PRINCIPIOS AGUSTINIANAOS DE LA DSI - Provincia de España ...
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Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>1<strong>PRINCIPIOS</strong> AGUSTINIANOS <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>DSI</strong>PRIMER PRINCIPIO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> DOCTRINA SOCIAL <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> IGLESIA:La Dignidad <strong>de</strong> la Persona Humana.Todos somos creados a imagen <strong>de</strong> Dios; por tanto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes<strong>de</strong> nacer y hasta la muerte natural, la vida <strong>de</strong> cada uno es sagrada y<strong>de</strong> mucho valor. Nuestra dignidad viene <strong>de</strong> Dios y no solo <strong>de</strong> nosotrosmismos, ni <strong>de</strong> lo que poseemos; no hay quien tiene más ni quientiene menos dignidad. Cada persona no importa su raza, género,edad, nacionalidad, inteligencia, logros, merece nuestro respeto. Porcierto, existen diferencias en cuanto a talentos, capacida<strong>de</strong>s ycaracterísticas personales; estos son los componentes <strong>de</strong> nuestrai<strong>de</strong>ntidad y parte <strong>de</strong>l plan divino, pero toda forma <strong>de</strong> discriminaciónes pecado. La persona humana vale más que las cosas, más que losanimales y más que las estructuras. Las estructuras <strong>de</strong>ben estar alservicio <strong>de</strong> la persona y no al revés. Cada persona es importante ytiene dignidad, pero no por eso po<strong>de</strong>mos admitir el individualismo.Citas agustinianas sobre la Dignidad HumanaEl verda<strong>de</strong>ro honor <strong>de</strong>l hombre consiste en ser IMAGEN YSEMEJANZA <strong>de</strong> Dios, y sólo quien la imprimió pue<strong>de</strong> custodiarla.Cuanto menos amemos lo propio, tanto más amaremos a Dios. Si elhombre ce<strong>de</strong> a la apetencia <strong>de</strong> experimentar su propio po<strong>de</strong>r, cae porcapricho en si mismo, como en su centro. Así, es precipitado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sumetacentro al abismo, esto es, al <strong>de</strong>leitoso placer <strong>de</strong> la bestia.Siendo la semejanza divina su gloria, se convierte en su infamia susemejanza animal (De Trin. XII,11,16).La unidad <strong>de</strong>l Cuerpo <strong>de</strong> Cristo se congrega a partir <strong>de</strong> ladiversidad <strong>de</strong> lenguas, es <strong>de</strong>cir, reuniendo a todos los pueblosextendidos por la totalidad <strong>de</strong>l orbe <strong>de</strong> la tierra. Y el hecho <strong>de</strong> quecada uno hablase entonces en todas las lenguas, era un testimonio afavor <strong>de</strong> la unidad futura <strong>de</strong> todas ellas...En consecuencia, el Espíritunos conduce <strong>de</strong> la multiplicidad a la UNIDAD. (Sermón 270,6).Dios no ha querido que el hombre dominara al hombre, sino elhombre a la bestia...El concepto <strong>de</strong> esclavo se <strong>de</strong>be al pecado, no ala naturaleza (De Civ.Dei XIX,15).Todos en conjunto somos los miembros y el Cuerpo <strong>de</strong> Cristo.No sólo los que estamos en este recinto, sino también los que sehallan en la tierra entera. Ni sólo los que viven ahora, sino también<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el justo Abel hasta el fin <strong>de</strong>l mundo, mientras haya hombresque engendren y sean engendrados. Cualquier justo que pase poresta vida, todo el que vive ahora, es <strong>de</strong>cir, no en este lugar, sino enSecretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>2esta vida, y todo el que venga <strong>de</strong>spués. Todos ellos forman el Cuerpo<strong>de</strong> Cristo, y cada uno en particular es miembro <strong>de</strong> Cristo (Sermón341,11).Tu prójimo es aquel que, como tú, nació <strong>de</strong> Adán y Eva. Todossomos prójimos por la condición <strong>de</strong>l nacimiento terreno; perotambién somos hermanos por la esperanza <strong>de</strong> la herencia celestial...Tú <strong>de</strong>bes tener a todo hombre por tu prójimo, aun antes <strong>de</strong> que seacristiano (Com. al salmo 25, 2, 2).Todos los seres humanos, sin distinción <strong>de</strong> su condición social,tienen la misma dignidad: "el vestido es distinto, pero la pieles idéntica" (Sermón 