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Violencia y Cohesión Social en América latina - FIIAPP

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Lucía DammertIsaac De León Beltrán& Elkin VelásquezRicardo Córdova MacíasMiguel Székely PardoDante Contreras, Amaranta Alfaro& Paulina Sepúlveda C.Claudia Serrano & Félix Modrego


serie Cohesión <strong>Social</strong>


Lucía DammertIsaac De León Beltrán& Elkin VelásquezRicardo Córdova MacíasMiguel Székely PardoDante Contreras, Amaranta Alfaro& Paulina Sepúlveda C.Claudia Serrano & Félix Modrego


serie cohesión social<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> América LatinaPrimera edición: julio de 2012© 2012, Francisco Javier Díaz y Patricio Meller, editores© 2012, CieplanDag Hammarskjöld N°3269, piso 3, VitacuraSantiago - ChileFono: (56 2) 796 5660WEB: www.cieplan.orgISBN: 978-956-204-036-5Producción editorial: Uqbar Editores / www.uqbareditores.clDiseño y diagramación: Fan design_Josefa MéndezQueda rigurosam<strong>en</strong>te prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright»,bajo las sanciones establecidas <strong>en</strong> las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra porcualquier medio o procedimi<strong>en</strong>to, compr<strong>en</strong>didos la reprografía y el tratami<strong>en</strong>to informático,y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.Impreso <strong>en</strong> Chile / Printed in Chile


ÍNDICEPres<strong>en</strong>tación / Una nueva ag<strong>en</strong>da latinoamericanaIntroducción / <strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> América Latina:perspectiva introductoriaFrancisco Javier Díaz & Patricio MellerInseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social <strong>en</strong> América Latina:¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?Lucía Dammert (Chile)Cohesión social, confianza y seguridad <strong>en</strong> América Latina:un estudio exploratorioIsaac De León Beltrán & Elkin Velásquez (Colombia)Crim<strong>en</strong>, inseguridad y democracia <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troaméricaRicardo Córdova Macías (El Salvador)Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesiónsocial <strong>en</strong> América LatinaMiguel Székely Pardo (México)Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América LatinaDante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C. (Chile)Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrollo<strong>en</strong> América LatinaClaudia Serrano & Félix Modrego (Chile)Reseña autores9112749105163209235279


Una nueva ag<strong>en</strong>da latinoamericanaPRESENTACIÓNUNA NUEVA AGENDA LATINOAMERICANApartir del año 2007, CIEPLAN ha llevado adelante una importante línea de investigación<strong>en</strong> materia de desarrollo y cohesión social <strong>en</strong> América Latina. Inicialm<strong>en</strong>teApatrocinado por al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y por laUnión Europea, y con la colaboración del Instituto Fernando H<strong>en</strong>rique Cardoso de Brasily la Fundación Carolina de España, el programa de investigación logró construir un originalmarco conceptual acerca de la cohesión social <strong>en</strong> la región, el que posteriorm<strong>en</strong>teserviría de base para una serie de estudios específicos <strong>en</strong> diversos ámbitos de políticapública. De aquella primera iniciativa emanaron valiosos productos, como fueron unacolección de libros y estudios 1 y la Encuesta de Cohesión <strong>Social</strong> 2007 2 .Al proyecto se sumaron nuevos apoyos <strong>en</strong>tre 2009 y 2011. El Banco Mundial, la FundaciónInternacional e Iberoamericana para la Administración y las Políticas Públicas(<strong>FIIAPP</strong>) e IDEA International, se unieron al PNUD y la Unión Europea <strong>en</strong> el patrociniode una nueva etapa del proyecto, donde la idea c<strong>en</strong>tral fue llevar a los distintos paísesde la región la discusión teórica y programática de la primera etapa, g<strong>en</strong>erando un diálogopolítico-técnico, de carácter interdisciplinario, acerca del desarrollo, la cohesiónsocial y la democracia. El objetivo: construir lo que se d<strong>en</strong>ominaría Una Nueva Ag<strong>en</strong>daLatinoamericana de políticas públicas.De esa forma, se creó un espacio de diálogo pres<strong>en</strong>cial y virtual <strong>en</strong> donde participarondec<strong>en</strong>as de políticos, policy-makers, académicos, expertos y dirig<strong>en</strong>tes empresariales ysociales de diversos países de la región 3 . Se contó también con el apoyo de importantesthink-tanks de la región, como CADEP <strong>en</strong> Paraguay, FEDESARROLLO <strong>en</strong> Colombia y FUN-GLODE <strong>en</strong> República Dominicana. Para analizar <strong>en</strong> detalle las investigaciones <strong>en</strong>cargadasy g<strong>en</strong>erar espacios de diálogo con la sociedad civil, se realizaron dos talleres de expertos<strong>en</strong> Santiago de Chile, <strong>en</strong> julio y <strong>en</strong> septiembre de 2010, y cuatro seminarios de políticaspúblicas <strong>en</strong> El Salvador (octubre de 2010), Paraguay (noviembre de 2010), Colombia(abril de 2011) y República Dominicana (mayo de 2011). Este último seminario se realizóbajo invitación de la Presid<strong>en</strong>cia de República Dominicana.En total, participaron cerca de cuar<strong>en</strong>ta expositores, <strong>en</strong> más de treinta paneles distintos,con un público que superó las quini<strong>en</strong>tas personas. Se contó con la valiosa parti-1Entre ellos: Cardoso y Foxley (2009) A medio camino: Desafíos de la democracia y el desarrollo <strong>en</strong> América Latina,Santiago: CIEPLAN-Uqbar; Tironi (2008a) Redes, Estado y mercado. Soportes de la cohesión social latinoamericana,Santiago: CIEPLAN-Uqbar; Cox y Schwartzman (2009) Políticas educativas y cohesión social <strong>en</strong> América Latina,Santiago: CIEPLAN-Uqbar; Val<strong>en</strong>zuela y otros (2008) Vínculos, cre<strong>en</strong>cias e ilusiones. La cohesión social de los latinoamericanos,Santiago: CIEPLAN-Uqbar; Gasparini y otros (2008) Polarización económica, instituciones y conflicto,Santiago: CIEPLAN-Uqbar.2Cuya base de datos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra disponible <strong>en</strong> www.ecosocialsurvey.cl3Detalles y pres<strong>en</strong>taciones, así como registro de imag<strong>en</strong> y video, se pued<strong>en</strong> apreciar la red <strong>en</strong> www.dialogoslatinoamericanos.org9


Pres<strong>en</strong>tacióncipación del Presid<strong>en</strong>te de República Dominicana, Leonel Fernández; del ex Presid<strong>en</strong>teTabaré Vásquez, de Uruguay; del Vicepresid<strong>en</strong>te de la República de Colombia, AngelinoGarzón; del Ministro del Interior del Paraguay, Rafael Filizzola; del Secretario G<strong>en</strong>eralIberoamericano, Enrique Iglesias; así como de relevantes autoridades de diversos paísesde América Latina.El proceso de diálogo que se llevó a cabo durante 2010 y 2011, confirmó una de lasprincipales constataciones que a nivel teórico había realizado el proyecto de investigación<strong>en</strong> su primera etapa: la seguridad ciudadana asoma como una de las principalesam<strong>en</strong>azas a la cohesión social <strong>en</strong> América Latina. En ella se conjugan, además, unaserie de otras variables negativas, como son la desigualdad, la discriminación y la segregaciónterritorial. El desafío, sin embargo, es extraer el tema del ámbito de políticapolicial y llevarlo al área de la política social.Es por ello que CIEPLAN decidió dar al tema de la seguridad ciudadana, crim<strong>en</strong> yviol<strong>en</strong>cia, la máxima prioridad como objeto de investigación. Este libro cond<strong>en</strong>sa algunasde las reflexiones que se realizaron al respecto y que fueron contrastadas <strong>en</strong> losdiálogos de políticas públicas que se realizaron <strong>en</strong> los países. La conclusión es simple:una ag<strong>en</strong>da latinoamericana de desarrollo debe colocar el tema de la seguridad <strong>en</strong> elc<strong>en</strong>tro del accionar estatal y social.Santiago de Chile, junio de 201210


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>: perspectiva introductoriaINTRODUCCIÓNVIOLENCIA Y COHESIÓN SOCIAL EN AMÉRICA LATINA: PERSPECTIVA INTRODUCTORIAFrancisco Javier Díaz & Patricio MellerCada año, más de 200 millones de latinoamericanos son víctimas de algún acto delictivo1 , si<strong>en</strong>do las tasas de criminalidad más altas del mundo. Mi<strong>en</strong>tras Europa o Américadel Norte pres<strong>en</strong>tan tasas de homicidios dolosos inferiores a 4 por cada 100.000habitantes, el promedio <strong>en</strong> el Caribe y <strong>en</strong> América del Sur sobrepasa los 18, a la vez queel promedio de América C<strong>en</strong>tral y México sobrepasa los 25 2 .En los últimos años, además, se ha producido un alarmante recrudecimi<strong>en</strong>to de laviol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> diversos países. Observadores y analistas han llegado a señalar el peligrode que algunas zonas de la región se transform<strong>en</strong> <strong>en</strong> una suerte de “Somalía latinoamericana”3 . En países como El Salvador, Guatemala, Honduras o V<strong>en</strong>ezuela, la tasa dehomicidios sobrepasa los 40 por cada 100.000 habitantes, mostrando un fuerte crecimi<strong>en</strong>to<strong>en</strong> la última década. El f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o se exti<strong>en</strong>de y agrava <strong>en</strong> territorios específicosd<strong>en</strong>tro de países como México, Brasil o Colombia. En los países considerados “seguros”,como Arg<strong>en</strong>tina, Perú, Chile o Uruguay, la seguridad ciudadana está d<strong>en</strong>tro de lasprincipales preocupaciones de los ciudadanos. E incluso <strong>en</strong> esos lugares, determinadosbarrios al interior de las grandes ciudades pres<strong>en</strong>tan índices de temor y cifras de criminalidadsignificativam<strong>en</strong>te más altas que <strong>en</strong> el resto del país 4 .El problema a m<strong>en</strong>udo se contamina y agrava por causa del narcotráfico y las mafias.Las bandas de crim<strong>en</strong> organizado asolan ciudades y barrios, atemorizando a losciudadanos. América Latina está muy expuesta <strong>en</strong> ese respecto: se ubica próxima alos mercados mundiales de la droga <strong>en</strong> Estados Unidos y Europa, con sectores campesinosque v<strong>en</strong> <strong>en</strong> la producción y traslado de la sustancia una actividad infinitam<strong>en</strong>temás r<strong>en</strong>table que las actividades lícitas. La región andina, por ejemplo, produce casi el90% de la cocaína mundial, lo que g<strong>en</strong>era una estela de organizaciones delictuales y eldesarrollo del poder corruptor. Poco a poco, <strong>en</strong> algunos países comi<strong>en</strong>za a observarsebandas delictuales de alta sofisticación <strong>en</strong> su organización y logística, las que ejerc<strong>en</strong>control físico sobre determinados barrios y territorios. El secuestro, la extorsión o elcobro de r<strong>en</strong>tas a cambio de protección, se han hecho práctica frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> numerososterritorios de nuestra región.Lo anteriorm<strong>en</strong>te expuesto g<strong>en</strong>era una ext<strong>en</strong>dida s<strong>en</strong>sación de vulnerabilidad <strong>en</strong>las personas, escepticismo <strong>en</strong> la capacidad del Estado para controlar el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o, asícomo desconfianza <strong>en</strong> la rectitud de instituciones tan relevantes como el Poder Judicial,el sistema político y las policías. El temor hace que se repliegu<strong>en</strong> las asociaciones deindividuos y que se debilite la sociedad civil. En ocasiones, la reacción gubernam<strong>en</strong>tal1Cifras de victimización del Latinobarómetro 2008.2Cifras comparables al año 2004 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.3Joaquín Villalobos, El País de España (20/02/2012).4Una interesante discusión acerca de cómo afectan a la cohesión social las disparidades <strong>en</strong> materia de seguridadal interior de los países y de las ciudades, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> Sorj y Martucelli (2008).11


Francisco Javier Díaz & Patricio Mellerdeja las cosas peor: operaciones policiales semimilitarizadas <strong>en</strong> las que se vulneranlos derechos civiles, así como <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos armados donde muchas veces terminanmuri<strong>en</strong>do personas inoc<strong>en</strong>tes.Como apunta el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el “déficit de estatalidad”es extremo (PNUD 2010, 184). La ineficacia del Estado para controlar el ord<strong>en</strong>hace que se pierda confianza <strong>en</strong> la autoridad, que no se d<strong>en</strong>unci<strong>en</strong> los hechos delictivosy que se g<strong>en</strong>ere, incluso, una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a privatizar la seguridad pública, que va desdela proliferación de empresas privadas de seguridad, hasta la poco civilizada prácticadel linchami<strong>en</strong>to y la v<strong>en</strong>ganza. Todo ello provoca un evid<strong>en</strong>te y creci<strong>en</strong>te f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o dedesintegración social que conlleva que se debilite la cohesión de la comunidad.¿Cómo <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o? ¿Cómo det<strong>en</strong>er su crecimi<strong>en</strong>to y ext<strong>en</strong>sión? ¿Pordónde empezar a atacar el problema? Son estas algunas de las preguntas que se hac<strong>en</strong>las autoridades y la sociedad civil de la región completa. Un temor fundado recorre elp<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de todos: el crim<strong>en</strong> <strong>en</strong> América Latina está debilitando fuertem<strong>en</strong>te los lazosmínimos que un<strong>en</strong> a las sociedades. La legitimidad democrática, la observancia delas leyes, la fortaleza de las instituciones estatales y el funcionami<strong>en</strong>to de los mercadospued<strong>en</strong> colocarse <strong>en</strong> jaque producto de la viol<strong>en</strong>cia delictual, a la vez que se deteriorangravem<strong>en</strong>te los vínculos comunitarios <strong>en</strong>tre los individuos y la confianza g<strong>en</strong>eral <strong>en</strong>la sociedad. Pero al mismo tiempo, una intuición se hace cada vez más compartida: elsimple <strong>en</strong>foque de la represión y el castigo del delito no es la solución de fondo querequiere este verdadero drama social que aqueja a millones de latinoamericanos.<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong>, cohesión social y desarrolloA partir de 2007, CIEPLAN llevó adelante un ext<strong>en</strong>so programa de investigación acercade la cohesión social. Producto de ese trabajo, y <strong>en</strong> particular de la <strong>en</strong>cuesta ECOSO-CIAL que se aplicó <strong>en</strong> siete países de la región, se pudo arribar a un concepto de cohesiónsocial, a una cierta noción de por qué las fu<strong>en</strong>tes de la cohesión social son distintas<strong>en</strong> América Latina que <strong>en</strong> otras latitudes, y también se pudo id<strong>en</strong>tificar las principalesam<strong>en</strong>azas a la cohesión social que se aprecian <strong>en</strong> nuestro contin<strong>en</strong>te 5 .Exist<strong>en</strong> diversas aproximaciones a la cohesión social, todas influidas por la disciplinadesde donde se le analiza. Esta dificultad conceptual termina por transformar la cohesiónsocial <strong>en</strong> una suerte de “concepto marco” (framing concept), que permite incluir<strong>en</strong> el análisis las distintas dim<strong>en</strong>siones de la problemática social: inclusión/exclusión,inequidad/igualdad, movilidad social, distribución de ingresos, segregaciones y discriminacionesde distinto tipo (sociales, territoriales, étnicas), <strong>en</strong>tre otras.Durante la primera década del siglo, hubo un resurgimi<strong>en</strong>to del concepto de cohesiónsocial como “factor dinamizador del desarrollo económico y social”, y/o como“respuesta ante la demanda de mecanismos efectivos que asegur<strong>en</strong> el ejercicio de losderechos humanos y la gobernabilidad democrática”, y/o como “alternativa de rescatedel s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia”. A este respecto, Bernard (1999, 2) plantea:5Los principales textos producidos acerca de este concepto y la <strong>en</strong>cuesta son: Tironi (2008a y 2008b) y Val<strong>en</strong>zuelaet al. (2008).12


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>: perspectiva introductoria“El concepto de la Cohesión <strong>Social</strong> pres<strong>en</strong>ta los signos característicos de uncuasi-concepto, es decir, es una de esas construcciones m<strong>en</strong>tales híbridas que<strong>en</strong> la política se propon<strong>en</strong> cada vez más a m<strong>en</strong>udo (…) Estas construcciones híbridasti<strong>en</strong><strong>en</strong> dos aspectos: (i) un análisis selectivo de los datos de un contextoespecífico lo que permite ser relativam<strong>en</strong>te realista, y (ii) además, preservar unaindeterminación que posibilita seguir los cambios y las necesidades de la acciónpolítica. Esto explica por qué es tan difícil definir exactam<strong>en</strong>te qué significa laCohesión <strong>Social</strong>” 6 .Con todo, poco a poco <strong>en</strong> la literatura se fue clarificando la asociación <strong>en</strong>tre cohesiónsocial y s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia de los ciudadanos de un determinado país hacia la sociedad<strong>en</strong> que viv<strong>en</strong>, sus instituciones y sus reglas formales e informales. La g<strong>en</strong>eración deese s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia constituye una suerte de “patrimonio simbólico” de las sociedades(CEPAL 2007, 15), lo que les permite <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la cambiante realidad de maneracolectiva y no simplem<strong>en</strong>te individual. Como conceptualizó CIEPLAN <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to:“La cohesión social puede ser explicada como la capacidad dinámica de una sociedaddemocrática para absorber el cambio y el conflicto social mediante unaestructura legítima de distribución de sus recursos materiales y simbólicos, tantoa nivel socio-económico (bi<strong>en</strong>estar), socio-político (derechos) y socio-cultural(reconocimi<strong>en</strong>to), a través de la acción combinada de los mecanismos de asignacióndel Estado, del mercado, de la sociedad civil, de la familia y de otras redescomunitarias” (Tironi 2008b).En este s<strong>en</strong>tido, CIEPLAN realizó un novedoso aporte a la discusión, al proponer queexist<strong>en</strong> distintas fu<strong>en</strong>tes y pilares para la cohesión social, según la difer<strong>en</strong>cia del procesode conformación de cada sociedad. Como señala Tironi, se trata de un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>omultifactorial, que debe analizarse <strong>en</strong> diversos niveles (macro, meso y micro) y que,por tanto, puede configurarse de manera distinta. La capacidad de la sociedad paraprocesar los distintos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os de cambio <strong>en</strong> su interior puede ser muy variada dadoel lugar donde surge. Es por ello, concluye Tironi, que puede efectivam<strong>en</strong>te hablarse dedifer<strong>en</strong>tes modelos de cohesión social, como son el modelo europeo, el modelo anglosajóny el modelo propiam<strong>en</strong>te latinoamericano (Tironi 2008b).Para Europa, por ejemplo, la cohesión social se refiere a la capacidad de una sociedadde asegurar el bi<strong>en</strong>estar de todos sus miembros, minimizando disparidades yevitando la polarización mediante la acción primordialm<strong>en</strong>te del Estado. Su conceptode cohesión social, como declaró el Consejo de Europa <strong>en</strong> el año 2005 (Tironi 2008b,15), pone el ac<strong>en</strong>to <strong>en</strong> las políticas públicas que desde el Estado se llevan adelante paraasegurar una cierto nivel de bi<strong>en</strong>estar similar para todos los ciudadanos. En este s<strong>en</strong>tido,igualdad, estado de bi<strong>en</strong>estar y cohesión social son conceptos que van de la mano.6Para una revisión y discusión sobre la conceptualización de la cohesión social, ver Tironi (2008a, 2008b), Peña(2008), Val<strong>en</strong>zuela (2008).13


Francisco Javier Díaz & Patricio MellerEste concepto se contrapone al uso que se le da <strong>en</strong> la tradición anglosajona, y especialm<strong>en</strong>te<strong>en</strong> Estados Unidos. En aquella tradición, la cohesión social está asociadaa la capacidad de la sociedad civil de desarrollarse autónomam<strong>en</strong>te y la capacidad delEstado de asegurar la conviv<strong>en</strong>cia pacífica <strong>en</strong> la sociedad, permiti<strong>en</strong>do a los individuosllevar adelante sus proyectos de vida y empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to.Para los latinoamericanos, <strong>en</strong> cambio, la cohesión social atraviesa múltiples dim<strong>en</strong>sionese involucra a múltiples ag<strong>en</strong>tes de la sociedad. Las fu<strong>en</strong>tes de la cohesión social,es decir, los mecanismos que permit<strong>en</strong> distribuir los recursos materiales y simbólicos<strong>en</strong>tre sus miembros, son diversas. Los latinoamericanos miran al Estado, pero también,miran al mercado, a sus redes familiares y amicales, y a la comunidad. Todas estas fu<strong>en</strong>tes,cuando operan de forma adecuada, permit<strong>en</strong> absorber el conflicto y los cambiosque se van produci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la sociedad.Ciertam<strong>en</strong>te, una época de fuertes cambios significará una am<strong>en</strong>aza a la cohesiónsocial si es que esta no logra hacer operar los mecanismos de ajuste. Es un hecho que,<strong>en</strong> la transición de estas sociedades a la modernidad, se produce un desmembrami<strong>en</strong>to<strong>en</strong> que lo individual adquiere preemin<strong>en</strong>cia por sobre lo social. Como observan CarlosPeña y Eug<strong>en</strong>io Tironi:“Cuando soplan los vi<strong>en</strong>tos de la modernización, los vínculos comunitarios experim<strong>en</strong>tanuna l<strong>en</strong>ta e inevitable decad<strong>en</strong>cia, transformación que plantea el problemade qué es lo que ha de ll<strong>en</strong>ar ese vacío o, si se prefiere, qué es lo que hade curar esas heridas que provocan los procesos de modernización” (<strong>en</strong> Tironi2008a, 19).La propiedad privada y el funcionami<strong>en</strong>to masivo de los mercados alteran la antiguaconformación comunitaria de las sociedades. Los objetivos comunes se difuminan; losbi<strong>en</strong>es públicos de la comunidad se hac<strong>en</strong> más difíciles de asir; la jerarquía social establecidapor tradición o her<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la comunidad se ve cuestionada. En síntesis, <strong>en</strong> lasociedad comunitaria “precapitalista”, la comunidad prevalece por sobre el individuo.Cada persona ti<strong>en</strong>e derechos y responsabilidades respecto del resto; pero estos deberesy derechos pued<strong>en</strong> ser muy desiguales (Berman 2006; Ivers<strong>en</strong> 2005). En cambio,<strong>en</strong> el capitalismo (democrático) cada persona importa y, puede definir, al m<strong>en</strong>os teóricam<strong>en</strong>te,su destino de manera autónoma. Esta mayor autonomía individual debilita losvínculos <strong>en</strong>tre las personas. Las transacciones o el intercambio <strong>en</strong> el mercado y los contratosconstituy<strong>en</strong> los mecanismos de interacción <strong>en</strong>tre los individuos. La consecu<strong>en</strong>ciade todo esto es el debilitami<strong>en</strong>to de la cohesión social. Obsérvese la gran paradojaexist<strong>en</strong>te que señala Ferdinand Tönnies:“En la sociedad pre-capitalista la g<strong>en</strong>te permanecía unida a pesar de todas lasdifer<strong>en</strong>cias (sociales) exist<strong>en</strong>tes. En cambio, <strong>en</strong> la sociedad capitalista, las personasestán aisladas a pesar de todas las cosas que las un<strong>en</strong>” (citado <strong>en</strong> Berman2006, 4-5).14


Francisco Javier Díaz & Patricio MellerLa evid<strong>en</strong>cia empírica muestra que hay una clara asociación <strong>en</strong>tre estos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os(Bourguignon 1999; Fajnzylber et al. 2001). Al aum<strong>en</strong>tar el crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia, loscimi<strong>en</strong>tos institucionales del crecimi<strong>en</strong>to se vuelv<strong>en</strong> débiles (World Bank 2005). Enbreve, una situación persist<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te inequitativa <strong>en</strong> América Latina t<strong>en</strong>dría un efectonegativo importante sobre la cohesión social y el nivel de bi<strong>en</strong>estar de la poblaciónlatinoamericana. Por una parte, reduce la tasa de crecimi<strong>en</strong>to de largo plazo. Por otraparte, afecta la calidad de vida y el nivel de inseguridad de las personas.En otras palabras, una economía más equitativa es más estable desde un punto devista político y social, lo cual g<strong>en</strong>era mayor cohesión social, m<strong>en</strong>ores conflictos y criminalidady, bajo las circunstancias adecuadas, mayor crecimi<strong>en</strong>to y desarrollo (Gaspariniet al. 2006). En definitiva, tanto la expansión de la democracia como del mercado g<strong>en</strong>eranuna igualdad simbólica <strong>en</strong>tre los individuos que debe ser acompañada y reforzadapor las políticas públicas. Esa igualdad simbólica,“cuando es desprovista de esperanza o de recursos, conduce a conductas predatoriasy criminales (...) Pero esta misma igualdad simbólica de los ciudadanos eslo que los impulsa, <strong>en</strong> ciertas ocasiones, a exigir el respeto de la ley y <strong>en</strong> caso d<strong>en</strong>ecesidad, a buscar su def<strong>en</strong>sa a través del derecho. La primera conspira contra lacohesión social (...) La segunda apuntala la cohesión social, puesto que transmiteun suplem<strong>en</strong>to de confianza <strong>en</strong> las instituciones. El que prime, a término, una uotra de estas sinergias, dep<strong>en</strong>derá de la naturaleza del juego democrático quese afirmará <strong>en</strong> la región <strong>en</strong> las próximas décadas” (Sorj y Martucelli 2008, 167).Es, por tanto, deber del Estado hacerse cargo de esta realidad apremiante para millonesde ciudadanos <strong>en</strong> América Latina. La inseguridad y la viol<strong>en</strong>cia ciertam<strong>en</strong>te sonun efecto de la situación social que viv<strong>en</strong> miles de latinoamericanos, especialm<strong>en</strong>te jóv<strong>en</strong>es.Pero ellas son también causa de un deterioro significativo de la cohesión social.Sus consecu<strong>en</strong>cias pued<strong>en</strong> ser dramáticas si es que no se actúa a tiempo y efici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te.Y la simple represión policial no es el camino, como queda de manifiesto <strong>en</strong> lostextos que se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> este libro.Políticas públicas y seguridadLa relevancia de la seguridad y la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> América Latina han provocado que eltema cope la ag<strong>en</strong>da pública y que se erija como principal preocupación de los latinoamericanos,incluso más que otros aún p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la región, como el empleo, lapobreza, la educación o la desigualdad. Según muestran diversos estudios de opinión—como el LAPOP o el Latinobarómetro—, el tema de la inseguridad <strong>en</strong> la vida cotidianade las personas se ubica consist<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te al tope de la lista de preocupaciones de losciudadanos. Según ECOSOCIAL de CIEPLAN, el índice de temor <strong>en</strong> los siete países quecompon<strong>en</strong> la muestra bordea el 40%, mi<strong>en</strong>tras que más de un tercio de los <strong>en</strong>cuestadoslegitima la def<strong>en</strong>sa privada.Ahora bi<strong>en</strong>, la cobertura mediática del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o también contribuye <strong>en</strong> cómo losciudadanos percib<strong>en</strong> el peligro real. De esta forma, no es poco común pres<strong>en</strong>ciar altos16


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>: perspectiva introductorianiveles de temor <strong>en</strong> países que pose<strong>en</strong> bajos índices de criminalidad (comparativam<strong>en</strong>tehablando) o, como <strong>en</strong> el caso de Chile, cifras de alto temor contrastadas con cifras devictimización relativam<strong>en</strong>te estables. En el caso chil<strong>en</strong>o, el índice de Inseguridad subióde 41% a 53% <strong>en</strong>tre 2005 y 2009, mi<strong>en</strong>tras que el índice de Victimización bajó de 38%a 33%, según cifras de la Encuesta Nacional de Seguridad Ciudadana 2009.Todo ello ha perjudicado abordar de manera adecuada el tema desde las perspectivasde las políticas públicas. En efecto, es tal la gravedad y sobre todo la espectacularidaddel problema, que el votante exige a los políticos terminar pronto y de maneradrástica con la inseguridad. Para afrontar el tema de manera integral, sin embargo, laspolíticas públicas toman cierto tiempo <strong>en</strong> madurar. Además, como apunta Lucía Dammert<strong>en</strong> su trabajo <strong>en</strong> este volum<strong>en</strong>, no está disponible toda la información que serequiere ni exist<strong>en</strong> datos homologables para poder comparar la efectividad de las políticasde seguridad implem<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> cada país.Es muy común, por tanto, que prácticam<strong>en</strong>te todos los sectores políticos caigan <strong>en</strong>lo que Dammert d<strong>en</strong>omina “populismo p<strong>en</strong>al”, es decir, un discurso que prioriza medidascomunicacionales sin base <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia. Por lo g<strong>en</strong>eral, se trata de un discursoaltam<strong>en</strong>te punitivo, que conlleva alza de p<strong>en</strong>as y <strong>en</strong>carcelami<strong>en</strong>to (incluy<strong>en</strong>do a adolesc<strong>en</strong>tes,producto de sucesivas reformas legales), sin mayor preocupación por las consecu<strong>en</strong>ciasde dicha opción.El “populismo p<strong>en</strong>al” lleva a que las políticas públicas <strong>en</strong> materia de seguridad sec<strong>en</strong>tr<strong>en</strong> <strong>en</strong> las consecu<strong>en</strong>cias del delito y la sanción, antes que <strong>en</strong> las causas del delito yla viol<strong>en</strong>cia. Ello provoca que incluso, al preocuparse de las consecu<strong>en</strong>cias de delito, nose privilegi<strong>en</strong> las mejores alternativas de persecución y castigo. Como todo populismo,el “populismo p<strong>en</strong>al” s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te no escucha las recom<strong>en</strong>daciones de los expertos einsiste <strong>en</strong> repetir fórmulas que no han demostrado éxito, pero que sin embargo intuitivam<strong>en</strong>tepued<strong>en</strong> aparecer como necesarias. El mejor ejemplo es el alza de p<strong>en</strong>as.Con todo, creci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te ha ido g<strong>en</strong>erándose <strong>en</strong> la región una comunidad de estudiosacerca del tema. Más allá del “populismo p<strong>en</strong>al”, poco a poco <strong>en</strong> América Latina se hanido llevando a cabo algunas reformas de largo alcance para abordar algunas aristas deltema, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> materia de reformas judiciales y procesales y, <strong>en</strong> algunos casos,reformas <strong>en</strong> los servicios policiales. Asimismo, se ha g<strong>en</strong>erado una bu<strong>en</strong>a literatura ydatos empíricos acerca de algunos otros temas, como victimización, inseguridad, percepcionesdelictuales, costes económicos de la viol<strong>en</strong>cia, implicancias legales, <strong>en</strong>tre otros.Hay un aspecto que merece ser profundizado y hacerlo de manera comparada <strong>en</strong>la región. Se trata de los determinantes sociales del delito, es decir, estudiar aquellascondiciones sociales (edad, trabajo, estudio, empleo, movilidad, etc.) que hac<strong>en</strong> másproclive que un individuo caiga <strong>en</strong> los círculos delictuales.En resum<strong>en</strong>, este volum<strong>en</strong> habla de las diversas aristas que deb<strong>en</strong> considerarse a lahora de hablar de políticas públicas <strong>en</strong> materia de viol<strong>en</strong>cia y cohesión social. Claram<strong>en</strong>teasume una óptica multidisciplinaria y propone, <strong>en</strong> breve, que la política pública<strong>en</strong> materia de seguridad debe asumir una óptica multisectorial que, compr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>dola gravedad y urg<strong>en</strong>cia del problema, proponga medidas de mediano y largo plazo especialm<strong>en</strong>te<strong>en</strong> materia de determinantes sociales y territoriales. Solo de esa manera,creemos, se podrá <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o <strong>en</strong> su globalidad.17


Francisco Javier Díaz & Patricio MellerUna ag<strong>en</strong>da latinoamericana para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la viol<strong>en</strong>ciaLas propuestas de política pública que hac<strong>en</strong> los seis autores de este volum<strong>en</strong> se basan<strong>en</strong> ext<strong>en</strong>sos análisis de las diversas realidades que cada uno de ellos observa.Lucía Dammert, de Chile, comi<strong>en</strong>za con un llamado urg<strong>en</strong>te: <strong>en</strong> materia de políticaspúblicas acerca de seguridad es imprescindible que la clase política de la región pasedel discurso a la evid<strong>en</strong>cia. Como se señaló, el “populismo p<strong>en</strong>al” es fuerte <strong>en</strong> la regióne impide la formulación de políticas sobre bases serias y fundadas, pero sobre todo, políticasde mediano y largo plazo. La inmediatez de la seguridad (y su parafernalia mediática)s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te impulsa a los tomadores de decisión a tomar decisiones efectistas.Dammert sosti<strong>en</strong>e que, a pesar de los avances, aún no se produce la efectiva vinculaciónde las políticas de seguridad con las políticas de protección social. Hoy se reconoceque la prev<strong>en</strong>ción es primordial (aunque la respuesta práctica sea g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>tela represión). Pero traducir ese reconocimi<strong>en</strong>to a acciones específicas es lo que falta.Señala Dammert:“La seguridad debería salir de una ag<strong>en</strong>da c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la justicia criminal y avanzar<strong>en</strong> una ciudadanía social. Múltiples actores han mostrado que la seguridadimplica justicia social, mayores niveles de involucrami<strong>en</strong>to comunitario y solidaridad.Sin esos principios, no t<strong>en</strong>dremos seguridad, sino más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>cierro,protección y limitaciones”.Dammert pone especial ac<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el grave efecto de la delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el aum<strong>en</strong>tode la desconfianza personal e interpersonal <strong>en</strong> la región. Como bi<strong>en</strong> retrata despuésRicardo Córdova, este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o posee un <strong>en</strong>orme pot<strong>en</strong>cial disruptivo <strong>en</strong> la cohesiónsocial y la democracia <strong>en</strong> la región.A partir del detallado análisis de la situación del crim<strong>en</strong> <strong>en</strong> la región, Dammert sehace una pregunta fundam<strong>en</strong>tal, de la cual luego extrae lecciones y suger<strong>en</strong>cias de acción.¿Por qué aum<strong>en</strong>ta el delito? La respuesta es ciertam<strong>en</strong>te multifactorial, pero lasdeterminantes sociales juegan un rol fundam<strong>en</strong>tal, lo que se <strong>en</strong>trelaza muy certeram<strong>en</strong>tecon lo que Miguel Székely argum<strong>en</strong>ta acerca de los jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan,los llamados NiNis. Para Dammert, es claro que diversos factores sociales de riesgojuegan un rol importante <strong>en</strong> la probabilidad de increm<strong>en</strong>to de acciones delictuales, ylos <strong>en</strong>umera: limitada capacidad de apr<strong>en</strong>dizaje; habilidades sociales precarias, comoimpulsividad e hiperactividad; bajos ingresos; estilos de par<strong>en</strong>ting; viol<strong>en</strong>cia intrafamiliar;abusos de drogas y alcohol; poco compromiso con el proceso educativo; nulocontrol de pares; falta de recursos de apoyo comunitario; mala calidad y seguridad <strong>en</strong>los vecindarios; exclusión social.A partir de ello, la autora formula algunas propuestas como caminos de interv<strong>en</strong>ción,c<strong>en</strong>tradas básicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> políticas integrales de protección social. La educaciónse asoma como política fundam<strong>en</strong>tal, pero acompañada de interv<strong>en</strong>ciones a nivel comunitarioy barrial, junto a políticas de apoyo <strong>en</strong> la inserción laboral.De León Beltrán y Velásquez, de Colombia, escrib<strong>en</strong> sobre la viol<strong>en</strong>cia y crim<strong>en</strong> organizado,cómo ello afecta s<strong>en</strong>siblem<strong>en</strong>te la confianza interpersonal y, de esa forma, daña la18


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>: perspectiva introductoriacohesión social, para lo cual prove<strong>en</strong> un interesante análisis estadístico sobre la base delos datos de la ECOSOCIAL de CIEPLAN, que explora la relación <strong>en</strong>tre confianza y seguridad.Según los autores, las organizaciones criminales, y <strong>en</strong> especial aquellas relacionadascon el narcotráfico, son un factor desestabilizador de las sociedades; sobre todo cuandologran t<strong>en</strong>er control territorial total o parcial de zonas urbanas. Dicho control se logra tantopor medio de la coerción, como por la capacidad para ofrecer bi<strong>en</strong>es y servicios —comola seguridad— reemplazando al Estado, asociados a la regulación de la vida económicay social. Por lo mismo, sugier<strong>en</strong> los autores que una de las primeras tareas del Estado esrecuperar el control de esos territorios. Esa recuperación incluye tanto el control de lacoerción como la creación de una oferta institucional legal que sustituya a la ilegal.Luego del análisis, los autores pres<strong>en</strong>tan los casos de tres ciudades latinoamericanasde altos índices de criminalidad, donde se han int<strong>en</strong>tado diversas estrategiaspara retomar el control territorial, hasta <strong>en</strong>tonces alarmantem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> manos del crim<strong>en</strong>organizado. Se trata de Medellín, Río de Janeiro y Monterrey. Los autores sosti<strong>en</strong><strong>en</strong>que parte del éxito <strong>en</strong> la p<strong>en</strong>etración del crim<strong>en</strong> organizado reside <strong>en</strong> que fue capazde destruir el capital social exist<strong>en</strong>te antes de su irrupción, corrompi<strong>en</strong>do de paso aautoridades de gobierno, fuerzas policiales y judicatura.De León Beltrán y Velásquez propon<strong>en</strong>, sobre la base de experi<strong>en</strong>cias de interv<strong>en</strong>ción<strong>en</strong> estas tres ciudades, lograr urg<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te el control sobre el territorio, es decir,el básico monopolio del uso de la fuerza por parte del Estado. Pero, al mismo tiempo,ir combinando dicha acción de carácter de fuerza con acciones de integración social,parti<strong>en</strong>do de la base de que es fundam<strong>en</strong>tal reg<strong>en</strong>erar lazos de confianza al interior dela comunidad. La interv<strong>en</strong>ción social puede incluir: escuelas de alta calidad funcionaly arquitectónica, que se conviertan <strong>en</strong> el eje de la vida del barrio; c<strong>en</strong>tro de ofertas deservicios judiciales, para que los ciudadanos compr<strong>en</strong>dan cómo se resuelv<strong>en</strong> los conflictosde manera pacífica y legal; c<strong>en</strong>tros de empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to, para que los ciudadanosperciban al Estado interesado <strong>en</strong> darles apoyo <strong>en</strong> la creación de nuevos empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tosd<strong>en</strong>tro de la legalidad; c<strong>en</strong>tros financieros, para que las zonas interv<strong>en</strong>idas cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong>con una vida financiera legal perman<strong>en</strong>te; y programas de educación técnica y superior,para quitarle la mano de obra a las organizaciones criminales.De León Beltrán y Velásquez concluy<strong>en</strong> haci<strong>en</strong>do un llamado urg<strong>en</strong>te:“(...) la lucha contra el crim<strong>en</strong> se convierte <strong>en</strong> una línea de acción clave <strong>en</strong> promociónde la cohesión social. Si el control del crim<strong>en</strong> no se convierte <strong>en</strong> una prioridadde los Estados <strong>en</strong>tonces la democracia misma puede estar <strong>en</strong> riesgo comoconsecu<strong>en</strong>cia del apoyo masivo de la sociedad hacia las soluciones basadas <strong>en</strong> laautoridad o, lo que es peor, la sociedad puede apr<strong>en</strong>der a convivir con las organizacionesde bandidos que regulan la oferta de bi<strong>en</strong>es y servicios <strong>en</strong> el barrio”.Ricardo Córdova, de El Salvador, <strong>en</strong>trega una valiosísima panorámica y análisis dela viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> América C<strong>en</strong>tral, y cómo esta se relaciona con la estabilidad de la democracia.A partir del análisis de los datos que <strong>en</strong>trega el LAPOP para los países deGuatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, Córdova explora19


Francisco Javier Díaz & Patricio Mellerla hipótesis según la cual la viol<strong>en</strong>cia criminal y la inseguridad están impactando elapoyo a la democracia, la confianza interpersonal, así como los niveles de confianzainstitucional, contribuy<strong>en</strong>do a la erosión de los jóv<strong>en</strong>es sistemas democráticos de laregión c<strong>en</strong>troamericana.Los datos que pres<strong>en</strong>ta el autor son muy decidores respecto de una región seriam<strong>en</strong>teafectada por el crim<strong>en</strong>. Hay difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre los países del “Triángulo Norte”(El Salvador, Honduras y Guatemala) y los restantes (Nicaragua, Costa Rica y Panamá).A decir verdad, la situación de viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el Triángulo parece estar desbocada. Estog<strong>en</strong>era condiciones de escasa confianza interpersonal e institucional <strong>en</strong> toda la región.El grave problema a la hora de formular políticas públicas es que se ha minado laconfianza <strong>en</strong> el gobierno. Por <strong>en</strong>de, parte del esfuerzo debe ori<strong>en</strong>tarse a restablecerla, ag<strong>en</strong>erar lealtad <strong>en</strong> la ciudadanía. Para ello, la participación de la comunidad puede seruna solución. Concluye Córdova:“En esta perspectiva, un riesgo para las jóv<strong>en</strong>es democracias c<strong>en</strong>troamericanases que, por desesperación fr<strong>en</strong>te a la problemática de la viol<strong>en</strong>cia y la delincu<strong>en</strong>cia,continúe aum<strong>en</strong>tando el apoyo ciudadano a medidas autoritarias,aunado a un debilitami<strong>en</strong>to de la confianza ciudadana <strong>en</strong> las instituciones deseguridad y justicia”.Miguel Székely, por su parte, determinó la relevancia que ti<strong>en</strong>e el segm<strong>en</strong>to de losjóv<strong>en</strong>es de <strong>en</strong>tre 15 y 18 años (o <strong>en</strong> una definición más amplia, <strong>en</strong>tre 15 y 25), pero que,por diversas razones de marginación, no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran adscritos al sistema escolar nid<strong>en</strong>tro del mercado laboral, los llamados NiNis. Ese segm<strong>en</strong>to —alrededor de 9 millonesde jóv<strong>en</strong>es—, asociado a condiciones de marginalidad y segregación territorial, esaltam<strong>en</strong>te prop<strong>en</strong>so a caer <strong>en</strong> el circuito de la viol<strong>en</strong>cia. Hasta ahora, ellos no han sidoobjeto prioritario de las políticas públicas.El autor considera cuatro temas de políticas vinculadas a los NiNi: Primero, las interv<strong>en</strong>cionestempranas, aplicadas hasta ahora <strong>en</strong> América Latina, no han sido consideradascomo parte relevante de las políticas nacionales para los jóv<strong>en</strong>es. A esterespecto, Heckman (2007) ha sost<strong>en</strong>ido reiteradam<strong>en</strong>te que la inversión <strong>en</strong> capital humanoa edades tempranas permite increm<strong>en</strong>tar considerablem<strong>en</strong>te los apr<strong>en</strong>dizajes,la productividad y la sociabilidad <strong>en</strong> el futuro 7 . No es posible acceder posteriorm<strong>en</strong>tea determinados niveles de apr<strong>en</strong>dizaje si antes —<strong>en</strong> la niñez— no se han desarrolladocapacidades básicas. Por otra parte, un <strong>en</strong>torno de viol<strong>en</strong>cia y precariedad llevan apatrones de personalidad vulnerables y más prop<strong>en</strong>sos a actividades delictivas, a la depresióny a m<strong>en</strong>or capacidad para interactuar con otros y ser partícipes de la sociedad.En resum<strong>en</strong>, aum<strong>en</strong>ta la probabilidad de pert<strong>en</strong>ecer al grupo NiNi. Al respecto, Dante7Durante el proceso de maduración cerebral, el apr<strong>en</strong>dizaje y las conexiones neuronales que conlleva, promuev<strong>en</strong>el balance químico <strong>en</strong> el cerebro humano que da lugar a apr<strong>en</strong>dizajes sucesivos por medio de nuevas interconexiones,<strong>en</strong> donde la precondición para acceder a un nivel mayor y más complejo de razonami<strong>en</strong>to está totalm<strong>en</strong>te condicionadoal paso por niveles previos. El desarrollar este tipo de interconexiones <strong>en</strong> edades tempranas posibilitala probabilidad de sinapsis <strong>en</strong> el futuro. Ver refer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> el artículo de Székely.20


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>: perspectiva introductoriaContreras, Amaranta Alfaro y Paulina Sepúlveda, de Chile, coincid<strong>en</strong> <strong>en</strong> su artículo conel planteami<strong>en</strong>to de Miguel Székely <strong>en</strong> cuanto a llevar adelante un profundo plan depolíticas integrales para la primera infancia. Los niños y niñas de América Latina nac<strong>en</strong>y viv<strong>en</strong> sus primeros años de vida bajo profundas desigualdades. La calidad de at<strong>en</strong>ciónque los niños de la región recib<strong>en</strong> de sus padres, cuidadores y profesores es muy heterogénea,dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do del estrato social del que prov<strong>en</strong>gan. En este s<strong>en</strong>tido, el accesoa un medio adecuado para desarrollarse determina que, desde su concepción, los niñosmás vulnerables se vean afectados negativam<strong>en</strong>te por su <strong>en</strong>torno. Por esto, una de lasinterv<strong>en</strong>ciones con mayor r<strong>en</strong>tabilidad social para aum<strong>en</strong>tar la igualdad de oportunidades<strong>en</strong> la población debiera darse a través de la implem<strong>en</strong>tación de programas integralesde primera infancia, que contempl<strong>en</strong> políticas de educación, salud y nutrición <strong>en</strong> losprimeros años de vida de los niños. Políticas integrales dirigidas a la primera infanciaayudarían a prev<strong>en</strong>ir daños irremediables que pued<strong>en</strong> ocurrir <strong>en</strong> esta etapa de la vidade los individuos, como resultado de falta de cuidado adecuado o car<strong>en</strong>cias nutricionales.Una pregunta obvia formulada por Székely es: ¿por qué no se han priorizado laspolíticas de interv<strong>en</strong>ción temprana <strong>en</strong> los grupos vulnerables <strong>en</strong> América Latina? Unarespuesta plausible es que la lógica de las políticas públicas <strong>en</strong> la región g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>tees reactiva ante la situación coyuntural; las acciones de prev<strong>en</strong>ción sólo ti<strong>en</strong><strong>en</strong> resultados<strong>en</strong> el largo plazo y, por lo tanto no son políticam<strong>en</strong>te r<strong>en</strong>tables <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te.El segundo tema de políticas para los jóv<strong>en</strong>es NiNi, según Székely, es la educación.En este caso es necesario dotar a los colegios de mecanismos y recursos para evitarla deserción; los colegios ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que constituir un espacio <strong>en</strong> donde los jóv<strong>en</strong>es estudiantes,particularm<strong>en</strong>te los proced<strong>en</strong>tes de ambi<strong>en</strong>tes más vulnerables, <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong>respuestas y at<strong>en</strong>ción a su problemática. Los colegiales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que percibir que la finalizaciónde los estudios de educación media les proporciona alternativas futuras muchomejores que la deserción.Para que lo anterior t<strong>en</strong>ga viabilidad, Székely <strong>en</strong>fatiza el tercer tema de políticas:los programas específicos para facilitar el tránsito al mundo laboral. A este respecto, sepropone acciones de política con énfasis <strong>en</strong> los mercados de información, la creación deprogramas de pasantía y el mayor acceso a capacitación para el trabajo a los jóv<strong>en</strong>es.Finalm<strong>en</strong>te, Székely postula que, para t<strong>en</strong>er una política integral y articulada deat<strong>en</strong>ción a la población NiNi, se requiere una institucionalidad específica focalizada<strong>en</strong> las políticas de juv<strong>en</strong>tud. De esta manera, habría una asignación clara y explícitade responsabilidades para at<strong>en</strong>der el tema <strong>en</strong> cuestión. Además, la política públicacontaría con tres atribuciones altam<strong>en</strong>te deseables y complem<strong>en</strong>tarias <strong>en</strong>tre sí: continuidad,efici<strong>en</strong>cia y eficacia. Esto solo existe <strong>en</strong> dos países latinoamericanos (CostaRica y República Dominicana), que cu<strong>en</strong>tan con instituciones de at<strong>en</strong>ción a la juv<strong>en</strong>tuda nivel ministerial.Dante Contreras, Amaranta Alfaro y Paulina Sepúlveda plantean <strong>en</strong> su artículo queel <strong>en</strong>torno <strong>en</strong> que se desarrollan los individuos frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te es uno de los factoresolvidados <strong>en</strong> las políticas públicas. Para un desarrollo integral de las personas, no solose requiere mayor acceso a salud, educación o empleo, sino que se necesita, también,de espacios que permitan a los individuos otro tipo de interacciones sociales, como parques,áreas verdes e instalaciones recreativas y deportivas. Estos espacios públicos pue-21


Francisco Javier Díaz & Patricio Mellerd<strong>en</strong> servir como mecanismos integradores donde individuos de difer<strong>en</strong>tes característicaspued<strong>en</strong> interactuar, comp<strong>en</strong>sando la segregación que produc<strong>en</strong> la salud y la educación.Exist<strong>en</strong> casos exitosos <strong>en</strong> América Latina que han logrado g<strong>en</strong>erar espacios de integraciónciudadana, desarrollo educativo y cultural. Contreras et al. examinan el casode los “Parques Biblioteca” implem<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> la ciudad de Medellín, Colombia. Estosespacios cu<strong>en</strong>tan con áreas destinadas al conocimi<strong>en</strong>to, la cultura y el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro ciudadano,tales como salas de lectura e internet para niños y adultos, c<strong>en</strong>tros de desarrolloempresarial, ludoteca, talleres de capacitación, teatro, escuela de música, sala de exposiciones,locales comerciales, cafeterías, estacionami<strong>en</strong>tos, zonas verdes y recreativas.Los “Parques Biblioteca” se han convertido no solo <strong>en</strong> c<strong>en</strong>tros de consulta, sino también<strong>en</strong> puntos de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro de las comunidades vecinas.En breve, Dante et al. <strong>en</strong>fatizan que es necesario impulsar políticas públicas quelogr<strong>en</strong> una mayor integración social, a través de la interacción <strong>en</strong> espacios públicos<strong>en</strong>tre individuos de distintas realidades socioeconómicas para lograr una mayor cohesiónsocial.Un segundo foco de políticas públicas sugerido por el artículo de Dante et al. se conc<strong>en</strong>tra<strong>en</strong> las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC). Según los autores,estas g<strong>en</strong>eran nuevas formas de inclusión e integración ciudadana que vale la p<strong>en</strong>aconsiderar al analizar las nuevas dinámicas de la cohesión social. La introducción de lasTIC ha desplazado los movimi<strong>en</strong>tos sociales basados <strong>en</strong> estructuras políticas y piramidales,dando paso a agrupaciones ciudadanas sin orig<strong>en</strong> político, desc<strong>en</strong>tralizadas, sinjerarquías y con estructuras horizontales, que compart<strong>en</strong> tópicos de interés comunes.Como contrapartida, aquellos sectores excluidos de las TIC experim<strong>en</strong>tan un shocknegativo sobre las compet<strong>en</strong>cias y habilidades requeridas <strong>en</strong> el actual mundo laboral,cuyo resultado final puede llegar a ser la exclusión de facto del mercado del trabajo.Exist<strong>en</strong> algunas políticas públicas ori<strong>en</strong>tadas a reducir esta brecha digital, como sonlos programas “Fundación Infoc<strong>en</strong>tro” <strong>en</strong> V<strong>en</strong>ezuela, “El Encu<strong>en</strong>tro” y “BiblioRedes” <strong>en</strong>Chile, o Caso “G<strong>en</strong>da da Terra” <strong>en</strong> Brasil, los que constituy<strong>en</strong> experi<strong>en</strong>cias positivas deintroducción de las TIC a las comunidades a través de c<strong>en</strong>tros de acceso.Pero las TIC desempeñan adicionalm<strong>en</strong>te el rol de conectar a las personas con laglobalización, haciéndolas partícipes de la cultura y el mundo que nos rodea. Además,plataformas como Twitter y Facebook han logrado vincular a millones de personas conun interés común, reduci<strong>en</strong>do a cero la distancia geográfica. Gracias a las nuevas plataformasde comunicación, grupos de personas que vivían casi <strong>en</strong> el anonimato han sidoescuchados y han aum<strong>en</strong>tado su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da pública y <strong>en</strong> los medios tradicionales,alcanzado una visibilidad y un empoderami<strong>en</strong>to que antes eran prácticam<strong>en</strong>teimposibles. De esta manera, las TIC ofrec<strong>en</strong> a los participantes un esc<strong>en</strong>ario ideal paraexperim<strong>en</strong>tar con la afiliación y el empoderami<strong>en</strong>to ciudadano, ayudando así a la profundizaciónde la democracia y a la cohesión social.Contreras et al. concluy<strong>en</strong> que el quiebre de la barrera geográfica y temporal, la interaccióndirecta de los participantes, la expresión libre sin jerarquías, la posibilidad de<strong>en</strong>contrar pares con objetivos e intereses comunes de forma rápida, además de la posibilidadde eliminar las asimetrías de información <strong>en</strong>tre los usuarios, convierte a las TIC<strong>en</strong> un mecanismo único <strong>en</strong> su clase, capaz de g<strong>en</strong>erar mayores niveles de participación22


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>: perspectiva introductoriaciudadana, repres<strong>en</strong>tando una oportunidad sin preced<strong>en</strong>tes para aum<strong>en</strong>tar la cohesiónsocial y el s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia.A nuestro juicio, es efectivo que las TIC g<strong>en</strong>eran una mayor interacción con el mundocultural global y que ellas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el pot<strong>en</strong>cial de comunicar y provocar interacción <strong>en</strong>tregrupos de personas con intereses similares. Sin embargo, las alertas son muchas. Comose revisó preced<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, la modernidad plantea <strong>en</strong>ormes desafíos a la cohesión social,al alterar las bases tradicionales de confianzas, jerarquías, división de laboresy formas de pert<strong>en</strong>ecer a la sociedad. Si ya la economía de mercado y la democraciag<strong>en</strong>eran <strong>en</strong>ormes mutaciones <strong>en</strong> aquella sociedad tradicional, donde la igualdad simbólicade los individuos choca brutalm<strong>en</strong>te con la realidad, el pot<strong>en</strong>cial de cambio delas TIC es similar o mayor. ¿Qué tipo de nuevas asociaciones g<strong>en</strong>erarán? ¿Logrará crears<strong>en</strong>tidos comunes de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia y solidaridad <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es participan de ellas? Por lopronto, el Estado ya sabe que ti<strong>en</strong>e un desafío: la brecha digital se está transformando,aceleradam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> una nueva brecha social.Claudia Serrano y Félix Modrego, de Chile, focalizan su artículo <strong>en</strong> el rol desempeñadopor el territorio <strong>en</strong> la cohesión social. A su juicio, este es especialm<strong>en</strong>te relevantedesde la perspectiva de la cohesión social, puesto que captura y conti<strong>en</strong>e la experi<strong>en</strong>ciacotidiana y la subjetividad de los individuos. Señalan:“Allí viv<strong>en</strong> y trabajan, desarrollan sus proyectos, elaboran sus experi<strong>en</strong>cias pasadasy concib<strong>en</strong> sus perspectivas de futuro. Allí prosperan, logran sacar adelantepequeños y grandes proyectos o, por el contrario, fracasan <strong>en</strong> sus int<strong>en</strong>tos o simplem<strong>en</strong>t<strong>en</strong>o llegan a imaginar que pued<strong>en</strong> empr<strong>en</strong>der nuevos cursos de acción.En el territorio cobran s<strong>en</strong>tido las estructuras y las instituciones: están los recursos,las normas, las ag<strong>en</strong>cias, los actores. En el territorio se realiza la experi<strong>en</strong>ciade formar parte, pert<strong>en</strong>ecer y ser miembro de una comunidad de ciudadanos. Allíse practican los códigos y atributos de esa membrecía, se es visto, reconocido yapreciado, se comprueba estar inserto <strong>en</strong> dinámicas que g<strong>en</strong>eran valor, contarcon vínculos que construy<strong>en</strong> redes y desarrollar hábitos que retroalim<strong>en</strong>tan <strong>en</strong>forma conflictiva y creativa el ord<strong>en</strong> social del cual se forma parte o, al revés, seexperim<strong>en</strong>tan la exclusión, el bloqueo y los límites”.En consecu<strong>en</strong>cia, argum<strong>en</strong>tan Serrano y Modrego, la política territorial puede colaborarpara mejorar el desempeño de ext<strong>en</strong>sas zonas de América Latina que están excluidastotal o parcialm<strong>en</strong>te de las dinámicas de desarrollo económico e inclusión social.La evid<strong>en</strong>cia empírica muestra que todos los países de la región pres<strong>en</strong>tan grandesdisparidades territoriales <strong>en</strong> los niveles de desarrollo y bi<strong>en</strong>estar. Las brechas medidasa través del PIB/cápita muestran difer<strong>en</strong>ciales de 6 a 9 veces para México y Brasil respectivam<strong>en</strong>te,<strong>en</strong>tre la región más rica y la más pobre. Esta brecha es muy inferior a lade países europeos como, por ejemplo, Holanda (1,3 veces) o Italia (2,4 veces).Además, la inequidad territorial se <strong>en</strong>tremezcla <strong>en</strong> muchos contextos con otras formasde desigualdad social. Un ejemplo de ello son las desigualdades raciales, para locual Serrano y Modrego proporcionan evid<strong>en</strong>cia para Colombia y Perú.23


Francisco Javier Díaz & Patricio MellerSerrano y Modrego argum<strong>en</strong>tan que las políticas de cohesión social surgieron <strong>en</strong>Europa como políticas territoriales estimuladas por un proyecto común que buscó disminuirbrechas <strong>en</strong>tre países, regiones y territorios, pot<strong>en</strong>ciando el desarrollo y la inclusiónsocial. Este <strong>en</strong>foque no se observa <strong>en</strong> América Latina, por cuanto no hay “unaauténtica convicción sobre el pot<strong>en</strong>cial transformador de los territorios”. P<strong>en</strong>sar territorialm<strong>en</strong>teel desarrollo requiere, según Serrano y Modrego, poner at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> tresejes: (a) políticas nacionales de cohesión territorial, (b) profundización de los procesosde desc<strong>en</strong>tralización y gobernanza; y (c) despliegue de la política territorial.Una política nacional de cohesión territorial incluye 3 elem<strong>en</strong>tos complem<strong>en</strong>tarios:(i) Pactos de ciudadanía (que son acuerdos políticos y sociales a los que concurre lasociedad para establecer las bases sobre las que desea construir y regular su conviv<strong>en</strong>cia);(ii) Fondos de cohesión territorial; y (iii) Modificación del diseño y gestión de laspolíticas públicas para que t<strong>en</strong>gan “conci<strong>en</strong>cia territorial”.La profundización de los procesos de desc<strong>en</strong>tralización y gobernanza requier<strong>en</strong> clarificary fortalecer el proceso de traspaso de compet<strong>en</strong>cias hacia los gobiernos regionales,dotar a los mismos de bases de financiami<strong>en</strong>to sólidas, y optimizar las capacidadeshumanas, técnicas y profesionales. El despliegue de la política territorial incluye (i) unaidea de futuro y un proyecto compartido, (ii) un sistema de gobernanza multinivel conacuerdos y compromisos concretos mediante un sistema de contratos, (iii) la definiciónde objetivos y metas concretas y medibles.En resum<strong>en</strong>, para Serrano y Modrego el factor decisivo para la implem<strong>en</strong>tación y eléxito de todas estas propuestas son “las personas; la disposición a empr<strong>en</strong>der y colaborar,la capacidad de apr<strong>en</strong>der e innovar, la habilidad para operar <strong>en</strong> redes, construirespacios de concertación y conjugar la compet<strong>en</strong>cia y la cooperación. Estas dinámicasse refuerzan cuando se g<strong>en</strong>eran coaliciones de actores territoriales de desarrollo capacesde acordar un proyecto territorial”.A nuestro juicio, la integración territorial y la desc<strong>en</strong>tralización de las decisionesconstituy<strong>en</strong> prerrequisitos para el desarrollo de las diversas regiones. Sin embargo,puede que las regiones con más recursos logr<strong>en</strong> distanciarse aun más de las regionesmás pobres. ¿Cuáles son las políticas, mecanismos e inc<strong>en</strong>tivos para que haya una mayortransfer<strong>en</strong>cia hacia las regiones más atrasadas? Se requiere mucho más que <strong>en</strong>unciaruna política de cohesión territorial.Por otra parte, la solución microeconómica ortodoxa que señala que qui<strong>en</strong>es se consider<strong>en</strong>excluidos por vivir <strong>en</strong> zonas precarias debieran migrar de ahí (el argum<strong>en</strong>to de“votar con los pies”), puede que resuelva el problema a nivel individual, pero no lo hacea nivel social. Políticas territoriales y estrategias de desarrollo regional apuntan al problemasocial g<strong>en</strong>eral. Si estas fueran exitosas lograrían aum<strong>en</strong>tar la cohesión a nivel regional.La disminución de desigualdades a nivel interregional es condición necesaria,pero no sufici<strong>en</strong>te, para g<strong>en</strong>erar cohesión social. Un conjunto de regiones que ha logradomayor cohesión intrarregional no se traduce automáticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un aum<strong>en</strong>to de la cohesiónsocial a nivel nacional; pero, por lo m<strong>en</strong>os, señala un avance <strong>en</strong> la dirección correcta.En síntesis, puede haber una retroalim<strong>en</strong>tación positiva o negativa <strong>en</strong>tre cohesiónsocial y viol<strong>en</strong>cia. Un mayor grado de cohesión social ayuda a reducir la viol<strong>en</strong>cia y estopuede estimular un círculo virtuoso que se refuerza positivam<strong>en</strong>te. Por otro lado, el in-24


