidida <strong>de</strong> lamemoria” (ibid, p. 145) para evitar que el mal nunca se repita, y no el intento <strong>de</strong> una “trabajosareconstrucción” a través <strong>de</strong> la política. Por tanto, Sarlo sugiere una continuidad entre la políticamemorial actual, que incluye la justicia transicional, y la generación víctima <strong>de</strong>l terrorismo estatal.Pero, si la memoria es <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l presente, ¿cómo pue<strong>de</strong> ésta constituir un proyecto <strong>de</strong>lpasado? Para Sarlo, el gobierno actual usa el pasado en favor <strong>de</strong> fundamentar un discurso políticopara el cual la retórica testimonial <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos es esencial, lo que a mi modo <strong>de</strong> verremite a un maniqueísmo rudimental. Es evi<strong>de</strong>nte que Sarlo se opone al gobierno y busca modossofisticados <strong>de</strong> ejercer su posición y opinión políticas, lo que es legítimo. Pero consi<strong>de</strong>rar que hayun doble “uso <strong>de</strong> la memoria” (una doble literalidad), principalmente consi<strong>de</strong>rando las posiciones<strong>de</strong> la oposición en relación a la justicia transicional que pregonan la total anulación <strong>de</strong> ese proceso,<strong>de</strong>salienta al lector que busca en la memoria política un modo <strong>de</strong> ejemplaridad, como Todorov.En vez <strong>de</strong> buscar en la construcción <strong>de</strong> un supuesto “metarrelato” <strong>de</strong> la historia por parte <strong>de</strong>lgobierno actual una “metaintencionalidad política”, como quiere problematizar Sarlo, a mi ver lapregunta <strong>de</strong>bería ser: “¿existe un modo para distinguir <strong>de</strong> antemano los buenos y los malos usos <strong>de</strong>lpasado” (Todorov 2000, p. 29), teniendo en vista la inevitable contingencia <strong>de</strong> la selección <strong>de</strong>hechos <strong>de</strong> la memoria? Como sugiere Todorov (ibid, p. 31), el acontecimiento recuperado por lamemoria pue<strong>de</strong> ser leído <strong>de</strong> dos formas: la literal o la ejemplar. Como modo <strong>de</strong> continuidad, lamemoria literal es limitada ya que sitúa los hechos recordados como contiguos al presente, don<strong>de</strong> esesencial conocer las causas y las consecuencias <strong>de</strong> ese acontecimiento. La literalidad no significanecesariamente la verda<strong>de</strong>ra revelación <strong>de</strong> los hechos, dado que éstos pue<strong>de</strong>n permanecerintransitivos, no conduciendo más allá <strong>de</strong> sí mismos (Todorov 2002, p. 30). A su vez, la memoriaejemplar no dispensa la singularidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminado hecho recuperado, ya que, como una


manifestación entre otras <strong>de</strong> una categoría más general, sirve <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo para compren<strong>de</strong>rsituaciones nuevas, permitiendo exceptuar críticamente según la situación. Para Todorov, lamemoria literal, si llevada a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> modo extremo, pue<strong>de</strong> ser peligrosa, <strong>de</strong>bido a que los hechosrememorados son incomparables entre sí, mientras que la memoria ejemplar es potencialmenteliberadora (ibid, p. 31). El uso literal que torna un viejo acontecimiento insuperable <strong>de</strong>riva en unasumisión <strong>de</strong>l presente al pasado, mientras que “el uso ejemplar, al contrario, permite utilizar elpasado con vistas al presente, aprovechando las lecciones <strong>de</strong> las injusticias para luchar contra lasque se producen hoy en día” (Todorov 2002, p. 32). Todorov consi<strong>de</strong>ra que la justicia nace <strong>de</strong> lageneralización <strong>de</strong> una acusación particular, pero que es amplificada por la ejemplaridad <strong>de</strong>l hecho ysus consecuencias: “es la <strong>de</strong>s-individualización lo que permite el advenimiento <strong>de</strong> la ley” (ibid. p.33).Pensando en comparaciones que sirven <strong>de</strong> apoyo a justificaciones en contextos <strong>de</strong>contingencia <strong>de</strong> la memoria política, Huyssen retoma <strong>de</strong> Paul Ricoeur (2004) las categorías <strong>de</strong>memoria manipulada y olvido comandado. Huyssen (2004) sugiere una comparación puntual entrela Argentina posditadura y Alemania <strong>de</strong>l posguerra. Teniendo como referencia <strong>de</strong>l caso argentinosolamente el primer ciclo <strong>de</strong> justicia transicional (principalmente Vezzetti 2002), Huyssen <strong>de</strong>staca elpapel <strong>de</strong>l Estado argentino en la formación <strong>de</strong> la memoria pública (memoria manipulada, en lainterpretación <strong>de</strong> Huyssen), aunque haya sido a costas tanto <strong>de</strong> una memoria más elaborada ycuanto <strong>de</strong> consecuencias judiciales en relación al terrorismo insurgente (olvido comandado, es <strong>de</strong>cir,refiriéndose a la omisión <strong>de</strong> pertenencia política <strong>de</strong> las víctimas y testigos en el juicio a la juntamilitar). Sin duda, es posible discutir exhaustivamente con Huyssen esta simplificación esquemáticasi tenemos en cuenta todo el conflicto que llevó al segundo ciclo <strong>de</strong> justicia transicional. Sinembargo, aun consi<strong>de</strong>rando que el Holocausto se mantenga por sí sólo como “marco cero enmuchos estudios sobre los traumas contemporáneos”, el objetivo <strong>de</strong> Huyssen es discutir un episodio<strong>de</strong> la historia alemana que parecía haber quedado en la más oscura penumbra <strong>de</strong>l olvido: losbombar<strong>de</strong>os aliados sobre 131 ciuda<strong>de</strong>s alemanas en el final <strong>de</strong> la Segunda Guerra, con un saldo <strong>de</strong>600.000 civiles muertos y 3,5 millones <strong>de</strong> viviendas <strong>de</strong>struidas.Durante mucho tiempo, hablar <strong>de</strong> la guerra aérea parecía querer relativizar los crímenes <strong>de</strong>lHolocausto. Si en los años 1950 la <strong>de</strong>recha alemana hablaba sobre el bombar<strong>de</strong>o <strong>de</strong> Dres<strong>de</strong>n y <strong>de</strong> laexpulsión y <strong>de</strong>portación <strong>de</strong>l este <strong>de</strong> vuelta a Alemania, don<strong>de</strong> murieron miles <strong>de</strong> alemanesrefugiados <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la guerra, la izquierda hablaba <strong>de</strong> Auschwitz y <strong>de</strong>l genocidio administrado.Como recuerda Huyssen, los argumentos <strong>de</strong> la izquierda eran políticamente legítimos. Lavictimización <strong>de</strong> Alemania, vinculada a un discurso nacionalista dura<strong>de</strong>ro, era fundamentalmentereaccionaria y <strong>de</strong>bía ser combatida para que el país llegase a un novo consenso en relación alpasado alemán. De esta vez, el precio político a pagar por esa victoria discursiva fue el olvido <strong>de</strong> la


guerra aérea, el olvido <strong>de</strong> una experiencia traumática nacional (ver Huyssen 2004, p. 12). Sinembargo, en la última década, en el contexto <strong>de</strong>l repudio <strong>de</strong> la comunidad internacional albombar<strong>de</strong>o norteamericano sobre Iraq, el asunto <strong>de</strong> la Luftkrieg (guerra aérea) ganó una notoriedadpública, tanto a través <strong>de</strong> la literatura cuanto <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación. Así, en términos <strong>de</strong>memoria política, si en el primer ciclo <strong>de</strong> justicia transicional argentino se prefirió silenciar lai<strong>de</strong>ntidad político <strong>de</strong> las víctimas <strong>de</strong>l terrorismo <strong>de</strong> estado, en la Alemania <strong>de</strong>l posguerra, loscrímenes contra la población civil parecían “justificados” por la política genocida nazi. Pero hoy,ante una incuestionable sedimentación moral <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diversas áreas <strong>de</strong>l conocimiento y ten<strong>de</strong>nciaspolíticas sobre el Holocausto, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser un incómodo tabú rescatar y elaborar la experiencia <strong>de</strong>horror <strong>de</strong> los bombar<strong>de</strong>os.La “maduración” general tanto <strong>de</strong> la sociedad civil cuanto <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r judicial tambiénpudieron revelar, en el segundo ciclo argentino, que las “justificaciones” que articulaban el primerciclo podrían ser <strong>de</strong>jadas <strong>de</strong> lado, dado que ya no hay una amenaza latente <strong>de</strong> retorno <strong>de</strong> ladictadura, como en las protestas <strong>de</strong> carapintadas en 1985. La violencia insurgente <strong>de</strong> los años 1970,que nunca <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada como teniendo un carácter criminal, aunque no sea crímenes <strong>de</strong>lesa humanidad y hayan prescrito, viene siendo abordada en diversos estudios y películas. Algunosejemplos son el documental <strong>de</strong> David Blaustein, Cazadores <strong>de</strong> utopías (2004), sobre losMontoneros, y los libros Soldados <strong>de</strong> Perón. Una historia crítica sobre los Montoneros, <strong>de</strong> RichasdGillespie (2008), Sobre la violencia revolucionaria, <strong>de</strong> Hugo Vezzetti (2009), y Un enemigo para lanación, <strong>de</strong> Marina Franco (2012), entre otros. Estos trabajos revelan una otra dimensión <strong>de</strong>limaginario <strong>de</strong> aquellos años que nada tienen que ver con la pretendida continuidad sugerida porSarlo y Katz.A partir <strong>de</strong>l ejemplo <strong>de</strong> Huyssen es posible afirmar que la comparación ilumina elentendimiento <strong>de</strong>l caso alemán y <strong>de</strong> cierta forma también el caso argentino, especialmente siobservamos las transformaciones <strong>de</strong>l primer ciclo en relación al segundo. Sin embargo, compararpue<strong>de</strong> revelar aspectos <strong>de</strong> un negacionismo, como aquél indicado anteriormente: el negacionismosubterráneo. Es el caso <strong>de</strong> la politóloga argentina Claudia Hilb (2010). Pese a reconocer las ventajas<strong>de</strong> que haya <strong>de</strong>bido juicio, especialmente en relación a crímenes contra la humanidad, Hilb sugiereque es posible comparar el contexto transicional argentino con el sudafricano, don<strong>de</strong> la justiciapenal fue rechazada <strong>de</strong> antemano para favorecer a la verdad. Los crímenes atroces <strong>de</strong>l apartheidtuvieron amplia impunidad <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la formación y acción <strong>de</strong> una Comisión <strong>de</strong> la Verdad yReconciliación, en 1995. La tesis <strong>de</strong> Hilb se apoya en una articulación entre las nociones <strong>de</strong> perdóny reconciliación <strong>de</strong> Hannah Arendt. Según su lectura, si el banal funcionario <strong>de</strong>l mal, pensando enEichmann, no es pasible <strong>de</strong> ser perdonado, es porque no pue<strong>de</strong> propiamente ser consi<strong>de</strong>rado unactor, ya que <strong>de</strong>mostró ser incapaz <strong>de</strong> insertarse en el mundo común a través <strong>de</strong> la acción libre.


Solamente aquellos que “no saben lo que hacen” <strong>de</strong>bido a que las consecuencias <strong>de</strong> sus actosexce<strong>de</strong>n su capacidad <strong>de</strong> controlarlos y, así, podríamos creer que frente las consecuencias <strong>de</strong> susactos, quieran po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>shacerlas, sólo esos es que son susceptibles <strong>de</strong> ser perdonados (Hilb 2010, p.9). La reconciliación tien<strong>de</strong> a ser indisociable <strong>de</strong> la comprensión. Somos capaces <strong>de</strong> reconciliarnoscon el mundo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que lo comprendamos. “Compren<strong>de</strong>r es reconciliarse en acto”, dice Arendt(1953, Diário Filosófico, apud Hilb 2010, p. 4). No obstante, compren<strong>de</strong>r no es necesariamenteperdonar, y perdonar no tiene porqué ser lo opuesto a la reconciliación. Así, explica Hilb, el perdón“es esa capacidad humana, esa acción aparentemente imposible, al alcance <strong>de</strong> aquellos quecompren<strong>de</strong>n y, comprendiendo, pue<strong>de</strong>n reconciliarse con el mundo y, entonces, eventualmenteperdonar” (ibid, p. 4).Sin embargo, antes <strong>de</strong> discutir con Hilb, vale reflexionar sobre el sentido <strong>de</strong> las comisiones<strong>de</strong> la verdad en contextos transicionales. El Derecho Internacional obliga a los Estados a evitar laimpunidad por las graves violaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos y ofrece instrumentos para ejercer lajusticia penal cuando los Estados no son capaces <strong>de</strong> hacerla efectiva, aunque la capacidad <strong>de</strong> lajusticia penal internacional para servir a sus objetivos es, por muchas razones, limitada (ver Sumalla2010, p. 24). Frente la inminente limitación, sobre todo si tenemos en cuenta las dimensiones <strong>de</strong> loscrímenes <strong>de</strong>l apartheid, las comisiones <strong>de</strong> la verdad aparecen como una alternativa a la inmediataaplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho penal. En Argentina la Cona<strong>de</strong>p abrió el camino para el juicio a las juntas,pero en África las contingencias sociales no permitieron que se llevara a<strong>de</strong>lante un amplio proceso<strong>de</strong> justicia. Una comisión <strong>de</strong> la verdad pue<strong>de</strong> ofrecer un modo <strong>de</strong> “cierre <strong>de</strong> hechos que afectan <strong>de</strong>modo global a la vida política y social durante un período histórico, que ha <strong>de</strong>jado heridas abiertas yque requiere ser elaborado políticamente como paso necesario para construir la sociedad<strong>de</strong>mocrática” (i<strong>de</strong>m). Si el proceso judicial conduce a un acuerdo <strong>de</strong> impunidad, las comisiones <strong>de</strong>la verdad suelen dar resultados inclusive más satisfactorios al abarcar la amplitud <strong>de</strong> la sociedad.Pero si el proceso judicial es amplio y con<strong>de</strong>natorio <strong>de</strong> las violaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos, lascomisiones pasan a ser parte no sólo <strong>de</strong> la reconciliación que posibilitan, sino también <strong>de</strong> unajusticia más consistente.Si consi<strong>de</strong>ramos los tres conceptos fundamentales – memoria, verdad y justicia – quecircundan la problemática <strong>de</strong> la memoria en contextos <strong>de</strong> justicias transicional, en ambos casos,segundo Hilb, verdad y justicia se excluyen mutuamente. En Sudáfrica, la Comisión <strong>de</strong> la Verdad yReconciliación se responsabilizó por recoger los relatos tanto <strong>de</strong> víctimas cuanto <strong>de</strong> victimarios. Lasvíctimas <strong>de</strong> abusos, cuenta Hilb, que así lo <strong>de</strong>mandasen, serían oídas y podrían obtener reparación.Aquellos perpetradores que voluntariamente solicitaran <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un plazo establecido exponer suscrímenes a la Comisión “serían amnistiados en caso <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r a la ‘plena exposición’ <strong>de</strong> suscrímenes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que pudiesen <strong>de</strong>monstrar que éstos estaban vinculados a algún objetivo político”


(Hilb 2010, p. 12). Lo que sorprendió a Hilb fue que “los principales interesados en <strong>de</strong>cir la verda<strong>de</strong>ran los criminales” (i<strong>de</strong>m). La amnistía contemplaba todas las graves violaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechoshumanos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1960 hasta mayo <strong>de</strong> 1994. “Durante 1888 días y en 267 lugares diferentes, concobertura mediática permanente, la población sudafricana pudo conocer, en la voz y en las múltiplaslenguas <strong>de</strong> víctimas y victimarios, las historias más tremendas bajo sus ojos” (i<strong>de</strong>m). Siguiendo sulectura <strong>de</strong> Arendt, la interpretación <strong>de</strong> ese caso propuesta por Hilb es que se instala con eso “unaeconomía <strong>de</strong>l perdón”: los victimarios tuvieron que exponerse públicamente en <strong>de</strong>talles para seramnistiados. “Para no correr el riesgo <strong>de</strong> ir a prisión los criminales tuvieros que relatar <strong>de</strong> maneraexhaustiva las historias <strong>de</strong> sus crímenes ante las víctimas o sus familiares. Ni el arrepentimiento niel perdón [privado] fueron condición para la amnistía” (ibid, p. 13).Volviendo a la Argentina, Hilb cita el famoso caso <strong>de</strong>l capitán Adolfo Scilingo que, <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> <strong>de</strong>clarar en la justicia, había sido entrevistado por su propia voluntad por el periodista <strong>de</strong>l diarioPágina 12, Horacio Verbinsky, don<strong>de</strong> reveló que muchos <strong>de</strong> los presos políticos <strong>de</strong>saparecíantirados al mar sedados durante los famosos “vuelos <strong>de</strong> la muerte” (ver Verbinsky 1995). Una vez enEspaña para <strong>de</strong>clarar voluntariamente ante el juez Baltazar Garzón, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> explicar comofuncionaba el sistema represivo, fue <strong>de</strong>tenido y con<strong>de</strong>nado a 640 años <strong>de</strong> prisión por crímenes <strong>de</strong>lesa humanidad. Segundo Hilb, eso habría inhibido por obvios motivos a otros perpetradores ahablar. Es <strong>de</strong>cir el accionar <strong>de</strong> la justicia habría provocado una inhibición en la revelación <strong>de</strong> laverdad ya que los victimarios se sintieron intimidados y no se presentaron voluntariamente,<strong>de</strong>jando, claro, <strong>de</strong> contar <strong>de</strong>talles sobre los niños nacidos en prisiones clan<strong>de</strong>stinas que fueronrobados o sobre y para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> los <strong>de</strong>saparecidos. Sin embargo, Scilingo fue mucho más perseguidopor los propios militares que se sintieron amenazados, llegando el ex-capitán a ser preso a través <strong>de</strong>una causa inventada por dos años, quedándole como último recurso, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que le cancelaran lapensión <strong>de</strong> retirado, <strong>de</strong> ser amenazado permanentemente y <strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado un traidor, migrar aEspaña. El gobierno <strong>de</strong>l ex-presi<strong>de</strong>nte Menem no lo protegió como testigo ni estimuló a otrosarrepentidos a hablar. La justicia en ese momento les garantizaba plena impunidad caso otrosquisieran haber hablado o inclusive publicado lo que sabían. No es posible encontrar semejanzasválidas con el caso sudafricano: tanto el trabajo <strong>de</strong> la Cona<strong>de</strong>p cuanto el <strong>de</strong> los “juicios por laverdad” pue<strong>de</strong>n ser consi<strong>de</strong>rados como “comisiones <strong>de</strong> la verdad”, pero sin la versión <strong>de</strong> losperpetradores que prefirieron omitir su relato, con rara excepciones. En ambas había <strong>de</strong> hecho laintensión <strong>de</strong> encontrar la verdad <strong>de</strong> los fatos con clara esperanza <strong>de</strong> que hubiese justicia. En el casosudafricano la justicia estaba prácticamente <strong>de</strong>scartada <strong>de</strong> antemano, y el objetivo <strong>de</strong> la comisiónera ritualizar públicamente el acto <strong>de</strong> perdón a través <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong>l crimen visando unareconciliación.En Sudáfrica, gracias a la acción <strong>de</strong> la Comisión, explica Hilb, fue posible el comienzo <strong>de</strong> la


“nueva comunidad multirracial”, reconciliada. Infelizmente Hilb parece haber ignorado libros,relatos y artículos como el <strong>de</strong> Fiona Ross (2006) sobre el silencio irremediable <strong>de</strong> las innumerablesvíctimas <strong>de</strong> violación y VIH-positivo, mujeres que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> sometidas a violencias físicas brutalesy morales, se veían obligadas con coraje a mantener el silencio “por el bien e interés <strong>de</strong> lacomunidad”. Para Ross, la Comisión <strong>de</strong> la Verdad y la Reconciliación estaba mucho máspreocupada en individualizar sus 22.000 casos en vez <strong>de</strong> rever, procesar y juzgar los crímenes <strong>de</strong>lApartheid. Lo que Hilb llama “economía <strong>de</strong>l perdón”, para Ross sería una “economía <strong>de</strong>lnegacionismo”. Es muy ingenuo pensar que “la verdad” <strong>de</strong> los hechos, como quiere Hilb, seríacontada sin recaer en el negacionismo posibilitado tanto por la garantía <strong>de</strong> impunidad cuanto por elterror <strong>de</strong> las víctimas. Si consi<strong>de</strong>ramos, siguiendo a Todorov, que el acto mismo <strong>de</strong> rememorar esselectivo, ¿qué economía lingüística estaría en juego en esos relatos que no podrían cuestionar lalógica profunda <strong>de</strong> las atrocida<strong>de</strong>s, dados los evi<strong>de</strong>ntes continuida<strong>de</strong>s presentes y persistentes en elEstado racista? Las “verda<strong>de</strong>s” a que se refiere Hilb sólo pue<strong>de</strong>n servir en un proceso <strong>de</strong>reconciliación don<strong>de</strong> la opción por la justicia penal es imposible. La literalidad <strong>de</strong> los relatos acabangenerando una “ejemplaridad” parcial e inclusive negativa, dado que el or<strong>de</strong>n social aún privilegiala injusticia, sea socio-económica o jurídica.El uso <strong>de</strong> la verdad sin justicia pue<strong>de</strong> inclusive ser consi<strong>de</strong>rado peor que el públicoconocimiento <strong>de</strong> los hechos porque no sólo garantiza la impunidad, sino también transforma lasituación en una “nueva ofensa para la víctima” (Varsky 2011, p. 74). Para Carolina Varsky, elprocedimiento sudafricano es totalmente inmoral, ya que consiste en un truque <strong>de</strong> la verdad por laimpunidad (i<strong>de</strong>m). Otro texto que muestra la eficiencia contingente <strong>de</strong> las comisiones <strong>de</strong> la verdad yreconciliación es el artículo <strong>de</strong> Bosire (2006). La autora discute, en perspectiva comparada con lospaíses <strong>de</strong> la África Subsahariana, tanto el débil efecto reconciliador <strong>de</strong> las comisiones <strong>de</strong> la verdadcuanto el fracaso <strong>de</strong> la intervención <strong>de</strong> cualquier tentativa <strong>de</strong> implementar una política <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechoshumanos, lo que garantiza una total predominancia <strong>de</strong> la impunidad. Uno <strong>de</strong> los motivos <strong>de</strong> esefracaso, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la gran <strong>de</strong>sigualdad socio-económica, se <strong>de</strong>be a la continuidad <strong>de</strong> losperpetradores, en la mayoría <strong>de</strong> los casos, en posiciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, sea en estados con <strong>de</strong>mocraciasfrágiles cuanto en gran<strong>de</strong>s empresas con vínculos estructurales con el estado.En ese sentido, el filósofo Diego Tatián, en respuesta a Claudia Hilb, sugiere rehacer lapregunta que orienta la argumentación <strong>de</strong> la politóloga: “¿cómo fundar una comunidad <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>lcrimen?” Para Tatián (2012, p. 3), esa pregunta, consi<strong>de</strong>rando las evi<strong>de</strong>ntes diferencias entre loscasos argentino e sudafricano, <strong>de</strong>bería ser:¿Cuáles acciones jurídicas, políticas y narrativas es necesario que la sociedad argentinalleve a<strong>de</strong>lante para contrarrestar los efectos <strong>de</strong>l Terror que dañan – <strong>de</strong> manera irreversible


en lo profundo – los cuerpos, los vínculos y la vida misma <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> sus miembros,habida cuenta <strong>de</strong> una historia específica <strong>de</strong> impunida<strong>de</strong>s, en modo <strong>de</strong> crear lascondiciones <strong>de</strong> posibilidad <strong>de</strong> una <strong>de</strong>mocracia más extensa y más intensa, ininterrumpidaen el futuro – o dicho negativamente: para impedir en cuanto sea posible el resurgimiento<strong>de</strong>l Terror ejercido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Estado?Para Tatián el proceso judicial <strong>de</strong> ningún modo obstruye la verdad, ni la comprensión ni elarrepentimiento. Tampoco el camino <strong>de</strong> la justicia impi<strong>de</strong> que tanto represores cuanto guerrillerospuedan rever su propia acción; mucho menos pue<strong>de</strong> responsabilizarse a la justicia por el hecho <strong>de</strong>no conocerse el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> las víctimas <strong>de</strong>saparecidas. Si conocer la verdad sin la <strong>de</strong>bida acción <strong>de</strong>la justicia fuese una solución realmente eficiente para crear una comunidad, entonces, ¿por qué noadoptar esa estrategia (la “economía <strong>de</strong>l perdón”) para lidiar con crímenes comunes? ¿Y cómohabría reaccionado Hannah Arendt o la corte israelí que lo con<strong>de</strong>nó a morir ahorcado si Eichmannhubiese mostrado arrepentimiento verda<strong>de</strong>ro por los crímenes que cometió en el nazismo? Siexistiesen actos imperdonables, sus perpetradores sólo podrían obtener perdón en una dimensiónética o religiosa, pero no jurídica. Para Tatián (ibid, p. 5), lo que diferencia la impunidad <strong>de</strong> laamnistía es la externalidad <strong>de</strong>l perdón jurídico: si es una voluntad <strong>de</strong> aquél que porta el daño seráamnistía; si es solamente una imposición <strong>de</strong>l Estado, será impunidad.BibliografíaADORNO, Theodor W. (1962). Was be<strong>de</strong>utet: Aufarbeitung <strong>de</strong>r Vergangenheit. GesammelteSchriften, GS 10.2, Suhrkamp, Frankfurt am Main.ANGUITA, Eduardo y CAPARRÓS, Martín (2006). La voluntad. Una historia <strong>de</strong> la militanciarevolucionaria en la Argentina 1966-1978. Editorial Planeta, Buenos Aires.BALARDINI, Lorena, OBERLIN, Ana y SOBREDO, Laura (2011). Violência <strong>de</strong> gênero y abusossexuales en los centros clan<strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención. Em: Centro <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> Legales y <strong>Sociales</strong>(CELS). Centro Internacional para la Justicia Transicional. Siglo XXI Editores.BARANCHUK, Mariana (2011). Ley 26.522 <strong>de</strong> Servicios <strong>de</strong> Comunicación Audiovisual: Unanormativa encuadrada en el paradigma <strong>de</strong> los Derechos Humanos. In: Mora (B. Aires), vol 17, n. 2.BELVEDERE, Carlos (2007). Racismo y discurso: una semblanza <strong>de</strong> la situación argentina. In:DIJK, Teun A. Van (org.), Racismo y discurso em América Latina. Gedisa Editorial, Barcelona.CONADEP (2012). Nunca Más. Informe <strong>de</strong> la Comisión Nacional sobre la Desaparición <strong>de</strong>Personas. Eu<strong>de</strong>ba, Buenos Aires, 8. edición, 4. reimpresión, marzo <strong>de</strong> 2012.BOSIRE, Lydiah Kemunto (2006). Gran<strong>de</strong>s promessas, pequenas realizações: justiça transicional na


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I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias<strong>Sociales</strong> (IDAES, UNSAM)Mesa <strong>de</strong> trabajo: Historia, política y memorias en el Cono Sur“¿Querella o <strong>de</strong>fensa?”. El público en los juicios por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidadLuisina Inés Tourres(FFyL, UBA – UBACYT F215)luisinatourres@gmail.comAutorizo su publicación en actas online en la página web <strong>de</strong>l IDAES.


“¿Querella o <strong>de</strong>fensa?”. El público en los juicios por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidadIntroducción“A los genocidas los juzga un Tribunal y los con<strong>de</strong>namos todos y todas”(“De los escraches”, por H.I.J.O.S., en Acá se juzga a genocidas 2012, p. 37)Hoy Argentina está juzgando a sus propios genocidas. Casi 30 años <strong>de</strong> lucha <strong>de</strong>l movimiento<strong>de</strong> DDHH, <strong>de</strong> las víctimas y <strong>de</strong> sus familiares empezaron finalmente a dar sus frutos en los últimosaños. Por medio <strong>de</strong> esta lucha, lograron exten<strong>de</strong>r a gran parte <strong>de</strong> la sociedad civil, a diversasinstituciones y aún al gobierno mismo, un sentimiento <strong>de</strong> repudio por los crímenes cometidos porel terrorismo <strong>de</strong> estado, así como las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> verdad y justicia. La nulidad <strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong>Obediencia Debida y Punto Final, así como <strong>de</strong> los indultos menemistas, <strong>de</strong>rivaron en la aplicación<strong>de</strong> una política <strong>de</strong> juzgamiento penal e individual <strong>de</strong> los represores (Cohen 1997) y en la apertura <strong>de</strong>numerosas causas en diferentes puntos <strong>de</strong>l país. Mientras muchas <strong>de</strong> ellas ya han finalizado condiversas con<strong>de</strong>nas, otras se encuentran actualmente en etapa <strong>de</strong> instrucción o juicio oral, y es sobreestos últimos –los juicios orales–, que aquí nos enfocamos.En este trabajo nos proponemos analizar la dinámica <strong>de</strong> funcionamiento <strong>de</strong> estos juicios através <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l público que asiste a sus audiencias. Creemos que la indagación acerca <strong>de</strong> lacomposición, la organización y el rol que este público <strong>de</strong>sempeña en dichas audiencias aportaríaelementos relevantes para un análisis y una comprensión más profunda <strong>de</strong> los juicios orales porcrímenes <strong>de</strong> lesa humanidad que actualmente están teniendo lugar.Nuestro abordaje parte <strong>de</strong> observaciones realizadas en audiencias <strong>de</strong> juicios orales 15 tantoordinarios (Palacio <strong>de</strong> Justicia) como por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad (Tribunales <strong>de</strong> ComodoroPy) en 2011, <strong>de</strong> testimonios <strong>de</strong> asistentes a dichos juicios, así como <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> bibliografíarelativa al Juicio a las Juntas Militares llevado a cabo en 1985. En el análisis <strong>de</strong> este materialretomamos a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>terminados conceptos que, en el marco <strong>de</strong> un enfoque comparativo,resultan clave para el examen <strong>de</strong> la organización espacial <strong>de</strong> las diferentes salas <strong>de</strong> audiencias y<strong>de</strong> la composición y participación <strong>de</strong>l público presente. En primer lugar, tomamos la noción <strong>de</strong>ritual judicial <strong>de</strong> Garapon (1999)–, que expresa el hecho <strong>de</strong> que los juicios orales constan <strong>de</strong> unrepertorio <strong>de</strong> gestos, palabras, formulas y discursos particulares mediante los cuales se daexpresión a un conflicto, en un tiempo y un espacio especialmente <strong>de</strong>limitados para surealización. En segundo lugar, retomamos <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> Kaufman (1991) <strong>de</strong>l Juicio a las JuntasMilitares la distinción entre actores estables y ocasionales. El lugar <strong>de</strong> los primeros está ocupadopor individuos <strong>de</strong>terminados que no se modifican a lo largo <strong>de</strong>l juicio, mientras que los actoresocasionales –entre los cuales encontramos al público y a los testigos– poseen una composiciónque varía en cada audiencia. Por último, trabajamos también con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Garapon (1999) <strong>de</strong>que la publicidad <strong>de</strong> un juicio –su carácter público– se encuentra vinculada al anonimato <strong>de</strong> susespectadores.15 Estas observaciones <strong>de</strong> audiencias nos permiten proponer algunas regularida<strong>de</strong>s en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los juicios porcrímenes <strong>de</strong> lesa humanidad, sin preten<strong>de</strong>r que las mismas puedan ser extendidas a la totalidad <strong>de</strong>l universo <strong>de</strong> estosjuicios.


De espectadores a públicoEl primer factor a tener en cuenta al abordar la cuestión <strong>de</strong>l público en los juicios porcrímenes <strong>de</strong> lesa humanidad es si su presencia constituye una constante <strong>de</strong> todo juicio oral o si setrata más bien <strong>de</strong> un elemento particular que resulta significativo por marcar una diferencia. Si bien“no es posible concebir una audiencia sin público” (Garapon 1999: 115) 16 , por cuanto éste leconfiere plena existencia al ritual judicial, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir por otro lado que esto es sóloparcialmente cierto. Dicho ritual pue<strong>de</strong> llevarse a cabo <strong>de</strong> forma efectiva por los “celebrantes” sin lapresencia <strong>de</strong> espectadores. Los actores necesarios para su <strong>de</strong>sarrollo satisfactorio son el Tribunal, lafiscalía 17 , la <strong>de</strong>fensa y el/los imputado(s), aunque estos últimos pue<strong>de</strong>n estar ausentes en los Juiciospor la Verdad (Mora 2005). Por esto Kaufman (1991), como veremos más a<strong>de</strong>lante, ubica al públicoentre los actores ocasionales. Por otro lado, que todos los juicios orales sean “públicos” –conexcepción <strong>de</strong> aquellos que involucran menores– significa que cualquier persona mayor <strong>de</strong> 18 añospue<strong>de</strong> presenciarlos, pero esta posibilidad <strong>de</strong> acceso no implica necesariamente interés en asistir niasistencia efectiva. Creemos que es aquí don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bemos buscar un concepto <strong>de</strong> público y <strong>de</strong>publicidad que contribuya a dar mayor especificidad a los juicios por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad.Un espacio cerradoSi bien en los juicios ordinarios pue<strong>de</strong> haber espectadores, resulta discutible el hecho <strong>de</strong> quese los pueda realmente consi<strong>de</strong>rar como un público. ¿Qué nivel <strong>de</strong> publicidad real tienen estosjuicios? Dado el carácter particular-privado <strong>de</strong> los <strong>de</strong>litos juzgados, es esperable que los asistentes aestas audiencias sean allegados a la víctima o al imputado, movidos por sus vínculos personales másque por la causa en sí, carente <strong>de</strong> la menor trascen<strong>de</strong>ncia social. Otros asistentes son estudiantesuniversitarios 18 que <strong>de</strong>ben presenciar diversas audiencias –elegidas más en base a criterios técnicoscomo horario, <strong>de</strong>lito juzgado, etapa <strong>de</strong>l juicio, etc., que en función <strong>de</strong> características particulares <strong>de</strong>la audiencia en cuestión– como requisito para la aprobación <strong>de</strong> diversas materias 19 . Por otro lado, sibien la sala <strong>de</strong> audiencias en los juicios ordinarios cuenta con un espacio <strong>de</strong>stinado a losespectadores, no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que posea realmente una disposición espacial orientada hacia unpúblico. En la audiencia observada, los espectadores se ubicaban en dos filas <strong>de</strong> butacas separadas<strong>de</strong> los otros actores <strong>de</strong>l juicio –situados, a<strong>de</strong>más, en un nivel elevado sobre una plataforma– por unabaranda <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra. Sin embargo, aquello que distingue notablemente a esta sala <strong>de</strong>, por ejemplo, un16 Dado que el original se encuentra en portugués, todas las citas <strong>de</strong> esta obra son traducciones nuestras.17 En algunos juicios hay también una querella –acusación particular–, pero no es necesaria ni obligatoria y pue<strong>de</strong> estarausente en otros juicios.18 Principalmente <strong>de</strong> las carreras <strong>de</strong> Derecho, pero también <strong>de</strong> otras, incluyéndons a nosotros mismos, que asistimos alas audiencias como alumnos <strong>de</strong> un seminario <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires.19 Constituyen excepciones a esto las causas ordinarias que involucran a personajes que ya son figuras públicas –porejemplo, los casos <strong>de</strong> Giselle Rímolo o la hiena Barrios– o que adquieren estado público <strong>de</strong>bido a construccionesoperadas por la prensa, tal como suce<strong>de</strong> con los “casos policiales” –por ej., Barreda o los García Belsunce–).


teatro –en el cual la acción transcurre sobre un escenario y <strong>de</strong> frente a un público– es unadisposición que se cierra sobre sí misma: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su lugar, el espectador pue<strong>de</strong> observar un arcoformado por, <strong>de</strong> izquierda a <strong>de</strong>recha, la querella, la fiscalía, el Tribunal y la <strong>de</strong>fensa, que finalmentese cierra por la parte <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lante con el estrado en el cual se ubican los <strong>de</strong>clarantes, situado <strong>de</strong> frenteal Tribunal y <strong>de</strong> espaldas al público (ver Diagrama 1 en Anexo). De este modo, el ritual judicial sellevó a cabo en un espacio circular conformado por los actores necesarios que se veían todos entresí, pero <strong>de</strong>l cual los espectadores quedamos excluidos, por cuanto una parte sustancial <strong>de</strong>l ritual –las<strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> imputados, víctimas y testigos– ocurrieron fuera <strong>de</strong> nuestro campo visual.Publicidad y anonimatoGarapon (1999) afirma que la publicidad existe sólo si el público es anónimo, lo cual podríaenten<strong>de</strong>rse como compuesto por personas no directamente vinculadas a la víctima o al imputado,sino cuyo interés en el juicio proviene <strong>de</strong> factores más generales (sociales, políticos, simbólicos),tales como la relevancia que tiene para la sociedad argentina el juzgamiento <strong>de</strong> los crímenescometidos por el terrorismo <strong>de</strong> estado. Aquí encontramos entonces un elemento relevante paradistinguir los juicios por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad –entre los cuales ubicamos no sólo a losjuicios llevados a cabo actualmente en Comodoro Py sino también al Juicio a las Juntas Militaresrealizado en 1985– <strong>de</strong> los juicios ordinarios. Los primeros adquieren un nivel <strong>de</strong> difusión a través<strong>de</strong> diversos canales que precisamente impulsan su publicidad, al tiempo que convocan a un público–anónimo e interesado– a asistir y sumarse a las audiencias 20 , lo cual no suce<strong>de</strong> con los juiciosordinarios que tratan por lo general casos <strong>de</strong> índole más particular.Kaufman (1991), en su análisis <strong>de</strong>l Juicio a las Juntas, establece una diferenciación entre losactores <strong>de</strong>l ritual judicial: estables, representantes <strong>de</strong>l aparato judicial estatal (la fiscalía, la <strong>de</strong>fensay los seis camaristas) y ocasionales, que varían en cada audiencia y representan a la sociedad global(los testigos y el público). Describe a<strong>de</strong>más un público compuesto por tres partes heterogéneas 21 : laprensa, los “invitados especiales” y el “público en general”. Para este último estaban disponibles 80lugares y las entradas se entregaban <strong>de</strong> forma gratuita y por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> arribo. Los “invitadosespeciales” –para los cuales había más lugares disponibles (104)– por su parte, obtenían su entradaa través <strong>de</strong> contactos personales con diversas instituciones, hecho que po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r comoindicador <strong>de</strong> un interés <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los organizadores <strong>de</strong>l juicio (el gobierno radical, el po<strong>de</strong>rjudicial) en dar una cierta composición particular al público que –observando ese juicio ejemplar–20 “El ritual judicial convoca al pueblo, más que a un público acci<strong>de</strong>ntal” (Garapon 1999: 115).21 Debido a la diversidad <strong>de</strong> “campos sociales” que según la autora participaban <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> juzgamiento: militanciay juventu<strong>de</strong>s políticas, organismos <strong>de</strong> DDHH, peronismo, gobierno radical, sociedad civil <strong>de</strong>mocrática y el “campo <strong>de</strong>la represión”, compuesto por algunos sectores <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas y algunos sectores civiles y políticos <strong>de</strong> apoyo.


<strong>de</strong>bía recibir una imagen aleccionadora por medio <strong>de</strong> la exposición <strong>de</strong>l horror 22 . Con respecto a laorganización espacial <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> audiencias, aquí los invitados especiales y la prensa se ubicabanen el más bajo <strong>de</strong> los tres niveles <strong>de</strong>finidos 23 , mientras que el público en general se hallabadistribuido a ambos lados <strong>de</strong> la sala en dos palcos sobreelevados (Kaufman 1991). El estrado paralos <strong>de</strong>clarantes también se encontraba <strong>de</strong> frente al Tribunal y <strong>de</strong> espaldas al público, por lo queconsi<strong>de</strong>ramos que el espacio en el cual se <strong>de</strong>sarrollaba este juicio-ritual también constituía unespacio más bien (en)cerrado y no orientado hacia un público (ver Diagrama 2 en Anexo).La apertura <strong>de</strong>l espacioEn comparación con estas dos modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> juicio oral y salas <strong>de</strong> audiencia ya <strong>de</strong>scriptas–juicios ordinarios y Juicio a las Juntas–, los actuales juicios por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad (fuerofe<strong>de</strong>ral, Comodoro Py) presentan cambios significativos en lo que a la figura <strong>de</strong>l público respecta.En primer lugar, el espacio “se abre” para incluir <strong>de</strong> modo efectivo al público en el ritual. La sala <strong>de</strong>audiencias posee aquí una disposición semicircular, <strong>de</strong> izquierda a <strong>de</strong>recha se encuentran la fiscalíay las querellas, el Tribunal y las <strong>de</strong>fensas. Si bien la fiscalía-querella y las <strong>de</strong>fensas pue<strong>de</strong>n llegar aquedar casi <strong>de</strong> espaldas al público, lo significativo es que el estrado <strong>de</strong> los <strong>de</strong>clarantes pasa aubicarse al lado <strong>de</strong>l Tribunal, y <strong>de</strong> frente o <strong>de</strong> costado con respecto al público. Así, esta nuevaposición <strong>de</strong>l estrado le permite al público –a pesar <strong>de</strong> mediaciones como una mampara <strong>de</strong> vidrio quelo separa <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> la sala o su ubicación en un espacio sobreelevado–, ver a los testigos, víctimase imputados mientras <strong>de</strong>claran (ver Diagrama 3 en Anexo). De este modo, el ritual comienzaefectivamente a representarse ante un público <strong>de</strong> un modo más teatral. En segundo lugar, el públicoya no es visto como un receptor pasivo <strong>de</strong> los relatos <strong>de</strong>l horror, sino más bien como un participanteactivo <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> juzgamiento, cuya mera presencia es significativa y constituye un acto <strong>de</strong>posicionamiento i<strong>de</strong>ológico y compromiso político. Así, existen numerosas acciones orientadas a ladifusión <strong>de</strong> estos juicios (actos, charlas, <strong>de</strong>bates, murgas, etc.) y a convocar a toda la sociedad aparticipar <strong>de</strong> ellos (Acá se juzga a genocidas 2012). Siguiendo a una estudiante <strong>de</strong> sociología(UBA) que asistió a una <strong>de</strong> estas audiencias: “Asistir a las audiencias abiertas es hacer presencia,llenar <strong>de</strong> sentido a la continuidad <strong>de</strong> una construcción. Es necesaria la presencia para la Justicia. Es<strong>de</strong> modo colectivo que se valorizan los juicios” (Acá se juzga a genocidas 2012: 109).Un público “<strong>de</strong>sdoblado”: público <strong>de</strong> la querella y público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa22 Aquí po<strong>de</strong>mos trazar un paralelo con la observación <strong>de</strong> Arendt (2000), en su análisis <strong>de</strong>l juicio ejemplar llevado acabo en Jerusalén contra el funcionario <strong>de</strong>l régimen nazi Adolf Eichmann, respecto <strong>de</strong> que existía un interés <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>lgobierno israelí en que el público asistente al juicio constituyera “una representación <strong>de</strong> todas las naciones <strong>de</strong>l mundo”(Arendt 2000: 9), una representación <strong>de</strong> la opinión mundial.23 Los otros niveles estaban ocupados por los camaristas, la fiscalía, el estrado para los <strong>de</strong>clarantes y la <strong>de</strong>fensa en uso<strong>de</strong> la palabra.


El público <strong>de</strong> los actuales juicios por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad es a<strong>de</strong>más un colectivoaltamente heterogéneo, en tanto “representa a la sociedad en su totalidad, es la imagen <strong>de</strong> susdivisiones y <strong>de</strong> su carácter compuesto” (Garapon 1999: 116). Esa pluralidad interna se encuentra, almismo tiempo, organizada en dos grupos <strong>de</strong>finidos a partir <strong>de</strong> una doble oposición: el público <strong>de</strong> laquerella y el público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa. Por un lado, ambos grupos se encuentran enfrentados en el nivelestructural <strong>de</strong>l juicio en sí mismo, ya que la querella –conjuntamente con la fiscalía– acusa alimputado para obtener su con<strong>de</strong>na, mientras que la <strong>de</strong>fensa precisamente lo <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>, paraimpedirla o minimizarla. Por otro lado, la oposición <strong>de</strong> ambos grupos sobrepasa esta distincióntécnica presente en todo juicio y adquiere también la forma <strong>de</strong> un enfrentamiento entre dos sectores(<strong>de</strong>fensores o críticos <strong>de</strong>l terrorismo <strong>de</strong> estado) en un nivel i<strong>de</strong>ológico-político que exce<strong>de</strong> a la arenajudicial. Este enfrentamiento se presenta fundamentalmente <strong>de</strong> modo verbal y simbólico, pero aveces pue<strong>de</strong> cobrar mayor materialidad (marchas, escraches, etc.) y refleja y reactualizacontinuamente las posiciones tomadas por ambos sectores (represores – víctimas <strong>de</strong> la represión)durante el período histórico en el que fueron cometidos los <strong>de</strong>litos juzgados.La diferenciación y oposición entre estos grupos se materializa asimismo en una separaciónespacial 24 . En la sala observada –situada en el subsuelo <strong>de</strong>l edificio <strong>de</strong> Comodoro Py–, el público <strong>de</strong>la querella se ubicaba en algunas filas <strong>de</strong> asientos <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las querellas y las <strong>de</strong>fensas y separado<strong>de</strong> éstas por una mampara <strong>de</strong> vidrio; mientras que el público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa –conjuntamente con laprensa– ocupaba un espacio sobreelevado, con acceso diferenciado. Así, esta partición binaria <strong>de</strong>lespacio 25 le impone forzosamente al espectador una elección fundamental al momento <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r ala audiencia –¿querella o <strong>de</strong>fensa?–, ya que no es posible estar en dos lugares al mismo tiempo, nien un “tercer” o “ningún lugar” 26 . Esta elección entre querella y <strong>de</strong>fensa visibiliza un <strong>de</strong>terminadoposicionamiento i<strong>de</strong>ológico, lo hace público marcándolo en el espacio, ya que sólo con ver quélugar ocupa un espectador, otras personas -otros espectadores, policías, funcionarios <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>rjudicial, prensa, etc.- pue<strong>de</strong>n saber “<strong>de</strong> qué lado” está cada uno, a favor o en contra <strong>de</strong> los hechosjuzgados, <strong>de</strong> los juicios, <strong>de</strong> las posibles con<strong>de</strong>nas. El conocimiento generalizado en el ámbito <strong>de</strong>Comodoro Py y entre los asistentes a las audiencias en torno a lo que implica esta elección genera<strong>de</strong> forma reiterada dos situaciones típicas al momento <strong>de</strong> la acreditación.Por un lado, los empleados <strong>de</strong> los TOF 27 que <strong>de</strong>ben efectuar la acreditación a veces no llegan24 Al menos cuando es posible, ya que no todas las salas <strong>de</strong> audiencia tienen las mismas posibilida<strong>de</strong>s físicas.25 I<strong>de</strong>ada probablemente con fines preventivos: evitar situaciones <strong>de</strong> violencia, preservar la seguridad <strong>de</strong> losespectadores, resguardar a víctimas-testigos –que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>clarar pue<strong>de</strong>n ubicarse junto al público <strong>de</strong> la querella– ya sus familiares <strong>de</strong>l daño psicológico que les pue<strong>de</strong> significar cruzarse con el público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa.26 En realidad creemos que sí existiría un “tercer lugar”, correspondiente a la prensa –cuyo análisis exce<strong>de</strong> el presentetrabajo–, pero lo consi<strong>de</strong>ramos por fuera <strong>de</strong> esta clasificación básica ya que no resulta accesible para el público engeneral. En este trabajo, nos centramos en el público en general, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> éste, en el público <strong>de</strong> la querella, que es elúnico grupo-espacio al cual tuvimos acceso.27 Tribunal(es) Oral(es) Fe<strong>de</strong>ral(es).


a hacer la pregunta <strong>completa</strong> y parecen sugerir únicamente “...¿querella?”, como si “adivinaran”, apartir <strong>de</strong> la apariencia <strong>de</strong>l espectador, <strong>de</strong> su lenguaje corporal, o tal vez por haber escuchado algúncomentario, su postura i<strong>de</strong>ológica. O tal vez se trata <strong>de</strong> una expresión <strong>de</strong> la política <strong>de</strong> la memoriaactualmente vigente –impulsora <strong>de</strong> la realización <strong>de</strong> estos juicios– que convierte a la postura quecon<strong>de</strong>na los hechos juzgados en la postura “generalizada” o “más extendida” (Cohen 1997,Rabotnikof 2006), y que hace necesaria la aclaración únicamente cuando se trata <strong>de</strong> la posturacontraria. Por otro lado, en otras ocasiones encontramos también diversas reacciones <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> losasistentes ante la pregunta crítica <strong>de</strong>l empleado <strong>de</strong>l TOF: “¿Querella o <strong>de</strong>fensa?”. De lo quepudimos observar durante nuestra propia acreditación en el TOF nº 5, vimos cómo una mujer seofendía ante la pregunta, por haberla tomado como una mínima sugerencia <strong>de</strong> que podía estar <strong>de</strong>llado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa. Asimismo, entre los testimonios <strong>de</strong> asistentes a estas mismas audienciasencontramos la reacción <strong>de</strong> un hombre que titubeaba ante la crítica pregunta y respondía “voy aplanta baja”, sin terminar <strong>de</strong> explicitar que ello implicaba que se estaba acreditando para el lado <strong>de</strong>la <strong>de</strong>fensa (Acá se juzga a genocidas 2012: 107).La audiencia como arena i<strong>de</strong>ológica y políticaSi la sola presencia <strong>de</strong> un público en los juicios por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad constituyeun signo <strong>de</strong> compromiso con la causa, el público <strong>de</strong>sarrolla a<strong>de</strong>más una activa participación, no entérminos jurídicos formales –ya que no es parte <strong>de</strong> los celebrantes <strong>de</strong> la audiencia– pero sí en laaudiencia en tanto ritual. La audiencia y la sala se convierten en una arena –un marcoinstitucionalizado don<strong>de</strong> se produce la interacción entre grupos antagónicos (Turner, citado enKaufman 1991)– no sólo judicial, sino también i<strong>de</strong>ológica y política.Símbolos emergentesEn la sala <strong>de</strong> audiencias se produce una continua emergencia <strong>de</strong> sentidos particulareshistóricamente sedimentados, huellas <strong>de</strong>l gradual proceso histórico <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión política ycolectiva respecto <strong>de</strong> los crímenes <strong>de</strong> estado cometidos en el pasado. Es por medio <strong>de</strong> ellos, en granmedida, que se expresa la oposición i<strong>de</strong>ológico-política entre ambos grupos: víctimas-testigosquerella-público<strong>de</strong> la querella 28 e imputados-<strong>de</strong>fensa-público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa.Dentro <strong>de</strong>l público <strong>de</strong> la querella 29 pudimos observar diversas marcas representativas <strong>de</strong>l28 Si bien la fiscalía estaría en principio <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este grupo, preferimos aquí <strong>de</strong>jarlo afuera por tratarse <strong>de</strong> la acusaciónoficial llevada a cabo por el estado y no <strong>de</strong> una instancia representante <strong>de</strong> un grupo particular.29 Debido a que no tuvimos acceso al público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa, sólo po<strong>de</strong>mos recurrir, para caracterizar los sentidos queemergen en el otro polo <strong>de</strong> esta oposición fundamental, a las “palabras finales” <strong>de</strong> algunos imputados que sí pudimosobservar y escuchar en una audiencia <strong>de</strong> la Megacausa ESMA. Allí, diversos imputados hicieron una justificación y<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus actos, en la cual pudimos reconocer elementos <strong>de</strong> la Teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios, así como referencias aotro mo<strong>de</strong>lo –<strong>de</strong> aplicación anterior, pero ya sin vigencia– <strong>de</strong> tratamiento <strong>de</strong> crímenes estatales <strong>de</strong> regímenes previos: laimpunidad asegurada por las leyes <strong>de</strong> Obediencia Debida y Punto Final y por los indultos (Cohen 1997). Sin embargo,


movimiento <strong>de</strong> DDHH, a través <strong>de</strong> las cuales se expresa una tradición particular <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong>verdad y justicia. Por un lado, los pañuelos blancos <strong>de</strong> las madres, emblemas <strong>de</strong> una cultura y unai<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> la memoria (Jelin 1995) construida a partir <strong>de</strong> su lucha y <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>mandas. Mientrasdurante una audiencia <strong>de</strong>l Juicio a las Juntas se les había exigido que se los sacaran, al reanudarseuna <strong>de</strong> las audiencias que observamos recientemente una mujer le hizo señas a otra –que se habíasacado el pañuelo durante la pausa– para que se lo volviera a poner. Esta vez, la exhibición <strong>de</strong>lsímbolo, que plasma visualmente un posicionamiento i<strong>de</strong>ológico y constituye también una marcai<strong>de</strong>ntitaria, se consi<strong>de</strong>ró necesaria –por no <strong>de</strong>cir obligatoria. Algunos imputados –que sólo convoltearse hacia atrás podían ver al público <strong>de</strong> la querella a través <strong>de</strong>l vidrio 30 – lanzaban <strong>de</strong> amomentos miradas “fulminantes” hacia las madres así i<strong>de</strong>ntificadas, lo cual <strong>de</strong>nota la efectividad<strong>de</strong>l símbolo.Por otro lado, el pañuelo <strong>de</strong> esta madre exhibía también una inscripción —“Ni olvido niperdón ¡sólo justicia!”–, una <strong>de</strong> las consignas tradicionales <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> DDHH, expresión <strong>de</strong>una <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> verdad-conocimiento-reconocimiento y responsabilidad (Cohen 1997). Lasreiteradas manifestaciones públicas <strong>de</strong> este movimiento (marchas, eventos culturales) exhibiendodiversas consignas revelan dos consi<strong>de</strong>raciones significativas acerca <strong>de</strong> cómo este movimientopiensa el proceso <strong>de</strong> lucha, la construcción <strong>de</strong> la memoria y el juzgamiento <strong>de</strong> estos crímenes. Enprimer lugar, la existencia <strong>de</strong> una responsabilidad colectiva en dicho proceso, que atañe a lasociedad en su totalidad: “A los genocidas los juzga un Tribunal y los con<strong>de</strong>namos todos y todas”(Acá se juzga a genocidas 2012: 37); y en segundo lugar, la existencia <strong>de</strong> otras vías –política ycultural– a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la vía judicial, a través <strong>de</strong> las cuales canalizar estas <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> verdad yjusticia (Jelin 1995) 31 .Disputas en y por el espacioMás allá <strong>de</strong> las intervenciones ocasionales que pue<strong>de</strong> hacer el público <strong>de</strong> la querella durantelas audiencias, increpando a gritos y amenazas a los imputados (Acá se juzga a genocidas 2012),hay también entre los grupos i<strong>de</strong>ológicamente opuestos una pugna concreta que se inscribe en elespacio. Cuando se borra la <strong>de</strong>marcación espacial que separa al público <strong>de</strong> la querella <strong>de</strong>l público <strong>de</strong>la <strong>de</strong>fensa, aparece una disputa en el espacio y por el espacio, que po<strong>de</strong>mos ilustrar a través <strong>de</strong> dossituaciones que se presentaron durante las observaciones. En primer lugar, las puertas y pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>los baños –espacio privado, oculto, anónimo— se vuelven soporte <strong>de</strong> diversas batallas verbales:esto no quiere <strong>de</strong>cir que el público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa no tenga también su propio activismo, visible por ejemplo en la figura<strong>de</strong> Cecilia Pando.30 Resulta curioso –como mínimo– que se prevenga el encuentro <strong>de</strong>l público <strong>de</strong> la querella con el público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensapero que haya, al mismo tiempo, posibilidad plena <strong>de</strong> contacto visual <strong>de</strong>l primero con los imputados.31 “La con<strong>de</strong>na moral y social, sin embargo, no pue<strong>de</strong>n reemplazar la centralidad <strong>de</strong> la justicia, especialmente cuando sedirige la mirada hacia la construcción <strong>de</strong> una institucionalidad <strong>de</strong>mocrática” (Jelin 1995: 140).


sobre una inscripción que <strong>de</strong>cía “Dón<strong>de</strong> está Julio López?”, otra inscripción respondía “Está enCuba”. En segundo lugar, durante una pausa escuchamos a una abogada querellante <strong>de</strong>cirle a otraspersonas en el público <strong>de</strong> la querella que había que “juntar más gente” para la audiencia siguiente,ya que se iba a <strong>de</strong>sarrollar en otra sala en la que <strong>de</strong>berían compartir el espacio con el público <strong>de</strong> la<strong>de</strong>fensa y que en general la cantidad <strong>de</strong> personas convocadas por ambas parcialida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l públicono reflejaba con precisión las adscripciones i<strong>de</strong>ológicas <strong>de</strong> la sociedad en general. Se notaba así, enlas palabras <strong>de</strong> esta abogada, una preocupación por la “representatividad” <strong>de</strong>l público <strong>de</strong> la querella,así como el planteo <strong>de</strong> una situación <strong>de</strong> “medición <strong>de</strong> fuerzas” ante el hecho <strong>de</strong> compartir un mismoespacio con el público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa.Consi<strong>de</strong>raciones finalesEn síntesis, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que el público constituye un actor altamente relevante <strong>de</strong> losjuicios por crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad que actualmente se están llevando a cabo. Abordar unanálisis <strong>de</strong>l mismo nos abre una puerta <strong>de</strong> entrada hacia la posibilidad <strong>de</strong> una mejor comprensión <strong>de</strong>la especificidad <strong>de</strong> estos juicios históricos.En primer lugar, enten<strong>de</strong>mos la presencia <strong>de</strong> un público como un elemento significativo, unacto <strong>de</strong> militancia que marca una diferencia entre estos juicios y los juicios ordinarios, <strong>de</strong>notando surelevancia histórico-política para la sociedad argentina.De esto se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que estas audiencias se encuentran en gran medida atravesadas por ladimensión i<strong>de</strong>ológica, que se manifiesta plenamente en la configuración <strong>de</strong>l público en generalcomo un actor <strong>de</strong>sdoblado (público <strong>de</strong> la querella-público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa) y se hace presente tambiénpara el espectador individual, cuando ante la necesidad forzosa <strong>de</strong> elegir un espacio don<strong>de</strong> ubicarsese ve obligado a “dar a conocer públicamente” su postura.Por último, esta misma dimensión i<strong>de</strong>ológica se plasma a<strong>de</strong>más en la materialidad <strong>de</strong>lespacio judicial (separación <strong>de</strong> los dos públicos, batallas verbales por medio <strong>de</strong> inscripciones) yemerge constantemente durante las audiencias (exhibición <strong>de</strong> símbolos, mediciones <strong>de</strong> fuerzas). Lasaudiencias se vuelven entonces una arena no sólo judicial sino también i<strong>de</strong>ológica y política, en lacual el público, a pesar <strong>de</strong> no cumplir ningún rol a nivel jurídico-formal–, se involucrasignificativamente y <strong>de</strong>sarrolla una participación activa.


AnexoDiagrama 1: La sala <strong>de</strong> audiencias en un juicio ordinario (Palacio <strong>de</strong> Justicia, Tribunal Penal nº 2).Diagrama 2: La sala <strong>de</strong> audiencias en el Juicio a las Juntas Militares. Tomado <strong>de</strong> Kaufman (1991).


Diagrama 3: La sala <strong>de</strong> audiencias en el juicio oral por la Megacausa ESMA y la causa <strong>de</strong>l HospitalPosadas (Comodoro Py, TOF nº 5).


Bibliografía-Acá se juzga a genocidas. Dibujos, crónicas y fotos. 2012. Colección Memoria, Verdad y Justicia,Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires. Buenos Aires, Editorial <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras, UBA.-Arendt, Hannah. 2000. “Audiencia Pública” en Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre labanalidad <strong>de</strong>l mal. Barcelona, Lumen.-Cohen, Stanley. 1997. Crímenes estatales <strong>de</strong> regímenes previos: conocimiento, responsabilidad y<strong>de</strong>cisiones políticas sobre el pasado. En: Revista Nueva Doctrina Penal, 1997/B.-Garapon, Antoine. 1999. “O espaço judiciário” y “Os actores judiciários” en Bem julgar. Ensaiosobre o ritual judiciário. Lisboa, <strong>Instituto</strong> Piaget.-Jelin, Elizabeth. 1995. “La política <strong>de</strong> la memoria: el Movimiento <strong>de</strong> Derechos Humanos y laconstrucción <strong>de</strong>mocrática en la Argentina”. En: Acuña, Carlos, Inés González Bombal y ElizabethJelin (comp.), Juicio, castigos y memorias. Derechos humanos y justicia en la política argentina.Buenos Aires, Nueva Visión.-Kaufman, Esther. 1991.“El ritual jurídico en el juicio a los ex comandantes. La <strong>de</strong>snaturalización<strong>de</strong> lo cotidiano”. En: Rosana Guber, El salvaje metropolitano, Buenos Aires, Legasa.-Mora, Belén. 2005. “El juicio por la verdad y la reaparición <strong>de</strong> la trama” en Juicios por la VerdadHistórica, Rituales <strong>de</strong> la memoria. La reconstrucción <strong>de</strong> una trama en Mar <strong>de</strong>l Plata. Tesis <strong>de</strong>Licenciatura. Buenos Aires, Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras, Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires (mimeo).-Rabotnikof, Nora. 2006. “Memoria y política a treinta años <strong>de</strong>l golpe”. En: Lida, Clara E., HoracioCrespo y Pablo Yankelevich. Argentina 1976. <strong>Estudios</strong> en torno al golpe <strong>de</strong> estado.-Varsky, Carolina y Leonardo Filippini. 2005. Desarrollos recientes <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong> la justicia<strong>de</strong> transición en Argentina. En: Revista Nueva Doctrina Penal, 2005/A.


“I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>”IDAES | UNSAM. 8, 9 y 10 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2013.Campus Miguelete 25 <strong>de</strong> Mayo y Francia, San Martín, Provincia <strong>de</strong> Buenos AiresConstrucción <strong>de</strong> memoria <strong>de</strong> combatientes <strong>de</strong>Malvinas en torno al 30° aniversario <strong>de</strong> la guerra.Mesa 11: Historia, política y memorias en el Cono SurAlejandra Inés AriasPertenencia institucional: Universidad Católica <strong>de</strong> Córdoba.Facultad <strong>de</strong> Ciencia Política y Relaciones Internacionales.alearias_1403@hotmail.comComo autora, yo Alejandra Inés Arias autorizo que esta <strong>ponencia</strong> “Construcción <strong>de</strong> memoria <strong>de</strong> combatientes<strong>de</strong> Malvinas en torno al 30° aniversario <strong>de</strong> la guerra” sea publicada en cualquier formato (impreso o digital)por la organización <strong>de</strong> “I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>”IDAES | UNSAM, 2013, a publicarse con posterioridad a la realización <strong>de</strong>l evento.


IntroducciónEl 14 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1982, se produjo el cese <strong>de</strong> fuego <strong>de</strong>l conflicto comenzado el 2 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong>ese mismo año, entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía sobre las Islas Malvinas. Tras larendición <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas Argentinas, los soldados regresaron al continente: “[l]a vuelta acasa en la posguerra fue bajo el signo <strong>de</strong> la indiferencia social, el olvido impuesto por los militaresy el silencio” (Rouillet, 2008). Algunos autores se referieren a este proceso como <strong>de</strong>smalvinización,entendiéndolo como “la necesidad <strong>de</strong> 'olvidar' Malvinas, la guerra, y por extensión, la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> lasoberanía, los intereses nacionales, y a los protagonistas mayoritarios <strong>de</strong>l conflicto: los jóvenesconscriptos recientemente <strong>de</strong>smovilizados” (Lorenz, 2009: 2).Sin embargo, éstos no se han resignado al olvido ya que, como afirma Elizabeth Jelin, “lamemoria es obstinada, no se resigna a quedar en el pasado, insiste en su presencia.” (2002: 2). Porel contrario, optaron por mantener su historia vigente, abogando por una reivindicación. En efecto,los combatientes <strong>de</strong> Malvinas se fueron posicionando como una nueva generación “por esta falta <strong>de</strong>reconocimiento recíproco, los chicos [<strong>de</strong> Malvinas] se han sustraído <strong>de</strong> la filiación y han presentadoa la suya como una generación autocontenida y auto-referenciada, separada <strong>de</strong> una sociedadsuperficial” (Guber, citado por Vázquez, 2004: 2).A pesar <strong>de</strong> ese contexto, el pasado 2 <strong>de</strong> abril, tras cumplirse 30 años <strong>de</strong> la guerra, los medios<strong>de</strong> comunicación, dirigentes sociales y políticos aprovecharon para discutir el tema nuevamente. Yya no sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el reclamo por la soberanía <strong>de</strong> las Islas, sino también atendiendo a la situación <strong>de</strong>los combatientes <strong>de</strong> Malvinas. He aquí la pertinencia social <strong>de</strong> investigación, la necesidad <strong>de</strong>escuchar voces que han sido calladas por treinta años. Los mismos que en el acto <strong>de</strong>l 2 <strong>de</strong> abril sonllamados “héroes” son olvidados el resto <strong>de</strong>l año.Consecuentemente, el área temática <strong>de</strong> esta investigación se enmarca en la construcción <strong>de</strong>memoria <strong>de</strong> los combatientes <strong>de</strong> Malvinas en torno al 30° aniversario <strong>de</strong> la guerra. Para su abordajese aten<strong>de</strong>rá a la comprensión <strong>de</strong> resignificaciones que los combatientes <strong>de</strong> Malvinas le dan a loshechos más relevantes.Es preciso agregar que las acciones llevadas a cabo por los combatientes <strong>de</strong> Malvinas norespon<strong>de</strong>n a motivaciones arbitrarias, sino que son impulsadas por la i<strong>de</strong>ntidad que los diferencia<strong>de</strong>l resto y que se funda en esa memoria particular que los caracteriza. Ésta se relaciona “con la i<strong>de</strong>aque tenemos acerca <strong>de</strong> quiénes somos y quiénes son los otros, es <strong>de</strong>cir, con la representación quetenemos <strong>de</strong> nosotros mismos en relación con los <strong>de</strong>más” (Giménez, 2009: 11). En palabras <strong>de</strong>Todorov, “el recuerdo <strong>de</strong>l pasado es necesario para afirmar la propia i<strong>de</strong>ntidad tanto la <strong>de</strong>l individuocomo la <strong>de</strong>l grupo; [ya que] sin un sentimiento <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad con uno mismo, nos sentimosamenazados en nuestro propio ser y paralizados… el individuo necesita saber quién es y a quégrupo pertenece” (citado por Mendoza García, 2009: 2).


Específicamente, este tema se con<strong>de</strong>nsa en la siguiente pregunta <strong>de</strong> investigación: ¿Cómoconstruyen su i<strong>de</strong>ntidad los combatientes <strong>de</strong> Malvinas en el marco <strong>de</strong>l 30° aniversario <strong>de</strong> la guerra?Para su aproximación, se acu<strong>de</strong> a dos preguntas intermedias, a saber: ¿Cómo es el marco social enel que se contextualiza el trabajo <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong> los combatientes <strong>de</strong> Malvinas? ¿Cuáles son loshechos más relevantes en torno <strong>de</strong> los cuales construyen sus memorias individuales?En relación con estos interrogantes surgen los supuestos <strong>de</strong>l investigador. En principio, separte <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fin <strong>de</strong> la guerra en junio <strong>de</strong> 1982, la sociedad no ha valorizado a loscombatientes <strong>de</strong> Malvinas. Sino que por el contrario, los ha <strong>de</strong>jado en el pasado, en el olvido. Estoconlleva a la necesidad que existe <strong>de</strong> escuchar lo que ellos tienen para <strong>de</strong>cir. Lo cual implicaabordar esta realidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> los protagonistas, es <strong>de</strong>cir, aten<strong>de</strong>r a lasinterpretaciones <strong>de</strong> los mismos actores.Por otra parte, se sostienen como respuestas tentativas a aquellas preguntas intermedias,unas anticipaciones <strong>de</strong> sentido. En primer término, se cree que el 30° aniversario <strong>de</strong> la guerragenera un marco particular para los trabajos <strong>de</strong> la memoria. Ya que moviliza la propia i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>lcombatiente <strong>de</strong> Malvinas. El papel <strong>de</strong> los medios en esta resignificación no es menor, quienesquizás los siguen viendo como “chicos <strong>de</strong> Malvinas”. En segundo término, se estima que los hechosmás importantes en sus relatos pue<strong>de</strong>n diferir a gran<strong>de</strong>s rasgos en dos grupos. Por un lado, aquellosque aludan a la guerra en particular, como por ejemplo: sus superiores, la guerra en sí misma,bombar<strong>de</strong>os, etc. Por otro lado, en los que predomine la relevancia <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la guerra,ya sea por organización <strong>de</strong> los combatientes, por la acción <strong>de</strong>l Estado o por su vida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>lconflicto.Luego <strong>de</strong> puntualizar esas consi<strong>de</strong>raciones, se formula como objetivo general el interpretarla construcción <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> los combatientes <strong>de</strong> Malvinas en el marco <strong>de</strong>l 30° aniversario <strong>de</strong> laguerra. A tal fin, se recurre a la consecución <strong>de</strong> los objetivos específicos que consisten en: Describir el marco social en el que se <strong>de</strong>sarrolla el trabajo <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong> loscombatientes <strong>de</strong> Malvinas. I<strong>de</strong>ntificar los hechos más relevantes que enuncian los combatientes en torno <strong>de</strong> los cualesconstruyen sus memorias individuales.MetodologíaEl diseño que se utilizó es flexible, <strong>de</strong> tipo proyectado. Consiste en una investigacióncualitativa don<strong>de</strong> se articuló entre trabajo <strong>de</strong> campo y reinterpretación teórica. Concretamente, elcaso correspon<strong>de</strong> a los combatientes <strong>de</strong> Malvinas cordobeses. Por su parte, en relación a la fechatomada, se <strong>de</strong>be diferenciar entre la fecha <strong>de</strong> los hechos, correspondiente a la guerra en 1982, y laque correspon<strong>de</strong> a la construcción <strong>de</strong> los datos. En este caso, se atien<strong>de</strong> a la referente al aniversario


<strong>de</strong> los 30 años <strong>de</strong> la guerra. Se toma esta fecha ya que implica un período <strong>de</strong> reflexión especial <strong>de</strong> lamemoria.Principalmente se utilizó como técnica <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> datos la entrevista enprofundidad, para obtener información con las palabras <strong>de</strong> los mismos sujetos <strong>de</strong> estudio. El guióntemático consistió en: a) la cuestión Malvinas en general: a los fines <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar personas,lugares y/o fechas que nuclean la narración; b) la conmemoración particular <strong>de</strong>l 30° aniversario <strong>de</strong>la guerra: el 2 <strong>de</strong> abril como fecha relevante; c) las <strong>de</strong>nominaciones con las cuales se sienten mási<strong>de</strong>ntificados: se proponían “veteranos”, “excombatientes” y “chicos <strong>de</strong> Malvinas”.Complementariamente, se realizó un breve análisis documental <strong>de</strong> las noticias relativas aMalvinas <strong>de</strong>l diario <strong>de</strong>l 2 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2012 <strong>de</strong> La Voz <strong>de</strong>l Interior, por ser el más vendido <strong>de</strong> laprovincia. Esta técnica permitió obtener una visión general <strong>de</strong> la dimensión histórica que le adjudicala sociedad al caso <strong>de</strong> Malvinas. Para interpretar los datos construidos se utilizó el análisis <strong>de</strong>contenido cualitativo.Listado <strong>de</strong> categorías teóricas relevantes Combatiente <strong>de</strong> Malvinas a aquel que forma parte <strong>de</strong> la nómina <strong>de</strong> Veteranos <strong>de</strong> Guerra <strong>de</strong>Malvinas, es <strong>de</strong>cir, aquellos ex soldados conscriptos y militares <strong>de</strong> carrera pertenecientes a lasfuerzas armadas “que hayan estado <strong>de</strong>stinados en el Teatro <strong>de</strong> Operaciones Malvinas (TOM) oentrado efectivamente en combate en el área <strong>de</strong>l Teatro <strong>de</strong> Operaciones <strong>de</strong>l Atlántico Sur (TOAS) 32 ,y a los civiles que se encontraban cumpliendo funciones <strong>de</strong> servicio y/o apoyo en los lugares antesmencionados, entre el 2 <strong>de</strong> abril y el 14 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1982, <strong>de</strong>bidamente certificado según loestablecido en el <strong>de</strong>creto 2634/90” 33 . Trabajo <strong>de</strong> la memoria: proceso que consiste en <strong>de</strong>finir el pasado en el presente y, a partir <strong>de</strong>este último, las expectativas futuras. Según la socióloga Elizabeth Jelin, se enfatiza en la noción <strong>de</strong>“trabajo” dado que es una capacidad propia <strong>de</strong>l hombre que le adjudica un rol activo y productivo.“Uno es agente <strong>de</strong> transformación y en el proceso se transforma a sí mismo y al mundo [social]”(Jelin, 2002: 14). Memoria e i<strong>de</strong>ntidad se co-constituyen mutuamente. En el proceso <strong>de</strong>conformación <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> un sujeto –individual o colectivo–, la memoria es uno <strong>de</strong> loscomponentes centrales al reforzar el “sentimiento <strong>de</strong> continuidad y <strong>de</strong> coherencia <strong>de</strong> una persona o<strong>de</strong> un grupo en su reconstrucción <strong>de</strong> sí mismo” (Pollak. Citado por Jelin, 2002: 25). Marco o cuadro social: Jelin (2002) retoma <strong>de</strong> Halbwachs esta noción que consiste enmarcos portadores <strong>de</strong>l punto <strong>de</strong> vista general <strong>de</strong> la sociedad, <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s y valores, y las3233El TOM fue creado como comando estratégico operacional para la recuperación <strong>de</strong> las Islas Malvinas, yel TOAS, para la <strong>de</strong>fensa (permaneció con esta <strong>de</strong>nominación hasta la rendición <strong>de</strong>l 14 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong>1982).Quedando excluidos aquellos que, aun habiendo sido convocados y/o movilizados no hayanpermanecido en alguna <strong>de</strong> las operaciones. Según Ley 24.652.


conmemoraciones grupales <strong>de</strong> lo recordado. De tal manera, las personas recuerdan individualmentegracias a estos marcos. Los trabajos <strong>de</strong> la memoria individual siempre están <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un contextosocial, siendo éste el encargado <strong>de</strong> darles sentido. Son históricos, y por en<strong>de</strong>, van transformándose. Hitos: hechos que son empleados como elementos organizadores <strong>de</strong> las memorias, al mismotiempo que olvida otros <strong>de</strong>bido a que este trabajo es selectivo. Básicamente, estos elementosorganizadores son tres: acontecimientos o fechas, personas o personajes, y lugares (Pollak, citadopor Jelin, 2002). Pue<strong>de</strong>n estar vinculados a experiencias vividas por las personas, los <strong>de</strong>nominados“pasados autobiográficos” caracterizados, generalmente, por la presencia <strong>de</strong> un acontecimientotraumático que pue<strong>de</strong> manifestarse en conductas o patologías actuales. Así como pue<strong>de</strong>n referir aexperiencias culturalmente compartidas y compartibles, “mediatizadas por el lenguaje y por elmarco cultural interpretativo en el que se expresa, se piensa y se conceptualiza” (Jelin, 2002: 34).La selección <strong>de</strong> estos hitos conlleva entonces a la “i<strong>de</strong>ntificación grupal con algunos ydiferenciación con otros” (Jelin, 2002: 25). Chicos <strong>de</strong> Malvinas alu<strong>de</strong> a la i<strong>de</strong>ntidad relativa a los jóvenes que fueron a la guerra, que notenían preparación, abrigo, comida y armas sufcientes. Es <strong>de</strong>cir, que implica <strong>de</strong>jarlos en el pasado(Guber, citado por Vázquez, 2004). Veterano <strong>de</strong> Guerra <strong>de</strong> Malvinas, en la concepción <strong>de</strong> Guber (citado por Vázquez, 2004)abandona la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> los “chicos <strong>de</strong> Malvinas”; así como consi<strong>de</strong>ra que siguen siendo combatientes yque mantienen su lucha vigente. Ex combatiente es quien elabora una memoria según la cual su lucha comenzó y terminó elmismo día que lo hizo la guerra, al mismo tiempo que tien<strong>de</strong> a exteriorizar interpretacionespesimistas en cuanto a lo sucedido (Guber citado por Vázquez, 2004).A partir <strong>de</strong> las anteriores categorías teóricas así entendidas, y <strong>de</strong> las emergentes <strong>de</strong>l registro–indicadas por el símbolo (e)–, se presenta más abajo la continuación la codificación <strong>de</strong> las mismas.Es pertinente realizar dos aclaraciones. Por una parte, la categoría trabajo <strong>de</strong> la memoriatransversaliza las narraciones tanto <strong>de</strong> los informantes como <strong>de</strong> los artículos periodísticos,conformando las diversas memorias individuales, razón por la cual no se la pue<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarexplícitamente. Por otra parte, esta investigación usa la categoría <strong>de</strong> combatientes <strong>de</strong> Malvinasprocurando el distanciamiento con respecto a los sujetos <strong>de</strong> estudio. Es <strong>de</strong>cir, que esta categoría noes utilizada por ellos, sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la investigación para englobar las diferentes i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s.