177,7; ver sermón 61, 8-9).Secretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>3SEGUNDO PRINCIPIO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> DOCTRINA SOCIAL <strong>DE</strong> <strong>LA</strong>IGLESIA:La Comunidad y el Bien ComúnEl misterio <strong>de</strong> la Trinidad <strong>de</strong>scubre el amor pleno entre las trespersonas divinas Padre, Hijo y Espíritu Santo en un solo Dios.Creados a imagen <strong>de</strong> Dios, nuestra vocación es seguir el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>amor abnegado y sacrificado <strong>de</strong> Dios. La persona humana esesencialmente social y no está llamado a vivir aisladamente. Encomunidad realizamos plenamente nuestra dignidad y nuestros<strong>de</strong>rechos en relación a los <strong>de</strong>más. Todos los bienes <strong>de</strong> este mundotienen una hipoteca o un <strong>de</strong>stino social, es <strong>de</strong>cir, son para el beneficio<strong>de</strong> todos y no solo <strong>de</strong> algunos. La preocupación por el bien común eslo opuesto al individualismo <strong>de</strong>senfrenado. La manera en que nosorganizamos en la sociedad afecta directamente a la dignidadhumana y a la capacidad <strong>de</strong> crecer como personas en comunidad.Creemos firmemente en el diálogo para lograr el aprecio mutuo y lacolaboración, en la resolución no-violenta <strong>de</strong> los conflictos y en lafuerza sanadora <strong>de</strong> la reconciliación. La violencia y el terrorismo sonincompatibles con el respeto por la vida y dignidad <strong>de</strong> cada persona ynunca lograrán implantar el respeto por el bien común.VER: Gaudium et Spes, capítulo II y Centesimus Annus,capítulo IVCitas agustinianas sobre la Comunidad y el Bien Común"En primer término - ya que con este fin os habéis congregadoen comunidad-, vivid unánimes y tened una sola alma y un solocorazón hacia Dios. Y no tengáis nada propio, sino que todo lotengáis en común..., según leéis en los Hechos <strong>de</strong> los Apóstoles:"Tenían todas las cosas en común y se repartía a cada uno según lonecesitaba". Y esto ha <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> tal modo que ninguno trabaje ennada para sí mismo, sino que todos vuestros trabajos se realicen parael bien <strong>de</strong> la Comunidad, con mayor cuidado y prontitud <strong>de</strong> ánimoque si cada uno lo hiciese para sí. Porque la caridad, <strong>de</strong> la cual estáescrito que no “busca los propios intereses”, se entien<strong>de</strong> así: queantepone las cosas <strong>de</strong> la Comunidad a las propias y no las propias alas comunes. Por consiguiente conoceréis que habéis a<strong>de</strong>lantado en laperfección tanto más cuanto mejor cuidéis lo que es común que loque es propio; <strong>de</strong> tal modo que en todas las cosas que utiliza lanecesidad transitoria sobresalga la caridad, que permanece (Regla I yV).Yo vine siendo joven a esta ciudad. Buscaba dón<strong>de</strong> fundar unmonasterio para vivir con mis hermanos. Había abandonado todaSecretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>4esperanza mundana y no quise ser lo que hubiera podido ser. Nadatraje; vine a esta Iglesia con la sola ropa que llevaba puesta.Comencé a reunir hermanos con el mismo propósito, pobres y sinnada como yo, que me imitasen. Como yo había vendido mi escasopatrimonio y dado a los pobres su valor, así <strong>de</strong>bían hacerlo quienesquerían estar conmigo, viviendo todos <strong>de</strong> lo común. Dios sería paranosotros nuestro gran<strong>de</strong>, rico y común patrimonio (Sermón 355, 2).Las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s que pa<strong>de</strong>ce nuestro mundo, incluso el mundocristiano, son una fuerte llamada a nuestro carisma. Si enten<strong>de</strong>mosnuestra vida comunitaria abierta a toda la Iglesia y al mundo, comola entendió san Agustín, nuestra comunidad <strong>de</strong> bienes haráparticipantes también a los hombres necesitados <strong>de</strong> nuestroalre<strong>de</strong>dor. Así evitaremos la acumulación común excesiva ycontribuiremos a una mentalización frente al problema social <strong>de</strong>nuestro mundo. La renovación religiosa comunitaria nunca será válidamás que en la vivencia <strong>de</strong> la pobreza evangélica. Nuestra vida<strong>de</strong>bería ser un signo <strong>de</strong> protesta contra la mentalidad <strong>de</strong> la sociedad<strong>de</strong> consumo en que vivimos. El hombre <strong>de</strong> hoy nos pi<strong>de</strong> una pobrezamás allá <strong>de</strong> la mera pobreza jurídica, que pue<strong>de</strong> exigirnos <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rsus <strong>de</strong>rechos sociales y, a veces, compartir la pobreza con el pobre.Debemos tratar <strong>de</strong> mantener un nivel <strong>de</strong> vida algo más mo<strong>de</strong>sto queel <strong>de</strong> la gente a quienes se dirige nuestro servicio másinmediatamente. La apertura <strong>de</strong> nuestra comunidad al mundo nos<strong>de</strong>be llevar a crear nuevas activida<strong>de</strong>s según las exigenciascristianas, y no según el rendimiento económico. Este mismo espíritunos llevará a una distribución <strong>de</strong> nuestros miembros don<strong>de</strong> seanecesario, posponiendo las preferencias personales y <strong>de</strong> grupo a lasnecesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo (Capítulo General Intermedio 1974,Documento <strong>de</strong> Dublín, 76-78).Secretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>5TERCER PRINCIPIO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> DOCTRINA SOCIAL <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> IGLESIA:Derechos y responsabilida<strong>de</strong>sCada persona humana tiene <strong>de</strong>rechos y responsabilida<strong>de</strong>s araíz <strong>de</strong> la dignidad que le correspon<strong>de</strong> por haber sido creada aimagen <strong>de</strong> Dios. Cada persona tiene el <strong>de</strong>recho y el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong>participar en la sociedad, buscando con los <strong>de</strong>más el bien <strong>de</strong> todos,especialmente <strong>de</strong> los más vulnerables. La Doctrina Social <strong>de</strong> la Iglesiaenseña que todos tenemos <strong>de</strong>recho a la vida y a las necesida<strong>de</strong>selementales para sostener una vida digna: la comida, el alojamiento,la atención médica, la educación y el empleo. Es también <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>cada ser humano no ser excluido <strong>de</strong> los servicios y <strong>de</strong> lasinstituciones que son indispensables para una vida digna. Es nuestraresponsabilidad velar y respetar no solo por nuestros <strong>de</strong>rechos, sinotambién por los <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más y promover el bien común.VER: Gaudium et Spes, 31Citas agustinianas sobre los Derechos y las responsabilida<strong>de</strong>s:"Al ser racional creado a su imagen, Dios no lo ha querido hacerdueño más que <strong>de</strong> los seres irracionales. No ha querido que elhombre dominara al hombre, sino el hombre a las bestias (Civ.DeiXIX, 15).Y esto ha <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> tal modo que ninguno trabaje en nada parasí mismo, sino que todos sus trabajos se realicen para el bien <strong>de</strong> laComunidad, con mayor cuidado y prontitud <strong>de</strong> ánimo que si cada unolo hiciese para sí. Porque la caridad, <strong>de</strong> la cual está escrito que no“busca los propios intereses”, se entien<strong>de</strong> así: que antepone las cosas<strong>de</strong> la Comunidad a las propias y no las propias a las comunes. Porconsiguiente conoceréis que habéis a<strong>de</strong>lantado en la perfección tantomás cuanto mejor cuidéis lo que es común que lo que es propio; <strong>de</strong>tal modo que en todas las cosas que utiliza la necesidad transitoriasobresalga la caridad, que permanece (Regla, Capítulo 5).Así <strong>de</strong>be ser el cristiano para que no se crea superior a los<strong>de</strong>más hombres. Dios le ha concedido estar por encima <strong>de</strong> losanimales, es <strong>de</strong>cir, lo ha hecho superior a ellos. Es un don natural y,por tanto, siempre estarás por encima <strong>de</strong> ellos. Pero si preten<strong>de</strong>s sersuperior a otro hombre, lo envidiarás cuando veas que es igual a ti.Debes querer que todos los hombres sean iguales a ti y, si superas aalguien en sabiduría, <strong>de</strong>bes querer que él también sea sabio.Mientras vaya retrasado respecto a ti, está en tu escuela; mientrassea ignorante, te necesita; tú pareces su maestro y él tu discípulo.Tú eres superior, pues eres su maestro, y él es inferior porque es tudiscípulo. Si no quieres que sea igual a ti, es que preten<strong>de</strong>s que seasiempre tu discípulo. Tú si quieres que sea siempre tu discípulo, esque eres un maestro envidioso. Y si eres un maestro envidioso, ¿eresSecretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>6realmente un maestro? (Comentario a la 1 Carta <strong>de</strong> san Juan VIII, 2,8)Es imposible que ames a Dios si odias a al hermano. ¿Cómopue<strong>de</strong>s amar a aquel que te ha dado un mandamiento que tú odias?