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>: perspectiva introductoriacrem<strong>en</strong>to de la viol<strong>en</strong>cia debilita las bases de la cohesión social; <strong>en</strong> este caso, existe elpeligro de un círculo vicioso que se autoalim<strong>en</strong>ta y que resulta cada vez más complejode erradicar.Para maximizar la probabilidad de ocurr<strong>en</strong>cia del círculo virtuoso, a nuestro juicio,hay que sustituir el <strong>en</strong>foque conv<strong>en</strong>cional de “más represión y mayores castigos”. Estaha fracasado como solución de fondo al problema de la viol<strong>en</strong>cia. Reiteramos que lapolítica pública <strong>en</strong> materia de seguridad requiere adoptar una óptica multisectorialque incluya medidas de mediano y largo plazo <strong>en</strong> factores asociados a determinantessociales y territoriales. De todo ello hablan los autores <strong>en</strong> este libro.25


Inseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social: ¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?INSEGURIDAD, CRIMEN Y COHESIÓN SOCIAL:¿ES POSIBLE PASAR DEL DISCURSO A LA EVIDENCIA?Lucía DammertIntroducciónEl increm<strong>en</strong>to de la inseguridad <strong>en</strong> América Latina es uno de los problemas socialesmás graves de las últimas décadas. Sin embargo, la respuesta pública basada <strong>en</strong> laalarma gubernam<strong>en</strong>tal y la inmediatez <strong>en</strong> las políticas que ha existido desde iniciosde los años nov<strong>en</strong>ta, no ha t<strong>en</strong>ido bu<strong>en</strong>os resultados. Por el contrario, dos décadasdespués, la situación es bastante peor <strong>en</strong> prácticam<strong>en</strong>te todos los países de la región,la institucionalidad gubernam<strong>en</strong>tal no se ha fortalecido, y las políticas públicas sigu<strong>en</strong>dictándose <strong>en</strong> base a la fama de modelos supuestam<strong>en</strong>te exitosos o, peor aún, <strong>en</strong> basea la simple intuición (Dammert, Ruz y Salazar, 2008).Hay que reconocer que los avances no son pocos. En primer lugar, la dicotomía <strong>en</strong>treprev<strong>en</strong>ción y control como medidas de interv<strong>en</strong>ción ha sido dejada de lado. Los gobiernosde distinto tinte político reconoc<strong>en</strong> la necesidad de avanzar <strong>en</strong> una propuesta multidim<strong>en</strong>sionalque involucre medidas <strong>en</strong> todos los fr<strong>en</strong>tes. En segundo lugar, la policíaes <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como un recurso importante, pero no el único. Hoy se reconoce la relevanciade contar con un sistema de justicia de calidad, a la vez que se toma conci<strong>en</strong>cia dela urg<strong>en</strong>cia de dar solución a un sistema p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciario que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> crisis. Paraambas cosas, se requiere de una voluntad política perman<strong>en</strong>te. En tercer lugar, exist<strong>en</strong>nuevos actores que juegan roles importantes, con limitada definición por ahora, perosin duda con un creci<strong>en</strong>te poder de acción: gobiernos locales y ciudadanía. Finalm<strong>en</strong>te,<strong>en</strong> algunos países la g<strong>en</strong>eración de iniciativas y políticas públicas se <strong>en</strong>marca <strong>en</strong> unproceso de seriedad y rigurosidad, que incluye sistemas de medición y evaluación, diseñosparticipativos e intersectoriales, y consolidación de experticias.El camino hacia la consolidación de un marco de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to del problema, basado<strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia que permita mejorar la toma de decisiones, es largo y difícil. A pesar delos avances señalados, el tema criminal sigue si<strong>en</strong>do visto principalm<strong>en</strong>te como un hechopolicial, y sin duda falta hacer el link con los temas de protección social (Torr<strong>en</strong>te,2008). La seguridad debería salir de una ag<strong>en</strong>da c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la justicia criminal y avanzar<strong>en</strong> una ciudadanía social. Múltiples actores han mostrado que la seguridad implicajusticia social, mayores niveles de involucrami<strong>en</strong>to comunitario y solidaridad. Sin esosprincipios, no t<strong>en</strong>dremos seguridad, sino más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>cierro, protección y limitaciones.El objetivo de este trabajo es avanzar <strong>en</strong> la mirada teórica y práctica sobe la ag<strong>en</strong>dade seguridad <strong>en</strong> el marco del concepto de la cohesión social. Tarea especialm<strong>en</strong>te complejadebido a que ambos son conceptos múltiples, que implican niveles de tolerancia,aceptación y expectativas diversas (Torr<strong>en</strong>te, 2008). La dificultad <strong>en</strong> su definición haceque estos conceptos sean utilizados más como framing concepts que como un conceptoque pueda o deba ser contrastado empíricam<strong>en</strong>te (Sorj y Tironi, 2007). Así <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido,lo que se busca es definir un claro patrón de análisis que reconozca la seguridad comouno de los elem<strong>en</strong>tos fundantes de la cohesión social, que establezca los múltiples27


Inseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social: ¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?(OMS-OPS, 2003), con tasas de homicidio que prácticam<strong>en</strong>te triplicaban el promediomundial, y con países donde la magnitud se <strong>en</strong>contraba totalm<strong>en</strong>te fuera de los márg<strong>en</strong>esde comparabilidad internacional.Si bi<strong>en</strong> se trata de una herrami<strong>en</strong>ta importante, la tasa de homicidios permite másbi<strong>en</strong> id<strong>en</strong>tificar aquellos contextos donde la viol<strong>en</strong>cia ha llegado a los extremos deutilización cotidiana. G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se vincula a la pres<strong>en</strong>cia de un mercado formale informal de armas de relevancia, así como a un posible increm<strong>en</strong>to de la pres<strong>en</strong>ciadel crim<strong>en</strong> organizado. En esta comparación, países como Chile, Arg<strong>en</strong>tina y Uruguaypres<strong>en</strong>tan niveles similares a múltiples países desarrollados, e incluso m<strong>en</strong>ores queprincipales ciudades de los Estados Unidos.Pero la inseguridad no hace alusión solo a homicidios. Esta afirmación se ratifica alcomparar los niveles de victimización g<strong>en</strong>eral (por todo tipo de delito) con las tasas dehomicidios. Como se puede ver <strong>en</strong> el Gráfico 1, los porc<strong>en</strong>tajes de población que dijohaber sido víctima de un delito <strong>en</strong> aquellos países con bajas tasas de homicidio sonsignificativos. Así, los países m<strong>en</strong>cionados anteriorm<strong>en</strong>te como seguros (Chile, Arg<strong>en</strong>tinay Uruguay), pres<strong>en</strong>tan una problemática de delitos m<strong>en</strong>os viol<strong>en</strong>tos, pero de altoimpacto social.Gráfico 1. Victimización y homicidios, América Latina 2010VictimizaciónHomicidio6050403020100Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas (2010).La información del Gráfico 1 g<strong>en</strong>era más interrogantes que certezas, pues evid<strong>en</strong>ciaque los niveles de victimización <strong>en</strong> países considerados muy inseguros (Honduras,Guatemala y V<strong>en</strong>ezuela) son m<strong>en</strong>ores que aquellos tradicionalm<strong>en</strong>te reconocidos comoseguros. Lo anterior permite poner <strong>en</strong> duda la descripción g<strong>en</strong>eralista del problema yavanza <strong>en</strong> la necesidad de id<strong>en</strong>tificar las diversas aristas de su multidim<strong>en</strong>sionalidad.29


Lucía DammertAlgunas posibles hipótesis de explicación se vinculan con la conc<strong>en</strong>tración territorialdel homicidio c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> la relación con el tráfico de drogas y, por tanto, nopermea necesariam<strong>en</strong>te la distribución delictual de un territorio. Este resultado es contraintuitivo,ya que la literatura ha considerado la alternativa de articulación delictual,es decir, de una vinculación <strong>en</strong>tre aquellos que comet<strong>en</strong> homicidios con un espacio yambi<strong>en</strong>te que favorece el desarrollo de actividades criminales varias.Una segunda hipótesis vincula esta situación con las expectativas de lo que es consideradocriminal. Así, por ejemplo, <strong>en</strong> algunos contextos viol<strong>en</strong>tos ocurr<strong>en</strong> algunos hechosm<strong>en</strong>ores que no son considerados como delitos y, por <strong>en</strong>de, el registro de victimizacióndisminuye. En cambio, <strong>en</strong> los países con m<strong>en</strong>ores niveles de viol<strong>en</strong>cia, cualquierhecho delictual es tomado <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta como un problema y una victimización a recordary reconocer.Con todo, ninguna de estas hipótesis ha sido comprobada, lo que demuestra la necesidadde avanzar <strong>en</strong> estudios más detallados de corte cuantitativo y cualitativo parag<strong>en</strong>erar un mejor diagnóstico regional y nacional.Heterog<strong>en</strong>eidad <strong>en</strong> la perspectiva subregionalSi bi<strong>en</strong> es posible afirmar que la pres<strong>en</strong>cia del crim<strong>en</strong> organizado es creci<strong>en</strong>te <strong>en</strong>la región (especialm<strong>en</strong>te vinculada con los tráficos de drogas, armas y personas), laproblemática del delito ti<strong>en</strong>e algunos elem<strong>en</strong>tos subregionales que requier<strong>en</strong> ser considerados.En primer lugar, México y C<strong>en</strong>tro América <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> la actualidad unacrítica situación <strong>en</strong> cuanto p<strong>en</strong>etración del crim<strong>en</strong> organizado, así como una ac<strong>en</strong>tuadapres<strong>en</strong>cia de delitos cotidianos llevados a cabo principalm<strong>en</strong>te por pandillas juv<strong>en</strong>iles—“maras” <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica o grupos delictuales semiarticulados <strong>en</strong> México— (Gómezy Fritz, 2005; Koonings y Kruijt, 1999; Kliksberg, 2007). La pres<strong>en</strong>cia perman<strong>en</strong>te deinformación de ejecuciones, <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos con las policías y rivalidades <strong>en</strong>tre cartelesque buscan el control del tráfico de drogas hacia Estados Unidos, es evid<strong>en</strong>cia sufici<strong>en</strong>tede una industria del delito consolidada y de difícil <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to (Fernández yRonquillo, 2006). La situación <strong>en</strong> el Caribe no es mucho mejor; de hecho, países comoJamaica y República Dominicana experim<strong>en</strong>tan altas tasas de victimización y homicidio,así como una pres<strong>en</strong>cia del narcotráfico <strong>en</strong> aum<strong>en</strong>to 2 .Los países andinos, si bi<strong>en</strong> productores de más del 90 por ci<strong>en</strong>to de la cocaína delmundo 3 , pres<strong>en</strong>tan m<strong>en</strong>ores niveles de homicidios y <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos debido al controldel crim<strong>en</strong> organizado. Salvo el caso colombiano, donde décadas de viol<strong>en</strong>cia políticay criminal dibujan un paisaje bastante particular <strong>en</strong> la región, <strong>en</strong> los países andinos ladelincu<strong>en</strong>cia cotidiana afecta a los ciudadanos, pero con m<strong>en</strong>or uso de viol<strong>en</strong>cia. Cabedestacar que V<strong>en</strong>ezuela es un caso de excepción, debido a la limitada transpar<strong>en</strong>cia dela información delictual de los últimos años. En efecto, diversos organismos han de-2Para mayor detalle, ver Banco Mundial (2007).3Para mayor detalle, ver Informes Mundiales de Droga (UNODC). Disponibles <strong>en</strong> http://www.unodc.org/unodc/data-and-analysis/WDR.html.30


Inseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social: ¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?nunciado la crisis de la seguridad v<strong>en</strong>ezolana, el aum<strong>en</strong>to de los delitos y la s<strong>en</strong>sacióng<strong>en</strong>eral de inseguridad; todo ello sin respaldo de datos oficiales 4 .El Cono Sur pres<strong>en</strong>ta los m<strong>en</strong>ores niveles de homicidio de la región, pero creci<strong>en</strong>tesniveles de victimización, especialm<strong>en</strong>te contra la propiedad. Así, los robos de vehículosy casas se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> hechos cotidianos que despiertan inseguridad e indignación<strong>en</strong> los ciudadanos (Dammert y Arias, 2007). M<strong>en</strong>ción aparte merece Brasil, <strong>en</strong> cuyasprincipales ciudades se desarrollan organizaciones criminales de alta complejidad yarticulación, así como de reconocido control territorial 5 .Las situaciones descritas previam<strong>en</strong>te requier<strong>en</strong> de una respuesta estatal sólida,organizada y profesional. Lam<strong>en</strong>tablem<strong>en</strong>te, la realidad muestra lo opuesto, con institucionespoliciales p<strong>en</strong>etradas por la corrupción, limitada efici<strong>en</strong>cia y baja profesionalización6 . En los sistemas de justicia la situación no es mucho mejor. La s<strong>en</strong>saciónde impunidad vinculada con la inefectividad, l<strong>en</strong>titud y corrupción del sistema, no hapodido ser contrarrestada con los procesos de reforma del procedimi<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>al implem<strong>en</strong>tados<strong>en</strong> múltiples países de la región. El Gráfico 2 muestra que los niveles dedesconfianza han aum<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> muchos países que implem<strong>en</strong>taron parte del procesode reforma. En otros casos se evid<strong>en</strong>cia una disminución, pero instalándose aún <strong>en</strong>porc<strong>en</strong>tajes críticos.Gráfico 2. Desconfianza <strong>en</strong> la Justicia 1996-20101996 20109080706050403020100Fu<strong>en</strong>te: Latinobarómetro (2010).4En diversos espacios, el Banco Interamericano del Desarrollo, la Organización de los Estados Americanos y elBanco Mundial, <strong>en</strong>tre otros organismos multilaterales, han puesto énfasis <strong>en</strong> dicha problemática.5Para mayor detalle, ver: http://www.vivario.org.br/ y http://www2.forumseguranca.org.br/node/47996Sin duda las policías de Chile y Colombia son ejemplos de lo opuesto, con reconocimi<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eralizado por suprofesionalismo y baja tolerancia a la corrupción.31


Lucía DammertFinalm<strong>en</strong>te, el juego político respecto a las mejores formas de solucionar el problemano ha sido constructivo (Dammert, Ruz y Salazar, 2008). La car<strong>en</strong>cia de experi<strong>en</strong>ciay herrami<strong>en</strong>tas técnicas apropiadas, así como serias limitantes estructuralesde las instituciones <strong>en</strong>cargadas de la prev<strong>en</strong>ción y control del delito, tra<strong>en</strong> de la manoel crecimi<strong>en</strong>to del llamado “populismo p<strong>en</strong>al”. De esa forma, se g<strong>en</strong>eran ofertas depolítica pública con poco s<strong>en</strong>tido de efectividad (p<strong>en</strong>a de muerte, mayores castigos,construcción de más cárceles), las que a su vez polarizan <strong>en</strong>tre aquellos a favor de lasvíctimas y aquellos considerados garantistas (por <strong>en</strong>de, de mano blanda). Este debatepolítico ha estado pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> todas las conti<strong>en</strong>das electorales de los últimos años, condos efectos claros: por un lado, una banalización g<strong>en</strong>eralizada del tema y, por otro, lacar<strong>en</strong>cia de seguimi<strong>en</strong>to de las ofertas, ya que una vez que los candidatos acced<strong>en</strong> a laacción gubernam<strong>en</strong>tal, ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a reconocer la complejidad del problema y la necesidadde políticas de Estado para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarla.Un ejemplo de esta situación se vislumbra al analizar el tema de la viol<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.La respuesta directa a este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o ha sido el cambio de las leyes de responsabilidadadolesc<strong>en</strong>te, las que sistemáticam<strong>en</strong>te han disminuido la edad de imputabilidad p<strong>en</strong>al.Esta reforma legal, sin embargo, no ha traído los b<strong>en</strong>eficios esperados, dado que lainversión <strong>en</strong> mejores sistemas de prev<strong>en</strong>ción y rehabilitación ha sido mínima. Por elcontrario, <strong>en</strong> muchos casos el efecto ha sido increm<strong>en</strong>tar los niveles de viol<strong>en</strong>cia y fortalecercarreras criminales. La Tabla 1 muestra algunos de estos cambios, incluy<strong>en</strong>do elaño de publicación de las leyes pertin<strong>en</strong>tes.Tabla 1. Leyes promulgadas de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>ilPaísBarbadosLeyThe Laws of Barbados,Chapter 138Año depromulgaciónEdadProtecciónNormaInfracciónp<strong>en</strong>al1998 16 años ➡Bolivia Ley 2.026 1999 12 años ➡ ➡Chile Ley 20.084 2005 14 años ➡Colombia Ley 1.098 2006 14 años ➡ ➡Costa Rica Ley 7.576 1996 12 años ➡Guatemala Decreto 27-2003 2003 13 años ➡ ➡Panamá Ley 40 1999 14 años ➡Paraguay Ley 1.680/01 2001 14 años ➡ ➡RepúblicaDominicanaLey 136-06 2003 13 años ➡ ➡Perú Ley 27.337 2000 12 años ➡ ➡Uruguay Ley 17.823 2004 13 años ➡ ➡Fu<strong>en</strong>te: Dammert, Ruz y Salazar (2008).32


Lucía DammertEl temor ti<strong>en</strong>e impactos sociales y políticos profundos, que han sido analizados sololimitadam<strong>en</strong>te. El explosivo crecimi<strong>en</strong>to de la seguridad privada, que de forma transversalpone <strong>en</strong> jaque al monopolio del uso de la fuerza estatal, así como la relevancia delas instituciones formales de justicia, es una arista del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o. Dicha privatizaciónademás fortalece los procesos de fragm<strong>en</strong>tación socioterritorial que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan la mayoríade ciudades latinoamericanas y desarrolla una narrativa justificadora de la segregaciónsocial (Caldeira, 2003). De igual manera, la justicia <strong>en</strong> mano propia, caracterizadapor los linchami<strong>en</strong>tos, ocurre diariam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la región y se vincula con el temor y las<strong>en</strong>sación de desprotección (Godoy Snodgrass, 2006).¿Qué hacer? El diseño e implem<strong>en</strong>tación de políticas públicas destinadas a mejorarla s<strong>en</strong>sación de seguridad de la población han t<strong>en</strong>ido poco éxito <strong>en</strong> el mundo desarrollado.En América Latina, el resultado no ha sido muy distinto, pese al uso más retóricoy mediático de iniciativas vinculadas a impactar sobre la percepción ciudadana. Dehecho, la disminución de tasas de victimización no ti<strong>en</strong>e un directo impacto sobre eltemor, por lo que una firme mano gubernam<strong>en</strong>tal que <strong>en</strong>fatice <strong>en</strong> los avances aparececomo un elem<strong>en</strong>to clave, siempre y cuando se t<strong>en</strong>gan bu<strong>en</strong>as noticias para comunicar,lo que no ha sido la experi<strong>en</strong>cia latinoamericana <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral.2. ¿Cohesión desconfiada?Diversos actores han puesto énfasis <strong>en</strong> los múltiples atributos de la cohesión social.Más allá de las difer<strong>en</strong>cias, se podría afirmar que el cons<strong>en</strong>so de la literatura <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tralo sigui<strong>en</strong>te: s<strong>en</strong>tido de comunidad, oportunidades de vida similares, respeto por ladiversidad, confianza política y s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia (Wedlock, 2006). Estos atributosse vinculan con percepciones ciudadanas que, sin duda, se equiparan a posiblesexpectativas o deseos de cómo vivir mejor <strong>en</strong> comunidad. Así, por ejemplo, los nivelesde justicia social son <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didos de forma diversa por cada uno de los actores sociales,y los avances hacia la equidad no necesariam<strong>en</strong>te son recibidos con el mismo s<strong>en</strong>tidopositivo por todos.Un elem<strong>en</strong>to clave, que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra mezclado con todos y cada uno de los atributosm<strong>en</strong>cionados previam<strong>en</strong>te, es la confianza institucional e interpersonal. Sociedadesdonde prima la desconfianza no pued<strong>en</strong> desarrollar altos niveles de cohesión social;por el contrario, avanzan <strong>en</strong> la fragm<strong>en</strong>tación y estigmatización. De hecho, <strong>en</strong> un textoclásico sobre el tema, Uslaner (2000) expresó que la confianza era la “sopa de pollo dela vida social” y, por <strong>en</strong>de, países con altos niveles de confianza ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a t<strong>en</strong>er democraciasmás sólidas y economías más ricas.La vinculación con los niveles de crim<strong>en</strong> ha sido analizada por diversos autores,qui<strong>en</strong>es concuerdan <strong>en</strong> que g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te mayores niveles de confianza van de la mano,de m<strong>en</strong>ores niveles delictuales. Así, por ejemplo, <strong>en</strong> un estudio sobre Estados Unidos,se <strong>en</strong>contró que hay una positiva vinculación <strong>en</strong>tre niveles de confianza social y tasasde homicidio (Messner, Baumer y Ros<strong>en</strong>feld, 2004). En un estudio comparado de regioneselaborado por el C<strong>en</strong>tro de Investigación Pew 7 , se mostró que países con mayores7Ver http://pewresearch.org/34


Inseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social: ¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?niveles de confianza social ti<strong>en</strong><strong>en</strong> m<strong>en</strong>or porc<strong>en</strong>taje de población que considera el crim<strong>en</strong>como un problema grave.En América Latina, los estudios que vinculan confianza y crim<strong>en</strong> son muy limitadosy ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un carácter más descriptivo que analítico. En cualquier caso, la información reveladamuestra altos niveles de desconfianza <strong>en</strong> el gobierno. Según datos de 2010, lospaíses de la región, <strong>en</strong> promedio, pres<strong>en</strong>tan guarismos preocupantes de desconfianzade la ciudadanía hacia sus gobiernos, como se muestra <strong>en</strong> el Gráfico 4.Gráfico 4. Desconfianza <strong>en</strong> el gobierno, 20100102030405060 70 80Fu<strong>en</strong>te: Latinobarómetro (2010).Gráfico 5. Desconfianza <strong>en</strong> la justicia, 20100102030405060 70 80 90Fu<strong>en</strong>te: Latinobarómetro (2010).35


Lucía DammertLa desconfianza <strong>en</strong> el gobierno <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral pres<strong>en</strong>ta mayor complejidad cuando se preguntapor la percepción sobre la justicia. Es preocupante reconocer que vivimos <strong>en</strong> un contin<strong>en</strong>tedonde la ciudadanía no confía <strong>en</strong> el Poder Judicial. Probablem<strong>en</strong>te considera que noes impartida para todos por igual y la vincula con hechos de corrupción o alta inefici<strong>en</strong>cia.Estudios reci<strong>en</strong>tes explicitan el impacto negativo que ti<strong>en</strong>e la criminalidad sobre laconfianza <strong>en</strong> el gobierno (Chanley, Rudolph y Rahn, 2000; Vlassis, 2000); así como elrol positivo que juega la confianza <strong>en</strong> el gobierno sobre la protección de los sistemasdemocráticos, a pesar de tasas creci<strong>en</strong>tes de criminalidad (Burianek, 1997). El foco deat<strong>en</strong>ción sobre el efecto de la criminalidad sobre una institución pública específica,la policía, es medular, ya que impacta sobre el diseño e implem<strong>en</strong>tación de políticaspúblicas de seguridad. De esta manera, la aus<strong>en</strong>cia de instituciones públicas que goc<strong>en</strong>de la confianza ciudadana es uno de los elem<strong>en</strong>tos que impactan sobre los nivelesde crim<strong>en</strong> y temor, ya que, cuando los ciudadanos no pued<strong>en</strong> confiar <strong>en</strong> la instituciónresponsable de controlar el crim<strong>en</strong>, t<strong>en</strong>drán una mayor s<strong>en</strong>sación de inseguridad (Dammerty Malone, 2006).En América Latina los datos son irrefutables, como se puede observar <strong>en</strong> el Gráfico6. Un porc<strong>en</strong>taje importante de ciudadanos justifican salidas no democráticas conel objetivo de resolver el problema de la delincu<strong>en</strong>cia, situación que pone de relieve,nuevam<strong>en</strong>te, el debate <strong>en</strong>tre seguridad y libertad, puesto que habría un porc<strong>en</strong>tajeimportante de personas que considera la posibilidad real de limitar libertades con talde avanzar <strong>en</strong> mejores indicadores de seguridad. Sin duda se trata de una tragediamundial que ya se instaló <strong>en</strong> nuestra región.Gráfico 6. Justificación de golpe militar por delincu<strong>en</strong>cia, 2010NOSÍ100806040200Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas (2010).36


Inseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social: ¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?Ahora bi<strong>en</strong>, muchas veces la desconfianza se instala <strong>en</strong> cómo socialm<strong>en</strong>te establecemosvinculaciones institucionales y personales. Diversos estudios se han c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> elrol de la confianza interpersonal como mediadora de la relación <strong>en</strong>tre la victimizacióny los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos de inseguridad de la población (Moser y Holland, 1997; Walklate,2001). Ellos han evid<strong>en</strong>ciado que, dejando de lado las tasas de criminalidad, los ciudadanosque pres<strong>en</strong>tan m<strong>en</strong>ores niveles de confianza <strong>en</strong> sus pares pres<strong>en</strong>tan mayoresíndices de temor. Pero no solo se vincula con el temor, sino que también establece unarelación directa con el capital social y la cohesión social. Así, <strong>en</strong> un estudio clave deSampson y Groves (1989), se mostró que la cohesión comunitaria está directam<strong>en</strong>terelacionada con la baja del crim<strong>en</strong> callejero y viol<strong>en</strong>cia por parte de extraños. De igualforma, Hirschfield y Bowers (1997) mostraron que si baja el crim<strong>en</strong>, aum<strong>en</strong>ta la cohesiónsocial, y <strong>en</strong> un estudio más reci<strong>en</strong>te, Lee (2000) mostró que a mayor s<strong>en</strong>sación decomunidad, m<strong>en</strong>ores son los niveles de delitos.En este punto la situación latinoamericana está lejos de ser aceptable. Como sepuede observar <strong>en</strong> el Gráfico 7, el porc<strong>en</strong>taje de <strong>en</strong>trevistados que dijo no confiar <strong>en</strong>los demás muestra niveles de emerg<strong>en</strong>cia, superando <strong>en</strong> casi todos los contextos el70% y con pocas variaciones <strong>en</strong> los últimos años. La desconfianza parece instalarse<strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de la ag<strong>en</strong>da de desafíos para la cohesión social <strong>en</strong> América Latina, lo queimplica iniciativas de política vinculadas con el aum<strong>en</strong>to de la efici<strong>en</strong>cia, la justicia y latranspar<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el accionar gubernam<strong>en</strong>tal. Adicionalm<strong>en</strong>te, iniciativas de largo ali<strong>en</strong>toque promuevan la cooperación ciudadana, el intercambio y la utilización del espaciopúblico, pued<strong>en</strong> traer cambios de ord<strong>en</strong> cultural y perceptivo sobre la necesidad, laimportancia y la efectividad de la participación comunitaria.Gráfico 7. Desconfianza interpersonal, 20101996 20109080706050403020100Fu<strong>en</strong>te: Latinobarómetro (2010).37


Lucía DammertDe esta forma, la integración social, al igual que los factores m<strong>en</strong>cionados previam<strong>en</strong>te,ha sido asociada con variaciones <strong>en</strong> los niveles de temor <strong>en</strong>tre barrios. No obstante,este factor no ha sido estudiado como determinante de difer<strong>en</strong>tes niveles de temora la delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre personas de un mismo barrio. Gibson et al. (2002) analizanel papel que la percepción de eficacia colectiva 8 de los resid<strong>en</strong>tes del barrio juega <strong>en</strong> larelación <strong>en</strong>tre integración social y temor a la delincu<strong>en</strong>cia. Este estudio concluye que,efectivam<strong>en</strong>te, la integración social está indirectam<strong>en</strong>te relacionada con el temor a ladelincu<strong>en</strong>cia, a través de la percepción de eficacia colectiva. En esta misma perspectiva,como se m<strong>en</strong>cionó líneas arriba, diversos análisis vinculan el temor con la debilidaddel capital social, existi<strong>en</strong>do mayores niveles de temor <strong>en</strong>tre la población de aquellosespacios donde el lazo social se ha debilitado, aum<strong>en</strong>tando así la desconfianza ciudadanay las posibilidades de crear un proyecto común a futuro.3. ¿Por qué aum<strong>en</strong>ta el delito?Una sociedad sin delito es una utopía. La organización misma de la sociedad se sust<strong>en</strong>ta<strong>en</strong> un Estado que establece los parámetros considerados positivos para la mayoría ylos mecanismos de control para aquellos que transgred<strong>en</strong> las normas. De igual forma, elconflicto está pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la vida social de forma consustancial debido a las difer<strong>en</strong>ciasque cada individuo y grupo establece fr<strong>en</strong>te a los demás. Ciertam<strong>en</strong>te, la pres<strong>en</strong>cia delconflicto no implica necesariam<strong>en</strong>te viol<strong>en</strong>cia, pero <strong>en</strong> muchos contextos donde los mecanismosde mediación no han sido apr<strong>en</strong>didos <strong>en</strong> la familia o la escuela, la viol<strong>en</strong>ciase convierte <strong>en</strong> la única vía de solución de las difer<strong>en</strong>cias.Asumi<strong>en</strong>do la pres<strong>en</strong>cia de delito como un hecho social básico, aparece la interrogantesobre cuánto delito es aceptable o tolerable. La respuesta no es simple y ti<strong>en</strong>eprofundas raíces <strong>en</strong> los procesos sociales, capacidad del Estado y expectativas de laciudadanía. En la experi<strong>en</strong>cia internacional se han <strong>en</strong>fatizado aquellos mom<strong>en</strong>tos dondeel uso de la viol<strong>en</strong>cia se torna explosivo, por diversas razones que van desde elaum<strong>en</strong>to del consumo de drogas (Estados Unidos <strong>en</strong> los años 80), hasta la pres<strong>en</strong>ciadel crim<strong>en</strong> organizado (Italia <strong>en</strong> los años 80 y 90). Por <strong>en</strong>de, la tolerancia fr<strong>en</strong>te a latransgresión parece directam<strong>en</strong>te vinculada con el extremo uso de viol<strong>en</strong>cia que seexpresa <strong>en</strong> increm<strong>en</strong>to de homicidios, utilización de armas <strong>en</strong> delitos comunes y mayorpres<strong>en</strong>cia de lesiones. Un ejemplo de esta situación se refleja <strong>en</strong> el hecho de que losdelitos económicos, muchas veces de alto impacto, no son considerados de mayor connotaciónsocial <strong>en</strong> la mayoría de países de América Latina.De esta forma, es importante destacar que la narrativa sobre el delito se c<strong>en</strong>traprincipalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> aquellos hechos considerados de mayor complejidad social (robos,hurtos, asaltos, homicidios, violaciones, extorsiones, secuestros y tráfico de drogas),dejando de lado una importante gama de actividades delictuales que, si bi<strong>en</strong> no utilizanla viol<strong>en</strong>cia, sí ti<strong>en</strong><strong>en</strong> impacto social, económico y político de relevancia.8Definida como la confianza <strong>en</strong>tre vecinos y su disposición a interv<strong>en</strong>ir como ag<strong>en</strong>tes de control social informal.38


Inseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social: ¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?Múltiples son las teorías que interpretan la pres<strong>en</strong>cia e increm<strong>en</strong>to del crim<strong>en</strong> <strong>en</strong>una determinada sociedad. Por un lado, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran aquellas que pon<strong>en</strong> el ac<strong>en</strong>to <strong>en</strong>el análisis del individuo y sus características, como inicialm<strong>en</strong>te propusiera la escuelapositivista c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> explicaciones biológicas o psicológicas. Si bi<strong>en</strong> de larga data,estas teorías no están abandonadas, ya que <strong>en</strong> la actualidad se desarrollan estudiosbasados <strong>en</strong> posibles factores g<strong>en</strong>éticos, raciales o de personalidad que podrían explicarla mayor probabilidad de involucrami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> acciones delictuales.Otro grupo de teorías profundiza la perspectiva estructural, con énfasis específicos<strong>en</strong> la estructura social, o bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> el proceso social. Entre las interpretaciones c<strong>en</strong>tradas<strong>en</strong> la estructura social, se desarrolla la perspectiva de la ecología social, la anomia ylas teorías subculturales. Basadas <strong>en</strong> la tradición de análisis de Durkheim, todas estasperspectivas part<strong>en</strong> de la importancia de la sociedad <strong>en</strong> su capacidad de limitar los impulsosindividuales vía la socialización y los vínculos sociales. Otro grupo de teorías sec<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el proceso social como la variable de interpretación más relevante. Es decir,para interpretar el increm<strong>en</strong>to del crim<strong>en</strong> es más apropiado mirar la forma como interactúanlos individuos, más que la forma <strong>en</strong> que la sociedad se organiza.En cualquier caso, es cada vez más claro que diversos factores sociales de riesgojuegan un rol importante <strong>en</strong> la probabilidad de increm<strong>en</strong>to de acciones delictuales 9 . Lamayoría de políticas públicas de protección social pierd<strong>en</strong> de vista la necesidad de focalizar<strong>en</strong> aquella población <strong>en</strong> riesgo debido a la falta de evid<strong>en</strong>cia empírica que sust<strong>en</strong>teuna inversión pública de importantes magnitudes y con resultados de largo plazo.4. Factores sociales: la relevancia de la evid<strong>en</strong>ciaLos datos son dramáticos. Diversas fu<strong>en</strong>tes estiman que diariam<strong>en</strong>te 6 personas sonvíctimas de homicidio <strong>en</strong> Honduras, 8 <strong>en</strong> El Salvador y 14 <strong>en</strong> Guatemala. Esta informacióndemuestra con claridad las consecu<strong>en</strong>cias del problema, sobre todo cuando seratifica que la situación es peor para los más jóv<strong>en</strong>es. Tradicionalm<strong>en</strong>te reconocidoscomo victimarios, los jóv<strong>en</strong>es son las principales víctimas de la criminalidad; así, porejemplo, <strong>en</strong> Colombia y El Salvador se pres<strong>en</strong>tan los indicadores más altos del mundode homicidio juv<strong>en</strong>il.El increm<strong>en</strong>to del crim<strong>en</strong> organizado ha agravado el problema. En diversos países,jóv<strong>en</strong>es, e incluso niños que no <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran muchas alternativas, terminan si<strong>en</strong>do partede organizaciones criminales donde su muerte está casi asegurada. La información delas “maras” <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica evid<strong>en</strong>cia la profundidad del problema y las múltiplesconsecu<strong>en</strong>cias sociales, económicas y políticas de un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social que desbordapor completo a la institucionalidad gubernam<strong>en</strong>tal. De igual forma, <strong>en</strong> Río de Janeirose estima que más de 6 mil niños y adolesc<strong>en</strong>tes están involucrados <strong>en</strong> el tráfico dedrogas. Finalm<strong>en</strong>te, la información de los sistemas carcelarios pres<strong>en</strong>ta una alta conc<strong>en</strong>traciónde jóv<strong>en</strong>es, hombres sin educación formal, limitadas capacidades laboralesy mínima predisposición a la rehabilitación.9Para mayor detalle, ver Shader (2004).39


Lucía DammertEsta descripción muestra que las raíces mismas del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal se insertan<strong>en</strong> un sistema de desprotección y vulnerabilidad de niños y adolesc<strong>en</strong>tes que son <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tadosa déficits sociales indesm<strong>en</strong>tibles. De hecho, un interesante análisis realizado<strong>en</strong> Australia, evid<strong>en</strong>ció que el principal factor vinculado con la consolidación decarreras criminales es la edad de iniciación 10 . Por <strong>en</strong>de, queda cada vez más clara lanecesidad de <strong>en</strong>fatizar los esfuerzos públicos <strong>en</strong> <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar estas problemáticas.Factores clavesLa literatura internacional ha reconocido la importancia de diversos factores consideradosc<strong>en</strong>trales para la interpretación así como el diseño de políticas públicas. A continuaciónse m<strong>en</strong>cionan brevem<strong>en</strong>te algunos considerandos pertin<strong>en</strong>tes para el contextolatinoamericano.a) Limitada capacidad de apr<strong>en</strong>dizajeLa limitada capacidad de apr<strong>en</strong>dizaje <strong>en</strong>tre los niños es un predictor de posiblesproblemas académicos posteriores, lo que a su vez aum<strong>en</strong>ta los riesgos de vinculacióncon la infracción. La vinculación de los padres, la comunidad y el gobierno <strong>en</strong> la educaciónpreescolar es un requisito clave para mejorar estas limitaciones.b) Habilidades sociales precarias, impulsividad e hiperactividadBasados <strong>en</strong> información de estudios realizados <strong>en</strong> Estados Unidos, la respuesta agresivay la hiperactividad de los niños son los predictores más fuertes de la delincu<strong>en</strong>cia.Adicionalm<strong>en</strong>te, información revelada <strong>en</strong> Canadá muestra que los niveles de viol<strong>en</strong>ciay crim<strong>en</strong> contra la propiedad son más altos <strong>en</strong>tre aquellos jóv<strong>en</strong>es que pres<strong>en</strong>taronproblemas con sus amigos, baja autoestima e hiperactividad.c) Bajos ingresosUn bajo nivel de salario familiar se asocia con resultados negativos de los niños <strong>en</strong>el colegio, incluy<strong>en</strong>do capacidad de apr<strong>en</strong>dizaje, salud m<strong>en</strong>tal y resultados emocionales.Adicionalm<strong>en</strong>te, se ha comprobado que existe relación <strong>en</strong>tre pobreza y pres<strong>en</strong>ciade abuso y maltrato infantil, según información recabada <strong>en</strong> Estados Unidos.d) Estilos de par<strong>en</strong>tingLos resultados escolares de los niños están profundam<strong>en</strong>te interrelacionados con lacohesión familiar y los tipos de acción de los padres. La pres<strong>en</strong>cia perman<strong>en</strong>te de lospadres, el apoyo <strong>en</strong> el proceso educativo y el desarrollo de vinculaciones emocionalespositivas son elem<strong>en</strong>tos claves de un desarrollo juv<strong>en</strong>il proactivo.e) <strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> intrafamiliarLa pres<strong>en</strong>cia de un ambi<strong>en</strong>te de viol<strong>en</strong>cia es un antecesor directo de respuestasviol<strong>en</strong>tas o delictuales por parte de los más jóv<strong>en</strong>es. Por un lado, la viol<strong>en</strong>cia intrafa-10Para más detalle, ver: file:///Users/luciadammert/Docum<strong>en</strong>ts/textos%20lucia/cieplan14.pdf40


Inseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social: ¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?miliar impacta sobre las víctimas con un amplio rango de problemas de salud física ym<strong>en</strong>tal, así como abuso de sustancias, que limitan las capacidades de organización deun espacio propicio para el desarrollo de los niños. Adicionalm<strong>en</strong>te, aquellos que sontestigos de hechos de viol<strong>en</strong>cia intrafamiliar sufr<strong>en</strong> de serias consecu<strong>en</strong>cias físicas,emocionales y de desarrollo a lo largo de su vida.f) Abuso de drogas y alcoholEl consumo de drogas ti<strong>en</strong>e vinculación con el desarrollo de carreras criminales debidoa la necesidad de saciar la adicción o la relación con la viol<strong>en</strong>cia desarrollada porel tráfico ilegal de las drogas.g) Compromiso con el proceso educativoDiversos estudios han mostrado que un mal resultado escolar ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una directa vinculacióncon los problemas de comportami<strong>en</strong>to, e incluso vinculación con acciones delictuales.Bajos resultados y compromiso con la educación trae consigo bajas motivacionespara culminar el proceso educativo y, por <strong>en</strong>de, bajos niveles de cumplimi<strong>en</strong>to escolar.h) Presión de paresLa vinculación <strong>en</strong> el hogar o el barrio con pares, amigos o hermanos vinculados conactividades delictuales o de abuso de drogas aum<strong>en</strong>ta los riesgos de este tipo de comportami<strong>en</strong>tos.El temor al rechazo termina si<strong>en</strong>do un pot<strong>en</strong>ciador de acciones viol<strong>en</strong>taso delictuales <strong>en</strong> grupos de jóv<strong>en</strong>es vulnerables.i) Falta de recursos de apoyo comunitarioLa pres<strong>en</strong>cia de espacios de apoyo comunitario —espacios públicos de calidad, bibliotecas,espacios de recreación, <strong>en</strong>tre otros— favorec<strong>en</strong> una capacidad de resoluciónproactiva y pacífica de conflictos. No solo <strong>en</strong> términos de infraestructura, sino más bi<strong>en</strong>de la calidad de las relaciones sociales que se desarrollan <strong>en</strong> estos espacios <strong>en</strong> la comunidady el espacio educativo.j) Calidad y seguridad <strong>en</strong> los vecindariosLa calidad del espacio donde se vive, la seguridad, las facilidades comunitarias y laparticipación de la comunidad, son <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral excel<strong>en</strong>tes predictores de una ciudadaníainvolucrada positivam<strong>en</strong>te.k) Exclusión socialLa desigualdad <strong>en</strong> la distribución de la riqueza explica el aum<strong>en</strong>to de la criminalidado la viol<strong>en</strong>cia. Pero la exclusión social no es solo un contexto de inequidad, sinomás bi<strong>en</strong> se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> territorios donde hay una combinación de factores, <strong>en</strong>tre losque se destacan alto desempleo, discriminación, bajos salarios, precariedad <strong>en</strong> la vivi<strong>en</strong>day altos niveles de crim<strong>en</strong>.41


Lucía Dammert5. Nuevos caminos de interv<strong>en</strong>ciónLa evid<strong>en</strong>cia latinoamericana sobre los factores m<strong>en</strong>cionados previam<strong>en</strong>te es débil.De esta forma, más que hacer afirmaciones de causalidad, efecto o relación, lo que sebusca es proveer evid<strong>en</strong>cia que sugiera las posibles relaciones <strong>en</strong>tre el aum<strong>en</strong>to de lacriminalidad y otras variables de carácter social y económico. Pero la literatura muestraque los factores sociales juegan cada vez más un rol preponderante <strong>en</strong> el análisis delcrim<strong>en</strong> como problema. Así, por ejemplo, <strong>en</strong> un estudio realizado sobre la mayoría depaíses del Caribe, los resultados mostraron que los niveles de crim<strong>en</strong> que se podríanpredecir a partir de las variables puram<strong>en</strong>te económicas no se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> la mayoríade los contextos. Por el contrario, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran tasas considerablem<strong>en</strong>te superiores aaquellas vinculadas con la situación económica, respaldando la relevancia de los factoressociales indicados previam<strong>en</strong>te (Banco Mundial, 2007).En términos g<strong>en</strong>erales, el mismo estudio estimó que aquellos países con altos nivelesde crecimi<strong>en</strong>to ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> promedio m<strong>en</strong>os homicidios y robos <strong>en</strong> casas, lo queindicaría que al aum<strong>en</strong>tar las oportunidades laborales se disminuye el crim<strong>en</strong>. Por otrolado, mayores niveles de inequidad se correlacionan con mayores niveles de homicidiosy robos (Banco Mundial, 2007).Otros estudios pon<strong>en</strong> énfasis <strong>en</strong> las características del <strong>en</strong>torno de la comunidady su vinculación con el temor y los niveles de victimización 11 . Killias y Glerici (2000)concluyeron que ciertos signos de decaimi<strong>en</strong>to (graffiti, basura, pres<strong>en</strong>cia de personas“desconocidas”) son importantes, aunque no tanto como la vulnerabilidad personal.Las características que influy<strong>en</strong> sobre la s<strong>en</strong>sación de inseguridad varían desde factoresde macroescala (asociados a un país o una ciudad), hasta factores de microescala(los relacionados al <strong>en</strong>torno más cercano de las personas). Sobre estos últimos factores,diversos estudios muestran que la percepción de los niveles de desord<strong>en</strong> a escalalocal puede explicar los niveles de temor 12 . Es así como se <strong>en</strong>contró que el 79% de laspersonas que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> áreas percibidas con altos niveles de desord<strong>en</strong> se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> másatemorizadas que aquellos que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> otras áreas (Sims, 2001).Adicionalm<strong>en</strong>te, diversos estudios pon<strong>en</strong> énfasis <strong>en</strong> la importancia de la educacióncomo mecanismo para prev<strong>en</strong>ir carreras de infracción (Vujic, 2009). Estudios desarrollados<strong>en</strong> Jamaica, mostraron que áreas con m<strong>en</strong>ores niveles educativos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayoresprobabilidades de convertirse <strong>en</strong> víctimas (Banco Mundial, 2007). Lam<strong>en</strong>tablem<strong>en</strong>te,los estudios <strong>en</strong> América Latina son aún escasos 13 , especialm<strong>en</strong>te por la aus<strong>en</strong>cia de informaciónpública, transpar<strong>en</strong>te y confiable sobre el crim<strong>en</strong> y la inseguridad, así comopor la car<strong>en</strong>cia de información sistemática sobre los sistemas educativos <strong>en</strong> la mayoría11Entre las propuestas más conocidas está la de “v<strong>en</strong>tanas rotas” (Wilson y Kelling, 1982) que establece que loslugares que muestran evid<strong>en</strong>cia de deterioro sin interv<strong>en</strong>ción pública efectiva se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> lugares de crim<strong>en</strong>y temor.12Para revisar casos <strong>en</strong> América Latina, ver: Arteaga (2004); Dammert y Bailey (2005); Gómez y Fritz (2005) yUngar (2002).13Esta sección ti<strong>en</strong>e como fu<strong>en</strong>te principal Dammert (2010).42


Inseguridad, crim<strong>en</strong> y cohesión social: ¿es posible pasar del discurso a la evid<strong>en</strong>cia?de los países de la región. Sin embargo, los estudios exist<strong>en</strong>tes indican que la viol<strong>en</strong>ciase increm<strong>en</strong>ta cuando no se realizan mejoras <strong>en</strong> los sistemas educativos.Muchas investigaciones evid<strong>en</strong>cian que la educación aum<strong>en</strong>ta las posibilidades deempleo. Sin embargo, <strong>en</strong> América Latina esta situación no se ratifica debido a que laeducación no se logra instalar como la mejor vía para el éxito social y económico. Labrecha <strong>en</strong>tre los cont<strong>en</strong>idos educativos y las herrami<strong>en</strong>tas necesarias para la vida laboralposterior es un problema que debe ser <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tado con rapidez. Así, por ejemplo,<strong>en</strong> Perú, <strong>en</strong> m<strong>en</strong>os de cuatro décadas, el porc<strong>en</strong>taje de aquellas personas que no completanla educación secundaria pasó de 50% a 9%. Este cambio, sin embargo, no haimpactado significativam<strong>en</strong>te sobre el porc<strong>en</strong>taje de jóv<strong>en</strong>es que <strong>en</strong>tran el mercadoformal laboral.En este marco, queda cada vez más claro que no necesariam<strong>en</strong>te requerimos másinfraestructura para t<strong>en</strong>er mejores escuelas. Lo que se requiere es un nuevo sistemaeducativo que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te los desafíos de una sociedad basada <strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to y <strong>en</strong> lascapacidades difer<strong>en</strong>ciales.6. A modo de conclusiónInversión y reformas <strong>en</strong> la policía y la justicia son elem<strong>en</strong>tos necesarios, pero no sufici<strong>en</strong>tes,para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> América Latina. Después de más de dosdécadas de privilegiar el discurso c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> la mejora de las instituciones vinculadascon la justicia criminal, es evid<strong>en</strong>te que el camino más efici<strong>en</strong>te y eficaz se vincula conlos problemas sociales que están <strong>en</strong> la raíz.Los avances <strong>en</strong> las reformas de justicia, policía y sistema carcelario son tímidos,cuando no invisibles. En la mayoría de los países de la región, las inversiones públicashan sido cuantiosas <strong>en</strong> procesos con limitados resultados. De hecho, la informacióndelictual muestra un increm<strong>en</strong>to de la inseguridad <strong>en</strong> la mayoría de los países<strong>en</strong> América Latina.Este apar<strong>en</strong>te desconcierto <strong>en</strong> las políticas públicas utilizadas para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la delincu<strong>en</strong>ciati<strong>en</strong>e consecu<strong>en</strong>cias directas <strong>en</strong> el aum<strong>en</strong>to de la desconfianza ciudadana.Especialm<strong>en</strong>te c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> las instituciones policiales y la justicia, la desconfianza ciudadanase instala <strong>en</strong> la población que se si<strong>en</strong>te desprotegida, e incluso abandonada,fr<strong>en</strong>te a la viol<strong>en</strong>cia.Se trata de un círculo vicioso, ya que la desconfianza limita las capacidades de organizaciónciudadana, g<strong>en</strong>era mayor <strong>en</strong>cierro al interior de los espacios privados, yaum<strong>en</strong>ta la estigmatización y la fragm<strong>en</strong>tación socioterritorial. En este marco, la inversión<strong>en</strong> políticas <strong>en</strong>focadas <strong>en</strong> la cohesión social se torna urg<strong>en</strong>te, c<strong>en</strong>tradas no solo <strong>en</strong>el objetivo de disminuir la inseguridad, sino también <strong>en</strong> aum<strong>en</strong>tar la calidad de vida dela población. Cambiar el <strong>en</strong>foque de la delincu<strong>en</strong>cia a la protección social puede ser uncamino mucho más rápido, efici<strong>en</strong>te y justo para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar las raíces mismas del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>osocial que aqueja a la mayoría de los latinoamericanos.Este cambio de perspectiva requiere de estudios que id<strong>en</strong>tifiqu<strong>en</strong> las mejores prácticas,los modelos de interv<strong>en</strong>ción más eficaces y las sinergias necesarias para su implem<strong>en</strong>tación.Requiere también de una tecnificación del debate sobre la inseguridad,43


Lucía Dammertalojado aún <strong>en</strong> el debate electoral, y por <strong>en</strong>de, c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> el efectismo más que <strong>en</strong> laefectividad. Establece la necesidad de id<strong>en</strong>tificar políticas de largo plazo, que con importantesniveles de inversión pued<strong>en</strong> traer consecu<strong>en</strong>cias relevantes <strong>en</strong> la calidad devida de la población más vulnerable.44


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Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioCOHESIÓN, CONFIANZA Y SEGURIDAD: UN ESTUDIO EXPLORATORIOIsaac De León Beltrán & Elkin VelásquezIntroducciónEl objetivo de esta investigación es analizar la relación <strong>en</strong>tre la confianza y la seguridad<strong>en</strong> América Latina. La región ha sido reconocida por un déficit de confianzainterpersonal que ti<strong>en</strong>e repercusiones <strong>en</strong> el funcionami<strong>en</strong>to de la sociedad, desde eltamaño promedio de las empresas, hasta la solidaridad con personas desconocidas.Hay serios indicios de que la inseguridad urbana se puede convertir <strong>en</strong> un problemapara la confianza y la cohesión social. Este trabajo explora algunos caminos <strong>en</strong> los quela confianza y la inseguridad interactúan <strong>en</strong> las principales ciudades y países de AméricaLatina.Una dim<strong>en</strong>sión c<strong>en</strong>tral de la cohesión social es la confianza, la que se puede definircomo la expectativa positiva de que los demás miembros de la sociedad mostrarán unabu<strong>en</strong>a conducta y, que de ese modo, no causarán daño a la persona que confía (Zucker,1986). La confianza implica un salto cognitivo, porque la decisión de confiar no se basasolo <strong>en</strong> la racionalidad; <strong>en</strong> ella hay una dim<strong>en</strong>sión emocional que permite construiruna expectativa favorable sobre los demás, a pesar de que hay información incompleta(Lewis y Weigert, 1985). La confianza supone la aceptación de la vulnerabilidad fr<strong>en</strong>teal comportami<strong>en</strong>to de los otros; solo hay confianza ante la posibilidad de traición (Gambeta,1988).Una sociedad <strong>en</strong> la que hay confianza ti<strong>en</strong>de a mostrar un alto grado de cohesiónsocial. En esas sociedades, las transacciones de todo tipo —ya sean políticas o económicas—son muchos más fáciles de realizar; tal vez por ello, algunos d<strong>en</strong>ominan a laconfianza como el “lubricante del sistema social” (Arrow, 1974). Por el contrario, <strong>en</strong>aquellas sociedades <strong>en</strong> las que hay poca confianza, suel<strong>en</strong> aparecer comportami<strong>en</strong>tosoportunistas g<strong>en</strong>eralizados. Además, un bajo nivel de confianza puede crear condicionespropicias para el crim<strong>en</strong> y, a veces, facilita la consolidación de organizaciones ysociedades mafiosas. Desde esta perspectiva, se puede asumir que la confianza y lacohesión se muev<strong>en</strong> <strong>en</strong> la misma dirección: es muy difícil concebir una sociedad <strong>en</strong> laque haya cohesión sin confianza. Un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la cohesión social vi<strong>en</strong>e acompañadode un aum<strong>en</strong>to de la confianza. Y mi<strong>en</strong>tras la cohesión es un constructo que exige unmayor esfuerzo para ser observable, la confianza es una dim<strong>en</strong>sión relativam<strong>en</strong>te fácilde observar. Esta implica una experi<strong>en</strong>cia social unitaria, ya sea <strong>en</strong>tre dos personas oal interior de un grupo y, <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido, es un indicador del grado de alineación deexpectativas y proyectos sociales compartidos.49


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezPor su parte, la cohesión social puede ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como la capacidad de las personaspara adherir a un proyecto de sociedad ori<strong>en</strong>tado por la solidaridad. La cohesiónsocial es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o moral, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de Durkheim, que es de difícil observacióny medida (Durkheim, [1893] 1984; Rodríguez-Larreta, 2008) 1 . El proyecto de sociedadpuede incluir tanto cuestiones sustantivas como procedim<strong>en</strong>tales (Sorj y Martuccelli,2008). El punto de partida para proponer el concepto de cohesión social para rep<strong>en</strong>sarlos problemas sociales —y su adaptación para América Latina— es que las sociedadesmodernas, y aquellas <strong>en</strong> proceso de modernización, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un alto grado de fragm<strong>en</strong>tación(OECD, 1997; Sorj y Tironi, 2007) 2 .Vale la p<strong>en</strong>a t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que el concepto de cohesión social ti<strong>en</strong>e también unadim<strong>en</strong>sión política, <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que cada sociedad privilegia una noción <strong>en</strong> vez deotras. Por ejemplo, <strong>en</strong> Estados Unidos la cohesión social gira <strong>en</strong> torno al reconocimi<strong>en</strong>tode la movilidad social, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> Europa el concepto se c<strong>en</strong>tra más <strong>en</strong> la igualdady el goce de los derechos. De este modo, cada sociedad <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta la fragm<strong>en</strong>tación conunos ideales de vida social y política particulares ajustados a su experi<strong>en</strong>cia histórica(Sorj y Tironi, 2007). En cualquier caso, la fragm<strong>en</strong>tación ha sido objeto tradicionalde preocupación de los Estados nacionales europeos y, más reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, de los latinoamericanos.Convi<strong>en</strong>e anotar que la cohesión social, <strong>en</strong> tanto concepto descriptivo,no supone la exist<strong>en</strong>cia de una edad de oro de las relaciones sociales y la moralidad—siempre hay un grado de t<strong>en</strong>sión y conflicto social <strong>en</strong> cualquier grupo (Pahl, 1991). Dehecho, hay que aceptar que existe una conflictividad social inher<strong>en</strong>te a toda organizaciónsocial, y <strong>en</strong> zonas urbanas, ciudad y conflicto van de la mano (Velásquez, 2009).La cohesión social llama la at<strong>en</strong>ción sobre el grado de alineación de un conjuntode individuos <strong>en</strong> torno a un conjunto de propósitos comunes y, <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido, la cohesiónhace refer<strong>en</strong>cia al s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia (CEPAL, 2007). Individuos altam<strong>en</strong>tealineados alrededor de un proyecto de sociedad ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un alto grado de cohesión. Porel contrario, si no hay alineación, la cohesión social ti<strong>en</strong>de a ser baja. Desde este puntode vista, la cohesión social supone, <strong>en</strong> algún grado, el reconocimi<strong>en</strong>to de una alineaciónde las subjetividades (CEPAL, 2007). La cohesión social no aspira a la unanimidad, sino1En palabras de Durkheim: “social solidarity is a wholly moral ph<strong>en</strong>om<strong>en</strong>on which by itself is not am<strong>en</strong>able toexact observation and especially not to measurem<strong>en</strong>t” (Durkheim, 1893 [1984]: 24). El concepto de solidaridadhace refer<strong>en</strong>cia a los vínculos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los individuos para seguir vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> sociedad. Desde este punto devista, hay solidaridad <strong>en</strong> todos los grupos humanos. Por simplificación conceptual, <strong>en</strong> este trabajo se asume que lasolidaridad social coincide con la cohesión.2La modernización es un concepto que llama la at<strong>en</strong>ción sobre las transformaciones materiales y culturales de lassociedades asociadas a la secularización. Cada sociedad se ubica <strong>en</strong> unas coord<strong>en</strong>adas de tiempo y cultura; y <strong>en</strong> lacultura aparec<strong>en</strong> las cre<strong>en</strong>cias más arraigadas de la vida individual y social —lo cual incluye las cre<strong>en</strong>cias políticas,las económicas, etc. Estos macroprocesos influy<strong>en</strong> <strong>en</strong> el modo particular de ver el mundo de los individuos. Es talvez por ello que algunos autores defin<strong>en</strong> la cultura como «programación colectiva de la m<strong>en</strong>te». Desde este puntode vista, los rasgos psicológicos pued<strong>en</strong> ser estudiados también como rasgos sociales. Entonces, la confianza interpersonales, al mismo tiempo, un rasgo individual y también una manifestación de la cultura. (Hofstede, 1980;2001). Sin embargo, la secularización no es rasgo c<strong>en</strong>tral del proceso de modernización porque hay sociedades <strong>en</strong>las que el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to religioso todavía juega un papel c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> la coordinación social, tal es el caso de AméricaLatina (Tironi, 2011).50