Análisis e interpretación <strong>de</strong> datos construídosA los fines <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar la exposición <strong>de</strong> este apartado, se presentará en primera instancia elanálisis <strong>de</strong> los artículos periodísticos seleccionados; y en segundo lugar, el que correspon<strong>de</strong> con lasentrevistas en profundidad.Dichos artículos sostienen el marco social <strong>de</strong> las memorias. Sin embargo, la mismaconfiguración <strong>de</strong> este marco constituye en sí una memoria, atribuible a la sociedad, y coinci<strong>de</strong>ntecon el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las conmemoraciones. En el cuadro social se <strong>de</strong>staca el juego entre lascategorías <strong>de</strong> malvinización versus <strong>de</strong>smalvinización. La nota entien<strong>de</strong> que malvinización es elproceso llevado a cabo por los combatientes que consiste en “actuar para horadar el <strong>de</strong>sprecio,cuando no la ignorancia, <strong>de</strong> gobiernos y conciudadanos hacia ellos” 34 . Es <strong>de</strong>cir, que “consi<strong>de</strong>ran quela 'malvinización' ha empezado a ganarle el lugar a la '<strong>de</strong>smalvinización'” 35 . Durante muchos añosla <strong>de</strong>smalvinización, constituyó un paradigma dominante, que como tal, formaba parte <strong>de</strong> la manera<strong>de</strong> mirar el mundo (Cangiano, 2012).3435Los fragmentos extraídos <strong>de</strong> los artículos periodísticos se señalarán con notas a pie <strong>de</strong> página,correspondiendo “Art. 1” al primer artículo adjunto en el anexo, y los <strong>de</strong>más, con la numeración sucesiva.En este caso, Art. 6.Art. 6.


Se sostiene que este antagonismo es el eje <strong>de</strong>l marco social ya que la <strong>de</strong>smalvinización searticula en torno a <strong>de</strong>terminados núcleos duros que, en general, coinci<strong>de</strong>n con las resignificacionesllevadas a cabo en los distintos artículos. En este sentido, a pesar <strong>de</strong> que se aboga por fortalecer elproceso <strong>de</strong> malvinización; uno <strong>de</strong> los artículos presenta la postura <strong>de</strong> Reino Unido: “Cameron: Laguerra fue un acto <strong>de</strong> agresión argentino” 36 . Es <strong>de</strong>cir, que muestra la perspectiva según la cual laguerra fue un hecho irresponsable, y <strong>de</strong>splazando la cuestión colonial. Características estas, propias<strong>de</strong> la <strong>de</strong>smalvinización (Cangiano, 2012). Lo mismo se presenta cuando los isleños se apenan porno po<strong>de</strong>r disfrutar <strong>de</strong> una bahía: “'[n]unca más pudimos volver a Yorke Bay, un lugar hermoso', selamenta. Playa minada. Vamos a Yorke Bay y comprobamos que, efectivamente, es un lugarhermoso, una playa <strong>de</strong> arena blanca y agua clara como en el Caribe, a unos cuantos grados menos,pero es imposible acercarse a la arena. La zona fue <strong>completa</strong>mente minada durante las primerashoras <strong>de</strong> la ocupación” 37 . La ocupación es la argentina, culpable <strong>de</strong> hacer intransitable dicho lugar.Nada <strong>de</strong> ocupación británica. Con esto no se preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que la editorial sea <strong>de</strong>liberadamentecontradictoria, sino que todavía existe esa concepción en nuestra sociedad.Al mismo tiempo, cuando se alu<strong>de</strong> a los combatientes, se hace referencia a los “excombatientes”, excepto una vez. En una sola oportunidad se menciona a uno <strong>de</strong> ellos como“veterano”: “Juan Carlos Luján es suboficial mayor retirado y veterano <strong>de</strong> Malvinas” 38 . Sucondición <strong>de</strong> militar <strong>de</strong> carrera va acompañado <strong>de</strong> la calificación <strong>de</strong> veterano. El resto, los soldadosconscriptos, son ex combatientes. Por otra parte, el principal artículo correspondiente a loscombatientes es el <strong>de</strong> la presentación <strong>de</strong> una película que consta en la “aproximación respetuosa yorgullosa a una <strong>de</strong> las experiencias más dramáticas <strong>de</strong> la historia argentina, una historia silenciadadurante dos décadas y que recién ahora comienza a <strong>de</strong>velar sus dolorosas profundida<strong>de</strong>s” 39 . Semezcla el segundo núcleo duro <strong>de</strong> la <strong>de</strong>smalvinización, la victimización <strong>de</strong>l combatiente –por lacual “se sustituyó la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l 'héroe que <strong>de</strong>fendió su patria' por la <strong>de</strong>l chico impotente”(Cangiano, 2012: 32)– con la pretensión <strong>de</strong> malvinizar, abandonando el silencio.Queda claro que hay una intención <strong>de</strong> instalar el discurso <strong>de</strong> malvinización. Para este fin sonnecesarios dos elementos: la erradicación <strong>de</strong> la indiferencia y el consenso social. El primero <strong>de</strong>estos elementos tiene un ejemplo a imitar, Tierra <strong>de</strong>l Fuego. Uno <strong>de</strong> los artículos alu<strong>de</strong> a laconmemoración por los 30 años, que se realizó en Ushuaia, sociedad en la cual no hay indiferenciafrente al tema, “[e]l sentimiento por Malvinas y por la guerra, pero sobre todo el conocimiento y laconvicción sobre el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> la soberanía argentina sobre las Malvinas, está presente aquí más36373839Art. 5Art. 1.Art. 4Art. 2


que en ningún otro lugar <strong>de</strong> la Argentina” 40 . Allí confluyen espacios para la memoria –“la PlazaIslas Malvinas: la capital <strong>de</strong> la conmemoración <strong>de</strong> los 30 años <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> la guerra” 41 –, el interés<strong>de</strong> la sociedad civil, y el compromiso <strong>de</strong> los políticos. En efecto, el artículo expresa que “[d]ecenas<strong>de</strong> personas, muchas en familia, pasearon durante toda la soleada tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> la víspera por la plaza,ampliada para este aniversario a 2.300 metros cuadrados <strong>de</strong> sus 700 originales” 42 . Esta realidad, sinembargo, no es la <strong>de</strong> Córdoba, que casualmente no tiene ningún artículo relativo a lasconmemoraciones.El último <strong>de</strong> los elementos presentes, es el <strong>de</strong>l pretendido consenso social. Consenso entorno a la política <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> encaminarse tras el reclamo diplomático por la soberanía <strong>de</strong>Argentina sobre las Islas. Quizás este punto sea el eje <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo actual <strong>de</strong> la malvinización. Yaque hay otras cuestiones don<strong>de</strong> el mensaje es más ambiguo, como se mencionó anteriormente. Uno<strong>de</strong> los artículos afirma “la cuestión Malvinas es una ban<strong>de</strong>ra que cobija y une a todo el país. Porello, es imperioso en este día […] reafirmar el concepto <strong>de</strong> soberanía y plantear la necesidad <strong>de</strong> unapolítica permanente para conseguir ese objetivo por el que la Argentina lucha <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 3 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong>1833, cuando fue <strong>de</strong>spojada <strong>de</strong> esas tierras” 43 . Para sostener dicho consenso, se necesita <strong>de</strong> un realcompromiso por parte <strong>de</strong> los políticos, y no <strong>de</strong> simple oportunismo.En este marco es don<strong>de</strong> adquieren sentido las distintas resignificaciones <strong>de</strong> los combatientes.Los informantes entien<strong>de</strong>n que hay un consenso <strong>de</strong> la sociedad civil en torno al reclamodiplomático por la soberanía sobre las Islas Malvinas. Dicho reclamo, entonces, va en contra <strong>de</strong> laperspectiva <strong>de</strong> <strong>de</strong>smalvinización que propone <strong>de</strong>sligar el componente colonial <strong>de</strong> la discusión.Contrariamente, uno <strong>de</strong> los informantes llama específicamente usurpador a Reino Unido. Estecamino <strong>de</strong>l reclamo diplomático, con el <strong>de</strong>bido apoyo <strong>de</strong> distintas organizaciones internacionales,necesita la <strong>de</strong>finición clara <strong>de</strong> los políticos. Y una vez asentada esta postura, se conseguirá eliminarla indiferencia <strong>de</strong> la sociedad. En efecto, el informante 2 afirmaba: “soy un convencido que (…) elúnico reencuentro <strong>de</strong> la sociedad argentina para con los problemas internacionales es la preparación<strong>de</strong> su gente, y hoy necesitamos gente que realmente sean diplomáticos, que entiendan laproblemática, <strong>de</strong> la Argentina, que tengan indicaciones políticas claras, precisas, para llevara<strong>de</strong>lante lo que queremos. Y ese es el punto fundamental para combatir la indiferencia. Cuando elpueblo argentino vea que tiene un ejército <strong>de</strong> diplomáticos y políticas claras y precisas, establecidas<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> un punto específico, en este caso: Malvinas, la indiferencia va a ir <strong>de</strong>sapareciendo, porqueson hechos concretos, son los gestos positivos que llaman a la sociedad a un cambio <strong>de</strong>comportamiento”.40414243Art. 3I<strong>de</strong>m anteriorI<strong>de</strong>m anteriorArt. 7


A este planteo, es necesario agregarle una particularidad, el lugar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual esresignificado: Tierra <strong>de</strong>l Fuego. En esa provincia la conmemoración <strong>de</strong>l 2 <strong>de</strong> abril no pasainadvertida. Sino que implica la acción <strong>de</strong> la misma sociedad civil, la cual participa en lasconmemoraciones. Éstas no se reducen al acto oficial, sino que se extien<strong>de</strong>n durante un mes, el mes<strong>de</strong> Malvinas. Razón por la cual la indiferencia no tiene lugar, ni <strong>de</strong> la sociedad, ni <strong>de</strong> los políticos.Así lo expresaba el informante 2: “nosotros convivimos y estamos insertados en una sociedad, enuna comunidad que vivió la guerra. El pueblo vivió la guerra (...). Por en<strong>de</strong>, esa indiferencia que yomenciono, en nuestra comunidad, en el pueblo fueguino, está como... no digamos erradicada, perosí es casi nula (…) se prepararan los jóvenes, los niños <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el jardín inicial se preparan. Lapreparación la llevan a<strong>de</strong>lante los docentes, preparados a tal fin. Y acompañados por un grupo <strong>de</strong>veteranos <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong>dicados al tema. Permanentemente, no solamente el 2 <strong>de</strong> Abril, o una semanao un mes, una fecha. Eso es en forma permanente”.Distinto es el caso <strong>de</strong> Córdoba, don<strong>de</strong> la conmemoración <strong>de</strong>l 2 <strong>de</strong> abril no tiene relevanciasocial, y no cuenta con el apoyo <strong>de</strong> los políticos. Esto se adjudica a la <strong>de</strong>uda en la que está el EstadoProvincial con relación al reconocimiento <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> los veteranos, en términos materiales ysimbólicos. Esta i<strong>de</strong>a no quedó plasmada en la grabación <strong>de</strong>l informante 3, pero sí en los registrosmanuales, según los cuales “como el gobernador no quiere la causa, los manda al acto Oficial enOliva, don<strong>de</strong> no hay ni un veterano. El grueso <strong>de</strong> los veteranos <strong>de</strong> Córdoba, cerca <strong>de</strong> 2000, están enla capital <strong>de</strong> la provincia. Y ni siquiera el gobernador va al acto. Manda al secretario <strong>de</strong> algúnministro, para no ir él. Dijo también que el año pasado realizó el acto en Grupo <strong>de</strong> ArtilleríaParacaidista 4, don<strong>de</strong> sabe que los soldados no van a ir, ya que ese lugar es <strong>de</strong> los militares.También planteó sus <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> que el Gobernador los reúna (aproximadamente por esta fecha) y lespregunte a las distintas organizaciones <strong>de</strong> veteranos, cómo, dón<strong>de</strong>, les gustaría que fuese el acto <strong>de</strong>l2 <strong>de</strong> abril, como un hecho importante. Pero que ellos entien<strong>de</strong>n que el gobernador no los convocaporque eso implicaría que ellos también le eleven las <strong>de</strong>mandas materiales relativas al subsidio”.Este punto <strong>de</strong> diferencia entre combatientes y políticos <strong>de</strong> Córdoba que es el reconocimiento<strong>de</strong>l Estado tiene su origen en los horrores <strong>de</strong> la guerra. Este hito gira en torno al dolor que provocóy provoca la guerra. Tanto el sufrimiento pasado durante el conflicto, como las consecuenciasfísicas y psicológicas que esto produjo en los combatientes. Esto es lo que ilustra la cita <strong>de</strong>linformante 3: “estoy <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los ochenta casos más graves <strong>de</strong> <strong>de</strong>snutrición <strong>de</strong> los veteranos <strong>de</strong>lpaís, tengo una esquirla en la rodilla, la expansión <strong>de</strong> las bombas me dañaron (…), [tuve]quemaduras <strong>de</strong> segundo grado, un mes con suero y sangre para volverme a la normalidad, llevo yacasi quince, dieciseis años <strong>de</strong> tratamiento psiquiátrico, psicológico, para estar medianamente encondiciones”. A pesar <strong>de</strong> ello, no se acentúa en la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> la dictadura <strong>de</strong> enviarlos a la guerra.En particular, uno <strong>de</strong> los informantes resignificó con mayor importancia el hecho <strong>de</strong> conocer ambas


islas, la Soledad y la Gran Malvina. Esto llevó a que su regimiento sufriera las consecuencias <strong>de</strong>lbloqueo británico.Para enfrentar y superar esos horrores <strong>de</strong> la guerra, los informantes realizaban una diferenciaentre los soldados conscriptos en su mayoría, y los veteranos “normales”. Adjudicando que losprimeros se habían resistido a la ayuda tanto <strong>de</strong> profesionales, como <strong>de</strong> sus familias; y los segundos,tras años <strong>de</strong> ayuda psicológica, actualmente pue<strong>de</strong>n hablar <strong>de</strong>l tema. Sin embargo, es un común elsilencio frente a los hijos. Aún aquéllos que pue<strong>de</strong>n contar lo que les sucedió, o lo que sientenactualmente en torno a Malvinas, no pue<strong>de</strong>n hacerlo frente a sus propios hijos. Y éstos acu<strong>de</strong>n aotras fuentes para conocer más, asistir a asociaciones <strong>de</strong> veteranos u organizarse ellos mismos.En este proceso <strong>de</strong> superar los horrores <strong>de</strong> la guerra constituye un hito fundamental la falta<strong>de</strong> trabajo tras el regreso. Ya sea por las falsas promesas <strong>de</strong> los políticos como por la inestabilida<strong>de</strong>n los trabajos, este punto es clave en la construcción <strong>de</strong> la memoria, en la conformación <strong>de</strong> sui<strong>de</strong>ntidad. En informante 3 <strong>de</strong>claraba: “en el caso mío fue bastante duro el regreso. Nunca pu<strong>de</strong>tener un trabajo”, en la misma línea, el informante 2 confirmaba: “[a]ntes como veteranos <strong>de</strong> guerra(...) no teníamos trabajo porque se nos consi<strong>de</strong>raba personas no aptas para trabajar”. Paracontrarrestar este problema los combatientes se comenzaron a organizar reclamándole al Estado sureconocimiento. Esta <strong>de</strong>manda <strong>de</strong>riva en tres puntos que es preciso enunciar. En primer lugar, que elreconocimiento formal <strong>de</strong>l Estado se consolidó con la nómina <strong>de</strong> la ley 23.109, que explicitaquiénes son consi<strong>de</strong>rados “Veteranos <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong> Malvinas” y por en<strong>de</strong>, obtienen los beneficiosque correspon<strong>de</strong>n –pensión, subsidio, obra social–. Esto es objeto <strong>de</strong> discusión por parte <strong>de</strong> los noveteranos –no reconocidos como tal por no haber estado en las Islas Malvinas–. Esta primerdiferencia es el punto <strong>de</strong> partida para <strong>de</strong>marcar una línea.En segundo lugar, la exigencia <strong>de</strong> ampliar ese reconocimiento viene también <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los queentran en la nómina <strong>de</strong> veteranos. Esto se justifica en una resignificación particular que se le da alhecho <strong>de</strong> ser hérores. Uno <strong>de</strong> los informantes manifestó como héroes a los 649 muertos en las Islas.Sin embargo, el otro reconceptualiza <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este término a tdos los veteranos. En perspectivahistórica, entien<strong>de</strong> que su tarea es digna <strong>de</strong> ser llamado héroes, y que esto <strong>de</strong>be ser acompañado porel <strong>de</strong>bido reconocimiento material por parte <strong>de</strong>l Estado, tanto <strong>de</strong> los políticos provinciales, con elaumento <strong>de</strong> la pensión, como <strong>de</strong>l gobierno nacional, con la jubilación anticipada.En tercer lugar, dicha ley ofició <strong>de</strong> punto <strong>de</strong> corte en la diversidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>nominaciones que sele daba a los combatientes. En los primeros años <strong>de</strong> la posguerra –y con menos frecuencia, perotambién en la actualidad– se hablaba <strong>de</strong> ellos como los chicos <strong>de</strong> Malvinas. Siendo esta calificaciónentendida por parte <strong>de</strong> los combatientes como <strong>de</strong>spreciable, y con connotaciones negativas. Parte<strong>de</strong>l mismo proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>smalvinización que hacía <strong>de</strong> los héroes, las víctimas, los chicos. Tras suorganización, abundaron diversidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>nominaciones, como por ejemplo la <strong>de</strong> ex combatientes.


Pero con la ley, se asienta la <strong>de</strong>nominación que ellos consi<strong>de</strong>ran correcta: veteranos. No por unacuetsión <strong>de</strong> edad, sino en reconocimiento <strong>de</strong> su tarea en la guerra.ConclusionesLa presente investigación procuró aportar una visión politológica a la construcción <strong>de</strong>memoria <strong>de</strong> combatientes <strong>de</strong> Malvinas en torno al 30° aniversario <strong>de</strong> la guerra. La misma configuraa su vez las distintas manifestaciones políticas que ellos realicen. Y esto no tiene repercución sóloen el presente, sino que también expone sus expectativas a futuro.A tal fin, se abordaron dos objetivos específicos. En primer lugar, <strong>de</strong>scribir el marco socialen el que se <strong>de</strong>sarrolla el trabajo <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong> los combatientes <strong>de</strong> Malvinas. Para esto serealizó una sintética investigación documental <strong>de</strong> los artículos relacionados a la cuestión Malvinasque salieron publicados en La Voz <strong>de</strong>l Interior el 2 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2012. El análisis <strong>de</strong> contenidocualitativo plasmó el juego que existe entre la propuesta <strong>de</strong> malvinización y los discursos que sesostienen con rasgos <strong>de</strong> <strong>de</strong>smalvinización. En esta tensión entre ambos procesos, proyectando lamalvinización, pone <strong>de</strong> ejemplo una sociedad particular, la fueguina, don<strong>de</strong> no hay indiferencia altema, lo cual implica que las conmemoraciones sean muy distintas a las que se dan en Córdoba.Este marco social que con<strong>de</strong>nsa las discuciones y contradicciones propias <strong>de</strong> un momentohistórico <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong> paradigma es el que encuadra la construcción <strong>de</strong> memoria <strong>de</strong> loscombatientes <strong>de</strong> Malvinas. El segundo objetivo específico consiste en i<strong>de</strong>ntificar los hechos másrelevantes que enuncian los combatientes en las entrevistas en profundidad en torno <strong>de</strong> los cualesconstruyen sus memorias individuales.Hay tres puntos <strong>de</strong>stacables <strong>de</strong> las categorías emergentes. En primer lugar, todos ellosresignificaban <strong>de</strong> manera similar tanto la relativa a los horrores <strong>de</strong> la guerra, como la <strong>de</strong>l reclamodiplomático, que funcionaban <strong>de</strong> ejes <strong>de</strong> las narraciones. En segundo lugar, la diferencia básicaentre las construcciones <strong>de</strong> memorias residió en el lugar en el cual estaban pensando.Diferenciándose así el compromiso <strong>de</strong> la sociedad civil y <strong>de</strong> los políticos fueguinos con la causa, <strong>de</strong>la indiferencia social y política que caracteriza a Córdoba. En tercer lugar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las referenciasteóricas se proponían las categorías <strong>de</strong> “chicos <strong>de</strong> Malvinas”,”ex combatiente” y ”veterano” comolas que representaban la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> los combatientes, según las distintas memorias que hubiesencontruido. Sin embargo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el campo emergieron esas categorías, pero bajo otros significados,don<strong>de</strong> la que tiene superioridad sobre las <strong>de</strong>más es la <strong>de</strong> veteranos, por consi<strong>de</strong>rarse la que posee elreconocimiento <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong> la sociedad.Asimismo, se sumaron a ellas, las <strong>de</strong> héroes y soldados por un lado; y la <strong>de</strong> los no veteranos,por otro. Es con respecto a esta última don<strong>de</strong> se produce la mayor diferencia. Ellos son veteranos –algunos, soldados que no pue<strong>de</strong>n abandonar los horrores <strong>de</strong> la guerra; todos, héroes–. Los otros son


los no veteranos, los que persiguen el mismo reconocimiento, pero no pasaron por los mismos hitosque aquéllos pue<strong>de</strong>n resignificar mediante el pasado autobiográfico.BibliografíaCANGIANO, F (2012) “Desmalvinización”, la <strong>de</strong>rrota argentina por otros medios. Revista <strong>de</strong> laFacultad <strong>de</strong> Ciencias <strong>Sociales</strong> /UBA. N°80, 28-37.GIMÉNEZ, G. (2009) Cultura, i<strong>de</strong>ntidad y memoria. Materiales para una sociología <strong>de</strong> los procesosculturales en las franjas fronterizas. Frontera NorteK, N° 41, Vol. 21, 7-32JELIN, E. (2002) Los Trabajos <strong>de</strong> la Memoria. 2ª ed. Madrid: Siglo XXI <strong>de</strong> España Editores S.ALORENZ, F. (2009) La guerra <strong>de</strong> Malvinas y el lugar <strong>de</strong> los ex soldados en el contexto <strong>de</strong> la postdictadura (1982-1985). Memoria en las aulas, Vol. 12, 2-15.MENDOZA GARCÍA, Jorge (2009) “El transcurrir <strong>de</strong> la memoria colectiva: La i<strong>de</strong>ntidad” RevistaCasa <strong>de</strong>l Tiempo Vol 2, época IV, nº 17: 59-68NAVARRO, P. y DÍAZ, C. (1999). Análisis <strong>de</strong> contenido. En Delgado, J. Y Gutierrez, J. (coord.)Métodos y Técnicas cualitativas <strong>de</strong> Investigación en Ciencias <strong>Sociales</strong>.(Págs. 177-224). Madrid:Síntesis PsicologíaROUILLET, Eduardo (2008) “Otro disparo al corazón <strong>de</strong>l silencio en torno <strong>de</strong> Malvinas” CECIM(en línea). [Citado el 06/05/10]. Disponible en Internet en:http://www.cecim.org.ar/noticias/verNoticia.asp?Id=454VÁZQUEZ, Juan Cruz (2004) “De chicos a veteranos. Memorias argentinas <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong>Malvinas – Rosana Guber” Revista SAAP Vol nº 2, Nº 1: 221 – 224Otras fuentes consultadas− Ley 24.652. Modificación <strong>de</strong> la Ley N° 23.848. Disponible en línea en:http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/35000-39999/37605/norma.htmArt. 1: “El recuerdo <strong>de</strong> la guerra aún está vivo” Disponible en línea:http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/recuerdo-guerra-aun-esta-vivoArt. 2: “La dimensión humana, en una película <strong>de</strong> la comunidad educativa” Disponible en línea:http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/dimension-humana-pelicula-comunidad-educativaArt. 3: “El sentimiento por Malvinas y la convicción <strong>de</strong> la soberanía” Disponible en línea:http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/sentimiento-malvinas-conviccion-soberaniaArt. 4: “'El puente aéreo más importante <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la aviación'” Disponible en línea:http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/puente-aereo-mas-importante-historia-aviacionArt. 5: “Cameron: La guerra fue un acto <strong>de</strong> agresión argentino” Disponible en línea:http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/cameron-guerra-fue-acto-agresion-argentinoArt. 6: “Coinci<strong>de</strong>ncias en malvinizar” Disponible en línea:


http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/coinci<strong>de</strong>ncias-malvinizarArt. 7: “Una política para Malvinas” Disponible en línea:http://www.lavoz.com.ar/argentina/politica-para-malvinas


Ponencia: “El caso Rucci: las nuevas formas <strong>de</strong>l discurso procesista sobre eltema <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos”Autor: Alejandro Emanuel CalloniJornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>– IDAES | USAM-Mesa <strong>de</strong> Trabajo: Mesa 11: "Historia, política y memoria en el Cono Sur"Pertenencia Institucional: Estudiante historia Universidad <strong>de</strong> Buenos AiresSe permite expresamente la publicación <strong>de</strong>l presente trabajo sin afectar con ello ningúntipo <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> autorEl objetivo <strong>de</strong> este trabajo es analizar el nuevo discurso sobre el pasado reciente argentino queciertos sectores sociales (en especial aquellos que abiertamente o <strong>de</strong> forma solapada, apoyan alaccionar <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong>l proceso) buscar imponer y que creció con fuerza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la reapertura <strong>de</strong> losjuicios por <strong>de</strong>litos <strong>de</strong> lesa humanidad durante la última.Esta construcción plantea (como una transformación <strong>de</strong> la llamada “teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios”aunque distinta a ella, ya que lo repudia) que todos los hechos <strong>de</strong> violencia <strong>de</strong>l pasado sonrepudiables: los cometidos por las fuerzas <strong>de</strong> seguridad <strong>de</strong>l Estado como también los <strong>de</strong> los gruposarmados <strong>de</strong> izquierda “guerrilleros y terroristas”. Esta caracterización es importante ya que alequipararlos, permite tipificar a ambos como no como un crimen cualquiera sino como “lesahumanidad”. De esta forma, si se juzga a los represores <strong>de</strong> régimen militar, también <strong>de</strong>be serjuzgados “los otros” (los terroristas) en tanto sus violencias son cualitativamente iguales(asesinatos) aunque cuantitativamente no (pues claramente los cometidos por el Estado sonmayores, tanto que no pue<strong>de</strong>n negarse)Este nuevo discurso será analizado a través <strong>de</strong> un caso particular (en cuanto se entien<strong>de</strong> quecon<strong>de</strong>nsa esta lucha por construir un nuevo relato): El asesinato <strong>de</strong>l dirigente sindical Jose IgnacioRucci el 25 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1973.Un proceso similar son los que realizaron German Ferrari en su libro “Símbolos y fantasmas” 44 yJuan Pablo Feinmann en su obra “Peronismo, filosofía política <strong>de</strong> una obstinación argentina” 4544 Ferrari, German “Símbolos y Fantasmas, las víctimas <strong>de</strong> las guerrillas: <strong>de</strong> la amnistían a la ‘justicia para todos’,Editorial Sudamericana, Bs. As, 201045 Feinmann, Juan Pablo, “Peronismo: filosofía política <strong>de</strong> una obstinación argentina”, fascículos coleccionables


ambos utilizados en este trabajo.Las dos obras realizan un gran trabajo documental y <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> los hechos que propiciaron alasesinato <strong>de</strong> Rucci e intentar abordar como este crimen es utilizado en el presente por quienespostulan una “revisión <strong>de</strong> pasado” para construir una “memoria <strong>completa</strong>” en contraposición a lapolítica <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos llevada a cabo por las administraciones kirchneristas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 2004que impulsó los juicios contra muchos <strong>de</strong> los responsables por el terrorismo <strong>de</strong> Estado.Estos sectores en su oposición, construyen un nuevo relato sobre el pasado en la Argentina (aquí lollamaremos “contra-relato”) y contrapone a los juicios contra represores, los juicios contra “loscrímenes <strong>de</strong> la guerrilla” (los grupos armados <strong>de</strong> izquierda que actuaron en los 70) para que seanjuzgados, esta vez como “crímenes <strong>de</strong> lesa humanidad”. Detrás <strong>de</strong> esto, sostiene Ferrari yFeinmann, surge un objetivo adicional: el enfrentamiento contra el gobierno a quien buscan<strong>de</strong>splazar para lo cual lanzan la acusación <strong>de</strong> que muchos <strong>de</strong> los “guerrilleros” forman hoy parte <strong>de</strong>su administración.En este trabajo consi<strong>de</strong>ramos acertado esos análisis, aunque incompletos. Creo que los motivos quellevan a construir este contra-relato son aún más profundos que la sola oposición a una política <strong>de</strong>estado específica y a unos representantes políticos particulares: surge como reacción (por ello sucarácter <strong>de</strong> contra-relato) a la nueva forma <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong>l pasado en argentina que trajo comoparadigma la administración kirchnerista.Este trabajo no plantea ser extensivo, pero si mostrar la dinámica general que lleva a la formación<strong>de</strong> ese contra-relato y como este es utilizado por intereses <strong>de</strong>finidos (que siempre son políticos),relacionando en ello varios autores, creando un esquema que permita una explicación y nuevaslíneas <strong>de</strong> investigación. Utilizamos el mismo supuesto <strong>de</strong> Jelin que sostiene que el espacio <strong>de</strong> lamemoria es un espacio <strong>de</strong> lucha política, don<strong>de</strong> subyace una lucha entre memorias rivales 46IEn su trabajo “Memoria violencia y causalidad en la Teoría <strong>de</strong> los Dos Demonios” Lucas Biettianaliza los cambios en las formas <strong>de</strong> ver la violencia <strong>de</strong> los 70’ que se vislumbran tras analizar losprólogos <strong>de</strong> libro “Nunca Más” tanto el original, como el reeditado en 2006 47 .Según Bietti, los gobiernos kirchneristas institucionalizarón a través <strong>de</strong> ciertos mecanismos, las<strong>de</strong>mandas históricas que las organizaciones sociales y <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos mantuvieron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ladictadura militar. En ello, hubo una transformación <strong>de</strong> la forma es <strong>de</strong>scribir las relaciones causaconsecuencia(y con ello, culpabilidad) que llevaron al golpe <strong>de</strong>l 76.El kirchnerismo, sostiene Bietti, realizó una nueva resignificación <strong>de</strong> esta relación causaspublicadospor Página 12, 2010.46 Jelin, E. 2002, Los trabajos <strong>de</strong> la memoria, Madrid, Siglo XXI47 Bietti, Lucas, Memoria, violencia y causalidad en la Teoría <strong>de</strong> los dos Demonios, Finnish Journal of Latin AmericanStudies, N°3, Finlandia, Abril 2008


consecuencias (retomando y modificando el viejo prólogo <strong>de</strong>l Nunca Mas) y lo ubicó en un nuevocontexto histórico (la Argentina pos-crisis 2001) con un nuevo contenido i<strong>de</strong>ológico (unresurgimiento <strong>de</strong>l peronismo con justicia social) que adjudicaron no solo a su propia gestión, sinotambién a quienes lucharon en los 70’ en los bandos armados <strong>de</strong> izquierda, marcando con ello unacontinuidad conceptual. Así, transformaron las relaciones causa-consecuencia propuesta por laTeoría <strong>de</strong> los Dos Demonios. En esta nueva caracterización se anula el accionar <strong>de</strong>lictivo <strong>de</strong> lasorganizaciones armadas (se silencian) ya que estas (como lo hace hoy su gobierno) estaban“resistiendo” los ataques <strong>de</strong> las políticas neoliberales cuyo medio para obtener sus fines era elterrorismo <strong>de</strong> Estado. “El nuevo discurso al politizar a la sociedad <strong>de</strong> los setenta la hace peronista yal mismo tiempo le sustrae <strong>de</strong> cualquier componente <strong>de</strong> izquierdas más radical, porque justamentese encontraba <strong>de</strong>fendiendo el bienestar social producto <strong>de</strong> los primeros gobiernos <strong>de</strong> Perón” 48En esta reescritura, como sostienen (aunque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> veredas <strong>de</strong> discusión distintas) Marina Franco yHugo Vezzetti 4950 , el gobierno alfonsinista realizó un proceso <strong>de</strong> “limpieza” <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia: estase presentaba como panacea a los problemas <strong>de</strong> la sociedad y se la hacía ajena a toda violencia. Senegaba toda violencia política <strong>de</strong>l pasado como propia <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>mocrático. De esta formaPerón era “el viejo general” ajeno a toda responsabilidad, y las organizaciones armadas eranpresentadas como víctimas <strong>de</strong> un terrorismo estatal y vaciadas <strong>de</strong>l discurso y contenido político queencarnaban. Toda la culpabilidad recaía entonces en las Fuerzas Armadas, que representaron lamuerte, el genocidio y el exceso. Esta construcción es también tomada por las organizaciones <strong>de</strong>Derechos Humanos.Este último punto es vital: las organizaciones armadas <strong>de</strong> los 70’ se hacen ajenas a la lucha política,son reivindicadas siempre como víctimas, sin ahondar en las acciones violentas que llevaron a cabo(y si alguien ahonda en esas acciones, inmediatamente es censurado bajo la acusación <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensor<strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios).A esta caracterización reacciona el contra-relato: <strong>de</strong>nuncian al nuevo relato que “reivindica” unaviolencia que ellos entien<strong>de</strong>n como “terrorista” (pues ellos nunca lo vaciaron <strong>de</strong> contenido político)que silencia los crímenes <strong>de</strong> las organizaciones armadas y aún peor, que es sostenido por ungobierno que se reivindica como “continuador” <strong>de</strong> las luchas <strong>de</strong> aquellas agrupaciones 51 .Este contra-relato busca emerger y construir una nueva caracterización <strong>de</strong> pasado “la otrahistoria”, pues el relato actual (“sostenido por el gobierno”) es caracterizado como “hemipléjico”,48 Í<strong>de</strong>m, p. 2149 Vezzetti, Hugo, “Sobre la violencia revolucionaria: Memorias y olvidos”, Siglo XXI editores, Bs. As.,50 Franco, Marina, “Un enemigo para la Nación: Or<strong>de</strong>n interno, violencia y ‘subversión’, 1973-1976, FCE, Bs. As.,201251 Recor<strong>de</strong>mos por caso el discurso <strong>de</strong> Néstor Kirchner ante la ESMA el 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2004 cuando dijo “cuandorecién veía las manos, cuando cantaban el himno, veía los brazos <strong>de</strong> mis compañeros, <strong>de</strong> la generación que creyó yque sigue creyendo en los que quedamos que este país se pue<strong>de</strong> cambiar”.


ya que ignora “la verdad <strong>completa</strong> <strong>de</strong> lo que sucedió”Este elemento <strong>de</strong> lo “incompleto” es vital en el contra-relato. Como afirma Fe<strong>de</strong>rico Lorenz (en loque él llama “la vulgata procesista”, el discurso <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha para imponer su versión <strong>de</strong>l pasado)“es simbólicamente eficaz porque se apoya en claros, ausencias u omisiones en los relatos <strong>de</strong> susantagonistas políticos, sobre todo en episodios asociados al asesinato político” 52IIEl crimen <strong>de</strong> Rucci volvió a tomar fuerza en la opinión pública tras la publicación <strong>de</strong>l libro“Operación Traviata” <strong>de</strong>l periodista <strong>de</strong>l diario Perfil, Ceferino Reato en la que se afirma que elasesinato <strong>de</strong>l secretario general <strong>de</strong> la CGT fue cometido por el grupo Montoneros. El libro cuentacon testimonios <strong>de</strong> ex lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong> esa organización, que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>scriben como fue llevado a cabo eloperativo 53 .Este reclamo tuvo su manifestación concreta en la reapertura <strong>de</strong> la causa, pero lo más <strong>de</strong>stacado fuesu manifestación a través <strong>de</strong> cientos <strong>de</strong> escritos, artículos periodísticos, columnas <strong>de</strong> opinión,discursos, su eco en los medios y algunos libros. El “efecto Rucci” estaba logrado y sectoresconservadores que reclamaron con mayor presión una “memoria <strong>completa</strong>” y el juzgamiento <strong>de</strong>crímenes cometidos por los grupos terroristas (ERP y Montoneros) que actuaron en la década <strong>de</strong>l70’. La justicia que <strong>de</strong>bía ser “para todos” ya que hasta entonces solo se estaban enjuiciando a loscriminales que llevaron a cabo el terrorismo <strong>de</strong> Estado durante la última dictadura militar. Acontinuación analizaremos algunas <strong>de</strong> esas elaboraciones.La revista B1 (cuyo secretario <strong>de</strong> redacción fue Pedro Mercado, militar retirado y esposo <strong>de</strong> lareferente procesista Cecilia Pando) fue una voz cantante en este contra-relato que se construyó yutilizó la figura <strong>de</strong> Rucci. Esta revista fue durante sus dos años <strong>de</strong> aparición un referente para lasi<strong>de</strong>as reaccionarias <strong>de</strong>l sector procesista. Tuvo en todas sus ediciones igual línea <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración.Era normal el argumento <strong>de</strong> la “impunidad que el Gobierno Nacional impone” al “llevar albanquillo <strong>de</strong> acusados a miembros <strong>de</strong> las FF.AA y <strong>de</strong> Seguridad, por <strong>de</strong>litos cometidos en los 70’,mientras protege a ex guerrilleros” (hacen especial énfasis en aquellos que hoy ocupan cargos <strong>de</strong>Gobierno, ya sea legislativos o en el Ejecutivo).En una <strong>de</strong> su edición número 7 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2007 realizó una cobertura especial <strong>de</strong>l crimen <strong>de</strong>Rucci “COBARDEMENTE ASESINADO por los ‘Montoneros en 1973’. Gobernaba Juan Perón.Hoy sus asesinos IMPUNES, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el PODER, falsean la HISTORIA...” 54La revista B1 <strong>de</strong>scribe a Jose Rucci como “un hombre <strong>de</strong>l pueblo”, “leal a Perón”, símbolo <strong>de</strong>dirigente sindical <strong>de</strong> los trabajadores, cuya muerte “paralizo al país y lo llenó <strong>de</strong> congoja”. Esto en52 Lorenz, Fe<strong>de</strong>rico, “Combates por la memoria, Huellas <strong>de</strong> la dictadura en la historia”, 1° edición, Capital Intelectual,Bs. As., 200753 Reato, Ceferino “Operación Traviata: ¿Quién mató a Rucci?, Editorial Sudamericana, Bs. As, 200854 B1, N°7, Bs. As., septiembre 2007. Las mayúsculas son <strong>de</strong>l original


contraposición a la “cobardía”, “traición”, “lejanía <strong>de</strong>l pueblo”, “irracionalidad” con que escalificada a la guerrilla <strong>de</strong> montoneros (a quien se adjudica el crimen). Al inicio <strong>de</strong> la nota pue<strong>de</strong>leerse “El cobar<strong>de</strong> asesinato <strong>de</strong>l dirigente obrero peronista José Ignacio Rucci, <strong>de</strong>l que no hablaronlos Kirchner en cuatro años <strong>de</strong> mandato. Por el contrario, protegen y homenajean a sus asesinosimpunes” 55Un texto excluyente es la propia obra <strong>de</strong> Ceferino Reato, “Operación Traviata” En su obra Reato dacuenta <strong>de</strong> lo que llama “paradigma Ezeiza” 56 (concepto que toma <strong>de</strong> Thomas Kuhn respecto a lasformas <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar los problemas <strong>de</strong> investigación) en referencia al libro “Ezeiza” escrito por elperiodista Horacio Verbitsky. Según Reato este “paradigma” es el que vehiculiza en formaexcluyente la forma en que es estudiada la década <strong>de</strong>l 70 en Argentina y que influyó a todos los<strong>de</strong>más trabajos escritos con posterioridad. En este paradigma, los estudios excluyen el tratamiento<strong>de</strong> ciertos hechos y personajes (en este caso Rucci). Es por ello que Reato <strong>de</strong> forma implícita seadmite como parte <strong>de</strong> un “nuevo paradigma” al estudiar aquello que el “paradigma Ezeiza” noconsi<strong>de</strong>ra.En este “nuevo paradigma” se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n entre los objetivos <strong>de</strong> Reato “<strong>de</strong>senmascarar” el relato <strong>de</strong>“buenos y malos” en la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los 70’ (parte <strong>de</strong>l paradigma Ezeiza) por parte <strong>de</strong> los sectoresque reivindican el accionar <strong>de</strong> las guerrillas, don<strong>de</strong> ellos se “autojustifican” y los “otros” son<strong>de</strong>monizados. Al respecto es muy clara una frase <strong>de</strong>l mismo Reato:“Han construido un relato histórico que los libera <strong>de</strong> los pecados cometidos gracias a unamemoria selectiva, que acomoda los hechos y les proporciona un autoconsuelo y unaautoabsolución. Cuando son confrontados con sus errores y con sus crímenes, echan mano a lossueños y a los i<strong>de</strong>ales [...] Si eso no basta, convocan a los muertos, a los <strong>de</strong>saparecidos y a lostorturados <strong>de</strong> la dictadura, como si la salvaje represión <strong>de</strong> los militares alcanzara para redimirlosintegralmente” 57De esta forma no es extraño <strong>de</strong>ducir porque el libro <strong>de</strong> Reato tuvo gran impacto en el contra-relato<strong>de</strong> los sectores que postulan la “memoria” y “justicia” <strong>completa</strong>. La cita anterior se enmarca en uncontragolpe a la construcción <strong>de</strong> amplios sectores <strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong> Derechos Humanos ynumerosos escritores sobre la violencia en los 70’ que suelen, como parte <strong>de</strong> una forma <strong>de</strong>construcción <strong>de</strong> esa memoria (tal como se explicitó en este trabajo más arriba) “silenciar” elcontenido político (que incluye su manifestación violenta) <strong>de</strong> quienes formaron parte <strong>de</strong> losmovimientos armados <strong>de</strong> entonces. Este silencio es el que utilizan los sectores constructores <strong>de</strong>lnuevo contra-relato para <strong>de</strong>slegitimar los juicios contra represores, así como para hacer válida supostura.55 “Sin que todavía haya tronado el escarmiento”, i<strong>de</strong>m, p. 456 En otras notas Reato hablara también <strong>de</strong> “Paradigma Verbitsky”57 I<strong>de</strong>m, p. 199


No po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mencionar a la hoy diputada nacional e hija <strong>de</strong>l dirigente asesinado,Claudia Rucci. Son numerosos las entrevistas y escritos que ella misma produjo al respecto 58 , perose utilizan aquí unas pocas, pero significativas expresiones.En una entrevista al periódico cordobés Puntal realizada en junio <strong>de</strong> 2009 59 (poco tiempoantes <strong>de</strong> las elecciones legislativas, en don<strong>de</strong> Claudia competía por su actual banca en la CámaraBaja) la hija <strong>de</strong>l dirigente sostuvo:-¿Cómo asimiló en ese momento la noticia?-En ese momento no pensé nada. Para un chico <strong>de</strong> nueve años pensar en la muerte <strong>de</strong> su padrees muy difícil, mucho más es pensar que lo mataron. Después <strong>de</strong> mucho tiempo mi madrecomenzó a contarme y luego empecé a preguntar y a averiguar <strong>de</strong> qué se había tratado toda esahistoria. Historia que uno tiene que tener muy presente para que no nos vuelva a suce<strong>de</strong>r. Poreso cuando yo veo esos ataques <strong>de</strong> Kirchner <strong>de</strong> regreso a los ‘70 me da miedo. Porque si hayalgo que los argentinos no queremos oír más hablar es <strong>de</strong> sangre, <strong>de</strong> batalla, <strong>de</strong> patria yantipatria. Es una historia muy dolorosa <strong>de</strong> la cual tenemos que apren<strong>de</strong>r mucho los argentinospara que no se vuelva a repetir. Es triste que Kirchner quiera ganar una vez más las eleccionesusando a los hijos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>saparecidos y a las madres <strong>de</strong> Plaza <strong>de</strong> Mayo. Él hizo todo lo quetenía que hacer por esa gente y lo hizo muy bien a<strong>de</strong>más; creo que fue lo mejor que hizo estegobierno. Pero ya basta. Empecemos a mirar para a<strong>de</strong>lante.-¿Qué resta en el terreno judicial para echar luz sobre el asesinato <strong>de</strong> su padre?-Que fue Montoneros ya no hay dudas porque ellos mismos lo reconocieron públicamente. Ahorafalta que la Justicia nos diga quiénes fueron, que nos dé nombres.-¿Tiene esperanzas <strong>de</strong> que esto ocurra?-Sí, absolutamente. Si no es ahora será <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l 2011.-¿Después <strong>de</strong> Kirchner?-Sí, los únicos que pue<strong>de</strong>n trabar esta investigación son ellos.-¿Qué motivo tendrían para hacerlo?-Seguro que lo tienen. Hay mucha gente que participó <strong>de</strong> este asesinato, y cuando digo esto noquiero <strong>de</strong>cir que dispararon. Digo que pusieron su cabeza al servicio, que prestaron casas,autos, armas, y que forman parte <strong>de</strong> este gobierno y que tienen cargos en este gobiernoEn otra entrevista realizada a Claudia Rucci el 19 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong>l 2013 (tras una nueva or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>reapertura <strong>de</strong> la causa Rucci) por el periodista Gustavo Sylvestre éste afirma (respecto a lareapertura <strong>de</strong> la causa) “La verdad es una buena noticia para que se esclarezca el pasado en nuestra58 Aquí no se pone en duda su lógico y legítimo reclamo <strong>de</strong> esclarecer un doloroso capítulo en su vida como fue elcrimen <strong>de</strong> su padre cuando ella era solo una niña. Pero si se quiere dar cuenta <strong>de</strong> cómo sus dichos son perfectamenteaplicables al contra-relato y útiles a los sectores políticos que <strong>de</strong>sean imponerlo como visión <strong>de</strong>l pasado59 Entrevista disponible en http://www.puntal.com.ar/imprimir_noticia_portal.php?id=25676


Argentina” y posteriormente Claudia sostiene “En este país por suerte, en los últimos años, todo eltema <strong>de</strong>l terrorismo <strong>de</strong> Estado está saliendo a la luz y hay jueces que están investigando, y muchosmilitares fueron <strong>de</strong>tenidos y siguen siendo <strong>de</strong>tenidos. Que también se vea, como se reclama muchasveces, la violencia <strong>de</strong>l otro lado y lo que causo” 60La consigna levantada en la revista B1 aparece aquí más que patente “cobar<strong>de</strong>mente asesinado porlos ‘Montoneros en 1973’... Hoy sus asesinos impunes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el po<strong>de</strong>r, falsean la historia” 61IIIRespecto a lo trabajado aquí hay algunas conclusiones que más que cerrar el tema, plantean lanecesidad <strong>de</strong> profundizar es varios puntos y abrir la discusión en otros.En primer lugar, es necesario hacer una diferenciación clara: nadie pue<strong>de</strong> discutir o negar el <strong>de</strong>rechoa quien vivió la dolorosa experiencia <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r a un ser querido en forma violenta, pero si se poneen cuestión algo: Ese reclamo abre la puerta (y es así utilizado) por sectores con intereses políticosclaros, aquellos que buscan imponer una forma <strong>de</strong> ver el pasado en la Argentina, aquellos quesostienen lo que se llamó aquí “contra-relato”. Y para esa imposición se llena un hecho concreto(la muerte <strong>de</strong> Rucci) <strong>de</strong> significaciones y valoraciones específicas con una interpretación que no<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser maniquea. El problema así no son en sí los juicios, sino el uso político que <strong>de</strong> ello hacensectores políticos claros.Respecto al <strong>de</strong>bate sobre la legitimidad <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar los crímenes <strong>de</strong> la guerrilla como <strong>de</strong> lesahumanidad, es un tema que aquí se expuso, aunque nos e ahondo el <strong>de</strong>bate. Queda aclarar <strong>de</strong> quienescribe que es una discusión política, sí, pero que escapa a un trabajo que intenta ser histórico, puesforma parte <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. La actual jurispru<strong>de</strong>ncia (avalada por fallos <strong>de</strong> la propio CorteSuprema) sostiene claramente que los crímenes cometidos por civiles o grupos civiles no son <strong>de</strong>lesa humanidad, como si los son aquellos cometidos por el Estado, en tanto poseedor <strong>de</strong>l monopolio<strong>de</strong> la fuerza y ente que <strong>de</strong>be asegurar el Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho y no su excepción. Los grupos armadoscomo ERP o Montoneros están lejos <strong>de</strong> haber poseído tales características.El contra-relato está lleno <strong>de</strong> interpretaciones maniqueas, entre ellas la confusión (no inocente)entre guerrilla y terrorismo. Aquí no sostuvimos este último mote peyorativo para lasorganizaciones armadas setentistas: mientras que el terrorismo busca golpear y aterrorizar a unconjunto social, civil (trayendo inseguridad a la vidas, pues sus objetivos son el cuerpo socialentero, a quien busca llenar <strong>de</strong> temor) una guerrilla no persigue lo mismo en tanto sonorganizaciones armadas que mediante la violencia (que incluye la muerte) buscan atacar objetivosespecíficos (fuerzas <strong>de</strong> seguridad, lí<strong>de</strong>res políticos, etc.) y no sembrar terror sobre toda la poblacióncivil. Confundir ambas cosas solo permite a los sectores procesistas justificar el empate entre partes:60 Entrevista radial cedida a Radio <strong>de</strong>l Plata el 19 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2013.61 Ibí<strong>de</strong>m.


“Es terrorista el Estado, sí, pero también la guerrilla”Otro tema que aquí no se profundizó, pero que <strong>de</strong>be ser puesto en discusión es aquello que enmuchos casos no se discute (y cuyo silencio da pie a los argumentos <strong>de</strong>l contra-relato, paraimponerse, como sostiene Lorenz a quien citamos al inicio <strong>de</strong>l trabajo): Las organizaciones armadas<strong>de</strong> los 70 recurrieron a la violencia, sí. Atacaron a objetivos militares, políticos y civiles y en eseaccionar dañaron muchas otras vidas inocentes (como el caso <strong>de</strong> Paula Lambruschini o la familiaViola) y lo hicieron por que tenían objetivos políticos claros: llevar a<strong>de</strong>lante la revolución socialista,por fuera o <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l peronismo. Negarlo es negar la propia historia. No fueron víctimas inocentes,es <strong>de</strong>cir, que “no hicieron nada para merecer su represión por parte <strong>de</strong>l Estado” (y en esto hablo <strong>de</strong>aquellos con militancia política armada, excluyo a las víctimas si inocentes <strong>de</strong>l terrorismo estatal, <strong>de</strong>las que hubo muchas): militaron tras una convicción política y un proyecto <strong>de</strong> país claro, con susaciertos y errores. La única diferencia es que en esa lucha perdieron. Quienes ganaron fueron lossectores reaccionarios, conservadores que <strong>de</strong>sfilaron tras el proceso militar. Negar esto es a<strong>de</strong>más,subestimar a esa generación que con convicción luchó por una nueva forma <strong>de</strong> concebir la sociedad,<strong>de</strong> forma justa, equitativa. La política en los setenta no es la <strong>de</strong> ahora. Para entonces la violencia erauna forma <strong>de</strong> la política. Era lo que Gramsci llamó el momento revolucionario, don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>batiríapor las armas quién tendría la hegemonía en la sociedad, que proyecto <strong>de</strong> país se impondría. Y elproyecto <strong>de</strong> la izquierda perdió 62 .Con esto no se busca ser parte <strong>de</strong> la Teoría <strong>de</strong> los dos Demonios. Es un postulado que a nadiesatisface. No fue lo mismo la violencia <strong>de</strong>l Estado a la <strong>de</strong> los grupos armados, especialmente porquela primera tenía la hegemonía <strong>de</strong> la violencia, la otra no. A<strong>de</strong>más (y a excepción <strong>de</strong>l caso Larrabure)la guerrilla nunca cometió planes sistemáticos <strong>de</strong> tortura, como si hizo la dictadura. Yespecialmente, porque en los setenta, la sociedad no era una “victima en medio <strong>de</strong> dos bandos” sinoque estaba claramente alineada (<strong>de</strong> forma más o menos consiente) hacia algún bando.Pues lo que molesta al contra-relato es que ante los juicios por lesa humanidad a los militares ycómplices <strong>de</strong>l proceso por su accionar violento y terrorista, no haya igualmente un enjuiciamiento(y un lugar en la historia) para “sus” muertos, caídos <strong>de</strong> forma violenta (aunque en una violenciapara nada comparable con la otra, la estatal).BibliografíaBietti, Lucas, Memoria, violencia y causalidad en la Teoría <strong>de</strong> los dos Demonios, Finnish Journal ofLatin American Studies, N°3, Finlandia, Abril 2008Feinmann, Juan Pablo, “Peronismo: filosofía política <strong>de</strong> una obstinación argentina”, fascículos62 Respecto a esta discusión: Izaguirre, Inés “La política <strong>de</strong> la memoria y la memoria <strong>de</strong> la política enArgentina”, RyRN°4, Invierno 1998.


coleccionables publicados por Página 12, fascículo 105 a 111Ferrari, German “Símbolos y Fantasmas, las víctimas <strong>de</strong> las guerrillas: <strong>de</strong> la amnistían a la‘justicia para todos’, Editorial Sudamericana, Bs. As, 2010Franco, Marina, “Un enemigo para la Nación: Or<strong>de</strong>n interno, violencia y ‘subversión’”, 1973-1976, FCE, Bs. As., 2012Izaguirre, Ines “La política <strong>de</strong> la memoria y la memoria <strong>de</strong> la política en Argentina”, RyR N°4,Invierno 1998.Jelin, E. 2002, “Los trabajos <strong>de</strong> la memoria”, Madrid, Siglo XXILorenz, Fe<strong>de</strong>rico, “Combates por la memoria, Huellas <strong>de</strong> la dictadura en la historia”, 1° edición,Capital Intelectual, Bs. As., 2007Reato, Ceferino “Operación Traviata: ¿Quién mató a Rucci?”, Editorial Sudamericana, Bs. As,2008Revista B1: N° 3 (marzo 2007), N° 6 (agosto 2007), N° 7 (septiembre 2007),Vezzetti, Hugo, “Sobre la violencia revolucionaria: Memorias y olvidos”, Siglo XXI editores, Bs.As.,Periódico El Puntal <strong>de</strong> Córdoba, edición digital,Entrevista a Claudia Rucci, Radio Del Plata, 19/4/2013.


“I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>”<strong>Instituto</strong> <strong>de</strong> <strong>Altos</strong> <strong>Estudios</strong> <strong>Sociales</strong>8, 9 y 10 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2013Campus Miguelete-San Martín, Provincia <strong>de</strong> Buenos Aires-Autores:• Chazarreta, Juan José (PHO-FFyL, UBA; CCC)• García Riopedre, María Soledad (PHO-FFyL, UBA; CCC)-Título <strong>de</strong> la <strong>ponencia</strong>: El Terrorismo <strong>de</strong> Estado en Chacabuco, una historia por narrar.-Mesa 11: Historia, política y memorias en el Cono Sur.IntroducciónEn este trabajo presentamos algunos ejes que correspon<strong>de</strong>n a una investigaciónmás extensa y actualmente en <strong>de</strong>sarrollo sobre la ciudad <strong>de</strong> Chacabuco -cabecera <strong>de</strong>lPartido que lleva el mismo nombre-; situada en el noroeste <strong>de</strong> la Provincia <strong>de</strong> BuenosAires, a 200 Km. <strong>de</strong> la Ciudad Autónoma <strong>de</strong> Buenos Aires-. Su población, en 1970,apenas superaba los 38.100 habitantes i mientras que, según el último censo (2010), esapoblación totalizaba 47.802 habitantes.Nos proponemos indagar en torno a las transformaciones que el Terrorismo <strong>de</strong>Estado generó en la vida cotidiana <strong>de</strong> ésta ciudad. De esta manera, intentamos contribuira la construcción <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong> Chacabuco y, así también, fomentar la creación <strong>de</strong>fuentes y material bibliográfico sobre el tema.Las entrevistas <strong>de</strong> historia oral son centrales en nuestra investigación. Losmilitantes y testigos que no sufrieron <strong>de</strong>saparición o muerte son actores históricos clavesy sus relatos son fuentes esenciales para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nuestro trabajo.Siguiendo a J. Lequin y Ph. Joutard ii consi<strong>de</strong>ramos que el valor <strong>de</strong> los testimoniosorales exce<strong>de</strong> su utilidad <strong>de</strong> fuentes complementarias <strong>de</strong> información. Ellos permiten elacercamiento específico en el interior <strong>de</strong> una cultura. La entrevista, según Dominique


Aron-Schnapper y Daniele Hanet, iii se emplea con el propósito <strong>de</strong> conservar y transmitirlas historias <strong>de</strong> la vida cotidiana. También compartimos la visión <strong>de</strong>l historiador PabloPozzi iv quien concibe a la Historia Oral como fundamento para reescribir la historia ya quepermite luchar contra las injusticias <strong>de</strong>l pasado. v En este sentido, consi<strong>de</strong>ramos a laHistoria Oral como la herramienta que da voz a aquellos que la historia oficial silenció,aportando así, a la construcción <strong>de</strong> la memoria histórica <strong>de</strong> un pueblo.El contexto histórico: algunas notasEl Terrorismo <strong>de</strong> Estado marcó un antes y un <strong>de</strong>spués en la historia <strong>de</strong> nuestro país<strong>de</strong>jando, hasta el día <strong>de</strong> hoy, innumerables interrogantes abiertos. Su práctica política <strong>de</strong>aniquilación social evi<strong>de</strong>nció su pleno funcionamiento con el gobierno cívico militar quetomó el po<strong>de</strong>r mediante un golpe <strong>de</strong> estado el 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976. Sin embargo,diversas formas <strong>de</strong> terrorismo estatal comenzaron a cobrar fuerza durante el tercergobierno peronista.Para compren<strong>de</strong>r el <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> los acontecimientos <strong>de</strong>bemos remontarnos a ladécada <strong>de</strong>l ’60, cuando comenzó a vislumbrarse la crisis <strong>de</strong> la burguesía en todas susexpresiones frente al avance <strong>de</strong>l proletariado y las clases populares. Uno <strong>de</strong> los hechospolítico-sociales más relevante <strong>de</strong> la época fue el “Cordobazo”, en mayo <strong>de</strong> 1969. Granparte <strong>de</strong> la sociedad civil se encontraba en un alto nivel <strong>de</strong> participación política;comenzaron a surgir organizaciones político-militares como Montoneros, el PartidoRevolucionario <strong>de</strong> los Trabajadores – Ejército Revolucionario <strong>de</strong>l Pueblo (PRT-ERP),Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Fuerzas Argentinas <strong>de</strong> Liberación (FAL), FuerzasArmadas Revolucionarias (FAR), etc. También emergieron por aquel entonces, nuevascorrientes <strong>de</strong> izquierda en el interior <strong>de</strong> la Iglesia Católica y organizaciones sindicales antiburocráticascomo la CGT <strong>de</strong> los Argentinos. Este clima generaba en el bloquehegemónico <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r un gran temor frente a la posibilidad <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r sus privilegios.


Hacia comienzos <strong>de</strong> los años ‘70, el movimiento peronista se encontraba dividido ytendía a polarizarse en dos gran<strong>de</strong>s frentes: la izquierda y la <strong>de</strong>recha peronista seenfrentaron <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo movimiento con proyectos políticos antagónicos. vi Laizquierda estuvo mayormente representada por la Ten<strong>de</strong>ncia Revolucionaria <strong>de</strong>lPeronismo, que hacia el año 1973 estaba li<strong>de</strong>rada por Montoneros, agrupación quecompartía este espacio con otras organizaciones afines. viiLa Ten<strong>de</strong>ncia no era una organización en sí misma; era un ámbito <strong>de</strong> confluencia<strong>de</strong> las fuerzas peronistas que luchaban por el socialismo nacional sosteniendo que elretorno <strong>de</strong> Juan Domingo Perón a la conducción <strong>de</strong>l país sería un paso fundamental paralograr su objetivo.Por otro lado, el sector <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha peronista estaba representado por laburocracia sindical, sectores ortodoxos <strong>de</strong> la estructura partidaria, organizaciones como laConcentración Nacional Universitaria (CNU), la Juventud Sindical Peronista y figurascomo José López Rega y el Teniente Coronel Jorge Manuel Osin<strong>de</strong>. Ellos tambiénconsi<strong>de</strong>raban que su proyecto político podía concretarse con Perón en el gobierno peronada querían saber acerca <strong>de</strong>l socialismo.El triunfo <strong>de</strong> la fórmula presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong>l Frente Justicialista <strong>de</strong> Liberación (FREJULI)integrada por Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima, el 11 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1973, significóuna gran oportunidad para la izquierda peronista ya que permitiría llevar a<strong>de</strong>lante suproyecto <strong>de</strong> liberación nacional. En la ceremonia <strong>de</strong> asunción estuvieron presentes elpresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Chile, Salvador Allen<strong>de</strong> y el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Cuba, Osvaldo Dorticós. Esemismo día, las calles fueron colmadas por multitu<strong>de</strong>s, siendo mayoría las organizacionesperonistas como Montoneros, FAR y la Juventud Peronista. viiiLos dos sectores <strong>de</strong>l peronismo ya aludidos ocuparon diferentes espacios <strong>de</strong> po<strong>de</strong>ren el gobierno <strong>de</strong> Cámpora. Políticos cercanos a la Ten<strong>de</strong>ncia Revolucionaria ocuparonlugares como el Ministerio <strong>de</strong> Educación y el Ministerio <strong>de</strong> Relaciones Exteriores. En el


Congreso, la influencia <strong>de</strong> la izquierda fue menor ya que sólo ocupaban ocho bancas <strong>de</strong>las ciento cuarenta y cinco que le correspondían al FREJULI.Por su parte, la <strong>de</strong>recha peronista ocupó lugares estratégicos en el nuevo gobierno:J. López Rega quedó a cargo <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Bienestar Social y Ricardo Otero,gremialista burócrata <strong>de</strong> la Unión Obrera Metalúrgica, en el Ministerio <strong>de</strong> Trabajo.El 20 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1973 tuvo lugar la llamada “Masacre <strong>de</strong> Ezeiza” que sacó a la luzla división en el seno <strong>de</strong> movimiento peronista y disparó una violenta persecución hacialos sectores más radicalizados <strong>de</strong> izquierda <strong>de</strong>l peronismo por parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha. Esedía, se produjo una gran movilización al aeropuerto <strong>de</strong> Ezeiza para presenciar la segunday <strong>de</strong>finitiva vuelta <strong>de</strong> Perón a la Argentina. Sectores <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha peronista, bajo elmando <strong>de</strong>l Coronel Jorge Manuel Osin<strong>de</strong>, arremetieron a tiros contra los sectoresjuveniles que habían colmado <strong>de</strong> manifestantes los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>l palco principal ypretendían acercarse lo más posible al mismo para impactar con su <strong>de</strong>spliegue a Perón,generando así, un hecho político al respecto. Las víctimas <strong>de</strong> la Masacre provenían, en sumayoría, <strong>de</strong> la Ten<strong>de</strong>ncia Revolucionaria.Casi tres semanas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estos acontecimientos, Cámpora renunció y RaúlLastiri asumió la presi<strong>de</strong>ncia en forma provisional. Pronto, convocó a elecciones y lafórmula Juan Domingo Perón - María Estela Martínez <strong>de</strong> Perón ganó con más <strong>de</strong>l 60% <strong>de</strong>los votos.Durante ese año empezó a formarse una estructura represiva parapolicial <strong>de</strong>ultra<strong>de</strong>recha <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mismo Estado que <strong>de</strong>jó centenares <strong>de</strong> víctimas: la Triple A (AlianzaAnticomunista Argentina), cuyo i<strong>de</strong>ólogo y principal impulsor fue el Ministro <strong>de</strong> BienestarSocial y ex secretario privado <strong>de</strong> Perón, José López Rega. Esta agrupación no sólo teníacomo enemigos a los sectores más críticos <strong>de</strong>l peronismo sino también a todo el amplioespectro <strong>de</strong> la izquierda argentina.Una vez fallecido Perón, su esposa María Estela, en ejercicio <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia,


autorizó, en febrero <strong>de</strong> 1975, la represión <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas (FFAA) hacia laguerrilla <strong>de</strong>l PRT-ERP en Tucumán. El “Operativo In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia” - tal como se llamó a larepresión <strong>de</strong> las FFAA en Tucumán- se basó en la doctrina norteamericana <strong>de</strong>contrainsurgencia que fue el sustento para asesinar y torturar a los guerrilleros. Esasprácticas también se aplicaron a la población civil para instalar el terror y quitar el apoyo alos campamentos <strong>de</strong>l PRT-ERP. ix Los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> represión <strong>de</strong> las fuerzasparapoliciales <strong>de</strong> seguridad y <strong>de</strong> las FFAA fueron los pilares fundamentales a partir <strong>de</strong> loscuales el Estado Terrorista funcionó con todo su esplendor a partir <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong>1976.Aquel día, la Junta Militar encabezada por el Teniente General Jorge Rafael Vi<strong>de</strong>la,el Almirante Emilio Massera y el Brigadier General Orlando Agosti, inició el períododictatorial más feroz en el territorio nacional. Las principales características <strong>de</strong>l Proceso<strong>de</strong> Reorganización Nacional fueron: secuestro, tortura, <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> personas y el robo<strong>de</strong> niños nacidos en centros clan<strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención entre otros crímenes <strong>de</strong> lesahumanidad. También iniciaron una nueva etapa económica basada en los principiosneoliberales. Semejante proceso <strong>de</strong> aniquilación social y económica hubiese resultadoimposible sin el consentimiento <strong>de</strong> gran parte <strong>de</strong> la población. Como explica Kaufmann, xparte <strong>de</strong> esa legitimidad provenía <strong>de</strong> la centralidad política que tenía el sector militar en lahistoria argentina. Sin embargo, esta dictadura no sería como las anteriores; fueenormemente más cruel y sangrienta.A partir <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> Eduardo Luis Duhal<strong>de</strong> sobre el Estado Terrorista, xi<strong>de</strong>stacamos dos <strong>de</strong> sus objetivos fundamentales. Por un lado, la eliminación física <strong>de</strong>ladversario político y por el otro, la instalación <strong>de</strong>l terror en la sociedad civil para queabandonara su participación y compromiso social y así “reestablecer el or<strong>de</strong>n”.A continuación, daremos cuenta <strong>de</strong> estos objetivos <strong>de</strong>l Terrorismo <strong>de</strong> Estado en laciudad <strong>de</strong> Chacabuco, don<strong>de</strong> no sólo eliminó a sus adversarios, quebró el compromiso y


la participación política instalando el miedo sino que también penetró cambiando la vidatranquila <strong>de</strong> esta ciudad bonaerense.Acercamiento <strong>de</strong> la juventud chacabuquense al compromiso socialEn las décadas <strong>de</strong>l ‘60 y ‘70 muchos jóvenes sintieron, frente a la opresión <strong>de</strong> lospobres y la inacción <strong>de</strong> los gobiernos, que había llegado el momento <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r elcamino <strong>de</strong> la liberación. El <strong>de</strong>nominador común que une a los jóvenes <strong>de</strong>saparecidos <strong>de</strong>Chacabuco fue su participación en el coro municipal y en el grupo juvenil <strong>de</strong> la parroquiaSan Isidro Labrador dirigido por el Padre José Lindor Saccardi.Son varios los jóvenes chacabuquenses que continúan <strong>de</strong>saparecidos en laactualidad: José Alberto Cassino (03/01/1977), Jorge Dimattia (11/01/1977), Marta MónicaClaverie (19/01/1977), Eduardo Cagnola (05/10/1977), María <strong>de</strong>l Carmen Pregal(06/1978) y Roberto Carnaghi (06/1978). xii El nombre <strong>de</strong> Liliana Ross (10/12/1976) ya nofigura en la lista porque sus restos han sido i<strong>de</strong>ntificados y <strong>de</strong>vueltos a su familia en abril<strong>de</strong>l año 2011.Teresita Cassino, xiii relató que su hermano <strong>de</strong>saparecido, José Alberto, iba junto aRoberto Carnaghi al grupo juvenil. Liliana Carnaghi, xiv hermana <strong>de</strong> Roberto, expresó que:“en la Secundaria, Roberto, mi hermano, empieza a participar <strong>de</strong> un grupo juvenil queestaba en la parroquia San Isidro Labrador, don<strong>de</strong> estaba el Padre Saccardi, el PadreCarlitos Daireaux, el Padre Correa […] El empezó a ir a los barrios […] Me dijo que legustaría que yo ingresara al grupo juvenil porque en esta vida estábamos para hacer algopor los <strong>de</strong>más […] Roberto estaba también en el coro sinfónico <strong>de</strong> Chacabuco.”Juan Colombo xv manifestó que los primeros recuerdos que vienen a su mente <strong>de</strong>aquellos años son las activida<strong>de</strong>s que <strong>de</strong>sarrollaba con el grupo parroquial: “Íbamos a losbarrios y ayudábamos a resolver problemas gruesos. Ayudábamos a cubrir necesida<strong>de</strong>sbásicas <strong>de</strong> la gente. A las villas, a trabajar, íbamos con el grupo <strong>de</strong> la iglesia.”


