Claro. En esta doble vocación, el sacerdotemisionero se entrega más a Dios porque se<strong>de</strong>spi<strong>de</strong> <strong>de</strong> su país, <strong>de</strong> sus amigos, <strong>de</strong> susparientes, hasta <strong>de</strong> su mamá y papá.7. ¿Qué consejo pue<strong>de</strong> dar a <strong>los</strong> sacerdotesjóvenes que comienzan su ministeriohoy por hoy, ante tantos escánda<strong>los</strong> quehemos vivido con dolor en la Iglesia?Hoy en día, a <strong>los</strong> sacerdotes jóvenes les digoque sean santos. La Iglesia más que nuncanecesita sacerdotes santos; y la santidad serealiza, primero, viviendo en la presencia<strong>de</strong> Dios, bajo la mirada amorosa <strong>de</strong> Dios.Des<strong>de</strong> jovencitos <strong>de</strong>ben ser educados bajola máxima: “Dios me ve”. Entonces tengoque hacer todo bien porque Dios me ve.Segundo, obrar bien. Tercero, saber ofrecery sufrir. Ofrecer todo lo que el Señor nosmanda en cada momento y saber sufrir todacontrariedad. Actualmente, hay una guerracontra la cruz. Hoy en día, la cruz empiezaen el seno materno: <strong>los</strong> abortos. No se quiereaceptar un hijo más. La cruz continúa enel divorcio: no hay comprensión entre <strong>los</strong>esposos. La cruz continúa en la eutanasia:nadie quiere sufrir.¡Señor, en cada niño pobre y enfermo queacogemos, a Ti te acogemos!A <strong>los</strong> sacerdotes jóvenes recomiendo, sobretodo, obrar bien, vivir bajo la mirada <strong>de</strong>Dios, pero concretar esta i<strong>de</strong>a ofreciéndosecomo víctimas al Padre, a imitación <strong>de</strong>Cristo. Esta víctima tiene que ser purae inmaculada, y la pureza se consigueviviendo en la presencia <strong>de</strong> Dios, evitandoincluso cualquier “flash” impuro que puedaofuscar el corazón <strong>de</strong>l sacerdote. Evitarcualquier amistad o intimidad con mujeres.Yo no estoy contra las mujeres, sino alcontrario, porque tengo madre y hermanas,pero el sacerdote tiene que evitar cualquiertipo <strong>de</strong> familiaridad con las mujeres, darimportancia a la vida <strong>de</strong> oración y teneruna <strong>de</strong>voción profunda, filial y equilibradaa la Madre <strong>de</strong> Jesús y <strong>de</strong> <strong>los</strong> sacerdotes.8. ¿Es posible vivir en castidad toda la vida?La castidad es posible si se vive bajo lamirada amorosa <strong>de</strong> Dios, se da importanciaa la oración y se evita cualquier peligro quepueda ofuscar el corazón. Dan testimonio<strong>de</strong> esto tantos santos sacerdotes diocesanos,tantos santos sacerdote monjes y tambiéntantos santos laicos que viven en el mundoy son puros y castos como <strong>los</strong> lirios <strong>de</strong>lcampo.9. ¿Conoció usted a algún mártir o beatoen persona?Tuve a un gran amigo, al Padre FrancescoSpoto, que fue martirizado en el CongoBelga y ahora es Beato. Fue médico ysacerdote Misionero Siervo <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Pobres</strong>,que es una congregación fundada por elBeato Giacomo Cuzmano en Palermo.10. ¿Qué experiencia recuerda ahora,en sus 50 años <strong>de</strong> sacerdocio, que puedacomunicarnos ?Los mejores años <strong>de</strong> mi vida han sido <strong>los</strong>que he <strong>de</strong>dicado a servir a <strong>los</strong> más pobres;porque el<strong>los</strong>, aunque son pobres y carecen<strong>de</strong> todo materialmente, tienen una granhambre y sed <strong>de</strong> Dios. Y su fe es la queha aumentado la mía como sacerdotemisionero. Si volviera a nacer me haría otravez sacerdote misionero.10
o R E M u SACTO DE AMOROs amo, oh Dios mío! y mi único <strong>de</strong>seoes amaros hasta el último suspiro.Os amo, oh Dios mío, infinitamente amable, yprefiero morir amándoos, que vivir un solo instantesin amaros.Os amo, oh Dios mío, y solamente <strong>de</strong>seo el cielo,para tener la dicha <strong>de</strong> amaros perfectamente.Os amo, oh Dios mío, y temo únicamente el infiernoporque jamás se tendrá la dulce consolación <strong>de</strong>amaros.Oh Dios mío, si mi lengua no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir a cadamomento que os amo, quiero que cada latido <strong>de</strong> micorazón sea un suspiro <strong>de</strong> amor.¡Ah! conce<strong>de</strong>rme la gracia <strong>de</strong> sufrir amando, <strong>de</strong>amaros sufriendo y <strong>de</strong> expirar un día amandoos ysintiendo que os amo. A medida que se acerca elfin <strong>de</strong> mi vida, os suplico <strong>de</strong> acrecentar mi amor, yperfeccionarlo.Amén.San Juan Bautista María Vianney,Cura <strong>de</strong> Ars11