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioal respeto de ciertos mecanismos de deliberación que procuran mant<strong>en</strong>er la integridadde un proyecto de sociedad. La cohesión social reconoce la importancia del debatedemocrático. En otras palabras, si los individuos respetan y velan por el desarrollo dedicho proyecto, <strong>en</strong>tonces se puede decir que hay un alto grado de cohesión social. Porel contrario, cuando una gran cantidad de individuos desconoce dicho proyecto colectivo,<strong>en</strong>tonces se puede afirmar que hay un bajo grado de cohesión. En este contexto, laconfianza juega un papel importante, porque el tamaño de las sociedades modernas exig<strong>en</strong>iveles mínimos de confianza para poder funcionar; <strong>en</strong> cierta forma, la confianza seconvierte <strong>en</strong> un elem<strong>en</strong>to facilitador de la interacción social <strong>en</strong> sociedades complejas.Esto es así porque es imposible que todos los individuos de una sociedad compuestapor varios millones de individuos puedan sost<strong>en</strong>er relaciones funcionales y estrechascara a cara.La cohesión social se puede ver afectada por aquellos factores que aum<strong>en</strong>tan la distanciasocial <strong>en</strong>tre las personas, es decir, que empujan a los individuos a imaginar proyectosdiverg<strong>en</strong>tes de vida colectiva. Un ejemplo de estos factores son: el desempleo, ladesigualdad, la pobreza y una baja movilidad social, <strong>en</strong>tre otros (OECD, 1997; Sorj y Tironi,2007). Estas variables disminuy<strong>en</strong> la probabilidad de alineación de los propósitosde los individuos de una sociedad. Por esa razón, algunos Estados han usado el conceptode cohesión social para llamar la at<strong>en</strong>ción sobre la importancia de controlar aquellasvariables que pued<strong>en</strong> impedir la construcción y consolidación de un proyecto colectivode sociedad. El modo <strong>en</strong> que se ha operacionalizado el monitoreo de la cohesión sociales por medio de un conjunto de indicadores, los cuales se agrupan <strong>en</strong> grandes grupos:ingreso, empleo, educación y salud (Atkinson et al., 2002; Atkinson, 2005). Sin embargo,hay evid<strong>en</strong>cia de que algunos de estos indicadores muestran una situación pocofavorable para la cohesión <strong>en</strong> ciertos países; ese parece ser el caso de América Latina(AL). Surge aquí una paradoja: <strong>en</strong> una situación de extrema desigualdad, todavía haycohesión social <strong>en</strong> AL. Y esto ti<strong>en</strong>e una explicación: la cohesión social <strong>en</strong> AL se producepor mecanismos particulares, incluso contradictorios, <strong>en</strong> relación con el proceso demodernización de países de ingreso alto: es allí <strong>en</strong> donde <strong>en</strong>tran a jugar los vínculosfamiliares, la amistad, y a veces un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to religioso que permite integrar a lasociedad <strong>en</strong> un proyecto de nación. Es tal ver por ello que algunos autores —parafraseadosaquí— prefier<strong>en</strong> hablar de la “particular cohesión social de América Latina”, la cualtoma forma a partir de experi<strong>en</strong>cias sociales que giran alrededor del “amiguismo” y el“familismo” (Tironi, 2011). No sobra decir que estas formas de cohesión social pued<strong>en</strong>ser especialm<strong>en</strong>te afines a las construcción de redes mafiosas, <strong>en</strong> las que los favores sedisp<strong>en</strong>san de modo discrecional <strong>en</strong>tre los conocidos; es así como —a modo de hipótesisde trabajo— se distribuy<strong>en</strong> algunos bi<strong>en</strong>es públicos <strong>en</strong> América Latina.Un factor que puede deteriorar la confianza —y <strong>en</strong> esa medida también la cohesiónsocial— es el crim<strong>en</strong>. En las sociedades <strong>en</strong> las que hay una alta incid<strong>en</strong>cia de conductascriminales es poco probable la aparición y consolidación de un proyecto de vida <strong>en</strong>común. Por ejemplo, si <strong>en</strong> una sociedad el número de homicidios es demasiado alto,<strong>en</strong>tonces es probable que aparezca la desconfianza <strong>en</strong>tre los ciudadanos; <strong>en</strong> este caso,sería esperable que la confianza disminuyera como consecu<strong>en</strong>cia del miedo. Algo similarse puede decir también de los delitos contra la propiedad. Si los hurtos aum<strong>en</strong>tan,51


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquez<strong>en</strong>tonces lo más seguro es que disminuya la confianza <strong>en</strong>tre las personas porque aum<strong>en</strong>tala expectativa de que los desconocidos cometan esas conductas.Cualquiera que sea la definición de confianza, se puede afirmar que esta se deteriorafr<strong>en</strong>te a un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la tasa de delitos. El crim<strong>en</strong> destruye la confianza interpersonaly la confianza impersonal. La primera se refiere a la que se ti<strong>en</strong>e con personas desconocidasy la segunda es relativa al funcionami<strong>en</strong>to de instituciones estatales. En amboscasos, hay un conjunto de normas que son rotas cuando un individuo no cumple conlas expectativas que la sociedad ti<strong>en</strong>e sobre él, y este es el caso de los crím<strong>en</strong>es. Elhecho de que una persona que comete crím<strong>en</strong>es no sea castigada afecta la confianzaque la sociedad deposita <strong>en</strong> el Estado; <strong>en</strong> una situación así se deteriora rápidam<strong>en</strong>te laconfianza abstracta, es decir, la capacidad para suponer que el mundo ti<strong>en</strong>e un ord<strong>en</strong>(Gidd<strong>en</strong>s, 1996). En otras palabras, los crím<strong>en</strong>es destruy<strong>en</strong> la confianza social y hac<strong>en</strong>más difícil la construcción de un proyecto de vida <strong>en</strong> común. Esta situación parece serespecialm<strong>en</strong>te cierta <strong>en</strong> las ciudades de América Latina debido al aum<strong>en</strong>to de la delincu<strong>en</strong>ciay la pres<strong>en</strong>cia del crim<strong>en</strong> organizado; las grandes ciudades son atractivaspara los criminales por el anonimato, la baja probabilidad de captura y la pres<strong>en</strong>ciade un gran número de víctimas pot<strong>en</strong>ciales (Glaeser y Sacerdote, 1999). Ahora bi<strong>en</strong>, sila confianza baja hasta ciertos niveles como consecu<strong>en</strong>cia del aum<strong>en</strong>to de los delitos,<strong>en</strong>tonces se crea un ambi<strong>en</strong>te propicio para la aparición y consolidación de mafias,<strong>en</strong>t<strong>en</strong>didas como aquellas organizaciones que son capaces de brindar servicios de seguridadprivados con el fin de regular amplios espacios de la vida económica y social(Gambeta, 2007).Este texto se inscribe <strong>en</strong> la tradición de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to impulsada por el proyecto deinvestigación de CIEPLAN <strong>en</strong> torno a la cohesión social <strong>en</strong> América Latina y su <strong>en</strong>cuestaECosociAL 3 . De igual manera, el trabajo se alim<strong>en</strong>ta de las reflexiones <strong>en</strong> torno aldesarrollo de capacidades para la promoción de la gobernanza de la seguridad urbanapromovidas por el programa Ciudades más Seguras, de Naciones Unidas (UN-Habitat2007 y 2009). El objetivo de este trabajo es analizar el modo <strong>en</strong> que algunas variablessociales y de inseguridad pued<strong>en</strong> afectar la confianza <strong>en</strong> un conjunto de países de AméricaLatina.El trabajo se divide <strong>en</strong> cuatro partes. En la primera se muestra la relación <strong>en</strong>treconfianza e inseguridad <strong>en</strong> una muestra de países del mundo. En especial, se trata derevisar el modo <strong>en</strong> que los procesos de viol<strong>en</strong>cia, pobreza, desigualdad y urbanizacióncovarían con la confianza interpersonal. En esta sección se estudia la manera <strong>en</strong> quela mayor complejidad social de las sociedades se relaciona estadísticam<strong>en</strong>te con losniveles de confianza interpersonal. En esta primera parte, las variables clave son lassigui<strong>en</strong>tes: confianza interpersonal, tasa de homicidios y tasa de urbanización (estaúltima puede ser interpretada como una proxy de la complejidad social).3La <strong>en</strong>cuesta ECosociAL forma parte de una ag<strong>en</strong>da de investigación latinoamericana. Dicha <strong>en</strong>cuesta recopilóinformación sobre los valores <strong>en</strong> América Latina. Varios de sus campos coincid<strong>en</strong> con la <strong>en</strong>cuesta realizada por elWorld Values Survey. Sin embargo, ECosociAL ti<strong>en</strong>e un módulo de victimización. La <strong>en</strong>cuesta, los datos y las publicacionesdel proyecto son de libre acceso y se pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>contrar <strong>en</strong> www.ecosocialsurvey.org.52


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioEn la segunda sección se cambia de unidad de análisis, pasando del nivel país alnivel ciudad y al nivel individuo. En esta parte del docum<strong>en</strong>to se explora el efecto de laconfianza sobre la seguridad y la percepción de seguridad <strong>en</strong> una muestra de ciudadesy <strong>en</strong> una muestra de personas de América Latina. Los datos provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de la <strong>en</strong>cuestaECosociAL de CIEPLAN. En esta parte se trata de mostrar el modo <strong>en</strong> que la percepciónde inseguridad covaría con los cambios <strong>en</strong> la confianza.En la tercera parte se seleccionan tres ciudades de América Latina y se explora elmodo <strong>en</strong> que la confianza interpersonal se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> grave riesgo como consecu<strong>en</strong>ciade un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la inseguridad asociada al crecimi<strong>en</strong>to del crim<strong>en</strong> organizado.En la última parte se pres<strong>en</strong>ta un conjunto de recom<strong>en</strong>daciones <strong>en</strong> torno al fortalecimi<strong>en</strong>tode la gobernanza de la seguridad urbana con miras a una protección de lacohesión social. Dichas recom<strong>en</strong>daciones hac<strong>en</strong> un especial énfasis <strong>en</strong> las capacidadesde la administración pública local y <strong>en</strong> la capacidad del Estado c<strong>en</strong>tral para tomar eimplem<strong>en</strong>tar decisiones públicas sobre seguridad urbana, de tal manera que se puedanprev<strong>en</strong>ir y controlar efectivam<strong>en</strong>te el crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia (Velásquez, 2006). Ydefinitivam<strong>en</strong>te, esto debe ocurrir <strong>en</strong> un contexto <strong>en</strong> el cual hay un control territorialpor parte de la institucionalidad pública. La idea c<strong>en</strong>tral de estas recom<strong>en</strong>daciones esla sigui<strong>en</strong>te: la cohesión social ti<strong>en</strong>e como prerrequisito la gobernanza territorial y lapres<strong>en</strong>cia estatal efectiva. Al mismo tiempo, la cohesión social es parte fundam<strong>en</strong>tal dela reducción de la vulnerabilidad urbana fr<strong>en</strong>te al crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia, cuando estosson ejercidos por organizaciones criminales.1. Confianza y seguridad: una comparación internacionalEl objetivo de esta sección es estudiar la relación <strong>en</strong>tre confianza y seguridad. La unidadde análisis son los países. Una v<strong>en</strong>taja de esta unidad de análisis es que permitecomparar los países de América Latina con los del resto del mundo. Se puede decir queel nivel país es la unidad de análisis más universal para explorar la relación <strong>en</strong>tre confianzay seguridad de un modo comparado.La confianza se medirá con la pregunta formulada <strong>en</strong> el World Values Survey: “Mostpeople can be trusted?”. Esta pregunta se ha realizado a muestras de personas de un grannúmero de países desde la década de los och<strong>en</strong>ta y resume el estado de cosas <strong>en</strong> materiade cohesión social de las sociedades 4 . En los países <strong>en</strong> donde hay un elevado grado decohesión social, la confianza suele ser muy alta; por el contrario, <strong>en</strong> los países <strong>en</strong> dondehay baja cohesión, la confianza ti<strong>en</strong>de a ser muy baja. De este modo, hay países <strong>en</strong> losque hay un elevado grado de confianza y otros <strong>en</strong> los que hay un bajo grado de confianza.Convi<strong>en</strong>e anotar aquí que hay una pregunta asociada a la confianza y otra a la desconfianza;esto es así porque algunos autores afirman que la confianza y la desconfianza se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran a lo largo de un único eje, mi<strong>en</strong>tras que otros señalan que son dim<strong>en</strong>sionesdifer<strong>en</strong>tes. Por otra parte, la seguridad —y por consigui<strong>en</strong>te la inseguridad— será medidacon la tasa de homicidios de los países, la que se mide como el número de homici-4Ver www.worldvaluessurvey.org.53


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezdios por cada 100.000 habitantes por año y se ha convertido <strong>en</strong> uno de los indicadoresuniversales que permit<strong>en</strong> medir el grado de pacificación y agresión de una sociedad 5 .Algunos afirman que la tasa de homicidios puede ser interpretada también como el gradode “ord<strong>en</strong>” que ti<strong>en</strong>e una sociedad. Así, una tasa de homicidios muy alta repres<strong>en</strong>tael grado de anomia, es decir, una aus<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el seguimi<strong>en</strong>to de normas. En las sociedades<strong>en</strong> las que no hay respeto por las normas —cualquiera que sea la naturaleza deestas normas, formales o informales— es altam<strong>en</strong>te probable <strong>en</strong>contrar altos niveles deviol<strong>en</strong>cia. El homicidio es una variable c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> el análisis de la seguridad de AméricaLatina porque la región ti<strong>en</strong>e solo el 14% de la población del mundo, pero aporta el 42%de los homicidios con arma de fuego (OMS, 2002).En esta sección del trabajo se estudia la relación <strong>en</strong>tre confianza y seguridad pormedio de un conjunto de modelos de regresión lineal. Este es un procedimi<strong>en</strong>to quepermite estimar el grado de asociación <strong>en</strong>tre una variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te y un conjunto devariables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes. Se usa esta herrami<strong>en</strong>ta estadística para analizar la covariación<strong>en</strong>tre las variables de interés de modo tal que otras personas interesadas puedancontrastar los resultados obt<strong>en</strong>idos. En esta sección se supone que la confianza dep<strong>en</strong>defuncionalm<strong>en</strong>te de la inseguridad, y que además hay una relación negativa. Esto sepuede expresar de modo resumido <strong>en</strong> la sigui<strong>en</strong>te expresión:Confianza = f (inseguridad), <strong>en</strong> donde, δ (Confianza) / δ (inseguridad) < 0La primera expresión dice que la confianza dep<strong>en</strong>de de la inseguridad (aunque no sesabe cuál es el tipo de relación matemática que conecta las dos variables), y la segundaafirma que un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la inseguridad disminuye la confianza interpersonal. Enotras palabras, desde el nivel teórico se puede afirmar que si la inseguridad aum<strong>en</strong>tase espera que la confianza disminuya. La sigui<strong>en</strong>te podría ser una explicación paraesta relación funcional: un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la inseguridad aum<strong>en</strong>ta la percepción de quelas personas pued<strong>en</strong> ser victimizadas por los que comet<strong>en</strong> delitos. Por esa razón, y amodo de factor de protección, se puede esperar que las personas dej<strong>en</strong> de confiar <strong>en</strong> lasdemás personas. Desde este punto de vista, la confianza interpersonal se deteriora anteun aum<strong>en</strong>to de la inseguridad. Vale la p<strong>en</strong>a señalar que la relación <strong>en</strong>tre seguridad yconfianza se pres<strong>en</strong>ta de esta manera porque se puede justificar teóricam<strong>en</strong>te dicha relación,t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el modo <strong>en</strong> que se medirá una de las variables (<strong>en</strong> este caso5Convi<strong>en</strong>e anotar que es posible usar otros indicadores de inseguridad como el hurto, el cual se puede pres<strong>en</strong>tarcon viol<strong>en</strong>cia sobre las personas o con viol<strong>en</strong>cia sobre los objetos. Otro indicador es la tasa de lesiones personalescomo consecu<strong>en</strong>cia de riñas. Sin embargo, no hay hasta el pres<strong>en</strong>te un sistema de información que permita estaclase de comparaciones <strong>en</strong>tre países. Una de las razones son las difer<strong>en</strong>cias conceptuales y procedim<strong>en</strong>tales <strong>en</strong>cada sistema legal. El primer esfuerzo por sistematizar estos datos lo hizo la Oficina de Naciones Unidas contrala Droga y el Delito (UNODC). Sin embargo, ese esfuerzo no ha sido actualizado. Por el contrario, la tasa de homicidiosse construye a partir del conteo de cadáveres <strong>en</strong> un año y esa cifra se puede obt<strong>en</strong>er tanto por el sistemade salud como por la recopilación de información policial, así como por el sistema de información jurídico p<strong>en</strong>al(ONU, 1999). Sobre las v<strong>en</strong>tajas de usar la tasa de homicidios para hacer comparaciones internacionales se puedeconsultar el trabajo de Mauricio Rubio (1999).54


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratoriola seguridad). También se puede decir que la seguridad dep<strong>en</strong>de del nivel de confianza.Sin embargo, resulta problemático discernir la cad<strong>en</strong>a de conexiones cuando cambia els<strong>en</strong>tido de la relación <strong>en</strong>tre seguridad y confianza, es decir, se hace muy problemáticoafirmar que todos los homicidios son consecu<strong>en</strong>cia de la desconfianza social. Como sesabe, <strong>en</strong> la viol<strong>en</strong>cia homicida <strong>en</strong> ciudades de América Latina se pued<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tar tantohomicidios de odio o ligados a viol<strong>en</strong>cia cotidiana, como homicidios ligados a viol<strong>en</strong>ciainstrum<strong>en</strong>tal. Al m<strong>en</strong>os el segundo tipo de homicidios, que prevalece <strong>en</strong> los lugaresafectados por el crim<strong>en</strong> organizado, no responde a problemas de cohesión social o deconfianza social.Adicionalm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> este trabajo se parte del supuesto de que la relación <strong>en</strong>tre confianzay seguridad no es directa, sino que puede estar moderada por la pres<strong>en</strong>cia deotras variables. Moderación quiere decir <strong>en</strong> este contexto que la int<strong>en</strong>sidad de la relación<strong>en</strong>tre unas variables puede cambiar <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de otras. Las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tesusadas <strong>en</strong> el modelo son las sigui<strong>en</strong>tes: tasa de homicidios, tasa de incid<strong>en</strong>ciade la pobreza (medido como el porc<strong>en</strong>taje de la población que recibe m<strong>en</strong>os de 1,25 US$por día), población urbana (medido como el porc<strong>en</strong>taje de la población total del paísque vive <strong>en</strong> las ciudades) y desigualdad (medido como la participación <strong>en</strong> el ingreso nacionaldel 10% mejor remunerado de la población). En la sigui<strong>en</strong>te ecuación se resumela relación funcional <strong>en</strong>tre la confianza y las variables m<strong>en</strong>cionadas:Confianza = f (inseguridad, pobreza, urbanización, desigualdad) + errorSe espera que la confianza disminuya ante un aum<strong>en</strong>to de la pobreza, ante un aum<strong>en</strong>tode las tasas de urbanización y ante la desigualdad. El error es una variable quecaptura aquellos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os —es decir, otras variables— que son importantes y que nohan sido consideradas <strong>en</strong> el modelo conceptual. En este caso, se espera que haya unarelación estadística fuerte <strong>en</strong>tre la confianza y las variables explicativas, y que el errorsea bajo.Estadísticas descriptivas de las variables a usar <strong>en</strong> la estimaciónSi se comparan las variables de América Latina con las del resto del mundo, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tralo sigui<strong>en</strong>te. Primero, el promedio de la confianza del resto del mundo es mayor queel promedio de la confianza interpersonal <strong>en</strong> AL (26,85% contra 16,81%). Segundo, latasa de homicidios de AL ti<strong>en</strong>de a ser mayor que la tasa de homicidios de los otros países.Mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> AL la tasa de homicidios asci<strong>en</strong>de a 21, la del resto del mundo esde 4 homicidios por cada 100.000 habitantes. Tercero, AL no es la región más pobre delmundo. Mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> AL hay un 5,9% de la población que recibe m<strong>en</strong>os de 1,25US$por día, <strong>en</strong> los otros países este porc<strong>en</strong>taje alcanza el 17,1%. Cuarto, AL se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>traaltam<strong>en</strong>te urbanizada: el 82,2% de la población vive <strong>en</strong> las ciudades, <strong>en</strong> comparacióncon el 61,7% del resto del mundo. Por último, la desigualdad de los países de AL ti<strong>en</strong>dea ser mayor que la del resto del mundo. En AL, el 10% mejor remunerado de la poblaciónrecibe cerca del 40% del ingreso del país; <strong>en</strong> los otros países, <strong>en</strong> promedio, “solo”alcanzan a recibir el 27,94%. Este es un indicador de conc<strong>en</strong>tración de ingresos que55


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezrefleja el alto grado de desigualdad <strong>en</strong> AL. Vale la p<strong>en</strong>a señalar que estos datos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tranaltam<strong>en</strong>te dispersos cuando se revisa la desviación estándar de cada una delas variables [Ver Anexo 0-A].Estos resultados no cambian significativam<strong>en</strong>te cuando se excluy<strong>en</strong> del resto delmundo los sigui<strong>en</strong>tes países: República Dominicana, Argelia, Burkina Faso, Etiopía,Ghana, Mali, Nigeria, Ruanda, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue. La exclusión deestos países se realizó con el fin de analizar el impacto estadístico que ti<strong>en</strong>e sobre elanálisis el hecho de no comparar los países de América Latina con países pequeñosdel Caribe y con países de África. Algunos de estos últimos pued<strong>en</strong> ser consideradosestados frágiles o <strong>en</strong> formación, y para algunos estudiosos del tema, pued<strong>en</strong> ser considerados“estados fallidos” dada su baja capacidad para ejercer el control territorial pormedio de un sost<strong>en</strong>ido y legítimo monopolio de la fuerza, una debilidad para ofrecerlos servicios públicos básicos, y una manifiesta incapacidad para interactuar con la comunidadinternacional de Estados. Más aun, algunos afirman que estos Estados pued<strong>en</strong>ser vistos como un peligro para la integridad física de la población 6 . En resum<strong>en</strong>, desdeel punto de vista del concepto de estados fallidos puede ser problemático compararpaíses de África Subsahariana con países de América Latina.Resultados de los modelos de regresiónSe estimaron varios modelos de regresión lineal múltiple por medio de mínimos cuadradosordinarios, <strong>en</strong> donde la variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te fue la confianza interpersonal porpaís. En la estimación de los modelos se usó la información de todos los países. Enel Modelo 1, se usaron todas las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de modo simultáneo. Esteprimer modelo no es estadísticam<strong>en</strong>te significativo. En el Modelo 2, se usó como únicavariable indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te la tasa de homicidios y se <strong>en</strong>contró que el valor de R-cuadradoasci<strong>en</strong>de al 9,1%. Este modelo es estadísticam<strong>en</strong>te significativo (<strong>en</strong> este modelo hay unmayor número de datos, es decir, países que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> información de ambas variables).De acuerdo con el Modelo 2, un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la tasa de homicidios vi<strong>en</strong>e acompañadode una disminución de la confianza; esto se puede afirmar con una confianza del 95%.En el Modelo 3, la variable indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te es el porc<strong>en</strong>taje de la población que se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el área urbana. Este modelo es también estadísticam<strong>en</strong>te significativo.De acuerdo con la estimación, un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la tasa de urbanización vi<strong>en</strong>e acompañadode un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la confianza. El Modelo 4 usa como variable indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te ladesigualdad, la cual se mide como la participación que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> el ingreso nacionalel 10% mejor remunerado del país; el 17% de la variabilidad de la confianza se explicapor las variaciones <strong>en</strong> la desigualdad. Este modelo es estadísticam<strong>en</strong>te significativo. Enel Modelo 5, se usa como variable indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te la pobreza; <strong>en</strong> este caso el porc<strong>en</strong>tajede la población que recibe m<strong>en</strong>os de 1,25US$ por día. El modelo no es significativo, sinembargo, vale la p<strong>en</strong>a resaltar que este modelo se estimó con datos para 58 países.6Ver www.foreignpolicy.com/failedstates.56


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioPor último, se calculó el Modelo 6, <strong>en</strong> el cual la variable indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te es la tasa dehomicidios; la difer<strong>en</strong>cia es que <strong>en</strong> este caso se estimó un modelo de pot<strong>en</strong>cia, lo cualquiere decir que no se supuso que la relación <strong>en</strong>tre confianza y homicidios fuera una relaciónlineal. El uso de esta expresión funcional permitió que el coefici<strong>en</strong>te R-cuadradoaum<strong>en</strong>tara. Este último modelo es estadísticam<strong>en</strong>te significativo. Se usó esta formafuncional a partir de la revisión de los diagramas de dispersión, los cuales sugier<strong>en</strong> queesta relación no parece ser lineal. En resum<strong>en</strong>, la tasa de homicidios parece ser unavariable relevante al mom<strong>en</strong>to de explicar los cambios <strong>en</strong> la confianza interpersonal <strong>en</strong>una sociedad. Sin embargo, la desigualdad parece ser también una variable con similarcapacidad de predicción [Ver Anexo 0-B]. El s<strong>en</strong>tido de esta relación es el esperadode acuerdo con la reflexión teórica: un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la tasa de homicidios vi<strong>en</strong>e acompañadode una disminución <strong>en</strong> la confianza. En otras palabras, la inseguridad de unasociedad afecta el grado de confianza interpersonal.Análisis de las relaciones <strong>en</strong>tre variables incluidas <strong>en</strong> los modelos de regresiónUna revisión de las correlaciones <strong>en</strong>tre variables para los países que no pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> aAL permite decir lo sigui<strong>en</strong>te, primero, la confianza se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra correlacionada positivam<strong>en</strong>tecon la tasa de urbanización y negativam<strong>en</strong>te con la desigualdad y la tasa dehomicidios. En otras palabras, un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el porc<strong>en</strong>taje de la población que vive<strong>en</strong> las ciudades muy probablem<strong>en</strong>te aum<strong>en</strong>tará la confianza (este resultado confirmala tesis de Gidd<strong>en</strong>s sobre los tipos de confianza que funcionan <strong>en</strong> las ciudades). Por elcontrario, un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la desigualdad y <strong>en</strong> la inseguridad disminuirá la confianza.Estas afirmaciones ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un 95% de confiabilidad. En el caso de AL, tales relacionesno se sosti<strong>en</strong><strong>en</strong>. Por supuesto, <strong>en</strong> este caso hay un m<strong>en</strong>or número de datos (11 paísesde AL <strong>en</strong> comparación a 84 países del resto del mundo), y por lo tanto, es problemático<strong>en</strong>contrar relaciones estadísticam<strong>en</strong>te significativas. En el caso de AL, solo la pobrezati<strong>en</strong>e una relación fuerte con otras variables. Para los diez países analizados, se hallóque la pobreza y el porc<strong>en</strong>taje de población urbana se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran correlacionados negativam<strong>en</strong>te,lo cual quiere decir que la pobreza ti<strong>en</strong>de a disminuir con el aum<strong>en</strong>to dela población urbana, y esta es una regularidad empírica del rápido proceso de transformacióndemográfica de los países de la región. Por otro lado, se <strong>en</strong>contró que la pobrezay la desigualdad se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran asociadas positivam<strong>en</strong>te; es decir, un aum<strong>en</strong>to de lapobreza está correlacionado con un aum<strong>en</strong>to de la desigualdad. A pesar de los pocosdatos, estas afirmaciones se pued<strong>en</strong> sost<strong>en</strong>er con un 90% de confianza [Ver Anexo 0-C].Cuando se calculan los coefici<strong>en</strong>tes de correlación para la toda la muestra de países,se llega a lo sigui<strong>en</strong>te: la confianza disminuye cuando hay un aum<strong>en</strong>to de la tasa dehomicidios. La pobreza y la desigualdad también disminuy<strong>en</strong> la confianza. En la seriede Gráficos 1, 2 y 3, se puede observar el modo <strong>en</strong> que la confianza se relaciona con lasvariables usadas <strong>en</strong> los modelos de regresión.57


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezGráfico 1 (a, b, c y d). Variables relacionadas indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes usadas <strong>en</strong> los modelosde regresión <strong>en</strong> donde la confianza es usada como variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. Unidad deanálisis: paísesConfianzaConfianzaConfianzaConfianzaNota: las relaciones <strong>en</strong>tre la confianza y las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes son estadísticam<strong>en</strong>te débiles. Sin embargo, <strong>en</strong> algunos casos lasrelaciones señalan una dirección que puede ser explicada. Por ejemplo: se espera que la confianza baje ante los homicidios y que bajetambién <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de la pobreza y la desigualdad. Desde el punto de vista teórico es esperable el s<strong>en</strong>tido de estas relaciones. En elcaso de la tasa de urbanización, el s<strong>en</strong>tido de la relación es positivo, lo cual contradice la idea de deterioro de la confianza <strong>en</strong> <strong>en</strong>tornosurbanos como consecu<strong>en</strong>cia de la aglomeración de personas; <strong>en</strong> algunos casos, millones de personas desconocidas.58


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioGráfico 2 (a y b). La relación <strong>en</strong>tre confianza y homicidio sin considerar los paísesde África Subsahariana (la tasa de homicidio es una proxy de la inseguridad)Nota: Los gráficos de arriba son un único gráfico; <strong>en</strong> el primero aparec<strong>en</strong> los puntos pero sin el nombre del respectivo país, esto conel fin de facilitar la id<strong>en</strong>tificación de la relación funcional. En este gráfico se puede observar que cuando la tasa de homicidio es muybaja puede estar acompañada de altos o bajos niveles de confianza interpersonal. Hay países que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una tasa de homicidioscercana a cero pero muestran unos niveles de confianza relativam<strong>en</strong>te bajos; ese es el caso de países como Polonia y Malasia. Hayotros que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una tasa de homicidios igualm<strong>en</strong>te baja pero niveles de confianza altos; un ejemplo de estos últimos son Canadáy Suiza. Ahora bi<strong>en</strong>, la gráfica muestra que ante un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la tasa de homicidios la confianza solo puede ser baja. Países comoColombia, V<strong>en</strong>ezuela y Guatemala ti<strong>en</strong><strong>en</strong> tasas de homicidios altas <strong>en</strong> comparación con el resto del mundo, y <strong>en</strong> estos países laconfianza es baja. El uso de una función de pot<strong>en</strong>cia (que es una relación funcional que muestra el rápido decrecimi<strong>en</strong>to de unavariable fr<strong>en</strong>te a pequeñas variaciones de otra) muestra que un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la inseguridad —medida <strong>en</strong> términos objetivos— ti<strong>en</strong>eun impacto negativo y muy pronunciado <strong>en</strong> la confianza y, quizás, <strong>en</strong> otras dim<strong>en</strong>siones de la cohesión social. Estas conclusionesno cambian cuando se incluy<strong>en</strong> los países africanos. En este ejercicio estadístico se sumó una unidad a la tasa de homicidio decada uno de los países con el fin de hacer la estimación de la función de pot<strong>en</strong>cia. Cuando se suma una unidad no se transformasustancialm<strong>en</strong>te la relación <strong>en</strong>tre las variables porque esa cantidad no ti<strong>en</strong>e efectos <strong>en</strong> el marg<strong>en</strong>. Si se separan los países de ALdel resto de países del mundo se puede id<strong>en</strong>tificar visualm<strong>en</strong>te la posición de los países <strong>en</strong> cuestión; una gráfica puede servir paracorroborar que los países de AL ti<strong>en</strong><strong>en</strong> problemas de seguridad acompañados de bajos niveles de confianza. La evid<strong>en</strong>cia empíricay el análisis conceptual sugier<strong>en</strong> que la dirección de la relación empieza <strong>en</strong> la inseguridad y termina <strong>en</strong> la confianza.59


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezGráfico 3. La relación <strong>en</strong>tre confianza e inseguridad <strong>en</strong> el caso de los países de al<strong>en</strong> comparación con el resto del mundoConfianzaDiscusiónEn AL hay bajos niveles de confianza y altos niveles de inseguridad. Esta situación ti<strong>en</strong>econsecu<strong>en</strong>cias negativas sobre el desarrollo económico y social. Por una parte, la desconfianzaaum<strong>en</strong>ta los costos de transacción, lo cual es un problema para el desarrollode mercados efici<strong>en</strong>tes, al tiempo que se afecta la cohesión social. Por otra parte, lainseguridad exige que las personas inviertan recursos para disminuir el riesgo de servictimizados, lo cual es un sobrecosto adicional al funcionami<strong>en</strong>to de la economía. Sepuede afirmar que desde el punto de vista objetivo, los Estados y las sociedades <strong>en</strong> ALti<strong>en</strong><strong>en</strong> dos grandes retos <strong>en</strong> materia de confianza y consolidación de la cohesión social.Estos retos son afines con la economía de mercado: primero, disminuir la tasa de homicidios,y segundo, aum<strong>en</strong>tar los niveles de confianza interpersonal.Desde el punto de vista comparado, la tarea de los países de AL es ardua, por cuantolas tasas de homicidio <strong>en</strong> algunos países se sitúan por <strong>en</strong>cima de los 20 homicidios porcada 100.000. Este proceso de pacificación social y aum<strong>en</strong>to de la confianza exige queel primer paso sea el control de la agresión viol<strong>en</strong>ta. Solo el Estado y sus repres<strong>en</strong>tantes60


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratoriolegales y legítimos pued<strong>en</strong> ejercer la fuerza, no los individuos ni las organizaciones armadasal marg<strong>en</strong> de la ley. Ahora bi<strong>en</strong>, este proceso de monopolización de la viol<strong>en</strong>cia—junto con el monopolio fiscal— ha sido históricam<strong>en</strong>te el paso hacia la creación desociedades funcionales altam<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>ciadas, tal como lo ha mostrado Norbert Elias<strong>en</strong> su obra El proceso de la civilización ([1939] 1989). Después de haber disminuido laagresión, quizás a niveles por debajo de los 10 homicidios por cada 100.000 habitantes,se puede esperar un fortalecimi<strong>en</strong>to sost<strong>en</strong>ible y estable de los niveles de confianza.Así, desde este punto de vista, la consolidación de Estados e instituciones públicascapaces de garantizar la vida y la integridad personal, es un paso necesario, seguro yefici<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el desarrollo de sociedades <strong>en</strong> las que los individuos confí<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre sí y quese consolid<strong>en</strong> el mercado y el crecimi<strong>en</strong>to económico.2. Confianza y seguridad: una comparación de ciudades y países de América LatinaEl objetivo de esta parte del docum<strong>en</strong>to es explorar la relación <strong>en</strong>tre confianza e inseguridad<strong>en</strong> América Latina. En esta sección se estudia el modo <strong>en</strong> que la confianza puedeafectar la percepción de inseguridad y el riesgo de victimización. En términos un pocomás formales, <strong>en</strong> esta sección se estudian las sigui<strong>en</strong>tes relaciones:Percepción de seguridad = f (confianza, Z) + errorSeguridad = f (confianza, Z) + errorEn donde Z es un conjunto de variables que explican la varianza de la variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te.En la primera expresión se estudia el modo <strong>en</strong> que la percepción de seguridadse relaciona con la confianza interpersonal. En la segunda, el modo <strong>en</strong> que la ocurr<strong>en</strong>ciade los delitos puede estar relacionada con el grado de confianza interpersonal ypor la confianza hacia ciertas instituciones del Estado.La fu<strong>en</strong>te de los datos es la <strong>en</strong>cuesta ECosociAL de CIEPLAN. La <strong>en</strong>cuesta es unafu<strong>en</strong>te de libre acceso que ha permitido la investigación de la cohesión social y los valores<strong>en</strong> América Latina. Su diseño incluyó un conjunto de preguntas relacionadas conla percepción de seguridad y con la victimización. En esa misma <strong>en</strong>cuesta hay tambiénuna pregunta relacionada con la confianza interpersonal, la cual ti<strong>en</strong>e la misma estructuraque la pregunta correspondi<strong>en</strong>te de la Encuesta Mundial de Valores (WVS).Esta sección se divide <strong>en</strong> cuatro subsecciones. La primera parte hace un análisisdel modo <strong>en</strong> que la confianza se relaciona con la victimización y con la percepción deinseguridad; la unidad de análisis son las ciudades <strong>en</strong> las que se aplicó la <strong>en</strong>cuesta. Elpunto de partida del análisis es que la confianza puede ser usada como una variable queexplica —al m<strong>en</strong>os estadísticam<strong>en</strong>te— la victimización y la percepción de seguridad <strong>en</strong>las ciudades de AL. En la segunda subsección se estudian algunos factores que pued<strong>en</strong>afectar la percepción de seguridad <strong>en</strong> siete países de América Latina, pero utilizandocomo unidad de análisis las personas que respondieron la <strong>en</strong>cuesta <strong>en</strong> cada país. En latercera subsección, se estudian algunos factores que pued<strong>en</strong> afectar la probabilidad deser víctima de algunos delitos; se usará la confianza como una variable indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te.En este caso, se trata de explorar el modo <strong>en</strong> que la confianza puede covariar con ciertas61


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezvariables de interés asociadas a la seguridad desde el punto de vista individual. En laúltima parte de la sección se pres<strong>en</strong>ta una discusión sobre los resultados.La confianza interpersonal <strong>en</strong> América Latina y su relación con la seguridad (un análisisdesde las ciudades)El objetivo de esta subsección es explorar la relación <strong>en</strong>tre confianza y seguridad, perousando la confianza como variable indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. Para ello, se estimaron dos conjuntosde modelos de regresión. En el primero se mide el modo <strong>en</strong> que la confianza —juntocon otras variables— se relaciona con la incid<strong>en</strong>cia de ciertos delitos <strong>en</strong> las ciudades<strong>en</strong> donde se aplicó la <strong>en</strong>cuesta de cohesión social de CIEPLAN. En el segundo conjuntose estima la incid<strong>en</strong>cia de la confianza —junto con las mismas variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes—sobre la percepción de seguridad <strong>en</strong> las ciudades. Las variables dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes<strong>en</strong> el primer conjunto de regresiones son las proporciones de personas que han sidovictimizadas <strong>en</strong> las ciudades de AL; las variables dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el segundo conjuntode regresiones son los promedios de percepción de seguridad <strong>en</strong> cada una de las situacionesde inseguridad propuestas <strong>en</strong> la <strong>en</strong>cuesta.Las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes son las mismas <strong>en</strong> ambos conjuntos de regresiones, yson las sigui<strong>en</strong>tes: 1) Porc<strong>en</strong>taje de personas que respondieron que sí se puede confiar<strong>en</strong> la mayoría de personas (este porc<strong>en</strong>taje se calcula para cada ciudad); 2) Promediode la confianza <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República; 3) Promedio de la confianza <strong>en</strong> loss<strong>en</strong>adores del distrito; 4) Promedio de la confianza <strong>en</strong> los diputados del distrito. Estospromedios correspond<strong>en</strong> a la media de las respuestas de los <strong>en</strong>cuestados de cada ciudad.A continuación los resultados de las regresiones.El porc<strong>en</strong>taje de personas victimizadas <strong>en</strong> un hurto con arma de fuego no se explicapor las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes: la confianza no juega ningún papel <strong>en</strong> la predicciónde este delito [Ver Anexo 1-A]. Por el contrario, el porc<strong>en</strong>taje de la población que hasido agredida por medio de golpes sí se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra asociado a ciertos niveles de confianza,pero de modo contradictorio. La confianza <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores del distrito aum<strong>en</strong>ta laproporción de agresiones, mi<strong>en</strong>tras que la confianza <strong>en</strong> los diputados la disminuye [VerAnexo 1-B]. El porc<strong>en</strong>taje de personas que han sido robadas <strong>en</strong> la calle y el porc<strong>en</strong>tajede personas que han sido asaltadas <strong>en</strong> su casa dep<strong>en</strong>de negativam<strong>en</strong>te de la confianza<strong>en</strong> los diputados del distrito [Ver Anexo 1-C y Anexo 1-D]. Por otro lado, el promedio dela percepción de seguridad por ciudad no dep<strong>en</strong>de de los niveles de confianza; esto esválido <strong>en</strong> cada una de las situaciones de riesgo formuladas por la <strong>en</strong>cuesta CIEPLAN.Ninguno de los modelos es estadísticam<strong>en</strong>te significativo [Ver Anexos 1-E, 1-F, 1-G, 1-H].En resum<strong>en</strong>, la confianza promedio que muestra una ciudad no parece ser un predictorfuerte de la proporción de personas que son victimizadas ni de la percepciónpromedio de seguridad. En la serie de Gráficos 4 (a, b, c y d) se puede observar la débilrelación lineal <strong>en</strong>tre una dim<strong>en</strong>sión de la confianza —la confianza interpersonal— y cadauna de las proporciones de personas victimizadas por ciudad. En la serie de Gráficos 4(e, f, h, i) se puede observar la también débil relación <strong>en</strong>tre la confianza promedio porciudad y la percepción de seguridad <strong>en</strong> cuatro situaciones.62


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioGráfico 4 (a, b, c y d). La relación <strong>en</strong>tre confianza interpersonal promedio por ciudady porc<strong>en</strong>taje de personas que han sido victimizadas% de personas que responde SÍ a la pregunta:¿Durante los últimos 12 meses algui<strong>en</strong> <strong>en</strong>tró arobar a su casa o departam<strong>en</strong>to?% de personas que respond<strong>en</strong> que SÍse puede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personas% de personas que responde SÍ a la pregunta:¿Durante los últimos 12 meses lo am<strong>en</strong>azaroncon un arma para robarle algo?% de personas que responde SÍ a la pregunta:¿Durante los últimos 12 meses fue golpeadopor otra persona?% de personas que respond<strong>en</strong> que SÍse puede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personas% de personas que respond<strong>en</strong> que SÍse puede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personas% de personas que responde SÍ a la pregunta:¿Durante los últimos 12 meses algui<strong>en</strong> le robó<strong>en</strong> la calle?% de personas que respond<strong>en</strong> que SÍse puede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasFu<strong>en</strong>te: Datos obt<strong>en</strong>idos de la Encuesta de Cohesión <strong>Social</strong>- ECosociAL de CIEPLAN. Cálculos propios.63


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezGráfico 4 (e, f, h, e i). La relación <strong>en</strong>tre confianza interpersonal promedio por ciudady la percepción promedio de seguridad <strong>en</strong> cuatro situaciones tipoPromedio de la ciudad: ¿Qué tan seguro sesi<strong>en</strong>te caminando solo por el c<strong>en</strong>tro de laciudad de noche?R 2 Linear= 0.042% de personas que respond<strong>en</strong> que SÍse puede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasPromedio de la ciudad: ¿Qué tan seguro sesi<strong>en</strong>te caminando solo por su barrioal anochecer?R 2 Linear= 2.045E-4% de personas que respond<strong>en</strong> que SÍse puede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasPromedio de la ciudad: ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>tecuando está solo <strong>en</strong> su casa y es de noche?R 2 Linear= 0.002% de personas que respond<strong>en</strong> que SÍse puede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasPromedio de la ciudad: ¿Qué tan segurose si<strong>en</strong>te cuando está solo <strong>en</strong> su casa yes de día?R 2 Linear= 0.003% de personas que respond<strong>en</strong> que SÍse puede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasFu<strong>en</strong>te: Datos obt<strong>en</strong>idos de la Encuesta de Cohesión <strong>Social</strong>- ECosociAL de CIEPLAN. Cálculos propios.64


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioDiscusiónLa confianza no parece ser un predictor estadísticam<strong>en</strong>te robusto al mom<strong>en</strong>to de explicarla victimización y la percepción de seguridad <strong>en</strong> las ciudades de AL. Los resultadosanalizados desde el punto de vista de ciudades muestran que la relación <strong>en</strong>tre estasvariables es relativam<strong>en</strong>te débil. En términos de políticas públicas, estos resultadosllaman la at<strong>en</strong>ción sobre el modo <strong>en</strong> que la confianza se articula con la seguridad. Al parecer,la relación atemporal <strong>en</strong>tre estas dos variables —al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> el nivel de ciudad—no parece ser una conexión fácil de explicar. Sería conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te explorar si la relación<strong>en</strong>tre confianza e inseguridad es s<strong>en</strong>sible al tipo de indicador de seguridad utilizado,o si alguna correlación está relacionada con la variable tiempo. Al respecto, valdríala p<strong>en</strong>a también revisar si la tasa de homicidios de la ciudad se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra asociadanegativam<strong>en</strong>te con la confianza. En caso de que esta relación sea cierta, <strong>en</strong>tonces loshallazgos realizados <strong>en</strong> el nivel país se replican <strong>en</strong> el nivel ciudad.Factores que afectan la percepción de seguridad: un análisis de cómo la percepción deseguridad dep<strong>en</strong>de funcionalm<strong>en</strong>te de la confianza (un análisis desde los individuos)El objetivo de esta sección es id<strong>en</strong>tificar variables que afectan la percepción de seguridad<strong>en</strong> un conjunto de países de América Latina. En esta parte del trabajo se estimaronun conjunto de modelos de regresión. La unidad de análisis son los individuos que respondieronla <strong>en</strong>cuesta ECosociAL <strong>en</strong> 2007. Las regresiones se calcularon para cada unode los países, a saber: Arg<strong>en</strong>tina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Perú.Las regresiones tratan de explicar la percepción de inseguridad de las personas <strong>en</strong> cuatrocontextos; cada uno de ellos coincide con una pregunta de la <strong>en</strong>cuesta: 1) ¿Qué tanseguro se si<strong>en</strong>te cuando está solo <strong>en</strong> la casa y es de día?; 2) ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>tecuando está sólo <strong>en</strong> su casa y es de noche?; 3) ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te caminandosólo por su barrio al anochecer?; 4) ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te caminando solo por elc<strong>en</strong>tro de la ciudad de noche? Cada una de estas preguntas se responde <strong>en</strong> una escalade uno a cinco, <strong>en</strong> donde uno es el nivel más bajo y cinco es el nivel más alto de percepciónde seguridad. Estas preguntas son usadas como variables dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes. Se usóun conjunto de variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes que expliqu<strong>en</strong> estadísticam<strong>en</strong>te las variablesdep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes. Las sigui<strong>en</strong>tes son las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes:1) Escala social percibida de las personas. Esta variable es importante porque permiteexplorar las difer<strong>en</strong>cias de percepción de seguridad <strong>en</strong> función de la escala socialde las personas (los valores oscilan <strong>en</strong>tre uno y diez).2) Asist<strong>en</strong>cia a servicios religiosos. Esta variable permite explorar la relación quehay <strong>en</strong>tre ciertas prácticas sociales comunitarias y la percepción de seguridad. La frecu<strong>en</strong>ciade asist<strong>en</strong>cia a las ceremonias y ritos religiosos puede incidir <strong>en</strong> el modo <strong>en</strong>que se percibe la seguridad <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que estos actos suel<strong>en</strong> contar con asist<strong>en</strong>cianumerosa y dar forma a prácticas de desplazami<strong>en</strong>to y conviv<strong>en</strong>cia comunitarios.3) Percepción de que los demás tratan de aprovecharse de uno (esta es una preguntaque se responde de modo binario, <strong>en</strong> donde 1 significa que los demás actúan correc-65


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásqueztam<strong>en</strong>te y 2, que los demás tratan de aprovecharse). Esta variable permite observar elmodo <strong>en</strong> que la percepción de inseguridad se puede ver acompañada de un alto gradode desconfianza interpersonal, porque quizás las personas que se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> más inseguras<strong>en</strong> cualquiera de los contextos suel<strong>en</strong> ser también qui<strong>en</strong>es más percib<strong>en</strong> que losdemás tratan de aprovecharse.4) Pres<strong>en</strong>cia de trabajadores inmigrantes <strong>en</strong> el barrio. Esta variable es relevanteporque puede medir el grado de temor que puede s<strong>en</strong>tir el ciudadano de un país ante lapres<strong>en</strong>cia de trabajadores inmigrantes. De algún modo, esta variable mide el impactoque los trabajadores inmigrantes ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> la percepción de la inseguridad. Las preguntas5-9 procuran medir el impacto que sobre la percepción de inseguridad ti<strong>en</strong>e el haberpres<strong>en</strong>ciado actos contra la conviv<strong>en</strong>cia y la ley.5) Haber sido am<strong>en</strong>azado con un arma de fuego <strong>en</strong> los últimos doce meses.6) Haber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo <strong>en</strong> el barrio.7) Haber pres<strong>en</strong>ciado actos relacionados con el tráfico de drogas.8) Haber pres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos.9) Haber pres<strong>en</strong>ciado balaceras y riñas.Las últimas preguntas mid<strong>en</strong> el impacto que sobre la percepción de seguridad g<strong>en</strong>erala confianza <strong>en</strong> ciertas instituciones del Estado. Convi<strong>en</strong>e justificar el supuestode que la percepción de seguridad dep<strong>en</strong>da funcionalm<strong>en</strong>te de la confianza <strong>en</strong> ciertasinstituciones sociales. Esta no es una relación directa, sino una exploración sobre lamanera <strong>en</strong> que la confianza abstracta —es decir, aquella que no se posa <strong>en</strong> otras personas—también puede estar relacionada con la percepción de seguridad. En cierta forma,este supuesto llama la at<strong>en</strong>ción sobre el universo institucional de la confianza, es decir,aquel que va más allá de los otros ciudadanos, y su importancia al mom<strong>en</strong>to de explicaruna dim<strong>en</strong>sión subjetiva del bi<strong>en</strong>estar, como es la percepción de seguridad. Quizás esesperable que aquellos ciudadanos que no confían <strong>en</strong> la policía, <strong>en</strong> el Congreso y <strong>en</strong> elgobierno, muestr<strong>en</strong> también una baja percepción de seguridad. El malestar que se si<strong>en</strong>tehacia la organización estatal puede redundar <strong>en</strong> un malestar de la subjetividad. Enotras palabras, se espera que mayores niveles de confianza con respecto al Estado (a lasorganizaciones del Estado) mejor<strong>en</strong> la percepción de seguridad. Estas preguntas son:10) Nivel de confianza <strong>en</strong> el gobierno.11) Nivel de confianza <strong>en</strong> el Congreso.12) Nivel de confianza <strong>en</strong> la policía.A continuación se pres<strong>en</strong>tan los resultados de las regresiones, insisti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> lo sigui<strong>en</strong>te:las regresiones se hicieron tomando como variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te cada una delas preguntas <strong>en</strong> las que se recrea una situación <strong>en</strong> la que puede estar <strong>en</strong> juego la seguridadpersonal.Con respecto a la pregunta: “¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te cuando está solo <strong>en</strong> su casay es de día?”, se <strong>en</strong>contró lo sigui<strong>en</strong>te: la escala social afecta negativam<strong>en</strong>te la percepciónse seguridad <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina, Chile, Colombia, Guatemala y Perú; la misma variabl<strong>en</strong>o ti<strong>en</strong>e relación alguna con la percepción de seguridad <strong>en</strong> Brasil y <strong>en</strong> México. Esto66


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioquiere decir que <strong>en</strong> cinco países <strong>en</strong> donde se aplicó la <strong>en</strong>cuesta ECosociAL, un aum<strong>en</strong>to<strong>en</strong> la escala social vi<strong>en</strong>e acompañado de una disminución <strong>en</strong> la percepción de seguridadcuando la persona se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra sola <strong>en</strong> su casa.En Arg<strong>en</strong>tina, la percepción que nos ocupa baja cuando se han pres<strong>en</strong>ciado robos yasaltos. En Brasil, la percepción de seguridad <strong>en</strong> el hogar disminuye ante la pres<strong>en</strong>ciade trabajadores inmigrantes <strong>en</strong> el barrio, haber sido am<strong>en</strong>azado con un arma de fuego,haber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo y haber pres<strong>en</strong>ciado balaceras y riñas.Por su parte, <strong>en</strong> Chile la percepción de seguridad aum<strong>en</strong>ta cuando se asume que losdemás tratan de aprovecharse y ante un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la confianza que se ti<strong>en</strong>e del gobierno;este último resultado apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te contraintuitivo se puede explicar de la sigui<strong>en</strong>temanera: <strong>en</strong> Chile, la percepción de seguridad es una variable indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te delas acciones del gobierno de turno muy probablem<strong>en</strong>te como consecu<strong>en</strong>cia del procesode consolidación del Estado. Al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> el caso de Chile, la percepción de seguridadno dep<strong>en</strong>de de la confianza <strong>en</strong> el gobierno, lo cual es consist<strong>en</strong>te con una sociedad <strong>en</strong>la que la seguridad se provee de múltiples maneras, y muchas de ellas ya no pasan porla confianza <strong>en</strong> el desempeño y las capacidades ger<strong>en</strong>ciales de los gobernantes. Porotra parte, el hecho de que la percepción de seguridad aum<strong>en</strong>te cuando se asume quelos demás tratan de aprovecharse puede ser el reflejo de una sociedad <strong>en</strong> la que unaalta prev<strong>en</strong>ción fr<strong>en</strong>te al comportami<strong>en</strong>to oportunista de los otros induce ajustes <strong>en</strong>la conducta; si los demás tratan de aprovecharse, <strong>en</strong>tonces los ciudadanos actúan demodo consecu<strong>en</strong>te y de este modo mejora la percepción de seguridad (estos resultadosse hallan también <strong>en</strong> otros países).En Colombia, la única variable que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra estadísticam<strong>en</strong>te relacionada con lapercepción de seguridad <strong>en</strong> el hogar es la escala social. En Guatemala, la percepción deseguridad disminuye con la pres<strong>en</strong>cia de trabajadores inmigrantes <strong>en</strong> el barrio y con elhaber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo. En México se <strong>en</strong>contró que el hecho de asistira las ceremonias religiosas disminuye la percepción de seguridad (lo cual es contrarioa la intuición teórica formulada arriba). Para el mismo país, la percepción de seguridadaum<strong>en</strong>ta cuando se asume que los demás tratan de aprovecharse, y que cae ante los actosde vandalismo <strong>en</strong> lo que se destruye int<strong>en</strong>cionalm<strong>en</strong>te la propiedad privada. El haberpres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos también disminuye la percepción de seguridad [Ver Anexo 1].Cuando se revisaron las variables que afectan la percepción de seguridad asociadasa la pregunta: “¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te cuando está solo <strong>en</strong> su casa y es de noche?”,se obtuvieron los sigui<strong>en</strong>tes resultados: la escala social se asocia negativam<strong>en</strong>te con lapercepción de seguridad. Esto quiere decir que un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la escala social disminuye,de nuevo, la percepción de seguridad. Esto es así para todos los países exceptopara México y Brasil (<strong>en</strong> estos dos países la variable escala social no ti<strong>en</strong>e relacióncon la percepción de seguridad). En Arg<strong>en</strong>tina, esta dim<strong>en</strong>sión de la percepción deseguridad disminuye ante el hecho de haber sido am<strong>en</strong>azado con un arma de fuego yhaber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo. En Brasil, la percepción de seguridad disminuyecuando se han pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo pero aum<strong>en</strong>ta cuando hay confianza<strong>en</strong> el gobierno.En Chile, la percepción de seguridad aum<strong>en</strong>ta si se supone que los demás ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> aaprovecharse de uno; otra variable que disminuye la percepción de seguridad es haber67


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezpres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos. Para el mismo país, la percepción de seguridad aum<strong>en</strong>tacon la confianza <strong>en</strong> el gobierno. En Colombia, la percepción de seguridad disminuyeante la pres<strong>en</strong>cia de trabajadores inmigrantes y con la variable de haber pres<strong>en</strong>ciadorobos y asaltos. En Guatemala son tres las variables que afectan la percepción de seguridad(y las tres afectan negativam<strong>en</strong>te): t<strong>en</strong>er como vecino un trabajador inmigrante,haber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo y ataques int<strong>en</strong>cionales contra la propiedadprivada, y haber observado acciones relacionadas con el tráfico de drogas.En México, la asist<strong>en</strong>cia a los actos religiosos disminuye la percepción de seguridad;también disminuy<strong>en</strong> la percepción de seguridad <strong>en</strong> el hogar —cuando se está solo <strong>en</strong>la casa de noche— las variables de: el haber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo y robosy asaltos. En el caso de México, también se <strong>en</strong>contró que asumir que los demás tratande aprovecharse ti<strong>en</strong>de a aum<strong>en</strong>tar la percepción de seguridad. Por último, <strong>en</strong> Perú,el hecho de asumir que los demás tratan de aprovecharse aum<strong>en</strong>ta la percepción deseguridad; este último resultado es igual a los resultados <strong>en</strong>contrados <strong>en</strong> Chile. Estosresultados estadísticos apuntan a transformaciones sociales <strong>en</strong> torno al modo <strong>en</strong> quelos demás se percib<strong>en</strong> como una am<strong>en</strong>aza para la seguridad. Y estos resultados pued<strong>en</strong>ser leídos a la luz de la formación de individuos modernos que habitan <strong>en</strong> sociedadesaltam<strong>en</strong>te complejas, <strong>en</strong> las que las relaciones cara a cara con cada uno de los demáshabitantes resultan imposibles. Así, si los demás tratan de aprovecharse, se induce uncambio <strong>en</strong> el comportami<strong>en</strong>to con el fin de mejorar la percepción de seguridad. [VerAnexo 2].En Arg<strong>en</strong>tina, la percepción de seguridad asociada a “caminar solo por su barrioal anochecer” disminuye con el aum<strong>en</strong>to de la escala social y con el hecho de haberpres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos. En Brasil, la misma percepción disminuye cuando se hanpres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo, robos, balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera. Por elcontrario, la percepción de seguridad mejora con la confianza <strong>en</strong> el Congreso de la república.En Chile, la percepción de seguridad <strong>en</strong> cuestión disminuye ante los actos devandalismo, y ante robos y asaltos.Por su parte, <strong>en</strong> Colombia la percepción de seguridad disminuye cuando aum<strong>en</strong>ta laescala social, cuando se han pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo, robos y asaltos, actosde tráfico de drogas, balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera. En Guatemala, la percepciónde seguridad aum<strong>en</strong>ta cuando se percibe que los demás tratan de aprovecharse, y disminuyeante el hecho de haber sido am<strong>en</strong>azado con arma de fuego, y también con elhaber pres<strong>en</strong>ciado balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera. En México, la percepción deseguridad baja cuando se han pres<strong>en</strong>ciado actos de viol<strong>en</strong>cia como el haber sido am<strong>en</strong>azadocon arma de fuego, haber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo y haber pres<strong>en</strong>ciadobalaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera. En este país, la percepción de seguridad aum<strong>en</strong>tacuando hay confianza <strong>en</strong> la policía. Por último, <strong>en</strong> Perú, la percepción de seguridaddisminuye con la escala social y aum<strong>en</strong>ta con la idea de que los demás tratan de aprovecharse[Ver Anexo 3].En Arg<strong>en</strong>tina, la percepción de seguridad asociada a “caminar solo por el c<strong>en</strong>tro dela ciudad <strong>en</strong> la noche” disminuye con haber pres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos. En Brasil, conel hecho de haber pres<strong>en</strong>ciado acciones asociadas al tráfico de drogas, pero aum<strong>en</strong>tacon la confianza <strong>en</strong> el gobierno. En Chile, la percepción de seguridad aum<strong>en</strong>ta cuando68


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratoriose percibe que los demás tratan de aprovecharse y baja cuando se han pres<strong>en</strong>ciado robosy asaltos. En Colombia, la percepción de inseguridad disminuye con el haber sidoam<strong>en</strong>azado con arma de fuego con el fin de robar algo y con haber pres<strong>en</strong>ciado robos yasaltos. En Guatemala y <strong>en</strong> México, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los mismos resultados hallados paraColombia; la difer<strong>en</strong>cia es que, <strong>en</strong> México, la percepción de seguridad aum<strong>en</strong>ta con laconfianza <strong>en</strong> la policía. Por último, <strong>en</strong> Perú, la única variable que afecta la percepción deinseguridad asociada a caminar por el c<strong>en</strong>tro de la ciudad es la confianza <strong>en</strong> la policía;es decir, la confianza <strong>en</strong> la policía aum<strong>en</strong>ta la percepción de seguridad [Ver Anexo 4].Victimización y confianza: lo que muestra el análisis de la <strong>en</strong>cuestaEl objetivo de esta sección es id<strong>en</strong>tificar variables que pued<strong>en</strong> afectar la probabilidadde victimización de personas que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> países de América Latina. Las conductas delas que se ocupa este trabajo son las sigui<strong>en</strong>tes (todas ellas se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> la <strong>en</strong>cuestaECosociAL de CIEPLAN):1) Robo <strong>en</strong> la resid<strong>en</strong>cia.2) Robo <strong>en</strong> la calle.3) Recibir golpes de otra persona.4) Recibir am<strong>en</strong>aza con arma de fuego.Cada una de estas conductas ti<strong>en</strong>e su correspondi<strong>en</strong>te pregunta <strong>en</strong> la Encuesta ECosociAL.Las preguntas son las sigui<strong>en</strong>tes:1) ¿Durante los últimos 12 meses algui<strong>en</strong> <strong>en</strong>tró a robar <strong>en</strong> su casa o departam<strong>en</strong>to?2) ¿Durante los últimos 12 meses algui<strong>en</strong> le robó <strong>en</strong> la calle?3) ¿Durante los últimos 12 meses fue golpeado por otra persona?4) ¿Durante los últimos 12 meses lo am<strong>en</strong>azaron con arma de fuego?Estas preguntas se respond<strong>en</strong> con un “sí” o un “no”. Por esa razón, se estimó unconjunto de modelos de regresión logística. Dichos modelos permit<strong>en</strong> id<strong>en</strong>tificar si lasvariables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes aum<strong>en</strong>tan o disminuy<strong>en</strong> la probabilidad de ocurr<strong>en</strong>cia de lavariable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. Las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes son las sigui<strong>en</strong>tes:1) Ubicación <strong>en</strong> la escala social.2) Haber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionales a la propiedadprivada.3) Haber pres<strong>en</strong>ciado actos relacionados con el tráfico de drogas.4) Haber pres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos.5) Haber pres<strong>en</strong>ciado balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera.6-11) Confianza <strong>en</strong> instituciones del Estado (gobierno, Congreso, partidos políticos,presid<strong>en</strong>tes, municipios, tribunales de justicia y policía).12) Nivel de confianza interpersonal.Cuando la variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te es “haber sido víctima de robo <strong>en</strong> la casa”, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tranlos sigui<strong>en</strong>tes resultados para cada uno de los países. En Arg<strong>en</strong>tina, Chile,Colombia, Guatemala y Perú, ninguna de las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes es estadística-69