El trabajo social realizado por estos jóvenes tenía una fuerte connotacióntercermundista fomentada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Parroquia en su opción por llevar la palabra <strong>de</strong>lEvangelio a los más humil<strong>de</strong>s. El testimonio <strong>de</strong> Rubén Tocalini, xvi quien también formabaparte <strong>de</strong>l trabajo parroquial en los barrios, <strong>completa</strong> la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las tareas que seenmarcaban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la posición política que un sector <strong>de</strong> la Iglesia Católica adoptabaen América Latina. “Íbamos a los barrios, se tenía especial atención por la gentecarenciada. Algunos íbamos al barrio La Construcción, otros al Villa Montesano, otros albarrio San Miguel. O sea, se trataba <strong>de</strong> un trabajo social […] En aquel momento se habíahecho una opción fundamental. Era la época <strong>de</strong>l Concilio Vaticano II, la época <strong>de</strong> Puebla,<strong>de</strong>l Concilio <strong>de</strong> Puebla, don<strong>de</strong> la opción preferencial era por los pobres.”Las conclusiones <strong>de</strong>l Concilio Vaticano II se vieron reflejadas en varios documentospublicados en 1965 luego <strong>de</strong> algunos años <strong>de</strong> <strong>de</strong>bate. Dichos documentos pretendíanadaptar a la Iglesia al nuevo contexto mundial y local. xvii En la Conferencia EpiscopalLatinoamericana celebrada en Me<strong>de</strong>llín, Colombia, siguiendo las propuestas <strong>de</strong>l ConcilioVaticano II, se intentó adaptar a la Iglesia a la realidad latinoamericana. Losrepresentantes eclesiásticos reunidos allí, siendo conscientes <strong>de</strong> la pobreza ymarginación <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s, manifestaron su opción por los pobres. Nuestroentrevistado también aludió a la tercera Conferencia Episcopal Latinoamericana, realizadaen Puebla, México, don<strong>de</strong> se reafirmó la elección por los excluidos. Esto nos ayuda acontextualizar el trabajo social <strong>de</strong> la parroquia realizado por los jóvenes chacabuquensesbajo la responsabilidad <strong>de</strong> los tres sacerdotes que estaban en la Iglesia San IsidroLabrador en los años ‘70: Saccardi, Daireaux y Correa.Para el año 1974, un grupo <strong>de</strong> jóvenes <strong>de</strong>l CEUCH (Centro <strong>de</strong> EstudiantesUniversitarios <strong>de</strong> Chacabuco en La Plata), don<strong>de</strong> entonces participaban varios militantesque luego fueron <strong>de</strong>tenidos y <strong>de</strong>saparecidos, organizaron en Chacabuco una charla bajo


la consigna “¿Que es la cultura popular?”. A la misma concurrieron jóvenes <strong>de</strong> colegiossecundarios, quienes en gran parte participaban <strong>de</strong> los grupos parroquiales. A partir <strong>de</strong>ese encuentro se formó el grupo “Hasta Cuándo” que <strong>de</strong>sarrolló un trabajo territorial en unbarrio <strong>de</strong> las afueras <strong>de</strong> Chacabuco, <strong>de</strong> manera in<strong>de</strong>pendiente a la Iglesia. CeciliaBertella, xviii quien <strong>de</strong>jó el grupo juvenil y se abocó <strong>completa</strong>mente al grupo “HastaCuándo”, recordó como se fue <strong>de</strong>sarrollando el trabajo: “Hubo un momento en que elgrupo juvenil empezó a quedarnos chico […] con el grupo “Hasta Cuándo” empezamos acaminar el barrio y charlar con la gente. Nuestra i<strong>de</strong>a era hacer una peña para recaudarfondos para armar una biblioteca en el barrio. Con un compromiso muy fuerte empezamosy con lo que recaudamos <strong>de</strong> las peñas empezamos a construir la biblioteca con los libros<strong>de</strong> una campaña <strong>de</strong> donación que hicimos el grupo “Hasta Cuando” junto con el CEUCH”.Tal como sucedió en el resto <strong>de</strong>l país, los curas tercermundistas sembraron unasemilla que germinó en la conciencia <strong>de</strong> muchos jóvenes xix que luego siguieronparticipando en otros espacios. Como pudimos observar en el caso <strong>de</strong> Chacabuco,muchos jóvenes dieron sus primeros pasos en la Iglesia y a partir <strong>de</strong> esa experienciafueron conformando un trabajo in<strong>de</strong>pendiente que <strong>de</strong>notaba un nivel <strong>de</strong> compromisomucho más fuerte. Por cierto, justamente ese compromiso era lo que el terrorismo <strong>de</strong>estado pretendía erradicar con la instalación <strong>de</strong>l miedo.Razzia militar y policial en ChacabucoItalo Lu<strong>de</strong>r, quien ejerció la Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la Nación entre el 13 <strong>de</strong> septiembre y el17 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1975, durante la licencia <strong>de</strong> María Estela Martínez <strong>de</strong> Perón, extendió elOperativo In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia a todo el territorio nacional. El 28 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1975, mediantela Directiva <strong>de</strong>l Comandante General <strong>de</strong>l Ejército, N° 404/75 (Lucha contra la subversión),se dividió el territorio nacional en cinco zonas <strong>de</strong> represión que tenían correspon<strong>de</strong>ncia


con los cinco cuerpos <strong>de</strong>l Ejército. A su vez, cada zona se dividía en subzonas y áreas.Chacabuco pertenecía a la Zona 1, que para el año 1976 estaba al mando el Comandante<strong>de</strong>l Cuerpo I <strong>de</strong>l Ejército, el General Carlos Guillermo Suárez Mason y, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ésta, a lasubzona 13, área 131. La subzona 13 estaba a cargo <strong>de</strong>l Comando <strong>de</strong> Artillería 101(Junín) y sus órganos <strong>de</strong> Inteligencia eran la Sección <strong>de</strong> Inteligencia Destacamento 101(San Nicolás) y la Sección <strong>de</strong> Inteligencia Destacamento103 (Junín). xxEl 18 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976, en connivencia con la policía local, personal <strong>de</strong>l Comando<strong>de</strong> Artillería 101 <strong>de</strong> Junín intervino en la ciudad <strong>de</strong> Chacabuco. En esta razzia fueronsecuestrados y puestos a disposición <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo Nacional, Ricardo OsmarAlegre, Nelson Ramón Coronel, Edgardo San Severino y Francisco Pedro Díaz, todosellos pertenecientes a la Coordinadora <strong>de</strong> Ten<strong>de</strong>ncias por el Socialismo. Dichaorganización, que funcionaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1974, se encontraba en una etapa <strong>de</strong> repliegue y a la<strong>de</strong>fensiva ya que, como ejemplificamos anteriormente con el testimonio <strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z,entendían que la muerte <strong>de</strong> Miguel Gil era también una amenaza para ellos. NelsonCoronel, xxi relató cómo sucedieron los hechos: “Yo estaba acostado y tocan timbre. Enaquel tiempo no había servicio <strong>de</strong> guardia y uno se levantaba a cualquier hora. Entoncescuando abrí la puerta <strong>de</strong> la calle vi al Ejército y me parece que a algunos policías. Nosllevan a la comisaría local y ese mismo día nos llevan a Junín, nos tienen varias horas conlas manos levantadas. Después nos llevaron a San Nicolás y <strong>de</strong>spués nos trasladaron aSierra Chica.” Por su parte, Ricardo Osmar Alegre xxii agregó: “En Sierra Chica me dieronuna paliza <strong>de</strong> la gran siete, tanto es así que me fisuraron tres costillas. Un oficial meapuntaba con una pistola, me hacia poner contra la pared, con la cabeza en la pared y mepegaba.”Ellos fueron liberados en plena dictadura <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Sierra Chica (Partido <strong>de</strong> Olavarría -Subzona 12) luego <strong>de</strong> estar <strong>de</strong>tenidos entre nueve y catorce meses. Las fuerzasrepresivas no pudieron capturar a Ernesto Fernán<strong>de</strong>z ya que logró escaparse y exiliarse


en Venezuela.Las palabras <strong>de</strong> Juan Colombo dan cuenta <strong>de</strong>l clima que se vivía: “Estaba todo elmundo cagado. Gente <strong>de</strong> Chacabuco que había <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un tiempoempezó a aparecer. Hubo un grupo en Chacabuco que accionaba en política que tuvieronque escapar. Estuvieron secuestrados un tiempo y <strong>de</strong>spués aparecieron. Hablábamoscon aquel que estábamos seguros que era parecido a nosotros. Había milicos infiltrados.Había miedo.”Cambios en la vida cotidiana <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Golpe <strong>de</strong> EstadoCoincidiendo con Mariana Caviglia, xxiii consi<strong>de</strong>ramos que la vida cotidiana es aquelámbito en que se dan las creencias, representaciones, pasiones, discursos, imaginarios yacciones que constituyeron las respuestas <strong>de</strong> los sujetos a la situación límite a la cual losexpuso la dictadura. La autora señala que al no consi<strong>de</strong>rar a la dictadura como algoexterno, impuesto por fuerzas extrañas, tiene que reconocerse que las condicionessocioculturales que permitieron tal atrocidad estaban vigentes previamente al golpe.Como ya explicamos, la dictadura comprendió que la represión, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> laeliminación física <strong>de</strong> opositores al régimen, era el medio a<strong>de</strong>cuado para imponer uncambio cultural. La cultura <strong>de</strong>l miedo entonces, fue establecida para legitimar el proyecto<strong>de</strong>l Estado Terrorista en pleno funcionamiento luego <strong>de</strong> que las Fuerzas Armadas tomaranel po<strong>de</strong>r el 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976. El miedo era el arma más eficaz para lograr el cometido.Es por esto que los ciudadanos elegían, en muchos casos, silenciar y ocultar aquello quelos ro<strong>de</strong>aba.Cambios en las familias <strong>de</strong> los jóvenes <strong>de</strong>saparecidosComo mencionamos anteriormente, toda la ciudad <strong>de</strong> Chacabuco se vio conmoviday atemorizada por lo que estaba sucediendo. Sin embargo, las familias <strong>de</strong> los jóvenes que


fueron secuestrados sufrieron un cambio radical y ya nada volvería a ser igual.La mayoría <strong>de</strong> los jóvenes que <strong>de</strong>cidían estudiar una carrera universitaria teníanque mudarse a La Plata o a Capital Fe<strong>de</strong>ral. Constantemente viajaban a visitar a la familiay amigos a su ciudad natal. La frecuencia <strong>de</strong> estos viajes disminuyó notablemente luego<strong>de</strong>l golpe cívico-militar en el caso <strong>de</strong> los estudiantes que militaban porque el riesgo <strong>de</strong> serinterceptados era muy gran<strong>de</strong>. De hecho, las fuerzas represivas irrumpieronviolentamente en algunos <strong>de</strong> sus hogares con la intención <strong>de</strong> encontrarlos. Tambiénbuscaban cartas, fotografías y documentos que pudiesen comprometerlos.Liliana Carnaghi sufrió la irrupción en su hogar <strong>de</strong> un comando militar que buscabadatos <strong>de</strong> su hermano. “En el 77, cuando <strong>de</strong>tienen a Marini, xxiv que fue en Chacabuco,vienen a mi casa. Ya habían ido a la casa <strong>de</strong> Dimattia y robaron y a la <strong>de</strong>l joyero Bucossi.Mi papá sabía que en cualquier momento venían a casa entonces sacó todo lo <strong>de</strong> valor.Yo recuerdo que entraron armados, pero no se llevaban nada. Mi mamá había quemadotodas las cartas que mandaba mi hermano. Entran a mi pieza, pren<strong>de</strong>n la luz, […] meencuentran una canción a la virgen que abajo <strong>de</strong>cía “Grupo Juvenil”. Me dijo “Ojo conesto”. Le preguntaron a mi mamá <strong>de</strong> las cartas <strong>de</strong> Roberto y ella les dijo que no tenía, quehablaban por teléfono; preguntaban dón<strong>de</strong> trabajaba él, ella <strong>de</strong>cía en una empresa. Nosvenia bien no saber, como querían ellos (los jóvenes militantes) para no <strong>de</strong>cir nada. Unoya tenia un versito preparado para <strong>de</strong>cir. Mi papá había enterrado todos los papeles <strong>de</strong>lcentro juvenil. Pero no revisaron el jardín.”Estos testimonios nos permiten <strong>de</strong>tectar los cambios en el seno <strong>de</strong> éstas familias.La cotidianeidad y tranquilidad se quebraron ya que la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> sus familiares fuealgo que los cambió para siempre. Nilda López <strong>de</strong> Cagnola, xxv a partir <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición<strong>de</strong> su hijo, Eduardo, comenzó a manifestar en su cuerpo aquel dolor e incertidumbreprovocados por la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> su hijo. Ella contó: “Yo me enfermé, me enfermé <strong>de</strong> losnervios. Me puse anémica, me tomó pancreatitis. Estuve <strong>de</strong>smemoriada, no me acordaba


<strong>de</strong> nada. Estuve no sé cuanto tiempo en Buenos Aires. Me trataron no sé cuanto allá. Asíque pobre Tito… mira todo lo que hizo este pobre marido mío…. Yo como viví tantotiempo ignorando, creyendo que ya iba a venir, que ya iba a estar (refiriéndose a su hijo<strong>de</strong>saparecido). Pasaron años, tres o cuatro años que yo <strong>de</strong>l todo no estaba enterada.Porque yo estaba metida en un pozo que no salía.”Teresita contó al respecto: “Mi mamá con la <strong>de</strong> Liliana Ross y la <strong>de</strong> Cagnola fueronlas primeras que empezaron a viajar. Primero se juntaban en la iglesia <strong>de</strong> San Patricio. Seempezaron a dar ánimos y entre ellas se apoyaban muchísimo. Era el único apoyo <strong>de</strong>compañía. Ellas podían viajar y juntas iban al Ministerio <strong>de</strong>l Interior; la contención fue muyimportante.”Cuando recurrieron a los diferentes ministerios y <strong>de</strong>legaciones gubernamentalespa<strong>de</strong>cieron la misma indiferencia que sufrió la mayoría <strong>de</strong> las familias en todo el país.En las instituciones <strong>de</strong> Chacabuco, el <strong>de</strong>sprecio y el rechazo fue el mismo. LaIglesia Católica, que había sido tan importante en la toma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong> muchosjóvenes militantes chacabuquenses, al llegar la dictadura, comenzó a cerrarles las puertasa los ciudadanos que buscaban acompañamiento entre tanto tormento e incertidumbrepor la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> sus allegados o familiares. Emilio Mignone explicó cómo la llegada<strong>de</strong>l régimen autoritario implicó una “limpieza <strong>de</strong>l patio interior <strong>de</strong> la iglesia” excluyendo yentregando a los sacerdotes más comprometidos y reemplazándolos por aquellos que nopresentaban resistencia al régimen impuesto. xxvi El caso <strong>de</strong>l Padre Saccardi, quien dirigíael grupo juvenil, es uno <strong>de</strong> los que se incluyen en la “limpieza <strong>de</strong>l patio interior”. Así locuenta Ana Maria Pregal: xxvii “Nunca pudimos hablar con Saccardi. La iglesia lo sacó <strong>de</strong>Chacabuco. Hubo gente que lo visitó alguna vez y contaron que estaba muy triste. Que lohabían recluido a un archivo, entre papeles.”El testimonio <strong>de</strong> Teresita Cassino también da cuenta <strong>de</strong> la actitud que adoptó lamisma parroquia San Isidro Labrador que había acogido a los jóvenes chacabuquenses


más comprometidos con el cambio social: “En ese momento ni siquiera podíamos hacermisas en la Iglesia Católica por ellos. No nos permitían. Nosotros teníamos una relaciónmuy intima con un sacerdote <strong>de</strong> Chacabuco, Rosido. Llegó a Chacabuco cuando sacarona Saccardi. Teníamos una gran amistad <strong>de</strong> muchos años. Mi mamá va con la mamá <strong>de</strong>Liliana Ross a pedirle que haga una misa y pedir por los chicos <strong>de</strong>saparecidos y él les dijoque no. Fue muy doloroso todo. No entendíamos esas cosas. No las podíamos elaborar.Se cortó la relación con él.”Los funcionarios gubernamentales <strong>de</strong> la ciudad también cerraron las puertas <strong>de</strong>lMunicipio evi<strong>de</strong>nciando su rol legitimante al Terrorismo <strong>de</strong> Estado. Liliana Carnaghicomentó acerca <strong>de</strong> una revista xxviii que había armado Adalberto Rossetti xxix <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su exilioen Francia. Contó que cuando Palermo Cassino xxx acercó dicha revista a la Municipalidad,en un intento <strong>de</strong> difundir la lucha que con mucho valor venían llevando a cabo: “Se lomuestra a Laviano que era el inten<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Chacabuco. Y, oh casualidad, al día siguientevienen <strong>de</strong> Junín, a golpear la casa <strong>de</strong> Cagnola xxxi y a retirar los libritos… La intención eraque <strong>de</strong> alguna manera no se entere el resto <strong>de</strong> la sociedad, que no se haga público. Se vela libertad limitada <strong>de</strong> contar lo que estaba pasando. La única versión era la <strong>de</strong> ellos y laque figuraba y la que aparecía”.A partir <strong>de</strong> esto, se percibe que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ocultar lo que sucedía, no faltaronhechos violentos intimidatorios -como allanamientos- hacia los familiares que estabanbuscando a los suyos. El po<strong>de</strong>r político local siguió generando miedo, como en la época<strong>de</strong> la Triple A, sobre todo en el sector <strong>de</strong> la sociedad civil que se movilizó en la búsqueda.El objetivo fue que el resto <strong>de</strong> la sociedad no supiese y no se involucrara, alejándose <strong>de</strong>aquellos que necesitaban respaldo y apoyo.Cambios en la sociedad civilComo da cuenta el testimonio anteriormente citado, se intentaba ocultar lo que


ealmente estaba sucediendo mientras que el miedo se instalaba y penetraba en lacotidianeidad <strong>de</strong>l pueblo chacabuquense. Liliana contó una anécdota que lo ilustra: “Losvecinos, que muchos vieron lo que pasaba, eran un silencio total. Nunca se acercaron apreguntar qué pasó. En vez <strong>de</strong> solidarizarse, <strong>de</strong> apoyarte, era el miedo que silenciaba. Alpoco tiempo mi papá necesitaba a un carpintero y lo llamaba y él no venia. Era como queno querían entrar a mi casa para no mancharse, para que no los llevaran preso. Esoempezamos a sentir, que nos apartaban.”Ana María Pregal también compartió con nosotros una situación que ejemplifica lapostura que la sociedad civil adoptó cuando repartían las revistas nombradasanteriormente por la avenida principal <strong>de</strong> Chacabuco en plena dictadura: “Me acuerdocuando se la doy a un tipo, que la mira <strong>de</strong> reojo y me dice: ‘preguntale a Saccardi dón<strong>de</strong>esta tu hermana.’ Había que culpar a alguien menos a los que eran realmenteresponsables.”Rubén Tocalini se vio en la urgencia <strong>de</strong> abandonar el grupo parroquial al quepertenecía por lo que sus allegados comenzaron a <strong>de</strong>cirle: “En aquel momento, si voshablabas bien <strong>de</strong> ellos (haciendo referencia a los chicos <strong>de</strong>saparecidos) te fichaban. Osea, yo integraba el grupo <strong>de</strong> jóvenes en la parroquia y como yo era conocido <strong>de</strong> todosellos, en un momento, tuve que <strong>de</strong>jar el grupo juvenil porque había comentarios que mevinculaban con eso. Entonces por respeto o por seguridad para el grupo <strong>de</strong> jóvenes yo<strong>de</strong>je el grupo juvenil.” Por su parte, el grupo “Hasta Cuándo” también se vio obligado a<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> funcionar, tal como lo relata Cecilia Bertella: “Cuando vino el golpe dijimos ‘seterminó todo, se terminó la peña, la biblioteca… todo.’ Después <strong>de</strong>l golpe, todo el mundoya estaba muy asustado; empezamos a cuidarnos mucho y tuvimos que irnos <strong>de</strong>Chacabuco”.Griselda Arrostito, xxxii tuvo una adolescencia difícil ya que su apellido era uno <strong>de</strong> los


más resonantes <strong>de</strong> la época, sobre todo, luego <strong>de</strong>l secuestro <strong>de</strong> Aramburu en el que fueparticipe su prima segunda, Norma Arrostito. xxxiii En su análisis <strong>de</strong>l rol que asumió lasociedad por aquel entonces, compartió que: “Don<strong>de</strong> hablabas acá, todos te <strong>de</strong>cían ‘esosestaban todos metidos’. Para mucha gente, estos chicos (los <strong>de</strong>saparecidos <strong>de</strong>Chacabuco) no eran <strong>de</strong> acá porque no los secuestraron en Chacabuco. Quedó como queacá no pasaba nada. ‘Por algo será’ <strong>de</strong>cía todo el mundo. La sociedad no movió un <strong>de</strong>do,para nada por nadie. En general, hasta el día <strong>de</strong> hoy, no le interesa en lo más mínimo.”La cultura <strong>de</strong>l miedo se instaló logrando que algunos familiares no buscaran a susseres queridos como por ejemplo la familia <strong>de</strong>l joven <strong>de</strong>saparecido Jorge Dimattia. María<strong>de</strong>l Carmen Pregal relató un episodio en don<strong>de</strong> fue a visitar a la familia y se topó con unarespuesta inesperada por parte <strong>de</strong> la madre <strong>de</strong> Jorge: “Me dijo: ‘mi hijo iba en la ruta y sepuso el auto <strong>de</strong> sombrero. Así terminó Jorge.’ Por supuesto no volví más.”Nunca se encontró el cuerpo <strong>de</strong> Jorge por lo que la teoría <strong>de</strong>l acci<strong>de</strong>nte fue unaexplicación que la familia necesitó crear para cerrar la historia <strong>de</strong> alguna manera. xxxivEse pueblo tranquilo comenzó a sufrir muertes, <strong>de</strong>sapariciones y censuras. Muchosbuscaron a sus allegados, victimas <strong>de</strong>l secuestro y la privación ilegítima <strong>de</strong> la libertad,otros no lo hicieron. La sociedad en general, actuaba con miedo y no fue <strong>completa</strong>menteconciente <strong>de</strong> lo que sucedía.Aquellos que emprendieron la búsqueda <strong>de</strong> familiares se sintieron apartados yaque muchos actuaron bajo el miedo sin tomar contacto con quienes eran víctimas <strong>de</strong> laspolíticas represivas por temor a las consecuencias. Así fue como el Terrorismo <strong>de</strong> Estadotransformó radicalmente la vida cotidiana en Chacabuco.Cambios en el ámbito culturalLa generación <strong>de</strong> los jóvenes <strong>de</strong>saparecidos participaba en muchos <strong>de</strong> los


diferentes espacios <strong>de</strong> discusión instalados en confiterías y peñas así como también enámbitos más politizados como los centros <strong>de</strong> estudiantes secundarios. Es así, que elgobierno <strong>de</strong> facto no <strong>de</strong>jó que sucediese lo mismo con la nueva camada <strong>de</strong> jóvenes. EnChacabuco, los militares impulsaron un espacio que rompió con la cultura <strong>de</strong>l compromisosocial y las reflexiones <strong>de</strong> los jóvenes: el boliche bailable. Ese espacio comenzó a ser elmás <strong>de</strong>seado por los adolescentes.Mabel Guerra xxxv , actual profesora chacabuquense, realizó sus estudiossecundarios durante la dictadura militar y su testimonio relata los intereses que tenia supromoción. “Nosotras estábamos re locas por ir al boliche, hacernos las gran<strong>de</strong>s. Ahí siintervenían los militares. Era <strong>de</strong> los militares el boliche. Iban al boliche. Ahora lo veo a ladistancia. Era más que evi<strong>de</strong>nte porque ganaban muy poco dinero ellos. Lo que queríanera contactarse con los jóvenes y sacarnos información. El boliche lo crearon ellos. Dehecho, apareció con los militares. Hicieron dos cosas: nos pusieron el boliche, don<strong>de</strong> esimposible la comunicación y en los lugares don<strong>de</strong> se podía ir a discutir, a charlar, nospusieron el pool. Rompieron la comunicación. No hay ninguna duda que esa generaciónanterior a la nuestra era más <strong>de</strong>l bar, <strong>de</strong> confitería y <strong>de</strong> peña. La posibilidad <strong>de</strong> diálogo fuelo que ellos rompieron con el boliche y con el pool.” Es interesante el significado queMabel le da a esta metodología <strong>de</strong> penetración cultural que <strong>de</strong>sarrollaron los militarespara acercarse a la juventud.La censura bibliográfica también estuvo presente. Carlos Bettoli dio cuenta en surelato <strong>de</strong>l miedo que sentía y <strong>de</strong>l cuidado que había que tener con los libros que se leían yposeían: “Que están secuestrando libros, que entran a las casas, que se llevan… Terror,ahora me doy cuenta <strong>de</strong>l miedo, quemé libros. Si escondí libros es porque había muchomiedo.” Sin embargo, algunos focos <strong>de</strong> resistencia lograron perdurar aunque siemprevigilados. Carlos Bettoli era miembro <strong>de</strong> un club <strong>de</strong> cine don<strong>de</strong> se juntaban para <strong>de</strong>batir ycompartir películas censuradas: “‘Cine Club’ era un reducto <strong>de</strong> la resistencia sin ser


<strong>de</strong>masiado concientes. Como que nos atrincherábamos ahí. La falta <strong>de</strong> libertad se notaba,entonces <strong>de</strong> alguna forma teníamos que nuclearlo.”A través <strong>de</strong> estos cambios <strong>de</strong>tectados en las familias, en el trato con los vecinos yen la vida cultural, se evi<strong>de</strong>ncia cómo la última dictadura militar transformó la vidacotidiana <strong>de</strong> la ciudad.ConclusiónLuego <strong>de</strong> haber analizado los diferentes testimonios que dan cuenta <strong>de</strong> la historiareciente <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Chacabuco po<strong>de</strong>mos arribar a algunas conclusiones parcialessobre las temáticas abordadas.El miedo logró instalarse en la Sociedad Civil a partir <strong>de</strong>l ascenso <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rechaperonista y el asesinato <strong>de</strong> Miguel Máximo Gil. Des<strong>de</strong> ese momento, se produjeroncambios rotundos en la vida cotidiana que fueron profundizándose cada vez más. Larazzia <strong>de</strong>l 18 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976 profundizó el miedo que había comenzado unos mesesantes.Luego <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976, el Terrorismo <strong>de</strong> Estado terminó dividiendo a lasociedad <strong>de</strong> Chacabuco. La solidaridad vecinal se vio quebrada, los grupos parroquiales yel trabajo en los barrios populares se suprimieron, las largas reuniones <strong>de</strong> <strong>de</strong>bate<strong>de</strong>saparecieron para dar paso al ruido <strong>de</strong> los boliches y el diálogo cedió su lugar alsilencio y ocultamiento. Con esto, la dictadura intentó mostrar como ajenos al sentimientoy a la lucha <strong>de</strong> aquellos que buscaban a las víctimas <strong>de</strong>l Terrorismo <strong>de</strong> Estado.En términos generales, po<strong>de</strong>mos afirmar que la sociedad chacabuquense continúacon ciertos prejuicios y que “el no meterse” sigue vigente como política residual. A pesar<strong>de</strong> tantos años <strong>de</strong> violencia y persecución resaltamos la lucha que llevaron a<strong>de</strong>lantemuchos militantes <strong>de</strong> la época y los familiares <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>saparecidos que lamantiene en pie hasta el día <strong>de</strong> hoy.


Es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar que nuestros testimonios dan cuenta que los años <strong>de</strong>l terrorismo <strong>de</strong>estado fueron vividos <strong>de</strong> una manera trágica. A pesar <strong>de</strong>l sabor amargo que reflejan susvoces, la mayoría <strong>de</strong> ellos apela a mantener viva la memoria <strong>de</strong> lo sucedido como sisintieran que el olvido acrecentaría sus pesares en el presente.Por su parte, las fuentes orales son centrales en nuestro trabajo, ya que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>su importancia en el aporte <strong>de</strong> información, creemos que éstas le dan vida y llenan <strong>de</strong>carga humana al relato histórico.Notas1 Melli, Oscar Ricardo, Geografía <strong>de</strong>l Partido <strong>de</strong> Chacabuco, Chacabuco 1975.Pág 198.1 Citado en Dominique Aron-Schnapper y Daniele Hanet, De Heródoto a la grabadora:Fuentes y Archivos orales, en: Aceves Lozano (comp.), Historia Oral, México D. F.<strong>Instituto</strong> José Luís Mora, 1993.1 Dominique Aron-Schnapper y Daniele Hanet. 1993, Op. Cit.1 Pablo Pozzi, director <strong>de</strong>l Programa <strong>de</strong> Historia Oral <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras<strong>de</strong> Buenos Aires.1 Pozzi, Pablo “Historia Oral: repensar la historia”, en: Historia, voces y memoria: boletín<strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> historia oral. Buenos Aires, Nº 1. 2007-2008.1 El movimiento peronista tuvo muchos matices i<strong>de</strong>ológicos que <strong>de</strong>rivaron en diferentesgrupos. En esta instancia, <strong>de</strong>cidimos prestar especial atención a los alineamientosclaramente i<strong>de</strong>ntificados con la izquierda y la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l Peronismo.1 Gillespie, Richard. Soldados <strong>de</strong> Perón. Historia crítica sobre los montoneros. BuenosAires, Sudamericana, 2008. Pág. 169 y 170.1 Gillespie Richard. 2008. Op. Cit. Pág. 158.1 Duhal<strong>de</strong>, Eduardo Luís, El Estado Terrorista Argentino. Quince años <strong>de</strong>spués, unamirada crítica. Buenos Aires, EUDEBA, 1999. Pág. 234.1 Doval Delfina y Kaufmann Carolina; Una pedagogía <strong>de</strong> la renuncia. El perennialismo enla Argentina (1976-1982). Paraná. Serie investigaciones, Facultad <strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong> laEducación <strong>de</strong> la Universidad Nacional <strong>de</strong> Entre Ríos. 1997.1 Duhal<strong>de</strong>, Eduardo Luís, 1999. Op. Cit.1 En esta lista falta el nombre <strong>de</strong> Haroldo Conti, que si bien es el primer <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>Chacabuco, no compartió con el resto <strong>de</strong> los jóvenes el grupo juvenil <strong>de</strong> la Iglesia ni elcoro municipal. En futuras publicaciones incluiremos su historia y la búsqueda que sufamilia emprendió.1 Teresita Cassino, 50 años, ciudadana <strong>de</strong> Chacabuco, hermana <strong>de</strong> José Alberto Cassinoquien esta <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1976. Entrevista realizada el 5 <strong>de</strong> Septiembre <strong>de</strong> 2010.Entrevistadores: J. J. Chazarreta y M. S. García Riopedre.


1 Liliana Carnaghi, 50 años, ciudadana <strong>de</strong> Chacabuco y hermana <strong>de</strong> Roberto Carnaghiquien esta <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1976. Entrevista realizada el 5 <strong>de</strong> Septiembre <strong>de</strong> 2010.Entrevistadores: J. J. Chazarreta y M. S. García Riopedre.1 Juan Colombo, 56 años, ciudadano <strong>de</strong> Chacabuco, ex miembro <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong>Estudiantes Universitarios <strong>de</strong> Chacabuco, compañero <strong>de</strong> los chicos <strong>de</strong>saparecidos.Entrevista realizada el 23 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 2010 en Chacabuco. Entrevistadores: J. J.Chazarreta y M. S. García Riopedre.1 Rubén Tocalini, 59 años, ciudadano <strong>de</strong> Chacabuco, integrante <strong>de</strong>l grupo juvenil <strong>de</strong> laparroquia hasta 1977. Entrevista realizada el 7 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 2010 en Chacabuco.Entrevistador: J. J. Chazarreta.1 Extraído <strong>de</strong> http://www.documentacatholicaomnia.eu/03d/1965-12-07,_Concilium_Vaticanum_II,_Constitutiones_Decretaque_Omnia,_ES.pdf . Páginaconsultada el 11 <strong>de</strong> Febrero <strong>de</strong> 2011.1 Bertella Cecilia, 54 años, docente, militante peronista. Entrevista realizada el 8 <strong>de</strong>diciembre <strong>de</strong> 2012 en Chacabuco. Entrevistador: J. J. Chazarreta.1 Magnione Mónica, El movimiento <strong>de</strong> Sacerdotes para el Tercer Mundo, Buenos Aires,2001.1 D’Andrea Mohr, José Luís, Memoria Deb(v)ida. Buenos Aires, Colihue, 1999.1 Nelson Ramón Coronel, más <strong>de</strong> 60 años, médico y ex militante <strong>de</strong> la CTS enChacabuco. Entrevista realizada el 25 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2012 en Chacabuco. Entrevistadores:J. J. Chazarreta y M. S. García Riopedre.1 Ricardo Osmar Alegre, 77 años, comerciante y militante peronista. Entrevista realizadael día 20 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l año 2010 en Chacabuco. Entrevistador: J. J. Chazarreta.1 Mariana Caviglia. Dictadura, vida cotidiana y clases medias: una sociedad fracturada.Buenos Aires Ed. Prometeo. 2006.1 Chacabuquense, estudiante <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> La Plata durante la última dictaduramilitar. Se <strong>de</strong>sempeñaba como vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudiantes Universitarios <strong>de</strong>Chacabuco. Fue <strong>de</strong>tenido en Chacabuco y trasladado a San Nicolás. Permaneció en elcentro clan<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención “Pozo <strong>de</strong> Arana” y luego fue trasladado a la Comisaría 5°<strong>de</strong> La Plata. Sus <strong>de</strong>claraciones frente a la Cámara Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Apelaciones en los juicios<strong>de</strong>sarrollados en La Plata en noviembre <strong>de</strong> 1999 se encuentran disponibles en:http://www.<strong>de</strong>saparecidos.org/nuncamas/web/testimon/marini_hugo.htm Páginaconsultada el día 18/02/11.1 Nilda López, más <strong>de</strong> 80 años, madre <strong>de</strong>l joven <strong>de</strong>saparecido Eduardo Cagnola;recientemente encontró a su nieto nacido en cautiverio en la ESMA. Entrevista realizadael 12 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2010. Entrevistador: J. J. Chazarreta.1 Mignone, Emilio. Iglesia y Dictadura. Capital Fe<strong>de</strong>ral, Argentina, Editorial <strong>de</strong> laUniversidad Nacional <strong>de</strong> Quilmes.1999.1 Ana Maria Pregal, 57 años, hermana <strong>de</strong> María <strong>de</strong>l Carmen Pregal quien se encuentra<strong>de</strong>saparecida. Entrevista realizada el 31 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 2010 en Chacabuco.Entrevistadora: M. S. García Riopedre.1 La publicación “Chacabuco: ¿Dón<strong>de</strong> están tus hijos <strong>de</strong>tenidos-<strong>de</strong>saparecidos?” fueimpresa en 1980 y firmada por los Familiares <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenidos-<strong>de</strong>saparecidos <strong>de</strong> Chacabuco.La misma contaba con una breve <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> cada <strong>de</strong>saparición y se reclamabajusticia.


1 Marido <strong>de</strong> la primera <strong>de</strong>saparecida Liliana Irma Ross.1 Padre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>saparecido José Alberto Cassino.1 Se refiere a la casa <strong>de</strong> Tito Cagnola, padre <strong>de</strong> Eduardo Cagnola. Era una <strong>de</strong> las casasfrecuentadas por los familiares que se reunían para organizar las búsquedas.1 Griselda Arrostito, 54 años, ciudadana <strong>de</strong> Chacabuco, prima segunda <strong>de</strong> NormaArrostito. Entrevista realizada el 23 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 2010. Entrevistadora: M. S. GarcíaRiopedre.1 Norma Arrostito fue dirigente <strong>de</strong> Montoneros; participó en el secuestro y asesinato <strong>de</strong>lGeneral Pedro Aramburu. Su cuerpo aún no ha sido encontrado pero diversos testimoniosindican que fue asesinada, luego <strong>de</strong> ser secuestrada y torturada en enero <strong>de</strong> 1978.1 Por el contrario, Hugo Marini, en su <strong>de</strong>claración, cuenta que vio a Jorge en el centroclan<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención <strong>de</strong> Arana.http://www.<strong>de</strong>saparecidos.org/nuncamas/web/testimon/marini_hugo.htm Páginaconsultada el día 18/02/11.1 Mabel Guerra, 52 años, docente, ciudadana <strong>de</strong> Chacabuco, estudiante secundariadurante la última dictadura cívico-militar en Chacabuco. Entrevista realizada el 8 <strong>de</strong> Marzo<strong>de</strong> 2011. Entrevistador: J. J. Chazarreta.


I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong> IDAES/UNSAMMesa N°11: Historia, política y memorias en el Cono SurNombre y Apellido: Micaela Iturral<strong>de</strong>Pertenencia institucional: Universidad Nacional <strong>de</strong> Mar <strong>de</strong>l Plata/CONICETAutorizo publicaciónEntre lo “no dicho” y lo irrepresentableLa faceta pública <strong>de</strong> la represión ilegal/clan<strong>de</strong>stina en Clarín (1975-1979)El relato <strong>de</strong> la llamada “lucha antisubversiva” se constituyó en la principal referenciapública a la cuestión <strong>de</strong> la represión estatal en los primeros años <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> las FuerzasArmadas (en a<strong>de</strong>lante FFAA). El plan sistemático y masivo <strong>de</strong> secuestros, torturas, <strong>de</strong>tencionesclan<strong>de</strong>stinas y <strong>de</strong>sapariciones llevado a cabo por la dictadura militar necesitaba estar acompañado<strong>de</strong> una invisibilización mediática <strong>de</strong> lo que estaba sucediendo. El diario Clarín 63 elaboró y difundióentonces un <strong>de</strong>terminado relato público sobre la represión que daba legitimidad a la versión oficialcastrense, sin embargo, en forma simultánea, la univocidad <strong>de</strong> su línea editorial, contrastóostensiblemente con las marcas discursivas <strong>de</strong> la represión, incluso en su faz ilegal, omnipresentesen las páginas <strong>de</strong>l matutino. Esta aparición pública <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>bía ocultarse más que como unacrítica y una <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> lo sucedido, funcionó como una “amenaza” hacia los posibles lectores,ofreciendo una cuota <strong>de</strong> conocimiento sobre lo que estaba pasando que se combinaba exitosamentecon la necesidad <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s militares <strong>de</strong> otorgarle a la represión una dimensión públicadisciplinadora así como la visibilidad necesaria para que operase como un castigo ejemplificador.Con el objetivo <strong>de</strong> analizar estas presencias discursivas, este trabajo rescata la noción <strong>de</strong> “no dicho”63 El 28 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1945 salió a la venta el primer número <strong>de</strong> Clarín, diario fundado por el abogado y político RobertoNoble, que tuvo una carrera ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su aparición. Pese a su oposición al gobierno <strong>de</strong> Juan Domingo Perón, en1951 se vio claramente beneficiado por sus medidas cuando, a causa <strong>de</strong> la expropiación <strong>de</strong>l diario La Prensa, captó elflujo <strong>de</strong> lectores y, sobre todo, la gran masa <strong>de</strong> avisos clasificados que habían pertenecido al primero, lo cualrepresentará un paso fundamental para su consolidación como empresa. En los ´50, era uno <strong>de</strong> los diarios <strong>de</strong> mayortirada en la Capital Fe<strong>de</strong>ral, y ya para fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l ´60, ocupaba los primeros puestos a nivel nacional. Des<strong>de</strong>fines <strong>de</strong> los ´50 hasta 1981, Clarín apoyó manifiestamente el i<strong>de</strong>ario político <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollismo encabezado a nivelnacional por Rogelio Frigerio y Arturo Frondizi. Des<strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> este último, Clarín representó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> suspáginas la propuesta <strong>de</strong>sarrollista y en la década <strong>de</strong>l ´70, esta vinculación se concretó en una alianza i<strong>de</strong>ológica, políticae incluso financiera con el partido que aglutinaba al pensamiento <strong>de</strong>sarrollista nacional, el Movimiento <strong>de</strong> Integración yDesarrollo (MID). A causa <strong>de</strong>l fallecimiento <strong>de</strong> Noble en enero <strong>de</strong> 1969, su esposa, Ernestina Herrera, se hizo cargo <strong>de</strong>la dirección <strong>de</strong>l diario, la cual ha ejercido hasta la actualidad.


que permite hacer referencia no sólo a los silencios y omisiones directas, las cuales conservanmuchas veces la elocuencia <strong>de</strong> las palabras por lo que evitan nombrar, sino también a aquello dichoen forma esquiva, alusiva, solapada, menos jerarquizada pero no por eso <strong>de</strong>l todo ausente. Comoseñala el semiólogo Umberto Eco, un texto se distingue <strong>de</strong> otros tipos <strong>de</strong> expresiones por su mayorcomplejidad y el motivo principal <strong>de</strong> tal complejidad es precisamente el hecho <strong>de</strong> que está plagado<strong>de</strong> elementos no dichos. Según el autor, “`No dicho´ significa no manifiesto en la superficie, en elplano <strong>de</strong> la expresión. Pero precisamente son esos elementos no dichos los que <strong>de</strong>ben actualizarseen la etapa <strong>de</strong> la actualización <strong>de</strong>l contenido. Para ello, un texto requiere ciertos movimientoscooperativos, activos y conscientes, por parte <strong>de</strong>l lector” 64 .Sin lugar a dudas podría <strong>de</strong>cirse que un lector <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los setenta no podría interpretar,reponer, significar lo que nosotros hoy en día, y con todo el conocimiento que tenemos sobre losucedido, po<strong>de</strong>mos hacer. Esto es así, y un texto es siempre abierto, es <strong>de</strong>cir, requiere <strong>de</strong> lasoperaciones <strong>de</strong> actualización <strong>de</strong>l lector para que se produzca el entendimiento, la comunicación. Noobstante, los “no dichos” a los que se hará referencia como constitutivos <strong>de</strong>l mensaje <strong>de</strong>l diario, sonen muchas ocasiones formulaciones más o menos explícitas <strong>de</strong> los acontecimientos. Son, podríamos<strong>de</strong>cir, silencios cargados <strong>de</strong> palabra, fragmentos que remiten a una totalidad, huellas que evi<strong>de</strong>ncianel crimen.“Entre líneas”. La faceta pública <strong>de</strong> la represión clan<strong>de</strong>stinaLa <strong>de</strong>saparición forzada <strong>de</strong> personas, como mecanismo <strong>de</strong> represión política, tiene una historia queexce<strong>de</strong> la <strong>de</strong> la última dictadura militar argentina, pero a partir <strong>de</strong> ella, adquirió una dimensión yuna extensión inusitadas. Inspirados en las técnicas <strong>de</strong> la contrainsurgencia implementadas por laescuela militar francesa en las luchas por la <strong>de</strong>scolonización <strong>de</strong> los años sesenta y entrenados en latortura y en las técnicas <strong>de</strong> acción psicológica <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> las Américas en Panamá, losmilitares argentinos perfeccionaron la metodología <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición, convirtiéndola en un recursofundamental <strong>de</strong> eliminación <strong>de</strong> la oposición política en manos <strong>de</strong>l Estado. En el contexto <strong>de</strong> ladécada <strong>de</strong> los setenta, y a partir <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> enseñanzas provenientes <strong>de</strong> la propia experiencianacional y latinoamericana respecto <strong>de</strong> la insuficiencia <strong>de</strong> las <strong>de</strong>tenciones legales, los juicios y laspenas convencionales, así como <strong>de</strong> los problemas en materia <strong>de</strong> relaciones internacionales queimplicaban los asesinatos sumarios y la represión pública, las FFAA elaboraron su propio métodorepresivo inspirado en las necesida<strong>de</strong>s domésticas a las que se enfrentaban.Como señala Gabriela Aguila, “La condición <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecidos implicaba no sólo lailegalidad <strong>de</strong> las prácticas represivas, sino el borramiento <strong>de</strong> las huellas, el ocultamiento <strong>de</strong>liberado<strong>de</strong> los cuerpos, <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las víctimas y <strong>de</strong> los registros <strong>de</strong> aquella actuación64 Eco, Humberto, “El lector mo<strong>de</strong>lo”, en: Lector in Fabula, Barcelona, Lumen, 1987, p.1


esencialmente clan<strong>de</strong>stina” 65 . La clan<strong>de</strong>stinidad y el ocultamiento <strong>de</strong> las acciones y <strong>de</strong> losresponsables <strong>de</strong> las mismas fue una característica fundamental <strong>de</strong> esta modalidad represiva y, lafalta <strong>de</strong> información y el secreto público sobre la represión ilegal, era una necesidad insoslayablepara evitar el <strong>de</strong>sprestigio <strong>de</strong>l gobierno. No obstante, el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>saparecedor al mismo tiemponecesitaba, para asegurar su éxito pero sobre todo su continuidad en el tiempo, que este velo quecubría sus acciones no fuese total. Uno <strong>de</strong> los rasgos constitutivos <strong>de</strong> esta metodología represiva fueentonces la alternancia entre ocultamiento y visibilidad pública, entre secreto y evi<strong>de</strong>ncia, entre<strong>de</strong>sapariciones y presencias. La represión ejercida por las FFAA durante la última dictadura militartuvo una dimensión pública y visible que fue constitutiva a la misma 66 , en la que radicó superdurabilidad en el tiempo y en el espacio a través <strong>de</strong> la instauración <strong>de</strong> un terror disciplinador quese expandió a toda la sociedad.La <strong>de</strong>saparición forzada <strong>de</strong> personas consistió al mismo tiempo en una técnica <strong>de</strong> represióny una <strong>de</strong> coerción, en el sentido <strong>de</strong> que “la <strong>de</strong>saparición no sólo elimina, (…) sustrae cuerpos, la<strong>de</strong>saparición busca penetrar imaginarios, cuenta con los imaginarios mediante los cuales se extien<strong>de</strong>el campo <strong>de</strong> intervención <strong>de</strong> ese po<strong>de</strong>r que quiere ser absoluto mucho más allá <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> loscentros clan<strong>de</strong>stinos” 67 . Como señala Juan Corradi, “como forma específica <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r el terror tienedos dimensiones, una <strong>de</strong> comportamiento, y la otra i<strong>de</strong>ológica. Por un lado, adapta elcomportamiento político a la obediencia absoluta <strong>de</strong> las directivas <strong>de</strong> los que <strong>de</strong>tentan el po<strong>de</strong>r. Porotro lado, mol<strong>de</strong>a las actitu<strong>de</strong>s a fin <strong>de</strong> obtener obediencia voluntaria. Procura conformar nuevossujetos políticos. (…). Su efecto principal es la generación <strong>de</strong> una atmósfera <strong>de</strong> ansiedad – una‘cultura <strong>de</strong>l miedo’” 68 .El miedo no solo evoca actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> silencio, quietud y parálisis, sino también <strong>de</strong>obediencia, compromiso, cooperación, dado que “el miedo también disciplina en un sentidopositivo (…) que se prolonga en la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n frente a la amenaza <strong>de</strong>l caos y el <strong>de</strong>rrumbe” 69 .El mensaje disciplinador y sus mecanismos disuasores <strong>de</strong> intervención tuvo varios canales <strong>de</strong>comunicación durante el período analizado, pero encontró en la prensa gráfica, uno <strong>de</strong> los másimportantes por su influencia y la masividad <strong>de</strong> su alcance.La represión directa <strong>de</strong> la población se complementó con “otras sanciones simbólicas y65 Aguila, Gabriela, “El ejercicio <strong>de</strong> la represión en la Argentina”, en: Franco, Marina y Ramírez, Hernán R. (eds.), Lasdictaduras <strong>de</strong>l Cono Sur, en prensa, p. 13.66 Aguila, Gabriela, Dictadura, represión y sociedad en Rosario. Un estudio sobre la represión las actitu<strong>de</strong>s ycomportamientos sociales en dictadura. Buenos Aires, Prometeo, 2008, pp. 40-41.67 García Castro, Antonia, “Por un análisis político <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición forzada”, en: Richard Nelly (ed.), Políticas yestéticas <strong>de</strong> la memoria. Chile, Editorial Cuarto Propio, 2006, p. 89.68 Corradi, Juan E., “El método <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción. El terror en la Argentina”, en Quiroga H. y Tcach C. (comps.), A veinteaños <strong>de</strong>l golpe. Con memoria <strong>de</strong>mocrática. Homo Sapiens Ed., Rosario, 1996, p. 89.69 Vezzetti, Hugo, Pasado y presente. Guerra, dictadura y sociedad en Argentina. Buenos Aires, Siglo XXI, 2002, p. 50.


materiales, con prácticas discursivas y económicas” 70 a fin <strong>de</strong> lograr su anhelada efectividad. Lasociedad fue la principal <strong>de</strong>stinataria <strong>de</strong> este mensaje y la prensa diaria masiva, entre la cual <strong>de</strong>stacael matutino analizado, colaboró otorgando publicidad a fragmentos aislados <strong>de</strong> lo sucedidopermitiendo la expansión <strong>de</strong>l miedo y <strong>de</strong> sus consecuencias sociales. A través <strong>de</strong> un juego dinámico<strong>de</strong> ausencias y presencias, <strong>de</strong> luces y sombras, día tras día, el diario Clarín otorgó visibilidad en suspáginas a la faceta clan<strong>de</strong>stina, subterránea, oculta y secreta <strong>de</strong> la represión ilegal, ofreciendo a suslectores más información, más representaciones, más imágenes <strong>de</strong> lo que habitualmente seconsi<strong>de</strong>ra. No fueron necesarias arriesgadas <strong>de</strong>nuncias por parte <strong>de</strong>l diario, ni filtracionesinvoluntarias <strong>de</strong> información no <strong>de</strong>seada, tampoco la acción <strong>de</strong> periodistas audaces que rivalizarancon la línea editorial y comunicaran mensajes que eludieran el control <strong>de</strong>l jefe <strong>de</strong> redacción. Lapresentación pública <strong>de</strong> lo sucedido en la prensa constituyó una expresión <strong>de</strong> esta modalidadrepresiva que instalaba la <strong>de</strong>saparición y el asesinato masivo en una zona ambigua, entre lo visible ylo no visible, entre lo dicho y lo sugerido.Huellas <strong>de</strong>l horror/Marcas <strong>de</strong> la clan<strong>de</strong>stinidadA partir <strong>de</strong> representaciones fragmentarias y <strong>de</strong> alusiones indirectas, en ocasiones a través <strong>de</strong>eufemismos, Clarín dio cuenta <strong>de</strong> la represión ilegal y clan<strong>de</strong>stina instrumentada por el gobiernomilitar. La exigencia constante en las páginas <strong>de</strong>l matutino <strong>de</strong>l monopolio <strong>de</strong> la violencia por parte<strong>de</strong> las FFAA constituyó una referencia permanente a la existencia <strong>de</strong> una faceta ilegal y clan<strong>de</strong>stina<strong>de</strong> la represión y estuvo acompañada <strong>de</strong> un reconocimiento explícito <strong>de</strong> la actuación <strong>de</strong> bandasparamilitares y parapoliciales.Ese reclamo fue incluso anterior al golpe <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976. En noviembre y diciembre <strong>de</strong>1975, se observan las tempranas y primeras referencias editoriales en las que se comenzó a<strong>de</strong>mandar la “necesidad <strong>de</strong> dar a la lucha antisubversiva un respaldo legal indispensable (…) paraque no se incurra en la tentación <strong>de</strong> ejercitar la represión fuera <strong>de</strong> las leyes” 71 ya que como “Es elmismo Estado el que <strong>de</strong>be encabezar el proceso regenerador que se impone. A él le correspon<strong>de</strong>asumir efectivamente el monopolio <strong>de</strong> la fuerza para emplearla en forma serena y responsable, quees la única manera <strong>de</strong> suscitar respeto y estimular acatamiento” 72 .La solicitud respecto <strong>de</strong> la conservación <strong>de</strong> la violencia legítima en el Estado fue unaconstante en los editoriales <strong>de</strong>l periódico entre 1975 y, al menos, 1979, y estuvo acompañada <strong>de</strong>referencias directas a la existencia <strong>de</strong> “grupos <strong>de</strong> todo signo que alimentan la espiral <strong>de</strong> laviolencia” 73 . En los meses <strong>de</strong> más fuerte presión a la prensa para que se autocensurase, las70 Corradi, J. E, op.cit., p. 9071 Clarín, Ed. “El estado <strong>de</strong> necesidad”, 22/11/1975.72 Clarín, Ed. “La violencia”, 6/12/1975. p.873 Clarín, Ed. “El asesinato <strong>de</strong>l jefe <strong>de</strong> Policía”, 19/6/1976, p. 6


menciones a la actuación <strong>de</strong> bandas represivas al margen <strong>de</strong>l Estado fueron ostensibles en loseditoriales <strong>de</strong>l diario. Por ejemplo, en junio <strong>de</strong> 1976 en un comentario editorial con motivo <strong>de</strong> laatribución <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> justicia revolucionaria por parte <strong>de</strong> la Junta militar, Clarín observó que“la represión así legalizada, dimensionada por el propio po<strong>de</strong>r revolucionario, no serátotalmente sólida en tanto no logre erradicar la actividad represora, que al margen <strong>de</strong> losmecanismos establecidos se atribuye la facultad <strong>de</strong> llevarla a<strong>de</strong>lante (…). En este oscuroámbito no entran solamente los guerrilleros. También lo integran los que por sí se arrogan lafacultad vindicativa, sustituyendo al Estado. Con su actividad causan grave daño a la Nación,porque configuran una Argentina ajena a su verda<strong>de</strong>ra personalidad y la <strong>de</strong>sprestigian en elámbito <strong>de</strong> las naciones civilizadas” 74 .El tono <strong>de</strong> advertencia con que el matutino expresó sus preocupaciones respecto <strong>de</strong> la actuaciónrepresiva al margen <strong>de</strong> la ley quedó confirmado nuevamente en un editorial <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1976 en elque argumentó que“El uso <strong>de</strong> la fuerza represiva <strong>de</strong>be quedar en manos <strong>de</strong>l Estado a través <strong>de</strong> susorganizaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa y seguridad, sin conce<strong>de</strong>r a nadie la capacidad <strong>de</strong> ejercerla (…).Este aspecto <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> la lucha agrega a su importancia presente, su influencia <strong>de</strong>cisivasobre el curso futuro. Tanto más firme se muestre el gobierno en el manejo exclusivo <strong>de</strong> larepresión, tanto más se consolidará el Estado” 75 .La existencia <strong>de</strong> bandas armadas irregulares <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha y las violaciones a los <strong>de</strong>rechos humanos enlas que estas incurrieron aparecieron asimismo tematizadas en varios editoriales. En uno <strong>de</strong> marzo<strong>de</strong> 1977, se señaló que“la otra (agresión), la que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha, <strong>de</strong>be ser igualmente reprimida. Lo será conmayor eficacia, según surge <strong>de</strong>l análisis, aunque no se diga explícitamente, cuando sucongénere –la subversión masivamente <strong>de</strong>satada por la izquierda– sea <strong>de</strong>finitivamente<strong>de</strong>rrotada. Por ahora no se la <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> lado. Se toma en cuenta que es igualmente violadora <strong>de</strong>los <strong>de</strong>rechos humanos. Y se le da batalla, incluso i<strong>de</strong>ológica, no sólo oponiendo a supropaganda la creciente fortaleza <strong>de</strong>l ser nacional sino incluso vetando la difusión <strong>de</strong> suslibelos que instan a vejar al ser humano o a no respetar el <strong>de</strong>recho a la vida <strong>de</strong> individuos ycomunida<strong>de</strong>s” 76 .Con el afán didáctico que lo caracterizó también en otras ocasiones, el matutino ofreció unpanorama explicativo <strong>de</strong> la realidad nacional en materia <strong>de</strong> “subversión” observando que “existeuna subversión que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la izquierda (…). Existe otra que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha, conparecidas características exteriores a la anterior, aunque su contenido ético esté distorsionado haciaotros rumbos, tan crueles y contrarios a la vida humana como aquélla” 77 . En un editorial posterior74 Clarín, Ed. “Justicia revolucionaria”, 25/6/1976, p. 6.75 Clarín, Ed. “El principio <strong>de</strong>l fin”, 1/8/1976, p. 10.76 Clarín, Ed. “Claridad conceptual”, 8/3/1977, p. 8.77 Clarín, Ed. “Ganar la paz”, op. cit.


econoció “hasta qué punto es difícil lograr el monopolio <strong>de</strong> la represión cuando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las filas <strong>de</strong>lextremismo, preferentemente <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha, se quebranta para llevar al actual proceso por rumbosdistintos <strong>de</strong> los queridos para el gobierno <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas” 78 . Estas formulacionesconstituyen “protoversiones” <strong>de</strong> lo que durante la restauración <strong>de</strong>mocrática fue conocido como“teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios”, a la que el diario, como la mayoría <strong>de</strong> los actores políticos <strong>de</strong> laépoca, adheriría fervientemente. Sin embargo, la diferencia fundamental que separa estas tempranasalusiones a la existencia <strong>de</strong> “dos violencias” <strong>de</strong> aquella que circuló y se popularizó durante elalfonsinismo, es que en las versiones que circularon durante la dictadura, e incluso antes <strong>de</strong> ella, lasFFAA eran reconocidas en su legitimidad represiva y se les exigía que monopolicen la fuerza,mientras que el “<strong>de</strong>monio <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha” estaba únicamente representado por las bandas que actuabanal margen <strong>de</strong>l aparato represivo estatal 79 .Para 1978, año en que el gobierno <strong>de</strong> la Junta repetía incansablemente que la “guerra contra lasubversión” ya estaba llegando a su fin y era momento <strong>de</strong> “ganar la paz”, el diario volvió a advertirque “el extremismo <strong>de</strong>be ser erradicado pero en la lucha hay que evitar caer en extremismos <strong>de</strong>signo contrario” 80 . Tiempo más tar<strong>de</strong>, en relación con lo sucedido en Italia respecto <strong>de</strong>l caso AldoMoro, Clarín opinó que en Argentina “Lo importante fue la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> combatir al enemigo, sintemor a ensuciarse las manos (…) y saber en qué momento ello no era ya necesario” 81 . Lasexhortaciones acerca <strong>de</strong>l resguardo <strong>de</strong>l monopolio <strong>de</strong> la violencia <strong>de</strong>vinieron cuestionamientos en1978 y 1979, cuando el matutino afirmó, respecto <strong>de</strong>l secuestro y asesinato <strong>de</strong> Elena Holmberg, quees necesario “poner un dique a la violencia” dado que “La guerrilla ha sido <strong>de</strong>rrotada y con ella<strong>de</strong>cae la necesidad que llevó al ejercicio <strong>de</strong> modalida<strong>de</strong>s operativas capaces <strong>de</strong> contrarrestarlas” 82 .Al respecto, se evi<strong>de</strong>ncian en el diario los cambios en la opinión pública frente a la represióninstrumentalizada por la dictadura, que ya no avala acríticamente los secuestros y asesinatos quesalen a la luz pública.A partir <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda permanente <strong>de</strong> un encauzamiento <strong>de</strong> la represión por vías legales yconcentrada en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado, el matutino dio cuenta <strong>de</strong> la ambigüedad entre la represión legale ilegal que es propia <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> excepción, en el que lo que originalmente era una suspensióntemporal <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento institucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, ante una situación <strong>de</strong> amenaza y peligroadquirió el carácter <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n permanente por fuera <strong>de</strong>l marco jurídico-legal. Este carácter ilegal yclan<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> las acciones represivas fue constantemente referido en los editoriales <strong>de</strong>l diario con78 Clarín Ed. “Relaciones con Estados Unidos”, 5/12/1977.79 Para ampliar acerca <strong>de</strong> las continuida<strong>de</strong>s y rupturas entre las representaciones <strong>de</strong> la violencia basadas en el esquemabipolar <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios durante el período 1973-1983 véase Franco, Marina, Un enemigo para la nación. Or<strong>de</strong>ninterno. Violencia y “subversión”, 1973-1976. Buenos Aires, Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 2012, pp. 306-310.80 Clarín, Ed. “Cambio e inmovilismo”, 28/4/1978.81 Clarín, Ed. “Terrorismo y represión”, 2/5/1978, p. 10.82 Clarín, Ed. “Poner un dique a la violencia”, 16/1/1979.


la naturalidad con la que se nombra algo que se conoce, que se sabe y que circula. Con la mismaclaridad se mencionaban activida<strong>de</strong>s ilícitas por parte <strong>de</strong>l Estado como por ejemplo, elfuncionamiento <strong>de</strong> los servicios <strong>de</strong> inteligencia durante la visita <strong>de</strong> la Comisión Interamericana <strong>de</strong>Derechos Humanos (CIDH) en septiembre <strong>de</strong> 1979. En la cobertura periodística que el diariorealizó <strong>de</strong> la misma es posible encontrar un recuadro titulado, “Episodios sin explicación” en el queel diario informó que“en la se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la OEA en la Avenida <strong>de</strong> Mayo, la policía <strong>de</strong>tuvo brevemente a otro fotógrafoque dijo pertenecer a una revista metropolitana pero que no pudo i<strong>de</strong>ntificarsefehacientemente como tal. Este había logrado ingresar previamente al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong>l secretarioEdmundo Vargas Carreño y logró tomar fotografías <strong>de</strong>l funcionario, pero luego comenzó adisparar su máquina en primeros planos <strong>de</strong> los rostros <strong>de</strong> las personas que aguardaban parapresentar sus <strong>de</strong>nuncias. Des<strong>de</strong> que la CIDH inició sus tareas en Buenos Aires se repitenhechos como los registrados ayer en Villa Devoto y en las oficinas <strong>de</strong> la OEA e inclusive losperiodistas que cubren la actividad <strong>de</strong> la Comisión han advertido la presencia en las reuniones<strong>de</strong> prensa <strong>de</strong> personas que no es posible i<strong>de</strong>ntificar como personal <strong>de</strong> ninguno <strong>de</strong> los mediosperiodísticos conocidos” 83 .El reconocimiento y la justificación <strong>de</strong> los posibles excesos cometidos por miembros <strong>de</strong> lasfuerzas represoras legales en el marco <strong>de</strong> la llamada “lucha contra la subversión” pusieron también<strong>de</strong> manifiesto y otorgaron visibilidad a la dimensión oculta <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> personas.La explicación acerca <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> posibles “excesos <strong>de</strong> represión” fue el argumento oficial apartir <strong>de</strong> 1977 frente al aumento <strong>de</strong> las <strong>de</strong>nuncias por violaciones a los <strong>de</strong>rechos humanos. Clarín seplegó rápidamente a dicha interpretación argumentando que“Los expedientes <strong>de</strong> excepción a que fue necesario recurrir, por las modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la batallaempeñada, concitan la comprensión <strong>de</strong> la ciudadanía que quiere vivir en un ambiente <strong>de</strong>tranquilidad y paz, segura <strong>de</strong> que pue<strong>de</strong> trabajar, pensar y expresarse con entera libertad<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> normas pluralistas <strong>de</strong> convivencia y sin temor a los ataques arteros <strong>de</strong> losextremismos <strong>de</strong> izquierda y <strong>de</strong>recha que buscan violar su forma <strong>de</strong> vida y, en el fondo, llevar ala <strong>de</strong>mocracia a una crisis insuperable, <strong>de</strong> la cual no pueda restablecerse ya en mucho tiempomás” 84 .El relato acerca <strong>de</strong> la violencia política construido y difundido por el diario presentó comolegítima la respuesta represiva régimen, tanto en su versión legal como en la ilegal. El diariocontribuyó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus páginas a la legitimación <strong>de</strong> esta segunda modalidad <strong>de</strong>l ejercicio represivo apartir <strong>de</strong> la justificación <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> los métodos que las FFAA llamaron “no convencionales”,arguyendo que “La falta <strong>de</strong> actividad orgánica <strong>de</strong> la subversión obliga más que nunca a dar a larepresión un contenido no conformista. No se lucha contra los enemigos <strong>de</strong>l ser nacional argentino83 Clarín, 10/9/1979, p. 7.84 Clarín, Ed. “Los <strong>de</strong>rechos humanos”, 18/8/1978, p. 6. El <strong>de</strong>stacado es nuestro.


para fijar a la sociedad en el pasado sino para impulsarla hacia a<strong>de</strong>lante” 85 .A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> dar cuenta <strong>de</strong> la represión ilegal, las informaciones circulantes en el diario dieron cuenta<strong>de</strong> la magnitud <strong>de</strong>l plan represivo implementado por las FFAA. La dimensión acumulativa ycuantitativa <strong>de</strong>l mismo alcanzó estado público a partir <strong>de</strong> dos tipos <strong>de</strong> informaciones publicadas porel matutino: los listas <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenidos a disposición <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo Nacional (PEN) y los pedidos<strong>de</strong> habeas corpus realizados por familiares <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecidos. Ambos constituyeron una evi<strong>de</strong>nciapública <strong>de</strong>l amplio alcance <strong>de</strong> la represión.La publicación <strong>de</strong> extensas listas <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenidos a disposición <strong>de</strong>l PEN, lo que se llamó en la jergarepresiva, “blanqueados”, se fue constituyendo a lo largo <strong>de</strong> la dictadura en un acontecimientopolítico <strong>de</strong> importancia, que tenía lugar con mayor frecuencia en fechas cercanas a las fiestas <strong>de</strong> fin<strong>de</strong> año. El diario Clarín las convirtió en noticias en sus tapas y primeras páginas, al publicarlas<strong>completa</strong>s, sin importar su extensión. 1978 fue el año clave <strong>de</strong> publicación <strong>de</strong> estas nóminas que,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser una evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la dimensión <strong>de</strong> la represión, constituyeron una admisióninvoluntaria <strong>de</strong> los procedimientos ligados a la metodología <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> personas, enparticular, a la fase <strong>de</strong> secuestro y <strong>de</strong>tención ilegal, por parte <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s estatales. El“blanqueo” obe<strong>de</strong>cía al intento <strong>de</strong> otorgar cierta imagen <strong>de</strong> legalidad al po<strong>de</strong>r represivo. Noobstante es posible suponer que su difusión podría haber contribuido a alertar a la ciudadanía, y nosólo a los familiares <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenidos, acerca <strong>de</strong> la extensión <strong>de</strong> la represión y <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>tencióninstrumentado por las FFAA. Al respecto, cabe <strong>de</strong>stacar el caso <strong>de</strong> un titular que precedió a lapublicación <strong>de</strong> la nómina y en el que se lee “Establecieron el para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> 232 <strong>de</strong>saparecidos” 86 , enel que se liga, al menos discursivamente, el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los <strong>de</strong>saparecidos con las listas dadas aconocer por el Ministerio <strong>de</strong>l Interior.La aparición en las páginas <strong>de</strong>l diario <strong>de</strong> informaciones acerca <strong>de</strong> los pedidos <strong>de</strong> habeas corpusrealizados por familiares <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecidos constituyeron otro fragmento <strong>de</strong> la realidad <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<strong>de</strong>saparecedor que dio cuenta a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su dimensión y <strong>de</strong> sus procedimientos. El habeas corpuses un instrumento jurídico presente en la Constitución que garantiza la libertad personal <strong>de</strong>lindividuo, evitando su <strong>de</strong>tención arbitraria y dispone <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> presentar ante el juez atodo <strong>de</strong>tenido en un plazo perentorio, quien evaluará la justeza <strong>de</strong>l arresto. Fue un recurso utilizadopor los familiares <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecidos a fin <strong>de</strong> encontrarlos o al menos <strong>de</strong> tener noticias respecto <strong>de</strong> supara<strong>de</strong>ro. Entre 1976 y 1983 fueron presentados a la justicia más <strong>de</strong> 5000 87 . A pesar <strong>de</strong> que no tuvoéxito como instrumento jurídico, esos recursos fueron publicados en el diario, primero comoinformaciones aisladas en pequeños recuadros <strong>de</strong> la sección política y luego, cada vez con más85 Clarín, Ed “Los fines y los medios”, 10/4/77, p. 6. El <strong>de</strong>stacado es nuestro.86 Clarín, 13/4/1978, pp. 8 y 9.87 Novaro, Marcos y Palermo Vicente, La dictadura militar 1976/1983. Del golpe <strong>de</strong> Estado a la restauración<strong>de</strong>mocrática. Buenos Aires, Paidós, 2006, p. 287.


frecuencia, en noticias presentes en la sección “Opinión”, en la columna adyacente a los editoriales.Representación <strong>de</strong> la violencia, violencia <strong>de</strong> la representaciónLas diferentes informaciones presentes en el matutino ofrecieron imágenes que contrastabanostensiblemente con la univocidad <strong>de</strong> la línea editorial. Pero estas referencias no fueron siempreindirectas y durante el período analizado encontramos también representaciones manifiestas <strong>de</strong>lsistema <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición. La violencia y la crueldad injustificadas, la amplitud y sistematicidad <strong>de</strong>la represión estatal fueron una constante <strong>de</strong> las páginas <strong>de</strong>l matutino. El lenguaje con el que el diariorecreó lo que estaba ocurriendo fue en sí un lenguaje <strong>de</strong> la violencia. Las palabras con las que<strong>de</strong>scribió la represión implementada por las FFAA, <strong>de</strong>smienten que ella hubiera sido sólo, comoapareció en un editorial, la “serena respuesta <strong>de</strong> la parte más sana <strong>de</strong>l país” 88 . Ultimar, abatir,<strong>de</strong>scabezar, aplastar, cercar, <strong>de</strong>sarticular, golpear, <strong>de</strong>struir, sofocar, perseguir, fueron las palabrascon las que en el diario hizo referencia al vasto plan represivo clan<strong>de</strong>stino y su principal objetivo, la<strong>de</strong>saparición. La omnipresencia <strong>de</strong> la muerte y, lo que es peor aún, su cuantificación por centenaresa lo largo <strong>de</strong> las páginas <strong>de</strong>l diario, constituyen rastros bien perceptibles que contradicen elmonolitismo <strong>de</strong> la línea editorial.En febrero <strong>de</strong> 1976, un mes antes <strong>de</strong>l golpe, las noticias <strong>de</strong> hallazgos <strong>de</strong> cadáveres <strong>de</strong>personas muertas a balazos eran relativamente frecuentes. La crónica policial informaba sobre los<strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> personas asesinadas en confusas circunstancias <strong>de</strong> las cuales no se tenía mayorinformación. Luego <strong>de</strong>l golpe, ese tipo <strong>de</strong> noticias pier<strong>de</strong> frecuencia, pero no <strong>de</strong>saparece porcompleto. El 11 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1976 apareció publicada en la sección “Policía” una noticia en cuyotítulo se leía “Hallan otro cadáver en la costa atlántica uruguaya” 89 . El diario ofrecía unaexplicación <strong>de</strong>l asunto aludiendo a un supuesto “caso <strong>de</strong> los asiáticos” ligado al narcotráfico enMontevi<strong>de</strong>o. El 21 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong>l mismo año apareció una noticia similar pero que sorpren<strong>de</strong> por elnivel <strong>de</strong> <strong>de</strong>talle con el que se informa acerca <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> los cuerpos.“En esferas allegadas a la policía bonaerense, pudo establecerse que los bomberos voluntarios<strong>de</strong> El Palomar encontraron dos cadáveres, uno <strong>de</strong> una joven cuya cabeza estaba cubierta conuna capucha, y otro <strong>de</strong> una mujer, cuya edad oscilaría entre los 17 y 20 años y que estabavestida con tapado azul, pollera y pulover gris y zapatos negros (...) Otros cinco cuerpos conlas manos atadas con alambres, los ojos vendados y acribillados a balazos fueron halladosen las cercanías <strong>de</strong> Punta Lara. Fuentes policiales dijeron que tres <strong>de</strong> los cuerpos fueroni<strong>de</strong>ntificados como pertenecientes a Luciano Nandor, Juan Carlos Arriola y Eduardo JoséCardinalli, domiciliados en Ensenada y que se <strong>de</strong>sempeñaban como obreros <strong>de</strong> AFNE” 90 .Quizás la noticia más elocuente <strong>de</strong> esta serie sea la publicada en tapa el 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1976 y88 Clarín, Ed. “El asesinato <strong>de</strong>l jefe <strong>de</strong> Policía”, op. cit.89 Clarín, 11/5/1976, p. 18.90 Clarín, 21/6/1976, p. 16. El <strong>de</strong>stacado es nuestro.


titulada “Fueron hallados 30 cadáveres en Pilar”. En la página dos se explicaba que “oficialmenteno se suministró ninguna información sobre el hecho, salvo que el número <strong>de</strong> cadáveres en el lugarascien<strong>de</strong> a treinta (…). Sin embargo, por testimonios <strong>de</strong> los vecinos se supo que aproximadamente alas 4 <strong>de</strong> la madrugada se escuchó el tableteo <strong>de</strong> ametralladoras, el que fue seguido por una tremendaexplosión” 91 . Se trataba <strong>de</strong> lo que hoy se conoce como la “Masacre <strong>de</strong> Fátima”, el asesinato masivo<strong>de</strong> 30 personas que estaban <strong>de</strong>tenidas ilegalmente en la Superinten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Seguridad <strong>de</strong> la PolicíaFe<strong>de</strong>ral.En las noticias sobre hallazgos <strong>de</strong> cadáveres llama la atención la <strong>de</strong>scontextualización absoluta enque son presentadas las informaciones, la falta total <strong>de</strong> datos necesarios para compren<strong>de</strong>r losucedido así como la utilización <strong>de</strong> un formato y un lenguaje policial. A<strong>de</strong>más, la dimensiónacumulativa <strong>de</strong> la muerte y su representación manifiesta fue permanente en las noticias que, con unafrecuencia diaria, Clarín publicaba en 1976 y 1977 sobre supuestos enfrentamientos entre lasorganizaciones armadas y las “fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n” y en las que informan sobre las “bajas” en el“bando enemigo”. La muerte constituyó un evento periodístico cotidiano, aunque en el contextosignificante <strong>de</strong> la época, la humanidad <strong>de</strong> las víctimas fue arrebatada bajo la caracterización<strong>de</strong>shumanizante <strong>de</strong> “subversivos”.A modo <strong>de</strong> conclusión. Una reflexión sobre el problema <strong>de</strong> los grados <strong>de</strong> conocimiento y el tema<strong>de</strong> la complicidad civilEl modo en que la represión se entretejía en la trama discursiva <strong>de</strong> las páginas <strong>de</strong>l diario y filtraba loque sucedía con la metodología <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> personas constituye una evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> laelasticidad y porosidad <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>cible durante la dictadura. La permanencia <strong>de</strong> canalesabiertos a partir <strong>de</strong> los cuales algo <strong>de</strong> la clan<strong>de</strong>stinidad <strong>de</strong> la violencia <strong>de</strong>sbordaba hasta impregnardiversos intersticios por los que discurría la comunicación y la información accesible a lasociedad 92 , a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> temor y parálisis que engendrarían en la población, permitematizar algunas afirmaciones acerca <strong>de</strong>l total ahogo y eliminación <strong>de</strong>l espacio público durante ladictadura. Si bien el mensaje que se comunicaba, por sus efectos sociales, era en parte funcional alos objetivos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r castrense, sería ingenuo imaginar que este mantenía un control absolutosobre la información y los grados <strong>de</strong> conocimiento <strong>de</strong> la sociedad, menos aún sobre los posiblesusos y apropiaciones <strong>de</strong> los mensajes.91 Clarín, 21/8/1976, p. 2.92 Bien interesante resulta en este punto el análisis realizado por Florencia Levín en su tesis doctoral sobre el humorgráfico <strong>de</strong>l diario Clarín y las representaciones que allí aparecen sobre la represión e incluso la tortura. Levín, Florencia,“En los límites <strong>de</strong> lo representable. Víctimas, verdugos y mecanismos <strong>de</strong> la represión clan<strong>de</strong>stina en la óptica <strong>de</strong> loshumoristas <strong>de</strong>l diario Clarín, 1973-1983” en Congress of the Latin American Studies Association, Toronto, CanadáOctubre 6-9, 2010; “De matones, represores y miembros <strong>de</strong> la pesada en el humor gráfico <strong>de</strong>l diario Clarín – Argentina1973-1983”, en Diálogos <strong>de</strong> la Comunicación Nº78, Julio- Diciembre 2009.


Sin preten<strong>de</strong>r saldar el <strong>de</strong>bate acerca <strong>de</strong> los grados <strong>de</strong> conocimiento <strong>de</strong> la sociedad sobre lasviolaciones a los <strong>de</strong>rechos humanos, se consi<strong>de</strong>ra que un estudio como el que se realiza pue<strong>de</strong>contribuir a examinar la cuestión <strong>de</strong>l conocimiento circulante a nivel social problematizando lasvisiones bipolares según las que se conocía o se ignoraba la situación y en relación con esto, se eracómplice o víctima respectivamente. Como señala Emilio Crenzel, “ignorar y conocer son dosextremos <strong>de</strong> un arco con muchos matices” 93 y en lugar <strong>de</strong> estas interpretaciones dicotómicas habríaque <strong>de</strong>cir que existen grados variables <strong>de</strong> conocimiento y el saber sobre lo que estaba sucediendoera integrado en los esquemas <strong>de</strong> sentido y significación <strong>de</strong> la época para su comprensión.A pesar <strong>de</strong> que exce<strong>de</strong> el alcance <strong>de</strong> este estudio, dado el “punto ciego” que aún constituye elanálisis <strong>de</strong> la recepción <strong>de</strong> los discursos mediáticos, se consi<strong>de</strong>ra no obstante válido reflexionar entorno al modo en que los medios masivos <strong>de</strong> comunicación contribuyeron a generar la apatía y laindiferencia <strong>de</strong> la sociedad frente a los hechos criminales perpetrados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Estado. Si biendifícilmente la lectura <strong>de</strong>l diario analizado hubiese bastado para un conocimiento completo <strong>de</strong> losmecanismos represivos <strong>de</strong> la dictadura y <strong>de</strong> su dimensión, es posible hipotetizar que la hegemonía<strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> la “guerra sucia” y <strong>de</strong> la representación <strong>de</strong>l “subversivo” como el otro negativo nonormalizablepresentes en este y otros diarios permitió neutralizar, al menos por algunos años, elimpacto que pudiera tener sobre los lectores la permanencia <strong>de</strong> la violencia, la <strong>de</strong>saparición y lamuerte <strong>de</strong> personas en sus páginas. De forma similar, algunas propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l género periodísticocomo la tipificación <strong>de</strong> la información, el recorte <strong>de</strong> elementos subjetivos que <strong>de</strong>sbordan sulenguaje (como por ejemplo las fotografías <strong>de</strong> las víctimas) y cierto efecto <strong>de</strong> acostumbramientoproducido por la rutinización pudieron haber contribuido en esa especie <strong>de</strong> “anestesiamientomoral” 94 que, unido a la clan<strong>de</strong>stinización <strong>de</strong> gran parte <strong>de</strong> la represión, permitiría explicar, almenos en parte, la actitud prescin<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> gran parte <strong>de</strong> la sociedad ante las violaciones a los<strong>de</strong>rechos humanos que tenían lugar en el país.Finalmente, a través <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> estas alusiones implícitas a partir <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> lo “no dicho”,se buscó recuperar los matices y las cuestiones problemáticas propias <strong>de</strong> la comunicaciónperiodística en un contexto autoritario, y a su vez, repensar el diario como un actor político confisuras, nunca compacto ni con un discurso monolítico y unívoco, sino caracterizado por lapolifonía que es propia <strong>de</strong> toda enunciación 95 .Bibliografía- Aguila, Gabriela, “El ejercicio <strong>de</strong> la represión en la Argentina”, en: Franco, Marina y Ramírez,Hernán R. (eds.), Las dictaduras <strong>de</strong>l Cono Sur, en prensa.93 Crenzel, Emilio, La historia política <strong>de</strong>l Nunca Más, Buenos Aires, Siglo XXI, 2008, p. 38.94 Novaro Marcos y Palermo Vicente, op. cit., p. 134.95 Este concepto hace referencia a la pluralidad <strong>de</strong> voces que usualmente conviven en los enunciados periodísticos.Maingueneau, Dominique, Análisis <strong>de</strong> textos <strong>de</strong> comunicación. Buenos Aires, Nueva Visión, 2009, pp. 145-158.


