Barbará, Jorge Edmundo - AAEAP | Asociación Argentina de ...
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particularmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Ente hacia el usuario, y a un ágil sistema <strong>de</strong> reclamos,suponiendo este último pasar primero por el reclamo al operador privado para <strong>de</strong>spuésllegar al Ente.El “mo<strong>de</strong>lo ciudadano” propicia que los ciudadanos-clientes, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> serescuchados, participan en los procesos <strong>de</strong> gestión y en la resolución <strong>de</strong> los problemas aque ellos les afligen, toda vez que lo que está en juego son intereses colectivos y nomeras sumatorias <strong>de</strong> intereses individuales.Es claro que la participación <strong>de</strong>l usuario -o <strong>de</strong>l ciudadano-cliente– admitegraduaciones que permiten pasar <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo al otro, <strong>de</strong>sdibujando los perfiles<strong>de</strong>finitorios <strong>de</strong> tales mo<strong>de</strong>los [2]Las instancias participativas permitirán, en <strong>de</strong>finitiva, orientar hacia el mo<strong>de</strong>lo alcual se aproxima –o representa- el Ente -.Ahora bien, las instancias participativas <strong>de</strong>l usuario –o ciudadano-cliente–requieren algunas precisiones.En efecto, existen algunos supuestos básicos que merecen ser tenidos en cuentaa fin <strong>de</strong> posibilitar que una participación sustantiva <strong>de</strong> los usuarios en el proceso último <strong>de</strong>la toma institucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones adquiera pleno sentido.En este aspecto, menester es señalar el aspecto referido al conocimiento que<strong>de</strong>ben poseer los clientes acerca <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos y la consecuente <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> esos<strong>de</strong>rechos. Se trata entonces <strong>de</strong> una cuestión cultural. Como dice Lumbía (2000), noresulta lo mismo regular la actividad económica contratando con usuarios pasivos que conclientes exigentes. En este último sentido resulta ilustrativo <strong>de</strong>stacar que la ausencia <strong>de</strong>conocimiento <strong>de</strong> los clientes <strong>de</strong>l servicio telefónico <strong>de</strong> la República <strong>Argentina</strong> era posibleconstatar empíricamente, toda vez que un estudio general sobre el estado <strong>de</strong> opinión ysatisfacción <strong>de</strong> clientes y no clientes <strong>de</strong>l servicio <strong>de</strong> telecomunicaciones encargado por laSecretaría <strong>de</strong> Comunicaciones <strong>de</strong> la Nación a la Universidad Católica <strong>de</strong> Córdoba,revelaba que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> siete años <strong>de</strong> funcionamiento <strong>de</strong>l Ente Regulador <strong>de</strong> ese sector–la Comisión Nacional <strong>de</strong> Comunicaciones (CNC)- , establecido a consecuencia <strong>de</strong> laprivatización <strong>de</strong>l sector telefónico, el 84% <strong>de</strong> la población <strong>de</strong>sconocía la existencia <strong>de</strong>lórgano regulador.