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezm<strong>en</strong>te significativa. En Brasil, la probabilidad de ser víctima de esta clase de conductaaum<strong>en</strong>ta cuando la persona ha pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo. La otra variable queaum<strong>en</strong>ta la probabilidad de victimización es la confianza interpersonal. En México, laprobabilidad de haber sido víctima de robo <strong>en</strong> la casa disminuye si la persona ha pres<strong>en</strong>ciadoactos de vandalismo además de robos y asaltos. Estos resultados muestran quepres<strong>en</strong>ciar actos criminales no ti<strong>en</strong>e el mismo efecto <strong>en</strong> distintos países [Ver Anexo 5].Al tratar de id<strong>en</strong>tificar las variables que afectan la probabilidad de ser víctima derobo <strong>en</strong> la calle se <strong>en</strong>contró lo sigui<strong>en</strong>te: las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> poderexplicativo <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina, Chile, Colombia y Perú. En Brasil, las variables que aum<strong>en</strong>tanla probabilidad de ocurr<strong>en</strong>cia de este delito son la confianza <strong>en</strong> los partidos políticos,<strong>en</strong> la administración de justicia y la confianza interpersonal. La variable relativa a laconfianza <strong>en</strong> los presid<strong>en</strong>tes municipales disminuye la probabilidad de ocurr<strong>en</strong>cia deeste ev<strong>en</strong>to <strong>en</strong> Brasil. Por su parte, <strong>en</strong> Guatemala la confianza <strong>en</strong> la policía ti<strong>en</strong>de adisminuir la probabilidad de ser víctima de robos <strong>en</strong> la calle. En el caso de México, elhaber pres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos, junto con la confianza <strong>en</strong> el Congreso disminuye laprobabilidad de victimización [Ver Anexo 6].Con respecto al riesgo de ser víctima de golpes, los modelos de regresión muestranlo sigui<strong>en</strong>te: <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina, Brasil, y Colombia estos modelos no son estadísticam<strong>en</strong>tesignificativos. En Chile, la única variable que ti<strong>en</strong>e poder explicativo es la confianza <strong>en</strong>la policía; las personas con mayor confianza <strong>en</strong> la policía ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayor probabilidadde ser golpeadas. En Guatemala, haber pres<strong>en</strong>ciado actos de vandalismo disminuye laprobabilidad de ser golpeado; lo mismo se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el caso de México. Por último,<strong>en</strong> el caso de Perú el hecho de haber pres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos baja el riesgo de sergolpeados [Ver Anexo 7].En el caso de la probabilidad de ser víctima de un hurto con arma de fuego se hallólo sigui<strong>en</strong>te: En Arg<strong>en</strong>tina y <strong>en</strong> Perú, la probabilidad de este delito disminuye cuando lapersona ha pres<strong>en</strong>ciado robos y asaltos. En Brasil, haber pres<strong>en</strong>ciado acciones relacionadascon el tráfico de drogas también baja el riesgo de ser robado con arma de fuego.El mismo papel cumple <strong>en</strong> Chile y <strong>en</strong> México haber visto actos de vandalismo. En elcaso de Colombia, la probabilidad de victimización disminuye cuando las personas hanpres<strong>en</strong>ciado balaceras, riñas y viol<strong>en</strong>cia callejera. Para el caso de Guatemala, el riesgode victimización disminuye cuando aum<strong>en</strong>ta la confianza interpersonal [Ver Anexo 8].DiscusiónLa percepción de seguridad <strong>en</strong> cada uno de los países dep<strong>en</strong>de de variables difer<strong>en</strong>tes.Los resultados apuntan a que la confianza <strong>en</strong> ciertas instituciones afecta la percepciónde seguridad, pero eso dep<strong>en</strong>de de la situación particular de cada país. En especial,la confianza <strong>en</strong> el gobierno y <strong>en</strong> la policía parece jugar un papel determinante <strong>en</strong> lapercepción de seguridad ciudadana. Sin embargo, no sobra repetirlo, los resultadosvarían considerablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre un país y otro. Mi<strong>en</strong>tras <strong>en</strong> unos la confianza <strong>en</strong> lapolicía aum<strong>en</strong>ta la percepción de seguridad, <strong>en</strong> otros la confianza <strong>en</strong> dicha instituciónno ti<strong>en</strong>e impacto alguno. Esto puede ser un indicador de las marcadas difer<strong>en</strong>cias delas instituciones de policía <strong>en</strong> América Latina (Dammert, 2005; Frühling, 2003; 2004).70


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioAdicionalm<strong>en</strong>te, la percepción de seguridad es altam<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>sible al hecho de pres<strong>en</strong>ciaractos viol<strong>en</strong>tos, como son las acciones de vandalismo, atracos y la destrucción debi<strong>en</strong>es públicos y privados. Se podría afirmar que la percepción de seguridad reaccionatanto a la victimización padecida <strong>en</strong> carne propia como fr<strong>en</strong>te a la victimización aj<strong>en</strong>a.Estos resultados estadísticos señalan que hay un fundam<strong>en</strong>to objetivo <strong>en</strong> la construcciónde los niveles de seguridad subjetiva, a saber, los hechos de seguridad o inseguridad<strong>en</strong> que se v<strong>en</strong> <strong>en</strong>vueltos los otros ciudadanos afectan la percepción de seguridadciudadana. En términos de política pública, estos resultados sugier<strong>en</strong> que lapercepción y los niveles de seguridad se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran relacionados, y que las accionesempr<strong>en</strong>didas con el fin de controlar los actos criminales y el desord<strong>en</strong> ciudadano ti<strong>en</strong><strong>en</strong>efectos positivos <strong>en</strong> la percepción de seguridad. Por otra parte, la relación <strong>en</strong>tre confianzay riesgo de victimización no parece tan clara. La evid<strong>en</strong>cia siguiere que el riesgode victimización ti<strong>en</strong>e una relación más estrecha con el hecho de pres<strong>en</strong>ciar accionescontrarias a la ley y a la conviv<strong>en</strong>cia: las personas que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>en</strong>tornos donde seinfring<strong>en</strong> las normas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una mayor probabilidad de padecer esas mismas infracciones.Sin embargo, estos hechos se pued<strong>en</strong> convertir también <strong>en</strong> oportunidades deapr<strong>en</strong>dizaje social que disminuy<strong>en</strong> el riesgo de victimización de cada persona. También<strong>en</strong> el caso de la victimización no hay homog<strong>en</strong>eidad <strong>en</strong> los resultados; es decir, lo quese <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> un país puede diferir de los otros.3. Confianza y seguridad: la destrucción de la confianza como consecu<strong>en</strong>cia del fortalecimi<strong>en</strong>todel capital social perverso <strong>en</strong> Monterrey, Medellín y Río de JaneiroEl objetivo de esta sección es analizar el modo <strong>en</strong> que los niveles de confianza se pued<strong>en</strong>deteriorar como consecu<strong>en</strong>cia de una disminución de la seguridad (Tironi, 2011).En esta sección se explora el caso de tres ciudades latinoamericanas que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tanserios retos <strong>en</strong> materia de lucha contra el crim<strong>en</strong> organizado y la delincu<strong>en</strong>cia común.Las tres ciudades son: Monterrey <strong>en</strong> México, Medellín <strong>en</strong> Colombia y Río de Janeiro <strong>en</strong>Brasil. Convi<strong>en</strong>e resaltar que el lapso analizado <strong>en</strong> cada ciudad es difer<strong>en</strong>te. El puntode vista adoptado <strong>en</strong> la selección y narración de los hechos procura resaltar el modo <strong>en</strong>que el crim<strong>en</strong> organizado es racional <strong>en</strong> el uso de sus recursos, los cuales oscilan desdeel soborno a un policía hasta la financiación de las campañas políticas de congresistas,pasando por el uso racional de la viol<strong>en</strong>cia.Monterrey: el impacto del crim<strong>en</strong> organizado <strong>en</strong> una ciudad no preparada para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarla am<strong>en</strong>aza del narcotráficoMonterrey y su área metropolitana ti<strong>en</strong><strong>en</strong> 3.5 millones de habitantes, y es la terceraaglomeración urbana del país, después de Guadalajara y Ciudad de México 7 . La ciudades uno de los c<strong>en</strong>tros industriales más importantes de México, pero <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta desde2008 graves problemas de seguridad como consecu<strong>en</strong>cia de la lucha <strong>en</strong>tre dos grandes7Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI). Datos disponibles <strong>en</strong> www.inegi.org.mx.71


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezcarteles del narcotráfico: “los Zetas” y el “Cartel del Golfo”. Monterrey es atractivo paraestos carteles por su dinamismo económico y su cercanía con la frontera de los EstadosUnidos (la distancia a la frontera es de 215 km). Poca g<strong>en</strong>te habría esperado que estaciudad fuera esc<strong>en</strong>ario de disputa de organizaciones criminales. En 2002, la ciudad fuedeclarada como un modelo de desarrollo por parte de George W. Bush (Reuters, 2011).El indicador de la gravedad de esta situación es el número de homicidios. “En 2009se registraron 267 asesinatos <strong>en</strong> la ciudad, <strong>en</strong> 2010 se elevaron a 828 y <strong>en</strong> lo que va deaño 2011, superan los 770, de los cuales el 80% está relacionado con la delincu<strong>en</strong>ciaorganizada” (Univisión, 2011). La situación se agrava porque hay serios indicios decorrupción e inefici<strong>en</strong>cia de la policía; ello sin contar la poca preparación que t<strong>en</strong>ía laadministración local para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar semejante reto. La corrupción ha sido tan grave,que un gran número de policías han sido despedidos; y se ha demostrado que algunosde ellos prestan servicios para los carteles del narcotráfico, a veces brindando proteccióndirecta y otras <strong>en</strong>tregando información reservada sobre operaciones judiciales.Hay casos también de r<strong>en</strong>uncias masivas a los cuerpos de policía como consecu<strong>en</strong>cia dela intimidación de los carteles. Por ejemplo, <strong>en</strong> algunos municipios del Estado de NuevoLeón —del cual Monterrey es la capital— los policías han r<strong>en</strong>unciado como consecu<strong>en</strong>ciadel secuestro y decapitación de otros policías (AOL Latino, 2011).La complejidad de la situación obligó al Gobierno C<strong>en</strong>tral a tomar la decisión de usaral Ejército Nacional para luchar contra los narcotraficantes. El Ejército ha interv<strong>en</strong>ido,e incluso se ha <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tado a la policía local. Tan grave ha sido la t<strong>en</strong>sión <strong>en</strong>tre ambosorganismos, que el Ejército se ha visto <strong>en</strong> la obligación de arrestar a policías que presuntam<strong>en</strong>tetrabajan para las organizaciones narcotraficantes. La desconfianza hacia lapolicía ha creado situaciones de grave t<strong>en</strong>sión pública 8 .Esta situación ha g<strong>en</strong>erado un clima de viol<strong>en</strong>cia y desconfianza fr<strong>en</strong>te a las autoridadesde la policía. En g<strong>en</strong>eral, la ciudad vive atemorizada. En el sigui<strong>en</strong>te análisis seresume la interacción <strong>en</strong>tre carteles, policía y Ejército:8En la sigui<strong>en</strong>te nota periodística se recrean los problemas <strong>en</strong>tre las dos organizaciones: «“Todos andamos <strong>en</strong>lo mismo y debemos de apoyarnos”, se escucha decir a un policía <strong>en</strong> el video filmado por la televisión. “No, noandamos <strong>en</strong> lo mismo”, responde un soldado. “Hemos agarrado a muchos policías que andan <strong>en</strong> otra cosa”. En loque va del año han sido arrestados más de 100 policías de Monterrey bajo sospecha de colaborar con el crim<strong>en</strong>organizado. … Entre los arrestados figuran dos ag<strong>en</strong>tes de Nuevo León acusados de participar <strong>en</strong> el secuestro d<strong>en</strong>ueve soldados que fueron asesinados supuestam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> represalia por las operaciones del Ejército <strong>en</strong> la zona.También fueron det<strong>en</strong>idos dos ag<strong>en</strong>tes de la misma unidad bajo sospecha de haber secuestrado a dos t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes delEjército de los que no se ti<strong>en</strong>e noticias desde el 23 de septiembre. “Un porc<strong>en</strong>taje significativo de estos policías ti<strong>en</strong><strong>en</strong>nexos con la delincu<strong>en</strong>cia organizada ya sea por la colusión o porque están intimidados y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> miedo”, dijoMor<strong>en</strong>o (Guillermo Mor<strong>en</strong>o es el g<strong>en</strong>eral del Ejército responsable de luchar contra el narcotráfico <strong>en</strong> Monterrey).Sigui<strong>en</strong>do sus recom<strong>en</strong>daciones, las autoridades estatales prohibieron <strong>en</strong> junio a los policías el uso de teléfonoscelulares durante las horas de trabajo para evitar que alert<strong>en</strong> a los delincu<strong>en</strong>tes cuando se prepara alguna operación.A la mayoría de ellos se los despojó de sus rifles automáticos, para que no los puedan usar contra los soldadossi se produce un tiroteo.» “Gran desconfianza <strong>en</strong>tre soldados y policías <strong>en</strong> Monterrey”, <strong>en</strong> Organización EditorialMexicana. 9 de noviembre de 2009.72


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorio“Las bandas se hicieron poderosas gracias a que lograron comprar a las policíasmunicipales y estatales... La percepción de la opinión pública es que, si no estuvierael Ejército, el último dique contra la delincu<strong>en</strong>cia organizada, estaríamospeor que Ciudad Juárez” 9 .En algunos casos, los policías han declarado la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia de no atacar a los narcotraficantes.El dilema para algunos comandantes ha sido mostrar resultados pero minimizarel riesgo de ser asesinado por los carteles. En una comunicación personal unalto cargo de la policía de Monterrey dijo lo sigui<strong>en</strong>te:“(...) yo hacía lo sufici<strong>en</strong>te para que no me despidieran, pero no tanto como paraque los narcos me quisieran matar (…)” 10 .El poder de las organizaciones criminales ha llegado a ser tan grande que inclusoti<strong>en</strong><strong>en</strong> control territorial. Al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> algunos barrios y a veces <strong>en</strong> amplias regiones delpaís, el narcotráfico impone sus propias normas (CASEDE, 2011).Las consecu<strong>en</strong>cias de la guerra contra el narcotráfico han sido graves. Por ejemplo, seespera una disminución de la tasa de crecimi<strong>en</strong>to económico de Monterrey, y por consigui<strong>en</strong>te,un aum<strong>en</strong>to del desempleo. Adicionalm<strong>en</strong>te, el gobierno de los Estados Unidosrecomi<strong>en</strong>da abandonar la ciudad de Monterrey, con la consigui<strong>en</strong>te destrucción de capitalsocial —es decir, <strong>en</strong> la disminución de los contactos sociales establecidos—, lo que muyprobablem<strong>en</strong>te acarreará repercusiones sobre la tasa de inversión de la ciudad 11 .La gravedad de los hechos de los últimos años ha despertado el interés del sectorproductivo. Es por esa razón que ya hay propuestas para crear un nuevo cuerpo de policía,bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ado y especializado. Al respecto se puede leer la posición del presid<strong>en</strong>tede Cemex, Lor<strong>en</strong>zo Zambrano Treviño, una de las empresas más importantes de Monterrey,el cual está liderando la discusión sobre la importancia de contar con una policíaprofesional que infunda confianza <strong>en</strong> la ciudadanía:“T<strong>en</strong>emos que crear una academia para formar policías que estén orgullosos desu profesión, que la sociedad civil los vea como protectores y no como asaltantes.Lo sigui<strong>en</strong>te es involucrar a la ciudadanía. Que observe, que se coordine, queparticipe a través de las organizaciones y redes sociales. Que pase información9En José Juan Cervantes, investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Citado <strong>en</strong> El Nuevo Herald,“Monterrey trata de sobreponerse a la viol<strong>en</strong>cia”. 30 de junio de 2011.10Lor<strong>en</strong>zo Zambrano Treviño, presid<strong>en</strong>te de Cem<strong>en</strong>tos Mexicanos (CEMEX). Entrevistado por Pablo Ordaz de El País.“En México no vamos a permitir que se pierda Monterrey”, 21 de febrero de 2011.11La situación de inseguridad ha sido tan grave que ya se han hecho comunicaciones oficiales <strong>en</strong> las que explícitam<strong>en</strong>tese recomi<strong>en</strong>da abandonar la ciudad. Los m<strong>en</strong>os dramáticos recomi<strong>en</strong>dan que los funcionarios que t<strong>en</strong>ganfamilia por favor la traslad<strong>en</strong> a vivir a Dallas. “Según consejos reci<strong>en</strong>tes del Departam<strong>en</strong>to de Estado, Caterpillarles informó a los empleados expatriados <strong>en</strong> algunas regiones de México (incluida Monterrey) que ellos y sus familiasdeberían volver al país lo antes posible”, indicó Jim Dugan, el jefe de voceros de Caterpillar, <strong>en</strong> un e-mail a TheWall Street Journal. En El Empresario, “<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> <strong>en</strong> Monterrey provoca éxodo de ricos”. 13 de septiembre de 2010.73


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezde lo que está vi<strong>en</strong>do y le parezca sospechoso, que se involucre, que d<strong>en</strong>uncie, ypara ello, claro está, necesitamos autoridades confiables […] Estábamos dormidos[...]” 12 .Hay fuertes indicios de que el crim<strong>en</strong> organizado y las dificultades de la policía hang<strong>en</strong>erado un ambi<strong>en</strong>te de desconfianza social <strong>en</strong> la ciudad de Monterrey. En este caso,la desconfianza ha llegado a ser tan alta que se equipara al temor. En un contexto <strong>en</strong>donde el crim<strong>en</strong> organizado ti<strong>en</strong>e tanto poder, la implem<strong>en</strong>tación de políticas públicasde cohesión social debe ser vista <strong>en</strong> una lógica de prev<strong>en</strong>ción de mediano plazo, segúnlo muestra la evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> otras ciudades. Hay que seguir trabajando, e incluso increm<strong>en</strong>tando,los planes ori<strong>en</strong>tados hacia la superación de la desigualdad y la pobreza,para prev<strong>en</strong>ir el impacto social de la am<strong>en</strong>aza criminal, no para disminuir la tasa de crím<strong>en</strong>esdel pres<strong>en</strong>te. Para el mom<strong>en</strong>to de crisis, la necesidad más apremiante ti<strong>en</strong>e quever con la consolidación de una fuerza de coerción legítima y efici<strong>en</strong>te, con la experticiapara operar <strong>en</strong> ambi<strong>en</strong>tes urbanos. Así, para la situación actual, convi<strong>en</strong>e que la ciudadde Monterrey sea capaz de evaluar sus capacidades institucionales para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar ymanejar la am<strong>en</strong>aza ligada al crim<strong>en</strong> organizado. Para reducir los efectos sociales delcrim<strong>en</strong> <strong>en</strong> el futuro, las políticas de cohesión social, si bi<strong>en</strong> difíciles de implem<strong>en</strong>tar <strong>en</strong>el pres<strong>en</strong>te, sigu<strong>en</strong> constituy<strong>en</strong>do un recurso necesario para el desarrollo de la ciudad.Medellín: tanta coerción como sea necesaria, tanta prev<strong>en</strong>ción como sea posibleMedellín es la segunda ciudad de Colombia, con 2.6 millones de habitantes; la ciudad ysu área metropolitana ti<strong>en</strong><strong>en</strong> 3.5 millones 13 . La ciudad es un c<strong>en</strong>tro industrial y tambiénuno de los epic<strong>en</strong>tros urbanos del narcotráfico. Medellín es conocida también por ser laciudad <strong>en</strong> la que creció y operó Pablo Escobar Gaviria, tal vez el capo más conocido <strong>en</strong>la historia del narcotráfico <strong>en</strong> Colombia. La historia de la viol<strong>en</strong>cia y la inseguridad dela ciudad se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra ligada al modo <strong>en</strong> que Escobar y sus cómplices lucharon contrael Estado con el fin de evitar la extradición. Escobar se había convertido <strong>en</strong> congresistay luego fue acusado de ser narcotraficante. Se le atribuye el homicidio del ministrode Justicia que lo d<strong>en</strong>unció. Escobar <strong>en</strong>tregaba armas a los jóv<strong>en</strong>es de los barrios pobresy los contrataba para matar policías y garantizar el cumplimi<strong>en</strong>to de los contratoscriminales. Todos los narcotraficantes debían pagar una contribución a Escobar parafinanciar la guerra contra el Estado, con el fin de abolir la extradición. La guerra <strong>en</strong>treEscobar y el Estado disparó el número de homicidios <strong>en</strong> la ciudad. En 1992, la tasa dehomicidios de Medellín alcanzó los 370 homicidios por cada 100.000 habitantes. Esemismo año, fueron asesinadas cerca de 6.000 personas, la mayoría de ellas jóv<strong>en</strong>es(Cardona et al., 2005).La viol<strong>en</strong>cia llegó a ser tan extrema, que la Asamblea Nacional Constituy<strong>en</strong>te de Colombiadecidió votar <strong>en</strong> contra de la extradición de nacionales. Cuando esto ocurrió, dis-12Lor<strong>en</strong>zo Zambrano Treviño, Presid<strong>en</strong>te de Cem<strong>en</strong>tos Mexicanos (CEMEX). Entrevistado por Pablo Ordaz de El País.“En México no vamos a permitir que se pierda Monterrey”, 21 de febrero de 2011.13Departam<strong>en</strong>to Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE). Datos disponibles <strong>en</strong> www.dane.gov.co.74


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratoriominuyó la viol<strong>en</strong>cia y Escobar se sometió a la justicia. Desde la cárcel, Escobar siguiódelinqui<strong>en</strong>do y se escapó cuando el Estado decidió quitarle los privilegios que t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> elpresidio que construyó él mismo. Un año después, <strong>en</strong> 1993, Escobar fue hallado muerto<strong>en</strong> un complejo operativo <strong>en</strong> donde participó la policía, la DEA y algunos de sus <strong>en</strong>emigos.Desde <strong>en</strong>tonces, se ha producido una disputa sobre el control del crim<strong>en</strong> organizado<strong>en</strong> la ciudad de Medellín, la cual explica, al m<strong>en</strong>os parcialm<strong>en</strong>te, los cambios <strong>en</strong> latasa de homicidios. Por ejemplo, algunos autores afirman que Diego Murillo, alias “DonBerna”, un narcotraficante <strong>en</strong>emigo de Escobar, se convirtió <strong>en</strong> el señor del crim<strong>en</strong> <strong>en</strong>Medellín, y que una de sus consignas era evitar el “cal<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to de la ciudad”, esdecir, un aum<strong>en</strong>to de la viol<strong>en</strong>cia. Por esa razón, el señor decidió poner ord<strong>en</strong> y ejecutóa aquellos que usaban la viol<strong>en</strong>cia de modo injustificado e indiscriminado. Debido alo anterior, algunos hablan de esa época como la “donbernabilidad” de la seguridad(Serrano, 2010; La Silla Vacía, 2010).En Medellín, una gran cantidad de jóv<strong>en</strong>es ha recibido <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to militar. Es poresa razón que muchas pandillas lograron controlar varias zonas pobres de la ciudad.El control llegó a ser tan fuerte, que esos mismos grupos de delincu<strong>en</strong>tes empezarona cobrar impuestos a los habitantes de los barrios que estaban bajo su control. Fr<strong>en</strong>tea esa situación, el Presid<strong>en</strong>te Álvaro Uribe (2002-2010) tomó la decisión <strong>en</strong> 2002 detomar el control de estos barrios y para ello puso <strong>en</strong> marcha la Operación Orión, operativomilitar y policial que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tó a los cuerpos armados auspiciados por las FARC 14 .Adicionalm<strong>en</strong>te, se atribuye también a la gestión del alcalde Sergio Fajardo —el cualfue considerado el mejor alcalde del país— el diseño de una estrategia de interv<strong>en</strong>ciónsocial <strong>en</strong> los barrios más pobres con el fin de mostrar que el Estado está dispuesto apagar la deuda social con los pobres.En la administración de Fajardo se hizo énfasis <strong>en</strong> la construcción de escuelas públicasque fueran espacios atractivos desde el punto de vista educativo y arquitectónico. Elobjetivo era educar a los niños <strong>en</strong> lugares dignos y mostrar rutas de asc<strong>en</strong>so social basadas<strong>en</strong> la legalidad. Algunos afirman también que los esfuerzos del Presid<strong>en</strong>te Uribepor pacificar las comunas —con la ayuda de la policía y el Ejército— explican la caída <strong>en</strong>los indicadores de viol<strong>en</strong>cia 15 . La tasa de homicidios de la ciudad bajó hasta 29 por cada14La Operación Orión fue muy controvertida. El Def<strong>en</strong>sor del Pueblo, que es la máxima autoridad constitucionalcolombiana responsable de la protección de los Derechos Humanos, dijo que estas operaciones se deb<strong>en</strong> realizarcon estricta vigilancia por parte de otras ag<strong>en</strong>cias del Estado y de la ciudadanía. A la Operación Orión se le atribuyela desaparición de más de 40 personas; algunos habitantes dic<strong>en</strong> que hay fosas con más de 300 cadáveres<strong>en</strong>terrados. La Operación Orión facilitó la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la Comuna 13 de las Autodef<strong>en</strong>sas Unidas de Colombia. EstasAutodef<strong>en</strong>sas estaban lideradas por un alias de Don Berna, que <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to se hacía llamar Adolfo Paz. DonBerna fue luego extraditado por tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, a pesar de estar inscrito <strong>en</strong> un programade desmovilización de las Autodef<strong>en</strong>sas. La ciudadanía reconoce la importancia del control territorial por parte delEstado. La policía y el Ejército hac<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la Comuna 13 desde <strong>en</strong>tonces, sin embargo, sigu<strong>en</strong> los <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos<strong>en</strong>tre pandillas (Semana, 2010). Con respecto a la presunta violación al DIH se pued<strong>en</strong> consultar los casos<strong>en</strong> la Revista Noche y Niebla del CINEP, la ONG más importante <strong>en</strong> materia de def<strong>en</strong>sa de los Derechos Humanos<strong>en</strong> Colombia. Comp<strong>en</strong>dio de casos ocurridos <strong>en</strong> la Operación Orión, publicados <strong>en</strong> la Revista Noche y Niebla No.26.15Presid<strong>en</strong>cia de la República de Colombia, Ministerio de Def<strong>en</strong>sa Nacional. “Efectividad de la Política de Def<strong>en</strong>say Seguridad Democrática”. Bogotá; agosto 2002-<strong>en</strong>ero 2004.75


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquez100.000 <strong>en</strong> 2007. En los últimos años se ha pres<strong>en</strong>tado un alza sost<strong>en</strong>ida y se esperaque 2011 termine con cerca de 2000 homicidios. Esta cifra no se compara con el númerode muertos a principios de los nov<strong>en</strong>ta, pero sí es el doble de asesinatos de 2010.En los últimos años, el Gobierno Nacional y la Alcaldía de Medellín han redobladolos esfuerzos por disminuir los homicidios <strong>en</strong> la ciudad y para ello han combinado coercióncon inversión social. Por ejemplo, <strong>en</strong> 2005 empezó el programa de desmovilizaciónde paramilitares <strong>en</strong> el país y la ciudad se b<strong>en</strong>efició de ello. Muchos delincu<strong>en</strong>tesprofesionales compraron la idea y se desvincularon de la vida criminal. Sin embargo,algunos decidieron seguir delinqui<strong>en</strong>do a pesar de haberse desmovilizado, y prefirieronregresar al mundo del delito. El reto es seguir mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do a estas personas d<strong>en</strong>tro dela cultura de la legalidad.Algunos autores, incluido el alcalde Alonso Salazar (2008-2011), describieron parala Medellín de los años 80 e inicio de los años 90 la exist<strong>en</strong>cia de una “cultura delnarcotráfico” (Salazar y Jaramillo, 1992). Muchos niños y jóv<strong>en</strong>es aspiran a convertirse<strong>en</strong> sicarios y criminales. Aún hoy el número de organizaciones criminales es muy alta:hay cobros de extorsiones al comercio y a los hogares <strong>en</strong> amplias zonas de la ciudad.En muchos barrios hay desconfianza de la policía, y eso dificulta el control del crim<strong>en</strong>.Además, <strong>en</strong> zonas puntuales de la ciudad se pres<strong>en</strong>tan combates <strong>en</strong>tre bandas; dondese utilizan armas largas. Se puede decir que <strong>en</strong> Medellín algunas organizaciones criminalesti<strong>en</strong><strong>en</strong> control territorial. En contraste con lo anterior, Medellín continúa laestrategia de recuperación del control territorial del Estado, <strong>en</strong> sus barrios, a travésde territorios integrados. El camino de construir confianza interpersonal y la confianzahacia el Estado, aun no es completo y, por el contrario, siempre hay que considerarlo<strong>en</strong> riesgo mi<strong>en</strong>tras persista, si bi<strong>en</strong> disminuida, la viol<strong>en</strong>cia homicida utilizada comoinstrum<strong>en</strong>to de poder por parte del crim<strong>en</strong> organizado.El ejemplo de Medellín, según ONU-Habitat, BID y ACI Medellín (2011), muestra unavía interesante: combinar coerción legítima del Estado con políticas de integración.Para ello ha propuesto el urbanismo social como el mecanismo para construir el pu<strong>en</strong>te<strong>en</strong>tre seguridad y el derecho a la ciudad 16 .Río de Janeiro: la confianza <strong>en</strong> la mitad de la guerra urbanaEn los años 60 y 70, <strong>en</strong> Brasil, se produjo el primer contacto <strong>en</strong>tre los movimi<strong>en</strong>tos revolucionariosy las naci<strong>en</strong>tes organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas.El contacto <strong>en</strong>tre estas dos organizaciones se produjo <strong>en</strong> las cárceles y permitió la transfer<strong>en</strong>ciade conocimi<strong>en</strong>tos clave. Los revolucionarios le <strong>en</strong>señaron a los futuros nar-16Velásquez, <strong>en</strong> la pres<strong>en</strong>tación del libro Laboratorio Medellín: Catálogo de diez prácticas vivas (ONU-Habitat-BID yACI Medellín, 2011), plantea: “El concepto de seguridad <strong>en</strong> las ciudades estuvo relacionado tradicionalm<strong>en</strong>te conlos temas de prev<strong>en</strong>ción y combate a las difer<strong>en</strong>tes manifestaciones de la viol<strong>en</strong>cia y la criminalidad urbana (…)D<strong>en</strong>tro de esta perspectiva se define una ciudad segura como aquella <strong>en</strong> la cual está garantizada la estabilidadpolítica, el acceso equitativo a los bi<strong>en</strong>es y servicios urbanos, el desarrollo territorial ord<strong>en</strong>ado, el uso racional delos recursos naturales y la conviv<strong>en</strong>cia pacífica de sus habitantes, y <strong>en</strong> la cual exist<strong>en</strong> condiciones para prev<strong>en</strong>ir ymitigar los difer<strong>en</strong>tes tipos de vulnerabilidades y am<strong>en</strong>azas que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan”.76


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratoriocotraficantes la importancia de conceptos organizacionales fundam<strong>en</strong>tales, tales comolas líneas de mando y las operaciones urbanas basadas <strong>en</strong> células autónomas (Leeds,1996). El contacto <strong>en</strong>tre estas dos organizaciones se produjo <strong>en</strong> el marco de una dictaduraque reprimió fuertem<strong>en</strong>te los movimi<strong>en</strong>tos de izquierda e inició una lucha contra ladelincu<strong>en</strong>cia común violando <strong>en</strong> ocasiones los derechos humanos (Misse, 2010).Este singular proceso de transfer<strong>en</strong>cia de conocimi<strong>en</strong>tos se produce <strong>en</strong> medio de uncrecimi<strong>en</strong>to de la demanda internacional y local por drogas. Al final de este proceso, <strong>en</strong>Río de Janeiro se produce una minuciosa división territorial, <strong>en</strong> la que cada organizacióncriminal se comporta como un monopolio de la v<strong>en</strong>ta de drogas <strong>en</strong> cada “favela”,es decir, <strong>en</strong> los barrios pobres ubicados <strong>en</strong> las colinas de la ciudad. Las favelas sonas<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos urbanos irregulares formados <strong>en</strong> los años 60 y 70 que se caracterizanpor la baja planificación y la poca integración a la economía formal. En términos espaciales,las favelas son espacios de difícil acceso para el Estado, tanto desde el punto devista de control militar y policial, como para el acceso a los servicios públicos y el restode la oferta institucional estatal.Cabe anotar que cada organización criminal ha controlado el territorio de la favelapor medio de la viol<strong>en</strong>cia, y dicho control se logra gracias a una gran oferta de armas(Rangel-Bandeira, 2002). Hay evid<strong>en</strong>cia de que las organizaciones criminales cu<strong>en</strong>tancon programas de vinculación de jóv<strong>en</strong>es, lo cual explica <strong>en</strong> gran medida la elevadatasa de homicidio masculino (Zaluar, 2010). Río de Janeiro t<strong>en</strong>ía una tasa de homicidiode 51 por 100.000 habitantes para el 2004, la cual se distribuye de modo particular<strong>en</strong> la ciudad: <strong>en</strong> las zonas más pobres, la tasa de homicidio puede alcanzar los 461homicidios por cada 100.000 habitantes (como es <strong>en</strong> Bonsucesso), mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong>las localidades más tranquilas —es decir, aquellas con mayor pres<strong>en</strong>cia del Estado—alcanza una tasa de 11, como es el caso de Ipanema (todas estas son cifras para 2004)(Dreyfus y Fernandes, 2008) 17 .Además del control del mercado de drogas, los delincu<strong>en</strong>tes también regulan la v<strong>en</strong>tade bi<strong>en</strong>es y servicios <strong>en</strong> mercados “grises”. Es por esa razón que el crim<strong>en</strong> organizado<strong>en</strong> Río de Janeiro regula la prostitución y los juegos de azar. Estas organizacionesnarcotraficantes participan incluso <strong>en</strong> el control de la delincu<strong>en</strong>cia común, control que,según algunos autores, la ciudadanía ti<strong>en</strong>de a percibir incluso más efectivo que el controlde la propia policía (Misse, 2010).Vale la p<strong>en</strong>a señalar que las organizaciones criminales impon<strong>en</strong> un ord<strong>en</strong> social particularacorde con el tipo de bi<strong>en</strong>es transados, es decir, no todo es desord<strong>en</strong> <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>ciade los bandidos. Incluso <strong>en</strong> algunos casos se ha podido docum<strong>en</strong>tar que estos últimos17En el trabajo de Pablo G. Dreyfus y Rubem Cesar Fernandes (2007), <strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> Urbana Armada <strong>en</strong> América Latina:otro conflicto, se muestra el modo <strong>en</strong> que los jóv<strong>en</strong>es juegan un papel clave <strong>en</strong> la viol<strong>en</strong>cia urbana <strong>en</strong> las ciudadesde AL. De acuerdo con la interpretación de los autores, la rápida migración del campo a la ciudad no causó viol<strong>en</strong>cia<strong>en</strong>seguida. Sólo después de dos o tres g<strong>en</strong>eraciones se produjo la viol<strong>en</strong>cia. La explicación se basa <strong>en</strong> lasdifer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre las expectativas de consumo urbano prometido y las posibilidades reales de alcanzarlo. Estas difer<strong>en</strong>ciasse viv<strong>en</strong> de modo particularm<strong>en</strong>te dramático por parte de los jóv<strong>en</strong>es, y es lo que los empuja a vincularsea las organizaciones criminales. T<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta este diagnóstico, los autores hac<strong>en</strong> un llamado a conc<strong>en</strong>traresfuerzos <strong>en</strong> la at<strong>en</strong>ción de niños y jóv<strong>en</strong>es.77


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezti<strong>en</strong><strong>en</strong> programas de asist<strong>en</strong>cia social que son útiles para disputarle al Estado la legitimidad.El control territorial ha v<strong>en</strong>ido acompañado de abusos por parte de las organizacionescriminales, y es por esa razón que han surgido grupos de autodef<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> los barrioscon el fin de cont<strong>en</strong>er la viol<strong>en</strong>cia. Policías, ex policías, bomberos y habitantes del barriohan constituido grupos justicieros que reprim<strong>en</strong> las organizaciones criminales 18 .La v<strong>en</strong>ta local de drogas se ha convertido <strong>en</strong> un inc<strong>en</strong>tivo para que la policía localparticipe <strong>en</strong> el negocio. Hay indicios de que la policía ha extorsionado a narcotraficantesy, <strong>en</strong> algunos casos, ha usado la viol<strong>en</strong>cia ilegal con el fin de extraer ganancias deeste negocio ilícito. Hay evid<strong>en</strong>cia testimonial de que <strong>en</strong> algunas favelas los habitantespercib<strong>en</strong> que la policía es un grupo delincu<strong>en</strong>te amparado <strong>en</strong> la ley. El asunto se hahecho muy complejo, porque, además, las organizaciones criminales son a veces políticam<strong>en</strong>temuy activas, ya que ello les permite t<strong>en</strong>er contacto con los miembros delos cuerpos legislativos locales. Este es otro modo que usan los narcotraficantes pararegular la coerción del Estado.El gobierno local tomó la decisión de disputarle el control territorial al crim<strong>en</strong> organizado<strong>en</strong> Río de Janeiro, y para ello, se han implem<strong>en</strong>tado planes de choque <strong>en</strong> los quela policía militar y la policía local <strong>en</strong>tran a combatir las bandas <strong>en</strong> las favelas. Estas operacionesimplican el despliegue rápido de la fuerza pública y se reconoc<strong>en</strong> localm<strong>en</strong>tecomo blitz. Estos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos han producido la muerte de personas inoc<strong>en</strong>tes. Laint<strong>en</strong>sidad de los combates ha sido tan cru<strong>en</strong>ta, que <strong>en</strong> algunos casos ha sido necesarioel uso de máquinas militares como tanques de guerra. Estos combates urbanos han sidodocum<strong>en</strong>tados como un ejemplo de las guerras futuras que deberá <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la policía.En un contexto como este se afecta la construcción de cohesión social. En pres<strong>en</strong>ciade una guerra urbana <strong>en</strong>tre el crim<strong>en</strong> organizado y la fuerza pública, se disminuy<strong>en</strong>las oportunidades para desarrollar un proyecto de vida <strong>en</strong> común. La cohesión socialrequiere niveles mínimos de pacificación para poder poner <strong>en</strong> marcha la alineación delos intereses individuales <strong>en</strong> pos de una sociedad mejor. Y por esta razón, los procesosde los últimos dos años <strong>en</strong> esta ciudad parec<strong>en</strong> prometedores.Se ha desarrollado <strong>en</strong> Río de Janeiro un dispositivo de interv<strong>en</strong>ción sust<strong>en</strong>tado <strong>en</strong>dos instrum<strong>en</strong>tos: UPP y UPP<strong>Social</strong>. UPP por Unidad de Policía Pacificadora <strong>en</strong> 2009,y UPP<strong>Social</strong> como la compon<strong>en</strong>te de consolidación social de las favelas interv<strong>en</strong>idaspor las UPP, <strong>en</strong> 2011, si<strong>en</strong>do la herrami<strong>en</strong>ta de pres<strong>en</strong>cia y control territorial de las favelas,desplegada por la policía federal. La UPP<strong>Social</strong> se ha conc<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> consolidarlos avances logrados con la pres<strong>en</strong>cia policial, con la lógica de revertir el legado de laviol<strong>en</strong>cia y la exclusión territorial y a través de la coordinación de proyectos localesconcretos apoyo a organizaciones, la recuperación de espacios públicos, mejorami<strong>en</strong>tode as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos urbanos, mejorami<strong>en</strong>to de servicios básicos, oferta de oportunidadespara los jóv<strong>en</strong>es e iniciativas ciudadanas, culturales, deportivas y de ocio 19 . Futuras18Hay indicios de que el número de policías <strong>en</strong> Río no es sufici<strong>en</strong>te. Fr<strong>en</strong>te a esto, la población ha decidido organizarsey crear organizaciones armadas con capacidad operacional. Estas organizaciones ejecutan a presuntosbandidos <strong>en</strong> juicios rápidos (Anderson, 2010).19Ver http://www.uppsocial.com.br/o-projeto.78


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioevaluaciones de impacto <strong>en</strong> disminución del crim<strong>en</strong>, <strong>en</strong> avances <strong>en</strong> cohesión social y <strong>en</strong>construcción de confianza interpersonal e impersonal <strong>en</strong> las favelas, permitirán medirlos avances de la solución de Río de Janeiro.Cuadro 1¿Qué funcionó y qué no funcionó <strong>en</strong> la lucha contra el crim<strong>en</strong> organizado <strong>en</strong> las tresciudades analizadas? El <strong>en</strong>foque de la compet<strong>en</strong>cia institucional: criminales vs.Estado 20 .1. En el caso de Monterrey, la respuesta del Estado ha sido demasiadotardía. Todavía hay ciudades <strong>en</strong> AL cuyas élites afirman que sus ciudadesson inmunes al crim<strong>en</strong> organizado. La realidad muestra que elcrim<strong>en</strong> organizado puede as<strong>en</strong>tarse <strong>en</strong> cualquier ciudad que muestrev<strong>en</strong>tajas operativas para el delito, tales como: pobreza, desigualdad,geografía, mano de obra jov<strong>en</strong> y una policía corruptible. Desafortunadam<strong>en</strong>te,un gran número de ciudades <strong>en</strong> AL ll<strong>en</strong>an estos requisitos.La recom<strong>en</strong>dación es asumir que el crim<strong>en</strong> organizado hará pres<strong>en</strong>cia<strong>en</strong> la ciudad tarde o temprano, y para ello se debe contar con unapolicía profesional, altam<strong>en</strong>te jerarquizada, con espíritu de cuerpo ycon gran capacidad operativa. No funciona suponer que la viol<strong>en</strong>ciano llegará a nuestras ciudades; la sociedad local debe asumir que elcrim<strong>en</strong> organizado es móvil y siempre está buscando nuevas “oportunidadesde inversión”, es decir, nuevas ciudades y barrios que t<strong>en</strong>ganun <strong>en</strong>torno g<strong>en</strong>eroso para el delito.2. En el caso de Medellín, sólo hasta 2002 se tomó la decisión de tomarel control territorial de barrios <strong>en</strong> los que gobernaba la viol<strong>en</strong>cia.Después de esa interv<strong>en</strong>ción, bajaron las tasas de homicidios y el Estadoha procurado mant<strong>en</strong>er una oferta institucional capaz de sustituirla oferta de bi<strong>en</strong>es y servicios de los criminales. Desde <strong>en</strong>tonces, nose permite que las organizaciones criminales t<strong>en</strong>gan un papel <strong>en</strong> lasolución de los conflictos <strong>en</strong> los barrios. La interv<strong>en</strong>ción armada <strong>en</strong> losbarrios funcionó, pero se debe realizar con un estricto acompañami<strong>en</strong>tode los organismos de Derechos Humanos, con el fin de dar pl<strong>en</strong>alegitimidad al proceso. Solo después de que el Estado controla el territoriose puede hablar de promoción de la cohesión y la confianza. La20Este análisis se basa <strong>en</strong> el docum<strong>en</strong>to Innovación criminal vs. innovación del Estado. Un análisis de las capacidadesorganizacionales del Estado y de los narcotraficantes (Rivera, De León Beltrán y Olaya 2011). En ese docum<strong>en</strong>to sellama la at<strong>en</strong>ción sobre las capacidades de innovación que debe desarrollar el Estado para competir contra lasnuevas estructuras criminales del narcotráfico. En especial, se trata de mostrar que las principales innovaciones serelacionan con el diseño de las organizaciones.79


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioTanto la delincu<strong>en</strong>cia común como el narcotráfico operan por medio de una estructuraque les permite cierto grado de efici<strong>en</strong>cia operacional. De este modo, hay una compet<strong>en</strong>cia<strong>en</strong>tre dos clases de organizaciones para controlar ciertos aspectos de la vida<strong>en</strong> sociedad. Por un lado, las organizaciones del Estado y por el otro las organizacionescriminales. Es posible que la sociedad civil quede <strong>en</strong> la mitad de esta disputa, porqu<strong>en</strong>o suele t<strong>en</strong>er un alto grado de organización. Es por ello que a veces no resulta razonablepedirle a la sociedad civil que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te el delito común y mucho m<strong>en</strong>os al crim<strong>en</strong>organizado. La sociedad civil solo puede conjurar esa am<strong>en</strong>aza si es capaz tambiénde desarrollar una estructura organizacional que le ayude a def<strong>en</strong>derse, lo cual va <strong>en</strong>contravía de los procesos de monopolización de la coerción de los Estados modernos.Desde este punto de vista, el único modo de preservar la confianza y la cohesión social<strong>en</strong> medio de elevadas tasas de criminalidad es por medio de una decidida acción delEstado <strong>en</strong> contra de las estructuras criminales.El Estado es la única organización legal y legítimam<strong>en</strong>te autorizada para controlarlas acciones de los criminales organizados interesados <strong>en</strong> aprovechar la confianza social.La construcción de confianza pasa por cont<strong>en</strong>er la expansión del crim<strong>en</strong> organizadoy la delincu<strong>en</strong>cia común; y esto únicam<strong>en</strong>te se puede hacer si se aum<strong>en</strong>tan las capacidadesger<strong>en</strong>ciales y administrativas de las <strong>en</strong>tidades responsables del tema. Incluso,la percepción de seguridad puede pasar a un segundo plano si la ocurr<strong>en</strong>cia de ciertosdelitos es demasiado alta, como es el caso de los homicidios <strong>en</strong> algunos países.Asumi<strong>en</strong>do ese punto de vista, <strong>en</strong>tonces la lucha contra el crim<strong>en</strong> se convierte <strong>en</strong>una línea de acción clave <strong>en</strong> promoción de la cohesión social. Si el control del crim<strong>en</strong>no se convierte <strong>en</strong> una prioridad de los Estados <strong>en</strong>tonces la democracia misma puedeestar <strong>en</strong> riesgo como consecu<strong>en</strong>cia del apoyo masivo de la sociedad hacia las solucionesbasadas <strong>en</strong> la autoridad o, lo que es peor, la sociedad puede apr<strong>en</strong>der a convivir conlas organizaciones de bandidos que regulan la oferta de bi<strong>en</strong>es y servicios <strong>en</strong> el barrio.O quizás pueda pasar algo peor, a saber, “la ‘privatización’ del ord<strong>en</strong> por la vía de laautodef<strong>en</strong>sa” (Tironi, 2011).Uno de los desafíos más grandes que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan algunas ciudades de AL es lograr ejercerpl<strong>en</strong>o control sobre el territorio <strong>en</strong> ciertos barrios; solo de esta manera se puede promoverel desarrollo económico y la cohesión social. En palabras de Alejandro Foxley, presid<strong>en</strong>tede CIEPLAN, a propósito de la poca pres<strong>en</strong>cia del Estado <strong>en</strong> algunas zonas urbanas:“Un severo déficit institucional es el de la seguridad para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar graves problemasde crím<strong>en</strong>es y viol<strong>en</strong>cia. Algunas áreas urbanas <strong>en</strong> las grandes ciudadesson verdaderos ‘Estados fallidos’ d<strong>en</strong>tro del Estado, zonas donde pandillas y mafiasconectadas a la droga prevalec<strong>en</strong> sobre la policía y el sistema judicial. Estadebe ser la más alta prioridad para varios países <strong>en</strong> la región si quier<strong>en</strong> crear lascondiciones para atraer las inversiones locales y extranjeras de alta calidad quese requier<strong>en</strong> para evitar la trampa del ingreso medio” 22 .22Seminario Cohesión <strong>Social</strong>, Desarrollo y Democracia. Santiago de Chile, 29 de julio de 2010.81


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezLas sigui<strong>en</strong>tes son algunas recom<strong>en</strong>daciones para construir instituciones policialesque g<strong>en</strong>er<strong>en</strong> confianza a los ciudadanos <strong>en</strong> AL, <strong>en</strong> aquellos territorios urbanos expuestosa la am<strong>en</strong>aza del crim<strong>en</strong> organizado:1. Se requier<strong>en</strong> cuerpos de policías conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te jerarquizados, c<strong>en</strong>tralizados,profesionales y con una carrera administrativa especial. Son m<strong>en</strong>os recom<strong>en</strong>dablespolicías desc<strong>en</strong>tralizadas, puesto que son más vulnerables a la corrupción.2. Se requier<strong>en</strong> cuerpos de policía con capacidades operacionales especializadas<strong>en</strong> la producción de intelig<strong>en</strong>cia, manejo de pruebas judiciales y la acción <strong>en</strong>áreas urbanas.3. Se requiere una interv<strong>en</strong>ción decidida para tomar el control territorial <strong>en</strong> laszonas de la ciudad <strong>en</strong> donde el crim<strong>en</strong> organizado gobierna, bajo estricto marcode respeto de derechos humanos.4. También deb<strong>en</strong> contar los cuerpos de policía con capacidades, conocimi<strong>en</strong>tosy doctrina para desarrollar actividades de policía de proximidad tan pronto lasacciones rápidas de coerción legítima permitan dicha interv<strong>en</strong>ción. La policía deproximidad se debe sust<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> un conocimi<strong>en</strong>to del territorio de trabajo, <strong>en</strong>una compr<strong>en</strong>sión de los demás servicios de la administración pública y <strong>en</strong> unafacilidad de articulación con la comunidad. La forma de policía de proximidadcontribuye <strong>en</strong> la promoción de confianza social de largo plazo <strong>en</strong>tre los vecinosdel barrio y <strong>en</strong>tre ellos y la policía; esta red de confianza será la fu<strong>en</strong>te principalde regulación de la vida social <strong>en</strong> el nuevo mundo de la legalidad.En complem<strong>en</strong>to, se requiere el diseño de programas sociales que permitan la consolidaciónde las zonas interv<strong>en</strong>idas. Estos programas afirman la confianza de la ciudadaníay promuev<strong>en</strong> el desarrollo humano. La interv<strong>en</strong>ción social puede incluir: escuelasde alta calidad funcional y arquitectónica, que se conviertan <strong>en</strong> el eje de la vida delbarrio; c<strong>en</strong>tro de ofertas de servicios judiciales, para que los ciudadanos compr<strong>en</strong>dancómo se resuelv<strong>en</strong> los conflictos de manera pacífica y legal; c<strong>en</strong>tros de empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to,para que los ciudadanos perciban al Estado interesado <strong>en</strong> darles apoyo <strong>en</strong> la creaciónde nuevos empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos d<strong>en</strong>tro de la legalidad; c<strong>en</strong>tros financieros, para que laszonas interv<strong>en</strong>idas cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con una vida financiera legal perman<strong>en</strong>te; y programas deeducación técnica y superior, para quitarle la mano de obra a las organizaciones criminales.Finalm<strong>en</strong>te, estos aspectos pued<strong>en</strong> ser parte de las ag<strong>en</strong>das de desarrollo urbanosost<strong>en</strong>ible, por ejemplo, a través de la perspectiva planteada por el Programa GlobalCiudades más Seguras de ONU-Habitat (Ver Cuadro 2).82


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioCuadro 2Aspectos clave para una estrategia de seguridad urbana y cohesión social comoparte de una ag<strong>en</strong>da de desarrollo urbano sost<strong>en</strong>ible <strong>en</strong> la lógica de ONU-HABITAT(Velásquez, 2010).I. Prev<strong>en</strong>ción de la inseguridad urbana a través de la reducción de las vulnerabilidadessociales urbanas vis-à-vis el crim<strong>en</strong> urbano y la viol<strong>en</strong>ciaHay una necesidad de id<strong>en</strong>tificar los <strong>en</strong>tornos socioeconómicos vulnerables queafectan a grupos difer<strong>en</strong>tes de posibles víctimas, pero que también empujan a laspersonas a volverse perpetradores pot<strong>en</strong>ciales (UN-Habitat, 2009). La juv<strong>en</strong>tuddesempleada y las mujeres son grupos particularm<strong>en</strong>te expuestos <strong>en</strong> los <strong>en</strong>tornosurbanos y las situaciones de vulnerabilidad. Mejorar los servicios urbanos <strong>en</strong> losámbitos educativo, cultural, de servicios y deportivo, y a través de la creación deempleos dec<strong>en</strong>tes, apunta a reducir las vulnerabilidades urbanas fr<strong>en</strong>te al crim<strong>en</strong>y a la viol<strong>en</strong>cia, esto es, a disminuir las posibilidades de victimización para grupossociodemográficos focalizados. Reforzar los elem<strong>en</strong>tos de capital social urbano, <strong>en</strong>particular <strong>en</strong> los ambi<strong>en</strong>tes urbanos de posibles víctimas o de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto,con la ley, que también son víctimas, reduce los problemas de marginalización, amplíalas posibilidades de resili<strong>en</strong>cia y, <strong>en</strong> últimas, disminuye las vulnerabilidadesde víctimas pot<strong>en</strong>ciales de la viol<strong>en</strong>cia y el crim<strong>en</strong>.II. Construir seguridad urbana a través de la planeación urbana y el mejorami<strong>en</strong>to debarriosEsto involucra la mejora de la seguridad a través de una mejor planeación urbana,y de mejores prácticas socioeconómicas y de gestión barrial. La planeación yla interv<strong>en</strong>ción integral de los <strong>en</strong>tornos locales los puede transformar <strong>en</strong> <strong>en</strong>tornosseguros y de conviv<strong>en</strong>cia. La implicación natural de este proceso es la integraciónde la dim<strong>en</strong>sión de prev<strong>en</strong>ción y seguridad urbana <strong>en</strong> los proyectos ordinarios deplaneación y diseño urbanos, así como de recuperación y mejorami<strong>en</strong>to integralde barrios. Ya se ha demostrado por ejemplo que el diseño del alumbrado público,de infraestructura de transporte, de espacios públicos, de mercados, contribuy<strong>en</strong>de manera sustantiva a la mejora de la seguridad para mujeres y niñas. La interv<strong>en</strong>ciónintegral <strong>en</strong> barrios desfavorecidos, como el diseño de infraestructuras yequipami<strong>en</strong>tos colectivos <strong>en</strong> los barrios deb<strong>en</strong> tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta los impactos <strong>en</strong> laseguridad y la conviv<strong>en</strong>cia.III. Mejorar la gobernanza de la seguridad urbanaLa efectividad y la escala de las políticas públicas de prev<strong>en</strong>ción también dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong><strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida de los actores de la seguridad urbana, esto es, de susintereses, motivaciones, disposición, además de sus capacidades y posibilidades.Resulta fundam<strong>en</strong>tal que una vez id<strong>en</strong>tificados los actores de la seguridad urbana,se pueda establecer un esquema apropiado que facilite su integración a la toma de83


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquezdecisiones. De la misma manera, las ciudades deb<strong>en</strong> desarrollar formas de participaciónciudadana <strong>en</strong> la construcción e implem<strong>en</strong>tación de la política pública. Paraasumir su papel, las ciudades deb<strong>en</strong> contar con un marco institucional apropiadoy con recursos financieros pertin<strong>en</strong>tes. Es ideal que, <strong>en</strong> coher<strong>en</strong>cia con el régim<strong>en</strong>político institucional del país, puedan t<strong>en</strong>er un papel <strong>en</strong> la aplicación de la políticade prev<strong>en</strong>ción, coordinar adecuadam<strong>en</strong>te con la policía, asegurar la participaciónde la población y adoptar políticas transpar<strong>en</strong>tes de combate a la corrupción (UN-Habitat, 2009). Se trata, ni más ni m<strong>en</strong>os, de contar con una capacidad colectivaadecuada para tomar decisiones con calidad <strong>en</strong> prev<strong>en</strong>ción y seguridad ciudadanay para su implem<strong>en</strong>tación (Velásquez, 2009; Velásquez y Giraldo, 2009). La participaciónde la comunidad <strong>en</strong> la seguridad urbana y el desarrollo de iniciativascomunitarias innovadoras son elem<strong>en</strong>tos clave para fom<strong>en</strong>tar un s<strong>en</strong>tido de solidaridady proveer una respuesta más sost<strong>en</strong>ible a la inseguridad, lo cual contribuye aoptimizar la cohesión social (UN-Habitat, 2009).84


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioAnexosANEXO 0-A ESTADÍSTICAS DESCRIPTIVASEstadísticas descriptivas para los países no latinoamericanos¿La mayoría de las personaspued<strong>en</strong> ser confiables? Sí / No (%de la población)Tasa de homicidios por año porcada 100.000 habitantesTasa de incid<strong>en</strong>cia de la pobreza,sobre la base de $1,25 por día(PPA) (% de la población)N Mínimo Máximo Media Desv. típ.84 3,8 74,2 26,8536 15,4448684 0 43 4,652 7,3486949 2 88,52 17,1159 23,45781Población urbana (% del total) 84 12,82 100 61,7005 21,36998Participación <strong>en</strong> el ingreso del10% mejor remunerado de lapoblaciónN válido (según lista) 4977 17,49 44,93 27,9469 4,83519Países: Albania, Algeria, Arm<strong>en</strong>ia, Australia, Austria, Azerbaijan, Bangladesh, Belarus, Bosnia and Herzegovina, Bulgaria, BurkinaFaso, Canada, Croatia, Cyprus, Czech Republic, China, D<strong>en</strong>mark, Egypt, Estonia, Ethiopia, Finland, France, Georgia, Germany, Ghana,Great Britain, Greece, Hong Kong, Hungary, Iceland, India, Indonesia, Iran, Iraq, Ireland, Israel, Italy, Japan, Jordan, Kyrgyzstan,Latvia, Lithuania, Luxembourg, Republic of Macedonia, Malaysia, Mali, Malta, Moldova, Morocco, Netherlands, New Zealand,Nigeria, Northern Ireland, Norway, Pakistan, Philippines, Poland, Portugal, Romania, Russian Federation, Rwanda, Saudi Arabia,Serbia, Singapore, Slovakia, Slov<strong>en</strong>ia, South Africa, South Korea, Spain, Swed<strong>en</strong>, Switzerland, Taiwan, Tanzania United Republic,Thailand, Trinidad and Tobago, Turkey, Uganda, Ukraine, United States, Vietnam, Zambia, Zimbabwe.Estadísticas descriptivas para los países latinoamericanos¿La mayoría de las personaspued<strong>en</strong> ser confiables? Sí / No (%de la población)Tasa de homicidios por año porcada 100.000 habitantesTasa de incid<strong>en</strong>cia de la pobreza,sobre la base de $1,25 por día(PPA) (% de la población)N Mínimo Máximo Media Desv. típ.11 6,3 28,4 16,8182 6,7260411 1,7 52 21,0545 17,719910 2 16,01 5,991 4,5674Población urbana (% del total) 11 48,12 98,08 82,2073 15,10893Participación <strong>en</strong> el ingreso del10% mejor remunerado de lapoblaciónN válido (según lista) 1010 32,67 45,87 39,469 4,0543Países: Arg<strong>en</strong>tina, Brasil, Colombia, Chile, República Dominicana, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico, Uruguay, V<strong>en</strong>ezuela.85


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezANEXO 0-B RESUMEN DE MODELOS DE REGRESIÓN LINEAL (MCO)Variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: confianza por paísMODELO 1 MODELO 2 MODELO 4 MODELO 3 MODELO 5 MODELO 6 (Pot<strong>en</strong>cia)B Sig. B Sig. B Sig. B Sig. B Sig. B Sig.Tasa de homicidiospor año por cada100.000 habitantes-0,128 0,421 -0,301*** 0,003Población urbana (%del total)-0,061 0,712 0,268*** 0,009Participación <strong>en</strong> elingreso del 10% mejorremunerado de lapoblación0,126 0,457 -0,413*** 0,000Tasa de incid<strong>en</strong>ciade la pobreza, sobrela base de $1,25 pordía (PPA) (% de lapoblación)-0,117 0,473 -0,131 0,323New Homicide (Tasade homicidio + 1)-,366735*** ,0003R-Square 0,073 0,091 0,072 0,171 0,017 0,13449F 1,057 9,262 7,206 17,507 0,994 14,4517Significancia de F 0,387 0,003 0,009 ,000 0,323 0,0003N 58 94 94 86 58 94Países: Albania, Algeria, Arm<strong>en</strong>ia, Australia, Austria, Azerbaijan, Bangladesh, Belarus, Bosnia and Herzegovina, Bulgaria, Burkina Faso, Canada, Croatia, Cyprus, Czech Republic,China, D<strong>en</strong>mark, Egypt, Estonia, Ethiopia, Finland, France, Georgia, Germany, Ghana, Great Britain, Greece, Hong Kong, Hungary, Iceland, India, Indonesia, Iran, Iraq, Ireland, Israel,Italy, Japan, Jordan, Kyrgyzstan, Latvia, Lithuania, Luxembourg, Republic of Macedonia, Malaysia, Mali, Malta, Moldova, Morocco, Netherlands, New Zealand, Nigeria, Northern Ireland,Norway, Pakistan, Philippines, Poland, Portugal, Romania, Russian Federation, Rwanda, Saudi Arabia, Serbia, Singapore, Slovakia, Slov<strong>en</strong>ia, South Africa, South Korea, Spain, Swed<strong>en</strong>,Switzerland, Taiwan, Tanzania United Republic, Thailand, Trinidad and Tobago, Turkey, Uganda, Ukraine, United States, Vietnam, Zambia, Zimbabwe, Arg<strong>en</strong>tina, Brasil, Colombia, Chile,República Dominicana, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico, Uruguay, V<strong>en</strong>ezuela.86