- Aguila, Gabriela, Dictadura, represión y sociedad en Rosario. Un estudio sobre la represión lasactitu<strong>de</strong>s y comportamientos sociales en dictadura. Buenos Aires, Prometeo, 2008.- Corradi, Juan E., “El método <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción. El terror en la Argentina”, en Quiroga H. y Tcach C.(comps.), A veinte años <strong>de</strong>l golpe. Con memoria <strong>de</strong>mocrática. Homo Sapiens Ed., Rosario,1996.- Crenzel, Emilio, La historia política <strong>de</strong>l Nunca Más, Buenos Aires, Siglo XXI, 2008.- Eco, Humberto, “El lector mo<strong>de</strong>lo”, en: Lector in Fabula, Barcelona, Lumen, 1987.- Franco, Marina, Un enemigo para la nación. Or<strong>de</strong>n interno. Violencia y “subversión”, 1973-1976.Buenos Aires, Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 2012.- García Castro, Antonia, “Por un análisis político <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición forzada”, en: Richard Nelly(ed.), Políticas y estéticas <strong>de</strong> la memoria. Chile, Editorial Cuarto Propio, 2006.- Levín, Florencia, “De matones, represores y miembros <strong>de</strong> la pesada en el humor gráfico <strong>de</strong>l diarioClarín – Argentina 1973-1983”, en Diálogos <strong>de</strong> la Comunicación Nº78, Julio- Diciembre 2009.- Levín, Florencia, “En los límites <strong>de</strong> lo representable. Víctimas, verdugos y mecanismos <strong>de</strong> larepresión clan<strong>de</strong>stina en la óptica <strong>de</strong> los humoristas <strong>de</strong>l diario Clarín, 1973-1983” en Congress ofthe Latin American Studies Association, Toronto, Canadá Octubre 6-9, 2010.- Maingueneau, Dominique, Análisis <strong>de</strong> textos <strong>de</strong> comunicación. Buenos Aires, Nueva Visión, 2009.- Novaro, Marcos y Palermo Vicente, La dictadura militar 1976/1983. Del golpe <strong>de</strong> Estado a larestauración <strong>de</strong>mocrática. Buenos Aires, Paidós, 2006.- Vezzetti, Hugo, Pasado y presente. Guerra, dictadura y sociedad en Argentina. Buenos Aires,Siglo XXI, 2002.


Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>.8, 9 y 10 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2013Campus Miguelete | 25 <strong>de</strong> Mayo y Francia | San Martín• Autor/a: Cecilia Gárgano• Mesa 11: Historia, política y memoria en el Cono Sur• Pertenencia institucional: Centro Babini (EHU-UNSAM), CONICET• Autorización para publicación: Sí.


Ciencia y Dictadura en Argentina: la intervención <strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong> ciencia y técnica(1976-1983). Una propuesta <strong>de</strong> abordaje.Cecilia Gárgano ∗I. Ciencia, tecnología y dictadura: interrogantes pendientesLa intervención realizada durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983) argentina en lasinstituciones que integran el complejo científico-tecnológico local, constituye una temáticaescasamente explorada en los estudios sobre el pasado reciente. Mientras que los estudioseconómicos prácticamente no han incorporado análisis empíricos sobre la producción local <strong>de</strong>ciencia y tecnología (CyT) en las principales instituciones en este período, el impacto represivo enlos organismos <strong>de</strong> ciencia y técnica no ha sido sistemáticamente indagado por los estudios sociales<strong>de</strong> la ciencia, ni por la historiografía. ¿Qué cambios y qué continuida<strong>de</strong>s registró la produccióncientífica y tecnológica nacional en este período? ¿Qué conexiones mantuvo con las políticassectoriales (nuclear, industrial, agropecuaria, científica) y con las transformaciones económicas?¿Cómo fueron implementados los mecanismos represivos en estos ámbitos y qué impactó tuvieronen las agendas <strong>de</strong> investigación? ¿De qué manera la producción pública <strong>de</strong> conocimiento se viomodificada? ¿Cómo se articularon las memorias institucionales, las marcas en los cuerposcientífico-técnicos y los retornos en <strong>de</strong>mocracia? Estos y otros interrogantes atraviesan la miradasobre el complejo científico-tecnológico argentino durante la última dictadura. La ausencia <strong>de</strong>estudios en profundidad y <strong>de</strong> una mirada panorámica sobre el conjunto <strong>de</strong> las trayectoriasinstitucionales para el período se presenta como una cuenta pendiente, tanto para abordar ladinámica histórica <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> CyT, como para analizar sus implicancias presentes.Esta <strong>ponencia</strong> presenta una aproximación a la temática ciencia-tecnología-dictadura, a partir <strong>de</strong>: a)una sintética revisión <strong>de</strong> estudios previos y la elaboración <strong>de</strong> nuevos ejes analíticos propuestos paraabordar la temática en el marco <strong>de</strong> un proyecto <strong>de</strong> investigación <strong>de</strong> reciente formulación, radicadoen el Centro <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> la Ciencia y la Técnica José Babini (UNSAM); b) unanálisis <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong>l INTA, a partir <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> materiales <strong>de</strong> investigación, entrevistas aintegrantes y ex integrantes <strong>de</strong>l <strong>Instituto</strong> y documentos institucionales. Lejos <strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r zanjar eneste espacio las múltiples problemáticas involucradas, el objetivo es fomentar un <strong>de</strong>bate pendienteaportando herramientas <strong>de</strong> análisis e interrogantes <strong>de</strong> investigación, y presentar resultados <strong>de</strong>investigaciones en curso.I. Historia reciente, estudios CTS: viejos problemas y nuevos ejes analíticos∗ Centro <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> la Ciencia y la Técnica José Babini (UNSAM)- CONICET.c.gargano@conicet.gov.ar ; garganocecilia@gmail.com


El campo historiográfico constituido en torno al estudio <strong>de</strong> la historia reciente ha crecido en formasignificativa en los últimos años. Sin embargo, las condiciones <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> ciencia ytecnología durante la última dictadura y su conexión con la dinámica económica y socio-política <strong>de</strong>lperíodo, no han sido exploradas en profundidad. Des<strong>de</strong> los <strong>Estudios</strong> <strong>Sociales</strong> sobre la Ciencia y laTecnología, Hebe Vessuri (1992: 360) indica que las ciencias sociales recibieron los ataques másfrontales. Nun (1995: 76) <strong>de</strong>staca que “<strong>de</strong>saparecieron <strong>de</strong> la agenda pública los problemas <strong>de</strong> laciencia y la tecnología”, mientras que Albornoz (2004:83) sugiere que la política científica ytecnológica fue reorientada hacia temáticas <strong>de</strong> interés <strong>de</strong>l régimen, y en la compilación realizadapor Oteiza (1992) se señala la reubicación <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> CyT en ámbitos extra-universitarios(Casalet, 1992:239). En este sentido, Adler (1987: 103) <strong>de</strong>dica un capítulo al estudio <strong>de</strong> la política<strong>de</strong> CyT argentina entre 1966 y 1982, <strong>de</strong>stacando la reorganización <strong>de</strong> la Finalidad 8 <strong>de</strong>l presupuestonacional (CyT). Por su parte, Dickson (1988) aporta una clave significativa al marcar un giro en laspolíticas <strong>de</strong> CyT en los Estados Unidos a partir <strong>de</strong> 1980, con un impacto general a nivel mundial yparticular para América Latina. A partir <strong>de</strong> estudios económicos y sectoriales, Nochteff (1994) haanalizado las políticas científicas y tecnológicas <strong>de</strong>l siglo XX <strong>de</strong>stacando cómo la transformación<strong>de</strong> la estructura industrial a partir <strong>de</strong> 1976 disminuyó la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> CyT; mientras que Azpiazu,Basualdo y Nochteff (1988:40) subrayaron la sincronía entre las políticas <strong>de</strong> apertura económica yla exclusión local <strong>de</strong>l nuevo paradigma tecno-económico, en la misma línea que Chudnovsky yLópez (1996:43). Estos enfoques aportan herramientas necesarias para contextualizar el estado <strong>de</strong>los organismos <strong>de</strong> ciencia y técnica, pero no se han propuesto realizar estudios empíricos sobre lasdinámicas institucionales. Existen también algunos estudios <strong>de</strong> caso vinculados al sector nuclear,Oteiza (1992: 42) cataloga a la CNEA (Comisión Nacional <strong>de</strong> Energía Atómica) como un “casoparadigmático” <strong>de</strong>bido a su consolidación como actor capacitado en el sector energético y el área <strong>de</strong><strong>de</strong>fensa. Hurtado (2009; 2010) ha resaltado la posición estratégica <strong>de</strong>l área nuclear, la asignación <strong>de</strong>ingentes recursos a las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l sector nuclear y ha referido al período, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una miradaa largo plazo <strong>de</strong> la ciencia en el país. Por otro lado, si bien existe una amplia literatura sobre larepresión ejercida en el ámbito universitario (Pérez Lindo, 1985; Kaufmann, 2003; Pagano, 2004;entre otros), a excepción <strong>de</strong> una recopilación <strong>de</strong> testimonios realizada por el INTI (INTI, 2006) y <strong>de</strong>las <strong>de</strong>nuncias realizadas por la AAAS 96 (Stover, 1981) no se cuenta con estudios académicos queanalicen la introducción <strong>de</strong> mecanismos represivos en los organismos <strong>de</strong>l complejo científicotecnológicolocal, ni su impacto en las agendas <strong>de</strong> investigación. Finalmente, la relación historiamemoriaha sido escasamente indagada en relación a trayectorias <strong>de</strong> investigación y dinámicasinstitucionales en estos ámbitos (Spivak, 2013). Dentro <strong>de</strong> la bibliografía internacional que estudia96 El informe <strong>de</strong> la AAAS (American Association for the Advancement of Science) “Scientists and Human Rights inArgentina since 1976” recopilaba testimonios y casos, incluyendo una lista <strong>de</strong> científicos, ingenieros, profesionales<strong>de</strong> la salud y estudiantes <strong>de</strong>saparecidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> marzo <strong>de</strong>l 1976.


la vinculación entre autoritarismos y prácticas <strong>de</strong> investigación y <strong>de</strong>sarrollo tecnológico bajo otroscontextos históricos, Saraiva y Wise (2010) reflexionan sobre las conexiones entre po<strong>de</strong>resmilitares, conocimientos científicos y producción <strong>de</strong> tecnologías. Aunque centrados en coyunturas yprocesos diversos, y divergentes en relación al caso argentino, el análisis <strong>de</strong> prácticas <strong>de</strong>investigación bajo distintos regímenes autoritarios aporta elementos para pensar problemas talescomo la relación entre el Estado y los científicos, la conformación <strong>de</strong> tramas económicascorporativas ligadas a la producción <strong>de</strong> saberes, los efectos <strong>de</strong> los aparatos represivos sobre ámbitos<strong>de</strong> investigación y la conexión entre intereses civiles, militares y académicos.Dentro <strong>de</strong> las relevantes producciones aludidas se observa un área <strong>de</strong> vacancia general y dosespecíficas: i) la ausencia <strong>de</strong> un estudio en profundidad <strong>de</strong> las trayectorias <strong>de</strong> instituciones <strong>de</strong> CyTdurante la última dictadura militar (1976-1983); ii) la falta <strong>de</strong> estudios que analicen la producciónpública <strong>de</strong> ciencia y tecnología y su vinculación con las transformaciones económicas registradas enel período; iii) la falta <strong>de</strong> análisis que consi<strong>de</strong>ren los efectos <strong>de</strong> mecanismos represivos eninstituciones <strong>de</strong> CyT y las reacciones <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> científicos, técnicos e ingenieros.La producción pública <strong>de</strong> ciencia y tecnología, su vinculación con las transformaciones económicasregistradas en el período, así como los efectos <strong>de</strong> la introducción <strong>de</strong> mecanismos represivos eninstituciones <strong>de</strong> CyT, se presenta como un objeto sobre el que resta reconstruir y profundizar. Apartir <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> instituciones abocadas a áreas centrales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo científico-tecnológico<strong>de</strong>l país (agro, industria, energía nuclear) nos proponemos avanzar en el análisis <strong>de</strong>: i) cambios enlas agendas <strong>de</strong> investigación; ii) composición <strong>de</strong>l cuerpo científico-técnico; iii) articulación con laspolíticas sectoriales; iv) efectos <strong>de</strong> la introducción <strong>de</strong> mecanismos represivos.La estructuración <strong>de</strong> los siguientes ejes analíticos, orientarán la mirada propuesta para las distintastrayectorias <strong>de</strong> los principales organismos (INTA; INTI; CNEA; CONICET): I) rupturas ycontinuida<strong>de</strong>s en la apropiación privada <strong>de</strong>l conocimiento científico-tecnológico; II) articulaciónentre agendas científicas y cambios en el proceso nacional <strong>de</strong> acumulación; III) penetración <strong>de</strong>mecanismos represivos en los ámbitos <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> conocimiento científico-tecnológico.El objetivo final <strong>de</strong> estos lineamientos <strong>de</strong> investigación, y su articulación propuesta en un proyecto<strong>de</strong> investigación 97 , buscará i<strong>de</strong>ntificar continuida<strong>de</strong>s y rupturas en la promoción <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> CyT y aportar nuevos conocimientos para analizar la orientación que tomó la produccióncientífica y tecnológica nacional.II. 1. El INTA: mecanismos <strong>de</strong> apropiación privada <strong>de</strong> conocimiento público, <strong>de</strong>sestructuración yfragmentaciónSi bien existían distintas iniciativas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo, recién en 1956 con la creación <strong>de</strong>l97 Asentado en el Centro <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> la Ciencia y la Técnica José Babini (EHU-UNSAM).


INTA se institucionalizó la investigación y extensión dirigida al sector agropecuario. Bajo lanecesidad <strong>de</strong> “tecnificar al agro”, en el marco <strong>de</strong> un fuerte estancamiento <strong>de</strong> los saldos exportables(INTA, 1997) el <strong>Instituto</strong> se organizó en base a una fuerte infraestructura territorial medianteestaciones experimentales y agencias <strong>de</strong> extensión rural diseminadas a lo largo <strong>de</strong>l país. A partir <strong>de</strong>estructuras pre-existentes (las viejas estaciones experimentales y un Centro Nacional <strong>de</strong>Investigaciones Agropecuarias) y nuevas unida<strong>de</strong>s, se convirtió en un referente para sus pareslatinoamericanos y el primer instituto en su tipo en la región.A continuación, se presenta una sintética revisión <strong>de</strong> los cambios producidos en el período bajoanálisis en algunas áreas <strong>de</strong> acción <strong>de</strong>l <strong>Instituto</strong>. En particular, nos referiremos a: activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>investigación en genética vegetal orientadas a la producción <strong>de</strong> semillas, investigaciones engenética animal, estudios <strong>de</strong> economía y sociología rural y el perfil adoptado por la extensión rural.Las transformaciones <strong>de</strong>l sector agropecuario <strong>de</strong>l período se caracterizaron por el incrementosignificativo <strong>de</strong> la producción agrícola pampeana (Balsa, 2006), fuertemente ligado al mejoramientogenético incorporado a las semillas. Las nuevas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> alto rendimiento <strong>de</strong> trigo y loshíbridos <strong>de</strong> maíz (también <strong>de</strong> sorgo y girasol) constituyeron el eje <strong>de</strong> las semillas mejoradasobtenidas, mientras se producía la introducción <strong>de</strong> la soja. La expansión agrícola se caracterizó pormantener el acceso a las innovaciones restringido a los gran<strong>de</strong>s productores capitalizados,habilitados para reimplantar las nuevas varieda<strong>de</strong>s, incorporar los insumos y maquinaria “<strong>de</strong> punta”,y realizar los tratamientos sanitarios correspondientes.Durante las primeras etapas <strong>de</strong> la actividad, la experimentación y difusión genética <strong>de</strong> cultivos fuemayoritariamente oficial, sobresaliendo el papel <strong>de</strong>l INTA en la generación y difusión <strong>de</strong> nuevostrigos mejorados (los “trigos mejicanos” provistos por el Centro Internacional <strong>de</strong> Mejoramiento <strong>de</strong>Maíz y Trigo) y maíces híbridos. También tuvo un rol <strong>de</strong>stacado en la introducción y adaptación <strong>de</strong>la soja, cuando aún no era un cultivo rentable y dominado por gran<strong>de</strong>s capitales.Los sistemas públicos <strong>de</strong> investigación tuvieron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios políticas <strong>de</strong> libre acceso a susmateriales e investigaciones. Mientras que el INTA mantuvo siempre sus investigaciones “abiertas”para su uso y acceso, la actividad privada fue incorporando sucesivas restricciones que“resguardaron” sus materiales. Una conocida resolución <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Agricultura estableció en1959, durante el gobierno <strong>de</strong> Frondizi, que los híbridos comerciales tendrían la categoría <strong>de</strong>pedigree cerrado para los cultivares híbridos <strong>de</strong> las empresas privadas; lo que les permitió manteneren reserva sus líneas e híbridos simples, otorgándoles una protección similar a una patente (INTA,1997). Como contrapunto, para las instituciones públicas se exigía pedigree abierto, lo quesignificaba que, como bien público, la información sobre los híbridos <strong>de</strong>sarrollados <strong>de</strong>bía ce<strong>de</strong>rse aquien lo requiriera. El sector privado, amparado en la nueva legislación y en el acceso al material<strong>de</strong>sarrollado por el INTA, incrementó significativamente sus inscripciones y fue realizando sus


investigaciones en fitomejoramiento a partir <strong>de</strong> los maíces <strong>de</strong>sarrollados por el sectorpúblico(Gutiérrez, 1986). La industria privada <strong>de</strong> semillas comenzó produciendo híbridos cuyaslíneas progenitoras habían sido <strong>de</strong>sarrolladas por instituciones públicas como el INTA. Mientrastanto, no se instrumentó ninguna instancia oficial que articulara los conocimientos científicotecnológicosgenerados en un emprendimiento público. Años <strong>de</strong>spués, el interventor civil <strong>de</strong>signadopor la última dictadura al frente <strong>de</strong>l INTA –activo inversor <strong>de</strong>l grupo La Matona S.A. – firmaba unaresolución tendiente a direccionar la actividad institucional en mejoramiento genético. Fechada el12 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1979, explicitaba la necesidad <strong>de</strong> enmarcar esta actividad “<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la políticaeconómica <strong>de</strong> subsidiaridad <strong>de</strong>l Estado fijada por el Superior Gobierno” (INTA, 1979) y resolvíaque el INTA proporcionaría a los cria<strong>de</strong>ros que lo solicitasen material <strong>de</strong> crianza <strong>de</strong> las diversasespecies.El establecimiento <strong>de</strong> pautas para la cesión o transferencia <strong>de</strong> materiales privilegiaría la apropiaciónprivada <strong>de</strong> las investigaciones realizadas en el ámbito público. El centro <strong>de</strong>l esfuerzo eninvestigación para el <strong>de</strong>sarrollo tecnológico en estas áreas fue financiado por el Estado, que seerigió como vehiculizador <strong>de</strong> las mismas en el sector. Si los costos fueron cubiertos en formapública, no ocurrió lo mismo con los beneficios. Una dinámica histórica, atravesada por lamigración al ámbito privado <strong>de</strong> profesionales, materiales <strong>de</strong> investigación, recursos y capacida<strong>de</strong>s,se intensificaría en este período, amplificada por las transformaciones económicas en curso, laorientación <strong>de</strong> las políticas sectoriales y las características <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>l agro.En materia <strong>de</strong> genética animal, una novedosa línea <strong>de</strong> trabajo resultó interrumpida con laintervención. Un equipo <strong>de</strong> investigación radicado en una <strong>de</strong> las principales estacionesexperimentales <strong>de</strong>l INTA, en Pergamino, trabajaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1962 buscando lograr una seleccióngenética aviar. El objetivo era generar gallinas ponedoras que, por el tipo <strong>de</strong> alimentación empleada,no <strong>de</strong>pendieran <strong>de</strong>l alimento balanceado comercial, ni utilizaran tampoco insumos veterinarios.Pensada a una escala no industrial, sino para poblaciones con dietas <strong>de</strong>ficitarias <strong>de</strong> regiones conamplia disponibilidad <strong>de</strong> sorgo y harina <strong>de</strong> algodón (elementos en los que se basaba la dietaexperimental), se buscaba que la experiencia aportara elementos para lograr una línea genéticanacional (Kraft, 1968). En el marco <strong>de</strong> la intervención <strong>de</strong>l organismo, y en particular <strong>de</strong> la estaciónexperimental <strong>de</strong> Pergamino (una <strong>de</strong> las que registró la mayor cantidad <strong>de</strong> cesantías), en 1976 elequipo fue dispersado, su responsable <strong>de</strong>jado cesante y las 2400 aves que al momento integraban laselección <strong>de</strong>stinadas a faena (Kraft, 2012, entrevista).Por otro lado, una experiencia pionera en formación <strong>de</strong> posgrado, la Escuela <strong>de</strong> Graduados enCiencias Agropecuarias, organizada en función <strong>de</strong> un convenio entre el INTA, la UBA, la UNLP yel IICA fue clausurada y <strong>de</strong>scontinuadas las maestrías. Asimismo, buena parte <strong>de</strong> los equipos <strong>de</strong>Economía y Sociología rural fueron <strong>de</strong>smantelados o reorganizados, en tanto en su composición


como en sus contenidos <strong>de</strong> investigación. Dejaron <strong>de</strong> lado los gran<strong>de</strong>s problemas estructurales <strong>de</strong>lagro y la acuciante <strong>de</strong>sintegración a nivel nacional, que en forma asistemática y en disputa habíancomenzado a encarar durante 1973 y 1974 (INTA, 1974), para concentrarse en cálculos y costos anivel micro, en forma fragmentada y en <strong>de</strong>sconexión con las gran<strong>de</strong>s problemáticas sociales yeconómicas <strong>de</strong>l medio rural (Gárgano, 2011).En cuanto al área <strong>de</strong> extensión rural, vía <strong>de</strong> contacto territorial directo, fue particularmentereorganizada por consi<strong>de</strong>rar que se encontraba en un estado <strong>de</strong> “<strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> coordinación ycontrol” (INTA, 1978: 11). Precisamente, en los años previos al golpe, extensionistas en contactocon las problemáticas sociales y económicas <strong>de</strong>l medio, habían incorporado herramientasprovenientes <strong>de</strong> la educación popular (Alemanny, 2009) y muchos buscaban un sentido políticoalternativo al tradicional en su tarea. La presencia a nivel territorial disminuyó y transformó superfil, promoviendo un discurso que se <strong>de</strong>dicó a promover conductas “empresariales”, y a alentar enforma creciente el contacto con los productores fuertemente capitalizados.Simultáneamente a la reorganización <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s, al interior <strong>de</strong>l INTA se configuraban otrasreor<strong>de</strong>naciones.II. 2. “Fuga <strong>de</strong> cerebros”, retornos y memorias en disputaTomando como hito la Noche <strong>de</strong> los Bastones Largos, represión y universidad cristalizaron unaprimera imagen sobre la que se volvería en buena parte <strong>de</strong> las referencias a la existencia <strong>de</strong> una“fuga <strong>de</strong> cerebros” (Oteiza, 1992). Sin embargo, las explicaciones ligadas a esta temáticafrecuentemente suelen evitar discutir dos aspectos: el contenido político <strong>de</strong> esta “fuga” y lasimplicancias conflictivas <strong>de</strong> los retornos.El INTA había sido objeto <strong>de</strong> una fuerte escalada represiva durante su intervención en 1976, quearrojó el saldo <strong>de</strong> cuatro trabajadores <strong>de</strong>tenidos-<strong>de</strong>saparecidos, al menos dos operativos militarescon <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenidos, una reorganización <strong>de</strong> los cuadros institucionales y 794 cesantías. Con lallegada <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, en 1984 la Dirección Nacional <strong>de</strong>l INTA aceptó el reingreso <strong>de</strong> todosaquellos que habían sido separados <strong>de</strong>l organismo durante la intervención. Dos problemáticasprincipales surgen en relación a este contexto. En primer lugar, ¿qué implicó el retorno <strong>de</strong> estosinvestigadores y técnicos al organismo? En segunda instancia, ¿cómo fueron articuladas estascircunstancias en las memorias sociales <strong>de</strong>ntro y fuera <strong>de</strong>l INTA?Pon<strong>de</strong>rando un accionar técnico entendido como neutral, y por en<strong>de</strong> <strong>de</strong>svinculado <strong>de</strong> los conflictospolíticos y sociales <strong>de</strong>l período, un ex directivo <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las estaciones experimentales <strong>de</strong>l INTAafirmaba:“El INTA siempre creció y no tuvo problemas internamente por las situaciones <strong>de</strong>lpaís. Tuvo un poquito <strong>de</strong> problemas Castelar, que los gremios entraron en


conflicto. Pero acá no hemos tenido ni huelgas, ni paros…” 98En otros casos, la referencia aparece ligada a una presencia implícita, pero conocida:“se hablaba, se rumoreaba, que había <strong>de</strong>saparecidos, que había sido muy<strong>de</strong>sagradable en el ´76 todos los piquetes <strong>de</strong>l ejército en las puertas <strong>de</strong> INTACastelar con listas (...) De hecho se llevaron un montón presos que <strong>de</strong>spués conocícon la vuelta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia porque volvieron a reincorporarse al INTA.” 99Y, finalmente, en muchas otras instancias, se señala a antiguos directivos (jefes <strong>de</strong> áreas, directores<strong>de</strong> agencias y experimentales) como los facilitadores y/o hacedores <strong>de</strong> las listas que trajo consigo laintervención militar: “cuando yo miro en este momento gente que está en cargos gerenciales, o quese han jubilado pero han estado en cargos gerenciales muy altos, es la gente que elaboró las listasnegras” 100 . En este contexto, cuando los testimonios incluyen referencias ligadas a cómo se articulóla llegada <strong>de</strong> la represión con la idiosincrasia <strong>de</strong> la institución- “Había mucho patrón <strong>de</strong> estancia.Tipos que te marcaban, más si estabas en una Experimental chica…” 101 - un interrogantefundamental es cómo se produjeron los retornos y en qué medida la convivencia entre losreingresantes y aquellos que permanecieron configuró un <strong>de</strong>terminado marco <strong>de</strong> acción y <strong>de</strong>rememoración <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l espacio <strong>de</strong>l INTA. Un investigador que fuera <strong>de</strong>jado cesante en 1976 yreincorporado en 1985, recuerda que el día <strong>de</strong> su reincorporación fue ubicado en la misma oficina, yhasta en el mismo escritorio:“Inclusive yo tenía un vidrio sobre el escritorio con un montón <strong>de</strong> cosas y estabaigual. Nueve años <strong>de</strong>spués volvía. Como si no hubiese pasado nada. Y esa era lahistoria…“acá no pasó nada”.La reincorporación aparece entonces como un intento “<strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba”, exitoso en más <strong>de</strong> un aspecto,por clausurar con una revisión parcial el período. Al mismo tiempo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus propios sujetos, esaclausura se tradujo en la interrupción <strong>de</strong> buena parte <strong>de</strong> los trabajos, en la ausencia <strong>de</strong> unarearticulación en los distintos ámbitos <strong>de</strong> socialización (gremiales, <strong>de</strong> investigación y cotidianos).La necesidad <strong>de</strong> re-politizar el significado <strong>de</strong> los exilios en este ámbito se liga, simultáneamente, arecuperar tanto los contextos en los que se produjeron como la existencia <strong>de</strong> “agendas <strong>de</strong>investigación en disputa” asociadas a <strong>de</strong>terminadas cosmovisiones y conflictos en torno alsignificado político <strong>de</strong> producir ciencia y tecnología. Para quién y cómo orientar la producciónpública <strong>de</strong> conocimiento era también una disputa, sostenida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> posiciones heterogéneas, queparece difuminarse bajo la amplia consigna <strong>de</strong> la “fuga <strong>de</strong> cerebros”.98 Entrevista a ex director <strong>de</strong> la EEA <strong>de</strong> INTA Balcarce. Balcarce, 10/11/2009.99 Entrevista a ex becario <strong>de</strong> INTA Castelar, ingresante en 1979 y actual investigador <strong>de</strong>l <strong>Instituto</strong>. Buenos Aires,7/10/2012.100 Entrevista a Investigadora <strong>de</strong>l INTA <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1969. Bs. As., 15/07/2010.101 Entrevista a extensionista <strong>de</strong>l INTA, Bs. As., diciembre 2012.


Al mismo tiempo, la visión subjetiva se anclaba en otra ligada a la situación general, vinculada a losefectos presupuestarios y <strong>de</strong> reorientación <strong>de</strong> la política agropecuaria. El 14 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1981, elConsejo Directivo <strong>de</strong>l INTA realizaba una <strong>de</strong> sus reuniones. En esa oportunidad, uno <strong>de</strong> los puntos<strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día se refería a la a las medidas a “<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong> restricción presupuestariadispuesta por el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo” 102 . Luego <strong>de</strong> manifestar “el Consejo Directivo comparte lanecesidad <strong>de</strong> reducir el gasto público en los más diversos ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l país” 103 , Santiago GarcíaCuerva, por entonces presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l organismo, compartió las recomendaciones que habían llegado<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Secretaría <strong>de</strong> Agricultura, mediante una nota firmada por Jorge Aguado. En ella se<strong>de</strong>tallaban los pasos a seguir: reducción <strong>de</strong> cargos ocupados en planta y <strong>de</strong> personal contratado,congelamiento salarial y ajuste presupuestario general. La necesidad <strong>de</strong> “racionalización”encontraría argumentos diversos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l INTA. Su formulación iba a ligarsedirectamente con la “reorganización” <strong>de</strong>l espacio (material y social) <strong>de</strong>l <strong>Instituto</strong>. Sobre las medidas‘bajadas’ por el ministro <strong>de</strong> agricultura, los directivos <strong>de</strong>l INTA avanzaban pidiendo lareimplantación <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> prescindibilidad, que les permitiera volver a “hacer el saneamiento quecorresponda” 104 . El director nacional explicaba que las medidas <strong>de</strong>bían “ser aleccionadoras” para elconjunto <strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong>l organismo. Su funcionamiento se explicaba claramente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> queel gobierno <strong>de</strong> María Estela Martínez <strong>de</strong> Perón habilitara la prescindibilidad:“Des<strong>de</strong> el año 1974 hasta el año 1980 hay 600 personas que han sido eliminadas,salvo las cesantías dispuestas por la Resolución <strong>de</strong>l Interventor Militar, CapitánHeredia. En el año 1978 se hace nuevamente una buena limpieza, lo mismo que enel año 1979 y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tener vigencia la ley <strong>de</strong> prescindibilidad que nospermitía a nosotros seguir con ese proceso que era muy interesante 105 ”.Así, mientras que se <strong>de</strong>stacaba, “<strong>de</strong>be haber pocos organismos en el país don<strong>de</strong> exista esa i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> irsaneando mientras las necesida<strong>de</strong>s lo requieran” 106 , proponían “aprovecharlas en el sentido <strong>de</strong>sanear la institución”. La metáfora <strong>de</strong>l “saneamiento” se ubicaba equidistante entre el discursoligado al propio quehacer técnico (saneamiento animal y vegetal, combate <strong>de</strong> plagas yenfermeda<strong>de</strong>s) y aquellos centrados en “limpiar” <strong>de</strong> “cuerpos extraños” el “infectado” cuerpo <strong>de</strong> laNación. Dentro <strong>de</strong>l <strong>Instituto</strong>, el aparato técnico/tecnocrático resultó, como en tantos otros ámbitos<strong>de</strong> la sociedad civil, un complemento imprescindible para el accionar militar. Esta articulaciónoperó en una doble vía: en relación a la introducción <strong>de</strong> mecanismos represivos, por un lado, y a lapuesta en práctica <strong>de</strong> lineamientos sobre las tareas <strong>de</strong>l INTA acor<strong>de</strong>s a las transformacioneseconómicas en curso y a la orientación <strong>de</strong> la política agropecuaria, por otro. Lejos <strong>de</strong> tratarse <strong>de</strong> una102 INTA, Acta <strong>de</strong> sesiones <strong>de</strong>l Consejo Directivo N ° 9, 14 <strong>de</strong> abril 1981, p8.103 Ibí<strong>de</strong>m.104 Ibí<strong>de</strong>m, P. 14. Subrayado propio.105 Ibí<strong>de</strong>m, p.19. Consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong>l Ing. Agr. Jorge A. Del Águila, Director Nacional.106 Ibí<strong>de</strong>m. El subrayado es propio.


elación lineal y directa, su <strong>de</strong>sarrollo y resultados contaron con una dinámica compleja, en la queconvivieron elementos <strong>de</strong> ruptura, con marcas <strong>de</strong> continuidad.Bibliografía y fuentesAlemany (2009). Los cambios <strong>de</strong> la extensión <strong>de</strong>l INTA y su relación con los paradigmas <strong>de</strong>l<strong>de</strong>sarrollo. Buenos Aires: INTA.Adler, Emmanuel (1987). The power of i<strong>de</strong>ology. The quest for technological autonomy inArgentina and Brazil. Berkeley: University of California Press.Aparicio, Susana (1982). Evi<strong>de</strong>ncias e interrogantes acerca <strong>de</strong> las transformaciones sociales en lazona extrapampeanas. Ponencia presentada en las III Jornadas <strong>de</strong> Actualización, diciembre 1982.Albornoz, Mario (2004). “Política científica y tecnológica en Argentina”, en Temas <strong>de</strong> IberoaméricaGlobalización, Ciencia y Tecnología, pp.83-92, visto en http://www.oei.es/salactsi/albornoz.pdfAzpiazu, D., Basualdo, E y Nochteff, H. (1988). La revolución tecnológica y las políticashegemónicas. Lagasa, Bs. As.Basualdo, Eduardo M (2006). <strong>Estudios</strong> <strong>de</strong> historia económica argentina, Siglo XXI, Buenos Aires.Dickson, David (1988). The New Politics of Science. Chicago: Chicago University Press.Freire Montysuma, Marcos. F. (2006), “Um encontro com as fontes em História Oral”, EstudosIbero-Americanos, PUCRS, Vol. XXII, nro. 1, pp.117-125.Gárgano, Cecilia (2011): “Ciencia, Tecnología y Dictadura: la reorganización <strong>de</strong> las agendas <strong>de</strong>investigación y extensión <strong>de</strong>l <strong>Instituto</strong> Nacional <strong>de</strong> Tecnología Agropecuaria (INTA) durante laúltima dictadura cívico-militar argentina (1976-1983)”, en Realidad Económica, N ° 258, Bs. As.IADE, pp. 120- 149.Gutiérrez, Marta (1986). Semillas mejoradas: Ten<strong>de</strong>ncias y rol <strong>de</strong>l sector público. Buenos Aires:Centro <strong>de</strong> Investigaciones sociales sobre el estado y la Administración (CISEA)- Proyectoorganización <strong>de</strong> la Investigación Agropecuaria.Halbwachs M. (2004) La memoria colectiva, Zaragoza, Prensas Universitarias <strong>de</strong> Zaragoza.Harries, A<strong>de</strong>laida & Ripoll, Carlos (1998). Evolución <strong>de</strong>l fitomejoramiento y la producción <strong>de</strong>semillas en nuestro país. Estructuras oficiales y su marco regulatorio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong> siglo.Buenos Aires: SAGyPA.Hurtado, Diego (2009) “Periferia y fronteras tecnológicas. Energía nuclear y dictadura militar en laArgentina (1976-1983)”, Revista Iberoamericana <strong>de</strong> CTS, N ° 13Hurtado, Diego (2010). La ciencia argentina. Un proyecto inconcluso (1930-2000). Buenos Aires:Edhasa.INTA, SAGPyA (1996). Historia documental 40 aniversario, Vol. 1. Buenos Aires: INTA.INTA (2012). Concepción, Nacimiento y Juventud <strong>de</strong>l INTA. Documento institucional sin fecha,recuperado <strong>de</strong> http://www.biblioteca.org.ar/libros/150462.pdf acceso 23 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2012.INTI (2006). “Dictadura y memoria en el INTI. Testimonios sobre <strong>de</strong>saparecidos y sobrevivientes<strong>de</strong>l INTI ’76”. Saber Cómo, N 39, Buenos Aires, p2.Kaufmann, Carolina (Dir.) (2003) Depuraciones y vigilancia en las Universida<strong>de</strong>s NacionalesArgentinas. Tomo II, Bs As., Miño y Dávila.Katz, C. (1998) “La concepción marxista <strong>de</strong>l cambio tecnológico”, enhttp://lahaine.org/katz/b2img/CONCEPCION_MARXISTA_CAMBIO_TECNOLOGICO.pdf. s.eNochteff, Hugo (1994) “Patrones <strong>de</strong> Crecimiento y Políticas Tecnológicas en el SXX”, en Ciclos,año IV, Vol. IV, N ° 6, Bs. As, pp. 43-70Nun, J. (1995). “Argentina: El Estado y las activida<strong>de</strong>s científicas y tecnológicas” en REDES Nº 3,UNQ, pp. 59-98.Oteiza Enrique (comp.). (1992); La política <strong>de</strong> investigación científica y tecnológica argentina.Historia y perspectivas. Buenos Aires, CEAL.Pestre, Dominique (2005). Ciencia, dinero y política. Bs. As., Nueva Visión.Saraiva y Wise (2010) “Autarky/Autarchy: Genetics, Food Production and the Building ofFascism”, Historical Studies in the Natural Sciences, Vol. 40, Number 4, pp. 419-428.


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Camila Mercado“I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>”IDAES | UNSAM11. Historia, política y memorias en el Cono SurFacultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras, Universidad <strong>de</strong> Buenos AiresAutorizo su publicación en actasPrácticas artístico-comunitarias y procesos <strong>de</strong> activación <strong>de</strong> memorias en un grupo <strong>de</strong> teatrocomunitario: el caso <strong>de</strong> Matemurga <strong>de</strong> Villa Crespo y <strong>de</strong>l Grupo Catalinas Sur <strong>de</strong> La BocaIntroducciónComo muchos autores han señalado, la última dictadura militar atravesada por el país entre 1976 y1983 significó un proceso <strong>de</strong> ruptura en el or<strong>de</strong>n social que tuvo como consecuencia, entre otrosaspectos, una fragmentación <strong>de</strong> los lazos comunitarios, el abandono <strong>de</strong>l espacio público como lugar<strong>de</strong> manifestación popular y el temor a ocuparlo, la <strong>de</strong>spolitización <strong>de</strong> la sociedad a través <strong>de</strong>instrumentos represivos como las <strong>de</strong>tenciones-<strong>de</strong>sapariciones y la tortura, las cuales tuvieron unefecto multiplicador al propagar el miedo.El objetivo <strong>de</strong> este trabajo tiene que ver con un análisis <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>l teatro en los procesos <strong>de</strong>“memoria” suscitados a partir <strong>de</strong> períodos <strong>de</strong> crisis social. Con la reapertura <strong>de</strong>mocrática surgen enel campo teatral distintas propuestas que buscan hacer <strong>de</strong> esta expresión artística una forma <strong>de</strong>resistencia al régimen totalitario y que, con el paso <strong>de</strong>l tiempo, buscarán recuperar un espaciopúblico <strong>de</strong>shabitado, así como revalorizar ciertos géneros populares “olvidados” por los vecinos yvecinas <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires.Este proceso se inicia con la exitosa experiencia <strong>de</strong> Teatro Abierto 107 , iniciativa <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong>autores y actores argentinos que se proponían dar a conocer la producción teatral <strong>de</strong> aquel entoncesy fomentar la elaboración y puesta en escena <strong>de</strong> nuevas obras. Las producciones que se daban aconocer cuestionaban, <strong>de</strong> forma más o menos directa, distintos aspectos <strong>de</strong>l régimen totalitario enel po<strong>de</strong>r. Este proyecto tiene una repercusión inesperada por sus organizadores con extensas colas<strong>de</strong> espectadores concurriendo a las salas don<strong>de</strong> se realizaban las presentaciones.Es interesante realizar una breve mención <strong>de</strong> esta experiencia porque da cuenta <strong>de</strong>l clima social quese comenzaba a vivir ya a fines <strong>de</strong> la dictadura.107 Esta experiencia inicia el 28 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1981 en el Teatro El Pica<strong>de</strong>ro como una propuesta cultural contra ladictadura militar argentina. Se repite el ciclo en 1982, 1983 y 1985.


Posteriormente, con la apertura <strong>de</strong>mocrática iniciada en 1983, comienza un proceso <strong>de</strong> granproducción <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s culturales que se proponían recuperar el espacio público. En el campoteatral, esta producción llevó a<strong>de</strong>lante una reapropiación <strong>de</strong> distintos géneros artísticos popularescomo la murga, el circo criollo o el tango a través <strong>de</strong> los cuales plasmarían sus mensajes políticos.Con el correr <strong>de</strong>l tiempo, estos géneros serían objeto <strong>de</strong> una revalorización social fomentada porpolíticas culturales tendientes a promover prácticas y bienes culturales tradicionalmente noreconocidos (Canale, 2007).Esta etapa <strong>de</strong> la producción teatral que se inicia con la vuelta a la <strong>de</strong>mocracia es i<strong>de</strong>ntificada porJorge Dubatti (2002: 3) como “nuevo teatro” y abarca toda la producción <strong>de</strong> los artistas queingresan al campo teatral <strong>de</strong> Buenos Aires <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1983 hasta la actualidad. Es un teatro <strong>de</strong> lapostdictadura y, siguiendo a este autor, está conformado por poéticas cuya principal característicase presenta en su multiplicidad. Este “canon <strong>de</strong> la multiplicidad”, como lo <strong>de</strong>nomina Dubatti, sepue<strong>de</strong> ver en lo heterogéneo <strong>de</strong>l público que se acerca a presenciar las obras, la pluralidad <strong>de</strong>i<strong>de</strong>ologías estéticas y <strong>de</strong> puestas en escena; así como en la diversidad <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> producción<strong>de</strong> los espectáculos y <strong>de</strong> las poéticas dramáticas. A diferencia <strong>de</strong> las décadas anteriores, el campoteatral <strong>de</strong> Buenos Aires se caracteriza por una “proliferación <strong>de</strong> mundos” (Dubatti, 2002: 5).Dubatti propone que, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este contexto histórico, lo que le otorga al teatro una dimensiónpolítica será el convivio entendido como reunión, encuentro entre personas, convite o festín. Sinconvivio no hay teatro, sin ese encuentro entre público y actores, entre el público mismo o entre losactores, no se pue<strong>de</strong> producir el hecho teatral. Este acto <strong>de</strong> reunirse conlleva siempre una práctica<strong>de</strong> socialización, <strong>de</strong> afectación comunitaria que implica una resistencia a la <strong>de</strong>sterritorializaciónpropuesta por las nuevas re<strong>de</strong>s comunicacionales como la televisión o internet (Dubatti; 2002).En el marco <strong>de</strong> esta “proliferación <strong>de</strong> mundos” que señala Dubatti vamos a hacer foco en un grupo<strong>de</strong> propuestas en particular. Se trata <strong>de</strong> aquellas que abordaban el espacio público como propuestaartística e i<strong>de</strong>ológica llevando a<strong>de</strong>lante distintas formas <strong>de</strong> teatro callejero y popular.Cuando hablamos <strong>de</strong> “teatro callejero” retomamos la <strong>de</strong>scripción que realiza Héctor Alvarellos(2006), caracterizándolo como el “(...) teatro que cuenta con un autor que pensó su obra para esteespacio, un director que diseñó su puesta para este espacio, y con actores entrenados especialmentepara comunicar en este espacio.” (Alvarellos, 2006:19).Por otro lado, también recurrimos a dicho autor para aclarar qué enten<strong>de</strong>mos por “teatro popular”.Se compren<strong>de</strong> bajo esta categoría a aquellas propuestas que tuvieran como <strong>de</strong>stinatarios a lossectores populares que no acce<strong>de</strong>n comúnmente al teatro y cuyo discurso o búsqueda estética loslleve a formas <strong>de</strong> expresión en las que los mensajes fueran fácilmente <strong>de</strong>codificables. Se trata <strong>de</strong>presentaciones con un mensaje concreto acerca <strong>de</strong> la realidad social (Alvarellos, 2006).


De esta forma, tenemos dos categorías que nos ayudan a enmarcar las propuestas teatrales que nosinteresan, “teatro callejero” y “teatro popular”. Estos elementos pue<strong>de</strong>n encontrarse hoy en díaconjuntamente en un proyecto como no hacerlo. Es <strong>de</strong>cir, un grupo <strong>de</strong> teatro callejero pue<strong>de</strong> hacerteatro popular o no y un grupo <strong>de</strong> teatro popular pue<strong>de</strong> o no elegir la calle como espacio <strong>de</strong>presentación. Muchas iniciativas <strong>de</strong> teatro popular tenían como espacio <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo lugares alaire libre, lugares con gran circulación <strong>de</strong> personas, generalmente plazas y parques porteños. Sinembargo, con el tiempo ya no fue condición excluyente la presentación <strong>de</strong> estos grupos en elespacio público y algunos comenzaron a elegir teatros, galpones preparados para este fin , clubes oasociaciones vecinales para presentar sus obras.Las temáticas representadas en dichos espectáculos variaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> obras sobre el “olvidado”carnaval porteño (removido <strong>de</strong>l calendario oficial por la última dictadura militar), historias sobrejusticieros sociales como el gaucho Bairoleto o Juan Moreira, relatos que retomaban algún aspectotradicional en la vida <strong>de</strong> la ciudad porteña (el clásico <strong>de</strong> fútbol Boca-River), distintos hechos <strong>de</strong> lahistoria argentina (golpes militares, históricas huelgas <strong>de</strong> trabajadores, movilizaciones sociales, etc)hasta obras que trataban distintas problemáticas sociales (el <strong>de</strong>recho a la educación y a la salud, lajusticia social, el valor <strong>de</strong>l trabajo). Muchos <strong>de</strong> estos grupos se proponían retomar cuestiones <strong>de</strong> lavida cotidiana o recuperar clásicos <strong>de</strong>l teatro nacional reinterpretándolos; otros recurrieron allenguaje <strong>de</strong>l viejo circo criollo o buscaron indagar en torno a ciertos aspectos culturales <strong>de</strong> la ciudado <strong>de</strong>l país.¿Qué es el Teatro Comunitario y cómo surge?El teatro comunitario en nuestro país comienza a tomar forma a partir <strong>de</strong> la iniciativa <strong>de</strong>l Grupo <strong>de</strong>Teatro Comunitario Catalinas Sur situado en el barrio <strong>de</strong> La Boca. El origen <strong>de</strong> este grupo seremonta al proyecto <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> vecinos <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> hacer teatro. Con este objetivo convocan aAdhemar Bianchi, teatrista uruguayo radicado en la Argentina <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1973, quien les proponepracticar teatro en la calle.La primera presentación <strong>de</strong>l grupo adquiere un tinte fundacional al realizarse en diciembre <strong>de</strong> 1983en la plaza Islas Malvinas <strong>de</strong> La Boca, ya que se realiza en el marco <strong>de</strong> una gran fiesta a la queasisten alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 800 vecinos y vecinas <strong>de</strong>l barrio. En esta ocasión representaron “Loscomediantes”, <strong>de</strong> Merce<strong>de</strong>s Rein y Jorge Curi, una obra basada en textos <strong>de</strong> Lope <strong>de</strong> Rueda, GilVicente y Gómez Manrique, Miguel <strong>de</strong> Cervantes y Fe<strong>de</strong>rico García Lorca con referencias y<strong>de</strong>nuncias a los abusos y atropellos <strong>de</strong>l autoritarismo.Des<strong>de</strong> esta primera presentación en público hasta el día <strong>de</strong> hoy, el Grupo Catalinas Sur no <strong>de</strong>tendríasu trabajo artístico comunitario con la elaboración <strong>de</strong> obras paradigmáticas como “Venimos <strong>de</strong> muylejos”, una historia <strong>de</strong> la inmigración argentina contada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la visión <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> La Boca, y “El


Fulgor Argentino, Club Social y Deportivo”, un repaso <strong>de</strong> la historia argentina <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1930 hasta elprimer gobierno kirchnerista relatada a través <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l club que le da nombre a la obra.Asimismo, en 1996 se conformaría el segundo grupo <strong>de</strong> teatro comunitario <strong>de</strong>l país, El CircuitoCultural Barracas. Este grupo surge como resultado <strong>de</strong>l trabajo que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1988 realizaba el grupo<strong>de</strong> teatristas ambulantes Los Calandracas, quienes venían incursionando en diferentes disciplinascomo el teatro callejero, la murga y el clown para discutir y reflexionar acerca <strong>de</strong> distintasproblemáticas sociales.Ambos grupos serán los que construyan las bases <strong>de</strong> lo que hoy conocemos como TeatroComunitario.A fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l '90, con el Grupo Catalinas Sur y el Circuito Cultural Barracas ya asentadosen sus respectivos barrios, comienza una etapa <strong>de</strong> retransmisión <strong>de</strong> todo lo aprendido y elaborado<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> ambos grupos. Como corolario <strong>de</strong> esta iniciativa, se crea la Red Nacional <strong>de</strong>Teatro Comunitario y se concreta un acuerdo con la Secretaria <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong> la Ciudad<strong>de</strong> Buenos Aires para acercar las experiencias <strong>de</strong> La Boca y Barracas a otros barrios <strong>de</strong> la capital.Esta etapa tuvo como marco histórico la crisis social, política y financiera que estalló a fines <strong>de</strong>2001 en la Argentina. La ola <strong>de</strong> protestas sociales que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó esta crisis tuvo un fuerteimpacto a nivel social fortaleciendo y propiciando el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> distintas experiencias <strong>de</strong>organización barrial autogestiva como las asambleas barriales y la recuperación <strong>de</strong> fábricas porparte <strong>de</strong> sus obreros. Es en este contexto que encuentran un clima favorable nuevas propuestas pararealizar teatro comunitario tanto en la Ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires como en el resto <strong>de</strong>l país.Ahora bien, ¿Qué enten<strong>de</strong>mos por teatro comunitario? El teatro comunitario surge como unproyecto <strong>de</strong> hacer teatro en el seno <strong>de</strong> una comunidad. Esto significa, por un lado, que quienes lopractican lo hacen porque <strong>de</strong>sean comunicar algo, a través <strong>de</strong>l lenguaje teatral, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su rol <strong>de</strong>ciudadanos y ciudadanas, tengan experiencia actuando o no. Por otro lado, es comunitario porquelos <strong>de</strong>stinatarios <strong>de</strong> estos mensajes también son vecinos, amigos, familiares, miembros <strong>de</strong> lacomunidad.Esta propuesta parte <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> que el teatro y el arte en general son un <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> todos.Todos po<strong>de</strong>mos actuar si <strong>de</strong>sarrollamos esa creatividad que hay <strong>de</strong>ntro nuestro y todos tenemos<strong>de</strong>recho a presenciar un hecho artístico y a ser modificados por esa experiencia. Edith Scher,directora <strong>de</strong>l grupo Matemurga, lo <strong>de</strong>fine: “Teatro <strong>de</strong> la comunidad para la comunidad, <strong>de</strong> vecinospara vecinos. De eso hablamos. De un teatro que se <strong>de</strong>fine por quienes lo integran. (...) el teatrocomunitario, en cambio, <strong>de</strong>be su <strong>de</strong>nominación a la población que lo compone, que es, para <strong>de</strong>cirloclaramente, una porción <strong>de</strong> comunidad, integrada por su amplia variedad <strong>de</strong> oficios, profesiones,eda<strong>de</strong>s, proce<strong>de</strong>ncias, extracciones sociales, etcétera, con toda la heterogeneidad que ello implica.”


(Scher, 2010: 63). Es <strong>de</strong>cir que lo característico <strong>de</strong>l teatro comunitario no tiene que ver con el lugardon<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrolla, la estética que utiliza o los códigos que emplea. Si bien estos son elementosque ayudan a <strong>de</strong>scribirlo, pue<strong>de</strong>n estar presentes en otras propuestas teatrales. Lo específico <strong>de</strong> estefenómeno es la necesidad <strong>de</strong> sus participantes <strong>de</strong> construir un proyecto don<strong>de</strong> los vecinos sean losprotagonistas, ya sea <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones artísticas como <strong>de</strong> la gestión <strong>de</strong>l mismo.Es <strong>de</strong>cir, esta forma <strong>de</strong> hacer teatro retoma muchos <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong> las propuestas teatrales quese expan<strong>de</strong>n a comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los '80 como la utilización <strong>de</strong> géneros artísticos popularesen sus obras (murga, circo, percusión, sainete, etc.) y en varias ocasiones <strong>de</strong>sarrolla y piensa susobras para ser realizadas en espacios abiertos. Sin embargo, el aporte que trae el teatro comunitariotendrá que ver con que los que comunican un mensaje o narran una historia, a través <strong>de</strong> lenguajespopulares en el espacio abierto o no, lo hacen como miembros <strong>de</strong> una comunidad y como<strong>de</strong>positarios <strong>de</strong> una memoria. De esta forma, aquello que se narra sería representativo <strong>de</strong> lacomunidad en la que el grupo esta inmerso.Las obras que resultan <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> estos grupos son producto <strong>de</strong> largos procesos <strong>de</strong> discusión,primero en torno a la temática que se trabajará y, luego, respecto <strong>de</strong>l punto <strong>de</strong> vista que se quiereexponer. A veces se retoman historias tradicionales <strong>de</strong> un barrio, momentos históricos que marcaronfuertemente a la comunidad en cuestión, relatos que son inventados por los vecinos pero que hablan<strong>de</strong> alguna problemática i<strong>de</strong>ntificada por el grupo <strong>de</strong> vecinos.Por otro lado, el material que sirve <strong>de</strong> base a estas producciones colectivas generalmente se obtiene<strong>de</strong> fuentes históricas, relatos <strong>de</strong> los vecinos-actores y <strong>de</strong> vecinos <strong>de</strong>l barrio, historias ficcionales quesurgen en las múltiples improvisaciones que proponen los directores <strong>de</strong> los grupos a sus integrantes,entre otras posibles fuentes.El problema <strong>de</strong> la “memoria colectiva”Aquí es dón<strong>de</strong> comenzamos a preguntarnos por el problema <strong>de</strong> la activación <strong>de</strong> memorias. Si, comosuelen señalar quienes practican teatro comunitario, esta práctica teatral retoma historias <strong>de</strong> lamemoria colectiva ¿Cómo se activa esta memoria? ¿A través <strong>de</strong> qué recursos? ¿Po<strong>de</strong>mos hablar, porun lado, <strong>de</strong> una memoria individual producto <strong>de</strong> la experiencia vivida y <strong>de</strong> una memoria socialtransmitida generacionalmente por otro?Para empezar a <strong>de</strong>sarrollar estas preguntas me interesa retomar un fragmento <strong>de</strong> una charla dictadapor Edith Scher en la Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras <strong>de</strong> la U.B.A, dicha exposición fue organizadapor la Cátedra <strong>de</strong> Folklore General <strong>de</strong> la carrera <strong>de</strong> Ciencias Antropológicas <strong>de</strong> la cual participécomo adscripta.


En dicha charla, Scher habla <strong>de</strong>l comienzo <strong>de</strong> la obra “Venimos <strong>de</strong> muy lejos” <strong>de</strong> Catalinas Sur ycuenta:“Y entonces se empieza a escuchar, sin que se abra el barco:[cantando] “venimo’ <strong>de</strong> laEuropa, <strong>de</strong>l hambre <strong>de</strong> la guerra, <strong>de</strong>jamo’ nostra casa, <strong>de</strong>jamo’ nostra terra, traemo’ lanostalyia, traemo’ la alegría, venimo’ a l’ aryentina, queremo’ laborar, queremo’laborar”. El barco se abre y uno los ve a ellos, con las carteritas, que miran laArgentina <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese barco, cada uno caracterizado, con su vestuario, con su maquillaje,y escucha esas dos estrofas y ya está. Y esa melodía tiene memoria (…). Uno no necesitamás, ve a sus abuelos, a sus bisabuelos para muchos <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s, que llegaban a laArgentina. (…) Esa melodía y otras que aparecen en el espectáculo se relacionandirectamente con la memoria <strong>de</strong> los inmigrantes (...)”.Por un lado, tenemos un cuadro <strong>de</strong> lo que fueron los inmigrantes que llegaron a la Argentinaprovenientes <strong>de</strong> Europa construido a través <strong>de</strong>l vestuario y el maquillaje, una imagenconcordante con la representación <strong>de</strong> que los argentinos “venimos <strong>de</strong> los barcos”. En estecuadro que se nos presenta, esta “memoria <strong>de</strong> los inmigrantes” es rememorada a través <strong>de</strong> unamelodía, lo cual nos llama la atención sobre la importancia <strong>de</strong> la música en el teatrocomunitario. Por otro lado, Scher interpela a los estudiantes que la escuchan y señala laasociación directa que se suscitaría entre la canción y el recuerdo <strong>de</strong> los antepasadosinmigrantes.Partimos <strong>de</strong> creer que esa asociación aparentemente evi<strong>de</strong>nte es una construcción ya que lasreferencias a personajes o hechos históricos en las obras <strong>de</strong> teatro comunitario no son dirigidasgeneralmente a sujetos que efectivamente hayan vivido esos períodos. En el ejemplo que tomamos,la audiencia <strong>de</strong> Scher estaba conformada por estudiantes universitarios (“sus bisabuelos paramuchos <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s”). ¿Qué i<strong>de</strong>as po<strong>de</strong>mos tener <strong>de</strong> esa ola inmigratoria que no provengan <strong>de</strong> unmanual escolar o <strong>de</strong> relatos <strong>de</strong> esos abuelos o bisabuelos? ¿Po<strong>de</strong>mos hablar <strong>de</strong> “memoria” en estoscasos?Retomemos el proceso <strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong> estas obras. Decíamos que estas se construyen a partir <strong>de</strong>reflexiones traídas o suscitadas en las reuniones <strong>de</strong> los grupos. Se trabaja alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a maso menos general <strong>de</strong>l tema que abordará la obra y se reflexiona o se improvisan situaciones teatralesa partir <strong>de</strong> fotos, historias, anécdotas, relatos <strong>de</strong> terceros, textos <strong>de</strong> autores, literatura, etc. El directorsiempre observa estos procesos y toma nota <strong>de</strong> aquellos aspectos que surgen en lasrepresentaciones, los juegos o discusiones y que le parecen relevantes. Luego, los lleva a lacomisión <strong>de</strong> dramaturgia don<strong>de</strong> se arma la estructura <strong>de</strong> la obra.


En este sentido, una integrante <strong>de</strong> Matemurga, grupo <strong>de</strong> teatro comunitario <strong>de</strong> Villa Crespo, nosexplicaba el proceso <strong>de</strong> armado <strong>de</strong> su última obra Zumba la Risa, la cual relata la historia <strong>de</strong> unbarrio que ha perdido la risa cuestionadora e irreverente <strong>de</strong>l carnaval:“Hay cosas que aparecieron...por ejemplo el texto <strong>de</strong> la vieja (…). Una <strong>de</strong> las viejas [<strong>de</strong>la obra], al principio, dice: 'en la casa <strong>de</strong> la limonera'. ¿Por qué 'en la casa <strong>de</strong> lalimonera'? 'Alguien me lo contó en la casa <strong>de</strong> la limonera' [dice la vieja <strong>de</strong> la obra].¿Por qué 'la limonera'? Cuando estábamos en [el club] Atlanta ensayando, tuvimos unaserie <strong>de</strong> entrevistas (…), gente muy vieja <strong>de</strong>l barrio y que, entonces, nosotrosaprovechamos que nos contaran un poco. (…) Y contaban historias y <strong>de</strong>cían: 'Si, ¿Teacordas en lo <strong>de</strong> la limonera?' Y la famosa limonera...no se por qué (…) Pero quedó.Entonces, nosotros vamos tomando nota <strong>de</strong> todas esas cosas que están. Como te digohay cosas que están...vayase a saber por qué.”En esta explicación vemos que se recurre a los ancianos <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> Villa Crespo como fuente <strong>de</strong>conocimiento para acce<strong>de</strong>r al pasado <strong>de</strong>l barrio. En distintas entrevistas que llevé a cabo losmiembros <strong>de</strong> Matemurga me explicaban que las charlas que ro<strong>de</strong>aron la elaboración <strong>de</strong> la obraZumba la Risa fueron llevando a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que había una risa que se había perdido, que no seencontraba en el presente pero que en “algun momento” <strong>de</strong>l pasado había estado y que tenía que vercon los festejos <strong>de</strong> carnaval.Ahora bien, queremos pensar un poco acerca <strong>de</strong> por qué surgen este tipo <strong>de</strong> prácticas artísticas yculturales que dan un lugar tan importante a la “memoria”.En primer lugar, nos interesa analizar por qué hablamos <strong>de</strong> memorias colectivas y no <strong>de</strong> memoriasindividuales.Partimos <strong>de</strong> la base <strong>de</strong> que quienes recuerdan y olvidan son sujetos inmersos en un contexto social,están inmersos en re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> relaciones sociales. Por lo tanto, la pregunta que se plantean las cienciassociales es cómo pensar lo social como contexto en el que se enmarca todo proceso <strong>de</strong> memoria.En este sentido, es necesario referirnos brevemente al aporte <strong>de</strong> Maurice Halbwachs. Este autorsostiene que sólo po<strong>de</strong>mos recordar cuando es posible recuperar la posición <strong>de</strong> los acontecimientospasados en los marcos <strong>de</strong> la memoria colectiva. El olvido se explica por la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> estosmarcos o <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> ellos (Halbwachs, 2011). Es <strong>de</strong>cir que las memorias individuales estaríansiempre enmarcadas socialmente. Estos marcos son los portadores <strong>de</strong> las representaciones generales<strong>de</strong> la sociedad, sus valores, su visión <strong>de</strong>l mundo.Ahora bien, compartimos la perspectiva que posteriormente <strong>de</strong>sarrollarán otros autores que trabajansobre el campo <strong>de</strong> la memoria (Candau, 2002; Jelin, 2001; Pollak, 1984). Estos autores sostienen


que el concepto <strong>de</strong> memoria colectiva es confuso, ya que esta pue<strong>de</strong> ser entendida como unaentidad con existencia propia. Por esto es más útil recurrir a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Halbwachs sobre los marcossociales <strong>de</strong> la memoria y, así, pensar que lo colectivo <strong>de</strong> las memorias es el entretejido <strong>de</strong>tradiciones y memorias individuales, en diálogo con otros, con alguna organización social (teniendoen cuenta que algunas voces son más potentes que otras porque cuentan con mayor acceso arecursos y a escenarios) y con alguna estructura, dada por códigos culturales compartidos. (Jelin,2001).Ahora bien, ¿Cuál sería la relación entre esta memoria socialmente enmarcada y la historia en tantoestudio y registro <strong>de</strong>l pasado? ¿Se trata <strong>de</strong> procesos separados?Como señala Traverso (2011) la unidad entre historia y memoria empieza a ser cuestionada acomienzos <strong>de</strong>l siglo XX. Hasta ese momento, la memoria era consi<strong>de</strong>rada como el sustratosubjetivo <strong>de</strong> la historia. El <strong>de</strong>bate que giró en torno a esta problemática fue extenso y exce<strong>de</strong> losobjetivos <strong>de</strong> este trabajo por lo que retomaremos brevemente el planteo <strong>de</strong> Pierre Nora y su aporte ala discusión en la década <strong>de</strong> los '80. Nora plantea que memoria e historia están lejos <strong>de</strong> sersinónimos porque todo las opone. “La memoria es la vida siempre llevada por grupos vivientes y, aeste título está en evolución permanente (…) La historia es la reconstrucción, siempre problemáticae in<strong>completa</strong>, <strong>de</strong> lo que ya no es.” (Nora, 1984: 2). La memoria, <strong>de</strong> acuerdo con este autor, sería unfenómeno siempre actual, sujeto a recuerdos teñidos <strong>de</strong> lo subjetivo, mientras que la historia seríauna representación <strong>de</strong>l pasado, una operación intelectual que apela al análisis crítico y objetivo.Nos proponemos ir más allá <strong>de</strong> este planteo. Consi<strong>de</strong>ramos que no es posible establecer unaseparación tajante entre ambas entida<strong>de</strong>s ya que una nutre a la otra. La historia extien<strong>de</strong> sus fuentesa las tradiciones orales y, al igual que la memoria, tiene sus vacíos y “olvidos”. Asimismo, lasmemorias son influidas por la historia porque no existe memoria literal, originaria y nocontaminada. Una memoria inscrita en el espacio público elabora los recuerdos enmarcados en losmodos <strong>de</strong> pensar colectivos pero también influenciados por los paradigmas científicos <strong>de</strong> larepresentación <strong>de</strong>l pasado (Traverso, 2011).Nora continua su planteo sosteniendo que en la actualidad estaríamos frente a una obsesiónmemorialista que, en verdad, no es otra cosa que la consecuencia <strong>de</strong>l avance <strong>de</strong> la historia por sobrela memoria. De esto se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> la expansión <strong>de</strong> los “lugares <strong>de</strong> memoria” (museos, aniversarios,santuarios, asociaciones, monumentos, etc.) que son testimonio, según dicho autor, <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> unatradición <strong>de</strong> memoria. “Los lugares <strong>de</strong> memoria nacen y viven <strong>de</strong>l sentimiento <strong>de</strong> que no haymemoria espontánea, que hay que crear archivos, que hay que mantener los aniversarios, organizarcelebraciones (…) porque estas operaciones no son naturales.” (Nora, 1984: 5).¿Por qué se produciría esta “pérdida” <strong>de</strong> memoria?


En este sentido, Traverso sostiene que la “obsesión memorialista” actual estaría vinculada a unacrisis <strong>de</strong> la transmisión en el seno <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s contemporáneas. Este autor retoma la distinciónque realiza Walter Benjamin entre la “experiencia transmitida” y la “experiencia vivida”. Laprimera sería la que se perpetúa <strong>de</strong> generación en generación, forjando las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los gruposa largo plazo, y la segunda sería lo vivido individualmente, lo efímero. Benjamin señala que esa“experiencia vivida” es un trazo característico <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad, con el ritmo <strong>de</strong> la vida urbana. Lamo<strong>de</strong>rnidad se caracterizaría por el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la experiencia transmitida.El siglo XX estuvo signado por las marcas traumáticas que <strong>de</strong>jaron guerras, genocidios, represionespolíticas y militares sobre diversas socieda<strong>de</strong>s y por el avance <strong>de</strong> las políticas neoliberales. Ennuestro país esto se vivió a través <strong>de</strong> distintos períodos dictatoriales y <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong> la pobreza y<strong>de</strong> la exclusión social que se agudizó en la década <strong>de</strong>l '90.Creemos que estos fuertes procesos <strong>de</strong> cambio a raíz <strong>de</strong> las implicancias que tuvo la últimadictadura miliar (<strong>de</strong>saparición forzada <strong>de</strong> una generación <strong>de</strong> jóvenes, censura y prohibición <strong>de</strong>prácticas sociales y culturales <strong>de</strong> nuestra ciudad, entre otros aspectos) y a partir <strong>de</strong> lasmodificaciones bruscas experimentadas en la calidad y el estilo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los ciudadanos <strong>de</strong> laCiudad <strong>de</strong> Buenos Aires a lo largo <strong>de</strong> los '90 pue<strong>de</strong>n haber llevado a una fractura en las prácticas <strong>de</strong>transmisión cultural tradicionales <strong>de</strong> nuestra sociedad.En este sentido, vemos en el surgimiento <strong>de</strong> proyectos artísticos que buscan recuperar una memoriacolectiva la necesidad <strong>de</strong> indagar en el pasado <strong>de</strong> nuestra ciudad para forjar una línea <strong>de</strong>continuidad con el presente y legitimar una interpretación <strong>de</strong> la actualidad. Como han señaladodistintos autores, las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s tanto individuales como grupales están ligadas a un sentimiento <strong>de</strong>permanencia a lo largo <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>l espacio (Jelin, 2001; Pollak 1992, Candau 2002). Po<strong>de</strong>rrecordar y rememorar algo <strong>de</strong>l propio pasado es lo que sostiene la i<strong>de</strong>ntidad.Estas memorias son activadas por sujetos sociales y estos procesos se dan porque existen estosagentes que materializan esos sentidos <strong>de</strong>l pasado en productos culturales y, en este caso artísticos,que, en palabras <strong>de</strong> Elizabeth Jelin (2001), funcionan como “vehículos <strong>de</strong> la memoria”.A modo <strong>de</strong> cierrePara finalizar este trabajo queremos volver a la discusión acerca <strong>de</strong> las diferencias o acercamientosentre memoria e historia.Hemos presentado ejemplos <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> dos grupos <strong>de</strong> teatro comunitario. Una <strong>de</strong> ellas retomala historia <strong>de</strong> la inmigración europea llegada a la Argentina e interpela a los espectadores a través <strong>de</strong>una versión <strong>de</strong> la historia reconocida por todos. Por otro lado, la otra construye una historiaficcional, la <strong>de</strong> un barrio que ha perdido la risa <strong>de</strong> carnaval, para hacer referencia a los “olvidos


intencionales” que sufrió nuestra sociedad en la forma <strong>de</strong> prohibiciones y censuras. A través <strong>de</strong>lrelato <strong>de</strong> una integrante <strong>de</strong> este grupo vemos el “<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> escena” <strong>de</strong> la obra y las memoriassubterráneas que hicieron <strong>de</strong> materia prima para su elaboración.Más allá <strong>de</strong> las referencias a hechos históricos o a historias inventadas, ambos relatos activanprocesos sociales <strong>de</strong> memoria ya que ponen en escena un conocimiento culturalmente compartido ytransmitido generacionalmente.Nos i<strong>de</strong>ntificamos con esos inmigrantes italianos porque hemos escuchado historias, visto fotosfamiliares, leído textos en la escuela que nos transmitieron una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> quienes fueron esospersonajes. Asimismo, a través <strong>de</strong> su relato, el grupo Matemurga <strong>de</strong> Villa Crespo construye unpuente con un pasado <strong>de</strong> censuras y prohibiciones que tienen consecuencias en nuestro estilo <strong>de</strong>vida actual, para esto recurren a los “viejos <strong>de</strong>l barrio” fuente <strong>de</strong> conocimiento autorizada.Esas i<strong>de</strong>as puestas en juego en el presente acerca <strong>de</strong> los orígenes inmigratorios <strong>de</strong> la Argentina y <strong>de</strong>las consecuencias <strong>de</strong> la represión actúan como “marcos sociales” (Halbwachs, 2004) que encuadranlas memorias. Pollak (1992) señala tres tipos <strong>de</strong> elementos que pue<strong>de</strong>n cumplir esta función:acontecimientos, personas o personajes, y lugares. Pue<strong>de</strong>n estar ligados a experiencias vividas porla persona o transmitidas por otros. Pue<strong>de</strong>n estar empíricamente fundados en hechos concretos, oser proyecciones o i<strong>de</strong>alizaciones a partir <strong>de</strong> otros eventos. Lo importante es que permiten mantenerun mínimo <strong>de</strong> coherencia y continuidad, necesarios para el mantenimiento <strong>de</strong>l sentimiento <strong>de</strong>i<strong>de</strong>ntidad.Nos proponemos, entonces, no tomar las memorias colectivas como datos dados sino centrar laatención sobre los procesos <strong>de</strong> su construcción. Este trabajo <strong>de</strong> las memorias se edifica sobrerepresentaciones culturales compartidas y negociadas acerca <strong>de</strong> cuál es el origen <strong>de</strong> una sociedad y<strong>de</strong> por qué esas re<strong>de</strong>s sociales que nos hacen parte <strong>de</strong> una comunidad se mantienen o no a lo largo<strong>de</strong>l tiempo.


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I Jornadas interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias<strong>Sociales</strong>IDAES-UNSAM8, 9 y 10 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2013Campus Migueletes / 25 <strong>de</strong> Mayo y Francia / San MartínMesa 11:“Historia, Política y Memorias en el Cono Sur”Ponencia:La disputa por el pasadoLa pugna entre académicos y divulgadores <strong>de</strong> la historia*Autora: Dra. Verónica Tobeña (Área Educación, FLACSO Argentina)*Autorizo la publicación <strong>de</strong> la <strong>ponencia</strong> a los organizadores <strong>de</strong> estas jornadas


La disputa por el pasadoLa pugna entre académicos y divulgadores <strong>de</strong> la historiaIntroducciónEl siguiente trabajo se ocupa <strong>de</strong> una discusión que hace a las disputas por el canon historiográfico como laque se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó entre profesionales y divulgadores <strong>de</strong> la historia a la salida <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong> 2001,suscitada por el éxito <strong>de</strong> ventas <strong>de</strong> las divulgaciones históricas y la impugnación que esos relatos 108<strong>de</strong>spertaron entre algunos académicos <strong>de</strong> la disciplina. Los cánones historiográficos que configuran cadauna <strong>de</strong> estas propuestas no se instituyen como opuestos solamente porque se diferencian en los aspectosretóricos, <strong>de</strong> formato, <strong>de</strong> institución que funciona como centro legitimador, etc., sino que hay a<strong>de</strong>mástradiciones <strong>de</strong> las que cada uno <strong>de</strong> ellos son <strong>de</strong>udores e imágenes <strong>de</strong> la historia que funcionan <strong>de</strong> guía paraellos, que explican las diferencias que existen entre ambas concepciones <strong>de</strong> cómo <strong>de</strong>be hacerse la historia.Dos tradiciones historiográficas y un nudo temático: la historia científica y la historia militantefrente a la última dictadura militarSi se trata <strong>de</strong> distinguir dón<strong>de</strong> se hun<strong>de</strong>n las raíces <strong>de</strong> las líneas en pugna que abren estos historiadores <strong>de</strong>vertiente contraria resulta insoslayable consi<strong>de</strong>rar la especificidad <strong>de</strong>l discurso historiográfico. Esasingularidad <strong>de</strong> la historia está dada por su objeto, el pasado. Y el pasado, sobre todo cuando sereconstruye teniendo como eje articulador a la Nación o el Estado nacional, como es el caso <strong>de</strong> los relatoshistóricos <strong>de</strong> la controversia <strong>de</strong> la que aquí nos ocupamos, nos involucra a todos como sociedad, porquecontribuye a dar carnadura histórica a nuestra i<strong>de</strong>ntidad nacional y a ofrecernos una imagen <strong>de</strong> nuestropasado <strong>de</strong> la que po<strong>de</strong>mos extraer quiénes somos y a dón<strong>de</strong> vamos. La historia nacional da contextura y<strong>de</strong>nsidad temporal al país que hoy somos, para dar o quitarle legitimidad al camino recorrido y otorgarle orestarle valor a las opciones con las que hoy contamos 109 . En este sentido, la historia es importante no sóloporque nos provee <strong>de</strong> un pasado común y nos cuenta cómo llegamos al presente sino porque justifica elcamino a transitar hacia el futuro (Jelin, 2001; Carretero y Voss, 2004).La especificidad <strong>de</strong> la historiografía está dada entonces por tratarse <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> discurso tanto moduladopor como modulador <strong>de</strong>l campo político; un discurso que se presta al uso político tanto a favor como encontra <strong>de</strong> una relación <strong>de</strong> fuerzas dada, <strong>de</strong>l status quo (Myers, 2004; Pittaluga, 2010).108 Que aquí llamaremos “los libros <strong>de</strong> la controversia”.109 Véase el concepto <strong>de</strong> tradición selectiva en Williams, 1980.