¿Quién se atreverá a <strong>de</strong>cir: “Amo al emperador, pero odio sus leyes”?Porque el emperador comprobará que se le ama si en las provinciasse cumplen sus leyes. ¿Cuál es la ley <strong>de</strong> nuestro emperador?: “Os doyun mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros” (Juan 13,34). Por tanto, si dices que amas a Cristo, cumple su mandamiento yama a tu hermano (Comentario a la 1 Carta <strong>de</strong> san Juan IX, 3, 11)Cabalmente en esta inundación <strong>de</strong> costumbres corrompidas,cuando la antigua disciplina estaba <strong>de</strong>sbordada, <strong>de</strong>bió acudir anuestro socorro la divina autoridad, para persuadirnos la pobrezavoluntaria, la continencia, la benevolencia, la justicia, la concordia, laverda<strong>de</strong>ra piedad y las más vigorosas virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida. Así mostróDios en el opulento y célebre Imperio romano cuánto valen lasvirtu<strong>de</strong>s civiles, aun sin la religión verda<strong>de</strong>ra, para que se entendieseque, si la religión verda<strong>de</strong>ra se une a ellas, constituye a los hombresen ciudadanos <strong>de</strong> otra ciudad, cuyo rey es la verdad, cuya ley es lacaridad, cuya norma es la eternidad (Carta 138 a Marcelino, III, 17).Secretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>9El genio <strong>de</strong> Agustín <strong>de</strong>scubre en Mt 25 con asombro hasta quépunto es inseparable Dios <strong>de</strong>l pobre y con qué claridad se proponeesta relación como criterio único y <strong>de</strong>finitivo <strong>de</strong> salvación: (Serm.389, 5). La limosna es entonces para Agustín la misericordia, lajusticia, la caridad...: ser cristiano. No <strong>de</strong>preciar los vientres vacíos<strong>de</strong> los pobres (Serm. 36, 9) equivale a la actitud fundamental <strong>de</strong>fraternidad y justicia reclamada en el Evangelio.Secretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>10QUINTO PRINCIPIO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> DOCTRINA SOCIAL <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> IGLESIA:La dignidad <strong>de</strong>l trabajoEl trabajo es una expresión <strong>de</strong> nuestra dignidad y nuestrocompromiso con la creación divina. El trabajo es más que solo lamanera <strong>de</strong> ganarse la vida; es una forma <strong>de</strong> participar en la obracreadora <strong>de</strong> Dios. La persona humana tiene <strong>de</strong>recho a un empleo<strong>de</strong>cente, con salario justo, a organizarse y a la propiedad privada. Laeconomía está al servicio <strong>de</strong> las personas y no viceversa. Para<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la dignidad <strong>de</strong>l trabajo es necesario respetar y hacerrespetar los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los trabajadores.Realida<strong>de</strong>s mundiales:Gente <strong>de</strong>splazada, <strong>de</strong>socupación y subempleo, practicaslaborales injustos, sueldos bajos, condiciones inhumanas en el lugar<strong>de</strong> trabajo, empleo <strong>de</strong> niños; prácticas laborales ilegales; sistemaglobal económico injusto como las estructuras y políticas <strong>de</strong>l comerciointernacional.Una cosa hay cierta para los creyentes: la actividad humanaindividual y colectiva o el conjunto ingente <strong>de</strong> esfuerzos realizadospor el hombre a lo largo <strong>de</strong> los siglos para lograr mejores condiciones<strong>de</strong> vida, consi<strong>de</strong>rado en sí mismo, respon<strong>de</strong> a la voluntad <strong>de</strong> Dios.Creado el hombre a imagen <strong>de</strong> Dios, recibió el mandato <strong>de</strong> gobernarel mundo en justicia y