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioANEXO 0-C CORRELACIONESCorrelación para los países no latinoamericanos12¿La mayoría de las personas pued<strong>en</strong> serconfiables? Sí / No (% de la población)Tasa de incid<strong>en</strong>cia de la pobreza, sobre la basede $1,25 por día (PPA) (% de la población)1 2 3 4 51 -0,165 ,367(**) -,363(**) -,300(**)Sig. 0,257 0,001 0,001 0,005N 49 84 77 841 -,488(**) ,447(**) ,315(*)Sig. 0 0,001 0,027N 49 49 493 Población urbana (% del total) 1 -,237(*) -,410(**)45Participación <strong>en</strong> el ingreso del 10% mejorremunerado de la poblaciónTasa de homicidios por año por cada100.000 habitantesSig. 0,038 0N 77 841 ,490(**)Sig. 0N 77Sig.Países: Albania, Algeria, Arm<strong>en</strong>ia, Australia, Austria, Azerbaijan, Bangladesh, Belarus, Bosnia and Herzegovina, Bulgaria, BurkinaFaso, Canada, Croatia, Cyprus, Czech Republic, China, D<strong>en</strong>mark, Egypt, Estonia, Ethiopia, Finland, France, Georgia, Germany, Ghana,Great Britain, Greece, Hong Kong, Hungary, Iceland, India, Indonesia, Iran, Iraq, Ireland, Israel, Italy, Japan, Jordan, Kyrgyzstan,Latvia, Lithuania, Luxembourg, Republic of Macedonia, Malaysia, Mali, Malta, Moldova, Morocco, Netherlands, New Zealand,Nigeria, Northern Ireland, Norway, Pakistan, Philippines, Poland, Portugal, Romania, Russian Federation, Rwanda, Saudi Arabia,Serbia, Singapore, Slovakia, Slov<strong>en</strong>ia, South Africa, South Korea, Spain, Swed<strong>en</strong>, Switzerland, Taiwan, Tanzania United Republic,Thailand, Trinidad and Tobago, Turkey, Uganda, Ukraine, United States, Vietnam, Zambia, Zimbabwe.** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).N1Correlación para los países latinoamericanos1 2 3 4 512¿La mayoría de las personas pued<strong>en</strong> serconfiables?Sí / No(% de la población)Tasa de incid<strong>en</strong>cia de la pobreza, sobre la basede $1,25 por día (PPA)(% de la población)1 -0,298 0,179 -0,418 -0,005Sig. 0,403 0,598 0,23 0,988N 10 11 10 111 -,673(*) ,646(*) 0,529Sig. 0,033 0,044 0,116N 10 10 10(Continúa)87


Isaac De León Beltrán & Elkin Velásquez3 Población urbana (% del total) 1 -0,396 -0,4414Participación <strong>en</strong> el ingreso del 10% mejorremunerado de la poblaciónSig. 0,257 0,175N 10 111 0,103Sig. 0,778N 105 1Países: Arg<strong>en</strong>tina, Brasil, Colombia, Chile, República Dominicana, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico, Uruguay, V<strong>en</strong>ezuela.** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral)* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral)Sig.N88


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioANEXO No. 1-A REGRESIÓN LINEAL (Unidad de análisis: Ciudad)Variable Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: I2D % de personas que responde SÍ a la pregunta: ¿Durantelos últimos 12 meses lo am<strong>en</strong>azaron con un arma para robarle algo?F3 % de personas que respond<strong>en</strong> que SÍ sepuede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasG5D Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República?G5C Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores de su distrito?G5B Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los diputados de su distrito?CoefSig-,011 ,960,011 ,957,271 ,260-,189 ,472R-Square ,049F ,362Significancia de F ,833N 32ANEXO No. 1-B REGRESIÓN LINEAL (Unidad de análisis: Ciudad)Variable Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: I2C % de personas que responde SÍ a la pregunta: ¿Durantelos últimos 12 meses fue golpeado por otra persona?F3 % de personas que respond<strong>en</strong> que SÍ sepuede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasG5D Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República?G5C Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores de su distrito?G5B Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los diputados de su distrito?CoefSig,015 ,927-,176 ,236,776 ,000-,818 ,000R-Square 0,470F 6,215Significancia de F ,001N 3289


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezANEXO No. 1-C REGRESIÓN LINEAL (Unidad de análisis: Ciudad)Variable Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: I2B % de personas que responde SÍ a la pregunta: ¿Durantelos últimos 12 meses algui<strong>en</strong> le robó <strong>en</strong> la calle?F3 % de personas que respond<strong>en</strong> que SÍ sepuede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasG5D Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República?G5C Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores de su distrito?G5B Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los diputados de su distrito?CoefSig,031 ,867,113 ,503,260 ,208-,629 ,008R-Square 0,304F 3,062Significancia de F ,033N 32ANEXO No. 1-D REGRESIÓN LINEAL (Unidad de análisis: Ciudad)Variable Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: I2A % de personas que responde SÍ a la pregunta: ¿Durantelos últimos 12 meses algui<strong>en</strong> <strong>en</strong>tró a robar a su casa o departam<strong>en</strong>to?F3 % de personas que respond<strong>en</strong> que SÍ sepuede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasG5D Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República?G5C Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores de su distrito?G5B Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los diputados de su distrito?CoefSig,133 ,482,030 ,860,027 ,894-,591 ,014R-Square 0,283F 2,760Significancia de F ,047aN 3290


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioANEXO No. 1-E REGRESIÓN LINEAL (Unidad de análisis: Ciudad)Variable Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: I1D Promedio de la ciudad: ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te caminandosolo por el c<strong>en</strong>tro de la ciudad de noche?F3 % de personas que respond<strong>en</strong> que SÍ sepuede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasG5D Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República?G5C Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores de su distrito?G5B Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los diputados de su distrito?CoefSig-,226 ,298,022 ,910-,173 ,465,166 ,524R-Square 0,066F ,495Significancia de F ,739N 32ANEXO No. 1-F REGRESIÓN LINEAL (Unidad de análisis: Ciudad)Variable Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: I1C Promedio de la ciudad: ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te caminandosolo por su barrio al anochecer?F3 % de personas que respond<strong>en</strong> que SÍ sepuede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasG5D Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República?G5C Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores de su distrito?G5B Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los diputados de su distrito?CoefSig-,026 ,904,189 ,343,002 ,993-,019 ,942R-Square 0,039F ,284Significancia de F ,886N 3291


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezANEXO No. 1-G REGRESIÓN LINEAL (Unidad de análisis: Ciudad)Variable Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: I1B Promedio de la ciudad: ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te cuandoestá solo <strong>en</strong> su casa y es de noche?F3 % de personas que respond<strong>en</strong> que SÍ sepuede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasG5D Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República?G5C Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores de su distrito?G5B Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los diputados de su distrito?CoefSig,052 ,797,277 ,143-,002 ,994-,235 ,345R-Square 0,153F 1,269Significancia de F ,306N 32ANEXO No. 1-H REGRESIÓN LINEAL (Unidad de análisis: Ciudad)Variable Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te: I1A Promedio de la ciudad: ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te cuandoestá solo <strong>en</strong> su casa y es de día?F3 % de personas que respond<strong>en</strong> que SÍ sepuede confiar <strong>en</strong> la mayoría de las personasG5D Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> el Presid<strong>en</strong>te de la República?G5C Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>adores de su distrito?G5B Promedio de la ciudad: ¿Cuánta confianzati<strong>en</strong>e Ud. <strong>en</strong> los diputados de su distrito?CoefSig,094 ,612,435 ,015-,018 ,930-,264 ,245R-Square 0,301F 3,007Significancia de F ,035N 3292


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioANEXO No. 1 REGRESIÓN LINEALI1A ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te cuando está solo <strong>en</strong> su casa y es de día?ARGENTINA BRASIL CHILE COLOMBIA GUATEMALA MÉXICO PERÚCoef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef SigA2A ¿Dónde se ubicaría económicam<strong>en</strong>teUd. <strong>en</strong> esta escala?-0,099*** 0,001 0,014 0,579 -0,093*** 0,001 -0,086*** 0,003 -0,11*** 0,000 -0,037 0,153 -0,152*** 0,000E2A ¿Cuán a m<strong>en</strong>udo asiste aservicios religiosos de su iglesiay templo?0,001 0,977 0,02 0,418 -0,009 0,755 -0,018 0,529 0,069 0,022 -0,116*** 0,000 -0,026 0,347F5 ¿Ud. diría que la mayoría dela g<strong>en</strong>te actúa correctam<strong>en</strong>te conuno o trata de aprovecharse?0,034 0,272 0,041 0,099 0,094*** 0,001 0,047 0,099 0,046 0,133 0,083*** 0,002 0,076*** 0,007H2D T<strong>en</strong>er como vecino a untrabajador inmigrante-0,009 0,763 -0,07*** 0,006 -0,003 0,914 -0,05 0,078 -0,107*** 0,000 -0,051 0,052 -0,021 0,441I2D ¿Durante los últimos 12 meseslo am<strong>en</strong>azaron con un armapara robarle algo?-0,07 0,023 -0,066*** 0,008 0 0,997 -0,006 0,824 -0,012 0,707 -0,045 0,093 -0,034 0,216J2C Vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionalesa la propiedad privada-0,141*** 0,000 -0,125*** 0,000 -0,085 0,013 -0,087 0,02 -0,108* 0,006 -0,14*** 0,000 -0,08 0,024J2D Tráfico de drogas 0,001 0,977 0,027 0,357 -0,015 0,667 0,012 0,723 -0,056 0,121 -0,002 0,958 0,04 0,228J2E Robos y asaltos -0,036 0,309 0,025 0,348 -0,085 0,011 -0,064 0,074 0,029 0,479 -0,088*** 0,009 -0,066 0,047J2F Balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>ciacallejera-0,02 0,583 -0,187*** 0,000 -0,015 0,67 -0,045 0,211 -0,097 0,02 -0,047 0,144 -0,09 0,011K1A ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elgobierno?0,011 0,756 0,055 0,063 0,112*** 0,001 0,022 0,515 0,032 0,459 -0,005 0,89 0,021 0,508K1B ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elCongreso?-0,008 0,834 0,015 0,634 -0,02 0,556 -0,042 0,211 0,022 0,616 0,04 0,28 0,053 0,101K1F ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>la policía?0,056 0,101 0,065 0,019 0,034 0,273 0,071 0,025 -0,01 0,803 0,017 0,604 0,032 0,285R-Square 0,062 0,089 0,08 0,055 0,075 0,095 0,091F 5,696 12,291 8,845 5,867 6,942 12,121 10,118Significancia de F ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000N 1052 1529 1235 1216 1044 1394 122093


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>Anexo No. 2 REGRESIÓN LINEALI1B ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te cuando está solo <strong>en</strong> su casa y es de noche?ARGENTINA BRASIL CHILE COLOMBIA GUATEMALA MÉXICO PERÚCoef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef SigA2A ¿Dónde se ubicaría económicam<strong>en</strong>teUd. <strong>en</strong> esta escala?-0,101*** 0,001 -0,028 0,26 -0,074*** 0,008 -0,106*** 0,000 -0,1*** 0,001 -0,055 0,031 -0,183*** 0,000E2A ¿Cuán a m<strong>en</strong>udo asiste aservicios religiosos de su iglesiay templo?0,001 0,963 0,019 0,438 -0,038 0,173 0,015 0,601 0,042 0,163 -0,081*** 0,002 0,044 0,112F5 ¿Ud. diría que la mayoría dela g<strong>en</strong>te actúa correctam<strong>en</strong>te conuno o trata de aprovecharse?0,046 0,129 0,04 0,105 0,074*** 0,01 0,036 0,208 0,059 0,05 0,089*** 0,001 0,105*** 0,000H2D T<strong>en</strong>er como vecino a untrabajador inmigrante0,01 0,747 -0,027 0,272 -0,02 0,472 -0,073*** 0,009 -0,104*** 0,001 -0,031 0,224 -0,029 0,295I2D ¿Durante los últimos 12 meseslo am<strong>en</strong>azaron con un armapara robarle algo?-0,093*** 0,002 -0,048 0,051 -0,003 0,904 -0,01 0,729 -0,026 0,4 -0,059 0,025 -0,038 0,171J2C Vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionalesa la propiedad privada-0,092*** 0,01 -0,069 0,014 -0,104 0,002 -0,089 0,015 -0,117*** 0,002 -0,145*** 0,000 -0,052 0,142J2D Tráfico de drogas -0,02 0,583 -0,021 0,474 -0,006 0,873 0,048 0,153 -0,094*** 0,008 0,005 0,873 0,04 0,226J2E Robos y asaltos -0,043 0,225 0,015 0,574 -0,137*** 0,000 -0,132*** 0,000 0,023 0,567 -0,141*** 0,000 -0,071 0,034J2F Balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>ciacallejera-0,041 0,263 -0,213*** 0,000 -0,002 0,944 -0,051 0,145 -0,087 0,034 -0,05 0,122 -0,09 0,011K1A ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elgobierno?-0,009 0,797 0,117*** 0,000 0,086*** 0,01 0,016 0,637 0,038 0,382 0,013 0,726 0,029 0,371K1B ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elCongreso?-0,019 0,602 -0,006 0,84 -0,015 0,665 -0,017 0,604 0,068 0,119 0,062 0,09 0,057 0,076K1F ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>la policía?0,088*** 0,01 0,079*** 0,004 0,038 0,222 0,072 0,021 -0,022 0,559 -0,019 0,552 0,025 0,398R-Square 0,068 0,11 0,087 0,084 0,097 0,121 0,104F 6,278 15,57 9,681 9,197 9,239 15,792 11,64Significancia de F ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000N 1052 1529 1235 1216 1043 1394 122094


Una nueva ag<strong>en</strong>da latinoamericanaAnexo No. 3 REGRESIÓN LINEALI1C ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te caminando solo por su barrio al anochecer?ARGENTINA BRASIL CHILE COLOMBIA GUATEMALA MÉXICO PERÚCoef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef SigA2A ¿Dónde se ubicaría económicam<strong>en</strong>teUd. <strong>en</strong> esta escala?-0,098*** 0,001 -0,054 0,031 -0,031 0,262 -0,079*** 0,005 -0,054 0,069 -0,051 0,045 -0,139*** 0,000E2A ¿Cuán a m<strong>en</strong>udo asiste aservicios religiosos de su iglesiay templo?0,005 0,869 0,007 0,766 -0,003 0,904 -0,003 0,924 0,013 0,655 -0,059 0,02 0,017 0,534F5 ¿Ud. diría que la mayoría dela g<strong>en</strong>te actúa correctam<strong>en</strong>te conuno o trata de aprovecharse?0,049 0,111 0,031 0,205 0,059 0,037 0,032 0,251 0,141*** 0,000 0,038 0,137 0,076*** 0,006H2D T<strong>en</strong>er como vecino a untrabajador inmigrante-0,038 0,205 0,04 0,105 -0,026 0,342 -0,037 0,179 -0,011 0,701 -0,037 0,151 -0,021 0,443I2D ¿Durante los últimos 12 meseslo am<strong>en</strong>azaron con un armapara robarle algo?-0,073 0,017 -0,047 0,057 -0,047 0,088 -0,062 0,026 -0,082*** 0,008 -0,084*** 0,001 -0,013 0,629J2C Vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionalesa la propiedad privada-0,069 0,051 -0,095*** 0,001 -0,15*** 0,000 -0,107*** 0,003 -0,032 0,408 -0,138*** 0,000 -0,057 0,104J2D Tráfico de drogas 0,004 0,914 -0,036 0,203 0,038 0,274 0,088*** 0,007 -0,033 0,352 0,014 0,665 -0,008 0,798J2E Robos y asaltos -0,138*** 0,000 -0,181*** 0,000 -0,151*** 0,000 -0,132*** 0,000 -0,095 0,017 -0,143*** 0,000 -0,183*** 0,000J2F Balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>ciacallejera-0,021 0,556 -0,089*** 0,002 -0,051 0,14 -0,089*** 0,01 -0,109*** 0,007 -0,066 0,039 -0,054 0,126K1A ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elgobierno?-0,009 0,807 0,027 0,359 0,061 0,066 0,05 0,123 0,015 0,718 0,016 0,659 0,043 0,179K1B ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elCongreso?0,014 0,71 0,101*** 0,001 0,036 0,283 0,037 0,259 0,028 0,515 0,006 0,872 0,042 0,187K1F ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>la policía?0,085 0,012 -0,057 0,034 0,026 0,386 0,072 0,019 0,058 0,124 0,085*** 0,008 0,002 0,937R-Square 0,079 0,124 0,113 0,111 0,119 0,127 0,113F 7,442 17,918 12,916 12,543 11,583 16,739 12,864Significancia de F ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000N 1050 1528 1229 1216 1042 1394 121995


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>Anexo No. 4 REGRESIÓN LINEALI1D ¿Qué tan seguro se si<strong>en</strong>te caminando solo por el c<strong>en</strong>tro de la ciudad de noche?ARGENTINA BRASIL CHILE COLOMBIA GUATEMALA MÉXICO PERÚCoef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef Sig Coef SigA2A ¿Dónde se ubicaría económicam<strong>en</strong>teUd. <strong>en</strong> esta escala?-0,077 0,013 0,012 0,647 -0,024 0,41 -0,003 0,924 0,023 0,433 -0,046 0,085 -0,02 0,485E2A ¿Cuán a m<strong>en</strong>udo asiste aservicios religiosos de su iglesiay templo?-0,001 0,968 -0,046 0,075 -0,036 0,205 0,016 0,588 0,023 0,439 0,009 0,748 0,051 0,076F5 ¿Ud. diría que la mayoría dela g<strong>en</strong>te actúa correctam<strong>en</strong>te conuno o trata de aprovecharse?0,006 0,844 0,016 0,533 0,086*** 0,003 -0,005 0,873 0,076 0,012 0,037 0,164 0,062 0,034H2D T<strong>en</strong>er como vecino a untrabajador inmigrante-0,011 0,731 -0,02 0,431 -0,046 0,106 0,026 0,358 0,042 0,166 -0,015 0,561 -0,012 0,672I2D ¿Durante los últimos 12 meseslo am<strong>en</strong>azaron con un armapara robarle algo?-0,053 0,087 -0,013 0,609 -0,006 0,828 -0,078*** 0,007 -0,081*** 0,01 -0,071*** 0,01 -0,016 0,578J2C Vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionalesa la propiedad privada-0,087 0,017 0,004 0,903 -0,029 0,406 -0,012 0,76 -0,005 0,888 -0,023 0,492 -0,036 0,331J2D Tráfico de drogas 0,042 0,258 0,099*** 0,001 0,053 0,141 0,044 0,199 -0,051 0,149 -0,011 0,749 0,057 0,097J2E Robos y asaltos -0,118*** 0,001 -0,045 0,101 -0,096*** 0,005 -0,133*** 0,000 -0,119*** 0,003 -0,129*** 0,000 -0,047 0,173J2F Balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>ciacallejera0,011 0,774 0,079 0,009 -0,063 0,08 -0,033 0,366 -0,074 0,073 -0,008 0,814 0,004 0,914K1A ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elgobierno?-0,023 0,533 0,122*** 0,000 0,052 0,126 0,003 0,934 -0,017 0,695 -0,017 0,645 0,021 0,539K1B ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elCongreso?0,016 0,668 -0,042 0,192 0,059 0,094 0,065 0,055 0,09 0,038 -0,011 0,764 0,042 0,212K1F ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>la policía?0,063 0,069 0,048 0,087 -0,001 0,977 0,031 0,33 0,084 0,028 0,117*** 0,000 0,097*** 0,002R-Square 0,043 0,041 0,048 0,042 0,103 0,056 0,03F 3,871 5,329 5,141 4,388 9,889 6,763 3,076Significancia de F ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000N 1037 1525 1226 1211 1042 1393 121596


Una nueva ag<strong>en</strong>da latinoamericanaAnexo No. 5 REGRESIÓN LOGÍSTICAI2A ¿Durante los últimos 12 meses algui<strong>en</strong> <strong>en</strong>tró a robar <strong>en</strong> su casa o departam<strong>en</strong>to?ARGENTINA BRASIL CHILE COLOMBIA GUATEMALA MÉXICO PERÚBETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig.A2A ¿Dónde se ubicaría económicam<strong>en</strong>teUd. <strong>en</strong> esta escala?-,067 ,167 -,084 ,083 -,070 ,145 -,044 ,358 -,033 ,560 -,120 ,011 -,102 ,021J2C Vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionalesa la propiedad privada-,007 ,339 0,0328*** ,000 ,005 ,581 -,001 ,920 -,002 ,830 -0,802*** ,000 -,012 ,306J2D Tráfico de drogas ,001 ,663 -,006 ,499 -,003 ,425 ,001 ,794 ,003 ,443 -,005 ,321 -,003 ,509J2E Robos y asaltos -,015 ,219 -,002 ,813 -,005 ,576 -,006 ,497 ,005 ,491 -0,955*** ,000 ,000 ,978J2F Balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera ,003 ,463 -,002 ,745 -,009 ,474 ,018 ,080 ,002 ,815 ,010 ,249 ,008 ,227K1A ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elgobierno?-,067 ,428 -,037 ,732 ,047 ,522 -,033 ,671 -,036 ,804 ,148 ,257 ,135 ,123K1B ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elCongreso?,052 ,703 -,013 ,929 ,060 ,583 -,229 ,107 -,058 ,732 -,079 ,619 -,022 ,861K1C ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> lospartidos políticos?-,050 ,710 ,326 ,039 ,093 ,402 ,173 ,246 ,117 ,475 -,111 ,464 -,189 ,129K1D ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> los delegadoso presid<strong>en</strong>tes municipales?-,103 ,318 -,282 ,021 -,140 ,078 ,164 ,140 ,038 ,766 -,219 ,125 ,085 ,341K1E ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> losTribunales de Justicia?,087 ,466 ,013 ,895 ,005 ,954 ,081 ,503 -,116 ,428 ,029 ,845 ,047 ,662K1F ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> lapolicía?,129 ,216 -,123 ,208 ,049 ,500 ,150 ,113 ,095 ,525 0,373* ,005 ,057 ,529F3 ¿Ud. diría que se puede confiar <strong>en</strong> lamayoría de las personas o hay que…-,235 ,248 1,031** ,001 -,322 ,208 -,299 ,313 -,524 ,096 -,198 ,398 ,366 ,164Log likelihood 1060,088 990,944 1312,265 943,730 844,312 997,624 1325,360R cuadrado de Cox y Snell ,009 ,038 ,009 ,016 ,007 ,065 ,013R cuadrado de Nagelkerke ,016 ,080 ,015 ,032 ,013 125 ,0211042 1393 1215N (total casos seleccionados) 1310 1631 1367 1341 1150 1481 1352Clasificación de casosNO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SINO 1124 0 1464 5 1109 0 1185 0 1010 0 1301 0 1085 0SÍ 186 0 149 12 258 0 155 1 140 0 180 0 267 0Porc<strong>en</strong>taje global correctam<strong>en</strong>teclasificado85,8 90,5 81,1 88,4 87,8 87,8 80,397


<strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> y cohesión social <strong>en</strong> america <strong>latina</strong>Anexo No. 6 REGRESIÓN LOGÍSTICAI2B ¿Durante los últimos 12 meses algui<strong>en</strong> le robó <strong>en</strong> la calle?ARGENTINA BRASIL CHILE COLOMBIA GUATEMALA MÉXICO PERÚBETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig.A2A ¿Dónde se ubicaría económicam<strong>en</strong>teUd. <strong>en</strong> esta escala?-,008 ,839 -,010 ,766 ,032 ,450 ,056 ,122 ,046 ,246 -,049 ,168 ,017 ,625J2C Vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionalesa la propiedad privada,000 ,996 ,001 ,929 -,001 ,944 -,312 ,044 ,006 ,400 -,210 ,141 -,004 ,611J2D Tráfico de drogas ,000 ,869 -,024 ,027 -,002 ,382 -,002 ,557 ,002 ,457 ,002 ,506 ,000 ,989J2E Robos y asaltos -,005 ,463 -,008 ,280 ,003 ,654 -,003 ,656 -,007 ,229 -1,203*** ,000 -,017 ,092J2F Balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera -,008 ,087 ,006 ,275 -,016 ,192 -,397 ,010 ,013 ,020 ,008 ,245 ,008 ,216K1A ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elgobierno?,096 ,171 -,079 ,292 ,037 ,563 ,084 ,178 ,111 ,288 ,019 ,847 -,016 ,813K1B ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elCongreso?-,183 ,100 ,020 ,846 -,016 ,863 ,034 ,752 -,015 ,901 -0,317* ,008 ,052 ,602K1C ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> lospartidos políticos?,225 ,046 0,311* ,005 ,152 ,107 -,159 ,136 ,008 ,943 -,134 ,242 -,017 ,860K1D ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> los delegadoso presid<strong>en</strong>tes municipales?,044 ,614 -0,440*** ,000 -,150 ,031 -,027 ,735 -,171 ,051 ,132 ,227 -,045 ,516K1E ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> losTribunales de Justicia?-,014 ,884 0,260** ,001 -,001 ,991 ,073 ,405 -,061 ,561 ,061 ,578 ,005 ,956K1F ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e<strong>en</strong> la policía?,109 ,192 -,160 ,022 ,036 ,572 -,011 ,871 0,343** ,001 ,147 ,129 ,005 ,944F3 ¿Ud. diría que se puede confiar <strong>en</strong> lamayoría de las personas o hay que…-,307 ,057 0,732* ,005 -,578 ,010 -,118 ,545 -,462 ,020 -,194 ,253 ,045 ,843Log likelihood 1471,832 1744,513 1624,673 1420,901 1454,042 1537,389 1822,735R cuadrado de Cox y Snell ,017 ,042 ,013 ,025 ,031 ,080 ,004R cuadrado de Nagelkerke ,026 ,062 ,018 ,038 ,043 ,119 ,0061042 1393 1215N (total casos seleccionados) 1307 1631 1366 1340 1150 1481 1351 1352Clasificación de casosNO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SINO 968 0 1219 13 972 0 1028 0 729 18 1101 13 793 4SÍ 338 0 372 26 394 0 312 0 374 30 364 4 548 5Porc<strong>en</strong>taje global correctam<strong>en</strong>teclasificado74,1 76,4 71,1 76,7 66,0 74,6 59,198


Una nueva ag<strong>en</strong>da latinoamericanaAnexo No. 7 REGRESIÓN LOGÍSTICAI2C ¿Durante los últimos 12 meses fue golpeado por otra persona?ARGENTINA BRASIL CHILE COLOMBIA GUATEMALA MÉXICO PERÚBETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig.A2A ¿Dónde se ubicaría económicam<strong>en</strong>teUd. <strong>en</strong> esta escala?,012 ,853 ,018 ,790 ,059 ,341 -,045 ,402 ,018 ,767 -,011 ,820 ,056 ,256J2C Vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionalesa la propiedad privada-,005 ,665 ,016 ,170 -,399 ,068 -,378 ,094 -1,036*** ,000 -0,743*** ,000 -,358 ,039J2D Tráfico de drogas -,004 ,340 -,003 ,802 -,001 ,861 -,008 ,207 -,003 ,519 -,013 ,106 -,002 ,671J2E Robos y asaltos -,862 ,011 ,006 ,457 -,125 ,584 ,003 ,789 -,022 ,172 -,002 ,923 -0,554* ,008J2F Balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera -,003 ,695 ,007 ,324 -,398 ,069 -,277 ,214 ,016 ,018 ,009 ,309 ,007 ,428K1A ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elgobierno?,199 ,118 -,125 ,413 ,046 ,639 ,045 ,609 ,100 ,542 ,081 ,563 -,063 ,483K1B ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elCongreso?-,299 ,124 -,490 ,010 ,013 ,930 ,211 ,213 -,100 ,594 -,426 ,011 ,183 ,180K1C ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> lospartidos políticos?,012 ,953 ,360 ,119 ,121 ,414 ,021 ,898 -,068 ,694 ,257 ,124 -,136 ,313K1D ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> los delegadoso presid<strong>en</strong>tes municipales?,256 ,126 ,399 ,045 -,040 ,702 ,034 ,778 -,077 ,572 ,074 ,630 -,029 ,764K1E ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> losTribunales de Justicia?-,043 ,799 -,199 ,165 -,082 ,468 -,205 ,096 -,067 ,671 ,135 ,392 ,029 ,805K1F ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e<strong>en</strong> la policía?,273 ,083 -,097 ,500 0,266* ,007 ,086 ,405 ,216 ,186 ,107 ,439 ,027 ,789F3 ¿Ud. diría que se puede confiar <strong>en</strong> lamayoría de las personas o hay que…-,526 ,094 ,351 ,513 ,128 ,680 -,094 ,760 -,669 ,072 -,392 ,133 ,156 ,610Log likelihood 639,325 543,829 877,994 800,451 730,741 942,577 1124,167R cuadrado de Cox y Snell ,025 ,030 ,030 ,017 ,042 ,027 ,022R cuadrado de Nagelkerke ,063 ,100 ,061 ,038 ,085 ,057 ,0381042 1393 1215N (total casos seleccionados) 1310 1641 1365 1339 1147 1481 1348 1352Clasificación de casosNO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SINO 1217 0 1568 0 1221 0 1216 0 1022 2 1329 0 1141 0SÍ 93 0 63 9 144 0 123 0 122 1 153 0 206 0Porc<strong>en</strong>taje global correctam<strong>en</strong>teclasificado92,9 96,1 89,5 90,8 89,2 89,7 84,799


Isaac De León Beltrán & Elkin VelásquezAnexo No. 8 REGRESIÓN LOGÍSTICAI2D ¿Durante los últimos 12 meses lo am<strong>en</strong>azaron con un arma para robarle algo?ARGENTINA BRASIL CHILE COLOMBIA GUATEMALA MÉXICO PERÚBETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig. BETA Sig.A2A ¿Dónde se ubicaría económicam<strong>en</strong>teUd. <strong>en</strong> esta escala?-,058 ,200 ,037 ,481 ,011 ,839 ,018 ,670 -,024 ,586 -,070 ,098 -,011 ,822J2C Vandalismo o ataques int<strong>en</strong>cionalesa la propiedad privada-,009 ,294 -,421 ,047 -0,428* ,009 -,235 ,183 -,006 ,476 -0,941*** ,000 -,003 ,792J2D Tráfico de drogas -,001 ,679 -0,951*** ,000 -,010 ,039 ,001 ,848 ,001 ,817 ,000 ,941 -,005 ,278J2E Robos y asaltos -0,839*** ,000 ,000 ,984 -,005 ,700 -,009 ,416 -,009 ,169 -,013 ,520 -0,857*** ,000J2F Balaceras, riñas o viol<strong>en</strong>cia callejera -,016 ,062 ,014 ,044 ,000 ,977 -0,522** ,003 ,013 ,022 -,011 ,422 ,009 ,212K1A ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elgobierno?-,048 ,544 ,016 ,897 ,097 ,267 ,043 ,539 ,021 ,853 ,053 ,647 -,101 ,248K1B ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> elCongreso?-,005 ,968 ,094 ,611 ,047 ,719 ,055 ,661 ,006 ,963 -,354 ,013 ,101 ,443K1C ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> lospartidos políticos?,122 ,356 -,046 ,810 ,123 ,350 -,053 ,673 -,014 ,911 -,106 ,436 -,158 ,228K1D ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> los delegadoso presid<strong>en</strong>tes municipales?,154 ,134 ,063 ,714 -,079 ,399 ,001 ,994 -,164 ,086 ,088 ,500 ,018 ,845K1E ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> losTribunales de Justicia?-,019 ,863 -,051 ,668 -,055 ,578 ,125 ,219 ,095 ,419 ,116 ,385 -,056 ,627K1F ¿Cuánta confianza ti<strong>en</strong>e<strong>en</strong> la policía?,148 ,137 ,250 ,053 ,133 ,124 -,046 ,567 ,259 ,031 ,239 ,040 ,132 ,188F3 ¿Ud. diría que se puede confiar <strong>en</strong> lamayoría de las personas o hay que…-,343 ,089 -,036 ,944 -,430 ,182 ,411 ,054 -0,625* ,008 -,078 ,699 ,348 ,220Log likelihood 1152,362 777,339 1041,157 1161,786 1255,721 1192,923 1165,981R cuadrado de Cox y Snell ,045 ,029 ,022 ,024 ,023 ,040 ,026R cuadrado de Nagelkerke ,074 ,073 ,041 ,040 ,034 ,070 ,0441042 1393 1215N (total casos seleccionados) 1307 1627 1365 1339 1150 1481 1348 1352Clasificación de casosNO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SINO 1078 0 1513 0 1183 0 1120 0 864 3 1259 0 1127 0SÍ 229 0 114 0 182 0 219 0 278 5 223 0 221 0Porc<strong>en</strong>taje global correctam<strong>en</strong>teclasificado82,5 93,0 93,0 86,7 83,6 75,6 85,0 83,6100


Cohesión, confianza y seguridad: un estudio exploratorioREFERENCIASAnderson, J.L. (2010). “La justicia privada de la policía. ¿Quién controla las calles deRío?” En El Espectador, 7 de <strong>en</strong>ero.AOL Latino (2011). “Policías de pueblo mexicano r<strong>en</strong>uncian tras decapitación decolega”. Noticias, 28 de <strong>en</strong>ero.Arrow, K. (1974). The Limits of Organization. New York: Norton.Atkinson, A.B (2005). “EUROMOD and the developm<strong>en</strong>t of EU social policy”. En GermanInstitute for Economic Research (DIW), Berlin. Discussion Papers 467.Atkinson, A.B.; B. Cantillon, E. Marlier y B. Nolan (2002). <strong>Social</strong> Indicators: The EU and<strong>Social</strong> Inclusion. Londres: Oxford University Press.Cardona, M.; H.I. García, C.A. Giraldo, M.V. López, C.M. Suárez, D.C. Corcho, C.H. Posaday M.N. Flórez (2005). “Homicidios <strong>en</strong> Medellín, Colombia, <strong>en</strong>tre 1990 y 2002:actores, móviles y circunstancias”. En Cad. Saúde Pública (Río de Janeiro), 21(3):840-851. Mayo-junio.Castel, R. (2004). La inseguridad social. ¿Qué es estar protegido?. Bu<strong>en</strong>os Aires:Manantial.CASEDE (2009). Atlas de la seguridad y la def<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> México. Colectivo de Análisis de laSeguridad con Democracia (CASEDE).CEPAL (2007). Cohesión social: inclusión y s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia <strong>en</strong> América Latina y elCaribe. CEPAL, Ag<strong>en</strong>cia Española de Cooperación Internacional y Secretaría G<strong>en</strong>eralIberoamericana. Santiago: Naciones Unidas.Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia A.C (CASEDE) (2011). Migración ySeguridad: Nuevo desafío <strong>en</strong> México. México D.F: Atril.Dammert, Lucía (2005). “Reforma Policial <strong>en</strong> América Latina”. En Revista Quórum.Universidad de Alcalá, España.Dreyfus, P. y R.C. Fernandes (2008). <strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> urbana armada <strong>en</strong> América Latina: otroconflicto. Instituto Fernando H<strong>en</strong>rique Cardoso (IFHC) y Corporación de Estudiospara Latinoamérica (CIEPLAN).Durkheim, E. (1984). The Division of Labor in Society. New York: The Free Press.Elias, N. (1989). El proceso de la civilización: investigaciones sociog<strong>en</strong>éticas ypsicog<strong>en</strong>éticas. México D.F: Fondo de Cultura Económica.101


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Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónCRIMEN E INSEGURIDAD EN CENTROAMÉRICA:UNA LECTURA DESDE LAS ENCUESTAS DE OPINIÓN 1Ricardo Córdova MacíasIntroducciónEn la última década, el problema del crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia se ha v<strong>en</strong>ido configurandocomo uno de los más relevantes <strong>en</strong> la región c<strong>en</strong>troamericana, tanto <strong>en</strong> términos delcomportami<strong>en</strong>to objetivo de los indicadores así como de las percepciones subjetivasde los ciudadanos 2 . Un informe reci<strong>en</strong>te del Banco Mundial lo plantea <strong>en</strong> los sigui<strong>en</strong>testérminos: “El crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia constituy<strong>en</strong> el problema clave para el desarrollo delos países c<strong>en</strong>troamericanos” (Banco Mundial, 2011a: ii). El índice de homicidios <strong>en</strong>C<strong>en</strong>troamérica para el año 2006 fue calculado <strong>en</strong> 35,4 por 100.000 habitantes, comparadocon aproximadam<strong>en</strong>te 20 por 100.000 habitantes <strong>en</strong> toda América Latina (BancoMundial, 2011a: 1). En otro estudio del PNUD, se reporta que C<strong>en</strong>troamérica tuvo 29,3homicidios por 100.000 habitantes <strong>en</strong> 2004, mi<strong>en</strong>tras que a nivel mundial fueron 9, <strong>en</strong>Europa 8 y <strong>en</strong> Latinoamérica 25 (IDHAC, 2009-2010). En dicho informe se ha estimadoque la viol<strong>en</strong>cia homicida ha cobrado la vida de casi 79.000 c<strong>en</strong>troamericanos duranteel período 2003-2008. En todo caso, C<strong>en</strong>troamérica es la subregión más viol<strong>en</strong>ta d<strong>en</strong>trode Latinoamérica, que es de por sí una de las regiones más viol<strong>en</strong>tas del mundo.Como se ha planteado <strong>en</strong> estudios anteriores, es pertin<strong>en</strong>te preguntarse si el crim<strong>en</strong>y el miedo asociado al mismo constituy<strong>en</strong> una am<strong>en</strong>aza para las democracias <strong>en</strong> AméricaC<strong>en</strong>tral (Cruz, 2000; Seligson y Azpuru, 2001). En g<strong>en</strong>eral, es poco lo que se conocesobre el impacto que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la viol<strong>en</strong>cia y la criminalidad sobre los sistemas democráticos<strong>en</strong> la región c<strong>en</strong>troamericana. En este <strong>en</strong>sayo se explora la hipótesis según la cualla viol<strong>en</strong>cia criminal y la inseguridad están impactando el apoyo a la democracia, laconfianza interpersonal, así como los niveles de confianza institucional, contribuy<strong>en</strong>doa la erosión de los jóv<strong>en</strong>es sistemas democráticos de la región c<strong>en</strong>troamericana 3 .En este trabajo se abordan los sigui<strong>en</strong>tes aspectos. Primero, una pres<strong>en</strong>tación de lamagnitud del problema, utilizando tanto los datos objetivos (homicidios y delitos contrael patrimonio) como la victimización por crim<strong>en</strong> y la percepción de inseguridad. Segundo,se analiza la percepción ciudadana de inseguridad. Tercero, se exploran los delitosreportados <strong>en</strong> las <strong>en</strong>cuestas. Cuarto, se aborda el tema de las bajas tasas de d<strong>en</strong>unciadel crim<strong>en</strong>. Quinto, se analiza el impacto de la criminalidad e inseguridad sobre el apoyo1Pon<strong>en</strong>cia elaborada <strong>en</strong> el marco del proyecto: “Desarrollo y Cohesión <strong>Social</strong> <strong>en</strong> América Latina”, desarrolladopor la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN). Se agradece a Víctor Antonio Tablas y José AlbertoSalguero —miembros del equipo de investigadores de FUNDAUNGO— por sus com<strong>en</strong>tarios a una versión preliminarde este <strong>en</strong>sayo.2Al respecto, véase: UNODC (2007), IDHAC (2009-2010) y Banco Mundial (2011a).3Con la excepción de Costa Rica, que después de la guerra civil de 1948 ha mant<strong>en</strong>ido ininterrumpidam<strong>en</strong>te elsistema democrático.105


Ricardo Córdova Macíasa la democracia, la confianza institucional y la confianza interpersonal. Y por último, sepres<strong>en</strong>tan las principales conclusiones derivadas de la evid<strong>en</strong>cia empírica pres<strong>en</strong>tada.1. La problemática del crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troaméricaEl crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia constituy<strong>en</strong> una problemática multicausal <strong>en</strong> la que intervi<strong>en</strong><strong>en</strong>difer<strong>en</strong>tes factores, ti<strong>en</strong>e distintas expresiones y <strong>en</strong> ella participan variados actores.Así, el Informe del Banco Mundial (2011a) señala tres causas principales de la viol<strong>en</strong>cia<strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica: (i) el tráfico de drogas, (ii) la viol<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il y las maras y (iii) ladisponibilidad de armas de fuego. A esto debe agregarse que las “débiles institucionesde justicia limitan la eficacia <strong>en</strong> el castigo y prev<strong>en</strong>ción del crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia.Las debilidades institucionales dan como resultado un bajo porc<strong>en</strong>taje de crím<strong>en</strong>esresueltos, cuyo perpetrador es castigado” (Banco Mundial, 2011a: iii). Es decir, estasdebilidades <strong>en</strong> los sistemas de seguridad y justicia contribuy<strong>en</strong> a g<strong>en</strong>erar altas tasas deimpunidad. Al respecto, el informe del PNUD plantea que si se define“la impunidad como el porc<strong>en</strong>taje de delitos que una vez conocidos por la administraciónde justicia no terminan <strong>en</strong> fallo definitivo (absolución o cond<strong>en</strong>a)<strong>en</strong>contraríamos que <strong>en</strong> América C<strong>en</strong>tral la impunidad está muy ext<strong>en</strong>dida […]. Deeste modo diríamos que la impunidad <strong>en</strong> la región está <strong>en</strong> el ord<strong>en</strong> del 90%, osea que alrededor de nueve de cada diez delitos d<strong>en</strong>unciados acaban sin castigo”(IDHAC, 2009-2010: 235).Otro informe reci<strong>en</strong>te id<strong>en</strong>tifica cinco “nichos” del crim<strong>en</strong> <strong>en</strong> la región c<strong>en</strong>troamericana:(i) la narcoactividad, (ii) las pandillas juv<strong>en</strong>iles, (iii) el lavado de dinero, (iv) latrata de personas y (v) el tráfico ilícito de armas (Red C<strong>en</strong>troamericana, 2011).Por su parte, los países miembros del Sistema de Integración C<strong>en</strong>troamericana(SICA) id<strong>en</strong>tifican como prioritarias las sigui<strong>en</strong>tes áreas de interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> materia deseguridad: (i) narcotráfico, (ii) delincu<strong>en</strong>cia organizada —incluy<strong>en</strong>do tráfico y trata depersonas, robo y hurto de vehículos y lavado de dinero—, (iii) pandillas, (iv) terrorismoy (v) tráfico ilícito de armas (SICA, 2008).En junio de 2011 se realizó <strong>en</strong> la Ciudad de Guatemala la “Confer<strong>en</strong>cia Internacionalde Apoyo a la Estrategia de Seguridad de C<strong>en</strong>troamérica”. En dicha Confer<strong>en</strong>cia seadoptó la “Estrategia de Seguridad de C<strong>en</strong>troamérica”, que ti<strong>en</strong>e cuatro compon<strong>en</strong>tes:(i) Combate al delito, (ii) Prev<strong>en</strong>ción, (iii) Rehabilitación, reinserción y seguridad p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciariay (iv) Fortalecimi<strong>en</strong>to institucional: coordinación y seguimi<strong>en</strong>to de la estrategiaregional. Adicionalm<strong>en</strong>te se definió una cartera de 22 proyectos 4 .Con el propósito de mostrar la magnitud de la problemática del crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia<strong>en</strong> la región c<strong>en</strong>troamericana, <strong>en</strong> este apartado se <strong>en</strong>focan cuatro aspectos. Primero,d<strong>en</strong>tro de lo que se conoce como los indicadores objetivos, se pres<strong>en</strong>ta la evoluciónde los homicidios como el indicador más relevante de los delitos contra las personas,4Véase: “Estrategia de Seguridad de C<strong>en</strong>troamérica” (2011) y “Declaración de Guatemala”. Confer<strong>en</strong>cia Internacionalde Apoyo a la Estrategia de Seguridad de C<strong>en</strong>troamérica, Ciudad de Guatemala, 22 de junio de 2011. SICA.106


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónque probablem<strong>en</strong>te pres<strong>en</strong>ta un subregistro m<strong>en</strong>or. Segundo, d<strong>en</strong>tro de los delitos contrael patrimonio, se pres<strong>en</strong>tan datos sobre la evolución del robo y el hurto. Tercero,d<strong>en</strong>tro de los considerados indicadores subjetivos y utilizando datos prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de<strong>en</strong>cuestas de opinión, se aborda tanto la victimización por crim<strong>en</strong> como la percepciónde inseguridad. Por último, se pres<strong>en</strong>ta una estimación del impacto de la criminalidady la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las economías de la región.1. 1 Los homicidiosEn el Cuadro 1 se puede observar la evolución de las tasas de homicidios para cada unode los países c<strong>en</strong>troamericanos para el período 2000-2010. En términos g<strong>en</strong>erales, sepuede apreciar un increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> las tasas de homicidios <strong>en</strong> todos los países, aunquecon difer<strong>en</strong>tes niveles de magnitud. El llamado “Triángulo del Norte” exhibe las tasasmás altas. Así, <strong>en</strong> el año 2008, la tasa de Honduras era de 58, El Salvador 52 y Guatemala48. Para el año 2010 la tasa de Honduras era de 82 —la más alta de la región <strong>en</strong>todo el período—, El Salvador 66 y Guatemala 41. Les sigue Belice, que pasa de tasasde 19 <strong>en</strong> 2000 a 42 <strong>en</strong> 2010, alcanzando al grupo de los países con las tasas más altasde homicidios.Luego, con tasas más bajas, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los países <strong>en</strong> el sur de la región. En 2008,Panamá tuvo una tasa de 19, Nicaragua 13 y Costa Rica 11. Para 2010, Panamá pres<strong>en</strong>tauna tasa de 22, Nicaragua 13 y Costa Rica 11. Incluso Costa Rica, el país con la tasa másbaja de la región, prácticam<strong>en</strong>te la duplicó <strong>en</strong> el período, pasando de 6 <strong>en</strong> 2000 a 11<strong>en</strong> 2010.Cuadro 1. C<strong>en</strong>troamérica: Homicidios por 100.000 habitantes (2000 - 2010)País 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010Belice 19 25 30 24 27 28 31 30 32 32 42Costa Rica 6 6 6 7 7 8 8 8 11 11 11El Salvador 45 40 39 40 49 62 65 57 52 71 66Guatemala 28 30 32 37 38 44 47 45 48 46 41Honduras - - 69 65 35 37 46 50 58 71 82Nicaragua 9 10 10 12 12 13 13 13 13 14 13Panamá 10 10 12 11 10 11 11 13 19 24 22Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con base <strong>en</strong> datos para los años 2000-2008 del IDHAC (2009-2010: 69) y para los años 2009-2010de UNDOC (2011).107


Ricardo Córdova Macías1.2 Los delitos contra el patrimonioEn el Cuadro 2 se puede observar las tasas de d<strong>en</strong>uncia de robo y hurto para la regiónc<strong>en</strong>troamericana <strong>en</strong> el período 2005-2007. La difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre estos dos delitos es lasigui<strong>en</strong>te:“el robo implica viol<strong>en</strong>cia contra las personas o las cosas, el hurto es una sustracciónde lo aj<strong>en</strong>o sin viol<strong>en</strong>cia y sin conocimi<strong>en</strong>to de la víctima. En la práctica sinembargo abundan los incid<strong>en</strong>tes de clasificación dudosa, y esto de por sí complicala medición de los delitos contra la propiedad […]. Pero además, y a difer<strong>en</strong>ciade otros hechos criminales (como el homicidio), la d<strong>en</strong>uncia de un delito contrael patrimonio dep<strong>en</strong>de casi exclusivam<strong>en</strong>te de su víctima, y por eso el subregistrode estos ilícitos es muy elevado” (IDHAC, 2009-2010: 78).En términos de robo, las tasas más altas se reportan <strong>en</strong> Costa Rica, Guatemala yNicaragua; mi<strong>en</strong>tras que las tasas más altas de hurtos correspond<strong>en</strong> a Panamá, Nicaragua,Costa Rica y Belice. Con respecto a los datos reportados, es preciso hacer tresconsideraciones. La primera es el problema com<strong>en</strong>tado anteriorm<strong>en</strong>te sobre las d<strong>en</strong>uncias;la segunda se trata sobre los niveles de confiabilidad de los sistemas de registros;y la tercera es la comparabilidad de delitos <strong>en</strong>tre los países, debido a difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> latipificación de los mismos <strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al. En todo caso, <strong>en</strong> el informe del PNUDse reportan las mejores estadísticas disponibles.Cuadro 2. C<strong>en</strong>troamérica: Tasas de d<strong>en</strong>uncia de robo y hurto (2005 - 2007)País Delito 2005 2006 2007BeliceRobo - 175 171Hurto 602 502 417Costa RicaRobo 873 930 887Hurto 239 234 271El SalvadorRobo 150 118 109Hurto 246 202 158GuatemalaRobo 369 450 564Hurto 204 216 162HondurasRobo - 13 4Hurto - 5 0,2NicaraguaRobo 392 441 497Hurto 266 316 373PanamáRobo 33 29 34Hurto 310 309 322Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia <strong>en</strong> base al IDHAC (2009-2010: 78).108


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónPara t<strong>en</strong>er una visión más completa, es importante relacionar la problemática dela viol<strong>en</strong>cia homicida con la viol<strong>en</strong>cia no homicida (agresión, violación y secuestro) yla actividad delictiva común, <strong>en</strong> particular los delitos contra el patrimonio privado (elrobo, el hurto y la estafa). De esta forma, al combinar estas distintas expresiones dela viol<strong>en</strong>cia y la delincu<strong>en</strong>cia, el IDHAC agrupa a los países de El Salvador, Guatemala,Honduras y Belice <strong>en</strong> una situación de alta criminalidad, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como una alta tasade homicidios y tasas altas o creci<strong>en</strong>tes de viol<strong>en</strong>cia no homicida y de delitos contra lapropiedad. Panamá, Costa Rica y Nicaragua son clasificados como de baja criminalidad,<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como tasas medias o bajas de homicidios y por tasas moderadas, estables o<strong>en</strong> desc<strong>en</strong>so de viol<strong>en</strong>cia no homicida y de delitos contra la propiedad. (IDHAC, 2009-2010) 5 . Recapitulando, <strong>en</strong> una situación de criminalidad alta se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los paísesdel “Triangulo del Norte” (Guatemala, El Salvador y Honduras), más Belice, y <strong>en</strong> unasituación de baja criminalidad los países del sur (Nicaragua, Costa Rica y Panamá).1.3 La victimización por crim<strong>en</strong> y la percepción de inseguridadEn términos g<strong>en</strong>erales, los datos sobre homicidios y delitos <strong>en</strong> la región c<strong>en</strong>troamericanason bastante problemáticos, debido a la aus<strong>en</strong>cia de series estadísticas confiablesy que a su vez sean comparables <strong>en</strong>tre los países. Esto se debe a varios factores, <strong>en</strong>trelos cuales se pued<strong>en</strong> señalar tres. Primero, debido a que las estadísticas publicadas porlos gobiernos están basadas <strong>en</strong> casos que la población d<strong>en</strong>uncia ante las autoridades,y <strong>en</strong> estudios previos de diversas instituciones han mostrado que una proporción altade las víctimas de la delincu<strong>en</strong>cia no d<strong>en</strong>uncia el hecho ante las autoridades. Segundo,debido a las difer<strong>en</strong>cias exist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> las legislaciones nacionales sobre la tipificaciónde los delitos, lo cual complejiza la comparabilidad de aquellos. Tercero, debido a lag<strong>en</strong>eración de datos discrepantes prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de distintas instituciones: la policía, elministerio público e instituciones de medicina legal. A nivel más específico, el informedel PNUD ha señalado que:“ningún país posee un sistema unificado de estadísticas criminales que integrelas det<strong>en</strong>ciones policiales y las d<strong>en</strong>uncias ciudadanas (estas d<strong>en</strong>uncias se efectúantanto a las policías como ante los Ministerios Públicos o Fiscalías). […] Ningúnpaís ofrece indicaciones técnicas sobre los cambios <strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>alo sobre las prácticas de registro que permitan analizar la evolución temporal delos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os delictivos […]. Prácticam<strong>en</strong>te no existe auditoría de los registrosestadísticos con el fin de verificar su validez y su confiabilidad” (IDHAC, 2009-2010: 67).Fr<strong>en</strong>te a estas dificultades con las fu<strong>en</strong>tes de información gubernam<strong>en</strong>tales, informacióncomplem<strong>en</strong>taria para el análisis de la problemática del crim<strong>en</strong> provi<strong>en</strong>e de las5En el informe se advierte que “<strong>en</strong> algunos casos, la situación es tan grave que todas esas características estánpres<strong>en</strong>tes, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> otros casos una de ellas predomina sobre las demás”. (IDHAC 2009-2010: 85).109


Ricardo Córdova Macías<strong>en</strong>cuestas de hogares, como por ejemplo las <strong>en</strong>cuestas estandarizadas sobre delitosbajo los auspicios de la Encuesta Internacional a Víctimas del Delito (ICVS por sus siglas<strong>en</strong> inglés). Sin embargo, los datos prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de <strong>en</strong>cuestas de opinión públicati<strong>en</strong><strong>en</strong> algunas limitaciones, por lo que habría que advertir que las <strong>en</strong>cuestas son deutilidad para el análisis de una parte de la problemática de la delincu<strong>en</strong>cia e inseguridad,proporcionando valiosa información sobre algunos delitos (por ejemplo, contra elpatrimonio), pero no para todos. Al mismo tiempo, permit<strong>en</strong> explorar las percepcionesy valoraciones que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los ciudadanos sobre la problemática de la inseguridad, asícomo sobre las instituciones de seguridad y justicia.El pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong>sayo se basa <strong>en</strong> los datos g<strong>en</strong>erados por el Proyecto de Opinión Públicade América Latina (LAPOP) del Barómetro de las Américas de la Universidad deVanderbilt, <strong>en</strong> su edición correspondi<strong>en</strong>te al año 2008. Si bi<strong>en</strong> la <strong>en</strong>cuesta se desarrolló<strong>en</strong> 22 países del contin<strong>en</strong>te americano, <strong>en</strong> este <strong>en</strong>sayo se utilizan únicam<strong>en</strong>te los datoscorrespondi<strong>en</strong>tes a seis países c<strong>en</strong>troamericanos: Guatemala, El Salvador, Honduras,Nicaragua, Costa Rica y Panamá.En cada país se diseñaron muestras nacionales probabilísticas de adultos <strong>en</strong> edadde votar para pres<strong>en</strong>tar con precisión la distribución de la población, con un númerocercano a las 1.500 <strong>en</strong>trevistas a ciudadanos mayores de 18 años 6 . En el sigui<strong>en</strong>tecuadro se pres<strong>en</strong>ta la información correspondi<strong>en</strong>te al tamaño de la muestra y el errormuestral para cada país.Cuadro 3. C<strong>en</strong>troamérica: Tamaño de la muestra y error muestral, LAPOP 2008País Tamaño de la muestra Error muestralGuatemala 1,538 ± 2.5%El Salvador 1,549 ± 2.4%Honduras 1,522 ± 2.5%Nicaragua 1,540 ± 2.5%Costa Rica 1,500 ± 2.5%Panamá 1,536 ± 2.5%Total 9,185Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP (2008).6Solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el caso de Nicaragua se <strong>en</strong>cuestó a ciudadanos a partir de los 16 años de edad.110


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónPara el análisis de los datos se ha utilizado una ponderación del tamaño de la muestra,de manera que se cu<strong>en</strong>te con 1.500 casos para cada uno de los países.1.3.1 Tasas de victimizaciónEn la <strong>en</strong>cuesta de LAPOP 2008 se utilizó una pregunta conv<strong>en</strong>cional <strong>en</strong> los estudios sobrevictimización: “Ahora, cambiando el tema: ¿Ha sido usted víctima de algún acto de delincu<strong>en</strong>cia<strong>en</strong> los últimos 12 meses? (1) Sí, (2) No, (8) NS/NR”. En promedio, <strong>en</strong> la regiónc<strong>en</strong>troamericana se reporta una tasa de victimización por crim<strong>en</strong> del 15,1%. En el Gráfico1 se puede observar que arriba del promedio se ubican El Salvador (19%), Guatemala(17,1%), Nicaragua (16,5%) y Costa Rica (15,9%); mi<strong>en</strong>tras que Honduras (13,7%) y Panamá(8,4%) se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran bajo el promedio. Como se ha señalado anteriorm<strong>en</strong>te, estosdatos solam<strong>en</strong>te logran captar un aspecto del complejo f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la criminalidad.Gráfico 1. Porc<strong>en</strong>taje de personas que fueron víctimas de la delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica,2008Victimización por crim<strong>en</strong>Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.PaísCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CI1.3.2 Percepciones de inseguridadOtra dim<strong>en</strong>sión de la problemática del crim<strong>en</strong> e inseguridad que se explora <strong>en</strong> la <strong>en</strong>cuestade LAPOP es precisam<strong>en</strong>te la percepción de inseguridad personal (el miedo alcrim<strong>en</strong>). Este aspecto es importante porque la delincu<strong>en</strong>cia y la viol<strong>en</strong>cia ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a g<strong>en</strong>eraruna percepción de inseguridad <strong>en</strong> la ciudadanía. No necesariam<strong>en</strong>te la medición111


Ricardo Córdova Macíasobjetiva y la percepción subjetiva coincid<strong>en</strong>, porque <strong>en</strong> la formación de esta percepcióntambién intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> otros factores, como el lugar de resid<strong>en</strong>cia, la exposición a lasnoticias <strong>en</strong> los medios de comunicación, etc. En la <strong>en</strong>cuesta de LAPOP se incluyó lasigui<strong>en</strong>te pregunta: “Hablando del lugar o barrio/colonia donde usted vive, y p<strong>en</strong>sando<strong>en</strong> la posibilidad de ser víctima de un asalto o robo, ¿se si<strong>en</strong>te usted muy seguro, algoseguro, algo inseguro o muy inseguro? (1) Muy seguro (2) Algo seguro (3) Algo inseguro(4) Muy inseguro (8) NS/NR”.En el Gráfico 2 se puede observar la variedad de respuestas de los <strong>en</strong>cuestados <strong>en</strong>cada uno de los países c<strong>en</strong>troamericanos, reflejando que al interior de un mismo paíshay distintas percepciones. Al analizar cada una de las opciones de respuesta, <strong>en</strong> lavaloración de “muy seguro” se ti<strong>en</strong>e arriba del promedio a Nicaragua (36,2%), CostaRica (30,1%) y Guatemala (27,9%); <strong>en</strong> la de “algo seguro”, arriba del promedio estánPanamá (46,8%), Honduras (43,2%) y Costa Rica (42,9%); <strong>en</strong> “algo inseguro” arribadel promedio están Honduras (31,1%), Guatemala (26,1%) y El Salvador (25,8%); y <strong>en</strong>“muy inseguro”, arriba del promedio están El Salvador (12,9%), Guatemala (10,7%) yNicaragua (9,1%).Gráfico 2. Percepción de seguridad <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica, 2008Muy seguro Algo seguro Algo inseguro Muy inseguroFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP (2008).Para simplificar el análisis de las diversas respuestas de los c<strong>en</strong>troamericanos aesta pregunta, se han recodificado las opciones de respuesta <strong>en</strong> un formato 0-100 ylos resultados se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> el Gráfico 3. Debido a que hay una valoración negativa,112


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónse cambió el s<strong>en</strong>tido de las respuestas, de manera que 100 repres<strong>en</strong>ta la percepciónde inseguridad y 0 de mayor seguridad 7 . El promedio regional <strong>en</strong> la escala de inseguridades 38 y arriba de este promedio, con las percepciones más altas de inseguridad,se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran Honduras (42,1), El Salvador (41,8) y Guatemala (39,8) —los países del“Triangulo del Norte”— mi<strong>en</strong>tras que abajo del promedio están Panamá (35,7), CostaRica (34,7) y Nicaragua (33,9).Gráfico 3. Percepción de inseguridad <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica, 2008Percepción de inseguridadPaísCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Es importante señalar que no hay una correspond<strong>en</strong>cia directa ni mecánica <strong>en</strong>tre losdos tipos de información exploradas <strong>en</strong> esta <strong>en</strong>cuesta: la victimización por crim<strong>en</strong> y lapercepción de inseguridad. Así por ejemplo, mi<strong>en</strong>tras el promedio de victimización parala región c<strong>en</strong>troamericana <strong>en</strong> una escala 0-100 es de 15,1, la escala de la percepción deinseguridad exhibe un promedio de 37,98, es decir, más del doble que la primera. Y estose aplica a todos los países, aunque con distintos órd<strong>en</strong>es de magnitud. La difer<strong>en</strong>cia esmayor para los casos de Panamá (8,38 versus 35,70) y Honduras (13,69 versus 42,05).Esta diverg<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre las dos variables se puede deber a múltiples razones que no seabordan <strong>en</strong> este <strong>en</strong>sayo. En todo caso, la percepción de inseguridad no es el resultadodirecto y único de la victimización por crim<strong>en</strong>, sino que intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> otros factores.7La escala de inseguridad se recodificó de la sigui<strong>en</strong>te manera: 0 muy seguro, 33 algo seguro, 67 algo inseguro y100 muy inseguro.113


