Boletín Oficial del Obispado de Ourense - Mayo 2009

Iglesia Diocesana
Magníficat: “Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como
había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los
siglos”.
¡Madre de los Milagros, tú conoces muchos secretos de nuestra vida personal,
familiar y eclesial! Tú guías nuestros pasos en la acción pastoral diocesana; bajo
tu amparo nos sentimos seguros cuando rezamos, al hacer retiro o ejercicios espirituales;
las parejas de novios, que se unen en matrimonio, alcanzan seguridad al
sentir sobre ellas tu cómplice mirada de bendición y afecto; a veces, malhumorados,
nos quejamos por los avatares de la vida, no siempre alegres y positivos; pero
tú, Madre, encuentras siempre el mimo maternal que nos devuelve el ánimo, la
ilusión, las ganas de vivir. Y contigo queremos exclamar: “Engrandece mi alma
al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en
la humildad de su esclava”.
Ahora, que estás en nuestra casa, Madre de los Milagros, queremos pedirte: por
los niños (que es lo mejor que tenemos), por los jóvenes (que son la esperanza de
la Iglesia y de la sociedad), por las familias (fuente de vida y amor), por los ancianos
y los enfermos (los preferidos de la Iglesia), por las vocaciones sacerdotales y
a la vida consagrada. Madre, tú que fuiste forastera en Egipto, ayúdanos a acoger
a nuestros hermanos inmigrantes con la dignidad que se merecen; en tiempo de
penuria económica, ayúdanos a ser solidarios en la pobreza y en la abundancia.
Virgen de los Milagros, te pedimos una bendición especial para nuestro Obispo
y para sus sacerdotes. Nos vamos haciendo mayores, pero contamos con un grupo
de jóvenes sacerdotes, que nos empujan y alientan en el camino de la nueva
evangelización. A ti, que eres portadora de la Vida, queremos pedir tu ayuda para
construir una civilización de la Vida y del Amor, y nunca una cultura de la muerte
y del odio. Virgen de los Milagros, llévanos a Jesús y que nunca olvidemos
tu consejo: “haced lo que Él os diga”. Con el Magnificat, te aclamamos: “desde
ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en
mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza
de generación en generación a los que le temen”. Permítenos, Madre del monte
Medo, recibirte con los versos de tu himno:
Oh Virgen, de los Milagros,
de Ourense joya preciosa,
intercede por nosotros, Virgen Santa,
Virgen Santa Milagrosa.
Amén.
700 · Boletín Oficial · MAYO 2009