santidad, sometiendo a sí la tierra y cuanto enella se contiene, y <strong>de</strong> orientar a Dios la propia persona y el universoentero, reconociendo a Dios como Creador <strong>de</strong> todo, <strong>de</strong> modo que conel sometimiento <strong>de</strong> todas las cosas al hombre sea admirable elnombre <strong>de</strong> Dios en el mundo. Esta enseñanza vale igualmente paralos quehaceres más ordinarios. Porque los hombres y mujeres que,mientras procuran el sustento para sí y su familia, realizan su trabajo<strong>de</strong> forma que resulte provechoso y en servicio <strong>de</strong> la sociedad, conrazón pue<strong>de</strong>n pensar que con su trabajo <strong>de</strong>sarrollan la obra <strong>de</strong>lCreador, sirven al bien <strong>de</strong> sus hermanos y contribuyen <strong>de</strong> modopersonal a que se cumplan los <strong>de</strong>signios <strong>de</strong> Dios en la historia. Loscristianos, lejos <strong>de</strong> pensar que las conquistas logradas por el hombrese oponen al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios y que la criatura racional preten<strong>de</strong>rivalizar con el Creador, están, por el contrario, persuadidos <strong>de</strong> quelas victorias <strong>de</strong>l hombre son signo <strong>de</strong> la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> Dios yconsecuencia <strong>de</strong> su inefable <strong>de</strong>signio. Cuanto más se acrecienta elpo<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l hombre, más amplia es su responsabilidad individual ycolectiva. De don<strong>de</strong> se sigue que el mensaje cristiano no aparta a loshombres <strong>de</strong> la edificación <strong>de</strong>l mundo si los lleva a <strong>de</strong>spreocuparse <strong>de</strong>lbien ajeno, sino que, al contrario, les impone como <strong>de</strong>ber el hacerlo.(Gaudium et Spes, 34)Citas agustinianas relacionadas con la Dignidad <strong>de</strong>l trabajo:Secretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>11Y esto ha <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> tal modo que ninguno trabaje en nada parasí mismo, sino que todos sus trabajos se realicen para el bien <strong>de</strong> laComunidad, con mayor cuidado y prontitud <strong>de</strong> ánimo que si cada unolo hiciera para sí. Porque la caridad, <strong>de</strong> la cual está escrito que no“busca los propios intereses”, se entien<strong>de</strong> así: que antepone las cosas<strong>de</strong> la Comunidad a las propias y no las propias a las comunes (Regla,V)El trabajo pasa, y viene el <strong>de</strong>scanso; pero al <strong>de</strong>scanso no sellega sino es por el trabajo. Pasa la nave, y llega a la patria; pero a lapatria no se llega sino es en la nave. Atendiendo a las olas <strong>de</strong> lastempesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> este mundo, nosotros somos como navegantes. Y nonos hundimos, porque nuestra nave es el ma<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la cruz (Serm.104,7).La <strong>de</strong>sidia, la lentitud, la pereza y la negligencia son vicios quehuyen <strong>de</strong>l trabajo; el mismo trabajo, aunque útil, es un castigo (Civ.Dei XXII, 22,2).Bien sabe que quien ama no siente el trabajo, y que cualquiertrabajo es pesado para quienes no aman. Si tantos trabajos soportaen los avaros la avaricia, ¿no podrá soportarlos en nosotros el amor?(In Jo. Ev. 48,1). Pon un poco <strong>de</strong> dulzura al sudor cantando; no seasperezoso: canta y camina (Serm. 256,3).Eres un obrero <strong>de</strong> Dios. Ahora es el tiempo <strong>de</strong> trabajar;<strong>de</strong>spués vendrá el <strong>de</strong> cobrar; ¿Por qué sin embargo, reclamasinsistentemente la paga antes <strong>de</strong> haber terminado el trabajo? (Enarr.35,13).No seas perezoso en el trabajo, y te alegrarás por siempre. Estetrabajo será breve, y Dios te dará la vida eterna (Enarr. 93,23).Si la vida santa exigiese una liberación total <strong>de</strong>l trabajo y una<strong>de</strong>dicación exclusiva a la palabra <strong>de</strong> Dios, sería consecuencia lógicaque el que pensase <strong>de</strong> este modo no perdiese el tiempo en comer (DeOpere Monach. 19, 22).¡Cuánto se trabaja, para seguir trabajando más tiempo! (Carta127,2). Nada <strong>de</strong> lo que nos manda Dios es duro o pesado, porque El,que es el que nos lo manda, nos ayuda para que lo cumplamos.