Ricardo Córdova MacíasEn el Gráfico 4 se pres<strong>en</strong>ta la distribución de los países c<strong>en</strong>troamericanos deacuerdo con el promedio <strong>en</strong> la tasa de victimización y el promedio <strong>en</strong> la percepciónde inseguridad.Gráfico 4. Promedio tasa de victimización por crim<strong>en</strong> y promedio percepción de inseguridad<strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica, 2008Victimización por crim<strong>en</strong>Percepción de inseguridadFu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con base <strong>en</strong> los datos del Barómetro de las Américas, LAPOP (2008).1.4 El impacto económicoUn estudio relativam<strong>en</strong>te reci<strong>en</strong>te sobre los costos económicos de la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troaméricarealizado por Carlos Acevedo (2008) para el Consejo Nacional de SeguridadPública de El Salvador, estima que la viol<strong>en</strong>cia habría costado —<strong>en</strong> términos directose indirectos 8 —, a los países c<strong>en</strong>troamericanos <strong>en</strong> el año 2006, la cantidad de 6,505.9millones de US dólares, equival<strong>en</strong>tes al 7,7% del Producto Interno Bruto de la región.Panamá no formó parte del estudio. Los principales datos reportados son los sigui<strong>en</strong>tes:“En valores absolutos, los costos son mayores para Guatemala (US$2.291 millones)y El Salvador (US$2.010 millones) y m<strong>en</strong>ores para Costa Rica (US$791millones) y Nicaragua (US$529 millones). En términos relativos al tamaño de laeconomía, la situación cambia. En un extremo se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra El Salvador, donde la8Esto incluye costos <strong>en</strong> salud, costos institucionales (legales, judiciales y policiales), los costos prev<strong>en</strong>tivos <strong>en</strong>seguridad privada y las pérdidas materiales (Acevedo, 2008).114


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónviol<strong>en</strong>cia impone un costo cercano al 11% del PIB; <strong>en</strong> el otro, Costa Rica, con unacarga del 3,6% del PIB. En Honduras y Nicaragua, los costos de la viol<strong>en</strong>cia equival<strong>en</strong>al 9,6% y al 10% del PIB, respectivam<strong>en</strong>te. En Guatemala, el peso relativode los costos de la viol<strong>en</strong>cia es m<strong>en</strong>or (7,7% del PIB), aun cuando es el país queregistra los costos mayores <strong>en</strong> valores absolutos” (Acevedo, 2008: 13).Cuadro 4. Costos económicos de la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica, 2006Tipo de costo Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica C<strong>en</strong>troaméricaPérdidas<strong>en</strong> saludAt<strong>en</strong>ciónmédicaProducciónperdidaDañoemocionalCostosinstitucionalesSeguridadpúblicaMillones de US$1281.30 1143.60 359.90 241.10 325.30 3351.2069.30 81.90 23.80 43.80 10.10 228.90521.30 429.80 114.00 35.20 113.10 1213.30690.70 632.00 222.20 162.10 202.10 1909.00305.10 284.90 239.30 86.50 221.30 1137.00212.20 160.00 144.70 51.10 84.70 652.80Justicia 92.90 124.90 94.60 35.30 136.50 484.20Gasto privado<strong>en</strong> seguridad459.40 328.80 176.00 124.00 150.30 1238.50Hogares 135.20 72.00 44.00 31.00 37.60 319.80Empresas 324.20 256.80 132.00 93.00 112.70 918.70Pérdidas materiales(transfer<strong>en</strong>cias)245.10 252.70 110.00 77.50 93.90 779.20TOTAL 2291.00 2010.00 885.20 529.00 790.80 6505.90Pérdidas<strong>en</strong> saludAt<strong>en</strong>ciónmédicaProducciónperdidaDañoemocionalCostos institucionalesSeguridadpúblicaPorc<strong>en</strong>taje del PIB4.30 6.10 3.90 4.50 1.50 3.900.20 0.40 0.30 0.80 0.00 0.301.80 2.30 1.20 0.70 0.50 1.402.30 3.40 2.40 3.10 0.90 2.201.00 1.50 2.60 1.60 1.00 1.300.70 0.90 1.60 1.00 0.40 0.80115


Ricardo Córdova MacíasJusticia 0.30 0.70 1.00 0.60 0.60 0.60Gasto privado<strong>en</strong> seguridad1.60 1.80 1.90 2.30 0.70 1.50Hogares 0.50 0.40 0.50 0.60 0.20 0.40Empresas 1.10 1.40 1.40 1.80 0.50 1.10Pérdidas materiales(transfer<strong>en</strong>cias)0.80 1.40 1.20 1.50 0.40 0.90TOTAL 7.70 10.80 9.60 10.00 3.60 7.70Fu<strong>en</strong>te: Acevedo (2008).2. Una aproximación a la percepción de inseguridadA partir de la información <strong>en</strong> torno a la victimización por crim<strong>en</strong>, <strong>en</strong> otro trabajo reci<strong>en</strong>tese han analizado, utilizando los datos de la <strong>en</strong>cuesta de LAPOP, algunas característicasbásicas sobre las víctimas del crim<strong>en</strong> <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica, estimando un modelo deregresión para cada uno de los países y otro para toda la región c<strong>en</strong>troamericana. Losprincipales hallazgos para las variables estadísticam<strong>en</strong>te significativas son los sigui<strong>en</strong>tes:ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a ser víctimas de la delincu<strong>en</strong>cia con mayor frecu<strong>en</strong>cia los que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong>las ciudades con mayores conc<strong>en</strong>traciones urbanas, los hombres, los jóv<strong>en</strong>es y los quecu<strong>en</strong>tan con mayores niveles de escolaridad (Córdova, 2011).En este <strong>en</strong>sayo se realiza un análisis sobre el tema de las percepciones de inseguridad,o lo que <strong>en</strong> la literatura se ha llamado “miedo al crim<strong>en</strong>” (fear of crime) 9 . Con el propósitode id<strong>en</strong>tificar los predictores que ayudan a explicar la percepción de inseguridadse llevó a cabo un análisis estadístico multivariado para la región c<strong>en</strong>troamericana <strong>en</strong>su conjunto y para cada uno de los países, utilizando el método de Mínimos CuadradosOrdinarios (MCO). Los resultados del análisis de regresión se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> el Cuadro 5.Nueve variables, tanto de seguridad como sociodemográficas, han sido utilizadascomo predictores: la edad, el nivel educativo, el sexo, la posesión de bi<strong>en</strong>es materiales 10 ,el tamaño del municipio de resid<strong>en</strong>cia 11 , la exposición a noticias <strong>en</strong> los medios de comu-9Para una revisión de la literatura sobre el “fear of crime”, y <strong>en</strong> particular del debate sobre su medición, así comosobre los hallazgos no concluy<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> algunos estudios realizados, véase: DuBow et al. (1979), Ferraro y LaGrange(1987), Skogan (1987), Smith y Hill (1991).10Se ha utilizado el índice de riqueza familiar basado <strong>en</strong> la posesión de bi<strong>en</strong>es materiales por ser más confiable quela pregunta sobre el nivel de ingreso. Este índice está basado <strong>en</strong> la posesión de bi<strong>en</strong>es materiales como televisor,refrigerador, teléfono, etc. Ti<strong>en</strong>e un rango de 0-9.11Los valores originales son: 1 capital nacional, 2 ciudad grande, 3 ciudad mediana, 4 ciudad pequeña y 5 árearural. Ahora bi<strong>en</strong>, se crearon variables dummy para cada una de las opciones de respuesta. Primero se fusionaron<strong>en</strong> una misma opción capital nacional y ciudad grande, luego se mantuvieron mediana, pequeña y rural. Para efectosde la regresión se utilizó de base ciudad grande y solo se incluyeron <strong>en</strong> el modelo: mediana, pequeña y rural.116


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónCuadro 5. Determinantes de la percepción de inseguridad (7)<strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica, 2008Variables Guatemala Honduras El Salvador Nicaragua Costa Rica Panamá RegionalCoefici<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> primera columna y valores p <strong>en</strong> segunda columnaConstante38.847*** 0.000 50.437*** 0.000 40.311*** 0.000 29.861*** 0.000 41.818*** 0.000 23.596*** 0.000 37.671*** 0.000(4.817) (4.722) (5.645) (4.446) (6.551) (4.756) (1.859)Edad0.005 0.932 -0.040 0.482 0.022 0.697 -0.033 0.569 -0.062 0.196 0.046 0.338 -0.021 0.339(0.055) (0.057) (0.057) (0.057) (0.048) (0.048) (0.022)Educación(1)0.198 0.397 -0.379 0.106 0.186 0.380 0.240 0.274 -0.113 0.592 0.641*** 0.004 0.014 0.870(0.233) (0.234) (0.212) (0.219) (0.211) (0.222) (0.086)Sexo (2)-0.817 0.609 -1.162 0.418 -4.979*** 0.003 -4.227*** 0.007 -3.445** 0.024 -2.065 0.131 -2.880*** 0.000(1.598) (1.434) (1.695) (1.561) (1.520) (1.368) (0.627)Posesión debi<strong>en</strong>es materiales(3)-1.317** 0.019 -0.120 0.818 -0.785 0.166 0.060 0.916 0.113 0.852 -1.364*** 0.005 -0.656*** 0.001(0.561) (0.523) (0.566) (0.568) (0.607) (0.485) (0.196)Radio-1.573 0.528 -10.782*** 0.001 1.090 0.600 1.595 0.376 -0.055 0.972 2.535 0.162 0.591 0.460(2.490) (3.177) (2.076) (1.802) (1.582) (1.812) (0.799)Televisión0.804 0.773 3.556 0.133 -2.063 0.566 2.150 0.394 -3.433 0.521 4.786 0.180 1.182 0.323(2.779) (2.364) (3.598) (2.521) (5.348) (3.570) (1.197)Periódicos2.893 0.211 1.438 0.472 1.145 0.561 -0.728 0.680 2.996 0.117 3.143 0.127 1.810** 0.020(2.312) (1.999) (1.970) 1.765 (1.912) (2.061) (0.777)Ciudadmediana-6.559*** 0.007 -0.180 0.949 -2.716 0.288 -0.612 0.811 N/A N/A -6.074* 0.050 -2.851** 0.011(2.448) (2.788) (2.553) (2.565) (3.093) (1.119)CiudadpequeñaN/A N/A -6.893*** 0.008 -1.527 0.656 -11.648*** 0.000 -8.962*** 0.000 -9.846*** 0.001 -7.351*** 0.000(2.614) (3.424) (3.236) (1.884) (2.963) (1.085)Área rural-6.440*** 0.005 -5.776*** 0.008 1.578 0.520 -5.524** 0.013 -7.432*** 0.000 -6.787*** 0.000 -4.913*** 0.000(2.302) (2.160) (2.450) (2.217) (1.955) (1.807) (0.850)Víctima dela delincu<strong>en</strong>cia(4)0.072*** 0.001 0.039* 0.066 0.087*** 0.000 0.063*** 0.004 0.113*** 0.000 0.120*** 0.000 0.082*** 0.000(0.021) (0.021) (0.022) (0.022) (0.021) (0.025) (0.009)117


Ricardo Córdova MacíasCuadro 5. Determinantes de la percepción de inseguridad (7)<strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica, 2008Variables Guatemala Honduras El Salvador Nicaragua Costa Rica Panamá RegionalCoefici<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> primera columna y valores p <strong>en</strong> segunda columnaPercepciónde pres<strong>en</strong>ciade pandillas(5)0.328*** 0.000 0.225*** 0.000 0.241*** 0.000 0.299*** 0.000 0.249*** 0.000 0.286*** 0.000 0.273*** 0.000(0.025) (0.025) (0.027) (0.026) (0.023) (0.021) (0.010)Confianza <strong>en</strong>policía (6)-0.119*** 0.000 -0.034 0.206 -0.078*** 0.005 -0.066*** 0.005 -0.102*** 0.000 -0.123*** 0.000 -0.093*** 0.000(0.026) (0.027) (0.028) (0.024) (0.025) (0.023) (0.010)N. de casos 1,319 1,401 1,457 1,405 1,344 1,384 8,316R2 ajustado 0.202 0.093 0.088 0.186 0.158 0.217 0.151p


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónnicación 12 , la victimización por crim<strong>en</strong>, la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas<strong>en</strong> el barrio y la confianza <strong>en</strong> la policía. Mi<strong>en</strong>tras que la variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te es la percepciónde inseguridad, la cual ha sido recodificada de muy seguro a muy inseguro.A continuación se reportan los principales hallazgos, <strong>en</strong>focándonos <strong>en</strong> la región c<strong>en</strong>troamericana.De las nueve variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, solam<strong>en</strong>te siete son las que hanresultado estadísticam<strong>en</strong>te significativas para la región. De las seis sociodemográficas,solo cuatro resultaron significativas: el sexo, la posesión de bi<strong>en</strong>es materiales, el tamañodel municipio de resid<strong>en</strong>cia y la exposición a noticias <strong>en</strong> los medios de comunicación.El s<strong>en</strong>tido de la relación <strong>en</strong>tre el sexo y la percepción de inseguridad es negativapara la región (y además para tres países), lo que significa que los hombres se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong>m<strong>en</strong>os inseguros <strong>en</strong> comparación con las mujeres, lo cual se puede apreciar <strong>en</strong> el Gráfico5. Para la posesión de bi<strong>en</strong>es materiales, el s<strong>en</strong>tido de la relación es negativa para laregión (y además para dos países), t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do un increm<strong>en</strong>to para qui<strong>en</strong>es pose<strong>en</strong> pocosbi<strong>en</strong>es y luego disminuye para qui<strong>en</strong>es pose<strong>en</strong> mayores bi<strong>en</strong>es. En cuanto al tamaño delmunicipio, resultaron estadísticam<strong>en</strong>te significativas la ciudad mediana, la ciudad pequeñay el área rural, con un s<strong>en</strong>tido negativo de la relación, lo cual se puede apreciar<strong>en</strong> el Gráfico 6. Esto significa que la percepción de inseguridad es mayor <strong>en</strong> las ciudadesgrandes y m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> las medianas y pequeñas y para el área rural.En cuanto a la influ<strong>en</strong>cia de los medios de comunicación, operacionalizada <strong>en</strong> términosde la frecu<strong>en</strong>cia con que el <strong>en</strong>cuestado escucha noticias por la radio, mira noticias<strong>en</strong> la TV y lee noticias <strong>en</strong> los periódicos, solam<strong>en</strong>te esta última resultó estadísticam<strong>en</strong>tesignificativa y con signo positivo, lo que significa que los que le<strong>en</strong> más noticias <strong>en</strong> losperiódicos se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> más inseguros, lo cual se puede apreciar <strong>en</strong> el Gráfico 7. Con elpropósito de <strong>en</strong>contrar pistas relacionadas con este hallazgo, <strong>en</strong> el Gráfico 8 se pres<strong>en</strong>tala exposición a noticias <strong>en</strong> los medios de comunicación contra la percepción de inseguridad,pudiéndose observar que prácticam<strong>en</strong>te no varía la percepción de inseguridadpara qui<strong>en</strong>es v<strong>en</strong> o escuchan las noticias <strong>en</strong> TV o <strong>en</strong> radio. Ahora bi<strong>en</strong>, para profundizar<strong>en</strong> este punto, a futuro se necesitaría información más específica sobre el tipo de noticiasque los lectores consultan <strong>en</strong> medios específicos, así como el tipo de cobertura que<strong>en</strong> los medios se pres<strong>en</strong>ta de los hechos viol<strong>en</strong>tos y delictivos.Con respecto a las tres variables de seguridad, el s<strong>en</strong>tido de la relación <strong>en</strong>tre la victimizaciónpor crim<strong>en</strong> y la percepción de inseguridad es positiva para la región (y paralos seis países), lo que significa que los que han sido víctimas se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> más insegurosque los que no lo han sido, lo cual se puede apreciar <strong>en</strong> el Gráfico 9. Esto además resultóestadísticam<strong>en</strong>te significativo para cada uno de los países, como se puede observar <strong>en</strong>el Gráfico 10.Los que percib<strong>en</strong> niveles más altos de pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> su barrio tambiénpercib<strong>en</strong> mayor inseguridad, como se puede observar <strong>en</strong> el Gráfico 11. El s<strong>en</strong>tido de la12A partir de las tres preguntas originales (con qué frecu<strong>en</strong>cia… escucha noticias por la radio, mira noticias <strong>en</strong> laTV y lee noticias <strong>en</strong> los periódicos), para efectos de la regresión se crearon variables dummy de cada una de ellas,0 para nunca y 1 para si escucha, ve o lee noticias indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de la frecu<strong>en</strong>cia con que lo haga. Y se incluyeronlas tres variables <strong>en</strong> el modelo para poder ver el peso específico de cada una <strong>en</strong> la regresión.119


Ricardo Córdova Macíasrelación es positivo para la región (y para los seis países). En el Gráfico 12 se pres<strong>en</strong>taesta relación <strong>en</strong>tre la percepción de inseguridad y la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>ciade pandillas <strong>en</strong> el barrio para cada uno de los países c<strong>en</strong>troamericanos.Por último, el s<strong>en</strong>tido de la relación <strong>en</strong>tre la confianza <strong>en</strong> la policía y la percepciónde inseguridad es negativa para la región (y para cinco países). En el Gráfico 13 se puedeobservar que los m<strong>en</strong>ores niveles de confianza <strong>en</strong> la policía, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayores nivelesde percepción de inseguridad. Sin embargo, no es muy claro el s<strong>en</strong>tido de la causalidadde esta relación, ya que es posible argum<strong>en</strong>tar que la baja confianza <strong>en</strong> la policía es laque determina la percepción de inseguridad, pero también se podría argum<strong>en</strong>tar que lapercepción de inseguridad podría estar afectando los niveles de confianza <strong>en</strong> la policía.En todo caso, existe una correlación <strong>en</strong>tre ambas variables, aunque se puede debatir els<strong>en</strong>tido de la causalidad. En el Gráfico 14 se pres<strong>en</strong>ta esta relación <strong>en</strong>tre la percepciónde inseguridad y la confianza <strong>en</strong> la policía para cada uno de los países c<strong>en</strong>troamericanos.Para simplificar el análisis se recodificó la pregunta sobre la confianza <strong>en</strong> la policía<strong>en</strong> dos categorías: poco y mucho 13 . Únicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el caso de Honduras esta relación noes estadísticam<strong>en</strong>te significativa.13Se recodificó la pregunta sobre la confianza <strong>en</strong> la policía <strong>en</strong> dos categorías: poco (opciones 1-4) y mucho (opciones5-7).120


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónGráfico 5. Percepción de inseguridad según sexo, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de percepción de inseguridadFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.SexoCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIGráfico 6. Percepción de inseguridad según tamaño del municipio de resid<strong>en</strong>cia,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de percepción de inseguridadFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Tamaño del lugar de resid<strong>en</strong>ciaCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CI121


Ricardo Córdova MacíasGráfico 7. Percepción de inseguridad según lectura de noticias,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de percepción de inseguridadFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.¿Lee noticias <strong>en</strong> los periódicos?Cases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIGráfico 8. Percepción de inseguridad según la exposición a noticias por tipo demedios de comunicación, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de escuchar / mirar / leer las noticias deacuerdo con los medios de comunicación individualesFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Percepción de inseguridadCases weighted by Weight for equal size per country122


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónGráfico 9. Percepción de inseguridad según victimización por crim<strong>en</strong>,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de percepción de inseguridad¿Ha sido usted víctima de algún acto de delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los últimos 12 meses?Cases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Gráfico 10. Percepción de inseguridad según victimización por crim<strong>en</strong>, por país,C<strong>en</strong>troamérica 2008¿Ha sido usted víctima de algún acto de delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los últimos 12 meses?Promedio de percepción de inseguridadPaísFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Cases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CI123


Ricardo Córdova MacíasGráfico 11. Percepción de inseguridad según percepción de pres<strong>en</strong>cia de pandillas<strong>en</strong> el barrio,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de percepción de inseguridadPercepción de la pres<strong>en</strong>cia de pandillasCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Gráfico 12. Percepción de inseguridad según percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas,por país, C<strong>en</strong>troamérica 2008Percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> el barrioPromedio de percepción de inseguridadPaísCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.124


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónGráfico 13. Percepción de inseguridad según confianza <strong>en</strong> la policía,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de percepción de inseguridadConfianza <strong>en</strong> la policíaCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Gráfico 14. Percepción de inseguridad según confianza <strong>en</strong> la policía, por país,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de percepción de inseguridadPaísCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.125


Ricardo Córdova MacíasPor la relevancia que ti<strong>en</strong>e la valoración de la ciudadanía acerca del desempeño dela policía sobre la problemática de la seguridad, <strong>en</strong> la <strong>en</strong>cuesta de LAPOP se incluyóla pregunta: “Algunas personas dic<strong>en</strong> que la policía de este barrio (pueblo) protege ala g<strong>en</strong>te fr<strong>en</strong>te a los delincu<strong>en</strong>tes, mi<strong>en</strong>tras otros dic<strong>en</strong> que es la policía la que estáinvolucrada <strong>en</strong> la delincu<strong>en</strong>cia. ¿Qué opina usted? (1) La policía protege, (2) La policíaestá involucrada <strong>en</strong> la delincu<strong>en</strong>cia, (3) No protege, no involucrada con la delincu<strong>en</strong>ciao protege e involucrada, (8) NS/NR”. En promedio para la región c<strong>en</strong>troamericana,el 43% opina que la policía protege y el 41.7% que la policía esta involucrada con ladelincu<strong>en</strong>cia y el 15.3% opina que no protege pero que tampoco está involucrada conla delincu<strong>en</strong>cia o protege estando involucrada. En el Gráfico 15 se pres<strong>en</strong>ta la relación<strong>en</strong>tre la valoración sobre el desempeño de la policía y la percepción de inseguridad.No es sorpresa el hallazgo de que qui<strong>en</strong>es pi<strong>en</strong>san que la policía está involucrada conla delincu<strong>en</strong>cia se si<strong>en</strong>tan más inseguros. En el Gráfico 16 se puede observar que estasituación es estadísticam<strong>en</strong>te válida <strong>en</strong> todos los países.Gráfico 15. Percepción de inseguridad según percepción sobre el trabajo de lapolicía, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de percepción de inseguridadLa policía protegeLa policía está involucrada con la delincu<strong>en</strong>ciaPercepción sobre el trabajo de la policíaCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.126


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónGráfico 16. Percepción de inseguridad según percepción sobre el trabajo de lapolicía, por país, C<strong>en</strong>troamérica 2008Percepción sobre el trabajo de la policíaLa policía protegeLa policía está involucrada con la delincu<strong>en</strong>ciaPromedio de percepción de inseguridadPaísCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.En el modelo de regresión, siete son las variables que resultaron estadísticam<strong>en</strong>tesignificativas para la región (ver Cuadro 6). Cuatro sociodemográficas: el sexo, laposesión de bi<strong>en</strong>es materiales, el tamaño del municipio de resid<strong>en</strong>cia y la exposicióna noticias <strong>en</strong> los medios de comunicación; y tres de seguridad: la victimización porcrim<strong>en</strong>, la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> su barrio y la confianza<strong>en</strong> la policía. Por lo que ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a percibir mayores niveles de inseguridad las mujeres,aquellos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> pocos bi<strong>en</strong>es materiales 14 y los que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> las ciudades grandes.La inseguridad disminuye para las ciudades medianas, pequeñas y para el área rural;<strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es le<strong>en</strong> noticias <strong>en</strong> los periódicos; los que han sido víctimas de la delincu<strong>en</strong>cia,los que percib<strong>en</strong> niveles más altos de pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> su barrio y paraqui<strong>en</strong>es exhib<strong>en</strong> m<strong>en</strong>ores niveles de confianza <strong>en</strong> la policía. A nivel de los países, dosvariables de seguridad (la victimización por crim<strong>en</strong> y la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>ciade pandillas <strong>en</strong> su barrio) resultaron estadísticam<strong>en</strong>te significativas <strong>en</strong> los seispaíses y la confianza <strong>en</strong> la policía solo <strong>en</strong> cinco países (con la excepción de Honduras).14A futuro se puede incluir un término cuadrático que permitiera estimar los r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos marginales.127


Ricardo Córdova MacíasCuadro 6. Resum<strong>en</strong> de los determinantes de la percepción de inseguridad <strong>en</strong>C<strong>en</strong>troamérica, 2008Variables Guatemala Honduras El Salvador Nicaragua Costa Rica Panamá RegionalEdadEducación +Sexo - - - -Posesión debi<strong>en</strong>es materialesRadio -Televisión- - -Periódicos +CiudadmedianaCiudadpequeña- N/A - -N/A - - - - -Área rural - - - - - -Víctima de ladelincu<strong>en</strong>ciaPercepciónacerca depres<strong>en</strong>cia depandillasConfianza <strong>en</strong>la policía+ + + + + + ++ + + + + + +- - - - - -Notas: Los espacios <strong>en</strong> blanco respond<strong>en</strong> a que la variable no resulta estadísticam<strong>en</strong>te significativa. No se reporta el signode la constante.N/A: no aplica.3. Los delitos reportados <strong>en</strong> las <strong>en</strong>cuestasLa <strong>en</strong>cuesta de LAPOP permite analizar la victimización de los ciudadanos, así como algunascaracterísticas de las víctimas. Anteriorm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> el Gráfico 1, se ha pres<strong>en</strong>tado elporc<strong>en</strong>taje de personas que fueron víctimas de la delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica. Peromás allá de la tasa de victimización, la <strong>en</strong>cuesta nos proporciona información acerca dequince delitos específicos 15 : robo a mano armada, robo a la casa, daños o vandalismocontra la casa, robo de vehículo o motocicleta, robo de partes de vehículo o motocicleta,estafa, am<strong>en</strong>aza de muerte, golpeado, herida con arma de fuego, herida con arma15Se preguntó: “Ahora por favor pi<strong>en</strong>se <strong>en</strong> lo que le pasó <strong>en</strong> los últimos doce meses para responder a las sigui<strong>en</strong>tespreguntas”. “¿Se metieron a robar <strong>en</strong> su casa <strong>en</strong> los últimos doce meses?¿Cuántas veces?” y así paralos otros 14 delitos.128


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónblanca, delito de tipo sexual, chantaje o extorsión o r<strong>en</strong>ta, maltrato verbal o físico dela policía, o si algui<strong>en</strong> de su núcleo familiar había sido asesinado o si el <strong>en</strong>trevistado oalgui<strong>en</strong> de su núcleo familiar había sido secuestrado. Todas estas preguntas se refier<strong>en</strong>a si la persona <strong>en</strong>trevistada había sido víctima de alguno de esos quince delitos <strong>en</strong> losdoce meses anteriores a la fecha de la <strong>en</strong>cuesta.Antes de proceder al análisis de los datos, es precisa una aclaración de caráctermetodológico. La pregunta sobre victimización ha sido formulada <strong>en</strong> los sigui<strong>en</strong>tes términos:“¿Ha sido usted víctima de algún acto de delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los últimos 12 meses?(1) Sí, (2) No, (8) NS/NR”, y proporciona un indicador g<strong>en</strong>eral de la victimización porcrim<strong>en</strong>. Mi<strong>en</strong>tras que la serie de preguntas específicas sobre los hechos delictivos no sepuede relacionar directam<strong>en</strong>te con las víctimas, ya que una misma persona pudo habersido víctima de más de un delito, y <strong>en</strong> dos preguntas se refiere a algui<strong>en</strong> de su núcleofamiliar. Por eso se ti<strong>en</strong>e información de 1.353 víctimas; pero <strong>en</strong> lo que a los delitosespecíficos se refiere, la pregunta ha sido formulada para medir si algui<strong>en</strong> ha sufridoel hecho delictivo y además cuántas veces. Para simplificar el análisis, estas preguntasfueron recodificadas para reflejar si habían o no sido víctimas de los delitos específicos,indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te del número de veces. Es así como se han contabilizado 2.375delitos. Por lo anteriorm<strong>en</strong>te indicado, el número de víctimas no corresponde con elnúmero de delitos. Se trata de dos unidades distintas de análisis.Para simplificar el análisis, se han agrupado los delitos de acuerdo con el propósitoo bi<strong>en</strong> afectado: contra el patrimonio o contra la vida e integridad de las personas, y sereporta únicam<strong>en</strong>te el porc<strong>en</strong>taje de delitos para cada país. En el primer caso, la categoríade los delitos contra el patrimonio contempla el robo a mano armada, el robo a lacasa, los daños o vandalismo contra la casa, el robo de vehículo o motocicleta, el robode partes de vehículo o motocicleta y la estafa. Los datos se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> el Cuadro 7. Elrobo a mano armada es más alto <strong>en</strong> Guatemala y El Salvador; mi<strong>en</strong>tras que el robo a lacasa es más alto <strong>en</strong> Nicaragua y Costa Rica; los daños contra la casa son más elevados<strong>en</strong> Nicaragua, Costa Rica, El Salvador y Guatemala; el robo de vehículo o motocicletareportado es más alto <strong>en</strong> Panamá, Guatemala, El Salvador y Nicaragua; el robo de partesde vehículo o motocicleta es más alto <strong>en</strong> El Salvador, Honduras y Panamá; y la estafa esmás elevada <strong>en</strong> El Salvador, Guatemala y Nicaragua.Los delitos contra la vida e integridad de las personas contemplan: las heridas conarma de fuego o con arma blanca, haber sido golpeado, el chantaje o extorsión o r<strong>en</strong>ta,la am<strong>en</strong>aza de muerte, los delitos sexuales, el maltrato verbal o físico de la policía,si algui<strong>en</strong> de su núcleo familiar había sido asesinado y si el <strong>en</strong>trevistado o algui<strong>en</strong>de su núcleo familiar había sido secuestrado. Los datos se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> el Cuadro 8.Un miembro del núcleo familiar asesinado es más alto <strong>en</strong> Guatemala y El Salvador; unsecuestrado es más elevado <strong>en</strong> Guatemala y El Salvador; delito sexual es más alto <strong>en</strong>Honduras y Nicaragua; la am<strong>en</strong>aza de muerte es más alta <strong>en</strong> Nicaragua, El Salvador yGuatemala; el chantaje, extorsión o r<strong>en</strong>ta es más alta <strong>en</strong> Guatemala, El Salvador y Nicaragua;el maltrato verbal o físico por parte de la policía es más alto <strong>en</strong> El Salvador yNicaragua; el ser golpeado es más elevado <strong>en</strong> Nicaragua y Honduras; la herida con armade fuego es más alta <strong>en</strong> Guatemala, Nicaragua y Honduras; y la herida con arma blancaes más alta <strong>en</strong> Honduras, Nicaragua y Panamá.129


Ricardo Córdova MacíasCuadro 7. C<strong>en</strong>troamérica: Delitos contra el patrimonio, 2008. (Porc<strong>en</strong>tajes)PaísRobo a manoarmadaRobo a lacasaDaños ovandalismocontra lacasaRobo devehículo omotocicletaRobo departes devehículo omotocicletaGuatemala 11,5 6,0 4,9 5,6 5,5 7,0El Salvador 10,7 6,0 5,3 5,5 17,1 8,6Honduras 5,8 3,8 3,5 4,2 14,1 2,8Nicaragua 5,7 9,2 5,6 5,4 11,9 6,2Costa Rica 5,4 8,3 5,5 4,9 8,7 4,3Panamá 3,8 5,8 3,1 5,8 13,8 1,8PromedioRegional(*) En este caso de trata del promedio simple.Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Estafa7,1 6,5 4,7 5,2(*) 11,9(*) 5,1Cuadro 8. C<strong>en</strong>troamérica: Delitos contra la vida e integridad personal, 2008.(Porc<strong>en</strong>tajes)PaísMiembrodelnúcleofamiliarasesinadoEntrevistadoo miembrode su núcleofamiliarsecuestradoDelitosexualAm<strong>en</strong>azademuerteChantaje,extorsióno r<strong>en</strong>taMaltratoverbal ofísico dela policíaGolpesHeridacon armade fuegoGuatemala 3,3 1,9 0,4 6,4 5,0 3,7 4,0 0,9 0,9El Salvador 2,1 0,9 0,5 8,5 4,3 8,3 4,1 0,3 0,5Honduras 1,3 0,1 1,2 3,4 1,6 2,8 4,6 0,7 2,0Nicaragua 1,7 0,8 0,9 8,6 3,5 4,5 5,3 0,9 2,0Costa Rica 0,3 0,2 0,3 3,1 1,4 3,1 2,6 0,5 0,7Panamá 0,5 0,7 0,3 1,7 0,4 2,0 1,9 0,6 1,3PromedioRegionalHeridaconarmablanca1,6 0,8 0,6 5,3 2,7 4,1 3,7 0,6 1,2Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.4. Bajas tasas de d<strong>en</strong>uncia del crim<strong>en</strong>Un dato que ha sido id<strong>en</strong>tificado <strong>en</strong> estudios anteriores es una baja tasa de d<strong>en</strong>uncia delos actos delincu<strong>en</strong>ciales. En la <strong>en</strong>cuesta de LAPOP se preguntó: “¿D<strong>en</strong>unció el hechoa alguna institución? (1) Sí, (2) No, (8) NS/NR, (9) Inap (no víctima)”. En el sigui<strong>en</strong>tegráfico se puede observar que se reporta una baja tasa de d<strong>en</strong>uncia. Por <strong>en</strong>cima delpromedio regional (36,5) se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran Panamá (51,2), Guatemala (41,8) y Nicaragua(41,7); y debajo del promedio Costa Rica (35,3), Honduras (29) y El Salvador (27,2). Es130


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónpreciso señalar que de las 1.353 personas que han sido víctimas de algún acto de delincu<strong>en</strong>cia,se cu<strong>en</strong>ta con información acerca de la d<strong>en</strong>uncia para 1.340 personas. Para laregión c<strong>en</strong>troamericana, la tasa promedio de d<strong>en</strong>uncia es de 36,5.Gráfico 17. Porc<strong>en</strong>taje que d<strong>en</strong>unció el hecho delictivo a una institución,C<strong>en</strong>troamérica 2008PaísCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der esta temática, es preciso id<strong>en</strong>tificar las razones por las cuales la ciudadaníano d<strong>en</strong>uncia los actos delictivos. En la <strong>en</strong>cuesta se preguntó: “¿Por qué no d<strong>en</strong>uncióel hecho?”. En la región c<strong>en</strong>troamericana, la principal razón es la opinión de qu<strong>en</strong>o sirve para nada (47,6%), lo cual es un indicador claro de la falta de confianza institucional.Arriba de este promedio están Costa Rica (62%), Honduras (52,7%) y abajo delmismo, Nicaragua (45,5%), Guatemala (44,6%), El Salvador (42%) y Panamá (31,1%).La segunda razón para no d<strong>en</strong>unciar <strong>en</strong> la región es por “ser peligroso y por el temora represalias” (17,4%), lo cual <strong>en</strong> cierto s<strong>en</strong>tido se relaciona con la desconfianzainstitucional. El 13,9% m<strong>en</strong>ciona que no t<strong>en</strong>ía pruebas, el 13,2% que no fue grave y el1,7% que no sabe dónde d<strong>en</strong>unciar. Este último dato es importante, porque indicaríaque la falta de d<strong>en</strong>uncia no se relaciona principalm<strong>en</strong>te con no saber dónde pres<strong>en</strong>tarla d<strong>en</strong>uncia, sino que los datos más bi<strong>en</strong> indicarían bajos niveles de confianza <strong>en</strong> lasinstituciones del sector de seguridad y justicia.131


Ricardo Córdova MacíasCuadro 9. Motivo por el cual no d<strong>en</strong>unció el hecho delictivo, C<strong>en</strong>troamérica 2008PaísNo sirvede nadaEs peligrosoy pormiedo arepresaliasNo t<strong>en</strong>íapruebasNo fuegraveNo sabedónded<strong>en</strong>unciarOtroTotalGuatemala44,6%(62)22,3%(31)12,9%(18)5,0%(7)2,2%(3)12,9%(18)100%(139)El Salvador42,0%(86)24,4%(50)9,8%(20)16,6%(34)0%(0)7,3%(15)100%(205)Honduras52,7%(77)19,9%(29)8,9%(13)13,7%(20)2,7%(4)2,1%(3)100%(146)Nicaragua45,5%(65)16,1%(23)16,8%(24)12,6%(18)1,4%(2)7,7%(11)100%(143)Costa Rica62,0%(93)4,7%(7)17,3%(26)10,0%(15)2,0%(3)4,0%(6)100%(150)Panamá31,1%(19)11,5%(7)26,2%(16)27,9%(17)3,3%(2)0%(0)100%(61)Nota: <strong>en</strong>tre paréntesis se reporta el número de casos.Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Como se señala <strong>en</strong> un informe del Banco Mundial,“La respuesta más frecu<strong>en</strong>te fue que hacerlo no servía para nada. Estas cifrassubrayan los graves problemas de estudiar la viol<strong>en</strong>cia sobre la base de las estadísticaspoliciales. En particular, muestran que las tasas de d<strong>en</strong>uncias podríanser una función de la percepción de la efici<strong>en</strong>cia de las autoridades. Este hallazgosugiere que el increm<strong>en</strong>to de las tasas de viol<strong>en</strong>cia puede disminuir las tasas ded<strong>en</strong>uncias, si socavan la percepción que los ciudadanos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de la efici<strong>en</strong>cia dela justicia p<strong>en</strong>al” (Banco Mundial, 2011b: 10).A continuación se exploran los niveles de confianza <strong>en</strong> el sistema de seguridad y <strong>en</strong>el sistema de justicia, utilizando dos preguntas del cuestionario de LAPOP: “Si ustedfuera víctima de un robo o asalto, ¿cuánto confiaría <strong>en</strong> que el sistema judicial castigaríaal culpable? Confiaría… (1) Mucho, (2) Algo, (3) Poco, (4) Nada, (8) NS/NR”; y “Si ustedfuera víctima de un robo o asalto, ¿cuánto confiaría <strong>en</strong> que la policía capturaría al culpable?Confiaría… (1) Mucho, (2) Algo, (3) Poco, (4) Nada, (8) NS/NR”.Para la región c<strong>en</strong>troamericana <strong>en</strong> su conjunto se observan bajos niveles de confianzatanto para el sistema de justicia como para el sistema de seguridad. Fr<strong>en</strong>te a unasituación hipotética de que una persona fuera víctima de un robo o asalto, <strong>en</strong> la preguntaacerca de la confianza <strong>en</strong> que la policía capture al culpable, el 11,1% opina mucho,132


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opinión24,2% algo, 38,7% poco y 26,1% nada. Fr<strong>en</strong>te a la pregunta acerca de la confianza <strong>en</strong>que el sistema judicial castigue al culpable, el 12,7% opina mucho, 25,2% algo, 38,1%poco y 24% nada. Exist<strong>en</strong>, desde luego, difer<strong>en</strong>cias importantes <strong>en</strong>tre los países.Gráfico 18. Si usted fuera víctima de un robo o asalto, ¿cuánto confiaría <strong>en</strong> que el sistemajudicial o la policía castigarían o capturaría al culpable?, C<strong>en</strong>troamérica 2008Si usted fuera víctima de un robo o asalto,¿cuánto confiaria <strong>en</strong> que el sistema judicialcastigaría al culpable?Si usted fuera víctima de un robo o asalto,¿cuánto confiaría <strong>en</strong> que la policíacapturara al culpable?Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Pero no solo exist<strong>en</strong> bajos niveles de confianza sobre las instituciones, sino quetambién escepticismo sobre el trabajo que realizan los políticos para mejorar la seguridad.En la <strong>en</strong>cuesta de LAPOP se preguntó: “¿Y qué tanto cree usted que los políticosse preocupan por mejorar la seguridad de su ciudad o comunidad: mucho, algo, poco onada? (1) Mucho, (2) Algo, (3) Poco, (4) Nada, (8) NS/NR”. En promedio para la región,el 2,8% opina que mucho, el 13,9% algo, el 33,7% poco y el 49,5% nada. Aunque se observandifer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre los países, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, es ac<strong>en</strong>tuada esta valoración negativa.133


Ricardo Córdova MacíasGráfico 19. Percepción acerca de la voluntad de los políticos por mejorar la seguridad,C<strong>en</strong>troamérica 2008País¿Y qué tanto cree usted que los políticos se preocupan por mejorar laseguridad de su ciudad o comunidad: mucho, algo, poco o nada?Cases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.4.1 Explorando la baja tasa de d<strong>en</strong>uncia del crim<strong>en</strong>Al inicio del apartado se ha reportado una baja tasa de d<strong>en</strong>uncia de los actos delincu<strong>en</strong>ciales<strong>en</strong> los países c<strong>en</strong>troamericanos y a continuación se exploran sus determinantes.De acuerdo con Kaariain<strong>en</strong> y Sirén (2011), las explicaciones teóricas acerca depor qué las víctimas del crim<strong>en</strong> lo reportan o no a la policía, se pued<strong>en</strong> agrupar <strong>en</strong> tresgrupos. Primero, la literatura basada <strong>en</strong> la teoría del rational choice. En este <strong>en</strong>foque,las víctimas del crim<strong>en</strong> consideran los b<strong>en</strong>eficios y los costos de reportar el crim<strong>en</strong> a lapolicía, d<strong>en</strong>unciando el delito si los b<strong>en</strong>eficios son mayores a los costos. Segundo, laliteratura que asume que la confianza <strong>en</strong> la policía y <strong>en</strong> el sistema de justicia como untodo aum<strong>en</strong>ta la disposición a reportar los crím<strong>en</strong>es. Tercero, la disposición a reportarun crim<strong>en</strong> puede ser <strong>en</strong>focada desde la literatura del capital social, y <strong>en</strong> particular laconfianza g<strong>en</strong>eralizada, o a lo que otros autores llaman confianza interpersonal.Pero antes de explorar empíricam<strong>en</strong>te estos dos últimos factores señalados por losautores m<strong>en</strong>cionados, es necesario precisar cuatro aspectos metodológicos. En primerlugar, que al utilizar datos de <strong>en</strong>cuestas para analizar la tasa de d<strong>en</strong>uncia hay que considerarla relación <strong>en</strong>tre la víctima y el perpetrador, buscando excluir de este tipo de análisisla viol<strong>en</strong>cia doméstica <strong>en</strong>tre miembros de la familia y conocidos cercanos, porqueesto puede afectar la disposición a reportar un crim<strong>en</strong>. En segundo lugar, que <strong>en</strong> el aná-134


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónlisis se debe distinguir <strong>en</strong>tre distintos tipos de delitos y la severidad del crim<strong>en</strong> pueshay algunos delitos que son más proclives a ser reportados que otros, sea por el tipo dedelito o la necesidad de la d<strong>en</strong>uncia policial —para, por ejemplo, poder cobrar el seguroo ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>te poder recuperar los bi<strong>en</strong>es 16 . Desafortunadam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> nuestro caso,las preguntas acerca de la victimización y los delitos específicos no permit<strong>en</strong> relacionarlas víctimas con los delitos y, por lo tanto, no permit<strong>en</strong> cruzar esta información conqui<strong>en</strong>es reportan los delitos a las autoridades compet<strong>en</strong>tes. Es decir, se pued<strong>en</strong> cruzarlas 1.340 víctimas de algún delito con la variable si d<strong>en</strong>unciaron el hecho a las autoridades:36,5% sí lo d<strong>en</strong>unció y el 63,5% no lo hizo. Pero luego no se puede vincular conlos delitos específicos, porque hay personas que han sufrido más de un tipo de delitoy, <strong>en</strong> caso de que hubieran pres<strong>en</strong>tado una d<strong>en</strong>uncia, no se puede establecer cuál fueel delito d<strong>en</strong>unciado. En tercer lugar, <strong>en</strong> el caso c<strong>en</strong>troamericano, la d<strong>en</strong>uncia se puederealizar ante la policía pero además ante el ministerio público (IDHAC, 2009-2010). Encuarto lugar, <strong>en</strong> la experi<strong>en</strong>cia c<strong>en</strong>troamericana no se trata de policías locales sino másbi<strong>en</strong> de carácter nacional, con una limitada experi<strong>en</strong>cia de policía comunitaria 17 .A pesar de la limitación anteriorm<strong>en</strong>te indicada, <strong>en</strong> este apartado se exploran doshipótesis sugeridas <strong>en</strong> el trabajo de Kaariain<strong>en</strong> y Sirén (2011). Con respecto a la primerahipótesis, la mayor parte de la literatura concerni<strong>en</strong>te a la relación <strong>en</strong>tre los ciudadanosy la policía asume que el nivel de confianza <strong>en</strong> los últimos refleja sus acciones. Enotras palabras, asume que la policía puede increm<strong>en</strong>tar o reducir el nivel de confianza através de su comportami<strong>en</strong>to. Se distingu<strong>en</strong> dos <strong>en</strong>foques: (i) <strong>en</strong>foque instrum<strong>en</strong>tal, elcual sosti<strong>en</strong>e que los ciudadanos confiarán <strong>en</strong> una institución a partir de las observacionesque realic<strong>en</strong> sobre la utilidad de esta. Por ejemplo, se confiará <strong>en</strong> ella si es posibleverlos realizando acciones prev<strong>en</strong>tivas fr<strong>en</strong>te al crim<strong>en</strong> y <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tando a los criminalesa la justicia. Es decir, el nivel de confianza dep<strong>en</strong>de de la cre<strong>en</strong>cia de los ciudadanos<strong>en</strong> la habilidad de la policía para protegerlos y servirles. El segundo es el (ii) <strong>en</strong>foqueprocedim<strong>en</strong>tal, el cual plantea que la confianza <strong>en</strong> la policía se observa si es que estosse comportan de una manera justa y éticam<strong>en</strong>te aceptable. Es decir, los ciudadanosesperan que la policía use el poder que les ha sido conferido correctam<strong>en</strong>te, tratando atodos los ciudadanos equitativa y éticam<strong>en</strong>te.Se ha asumido que los dos <strong>en</strong>foques descritos arriba forman las bases para la legitimidadde la fuerza policial, <strong>en</strong> el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido de que “es la característica de una institucióno autoridad que hace s<strong>en</strong>tir a los ciudadanos que las acciones de esa institución oautoridad son justificables” (Kaariain<strong>en</strong> y Sirén, 2011: 67).Con respecto a la segunda hipótesis, “se ha dicho que los miembros exitosos deuna comunidad pose<strong>en</strong> no solo ingresos, riqueza y conocimi<strong>en</strong>tos sino también capitalsocial. Se ha <strong>en</strong>contrado que al capital social también se le atribuye la capacidad dereducir el crim<strong>en</strong> tanto a nivel comunitario como individual” (Kaariain<strong>en</strong> y Sirén, 2011:68). Para estos autores, gran parte de las definiciones de capital social se refier<strong>en</strong> prin-16“La seriedad del crim<strong>en</strong> y <strong>en</strong> particular, la relación <strong>en</strong>tre la víctima y el perpetrador, sí ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un impacto significativo<strong>en</strong> la voluntad para d<strong>en</strong>unciar” (Kaariain<strong>en</strong> y Sirén, 2011: 65).17Al respecto, véase Sav<strong>en</strong>ije (2010).135


Ricardo Córdova Macíascipalm<strong>en</strong>te a tres puntos: (i) redes sociales, (ii) valores y normas que se compart<strong>en</strong> y(iii) confianza. Algunas definiciones de capital social suel<strong>en</strong> darle mayor énfasis a lareciprocidad como una norma social, es decir, si se actúa de manera confiable y útil sepuede esperar que otras personas actú<strong>en</strong> de la misma manera. En numerosas definiciones,se considera a la confianza como un compon<strong>en</strong>te fundam<strong>en</strong>tal del capital social ydep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do del énfasis que se le dé puede ser considerado como una condición a priorio consecu<strong>en</strong>cia de la interacción social. En esta perspectiva se introduce el conceptode “confianza g<strong>en</strong>eralizada”, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido como la confianza que se ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> las personas<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral —no solo <strong>en</strong> relación a qui<strong>en</strong>es se conoce. Altos niveles de capital socialreflejan la confianza que ti<strong>en</strong>e una comunidad hacia los extraños, porque la confianzanace de las interacciones sociales.De cualquier forma,“las redes sociales y las comunidades produc<strong>en</strong> control y soporte social no oficial.La importancia particular del capital social como un recurso es que, cuandose ti<strong>en</strong>e una red social que sea lo sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te amplia y activa, se puedellegar a recibir apoyo y protección de la comunidad cuando se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan ciertosriesgos, incluido el crim<strong>en</strong>. Por lo tanto se puede asumir que una comunidadsocial g<strong>en</strong>era confianza y un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de seguridad que reduce la necesidady deseo de las víctimas para reportar el crim<strong>en</strong> a la policía. De manera similar,la desconfianza g<strong>en</strong>eralizada increm<strong>en</strong>ta el deseo de los ciudadanos por reportardisturbios o crím<strong>en</strong>es pres<strong>en</strong>ciados por ellos. […] Podemos asumir que aquellosque carec<strong>en</strong> de capital social y confianza g<strong>en</strong>eralizada son más prop<strong>en</strong>sos a d<strong>en</strong>unciaruna of<strong>en</strong>sa porque el reportar un crim<strong>en</strong> no perjudica su vida social o suconfianza <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>te o <strong>en</strong> su comunidad” (Kaariain<strong>en</strong> y Sirén, 2011: 69).En este marco, las dos hipótesis a explorar con datos empíricos para la región c<strong>en</strong>troamericanason las sigui<strong>en</strong>tes: (i) la confianza <strong>en</strong> la policía increm<strong>en</strong>ta la disposiciónde las víctimas para reportar los delitos, y (ii) altos niveles de confianza interpersonaldisminuy<strong>en</strong> la disposición de las víctimas para reportar los delitos. En el artículo deKaariain<strong>en</strong> y Sirén (2011) se examina la conexión <strong>en</strong>tre estos dos factores relacionadoscon la confianza y la d<strong>en</strong>uncia de crím<strong>en</strong>es viol<strong>en</strong>tos o contra la propiedad. Así,plantean “que un nivel bajo de confianza <strong>en</strong> la policía y un alto nivel de confianza <strong>en</strong>los ciudadanos reduc<strong>en</strong> la voluntad de reportar crím<strong>en</strong>es. De manera similar, se puedeasumir que un bajo capital social y una débil confianza <strong>en</strong> los conciudadanos, complem<strong>en</strong>tadaspor una fuerte confianza <strong>en</strong> la policía, increm<strong>en</strong>ta dicha voluntad o deseo pord<strong>en</strong>unciar” (Kaariain<strong>en</strong> y Sirén, 2011: 70).Con el propósito de id<strong>en</strong>tificar los predictores que ayudan a explicar la d<strong>en</strong>unciadel delito a las autoridades y tomando <strong>en</strong> consideración que se trata de una variabledicotómica (d<strong>en</strong>uncia o no del delito), se estimó una regresión logística para la regiónc<strong>en</strong>troamericana, cuyos resultados se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> el Cuadro 10.Nueve variables, tanto sociodemográficas como de seguridad, han sido utilizadascomo variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes: edad, nivel educativo, sexo, posesión de bi<strong>en</strong>es ma-136


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónteriales, tamaño del municipio de resid<strong>en</strong>cia 18 , confianza <strong>en</strong> la comunidad 19 , confianzag<strong>en</strong>eral <strong>en</strong> las personas 20 , percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> el barrio yconfianza <strong>en</strong> la policía. Mi<strong>en</strong>tras que la variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te es la d<strong>en</strong>uncia del delito,la cual ha sido recodificada <strong>en</strong> 0 (no) y 100 (sí).Cuadro 10. Determinantes del nivel de d<strong>en</strong>uncia <strong>en</strong> C<strong>en</strong>troamérica, 2008Coefici<strong>en</strong>te Error estándar p valor exp(B)Edad 0,013*** 0,004 0,002 1,013Educación (1) 0,029* 0,016 0,065 1,029Sexo (2) 0,055 0,120 0,648 1,056Posesión de bi<strong>en</strong>esmateriales (3)0,069* 0,036 0,056 1,071Ciudad mediana 0,264 0,211 0,212 1,302Ciudad pequeña -0,154 0,213 0,468 0,857Área rural 0,411** 0,160 0,010 1,508Percepción de pres<strong>en</strong>ciade pandillas(4)Confianza <strong>en</strong> lacomunidadConfianza g<strong>en</strong>eral<strong>en</strong> las personasConfianza <strong>en</strong> lapolicía (5)0,004** 0,002 0,014 1,0040,000 0,002 0,918 1,0000,003 0,002 0,237 1,0030,003 0,002 0,131 1,003Constante -2,060*** 0,312 0,000 0,127R2 de Nagelkerke 0,036Hosmer-Lemeshow(valor p)0,050N. de casos 1,288*p


Ricardo Córdova MacíasA continuación se reportan los principales hallazgos, <strong>en</strong>focándonos <strong>en</strong> la región c<strong>en</strong>troamericana.De las nueve variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, solam<strong>en</strong>te cinco son las que hanresultado estadísticam<strong>en</strong>te significativas para la región: edad, educación, posesión debi<strong>en</strong>es materiales, tamaño del municipio de resid<strong>en</strong>cia y percepción acerca de la pres<strong>en</strong>ciade pandillas.El s<strong>en</strong>tido de la relación <strong>en</strong>tre edad, educación y posesión de bi<strong>en</strong>es materiales yd<strong>en</strong>uncia del delito es positivo, lo que significa que se increm<strong>en</strong>ta la probabilidad ded<strong>en</strong>uncia conforme aum<strong>en</strong>ta la edad, aum<strong>en</strong>ta el nivel educativo y aum<strong>en</strong>ta la posesiónde bi<strong>en</strong>es materiales. En los Gráficos 20, 21 y 22 se pres<strong>en</strong>tan las relaciones bivariadas,pero se han producido los gráficos a partir del cálculo del promedio de la probabilidadde d<strong>en</strong>uncia.Gráfico 20. Promedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>uncia según grupos etarios,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>unciaGrupos etariosCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.138


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónGráfico 21. Promedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>uncia según nivel educativo,C<strong>en</strong>troamérica 2008Nivel de educaciónCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Gráfico 22. Promedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>uncia según posesión de bi<strong>en</strong>es materiales,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>unciaPromedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>unciaPosesión de bi<strong>en</strong>es materialesCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.139


Ricardo Córdova MacíasEl caso del tamaño del municipio de resid<strong>en</strong>cia solam<strong>en</strong>te resultó estadísticam<strong>en</strong>tesignificativo para el área rural, pero <strong>en</strong> el Gráfico 23 se reporta para todas las opciones.Por último, conforme aum<strong>en</strong>ta la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> elbarrio se increm<strong>en</strong>ta la probabilidad de d<strong>en</strong>uncia (Gráfico 24).Gráfico 23. Promedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>uncia según tamaño del municipio deresid<strong>en</strong>cia, C<strong>en</strong>troamérica 2008Tamaño del lugar de resid<strong>en</strong>ciaCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Gráfico 24. Promedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>uncia según percepción acerca de lapres<strong>en</strong>cia de pandillas, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>unciaPromedio de la probabilidad de d<strong>en</strong>unciaFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> el barrioCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CI140


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónHa resultado, <strong>en</strong> cierto s<strong>en</strong>tido, una sorpresa que la regresión logística no mostraraevid<strong>en</strong>cia empírica de respaldo a las dos hipótesis, <strong>en</strong> particular que la confianza <strong>en</strong>la policía no increm<strong>en</strong>te la disposición de las víctimas a d<strong>en</strong>unciar los crím<strong>en</strong>es. Sinembargo, como señalan Kaariain<strong>en</strong> and Sirén (2011), “esta pregunta rara vez ha sidoconsiderada empíricam<strong>en</strong>te, pero la mayoría de las investigaciones disponibles sugier<strong>en</strong>una sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te conclusión: la confianza <strong>en</strong> la policía no parece increm<strong>en</strong>tar laprobabilidad de que las personas d<strong>en</strong>unci<strong>en</strong> un crim<strong>en</strong>”. Este es un aspecto que deberíacontinuarse analizando a futuro, posiblem<strong>en</strong>te la relación <strong>en</strong>tre d<strong>en</strong>uncia del delito yla confianza. Tanto la policía como la confianza personal deberían ser especificadas conmás precisión e incluso considerar la interacción con otros factores. Por otra parte, estetipo de estudios podría verse <strong>en</strong>riquecido si se pudiera incorporar <strong>en</strong> el análisis algunascaracterísticas particulares de las comunidades <strong>en</strong> donde viv<strong>en</strong> las personas <strong>en</strong>trevistadas21 . Por último, como se ha indicado anteriorm<strong>en</strong>te, una línea de investigacióna futuro podría <strong>en</strong>focarse <strong>en</strong> el análisis por el tipo de delito, para lo cual se requiereexplorar la relación <strong>en</strong>tre la víctima, el tipo de delito y la d<strong>en</strong>uncia del mismo.5. El impacto de la criminalidad y la percepción de inseguridad sobre la cohesión socialInvestigaciones previas <strong>en</strong> el campo de la opinión pública han mostrado la exist<strong>en</strong>ciade un fuerte vínculo <strong>en</strong>tre algunas actitudes ciudadanas y la democracia (Norris, 1999;Norris, 2006; Córdova y Seligson, 2010; Booth y Seligson, 2009; Córdova, Cruz y Seligson,2008; Córdova, Cruz y Seligson 2010). Por lo tanto, resulta importante explorarlas consecu<strong>en</strong>cias que la problemática de la viol<strong>en</strong>cia e inseguridad están t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong>la erosión de la confianza institucional y <strong>en</strong> la confianza interpersonal de los c<strong>en</strong>troamericanos,así como <strong>en</strong> el apoyo hacia la democracia.En los últimos años ha cobrado fuerza el paradigma de la cohesión social 22 para<strong>en</strong>focar la problemática de la seguridad ciudadana. Así, por ejemplo, la Oficina de Coordinacióny Ori<strong>en</strong>tación del programa URB-AL III adoptó la sigui<strong>en</strong>te definición delconcepto de cohesión social:“Una comunidad socialm<strong>en</strong>te cohesionada (cualquiera que sea su escala: local,regional o nacional) se caracteriza por una situación global <strong>en</strong> la que los ciudadanoscompart<strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia e inclusión, participan activam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>los asuntos públicos, reconoc<strong>en</strong> y toleran las difer<strong>en</strong>cias y gozan de una equidadrelativa <strong>en</strong> el acceso a los bi<strong>en</strong>es y servicios públicos y <strong>en</strong> cuanto a la distribucióndel ingreso y la riqueza. Todo ello <strong>en</strong> un ambi<strong>en</strong>te donde las institucionesg<strong>en</strong>eran confianza y legitimidad” (Dammert, 2011: 3).21En esta línea de razonami<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> un estudio reci<strong>en</strong>te, Jackson y Bradford (2009) plantean la importancia deconsiderar las “percepciones sociales” de las personas, <strong>en</strong>focadas <strong>en</strong> el “disorder, cohesión and informal socialcontrol in their neighbourhood” (Jackson y Bradford, 2009: 501).22Hay difer<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>foques para definir el concepto de “cohesión social”. Para una revisión sobre este debate conceptual,véase: Cepal (2007), Tironi y Pérez Bann<strong>en</strong> (2008).141