Ahora bien, ¿cuáles son los hechos <strong>de</strong> nuestro pasado que se constituyen en ejes <strong>de</strong> la controversia en ladisputa señalada? Es <strong>de</strong>cir, ¿sobre qué acontecimientos <strong>de</strong>l pasado se producen lecturas que reponenpreocupaciones políticas y valoraciones <strong>de</strong> corte i<strong>de</strong>ológico en el discurso <strong>de</strong> la historia? Por otro lado,resulta importante tener en cuenta cómo fue pensado y cómo intentó ser constituido el campohistoriográfico en la Argentina, puesto que la arquitectura <strong>de</strong>l campo resultante <strong>de</strong> estos procesos pue<strong>de</strong>tener consecuencias respecto al modo en que se pon<strong>de</strong>ran algunas dimensiones <strong>de</strong>l pasado. Creemos queambas cuestiones están estrechamente vinculadas y no pue<strong>de</strong>n abordarse <strong>de</strong> forma in<strong>de</strong>pendiente, puestoque en la arquitectura <strong>de</strong>l campo historiográfico local jugó un papel importante una contraposición entredos mo<strong>de</strong>los elevados a ciertas dimensiones míticas pero igualmente muy funcionales, y precisamente lanaturaleza <strong>de</strong> los hechos históricos alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los cuales se fundan buena parte <strong>de</strong> las críticas que losacadémicos hacen a los divulgadores y sobre los que estos fundan su posicionamiento político y susdiferencias i<strong>de</strong>ológicas con los académicos, tiene como condición <strong>de</strong> posibilidad la contextura que presentael campo 110 .Esos mo<strong>de</strong>los que hacen a buena parte <strong>de</strong> la contextura que presenta la historiografía en la Argentina son elmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> excelencia académica y <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la universidad politizada <strong>de</strong> los años setenta 111 ; esto es,la contraposición entre la historia científica y la historia militante o política (Pittaluga, 2010: 129-130).Esos mo<strong>de</strong>los son divergentes fundamentalmente porque se basan en valores que también lo son; lascaracterísticas y el legado que <strong>de</strong>jan cada una <strong>de</strong> esas matrices son conocidas. Repasémoslos.La “historia científica” recibe esta <strong>de</strong>nominación al establecer para sí criterios “científicos” 112 para evaluarla calidad <strong>de</strong> una producción historiográfica. Entre esos criterios que permiten dirimir la solvencia <strong>de</strong> untexto se cuentan: la explicitación <strong>de</strong> lo que en la jerga <strong>de</strong> las ciencias sociales se <strong>de</strong>nomina “estado <strong>de</strong>larte” <strong>de</strong>l tema que es objeto <strong>de</strong> análisis; la presentación <strong>de</strong> la evi<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong> las fuentes en las que se basael estudio; rigurosidad en el análisis; el manejo <strong>de</strong> un a<strong>de</strong>cuado aparato <strong>de</strong> referencias bibliográficas; unapresentación temática sobria, sin pretensiones narrativas (uso preciso <strong>de</strong> los términos, lenguaje estricto,110 No hay que enten<strong>de</strong>r que cada uno <strong>de</strong> estos mo<strong>de</strong>los al que hacemos alusión constituye un espacio homogéneo ni monolítico.Más bien todo lo contrario. Se trata <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a, un paradigma bajo el cual se ejerce la labor <strong>de</strong> historiador que agrupaperspectivas teóricas, políticas, epistemológicas, retóricas heterogéneas, pero que comparten o reconocen en un mismo criteriosu fuente <strong>de</strong> legitimidad y por lo tanto se producen, a pesar <strong>de</strong> las diferencias que entre ellas pueda existir, con arreglo a lasmismas reglas <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong>l discurso histórico.111 En este punto seguimos la <strong>de</strong>nominación propuesta por Roberto Pittaluga, quien distingue “por un lado, un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>excelencia académica que se postuló para la Universidad <strong>de</strong> 1955 a 1966, y que para la historiografía era un fuerte polo <strong>de</strong>legitimidad, por las figuras que la habían motorizado en aquellos años, aunque se trataba, en realidad, <strong>de</strong> un fragmento <strong>de</strong>lcampo historiográfico argentino, un fragmento bastante pequeño por otro lado. Ese mo<strong>de</strong>lo fue contrapuesto al mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> launiversidad politizada <strong>de</strong> los años setenta. De esta última se <strong>de</strong>stacó la colonización <strong>de</strong>l discurso historiográfico, <strong>de</strong>l discursoacadémico en general, por el discurso político, es <strong>de</strong>cir, la subordinación <strong>de</strong> cualquier saber crítico a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lprograma político <strong>de</strong>l grupo que fuere” (Pittaluga, 2010: 129-130).112 Criterios que elabora tomando como mo<strong>de</strong>lo a las ciencias sociales.


conceptos afinados); el respeto a la distancia con el objeto <strong>de</strong> estudio que <strong>de</strong>be traducirse en asepsiavalorativa y en el mantenimiento <strong>de</strong> la autonomía intelectual <strong>de</strong> las preocupaciones y las urgencias <strong>de</strong> lapolítica (Pittaluga, 2010; Di Meglio, 2012; Sazbón, 2012). Ésta última exigencia es la que excluía <strong>de</strong> laagenda historiográfica la posibilidad <strong>de</strong> hacer historia <strong>de</strong>l pasado reciente, puesto que su cercanía con elpresente hace <strong>de</strong> ese pasado algo todavía actual.La <strong>de</strong>nominada “historia militante”, por su parte, se contrapone a la anterior en cada uno <strong>de</strong> estos aspectos.La calidad <strong>de</strong> un texto histórico está dada para esta perspectiva por su compromiso con la política y sucapacidad para revelar los gran<strong>de</strong>s conflictos que motorizan la historia. Esta tradición hace <strong>de</strong>lposicionamiento político <strong>de</strong>l historiador una condición, y como pone el acento en la politicidad <strong>de</strong> lapráctica histórica más que en su cientificidad, para ella todos los reparos metodológicos, los recaudos <strong>de</strong>llenguaje, la neutralidad valorativa y las prescripciones que tienen que ver con imponer limitaciones en loque hace a los aspectos narrativos <strong>de</strong> la historia no son válidos. Tampoco respeta la premisa que reza que lahistoria <strong>de</strong>be mantener cierta distancia crítica y temporal con su objeto <strong>de</strong> estudio. Lo que guía el trabajohistoriográfico <strong>de</strong> esta corriente es una “partición esencial <strong>de</strong> lo histórico en campos conflictivos”(Fernán<strong>de</strong>z, 2012), <strong>de</strong> modo que su historia se vertebra “en torno a conflictos gran<strong>de</strong>s y últimos, como laexistencia y conflictividad <strong>de</strong> clases, <strong>de</strong> la oligarquía o <strong>de</strong> la partición entre <strong>de</strong>recha e izquierda. Lapropuesta es ver esas particiones como expresiones <strong>de</strong> una dupla agonal fundante <strong>de</strong> lo político mismo”(Fernán<strong>de</strong>z, op. cit.).De acuerdo a las críticas realizadas por los académicos a los divulgadores <strong>de</strong> la historia y la <strong>de</strong>fensa a lasmismas que esgrimieron estos últimos, no parece necesario aportar muchos más argumentos para<strong>de</strong>mostrar que los primeros suscriben al mo<strong>de</strong>lo histórico científico mientras que a los segundos <strong>de</strong>beríainscribírselos en la matriz militante. Ahora bien, en el tratamiento que ambas corrientes hacen <strong>de</strong> algunoshechos o acontecimientos <strong>de</strong> nuestro pasado se vislumbra a nuestros ojos la con<strong>de</strong>nsación <strong>de</strong> esasdivergencias. Uno <strong>de</strong> esos hechos históricos que funcionan como divisor <strong>de</strong> aguas, como nudo temáticocapaz <strong>de</strong> sintetizar <strong>de</strong> forma elocuente las diferentes concepciones <strong>de</strong>l quehacer histórico en que se basanestos dos mo<strong>de</strong>los es la última dictadura militar. Esto no sólo se constata en el hecho <strong>de</strong> que es en torno altratamiento <strong>de</strong> este tópico que se montan muchos <strong>de</strong> los señalamientos que los académicos hacen a losdivulgadores, sino que también se rastrea en el modo conflictivo en que el campo académico postdictatorialse relaciona con esa historia reciente, pues como dice Roberto Pittaluga, “este último seconstituyó sobre la base <strong>de</strong> una casi total exclusión <strong>de</strong>l pasado inmediato, <strong>de</strong> su propio pasado recientecomo campo académico, y también <strong>de</strong>l pasado político reciente <strong>de</strong> la Argentina” (p. 124) 113 .113 Una muestra elocuente <strong>de</strong> esto lo constituye un artículo publicado en el año 1982 por la revista Punto <strong>de</strong> Vista, elaborado por unconjunto <strong>de</strong> historiadores que ya eran muy importantes entonces y hoy lo son aún más (entre los firmantes están Luis Alberto


¿Por qué en general la historia académica expulsó el pasado reciente <strong>de</strong> su agenda cuando seinstitucionalizó en los años ochenta? 114 El <strong>de</strong> la transición <strong>de</strong>mocrática constituyó uno <strong>de</strong> esos momentoshistóricos en que las relaciones entre política y campo intelectual se estrechan, en que las convicciones ylas urgencias <strong>de</strong> uno se replican en los valores y en las preocupaciones <strong>de</strong>l otro. Y si nos <strong>de</strong>tenemos aanalizar cuál fue la clave <strong>de</strong> lectura que promovió el campo político para encarar la relación entre latransición <strong>de</strong>mocrática y el pasado reciente, <strong>de</strong>scubrimos que la misma surgió <strong>de</strong> una negación <strong>de</strong> lahistoria que se acababa <strong>de</strong> vivir como hija <strong>de</strong> procesos previos y propios, <strong>de</strong>clarando así las atrocida<strong>de</strong>svividas durante el período huérfanas <strong>de</strong> cualquier tradición <strong>de</strong>mocrática prece<strong>de</strong>nte. De modo que se hacefrente a la transición <strong>de</strong>mocrática recortando una tradición <strong>de</strong>mocrática <strong>completa</strong>mente ajena a la historia<strong>de</strong> violencia política que la precedía, porque al pensar a la última dictadura militar como un paréntesis ennuestra historia, se piensa en la posibilidad <strong>de</strong> erradicarla totalmente <strong>de</strong> la sociedad argentina. Y estalectura tuvo un impacto inmediato en el campo historiográfico, que legitimó y reprodujo esta interpretación<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las producciones provenientes <strong>de</strong> las posiciones hegemónicas al interior <strong>de</strong>l campo. Para elhistoriador Roberto Pittaluga:“La formulación más concisa, clara y contun<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> esto es la llamada ‘teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios’. Esaera una <strong>de</strong> las figuras discursivas que actuaron como fondo para la configuración <strong>de</strong>l campohistoriográfico, un fondo o contexto que <strong>de</strong> alguna manera mo<strong>de</strong>laba las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>cible einvestigable en términos históricos” (p. 125).Otros intelectuales, como Beatriz Sarlo y Juan Carlos Torre, hacen <strong>de</strong>scansar en las características cruentas<strong>de</strong>l pasado reciente y en la dimensión biográfica que ese pasado tiene para los historiadores las razonespara abstenerse <strong>de</strong> abordarlo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el trabajo historiográfico. Sarlo afirmaba que los años ‘60 y ‘70probablemente estuvieran “<strong>de</strong>masiado cerca”, y fueran a la vez “<strong>de</strong>masiado terribles” como para hablar<strong>de</strong> ellos (1994: 172). La reflexión <strong>de</strong> Juan Carlos Torre al respecto es elocuente <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>ración quemuestran las consignas intelectuales tras la experiencia <strong>de</strong> la violencia <strong>de</strong> los años setenta. “Después <strong>de</strong>haber abogado por la revolución –dice- nos hemos <strong>de</strong>splazado a pedir un país normal, don<strong>de</strong> simplementeRomero, Hilda Sábato, Leandro Gutiérrez, Juan Carlos Korol, Ricardo González y Miriam Trumper) aglutinados alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>lPEHESA (Programa <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> <strong>de</strong> Historia Económica y Social Americana), en el que bajo el título “¿Dón<strong>de</strong> anida la<strong>de</strong>mocracia?” se propone un programa <strong>de</strong> estudios históricos <strong>de</strong> cara a la transición <strong>de</strong>mocrática, don<strong>de</strong> la historia reciente <strong>de</strong> laArgentina queda totalmente excluida y don<strong>de</strong> lo que articula al campo es una pregunta o problemática <strong>de</strong> carácter político, comoes la pregunta por la <strong>de</strong>mocracia. El período que los autores eligen para esa indagación, el lapso temporal en el cual van a buscaro constituir la tradición <strong>de</strong>mocrática argentina, es el comprendido entre 1880-1943, es <strong>de</strong>cir, que estos historiadores no sólo seabstienen <strong>de</strong> pensar la historia reciente sino que tampoco se ocupan <strong>de</strong> pensar en qué contribuyó el peronismo a nuestratradición <strong>de</strong>mocrática. Para un análisis <strong>de</strong>l texto citado véase el trabajo <strong>de</strong> Roberto Pittaluga (2010).114 Des<strong>de</strong> luego, hay excepciones; “pero mirado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el conjunto <strong>de</strong>l espacio historiográfico académico, representaron unacorriente que estaba como en una especie <strong>de</strong> latencia, <strong>de</strong> trabajo permanente y silencioso, y ciertamente marginal” (p. 131),consi<strong>de</strong>ra Pittaluga.


estemos al abrigo <strong>de</strong> las disrupciones, <strong>de</strong> los quiebres, <strong>de</strong>l espectáculo sobrecogedor <strong>de</strong>l abismo” (2004:196). El historiador Omar Acha (2008) plantea que este i<strong>de</strong>al <strong>de</strong>l “país normal” que sistematiza la reflexión<strong>de</strong> Torre constituyó la “doxa” <strong>de</strong> la disciplina. La consolidación <strong>de</strong>l campo historiográfico se <strong>de</strong>sarrollócon numerosas reflexiones y estudios que tenían como horizonte a una sociedad normalizada. De modoque el sentido <strong>de</strong> la práctica historiográfica estaba para los académicos fuertemente condicionado por lahistoria que se acababa <strong>de</strong> vivir (Acha, 2008: 171), en sintonía con los supuestos, las premisas y los valoresprogresistas que por entonces instituía el campo político, que quedan resumidos en las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>“mo<strong>de</strong>rnización, integración, inclusión, <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong>mocratización”.Ahora bien, en relación a las consecuencias que la operación postdictatorial tiene para el campohistoriográfico académico, que lo llevó a una búsqueda <strong>de</strong> asepsia cientificista tomando como el antimo<strong>de</strong>loa la tradición <strong>de</strong> la historia militante <strong>de</strong> décadas anteriores, <strong>de</strong> la cual terminó por <strong>de</strong>smarcarse (DiMeglio, op. cit.), hay dos cuestiones a señalar. La primera <strong>de</strong> estas cuestiones tiene que ver con la crecienteprofesionalización <strong>de</strong>l campo 115 y su progresivo <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l intelectual a la <strong>de</strong>lespecialista (Sarlo, 1985). La otra cuestión es la ilusión <strong>de</strong> cientificidad que las reglas y las pautasdisciplinares que va dándose el campo contribuyen a generar y la consiguiente sensación <strong>de</strong> <strong>de</strong>spolitización<strong>de</strong> la actividad que las mismas <strong>de</strong>spiertan (Di Meglio, í<strong>de</strong>m). Usamos las expresiones “ilusión <strong>de</strong>cientificidad” y “sensación <strong>de</strong> <strong>de</strong>spolitización” para subrayar la artificiosidad <strong>de</strong>l discurso histórico, paraacentuar que esta neutralidad que <strong>de</strong>stila la historiografía producida con arreglo a las pautas que dicta laaca<strong>de</strong>mia es producto <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong>l discurso y se <strong>de</strong>be en buena medida a las formas que adopta elmismo.La constitución <strong>de</strong>l campo historiográfico que propició el régimen <strong>de</strong>mocrático abrazó una concepción <strong>de</strong>la disciplina histórica asociada a un quehacer intelectual emancipado <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas políticas inmediatas,que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces se arrojaron al <strong>de</strong>sprestigiado terreno <strong>de</strong> la “i<strong>de</strong>ología”. Pero en rigor, este gesto quebuscaba producir un corte con la imbricación con la política tan habitual en las décadas prece<strong>de</strong>ntes, noconstituye un movimiento tendiente a la <strong>de</strong>spolitización sino más bien a la repolitización. En efecto, alabogar por un “país normal” y un paquete <strong>de</strong> valores que se i<strong>de</strong>ntifican con cierta consciencia progresista,la política no <strong>de</strong>saparece. Los presupuestos que por entonces sostiene la historiografía no podrían estarmenos condicionados por la historia que se venía <strong>de</strong> vivir. Lo que <strong>de</strong>saparece es el posicionamientoexplícito en los textos, <strong>de</strong>saparece la suerte <strong>de</strong> fetichización <strong>de</strong> la política que se encontraba en la historia115 La profesionalización <strong>de</strong> la disciplina tiene también que ver con los nuevos dispositivos <strong>de</strong> regulación científica <strong>de</strong>l sistemaacadémico, basados en una estricta evaluación respecto a la metodología, al número <strong>de</strong> artículos a publicar, a los circuitos ysoportes por los cuales se hace circular los resultados <strong>de</strong> las investigaciones, etc. Este dato es importante para nosotros en tantoel ejercicio <strong>de</strong>l oficio histórico bajo las pautas que prescriben estas regulaciones suele ser tan exigente que constituye en símismo una fuente <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación para quienes se someten a ellos y, por lo tanto, un motivo para suscitar solidarida<strong>de</strong>scorporativas fuertes.


militante prece<strong>de</strong>nte, pero la visión <strong>de</strong>l autor está en los textos, los permea. Cuando Felipe Pigna busca<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> las críticas que lo acusan <strong>de</strong> hacer una historia sesgada, que toma partido, diciendo que “laobjetividad no existe”, está intentando <strong>de</strong>smontar esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> neutralidad que se arroga la historiaacadémica.De modo que el escenario que se abre con la reinstalación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia en 1983 ofrece un climaincompatible con la tradición historiográfica militante, la cual suele conllevar una prosa provocativa ypreñada por el conflicto, esto es, formas discursivas y lecturas <strong>de</strong>l pasado que intentaban <strong>de</strong>jarse atrás<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la matriz <strong>de</strong>mocrática que se reivindica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la política oficial. Los marcos establecidos por elgobierno <strong>de</strong> Alfonsín, en cambio, sí constituyeron condiciones favorables a la tradición científica <strong>de</strong> lahistoria. En la Argentina este mo<strong>de</strong>lo tenía como antece<strong>de</strong>nte la “historia social y cultural”, que <strong>de</strong> la mano<strong>de</strong> José Luis Romero había <strong>de</strong>sembarcado en la universidad a instancias <strong>de</strong> la llamada “RevoluciónLibertadora” en 1955 (Myers, 2004; Devoto, 2009; Acha, 2009; Cernadas y Lvovich, 2010). En losochenta esta corriente historiográfica se recupera y la disciplina empren<strong>de</strong> la marcha firme hacia laprofesionalización, siguiendo <strong>de</strong> cerca para su “puesta a punto” las corrientes historiográficas imperantesen países como Estados Unidos, Inglaterra y Francia (Di Meglio, 2012). La ten<strong>de</strong>ncia hacia laprofesionalización se profundiza y se expan<strong>de</strong> constituyéndose en el mo<strong>de</strong>lo hegemónico.El escenario post-crisis en el que surgen los “libros <strong>de</strong> la controversia” es muy distinto al que se recortabaen la década <strong>de</strong>l ochenta. Los ecos que había <strong>de</strong>jado la violencia política <strong>de</strong> los años setenta ya noresonaban como en la década que la sucedió y más <strong>de</strong> veinticinco años ininterrumpidos <strong>de</strong> régimen<strong>de</strong>mocrático habían revelado que eso <strong>de</strong> que “con la <strong>de</strong>mocracia se come, se cura y se educa” no era másque un slogan. La “teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios” que había representado “el plano medio <strong>de</strong> la opinión máscomún” (Kohan, 2012), y por ello había gozado <strong>de</strong> un formidable consenso social, comenzaba a serobjetada como verdad universal o <strong>de</strong>finitiva.Sabemos que cuando el espacio <strong>de</strong> la política se abre a la contingencia como en ese momento, laposibilidad <strong>de</strong> disputar la conducción <strong>de</strong> ese espacio resulta más factible que en períodos <strong>de</strong> estabilidad ysoli<strong>de</strong>z institucional. Lo mismo ocurre con la historia, pues con la puesta en cuestión <strong>de</strong> los li<strong>de</strong>razgos ylos acuerdos políticos entran en crisis las cosmovisiones en las que estos se sostenían y apoyaban, y lasevaluaciones históricas imperantes caen en <strong>de</strong>sprestigio.Un recorrido sumario por el <strong>de</strong>rrotero histórico <strong>de</strong> la historiografía mo<strong>de</strong>rna argentina es suficiente paradocumentar la gravitación <strong>de</strong> la política en la contextura que va adoptando el campo histórico:


“Los estudios históricos comienzan a consolidarse en las últimas décadas <strong>de</strong>l siglo XIX con las obras <strong>de</strong>Bartolomé Mitre y <strong>de</strong> Vicente Fi<strong>de</strong>l López. (…) En la última década <strong>de</strong>l siglo XIX y los primeros años <strong>de</strong>lsiglo XX, surgen atisbos <strong>de</strong> una revisión <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> Juan Manuel <strong>de</strong> Rosas y los caudillos, en autorescomo Ernesto Quesada, Adolfo Saldías y David Peña. Durante el mismo período se consolida el ensayopositivista, cuyo paradigma historiográfico es el trabajo <strong>de</strong> José María Ramos Mejía sobre Rosas. Laperspectiva adopta tras el Centenario un viraje ‘i<strong>de</strong>alista’ con José Ingenieros. Después <strong>de</strong> 1910 emergeuna nueva generación <strong>de</strong> estudiosos con implantación universitaria: la ‘Nueva Escuela Histórica’. (…) Enla década <strong>de</strong> 1930 nace el revisionismo histórico, en el que pue<strong>de</strong> distinguirse una vertiente rosista que seformaliza en 1938 con la fundación <strong>de</strong> un <strong>Instituto</strong> <strong>de</strong> Investigaciones Históricas. Sus referentesprincipales son Julio Irazusta, Vicente Sierre, José María Rosa y Ernesto Palacio. La otra vertienterevisionista, <strong>de</strong> índole antiimperialista y orientación yrigoyenista, es la <strong>de</strong>l grupo FORJA: Raúl ScalabriniOrtiz y Arturo Jauretche. Ambas perspectivas critican el liberalismo, pero la segunda es más ambigua antela figura <strong>de</strong> Rosas. Implantada en la universidad a partir <strong>de</strong> 1955, comienza a <strong>de</strong>sarrollarse la ‘historiasocial’ alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> José Luis Romero. Esta corriente pregona la necesidad <strong>de</strong> estudiar la economía, la<strong>de</strong>mografía y la sociedad (…). Contemporáneamente surgen versiones historiográficas <strong>de</strong> orientaciónmarxista como en Milcia<strong>de</strong>s Peña, Jorge Abelardo Ramos, Rodolfo Puiggrós y, con una <strong>de</strong>cidida cargaperonista, Rodolfo Ortega Peña. Sus obras giran en torno al dilema <strong>de</strong> cómo articular la lucha <strong>de</strong> clasescon la liberación nacional. En materia <strong>de</strong> divulgación histórica, aparece en 1967 la revista Todo esHistoria, dirigida por Félix Luna. La dictadura militar 1976-1983, (…) aborta una naciente historiografía<strong>de</strong> izquierda. A partir <strong>de</strong> 1984 se produce la reorganización universitaria que permite la edificación <strong>de</strong>una historiografía profesionalizada, don<strong>de</strong> es posible reconocer la preeminencia <strong>de</strong> una versión <strong>de</strong> lahistoria social y política <strong>de</strong> corte progresista. En 2001 comienza un período <strong>de</strong> vacancia historiográfica”(Acha, 2009: 11-12)La cartografía <strong>de</strong> la historiografía que nos <strong>de</strong>ja esta apretada síntesis nos muestra un campo heterogéneo,que a medida que va edificándose se puebla <strong>de</strong> líneas teóricas, políticas e i<strong>de</strong>ológicas variadas. En ella se<strong>de</strong>stacan dos momentos que son importantes para nosotros como antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la disputa <strong>de</strong> la que aquínos ocupamos, pues en ella se reeditan conflictos en torno a la <strong>de</strong>finición historiográfica legítima y sereactualizan dos evaluaciones históricas divergentes en un marco <strong>de</strong> crisis y <strong>de</strong> cambios políticos abruptosy violentos como fueron los golpes militares <strong>de</strong> 1930 y <strong>de</strong> 1955.El primero vio nacer a los revisionismos históricos, en cuya vertiente <strong>de</strong> orientación yrigoyenista yantiimperialista parecen abrevar, en parte, la historia que aparece en “los libros <strong>de</strong> la controversia” que,como aquellos, representa una alternativa a la historiografía hegemónica en la universidad, que en el treintaestaba encarnada por la Nueva Escuela Histórica, i<strong>de</strong>ntificada con una manera <strong>de</strong> hacer historia


profesional, <strong>de</strong> corte liberal y <strong>de</strong> la cual se nutre la versión oficial <strong>de</strong> la historia.El segundo momento, coinci<strong>de</strong>nte con el golpe al peronismo propiciado por la llamada “RevoluciónLibertadora”, es el que le permite a la renovación historiográfica que se estaba dando en el campohistoriográfico <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l historiador José Luis Romero 116 , arribar a espacios institucionales que leshabían sido proscriptos por el peronismo, como la universidad. En una tradición progresista, la “historiasocial y cultural” que introduce Romero tiene en su horizonte la intención <strong>de</strong> refundar la universidadreformándola académica y políticamente. La corriente <strong>de</strong> la “historia social” se propone renovar a lahistoriografía apoyándose en los aportes <strong>de</strong> las ciencias sociales, fundamentalmente <strong>de</strong> la economía y lasociología.Asimismo, los años posperonistas también son importantes para el ascenso <strong>de</strong>l revisionismo ya que duranteesta etapa dicha corriente logra su mayor expansión. Si bien la universidad les seguiría resultando hostil, lacoyuntura cultural sí constituyó un marco favorable para fijar sus raíces, ya que el reservorio peronistasignificaba ahora un enorme público “en disponibilidad” (Devoto, 2009: 278).En suma, lo que es común a las distintas corrientes historiográficas que fueron complejizando el campo <strong>de</strong>la disciplina a lo largo <strong>de</strong> su historia y ampliando la variedad <strong>de</strong> sus tradiciones intelectuales, es suemergencia en tres contextos <strong>de</strong> crisis <strong>de</strong> la historia política argentina. Dos <strong>de</strong> esos momentoscorrespon<strong>de</strong>n a dos golpes <strong>de</strong> Estado militares que <strong>de</strong>rrocaron a los dos gobiernos más populares <strong>de</strong> lahistoria argentina, los <strong>de</strong> Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, y el tercero refiere al retorno a la<strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l radical Raúl Alfonsín tras años traumáticos, que no sólo incluyen un gobiernomilitar <strong>de</strong> facto, sino que contienen terrorismo <strong>de</strong> Estado, violencia política y hasta una guerra. Losrevisionismos surgidos a fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l ‘30, los revisionismo que afloran en el ‘55 y que sesostienen con éxito a lo largo <strong>de</strong> la década siguiente, la historia social que conquista la universidad en el‘55 tras la proscripción que le impuso el peronismo, y la <strong>de</strong>finitiva instalación <strong>de</strong> la historia profesionalque propicia la transición <strong>de</strong>mocrática iniciada en 1983, tienen como <strong>de</strong>nominador común el hecho <strong>de</strong>encontrar en un escenario atravesado por la incertidumbre política y social las condiciones para suemergencia.Luego, existen ciertos aires <strong>de</strong> familia entre algunos <strong>de</strong> ellos. En términos epistemológicos, una seriepodría establecerse, por un lado, entre la historia social <strong>de</strong>l ‘55 y la historia profesional <strong>de</strong>l ‘83, y por otrolado, entre los revisionismos <strong>de</strong> las décadas <strong>de</strong>l ‘30, los <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l ‘50-‘60 y los libros <strong>de</strong> Pigna-Lanata-116 Dicha renovación historiográfica <strong>de</strong>be a la experiencia <strong>de</strong> la revista Imago Mundi buena parte <strong>de</strong> su maduración intelectual.Véase Acha, 2008 y Devoto, 2009.


O’Donnell <strong>de</strong>l siglo XXI. Ciertamente, el humor revisionista <strong>de</strong> estos últimos libros fue aludido en elanálisis y consiguiente crítica <strong>de</strong> los mismos realizado por algunos historiadores académicos, que inclusollegaron a referirse a ellos como “neo-revisionismo”. La ubicación <strong>de</strong> dichos best-sellers en el linajerevisionista tiene que ver con la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> motivos comunes, como el antiimperialismo, la oposicióna un relato histórico que se <strong>de</strong>nomina como “historia oficial”, la adscripción a un mo<strong>de</strong>lo conspirativo <strong>de</strong> lahistoria y la <strong>de</strong>rivada autopostulación como la operación histórica que viene a <strong>de</strong>nunciar la alianza ocultaexistente entre el saber y el po<strong>de</strong>r para someter al “pueblo”. Pero la asociación <strong>de</strong> “los libros <strong>de</strong> lacontroversia” con la tradición revisionista también se funda en otras afinida<strong>de</strong>s, como que en la base <strong>de</strong>ambas experiencias editoriales está la búsqueda <strong>de</strong> una explicación capaz <strong>de</strong> generar algún tipo <strong>de</strong>respuesta, tanto a la crisis política como a los cambios sociales y culturales introducidos por la primera, ypor ello se emparentan en que unas obras y otras utilizan el pasado como excusa para hablar <strong>de</strong>l presente.También en el hecho <strong>de</strong> que ambas recibieron una respuesta masiva <strong>de</strong>l público, se forjaron y circularonpor espacios extraacadémicos e inspiraron la reprobación <strong>de</strong> las voces <strong>de</strong> la aca<strong>de</strong>mia. Sin embargo,aunque los académicos fueron uno <strong>de</strong> los propiciadores <strong>de</strong> la asociación entre “los libros <strong>de</strong> lacontroversia” y el revisionismo, también son ellos quienes impugnan la inscripción <strong>de</strong> los primeros en ellinaje que constituyen los segundos, puesto que <strong>de</strong>stacan su calidad sensiblemente inferior, sus resortescomerciales por oposición a las convicciones políticas que motivaban a los revisionistas <strong>de</strong>l siglo pasado, yla ausencia en los últimos <strong>de</strong> alternativas y <strong>de</strong> gestos propositivos que propicien alguna tradición políticaen reemplazo <strong>de</strong> los panteones que <strong>de</strong>smantelan con sus interpretaciones.Más allá <strong>de</strong> las diferencias señaladas, creemos que lo que introduce una variante, un salto cualitativo entrelos “neo-revisionistas” y los revisionistas <strong>de</strong>l siglo pasado, es el hecho <strong>de</strong> que los best-sellerscontemporáneos inscriben a la última dictadura militar en la serie <strong>de</strong> hechos <strong>de</strong>leznables que los esquemasrevisionistas <strong>de</strong> la historia suelen plantear y señalar como aquellos que la llamada “historia oficial” seempeña en ocultar o en presentar <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> sus rasgos más dramáticos y <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> susresponsables. Con la introducción <strong>de</strong> este pasado reciente en las lecturas conspirativas <strong>de</strong> la historia y conla acentuación <strong>de</strong>l mismo que implica su uso como mo<strong>de</strong>lo y medida para juzgar otros hechos, reducen asía todos los conflictos que atraviesan a la historia argentina al planteo violento que asumieron lasdiferencias políticas por esos años. Ese planteo violento pertenece a un capítulo <strong>de</strong> nuestra historia al quejustamente parece difícil encontrarle parangón con cualquier otro hecho histórico prece<strong>de</strong>nte. Este gesto nosólo es controvertido porque transgre<strong>de</strong> las reglas <strong>de</strong>l método histórico que aconsejan esperar a que loshechos “se enfríen” para hacer <strong>de</strong> ellos un objeto <strong>de</strong> estudio, sino también porque vulnera la interpretaciónque había logrado hegemonizar al interior <strong>de</strong>l campo historiográfico el espacio político-intelectual durantela transición <strong>de</strong>mocrática. Esto es, que no hay nada bueno que pueda salir <strong>de</strong> “ese” arcón <strong>de</strong> los recuerdos,que fue una etapa dominada por los “<strong>de</strong>monios”.


A su vez, hay que apuntar que la presencia <strong>de</strong> alusiones a la dictadura militar <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> estos libros (paraafirmar, por ejemplo, que Mariano Moreno es nuestro primer <strong>de</strong>saparecido), coinci<strong>de</strong> con una coyunturapolítica y cultural en la que se resquebraja el consenso sobre ese pasado reciente, reconfigurando con elloel marco <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>cible y <strong>de</strong> lo investigable en esta materia. El campo político recupera el pasado recientepara hacerlo objeto <strong>de</strong> la política, apoyado en una interpretación <strong>de</strong> ese pasado que plantea profundasdiferencias con la promovida por la transición <strong>de</strong>mocrática 117 . Un conjunto <strong>de</strong> figuras cobran protagonismoen la escena pública, como la <strong>de</strong>l militante, la <strong>de</strong>l <strong>de</strong>saparecido, la <strong>de</strong> los/as hijos/as <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecidos; y lainterpretación oficial <strong>de</strong> nuestra historia abandona la lectura que se atribuye a Ernesto Sábato y promuevela i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la violencia <strong>de</strong> esos años era la escalada <strong>de</strong> un conflicto que tenía a dos <strong>de</strong>monios porcontendientes, para pasar a afirmar que uno <strong>de</strong> ellos no era tal, sino que se trataba <strong>de</strong> una generación <strong>de</strong>jóvenes comprometidos hasta la muerte con la transformación social <strong>de</strong> su país.La impugnación <strong>de</strong> los académicos a la historia <strong>de</strong> divulgación pue<strong>de</strong> interpretarse como un reflejocorporativo, lo cual, <strong>de</strong>bido a que dicho grupo nuclea a un conjunto heterogéneo <strong>de</strong> profesionales <strong>de</strong> lahistoria 118 , probablemente pueda estar relacionado con que sus diferencias no impi<strong>de</strong>n que los mismoshagan sistema. Es que lo que parece entrar en juego para ello es el sentido común <strong>de</strong>l espacio académicoque habitan, lo que Bourdieu <strong>de</strong>nomina la doxa <strong>de</strong> un campo disciplinario. Pero a<strong>de</strong>más, como intentamosargumentar a lo largo <strong>de</strong> estas páginas, creemos que la sintonía entre la re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la interpretaciónque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el campo político se promueve <strong>de</strong> ese capítulo <strong>de</strong> nuestro pasado cercano con un fenómenoeditorial <strong>de</strong>l género histórico que hace <strong>de</strong> “la omnipresencia <strong>de</strong> la última dictadura militar el hechocrucial <strong>de</strong> todo nuestro pasado nacional” (Acha, 2008: 186), permite pensar en un proceso <strong>de</strong>reconfiguración <strong>de</strong> fuerzas en el plano político-intelectual que bien pue<strong>de</strong> estar en la base <strong>de</strong> las reacciones<strong>de</strong> los académicos en contra <strong>de</strong> la historia que escriben los divulgadores. Si bien creemos que hay aquítambién una actitud <strong>de</strong>fensiva que busca proteger las posiciones conquistadas en el campo historiográficoque amenaza el avance <strong>de</strong> estas historias, <strong>de</strong>scansa asimismo, a nuestros ojos, una preocupación <strong>de</strong> carácteri<strong>de</strong>ológico-político <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las intervenciones más duras <strong>de</strong> los académicos. Creemos que en lo que hacea esta dimensión <strong>de</strong>l conflicto, la postura divergente que mantienen los contendientes en torno a la últimadictadura militar es un factor central, porque la misma con<strong>de</strong>nsa dos miradas contrapuestas y extendidas ennuestro campo cultural sobre el período más traumático <strong>de</strong> nuestra historia nacional.A modo <strong>de</strong> cierre117 En este sentido pue<strong>de</strong>n enten<strong>de</strong>rse los cambios introducidos por el gobierno <strong>de</strong> Néstor Kirchner en el año 2006 al prólogo <strong>de</strong>Nunca más.118 Estos best-seller lograron congregar nombres como los <strong>de</strong> Tulio Halperín Donghi, Luis Alberto Romero, Beatriz Sarlo, HildaSábato, Mirtha Z. Lobato, Miguel Ángel <strong>de</strong> Marco, Horacio González, José Vazeilles, Jorge Gelman, Juan Suriano, Ema Cibotti.


En este sentido <strong>de</strong>cimos que la última dictadura militar se constituye en un nudo temático. Creemos que elmodo contrastante en que plantean cómo <strong>de</strong>be encararse la relación <strong>de</strong> la historia con la política las dostradiciones historiográficas en las que abrevan las posturas <strong>de</strong>splegadas en la disputa, esto es, la “historiacientífica” y la “historia militante”, son <strong>de</strong>cisivos para producir modos <strong>de</strong> abordaje divergentes alre<strong>de</strong>dor<strong>de</strong> la oscura historia vivida entre 1976 y 1983. Los reparos metodológicos, epistemológicos y narrativosque imponen los criterios científicos bajo el influjo <strong>de</strong> los cuales trabajan los historiadores académicos,hacen <strong>de</strong>l tratamiento <strong>de</strong> un tema tan sensible como el <strong>de</strong> la última dictadura militar, o bien una cuestiónprohibida aún (por su cercanía temporal, por la tragedia política y humana que significó y porque en esepasado están implicados los mismos historiadores que <strong>de</strong>berían tomarlo por objeto), o bien una cuestiónque se aborda con arreglo a la <strong>de</strong>spolitización adoptada por la profesionalización <strong>de</strong> la disciplina en losaños ochenta, <strong>de</strong>spolitización que, como ya señalamos, consistió en rigor en una repolitización, en virtud<strong>de</strong> la “estrategia <strong>de</strong>mocrática” que instruía a esos trabajos. En manos <strong>de</strong> la “historia militante”, en cambio,la última dictadura militar es repuesta a la narrativa épica a la que es afecta este mo<strong>de</strong>lo, la cual <strong>de</strong>vuelvela interpretación <strong>de</strong>l período a sus cimientos más dramáticos y repone las motivaciones altruistas <strong>de</strong>aquellos que ofrecieron resistencia a la represión estatal, haciendo <strong>de</strong>l traumático período algo distinto a lamera <strong>de</strong>formidad que asume la historia cuando se la piensa como obra <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios.Bibliografía-ACHA, Omar, “Las narrativas contemporáneas <strong>de</strong> la historia nacional y sus vicisitu<strong>de</strong>s”, en Lanueva generación intelectual. Incitaciones y ensayos, Buenos Aires, Herramienta ediciones, 2008.____________ Historia crítica <strong>de</strong> la historiografía argentina: las izquierdas en el siglo XX. BuenosAires, Prometeo, 2009.-CARRETERO, Mario y VOSS, J. F. (dirs.), Apren<strong>de</strong>r y pensar la historia, Amorrortu, BuenosAires, 2004.-CERNADAS, Jorge y LVOVICH, Daniel, “Revisitas a la pregunta: historia ¿para qué?”, enCERNADAS, Jorge y LVOVICH, Daniel (eds.), Historia, ¿para qué? Revisitas a una viejapregunta, Prometeo, Buenos Aires, 2010.-DEVOTO, Fernando J. y PAGANO, Nora C., Historia <strong>de</strong> la historiografía argentina,Sudamericana, Buenos Aires, 2009.-DEVOTO, Fernando J., “Prefacio”, en DEVOTO, Fernando J., Historiadores, ensayistas y granpúblico. La historiografía argentina, 1990-2010, Biblos, Buenos Aires, 2010.-DI MEGLIO, Gabriel, “Para una nueva discusión sobre nuestra historiografía académica”, en Lahistoria en cuestión. Historia y Política en tiempos kirchneristas, 29 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2012. Disponible:http://historiaencuestion.blogspot.com.ar/2012/05/para-una-nueva-discusion-<strong>de</strong>-nuestra.html-FERNÁNDEZ, Carolina J., “Relatar el pasado, relatar el presente”, en El pingüino <strong>de</strong> Minerva, 16


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“I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>” IDAES |UNSAMAutora: Cecilia Beatriz DíazPertenencia Institucional: Lic. en Comunicación Social (UNLaM) y Doctoranda en Com. Social(UNLP)Correo electrónico: cebediaz@gmail.comMesa <strong>de</strong> trabajo: Historia, política y memoria en el Cono SurEl Mural <strong>de</strong>l Bicentenario Argentino: Imagen <strong>de</strong> una Nación 119120ResumenEl presente trabajo tomó como objeto al Mural Bicentenario <strong>de</strong> Miguel Rep (2008) porque comodiscurso institucionalizado sintetiza la historia nacional a través <strong>de</strong> la iconicidad <strong>de</strong> los hitos <strong>de</strong> losmovimientos populares y se vuelve material educativo. El objetivo <strong>de</strong> este análisis es, entonces,distinguir las inclusiones y exclusiones <strong>de</strong> este relato histórico, sus relaciones con las principalescorrientes historiográficas y la proyección <strong>de</strong> futuro.Por su circulación en ámbitos institucionales, se sostiene como hipótesis que el mural <strong>de</strong>lBicentenario representa la imagen <strong>de</strong> la nación argentina <strong>de</strong>l Kirchnerismo, una retrospectiva quebusca la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el significante vacío (Laclau, 2009) <strong>de</strong> los movimientos populares, peroque no es fundante sino que se une a la intertextualidad <strong>de</strong> otras imágenes <strong>de</strong> nación (<strong>de</strong> otrosproyectos políticos históricos que re<strong>de</strong>finen el rol <strong>de</strong>l Estado) que en plena lucha discursiva, sediscuten para alcanzar las subjetivida<strong>de</strong>s.INTRODUCCIÓNEl festejo institucionalizado <strong>de</strong>l Bicentenario Argentino constituye un discurso que propuso unamirada popular con la finalidad <strong>de</strong> sentar las bases <strong>de</strong> una nueva historia oficial que resuelva ycontenga los diferentes movimientos populares y sus contradicciones, pero que genere pertenencia,un aspecto ineludible y diferenciador frente al relato <strong>de</strong> la fundacional historiografía liberal.De las múltiples expresiones para conmemorar los 200 años <strong>de</strong> la Revolución <strong>de</strong> Mayo, este trabajotoma como objeto el mural <strong>de</strong> Miguel Rep 121 (2008) por su estabilidad como imagen, por su119 Se <strong>de</strong>ja expresa conformidad a la publicación <strong>de</strong> este trabajo por los medios que el IDAES consi<strong>de</strong>re pertinente.120 El presente trabajo es resultado <strong>de</strong> las reflexiones <strong>de</strong>l seminario “Campo intelectual: Debates y discusionescontemporáneas” <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong>l Doctorado en Comunicación Social (UNLP). Sus contenidos se articularon en losejes <strong>de</strong>: a) memoria, imaginación, lenguaje y afección, como elementos clave <strong>de</strong> la función intelectual y b) laproblemática <strong>de</strong> la representación, ya sea política, artística o discursiva.121 Miguel Rep nació en 1961 en Buenos Aires, es dibujante y humorista gráfico autodidacta. Des<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong>ldiario Página/12 publica diariamente viñetas. También colaboró en revista Veintitrés, Fierro y los diarios El País yLa Vanguardia <strong>de</strong> España. Su obra está compilada en más <strong>de</strong> veinte libros que tienen como temática la historia, lopopular y los Derechos Humanos. Ha ilustrado Don Quijote <strong>de</strong> la Mancha, portadas <strong>de</strong> discos y libros. El


adopción y permanencia en otros circuitos institucionales y fundamentalmente, por su ambiciososentido <strong>de</strong> crear un imaginario histórico representativo <strong>de</strong> una Nación.En este aspecto, lo interesante <strong>de</strong> la obra es su recorrido y adaptación a las nuevas tecnologías paraarticular otras políticas públicas comunicacionales y educativas para enseñar la historia. SinFacundo, la imagen <strong>de</strong>l mural fue digitalizada para contener otras producciones audiovisuales <strong>de</strong>Canal Encuentro. De ese modo, constituye un portal recomendado por el Estado como marco paraexplicar los procesos socio-históricos argentinos.Este trabajo se trata <strong>de</strong> una mirada parcial y condicionada por ciertos elementos que influyen en unayuxtaposición <strong>de</strong>l momento <strong>de</strong> la enunciación con las temporalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la obra. La cercanía <strong>de</strong> lafecha conmemorativa reduce las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> observar las réplicas a nivel social <strong>de</strong>l intento porinstaurar un nuevo relato distante <strong>de</strong> la historiografía liberal. A su vez, la obra <strong>de</strong> Rep contiene unamirada proyectiva que dada la contemporaneidad, no se pue<strong>de</strong> contrastar. Mientras que el presentenos interpela con una estética accesible en lo cotidiano en los medios masivos <strong>de</strong> comunicación.El Mural a gran<strong>de</strong>s rasgosEl mural <strong>de</strong>l Bicentenario surge a pedido <strong>de</strong> la Secretaría <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong> la Nación, bajo la órbita <strong>de</strong>José Nun, como performance artística en la Feria <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> Buenos Aires <strong>de</strong> 2008. Es <strong>de</strong>cir, Repcompletó la obra en veintiún días a la vista <strong>de</strong> los visitantes <strong>de</strong>l stand <strong>de</strong> esa cartera pública. Alfinalizar la exposición, el mural fue llevado al Congreso <strong>de</strong> Cultura y nuevamente expuesto en laBiblioteca Nacional en 2010 como parte <strong>de</strong> los festejos patrios oficiales.La obra se <strong>de</strong>nominó “Mural Bicentenario” y tuvo como material soporte un mdf pintado <strong>de</strong> 11,66m x 2,40 m <strong>de</strong> extensión con una técnica mixta <strong>de</strong> lápiz, marcador y acrílicos. La secuenciahistórica se or<strong>de</strong>na cronológicamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Revolución <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong> 1810 en Buenos Aires hastael 2010 con una caracterización proyectiva con las imágenes <strong>de</strong> la educación, la ciencia y niños. Suautor trabajó en blanco y negro. Éste último es el que predomina en la unión <strong>de</strong> toda la obra por elrío <strong>de</strong> la historia.Cada hecho es sintetizado en una escena simbólica y su selección estuvo a cargo <strong>de</strong>l artista. Pero elmural no solo fue parte <strong>de</strong> los festejos <strong>de</strong> la semana <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong> 2010, sino también una piezadigitalizada e integrada al portal Educ.ar, revela la construcción <strong>de</strong> una nueva historia oficial. SegúnRep, el pasado argentino se simboliza en un paisaje don<strong>de</strong> se suce<strong>de</strong>n los períodos históricos y susreferencias temporales son marcadas por cuatro fechas <strong>de</strong>stacadas: 1810 inicio en el Cabildo <strong>de</strong>Bicentenario es uno <strong>de</strong> sus recientes murales que se suma a otras piezas realizadas en otros lugares <strong>de</strong>l mundo.


Buenos Aires; 1816 la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en la fulgurante Casa <strong>de</strong> Tucumán; 1910 elCentenario con el Congreso Nacional <strong>de</strong> escena y el 2010, Bicentenario y fin <strong>de</strong> la pieza.A lo largo <strong>de</strong>l mural, se repiten ciertos elementos con una intención simbólica. Éstos son: La Mujer: protagonizando como actor político hechos y movimientos sociales. Tal es elcaso <strong>de</strong> la sanción <strong>de</strong>l voto femenino y las Madres <strong>de</strong> Plaza <strong>de</strong> Mayo. A<strong>de</strong>más, la mujer serepite como figura simbólica en los partos <strong>de</strong> la historia, la República, la Justicia y el futuroproyectado por Rep. El Parto: vinculado al ítem anterior, como modo <strong>de</strong> ruptura y surgimiento <strong>de</strong> nuevosperíodos <strong>de</strong>mocráticos: el Peronismo y la recuperación <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Derecho en 1983.En ese sentido, Jauretche ya había vinculado al proceso revolucionario con el parto (Córica,2001). Incluso, en discusiones con otras corrientes nacionalistas, planteaba que “la Naciónseguía todavía naciendo” (Ford, 1988). De este modo, uno <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la FORJAarticulaba a los dos movimientos <strong>de</strong> masas <strong>de</strong>l siglo XX: radicalismo con peronismo. Movimientos sociales como protagonistas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>venir histórico: unitarios, fe<strong>de</strong>rales,inmigrantes, el radicalismo, el peronismo, los <strong>de</strong>saparecidos y los <strong>de</strong>splazados por elneoliberalismo. La masividad <strong>de</strong> estos sectores se ve representada por el aumento <strong>de</strong> lospersonajes que entran en escena a medida que se ampliaron los <strong>de</strong>rechos y viceversa. El Río negro otorga circularidad y unión a los enfrentamientos, luchas y muertes. Al tiempoque muestra vaivenes en un efecto <strong>de</strong> movimiento constante. Futuro: Es la mirada proyectiva <strong>de</strong> una mujer ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> libros. El autor explicó su <strong>de</strong>seo:un <strong>de</strong>venir histórico en el que predomine el conocimiento y “la lógica femenina <strong>de</strong>l dar y <strong>de</strong>la sutileza” (Educ.ar, 2012), en contraste al signo patriarcal <strong>de</strong> los últimos 200 años. Espacio <strong>de</strong>cisivo: La Ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires predomina en el paisaje histórico comocentro: El Cabildo, el Congreso, el puerto, la Plaza <strong>de</strong> Mayo, las torres corporativas <strong>de</strong> los90’ y los saqueos <strong>de</strong>l 2001. Inclusive ciertas escenas que ocurren en las provincias (como elCongreso <strong>de</strong> Tucumán, el Cruce <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, la Guerra <strong>de</strong> la Triple Alianza, el Mo<strong>de</strong>loAgroexportador), refieren a hechos que implicaron la consolidación <strong>de</strong> la hegemoníaporteña, es <strong>de</strong>cir el triunfo liberal. Violencia: fusilamientos a los fe<strong>de</strong>rales, anarquistas, el avance militar tiñendo a la argentina<strong>de</strong> negro y el plan sistemático <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparición forzada <strong>de</strong> personas en la última dictaduramilitar (incluso con las torturas <strong>de</strong> los estacados en Malvinas).La Imagen <strong>de</strong> una NaciónEl mural en Latinoamérica ha sido, históricamente, una expresión <strong>de</strong>l arte popular y revolucionarioque con<strong>de</strong>nsó un imaginario multiétnico y épico que busca interpelar el espacio público. Sin


embargo, este mural como recurso institucionalizado no es un “<strong>de</strong>spertador <strong>de</strong> conciencias” sinoque emerge la edición <strong>de</strong> la historia liberal a partir <strong>de</strong> sus exclusiones pero sin romper con lahegemonía porteña, la linealidad <strong>de</strong>l proceso histórico y la separación <strong>de</strong> la mirada regional.Más allá <strong>de</strong> la subjetividad artística, los festejos <strong>de</strong>l Bicentenario revelan la memoriainstitucionalizada en un marco socio histórico diferente signado por la reconstrucción <strong>de</strong>l Estado y<strong>de</strong> la pertenencia a la Nación, sentimientos erosionados por la aniquilación <strong>de</strong> los lazos sociales porparte <strong>de</strong>l terrorismo <strong>de</strong> Estado y por su sentencia <strong>de</strong> muerte con la crisis <strong>de</strong> las representacionespolíticas a fin <strong>de</strong> siglo XX. En ese sentido, el mural <strong>de</strong>l Bicentenario crea la imagen <strong>de</strong> la naciónargentina, una retrospectiva que busca la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el significante vacío 122 <strong>de</strong> los movimientospopulares, en términos <strong>de</strong> Laclau.En otras palabras, el mural en cuanto expresión artística es una imago 123 -nación, término queretoma la etimología en latín <strong>de</strong> imagen para remitir a la noción <strong>de</strong> origen, en el sentido <strong>de</strong> que laimago nación es una representación <strong>de</strong>l mito <strong>de</strong> su origen que institucionaliza la i<strong>de</strong>ntidad, memoriay proyección <strong>de</strong> las complejida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una nación, construida por procesos políticos que secaracterizan por la re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l Estado. Pero no son únicas por cada nación, en efecto en lahistoria nacional existe una intertextualidad <strong>de</strong> imagos nación que en plena lucha discursiva, sediscuten para alcanzar las subjetivida<strong>de</strong>s.En este caso, el mural Bicentenario correspon<strong>de</strong> a una imago nación <strong>de</strong>l kirchnerismo, pero elconcepto es también aplicable al roquismo y sus múltiples resortes discursivos como lo fue el“Facundo”, los monumentos históricos, nomenclaturas <strong>de</strong> calles, pueblos, localida<strong>de</strong>s y escuelas,para la instalación <strong>de</strong> la historia oficial.Incluso, si se observan otros procesos políticos como el radicalismo y el peronismo, que implicaronla ampliación <strong>de</strong> ciudadanía a las masas, también llevaron a cabo acciones para construir imagosnación:la ban<strong>de</strong>ra agitada <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Córdoba en 1918 en símbolo <strong>de</strong> la reforma y “LaRazón <strong>de</strong> mi vida” como ejemplos paradigmáticos. Por su parte, el menemismo, en un sentidorestrictivo <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>l Estado, tuvo su shopping-escuela como metáfora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo económiconeoliberal.En síntesis, la fortaleza en cuanto permanencia <strong>de</strong> una imago nación <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> li<strong>de</strong>razgos políticosque superan más <strong>de</strong> un mandato y que configuran el Estado junto a la condición <strong>de</strong> que estasrepresentaciones se incluyen en las políticas educativas para su reproducción.Zoom In: Formas y mensajesEn esta obra <strong>de</strong> Rep no existe la intención revolucionaria <strong>de</strong>l muralismo mexicano, sino que intenta122 (Laclau, 2009, pág. 204)123 Imago en Psicología es un concepto introducido por Jung (1911) para <strong>de</strong>signar una “representación como la <strong>de</strong>l padre (imago paterna) o la madre (imagomaterna), que se fija en el inconciente <strong>de</strong>l sujeto y orienta ulteriormente su conducta y su modo <strong>de</strong> aprehensión <strong>de</strong>los otros. La imago es elaborada en una relación intersubjetiva y pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>formada respecto <strong>de</strong> la realidad”.


contener los orígenes <strong>de</strong> la nación en la masa y en base al relato conocido como la “historia oficial”.Lo cierto es que su intento <strong>de</strong> ruptura no es total, sino que conserva ciertos lineamientos y nuevasexclusiones.Demonios <strong>de</strong> la historiografía liberalSin próceres, Rep se vale <strong>de</strong> los movimientos sociales para relatar la historia <strong>de</strong> los pueblos, loscuales fueron estigmatizados como la Barbarie a exterminar, por los sectores conservadores. Poreso, el mural cuenta con una noción <strong>de</strong> inclusión para conformar un ser nacional.Incluso las oleadas inmigratorias fomentadas por la Generación <strong>de</strong>l 80’ fueron el germen <strong>de</strong> lai<strong>de</strong>ntidad nacional basada en “el crisol <strong>de</strong> razas” que conllevaban al racismo <strong>de</strong> Estado, al excluir loamericano (Trinchero, 2005, pág. 384).El protagonismo <strong>de</strong>l sujeto Pueblo articuló los revisionismos que observaron un proceso <strong>de</strong>evolución ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas que atraviesan los 200 años <strong>de</strong> la Argentina: fe<strong>de</strong>ralismo(caudillos), la soberanía (los radicales) y la <strong>de</strong>mocracia social (peronismo) (Svampa, 2006). Eseactor colectivo actualizó a cada momento la lucha política- i<strong>de</strong>ológica que se enfrentaba a laoligarquía.En ese sentido, la obra contiene la construcción <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad social, entendida como unconcepto dinámico que es más acumulativo que excluyente (Colombres, 1997). Para tal fin, Reprecurre a “representaciones que constituyen el correlato simbólico <strong>de</strong> su serie <strong>de</strong> posicionesobjetivas” (Escobar, 1992) y éstas están dadas por las escenas históricas sobre las que existe unconsenso sobre el hecho, pero no sobre su interpretación.¿Quién relata la historia argentina? En efecto, la lucha por el po<strong>de</strong>r político y económico también setradujo en políticas culturales y pugnas por <strong>de</strong>finir una única interpretación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> la nación.Con el ascenso <strong>de</strong> las masas populares impulsado por el reconocimiento <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos políticos ylaborales, “los distintos sujetos colectivos empezaron a disputar el <strong>de</strong>recho a simbolizar el país, conlo que la exclusión <strong>de</strong> los sectores subalternos […] no es más que una forma <strong>de</strong> oscurecer la<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong>sactivar los resortes transformadores” (Acha, Colombres, & Escobar, 1991).Sin embargo, esta construcción genera nuevas exclusiones <strong>de</strong> otros grupos sociales como lapoblación negra y las migraciones internas, es <strong>de</strong>cir los “cabecitas negras”.A pesar <strong>de</strong> la intensión primaria <strong>de</strong> diferenciarse <strong>de</strong> la historiografía liberal, se presentancontinuida<strong>de</strong>s como el paisaje porteño como localización predominante, las victorias latifundistassobre los pueblos originarios, la linealidad <strong>de</strong> la historia, el mo<strong>de</strong>lo agroexportador y los hitosinstitucionales <strong>de</strong> 1810, 1816 y 1853. Si bien es cierto que es imposible soslayarlos, esos hechosson los marcados por las corrientes conservadoras como el camino hacia el progreso, al imitar lasinstituciones liberales en boga en Europa.Por otra parte, el único prócer erigido por la línea mitrista que rescata Rep, es San Martín en su rol


<strong>de</strong> libertador <strong>de</strong> América. Se abre una nueva semejanza al <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> lado, el episodio “oscuro” <strong>de</strong>l“Padre <strong>de</strong> la Patria” al entregar el sable corvo a Rosas como su sucesor en la lucha por lain<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, tras la Vuelta <strong>de</strong> Obligado.Historia institucionalizada“Hacer memoria es construir futuro. Recordar es un proceso <strong>de</strong> aprendizaje, un fenómeno culturalexpresado por individuos en un grupo social <strong>de</strong>terminado. La importancia fundamental <strong>de</strong>l recuerdoradica en su po<strong>de</strong>r para <strong>de</strong>finir la i<strong>de</strong>ntidad y la conducta <strong>de</strong> un pueblo. La memoria tiene efectosactuales y <strong>de</strong>termina la relación con el futuro. Recordar es necesario”(Comisión pro Monumento a las Víctimas <strong>de</strong> Terrorismo <strong>de</strong> Estado, 2010)El Mural Bicentenario cumple la finalidad <strong>de</strong> la comunicación <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong> la historiaque nos forjamos (Váttimo, 1990, pág. 16) transmite memoria e i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> la nación.En cuanto a la conmemoración <strong>de</strong> cada fecha fundacional <strong>de</strong>l Estado Nación, la i<strong>de</strong>ntidad seconstruye en forma <strong>de</strong> mito. Éste permite imponer una lectura siempre renovada que va significarlos hechos registrados ya que sin mito, la historia pier<strong>de</strong> su fundamento (Colombres, 2004, pág. 41).Este sentido <strong>de</strong> mito se configura en el mundo contemporáneo, ya laico y <strong>de</strong>sacralizado, hacia elfuturo (Aiziczon <strong>de</strong> Franco, 1998, pág. 53) en respuesta a las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> la sociedad ante lasincógnitas eternas. Tal es el caso <strong>de</strong> la tecnología y la imagen virtual que aparecen como garantíahumana al tiempo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r sobrenatural (Dragosky & Men<strong>de</strong>z Cherey, 1999, pág. 50). Por eso, elmural <strong>de</strong> Rep incluye esa huida hacia a<strong>de</strong>lante y el progreso lo ubica en el conocimiento y lareivindicación femenina.De ese modo, “una manera <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r el proceso por el cual la nación alcanza una formulacióncultural <strong>de</strong>finida es leer esos discursos como victorias contingentes y provisorias que no <strong>de</strong>notan <strong>de</strong>ninguna manera un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>finitivo sino que permiten entrever tan sólo momentos <strong>de</strong> un equilibrioprecario e inestable” (Fernán<strong>de</strong>z Bravo, 2000). Ese es el mito <strong>de</strong> la historia institucionalizada.A través <strong>de</strong> la pieza y su llegada al aula, esta historia vuelta mito se ritualiza en cuanto objetoteatralizado que, como cualquier monumento, se “constituye como parte <strong>de</strong> un patrimonio político”(García Canclini, 1990).En efecto, el mural luego <strong>de</strong> ser expuesto <strong>de</strong> manera pública y gratuita en la Biblioteca Nacional, sereprodujo en una edición especial <strong>de</strong> estampillas emitidas por el Correo Argentino 124 , que selimitaban a una escena en particular. Sin embargo, su circuito con mayor ambición <strong>de</strong> permanenciae influencia es su inclusión como material didáctico en el sistema educativo.Pantallas Educativas“A cada mediasfera correspon<strong>de</strong> en Occi<strong>de</strong>nte una máquina crucial <strong>de</strong> transmisión: la Iglesia, la escuela,124 Se emitieron sellos postales conmemorativos con la imagen <strong>de</strong>: la Revolución <strong>de</strong> Mayo, la creación <strong>de</strong> la ban<strong>de</strong>ra,San Martín, la sanción <strong>de</strong> la Constitución Nacional <strong>de</strong> 1853, la inmigración europea, la ley Saénz Peña, el CongresoNacional, los grupos Boedo y Florida, el 17 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 1945, la <strong>de</strong>saparición forzada <strong>de</strong> personas, las Madres <strong>de</strong>Plaza <strong>de</strong> Mayo, el neoliberalismo <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l 90’ y la crisis <strong>de</strong> 2001.


la tele. La logosfera había producido el soberano fabulador. La grafosfera engendró el Estado educador.La vi<strong>de</strong>osfera, el Estado seductor”(Debray, 1995, pág. 59)La obra fue digitalizada para un mayor acceso online y con hipervínculos a vi<strong>de</strong>os <strong>de</strong> programassobre historia argentina 125 en Canal Encuentro, textos, activida<strong>de</strong>s y líneas <strong>de</strong> tiempo para trabajaren el aula en los distintos niveles formativos como parte <strong>de</strong>l portal Educ.ar. De esta forma, se erigiócomo un discurso oficial sobre el relato <strong>de</strong> los 200 años <strong>de</strong>l Estado- Nación.La utilización <strong>de</strong>l mural <strong>de</strong> Rep para fines didácticos-educativos no implica la mera transmisión <strong>de</strong>un contenido curricular sino que lleva consigo la memoria cultural que “surge como la construcción<strong>de</strong>l saber sobre el pasado con que una sociedad forma una conciencia <strong>de</strong> su origen y particularidad”(Michael & Schäffauer, 2003, pág. 275). Dicho proceso implica la selección <strong>de</strong> contenidosrelevantes para las “<strong>de</strong>mandas i<strong>de</strong>ntitarias <strong>de</strong>l presente” (Ibid.).En cuanto al soporte tecnológico, el mural fue objeto <strong>de</strong> la convergencia <strong>de</strong> pantallas. Esto es, encuanto la obra como mural, se vuelve imagen televisada en Encuentro y en la web.El Mural Bicentenario utiliza el lenguaje iconográfico predominantemente. Lejos <strong>de</strong> unasimplificación, la iconografía <strong>de</strong> la historia como expresión <strong>de</strong> una búsqueda por simbolizar elproceso pasado con su articulación en el presente, es parte <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong> la cultura, “cuyosentido profundo está en que puebla <strong>de</strong> signos y símbolos el mundo y este poblamiento es paralograr un domicilio a los efectos <strong>de</strong> no estar <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>snudo y <strong>de</strong>sválido en él” (Kush R. ,1955).CONCLUSIONESEl “Mural Bicentenario” <strong>de</strong> Rep constituye una imago nación <strong>de</strong>l proceso kirchnerista en cuantodiscurso institucionalizado. Se podrá <strong>de</strong>cir que el festejo por los 200 años coincidió en el primermandato <strong>de</strong> Cristina Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Kirchner por mero azar, pero a partir <strong>de</strong>l mismo se construyó unainterpretación <strong>de</strong> la historia argentina, signada por el contexto <strong>de</strong>l periodo <strong>de</strong> recuperación<strong>de</strong>mocrática y en este sentido, reconcilia al Estado con el arte popular, los movimientos sociales enel espacio público, como actores políticos legitimados. Por ejemplo: la presencia <strong>de</strong>l peronismoluego <strong>de</strong> la huella <strong>de</strong> su proscripción.Pero su mayor particularidad radica en que expone el po<strong>de</strong>r aggiornado al siglo XXI por suiconografía, su anclaje tecnológico y un lenguaje estético masivo.En cuanto a los relatos historiográficos, el mural con<strong>de</strong>nsa a los actores y hechos excluidos por lacorriente <strong>de</strong> Mitre y Sarmiento, que fueron tomados como protagonistas en los revisionismos <strong>de</strong>l125 Sólo algunas <strong>de</strong> las representaciones cuentan con links, tales como la Revolución <strong>de</strong> Mayo, Guerra contra elParaguay, Constitución Nacional <strong>de</strong> 1853, Mo<strong>de</strong>lo Agroexportador, el 17 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1945, el Golpe <strong>de</strong> estado <strong>de</strong>1955 y <strong>de</strong> 1976, la Guerra <strong>de</strong> Malvinas, el Juicio a las Juntas, los años 90’ y la crisis <strong>de</strong>l 2001, entre otros. Estoimplicó una nueva selección <strong>de</strong> acontecimientos con fines educativos.


siglo XX. Sin embargo, se omite la discusión <strong>de</strong>l eje Rosas- Perón e incluso Hipólito Yrigoyen,como lí<strong>de</strong>res populares estigmatizados por la visión conservadora.Inevitablemente, este discurso sobre el Bicentenario argentino también genera nuevos actoressociales excluidos: la población <strong>de</strong> negros esclavos que participaron en los ejércitos por lain<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong> la vida cotidiana, el movimiento fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1853 y la migración interna<strong>de</strong> las zonas periféricas a la capital.Pero la obra <strong>de</strong> Rep, a diferencia <strong>de</strong> los muralistas mexicanos, no lleva un mensaje ni intenciónrevolucionaria, dado que sus ámbitos <strong>de</strong> circulación culturales son los que han pertenecido a la élitedirigente, ya que no se presentó en la calle en la interpelación directa con el espacio público.Incluso, las se<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Feria <strong>de</strong>l Libro y la Biblioteca Nacional se ubican en los territorios <strong>de</strong> goce<strong>de</strong> la clase terrateniente en la ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires. Es <strong>de</strong>cir, en sus exposiciones oficialessegmentó el universo simbólico (García Canclini, 1990, pág. 84) que luego socializó por medio <strong>de</strong>la tecnología y la confluencia <strong>de</strong> pantallas, a un mayor acceso.Quizás, el aspecto más propositivo y proyectivo que presenta el mural <strong>de</strong> Rep es un futuro don<strong>de</strong> lamujer y el conocimiento son los valores que marcan el <strong>de</strong>venir histórico con menos violencia ymayor comprensión e inclusión.En conclusión, el relato <strong>de</strong> Rep sobre la historia argentina expone una imago nación actual que nosinterpela y cuya influencia no se pue<strong>de</strong> evaluar ante su cercanía, pero sin duda revela el conflictoentre las verda<strong>de</strong>s relativas y la lucha discursiva <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r no sólo con los adversarioscontemporáneos sino también con el pasado y sus representaciones.BibliografíaAcha, J., Colombres, A., & Escobar, T. (1991). Hacia una Teoría Americana <strong>de</strong>l Arte. BuenosAires: Ediciones <strong>de</strong>l Sol.Aiziczon <strong>de</strong> Franco, C. (1998). Los mitos <strong>de</strong>l mundo mo<strong>de</strong>rno. En Mito, fiesta, rito. Tucumán:<strong>Instituto</strong> <strong>de</strong> Investigaciones Estéticas, Facultad <strong>de</strong> Artes, Universidad Nacional <strong>de</strong> Tucumán.Casullo, N., & Otros. (1994). Itinerarios <strong>de</strong> la Mo<strong>de</strong>rnidad. Buenos Aires: Eu<strong>de</strong>ba.Colombres, A. (1997). El Arte en la emergencia civilatoria <strong>de</strong> América Latina. En Pensar <strong>de</strong>s<strong>de</strong>América. Catálogos.Colombres, A. (2004). Teoría Transcultural <strong>de</strong>l Arte. Hacia un pensamiento visual in<strong>de</strong>pendiente.Buenos Aires: Editorial <strong>de</strong>l Sol.Comisión pro Monumento a las Víctimas <strong>de</strong> Terrorismo <strong>de</strong> Estado. (2010). Un proyecto para noolvidar. Catálogo sobre el Parque <strong>de</strong> la Memoria. Buenos Aires, Argentina.


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I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>.Mesa Nº 11Titulo <strong>de</strong> la mesa: “Historia, política y memorias en el Cono Sur”Título <strong>de</strong> la <strong>ponencia</strong>: Guerra revolucionaria y contrasubversión: el Ejército y la seguridad internadurante la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Arturo Illia, 1963-1966.Autor: Esteban Damián PontorieroPertenencia institucional: Universidad Nacional <strong>de</strong> Tres <strong>de</strong> Febrero/ <strong>Instituto</strong> <strong>de</strong> <strong>Altos</strong> <strong>Estudios</strong><strong>Sociales</strong>-Universidad Nacional <strong>de</strong> San Martín/ CONICET.Autorización para publicar: autorizo la publicación <strong>de</strong> la <strong>ponencia</strong>.Introducción 126La presente <strong>ponencia</strong> aborda el análisis <strong>de</strong> una coyuntura histórica durante la cual el Ejército<strong>de</strong>sarrolló un creciente interés por las operaciones militares enfocadas a la preservación <strong>de</strong> laseguridad interna. Este proceso se hallaba estrechamente vinculado a la elaboración por parte <strong>de</strong>lservicio <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong> hipótesis <strong>de</strong> conflicto interno durante la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Dr. Arturo Illia(1963-1966).En un contexto más amplio, <strong>de</strong>be señalarse que dicha orientación estratégica en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa,surgida durante la Guerra Fría, tuvo su punto <strong>de</strong> inicio en el gobierno <strong>de</strong> facto <strong>de</strong> la “RevoluciónLibertadora” (1955-1958), en concordancia con el comienzo <strong>de</strong> la proscripción y persecución <strong>de</strong>lperonismo. En ese marco, las Fuerzas Armadas, particularmente el Ejército, incorporaron elpensamiento antisubversivo francés a su acervo doctrinario con el objetivo <strong>de</strong> dotarse <strong>de</strong> una teoríay <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong> métodos para hacer frente a una amenaza interna potencialmente grave. Segúnlos militares, la misma podría estar encarnada por sectores político-sociales vinculados alperonismo y, fundamentalmente a partir <strong>de</strong> la Revolución Cubana en 1959, a los movimientos <strong>de</strong> la126 Esta <strong>ponencia</strong> se inscribe en el marco <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> temáticas que espero profundizar en mi tesis doctoral. El ejeproblemático or<strong>de</strong>nador <strong>de</strong> ese trabajo es el estudio <strong>de</strong>l proceso militarización <strong>de</strong> la seguridad interna en Argentinaentre 1955-1976. Más particularmente, se busca mostrar las características <strong>de</strong> la confluencia entre civiles y militaresen torno a una serie <strong>de</strong> conceptos y métodos <strong>de</strong> combate vinculados al pensamiento contrainsurgente incorporadopor las Fuerzas Armadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l cincuenta. En este sentido, el trabajo que aquí se presenta seencuentra en el comienzo <strong>de</strong> un largo camino a recorrer en futuras investigaciones.


izquierda revolucionaria.Como resultado <strong>de</strong> ello, las FF.AA. re<strong>de</strong>finieron su ámbito <strong>de</strong> intervención profesional en torno alterritorio argentino con el objetivo <strong>de</strong> enfrentarse a un supuesto enemigo interno <strong>de</strong> característicasextremadamente difusas. En base a esta reconfiguración <strong>de</strong>l actor militar en clave contrainsurgentea lo largo <strong>de</strong>l período 1955-1976 se acentuó la ten<strong>de</strong>ncia a concebir la <strong>de</strong>fensa nacional como unacuestión asociada primordialmente a la preservación <strong>de</strong> la seguridad interna frente a “la amenaza<strong>de</strong>l comunismo”, primero, y luego, a partir <strong>de</strong> 1969, como parte <strong>de</strong> una “guerra contra lasubversión”. 127Cabe señalar que en una investigación prece<strong>de</strong>nte se comprobó que una serie <strong>de</strong> tópicos asociadosal pensamiento militar contrainsurgente francés circularon entre <strong>de</strong>stacados miembros <strong>de</strong>l elencogubernamental <strong>de</strong>l Dr. Illia como así también entre numerosos diputados, tanto oficialistas comoopositores. En este sentido, se pudo constatar que el diagnóstico que este conjunto <strong>de</strong> civilesrealizaba sobre la situación <strong>de</strong> la Argentina <strong>de</strong> la primera mitad <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l sesenta era que elpaís se hallaba inmerso en una “guerra revolucionaria”. Finalmente, se analizó la legislación <strong>de</strong><strong>de</strong>fensa producida durante esos años la cual no llegó a aprobarse pero que sirvió para mensurar laextensión <strong>de</strong> las nociones contrainsurgentes en la normativa <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa que se intentó sancionar. 128De esta manera y enfocándose en el actor militar, la <strong>ponencia</strong> que aquí se presenta explorará unmomento <strong>de</strong> la paulatina, compleja y vasta militarización <strong>de</strong> la seguridad interna en la Argentina <strong>de</strong>lperíodo 1955-1976. Al respecto, cabe señalar que la misma pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse fundamentalmentecomo un proceso <strong>de</strong> incorporación creciente <strong>de</strong> la esfera <strong>de</strong> la seguridad interna al ámbito <strong>de</strong> la<strong>de</strong>fensa nacional y, por en<strong>de</strong>, al <strong>de</strong> las FF. AA..En la primera parte <strong>de</strong> este trabajo se estudiará el proceso <strong>de</strong> reestructuración que realizó el Ejércitoy su vinculación con la preparación operativa <strong>de</strong>l servicio para enfrentar un potencial conflictointerno. Luego, en la segunda sección se abordará la incorporación a los reglamentos militares <strong>de</strong>una serie <strong>de</strong> prescripciones orientadas a estructurar un marco normativo para la actuación <strong>de</strong>lEjército en acciones <strong>de</strong> seguridad interior.La reestructuración <strong>de</strong>l Ejército y la incorporación <strong>de</strong> la seguridad interna a laesfera militar127 Ranalletti y Pontoriero (2010), p.5.128 Pontoriero (2012).