(Serm. 96,1). Desnudémonos <strong>de</strong> los cuidados inútiles y revistámonos<strong>de</strong> los útiles (Carta 18,1).Preguntas para reflexionar personal y comunitario sobre ladignidad <strong>de</strong>l trabajoSecretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>121. Enumera y analiza las principales violaciones a la dignidad <strong>de</strong>los trabajadores que se dan en tu entorno social2. Para la mayoría <strong>de</strong> la gente que conoces, ¿qué i<strong>de</strong>as escribiríanmejor su concepto <strong>de</strong> trabajo? : castigo / <strong>de</strong>sgracia / forma <strong>de</strong>ganar dinero / oportunidad <strong>de</strong> realizarse/ compromiso con lasociedad / manifestación <strong>de</strong> la dignidad humana / colaboraciónen la obra <strong>de</strong> Dios...3. Lee la Encíclica sobre el trabajo (Laborem Exercens) <strong>de</strong> JuanPablo II, y resume los principios fundamentales <strong>de</strong> la visióncristiana <strong>de</strong>l trabajo4. Sugiere iniciativas concretas frente al problema social <strong>de</strong>l<strong>de</strong>sempleoSecretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>13SEXTO PRINCIPIO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> DOCTRINA SOCIAL <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> IGLESIA:La solidaridadSomos todos miembros <strong>de</strong> la familia humana. Ya quereconocemos nuestra dignidad, nuestros <strong>de</strong>rechos yresponsabilida<strong>de</strong>s en relación unos con otros, necesitamos seguirconstruyendo comunidad para po<strong>de</strong>r vivir todos plenamente, y nosolo unos, a precio <strong>de</strong>l bien <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. La primera comunidadcristiana <strong>de</strong> Jerusalén nos pone el ejemplo, vendiendo sus posesionesy sus bienes para repartir el precio entre todos, según la necesidad<strong>de</strong> cada uno. Ciertamente ha cambiado el contexto social <strong>de</strong>s<strong>de</strong>aquellos tiempos pero sigue la necesidad imperante <strong>de</strong> lasolidaridad. La solidaridad no es un sentimiento superficial por losmales <strong>de</strong> tantas personas. Al contrario, es la <strong>de</strong>terminación firme yperseverante <strong>de</strong> empeñarse por el bien común; es <strong>de</strong>cir, por el bien<strong>de</strong> todos y cada uno, para que todos seamos verda<strong>de</strong>ramenteresponsables <strong>de</strong> todos. Esta <strong>de</strong>terminación se funda en la firmeconvicción <strong>de</strong> que lo que frena el pleno<strong>de</strong>sarrollo es el afán <strong>de</strong> ganancia y la sed <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Trabajando por lajusticia, cumplimos con el mandato <strong>de</strong> edificar el cuerpo <strong>de</strong> Cristo anivel global.Realida<strong>de</strong>s mundiales:Nacionalismo y competición económica, división étnica,persecución <strong>de</strong> minorías, conflictos a nivel macro y micro, violencia<strong>de</strong> pandillas; falta <strong>de</strong> conocimientos y preocupación por los <strong>de</strong>más,por sus problemas y sufrimientos, la indiferenciaDios creó al hombre no para vivir aisladamente, sino paraformar sociedad. De la misma manera, Dios "ha querido santificar ysalvar a los hombres no aisladamente, sin conexión alguna <strong>de</strong> unoscon otros, sino constituyendo un pueblo que le confesara en verdad yle sirviera santamente". Des<strong>de</strong> el comienzo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> lasalvación, Dios ha elegido a los hombres no solamente en cuantoindividuos, sino también a cuanto miembros <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminadacomunidad. A los que eligió Dios manifestando su propósito,<strong>de</strong>nominó pueblo suyo (Ex 3,7-12), con el que a<strong>de</strong>más estableció unpacto en el monte Sinaí. Esta índole comunitaria se perfecciona y seconsuma en la obra <strong>de</strong> Jesucristo. El propio Verbo encarnado quisoparticipar <strong>de</strong> la vida social humana. Asistió a las bodas <strong>de</strong> Caná, bajóa la casa <strong>de</strong> Zaqueo, comió con publicanos y pecadores. Reveló elamor <strong>de</strong>l Padre y la excelsa vocación <strong>de</strong>l