Ricardo Córdova MacíasDe todos estos rasgos característicos de la cohesión social, destacan la importanciaque se le asigna a la confianza institucional y la confianza interpersonal. Retomando eltrabajo de Putnam sobre el capital social, este “equivale a aspectos de la organizaciónsocial tales como redes, normas y confianzas que facilitan la cooperación y la coordinaciónpara el b<strong>en</strong>eficio mutuo” (Peña, 2008: 73)La vinculación del capital social con los niveles de crim<strong>en</strong> ha sido analizada por diversosautores, algunos de los cuales señalan que mayores niveles de confianza van dela mano con m<strong>en</strong>ores niveles delictivos (Dammert, 2011) 23 . Para esta autora,“la aus<strong>en</strong>cia de confianza ciudadana <strong>en</strong> las instituciones públicas es uno de loselem<strong>en</strong>tos que impactan sobre los niveles de crim<strong>en</strong> y temor, ya que, cuando losciudadanos no confían <strong>en</strong> la institución responsable de controlar el crim<strong>en</strong>, ti<strong>en</strong><strong>en</strong>una mayor s<strong>en</strong>sación de inseguridad. Esta situación se magnifica cuando elgrado de desconfianza ciudadana abarca tanto a las instituciones repres<strong>en</strong>tativascomo a las ag<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>cargadas de velar por la seguridad”. (Dammert, 2011: 5)En este apartado se c<strong>en</strong>tra la at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> tres variables dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes que podríanverse afectadas por la problemática de la delincu<strong>en</strong>cia e inseguridad y que, al mismotiempo, son aspectos id<strong>en</strong>tificados como relevantes para el funcionami<strong>en</strong>to de los sistemasdemocráticos: (i) apoyo para la democracia, (ii) confianza <strong>en</strong> las instituciones delsector seguridad y justicia, y (iii) confianza interpersonal.La primera es el apoyo para la democracia como régim<strong>en</strong> político. En la literatura seha planteado la importancia de los valores y el compromiso democrático de los ciudadanos,de manera que crean que la democracia es la mejor forma de gobierno. Se utilizóla pregunta: “Puede que la democracia t<strong>en</strong>ga problemas, pero es mejor que cualquierotra forma de gobierno. ¿Hasta qué punto está de acuerdo o <strong>en</strong> desacuerdo con estafrase?” 24 .La segunda es la confianza interpersonal. En la literatura sobre el capital social seha señalado que así como es importante la confianza <strong>en</strong> las instituciones, también esrelevante la confianza <strong>en</strong> las personas que nos rodean (Putnam, 1993). Investigacionesprevias han concluido que existe una mayor probabilidad de que la democracia persistay funcione mejor <strong>en</strong> lugares con niveles alto de capital social, definido <strong>en</strong> términosde confianza interpersonal (Córdova y Seligson, 2010). Se utilizó la pregunta: “Ahora,hablando de la g<strong>en</strong>te de aquí, ¿diría que la g<strong>en</strong>te de su comunidad es (1) Muy confiable,(2) Algo confiable, (3) Poco confiable, (4) Nada confiable, (8) NS/NR” 25 .23Al respecto de la variada literatura, véanse de manera indicativa los trabajos de: Messner, Baumer y Ros<strong>en</strong>feld(2004) y Sampson y Groves (1989).24Esta pregunta ti<strong>en</strong>e un formato de respuesta de siete puntos, que va de 1 “muy <strong>en</strong> desacuerdo” a 7 “muy deacuerdo”. Para facilitar el análisis se ha recodificado esta pregunta <strong>en</strong> un formato de una escala 0-100, <strong>en</strong> donde0 repres<strong>en</strong>ta muy <strong>en</strong> desacuerdo y 100 muy de acuerdo.25Para facilitar la compr<strong>en</strong>sión de los resultados se creó una escala <strong>en</strong> un formato 0-100, <strong>en</strong> donde 0 repres<strong>en</strong>tanada confiable y 100 muy confiable.142


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónLa tercera es la confianza <strong>en</strong> las instituciones del sector justicia y seguridad. En laliteratura se ha señalado que los ciudadanos no solo deb<strong>en</strong> de creer que la democraciaes la mejor forma de gobierno, sino que además es necesario que crean <strong>en</strong> la legitimidadde sus instituciones. Por la importancia que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las instituciones de los sectoresseguridad y justicia se ha conformado un índice a partir de tres preguntas sobre la confianza<strong>en</strong> el sistema de justicia, <strong>en</strong> la policía y <strong>en</strong> la Corte Suprema 26 .Con el propósito de id<strong>en</strong>tificar qué factores son relevantes para explicar el apoyociudadano a la democracia, la confianza institucional y la confianza interpersonal, sehan id<strong>en</strong>tificado tres grupos de variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes: las sociodemográficas, las deseguridad y de carácter político. En cuanto a las sociodemográficas, <strong>en</strong> el modelo estadísticose han incluido seis: edad, sexo, nivel educativo, posesión de bi<strong>en</strong>es materiales,tamaño del municipio de resid<strong>en</strong>cia y exposición a noticias <strong>en</strong> los medios de comunicación.Las vinculadas con la problemática de la seguridad son cuatro: victimización porcrim<strong>en</strong>, percepción de inseguridad, percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> elbarrio 27 y confianza <strong>en</strong> la policía 28 . La variable de carácter político es la valoración sobreel nivel de democracia <strong>en</strong> el país 29 .5.1 Principales hallazgosCon el propósito de id<strong>en</strong>tificar la importancia de cada uno de los factores sociodemográficos,de seguridad y políticos (variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes) para explicar el apoyo ciudadanoa la democracia, la confianza institucional y la confianza interpersonal (variablesdep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes), se llevó a cabo un análisis estadístico multivariado para la regiónc<strong>en</strong>troamericana <strong>en</strong> su conjunto y para cada uno de los países, utilizando el método deMínimos Cuadrados Ordinarios (MCO). En este <strong>en</strong>sayo se reportan únicam<strong>en</strong>te los datoscorrespondi<strong>en</strong>tes al análisis de la región.En el Cuadro 11 se pres<strong>en</strong>tan los resultados para la región c<strong>en</strong>troamericana del análisismultivariado con respecto a las tres variables dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes relacionadas con el apoyociudadano a la democracia, la confianza institucional y la confianza interpersonal.26Estas preguntas se integraron <strong>en</strong> un formato 0-100, <strong>en</strong> donde 0 repres<strong>en</strong>ta nada y 100 mucho. El Alfa de Cronbachde esta escala es de 0,752.27“¿Hasta qué punto diría que su barrio está afectado por las maras? ¿Diría mucho, algo, poco o nada?”. Se recodificó<strong>en</strong> un formato 0-100, donde 0 repres<strong>en</strong>ta nada y 100 mucho.28“¿Hasta qué punto ti<strong>en</strong>e confianza usted <strong>en</strong> la policía Nacional Civil?”. Las opciones de respuesta se recodificaron<strong>en</strong> un formato 0-100, <strong>en</strong> donde 0 repres<strong>en</strong>ta nada y 100 mucho.29Se preguntó: “En su opinión, ¿El Salvador es un país muy democrático, algo democrático, poco democrático onada democrático? (1) Muy democrático, (2) Algo democrático, (3) Poco democrático, (4) Nada democrático, (8)NS/NR”.143


Ricardo Córdova MacíasCuadro 11. Predictores del apoyo a la democracia, la confianza institucional y laconfianza interpersonal, C<strong>en</strong>troamérica 2008VariablesSeguridadVictimizaciónpor crim<strong>en</strong> (4)Percepción deinseguridadPercepción acerca de lapres<strong>en</strong>cia de pandillas (5)Confianza <strong>en</strong> la policía (6)PolíticaPercepción sobre nivel dedemocracia nacionalSociodemográficasEdadEducación (1)Sexo (2)Posesión de bi<strong>en</strong>esmateriales (3)RadioTelevisiónPeriódicosCiudad medianaCiudad pequeñaÁrea ruralApoyo a la democracia(7)Confianza <strong>en</strong> lasinstituciones delsector seguridad yjusticia (8)Confianza interpersonal(9)Coefici<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> primera columna y valores p <strong>en</strong> segunda columna-0,019-0,028***0,039***0,5040,000(0,028) (0,008) (0,009)-0,031**-0,055***-0,234***0,0100,000(0,12) (0,009) (0,011)-0,055***-0,034***-0,145***0,0000,000(0,011) (0,009) (0,011)0,083***-0,073***0,000-(0,011) - (0,011)-4,176***-7,748***-4,908***0,0000,000(0,425) (0,321) (0,399)0,123***0,0250,157***0,0000,177(0,023) (0,019) (0,022)0,347***-0,130*0,1020,0000,075(0,092) (0,073) (0,089)0,636-0,7813,061***0,3460,146(0,674) (0,537) (0,651)0,791***-0,1190,751***0,0000,480(0,212) (0,168) (0,205)-1,844**2,161***-1,1190,0310,0020,856 (0,682) (0,829)1,899-1,402-0,2000,1630,197(1,360) (1,087) (1,286)-2,321***-0,616-1,0590,0060,3550,840 (0,667) (0,808)0,4470,3180,4170,7070,736(1,191) (0,942) (1,152)4,024***1,1230,3320,0000,221(1,153) (0,918) (1,121)1,1022,540***2,297***0,2230,000(0,905) (0,721) (0,879)0,0000,0000,0000,0000,0000,0000,2530,0000,0000,1770,8760,1900,7170,7670,009144


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónVic_Dem0,041(0,029)0,166 N/A (10) N/A N/A N/AConstante67,000***66,557***70,764***0,0000,000(2,431) (1,806) (2,321)0,000N. de casos 7,666 7,620 7,899R2 ajustado 0,052 0,100 0,160*p


Ricardo Córdova MacíasGráfico 25. Apoyo a la democracia según percepción de inseguridad,C<strong>en</strong>troamérica 2008Percepción de inseguridadCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Gráfico 26. Apoyo a la democracia según percepción de pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> elbarrio, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de apoyo a la democraciaPromedio de apoyo a la democraciaPercepción de pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> el barrioCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.146


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónGráfico 27. Apoyo a la democracia según victimización por crim<strong>en</strong>,C<strong>en</strong>troamérica 2008Entrevistado que ha sido víctima de un acto de delincu<strong>en</strong>ciaFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.En su opinión, ¿el país es un país muy democrático, algo democrático,poco democrático, o nada democráticoCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIGráfico 28. Apoyo a la democracia según percepción democracia/victimización porcrim<strong>en</strong>, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de apoyo a la democraciaPromedio de apoyo a la democraciaPercepción democracia/victimizaciónCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.147


Ricardo Córdova MacíasGráfico 29. Apoyo a la democracia, según confianza <strong>en</strong> la policía,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de apoyo a la democraciaConfianza <strong>en</strong> la policíaCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Resultó sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que la victimización por crim<strong>en</strong> no fuera estadísticam<strong>en</strong>te significativa,tal y como puede observarse <strong>en</strong> el Gráfico 27. Sin embargo, con el propósitode explorar un factor que pudiera contribuir a explicar este hallazgo, se buscó controlarpor la valoración que los ciudadanos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acerca del nivel democrático de sus países.Así, la victimización por crim<strong>en</strong> es una variable dicotómica (sí o no) y la pregunta sobrela percepción acerca del nivel de democracia fue dicotomizada (democrático y nodemocrático) 30 . A partir de estas variable dicotomizadas, se crearon cuatro nuevas variables:el que ha sido víctima y percibe democracia, el que ha sido víctima y no percibedemocracia, el que no ha sido víctima y percibe democracia y el que no ha sido víctimay no percibe democracia. En el Gráfico 28 se pres<strong>en</strong>tan estas cuatro nuevas variables y<strong>en</strong>contramos evid<strong>en</strong>cia de que la que ti<strong>en</strong>e un mayor peso <strong>en</strong> el apoyo a la democraciaes la percepción del nivel democrático de los países. El promedio de apoyo a la democraciaes más alto para aquellos que percib<strong>en</strong> democracia, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de quehayan sido o no víctimas de la delincu<strong>en</strong>cia; mi<strong>en</strong>tras que aquellos que no percib<strong>en</strong>democracia exhib<strong>en</strong> niveles más bajos de apoyo, también indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de quehayan sido o no víctimas del crim<strong>en</strong>. Esto podría indicarnos la importancia que ti<strong>en</strong>e lapercepción del carácter democrático del país para explicar el apoyo para la democracia,indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de la victimización por crim<strong>en</strong>. Con base <strong>en</strong> esta evid<strong>en</strong>cia, másallá de haber incluido <strong>en</strong> el modelo la percepción sobre el nivel de democracia, se creóe introdujo <strong>en</strong> el modelo una nueva variable que captura la interacción <strong>en</strong>tre victimizaciónpor crim<strong>en</strong> y percepción de democracia, a la cual se ha llamado Vic_Dem.30Se fusionaron las opciones: mucho, algo y poco como democrático y nada como no democrático.148


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónCon respecto a la confianza <strong>en</strong> las instituciones del sector seguridad y justicia, delas cuatro variables de seguridad una fue eliminada (confianza <strong>en</strong> la policía) como variableindep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, por formar parte del índice con el que se construyó la variabledep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. Las otras tres resultaron estadísticam<strong>en</strong>te significativas: la victimizaciónpor crim<strong>en</strong>, la percepción de inseguridad y la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia depandillas. Como puede observarse <strong>en</strong> los Gráficos 30, 31 y 32, el s<strong>en</strong>tido de la relaciónes negativo, es decir, la victimización por crim<strong>en</strong>, la percepción de inseguridad y la percepciónde pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> el barrio reduc<strong>en</strong> la confianza <strong>en</strong> las institucionesdel sector seguridad y justicia. En el Gráfico 33 se puede observar que esta relación <strong>en</strong>treconfianza institucional y victimización por crim<strong>en</strong> es estadísticam<strong>en</strong>te significativa<strong>en</strong> la mayoría de los países c<strong>en</strong>troamericanos, con la excepción de Honduras y Panamá.Gráfico 30. Confianza <strong>en</strong> instituciones sector justicia y seguridad según percepciónde pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> el barrio, C<strong>en</strong>troamérica 2008Fu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> el barrioCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIGráfico 31. Confianza <strong>en</strong> instituciones sector justicia y seguridad según percepciónde inseguridad, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de confianza <strong>en</strong>instituciones sector justiciay seguridadPromedio de confianza <strong>en</strong>instituciones sector justiciay seguridadFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Percepción de inseguridadCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CI149


Ricardo Córdova MacíasGráfico 32. Confianza <strong>en</strong> instituciones sector justicia y seguridad según victimizaciónpor crim<strong>en</strong>, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de confianza <strong>en</strong> institucionessector justicia y seguridadVictimización por crim<strong>en</strong>Cases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Gráfico 33. Confianza <strong>en</strong> las instituciones del sector justicia y seguridad segúnvictimización por crim<strong>en</strong>, por país, C<strong>en</strong>troamérica 2008¿Ha sido usted víctima de algún acto de delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los últimos 12 meses?Promedio de confianza <strong>en</strong> institucionessector justicia y seguridadPaísCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.150


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónCon relación a la confianza interpersonal, las cuatro variables de seguridad resultaronestadísticam<strong>en</strong>te significativas. Como puede observarse <strong>en</strong> los Gráficos 34 y 35 els<strong>en</strong>tido de la relación es negativo, es decir, la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas<strong>en</strong> el barrio y la percepción de inseguridad reduce la confianza interpersonal. Sinembargo, no es muy claro el s<strong>en</strong>tido de la causalidad de esta última relación ya que esposible argum<strong>en</strong>tar que la percepción de inseguridad es la que determina la reducción<strong>en</strong> la confianza interpersonal, pero también se podría argum<strong>en</strong>tar que la baja confianzainterpersonal podría estar afectando la percepción de inseguridad. En todo caso, existeuna correlación <strong>en</strong>tre ambas variables 31 , aunque se puede debatir el s<strong>en</strong>tido de la causalidad.Esta situación está pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> todos los países de la región. En el Gráfico 36se muestra la relación <strong>en</strong>tre confianza interpersonal y percepción de inseguridad a nivelde cada uno de los países.Gráfico 34. Confianza interpersonal según percepción de pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong>el barrio, C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de confianza interpersonalPres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> el barrioCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.31El coefici<strong>en</strong>te de correlación de Pearson es de .315.151


Ricardo Córdova MacíasGráfico 35. Confianza interpersonal según percepción de inseguridad,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de confianza interpersonalFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Percepción de inseguridadCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIGráfico 36. Confianza interpersonal según percepción de inseguridad, por país,C<strong>en</strong>troamérica 2008PaísPromedio de confianza interpersonalPercepción de inseguridadCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.152


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónComo puede observarse <strong>en</strong> los Gráficos 38 y 39, el s<strong>en</strong>tido de la relación es positivo,es decir, la victimización por crim<strong>en</strong> y la confianza <strong>en</strong> la policía aum<strong>en</strong>tan la confianzainterpersonal. De manera no esperada, la victimización por crim<strong>en</strong> resultó positiva, yeste es un aspecto que debería ser profundizado <strong>en</strong> futuros estudios. De una revisiónde los resultados bivariados para cada uno de los países, surge evid<strong>en</strong>cia de que haydifer<strong>en</strong>tes magnitudes y direcciones <strong>en</strong> la relación <strong>en</strong>tre victimización por crim<strong>en</strong> y confianzainterpersonal. Sin embargo, con el propósito de explorar un factor que pudieracontribuir a explicar este hallazgo, se buscó controlar por la relación <strong>en</strong>tre la percepciónde inseguridad y la victimización por crim<strong>en</strong>. Así, la victimización por crim<strong>en</strong> esuna variable dicotómica (sí o no) y la pregunta sobre la percepción de inseguridad fuedicotomizada (seguro e inseguro); y a partir de estas variables dicotomizadas se crearoncuatro nuevas variables: el que ha sido víctima y se si<strong>en</strong>te seguro, el que ha sidovíctima y no se si<strong>en</strong>te seguro, el que no ha sido víctima y se si<strong>en</strong>te seguro, y el que noha sido víctima y no se si<strong>en</strong>te seguro.En el Gráfico 37 se pres<strong>en</strong>tan estas cuatro nuevas variables y <strong>en</strong>contramos evid<strong>en</strong>ciade que la que ti<strong>en</strong>e un mayor peso <strong>en</strong> la confianza interpersonal es la percepciónde inseguridad. El promedio de confianza interpersonal es más alto para aquellos quese si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> seguros, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de que hayan sido o no víctimas de la delincu<strong>en</strong>cia;mi<strong>en</strong>tras que aquellos que se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> inseguros exhib<strong>en</strong> niveles más bajos deconfianza interpersonal, también indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de que hayan sido o no víctimasdel crim<strong>en</strong>.Gráfico 37. Confianza interpersonal, según victimización y percepción de inseguridad,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de confianza interpersonalFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Victimización y percepción de inseguridadCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CI153


Ricardo Córdova MacíasGráfico 38. Confianza interpersonal, según victimización por crim<strong>en</strong>,C<strong>en</strong>troamérica 2008Victimización por crim<strong>en</strong>Cases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.Gráfico 39. Confianza interpersonal, según confianza <strong>en</strong> la policía,C<strong>en</strong>troamérica 2008Promedio de confianza interpersonalPromedio de confianza interpersonalConfianza <strong>en</strong> la policíaCases weighted by Weight for equal size per countryError bars: 95% CIFu<strong>en</strong>te: Barómetro de las Américas, LAPOP.154


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónCuadro 12. Resum<strong>en</strong> de los predictores del apoyo a la democracia, la confianza interpersonal,la confianza institucional y la tolerancia políticaVariablesSeguridadApoyo a la democraciaConfianza <strong>en</strong> las institucionesdel sectorseguridad y justiciaConfianzainterpersonalVictimización por crim<strong>en</strong> - +Percepción deinseguridadPercepción acerca de lapres<strong>en</strong>cia de pandillas- - -- - -Confianza <strong>en</strong> la policía + N/A +PolíticaPercepción sobre nivel dedemocracia nacionalSociodemográficas- - -Edad + +Educación + -Sexo +Posesión de bi<strong>en</strong>esmateriales+ +Radio - +TelevisiónPeriódicos -Ciudad medianaCiudad pequeña +Área rural + +Constante + + +Vic_Dem N/A N/ANotas: Los espacios <strong>en</strong> blanco respond<strong>en</strong> a que la variable no resulta estadísticam<strong>en</strong>te significativa. No se reporta el signo de laconstante.N/A: no aplica.155


Ricardo Córdova MacíasEn el Cuadro 12 se pres<strong>en</strong>ta de manera resumida la información sobre las variablesque han resultado estadísticam<strong>en</strong>te significativas.Quisiera recapitular los hallazgos correspondi<strong>en</strong>tes a la temática de la seguridad.Tanto la percepción de inseguridad como la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas<strong>en</strong> el barrio reduc<strong>en</strong> el apoyo a la democracia, la confianza institucional y laconfianza interpersonal. La victimización por crim<strong>en</strong> resultó negativa para la confianzainstitucional y positiva para la confianza interpersonal. Mi<strong>en</strong>tras que la confianza <strong>en</strong> lapolicía aum<strong>en</strong>ta el apoyo a la democracia y la confianza interpersonal.La variable dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te sobre la que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayores efectos es la confianza interpersonal,si<strong>en</strong>do que esta se reduce para los que se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> inseguros y para aquellosque percib<strong>en</strong> una mayor pres<strong>en</strong>cia de pandillas; mi<strong>en</strong>tras que aum<strong>en</strong>ta <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>esti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayor confianza <strong>en</strong> la policía y para aquellos que han sido víctimas del crim<strong>en</strong>.Con relación a la confianza <strong>en</strong> las instituciones del sector seguridad y justicia, estadisminuye para los que han sido víctimas del crim<strong>en</strong> y <strong>en</strong>tre los que percib<strong>en</strong> mayorinseguridad y los que percib<strong>en</strong> una mayor pres<strong>en</strong>cia de pandillas. Por último, el apoyo ala democracia se reduce para los que se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> inseguros y para aquellos que percib<strong>en</strong>una mayor pres<strong>en</strong>cia de pandillas; y aum<strong>en</strong>ta <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayor confianza <strong>en</strong>la policía.6. ConclusionesDiversos estudios (IDHAC, 2009-2010; Banco Mundial, 2011a) indican la prioridad quela problemática de la delincu<strong>en</strong>cia y la viol<strong>en</strong>cia criminal ha alcanzado <strong>en</strong> los últimosaños <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da pública latinoamericana. En varios de estos países se ha colocadocomo el principal problema, desplazando a los temas económicos.Esto es particularm<strong>en</strong>te relevante para la región c<strong>en</strong>troamericana, que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta unacrisis de seguridad que se refleja <strong>en</strong> los indicadores pres<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> este <strong>en</strong>sayo. Alcombinar distintas expresiones de la viol<strong>en</strong>cia y delincu<strong>en</strong>cia, el IDHAC agrupa a lospaíses de El Salvador, Guatemala, Honduras y Belice <strong>en</strong> una situación de alta criminalidad,<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como una alta tasa de homicidios y tasas altas o creci<strong>en</strong>tes de viol<strong>en</strong>ciano homicida y de delitos contra la propiedad. Panamá, Costa Rica y Nicaragua son clasificadoscomo de baja criminalidad, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como tasas medias o bajas de homicidiosy tasas moderadas, estables o <strong>en</strong> desc<strong>en</strong>so de viol<strong>en</strong>cia no homicida y de delitos contrala propiedad (IDHAC, 2009-2010).Con relación a la escala de percepción de inseguridad, esta es más alta <strong>en</strong> Honduras,El Salvador y Guatemala (los países del “Triangulo del Norte”), mi<strong>en</strong>tras que es másbaja <strong>en</strong> Panamá, Costa Rica y Nicaragua. Los datos pres<strong>en</strong>tados muestran que ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong>a percibir mayores niveles de inseguridad las mujeres, aquellos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> pocos bi<strong>en</strong>esmateriales, los que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> las ciudades grandes, <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es le<strong>en</strong> noticias <strong>en</strong>los periódicos; los que han sido víctimas de la delincu<strong>en</strong>cia, los que percib<strong>en</strong> nivelesmás altos de pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> su barrio y qui<strong>en</strong>es exhib<strong>en</strong> m<strong>en</strong>ores niveles deconfianza <strong>en</strong> la policía.Los determinantes de la percepción de inseguridad para la región c<strong>en</strong>troamericanase pued<strong>en</strong> agrupar <strong>en</strong> cinco factores: (a) indicadores del <strong>en</strong>torno de resid<strong>en</strong>cia de las156


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónpersonas —percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas y el tamaño del municipiode resid<strong>en</strong>cia—; (b) la experi<strong>en</strong>cia directa <strong>en</strong> términos de la victimización; (c) la valoraciónque se ti<strong>en</strong>e sobre la confianza y la efectividad de las instituciones directam<strong>en</strong>teresponsables <strong>en</strong> el combate a la criminalidad, <strong>en</strong> particular la policía; (d) otras característicasindividuales como el sexo y la posesión de bi<strong>en</strong>es materiales, y (e) la lecturade noticias <strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa escrita. A nivel de los países, dos variables de seguridad —lavictimización por crim<strong>en</strong> y la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas <strong>en</strong> su barrio—resultaron estadísticam<strong>en</strong>te significativas <strong>en</strong> los seis países y para la región, y laconfianza <strong>en</strong> la policía solo <strong>en</strong> cinco países y para la región.Un dato importante que se ha analizado es una baja tasa de d<strong>en</strong>uncia de los actosdelincu<strong>en</strong>ciales. Por <strong>en</strong>cima del promedio regional se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran Panamá, Guatemala yNicaragua y por debajo del promedio, Costa Rica, Honduras y El Salvador. La principalrazón para no d<strong>en</strong>unciar es la opinión de que “no sirve para nada” (47,6%), lo cual esun indicador claro de la falta de confianza institucional. La segunda razón es por ser“peligroso y por temor a represalias” (17,4%), lo cual <strong>en</strong> cierto s<strong>en</strong>tido se relaciona conla confianza institucional. El 13,9% m<strong>en</strong>ciona que no t<strong>en</strong>ía pruebas, el 13,2% que nofue grave y el 1,7% que no sabe dónde d<strong>en</strong>unciar. Este último dato es relevante porqueindicaría que la falta de d<strong>en</strong>uncia no se relaciona principalm<strong>en</strong>te con no saber adóndepres<strong>en</strong>tar la d<strong>en</strong>uncia, sino que los datos más bi<strong>en</strong> indicarían bajos niveles de confianza<strong>en</strong> las instituciones del sector seguridad y justicia.Con el propósito de id<strong>en</strong>tificar los predictores que ayudan a explicar la d<strong>en</strong>uncia deldelito a las autoridades, cinco variables han resultado estadísticam<strong>en</strong>te significativaspara la región: la edad, la educación, la posesión de bi<strong>en</strong>es materiales, la percepciónacerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas y el tamaño del municipio de resid<strong>en</strong>cia. El s<strong>en</strong>tidode la relación <strong>en</strong>tre las cuatro primeras variables con la d<strong>en</strong>uncia del delito es positivo,por lo tanto se increm<strong>en</strong>ta la probabilidad de d<strong>en</strong>uncia conforme aum<strong>en</strong>ta la edad, elnivel educativo, la posesión de bi<strong>en</strong>es materiales y la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>ciade pandillas. En cierto s<strong>en</strong>tido, ha resultado sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que la regresión logística nomostrara evid<strong>en</strong>cia empírica de respaldo a las dos hipótesis de trabajo —que la confianza<strong>en</strong> la policía y la confianza interpersonal increm<strong>en</strong>t<strong>en</strong> la disposición de las víctimasa d<strong>en</strong>unciar los crím<strong>en</strong>es. Sin embargo, como señalan Kaariain<strong>en</strong> y Sirén (2011), si bi<strong>en</strong>esta pregunta ha sido considerada empíricam<strong>en</strong>te muy pocas veces, gran parte de lasinvestigaciones disponibles concluy<strong>en</strong> que la confianza <strong>en</strong> las instituciones policialesno ti<strong>en</strong>de a aum<strong>en</strong>tar la probabilidad de d<strong>en</strong>unciar un crim<strong>en</strong>. Este es un aspecto quedebería continuar analizándose <strong>en</strong> futuros estudios. La relación <strong>en</strong>tre la d<strong>en</strong>uncia deldelito y la confianza tanto <strong>en</strong> la policía como la confianza interpersonal deberían de serespecificadas con más precisión e incluso considerar la interacción con otros factores.Por otra parte, este tipo de estudios podría verse <strong>en</strong>riquecido si se pudieran incorporar<strong>en</strong> el análisis algunas características particulares de las comunidades <strong>en</strong> donde viv<strong>en</strong>las personas <strong>en</strong>trevistadas. Una posible línea de investigación a futuro podría ser <strong>en</strong>focarel análisis por el tipo de delito, para lo cual se requeriría explorar la relación <strong>en</strong>trela víctima, el tipo de delito y la d<strong>en</strong>uncia del mismo.Los c<strong>en</strong>troamericanos han estado convivi<strong>en</strong>do durante varios años con el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>ode la viol<strong>en</strong>cia y la delincu<strong>en</strong>cia. En este <strong>en</strong>sayo se ha pres<strong>en</strong>tado evid<strong>en</strong>cia empírica157


Ricardo Córdova Macíaspara sust<strong>en</strong>tar la hipótesis de que la viol<strong>en</strong>cia criminal y la inseguridad están afectandolos niveles de confianza interpersonal e institucional, ambas variables importantes <strong>en</strong> laliteratura sobre cohesión social o sobre capital social. Además, estas variables son fundam<strong>en</strong>talesal determinar el apoyo de los ciudadanos hacia la democracia, por lo que sepodría erosionar la idea de que la democracia es el mejor sistema de gobierno posible.La percepción de inseguridad y la percepción acerca de la pres<strong>en</strong>cia de pandillas<strong>en</strong> el barrio reduc<strong>en</strong> el apoyo a la democracia, la confianza institucional y la confianzainterpersonal. Además, la victimización por crim<strong>en</strong> reduce la confianza <strong>en</strong> las institucionesy, de manera paradójica, se asocia de manera positiva con la confianza interpersonal.Este aspecto debería ser profundizado <strong>en</strong> investigaciones futuras. Por otra parte,la confianza <strong>en</strong> la policía aum<strong>en</strong>ta el apoyo a la democracia y la confianza interpersonal.Las variables indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes analizadas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayores efectos sobre la confianzainterpersonal, seguida por la confianza <strong>en</strong> las instituciones del sector seguridad y justicia,y es más reducido para el apoyo a la democracia.La confianza interpersonal se reduce para los que se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> inseguros y para aquellosque percib<strong>en</strong> una mayor pres<strong>en</strong>cia de pandillas, mi<strong>en</strong>tras que aum<strong>en</strong>ta para qui<strong>en</strong>esti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayor confianza <strong>en</strong> la policía y para aquellos que han sido víctimas del crim<strong>en</strong>.La confianza <strong>en</strong> las instituciones del sector seguridad y justicia disminuye para losque han sido víctimas del crim<strong>en</strong> y <strong>en</strong>tre los que percib<strong>en</strong> mayor inseguridad y para losque percib<strong>en</strong> una mayor pres<strong>en</strong>cia de pandillas. Por último, el apoyo a la democracia esm<strong>en</strong>or para los que se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> inseguros y para aquellos que percib<strong>en</strong> una mayor pres<strong>en</strong>ciade pandillas, <strong>en</strong> tanto que es más grande <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayor confianza<strong>en</strong> la policía.Los datos pres<strong>en</strong>tados son relevantes, dado que algunas de las propuestas de políticaspúblicas que se han formulado <strong>en</strong> el sector seguridad y justicia requier<strong>en</strong> de laparticipación ciudadana, así como la d<strong>en</strong>uncia por parte de las víctimas para que sepuedan investigar los hechos. Para ello se requiere al m<strong>en</strong>os de niveles aceptables deconfianza <strong>en</strong> las instituciones gubernam<strong>en</strong>tales.Fr<strong>en</strong>te a esta problemática, es válido preguntarse: ¿cuál podría ser la respuesta delos ciudadanos fr<strong>en</strong>te a un Estado democrático que no puede proporcionar la seguridadfísica ni la protección del patrimonio? Una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opinión sobrela problemática del crim<strong>en</strong> y la viol<strong>en</strong>cia, permite id<strong>en</strong>tificar, <strong>en</strong> los últimos años, respuestasde carácter individual, así como la búsqueda de soluciones no democráticas.Con relación a las primeras, un ejemplo serían los cambios de comportami<strong>en</strong>to de losciudadanos <strong>en</strong> términos de los lugares donde van de compra o limitando los lugares derecreación; hay qui<strong>en</strong>es han cerrado su negocio o han cambiado de empleo por temora la delincu<strong>en</strong>cia o han tomado medidas de seguridad <strong>en</strong> la vivi<strong>en</strong>da para protegerse—como la construcción de muros rejas o paredes, colocación de alambre de púas o razor,instalación de alarmas, colocación de candados o chapas <strong>en</strong> las puertas o la comprade armas de fuego (Córdova, 2011).Otro ámbito <strong>en</strong> el que esto se expresa es <strong>en</strong> torno al proceso de privatización de la seguridadque se ha v<strong>en</strong>ido desarrollando <strong>en</strong> los últimos años por la vía de un importantecrecimi<strong>en</strong>to de las empresas de seguridad privada. Un estimado del PNUD calcula queel número de efectivos de las empresas de seguridad privada es de 31.195 <strong>en</strong> el caso de158


Crim<strong>en</strong> e inseguridad <strong>en</strong> c<strong>en</strong>troamérica: una lectura desde las <strong>en</strong>cuestas de opiniónCosta Rica, 23.546 <strong>en</strong> El Salvador, 106.700 <strong>en</strong> Guatemala, 60.000 <strong>en</strong> Honduras, 13.500<strong>en</strong> Nicaragua y 12.000 <strong>en</strong> Panamá (IDHAC, 2009-2010). Como se despr<strong>en</strong>de de dicho informe,<strong>en</strong> algunos países la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre el número de ag<strong>en</strong>tes de seguridad privaday de la seguridad pública es considerable. Pero, más allá del peso numérico,“la expansión acelerada de la industria ha t<strong>en</strong>dido a desbordar la capacidad regulatoriade los Estados. El número de empresas y de vigilantes privados se multiplica,las normas de control no son siempre adecuadas, la vigilancia por partede los organismos de supervisión es ap<strong>en</strong>as nominal y abundan las ag<strong>en</strong>ciaso celadores […] no registrados ni supervisados por parte del Estado.” (IDHAC,2009-2010: 240).Es decir, una débil capacidad de regulación y supervisión por parte de los Estados.Con respecto al segundo tipo de respuestas, Tironi y Pérez Bann<strong>en</strong> plantean lo sigui<strong>en</strong>te:“Como se puede ver, el temor a la delincu<strong>en</strong>cia está horadando el respaldo de lapoblación a los principios democráticos y justificando al mismo tiempo respuestasprivadas y no-institucionales a la misma. Por ello, si el Estado no respondeadecuadam<strong>en</strong>te, no sería extraño que, cada vez más, la ciudadanía vuelva la vistaa respuestas autoritarias que vulner<strong>en</strong> la democracia para combatir el flagelo dela delincu<strong>en</strong>cia, o bi<strong>en</strong>, se vuelque a formas de autodef<strong>en</strong>sa armada. Si se sigueeste camino la legitimidad del Estado y la confianza <strong>en</strong> las instituciones —queya es frágil— continuará erosionándose. Aquí está la am<strong>en</strong>aza principal no soloa la cohesión social, sino también a la democracia <strong>en</strong> la región” (Tironi y PérezBann<strong>en</strong>, 2008).En otro estudio reci<strong>en</strong>te se ha señalado que “preocupados y agobiados por la viol<strong>en</strong>ciacriminal, los ciudadanos están dispuestos a sacrificar algunos aspectos del estadode derecho con tal de que mejore la crisis de seguridad” (Córdova, 2011). En estudiosde opinión pública se ha <strong>en</strong>contrado evid<strong>en</strong>cia de que los c<strong>en</strong>troamericanos, bajo elsupuesto de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar y reducir la delincu<strong>en</strong>cia, estarían dispuestos a sacrificar <strong>en</strong> algunamedida el cumplimi<strong>en</strong>to de la ley 32 , es decir tolerancia para que <strong>en</strong> ocasiones elEstado pueda actuar al marg<strong>en</strong> de la ley, lo cual erosiona el apoyo al estado de derecho(Córdova et al., 2010). Hay también evid<strong>en</strong>cia de una erosión de valores democráticos<strong>en</strong> términos del apoyo a la justificación de un ev<strong>en</strong>tual golpe de Estado debido a muchadelincu<strong>en</strong>cia (Cruz, 2000). En esta perspectiva, un riesgo para las jóv<strong>en</strong>es democraciasc<strong>en</strong>troamericanas es que por desesperación fr<strong>en</strong>te a la problemática de la viol<strong>en</strong>cia yla delincu<strong>en</strong>cia, continúe aum<strong>en</strong>tando el apoyo ciudadano a medidas autoritarias, aunadoa un debilitami<strong>en</strong>to de la confianza ciudadana <strong>en</strong> las instituciones de seguridady justicia.32Referido a la pregunta: “Para poder capturar delincu<strong>en</strong>tes, ¿cree usted que las autoridades siempre deb<strong>en</strong> respetarlas leyes o <strong>en</strong> ocasiones pued<strong>en</strong> actuar al marg<strong>en</strong> de la ley?”.159


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Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaJÓVENES QUE NI ESTUDIAN NI TRABAJAN:UN RIESGO PARA LA COHESIÓN SOCIAL EN AMÉRICA LATINAMiguel Székely PardoIntroducciónEste docum<strong>en</strong>to argum<strong>en</strong>ta que existe un problema emerg<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los países de AméricaLatina, que de no at<strong>en</strong>derse <strong>en</strong> el corto plazo, puede convertirse <strong>en</strong> un riesgopara la cohesión social, la seguridad y la democracia de la región <strong>en</strong> los sigui<strong>en</strong>tesaños. El problema consiste <strong>en</strong> la persist<strong>en</strong>cia del número de jóv<strong>en</strong>es que no estudia yno trabaja.Paradójicam<strong>en</strong>te, este problema surge con mayor fuerza <strong>en</strong> un siglo que ha traídoconsigo grandes oportunidades para el desarrollo de América Latina. A difer<strong>en</strong>cia dela “década perdida” de los 80 y de la priorización de las reformas estructurales de los90, a partir del año 2000 se ha observado el período de crecimi<strong>en</strong>to sost<strong>en</strong>ido más ampliodesde la década de los set<strong>en</strong>ta. La tasa de crecimi<strong>en</strong>to del Producto Interno Bruto(PIB) ha rondado el 4 por ci<strong>en</strong>to y, hasta antes de la crisis financiera internacional de2008-2009, se habían acumulado seis años continuos de tasas positivas y relativam<strong>en</strong>teelevadas de progreso económico. La crisis financiera provocó una desaceleración importante,pero incluso <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>torno la América Latina del pres<strong>en</strong>te siglo ha mostradodifer<strong>en</strong>cias estructurales con el pasado.Por un lado, los efectos tradicionales de crisis macroeconómicas previas no se hanmanifestado de la misma manera <strong>en</strong> la mayoría de los países de la región y, por otro,la percepción que se ti<strong>en</strong>e desde afuera también ha cambiado de manera importante.Si bi<strong>en</strong> la crisis se transmitió mediante los mecanismos tradicionales, restringi<strong>en</strong>dolos mercados de crédito, reduci<strong>en</strong>do las exportaciones y contray<strong>en</strong>do los flujos de capitalhacia la región, las tasas de desempleo se increm<strong>en</strong>taron <strong>en</strong> m<strong>en</strong>os de un puntoporc<strong>en</strong>tual, las tasas de inflación se mantuvieron a niveles bajos y estables, no se observarondevaluaciones masivas del tipo de cambio o increm<strong>en</strong>tos descontrolados deldéficit público y puede afirmarse que el balance hasta ahora para la región es muchom<strong>en</strong>os dramático que <strong>en</strong> décadas anteriores.Para la segunda década del siglo se estiman tasas de crecimi<strong>en</strong>to de alrededor de4 por ci<strong>en</strong>to, la cual es relativam<strong>en</strong>te alta y probablem<strong>en</strong>te optimista. Sin embargo, talvez lo más importante de las estimaciones es que atribuy<strong>en</strong> una recuperación rápida ysignificativa a solam<strong>en</strong>te un año del impacto de la crisis internacional. Las secuelas dela crisis definitivam<strong>en</strong>te se van a manifestar por algún tiempo, pero parece ser que <strong>en</strong>un contexto manejable y razonable.163


Miguel Székely PardoDurante la primera década de 2000, el crecimi<strong>en</strong>to fue acompañado de reduccionesimportantes <strong>en</strong> los niveles de pobreza, pasando de 27 a 18 por ci<strong>en</strong>to <strong>en</strong> diez años 1 . Eincluso, a pesar de la desigualdad persist<strong>en</strong>te, se observaron síntomas de un procesode reducción de las inequidades <strong>en</strong> materia de distribución del ingreso 2 .Otra dim<strong>en</strong>sión <strong>en</strong> la que ha existido progreso considerable, es la democracia. Hacesolam<strong>en</strong>te un par de décadas la región mostraba una democracia incipi<strong>en</strong>te, mi<strong>en</strong>trasque <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te siglo el número de países con gobiernos que emanan del ejerciciodirecto del voto ciudadano ha llegado a su máximo histórico.Una de las oportunidades recurr<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te señaladas <strong>en</strong> círculos académicos y de debatesobre políticas públicas es que la región cu<strong>en</strong>ta con una “v<strong>en</strong>tana de oportunidad demográfica”.La “v<strong>en</strong>tana” se abrió durante las últimas décadas del siglo XX y permanecerádurante los inicios del siglo XXI ya que se registrarán las tasas de dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia económicamás reducidas de la historia. Esta situación prevalecerá por al m<strong>en</strong>os dos décadas más,<strong>en</strong> las que el grupo de edad de 15 a 64 años seguirá creci<strong>en</strong>do a mayor ritmo que los m<strong>en</strong>oresde 15 y los mayores de 65 años, implicando que la población <strong>en</strong> edad productivaalcanzará sus porc<strong>en</strong>tajes máximos. A partir del primer cuarto del pres<strong>en</strong>te siglo, las proyeccionesdemográficas predic<strong>en</strong> que el grupo mayor de 65 años crecerá a mayor ritmo,g<strong>en</strong>erando como consecu<strong>en</strong>cia nuevos aum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> la tasa de dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia.Sin embargo, el nuevo siglo también ha traído consigo una serie de retos e inclusode riesgos importantes. Quizá uno de los más significativos es que, si la región no lograinvertir y g<strong>en</strong>erar las oportunidades para que los jóv<strong>en</strong>es que <strong>en</strong>tran al grupo de edadde mayores de 15 años despliegu<strong>en</strong> su pot<strong>en</strong>cial económico y social, se pondrá <strong>en</strong> <strong>en</strong>tredichosu capacidad para hacer fr<strong>en</strong>te a las necesidades de una población de edad másavanzada. Lo que suceda o deje de suceder con los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> edades <strong>en</strong>tre 15 y 25 años<strong>en</strong> particular —que es el grupo de edad que crecerá al mayor ritmo <strong>en</strong> los sigui<strong>en</strong>tesaños— sin duda definirá el rostro de América Latina por las sigui<strong>en</strong>tes décadas.En estos rangos de edad existe un subgrupo de relevancia particular, por su exposicióna riesgos, vulnerabilidades, falta de oportunidades y por la car<strong>en</strong>cia de mecanismosde inclusión y protección para at<strong>en</strong>derlos. Se trata de la población <strong>en</strong>tre 15 y 18años de edad que no estudia y no trabaja. Es decir, se trata de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> un umbralestratégico de su desarrollo, que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> su mayoría <strong>en</strong> situación de ocio y,por lo tanto, de prop<strong>en</strong>sión a actividades delictivas, a prácticas sexuales riesgosas, aexposición a contextos de viol<strong>en</strong>cia, etc. De no ser at<strong>en</strong>didos con políticas públicas adecuadas,estos grupos poblacionales <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarán severas restricciones a su desarrollo y,<strong>en</strong> el corto plazo, pued<strong>en</strong> repres<strong>en</strong>tar un riesgo para la construcción de cohesión social.A difer<strong>en</strong>cia del grupo más amplio de 15 a 25 años, el rango de 15 a 18 se caracterizapor la minoría de edad legal para trabajar y por la necesidad de participar del sistemaeducativo <strong>en</strong> donde se continúa con el proceso de desarrollo m<strong>en</strong>tal y emocional quecaracteriza a este período <strong>en</strong> la vida de las personas. Para este subgrupo no existeambigüedad: la alternativa personal y social más deseable es poder acceder al siste-1Estos datos correspond<strong>en</strong> a la población con un ingreso inferior a 2 dólares americanos por día. Véase BID (2011).2Esto se ilustra <strong>en</strong> Lustig y López Calva (2010).164


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinama educativo. En cambio, a edades mayores, <strong>en</strong>tre los 19 y 25 años, las decisiones deeducación y de participación <strong>en</strong> el mercado laboral se dan simultáneam<strong>en</strong>te e inclusopor factores culturales. Un número importante de jóv<strong>en</strong>es (especialm<strong>en</strong>te mujeres) <strong>en</strong>ejercicio de su libertad decide no continuar con su educación formal y no trabajar, sinque esto necesariam<strong>en</strong>te implique vulnerabilidad o falta de oportunidades.La etapa a partir de los 15 años es crítica para la formación de la personalidad,el desarrollo de la capacidad para tomar decisiones, la conformación de patrones deconducta, la adquisición de valores, la formación de capital humano, la consolidaciónde actitudes de tolerancia hacia la diversidad, el desarrollo de habilidades para pert<strong>en</strong>ecery trabajar <strong>en</strong> grupos y la conformación de la id<strong>en</strong>tidad personal, <strong>en</strong>tre otros 3 .Adicionalm<strong>en</strong>te, a nivel de la comunidad, estas son edades estratégicas para conformarun s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia e integración social, para construir valores de confianza ypara formar conci<strong>en</strong>cia de ciudadanía, todos los cuales redundan <strong>en</strong> la conformación deun tejido de cohesión social. Sin el soporte, la integración y la protección adecuada, losjóv<strong>en</strong>es que transitan estas edades estarán expuestos a una serie de riesgos y vulnerabilidadesque trastocarán sus propias posibilidades de desarrollo y las de sus países 4 .En los años reci<strong>en</strong>tes, la percepción de que la población <strong>en</strong> edad de adolesc<strong>en</strong>cia, y<strong>en</strong> particular el grupo de 15 a 18 años, carece de los mecanismos de soporte, inclusióny protección necesarios ha sido motivo de creci<strong>en</strong>te preocupación. Por una parte, esun segm<strong>en</strong>to de la población que está sujeto a nuevas vulnerabilidades, incluy<strong>en</strong>do lasadicciones, los patrones alim<strong>en</strong>ticios disfuncionales, la criminalidad, la viol<strong>en</strong>cia, laexposición a información no apta para su edad, las relaciones familiares disfuncionales,etc., que los expon<strong>en</strong> a mayores riesgos que <strong>en</strong> el pasado. Por otra, están <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tandofalta de oportunidades para desplegar su pot<strong>en</strong>cial y aprovechar sus capacidades <strong>en</strong>el mundo laboral, lo cual g<strong>en</strong>era un s<strong>en</strong>tido de exclusión. Y además, es precisam<strong>en</strong>tea los 16 años cuando se empiezan a registrar los mayores niveles de deserción escolarde todo el sector educativo, implicando que un alto porc<strong>en</strong>taje de estos jóv<strong>en</strong>es se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra fuera de las aulas, <strong>en</strong> un <strong>en</strong>torno de incluso mayores riesgos y sin el soporteadecuado para aprovechar las oportunidades que se ofrec<strong>en</strong>.Estas percepciones están respaldadas por las estadísticas exist<strong>en</strong>tes para los paísesde la región. Por ejemplo, como se mostrará más adelante, las mayores tasas decriminalidad y de exposición a la viol<strong>en</strong>cia se dan precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> estas edades. Lasmayores tasas de desempleo —que pued<strong>en</strong> interpretarse como síntoma de falta de oportunidadeslaborales— se observan <strong>en</strong>tre la población más jov<strong>en</strong>; y es precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>los grados escolares que tradicionalm<strong>en</strong>te cursan las personas <strong>en</strong>tre 15 y 18 años —y3De hecho, como lo ha mostrado Spinks (2003), durante la adolesc<strong>en</strong>cia sigu<strong>en</strong> observándose evoluciones importantes<strong>en</strong> el desarrollo neurológico del cerebro humano. El desarrollo de las capas frontales que determinan lacapacidad para planear, la memoria, y la capacidad organizativa para el trabajo, e incluso los cambios de humor, seobservan durante estas edades. Como lo muestran Duryea et al. (2007), durante la adolesc<strong>en</strong>cia la zona del cerebroque regula la toma de decisiones —el cerebelo— continúa <strong>en</strong> proceso de desarrollo.4Incluso, como se muestra <strong>en</strong> Banco Mundial (2007a; 2007b), puede argum<strong>en</strong>tarse (y cuantificarse) que el costoeconómico de la exclusión de estos grupos poblacionales es significativo incluso si se calcula solam<strong>en</strong>te el valor delos impuestos y actividad económica que g<strong>en</strong>erarían de insertarse <strong>en</strong> la sociedad realizando actividades productivas.165


Miguel Székely Pardoque d<strong>en</strong>ominaremos Educación Media Superior (EMS) para nuestros propósitos— queg<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se registra la mayor deserción y reducción de la matrícula de los sistemaseducativos de la región. De acuerdo a Duarte y Bos (2011), solam<strong>en</strong>te 1 de cada 4 jóv<strong>en</strong>es<strong>en</strong> estas edades culmina este nivel de educación.Según nuestros cálculos (pres<strong>en</strong>tados con mayor detalle a continuación), alrededor de16 por ci<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre 15 y 18 años —equival<strong>en</strong>tes a 9 millones de personas—a lo largo de la región, pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> al grupo de jóv<strong>en</strong>es que ni estudia ni trabaja (NiNi).El objetivo de este docum<strong>en</strong>to es contribuir a la id<strong>en</strong>tificación de acciones de políticapública para at<strong>en</strong>der a este grupo poblacional. Para lograrlo, primero lo caracterizamosutilizando los datos de Encuestas de Hogares reci<strong>en</strong>tes disponibles para 18países, proponemos un marco conceptual para id<strong>en</strong>tificar prioridades y ori<strong>en</strong>tacionesde política y hacemos un análisis de distintas opciones. Cabe destacar que el diseño depolíticas públicas para at<strong>en</strong>der adecuadam<strong>en</strong>te a esta población es especialm<strong>en</strong>te complejoya que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran fuera del sistema educativo y, por lo tanto, las posibilidadesde atraerlos a instancias o acciones oficiales es m<strong>en</strong>or.El resto del docum<strong>en</strong>to se divide <strong>en</strong> cinco secciones. La primera pres<strong>en</strong>ta una caracterizaciónsocioeconómica de este grupo, y pres<strong>en</strong>ta un análisis de las característicaspoblacionales que incid<strong>en</strong> <strong>en</strong> una mayor probabilidad de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a él. La segundapres<strong>en</strong>ta evid<strong>en</strong>cia sobre una serie de factores que incide <strong>en</strong> la magnitud y <strong>en</strong> el futurode los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre 15 y 18 años que ni estudian ni trabajan. La tercera discute unmarco conceptual que permite abordar la id<strong>en</strong>tificación de políticas de at<strong>en</strong>ción, de unamanera ord<strong>en</strong>ada. La cuarta <strong>en</strong>tra a una discusión detallada sobre distintas alternativasde interv<strong>en</strong>ción, mi<strong>en</strong>tras que la quinta pres<strong>en</strong>ta nuestras conclusiones.1. Los NiNi: ¿cuántos son?, ¿cómo son?Existe una amplia literatura sobre los riesgos que afronta actualm<strong>en</strong>te la juv<strong>en</strong>tud deAmérica Latina. Los rangos de edad que se utilizan para definir el término de “juv<strong>en</strong>tud”van desde los 12 hasta los 29 años 5 , pero para los propósitos de este docum<strong>en</strong>tonos c<strong>en</strong>traremos <strong>en</strong> la edad de mayores a 15 años y m<strong>en</strong>ores a 19 años, por los motivosdiscutidos anteriorm<strong>en</strong>te. Adicionalm<strong>en</strong>te, el estudio de los grupos de edad m<strong>en</strong>ores a15 años implicaría la ampliación del espectro a temas relacionados con la niñez, mi<strong>en</strong>trasque el <strong>en</strong>foque para los mayores de 18 involucra temas de mayor alcance, como lasdecisiones de participar <strong>en</strong> el mercado laboral a una edad <strong>en</strong> la que se espera que estosea una alternativa deseable.El Gráfico 1 pres<strong>en</strong>ta una estimación del porc<strong>en</strong>taje de NiNi <strong>en</strong>tre 15 y 18 años <strong>en</strong> los18 países latinoamericanos para los que contamos con información 6 . Los porc<strong>en</strong>tajes5Véase, por ejemplo Cunningham, et al. (2008), Rodríguez (2010), Duryea et al. (2003), Hop<strong>en</strong>hayn (2008), <strong>en</strong>treotros, para la discusión de distintos <strong>en</strong>foques.6Los porc<strong>en</strong>tajes se obti<strong>en</strong><strong>en</strong> de tabulaciones de la base de datos de Encuestas de Hogares de la CEPAL, para elaño más reci<strong>en</strong>te de que se disponga. Todas las <strong>en</strong>cuestas se levantaron <strong>en</strong>tre 2005 y 2008. En todos los casos, laclasificación se refiere al estado autodeclarado del participante <strong>en</strong> la <strong>en</strong>cuesta respectiva. Los datos de poblaciónutilizados para obt<strong>en</strong>er los valores absolutos provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de la base de datos electrónica World Developm<strong>en</strong>t Indicatorspara 2010.166


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinavan desde 7 por ci<strong>en</strong>to de la población <strong>en</strong>tre 15 y 18 años <strong>en</strong> Bolivia, a 23 por ci<strong>en</strong>to <strong>en</strong>Honduras. El promedio ponderado para la región es de 16,5 por ci<strong>en</strong>to de jóv<strong>en</strong>es, locual equivale a prácticam<strong>en</strong>te 9 millones de personas <strong>en</strong> esta categoría. Ligeram<strong>en</strong>tepor debajo del promedio (con porc<strong>en</strong>tajes de <strong>en</strong>tre 12 y 16 por ci<strong>en</strong>to) se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tranBrasil, Chile, Ecuador, Panamá, República Dominicana, Arg<strong>en</strong>tina, Paraguay, Costa Ricay V<strong>en</strong>ezuela. México, Uruguay, Guatemala, Colombia, El Salvador, Perú y Nicaragua pres<strong>en</strong>tanniveles por <strong>en</strong>cima del promedio llegando <strong>en</strong>tre 18 y 21 por ci<strong>en</strong>to. Claram<strong>en</strong>tetanto la magnitud como la importancia estratégica de este grupo poblacional, justificansu priorización 7 .Gráfico 1. Jóv<strong>en</strong>es NiNi <strong>en</strong> países latinoamericanos seleccionados, circa 2007% de la población de 15 a 18 añospor país que no estudia ni trabajaPromedio = 16%(9 millones <strong>en</strong> la región)Fu<strong>en</strong>te: Tabulaciones a partir de la información <strong>en</strong> Encuestas de Hogares procesadas por la CEPAL, 2010.Como punto de refer<strong>en</strong>cia, calculamos también el porc<strong>en</strong>taje de población NiNi <strong>en</strong> elrango de 15 a 25 años. El resultado a nivel regional es que, <strong>en</strong> lugar de 16,5 por ci<strong>en</strong>to,caerían <strong>en</strong> esta categoría 25 por ci<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la edad de refer<strong>en</strong>cia, equival<strong>en</strong>tesa 16 millones de personas. El ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre países pres<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el Gráfico1 se manti<strong>en</strong>e con pocas variaciones cuando se utilizan estas edades.7Su importancia <strong>en</strong> términos absolutos va desde 1.2 millones de jóv<strong>en</strong>es NiNi <strong>en</strong> México, a 90.000 para el caso deParaguay, pasando por niveles de 700.000 <strong>en</strong> El Salvador que, comparativam<strong>en</strong>te, es un país con una poblaciónrelativam<strong>en</strong>te reducida.167


Miguel Székely PardoLas bases de datos disponibles permit<strong>en</strong> caracterizar a la población NiNi de 15 a18 años <strong>en</strong> algunas dim<strong>en</strong>siones. Por ejemplo, el Gráfico 2 muestra el porc<strong>en</strong>taje pornivel socioeconómico. Si se toma la definición de indig<strong>en</strong>cia propuesta por la ComisiónEconómica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el porc<strong>en</strong>taje de NiNi <strong>en</strong>tre la población<strong>en</strong> situación de indig<strong>en</strong>cia es de 24 por ci<strong>en</strong>to, mi<strong>en</strong>tras que para la población<strong>en</strong> pobreza llega a 19 por ci<strong>en</strong>to. Para la población no-pobre, el porc<strong>en</strong>taje es de 12 porci<strong>en</strong>to. Existe, por lo tanto, un patrón de incid<strong>en</strong>cia de población NiNi de acuerdo alnivel de pobreza, aunque según esta evid<strong>en</strong>cia el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o es g<strong>en</strong>eralizado.Gráfico 2. Jóv<strong>en</strong>es NiNi por nivel de pobreza <strong>en</strong> América Latina, circa 2007% de Nini por nivel socioeconómicoFu<strong>en</strong>te: Tabulaciones a partir de la información <strong>en</strong> Encuestas de Hogares procesadas por la CEPAL, 2010.El mismo patrón se observa a lo largo de la distribución del ingreso. Como lo muestrael Gráfico 3, del 100 por ci<strong>en</strong>to de NiNi para las edades <strong>en</strong> cuestión casi uno de cada3 (29 por ci<strong>en</strong>to) habita un hogar ubicado <strong>en</strong>tre el 20 por ci<strong>en</strong>to de m<strong>en</strong>ores ingresosde la población, uno de cada cuatro (25 por ci<strong>en</strong>to) habita un hogar del quintil 2, y 20y 16 por ci<strong>en</strong>to habitan hogares <strong>en</strong> los quintiles 3 y 4, respectivam<strong>en</strong>te. Solam<strong>en</strong>te 10por ci<strong>en</strong>to del total de NiNi habita <strong>en</strong> un hogar cuyos ingresos lo ubiqu<strong>en</strong> <strong>en</strong> el 20 porci<strong>en</strong>to más rico de la población.168


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaGráfico 3. Jóv<strong>en</strong>es NiNi por decil de ingreso <strong>en</strong> América Latina, circa 2007Promedio América LatinaFu<strong>en</strong>te: Tabulaciones a partir de la información <strong>en</strong> Encuestas de Hogares procesadas por la CEPAL, 2010.El Gráfico 4 muestra la correlación con el nivel educativo. Mi<strong>en</strong>tras que el porc<strong>en</strong>tajede NiNi sin primaria completa es de 35 por ci<strong>en</strong>to, solam<strong>en</strong>te 8 por ci<strong>en</strong>to del totalculminaron el bachillerato. Se observa una progresión gradual a medida que se reduceel nivel educativo. Un 15 por ci<strong>en</strong>to cu<strong>en</strong>ta con bachillerato incompleto, 17 por ci<strong>en</strong>tologró solam<strong>en</strong>te la secundaria completa (grados 7 a 9), y 25 por ci<strong>en</strong>to registra primariacompleta como último grado alcanzado. Estos datos reflejan que la probabilidad de serNiNi aum<strong>en</strong>ta si la deserción del sistema educativo se da a edades más tempranas.Gráfico 4. Jóv<strong>en</strong>es NiNi por nivel educativo <strong>en</strong> América Latina, circa 2007% de jóv<strong>en</strong>es por nivel educativo% de NiNi por quintilFu<strong>en</strong>te: Tabulaciones a partir de la información <strong>en</strong> Encuestas de Hogares procesadas por la CEPAL, 2010.169


Miguel Székely PardoOtro dato interesante es la relación con el tipo de empleo del jefe de familia, ilustradopor la cobertura de seguridad social del sector formal. De acuerdo a nuestrastabulaciones (véase Gráfico 5), el porc<strong>en</strong>taje de NiNi que habita un hogar cuyo jefe estáempleado <strong>en</strong> el mercado formal de trabajo es extremadam<strong>en</strong>te reducido. En Paraguay,Perú, V<strong>en</strong>ezuela, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Arg<strong>en</strong>tina, Panamá y Bolivia, el porc<strong>en</strong>tajees inferior a 10 por ci<strong>en</strong>to. En Guatemala, República Dominicana, Ecuador yMéxico es de m<strong>en</strong>os de 15 por ci<strong>en</strong>to, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> Uruguay y Brasil repres<strong>en</strong>tan el18 y 21 por ci<strong>en</strong>to. Solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Chile y Costa Rica se observan tasas mayores —alcanzando30 y 31 por ci<strong>en</strong>to— e incluso <strong>en</strong> estos casos, más de dos terceras partes de losjóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> estas circunstancias carec<strong>en</strong> de acceso a este tipo de protección.Gráfico 5. Jóv<strong>en</strong>es NiNi <strong>en</strong> hogares cuyo jefe no cu<strong>en</strong>ta con acceso a seguridad social% de población NiNi que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> hogarsin seguridad social, circa 2007Fu<strong>en</strong>te: Tabulaciones a partir de la información <strong>en</strong> Encuestas de Hogares procesadas por la CEPAL, 2010.Para el caso de México, realizamos una estimación Probit para id<strong>en</strong>tificar las característicaspoblacionales que increm<strong>en</strong>tan o reduc<strong>en</strong> la probabilidad de pert<strong>en</strong>ecera este grupo poblacional. El Cuadro 1 pres<strong>en</strong>ta los resultados (para los coefici<strong>en</strong>tesestadísticam<strong>en</strong>te significativos), obt<strong>en</strong>idos mediante el procesami<strong>en</strong>to de la EncuestaNacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del año 2008. Según nuestros resultados,la probabilidad de pert<strong>en</strong>ecer al grupo NiNi es mayor para los hombres, se reduce conla edad y con la educación del jefe del hogar (a mayor educación del jefe, m<strong>en</strong>or probabilidad),es m<strong>en</strong>or a medida que aum<strong>en</strong>ta el número de integrantes del hogar, se reducesignificativam<strong>en</strong>te a medida que aum<strong>en</strong>ta el ingreso y crece sustancialm<strong>en</strong>te cuando eljefe del hogar es mujer. Este último resultado puede interpretarse como evid<strong>en</strong>cia deque, a mayor vulnerabilidad <strong>en</strong> las condiciones del hogar, mayor riesgo de <strong>en</strong>contrarse<strong>en</strong> la condición de NiNi.170