Durante la primera mitad <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l sesenta El Ejército, al igual que la Fuerza Aérea y laArmada, incorporó el problema <strong>de</strong> la seguridad interna en sus planes <strong>de</strong> reestructuración generaliniciados bajo la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Dr. Illia. Básicamente, se partía <strong>de</strong> la constatación <strong>de</strong> la existencia<strong>de</strong> un estado <strong>de</strong> conflicto permanente, propio <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> la Guerra Fría. En ese contexto la“guerra revolucionaria comunista” <strong>de</strong>bía incorporarse como un serio peligro para la <strong>de</strong>fensanacional. 129Por ese motivo, durante los años 1962-1966 el Ejército elaboró la “Hipótesis <strong>de</strong> Guerra ‘A’”Variante 1 que exponía la posibilidad <strong>de</strong> que las FF.AA. tuvieran que enfrentarse a una “agresióninterna llevada a<strong>de</strong>lante por el comunismo y sus aliados”. 130 Asimismo, la “Hipótesis <strong>de</strong> Guerra‘C’”, más amplia y presumiblemente orientada a incluir una potencial insurrección li<strong>de</strong>rada poragrupaciones peronistas, hablaba <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> que el gobierno se viera obligado a hacerfrente a una “conmoción interna <strong>de</strong>l estado” que intentara abatir a las autorida<strong>de</strong>s constituidas o elrégimen constitucional vigente.En referencia a las probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollarse <strong>de</strong> las diferentes hipótesis <strong>de</strong> guerra, <strong>de</strong> acuerdoa los redactores <strong>de</strong> este documento, “… la hipótesis <strong>de</strong> guerra “C” es la más posible <strong>de</strong> concretarseen la década…”. 131 De esta manera, la división entre las esferas <strong>de</strong> la seguridad interna y <strong>de</strong> la<strong>de</strong>fensa nacional se diluía en torno <strong>de</strong> la lucha contra diversos “enemigos internos”, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elcomunismo hasta el peronismo.Dentro <strong>de</strong>l ámbito castrense, este proceso encontraba una <strong>de</strong> sus fuentes teóricas en la llamada“Doctrina <strong>de</strong> la Guerra Revolucionaria” (en a<strong>de</strong>lante, DGR) <strong>de</strong> origen francés, incorporada alpensamiento militar argentino hacia finales <strong>de</strong> los años cincuenta. 132 En primer lugar, la mismaplanteaba que todo conflicto interno era una expresión local <strong>de</strong> la guerra permanente, multiforme eintegral que el bloque comunista estaba llevando a<strong>de</strong>lante a escala planetaria contra el Occi<strong>de</strong>ntecapitalista, <strong>de</strong>mocrático y cristiano. Dicha acción bélica recibía el nombre <strong>de</strong> “guerrarevolucionaria”. 133 A su vez, la DGR prescribía un conjunto <strong>de</strong> técnicas <strong>de</strong> combate que serecomendaba implementar para hacer frente a la “amenaza comunista”. Es importante aclarar que129 Servicio Histórico <strong>de</strong>l Ejército Argentino, Colección: Estructura y Organización, Caja nº 2, Planeamiento MilitarConjunto - Plan <strong>de</strong> Evolución <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas, 1966, p. 41.130 Servicio Histórico <strong>de</strong>l Ejército Argentino, Colección: Planeamiento y Movilización, Caja nº 4, Comando en Jefe <strong>de</strong>lEjército - Estado Mayor <strong>de</strong>l Ejército, Ejército Necesario, 1965, p. 5.131 Servicio Histórico <strong>de</strong>l Ejército Argentino, Colección: Planeamiento y Movilización, Caja nº 4, Comando en Jefe <strong>de</strong>lEjército - Estado Mayor <strong>de</strong>l Ejercito, Ejército Necesario, op. cit., pp. 5, 6.132Amaral (1998), pp. 182, 183. Mazzei (2002), p. 106.133 Girar<strong>de</strong>t (1964), pp. 12-14. Paret (1964), pp. 25, 26, 29, 30, 98.


<strong>de</strong>bido a que la misma estaba estrechamente vinculada a la noción <strong>de</strong> un “enemigo interno”escondido entre la multitud, las FF.AA. y <strong>de</strong> seguridad <strong>de</strong>berían avanzar sobre el control <strong>de</strong> lapoblación. En este sentido, las medidas recomendadas en el marco <strong>de</strong> la DGR se relacionaban conel mantenimiento <strong>de</strong> la seguridad interna <strong>de</strong>l Estado. 134 Entre los métodos recomendados por losespecialistas galos para ese fin estaban la división <strong>de</strong>l territorio en zonas <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa militares(cuadriculación) 135 y la subordinación <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong> seguridad al mando <strong>de</strong> las FF.AA.. 136En consonancia con esta orientación doctrinaria, según un documento <strong>de</strong>l Ejército redactado enpleno proceso <strong>de</strong> reestructuración, el llamado “nuevo ejército” <strong>de</strong>bería ser <strong>de</strong> operaciones <strong>de</strong>bido aque “… la universalidad <strong>de</strong>l enemigo común (comunismo – peronismo subversivo) infiltrado entodos los ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> la vida nacional, como así también sus nuevas formas <strong>de</strong> lucha (guerrasubversiva)” generaban una situación que obligaba al servicio contar con todas sus unida<strong>de</strong>s listaspara entrar en acción <strong>de</strong> inmediato. 137A partir <strong>de</strong> esas previsiones, según los informes elaborados por los militares que participaron en laredacción <strong>de</strong> los planes <strong>de</strong> reestructuración, el Ejército tendría que encontrarse preparado paragarantizar la seguridad y enfrentarse un conflicto interno <strong>de</strong> carácter revolucionario. Para cumplircon esa misión, el servicio se organizaría a partir <strong>de</strong>l sistema territorial constituido por los cincoCuerpos <strong>de</strong> Ejército entre los que se distribuían las diferentes provincias, territorios nacionales y laCapital Fe<strong>de</strong>ral. Así, se establecía que cada Cuerpo contaría con brigadas territoriales “… comofuerzas <strong>de</strong> intervención para aquellos centros <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que se aprecia presentarán problemassubversivos (Capital Fe<strong>de</strong>ral – Córdoba – Tucumán – Rosario – Comodoro Rivadavia)”. 138 Otroelemento nuevo en este marco serían los batallones territoriales, que cumplirían tareas como fuerzas<strong>de</strong> seguridad “… para protección <strong>de</strong> objetivos, seguridad <strong>de</strong> la población, etc”. 139Con respecto a la manera <strong>de</strong> conducirse por parte <strong>de</strong> la tropa en caso <strong>de</strong> una intervención contra un“enemigo subversivo”, otro documento <strong>de</strong> Ejército, en un punto titulado “Concepción ética <strong>de</strong> laguerra”, advertía que el enfrentamiento militar “… no pue<strong>de</strong> originar lisa y llanamente la política <strong>de</strong>‘ojo por ojo y diente por diente’, ya que ello implicaría atentar y aún <strong>de</strong>struir la dignidad humana”.Por lo tanto, y ante un enemigo que se caracterizaba por realizar “… <strong>de</strong>strucciones y atrocida<strong>de</strong>s134 Kelly (1965), pp. 120, 134-140. Cradock y Smith (2007), pp. 75-78. Olsson (2010), p. 46.135 Ambler (1966), pp. 171, 172. Horne (2006), pp. 190, 198.136 Branche (2001a), p. 115, Branche (2001b), pp. 470-474, 482.137Servicio Histórico <strong>de</strong>l Ejército Argentino, Colección: Estructura y Organización, Caja nº 1, Sobre laReestructuración <strong>de</strong>l Ejército en los años 1964-1965, 1965, p. 1.138 Servicio Histórico <strong>de</strong>l Ejército Argentino, Colección: Planeamiento y Movilización, Caja nº 4, Comando en Jefe <strong>de</strong>lEjército - Estado Mayor <strong>de</strong>l Ejercito, Ejército Necesario, op. cit., p.10.139 Ibi<strong>de</strong>m.


jamás vistas durante las luchas armadas habidas hasta hoy”, resultaba necesario “inculcar al militara través <strong>de</strong> toda su carrera, el concepto <strong>de</strong> que <strong>de</strong>berá combatir soportando agresiones a las que élno podrá respon<strong>de</strong>r a su nivel en idéntica medida.”. 140La introducción <strong>de</strong> la seguridad interna en los reglamentos <strong>de</strong>l EjércitoParalelamente a esta reestructuración operativa, las i<strong>de</strong>as contrainsurgentes y las medidas a ejecutaren caso <strong>de</strong> amenazas a la seguridad interna pasaron a formar parte <strong>de</strong> la doctrina contenida en losreglamentos que redactó el Ejército en aquellos años. Así, a principios <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1964 el serviciopuso en vigencia el reglamento provisorio RC-2-1 (“Reglamento <strong>de</strong> conducción para las fuerzasterrestres”). Dicho documento, en su capítulo 13 titulado “Operaciones contra fuerzas irregulares”comenzaba indicando que allí se abordarían las operaciones contra un “enemigo comunista” y en uncontexto general <strong>de</strong> una “guerra revolucionaria”. Se aclaraba, en principio, que este tipo <strong>de</strong>operaciones se exten<strong>de</strong>rían más allá <strong>de</strong> las tradicionales operaciones <strong>de</strong> seguridad. En este sentido,las mismas eran, más bien, acciones propias <strong>de</strong> un teatro <strong>de</strong> guerra, especialmente <strong>de</strong> “guerrafría”. 141La amplitud <strong>de</strong>l enemigo a enfrentar quedaba expresada en la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> las llamadas “fuerzasirregulares” que daba esta normativa: “incluirá a todo el personal, organizaciones y procedimientos<strong>de</strong> las guerrillas, fuerzas insurgentes, subversivas, <strong>de</strong> resistencia, terroristas, revolucionarias ysimilares”. En relación con esta <strong>de</strong>finición, la politóloga francesa Ayse Ceyhan y el politólogofranco-argentino Gabriel Périès han señalado que la “in<strong>de</strong>terminación estructural” <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición<strong>de</strong>l “enemigo interno” constituye una <strong>de</strong> las claves para asegurar el ejercicio efectivo <strong>de</strong> la violenciainterna por parte <strong>de</strong> las FF.AA. en las circunstancias en que se crea pertinente. 142 En cuanto a lasacciones y a los integrantes <strong>de</strong> tales organizaciones, el RC-2-1 especificaba que, “las activida<strong>de</strong>sirregulares incluirán actos <strong>de</strong> naturaleza económica, política, sicológica y militar llevados a cabopredominantemente por los habitantes <strong>de</strong> una nación con el propósito <strong>de</strong> eliminar o <strong>de</strong>bilitar unaautoridad <strong>de</strong>l gobierno local”. 143Más <strong>de</strong>talladamente, el reglamento señalaba que las llamadas “activida<strong>de</strong>s abiertas” podrían incluiractos <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la propiedad pública y/o privada, <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> comunicación y140 Servicio Histórico <strong>de</strong>l Ejército Argentino, Colección: Estructura y Organización, Caja nº 2, Planeamiento MilitarConjunto - Plan <strong>de</strong> Evolución <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas, op. cit., p. 39.141 Ejército Argentino. RC-2-1. Reglamento <strong>de</strong> conducción para las fuerzas terrestres. Buenos Aires: <strong>Instituto</strong>Geográfico Militar, 1964, p. 165.142 Ceyhan y Périès (2006), p. 3.143 Ejército Argentino. RC-2-1. Reglamento <strong>de</strong> conducción para las fuerzas terrestres, op. cit., p. 166.


transportes, ataques contra miembros <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong> seguridad y /o <strong>de</strong> las FF.AA., la colocación<strong>de</strong> bombas, las torturas, el secuestro, etc. Por otra parte, las <strong>de</strong>nominadas “activida<strong>de</strong>s encubiertas”basaban sus actos en la realización <strong>de</strong> sabotajes, el fomento <strong>de</strong> tumultos y manifestaciones, en lapropagación <strong>de</strong> informaciones falsas y rumores, en la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> personas para el ataqueterrorista y en el apoyo logístico <strong>de</strong> la guerrilla. 144En dichas situaciones, el reglamento <strong>de</strong>stacaba que la estrategia a implementar por el Ejército <strong>de</strong>bíaorientarse a aislar a las fuerzas irregulares <strong>de</strong> sus fuentes <strong>de</strong> abastecimiento y reclutamiento tantointernas como externas. Para ello, el RC-2-1 incorporaba una serie <strong>de</strong> medidas que incluían elestablecimiento <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> control y bloqueo <strong>de</strong> caminos, el registro sistemático <strong>de</strong> civiles, lacensura civil, la aplicación <strong>de</strong> toque <strong>de</strong> queda y, por último, la vigilancia <strong>de</strong> grupos políticos ypersonas sospechosas que podrían ser <strong>de</strong>tenidas <strong>de</strong> ser necesario. 145 Asimismo, la normativaprescribía las acciones más directas a implementar por parte <strong>de</strong>l Ejército entre las que se incluían larepresión <strong>de</strong> los disturbios civiles y la i<strong>de</strong>ntificación y eliminación <strong>de</strong> los elementos irregularesencubiertos mediante acciones policiales. Por último, el RC-2-1 indicaba que el Ejército necesitabarealizar constantes patrullajes en búsqueda <strong>de</strong> los elementos irregulares que en caso <strong>de</strong> ser<strong>de</strong>scubiertos <strong>de</strong>bían ser <strong>de</strong>struidos. 146Para finalizar, un punto importante a resaltar es el <strong>de</strong>l tratamiento que prescribía el reglamento paralos “prisioneros <strong>de</strong> guerra”. Sobre este tópico, la normativa señalaba que “la guerra <strong>de</strong> guerrillas serige por las leyes <strong>de</strong> la Convención <strong>de</strong> Ginebra”. Eso implicaba que el guerrillero que fuesecapturado sería tratado como un prisionero <strong>de</strong> guerra regular. Ahora bien, el RC-2-1 aclaraba quequienes no fuesen reconocidos como miembros <strong>de</strong> una guerrilla, los “elementos encubiertos <strong>de</strong> unafuerza irregular”, no tendrían estado legal. 147ConclusionesEn los años <strong>de</strong> Illia se profundizó una ten<strong>de</strong>ncia presente en el Ejército <strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong> la década<strong>de</strong>l cincuenta: la preocupación por la seguridad interna entendida como el frente <strong>de</strong> batallafundamental <strong>de</strong> la Guerra Fría. En este sentido, la reestructuración <strong>de</strong>l Ejército analizada144 Ejército Argentino. RC-2-1. Reglamento <strong>de</strong> conducción para las fuerzas terrestres, op. cit., pp. 167, 168.145 Ejército Argentino. RC-2-1. Reglamento <strong>de</strong> conducción para las fuerzas terrestres, op. cit., p. 173.146 Ejército Argentino. RC-2-1. Reglamento <strong>de</strong> conducción para las fuerzas terrestres, op. cit., pp. 170, 171.147 Ejército Argentino. RC-2-1. Reglamento <strong>de</strong> conducción para las fuerzas terrestres, op. cit., p. 171. Por el interés quetiene este asunto, el análisis <strong>de</strong>l estatus <strong>de</strong> “prisionero <strong>de</strong> guerra” durante los años sesenta y setenta a partir <strong>de</strong>lestudio <strong>de</strong> los reglamentos <strong>de</strong> contrainsurgencia <strong>de</strong>l Ejército fue abordado en un trabajo <strong>de</strong> próxima publicación.Ver, Pontoriero (2013).


parcialmente en estas líneas se orientó predominantemente hacia un or<strong>de</strong>namientocontrasubversivo. Con respecto a esto, a partir <strong>de</strong> un diagnóstico realizado con las hipótesis <strong>de</strong>conflicto interno, la “guerra revolucionaria” se convirtió en la principal amenaza para el Ejército.En base a lo anterior, la necesidad <strong>de</strong> librar una “guerra” <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong>l país condujo aque el centro <strong>de</strong> la reestructuración <strong>de</strong>l servicio estuviese dado por el establecimiento <strong>de</strong> un sistematerritorial basado en cinco Cuerpos <strong>de</strong> Ejército. En vinculación a lo anterior, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>stacarse el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> batallones en cada unidad territorial enfocados específicamente en tareas <strong>de</strong> seguridady represión internas.Paralelamente a este proceso, el Ejército comenzó a sistematizar su doctrina <strong>de</strong> luchacontrainsurgente en los reglamentos militares. Esta cuestión marcó un avance en cuanto a laintención por parte <strong>de</strong>l servicio <strong>de</strong> brindar un encuadre normativo al conflicto bélico que seesperaba que estallara en el corto plazo contra el “enemigo interno”, vagamente i<strong>de</strong>ntificado tantocon el peronismo como con el comunismo.Para finalizar, pue<strong>de</strong> señalarse que los años analizados en esta <strong>ponencia</strong> indican la profundizaciónpor parte <strong>de</strong>l Ejército <strong>de</strong> una preparación teórica y técnica contrasubversiva iniciada durante lasegunda mitad <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l cincuenta. La misma se <strong>de</strong>sarrolló en los cuarteles durante laprimera mitad <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l sesenta mientras la conflictividad político-social vinculada tanto a laproscripción <strong>de</strong>l peronismo como a la represión <strong>de</strong>l movimiento obrero y al surgimiento <strong>de</strong> unaizquierda revolucionaria parecían ser los reflejos locales <strong>de</strong> una guerra planetaria llevada a<strong>de</strong>lantepor el comunismo y sus aliados. En el campo militar, estos elementos venían a confirmas las i<strong>de</strong>assobre los potenciales conflictos internos que se preveían en planes y reglamentos castrenses.El trabajo que aquí se presentó, por lo tanto, intentó reconstruir una parte <strong>de</strong> los antece<strong>de</strong>ntesconceptuales y operativos contrainsurgentes que elaboró el Ejército en la primera mitad <strong>de</strong> los añossesenta. En este sentido, los mismos se inscriben en la trama <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> militarizacióncreciente <strong>de</strong> la seguridad interna cuyos niveles <strong>de</strong> complejidad y extensión darán un salto cualitativoen la década siguiente.Bibliografía consultadaAmaral, Samuel. “Guerra revolucionaria: <strong>de</strong> Argelia a la Argentina, 1957-1962”, Investigaciones y


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Jornadas <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores. IDAES-UNSAMMesa 11: Historia, política y memoriaAutorizamos su publicación.Más allá <strong>de</strong> la lucha armada: La construcción sindical <strong>de</strong> Montonerosy el PRT-ERP en perspectiva comparada (1970-1976)Julieta PachecoUniversidad <strong>de</strong> Buenos Aires – <strong>Instituto</strong> <strong>de</strong> Investigaciones Gino Germani - CONICETGuido LissandrelloUniversidad <strong>de</strong> Buenos Aires – Centro <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> e Investigación en Ciencias <strong>Sociales</strong>IntroducciónDurante los años ’70 la Argentina asistió a una gran convulsión social y política. El proceso iniciadoen mayo <strong>de</strong> 1969 con la insurrección popular <strong>de</strong>nominada Cordobazo, dio lugar a la consolidacióny/o formación <strong>de</strong> numerosas organizaciones políticas <strong>de</strong> izquierda. La mayoría, distanciándose <strong>de</strong>los partidos tradicionales, como el Partido Comunista, el Partido Socialista, el Radical o elJusticialista, asumieron la opción <strong>de</strong> la vía armada para la toma <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. Camino que, en el marco<strong>de</strong> la dictadura militar, logró un significativo <strong>de</strong>sarrollo. En esos años surgieron dos <strong>de</strong> las másimportantes organizaciones políticas <strong>de</strong> izquierda en la Argentina e inclusive en América Latina:Montoneros y el Partido Revolucionario <strong>de</strong> los Trabajadores-Ejército Revolucionario <strong>de</strong>l Pueblo(PRT-ERP). Ambas, con diferentes planteos políticos, se disputaron la dirección <strong>de</strong>l procesoiniciado con el Cordobazo. A pesar <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> la lucha que libraron en el plano i<strong>de</strong>ológicoen diferentes sectores <strong>de</strong> la población, particularmente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la clase obrera, los estudios sobreestas organizaciones han concentrado su atención en el análisis <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo político-militar. Eneste artículo, nuestra intención es profundizar en el conocimiento <strong>de</strong> las intervenciones <strong>de</strong>Montoneros y el PRT-ERP en el movimiento obrero, en el período 1970-1976. Des<strong>de</strong> unaperspectiva comparativa, realizaremos un recorte y nos concentraremos en las analizar lasposiciones que <strong>de</strong>splegaron ambas organizaciones frente a las estructuras sindicales que nucleaban ala clase obrera argentina: la Confe<strong>de</strong>ración General <strong>de</strong> los Trabajadores (CGT) y las 62Organizaciones. En nuestra aproximación, manejamos la hipótesis <strong>de</strong> que las posicionesprogramáticas que <strong>de</strong>finieron a cada una <strong>de</strong> estas organizaciones fueron <strong>de</strong>terminantes en suintervención sindical, cómo guía u orientación general <strong>de</strong> sus acciones. En este sentido, siguiendosus presupuestos programáticos lucharon alternativamente para hegemonizar las direcciones <strong>de</strong> lasentida<strong>de</strong>s sindicales ya existentes o dispusieron la creación <strong>de</strong> entes paralelos: El Bloque sindical


(1975) en el caso <strong>de</strong> Montoneros o el Movimiento Sindical <strong>de</strong> Base y el apoyo a la CGT <strong>de</strong> Saltaenfrentada a su par Nacional, en el <strong>de</strong>l PRT-ERP. Resaltamos, a<strong>de</strong>más, el rol prepon<strong>de</strong>rante que,para enfrentar a las direcciones burocráticas, ambos agrupamientos otorgaron a la recuperación<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las bases <strong>de</strong> los sindicatos.Para realizar este trabajo utilizamos la prensa orgánica <strong>de</strong> Montoneros (El Descamisado) y el PRT-ERP (Estrella Roja y El Combatiente), junto con la prensa <strong>de</strong> sus frentes sindicales,respectivamente Juventud Trabajadora Peronista (La Justa y Jotatepe) y Movimiento Sindical <strong>de</strong>Base (Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> información popular <strong>de</strong>l MSB), así como documentos internos, volantes y<strong>de</strong>claraciones plenarias <strong>de</strong> ambas organizaciones.Montoneros y su JTP en el interior <strong>de</strong>l Movimiento PeronistaEs a partir <strong>de</strong> 1973 cuando comenzó a aparecer <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> Montoneros la necesidad <strong>de</strong> sistematizar ypotenciar el trabajo sindical, que alcanzó un verda<strong>de</strong>ro salto cualitativo con el lanzamiento <strong>de</strong> laJuventud Trabajadora Peronista (JTP). 148 Dos hechos explican este viraje. Por un lado, la apertura<strong>de</strong>mocrática generaba un marco <strong>de</strong> legalidad fructífero para los activistas. Por el otro, y másimportante aún, el retorno <strong>de</strong> Perón y su acceso al po<strong>de</strong>r a través <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Cámpora, parecíasignificar la eventual reapertura <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> Liberación Nacional y Social que habría quedadotrunco en 1955. 149 En efecto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios Montoneros se caracterizó por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r un programa<strong>de</strong> naturaleza reformista que hacía hincapié en la necesidad <strong>de</strong> alcanzar la Liberación Nacionalcomo precondición para luego po<strong>de</strong>r construir un “Socialismo Nacional”. De este modo, laconstrucción <strong>de</strong>l socialismo quedaba supeditada a la erección <strong>de</strong> un “verda<strong>de</strong>ro” capitalismonacional con una burguesía nativa consolidada, pleno empleo para los trabajadores e intervención<strong>de</strong>l Estado en las áreas claves <strong>de</strong> la economía. Esta construcción produciría un enfrentamiento entrelas fuerzas nacionales y las fuerzas imperialistas mundiales, en particular, norteamericanas. Así laclase obrera <strong>de</strong>bía trazar una serie <strong>de</strong> alianzas con sectores nacionalistas <strong>de</strong> la burguesía, quetendrían un potencial revolucionario para enfrentar a los “monopolios <strong>de</strong>l imperialismo”, la“oligarquía agropecuaria” y a la “burguesía al servicio <strong>de</strong>l imperialismo”. Esta elaboraciónprogramática llevaba a Montoneros a reconocer en el Movimiento Peronista el motor <strong>de</strong> laLiberación Nacional, lo que implicaba que: a) se reconocía como parte integrante <strong>de</strong> él, b) sesubordinaba a la política <strong>de</strong>l General Perón, al que consi<strong>de</strong>raba lí<strong>de</strong>r indiscutido. Sin embargo,148 “La Juventud Trabajadora Peronista en marcha”, El Descamisado, nº 0, 8 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1973, p. 2-3; “Declaración <strong>de</strong>principios” en El Peronista nº 8, cuarta semana <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1973, pp. 14-15.149 Prensa Interna Montonera: “Punteo para fundamentar una política coyuntural y sus correspondientes formasorganizativas”, citado en: Baschetti, Roberto: La clase obrera peronista, op. cit., Tomo I, pp.184-185. Undiagnóstico similar aparece en: Prensa Interna Montonera, “Proyecto para una política sindical”, en Baschetti,Roberto: La clase…, op. cit., Tomo I, p. 188-189. “Punteo para fundamentar una política coyuntural y suscorrespondientes formas organizativas” y “Proyecto para una política sindical”


caracterizaba que el Movimiento <strong>de</strong>bía ser puesto a punto produciendo el “trasvasamientogeneracional”, es <strong>de</strong>cir, una renovación política <strong>de</strong> sus dirigentes. En ese punto, es que laconstitución <strong>de</strong> la JTP se vuelve crucial. 150Como señalábamos, Montoneros <strong>de</strong>splegó una estrategia orientada a militar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>lMovimiento Peronista. Esto implicaba que había que colaborar en él con los representantes <strong>de</strong> laburguesía, pero con el objetivo <strong>de</strong> lograr que los intereses prepon<strong>de</strong>rantes fueran los <strong>de</strong> lostrabajadores. Para ello, era necesario que estos estuvieran cabalmente representados en elMovimiento. Y allí aparecía el gran obstáculo: la burocracia sindical. Los dirigentes <strong>de</strong> lossindicatos económicamente más importantes, también <strong>de</strong> filiación peronista, eran <strong>de</strong>finidos comoagentes imperialistas infiltrados en el Movimiento, que intentaban <strong>de</strong>tener <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro el proceso<strong>de</strong> liberación nacional. 151 En tal sentido, la tarea política <strong>de</strong> la JTP aparecía con claridad: encarar “lalucha <strong>de</strong>cidida por la recuperación <strong>de</strong> los sindicatos para la clase obrera peronista.” 152Efectivamente, <strong>de</strong> lo que se trataba era <strong>de</strong> colocar un personal que expresara los intereses <strong>de</strong> la clasetrabajadora y <strong>de</strong>sempeñara su cargo con honestidad. Bajo esta consi<strong>de</strong>ración, la JTP se lanzó aconstruir más <strong>de</strong> 200 agrupaciones sindicales <strong>de</strong> base a lo largo y ancho <strong>de</strong>l territorio argentino,abarcando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> gremios pequeños (como Ven<strong>de</strong>dores Ambulantes, Telepostales o Guardavidas)hasta los más po<strong>de</strong>rosos <strong>de</strong>l país (como la Unión Obrera Metalúrgica, Unión <strong>de</strong> TransporteAutomotor, Unión Obrera <strong>de</strong> la Construcción <strong>de</strong> la República Argentina o el Sindicato <strong>de</strong>Mecánicos y Afines <strong>de</strong>l Transporte Automotor). 153 Sin embargo, el objetivo no se limitaba a la mera“recuperación” <strong>de</strong> los sindicatos, cuerpos <strong>de</strong> <strong>de</strong>legados y comisiones internas a través <strong>de</strong> laconstrucción <strong>de</strong> listas electorales. Por el contrario, se apostaba a la utilización <strong>de</strong> estos paraconcretar la estrategia montonera <strong>de</strong> poner a punto el Movimiento. En efecto, lo que se buscaba eraconquistar, por un lado, el órgano <strong>de</strong> representación sindical <strong>de</strong> todo el peronismo: las 62Organizaciones. Y, por el otro, alcanzar también la dirección <strong>de</strong> la máxima representación sindical<strong>de</strong> la clase obrera argentina: la CGT. 154 Teniendo bajo su po<strong>de</strong>r ambas instituciones, Montoneros seaseguraría que los trabajadores estarían honesta y fielmente representados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l Movimiento, yasí este estaría en condiciones <strong>de</strong> profundizar el proceso <strong>de</strong> liberación nacional.Esta estrategia <strong>de</strong> la JTP sufrió algunas modificaciones a partir <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l General Perón enjulio <strong>de</strong> 1974. 155 Des<strong>de</strong> ese entonces, Montoneros reconoció que el Movimiento había sido ganado150 Para la reconstrucción <strong>de</strong>l programa nos basamos en : Lineamientos Políticos, agosto <strong>de</strong> 1973, pp. 1-5.151 “Vandorismo: la política <strong>de</strong>l imperialismo para los trabajadores peronistas” documento fechado en septiembre <strong>de</strong>1973, en Baschetti, Roberto: Documentos 1973-1976, op. cit., Volumen II, p. 154152 “El discurso <strong>de</strong> Firmenich”, en El Descamisado, nº 15, 28 <strong>de</strong> agosto 1973, p. 5.153 Para un análisis exhaustivo <strong>de</strong> la inserción sindical véase Pacheco, Julieta: Tesis <strong>de</strong> Doctorado en HistoriaMontoneros y las contradicciones <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> liberación nacional, Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras, Universidad<strong>de</strong> Buenos Aires (FFyL-UBA), 26 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2013, capítulo IX.154 “Propuesta para el frente sindical”, Evita Montonera nº 10, diciembre <strong>de</strong> 1974, p. 17.155 “Propuesta para el frente sindical” (Evita Montonera, 1974b: 17).


por la <strong>de</strong>recha reaccionaria, <strong>de</strong> modo que terminó constituyendo su propio Movimiento PeronistaAuténtico (MPA) como reaseguro <strong>de</strong> las “verda<strong>de</strong>ras ban<strong>de</strong>ras” <strong>de</strong>l Peronismo. 156 Así <strong>de</strong>jó <strong>de</strong>buscar la conquista <strong>de</strong> las 62 Organizaciones, vinculadas al “viejo” Movimiento, y construyó unaalternativa: el Bloque Sindical <strong>de</strong>l Peronismo Auténtico (BSP). Sin embargo, su posición frente a laCGT no cambió. Y, fundamentalmente, tampoco se alteró su adscripción al programa <strong>de</strong> LiberaciónNacional que creía encarnado en el Peronismo. Montoneros se dispuso a crear un nuevomovimiento que <strong>de</strong>fendiera realmente esas ban<strong>de</strong>ras que el viejo aparato, en manos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha,ya no representaba.Habiendo reseñado el sentido y la utilidad que Montoneros le imprimía a su construcción sindical,se nos impone la pregunta acerca <strong>de</strong> la eficacia <strong>de</strong> dicha estrategia. El enfrentamiento con laburocracia sindical no fue una tarea fácil, dado el po<strong>de</strong>roso aparato sindical y económico con el queesta contaba. Sin embargo, el obstáculo mayor que le impidió a Montoneros recuperar las 62Organizaciones y la CGT fue su propia <strong>de</strong>bilidad programática. Efectivamente, no podíaposicionarse como una alternativa a la burocracia porque portaba un programa esencialmentesimilar. Subordinándose al General Perón terminó complotando contra su construcción, dado que ellí<strong>de</strong>r tendió a apoyarse crecientemente sobre los sectores más reaccionarios <strong>de</strong> su Movimiento y,particularmente, en esta burocracia que representaba mejor sus aspiraciones.Un breve repaso por la política <strong>de</strong> Montoneros frente al “Pacto Social” evi<strong>de</strong>ncia este punto. Setrató <strong>de</strong> un acuerdo firmado a mediados <strong>de</strong> 1973 entre la CGT y los empresarios peronistasnucleados en la Confe<strong>de</strong>ración General Económica (CGE). El objetivo <strong>de</strong> la medida eracompatibilizar los intereses <strong>de</strong> los trabajadores con los <strong>de</strong> los empresarios, para apuntalar laeconomía, amortiguar la inflación y alcanzar una participación <strong>de</strong> los asalariados en el ingresonacional que llegara a un 40 ó 50%, en vistas a recuperar la experiencia <strong>de</strong> los dos primerosgobiernos peronistas (1946-1955). Para ello, los empresarios aceptaban un congelamiento <strong>de</strong>precios y los trabajadores suspendían la negociación salarial colectiva por dos años. Montoneros<strong>de</strong>fendió el acuerdo porque consi<strong>de</strong>raba que era un puntapié para el proceso <strong>de</strong> Liberación Nacionalya que tendía a conciliar los intereses entre las clases y se orientaría hacia un reparto equilibrado <strong>de</strong>la riqueza. 157 No obstante, resultaba evi<strong>de</strong>nte que las condiciones <strong>de</strong> su firma eran regresivas paralos trabajadores, ya que los salarios quedan muy por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong> precios <strong>de</strong> los mesesprevios. Montoneros entonces <strong>de</strong>nunció que el Pacto por su naturaleza era correcto, pero que elproblema era que fue negociado por la burocracia <strong>de</strong> la CGT. En esta contradicción entre reafirmarsu funcionalidad conciliadora, pero rechazar sus consecuencias concretas, Montoneros resultó156 “La lucha sindical <strong>de</strong>l Peronismo Auténtico”, en Evita Montonera n° 10, diciembre <strong>de</strong> 1974, p. 14157 “El discurso <strong>de</strong> Firmenich”, op. Cit., p. 5


incapaz <strong>de</strong> frenar el empeoramiento <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los trabajadores. 158El problema central en la construcción <strong>de</strong> Montoneros fue que el gobierno peronista no contemplóni llevó a<strong>de</strong>lante el programa <strong>de</strong> Liberación Nacional: no hubo expropiación a los capitalesextranjeros ni estatización <strong>de</strong> los sectores claves <strong>de</strong> la economía. La clase obrera no vioincrementada su capacidad <strong>de</strong> disputar las <strong>de</strong>cisiones políticas ni las disposiciones sobre suscondiciones <strong>de</strong> explotación. La burguesía nacional, antes que la mejora <strong>de</strong> las condiciones obreras,requería una intensificación <strong>de</strong> la explotación. La construcción sindical <strong>de</strong> Montoneros cayó en elmero economicismo, luchando por mejoras en la venta <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> trabajo, pero imposibilitadapara el esclarecimiento <strong>de</strong> la conciencia política <strong>de</strong> la clase obrera. De este modo, su accionarconcreto complotó objetivamente contra el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la estrategia que había planteado. Elacatamiento a las directivas <strong>de</strong> Perón colocó importantes trabas a la recuperación <strong>de</strong> las 62Organizaciones y <strong>de</strong> la CGT y, finalmente, <strong>de</strong>jó expuesta a la izquierda peronista, y a su base social,al avance represivo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha y el gobierno. 159El Partido Revolucionario <strong>de</strong> los Trabajadores y su MSB para la construcción <strong>de</strong> unaalternativa in<strong>de</strong>pendienteAl igual que Montoneros, el PRT-ERP estructuró su frente sindical, el Movimiento Sindical <strong>de</strong> Base(MSB), a mediados <strong>de</strong> 1973. 160 El acontecimiento estaba vinculado, al igual que la creación <strong>de</strong> laJTP, a dos elementos: la apertura <strong>de</strong>mocrática y el retorno <strong>de</strong>l peronismo al po<strong>de</strong>r. Sin embargo,había en esta segunda cuestión una diferencia sustantiva. Para el PRT-ERP la llegada <strong>de</strong> Perón nosignificaba la reapertura <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> Liberación Nacional y Social. Si bien se reconocía que elnuevo gobierno podría en cierta medida “alentar las luchas <strong>de</strong> las masas […] por la mejoría <strong>de</strong> suscondiciones <strong>de</strong> vida y <strong>de</strong> trabajo” se alertaba que esto era una estrategia para “<strong>de</strong>tener esasmovilizaciones, <strong>de</strong>sviarlas hacia tratativas, hacia la ‘conciliación <strong>de</strong>l capital y el trabajo’”. 161 Demodo que comenzamos a percibir ya sensibles diferencias entre el PRT-ERP y Montoneros. Enefecto, ambas organizaciones portaban programas políticos contrapuestos.El PRT-ERP, si bien reconocía el carácter <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l capitalismo argentino, llamaba a unarevolución socialista que no se iniciaría con una lucha antiimperialista. Así quedaba <strong>de</strong>scartada unapotencial alianza con sectores <strong>de</strong> la burguesía nativa, pues no se requería una etapa previa <strong>de</strong>construcción <strong>de</strong> un capitalismo “serio”. De allí que rechazara la existencia <strong>de</strong> un carácter158 Para un análisis en profundidad sobre la caracterización <strong>de</strong> Montoneros sobre el Pacto Social, véase Lissandrello,Guido: “Montoneros y el Partido Revolucionario <strong>de</strong> los Trabajadores – Ejército Revolucionario <strong>de</strong>l Pueblo ante elPacto Social (1973-1974). Una perspectiva comparada”, Izquierdas, nº 13, <strong>Instituto</strong> <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> Avanzados <strong>de</strong> laUniversidad <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Chile, Santiago <strong>de</strong> Chile, 2012.159 Para un análisis minucioso <strong>de</strong>l avance <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha peronsita véase Pacheco, Julieta: Tesis…, op. Cit., Capítulo VII.160 “2do. Plenario <strong>de</strong>l Movimiento Sindical <strong>de</strong> Base”, El Combatiente, nº 114, 17 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1974, p. 10.161 “Resolución sobre sindical”, en Partido Revolucionario <strong>de</strong> los Trabajadores: Resoluciones <strong>de</strong>l V Congreso y <strong>de</strong> loscomité Central y Comité Ejecutivo posteriores, Ediciones El Combatiente, Buenos Aires, 1970, pp. 235-237.


evolucionario en el peronismo y lo <strong>de</strong>finiera como un movimiento “contra las corrientes clasistas yrevolucionarias <strong>de</strong>l movimiento obrero.” 162Evi<strong>de</strong>ntemente, la diferencia en la naturaleza programática <strong>de</strong> ambos <strong>de</strong>stacamentos políticos tuvoque repercutir directamente en la organización <strong>de</strong>l frente sindical. En principio, hay una diferencianotoria en la forma en que se compren<strong>de</strong> el rol <strong>de</strong>l sindicato en la lucha política. Vimos que paraMontoneros, la disputa en ese ámbito pasaba por el mejoramiento <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida y <strong>de</strong>trabajo <strong>de</strong> la clase obrera y, paralelamente, por el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una tarea organizativa orientada agarantizar la presencia legítima <strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l MovimientoPeronista. El PRT-ERP reconoció la necesidad <strong>de</strong> orientar los sindicatos en función <strong>de</strong> la primeradisputa, pero añadirá el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una tarea política: “[Los sindicatos son] la primera escuela enel <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la conciencia <strong>de</strong> clase, dando a los sindicalizados elementos necesarios para acce<strong>de</strong>ra formas superiores <strong>de</strong> conciencia y organización.” 163 Esta diferencia entre ambas organizacionesera producto <strong>de</strong> dos formas <strong>de</strong> concepción <strong>de</strong> la clase obrera distintas. Para Montoneros, elperonismo era la conciencia espontánea <strong>de</strong> los trabajadores, motivo por el cual su intervencióncomo <strong>de</strong>stacamento político pasaba por el encuadramiento y la organización. Es <strong>de</strong>cir, no había queencarar una disputa política por la conciencia <strong>de</strong> las masas, ya que Montoneros se consi<strong>de</strong>raba a símismo peronista y caracterizaba que las masas portaban esa misma i<strong>de</strong>ntidad. Para el PRT-ERP, encambio, la clase obrera <strong>de</strong>bía ser el agente <strong>de</strong> la revolución y ello requería como precondición<strong>de</strong>sarrollar una tarea <strong>de</strong> esclarecimiento que <strong>de</strong>snudara las contradicciones <strong>de</strong>l capitalismo y lepermitiera romper con el peronismo como expresión <strong>de</strong> un programa burgués. Por ello, en lugar <strong>de</strong>referirse a Perón como el adalid <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> Liberación Nacional insistieron en <strong>de</strong>nunciarlocomo “la continuación <strong>de</strong> la política contrarrevolucionaria <strong>de</strong> la dictadura militar […] para tratar <strong>de</strong>salvar a sangre y fuego el <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte sistema capitalista que vivimos y frenar las luchas que por suliberación <strong>de</strong>finitiva libran las masas obreras y populares.” 164En este sentido, el MSB“proclama su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Estado por cuanto consi<strong>de</strong>ra que son los propios trabajadores los que <strong>de</strong>ben resolver<strong>de</strong>mocráticamente sus cuestiones, ya que el Estado Capitalista representa la expresión <strong>de</strong>l dominio <strong>de</strong> las clasesexplotadoras sobre la clase obrera y el pueblo.” 165De este modo, mientras que Montoneros invitaba a la clase trabajadora a subordinarse al gobierno<strong>de</strong>l General Perón, el PRT-ERP llamaba a la acción in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la clase obrera. 166 Esta162 Í<strong>de</strong>m.163 Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Información Popular, nº 1, abril <strong>de</strong> 1974, p. 5.164 Í<strong>de</strong>m, p. 28.165 Í<strong>de</strong>m, o. 31.166 “Acerca <strong>de</strong>l Partido”, El Combatiente, nº 61, 21 <strong>de</strong> setiembre <strong>de</strong> 1971, p. 16., “Córdoba: Un nuevo triunfo <strong>de</strong>l


diferencia sustantiva entre ambas organizaciones queda <strong>de</strong> manifiesto al analizarse y contrastar laposición <strong>de</strong>l PRT-ERP frente al Pacto Social. El PRT-ERP repudió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio el Pacto. Su<strong>de</strong>nuncia fundamentalmente se orientaba a poner en tensión un acuerdo que, por su naturalezaconciliadora, no sería un motor <strong>de</strong> la revolución, sino contrariamente, un freno para ella.Básicamente, se trataría <strong>de</strong> una herramienta <strong>de</strong> la clase dominante para perpetuar su dominación ysus mecanismos <strong>de</strong> reproducción. A través <strong>de</strong> este dispositivo legal, la burguesía buscaría congelarla conflictividad social y asegurar sus ganancias, perpetuando la explotación obrera. 167 A resultas <strong>de</strong>esto, el verda<strong>de</strong>ro beneficiario sería el capital monopolista-imperialista, <strong>de</strong> modo que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> laretórica progresista, el Pacto Social tendría como efecto inmediato la consolidación <strong>de</strong> la<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Para enfrentarlo, el PRT-ERP <strong>de</strong>fendió y estimuló la movilización <strong>de</strong> la clase obrera yel esclarecimiento <strong>de</strong> la conciencia, <strong>de</strong>snudando la verda<strong>de</strong>ra naturaleza <strong>de</strong> un acuerdo que,sostenía, promovía la conciliación entre clases con intereses antagónicos. 168 Al mismo tiempo,impulsó los conflictos laborales que pretendían aumentos salariales, lo que constituía un ataque <strong>de</strong>hecho al Pacto Social.Respecto a la burocracia sindical, volvemos a encontrar notorias diferencias. Para la organizaciónmarxista no se trata sólo <strong>de</strong> un aliado <strong>de</strong>l imperialismo que busca obturar la Liberación Nacional,sino <strong>de</strong> agentes “<strong>de</strong> la burguesía explotadora, y el imperialismo y sus gobiernos <strong>de</strong> turno”. 169 Seaprecia en esa frase una lógica <strong>completa</strong>mente opuesta a la <strong>de</strong> Montoneros: el imperialismo noaparece allí como una fuerza contrapuesta al gobierno local y a las fracciones nacionales <strong>de</strong> laburguesía, sino como una fuerza burguesa que se apoya en gobiernos nacionales que portan esamisma naturaleza <strong>de</strong> clase. De este modo, la burocracia es un instrumento al servicio <strong>de</strong> laburguesía para “enmascarar la lucha <strong>de</strong> clases, transformando la relación antagónica existente entreel proletariado y la patronal, en una relación <strong>de</strong> acuerdos.” 170 Esta distinción es solidaria con el<strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> una línea sindical marcada por la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> clase, en tanto que intenta<strong>de</strong>snudar ante los ojos <strong>de</strong> los trabajadores las continuida<strong>de</strong>s entre gobierno, burguesía y burocracia.Precisamente, la forma <strong>de</strong> erradicarla, afirma el PRT-ERP, no es solo resultado <strong>de</strong> la constitución <strong>de</strong>agrupaciones sindicales <strong>de</strong> base y su participación en listas electorales. Por el contrario, se trata <strong>de</strong>un problema político que se resolvería acompañando la lucha económica con una lucha i<strong>de</strong>ológica,<strong>de</strong>sarrollando una “conciencia socialista, marxista-leninista” e impulsando la “movilizaciónin<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> las bases obreras.” 171sindicalismo clasista”, El Combatiente, nº 69, 10 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1972, pp. 7-8.167 “¿Qué es el pacto social?”, Estrella Roja nº 22, 12 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1973, pp. 5-7.168 “El ‘Pacto Social’ es el hambre para las masas”, El Combatiente, nº 81, 16 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1973, p. 3.169 “Algo más sobre el sindicalismo clasista”, El Combatiente, nº66, 10 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1972, p. 10. Una caracterizaciónsimilar pue<strong>de</strong> verse en: “CGT un programa nacional-burgues”, El Combatiente, nº 48, 2da quincena <strong>de</strong> setiembre <strong>de</strong>1970, pp. 5-20.170 “La burocracia sindical, instrumento burgués”, en El Combatiente, nº 95, 26 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1973, p. 6.171 “La burocracia sindical, instrumento burgués”, op. Cit., pp. 7-8.


Con todo, esta <strong>de</strong>limitación <strong>de</strong>l peronismo no llevó al intento <strong>de</strong> erigir al MSB como una nuevaCGT o una CGT paralela. Reconociéndola como expresión centralizada <strong>de</strong> la representacióngremial <strong>de</strong> los trabajadores, el PRT-ERP llamó a intentar recuperar la CGT, <strong>de</strong>splazando a laburocracia. 172 De hecho, celebró y colaboró con la CGT <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Salta, seccional que fuerecuperada por dirigentes clasistas como Armando Jaime (quien integrara el Frente Antiimperialistapor el Socialismo promovido por el PRT-ERP), que se opuso fervientemente a la dirección nacional<strong>de</strong> José Rucci (sindicalista <strong>de</strong> la Unión Obrera Metalúrgica y mano <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> Perón).Si el MSB no podía pensarse como una alternativa a la CGT, sí pue<strong>de</strong> visualizarse como órganocontrario a las 62 Organizaciones. En Montoneros esta distinción no se <strong>de</strong>sarrollaba, sencillamenteporque la organización se asumía peronista y parte integrante <strong>de</strong> ese movimiento. Pero el PRT-ERPno. En sus documentos no aparece nunca la necesidad <strong>de</strong> militar las 62 Organizaciones, puesto queforman parte <strong>de</strong> un nucleamiento al que consi<strong>de</strong>ran <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> la burguesía comoclase.En cuanto a la construcción concreta <strong>de</strong>l frente sindical, no se observan diferencias respecto <strong>de</strong>Montoneros. Ambas organizaciones apostaron a la construcción <strong>de</strong> agrupaciones <strong>de</strong> base para lareconquista <strong>de</strong> los diversos sindicatos que nucleaban a las distintas fracciones <strong>de</strong> la clase obrera.Tanto una como la otra, reivindicaron la <strong>de</strong>mocracia sindical, consi<strong>de</strong>rando las asambleas, loscuerpos <strong>de</strong> <strong>de</strong>legados y las comisiones internas como piezas claves en la conexión entre lasdirecciones y sus bases.¿Por qué el PRT-ERP tampoco logró alinear <strong>de</strong>trás suyo a amplias capas <strong>de</strong> la clase obrera? Lapregunta en cuestión amerita una investigación más profunda, no po<strong>de</strong>mos aquí más que arriesgaruna hipótesis. Creemos que la adopción <strong>de</strong> la lucha armada con la fundación <strong>de</strong>l ERP, implicó unfreno al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los frentes <strong>de</strong> masas, sencillamente porque drenaba fuerzas materiales ymilitantes hacia el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l brazo militar. A la par, las condiciones <strong>de</strong> legalidad y visibilidadque implican la construcción sindical chocan con la clan<strong>de</strong>stinidad a la que obligaba la tarea militar.Combinando ambas tareas, la militancia eventualmente podía quedar expuesta a la represión. Apesar <strong>de</strong> portar un programa que le permitía <strong>de</strong>limitarse <strong>de</strong>l peronismo y ofrecer una alternativa a laclase obrera, la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> una estrategia que privilegiaba la construcción militar complotó contra el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> masas <strong>de</strong>l PRT.Palabras finalesMás allá <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> importantes estructuras político-militares, la radicalización política <strong>de</strong> laclase obrera argentina en los ’70 significó también el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> importantes frentes <strong>de</strong> masas.Así lo atestigua tanto la JTP <strong>de</strong> Montoneros como el MSB <strong>de</strong>l PRT-ERP, dos nucleamientos172 “Se forma el Movimiento Sindical <strong>de</strong> Base”, en: El Combatiente, nº 89, 7 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1973, p. 10.


sindicales que se insertaron en importantes gremios y tuvieron presencia en buena parte <strong>de</strong> losconflictos laborales <strong>de</strong> la etapa.Ambas agrupaciones formaron parte <strong>de</strong> estrategias políticas <strong>de</strong> dos organizaciones <strong>de</strong> naturalezadistinta. Montoneros <strong>de</strong>fendió la necesidad <strong>de</strong> encarar un proceso <strong>de</strong> Liberación Nacional y Socialpara enfrentar al imperialismo mediante una alianza entre burguesía nacional y clase obrera. Paraello, lanzó su JTP orientada a <strong>de</strong>splazar a la burocracia sindical <strong>de</strong> los gremios y así reconquistar laCGT y las 62 Organizaciones, <strong>de</strong> modo que pudiera garantizar la prepon<strong>de</strong>rancia <strong>de</strong> los trabajadores<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l Movimiento Peronista, motor <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> Liberación. Buscando consolidar dirigenteshonestos y leales a los trabajadores, se enfrentó con la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l mismo movimiento al quepertenecía. La coinci<strong>de</strong>ncia programática entre ambos le impidió ofrecer una alternativa a la claseobrera que pudiera plasmar sus intereses históricos. Las fracciones <strong>de</strong> la clase obrera sobre las quecreció y se insertó quedaron subordinadas a un Movimiento que crecientemente intentaba acabarcon la radicalización por la vía represiva.En cuanto al PRT-ERP, adscribiendo al marxismo-leninismo procedió a <strong>de</strong>splegar una importanteactividad <strong>de</strong> propaganda política que tenía como objetivo central <strong>de</strong>snudar las contradicciones <strong>de</strong>lcapitalismo, en particular durante el tercer peronismo, obturando toda alianza con sectores <strong>de</strong> laburguesía De ese modo <strong>de</strong>nunció que el retorno <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Movimiento no significaba el inicio <strong>de</strong>un proceso <strong>de</strong> Liberación, sino que venía a garantizar los intereses <strong>de</strong> las clases dominantes, lo queimplicaba una alianza entre burguesía local, imperialismo y burocracia sindical. En ese marco, lossindicatos se presentaron como una herramienta para la mejora <strong>de</strong> la clase obrera, perofundamentalmente como un espacio para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una lucha i<strong>de</strong>ológica por elesclarecimiento <strong>de</strong> la conciencia. Así, el PRT-ERP buscaba ofrecerse como dirección alternativapara una salida in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la clase obrera. Su objetivo <strong>de</strong> máxima era la recuperación <strong>de</strong> laCGT y el apoyo a las seccionales combativas que abrían el terreno para el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong>l trabajoi<strong>de</strong>ológico. Ambos casos atestiguan los <strong>de</strong>safíos <strong>de</strong>l sindicalismo, un espacio <strong>de</strong> lucha que se mueve<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> lo económico-reivindicativo, pero que expresa y potencia la lucha políticoprogramáticamás general.Bibliografía“¿Qué es el pacto social?”, Estrella Roja nº 22, 12 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1973, pp. 5-7.“2do. Plenario <strong>de</strong>l Movimiento Sindical <strong>de</strong> Base”, El Combatiente, nº 114, 17 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1974, pp.9-10.“Acerca <strong>de</strong>l Partido”, El Combatiente, nº 61, 21 <strong>de</strong> setiembre <strong>de</strong> 1971, pp. 13-16.“Algo más sobre el sindicalismo clasista”, El Combatiente, nº66, 10 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1972, p. 10.


“CGT un programa nacional-burgues”, El Combatiente, nº 48, 2da quincena <strong>de</strong> setiembre <strong>de</strong> 1970,pp. 5-20.“Córdoba: Un nuevo triunfo <strong>de</strong>l sindicalismo clasista”, El Combatiente, nº 69, 10 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1972,pp. 7-8.“Declaración <strong>de</strong> principios”, El Peronista nº 8, cuarta semana <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1973, pp. 14-15“El ‘Pacto Social’ es el hambre para las masas”, El Combatiente, nº 81, 16 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1973, pp. 3-16.“El discurso <strong>de</strong> Firmenich”, El Descamisado, nº 15, 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1973, p. 5.“La burocracia sindical, instrumento burgués”, en El Combatiente, nº 95, 26 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1973, pp.6-8.“La Juventud Trabajadora Peronista en marcha”, El Descamisado, nº 0, 8 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1973, pp. 2-3“La lucha sindical <strong>de</strong>l Peronismo Auténtico”, Evita Montonera nº 9, noviembre <strong>de</strong> 1974, p. 14“Propuesta para el frente sindical”, Evita Montonera nº 10, diciembre <strong>de</strong> 1974, p. 17.“Se forma el Movimiento Sindical <strong>de</strong> Base”, en: El Combatiente, nº 89, 7 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1973, p.10.Baschetti, Roberto: La clase obrera peronista, Editorial De la Campana, La Plata, 2009, T: I y II.Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Información Popular, nº 1, abril <strong>de</strong> 1974.Juventud Trabajadora Peronista: “Como dijo el General Perón: ‘Para que se acabe el <strong>de</strong>do…’”,Archivo DIPBA, Mesa DS, Carpeta Bélico, Legajo Nº 1102, Folio 95.Lineamientos Políticos, agosto <strong>de</strong> 1973.Lissandrello, Guido: “Montoneros y el Partido Revolucionario <strong>de</strong> los Trabajadores – EjércitoRevolucionario <strong>de</strong>l Pueblo ante el Pacto Social (1973-1974). Una perspectiva comparada”,Izquierdas, nº 13, <strong>Instituto</strong> <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> Avanzados <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Chile,Santiago <strong>de</strong> Chile, 2012.Pacheco, Julieta: Tesis <strong>de</strong> Doctorado en Historia Montoneros y las contradicciones <strong>de</strong>l programa<strong>de</strong> liberación nacional, Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras, Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires (FFyL-UBA), 26 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2013.Partido Revolucionario <strong>de</strong> los Trabajadores: Resoluciones <strong>de</strong>l V Congreso y <strong>de</strong> los comité Central yComité Ejecutivo posteriores, Ediciones El Combatiente, Buenos Aires, 1970.


(JUP). 175 Más ampliamente, según los testimonios escritos y orales, las rupturas alcanzaron a lasMás cerca <strong>de</strong> Perón. La Juventud Peronista Lealtad en la década <strong>de</strong>l setentaDaniela Slipak 1731. La conformación <strong>de</strong> la disi<strong>de</strong>nciaSi bien numerosos estudios se han <strong>de</strong>dicado a analizar la organización Montoneros durantela década <strong>de</strong>l setenta, poca atención se ha prestado al examen <strong>de</strong> sus disi<strong>de</strong>ncias. 174 En particular, lallamada Juventud Peronista Lealtad surgió entre fines <strong>de</strong> 1973 y comienzos <strong>de</strong> 1974, y tuvo unafuerte visibilidad pública. Des<strong>de</strong> febrero a mayo <strong>de</strong> ese último año, se publicaron en los diariosnacionales distintas referencias <strong>de</strong> rupturas provenientes <strong>de</strong> disímiles ámbitos <strong>de</strong> militancia yregiones <strong>de</strong>l país. Entre ellas, se encontró la solicitada <strong>de</strong> “Montoneros Soldados <strong>de</strong> Perón” <strong>de</strong>l 15<strong>de</strong> marzo, en la cual se aseveró que “la conducción <strong>de</strong> Montoneros es Perón”, <strong>de</strong>sconociendo a laConducción Nacional. Sus firmantes fueron la Columna Oeste (Gran Buenos Aires), la ColumnaCapital Fe<strong>de</strong>ral, la Columna Nor<strong>de</strong>ste (ex Columna Artigas), unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Columna Sur y <strong>de</strong> laColumna Norte (ambas <strong>de</strong>l Gran Buenos Aires). Asimismo, los periódicos señalaron escisiones enlas Regionales I, II y VIII <strong>de</strong> la Juventud Peronista (JP), y en la Juventud Universitaria Peronistaregionales <strong>de</strong> la JP, a la Juventud <strong>de</strong> Trabajadores Peronistas (JTP), a la JUP, a la Unión <strong>de</strong>Estudiantes Secundarios (UES), al Movimiento Villero Peronista (MVP) y, finalmente, al círculoarmado montonero. 176 El funcionamiento <strong>de</strong> la disi<strong>de</strong>ncia respetó el carácter semiclan<strong>de</strong>stino <strong>de</strong>Montoneros y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> conjugar estructuras <strong>de</strong> superficie (la JP Lealtad, la UES Lealtad, la JUPLealtad, y la JTP Lealtad) con un núcleo armado (Montoneros Soldados <strong>de</strong> Perón). Se preservaron,en general, los niveles y las jerarquías <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia. El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los frentes <strong>de</strong> masas fueacompañado por la realización <strong>de</strong> tres congresos regionales: uno en la Facultad <strong>de</strong> Ciencias173Doctora en <strong>Estudios</strong> Políticos (UBA-EHESS) y becaria posdoctoral <strong>de</strong>l CONICET. E-mail:danielaslipak@hotmail.com.174 A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la Juventud Peronista Lealtad, en 1972 se escindió la Columna José Sabino Navarro; en 1973, el grupo“Montoneros Columna <strong>de</strong> Recuperación Cooke-Pujadas”; en 1979, la ruptura encabezada por Rodolfo Galimberti yJuan Gelman; y, en 1980, la “rebelión <strong>de</strong> los tenientes” comandada en 1980 por Miguel Bonasso.175 Ver Ana Soledad Montero, “Héroes, ortodoxos, disi<strong>de</strong>ntes y traidores. Los avatares <strong>de</strong> la Juventud Peronista Lealtad(1973-1976)”, Red interdisciplinaria <strong>de</strong> estudios sobre historia reciente, 2009, pp. 10-14; Javier Salcedo, Losmontoneros <strong>de</strong>l barrio, Buenos Aires, Eduntref, 2011, pp. 258-282.176 Ver Norberto Ivancich y Mario Wainfeld, “El gobierno peronista 1973-1976: los Montoneros (tercera parte)” enRevista Unidos, Buenos Aires, N°7/8, 1985, pp. 5-6; Richard Gillespie, Soldados <strong>de</strong> Perón. Los Montoneros,Buenos Aires, Grijalbo, 1987, pp. 175-176; Roberto Perdía, La otra historia. Testimonio <strong>de</strong> un jefe montonero,Buenos Aires, Grupo Ágora,, 1997, p. 210; Eduardo Anguita y Martín Caparrós, La voluntad. Una historia <strong>de</strong> lamilitancia revolucionaria en la Argentina, Buenos Aires, Planeta, t.3, 2006, pp. 389-390; Mario Aiscurri, ¡Que vivanlos perejiles!, Buenos Aires, Catálogos, 2003, pp. 117-190; José Amorín, Montoneros: la buena historia, BuenosAires, Catálogos, 2006, p. 208; Alejandro Peyrou, “Lealtad” en Lucha Armada en la Argentina, Buenos Aires,Anuario 2010, 2010, p. 44; Ana Soledad Montero, op. cit., 2009, p. 15; Javier Salcedo, op. cit., 2011, p. 271. Yentrevistas <strong>de</strong> la autora a ex miembros <strong>de</strong> la Lealtad, cuya i<strong>de</strong>ntidad se prefiere preservar. Cabe mencionar que la JP,la JTP, la JUP, la UES, el MVP, sumados al Movimiento <strong>de</strong> Inquilinos Peronistas <strong>de</strong> Hoteles, Pensiones eInquilinatos (MIP), y la Agrupación Evita (AE) formaban parte <strong>de</strong> las agrupaciones <strong>de</strong> superficie <strong>de</strong> Montoneros, yeran conocidos como la Ten<strong>de</strong>ncia Revolucionaria <strong>de</strong>l peronismo.


Económicas <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires, el 28 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1974; otro en la Unión Ferroviaria<strong>de</strong> Santa Fe, el 12 <strong>de</strong> mayo siguiente; y un último en la Fe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> Obreros y EmpleadosTelefónicos <strong>de</strong> la República Argentina en la segunda mitad <strong>de</strong>l año. 177 Cierta representaciónparlamentaria se dio a través <strong>de</strong> los diputados <strong>de</strong> la JP que, contrariando la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la ConducciónNacional <strong>de</strong> Montoneros, se quedaron en sus bancas tras el ríspido encuentro con Juan DomingoPerón <strong>de</strong>l 22 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1974 relativo a la reforma <strong>de</strong>l Código Penal. 178 Por otra parte, cabemencionar que el mantenimiento <strong>de</strong>l sector militar habría sido aprobado por el lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>lMovimiento. Según los relatos, luego <strong>de</strong> una conversación con él, y con el objeto <strong>de</strong> mostrar ladisposición a abandonar el “militarismo montonero”, se efectuó una “voladura” simbólica <strong>de</strong>algunas armas en la zona <strong>de</strong>l Delta. Posteriormente, tomando las sugerencias <strong>de</strong> aquél, se fundó unpequeño circuito clan<strong>de</strong>stino, que ejecutó mínimas operaciones. 179Como es conocido, la Lealtad cuestionó principalmente la relación <strong>de</strong> Montoneros conPerón. La disi<strong>de</strong>ncia impugnó a la organización su falta <strong>de</strong> “movimientismo” y su voluntad porenfrentarse al lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Movimiento. Según distintos relatos, el asesinato <strong>de</strong>l Secretario General <strong>de</strong>la Confe<strong>de</strong>ración General <strong>de</strong>l Trabajo (CGT), el metalúrgico José Ignacio Rucci, fue el <strong>de</strong>tonante,pues significó una “<strong>de</strong>claración <strong>de</strong> guerra” al presi<strong>de</strong>nte electo. Rucci había sido uno <strong>de</strong> los pilares<strong>de</strong>l Pacto Social, política estructural <strong>de</strong> los gobiernos <strong>de</strong>l FREJULI. 180 El hecho fue <strong>de</strong>cidido ycometido por un círculo reducido, sin ser nunca reivindicado públicamente. Aunque su“eliminación” había sido coreada en numerosos actos y movilizaciones, casi toda la militancia seanotició una vez ocurrido. Parte <strong>de</strong> ésta comenzó a replantear su pertenencia a partir <strong>de</strong>l carácteramenazante que rondó dicha muerte: más que un “ajusticiamiento” adquirió los rasgos <strong>de</strong> un“apriete”. 181A esta incomodidad se sumó la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la Conducción Nacional <strong>de</strong> no concurrir ala mayoría <strong>de</strong> las reuniones formales que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> poco antes <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> su tercer mandato (12 <strong>de</strong>octubre <strong>de</strong> 1973 al 1° <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1974), Perón efectuó con las distintas agrupaciones juvenilesligadas al peronismo. El objetivo <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r era, por supuesto, impulsar la centralización <strong>de</strong>l sector.En vistas <strong>de</strong> ello, luego <strong>de</strong> un encuentro el 8 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1973, Perón convocó para el 31 <strong>de</strong>enero <strong>de</strong> 1974 a los dirigentes juveniles a la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Olivos. Aduciendo <strong>de</strong>sacuerdos con los177 Movimiento, N°1, 1º quincena <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, p. 27; N°2, 2º quincena <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, p. 28 y Mario Aiscurri,op. cit., 2003, pp. 168-169.178 La conversación entre Perón y los diputados <strong>de</strong> la JP se encuentra citada en Juan Domingo Perón, Obras <strong>completa</strong>s,Buenos Aires, Docencia, t. 25, 2002, pp. 49-60. Según Perdía, quienes concurrieron a la reunión y no renunciaronfueron Nicolás Giménez, Juan Manuel Rodríguez, Juana Romero y Enrique Svrsek, p. 219. Salcedo concuerda conesta enumeración pero reemplazando a Svrsek por Roberto Bustos, p. 255.179 Javier Salcedo, op. cit., 2011, pp. 261-262 y 270.180 Juan Carlos Torre, El gigante invertebrado. Los sindicatos en el gobierno, Argentina 1973-1976, Buenos Aires, SigloXXI, 2004.181 Sobre el asesinato <strong>de</strong> Rucci, ver Ceferino Reato, Operación Traviata ¿Quién mató a Rucci? La verda<strong>de</strong>ra historia,Buenos Aires, Sudamericana, 2008.


criterios <strong>de</strong> planificación <strong>de</strong>l evento, la organización llamó a una conferencia <strong>de</strong> prensa y comunicóque no asistiría. 182 Tampoco lo hizo a los encuentros <strong>de</strong>l 7 y <strong>de</strong>l 14 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1974, en los cualesse encargó al Consejo Superior la tarea <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar la rama juvenil. 183 Sí acudieron algunosmontoneros y jefes <strong>de</strong> superficie a la reunión preparatoria <strong>de</strong>l acto <strong>de</strong>l día <strong>de</strong>l trabajador el 25 <strong>de</strong>abril. 184 Sin embargo, ya era <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>: las ausencias en las instancias prece<strong>de</strong>ntes fueroninterpretadas por muchos militantes como un <strong>de</strong>saire hacia el lí<strong>de</strong>r y como la confirmación <strong>de</strong> quese pretendía maniobrar por fuera sus directivas. 185Muchas <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> quienes integraron la JP Lealtad explican este accionar por lafusión <strong>de</strong> Montoneros con las FAR, formalizada el 12 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1973 pero conversada unosmeses antes. A partir <strong>de</strong> dicha unión, la cúpula <strong>de</strong> mando se articuló con representantes provenientes<strong>de</strong> sendos ámbitos. Des<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> los adherentes a la disi<strong>de</strong>ncia, entonces, el arribo <strong>de</strong> “losfaroles” (en alusión al recién incorporado grupo armado) habría influenciado a la organización conaspiraciones propias <strong>de</strong>l marxismo-leninismo, impulsando el uso <strong>de</strong> categorías como “vanguardia”,“foco” y “ejército”, entre otras. En apoyo <strong>de</strong> este razonamiento citan dos documentos <strong>de</strong> mediadosy fines <strong>de</strong> 1973: “El Mamotreto” o “La Biblia”, <strong>de</strong> un lado; y la “Charla <strong>de</strong> la Conducción Nacionalante las agrupaciones <strong>de</strong> los frentes”, <strong>de</strong>l otro. 186 Los participantes <strong>de</strong> la Lealtad aducen que ambosescritos <strong>de</strong>sarrollaron i<strong>de</strong>as vanguardistas y guevaristas, y que éstas habrían llevado a cuestionar aPerón, olvidando el rol <strong>de</strong>l “brazo armado” <strong>de</strong>l Movimiento. A<strong>de</strong>más, aña<strong>de</strong>n que, en su momento,las rispi<strong>de</strong>ces se acrecentaron por la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> circulación restringida <strong>de</strong>cretada para “La Biblia”,prohibiéndose su difusión en re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> baja jerarquía y <strong>de</strong>biendo <strong>de</strong>volvérsela una vez concluida sulectura. 187En verdad, es preciso aclarar que nada <strong>de</strong> esto era novedoso ni había aparecido con lallegada <strong>de</strong> las FAR, a mediados <strong>de</strong> 1973. Los documentos inaugurales <strong>de</strong> Montoneros recurrieron anociones como “vanguardia”, “ejército”, “foco”, etc. También subrayaron la necesidad <strong>de</strong> conducirel proceso revolucionario. Es cierto que esta terminología convivió por un tiempo con la figura <strong>de</strong>l“brazo armado” o la <strong>de</strong> “formación especial”, sugerida por Perón en tiempos <strong>de</strong>l exilio. 188 Perotempranamente estas últimas fueron abandonadas. El documento interno “Línea político-militar”, <strong>de</strong>1971, ya había acudido al esquema <strong>de</strong> la “vanguardia”, estableciendo que “la conducción182 El Descamisado, N°38, 05/02/74, pp. 2-8.183 Andrew Graham-Yooll, De Perón a Vi<strong>de</strong>la, Buenos Aires, Legasa, 1989, pp. 298-299 y 303; Juan Domingo Perón,op. cit., t. 25, 2002, pp. 91-104.184 Eduardo Anguita y Martín Caparrós, op. cit., t.3, 2006, pp. 530-533.185 Norberto Ivancich y Mario Wainfeld, op. cit., 1985.186 No hay evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> algún ejemplar <strong>de</strong> “La Biblia” en la actualidad. En cambio, la “Charla…” seencuentra citada en Roberto Baschetti (comp.), Documentos 1973-1976. De Cámpora a la ruptura, v.1, La Plata, Dela Campana, 1996, pp. 258-311.187 Estos señalamientos pue<strong>de</strong> encontrarse en Norberto Ivancich y Mario Wainfeld, op. cit., 1985; Mario Aiscurri, op.cit., 2003; José Amorín, op. cit., 2006; Alejandro Peyrou, op. cit., 2010. Asimismo, en entrevistas <strong>de</strong> la autora.188 Ver Cristianismo y Revolución, N°25, septiembre <strong>de</strong> 1970, pp. 57-58; N°26, noviembre-diciembre <strong>de</strong> 1970, pp. 11-14; N°28, abril <strong>de</strong> 1971, pp. 70-77.


estratégica <strong>de</strong> la guerra revolucionaria <strong>de</strong>be estar en manos <strong>de</strong> aquellos que <strong>de</strong>sarrollan la formaprincipal <strong>de</strong> lucha y que por lo tanto tienen la mayor claridad estratégica y llevan el mayor peso <strong>de</strong>la guerra”. 189 Juicios similares se repitieron en el “Boletín interno N°1” <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1973. 190 ¿Porqué la sorpresa <strong>de</strong> los militantes ante una concepción y un proyecto que estuvieron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> loscomienzos? No es sencillo ensayar una respuesta en la cual probablemente incidieron motivosdiversos. A su vez, seguramente fueron fundamentales las ambigüeda<strong>de</strong>s iniciales y el hecho <strong>de</strong> quela comunicación fluida nunca fue una característica distintiva <strong>de</strong>l espacio. De todas maneras, amén<strong>de</strong> estas cuestiones, sí podría <strong>de</strong>cirse que la negación <strong>de</strong>l “vanguardismo” y su catalogación entérminos <strong>de</strong> un “<strong>de</strong>svío” funcionaron como narraciones originarias <strong>de</strong> la disi<strong>de</strong>ncia. En paralelo,ésta resaltó el acatamiento al li<strong>de</strong>razgo <strong>de</strong> Perón en el Movimiento. Fue en este contexto que,mientras Montoneros y sus frentes <strong>de</strong> masas se retiraron <strong>de</strong> la Plaza el 1° <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, laLealtad se quedó vivando al presi<strong>de</strong>nte. 191De todos modos, más allá <strong>de</strong> las críticas explícitas a Montoneros enhebradas por la disi<strong>de</strong>ncia(el “vanguardismo” montonero, la <strong>de</strong>slealtad a Perón, la voluntad por reemplazarlo en laconducción <strong>de</strong>l Movimiento, etc.), interesa aquí examinar: ¿cómo conformaron una i<strong>de</strong>ntidadpropia? Es <strong>de</strong>cir, ¿cómo interpretaron los hechos pasados? ¿Cuáles fueron sus adversarios y susenfrentamientos? 192 En fin, ¿cómo construyeron un ámbito <strong>de</strong> pertenencia disímil al <strong>de</strong>Montoneros? Para explorar estos interrogantes, se indagará la revista Movimiento para lareconstrucción y la liberación nacional. Si bien no se creó formalmente como el órgano <strong>de</strong> difusión<strong>de</strong> la Lealtad, procuró ser la “caja <strong>de</strong> resonancia” <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates que, dispersamente, se sucedieronen las diferentes re<strong>de</strong>s. De allí que, a pesar <strong>de</strong> no expresar un programa oficial, la memoria <strong>de</strong> los exmilitantes le atribuye una función representativa <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as e inquietu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la época. 1932. Peronismo, instituciones y violencia en MovimientoLos tópicos <strong>de</strong> la revista remitieron a las medidas <strong>de</strong>l mandato <strong>de</strong> Perón y <strong>de</strong>l <strong>de</strong> MaríaEstela Martínez (1° <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1974 al 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976); a la relación entre los actores <strong>de</strong>l189 Roberto Baschetti (comp.), Documentos 1970-1973. De la guerrilla peronista al gobierno popular, v.1, La Plata, DeLa Campana, 2004, pp. 268 y 270.190 Roberto Baschetti (comp.), Documentos 1970-1973. De la guerrilla peronista al gobierno popular, La Plata, De LaCampana, 1995, p. 593.191 Según Movimiento, la cantidad <strong>de</strong> militantes <strong>de</strong> la Lealtad en el acto habría llegado a 5.000. Ver N°1, 1°quincena <strong>de</strong>mayo <strong>de</strong> 1974, p. 14.192 La justificación teórica <strong>de</strong> estos interrogantes exce<strong>de</strong> la presente <strong>ponencia</strong>, pero son muchos los autores que <strong>de</strong>finenla i<strong>de</strong>ntidad ligada a la construcción <strong>de</strong> tradiciones y narraciones sobre los hechos pretéritos, <strong>de</strong> un lado, y a laexclusión <strong>de</strong> alterida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>l otro. Una <strong>de</strong>finición acabada <strong>de</strong> estas dimensiones para dar cuenta <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>spue<strong>de</strong> encontrarse en Gerardo Aboy Carlés, Las dos fronteras <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia argentina. La reformulación <strong>de</strong> lasi<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s políticas <strong>de</strong> Alfonsín a Menem, Rosario, Homo Sapiens, 2001, pp. 15- 74.193 El director <strong>de</strong> los 11 números, editados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> julio a septiembre <strong>de</strong> 1974, fue Miguel Saiegh. El resto <strong>de</strong>l staff estuvoconformado por Horacio Eichelbaum, Ricardo Roa, Hernán Patiño Mayer y Ricardo Sánchez. Enrique Albistur seencargó <strong>de</strong>l diseño <strong>de</strong> las tapas. La tirada quincenal fue <strong>de</strong> unos 7.000 a 8.000 ejemplares, con una venta <strong>de</strong> 4.000 a5.000 y la repartición gratuita <strong>de</strong>l exce<strong>de</strong>nte. La distribución se hizo fundamentalmente en los quioscos <strong>de</strong> CapitalFe<strong>de</strong>ral y provincia <strong>de</strong> Buenos Aires, mientras que al resto <strong>de</strong>l país se realizó sólo por pedidos puntuales.