hombre evocando lasrelaciones más comunes <strong>de</strong> la vida social y sirviéndose <strong>de</strong>l lenguaje y<strong>de</strong> las imágenes <strong>de</strong> la vida diaria corriente. Sometiéndosevoluntariamente a las leyes <strong>de</strong> su patria, santificó los vínculoshumanos, sobre todo los <strong>de</strong> la familia, fuente <strong>de</strong> la vida social. EligióSecretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>14la vida propia <strong>de</strong> un trabajador <strong>de</strong> su tiempo y <strong>de</strong> su tierra. En supredicación mandó claramente a los hijos <strong>de</strong> Dios que se tratarancomo hermanos. Pidió en su oración que todos sus discípulos fuesenuno. Más todavía, se ofreció hasta la muerte por todos, comoRe<strong>de</strong>ntor <strong>de</strong> todos. Nadie tiene mayor amor que este <strong>de</strong> dar uno lavida por sus amigos (Jn 15,13). Y or<strong>de</strong>nó a los Apóstoles predicar atodas las gentes la nueva angélica, para que la humanidad se hicierafamilia <strong>de</strong> Dios, en la que la plenitud <strong>de</strong> la ley sea el amor.Primogénito entre muchos hermanos, constituye, con el don <strong>de</strong> suEspíritu, una nueva comunidad fraterna entre todos los que con fe ycaridad le reciben <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte y resurrección, esto es, ensu Cuerpo, que es la Iglesia, en la que todos, miembros los unos <strong>de</strong>los otros, <strong>de</strong>ben ayudarse mutuamente según la variedad <strong>de</strong> donesque se les hayan conferido. Esta solidaridad <strong>de</strong>be aumentarsesiempre hasta aquel día en que llegue su consumación y en que loshombres, salvador por la gracia, como familia amada <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong>Cristo hermano, darán a Dios gloria perfecta (Gaudium et Spes 32).Citas Agustinianas relacionadas con la Solidaridad“Tenían una sola alma y un solo corazón en Dios... Los primeroscristianos hicieron comunes sus cosas propias;...al hacer común loque era particular, también las cosas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más se hicieron <strong>de</strong> él.Atienda su caridad: <strong>de</strong> las cosas que cada uno posee dimanan lasriñas, las enemista<strong>de</strong>s, las discordias, las guerras, los alborotos, lasmutuas disensiones, los escándalos, los pecados, las iniquida<strong>de</strong>s y loshomicidios... ¿Acaso litigamos por las cosas que poseemos encomún?”(Enarr. 131,5). “Entre los montes correrán las aguas.Cuando <strong>de</strong>cimos “entre” <strong>de</strong>cimos comunidad. Lo que está “entre” o“en medio” es común, y lo común está “en medio”. No es mío ni tuyo,sino “nuestro”... Don<strong>de</strong> empieza la propiedad se acaba la comunión.”(Enarr. 103, 2, 11).No son malas las riquezas <strong>de</strong> este mundo (Sermón 50, 5,8;Sermón 61, 2) – aunque valen más las riquezas interiores, que sonlas eternas y verda<strong>de</strong>ras (Sermón 25 A,3; Sermón 36, 4)-: sonbuenas, pero no pue<strong>de</strong>n hacer buenos a los hombres (Sermón 61,2);son, en cambio, extraordinariamente peligrosas porque inducen a lasoberbia y a la avaricia. “La soberbia es el gusano <strong>de</strong> las riquezas; esmuy difícil que quien es rico no sea también soberbio” (Sermón 39,4;cfr. Sermón 83,5). La avaricia –<strong>de</strong>nunciada y con<strong>de</strong>nada comoexecrable prácticamente en todos los libros <strong>de</strong> la Sagrada Escritura(Sermón 50, 13)- es la inmundicia <strong>de</strong>l corazón: no sólo usa <strong>de</strong> losbienes materiales sino que pone en ellos el corazón y se esclaviza(Sermón 177,3 ss.). Pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse una verda<strong>de</strong>ra fornicaciónque traiciona el amor sólo <strong>de</strong>bido a Dios: nadie pue<strong>de</strong> servir a dosseñores… (Sermón 163.3).Secretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>15A partir <strong>de</strong>l texto Paulino 1 Tim 6,7-19, Agustín exhortará enconsecuencia e incansablemente a la limosna y comunicación <strong>de</strong>bienes. “No hay cosa más perversa que querer enriquecerse a costa<strong>de</strong> la pobreza ajena”, presionando, oprimiendo y extorsionandoincluso a los hermanos (Sermón 359, 2)No se trata por otra parte, según el pensamiento agustiniano,<strong>de</strong> dar sólo <strong>de</strong> lo que sobra, sino sobre todo <strong>de</strong> compartir realmentelo que se tiene. Agustín se mostrará abiertamente exigente en esto,aún reconociendo que difícilmente los cristianos llegan a dar eldiezmo <strong>de</strong> sus bienes como los judíos (Sermón 106, 3).