Navidad 2011 2.0.indd - Misioneros Siervos de los Pobres del ...

Si volviera a nacerme haría otra vezsacerdote misionero.Algunas preguntas al Padre Giovanni Salerno, msp1. Padre Giovanni, ¿a qué edad se diocuenta usted de que quería ser sacerdote ?Me di cuenta cuando todavía no hablaba.Estaba aún en los brazos de mi mamá. Via un sacerdote. Me impresionó mucho,vestido con su sotana. Yo no hablaba, peroentendía, y dentro de mi pensé: “Un díatengo que ser como él”. De esto me acuerdobien.2. ¿Cómo era el seminario dondeestudió? ¿Había comodidades?No había nada. Cuando entré al Seminariomi papá quiso acompañarme. Me preparóun traje de fiesta para hacer 200 km de Gelaa Palermo. Hicimos 12 horas de tren, conmáquina locomotora a vapor, con calderoque funcionaba a carbón. Era después de laguerra, y no se disponía de agua caliente.En el Seminario había una ducha para cada20 seminaristas. Entre las duchas a vecesse presentaban unas ratas…, ratas gordas.De vez en cuando nos bañábamos con aguafría. La comida era buena: gracias a Dios,se comía bien con los Agustinos, y se nostrataba con mucho cariño.3. ¿Recuerda a algún sacerdote quedurante los años del seminario lo animarapor su ejemplo a seguir adelante?Me animaron la caridad y la vida deoración de los sacerdotes agustinos que noseducaban. Todos ya han muerto, salvo elPadre Vincenzo Giovino que todavía vive.Entre ellos, recuerdo por ejemplo al PadreMessina. Hacían que nos enamoráramosde la pureza. Nos daban como ejemplo SanLuis Gonzaga, San Juan Berchmans, SanEstanislao Kostka, etc.4. Y, hablando de la pureza, Padre, ¿porqué es tan importante la castidad en elsacerdocio?La castidad es importante para poder imitara Cristo en todo. El sacerdote tiene que ser“alter Christus”, otro Cristo. Es importanteseguir a Jesús esforzándose por amar alas personas como Él ha amado a todos.Aún existen sacerdotes católicos casados,como sucede en la Iglesia católica orientalde tradición bizantina, pero están siemprelimitados porque tienen que dar cariño a laesposa y a los hijos y no pueden entregarsetotalmente a las almas.5. Cuando el superior pidió voluntariospara ir al Perú, ¿por qué se presentó usteddiciendo: “Yo quiero ir”?Siempre, desde jovencito, sentí la vocaciónmisionera. Me impresionó mucho cuandotenía doce años asistir a la despedidas dejóvenes misioneros que iban al Madagascar.Los fuimos a acompañar al puerto y, en elmomento en que la nave zarpaba, elloscon el crucifijo bendecían a sus parientesy amigos que los habían acompañado; yotenía 12 años, y entre mí dije: “Un día tengoque ser así”.6. ¿Se podría decir que el sacerdotemisionero tiene una doble vocación?9