Padre José <strong>Simler</strong>: Las Constitucionesde la Compañía de María (III)Antonio Gascón, SMBajo el generalato del Buen Padre <strong>Simler</strong> aconteció la organizacióninstitucional definitiva de la Compañía de María. <strong>Simler</strong> acertóa formular el carisma marianista, vida y misión de los religiososen las Constituciones de 1891. En su concisión y brevedad,estas Constituciones son la obra escrita por el <strong>padre</strong> <strong>Simler</strong>más influyente, pues en ellas se formaron generaciones de religiososmarianistas hasta el Concilio Vaticano II.Casa de la administración General Marianista en París.La mayor preocupación dela Administración Generalal iniciar el <strong>padre</strong> <strong>Simler</strong> sugeneralato consistía encompensar las pérdidascausadas por la expulsiónde los marianistas de Alsacia,en 1874. La segundapreocupación era conseguirla aprobación definitivade las Constitucionespor la Santa Sede; y estafue la tarea a la que másenergías dedicó el <strong>padre</strong><strong>Simler</strong> al frente de la AdministraciónGeneral. Tantoes así, que ya en el CapítuloGeneral de 1881presentó el nuevo textoconstitucional para su exameny ser depositado en laCongregación de Obisposy Regulares. Pero el recorridopara la aprobacióndefinitiva de las Constitucionesfue muy accidentado,debido a la dificultadde los marianistas para institucionalizarsu vida y misión y a lalenta formación del derecho de lasnuevas Congregaciones religiosasde hermanos con votos simples, nacidasen el siglo XIX, en la legislaciónde la Iglesia. Clarificación canónicaque se fue completando apartir del Decreto Ecclesia católica,en 1889.En la redacción de las nuevasConstituciones, el <strong>padre</strong> <strong>Simler</strong> buscóadaptar el espíritu del Instituto nacidoen 1817 y de las Constitucionesescritas por el <strong>padre</strong> Chaminade en1830 a las nuevas condiciones de laCompañía de María, en medio de loscambios políticos, económicos y socialesde Francia y demás países pordonde estaba extendida. En estesentido, José <strong>Simler</strong> era un hombrede mentalidad moderna; esto es,comprendía que la realidad y el conocimientoson dinámicos,evolutivos y orgánicos. Lapersona humana y las sociedadesson seres vivos:están armónicamente integradasy guiadas por unprincipio rector que unificatodas sus funciones. Tambiénla divina Revelaciónacontece en el discurrir dela historia y Dios actúa através de los hombres y delas instituciones humanas,en tal modo que siempre secumple el plan divino; lomismo le sucede a la Compañíade María. A esto llamabael <strong>padre</strong> <strong>Simler</strong> “elespíritu de nuestra fundación”;espíritu que permanecesiempre el mismo enlos cambios externos deldevenir temporal de laCompañía. Justamente esesto lo que pretende <strong>Simler</strong>al rehacer todo el texto delas Constituciones: mantenerel espíritu fundacionaly no la letra de los primitivos reglamentos;y así, guiar la Compañía a travésde las transformaciones institucionalesy sociales sufridas desde sufundación. Por eso, las Constitucionesde 1891 no son un simple libro normativo,sino que <strong>Simler</strong> pretendió hacerde ellas un libro espiritual, queayudara al religioso a conocer y a vivirel espíritu que Chaminade había dadoa la Compañía.memoria viva15
MEMORIA VIVA<strong>El</strong> Buen Padre <strong>Simler</strong> explicó a loscapitulares de 1881 que había hechouna redacción completamentenueva; ordenando las materias segúnuna distribución lógica y fácil deretener en la memoria. <strong>Simler</strong> advierteque “la regla fielmente observadaes la perfección del ideal marianista”;ideal que alcanza “suexpresión perfecta en la personaadorable de Nuestro Señor Jesucristo,Dios hecho hombre para servir demodelo a los hombres (...) Jesucristoes la regla viviente y universal”. Pero,bajo la inspiración del <strong>padre</strong> Chaminade,Jesucristo es imitado en “suglorioso título de Hijo de María. Estadisposición de Jesús es también lanuestra”. Disposición a la que denomina“piedad filial”. Los capitularesaceptaron por unanimidad el nuevotexto capitular.