Movimiento Peronista, con especial atención en Montoneros y las agrupaciones <strong>de</strong> la Ten<strong>de</strong>nciaRevolucionaria; a las prácticas reivindicativas y organizativas <strong>de</strong> los sectores populares; a laviolencia <strong>de</strong>l escenario político; a la dinámica universitaria; a las circunstancias económicas y losintereses <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s “monopolios”; a la situación <strong>de</strong> la Unión Cívica Radical (UCR); al estado<strong>de</strong> las Fuerzas Armadas; y al panorama <strong>de</strong> algunos países extranjeros. En términos generales, lasapreciaciones <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Perón y <strong>de</strong>l <strong>de</strong> su sucesora fueron positivas: se reivindicaron el PactoSocial, la Ley <strong>de</strong> Contrato <strong>de</strong> Trabajo, la política parlamentaria, la política exterior, la políticaeconómica y las intervenciones fe<strong>de</strong>rales a las provincias dirigidas por gobernadores afines a laTen<strong>de</strong>ncia. Se subrayó insistentemente la continuidad entre ambos mandatos, graficando a “Isabel”como la “mejor discípula” <strong>de</strong> Perón. No obstante, dicho apoyo se conjugó con ciertas discrepancias:la Ley <strong>de</strong> Prescindibilidad y la Ley <strong>de</strong> Asociaciones Profesionales fueron impugnadas. En síntesis,la revista pretendió ubicarse en un punto medio entre un sostén incondicional al gobierno y elenfrentamiento planteado por Montoneros. 194Ahora bien, la cobertura que la publicación hizo <strong>de</strong>l último discurso público <strong>de</strong> Perón en losbalcones <strong>de</strong> la Casa Rosada en la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l 12 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1974 resulta un buen ejemplo <strong>de</strong>l primerpunto a subrayar. Comentó al respecto:Fue el acto más importante <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ezeiza. El que tuvo más polenta: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el regreso <strong>de</strong> Perón al país la Plaza<strong>de</strong> Mayo nunca había albergado tantos trabajadores (…) Estuvo la masa, que accedió espontánea y librementea la plaza (…) Por primera vez <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía mucho tiempo los trabajadores volvían a un acto auténticamenteperonista (…) Los últimos actos habían mostrado al público más sujeto a los lugares que los diferentesencuadramientos y organizaciones habían dispuesto ocupar, pero esta vez el pueblo se ubicó libremente y porello se acercó todo lo que pudo a Perón (…) Uno <strong>de</strong> los presentes, cuando escuchó que Perón afirmaba que‘somos tolerantes pero no tontos’, como si se necesitara una mayor aclaración, expresó: ‘Perón quiere <strong>de</strong>cirque no somos boludos, que está bien que la revolución es en paz’. 195Los obreros argentinos aportaron con sus luchas, durante 18 años <strong>de</strong> proscripciones y persecuciones, y con susavalanchas <strong>de</strong> votos, cada vez que se entreabrió el camino <strong>de</strong> las urnas, a este proceso <strong>de</strong> retorno <strong>de</strong> Perón alpo<strong>de</strong>r. También pusieron la cuota principal <strong>de</strong> los 7 millones 200.000 votos que impulsaron a Perónnuevamente a la Casa Rosada (…) El 12 <strong>de</strong> junio el Conductor apeló <strong>de</strong> forma directa al pueblo (…) Y elpueblo pasó por encima <strong>de</strong> las tranqueras <strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> sectas y cortó las alambradas i<strong>de</strong>ológicas quepretendían atomizarlo y alejarlo <strong>de</strong>l proceso y se estrechó en un histórico abrazo con Perón, que hizo estallar alpaís en lágrimas <strong>de</strong> emoción. 196Asimismo, la revista adujo en otras ocasiones:Es el pueblo mismo el que <strong>de</strong>sconoce hoy la violencia como forma <strong>de</strong> expresión. 197El contacto personal y directo con la masa es lo que más enriquece a la conducción. Es tan importantecomo la <strong>de</strong>streza para resolver los problemas <strong>de</strong> Estado. En la plaza está la mitad <strong>de</strong> la revolución. La otramitad está en una conducción eficaz <strong>de</strong>l gobierno (…) El pueblo en la plaza apren<strong>de</strong> con Isabel. Isabel en la194 Para las medidas <strong>de</strong> los mandatos <strong>de</strong> Perón e “Isabel”, ver Liliana De Riz, Retorno y <strong>de</strong>rrumbe: el último gobiernoperonista, Buenos Aires, Folios, 1981; Elizabeth Jelin, “Conflictos laborales en la Argentina, 1973-1976”, en RevistaMexicana <strong>de</strong> Sociología, vol. 40, N°2, 1978; Juan Carlos Torre, op. cit., 2004.195 Nota “El pueblo volvió a dialogar con Perón”, Movimiento, N°4, 2°quincena <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1974, pp. 6 y 8-9, negritasen el original.196 Nota “La respuesta <strong>de</strong>l pueblo: ‘Pegue, Pocho’”, Movimiento, N°4, 2°quincena <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1974, pp. 12-13.197 Editorial “¿Revolución o violencia?”, Movimiento, N°8, 2°quincena <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1974, p. 1, negritas en el original.


plaza apren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l pueblo. En el peronismo esta relación existió 30 años. 198Los fragmentos no <strong>de</strong>jan <strong>de</strong>masiadas dudas. Movimiento otorgaba un rol protagónico alcontacto entre el pueblo y Perón. En este sentido, muchas páginas graficaron su última aparición enla Plaza <strong>de</strong> Mayo como la recuperación <strong>de</strong> un vínculo inmediato, <strong>de</strong>l “histórico abrazo” <strong>de</strong> laspresi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> los años cuarenta y cincuenta. Des<strong>de</strong> esta perspectiva, buena parte <strong>de</strong> la“revolución” se realizaba con dicho lazo directo. Por ello, numerosos artículos exploraron lascaracterísticas <strong>de</strong> la conducción <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r a lo largo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l país, enfatizando su conexióncon los sectores populares. 199 Por su parte, la evaluación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> “Isabel” también fueligada a esa imagen <strong>de</strong>l contacto inmediato: se observó en qué medida respetaba la dinámica <strong>de</strong> suantecesor, fomentándola constantemente a que ocupara su lugar en relación al pueblo. De modo queel clásico mito <strong>de</strong> origen peronista tiñó las tramas <strong>de</strong> la Lealtad. 200Podría <strong>de</strong>cirse, entonces, que en este punto existió cierta cercanía con Montoneros. 201 Sinembargo, la asimilación <strong>de</strong> las narraciones pretéritas <strong>de</strong> cada grupo no podría exten<strong>de</strong>rse<strong>de</strong>masiado. En la Lealtad, la simbología <strong>de</strong> la llamada Resistencia no tuvo tanta circulación comoen la prensa oficial <strong>de</strong> la organización. En efecto, mientras que esta última insistía en el caráctercombativo <strong>de</strong>l pueblo, ilustrando cómo las “luchas” <strong>de</strong>splegadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el <strong>de</strong>rrocamiento <strong>de</strong> Perón(huelgas, “caños”, “puebladas”) habrían <strong>de</strong>rivado linealmente en las guerrillas <strong>de</strong> los años setenta,Movimiento salteó este relato continuo. Resaltó las distinciones entre las acciones reivindicativas <strong>de</strong>otrora, y alegó que el pueblo no era intrínsecamente combativo y que la “revolución” era pacífica.Las pocas veces que se asociaron las “luchas” <strong>de</strong>l pasado al ejercicio <strong>de</strong> la violencia, se recordó queello había concluido con la apertura electoral que <strong>de</strong>rivó en la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Héctor Cámpora (25<strong>de</strong> mayo al 12 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1973). Siguiendo esta tesitura, el número 3 repitió las <strong>de</strong>claracionespresi<strong>de</strong>nciales <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974 en el Congreso Nacional <strong>de</strong>l Movimiento Peronista,apuntando que la liberación “no es cuestión <strong>de</strong> lucha cruenta ni violenta; más bien es una tarea <strong>de</strong>construcción permanente”. 202198 Nota “Isabel se asoma al balcón <strong>de</strong> Perón”, Movimiento, N°9, 1°quincena <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1974, p. 17, negritas enel original.199 Por ejemplo, las notas “El lí<strong>de</strong>r nos <strong>de</strong>jó una revolución” y “La conducción política. Ese fuego sagrado”,Movimiento, N°5, 1°quincena <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1974, pp. 16-22 y 24-25. A su vez, “Perón: humanismo revolucionario enArgentina”, Movimiento, N°6, 2°quincena <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1974, pp. 24-25.200 Mariano Plotkin estudia los rituales políticos que sostuvieron la legitimidad <strong>de</strong>l llamado primer peronismo. Entreellos, se encuentra la imagen <strong>de</strong>l contacto directo entre Perón y el pueblo, celebrada en los actos <strong>de</strong>l Día <strong>de</strong>lTrabajador (1° <strong>de</strong> mayo) y <strong>de</strong>l Día <strong>de</strong> la Lealtad (17 <strong>de</strong> octubre). Ver Mariano Plotkin, Mañana es San Perón,Buenos Aires, Ariel, 1993.201 Como se estudió en otros trabajos, la prensa oficial <strong>de</strong> Montoneros recuperó el clásico mito <strong>de</strong> origen peronista y,simultáneamente, la narración <strong>de</strong> la llamada Resistencia posterior al <strong>de</strong>rrocamiento <strong>de</strong> Perón en 1955. Ver alrespecto Daniela Slipak, “Sobre los orígenes. Peronismo y tradición en la revista El Descamisado (1973-1974)”, enSociohistórica, N°29, 2012.202 Nota “Perón: institucionalizar para que aclare”, Movimiento, N°3, pp. 8-10. El discurso completo <strong>de</strong> Perón seencuentra en Juan Domingo Perón, op. cit., t.25, 2002, pp. 243-254.


En síntesis, la publicación recuperó el mito <strong>de</strong> origen <strong>de</strong>l peronismo clásico, anclado en laimagen <strong>de</strong> un vínculo directo entre Perón y el pueblo, pero sin referir <strong>de</strong>masiado a la narración <strong>de</strong> laResistencia. De allí que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l pueblo combativo y protagónico fuera opacada por unavigorización <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r. Por supuesto, este <strong>de</strong>splazamiento fue acompañado por lareproducción <strong>de</strong> sus intervenciones en la coyuntura y <strong>de</strong> las <strong>de</strong> “Isabel”. No sólo se recordaron susdichos en varios artículos sino que, asimismo, se transcribieron los comunicados presi<strong>de</strong>nciales conel emblema institucional <strong>de</strong> Secretaría <strong>de</strong> Prensa y Difusión <strong>de</strong> la Nación.Ahora bien, si así se propuso una la lectura <strong>de</strong> los hechos pretéritos, ¿qué o quién fueexcluido por Movimiento?Para MOVIMIENTO lo fundamental sigue siendo el or<strong>de</strong>n revolucionario que nuestro Lí<strong>de</strong>r aspira ainstaurar en el país y es en esa perspectiva que nos apoyamos para mantener a pie firme la luchanacional contra el imperialismo para consolidar el frente interno. 203[Respecto a los precios en la producción <strong>de</strong> la carne vacuna] El gobierno <strong>de</strong>be plantarse firmemente,porque <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> este tema principal no sólo están los intereses imperialistas sino nuestra viejaoligarquía terrateniente, siempre dispuesta a sabotear el proceso <strong>de</strong> liberación. Y el pueblo sabe que conla oligarquía no se juega: si no se le pega primero, ella se recupera y sabe golpear, como lo <strong>de</strong>mostraronlos 18 años que corrieron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l 55. 204En este momento en que el peronismo está en el gobierno, [los] sectores intermediarios están integrados, a untiempo, por dirigentes políticos y gremiales justicialistas, por legisladores, altos funcionarios y ministros.Cualquiera <strong>de</strong> ellos pue<strong>de</strong> –como <strong>de</strong>berían hacerlo todos- actuar como polea <strong>de</strong> transmisión entre el gobierno<strong>de</strong>l pueblo y el pueblo mismo. Pero también cualquiera <strong>de</strong> ellos –como <strong>de</strong> hecho muchos lo están haciendosistemática y concientemente- pue<strong>de</strong> obstruir con sus intereses y sus ‘roscas’ propias la tarea <strong>de</strong>l conjunto. 205A pesar <strong>de</strong> repetir el discurso <strong>de</strong> reconciliación nacional con el cual Perón había arribado<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exilio, 206la revista instituyó fronteras excluyentes. Como lo muestran las citas, lacontracara <strong>de</strong> esa pretensión <strong>de</strong> clausura <strong>de</strong> conflictivida<strong>de</strong>s fue la <strong>de</strong>limitación <strong>de</strong> adversarios en elescenario político. Movimiento recurrió a las clásicas impugnaciones en contra <strong>de</strong>l “imperialismo” yla “oligarquía”. 207Con esos títulos se objetaron representantes extranjeros, generalmentenorteamericanos, y actores nacionales ligados al sector agropecuario, particularmente los gran<strong>de</strong>sterratenientes. Siguiendo esta línea, numerosas notas abordaron la situación y los intereses <strong>de</strong> losgrupos gana<strong>de</strong>ros. Sobre todo, en el marco <strong>de</strong>l anteproyecto <strong>de</strong> Ley Agropecuaria impulsado por laSecretaría <strong>de</strong> Agricultura y Gana<strong>de</strong>ría, que buscaba incidir en el proceso productivo interviniendocon cargas fiscales, y que nunca fue sancionado, dadas las presiones <strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s ycorporaciones <strong>de</strong> mayor concentración <strong>de</strong> tierras como la Sociedad Rural Argentina y las203 Nota “El año <strong>de</strong> la unidad nacional”, Movimiento, N°2, 2°quincena <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, p. 11, negritas en el original.204 Nota “Carnes: parece que el Estado va a tomar el toro por las astas”, Movimiento, N°3, 1°quincena <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1974,p. 15, negritas en el original.205 Editorial “Intermediarios abstenerse”, Movimiento, N°7, 1°quincena <strong>de</strong> agosto, p. 1, negritas en el original.206 Liliana De Riz, op. cit., 1981.207 Un análisis <strong>de</strong> estas impugnaciones en la historia <strong>de</strong>l país pue<strong>de</strong> leerse en Maristella Svampa, El dilema argentino.Civilización o barbarie, Buenos Aires, Taurus, 2006.


Confe<strong>de</strong>raciones Rurales Argentinas. 208 Simultáneamente, las nominaciones <strong>de</strong>l “imperialismo” y“oligarquía” fueron evocadas para remitir a los gobiernos transcurridos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1955 hasta lapresi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Cámpora. Sin mayores precisiones, todos fueron aunados en el mismo campo <strong>de</strong>alterida<strong>de</strong>s.Por otra parte, a la par <strong>de</strong> estas oposiciones, los fragmentos ilustran la aparición <strong>de</strong> la figura<strong>de</strong>l “intermediario”, la cual, es preciso apuntar, era impugnada permanentemente en la prensamontonera. 209 Ésta fue utilizada indistintamente por Movimiento para <strong>de</strong>nunciar a dirigentesgremiales o políticos <strong>de</strong> la coyuntura, acusándolos <strong>de</strong> anteponer sus conveniencias personales albienestar <strong>de</strong>l conjunto. En paralelo, se afirmaba que Perón era el único capaz <strong>de</strong> superar esas“mezquinda<strong>de</strong>s”. Es interesante advertir que estos cuestionamientos reforzaban la relevancia <strong>de</strong> ladupla lí<strong>de</strong>r-pueblo y <strong>de</strong>l mito <strong>de</strong> origen clásico <strong>de</strong>l peronismo. Celebraban el anhelo <strong>de</strong> un vínculopolítico inmediato, renuente a todo obstáculo o interferencia. Sin embargo, sería incorrecto <strong>de</strong>rivar<strong>de</strong> ello una negación a toda institución intermedia entre la cúpula <strong>de</strong>l Estado y la sociedad. Larevista <strong>de</strong>dicó muchos artículos a elogiar dichos espacios. Por ejemplo:[En relación a la participación <strong>de</strong> los trabajadores] Claro que serán los trabajadores a través <strong>de</strong> las po<strong>de</strong>rosasentida<strong>de</strong>s sindicales creadas o consolidadas durante el peronismo. Pero también es claro que ellas <strong>de</strong>beránperfeccionarse y renovarse para ser un auténtico canal <strong>de</strong> organización y movilización popular. 210Fue el Parlamento el que suministró el marco político que permitió avanzar al proyecto estructurado por Perón.Fue allí don<strong>de</strong> se hizo realidad el proceso <strong>de</strong> unidad nacional y don<strong>de</strong> los partidos llevaron a la práctica sucompromiso <strong>de</strong> colaboración para respaldar la institucionalización <strong>de</strong>l país. 211Para quienes engloban a todos los dirigentes con el impreciso mote <strong>de</strong> ‘burócratas’ –un calificativo que recibenlos sindicalistas en todo el mundo- es difícil encontrar una diferencia, por ejemplo, entre el propio Rucci y unmuerto más reciente, Rogelio Coria. Sin embargo, Rucci fue quien inició <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la CGT la ofensiva que Perónarticuló para <strong>de</strong>splazar a Coria (…) Aún siendo metalúrgico, Rucci estaba muy lejos <strong>de</strong> ser un continuador <strong>de</strong>Vandor. Este último trató <strong>de</strong> fundar sobre los sindicatos –como ahora la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el aparato juvenil- unpo<strong>de</strong>r propio para enfrentar a Perón. 212Durante casi 20 años, la CGT, sea por sus luchas o por su mero peso simbólico, representativo <strong>de</strong> millones <strong>de</strong>trabajadores encuadrados peronistas, actuó como una suerte <strong>de</strong> disuasivo nuclear para impedir cualquierintento <strong>de</strong> retorno absoluto al pre-peronismo (…) La organización sindical es por naturaleza negociadora.Mientras el pueblo se mantuvo alejado <strong>de</strong> las estructuras formales <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, los sindicatos le suministraban unaplataforma <strong>de</strong> apoyo (…) El lí<strong>de</strong>r mantenía en sus manos la conducción estratégica, y la negociación constantea través <strong>de</strong>l aparato sindical sólo cobraba un sentido cabal en el marco totalizador <strong>de</strong> la conducción <strong>de</strong> Perón,208 Ver notas “Ahora la resistencia la hace la oligarquía”, Movimiento, N°4, 2°quincena <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1974, p. 21;“Oligarcas en la trastienda <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r”, N°7, 1°quincena <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1974, pp. 10-14; “Marcha atrás ante laoligarquía”, N°8, 2°quincena <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1974, pp. 25-26; y “El cuento <strong>de</strong> nunca acabar”, N°9, 1°quincena <strong>de</strong>septiembre <strong>de</strong> 1974, p. 27.209 En efecto, el relato montonero se opuso a la “burocracia sindical”, acusándola <strong>de</strong> intermediar y bloquear el vínculodirecto entre Perón y el pueblo. Asimismo, le reprochaba la “negociación” <strong>de</strong> las “luchas populares”. De todasmaneras, más generalmente, Montoneros se enfrentó a toda concepción <strong>de</strong>l peronismo ligada a las elecciones, el<strong>de</strong>bate parlamentario, y los partidos políticos, así como a todo intento por construir la voluntad popular a través <strong>de</strong>instituciones intermedias entre el Estado y la sociedad. Des<strong>de</strong> su perspectiva, la voluntad <strong>de</strong>l pueblo les preexistía.Al respecto, Daniela Slipak, “Sobre los otros. Peronismos y alterida<strong>de</strong>s en las revistas <strong>de</strong> la organizaciónMontoneros”, en Papeles <strong>de</strong>l Trabajo, N°8, 2011, pp. 92-116.210 Nota “Conformes con el or<strong>de</strong>n revolucionario”, Movimiento, N°1, 1°quincena <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, p. 12.211 Nota “El año <strong>de</strong> la unidad nacional”, Movimiento, N°2, 2°quincena <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, p. 10.212 Nota “La columna vertebral no se dobla”, Movimiento, N°1, 1°quincena <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, p. 10.


que seleccionaba o priorizaba alternativamente la negociación o la lucha (…) Para el vandorismo la lucha –como camino revolucionario- hab[ía] quedado previamente excluida (…) Negociar era la función natural <strong>de</strong>lsindicalismo; sólo cuando se marginaba al lí<strong>de</strong>r –se <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> lado la visión estratégica <strong>de</strong> conjunto para laconquista <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r- el negociador se convertía en traidor. 213Frases como éstas poblaron permanentemente la revista, <strong>de</strong>lineando una acentuadadiscrepancia con la Conducción Nacional <strong>de</strong> Montoneros. En efecto, uno <strong>de</strong> sus adversariosprincipales -la “burocracia sindical”- estuvo ausente en la JP Lealtad. Más aún, la disi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>stinóvarias disquisiciones a revelar la heterogeneidad <strong>de</strong> la arena sindical y a repasar las vertientes a suinterior, reivindicando buena parte <strong>de</strong> éstas. Fundamentalmente, aseveró que los gremios habíanposibilitado la permanencia <strong>de</strong>l peronismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1955 hasta la década <strong>de</strong>l setenta. Si bien algunasreflexiones criticaron a <strong>de</strong>terminados dirigentes, ello no <strong>de</strong>sembocó en un rechazo <strong>de</strong>l aparatosindical per se.Por ejemplo, muchas notas comentaron las diferencias entre el otrora lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las 62Organizaciones, el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor; el ex dirigente <strong>de</strong> la CGT, José IgnacioRucci; y sus sucesivos reemplazantes, A<strong>de</strong>lino Romero y Segundo Palma. Continuando con estaperspectiva, la publicación separó las posiciones <strong>de</strong> los gremios durante los años <strong>de</strong>l exilio <strong>de</strong>Perón. Las citas son claras: el problema <strong>de</strong>l sindicalismo no se habría situado, como paraMontoneros, en su práctica negociadora, puesto que sólo a través <strong>de</strong> ésta se habrían mantenido lasconquistas sociales y, en <strong>de</strong>finitiva, la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l peronismo; en todo caso, el inconvenientehabría residido en el olvido <strong>de</strong> algunos respecto <strong>de</strong> la “lucha” que requiere toda negociación, asícomo <strong>de</strong>l acatamiento a las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Perón. De todas formas, la amenaza <strong>de</strong>l vandorismo habríaconcluido con la muerte <strong>de</strong>l metalúrgico: el número 7 sentenció que “no existe ya un proyectovandorista”, animándose a pre<strong>de</strong>cir que “los estratos <strong>de</strong>l sindicalismo organizado ten<strong>de</strong>rán areforzar una mayor participación directa <strong>de</strong> las bases”. 214 De la mano <strong>de</strong> estas aserciones, serememoró la figura <strong>de</strong> Rucci, estableciendo su distancia con el “participacionismo” y el“vandorismo”. 215Más generalmente, Movimiento consi<strong>de</strong>ró a todo sindicato como una estructura capaz <strong>de</strong>canalizar las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> los trabajadores. Varios artículos apoyaron a la CGT y las 62Organizaciones, elevando objeciones siempre mo<strong>de</strong>radas a sus dirigentes. Los últimos ejemplaresrealzaron el sostén a dichas instituciones: una nota <strong>de</strong>l número 9 fue titulada “La CGT se lleva laspalmas”, recalcando sus intercambios con el Ministerio <strong>de</strong> Economía, y su capacidad <strong>de</strong> presión213 Nota “La herramienta que <strong>de</strong>jó Perón”, Movimiento, N°6, 2°quincena <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1974, pp. 12-14, negritas en eloriginal.214 Nota “Isabel llama al pueblo a apoyar la revolución”, Movimiento, N°7, 1°quincena <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1974, p. 7.215 Sobre la arena sindical, ver el clásico trabajo <strong>de</strong> Daniel James, Resistencia e integración. El peronismo y la claseobrera, 1946-1976, Buenos Aires, Sudamericana, 1990. A gran<strong>de</strong>s rasgos, mientras que el vandorismo se oponía ynegociaba alternativamente con el objeto <strong>de</strong> obtener beneficios materiales y corporativos, el participacionismoacompañaba todas las medidas <strong>de</strong> la Revolución Argentina.


hacia la Confe<strong>de</strong>ración General Económica (CGE). 216A<strong>de</strong>más, como lo patentan los párrafos transcriptos, la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los sindicatos fue seguidapor el enaltecimiento <strong>de</strong> los partidos políticos y la política parlamentaria. En contraste con lastramas montoneras, la revista cercana a la Lealtad priorizó estos espacios. Se celebró la política <strong>de</strong>diálogo <strong>de</strong>splegada por Perón en su tercera presi<strong>de</strong>ncia. Específicamente, se escribieron diversosartículos sobre la situación interna <strong>de</strong> la UCR, apoyando el entendimiento con su lí<strong>de</strong>r, RicardoBalbín. Otros revisaron el funcionamiento <strong>de</strong>l parlamento durante los mandatos <strong>de</strong> Perón y <strong>de</strong>“Isabel”, subrayando el “compromiso <strong>de</strong> colaboración” <strong>de</strong> los representantes legislativos.En suma, a través <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>splazamientos, la publicación <strong>de</strong>finió consi<strong>de</strong>rablesdivergencias con su organización <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia. Amén <strong>de</strong> coincidir en la imagen <strong>de</strong> la duplaperonista, la política <strong>de</strong> alianzas partidarias, el parlamento y los sindicatos no fueron pensados comoun estorbo. La negociación y el diálogo entre diferentes actores fueron leídos como parteconstitutiva <strong>de</strong> la “revolución peronista”. Las instituciones intermedias fueron postuladas comoinstancias <strong>de</strong>cisivas, sosteniendo que era necesario or<strong>de</strong>nar al pueblo “a través <strong>de</strong> las estructuraspolíticas y gremiales <strong>de</strong>l movimiento”. 217 Por tanto, a contrapelo <strong>de</strong> la narración montonera, rasgos<strong>de</strong> una política pluralista así como la valorización <strong>de</strong> una edificación mediada <strong>de</strong> la voluntadpopular emergieron en el imaginario <strong>de</strong> la disi<strong>de</strong>ncia.Pero resta todavía indagar una exclusión significativa. En simultáneo a la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> mayorinstitucionalización, Movimiento expresó repetidas veces:En este momento, el juego <strong>de</strong> la violencia es la principal carta imperialista en la Argentina. La violenciaestá <strong>de</strong>stinada a minar las bases <strong>de</strong>l gobierno, a servir <strong>de</strong> marco a una nueva aventura golpista (…) Hoy lasmasas populares no encuentran motivos para apelar a la violencia y quienes la ejercen no sólo no lasrepresentan sino que promueven un distanciamiento <strong>de</strong>l pueblo respecto <strong>de</strong> la acción política cotidiana. 218No hay dudas <strong>de</strong> que estamos en lucha contra la subversión contrarrevolucionaria, que ya está perfectamentei<strong>de</strong>ntificada: la organización ilegal [en referencia al ERP] y otras más pequeñas que se le suman, incluyendouna –Montoneros- que ahora también dio la cara <strong>de</strong>cidiendo autoproclamarse clan<strong>de</strong>stina. Pero frente a esaviolencia, pro-imperialista y golpista en <strong>de</strong>finitiva, se alza otra que teóricamente preten<strong>de</strong> ‘<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r’ elproceso atacando a la ultraizquierda. Esta violencia escon<strong>de</strong> la cara y sabotea el proceso <strong>de</strong> un modo aún máspeligroso, porque se oculta bajo la hipocresía <strong>de</strong> ser su escudo, ya que operan con la impunidad <strong>de</strong> unoficialismo (falso) o <strong>de</strong> ser fuerzas <strong>de</strong> seguridad (…) La violencia <strong>de</strong> ultra<strong>de</strong>recha y parapolicial –que como laotra, mata a cualquiera- actúa tan brutal y <strong>de</strong>scabelladamente que solo pue<strong>de</strong> explicarse <strong>de</strong> dos formas: o poruna feroz estupi<strong>de</strong>z o por la presencia <strong>de</strong> agentes directos <strong>de</strong>l imperialismo. 219La represión hace tanto o más que los guerrilleros por lograr un clima <strong>de</strong> pánico y un estado <strong>de</strong>intranquilidad permanente. Juntos, guerrilleros y contra-guerrilleros, arrastran al <strong>de</strong>sastre al proceso<strong>de</strong> la revolución peronista (…) Son dos bandas que se están matando, pero no hace falta pertenecer a una <strong>de</strong>ellas para caer; cualquiera pue<strong>de</strong> ser el elegido. 220216 Nota “La CGT se lleva las palmas”, Movimiento, N°9, 1°quincena <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1974, pp. 12-14.217 Nota “Conformes con el or<strong>de</strong>n revolucionario, Movimiento, N°1, 1°quincena <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, p. 13.218 Editorial “Guerra al imperialismo”, Movimiento, N°2, 2°quincena <strong>de</strong> mayor <strong>de</strong> 1974, p. 1.219 Editorial “S.O.S.”, Movimiento, N°10, 2°quincena <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1974, p. 1, negritas en el original.220 Nota “Las muertes <strong>de</strong> cada día matan el proceso”, Movimiento, N°10, 2°quincena <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1974, p. 7,negritas en el original.


Las mayorías populares, que a su vez adherían o admitían la violencia antes, pasan ahora a ser el eje <strong>de</strong>l nuevoproceso (…) La variación respecto <strong>de</strong>l periodo militar es substancial: <strong>de</strong> los polos enfrentados –en esemomento, la conducción militar por un lado y las insurrecciones populares y la guerrilla por el otro- se pasa aun proceso con apoyo ampliamente mayoritario y con dos pequeños polos <strong>de</strong> resistencia en los extremos <strong>de</strong>lespectro político. Los dos polos opuestos apelan a la violencia o esperan <strong>de</strong> ella el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong>l proceso. 221Si el eje <strong>de</strong> la respuesta <strong>de</strong>l gobierno popular a la violencia pasa por la represión, lo que corre peligro es,precisamente, la revolución peronista que Perón <strong>de</strong>jó en marcha (…) Ahora que el pueblo eligió, laviolencia guerrillera no pue<strong>de</strong> reivindicar que viene ‘<strong>de</strong> abajo’, que es una respuesta. A la inversa, la represiónes una respuesta. Pero entonces hay que <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el proceso revolucionario <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el plano político. Hay quecorrer contra el tiempo, para que la violencia no pueda volver a reivindicar el carácter <strong>de</strong> respuesta. 222Como lo exhiben los fragmentos, en paralelo a las oposiciones examinadas, la revista objetó,cada vez más fuertemente, la violencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados actores. Por un lado, la <strong>de</strong> lasorganizaciones político-militares. El trato hacia la Conducción Nacional no sólo involucró lascríticas enumeradas con anterioridad; progresivamente, fue percibida como un adversario. Mientrasque al principio sólo se le hicieron advertencias sobre el uso <strong>de</strong> armas durante un gobiernoconstitucional, los últimos números fueron más enfáticos al respecto. Sobre todo, en el cuadro <strong>de</strong>lcreciente accionar guerrillero implementado durante el mandato <strong>de</strong> María Estela Martínez <strong>de</strong>Perón. 223 La publicación equiparó a los Montoneros y al Ejército Revolucionario <strong>de</strong>l Pueblo (ERP),y los tildó <strong>de</strong> obstáculos para el anhelo <strong>de</strong> la “unidad nacional”. Su violencia fue catalogada <strong>de</strong>“subversiva” y “terrorista”, y fue presentada como una amenaza para la comunidad política. Cabeaclarar que, <strong>de</strong> todos modos, esto no redundó en la impugnación cabal <strong>de</strong> toda violencia: se alegabaque su pertinencia <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> las condiciones políticas <strong>de</strong>l país. Siguiendo este razonamiento, seexplicó que si en los años <strong>de</strong> proscripción peronista la “lucha armada” habría sido aceptada por lasociedad, su legitimidad se habría perdido con la normalización electoral. De allí que, como seestudió prece<strong>de</strong>ntemente, se graficara su <strong>de</strong>svinculación con el pueblo: su imbricación habríaexistido sólo transitoriamente. En apoyo a esta i<strong>de</strong>a, se acudieron a las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r; tantoa sus dichos a favor <strong>de</strong> la violencia en tiempos <strong>de</strong>l exilio como a sus intervenciones en contradurante su tercera presi<strong>de</strong>ncia. 224 Según estos señalamientos, entonces, la violencia armada durantelos gobiernos <strong>de</strong> Perón y <strong>de</strong> su sucesora habría pasado a ser una práctica <strong>de</strong>slindada <strong>de</strong> las tramassociales <strong>de</strong> la época.Por otro lado, las citas muestran que, a su vez, se refutó la violencia <strong>de</strong> “ultra<strong>de</strong>recha yparapolicial”. A pesar <strong>de</strong> los cuestionamientos a los grupos armados, Movimiento con<strong>de</strong>nóenérgicamente la represión paraestatal. Adujo que era tan o más peligrosa que la <strong>de</strong> aquéllos, y que221 Nota “Sólo el pueblo legaliza la violencia”, Movimiento, N°8, 2°quincena <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1974, p. 6.222 Editorial “¿Revolución o violencia?”, Movimiento, N°8, 2°quincena <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1974, p. 1, negritas en el original.223 Una lista <strong>de</strong> asesinatos se cita en Oscar Anzorena, Tiempo <strong>de</strong> violencia y utopía. Del golpe <strong>de</strong> Onganía (1966) algolpe <strong>de</strong> Vi<strong>de</strong>la (1976), Buenos Aires, Ediciones <strong>de</strong>l Pensamiento Nacional, 1998, p. 308, y otra en Juan Gasparini,Montoneros. Final <strong>de</strong> cuentas, La Plata, De la Campana, 2005, p. 77. Esto se dio en paralelo a la progresiva violenciaejercida por grupos paraestatales, parapoliciales y paramilitares, enmarcada, en verdad, en un entramado legislativorepresivo que venía acentuándose <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interinato <strong>de</strong> Lastiri. Al respecto, ver Marina Franco, Un enemigo para laNación. Or<strong>de</strong>n interno, violencia y subversión, 1973-1976, Buenos Aires, Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 2012.224 Ver Movimiento, N°5, 1°quincena <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1974, p. 22; N°8, 2°quincena <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1974, pp. 8-9.


coadyuvaba a un clima <strong>de</strong> pánico, proclive al golpe <strong>de</strong> Estado. Demandó que <strong>de</strong>bían investigarsesus autores y su funcionamiento. No obstante, <strong>de</strong>bió trazar argumentos, por lo menos, incómodos:en lugar <strong>de</strong> dirigir la mirada a las responsabilida<strong>de</strong>s estatales, <strong>de</strong>sentendió al elenco gubernamental<strong>de</strong> los atentados y asesinatos, ligándolos a los “agentes directos <strong>de</strong>l imperialismo”. Estableció que eloficialismo <strong>de</strong> esa violencia era “falso”. Salvo escasas excepciones, omitió a la parapolicial AlianzaAnticomunista Argentina (Triple A), cuyas intervenciones se conocían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fines <strong>de</strong> 1973. 225Tampoco nombró a su cabeza, el secretario privado <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia y ministro <strong>de</strong> Bienestar Social<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la “primavera camporista”, José López Rega, ni a ninguno <strong>de</strong> los jefes <strong>de</strong> dicho organismo.Con estas ausencias, mantuvo su apoyo a la gestión <strong>de</strong> “Isabel”.De esta manera, la revista circunscribió a dos polos una dinámica <strong>de</strong> prácticas, en verdad,bastante más compleja. La redujo a focos aislados y a “bandas” enemigas <strong>de</strong> la “unidad nacional”.Aunque varias notas rotularon como más problemática la represión <strong>de</strong> “ultra<strong>de</strong>recha”, ambosextremos fueron emparejados en su capacidad <strong>de</strong> erosión <strong>de</strong> la “revolución peronista”,expulsándolos <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> la comunidad nacional. Por supuesto, esto conllevó lasimplificación <strong>de</strong> <strong>de</strong>nsos procesos históricos. En primer lugar, <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> la “luchaarmada” con distintas re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la sociedad. Si bien se admitió la extensión <strong>de</strong> estos vínculos durantela llamada Revolución Argentina (1966-1973), se asumió su separación automática con el arribo <strong>de</strong>Perón al país. Dicha consi<strong>de</strong>ración mecánica olvidó que, por ejemplo, ni la propia Lealtad se había<strong>de</strong>shecho <strong>completa</strong>mente <strong>de</strong> las armas, alimentando un pequeño sector militar. En segundo lugar, sesoslayaron los vínculos <strong>de</strong> la violencia paraestatal con el gobierno. Una gran parte <strong>de</strong> los miembros<strong>de</strong> la Triple A habían sido <strong>de</strong>signados en diferentes rangos <strong>de</strong> la función pública <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interinato<strong>de</strong> Raúl Lastiri (13 <strong>de</strong> julio al 12 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1973), cuando no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mandato <strong>de</strong> Cámpora.Ello había ocurrido en el contexto <strong>de</strong> un endurecimiento <strong>de</strong> la legislación represiva y <strong>de</strong> una fuertecon<strong>de</strong>na pública sobre las guerrillas. Finalmente, cabe notar que la focalización <strong>de</strong> la violencia seligaba en Movimiento a una fundamentación causal: se trataba <strong>de</strong> impedir la violencia guerrillerapara evadir la “reacción” <strong>de</strong> la violencia represiva. Peligrosamente, aquélla fue graficada, pues,como uno <strong>de</strong> los posibles estímulos <strong>de</strong> ésta.Todas estas operaciones se realizaron no con el objeto <strong>de</strong> justificar sino <strong>de</strong> evitar el golpe <strong>de</strong>Estado que meses <strong>de</strong>spués sobrevendría. De todas formas, no <strong>de</strong>bería subestimarse suencuadramiento en otros discursos <strong>de</strong> la coyuntura. Muchos compartieron parte <strong>de</strong> los trazosexplorados hasta aquí: durante 1974, funcionarios <strong>de</strong>l gobierno, representantes <strong>de</strong> los partidospolíticos, diarios nacionales, el Episcopado, la CGE y las Fuerzas Armadas articularon relatos queoscilaron entre reprobar solamente a la “subversión” y asignar conjuntamente a la “ultraizquierda” y225 Sobre la Triple A, consultar Ignacio González Jansen, La Triple A, Buenos Aires, Contrapunto, 1983; MartinAn<strong>de</strong>rsen, Dossier secreto. El mito <strong>de</strong> la guerra sucia, Buenos Aires, Sudamericana, 1993; Marcelo Larraquy, LópezRega. El peronismo y la Triple A, Buenos Aires, Punto <strong>de</strong> Lectura, 2007.


la “ultra<strong>de</strong>recha” la responsabilidad por la situación <strong>de</strong>l país. Como afirma Marina Franco, estasimpugnaciones se efectuaron habitualmente mediante un “dispositivo bipolar”, consistente en aislarlas figuras extremas <strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s sociales y políticas más vastas, y en otorgar a la violencia <strong>de</strong>“<strong>de</strong>recha” un carácter “reactivo” en relación a la <strong>de</strong> “izquierda”. 226Bajo estos <strong>de</strong>splazamientos, Movimiento construyó una narración diacrónica y <strong>de</strong>finió susalterida<strong>de</strong>s. Más allá <strong>de</strong> sus críticas explícitas a Montoneros (el “vanguardismo”, y enfrentamientocon Perón), construyó un espacio i<strong>de</strong>ntitario propio. Replicó el mito <strong>de</strong> origen <strong>de</strong>l peronismoclásico, relegando la narración <strong>de</strong> la Resistencia. Afirmó que el pueblo no era per se combativo, yque la revolución era pacífica. Delimitó exclusiones con el “imperialismo” y la “oligarquía”, yreivindicó instituciones como el parlamento, los partidos políticos y los sindicatos. Significó alperonismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una matriz más abierta al pluralismo y a la diversidad <strong>de</strong> instituciones intermediasentre el Estado y la sociedad. La contracara <strong>de</strong> dicha reinvención fue la focalización <strong>de</strong> la violenciaen dos extremos <strong>de</strong>svinculados <strong>de</strong> la sociedad y, a fin <strong>de</strong> cuentas, <strong>de</strong> la comunidad nacional. Portanto, con la pretensión <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la constitucionalidad y obviando sus orígenes, participó <strong>de</strong> lacirculación <strong>de</strong> una visión bipolar sobre la violencia. Así, probablemente sin <strong>de</strong>cidirlo, redujo a dosfocos la compleja imbricación entre política y violencia propia <strong>de</strong> la coyuntura, renuente, por cierto,a toda explicación rápida y lineal.3. Palabras finalesLa disolución <strong>de</strong> la Lealtad ocurrió a fines <strong>de</strong> 1974, <strong>de</strong>bido a diversas circunstancias. Enprimer lugar, por la ola <strong>de</strong> violencia que se extendió durante el gobierno <strong>de</strong> “Isabel”. En segundolugar, por el carácter heterogéneo <strong>de</strong> la experiencia, que aunó a grupos disímiles. Mientras quevarios buscaron inaugurar prácticas novedosas, otros pretendieron replicar los esquemas <strong>de</strong>Montoneros. Los <strong>de</strong>sacuerdos surgieron, a su vez, en relación a la sucesora <strong>de</strong> Perón: ninguno seenfrentó cabalmente, pero el abanico <strong>de</strong> aceptaciones fue múltiple. En tercer lugar, por el perfil<strong>de</strong>sarticulado <strong>de</strong>l espacio, que no logró erigir una estructura centralizada y orgánica ni <strong>de</strong>masiadosámbitos <strong>de</strong> <strong>de</strong>liberación y toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones. Según los testimonios, ello se habría explicado por lavoluntad <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> oponerse a la rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l organigrama planteado por la ConducciónNacional. Siguiendo esta línea, se propusieron “coordinadoras <strong>de</strong> militantes” o “asambleaspermanentes”, contrariando a quienes sostenían la preferencia por el “aparato” como instanciaorganizativa. 227226 Marina Franco, op. cit., 2012, pp. 206-239 y 301-325. Franco aduce que este dispositivo bipolar atravesóposteriormente el período alfonsinista y que “el discurso <strong>de</strong> rechazo <strong>de</strong> la violencia no fue una novedadrefundacional <strong>de</strong> 1983 sino parte <strong>de</strong> los fundamentos consensuales <strong>de</strong>l golpe <strong>de</strong> Estado <strong>de</strong> 1976”, p. 302. En lamisma línea, Hugo Vezzetti comenta que el discurso <strong>de</strong> los dos “terrorismos” en diversos partidos políticos y en laIglesia durante 1974 fue el antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la llamada “teoría <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>monios”. Ver Hugo Vezzetti, Pasado ypresente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI, 2002, pp. 115-117 y 123.227 Norberto Ivancih y Mario Wainfeld, op. cit., 1985, p. 6. Entrevistas <strong>de</strong> la autora.


El carácter efímero <strong>de</strong> dicha disi<strong>de</strong>ncia, sin embargo, no <strong>de</strong>bería <strong>de</strong>sestimar su estudio. Yello por varias razones. Por un lado, dado que patenta que el peronismo, lejos <strong>de</strong> ser un legadounívoco, constituye una tradición en constante disputa y reinvención. Por otro lado, porqueevi<strong>de</strong>ncia a las claras la heterogeneidad <strong>de</strong> la llamada Ten<strong>de</strong>ncia Revolucionaria, sorteandoabordajes lineales sobre la juventud durante la década <strong>de</strong>l setenta. En este sentido, muestra lasdistintas apreciaciones sobre la violencia armada e instituciones como el parlamento, los partidospolíticos y las elecciones, <strong>de</strong>splegadas al interior <strong>de</strong> las agrupaciones juveniles con anterioridad alúltimo gobierno <strong>de</strong> facto <strong>de</strong>l país y a la transición <strong>de</strong>mocrática. Finalmente, el análisis prece<strong>de</strong>ntecontribuye a explorar en qué medida el discurso bipolar acerca <strong>de</strong> la violencia no sólo fue articuladocomo una explicación retrospectiva durante el alfonsinismo, sino que, más complejamente, seentramó con los relatos sostenidos por diversos actores durante los mandatos peronistas previos a1976. Incluso, por quienes hasta ayer nomás habían reivindicado la “lucha armada”, sin <strong>de</strong>cidirse<strong>de</strong>l todo –recuér<strong>de</strong>se la preservación <strong>de</strong>l núcleo armado en la Lealtad- a abandonarla.


Nombre <strong>de</strong>l autor: Guillermo Salvador Marinaro.Título <strong>de</strong> la <strong>ponencia</strong>: El gobernador radicalizado. La construcción <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong> MiguelRagone en el diario El Tribuno (1973/1974).Pertenencia institucional: Universidad <strong>de</strong>l Salvador (USAL) e <strong>Instituto</strong> <strong>de</strong> <strong>Altos</strong> <strong>Estudios</strong> <strong>Sociales</strong>(IDAES/UNSAM).Dirección <strong>de</strong> correo electrónico: salvadormarinaro@gmail.comAbstract:Esta <strong>ponencia</strong> aborda las estrategias discursivas <strong>de</strong>l diario El Tribuno y la actuación política <strong>de</strong> sucupula editorial durante el proceso político que protagonizó Miguel Ragone (1973-1974) en laprovincia <strong>de</strong> Salta. Se da cuenta <strong>de</strong>l primer apoyo al candidato justicialista durante la campaña <strong>de</strong>principios <strong>de</strong> 1973, al que califica como el “médico <strong>de</strong>l pueblo”, hasta la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong>l nuevogobernador con la “infiltración marxista” a fines <strong>de</strong> ese año. Esta transición estuvo aparejada a lastrasnformaciones <strong>de</strong>l campo político signado por el conflicto intra-peronista y refleja una búsquedapolítico por parte <strong>de</strong>l diario. Se analiza la constitución <strong>de</strong> este actor discursivo hasta elenfrentamiento directo con el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo Provincial que permiten rendir cuentas sobre laformación <strong>de</strong> un agente <strong>de</strong> preeminencia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la política provincial.Palabras claves: Tercer Peronismo-Ragone- Medios y política- El Tribuno


El gobernador radicalizado. La construcción <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong> Miguel Ragone en eldiario El Tribuno (1973/1974).Miguel Ragone 228 es recordado como el único gobernador <strong>de</strong>saparecido durante elterrorismo <strong>de</strong> Estado. Su gobierno en la provincia <strong>de</strong> Salta, asociado tempranamente al grupo <strong>de</strong>gobernadores <strong>de</strong> la Ten<strong>de</strong>ncia Revolucionaria <strong>de</strong>l peronismo 229 (ver La Opinión 27/05/1973), seextien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 25 <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong> 1973 hasta la intervención fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1974.En ese lapso, sufrió la oposición <strong>de</strong> CGT provincial, <strong>de</strong> un ala <strong>de</strong>l peronismo salteño y una claraembestida <strong>de</strong>l gobierno nacional <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer recambio ministerial <strong>de</strong> Isabel Martínez. Sinembargo, para los actores <strong>de</strong> la época el principal enemigo <strong>de</strong> Ragone fue un diario, El Tribuno.En efecto, esta confrontación había alcanzado resonancia a nivel nacional a principio <strong>de</strong>l1974. En una entrevista publicada en el diario La Opinión, Osvaldo Bravo, vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>lbloque oficialista <strong>de</strong> la Cámara alta <strong>de</strong> la provincia acusó al director <strong>de</strong> El Tribuno <strong>de</strong> ser un“hampón (…) que maneja los hilos trasbambalinas” (LO 20/02/1974) <strong>de</strong> la oposición al gobierno.Más <strong>de</strong> treinta años <strong>de</strong>spués, una vez reabierto el juicio sobre la <strong>de</strong>saparición, los testimonios <strong>de</strong>Gregorio Caro Figueroa, Jesús Pérez y Armando Jaime hicieron hincapié en el rol <strong>de</strong>l diario durantela embestida al gobierno provincial (Arenas, 2012).Por eso, en este artículo proponemos que es necesario una lectura <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> El Tribunoy una interpretación paralela <strong>de</strong> la acción política <strong>de</strong> su directorio, para una mejor comprensión <strong>de</strong>los sucesos que circundan al gobierno <strong>de</strong> Miguel Ragone.Proponemos que durante esta etapa, El Tribuno se constituyó en uno <strong>de</strong> los actores <strong>de</strong>importancia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l campo político provincial (Marinaro, 2012); a través un doble abordaje: porun lado una acción política directa <strong>de</strong> su cúpula editorial -sobre todo <strong>de</strong> su director-,y por el otro,un discurso 230 que reivindicaba la ortodoxia partidaria. Ambas estrategias se darán en conjunto, amedida que el enfrentamiento intrapartidario <strong>de</strong> <strong>de</strong> 1973 y 1974, modifiquen el panorama <strong>de</strong>lejercicio político. En este periodo proponemos tres momentos distintos <strong>de</strong> la relación entre Ragoney el diario, que en ese momento contaba con 25 años <strong>de</strong> vida. Trayectoria que veremos acontinuación.228 Miguel Ragone nació en Tucumán 1921, pero a la edad <strong>de</strong> cinco años se radico en Salta. Inció su militancia en elPartido Laborista mientras estudiaba medicina en la Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires. Fue discípulo <strong>de</strong>l sanitaristaRamón Carrillo. A su regreso a Salta, continúo con su actividad profesional mientras participaba <strong>de</strong> la resistencia <strong>de</strong>lperonismo.(ver ET 25/05/1973).229 Damián Altúnez señala cinco provincias cercanas a la Ten<strong>de</strong>ncia: Buenos Aires, Córdoba, Santa Cruz, Salta yMendoza (Altúnez, 2011). Alicia Servetto, por otro lado, incluye también el caso <strong>de</strong> Formosa (Servetto, 2010).230 El análisis <strong>de</strong>l discurso que proponemos en este artículo se basó en las columnas “A la hora <strong>de</strong>l cierre”, “Entrebambalinas”, las editoriales y la sección Locales; corpus don<strong>de</strong> se observa más nítidamente la relación <strong>de</strong>l diariocon la política local.


Una vocación política. El Tribuno y la auto-enunciación <strong>de</strong> un anhelo populista.El Tribuno aparece por primera vez el 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1949, bajo la dirección <strong>de</strong> RicardoFalú. Según la edición aniversario <strong>de</strong>l diario, su primer grupo accionista estaba compuesto porJaime Durán, Emilio Espeta, Ricardo Durand y el mismo Partido Peronista, que habían ganado laquiebra <strong>de</strong>l antiguo diario conservador La Provincia (ET 21/08/1999). La combinación accionariovuelve evi<strong>de</strong>nte el surgimiento <strong>de</strong>l diario con una vocación política; mito <strong>de</strong> origen, que pese a lossucesivos traspasos y recomposiciones continuará en el trasfondo discursivo <strong>de</strong>l diario.La tradición selectiva, en términos <strong>de</strong> Raymond Williams, en la cual se inscribe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sufundación lo orienta en un anhelo reformista: evi<strong>de</strong>nte en el nombre elegido -vinculado a El Tribuno<strong>de</strong> Manuel Dorrego y en la repetición exhaustiva <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus páginas <strong>de</strong> términos como“progreso”, “cambio”, “<strong>de</strong>stino glorioso <strong>de</strong> la nación” en oposición al “quedantismo”.El golpe <strong>de</strong> Estado <strong>de</strong> 1955 cambiría drásticamente el panorama <strong>de</strong>l ejercicio político,especialmente a los sectores cercanos al peronismo. La Revolución Libertadora intervendría ElTribuno y posteriormente lo confiscaría. Pasaría por cinco administradores judiciales hasta suremate en abril <strong>de</strong> 1957. El grupo que lo adquirió, en esta segunda instancia, estaba integrado porBernardino Biella, Jorge Raúl Decavi y Roberto Romero, los dos primeros provenientes <strong>de</strong>l grupofrondicista <strong>de</strong>l radicalismo y <strong>de</strong>spués miembro <strong>de</strong>l Movimiento <strong>de</strong> Integración y Desarrollo (MID).Por su parte Bernardino Biella sería electo gobernador <strong>de</strong> la provincia en 1958 y Decavi ocuparía labanca provincial en el Senado <strong>de</strong> la Nación, <strong>de</strong>jando como director <strong>de</strong>l diario a Roberto Romero.Des<strong>de</strong> ese momento, se pue<strong>de</strong> observar una creciente transformación <strong>de</strong>l diario. RobertoRomero realizaría una serie <strong>de</strong> cambios en la diagramación <strong>de</strong> las columnas y seccioesacompañados por activida<strong>de</strong>s extra-periodísticas que servían para fomentar los lazos con las clasespopulares: concursos con premios, campeonatos <strong>de</strong>portivos, concursos <strong>de</strong> belleza, peñas folclóricas,activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> beneficencia (ET 21/08/1973). Este tipo <strong>de</strong> estrategias, llevadas a cabo en las décadas<strong>de</strong>l '60 y '70 servían como base para la construcción <strong>de</strong> un sujeto <strong>de</strong> la enunciación y un ethosdiscursivo que se reinvindicaba a sí mismo como “vocero <strong>de</strong>l pueblo y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo” 231 .Este trabajo <strong>de</strong> inscripción <strong>de</strong>l diario en su localidad se va a incentivar con el planteo <strong>de</strong> unaformación discursiva cercana al <strong>de</strong>sarrollismo. El Tribuno auto-enunciará constantemente laincorporación <strong>de</strong> nuevas tecnologías, las firmas <strong>de</strong> convenios con agencias internacionales y el uso<strong>de</strong> máquinas IBM. De allí que sus intervenciones y auto-enunciaciones sean a través <strong>de</strong>l marcoprogresista: las enunciaciones <strong>de</strong>l mito maquinista que llevaría al hombre al progreso.Hasta aquí po<strong>de</strong>mos observar que El Tribuno había pasado por distintas manos, pero siempre231 Silvia Saytta propuso que la construcción <strong>de</strong> lazos extra-periodísticos <strong>de</strong>l diario Crónica durante la década <strong>de</strong>l '20,cimentaba la auto-enunciación <strong>de</strong>l diario como “vocero <strong>de</strong>l pueblo” (Saytta, 1999)


vinculado a los protagonistas <strong>de</strong>l campo político. En consonancia con estos hechos, RobertoRomero se incorporaría al Partido Justicialista con la reapertura <strong>de</strong> 1972, actuaría como tesorero <strong>de</strong>la campaña <strong>de</strong> Miguel Ragone que analizaremos en el siguiente inciso (ET 16/01/1973).De esta manera, hacia la década <strong>de</strong>l '70 el diario ya estaba consolidado como actor políticocon unas características discursivas propias. Creemos que los sucesivos traspasos y superposiciones<strong>de</strong> distintas formaciones discursivas, lejos <strong>de</strong> suprimir una a la otra, su sedimentaron y leconfirieron a El Tribuno una mayor plasticidad a la hora <strong>de</strong> posicionarse en el interior <strong>de</strong>l campopolítico, como veremos durante la etapa <strong>de</strong> Ragone.El “hombre <strong>de</strong> Perón”. El apoyo <strong>de</strong> El Tribuno durante la campaña <strong>de</strong> Miguel RagoneSegún los autores especializados, la confección <strong>de</strong> las listas <strong>de</strong> 1973 en las provinciasargentinas fue una <strong>de</strong> las más conflictivas en la historia <strong>de</strong>l Movimiento Peronista (Servetto, 2010;Altúnez, 2011). Si bien en Salta no se registraron enfrentamientos armados, como en la provincia <strong>de</strong>Buenos Aires o Misiones -don<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los posibles candidatos fue asesinado-, la confección <strong>de</strong> laslistas locales fueron más lentas que en el resto <strong>de</strong>l país. Los distintos cónclaves que se realizaron afines <strong>de</strong> 1972 no lograron formular una candidatura única y constituir una plataforma electoralpropia <strong>de</strong>l FREJULI en Salta. Efectivamente, la candidatura <strong>de</strong> Miguel Ragone sería por el PartidoJusticialista. En este entramado, según Sergio Quintana, Roberto Romero habría apoyado a la listaAzul y Blanca <strong>de</strong> Bravo Herrera opositora a lista ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> Ragone y cercana a la CGT provincial(Quintana, 2008). Una vez <strong>de</strong>limitadas las candidaturas, el diario El Tribuno mostraría una claraapatía política. En consonancia con lo antes mencionado.En efecto, el año 1973 empieza con pocas menciones a la política local, una situación que seva a exten<strong>de</strong>r hasta mediados <strong>de</strong>l mes marcando un claro contraste con la politización <strong>de</strong>l diario enfebrero. Durante esta primera quincena, las principales columnas, “A la hora <strong>de</strong>l cierre” y “EntreBambalinas”, raramente mencionarán un candidato regional. La relación Nación-provincia 232 ,propia <strong>de</strong> la construcción enunciativa <strong>de</strong> un diario regional, se encuentra <strong>de</strong>sequilibrada, priorizandoa los candidatos nacionales.La columna “A la hora <strong>de</strong>l cierre” <strong>de</strong>l 14 <strong>de</strong> enero, resumiría la posición <strong>de</strong>l diario <strong>de</strong> lasiguiente manera:“Amigo lector: No me gusta la política. (Antes que morir prefiero la muerte). Ycuando digo no, es no. Resulta que me vinieron a ofrecer una candidatura y no acepté.Era para diputado. Y yo para diputado no sirvo. Imagine usted que hubiera aceptado yfuera candidato. Y que el partido gane en las elecciones. Entonces paso a ser <strong>de</strong>l232El binomio Nación-Provincia pue<strong>de</strong> analizado como una extrapolación <strong>de</strong>l vínculo discursivo Campo-Ciudad queestudió Beatriz Sarlo (2007). Para un diario regional, la Nación era la se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la legitimidad posible.


gobierno. ¿Se imagina la <strong>de</strong>sgracia? ¿Cómo hago para no hablar mal <strong>de</strong>l gobierno?”(ET 14/02/1973).Si bien esta apatía política estaba fundamentada en el trasfondo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota intra-partidario,rápidamente se va a revertir. A partir <strong>de</strong> la tercera semana <strong>de</strong> enero, las menciones a la política localempiezaran a ser más fluidas y se volcarán hacia las acciones <strong>de</strong> campaña <strong>de</strong>l Partido Justicialista.Este momento tampoco estaría <strong>de</strong>svinculado con el posicionamiento <strong>de</strong>l director <strong>de</strong>l diario. El 17 <strong>de</strong>enero la columna “Entre bambalinas” publicaba lo siguiente:“Por lo pronto ya <strong>de</strong>jó constituido el Comando Electoral [<strong>de</strong>l Partido Justicialista] quetendrá la responsabilidad <strong>de</strong> centralizar la campaña. Así lo resolvió el ConsejoProvincial en reunión realizada el lunes a la noche a la cual asistió especialmenteinvitado el señor Roberto Romero, que fue asignado tesorero <strong>de</strong>l Comando//RobertoRomero, que hace poco rechazó una candidatura a gobernador por la Unión Popularaduciendo su filiación al justicialismo”(ET 17/01/1973).Esta columna será particularmente importante, pocas veces se mencionarán directamente lasinclinaciones <strong>de</strong>l director <strong>de</strong>l diario en las circunstancias especificas. Es <strong>de</strong>cir, representandola acción política como un factor a <strong>de</strong>stacar <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad misma <strong>de</strong> la publicación. Enefecto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta mención, el diario seguirá <strong>de</strong> cerca los pasos <strong>de</strong> Miguel Ragone en losactos <strong>de</strong> campaña:“Así, el Partido Justicialista llegará a distintos pueblos <strong>de</strong>l interior con una consigna:“el pueblo al gobierno, Perón al po<strong>de</strong>r”, pero también con una temática: “hay un sóloperonismo, el Partido Justicialista”(ET 26/01/1973).En esta columna se observa la principal estrategia discursiva <strong>de</strong>l apoyo al candidato justicialista: sebuscaba peronizar a Miguel Ragone en contraposición al neoperonista. Durante los primeros meses<strong>de</strong> la campaña <strong>de</strong> 1973, el Movimiento Popular Salteño (M.P.S.) apoyaba la candidatura <strong>de</strong>Cámpora a nivel nacional y por en<strong>de</strong>, disputaba el electorado peronista en la provincia. Su lí<strong>de</strong>r erael ya mencionado Ricardo Durand, que había ganado las elecciones a gobernador en dos ocasiones,una junto al Partido Peronista en 1950 y otra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la plataforma neoperonista en 1963.Esta situación dio como resultado que a nivel provincial dos partidos se discutieran elsignificante Perón 233 . En ese momento, El Tribuno pondría en acción una doble estrategia: por unlado, ten<strong>de</strong>ría a acusar <strong>de</strong> traidor a Ricardo Durand y por el otro a peronizar a Ragone. El momentomás evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> este enfrentamiento llegaría el 16 <strong>de</strong> Febrero con el arribo <strong>de</strong> Cámpora a laprovincia. Ese día, el diario publicaría una entrevista en la sección Locales, en la cual uno <strong>de</strong> losincisos se titularía “Sólo Ragone” y es digno <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>stacado:“-¿Tenemos en Salta la posición <strong>de</strong> dos hombres que apoyan la fórmula presi<strong>de</strong>ncial<strong>de</strong>l Frente Justicialista <strong>de</strong> Liberación, y que confun<strong>de</strong>n a la gente y al puebloperonista, en cuanto a la emisión <strong>de</strong> su voto. Nosotros queremos que nos explique conclaridad, para que no haya confusiones y el pueblo sepa la verdad, sobre quién <strong>de</strong> losdos hombres cuenta con el apoyo real <strong>de</strong>l general Perón?233La lectura <strong>de</strong> Perón como un significante fue iniciada por Sigal y Verón en el libro antes mencionado. Silvia Sigal yEliseo Verón (2003). Luego, abordado por otros autores como Ernesto Laclau.


-Es indudable que el compañero Ragone y los <strong>de</strong>más compañeros que integran la lista<strong>de</strong>l Partido Justicialista” (ET 19/02/1973)Como la cita anterior permite visualizar, el diario reinvindicaría un ethos popular comofundamento a su posición enunciativa. De esta manera, el discurso <strong>de</strong> apoyo a Miguel Ragonese traducirá en una constante mención al sostén popular propio como habíamos visto en laformación <strong>de</strong> su discurso. De la misma manera, el candidato justicialista sería nombradocomo el “médico <strong>de</strong>l pueblo” -principalmente por la columna Entre Bambalinas- reafirmandoel componente social que los i<strong>de</strong>ntificaba mutuamente.La transición. Del apoyo distante al enfrentamiento.Miguel Ragone ganó las elecciones salteñas con más <strong>de</strong>l 55% <strong>de</strong> los votos. El primerapoyo por parte <strong>de</strong>l diario se traducirá en un discurso glorificante <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l “médico <strong>de</strong>lpueblo”, a quién atribuirá el valor <strong>de</strong> la humildad e incluso <strong>de</strong> la gran<strong>de</strong>za. El siguientepárrafo es un ejemplo claro que se publicó en la columna “Entre bambalinas”:“Por la mañana mientras se celebraba el Te<strong>de</strong>um en la Catedral metropolitana unaniña cayó <strong>de</strong>smayada al suelo, lastimándose. Como los que la ro<strong>de</strong>aban no se<strong>de</strong>cidían a aten<strong>de</strong>rla el doctor Ragone fue presuroso a ayudarla. El “médico <strong>de</strong>lpueblo” hacia honor a su apelativo” (ET 27/05/1973).Este discurso glorificante tendría su más clara expresión los meses previos a la asunción <strong>de</strong>lgobierno.Pero con la misma rapi<strong>de</strong>z con que había surgido el discurso <strong>de</strong> apoyo ya empezaría atransformarse una vez asumido el gobierno. A partir <strong>de</strong> este momento, se pue<strong>de</strong>n observar doscaminos argumentativos paralelos 234posicionamiento <strong>de</strong>l diario.que servían <strong>de</strong> base para una transición <strong>de</strong>lLas primeras medidas <strong>de</strong> Ragone en conjunto con la modificación <strong>de</strong>l panoramapolítico, en un momento don<strong>de</strong> confluyen la masacre <strong>de</strong> Ezeiza, la vuelta <strong>de</strong> Perón y luego larenuncia <strong>de</strong> Cámpora, van a impactar y vincularse con los conflictos internos en la provincia.La figura <strong>de</strong> Ragone en las páginas <strong>de</strong>l diario <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> rango, ya no será visto como el“hombre <strong>de</strong> Perón” o como el “médico <strong>de</strong>l pueblo” sino como un ayudante menor <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>rrecién llegado <strong>de</strong>l exilio. El discurso <strong>de</strong> apoyo que había construido el diario durante losmeses anteriores va ser puesto en duda, o más aún, se pondrán en juego estrategias que sin<strong>de</strong>mostrarlo abiertamente cuestionen el camino elegido por Miguel Ragone.El primer elemento que marca la crisis <strong>de</strong>l discurso pro-ragonista, será un llamado a “la234Por <strong>de</strong>finición el periodismo es polifónico, en tanto que se publican distintas voces y distintos géneros. Sinembargo, estas distintas voces son puestas en relación por la empresa periodística en torno a un único mensajeargumentativo que constituiría su posicionamiento. Sin embargo es posible encontrar en momentos <strong>de</strong> cambio ycrisis publicaciones con distintos caminos argumentativos que en <strong>de</strong>finitiva marcan la misma dificultad <strong>de</strong>posicionamiento <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l campo (Arnoux, 2006).


esperanza”, título con que se publicaría una editorial la semana antes <strong>de</strong> la vuelta <strong>de</strong> Perón y que sevinculaba con los primeros enfrentamientos que sufría Ragone con la CGT salteña 235 . Estaconvocatoria pone una afirmación <strong>de</strong>l tiempo presente con una clara i<strong>de</strong>ntificación negativa y unavisión prometedora <strong>de</strong>l futuro. Estas publicaciones se acercan al 20 <strong>de</strong> junio porque la visiónesperanzadora ya no emerge <strong>de</strong>l gobierno en función <strong>de</strong> Ragone, sino <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>lmovimiento peronista, a quien se i<strong>de</strong>ntificaba con el “or<strong>de</strong>n” en lugar <strong>de</strong>l progreso 236 :“La herencia es muy dura. Impuestos <strong>de</strong> emergencia, empleados <strong>de</strong> emergencia o porcontrato, tenencias y explotaciones <strong>de</strong> bienes o concesiones <strong>de</strong>l Estado tambiénmantenidas en forma precaria. (…) Con el apoyo <strong>de</strong> todos habremos <strong>de</strong> arribar a lasmetas propuestas. El or<strong>de</strong>namiento se impone y está en marcha”(ET 12/06/1973).Una <strong>de</strong> las creaciones más evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> este momento <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> un doble caminoargumentativo, aparecería por primera vez el 12 <strong>de</strong> Junio <strong>de</strong> 1973 en la columna “A la hora <strong>de</strong>lcierre”. En ella, el autor <strong>de</strong> la columna se enuncia manteniendo un diálogo con un “contrera”, aquién acusa <strong>de</strong> “orejudo” es <strong>de</strong>cir un conservador. Se trataba <strong>de</strong> un personaje <strong>de</strong> ficción,i<strong>de</strong>ntificado como Willy el Renegón, que expondría un discurso en contra <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Ragonesiempre <strong>de</strong> una manera jocosa o burlona. Con esta estrategia se publicaban ambos caminosargumentativos sin el efectivo posicionamiento:“Amigo lector: Qué lío tengo en el mate. Ando con la persecuta. Me agarró uncontrera, me paró en la calle y me dijo: “¿Y...?”. Lo miré fijo y le pregunté: “¿Y...qué?” Ahí me puso la mano sobre el hombro, me miró con lástima y dijo: “¿No eraque <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l 25 <strong>de</strong> mayo se arreglaba todo y se terminaban los aumentos <strong>de</strong>precios...?”. Se acercó más me puso el <strong>de</strong>do índice en el pecho y siguió: “Decimecaranchito, ¿el aumento <strong>de</strong> la nafta, el teléfono, la luz, el gas y los transportes qué es...chancaca?” (ET 12/06/1973).El Renegón se transformaría en un personaje habitual <strong>de</strong> esta columna y siempre se presentaría <strong>de</strong>la misma manera: intempestivamente, con un tono socarrón que incomodaba al al autor. Estaincomodidad estaría justificado por el cuestionamiento al gobierno -sobre todo provincial- y hastaharía dudar a los frejulistas acérrimos. En la columna anterior se observa que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l encuentrocon el contrera el sujeto <strong>de</strong> la enunciación tenía un “lío en el mate”, que intentaba sugerir que estosencuentros cuestionaban hasta su misma i<strong>de</strong>ología.La representación <strong>de</strong> un “orejudo” en las páginas <strong>de</strong> El Tribuno se <strong>de</strong>be inscribir en unaestrategia consiliatoria con las fuerzas conservadores <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l triunfo electoral. Des<strong>de</strong> el fin <strong>de</strong>la campaña se habían publicado una serie <strong>de</strong> columnas que se titulaban “Encuesta: Motivos <strong>de</strong> lamigración política” y tenían por objetivo “explicar” la movilidad política reciente. La mayoría <strong>de</strong>los entrevistados pertenecerían al MPS y a las capas superiores <strong>de</strong> la sociedad salteña que235 La CGT-clasista, una organización <strong>de</strong>l sindicalismo combativo, realizó una toma e intervención <strong>de</strong> la se<strong>de</strong> <strong>de</strong> laCGT regional por casi cuarenta día. Los sindicalistas ortodoxos acusaron al gobierno <strong>de</strong> Ragone <strong>de</strong> estar enconnivencia con los clasistas (ver Scotorin, 2007)236 Mariana Heredia menciona que através <strong>de</strong> un i<strong>de</strong>al or<strong>de</strong>nancista algunos diarios conservadores se acercaron alperonismo durante el retorno <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r justicialista (Heredia, 2000).


afirmarían su traspaso al PJ. Del mismo modo una serie <strong>de</strong> publicaciones <strong>de</strong> la columna “EntreBambalinas” intentaría difuminar el término “patria socialista”, utilizado en los discursos porRagone (Altúnez, 2011). Por último, un conjunto <strong>de</strong> más <strong>de</strong> quince editoriales meditaría sobre laposición <strong>de</strong>l “Nuevo empresariado”, un momento <strong>de</strong> plena conflictividad política como la masacre<strong>de</strong> Ezeiza y la vuelta <strong>de</strong> Perón.Precisamente, en este punto <strong>de</strong>bemos resaltar <strong>de</strong> nuevo la actuación política <strong>de</strong> RobertoRomero. Después <strong>de</strong> la asunción <strong>de</strong>l nuevo gobierno, el director <strong>de</strong>l diario había colaborado en laformación <strong>de</strong> la se<strong>de</strong> salteña <strong>de</strong> la Confe<strong>de</strong>ración General <strong>de</strong> Empresarios (CGE), órgano <strong>de</strong>l cualmantuvo la presi<strong>de</strong>ncia hasta septiembre <strong>de</strong> ese año durante la primera crisis ministerial <strong>de</strong>Ragone 237 . Paralelamente a nivel <strong>de</strong>l discurso se representaba una vía consilatoria con las fuerzasconservadoras y empresariales que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> reafirmar la construcción <strong>de</strong> la CGE, marcaba unacontraposición con la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> Ragone con la “patria socialista”.En ese entramado, aparece por primera vez la mención que Salta estaba en un listado <strong>de</strong> lasprovincias conflictivas. El 17 <strong>de</strong> julio la columna Entre Bambalinas publicaría lo siguiente:“Por otra parte no <strong>de</strong>be olvidarse que Salta figuraba en la lista “intervencionista”.¿Encuál lista? En la que el periodismo suele recoger <strong>de</strong> pronto, no se sabe en qué fuentes -o se sabe- pero que se lanzó a todo el país y Buenos Aires encabeza la “tabla” <strong>de</strong> lasposibles allanadas” (ET 17/06/1973).Precisamente, la negación y puesta en duda pue<strong>de</strong> ser leída como un mecanismo que incentiva lapolifonía y el doble posicionamiento. Para el lingüísta Oswald Ducrot, este tipo <strong>de</strong> negación sonuna forma <strong>de</strong> citar un discurso presente en el mundo social, precisamente que se busca <strong>de</strong>smentir oincentivar (Ducrot, 1982) . En el párrafo anterior la doble publicación se traduce en una amenaza.Esta estrategia estaba llegando a su fin y a medida que el enfrentamiento Ten<strong>de</strong>ncia-Ortodoxiallegaba a sus puntos más altos a nivel nacional, el proyecto político <strong>de</strong> Ragone sería cada vez másacusado como una “<strong>de</strong>sviación i<strong>de</strong>ológica”. Ese discurso cobraría forma durante los últimos días <strong>de</strong>Septiembre.El enfrentamiento directo. El enemigo <strong>de</strong> Perón y el diario lealLas elecciones <strong>de</strong>l 23 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1973 llevaron por tercera vez a la presi<strong>de</strong>ncia a JuanDomingo Perón. Dos días <strong>de</strong>spués, el asesinato <strong>de</strong>l sindicalista José Ignacio Rucci pondría enprimera plana el enfrentamiento entre los distintos sectores <strong>de</strong>l peronismo. Si bien durante lasprimeras semanas se lo atribuyó públicamente al ERP-PRT que lo había con<strong>de</strong>nado a muerte,repercutiría en el seno <strong>de</strong>l movimiento peronista tanto a nivel nacional como provincial. El 1 <strong>de</strong>octubre <strong>de</strong> 1973 el Comando Superior Justicialista emitiría lo que se conoce como el “documentoreservado”, un documento que según Marina Franco constituye el origen discursivo y empírico <strong>de</strong>237 Servetto señala dos crisis ministeriales <strong>de</strong> Miguel Ragone, una a fines <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1973 que se extien<strong>de</strong> pormás <strong>de</strong> dos meses y otra segunda a partir <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1974 (Servetto, 2010)


la “guerra contra la subversión durante el tercer gobierno peronista” (Franco, 2012:52). Al otro día,sería publicado por el diario La Opinión y emitido a todos las <strong>de</strong>legaciones <strong>de</strong>l Partido.Acompañado en gran medida por el “documento reservado” suce<strong>de</strong>ría la primera crisisministerial <strong>de</strong> Ragone. Las diferencias internas con el ala ortodoxo <strong>de</strong>l partido y los dirigentes <strong>de</strong> laCGT se tradujo en la renuncia <strong>de</strong>l fiscal general y el ministro <strong>de</strong> Economía, Mario Villada. Enconsecuencia a la ruptura <strong>de</strong> las alianzas internas, el bloque peronista <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Cámara <strong>de</strong>Diputados <strong>de</strong> la Provincia se dividió en una mayoría “verticalista” opositora a Ragone y unaminoría “ver<strong>de</strong>” u oficialista.A su vez, la muerte <strong>de</strong> Rucci también tendría una repercusión directa en Salta. Tres días<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l sindicalista, un grupo <strong>de</strong> la CGT or<strong>de</strong>nó una misa en la catedral salteña. Alfinalizar, un grupo <strong>de</strong> militantes ortodoxos, li<strong>de</strong>rados por Bravo Herrera, marcharon a la casa <strong>de</strong>Gobierno pidiendo que se colocara la ban<strong>de</strong>ra a media asta en símbolo <strong>de</strong> luto. Acto seguido, elgrupo <strong>de</strong> la CGT ocupó la casa <strong>de</strong> Gobierno provincial, a los gritos <strong>de</strong> “Viva la patria peronista” y“mueran los infiltrados” (Scotorín, 2007).Precisamente, la combinación <strong>de</strong> la crisis en los tres po<strong>de</strong>res, la ocupación <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong>Gobierno y la publicación <strong>de</strong>l “documento reservado” significó que la transformación <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>la imagen <strong>de</strong> Miguel Ragone en las páginas <strong>de</strong> El Tribuno. El diario llamaría constantemente ameditar sobre las directivas que había lanzado Perón y evaluar a la política local como una“<strong>de</strong>sviación i<strong>de</strong>ológica”.La transformación <strong>de</strong>l campo constituye la <strong>de</strong>finitiva separación <strong>de</strong> El Tribuno con elgobierno provincial al que había apoyado durante la campaña. Esta separación implicaba i<strong>de</strong>ntificaral gobierno con la “infiltración marxista”. La siguiente publicación <strong>de</strong> la columna “EntreBambalinas” es una ejemplo explicativo:“Alguien señalaba un título novelesco en lugar <strong>de</strong> “Política en Salta” <strong>de</strong>cían “Salta ola Pekín argentina”, como pretendiendo señalar la <strong>de</strong>nunciada infiltración en elperonismo// (...) Una especie <strong>de</strong> “ensalada rusa con arroz a la cubana”. Pero <strong>de</strong>Buenos Aires nada supo por vía oficial o generalmente “bien informada”; sólo que losmandatarios se reunieron con Llambí”(ET 2/09/1973).El párrafo anterior es particularmente importante, en primer lugar porque traduce una multitud <strong>de</strong>sinónimos que colocaban a la provincia en la vereda <strong>de</strong> la izquierda revolucionaria y en segundolugar, hay una mención sutil a Buenos Aires. La se<strong>de</strong> <strong>de</strong>l gobierno nacional será mencionada cadavez que se sugiriera una posible intervención a la provincia. Precisamente como una forma <strong>de</strong>comparar la <strong>de</strong>sviación i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong>l gobierno provincial en correlación con la figura <strong>de</strong> Perón.La publicación <strong>de</strong>l “Documento reservado” inaugura una etapa don<strong>de</strong> la columna “Entrebambalinas” comentaría la situación <strong>de</strong> las provincias <strong>de</strong> Córdoba, Mendoza, y en menor medida,Santa Cruz, como escenarios conflictivos que al igual que Salta se encontraban en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> laintervención fe<strong>de</strong>ral.