“Lo que tienes <strong>de</strong> superfluo es necesario a otro”(Sermón 39, 6);“lo superfluo para ti es necesario a los pobres” (Sermón 61, 12),recalca Agustín, que llegará a afirmar con claridad que “se poseencosas ajenas cuando se poseen cosas superfluas” (En in ps 147, 12):“es una especie <strong>de</strong> robo el no dar al necesitado lo que sobra”(Sermón 206, 2).Cristo se hizo pobre y está en los pobres, que son susmiembros en el Cuerpo <strong>de</strong> la Iglesia. “Cristo es a la vez rico y pobre:en cuanto Dios, rico; en cuanto hombre, pobre. Cierto, ese Hombresubió ya rico al cielo, don<strong>de</strong> se halla sentado a la diestra <strong>de</strong>l Padre,mas aquí, entre nosotros, todavía pa<strong>de</strong>ce hambre, sed y <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z”:“aquí es pobre y está en los pobres” (Sermón 123, 4).Porque me han dicho que habéis olvidado vuestra costumbre <strong>de</strong>vestir a los pobres. Os exhorté a practicar esa misericordia cuandoestaba presente, y ahora os vuelvo a exhortar, para que no osdomine y haga perezosos la aflicción <strong>de</strong> este mundo. Nuestro Señor yRe<strong>de</strong>ntor, que no pue<strong>de</strong> mentir, predijo que suce<strong>de</strong>rían tales<strong>de</strong>sventuras como las que ven acaecer.No <strong>de</strong>béis, por lo tanto, disminuir vuestras obras <strong>de</strong>misericordia, sino que <strong>de</strong>béis ampliarlas más <strong>de</strong> lo que soléis. Los queven que la ruina <strong>de</strong> una casa es inminente porque se cuartean laspare<strong>de</strong>s, se acogen sin tardanza a lugares más seguros. Del mismomodo, los corazones cristianos, cuanto más clara ven la inminencia<strong>de</strong> la ruina <strong>de</strong> este mundo, por las tribulaciones que se acumulan,<strong>de</strong>ben transportar los bienes que se disponían a ocultar en tierra altesoro celeste con diligente prisa. De este modo, si algún acci<strong>de</strong>ntehumano acaeciere, lo celebrará el que huyó a tiempo <strong>de</strong> un lugarruinoso. Y si ningún tal acci<strong>de</strong>nte acaeciere, no se contristará quiensabe que <strong>de</strong> todos modos tiene que morir y encomienda los bienespropios al Señor inmortal para ir más tar<strong>de</strong> a ese Señor. Por lo tanto,hermanos míos carísimos, emplead según vuestras fuerzas y <strong>de</strong>acuerdo con vuestra costumbre, con espíritu más alegre que <strong>de</strong>costumbre los bienes que cada uno tiene. Cada uno conoce ya susfuerzas. En medio <strong>de</strong> las molestias <strong>de</strong> este siglo retened en laSecretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España
Principios agustinianos <strong>de</strong> la <strong>DSI</strong>16memoria la exhortación apostólica que dice: El Señor está cerca, noos preocupéis. Espero recibir noticias que me hagan compren<strong>de</strong>r que,no por mi presencia, sino por el precepto <strong>de</strong>l Señor, que nunca estáausente, sigáis haciendo lo que hicisteis durante muchos años en mipresencia y a veces también en mi ausencia. El Señor os conserve enpaz. Orad por mí, hermanos carísimos (Carta 122, 2).Preguntas para reflexionar personal y comunitariamente sobrela solidaridad1. Enumera y analiza las principales manifestaciones <strong>de</strong> falta <strong>de</strong>solidaridad que, a diversos niveles, se dan en tu entorno social2. Señala, igualmente, casos concretos <strong>de</strong> personas e institucionesque trabajan positivamente a favor <strong>de</strong> la solidaridad3. Estudia y formula maneras factibles <strong>de</strong> colaborar con esapersonas o instituciones4. ¿Cuáles te parece que son hoy las principales raíces <strong>de</strong> lainsolidaridad y la violencia? Frente a ellas, ¿se te ocurre algunarespuesta positiva <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva humana y cristiana?Secretariado <strong>de</strong> Justicia y Paz – <strong>Provincia</strong> <strong>de</strong> España