<strong>El</strong> 10 de septiembre de 1881 la AdministraciónGeneral enviaba toda ladocumentación requerida a la SagradaCongregación de Obispos y Regularespara la aprobación de las Constituciones.Pero a la Congregacióntambién llegaron cartas de algunos religiososdenunciando que el <strong>padre</strong><strong>Simler</strong> pretendía clericalizar y centralizarel gobierno de la Compañía deMaría, despojando de su poder al CapítuloGeneral. Los consultores de laSagrada Congregación señalaron 25puntos que debían ser corregidos. <strong>El</strong>obispo de París, monseñor Guibert,fue encargado de revisar las Constitucionesy éste encomendó la tarea a sucoadjutor Richard, que trabajó en estrechaunión con el <strong>padre</strong> <strong>Simler</strong>. Alcabo de un año el texto estabancorregido y fue enviado a Roma enagosto de 1883.Las animadversiones que más dificultadescrearon fueron aquellas quepedían la desaparición del voto de estabilidad;que los Provinciales fuesennombrados por el Capítulo General yno por el Superior General; y todo lorelativo a la composición del CapítuloGeneral. <strong>El</strong> <strong>padre</strong> <strong>Simler</strong> viajó a Romapara esclarecer todas las dudas.Además, contaba con la estima deLeón XIII a la labor docente de laCompañía, en especial en el ColegioStanislas de París, que el Papa teníacomo modelo de institución católicaen el marco socio-cultural del mundomoderno. <strong>El</strong> miércoles 2 de febrero de1888, el Papa recibió en audiencia al<strong>padre</strong> <strong>Simler</strong> y éste le prometió abriren Roma un colegio similar al de París,como así fue.En consecuencia, la SagradaCongregación retiró sus dificultades;pero quedaban por desmentir los infundiosdel <strong>padre</strong> José Lehmann,que a principios de 1889 había envidouna polémica Memoria. Lehmannentendía que el <strong>padre</strong> Chaminadehabía fundado una sociedadreligiosa docente de hermanos dedicadosa la primera enseñanza; yacusaba a la Administración Generalde traicionar la idea fundacionalal pretender clericalizar la Compañíay orientar sus obras a la segunda<strong>Simler</strong> proponía una ordenación del carisma que hacíaposible la diversidad de obras escolares, así como otrasmisiones y las tareas apostólicas de los religiosossacerdotes y hermanos obreros, en virtud de la composiciónmixta de religiosos laicos y sacerdotes.José <strong>Simler</strong> era un hombre de mentalidad moderna;esto es, comprendía que la realidad y el conocimientoson dinámicos, evolutivos y orgánicos.enseñanza. La réplica de <strong>Simler</strong> setransformó en la notable circular,Noticia histórica sobre la Compañíade María, de 12 de marzo de 1891.Se trata de un ensayo histórico parademostrar que la comprensión delcarisma de Lehmann era simplista yerrónea, asentada sobre falsos históricos.Por el contrario, <strong>Simler</strong> proponíanuna ordenación del carismaque hacía posible la diversidad deobras escolares, así como otras misionesy las tareas apostólicas de losreligiosos sacerdotes y hermanosobreros, en virtud de la composiciónmixta de religiosos laicos y sacerdotes.<strong>El</strong> martes 28 de abril de 1891,<strong>Simler</strong> abandonaba Roma caminode París con la misión de someter alCapítulo las últimas corrección delas Constituciones. <strong>El</strong> Capítulo Generalde 1891 estableció mantenerla paridad entre capitulares laicos ysacerdotes y determinó que los Provincialesfuesen elegidos por el SuperiorGeneral.<strong>El</strong> <strong>padre</strong> <strong>Simler</strong> viajó a Roma, provistode las Constituciones corregidaspor el Capítulo General. Las correccionesparecieron válidas y el Decretode aprobación de las Constitucionesfue dado el viernes 24 de julio de1891. <strong>El</strong> jueves siguiente, 30 de julio,León XIII recibió en audiencia privadaal <strong>padre</strong> <strong>Simler</strong>, quien le “agradecióel favor insigne de la aprobación definitivade las Constituciones”. Al díasiguiente, el Buen Padre firmaba lacircular en la que daba la fausta noticia.Afirma que la “aprobación apostólicaes un acto cuya importancia nose le escapará a ninguno (...) puesatrae la bendición del cielo sobre laCompañía de María.”16