En este momento la figura <strong>de</strong> Ragone pier<strong>de</strong> los elementos que lo habían caracterizado. Elelemento popular <strong>de</strong>jará <strong>de</strong> ser citado, en conjunto con el epíteto “médico <strong>de</strong>l pueblo”, así comotambién, la facultad <strong>de</strong> representación <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r justicialista. La siguiente cita fue extraída <strong>de</strong> lacolumna “Entre bambalinas” y publicada durante esta etapa: “Miguel Ragone, profesión médico,empleado <strong>de</strong> la Provincia <strong>de</strong> Salta con el cargo <strong>de</strong> gobernador, viajó a Buenos Aires por razones <strong>de</strong>“servicio”(ET 11/12/1973).En estas líneas se observan la transformación <strong>de</strong> su figura como la <strong>de</strong>sestimación <strong>de</strong> laelección que lo habían llevado a la gobernación:“Amigo lector: Antenoche estuve cenando con el gobernador en el Casino. El estabaen una mesa y yo en otra medio lejos. (Es que ando algo distanciado <strong>de</strong>l gobierno, porno <strong>de</strong>cir en la vereda <strong>de</strong>l frente)”(ET 13/01/1974).Precisamente este ejemplo escenifica la relación <strong>de</strong>l gobierno con el diario en un momento don<strong>de</strong> elenfrentamiento Ten<strong>de</strong>ncia-Ortodoxia <strong>de</strong>finía las relaciones en el interior <strong>de</strong>l peronismo. De estamanera, la principal acusación a nivel discurso que motivaba la separación <strong>de</strong>l diario con elgobernador Ragone, era precisamente la pertenencia <strong>de</strong>l gobernador al ala izquierda <strong>de</strong>lmovimiento.El momento <strong>de</strong> mayor virulencia <strong>de</strong> este enfrentamiento se vería en febrero <strong>de</strong> 1974. Debidoa un proyecto <strong>de</strong> expropiación <strong>de</strong>l diario y arresto <strong>de</strong> su director por <strong>de</strong>sobediencia civil que habíaimpulsado el diputado provincial Carlos Chávez Díaz, pertenenciente al bloque ragonista (ver LO20/02/1973). De este momento, es la cita mencionada en la introducción <strong>de</strong> este artículo, don<strong>de</strong>Osvaldo Bravo acusaba a Roberto Romero <strong>de</strong> incentivar la crisis política salteña.La respuesta aparecería dos días <strong>de</strong>spués en la tapa <strong>de</strong>l diario. La editorial se titulaba “Losorígenes <strong>de</strong> la crisis” y estaba en consonancia con las afirmaciones <strong>de</strong> los diputados. Se trata <strong>de</strong> una<strong>de</strong> las pocas editoriales <strong>de</strong>stacadas en la tapa:“En conferencia <strong>de</strong> prensa realizada en Buenos Aires, ciudadanos que actúan enabsoluta conexión con el gobernador han pretendido <strong>de</strong>sviar el verda<strong>de</strong>ro sentido <strong>de</strong> lacrisis que se <strong>de</strong>bate, a un mero problema <strong>de</strong> intereses vinculados al accionar <strong>de</strong> sectoresgremiales o políticos. Evi<strong>de</strong>ntemente que la táctica fue habilidosa ya que se <strong>de</strong>jó <strong>de</strong>lado lo fundamental, que mira a la reconstrucción nacional, a Argentina potenciallevada a su máxima expresión en Salta, para trasladarlo y minimizarlo en el terreno <strong>de</strong>lo anecdótico (…). Se prefirió jugar con fuego. No nos preocupa en absoluto esejuego malabarista con las izquierdas radicalizadas, pero a la provincia si le preocupa la<strong>de</strong>subicación en el proceso señalado por el conductor <strong>de</strong>l movimiento nacionaljusticialista” (ET 24/02/1974 las cursivas son propias).A nivel nacional, la toma <strong>de</strong>l cuartel <strong>de</strong> Azul y la ruptura <strong>de</strong>l Pacto social en Córdobasignificó una nueva embestida a los gobernadores cercanos a la Ten<strong>de</strong>ncia. En este momentoel diario El Tribuno clamaría por una salida <strong>de</strong>l caso salteño y verá con buenos ojos larenuncia forzada <strong>de</strong> Bi<strong>de</strong>gaín en Buenos Aires y la intervención fe<strong>de</strong>ral a Córdoba:“Cuando a través <strong>de</strong>l caso Córdoba, salió a la superficie en forma dramática , ladistorsión que a veces sufre la política fijada por el gobierno <strong>de</strong> la República, recién


tomó conciencia el país <strong>de</strong> ciertas ina<strong>de</strong>cuaciones locales a los lineamientos nacionales.(…)Pero infortunadamente la situación vivida en Córdoba no es única. Por el contrario,hay provincias en similares condiciones, Salta es notorio, pue<strong>de</strong> ser un ejemplo, ya quepresenta la sintomatología típica <strong>de</strong> un Estado conflictuado” (ET 17/04/1973 lascursivas son propias).De esta manera, el diario i<strong>de</strong>ntificaba al caso salteño con relación a las intervencionesfe<strong>de</strong>rales que se cernían sobre las provincias <strong>de</strong> la Ten<strong>de</strong>ncia.Así como durante el primer apoyo El Tribuno presentaba a Ragone como el “médico <strong>de</strong>lpueblo”, la característica que lo convertía en el representante <strong>de</strong> Perón en Salta. Durante estemomento, se observará un personaje testarudo, obstinado y a veces estrábica. Como se <strong>de</strong>staca enlas siguientes citas: “Quienes conocen <strong>de</strong> cerca a Ragone expresan que mientras se presione porestas vías dirá que no a todos” (ET 4/02/1973) o más a<strong>de</strong>lante: “Don Miguel Ragone, gobernador <strong>de</strong>Salta, no pue<strong>de</strong> con su genio. Sus informantes oficiosos anticipan que regresaba el martes (por hoy)y llegó ayer”(ET 12/02/1973 Las cursivas son propias).Así, a fines <strong>de</strong> marzo se empezaría a publicar una nueva columna que se <strong>de</strong>nominaba“Cartas al pago”, don<strong>de</strong> se observa la transformación <strong>completa</strong> <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> Ragone en laspáginas <strong>de</strong> El Tribuno. Se presentaban como las cartas <strong>de</strong> una lectora, recién llegada <strong>de</strong> los vallesCalchaquíes, que ante la situación social salteña se veía en la necesidad <strong>de</strong> escribir al diario. Sunombre indicaba el vínculo con la edtorial, Tribunalicia Talapampa 238 . Como tratando <strong>de</strong> indicaruna voz que surgía <strong>de</strong>l interior <strong>de</strong>l diario, a la vez que representaba el interior profundo. Estacolumna redundará en salteñismos y giros fonéticos. Se presentará un ethos popular, con quejassobre el precio <strong>de</strong> los alimentos y la dificultad <strong>de</strong>l trabajo rural:“Compadre <strong>de</strong>l alma: no bien i'yegao a la ciudad se me a dado por cartearlo pa'mentarlelo que pasa y no pasa aquí. Chanfaina todito patas pa'arriba, con más pobres por el lado<strong>de</strong> abajo y más pudientes en los <strong>de</strong> arriba (…). Pa'pior el Miguelo que usté conosía yalavaba ya no es el “mismo”. Anda engualichao y tosudo, empacao <strong>de</strong>l oído como sifuera sordo igualito que el Lorgio Tapia (...) ¡Virgensita <strong>de</strong>l Milagro que me lo ancambia al cumpa Miguelo! Si le digo que anda pa'la surda y mal aconsejao, no lechingueo” 239 (ET 18/03/1974 las cursivas son propias).O como se ve en la siguiente cita don<strong>de</strong> los mismos elementos se encuentran reforzados:“Compadre <strong>de</strong>l alma: tapesé los ojos y mire pa'<strong>de</strong>ntro ques cosa <strong>de</strong> no creer lo que estoybiendo en esta bendita ciudá. Las cosas que suse<strong>de</strong>n, Virgen Santísima Alabado sea elSeñor. El progreso está meta recular nomás le digo. Pero lo que es la gente ya a empesaoa <strong>de</strong>sconfiar, no le ve patas a la sota ni cree que el Miguelo <strong>de</strong>ntre a caminar por elsen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la prosperidá que abiamos soñado cuando lo botamos pa'que nos gobiernopropiamente como prometió a a los piones y a las gentes que traspira su ofisio, osea alos trabajadores. Bien me acuerdo <strong>de</strong>l FREJULI y el Miguelo tan olbidao <strong>de</strong> todoquestá. (…) Ahora le mento lo que mei enterao <strong>de</strong> otro <strong>de</strong>satino <strong>de</strong>l Miguelo (¡santos <strong>de</strong>lCielo que lo <strong>de</strong>sconosco!) Anda por autorizar el aumento <strong>de</strong>l precio <strong>de</strong> la leche,238 Talapampa es una localidad en el interior <strong>de</strong> Salta.239El Tribuno, “Cartas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pago”, (Salta), 18, Marzo, 1974, p. 12.


chumabandolé al Pacto Sosial que va a quedar más rajetia <strong>de</strong> lo que yastá en salta”( ET22/03/1974) .Precisamente, el conjunto <strong>de</strong> estas columnas muestran la conjunción <strong>de</strong> los elementos que habíansignificado la oposición al gobierno <strong>de</strong> Ragone: la negación <strong>de</strong> su proce<strong>de</strong>ncia política, la oposiciónal gobierno nacional, su vínculo con las izquierdas radicalizadas y por último, una <strong>de</strong>sautorización<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el universo popular, que intenta significar los artícuos firmados por Tribunalicia Talapampa.La muerte <strong>de</strong> Perón, ocurrida el 1 <strong>de</strong> Julio <strong>de</strong> 1974, significaría un breve paréntesis en laconflictividad <strong>de</strong>l caso salteño, que sin embargo no se recuperaría <strong>de</strong> esta crisis política. Mientras anivel nacional, se mencionaba que la intervención a Salta ya sería “cosa juzgada”. El diario ElTribuno empren<strong>de</strong>ría una estrategia que pue<strong>de</strong> ser pensada como la confluencia <strong>de</strong>l este dobleabordaje, es <strong>de</strong>cir la actuación política <strong>de</strong>l director <strong>de</strong>l diario y el discurso. Se trata <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong>tres editoriales firmadas por Roberto Romero, que se publicaron entre la muerte <strong>de</strong> Perón y laintervención fe<strong>de</strong>ral. La primera <strong>de</strong> ellas aparecería en la tapa <strong>de</strong>l diario al día siguiente <strong>de</strong> lamuerte <strong>de</strong> Perón con el título “Sólo un here<strong>de</strong>ro” (ET 2/07/1974), la segunda editorial seríapublicada en el aniversario <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Eva Perón (“Eva Perón, la militante” (ET 26/02/1974) yla última aparecería el 10 <strong>de</strong> octubre con el arribo <strong>de</strong> Isabel Martínez a la provincia <strong>de</strong> Salta(“Bienvenidos al congreso eucarístico” ET 10/10/1974). En ellas tres se observa una reafirmación<strong>de</strong> los términos <strong>de</strong> la Ortodoxia partidaria, a la vez, que se ensalzaba la figura <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>nta enejercicio. La firma <strong>de</strong> Roberto Romero implicaba una apropiación <strong>de</strong> los términos en un momentopolítico que iba a <strong>de</strong>finir el futuro <strong>de</strong> la provincia. Efectivamente, la intervención fe<strong>de</strong>ral llegaría el24 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> ese año. La columna “A la hora <strong>de</strong>l cierre” publicaría que las cosas tienen quecambiar para el bien <strong>de</strong> la provincia, que es necesario “empezar ya” (ET 26/11/1974) y la editorialse titularía “Viviendo una oportunidad” y trataría temas económicos.ConclusionesHemos visto las distintas transformaciones que sufre la figura <strong>de</strong> Miguel Ragone, susvaivenes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el “médico <strong>de</strong>l pueblo” hasta un hombre terco que coquetea con las izquierdasradicalizadas. Esta modificación <strong>de</strong> su figura no estuvo exenta <strong>de</strong>l proyecto político <strong>de</strong> la cúpulaeditorial diario, acompañado en gran medida por la modificación <strong>de</strong>l panorama político a lo largo<strong>de</strong> 1973.Precisamente, esta obsesión por la actuación política que habíamos observado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sufundación, fundamenta las sucesivas transiciones <strong>de</strong>l discurso en un momento <strong>de</strong> altaconflictividad. De alguna manera, las tres etapas que vimos en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este artículo seencuentran bajo las búsquedas políticas directas <strong>de</strong> su director.Se emprendió esta estudio buscando aquello que constituyó al diario El Tribuno como “elgran enemigo <strong>de</strong> Ragone” y <strong>de</strong>scubrimos en cambio, no sólo un entramado <strong>de</strong> relaciones complejas


que <strong>de</strong>finieron el peronismo <strong>de</strong> esos años, sino también un relato constitutivo <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los actorespolíticos que aún hoy tienen supremacía en la provincia.BibliografíaALTÚNEZ, Damián. “La Ten<strong>de</strong>ncia revolucionaria <strong>de</strong>l peronismo en el Interior <strong>de</strong>l país”. Tesisdoctoral. Universidad <strong>de</strong> Salamanca, agosto 2011.BOURDIEU, Pierre. ¿Qué significa hablar?. Madrid: Akal.2001. 203p.________________ Campo intelectual y proyecto creador en POULLION, Jean, Problemas <strong>de</strong>lestructuralismo. México: Siglo XXI editores. 1967. 360p.DUCROT, Oswald. Decir y no <strong>de</strong>cir. Principios <strong>de</strong> Semántica lingüística. Barcelona: Siglo XXI.1982. 320p.FRANCO, Marina. Un enemigo para la nación: or<strong>de</strong>n interno, violencia y “subversión”, 1973-1976. Buenos Aires: Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica. 2012. 352 p.FOUCAULT, Michel. Una arqueología <strong>de</strong>l saber. Fondo <strong>de</strong> Cultura Económico, Buenos Aires.2003. 420 p.HEREDIA, Mariana. “La construcción <strong>de</strong> la amenaza, Argentina 1969-1976”. Tesis <strong>de</strong> iniciación ala investigación social. <strong>Instituto</strong> Gino Germani. 2000.MAINGUENAU, Dominique, Términos claves <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong>l discurso, Buenos Aires, NuevaVisión, 2008. 109 p.MARINARO, Guillermo. “El abordaje político. Una historia <strong>de</strong> El Tribuno <strong>de</strong> Salta”. Tesis <strong>de</strong>licenciatura. Universidad <strong>de</strong>l Salvador. 2012.SAITTA, Sylvia. Regueros <strong>de</strong> tinta. El diario Crítica en la década <strong>de</strong> 1920 Buenos Aires: Ed.Sudamericana. 316p. 1998.SERVETTO, Alicia. 73/76. El gobierno peronista contra las “provincias montoneras”. BuenosAires: Siglo XXI editores. 2010. 281 p.SCOTORÍN, Daniel. Salta montonera. La actuación <strong>de</strong> los sectores populares (1972/1976). BuenosAires: CTA ediciones. 2007. 260 p.Fuentes consultadasEl Tribuno, (Salta), 1973-1974La Opinión, (Buenos Aires), 1973-1974


Cementerio General <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Chile 240 Felipe Mallea Toledo 241I Jornadas Interdisciplinarias <strong>de</strong> Jóvenes Investigadores en Ciencias <strong>Sociales</strong>IDAES – USAMMesa 11: Historia, política y memorias en el Cono SurPrácticas <strong>de</strong> memorialización y construcción <strong>de</strong> dispositivos <strong>de</strong> memoria: El caso <strong>de</strong>l Patio 29 <strong>de</strong>lResumenDurante los últimos 20 años, <strong>de</strong> post dictadura en Chile, la proliferación <strong>de</strong> memoriales y sitios<strong>de</strong> memoria se ha extendido como uno <strong>de</strong> los referentes más reconocibles <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l Estado, <strong>de</strong>organizaciones <strong>de</strong> DDHH y <strong>de</strong> profesionales por marcar y anclar el recuerdo en torno a la violación <strong>de</strong>los DDHH en el país durante el período 1973-1990. Estos lugares no sólo viven por lo que representancomo sitios <strong>de</strong> conmemoración y homenaje a las víctimas, sino también por una existencia materialconcreta que requiere ser elicitada. Es <strong>de</strong>cir, producida, construida, “hecha ser” para que sitios ymemorias sean y tengan vida. Lejos <strong>de</strong> una reificación simbólica, el propósito <strong>de</strong> este trabajo esinterrogar y <strong>de</strong>sempacar alguna <strong>de</strong> las prácticas y procesos por medio <strong>de</strong> los cuales los sitios y lugares<strong>de</strong> memoria son “hechos ser”. ¿Cómo emergen, se activan y producen medios <strong>de</strong> evocación <strong>de</strong>l pasadotraumático?, ¿Qué actores y agencias otorgan plausibilidad, legitimidad y admisibilidad a las memoriasconvocadas en memoriales y sitios <strong>de</strong> memoria?, son las principales interrogantes que guían estetrabajo. Se sostiene que, en base a un exploratorio análisis documental sobre el caso <strong>de</strong>l Patio 29 <strong>de</strong>lCementerio General <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Chile (lugar que sirvió para inhumar y <strong>de</strong>saparecer opositorespolíticos durante la dictadura), estos lugares <strong>de</strong>ben su existencia a un cuidado trabajo <strong>de</strong>memorialización, llevado a<strong>de</strong>lante por actores profesionalizados que inscriben sus prácticas organizandoel recuerdo e inscribiéndolo en un complejo híbrido <strong>de</strong> materialida<strong>de</strong>s capaces <strong>de</strong> producir dispositivosad-hoc para la intervención y puesta en valor <strong>de</strong> sitios <strong>de</strong> memoria.Introducción: Marco general sobre la construcción <strong>de</strong> memoriales y sitios <strong>de</strong> memoria en ChileEn la revisión <strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>l Cono Sur, afectados por las dictaduras militaresy violación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos durante los 70’s y 80’s, el regreso a la <strong>de</strong>mocracia significó llevar acabo gestiones e iniciativas por revisar e interpretar el pasado a través <strong>de</strong> diversos dispositivos,producidos en base a distintos propósitos y agrupación <strong>de</strong> actores, en el marco <strong>de</strong> lo que se conoce como‘políticas <strong>de</strong>l pasado’ (Ru<strong>de</strong>rer 2010) o ‘políticas <strong>de</strong>l arrepentimiento’ (Olick 2007). En ese contexto,instancias como las “Comisiones <strong>de</strong> Verdad y Reconciliación” 242 en países como Argentina, Uruguay y240 Autorizo la publicación <strong>de</strong> este texto en las actas <strong>de</strong> la Jordana.241 Sociólogo <strong>de</strong> la Universidad Alberto Hurtado (Santiago, Chile). Contacto: f.mallea.toledo@gmail.com242 En el mundo entre el año 1974 y 2004 se crearon 32 comisiones <strong>de</strong> verdad en 28 países distintos. En América Latina 15 países hanllevado a<strong>de</strong>lante estos procesos, 14 <strong>de</strong> ellos oficiales y 4 llevados a<strong>de</strong>lante por la sociedad civil. Según datos <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> JusticiaTransicional (ICTJ), solo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 2011 se han constituido 40 comisiones <strong>de</strong> verdad oficiales, lo que connota el carácter creciente <strong>de</strong>


Chile concentraron la voluntad política <strong>de</strong> los Estados <strong>de</strong>mocráticos por esclarecer las violaciones a losDDHH <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la ‘justicia transicional’, dirigida fundamentalmente al reconocimiento yreparación <strong>de</strong> las víctimas (De Greiff 2005; <strong>de</strong> Gamboa 2005). La re-construcción <strong>de</strong>l pasado bajo unaorientación <strong>de</strong> justicia moral, en el marco <strong>de</strong> estas comisiones, <strong>de</strong>sprendió el velo sobre los horrores <strong>de</strong>las dictaduras en la región y conminó a esas socieda<strong>de</strong>s a reconocer un imperativo moral sobre el cuallos DDHH se presentan como un set <strong>de</strong> valores inalienables y don<strong>de</strong> su violación, por vía <strong>de</strong>lreconocimiento <strong>de</strong> la participación <strong>de</strong>l Estado, se muestra como una afrenta a la sociedad en suconjunto.El aspecto fundacional <strong>de</strong> las comisiones <strong>de</strong> verdad para la elaboración <strong>de</strong>l pasado reciente, es elpunto <strong>de</strong> inicio para la emergencia <strong>de</strong> otro tipo <strong>de</strong> dispositivos. Derivados <strong>de</strong> las recomendacionesenmarcadas en las políticas <strong>de</strong> reparación, con fuerte impulso <strong>de</strong> organizaciones <strong>de</strong> DDHH y sociedadcivil, memoriales y sitios <strong>de</strong> memoria son un caso paradigmático <strong>de</strong> expresión <strong>de</strong> la memoria física através <strong>de</strong> la intervención <strong>de</strong> espacios públicos o la recuperación <strong>de</strong> ex centros <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención y tortura parala creación lugares <strong>de</strong> conmemoración y encuentro (FLACSO-Chile 2007). El propósito <strong>de</strong> estos‘monumentos a la memoria 243 ’ plantea, en primer lugar, un reconocimiento a las víctimas como forma<strong>de</strong> homenaje, pero también que sirva <strong>de</strong> escenario para la interpelación pública en el ámbito políticomoralcomo objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncia permanente. Provocando una reflexión crítica sobre la violación <strong>de</strong> los<strong>de</strong>rechos humanos en Chile durante la dictadura, pero también, socializando en valores <strong>de</strong> convivencia ybien común a las nuevas generaciones.Memoriales y Sitios <strong>de</strong> Memoria: Una tarea <strong>de</strong> re-significaciónEl amplio proceso <strong>de</strong> crear memoriales públicos (sean museos, ex sitios <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención y torturarecuperados, placas recordatorias, estatuas, obras <strong>de</strong> arte y otras expresiones <strong>de</strong> memoria), se enmarcaen cuestiones ampliamente <strong>de</strong>batidas sobre los procesos <strong>de</strong> memorialización (Brett, Bickford, Ševcenko,Rios 2007). Por ejemplo, ¿quiénes <strong>de</strong>biesen li<strong>de</strong>rar estas iniciativas?, ¿quiénes <strong>de</strong>biesen estarinvolucrados y cómo?, ¿qué, porqué y para qué memorializar?, son preguntas transversales. En Chile elPrograma <strong>de</strong> DDHH <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong>l Interior 244 ha sido la principal instancia pública por medio <strong>de</strong> lacual se han canalizado iniciativas <strong>de</strong> memorialización. Des<strong>de</strong> el 2003 a la fecha, 31 memoriales se hancreado bajo el alero <strong>de</strong> este programa, pero otros tantos –106 245 - se han construido por acción <strong>de</strong> lasociedad civil con una limitada acción <strong>de</strong>l Estado. Todas estas iniciativas confluyen alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>aestos procesos para la elaboración <strong>de</strong>l pasado traumático.243 ‘Monumento’ en el idioma alemán tiene su raíz en dos vocablos: Mahnmal y Denkmal, es <strong>de</strong>cir recordar y pensar (Baer 2009: 139).244 Este programa es continuación <strong>de</strong> la Ley 19.123, que crea la Comisión Nacional <strong>de</strong> Verdad y Reconciliación en 1990 <strong>de</strong> la cual se<strong>de</strong>riva el Informe <strong>de</strong> Verdad y Reconciliación <strong>de</strong> 1991. El objetivo <strong>de</strong>l programa es “revisar y evaluar los proyectos para construccióno restauración <strong>de</strong> memoriales que le son presentados por las agrupaciones <strong>de</strong> familiares <strong>de</strong> víctimas o por asociaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechoshumanos” (Centro <strong>de</strong> Derechos Humanos 2011: 27).245 FLACSO-Chile (2007b) Memoriales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos en Chile: homenajes a las víctimas <strong>de</strong> violaciones a los <strong>de</strong>rechos humanosentre 1973 y 1990. Programa <strong>de</strong> Gobernabilidad. Santiago, Chile.


<strong>de</strong> “Nunca Más” o “No hay mañana sin ayer”, proclamando el valor y compromiso con los <strong>de</strong>rechoshumanos. Pero ¿cómo asegurar estos valores en iniciativas <strong>de</strong> memorialización diversas, <strong>de</strong> distintafactura, uso, fines y actores implicados en su construcción?, ¿cómo artistas, diseñadores, planificadoresurbanos, sociólogos, educadores, historiadores, gestores culturales y otros, pue<strong>de</strong>n articular prácticas <strong>de</strong>memorialización tendientes a la erección <strong>de</strong> monumentos y sitios <strong>de</strong> memoria?, ¿cómo interpelar a lasociedad en su conjunto frente al valor <strong>de</strong> estos lugares?El proyecto “Anteproyecto e intervención y Puesta en Valor <strong>de</strong> Monumento Histórico Patio 29”,elaborado entre los años 2007-2010, es fruto <strong>de</strong>l cruce entre la iniciativa <strong>de</strong> distintas reparticiones <strong>de</strong>lEstado, la participación <strong>de</strong> una expertise interdisciplinaria, la inclusión <strong>de</strong> familiares <strong>de</strong> víctimas y laconstrucción <strong>de</strong> una materialidad específica <strong>de</strong>nominada “memorial”. El propósito <strong>de</strong> este proyecto fuela formulación, primero como i<strong>de</strong>a, y luego en la ejecución <strong>de</strong> una obra, <strong>de</strong> un memorial para el Patio29. Sitio en el cual a principios <strong>de</strong> los años 90’s se encontraron 124 cuerpos pertenecientes a <strong>de</strong>tenidos<strong>de</strong>saparecidos; pericias forenses realizadas años más tar<strong>de</strong> lograron i<strong>de</strong>ntificar 96 personas como parte<strong>de</strong> este grupo. Sin embargo, durante el 2006 indagaciones <strong>de</strong> la justicia chilena y análisis <strong>de</strong> laboratoriosinternacionales (Universidad <strong>de</strong> Glasgow y, luego, Universidad <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong> Texas) confirmaron gravesfallas en la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los cuerpos; se constataron 16 errores <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación y hasta el día <strong>de</strong> hoy84 cuerpos esperan confirmación <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s por estos laboratorios, que todavía no cuentan conla certeza científica suficiente para su i<strong>de</strong>ntificación.Hoy el memorial <strong>de</strong>l Patio 29 realiza el homenaje a las víctimas allí encontradas, lasi<strong>de</strong>ntificadas y las aún por confirmar. Un espacio hecho <strong>de</strong> piezas <strong>de</strong> hormigón que le da la vuelta alpredio <strong>de</strong> tumbas y cruces <strong>de</strong> fierro. Es un memorial que no le pertenece a ninguna agrupación <strong>de</strong>DDHH específica, tampoco fue inaugurado <strong>de</strong>bido al cambio <strong>de</strong> gobierno y hoy resiste los avatares <strong>de</strong>ltiempo luego <strong>de</strong> 3 años <strong>de</strong> haber sido construido. Sin embargo, en este trabajo no quiero <strong>de</strong>tenerme en la<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> como es y está hoy el Patio 29, sino cómo fue objetivado como una materialidadconcreta. Esto a través <strong>de</strong> las huellas materiales <strong>de</strong>l proceso que le fue dando vida y permite hoy suexistencia: el conjunto <strong>de</strong> archivos documentales sobre el Patio 29 alojados en el Centro <strong>de</strong>Documentación <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> Monumentos Nacionales (en a<strong>de</strong>lante CMN).¿Dón<strong>de</strong> están los rastros <strong>de</strong> un memorial?: Archivos documentales sobre Patio 29El trabajo <strong>de</strong> reconstrucción <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> gestación y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l memorial fue realizado através <strong>de</strong> una revisión documental <strong>de</strong> los expedientes <strong>de</strong>l Patio 29 reunidos en el Centro <strong>de</strong>Documentación <strong>de</strong>l CMN. Se contó, a<strong>de</strong>más, con la narración <strong>de</strong>scriptiva sobre el concurso por parte <strong>de</strong>una <strong>de</strong> las principales gestoras al interior <strong>de</strong>l CMN y con los comentarios sobre la realización <strong>de</strong> la obra,por parte <strong>de</strong> una integrante <strong>de</strong>l equipo <strong>de</strong> arquitectura ganador <strong>de</strong>l proyecto 246 .246 Estas entrevistas fueron netamente informativas para conocer el contexto general <strong>de</strong> la realización <strong>de</strong> este proyecto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong>vista <strong>de</strong>l CMN y el equipo ganador <strong>de</strong>l anteproyecto.


Respecto <strong>de</strong> los documentos, se trata <strong>de</strong> 4 carpetas y 2 cajas. Una carpeta sobre el proceso <strong>de</strong><strong>de</strong>claratoria como Monumento Histórico (2006) y, las <strong>de</strong>más carpetas y cajas, sobre el concurso <strong>de</strong>lAnteproyecto, construcción y término <strong>de</strong> la obra (2007-2009). Dentro <strong>de</strong> los documentos se encuentrancorreos electrónicos <strong>de</strong> funcionarios <strong>de</strong>l CMN, Bases <strong>de</strong>l concurso, borradores <strong>de</strong>l mismo, <strong>de</strong>scripción<strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los proyectos partícipes, Decretos, Convenios institucionales, recortes <strong>de</strong> diario sobrelicitaciones, minuta <strong>de</strong> reuniones <strong>de</strong>l jurado <strong>de</strong>l concurso y documentos <strong>de</strong>l equipo a cargo <strong>de</strong> larealización <strong>de</strong>l proyecto ganador.Las carpetas y cajas fueron revisadas documento por documento. Pero el trabajo <strong>de</strong> análisis secentró en las carpetas 138, 138.1, 138.2 y 138.3, pues en ellas se contiene la informaciónpormenorizada sobre las acciones para la realización <strong>de</strong>l concurso, su <strong>de</strong>sarrollo, el avance <strong>de</strong>lanteproyecto y construcción y término <strong>de</strong>l memorial. De estos archivos se realizó una selección <strong>de</strong> 31documentos congregados en un total <strong>de</strong> 152 hojas (escritas por una sola cara). Luego, los mismos fueronorganizados por fecha con el fin <strong>de</strong> intentar reconstruir una lógica temporal sobre el total avance <strong>de</strong>lproyecto <strong>de</strong> intervención y puesta en valor <strong>de</strong>l Patio 29. Esta selección <strong>de</strong> los materiales específicosobe<strong>de</strong>ció al rescate <strong>de</strong> las siguientes características respecto <strong>de</strong> los documentos:I) Se trata <strong>de</strong> ‘documentos oficiales’ que marcaran hitos sobre la puesta en marcha <strong>de</strong> lainiciativa <strong>de</strong> memorialización: Convenio entre el CMN y el Programa <strong>de</strong> DDHH <strong>de</strong>l Ministerio<strong>de</strong>l Interior; Borradores y Bases finales <strong>de</strong>l concurso, Pauta <strong>de</strong> Negociación <strong>de</strong>l Proyecto Patio29 y Minuta <strong>de</strong> reuniones resolutivas <strong>de</strong>l jurado <strong>de</strong>l concurso. En ellos se pue<strong>de</strong> encontrar laestabilización <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones institucionales y oficiales. Instrumentos todos que agrupan elconjunto <strong>de</strong> justificaciones que permite la puesta en marcha <strong>de</strong> un proyecto <strong>de</strong> estascaracterísticas.II) Documentos como correos electrónicos contienen las comunicaciones <strong>de</strong>l equipo <strong>de</strong>coordinación <strong>de</strong>l concurso: muestran el esfuerzo por interesar actores y gestionar recursos,grafican las dificulta<strong>de</strong>s, tensiones y <strong>de</strong>cisiones tomadas al calor <strong>de</strong> un proceso inédito para elgrupo <strong>de</strong> profesionales <strong>de</strong>l CMN. Estos documentos constituyen el backstage sobre concurso quepermitió materializar en la práctica el memorial.Expedientes 138, 138.1, 138.2 y 138.3: Importancia <strong>de</strong> los documentos, alcances y límitesA modo general llaman la atención algunas consi<strong>de</strong>raciones sobre la historia que estosdocumentos relatan: (i) el inicio <strong>de</strong>l proyecto data <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l 2007, con pretensiones <strong>de</strong> haber sidolanzado en esas fechas o al menos durante ese mismo año. Sin embargo, sólo a mediados <strong>de</strong>l año 2008(un año <strong>de</strong>spués) el concurso ve la luz: ¿porqué <strong>de</strong>moro tanto la realización <strong>de</strong>l concurso público?, ¿quésucedió entre el año 2007 y 2008? (ii) Por otro lado, llama la atención la gran cantidad <strong>de</strong> borradoressobre las bases <strong>de</strong>l concurso durante el 2007; documentos tachados con corrector <strong>de</strong> texto, a mano conlápiz mina, subrayado con anotaciones a los costados. Esto da cuenta <strong>de</strong>l trabajo dificultoso <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir la


naturaleza <strong>de</strong>l concurso, sus límites, objetivos y orientaciones (ej.: la diferencia <strong>de</strong> encabezar elconcurso como un “Anteproyecto” o “Proyecto”). (iii) La organización <strong>de</strong> los documentos reunidos enlos expedientes es azarosa. Si bien respon<strong>de</strong>n a una clasificación temática <strong>de</strong> proceso ("gestación <strong>de</strong>lconcurso", "<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l concurso") correspondiente a los años <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo (2007, 2008 o 2009), ensu interior no hay una secuencia lógica <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> los documentos; las fechas se traslapan, serepiten documentos, a resoluciones ministeriales le siguen correos electrónicos, recortes <strong>de</strong> diario yotros. No hay un trabajo <strong>de</strong> organización acabado y los documentos corren el riesgo <strong>de</strong> fácilmenteper<strong>de</strong>rse y dañarse (si es que ya no se han perdido o dañados algunos). En ese sentido, vale la preguntapor el criterio <strong>de</strong> inclusión y exclusión <strong>de</strong> los documentos que son único testimonio y registro tangiblesobre la historia <strong>de</strong>l memorial: ¿Porqué son estos los archivos que están guardados en estos expedientes?(iv) A simple vista, hay vacíos temporales <strong>de</strong> documentos que: (a) podrían evi<strong>de</strong>nciar la falta notoria <strong>de</strong>documentación o (b) la inactividad <strong>de</strong>l proyecto durante esos períodos. Con todo, hay que tener claridadsobre esos vacíos: importantes durante los meses <strong>de</strong> noviembre 2007-febrero 2008, octubre 2008-febrero 2009 y agosto-diciembre 2009 y la ausencia <strong>de</strong> documentos relevantes -como la totalidad <strong>de</strong> lasmemorias participantes <strong>de</strong>l concurso, sólo hay 6 <strong>de</strong> un total <strong>de</strong> 14-, registros sobre la actividad con otrosactores partícipes (Fundación Víctor Jara, Agrupación <strong>de</strong> Familiares Detenidos Desaparecidos yEjecutados Políticos).El interés por acce<strong>de</strong>r al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l concurso por medio <strong>de</strong> las fuentes documentales esrelevante porque permite rescatar y sacar <strong>de</strong> la “ficción narrativa” las prácticas por medio <strong>de</strong> las cualesse materializa el memorial. Es posible acce<strong>de</strong>r a las <strong>de</strong>cisiones e instancias <strong>de</strong> acción que para losactores podrían parecer irrelevantes o anecdóticas y permite aten<strong>de</strong>r a toda una gama <strong>de</strong> ‘instrumentosmateriales’ (Decretos, Bases, Resoluciones, Cronogramas), que posibilitan la acción y movilización <strong>de</strong>agentes y colectivos para la construcción <strong>de</strong>l memorial. Por otro lado, se reconoce el papel <strong>de</strong> losarchivos documentales para la preservación <strong>de</strong> memorias mínimas y circunscritas a ciertos procesosespecíficos que son tributarios <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s políticas y <strong>de</strong>finiciones sobre el rol y lugar <strong>de</strong> la memoria enla sociedad chilena. En el caso <strong>de</strong> esta iniciativa, inédita en la materia <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> memoriales,pues en la producción <strong>de</strong> otros dispositivos para sitios <strong>de</strong>clarados Monumentos Históricos vinculado a laviolación <strong>de</strong> DDHH, no existe antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> concurso público. Este gesto, como problematizaremosmás a<strong>de</strong>lante, es el que vincula la posibilidad <strong>de</strong> pensar, <strong>de</strong>batir y proponer distintas vías y conceptospara la acción y materialización <strong>de</strong> la memoria. En este caso, intervenir y poner en valor un lugaremblemático <strong>de</strong> memoria e historia vinculado a la dictadura militar y la transición <strong>de</strong>mocrática.Concurso público y su materialización: cómo hacer surgir un memorialEn este apartado me centraré en el concurso público que antecedió la construcción <strong>de</strong>l memorialy en su materialización <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> una materialidad ad-hoc para el Patio29. Se <strong>de</strong>staca el esfuerzo <strong>de</strong>l Estado por constituir mecanismos <strong>de</strong> participación legítimos en un marco


<strong>de</strong> ausencia <strong>de</strong> orientaciones maestras que <strong>de</strong>limiten la memorialización, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> suintervención y puesta en valor. Luego, respecto <strong>de</strong>l equipo <strong>de</strong> arquitectura ganador <strong>de</strong>l concurso, analizoy reflexiono sobre el rol <strong>de</strong> elementos mediadores que hacen posible materializar el anteproyecto en undispositivo <strong>de</strong> memoria.Concurso público como legitimación <strong>de</strong> la memoria oficialEl convenio entre el CMN y el Programa <strong>de</strong> DDHH, nace en un contexto <strong>de</strong> articulación ytrabajo sostenido en el tiempo <strong>de</strong> reparticiones <strong>de</strong>l Estado 247 preocupadas por el rescate <strong>de</strong> ex centros <strong>de</strong><strong>de</strong>tención y tortura. La realización <strong>de</strong>l concurso fue un hito importante pues cambió la lógica respecto ala construcción <strong>de</strong> memoriales en Chile: Hasta antes <strong>de</strong> este concurso las agrupaciones <strong>de</strong> DDHH, quebuscaban erigir algún tipo <strong>de</strong> hito memorial, se hacían <strong>de</strong> un vocero que traducía sus intensiones yconceptos para la creación <strong>de</strong> algún sitio o lugar <strong>de</strong> recuerdo; escultores, artistas o arquitectos realizabanlos elementos conmemorativos o memoriales en lugares públicos o en espacios ligados a la violación <strong>de</strong>DDHH. Esto se materializó en la construcción <strong>de</strong> un memorial en cada una <strong>de</strong> las regiones en Chile, conla ayuda y financiamiento <strong>de</strong>l Programa <strong>de</strong> DDHH.Des<strong>de</strong> los gestores <strong>de</strong> la iniciativa <strong>de</strong> memorialización <strong>de</strong>l Patio 29, el concurso representa elgesto que permite educar en memoria y en DDHH; pues se inserta una lógica don<strong>de</strong> otros actores sonllamados a participar, pudiendo contraponer distintas i<strong>de</strong>as o proyectos <strong>de</strong> cómo realizar una puestapublica <strong>de</strong> representación sobre el pasado traumático. Des<strong>de</strong> el Estado, el concurso público sirve paralegitimar procedimientos y po<strong>de</strong>r interesar a distintos actores en la tarea <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> memorias;se preparan las bases colectivamente entre distintas reparticiones y se consulta a organizaciones <strong>de</strong>DDHH. Así se revisan y se ajustan durante el período <strong>de</strong> casi 1 año. Pero también, este concursopúblico, es expresión <strong>de</strong> la ausencia <strong>de</strong> política pública en materia <strong>de</strong> gestión y elaboración <strong>de</strong>iniciativas <strong>de</strong> memorialización; el concurso público obe<strong>de</strong>ce a una coyuntura específica que implicamucho esfuerzo por parte <strong>de</strong> lógica Estatal para <strong>de</strong>finir cómo, qué, y quiénes <strong>de</strong>ben ser los elegidos parallevar a<strong>de</strong>lante este hito memorial. Por ejemplo, las sucesivas correcciones a las bases generales ytécnicas <strong>de</strong>l concurso se <strong>de</strong>bió a la difícil coordinación <strong>de</strong>l convenio entre el CMN y el Programa <strong>de</strong>DDHH; correos electrónicos <strong>de</strong> funcionarios discuten sobre el traspaso <strong>de</strong>l financiamiento <strong>de</strong> unarepartición a otra, sobre la validación jurídica <strong>de</strong> las bases y la aprobación <strong>de</strong> cuestiones técnicas yadministrativas (quién se hacer cargo <strong>de</strong> qué y cómo). En ese contexto, no se observa una discusiónsobre los conceptos que enmarcan la propuesta memorial y lo que se presenta es un acuerdo tácito sobrepreceptos controversiales (como “memoria nacional”, “patrimonio <strong>de</strong> los DDHH”, “intervención” y“puesta en valor”), que estos profesionales y funcionarios no tienen tiempo <strong>de</strong> discutir. La necesidad <strong>de</strong>una manifestación <strong>de</strong>l Estado en conjunto con otros actores y la producción <strong>de</strong> una memoria oficial247 A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l CMN y el Programa <strong>de</strong> DDHH se cuentan al Ministerio <strong>de</strong> Obras Pública, <strong>de</strong> Bienes Nacionales, <strong>de</strong> Vivienda y Urbanismoy la Comisión Presi<strong>de</strong>ncial en DDHH.


“reparadora”, <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la voluntad y coordinación contingente <strong>de</strong> ciertas instituciones, pasa poralto el significado fundamental <strong>de</strong> cualquier propuesta memorial que intenta responsabilizarse <strong>de</strong> lascuentas <strong>de</strong>l pasado: ¿cuál es el uso público y la creación <strong>de</strong> valor sujeta a su materialización?Las convenciones sobre las cuales se afirman las bases <strong>de</strong>l concurso -homenaje a las víctimas,reparación simbólica y cuidado patrimonial-, son ciertamente necesarias y admiten explicación en uncontexto mayor <strong>de</strong> preocupación <strong>de</strong>l Estado sobre el pasado reciente. Pero, a nivel micro en laadministración y gestión <strong>de</strong> estos preceptos, el concurso público sólo avanza en la incorporación <strong>de</strong>nuevos actores que se sumen a esta tarea (expertos, como: arquitectos, paisajistas, historiadores yantropólogos), más no en la afirmación <strong>de</strong>l sentido y el significado <strong>de</strong> intervenir y poner en valor sitios<strong>de</strong> memoria. Esto se ve <strong>de</strong> manera manifiesta en la discusión <strong>de</strong>l jurado <strong>de</strong>l concurso. Aquí se abrió el<strong>de</strong>bate sobre “qué era lo que se podía intervenir” y cómo esto servía o no para la puesta en valor <strong>de</strong>lPatio 29. En ese sentido, el espacio más rico en argumentos, justificaciones y críticas queda cerrado asujetos específicos inscritos en dicha situación <strong>de</strong> <strong>de</strong>liberación. Por lo <strong>de</strong>más, es interesante que eljurado, representantes <strong>de</strong> distintos intereses y áreas <strong>de</strong>l conocimiento 248 , sean los que interpelen lasbases y la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> estos conceptos centrales. Toda vez que en la evaluación <strong>de</strong> los proyectosconcursantes pon<strong>de</strong>raba mucho más la viabilidad técnica y económica <strong>de</strong> las propuestas (40%) que lacreatividad o calidad <strong>de</strong> la misma (30%). Sin embargo, lo que pon<strong>de</strong>raba relevante en el papel, no fuefundamental al momento <strong>de</strong> dirimir la propuesta ganadora. Pues finalmente, el jurado se inclinó poraquel anteproyecto que más se ajustaba a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> (no)intervención contenida en las bases:“Por “intervención” se enten<strong>de</strong>rá las obras proyectas sobre el diámetro perimetral –con todos suselementos- al predio <strong>de</strong>clarado Monumento Histórico (…) no se podrá modificar los elementossignificativos que componen el paño <strong>de</strong>clarado Monumento Histórico” (Bases Generales, página7).La valoración en sí, <strong>de</strong>l Patio 29 está permeada por consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n normativo. Es<strong>de</strong>cir, sobre un conjunto <strong>de</strong> preceptos y características que el lugar <strong>de</strong>be sostener y contener y que lo<strong>de</strong>finen como tal. Son estas cuestiones las que no <strong>de</strong>ben verse vulneradas en la propuesta <strong>de</strong>intervención. En ese sentido, lo que le da valor -histórico, memorial, testimonial y patrimonial-, es unacuestión <strong>de</strong>l “objeto en sí mismo”, por tanto, esencial a él y sólo a él. Autenticidad e integridad sonconceptos que <strong>de</strong>scriben una esencia que sacraliza el lugar y lo dota <strong>de</strong> valor “aurático”. No obstante, ala vez que se atien<strong>de</strong> al valor <strong>de</strong> autenticidad e integridad <strong>de</strong>l lugar al mismo tiempo se está afirmando lanecesidad <strong>de</strong> intervenir. Vale <strong>de</strong>cir, el Patio 29 no vale por sí mismo sin que este sea monumentalizado,dotado <strong>de</strong> una capa <strong>de</strong> valor adicional que viene a incorporar otros elementos no existentes en suconstitución original.En este contexto <strong>de</strong> <strong>de</strong>liberación, las bases <strong>de</strong>l concurso sirven <strong>de</strong> medio material que traduce248 El jurado fue compuesto por personeros <strong>de</strong>l Estado, Abogados, Antropólogos, Artistas, Arquitectos, Alcal<strong>de</strong>s y Agrupaciones <strong>de</strong> DDHH.


hasta dón<strong>de</strong> es posible cambiar, transformar y construir una materialidad adicional a la original existenteen el Patio 29. Las bases generales y técnicas <strong>de</strong>l concurso son en este sentido un objeto con capacidad<strong>de</strong> agencia que tiene efectos sobre la construcción <strong>de</strong>l memorial. Es sobre las bases que los distintosjurados re-interpretan sus propias visiones sobre qué significa intervenir y poner en valor:“Claudio Di Girolamo [reconocido artista visual chileno]: la palabra intervención es dudosa yconfusa (…) Expone el caso <strong>de</strong>l Parque por la Paz Villa Grimaldi que, siendo MonumentoHistórico, está <strong>completa</strong>mente intervenida y que no queda prácticamente nada <strong>de</strong> lo que eraoriginalmente. Por estas razones, señala que no comparte la opinión <strong>de</strong> que la propuesta estéfuera <strong>de</strong> base, pero la respeta y se abstiene en la totalidad <strong>de</strong> la votación.Julia Urquieta [Jefa Depto. Jurídico CMN]: (…) <strong>de</strong>be primar el criterio jurídico <strong>de</strong> las basesin<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>l criterio estético y <strong>de</strong> las consi<strong>de</strong>raciones respecto <strong>de</strong>l criterio <strong>de</strong>intervención.”Es interesante cómo el jurado pliega sus propias <strong>de</strong>finiciones y valoraciones en cuanto a laresolución <strong>de</strong>l concurso y la inclusión o no <strong>de</strong> aquellos proyectos que intervenían el predio <strong>de</strong>claradoMonumento Histórico, en torno a la <strong>de</strong>finición contenida en las bases. Se justifica, tensiona y <strong>de</strong>bate conel fin <strong>de</strong> calibrar en los <strong>de</strong>más un sentido o criterio <strong>de</strong> arreglo común <strong>de</strong> tipo práctico (<strong>de</strong>finir alganador) entre distintas valoraciones. De esto, se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> los espacios situadosdon<strong>de</strong> se discuten distintas propuestas <strong>de</strong> memorialización, la racionalidad que acompaña estos procesosy cómo se fundamentan las <strong>de</strong>finiciones para la construcción <strong>de</strong> dispositivos <strong>de</strong> memoria.Materialidad ad-hoc: “hecha ser” a través <strong>de</strong> mediadoresEl grupo que llevó a<strong>de</strong>lante el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l anteproyecto se trató <strong>de</strong> un colectivointerdisciplinario <strong>de</strong> arquitectos, historiadores, diseñadores y sociólogos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> asesores técnicos enmaterias legales, construcción y mol<strong>de</strong>ado <strong>de</strong>l hormigón y en elementos sonoros. Estos últimos, todosrecursos técnicos centrales para la realización <strong>de</strong> la propuesta ganadora <strong>de</strong>l concurso. En base a unproceso <strong>de</strong> diagnóstico <strong>de</strong>l lugar se <strong>de</strong>sarrolló la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “Enmarcar el Patio 29”: instalación <strong>de</strong>mobiliario, soporte informativo, esculturas sonoras ancladas en “filamentos verticales” que tienen comoprotagonista el nicho <strong>de</strong>l cantautor Víctor Jara. El propósito <strong>de</strong> esta obra, calificada por los autores <strong>de</strong>“sutil y elegante”, fue el diferenciar y <strong>de</strong>stacar los nichos <strong>de</strong> NN respecto <strong>de</strong> su entorno en elCementerio. Se protegió el centro <strong>de</strong>l Patio, y se construyó espacio público para concentraciones,homenajes y gestos conmemorativos. Se intervino con una gran “L” bor<strong>de</strong>ando el lugar por el oriente yel norte, con un equipamiento que “acoge al visitante, lo invita a reunirse, contemplar y reflexionarindividual o colectivamente”.La elaboración <strong>de</strong> una materialidad a fin <strong>de</strong>l lugar es un proceso en el cual se inscriben distintossaberes con el fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar un dispositivo el cual pueda proyectar el sitio <strong>de</strong> memoria por sui<strong>de</strong>ntidad y que lo haga “aparecer” <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un cierto marco. Un dispositivo <strong>de</strong> memoria, basándome


en Foucault (1984) y Deleuze (1990), es un constructo heterogéneo que compren<strong>de</strong> –en relación yasociación- discursos, instituciones, leyes, proposiciones morales y/o pedagógicas, usos y efectos. Estambién “una máquina para hacer ver y hacer hablar”, acoplada a tramas o regímenes históricos <strong>de</strong>enunciación y visibilidad. La autoridad, legitimidad y fuerza <strong>de</strong> estos dispositivos tributan <strong>de</strong>l contexto<strong>de</strong> emergencia que permite su existencia, frente a lo cual resulta imprescindible establecer suscondiciones <strong>de</strong> aparición. La expresión <strong>de</strong> este dispositivo vive por su existencia material concreta, es<strong>de</strong>cir, se erige no sólo por lo que representa sino por cómo se impone por su presencia física.Para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta materialidad como dispositivo fue necesario que el equipo pudieracongregar (i) una serie <strong>de</strong> instrumentos técnicos y <strong>de</strong> traducción para los interpretes que ejecutarían laobra, (ii) también valerse <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> variables como el tiempo y, (iii) luego, utilizar argumentos yreferentes que sirvieran al propósito <strong>de</strong> producir el memorial. Todo esto se contiene en un documentoque sirve como hoja <strong>de</strong> ruta para el equipo <strong>de</strong> arquitectura y forma los pilares sobre los cuales seproduce el memorial como dispositivo <strong>de</strong> memoria. A continuación <strong>de</strong>sarrollo una breve revisión <strong>de</strong>estos elementos mencionados a partir <strong>de</strong>l documento “Negociación <strong>de</strong>l Proyecto Patio 29”. Texto quefue entregado al CMN por parte <strong>de</strong>l equipo una vez adjudicados como ganadores <strong>de</strong>l concurso.En el primer caso, (i) es necesario crear una semántica para cada uno <strong>de</strong> los agentes participes enla construcción <strong>de</strong>l memorial. Los 500 m2 y las 3032 piezas <strong>de</strong> hormigón requieren ser coordinadas enla práctica mediante “instrumentos legales <strong>de</strong> prescripciones sobre el proyecto”. Instrumentos como laPlanimetría para Edificación, Especificaciones Técnicas <strong>de</strong> los Procesos Materiales y Mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>Contrato Legal, sirven para comunicar el proyecto <strong>de</strong> modo tal que “este sea comprensible por losejecutores <strong>de</strong> la obra como la empresa constructora, subcontratistas y obreros” (Negociación <strong>de</strong>lProyecto Patio 29, página 3). (ii) También la memorialización y su <strong>de</strong>sarrollo se plasma en la toma <strong>de</strong>control sobre el tiempo y su proyección; se utilizan referencias <strong>de</strong> otros Memoriales en el mundo paraalertar y señalar que el valor <strong>de</strong> la obra es directamente proporcional a los días <strong>de</strong> su construcción:“tomando como referencia proyectos a nivel internacional como el Memorial a los Judíos Asesinados enEuropa, esto correspon<strong>de</strong>ría a 2 años para la realización <strong>de</strong> buen <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> Proyecto <strong>de</strong> Arquitectura(…) para el caso <strong>de</strong>l Patio 29 esto indica un plazo <strong>de</strong> 2,4 días por m2 (…) es <strong>de</strong>cir, 3,2 años <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo” (Negociación <strong>de</strong>l Proyecto Patio 29, página 4). Otro punto <strong>de</strong>stacable, (iii) tiene relación conel manejo y gestión <strong>de</strong> los recursos para crear valor memorial en el sitio. Por parte <strong>de</strong>l equipo se reparaque el presupuesto para la construcción <strong>de</strong> la obra es exiguo (65 mil dólares) y nuevamente, planteanque su financiamiento se correspon<strong>de</strong> directamente con la creación <strong>de</strong> valor y significado simbólico:“<strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse que los estándares internacionales correspon<strong>de</strong>n a $940.000 pesos por m2 (Memorial<strong>de</strong> los Judíos Asesinados en Berlín) y en algunos casos nacionales $820.000 pesos por m2 (Monumentosa las Mujeres en la Memoria) (…) la presente propuesta tiene un costo <strong>de</strong> edificación <strong>de</strong> $120.000 pesospor m2” (Negociación <strong>de</strong>l Proyecto Patio 29, página 4). La objetivación <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> la obra llevada al


costo <strong>de</strong> otros memoriales, re-localiza otros contextos y los trae al proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l memorial<strong>de</strong>l Patio 29. Se conectan así otras experiencias <strong>de</strong> memorialización que buscan tener efectos sobre lamemorialización vigente, en este caso, asignarle más recursos a la construcción <strong>de</strong>l memorial.Entre el instrumental, las referencias internacionales, la proyección <strong>de</strong>l tiempo y la búsqueda <strong>de</strong>recursos extra, es evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que no sólo los gran<strong>de</strong>s preceptos sobre la memorialización (quérepresentar y cómo) permiten la erección <strong>de</strong> monumentos e hitos conmemorativos. Frente a la presencia<strong>de</strong> diversos actores que movilizan la acción, como es el caso <strong>de</strong>l equipo <strong>de</strong> arquitectura a cargo y lasinstituciones <strong>de</strong>l Estado, es necesario aten<strong>de</strong>r a la dimensión pragmática <strong>de</strong> asociación <strong>de</strong> estos agentescon todo tipo <strong>de</strong> recursos y materialida<strong>de</strong>s que permiten a los actores transformar y producir valor entorno a los sitios <strong>de</strong> memoria. La construcción <strong>de</strong> una materialidad ad-hoc a estos sitios se juega en losespacios <strong>de</strong> intercambio, ajuste y coordinación <strong>de</strong> expectativas e intereses. En ese sentido, la orientacióna producir materialidad en sitios <strong>de</strong> memoria <strong>de</strong>be verse, más allá <strong>de</strong> un examen interpretativo yfenomenológico, en su dimensión pragmática. En los usos y efectos que documentos, actores,argumentos y referentes tienen sobre toda iniciativa <strong>de</strong> memorialización. Aquello que media entre lai<strong>de</strong>a y su concreción material, es precisamente ese espacio en que los gestores (profesionales, técnicos,funcionarios, expertos, artistas, etc.) se enfrentan con una variedad amplia <strong>de</strong> elementos que se<strong>de</strong>spliegan en tensión y asociación para producir algún tipo <strong>de</strong> objeto que <strong>de</strong>be ser justificado enrelación al lugar don<strong>de</strong> se ancla. Es <strong>de</strong>cir, un memorial que se entienda en su contexto situado, en laautenticidad e integridad <strong>de</strong>l sitio <strong>de</strong> memoria.Apuntes finales: agencia <strong>de</strong> los objetos y la “inconmensurabilidad” material <strong>de</strong> la memoria¿Cómo emergen, se activan y producen medios <strong>de</strong> evocación <strong>de</strong>l pasado traumático?, ¿Quéactores y agencias otorgan plausibilidad, legitimidad y admisibilidad a las memorias convocadas enmemoriales y sitios <strong>de</strong> memoria?, son las preguntas generales que permitieron interrogar losdocumentos que contienen la historia <strong>de</strong> la memorialización <strong>de</strong>l Patio 29. Se prestó especial atención allugar que tienen los objetos, instrumentos, argumentos y justificaciones en espacios situados don<strong>de</strong> se<strong>de</strong>bate, negocia y ajusta la materialización <strong>de</strong> este memorial. En este sentido, se trato <strong>de</strong> mostrar que nosólo actores humanos son partícipes y movilizadores <strong>de</strong> estas propuestas, lo son así tambiéninstrumentos y materialida<strong>de</strong>s como Bases <strong>de</strong>l Concurso, Decretos, Convenios, Pautas <strong>de</strong> Negociación,Especificaciones técnicas, Contratos y otros. Con ellos, como agentes se activan en la práctica medios<strong>de</strong> evocación <strong>de</strong>l pasado reciente, ya sea como anteproyecto o como memorial construido.Este ejercicio <strong>de</strong>scriptivo-analítico se propuso hacer hablar a entida<strong>de</strong>s que comúnmente sonconsi<strong>de</strong>radas como accesorias, secundarias o reflejo <strong>de</strong> otras acciones enmarcadas en experiencias <strong>de</strong>memorialización. Los “objetos” también hacen cosas y en ocasiones tienen más influencia que losmismos actores humanos –<strong>de</strong>cidiendo, transportando, traduciendo, y movilizando el cause <strong>de</strong> procesos<strong>de</strong>nsos y con elementos heterogéneos-. Precisamente, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la lógica Estatal <strong>de</strong>l CMN, convenios,


documentos, bases y otros objetos, son parte activa <strong>de</strong> los espacios don<strong>de</strong> se discutió, negoció y ajustóesta iniciativa <strong>de</strong> memorialización. Cristalizando lo que para ellos fue el gesto <strong>de</strong> constituir mecanismoslegítimos y dotados <strong>de</strong> autoridad para participar <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> una memoria social abierta a lainclusión <strong>de</strong> otros actores interesados. En este caso, las Bases <strong>de</strong>l concurso, permiten el paso o no <strong>de</strong> laspropuestas, y tienen un lugar central al momento <strong>de</strong> evaluar y seleccionar qué se ajusta a los propósitosy compromisos <strong>de</strong>l Estado con la interpretación y representación <strong>de</strong>l pasado reciente en sitios <strong>de</strong>memoria.En los espacios don<strong>de</strong> se movilizan en la práctica estos elementos –discutiendo las bases <strong>de</strong>lconcurso, dirimiendo sobre el proyecto ganador, negociando sobre la puesta en marcha <strong>de</strong>l anteproyectoy ejecución-, es posible aten<strong>de</strong>r al <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> una cierta gramática que, en el caso <strong>de</strong>l Patio 29, tienecomo ejes la intervención y la creación <strong>de</strong> valor sobre elementos significativos e i<strong>de</strong>ntitariossacralizados en el sitio. Requiriendo ser activados al servicio <strong>de</strong> propósitos <strong>de</strong> reconocimiento ypreservación. Difundiendo, así, ciertos valores asociados al lugar como “dignificar, propiciar lareflexión y permitir la conmemoración”.La interrogación <strong>de</strong> la materialidad en los momentos en que esta está siendo producida implicaabordar lo que el antropólogo británico Alfred Gell (1998) plateó como el “proceso <strong>de</strong> cautivación” <strong>de</strong> laobra <strong>de</strong> arte. Este explica que la experiencia emocional que suscita la contemplación <strong>de</strong> un objetoconsi<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> artístico se <strong>de</strong>be en gran medida a la inconmensurabilidad <strong>de</strong> su proceso <strong>de</strong> creación.Vale <strong>de</strong>cir, a la incapacidad que el espectador manifiesta para compren<strong>de</strong>r plenamente las técnicas yconocimientos que han sido necesarios para proce<strong>de</strong>r a la elaboración <strong>de</strong>l objeto. Del mismo modo, unasociología que quiera <strong>de</strong>scribir cómo la memoria es construida y dotada <strong>de</strong> forma y contenido, <strong>de</strong>be ir alos espacios don<strong>de</strong> esta fue o es producida, <strong>de</strong>sempacando la ‘inconmensurabilidad’ presente en lamonumentalización material <strong>de</strong> la memoria. Como objeto que es producido para conmover, evocar, yrepresentar una imagen actuada en el presente sobre el pasado reciente.BibliografíaBRETT, Sebastián; BICKFORD, Louis; ŠEVCENKO, Liz; RÍOS, Marcela (2007) Memorialización yDemocracia: Políticas <strong>de</strong> Estado y Acción Civil. Informe basado en la Conferencia InternacionalMemorialización y Democracia Políticas <strong>de</strong> Estado y Acción Civil. 20-22 Junio 2007. Santiago <strong>de</strong>Chile. Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA), Oficina para los An<strong>de</strong>s y el ConoSur <strong>de</strong> la Fundación Ford, Fundación Heinrich Böll, Goethe Intitute (Santiago), National Endowmentfor Democracy y Open Society Intitute.CENTRO DE DERECHOS HUMANOS (2011) Políticas Públicas <strong>de</strong> Verdad y Memoria en 7 países <strong>de</strong>América Latina: Chile. Programa Derechos Humanos y Democracia, Centro <strong>de</strong> Derechos Humanos,Facultad <strong>de</strong> Derecho <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Chile. Santiago <strong>de</strong> Chile, Marzo 2011.CONNERTON, Paul (1989) How Societies Remember. UK: Cambridge University Press.


DE GAMBOA, Camila (2005) Justicia Transicional: Dilemas y Remedios para lidiar con el pasado.Revista <strong>Estudios</strong> Socio Jurídicos, agosto, año/vol 7, Número especial 099: pp 21-40. Universidad <strong>de</strong>lRosario. Bogotá, Colombia.DE GREIFF, Pablo (2005) Los esfuerzos <strong>de</strong> reparación en una perspectiva internacional: el aporte <strong>de</strong> lacompensación al logro <strong>de</strong> la justicia imperfecta. Revista <strong>Estudios</strong> Socio Jurídicos, agosto, año/vol 7,Número especial 099: pp 153-199. Universidad <strong>de</strong>l Rosario. Bogotá, Colombia.DELEUZE, Gilles (1990), “¿Qué es un dispositivo?” en Varios Autores, Michel Foucault filósofo,Barcelona, Gedisa.FLACSO-Chile (2007) Memoriales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos en Chile: homenajes a las víctimas <strong>de</strong>violaciones a los <strong>de</strong>rechos humanos entre 1973 y 1990. Programa <strong>de</strong> Gobernabilidad. Santiago, Chile.FLACSO-Chile (2007b) Memoriales en Chile. Programa <strong>de</strong> Gobernabilidad. Santiago, Chile.FOUCAULT, Michel (1984), “El juego <strong>de</strong> Michel Foucault”, en Saber y Verdad, Madrid, Ediciones <strong>de</strong>la Piqueta, pp. 127-162, disponible en: http://www.con-versiones.com.ar/nota0564.htmGELL, Alfred (1998) Art and Agency. Oxford, Oxford University Press.MILLER, Daniel (1987) Material Culture and Mass Consuption. Oxford: Blackwell.MILLER, Daniel (2005) Materiality. Duke University Press.OLICK, Jeffrey (2007) The Politics of Regret: On Collective Memory and Historical Resposibility. UK:Routledge.RUDERER, Stephan (2010) La política <strong>de</strong>l pasado en Chile 1990-2006: ¿Un mo<strong>de</strong>lo chileno? RevistaUNIVERSUM N° 25, Vol. 2, 2010. Pp 161-177. Universidad <strong>de</strong> Talca.i Melli, Oscar Ricardo, Geografía <strong>de</strong>l Partido <strong>de</strong> Chacabuco, Chacabuco 1975.Pág 198.ii Citado en Dominique Aron-Schnapper y Daniele Hanet, De Heródoto a la grabadora:Fuentes y Archivos orales, en: Aceves Lozano (comp.), Historia Oral, México D. F.<strong>Instituto</strong> José Luís Mora, 1993.iii Dominique Aron-Schnapper y Daniele Hanet. 1993, Op. Cit.iv Pablo Pozzi, director <strong>de</strong>l Programa <strong>de</strong> Historia Oral <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras<strong>de</strong> Buenos Aires.v Pozzi, Pablo “Historia Oral: repensar la historia”, en: Historia, voces y memoria: boletín<strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> historia oral. Buenos Aires, Nº 1. 2007-2008.vi El movimiento peronista tuvo muchos matices i<strong>de</strong>ológicos que <strong>de</strong>rivaron en diferentesgrupos. En esta instancia, <strong>de</strong>cidimos prestar especial atención a los alineamientosclaramente i<strong>de</strong>ntificados con la izquierda y la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l Peronismo.vii Gillespie, Richard. Soldados <strong>de</strong> Perón. Historia crítica sobre los montoneros. BuenosAires, Sudamericana, 2008. Pág. 169 y 170.viii Gillespie Richard. 2008. Op. Cit. Pág. 158.ix Duhal<strong>de</strong>, Eduardo Luís, El Estado Terrorista Argentino. Quince años <strong>de</strong>spués, unamirada crítica. Buenos Aires, EUDEBA, 1999. Pág. 234.


x Doval Delfina y Kaufmann Carolina; Una pedagogía <strong>de</strong> la renuncia. El perennialismo enla Argentina (1976-1982). Paraná. Serie investigaciones, Facultad <strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong> laEducación <strong>de</strong> la Universidad Nacional <strong>de</strong> Entre Ríos. 1997.xi Duhal<strong>de</strong>, Eduardo Luís, 1999. Op. Cit.xii En esta lista falta el nombre <strong>de</strong> Haroldo Conti, que si bien es el primer <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>Chacabuco, no compartió con el resto <strong>de</strong> los jóvenes el grupo juvenil <strong>de</strong> la Iglesia ni elcoro municipal. En futuras publicaciones incluiremos su historia y la búsqueda que sufamilia emprendió.xiii Teresita Cassino, 50 años, ciudadana <strong>de</strong> Chacabuco, hermana <strong>de</strong> José AlbertoCassino quien esta <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1976. Entrevista realizada el 5 <strong>de</strong> Septiembre <strong>de</strong>2010. Entrevistadores: J. J. Chazarreta y M. S. García Riopedre.xiv Liliana Carnaghi, 50 años, ciudadana <strong>de</strong> Chacabuco y hermana <strong>de</strong> Roberto Carnaghiquien esta <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1976. Entrevista realizada el 5 <strong>de</strong> Septiembre <strong>de</strong> 2010.Entrevistadores: J. J. Chazarreta y M. S. García Riopedre.xv Juan Colombo, 56 años, ciudadano <strong>de</strong> Chacabuco, ex miembro <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong>Estudiantes Universitarios <strong>de</strong> Chacabuco, compañero <strong>de</strong> los chicos <strong>de</strong>saparecidos.Entrevista realizada el 23 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 2010 en Chacabuco. Entrevistadores: J. J.Chazarreta y M. S. García Riopedre.xvi Rubén Tocalini, 59 años, ciudadano <strong>de</strong> Chacabuco, integrante <strong>de</strong>l grupo juvenil <strong>de</strong> laparroquia hasta 1977. Entrevista realizada el 7 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 2010 en Chacabuco.Entrevistador: J. J. Chazarreta.xvii Extraído <strong>de</strong> http://www.documentacatholicaomnia.eu/03d/1965-12-07,_Concilium_Vaticanum_II,_Constitutiones_Decretaque_Omnia,_ES.pdf . Páginaconsultada el 11 <strong>de</strong> Febrero <strong>de</strong> 2011.xviii Bertella Cecilia, 54 años, docente, militante peronista. Entrevista realizada el 8 <strong>de</strong>diciembre <strong>de</strong> 2012 en Chacabuco. Entrevistador: J. J. Chazarreta.xix Magnione Mónica, El movimiento <strong>de</strong> Sacerdotes para el Tercer Mundo, Buenos Aires,2001.xx D’Andrea Mohr, José Luís, Memoria Deb(v)ida. Buenos Aires, Colihue, 1999.xxi Nelson Ramón Coronel, más <strong>de</strong> 60 años, médico y ex militante <strong>de</strong> la CTS enChacabuco. Entrevista realizada el 25 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2012 en Chacabuco. Entrevistadores:J. J. Chazarreta y M. S. García Riopedre.xxii Ricardo Osmar Alegre, 77 años, comerciante y militante peronista. Entrevista realizadael día 20 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l año 2010 en Chacabuco. Entrevistador: J. J. Chazarreta.xxiii Mariana Caviglia. Dictadura, vida cotidiana y clases medias: una sociedad fracturada.Buenos Aires Ed. Prometeo. 2006.xxiv Chacabuquense, estudiante <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> La Plata durante la última dictaduramilitar. Se <strong>de</strong>sempeñaba como vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudiantes Universitarios <strong>de</strong>Chacabuco. Fue <strong>de</strong>tenido en Chacabuco y trasladado a San Nicolás. Permaneció en elcentro clan<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención “Pozo <strong>de</strong> Arana” y luego fue trasladado a la Comisaría 5°<strong>de</strong> La Plata. Sus <strong>de</strong>claraciones frente a la Cámara Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Apelaciones en los juicios<strong>de</strong>sarrollados en La Plata en noviembre <strong>de</strong> 1999 se encuentran disponibles en:http://www.<strong>de</strong>saparecidos.org/nuncamas/web/testimon/marini_hugo.htm Páginaconsultada el día 18/02/11.


xxv Nilda López, más <strong>de</strong> 80 años, madre <strong>de</strong>l joven <strong>de</strong>saparecido Eduardo Cagnola;recientemente encontró a su nieto nacido en cautiverio en la ESMA. Entrevista realizadael 12 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2010. Entrevistador: J. J. Chazarreta.xxvi Mignone, Emilio. Iglesia y Dictadura. Capital Fe<strong>de</strong>ral, Argentina, Editorial <strong>de</strong> laUniversidad Nacional <strong>de</strong> Quilmes.1999.xxvii Ana Maria Pregal, 57 años, hermana <strong>de</strong> María <strong>de</strong>l Carmen Pregal quien se encuentra<strong>de</strong>saparecida. Entrevista realizada el 31 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 2010 en Chacabuco.Entrevistadora: M. S. García Riopedre.xxviii La publicación “Chacabuco: ¿Dón<strong>de</strong> están tus hijos <strong>de</strong>tenidos-<strong>de</strong>saparecidos?” fueimpresa en 1980 y firmada por los Familiares <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenidos-<strong>de</strong>saparecidos <strong>de</strong> Chacabuco.La misma contaba con una breve <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> cada <strong>de</strong>saparición y se reclamabajusticia.xxix Marido <strong>de</strong> la primera <strong>de</strong>saparecida Liliana Irma Ross.xxx Padre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>saparecido José Alberto Cassino.xxxi Se refiere a la casa <strong>de</strong> Tito Cagnola, padre <strong>de</strong> Eduardo Cagnola. Era una <strong>de</strong> las casas frecuentadas por los familiaresque se reunían para organizar las búsquedas.xxxii Griselda Arrostito, 54 años, ciudadana <strong>de</strong> Chacabuco, prima segunda <strong>de</strong> NormaArrostito. Entrevista realizada el 23 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 2010. Entrevistadora: M. S. GarcíaRiopedre.xxxiii Norma Arrostito fue dirigente <strong>de</strong> Montoneros; participó en el secuestro y asesinato <strong>de</strong>lGeneral Pedro Aramburu. Su cuerpo aún no ha sido encontrado pero diversos testimoniosindican que fue asesinada, luego <strong>de</strong> ser secuestrada y torturada en enero <strong>de</strong> 1978.xxxiv Por el contrario, Hugo Marini, en su <strong>de</strong>claración, cuenta que vio a Jorge en el centroclan<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención <strong>de</strong> Arana.http://www.<strong>de</strong>saparecidos.org/nuncamas/web/testimon/marini_hugo.htm Páginaconsultada el día 18/02/11.xxxv Mabel Guerra, 52 años, docente, ciudadana <strong>de</strong> Chacabuco, estudiante secundariadurante la última dictadura cívico-militar en Chacabuco. Entrevista realizada el 8 <strong>de</strong> Marzo<strong>de</strong> 2011. Entrevistador: J. J. Chazarreta.

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