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaCuadro 1. Coefici<strong>en</strong>te obt<strong>en</strong>ido de la estimación del modelo Probit, México 2008. (Sepres<strong>en</strong>tan los coefici<strong>en</strong>tes que son estadísticam<strong>en</strong>te significativos)Variable México 2008Sexo (1= hombre) 21.9Años de educación -2.1Educación del jefe -0.6Miembros activos hogar -59.5Ingreso per cápita -2.3e (-6)Hogar jefe mujer 3.4Fu<strong>en</strong>te: Cálculos propios a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de México, 2008.Tanto estos resultados como los pres<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> los Gráficos 2 a 5 están <strong>en</strong> línea conlos reportados <strong>en</strong> la literatura sobre jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> riesgo, que se <strong>en</strong>focan <strong>en</strong> rangos deedad más amplios y que no se restring<strong>en</strong> (como <strong>en</strong> nuestro caso) a los jóv<strong>en</strong>es que ni estudianni trabajan. Por ejemplo, de acuerdo a Cunningham y Bagby (2010), que utilizanEncuestas de Juv<strong>en</strong>tud como fu<strong>en</strong>te de información, la probabilidad de que un jov<strong>en</strong> <strong>en</strong>Chile y México se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre <strong>en</strong> una situación de “riesgo” aum<strong>en</strong>ta considerablem<strong>en</strong>te amedida que el nivel socioeconómico de la familia es m<strong>en</strong>or, es mayor <strong>en</strong>tre los jóv<strong>en</strong>esque no asist<strong>en</strong> a la escuela, se increm<strong>en</strong>ta significativam<strong>en</strong>te cuando la relación conlos padres d<strong>en</strong>tro del hogar es mala, es mayor a m<strong>en</strong>or edad y es considerablem<strong>en</strong>temayor cuando no se cu<strong>en</strong>ta con una relación directa con instituciones oficiales (comola escuela) 8 .Alguna evid<strong>en</strong>cia reci<strong>en</strong>te para el caso de Brasil apunta <strong>en</strong> el mismo s<strong>en</strong>tido. Losanálisis de Dell’ Aglio et al. (2007) y Banco Mundial (2007a; 2007b) argum<strong>en</strong>tan quelos patrones de riesgo para los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre 15 y 24 años <strong>en</strong> este país se increm<strong>en</strong>tanconsiderablem<strong>en</strong>te a mayor nivel de pobreza familiar, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una relación estrecha conlas características raciales (con probabilidades mayores de riesgo <strong>en</strong>tre los no-blancos)y que existe también una correlación importante con el grado de marginación y pobreza<strong>en</strong> el <strong>en</strong>torno.En un estudio amplio sobre los riesgos de la juv<strong>en</strong>tud <strong>en</strong> la región, Cunningham et al.(2008) clasifican a la población <strong>en</strong> cuatro grupos de acuerdo a los riesgos que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>-8El resultado de que la probabilidad de ser NiNi aum<strong>en</strong>ta significativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> México cuando el jefe del hogar esmujer puede estar relacionado con el resultado del m<strong>en</strong>cionado estudio <strong>en</strong> cuanto a que las relaciones familiaresson un factor importante de riesgo. El estudio también argum<strong>en</strong>ta que el riesgo disminuye a mayor grado de espiritualidadpor parte de los jóv<strong>en</strong>es. A difer<strong>en</strong>cia de las otras variables m<strong>en</strong>cionadas no contamos con informaciónpara verificar patrones g<strong>en</strong>erales para este tipo de indicadores. En un trabajo relacionado, Cunningham y Bagby(2007) argum<strong>en</strong>tan que alrededor de 20 por ci<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es chil<strong>en</strong>os y 40 por ci<strong>en</strong>to de los mexicanos estánexpuestos a situaciones de riesgo y que dichas situaciones se relacionan especialm<strong>en</strong>te con la pobreza y con laresid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> zonas rurales.171


Miguel Székely Pardotan: Tipo 0, que no está sujeta a ningún riesgo <strong>en</strong> particular; Tipo I, que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong>situación de riesgo pot<strong>en</strong>cial; Tipo II, que está expuesta a riesgos sin necesariam<strong>en</strong>tehaber incurrido todavía <strong>en</strong> algún comportami<strong>en</strong>to negativo y Tipo III, que son jóv<strong>en</strong>esque han estado expuestos a riesgos y que ya han sufrido consecu<strong>en</strong>cias importantesderivados de ellos. De acuerdo a esta caracterización, los NiNi estarían <strong>en</strong> el grupo dejóv<strong>en</strong>es con riesgos tipo II y III. El estudio m<strong>en</strong>cionado id<strong>en</strong>tifica a la pobreza, a la m<strong>en</strong>orescolaridad, a la edad, el pert<strong>en</strong>ecer a un grupo indíg<strong>en</strong>a y el ubicarse <strong>en</strong> una zonarural como las características más correlacionadas con la probabilidad de <strong>en</strong>contrarse<strong>en</strong> estos grupos de riesgo.Adicionalm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> su estudio sobre la población jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> los países del Caribe,Cunningham y Correia (2003) id<strong>en</strong>tifican a la pobreza, la falta de educación, las relacionesfamiliares y el género como los principales elem<strong>en</strong>tos de riesgo <strong>en</strong> la región. Demanera similar, Hop<strong>en</strong>hayn (2008) id<strong>en</strong>tifica principalm<strong>en</strong>te a la pobreza, la falta deoportunidades laborales, y a la inequidad social, como principales fu<strong>en</strong>tes de riesgospara los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> América Latina.La magnitud del grupo poblacional de NiNi docum<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> esta sección, y la multiplicidadde riesgos asociados a su condición, incluy<strong>en</strong>do la deserción escolar, la escolaridadde los padres, las condiciones de pobreza, y características del hogar comocontar con jefe mujer, hac<strong>en</strong> evid<strong>en</strong>te que, para poder abordar el tema de su at<strong>en</strong>ción demanera ord<strong>en</strong>ada, es necesario contar con algún marco conceptual de ori<strong>en</strong>tación quepermita id<strong>en</strong>tificar las alternativas de política pública para hacerle fr<strong>en</strong>te. La sigui<strong>en</strong>tessecciones ofrec<strong>en</strong> una aproximación al respecto.2. Riesgos, vulnerabilidades y falta de oportunidadesLa literatura sobre grupos de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> riesgo ha id<strong>en</strong>tificado tres grandes tipos defactores asociados a esta condición: individuales, familiares-comunitarios y g<strong>en</strong>erales9 . A continuación pres<strong>en</strong>tamos alguna evid<strong>en</strong>cia sobre la importancia de cada unode ellos.Factores individualesEl primero es el conjunto de factores personales que determinan las conductas de cadaindividuo. Incluy<strong>en</strong> desde características biológicas como el género, la raza o la etnicidadhasta las capacidades cognitivas, de personalidad, psicológicas y de comportami<strong>en</strong>to.Estas últimas se determinan primordialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las edades más tempranas.La car<strong>en</strong>cia de habilidades m<strong>en</strong>tales, la discapacidad, la agresividad y los patrones deconducta disfuncional g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te aum<strong>en</strong>tan la probabilidad de incurrir <strong>en</strong> riesgos,mi<strong>en</strong>tras que la promoción de la espiritualidad, la interacción social, la autoestima, laconfianza y la valoración por el trabajo ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a reducirlos.9Véase por ejemplo Cunningham et al. (2008).172


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaEl Cuadro 2 pres<strong>en</strong>ta algunos indicadores g<strong>en</strong>erales que pued<strong>en</strong> dar idea de la magnitudde este factor <strong>en</strong>tre la población <strong>en</strong>tre 15 y 18 años 10 . El primero de ellos es latasa de embarazo precoz por cada 100.000 habitantes. El promedio para la región esde 75,5 y se observan países como Guatemala, Honduras, El Salvador, República Dominicanay, sobre todo Nicaragua, con tasas superiores a 100. En el extremo opuesto se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran Uruguay, Brasil y Chile con m<strong>en</strong>os de 50. Como punto de refer<strong>en</strong>cia, la tasade embarazo precoz <strong>en</strong> países europeos ronda niveles cercanos a 50.La segunda y tercera columna del cuadro incluy<strong>en</strong> información sobre el porc<strong>en</strong>tajede jóv<strong>en</strong>es que declaran consumir marihuana. Los porc<strong>en</strong>tajes van de 5,4 por ci<strong>en</strong>to <strong>en</strong>Bolivia, a 10,3 <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina y 18,8 por ci<strong>en</strong>to <strong>en</strong> Chile. Para el caso de México, contamoscon acceso a la “1ª Encuesta Nacional de Exclusión, Intolerancia y <strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong> <strong>en</strong> EscuelasPúblicas de Educación Media Superior” (ENEIV) la cual registra tasas de consumode 12,2 por ci<strong>en</strong>to 11 . Además de que las tasas para Arg<strong>en</strong>tina, Chile y México son <strong>en</strong> símismas elevadas (considerando el considerable nivel de subestimación al que normalm<strong>en</strong>teestán sujetos este tipo de datos), destaca que los niveles son muy superiores alos observados para la población abierta (incluidos <strong>en</strong> la sigui<strong>en</strong>te columna). En el casode Chile, por ejemplo, las tasas de consumo son 2,7 veces mayores <strong>en</strong>tre los jóv<strong>en</strong>es que<strong>en</strong> el resto de la población.La sigui<strong>en</strong>te columna incorpora el porc<strong>en</strong>taje de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre 17 y 18 años que consumebebidas alcohólicas regularm<strong>en</strong>te. El dato es relevante ya que <strong>en</strong> todos los países paralos que existe información, esta práctica es ilegal <strong>en</strong> dichas edades. El promedio para lossiete países incluidos es de 55,5 por ci<strong>en</strong>to, registrándose los niveles máximos <strong>en</strong> Uruguay(74,5 por ci<strong>en</strong>to), Arg<strong>en</strong>tina (67,9 por ci<strong>en</strong>to), Chile (65,5 por ci<strong>en</strong>to) y Brasil (63,1).Los resultados de la ENEIV para México registran una tasa de 53 por ci<strong>en</strong>to, aunque <strong>en</strong>este caso la muestra se <strong>en</strong>foca únicam<strong>en</strong>te a los jóv<strong>en</strong>es d<strong>en</strong>tro del sistema educativo.Las últimas dos columnas del cuadro muestran las tasas de homicidios por cada100.000 habitantes <strong>en</strong> seis países, tanto para la población jov<strong>en</strong> como para la poblaciónabierta. Destaca el hecho de que las tasas son 3,2 veces mayores <strong>en</strong>tre los jóv<strong>en</strong>es, conniveles promedio de 110 homicidios. Entre la población abierta, el promedio es de 33,8.Destacan Colombia, Jamaica y El Salvador con niveles elevados de tasas de homicidio <strong>en</strong>la población jov<strong>en</strong> (212,5; 188 y 133 por cada 100.000 habitantes, respectivam<strong>en</strong>te) 12 .10Aunque la información no se refiere específicam<strong>en</strong>te a los integrantes del grupo NiNi, es ilustrativa de la circunstancia<strong>en</strong> la que vive una parte significativa de este grupo de edad. Como puede observarse, el cuadro utilizainformación de diversas fu<strong>en</strong>tes. En algunos casos, como las tasas de embarazo precoz, los datos más reci<strong>en</strong>tesque id<strong>en</strong>tificamos, son para el año 2000, mi<strong>en</strong>tras que para los demás indicadores sí tuvimos acceso a informaciónmás reci<strong>en</strong>te.11La <strong>en</strong>cuesta fue aplicada por el Instituto Nacional de Salud Pública, por <strong>en</strong>cargo de la Secretaría de Educación, ajóv<strong>en</strong>es que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran cursando la educación media <strong>en</strong> el país. El levantami<strong>en</strong>to incluye una muestra de 13.104estudiantes de escuelas públicas <strong>en</strong>tre 15 y 19 años de edad, repres<strong>en</strong>tativa del universo a nivel nacional. Ofrece evid<strong>en</strong>ciasobre relaciones familiares y sociales, actitudes hacia la diversidad, estado de ánimo y autoestima, relacionesde noviazgo, riesgos, seguridad, actitudes de género, sexualidad y <strong>en</strong>torno social, <strong>en</strong>tre otros elem<strong>en</strong>tos.12En otro estudio, Behrman et al. (2002) estiman el patrón demográfico de una serie de variables, incluy<strong>en</strong>do la tasade criminalidad, y <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran que existe una relación estadísticam<strong>en</strong>te significativa <strong>en</strong>tre el crecimi<strong>en</strong>to del grupode jóv<strong>en</strong>es y el aum<strong>en</strong>to de dichas tasas. Las estimaciones correspond<strong>en</strong> a datos <strong>en</strong> los que están repres<strong>en</strong>tadosprácticam<strong>en</strong>te todos los países del mundo.173


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinaescuela a personas con determinadas características. De acuerdo a los resultados, másde la mitad de los estudiantes declaró no desear t<strong>en</strong>er como compañero(a) a personas<strong>en</strong>fermas de VIH-SIDA, personas con prefer<strong>en</strong>cias no heterosexuales o personas concapacidades difer<strong>en</strong>tes. Ligeram<strong>en</strong>te m<strong>en</strong>os de la mitad —el 47,7 por ci<strong>en</strong>to— manifestóno desear t<strong>en</strong>er como compañero(a) a un indíg<strong>en</strong>a.Gráfico 6. Niveles de intolerancia <strong>en</strong>tre jóv<strong>en</strong>es mexicanos de bachilleratos públicos% de estudiantes que no le gustaríat<strong>en</strong>er como compañero <strong>en</strong> la escuela a:Fu<strong>en</strong>te: SEMS. Primera <strong>en</strong>cuesta nacional sobre exclusión, intolerancia y viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las escuelas públicas de EMS.Otro dato interesante, es que a primera impresión los jóv<strong>en</strong>es no están de acuerdocon los actos de viol<strong>en</strong>cia pero ejerc<strong>en</strong> conductas marcadam<strong>en</strong>te viol<strong>en</strong>tas <strong>en</strong> la realidad.A pregunta expresa, solo 16.3 por ci<strong>en</strong>to declara que “la viol<strong>en</strong>cia forma parte de lanaturaleza humana”, 13 por ci<strong>en</strong>to manifiesta que “los hombres les pegan a las mujerespor instinto”, 11 por ci<strong>en</strong>to opina que “cuando a una mujer la agrede su marido es porsu culpa” y 10 por ci<strong>en</strong>to cree que “es correcto golpear a algui<strong>en</strong> porque te of<strong>en</strong>dió”.Sin embargo, 40 por ci<strong>en</strong>to reporta haber agredido de alguna manera a sus compañerosde clase y alrededor de un 40 por ci<strong>en</strong>to m<strong>en</strong>ciona que ha sido agredido por sus pares.Pero probablem<strong>en</strong>te lo más preocupante es la información sobre el estado de ánimode la población de <strong>en</strong>tre 15 y 19 años de los bachilleratos públicos. El Gráfico 7 muestrala respuesta a una serie de preguntas sobre niveles de estrés y depresión <strong>en</strong>tre la poblaciónestudiantil. Un primer resultado sobresali<strong>en</strong>te es que, para el caso de todas las175


Miguel Székely Pardopreguntas, los porc<strong>en</strong>tajes de respuesta positiva son mucho más altos para las mujeresque para los hombres. Por ejemplo, ante la pregunta de si han s<strong>en</strong>tido que “no vale lap<strong>en</strong>a vivir”, 28,7 por ci<strong>en</strong>to de los hombres y 42,6 por ci<strong>en</strong>to de las mujeres contestanafirmativam<strong>en</strong>te; 28,9 y 46,4 por ci<strong>en</strong>to de hombres y mujeres, respectivam<strong>en</strong>te, hanvivido situaciones que “hac<strong>en</strong> desear dejar de existir”, 19 y 30,5 por ci<strong>en</strong>to, respectivam<strong>en</strong>te,ha p<strong>en</strong>sado que “vale más morir que vivir” y 8,5 por ci<strong>en</strong>to de los hombres y16,8 por ci<strong>en</strong>to de las mujeres han estado a punto de int<strong>en</strong>tar quitarse la vida. Más aun,11 por ci<strong>en</strong>to —es decir, una de cada diez— de mujeres manifiestan haberse hecho dañocon el fin de quitarse la vida.Gráfico 7. Porc<strong>en</strong>taje de estudiantes que ha s<strong>en</strong>tido, p<strong>en</strong>sado o hecho lo sigui<strong>en</strong>te:HombresMujeresFu<strong>en</strong>te: SEMS. Primera <strong>en</strong>cuesta nacional sobre exclusión, intolerancia y viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las escuelas públicas de EMS.Es importante <strong>en</strong>fatizar que estos últimos resultados correspond<strong>en</strong> a los jóv<strong>en</strong>es quetodavía se manti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> el sistema educativo y no a los NiNi. Una hipótesis plausible esque los mismos indicadores serían aun más extremos para los NiNi y que son algunos deestos problemas, y sobre todo su falta de at<strong>en</strong>ción, los que probablem<strong>en</strong>te los llevarona desertar de la escuela. La información <strong>en</strong> el Cuadro 2 y de los Gráficos 6 y 7 sugier<strong>en</strong>que los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la actualidad están expuestos a riesgos individuales considerables,que afectan su conducta y sus posibilidades de desarrollo.Factores familiares-comunitariosEstos factores se refier<strong>en</strong> a las interacciones personales con otros miembros de la familia—resid<strong>en</strong>te o no <strong>en</strong> el hogar— y con el <strong>en</strong>torno físico inmediato. La familia puede jugarun papel c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> proteger a los individuos contra riesgos externos pero tambiénpuede ser g<strong>en</strong>eradora de ellos cuando exist<strong>en</strong> prácticas de viol<strong>en</strong>cia, abuso, discriminacióno exclusión. La pobreza es un factor que se gesta <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o del hogar y que expone176


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinaa sus miembros a difer<strong>en</strong>tes riesgos. Por otra parte, los factores comunitarios ti<strong>en</strong><strong>en</strong>que ver con la calidad de los servicios de educación, salud, protección, infraestructuray seguridad que determinan el contexto <strong>en</strong> el que se des<strong>en</strong>vuelv<strong>en</strong> las personas. Laprecariedad o car<strong>en</strong>cia de ellos es un factor de riesgos <strong>en</strong> sí mismo y además puede serdetonante de la exposición a otras vulnerabilidades. Por ejemplo, el no contar con ofertade educación media superior a nivel local puede g<strong>en</strong>erar la necesidad de trasladoso de despr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to del hogar para poder acceder a un c<strong>en</strong>tro educativo o puede sercausal de deserción, exponi<strong>en</strong>do a los jóv<strong>en</strong>es a m<strong>en</strong>ores oportunidades.Sin duda, el elem<strong>en</strong>to más importante <strong>en</strong> este conjunto de factores es precisam<strong>en</strong>tela asist<strong>en</strong>cia a la escuela. Al ser una edad <strong>en</strong> la que todavía no se considera legal elrealizar trabajo remunerado <strong>en</strong> el mercado laboral y <strong>en</strong> la que el desarrollo personal,psicológico y físico se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> fase crítica, la etapa de los 15 a los 18 años es una<strong>en</strong> la que el acceso a un <strong>en</strong>torno de protección y desarrollo de capacidades puede reducirconsiderablem<strong>en</strong>te la prop<strong>en</strong>sión a riesgos.La característica distintiva de América Latina a este respecto es que se han logradograndes avances <strong>en</strong> cobertura de nivel básico. Ahora los grandes retos se <strong>en</strong>focan <strong>en</strong> lacalidad de la educación.El Gráfico 8 pres<strong>en</strong>ta las tasas de cobertura <strong>en</strong> primaria por país. Como puede observarse,<strong>en</strong> todos los casos, a excepción de Guatemala y Nicaragua, los países registrantasas superiores a 92 por ci<strong>en</strong>to y para 14 de los 18 países considerados, la tasa esigual o superior a 95 por ci<strong>en</strong>to. En el paso de la educación primaria al primer ciclo desecundaria se observa una caída importante. A nivel agregado, la cobertura cae a 65por ci<strong>en</strong>to —es decir, 1 de cada 3 jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre 12 y 15 años deserta— y como se muestra<strong>en</strong> el gráfico 9, exist<strong>en</strong> 7 países con tasas inferiores al promedio (Panamá, Paraguay,Ecuador, El Salvador, República Dominicana, Guatemala y Nicaragua).Gráfico 8. Tasa neta de asist<strong>en</strong>cia escolar por país <strong>en</strong> Educación Primaria% de coberturaFu<strong>en</strong>te: PNUD 2010.177


Miguel Székely PardoGráfico 9. Tasa de cobertura educativa <strong>en</strong> el nivel de Secundaria de primer cicloPromedio = 65%% de coberturaFu<strong>en</strong>te: UNESCO, 2010.Sin embargo, la mayor pérdida de matrícula de todo el sistema educativo se da precisam<strong>en</strong>tea las edades de 15 a 18 años, que correspond<strong>en</strong> a la educación media superior(Gráfico 10). En promedio, la cobertura cae a 33 por ci<strong>en</strong>to, es decir, dos de cadatres jóv<strong>en</strong>es sal<strong>en</strong> del sistema educativo <strong>en</strong> este nivel. Las caídas más importantes deobservan <strong>en</strong> V<strong>en</strong>ezuela (de 67 a 38 por ci<strong>en</strong>to), Paraguay (de 58 a 40 por ci<strong>en</strong>to), ElSalvador (55 a 34 por ci<strong>en</strong>to) y Honduras (de 50 a 17 por ci<strong>en</strong>to).Gráfico 10. Tasa de cobertura de la Educación Media Superior (15 a 18 años)Cobertura SecundariaCobertura Media% de coberturaFu<strong>en</strong>te: Cálculos propios a partir de <strong>en</strong>cuestas de hogares y datos poblacionales del Banco Mundial (World Developm<strong>en</strong>tIndicators, 2010).178


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaUna de las hipótesis es que la deserción está ligada a la reducida calidad y pertin<strong>en</strong>ciadel sistema educativo. Al llegar a edades <strong>en</strong> donde se cu<strong>en</strong>ta con mayor autonomía dedecisión <strong>en</strong> comparación con la niñez, la calidad puede ser un factor de expulsión paraqui<strong>en</strong> no id<strong>en</strong>tifica valor agregado del sistema educativo. El Gráfico 11 muestra los resultadosde la prueba internacional PISA, aplicada a alrededor de 60 países del mundo <strong>en</strong> elaño 2009 13 . La Prueba mide el grado de desarrollo de las compet<strong>en</strong>cias con que cu<strong>en</strong>tanlos jóv<strong>en</strong>es de 15 años <strong>en</strong> matemáticas, comunicación y compr<strong>en</strong>sión lectora y ci<strong>en</strong>cias, yse interpreta como una medida del nivel de calidad <strong>en</strong> los sistemas educativos.Gráfico 11. Resultados de la Prueba PISA 2009 <strong>en</strong> MatemáticasFu<strong>en</strong>te: OECD, 2010.El esc<strong>en</strong>ario que ofrece PISA <strong>en</strong> materia de calidad educativa es preocupante. El promedio<strong>en</strong> matemáticas para los 9 países de la región que participaron <strong>en</strong> el ejercicio es20% inferior al promedio g<strong>en</strong>eral, ubicándolos <strong>en</strong>tre los lugares 47 (Chile) y 64 (Perú)de un total de 66 14 . Pero el dato más destacado es la distancia exist<strong>en</strong>te con respecto a13PISA se refiere al Programme for International Stud<strong>en</strong>t Assesm<strong>en</strong>t, aplicada cada 3 años por la OCDE.14Los países con el m<strong>en</strong>or r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to son Perú y Panamá (lugares 64 y 63), seguidos por Arg<strong>en</strong>tina (59), Brasil(54), Colombia (53), Trinidad y Tobago (52), Uruguay (49), México (48) y Chile (45).179


Miguel Székely Pardopaíses como Corea y Taiwán, que hace solam<strong>en</strong>te 30 años se <strong>en</strong>contraban aún lejos delpaís promedio de LAC <strong>en</strong> términos de nivel educativo, pero que ahora muestran resultadossignificativam<strong>en</strong>te mejores. Si el país promedio de LAC mejorara <strong>en</strong> 34 puntos susresultados <strong>en</strong> matemáticas cada 6 años —que es el aum<strong>en</strong>to observado <strong>en</strong> México, elpaís con la mayor mejoría registrada <strong>en</strong>tre 2003 y 2009— le tomaría 24 años alcanzarel nivel que Corea pres<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> el 2009 15 .La prueba además permite clasificar a cada alumno <strong>en</strong> 4 niveles de acuerdo al desarrollode sus compet<strong>en</strong>cias y habilidades: nivel 1, que corresponde a aquellos qu<strong>en</strong>o cu<strong>en</strong>tan con capacidades para desarrollar actividades propias de la sociedad delconocimi<strong>en</strong>to ni para acceder a estudios superiores; nivel 2, con compet<strong>en</strong>cias mínimaspara participar efectiva y productivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la sociedad; nivel 3, con capacidad pararealizar actividades cognitivas complejas, aunque no con un nivel óptimo y nivel 4, <strong>en</strong>el que se clasifican aquellos que desarrollan actividades de alta complejidad cognitiva,ci<strong>en</strong>tífica o de otra naturaleza. El Gráfico 12 compara el porc<strong>en</strong>taje de alumnos <strong>en</strong> cadanivel para el promedio de los 9 países latinoamericanos participantes y el país promediode la OCDE. Mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> América Latina, prácticam<strong>en</strong>te la mitad de la poblaciónse <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el nivel 1 <strong>en</strong> las 3 disciplinas analizadas, <strong>en</strong> la OCDE los porc<strong>en</strong>tajesson inferiores a 22 por ci<strong>en</strong>to <strong>en</strong> todos los casos. En el extremo opuesto, mi<strong>en</strong>tras que<strong>en</strong> los países de la OCDE el porc<strong>en</strong>taje <strong>en</strong> nivel 4 es mayor a 28 por ci<strong>en</strong>to —alcanzandoincluso niveles de 32 por ci<strong>en</strong>to <strong>en</strong> matemáticas— <strong>en</strong> América Latina no llegan a másde 7 por ci<strong>en</strong>to.Gráfico 12. Porc<strong>en</strong>taje de alumnos <strong>en</strong> cada nivel de logro de acuerdo a la PruebaPISA 2009Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 415Otro punto de refer<strong>en</strong>cia importante es la prueba TIMSS de matemáticas para el año 2007, que muestra que Colombiay El Salvador, que son los dos países participantes <strong>en</strong> la región, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran por debajo de la mayoría delos 48 países que aplicaron la prueba, llegando a los lugares 40 y 45, respectivam<strong>en</strong>te.180


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaEsto refleja que el sistema educativo, incluso para los que permanec<strong>en</strong> <strong>en</strong> él, cu<strong>en</strong>tacon <strong>en</strong>ormes limitaciones para dotar a los jóv<strong>en</strong>es de la región con una base mínimapara funcionar adecuadam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la sociedad del conocimi<strong>en</strong>to. Probablem<strong>en</strong>te despuésde observar estas cifras —que reflejan <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida la obsolesc<strong>en</strong>cia de lamayoría de los sistemas educativos de la región— sorpr<strong>en</strong>de m<strong>en</strong>os el hecho de queexistan los niveles de deserción reportados anteriorm<strong>en</strong>te.En suma, existe evid<strong>en</strong>cia de que los factores familiares-comunitarios y, específicam<strong>en</strong>tesu expresión <strong>en</strong> términos de las oportunidades y de la calidad educativa, limitanlas posibilidades de desarrollo de los jóv<strong>en</strong>es de 15 a 18 años. La educación normalm<strong>en</strong>teha sido considerada como el vehículo de movilidad social por excel<strong>en</strong>cia pero losrezagos que pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> la actualidad —particularm<strong>en</strong>te la educación media superior—parecería haberse convertido <strong>en</strong> un “cuello de botella” para el progreso y <strong>en</strong> una fu<strong>en</strong>tede crecimi<strong>en</strong>to del grupo NiNi.Factores g<strong>en</strong>erales (macro)El tercer grupo de factores se refiere al contexto y las instituciones que afectan de algunamanera a los individuos, pero que a difer<strong>en</strong>cia de la familia y la comunidad inmediata,se caracterizan por no t<strong>en</strong>er un contacto directo. Incluy<strong>en</strong> factores que además,g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, no pued<strong>en</strong> ser afectados o modificados por el esfuerzo individual y setoman como externos y como elem<strong>en</strong>tos dados. Entre ellos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran las condicionesmacroeconómicas, la desigualdad, las leyes, los patrones culturales, etc.Exist<strong>en</strong>, por ejemplo, un bu<strong>en</strong> número de estudios reci<strong>en</strong>tes que docum<strong>en</strong>tan losefectos de crisis económicas sobre las tasas de deserción escolar. Algunos ejemplos sonPatel (2009), Singh et al. (2009), M<strong>en</strong>doza (2009), Ramesh (2009), Mehrotra (2009),Keane (2009), Friedman y Levinsohn (2002) y Shang y Wu (2003). Cuando la deserciónse combina con falta de oportunidades <strong>en</strong> el mercado laboral, es mayor la probabilidadde que surjan y crezcan los grupos NiNi, que aunque pued<strong>en</strong> aparecer <strong>en</strong> principio pormotivos coyunturales, pued<strong>en</strong> irse acumulando a lo largo del tiempo y permanecer antela falta de mecanismos para reinsertar a los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> el sistema educativo.El Gráfico 13 muestra alguna evid<strong>en</strong>cia al respecto. Como es bi<strong>en</strong> sabido, las tasasde desempleo <strong>en</strong>tre la población de m<strong>en</strong>or edad g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te son superiores a las deotros grupos poblacionales. Lo que destaca <strong>en</strong> los datos más reci<strong>en</strong>tes pres<strong>en</strong>tados <strong>en</strong>el gráfico son los elevados niveles. Mi<strong>en</strong>tras que para la población económicam<strong>en</strong>te activa(PEA) de la región las tasas de desempleo abierto <strong>en</strong> el 2009 eran de 8,2 por ci<strong>en</strong>to,para el grupo <strong>en</strong>tre 18 y 25 años alcanzó un 22 por ci<strong>en</strong>to. En países como Uruguay,República Dominicana, Brasil, Arg<strong>en</strong>tina, Colombia y Chile alcanzan niveles mayores al30 por ci<strong>en</strong>to. Solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Honduras y Guatemala se registran tasas similares a las dela PEA de la región.181


Miguel Székely PardoGráfico 13. Tasa de desempleo juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> América LatinaPromedio de Tasade Desempleo Juv<strong>en</strong>il = 22%DesempleoPromedio Total = 8,2%Fu<strong>en</strong>te: CEPAL, 2010.El f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de elevado desempleo, conjuntado con la elevada deserción escolarque inicia a los 15 años y con efectos coyunturales de inestabilidad económica han sidosin duda importantes fu<strong>en</strong>tes de “combustible” para el crecimi<strong>en</strong>to del grupo de losNiNi <strong>en</strong> la región.Un elem<strong>en</strong>to adicional a nivel macro que abona al elevado número de NiNi es que,como se com<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> la introducción, América Latina está pasando por una transicióndemográfica <strong>en</strong> la que el grupo poblacional de mayor crecimi<strong>en</strong>to es precisam<strong>en</strong>te elde 15 a 18 años. El gráfico 14 pres<strong>en</strong>ta las tasas de crecimi<strong>en</strong>to de este sector. Comopuede observarse, mi<strong>en</strong>tras que la tasa de crecimi<strong>en</strong>to promedio del grupo es de 11,5por ci<strong>en</strong>to por década, la tasa de crecimi<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eral de la población ap<strong>en</strong>as alcanzael 9 por ci<strong>en</strong>to. En países como Guatemala, Bolivia, Honduras y el Salvador las tasassuperan el 19 por ci<strong>en</strong>to, lo cual agrega presión tanto al sistema educativo como a losmercados laborales.182


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaGráfico 14. Tasa de crecimi<strong>en</strong>to poblacional del grupo de 15 a 18 años por paísTasa de crecimi<strong>en</strong>toFu<strong>en</strong>te: CEPAL, 2010.En suma, <strong>en</strong> esta sección hemos mostrado evid<strong>en</strong>cia sobre los distintos factores quepued<strong>en</strong> incidir <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>eración y ampliación del grupo de los NiNi <strong>en</strong> América Latinay los cuales pued<strong>en</strong> explicar, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> alguna medida, su magnitud hacia finalesde la primera década del siglo XXI. Exist<strong>en</strong> factores individuales <strong>en</strong>tre los cuales se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la exposición a las adicciones, la inseguridad, el embarazo precoz e inclusoproblemas agudos de depresión, intolerancia y viol<strong>en</strong>cia. Por otra parte, <strong>en</strong>tre los factoresfamiliares y de comunidad destaca preponderantem<strong>en</strong>te la deserción escolar quese da justo <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el que el <strong>en</strong>contrarse <strong>en</strong> un <strong>en</strong>torno que promueva el desarrollom<strong>en</strong>tal, físico y emocional puede ser más crítico. Esto se combina con factoresg<strong>en</strong>erales como la falta de oportunidades <strong>en</strong> el mercado laboral, el elevado crecimi<strong>en</strong>todemográfico del grupo <strong>en</strong>tre 15 y 18 años y la inestabilidad económica que implican quelas alternativas para los jóv<strong>en</strong>es que dej<strong>en</strong> la escuela se <strong>en</strong>sanchan considerablem<strong>en</strong>te,dejando pocas opciones para un desarrollo sano y productivo. Estos factores van dejandouna secuela de jóv<strong>en</strong>es con pocas alternativas y bajas expectativas de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia einserción <strong>en</strong> la sociedad.183


Miguel Székely Pardo3. Aproximaciones para una discusión de alternativas de política¿Cómo abordar el creci<strong>en</strong>te riesgo social que implica el grupo de NiNi? Una opciónpara ord<strong>en</strong>ar la discusión es p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> la combinación del ciclo de evolución personaly el de interv<strong>en</strong>ciones de política pública como dos procesos acumulativos. Del ladodel individuo, el proceso acumulativo es el ciclo de vida desde la etapa pr<strong>en</strong>atal, lainfancia, la juv<strong>en</strong>tud, la adultez y que culmina <strong>en</strong> la la vejez. En cada una de estas etapas,las necesidades y las oportunidades de desarrollo se van modificando y, con esto,también va cambiando la relevancia de distintos tipos de interv<strong>en</strong>ciones o apoyos. Elhecho de que el proceso sea acumulativo implica que car<strong>en</strong>cias o defici<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> unaetapa ti<strong>en</strong><strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cias para las posteriores. Por ejemplo, una nutrición defici<strong>en</strong>te<strong>en</strong> la etapa pr<strong>en</strong>atal o <strong>en</strong> los primeros meses de vida puede causar daños neurológicoso psicomotores que serán irreversibles y que, <strong>en</strong>tre otros efectos, pued<strong>en</strong> dificultar losapr<strong>en</strong>dizajes futuros o incluso la productividad laboral. De igual manera, una educacióndefici<strong>en</strong>te durante la niñez g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te reduce las probabilidades de continuar <strong>en</strong> elsistema educativo durante la juv<strong>en</strong>tud o puede inhibir el desarrollo de habilidades ycapacidades que son necesarias <strong>en</strong> el mundo laboral. En la misma línea, una transicióndefici<strong>en</strong>te del sector educativo al laboral puede marcar el resto de la trayectoria profesionalde un individuo. Es decir, una defici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las etapas tempranas de desarrollopuede irse acumulando con defici<strong>en</strong>cias sucesivas que implicarán creci<strong>en</strong>tes restriccionesque se harán evid<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el futuro mediante expresiones diversas.En el mismo s<strong>en</strong>tido, para que una política pública pueda incidir de manera estructural<strong>en</strong> las oportunidades y opciones durante la juv<strong>en</strong>tud deberá de combinarse <strong>en</strong> unasecu<strong>en</strong>cia que permita at<strong>en</strong>der las necesidades propias de cada etapa previa (<strong>en</strong>foquede prev<strong>en</strong>ción), al mismo tiempo que d<strong>en</strong> lugar a comp<strong>en</strong>sar defici<strong>en</strong>cias que se expresanposteriorm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> una edad determinada (<strong>en</strong>foque de reacción). En la medida <strong>en</strong>que las medidas de prev<strong>en</strong>ción t<strong>en</strong>gan éxito, la necesidad y costo de instrum<strong>en</strong>tos dereacción será m<strong>en</strong>or. Sigui<strong>en</strong>do el argum<strong>en</strong>to de la sección anterior, las tres dim<strong>en</strong>siones<strong>en</strong> las que el <strong>en</strong>torno y las políticas públicas pued<strong>en</strong> incidir <strong>en</strong> la prev<strong>en</strong>ción delos riesgos que alim<strong>en</strong>tan el crecimi<strong>en</strong>to de los grupos NiNi, pued<strong>en</strong> ser individuales,familiares-comunitarias o g<strong>en</strong>erales.En línea con el ciclo de vida, durante la etapa pr<strong>en</strong>atal la prioridad la constituy<strong>en</strong>los mecanismos de protección de la salud y la nutrición. Durante la infancia, ademásde los mecanismos de protección, es necesario garantizar la posibilidad de desarrollarcapacidades. Durante la juv<strong>en</strong>tud, aunado a los mecanismos de protección y de desarrollode capacidades, se requiere la g<strong>en</strong>eración de opciones para utilizar las capacidadesde manera productiva, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> la edad adulta un elem<strong>en</strong>to complem<strong>en</strong>tarioadicional es la posibilidad de g<strong>en</strong>erar un patrimonio a partir de las capacidades y oportunidadesanteriores. Finalm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> la etapa de la vejez será posible contar con otrosmecanismos de protección distintos como la garantía de un flujo de ingresos para cubrirlas necesidades es<strong>en</strong>ciales, siempre y cuando se haya contado <strong>en</strong> las etapas previas conprotección, capacidades, opciones y patrimonio.El Diagrama 1 resume este concepto organizador. En el eje horizontal se expresande manera g<strong>en</strong>érica las prioridades y objetivos de política, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> el vertical184


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinase indica la etapa del ciclo de vida para la que son más relevantes. Dado el foco de estedocum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la población NiNi, los elem<strong>en</strong>tos c<strong>en</strong>trales son aquellos que van de la etapapr<strong>en</strong>atal a la de juv<strong>en</strong>tud, aunque las consecu<strong>en</strong>cias de no at<strong>en</strong>derlos, se observarándurante la edad adulta y la vejez. En este marco, una política de at<strong>en</strong>ción al significativotamaño del grupo NiNi t<strong>en</strong>dría que adoptar un <strong>en</strong>foque integral, que incluiría accionesde prev<strong>en</strong>ción —por medio de interv<strong>en</strong>ciones <strong>en</strong> las etapas previas del ciclo de vida— yde reacción —para hacer fr<strong>en</strong>te a problemas que se pres<strong>en</strong>tan a partir de los 15 años, <strong>en</strong>las tres dim<strong>en</strong>siones (individual, familiar-comunitaria y g<strong>en</strong>eral).Diagrama 1. Objetivos de programas y políticasProtección Capacidades Oportunidades Patrimonio ProtecciónPr<strong>en</strong>atalnacer seguroInfanciaprotección <strong>en</strong> lainfanciacreación decapacidadesJuv<strong>en</strong>tudproteccióncontra riesgosampliación decapacidadesprimeras oportunidadesAdultezprotección(laboral)capacidades <strong>en</strong>el trabajog<strong>en</strong>eración deingresoscreación depatrimonioVejezprotección <strong>en</strong>saluddisminución decapacidadesuso del tiempouso depatrimonioprotección parael retiroEn este marco, las acciones de protección toman un matiz prev<strong>en</strong>tivo cuando seintroduc<strong>en</strong> durante la etapa pr<strong>en</strong>atal, la niñez y la juv<strong>en</strong>tud, con la int<strong>en</strong>ción de evitarsituaciones de riesgo pero también pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er un s<strong>en</strong>tido de reacción cuandomediante mecanismos de protección se trata de aminorar el impacto —o evitarlo— desituaciones de riesgo que ya se han manifestado (segunda columna <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido vertical).En el caso de los NiNi, las primeras de estas acciones t<strong>en</strong>derían a evitar el crecimi<strong>en</strong>too la pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia al grupo mi<strong>en</strong>tras que las segundas int<strong>en</strong>tarían reducir sus efectos.En el caso de las acciones de desarrollo de capacidades, el asegurar la asist<strong>en</strong>ciaescolar y la pertin<strong>en</strong>cia de los servicios educativos desde la niñez es probablem<strong>en</strong>te elmejor mecanismo de prev<strong>en</strong>ción. Incluso <strong>en</strong> situaciones de deserción escolar durante lajuv<strong>en</strong>tud, el haber contado con una educación de calidad <strong>en</strong> los años anteriores aum<strong>en</strong>tala probabilidad de acceder a opciones productivas aun cuando no se haya concluidoel ciclo educativo <strong>en</strong> su totalidad (tercera columna <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido vertical). Por otra parte,las acciones de reinserción académica para el grupo de 15 a 18 años se clasificaríand<strong>en</strong>tro del grupo de interv<strong>en</strong>ciones de reacción para evitar la perman<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> gruposcomo los NiNi.Las opciones de uso productivo de las capacidades pued<strong>en</strong> dividirse <strong>en</strong> dos grandesrubros: las que ofrec<strong>en</strong> opciones <strong>en</strong> el mercado laboral —empleo remunerado— y lasque promuev<strong>en</strong> el autoempleo o el empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to de una actividad productiva indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te.Las acciones de prev<strong>en</strong>ción correspond<strong>en</strong> a la g<strong>en</strong>eración de opciones para185


Miguel Székely Pardoun tránsito fluido de la escuela al trabajo —<strong>en</strong> cualquiera de sus modalidades— parareducir el riesgo de ingresar a las filas de los NiNi al concluir los estudios. Los <strong>en</strong>foquesreactivos son aquellos que int<strong>en</strong>tan atraer a jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> los grupos NiNi por medio de lareinserción laboral o la g<strong>en</strong>eración de actividad productiva.Un jov<strong>en</strong> que pert<strong>en</strong>ece a los NiNi y que transita las edades de 15 a 18 años g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>tecu<strong>en</strong>ta con pocas probabilidades de acceder a actividades económicas quele permitan acumular un patrimonio y formar una red de protección para la vejez. Poresto, los NiNi no son solam<strong>en</strong>te un foco de riesgo actual, sino que repres<strong>en</strong>tan un grupode presión social futuro, que <strong>en</strong> el contexto de una población más madura con el grupode mayores de 65 años <strong>en</strong> crecimi<strong>en</strong>to puede significar una carga significativa para lospaíses de la región.Cunningham et al. (2008) pres<strong>en</strong>tan una estimación de algunos de los costos asociadosa los grupos de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> mayor estado de vulnerabilidad <strong>en</strong> América Latina,incluy<strong>en</strong>do preponderantem<strong>en</strong>te a los NiNi, la cual da una idea aproximada del valorque ti<strong>en</strong>e la prev<strong>en</strong>ción del crecimi<strong>en</strong>to de este grupo. Los autores clasifican a los costos<strong>en</strong> 4 tipos: (i) gasto público gubernam<strong>en</strong>tal para at<strong>en</strong>der a los jóv<strong>en</strong>es cuando yase <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> estado de riesgo; (ii) costo de oportunidad social derivado del m<strong>en</strong>orcapital humano acumulado por estos grupos y que incide <strong>en</strong> una m<strong>en</strong>or productividad;(iii) gasto privado destinado a <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar las consecu<strong>en</strong>cias del comportami<strong>en</strong>to deriesgo, incluy<strong>en</strong>do servicios de salud, rehabilitación, etc. y (iv) costo de oportunidadindividual, incluy<strong>en</strong>do los sueldos y salarios que se dejan de percibir por no participar<strong>en</strong> la actividad económica. De acuerdo a sus cálculos, los costos promedio para el grupode jóv<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes al cohorte de 15 a 19 años a inicios del pres<strong>en</strong>te siglo paralos rubros (i) y (iii), derivados de su exclusión social, asci<strong>en</strong>de a un valor acumuladoequival<strong>en</strong>te al 13 por ci<strong>en</strong>to del PIB de la región. Lo anterior, a su vez, equivale a una reducciónpromedio <strong>en</strong> la tasa de crecimi<strong>en</strong>to de la economía de alrededor de 0,16 puntosporc<strong>en</strong>tuales del PIB durante los sigui<strong>en</strong>tes 35 años de edad productiva 16 .Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, dado el número que han alcanzado los NiNi <strong>en</strong> América Latina, es necesariocombinar acciones correctivas <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te, con otras prev<strong>en</strong>tivas que t<strong>en</strong>dránefecto durante los años por v<strong>en</strong>ir. Inevitablem<strong>en</strong>te cualquiera de estas acciones requierede la inversión de recursos. Las acciones prev<strong>en</strong>tivas serán g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te más eficacesy efici<strong>en</strong>tes que las correctivas; pero el mayor costo de todos los posibles es no at<strong>en</strong>derel problema, g<strong>en</strong>erando riesgos creci<strong>en</strong>tes para el futuro. En la sigui<strong>en</strong>te sección discutimosalgunas alternativas de política pública para avanzar hacia la construcción de unaat<strong>en</strong>ción integral de prev<strong>en</strong>ción y at<strong>en</strong>ción a los NiNi, e id<strong>en</strong>tificamos algunos elem<strong>en</strong>tosque se requier<strong>en</strong> para dotar a dicho <strong>en</strong>foque de la institucionalidad necesaria.16El costo total prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de los cuatro rubros es de 25 por ci<strong>en</strong>to del PIB, equival<strong>en</strong>te a una tasa de crecimi<strong>en</strong>tom<strong>en</strong>or <strong>en</strong> 0.35 puntos anuales. Prácticam<strong>en</strong>te tres cuartas partes de este costo global provi<strong>en</strong>e de los rubros (i)y (ii) de gasto público gubernam<strong>en</strong>tal adicional y del costo de oportunidad social (con 10 y 8,7 puntos del PIB,respectivam<strong>en</strong>te). El resto se adjudica a los dos compon<strong>en</strong>tes restantes <strong>en</strong> proporciones similares.186


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latina4. ¿Cómo incluir y como g<strong>en</strong>erar oportunidades para los nini?Sigui<strong>en</strong>do el Diagrama 1, una política integral que inhiba el crecimi<strong>en</strong>to de los NiNi y almismo tiempo ati<strong>en</strong>da a los individuos pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes actualm<strong>en</strong>te a este grupo, incluiríatres dim<strong>en</strong>siones: (i) el ciclo de vida de las personas —es decir, la at<strong>en</strong>ción desdelas etapas pr<strong>en</strong>atal y la niñez—; (ii) la secu<strong>en</strong>cia adecuada de políticas de protección,ampliación de capacidades y g<strong>en</strong>eración de opciones productivas y (iii) la consideraciónde factores individuales, familiares-comunitarios y g<strong>en</strong>erales. Aunque apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>teobvia, la anterior afirmación es pertin<strong>en</strong>te dada la falta de estructura, estrategiay priorización a lo largo de la región de las políticas de at<strong>en</strong>ción específicam<strong>en</strong>te paralos NiNi y, de hecho, la afirmación aplicaría a muchos países para el caso de la políticag<strong>en</strong>eral de at<strong>en</strong>ción a jóv<strong>en</strong>es.Para el desarrollo del pres<strong>en</strong>te docum<strong>en</strong>to realizamos una búsqueda <strong>en</strong> medios electrónicosy docum<strong>en</strong>tales sobre programas de at<strong>en</strong>ción a los NiNi <strong>en</strong> América Latina. Laprimera conclusión de dicha búsqueda es que el número de programas expresam<strong>en</strong>tededicados a la at<strong>en</strong>ción de los NiNi es todavía reducido. El Cuadro A1 <strong>en</strong> el Anexo (página204) incluye algunos ejemplos de acciones gubernam<strong>en</strong>tales, acciones de organismosno gubernam<strong>en</strong>tales y de acciones conjuntas a lo largo de la región 17 . Destacan porejemplo los programas de “Seguridad Ciudadana” <strong>en</strong> Nicaragua, el de “Mano Amiga” <strong>en</strong>Panamá y el de “Deportes de Media Noche” <strong>en</strong> Brasil, todos de carácter público y ori<strong>en</strong>tadostanto a la at<strong>en</strong>ción como a la reinserción de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> actividades académicaso productivas. En El Salvador y Honduras destacan algunas iniciativas no gubernam<strong>en</strong>talescomo los Programas de “Reinserción y Prev<strong>en</strong>ción” y “At<strong>en</strong>ción Integral a Jóv<strong>en</strong>esAsociados <strong>en</strong> Pandillas”, respectivam<strong>en</strong>te. Una de las asociaciones público-privadasque destaca es el programa “Colibrí” <strong>en</strong> Perú, <strong>en</strong>focado a la rehabilitación de jóv<strong>en</strong>es.El Cuadro A2 (página 204) pres<strong>en</strong>ta algunos programas adicionales <strong>en</strong>focados a larehabilitación y reinserción, principalm<strong>en</strong>te de jóv<strong>en</strong>es NiNi pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a pandillas.Destacan los de “Mano Amiga” y “Rehabilitación de Pandilleros” <strong>en</strong> El Salvador, el “C<strong>en</strong>trode Prev<strong>en</strong>ción a la <strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong>” <strong>en</strong> Nicaragua, los de “Alianza Jov<strong>en</strong> USAID” y “Asociaciónpara el Delito” <strong>en</strong> Guatemala, el “Programa de Inserción <strong>Social</strong>” <strong>en</strong> Panamá y el“Desafío 100” <strong>en</strong> Honduras. La mayor parte de estos esfuerzos provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de organismosno gubernam<strong>en</strong>tales.De nuestra revisión derivamos seis conclusiones adicionales. La primera es que lamayoría de los programas id<strong>en</strong>tificados cu<strong>en</strong>ta con poca continuidad y experi<strong>en</strong>cia. Lasacciones de at<strong>en</strong>ción a los NiNi ya sean públicas, privadas o <strong>en</strong> asociación ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a sercoyunturales y, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, por la escasez de recursos económicos no permanec<strong>en</strong> <strong>en</strong>el tiempo. La segunda es que la docum<strong>en</strong>tación disponible (id<strong>en</strong>tificada por separado<strong>en</strong> la bibliografía) incluye <strong>en</strong> la mayor parte de los casos información extremadam<strong>en</strong>-17Existe evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te un número ext<strong>en</strong>so de programas de at<strong>en</strong>ción a la juv<strong>en</strong>tud <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. Sin embargo,exist<strong>en</strong> pocos esfuerzos dedicados expresam<strong>en</strong>te a at<strong>en</strong>der a los NiNi o a evitar la incorporación de jóv<strong>en</strong>es a estegrupo. Aquí nos referimos exclusivam<strong>en</strong>te a los programas de at<strong>en</strong>ción y prev<strong>en</strong>ción expresam<strong>en</strong>te vinculados conlos NiNi.187


Miguel Székely Pardote escueta e incompleta sobre la problemática que la acción pret<strong>en</strong>de at<strong>en</strong>der. No sepres<strong>en</strong>tan diagnósticos detallados ni evid<strong>en</strong>cia sobre las causas de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a losNiNi ni de su magnitud o perfil. La tercera es que si bi<strong>en</strong> los esfuerzos son loables,g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se trata de aproximaciones individuales puntuales (y comúnm<strong>en</strong>te dispersas)desligadas de esfuerzos y estrategias de política <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido más amplio. Lacuarta característica es el impacto y cobertura reducidos <strong>en</strong> la mayoría de los casos. Losejemplos citados <strong>en</strong> el anexo son algunos de los casos para los que existe informaciónsistematizada, e incluso <strong>en</strong> estos se trata de acciones que cubr<strong>en</strong> a algunas dec<strong>en</strong>as ocuando más a un c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ar de jóv<strong>en</strong>es, con impacto total incierto. La quinta es la escasezde evaluaciones que d<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta del efecto de las interv<strong>en</strong>ciones y más aun, que permitancomparar la efectividad de distintos mecanismos.Finalm<strong>en</strong>te, la sexta conclusión es la escasa institucionalidad de los programas públicosque id<strong>en</strong>tificamos. En el caso de las iniciativas no gubernam<strong>en</strong>tales, las interv<strong>en</strong>cionesti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a estar más estructuradas pero su accionar también se da <strong>en</strong> un marcode aus<strong>en</strong>cia de institucionalidad y de relación formal con el sector público. En bu<strong>en</strong>amedida, esto es reflejo del hecho de que los temas de juv<strong>en</strong>tud, y más aun de los gruposNiNi, son trasversales a varios sectores del gobierno. Esto conduce a una situación <strong>en</strong>donde la responsabilidad es de todos pero a final de cu<strong>en</strong>tas no es de nadie <strong>en</strong> particular,<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido estricto.Quizá el mayor reto para la instrum<strong>en</strong>tación de una política integral e integrada deat<strong>en</strong>ción a los grupos NiNi es el contar con un marco institucional de coordinación quepermita la combinación y secu<strong>en</strong>ciación apropiada de distintas interv<strong>en</strong>ciones. En AméricaLatina, así como <strong>en</strong> otras regiones del mundo, la forma de organización del aparatogubernam<strong>en</strong>tal propicia acciones sectoriales de manera indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te que rara vezpued<strong>en</strong> armonizarse para at<strong>en</strong>der adecuadam<strong>en</strong>te un problema trasversal.Lo que resta de esta sección está organizada <strong>en</strong> tres apartados. El primero discuteel tipo de programas y acciones que podrían incluirse <strong>en</strong> el marco de organización delDiagrama 1. El segundo hace refer<strong>en</strong>cia detallada a tres elem<strong>en</strong>tos c<strong>en</strong>trales de cualquierpolítica de at<strong>en</strong>ción al grupo NiNi, incluy<strong>en</strong>do las interv<strong>en</strong>ciones tempranas, lareforma educativa y los programas de transición de la escuela al trabajo. El tercero se<strong>en</strong>foca <strong>en</strong> los aspectos de institucionalidad que son necesarios para articular dichasacciones <strong>en</strong> una política integral y de largo plazo, con el pot<strong>en</strong>cial de at<strong>en</strong>der a la poblaciónNiNi de manera estructural.Programas y acciones para at<strong>en</strong>der a los NiNiEn la literatura reci<strong>en</strong>te destacan varios estudios que abordan el tema de riesgos <strong>en</strong>la juv<strong>en</strong>tud y que constituy<strong>en</strong> un bu<strong>en</strong> punto de refer<strong>en</strong>cia para la discusión sobre lasmejores opciones para hacer fr<strong>en</strong>te a los riesgos y las problemáticas que alim<strong>en</strong>tan lacreación, el crecimi<strong>en</strong>to y la perman<strong>en</strong>cia de los NiNi <strong>en</strong> América Latina. Algunos deellos son reportes institucionales como el de CEPAL (2004a, 2004b) y el Banco Mundial(2006) que pres<strong>en</strong>tan amplios diagnósticos y apuntan de manera g<strong>en</strong>eral a los grandestemas de la ag<strong>en</strong>da de juv<strong>en</strong>tud.188


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaUno de los estudios más sistemáticos y específicam<strong>en</strong>te c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> la id<strong>en</strong>tificaciónde respuestas de política pública es el de Cunningham et al. (2008), que propone unconjunto de herrami<strong>en</strong>tas que llaman “indisp<strong>en</strong>sables” para una at<strong>en</strong>ción adecuada aeste grupo de edad. Id<strong>en</strong>tifica una serie de programas “prometedores” y expone ejemplosde acciones específicas que ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a impactar positivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las condicionesde vida de la juv<strong>en</strong>tud.D<strong>en</strong>tro del grupo de seis políticas “indisp<strong>en</strong>sables” propone tres tipos de interv<strong>en</strong>ciones<strong>en</strong>focadas <strong>en</strong> la prev<strong>en</strong>ción, incluy<strong>en</strong>do a las interv<strong>en</strong>ciones tempranas focalizadasa niñas y niños de hogares pobres, acciones para aum<strong>en</strong>tar el número de jóv<strong>en</strong>esque culminan la educación secundaria y la provisión de materiales y cont<strong>en</strong>idoseducativos e información sobre prev<strong>en</strong>ción de riesgos a los niños y jóv<strong>en</strong>es que aún se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> el sistema educativo. Como medidas de reacción sugiere la provisión deat<strong>en</strong>ción médica accesible y adaptada a las necesidades de la juv<strong>en</strong>tud, el uso de losmedios de comunicación para informar sobre la manera de hacerle fr<strong>en</strong>te a riesgos y deobt<strong>en</strong>er at<strong>en</strong>ción a problemas comunes a este grupo de edad y la asesoría a los padrespara una mejor at<strong>en</strong>ción a la problemática juv<strong>en</strong>il, incluy<strong>en</strong>do asesoría a jóv<strong>en</strong>es quese conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> padres <strong>en</strong> edades tempranas.Los nueve programas “prometedores” se <strong>en</strong>focan sobre todo a la reinserción de jóv<strong>en</strong>esque ya han incurrido <strong>en</strong> situaciones de riesgo y han sido afectados por ellas.Incluy<strong>en</strong> los sistemas de nivelación académica para la reinserción <strong>en</strong> el sistema educativo,la capacitación para el trabajo, los inc<strong>en</strong>tivos monetarios para culminar la educaciónsecundaria, los programas de apoyo <strong>en</strong> horarios ext<strong>en</strong>didos <strong>en</strong> las escuelas, losprogramas de apoyo a jóv<strong>en</strong>es con problemas, las tutorías, los servicios de empleo, lacapacitación <strong>en</strong> habilidades g<strong>en</strong>éricas y los programas de autoempleo.D<strong>en</strong>tro de los siete tipos de acciones con impacto positivo <strong>en</strong> la juv<strong>en</strong>tud se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tranlas inversiones <strong>en</strong> mejorami<strong>en</strong>to de la infraestructura comunitaria, la prohibicióno reglam<strong>en</strong>tación de portación y uso de armas de fuego, las restricciones a la v<strong>en</strong>tade bebidas alcohólicas, el facilitar el acceso a anticonceptivos, el uso de los mediosde comunicación para promover una cultura de no viol<strong>en</strong>cia, el fortalecimi<strong>en</strong>to de lossistemas judiciales para el tratami<strong>en</strong>to y rehabilitación de jóv<strong>en</strong>es y el registro de personassin id<strong>en</strong>tidad jurídica 18 .Otro estudio que pres<strong>en</strong>ta una visión g<strong>en</strong>eral de las alternativas de políticas públicaspara at<strong>en</strong>der a las jóv<strong>en</strong>es y a los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> riesgo a lo largo de la región es Hop<strong>en</strong>hayn(2008). En este caso las alternativas exploradas se c<strong>en</strong>tran por un lado <strong>en</strong> la educacióny, <strong>en</strong> particular, <strong>en</strong> la ampliación de la cobertura educativa y <strong>en</strong> un elem<strong>en</strong>to novedosoque ti<strong>en</strong>e que ver con el uso de la tecnología y la conectividad para incluir a los jóv<strong>en</strong>esy hacerlos partícipes de las soluciones a sus problemas. Por otro lado, se exploranalternativas para facilitar la transición de los jóv<strong>en</strong>es hacia el mundo laboral, haci<strong>en</strong>doénfasis <strong>en</strong> la restricción de oportunidades que ellos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> la actualidad. Ademásse plantea la necesidad de incidir <strong>en</strong> el <strong>en</strong>torno familiar, <strong>en</strong> donde una inadecuadaat<strong>en</strong>ción e incluso las prácticas culturales mismas de exclusión —por ejemplo, por gé-18La misma propuesta se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> Cunningham et al. (2008), aunque <strong>en</strong> este caso complem<strong>en</strong>tada con un marcoconceptual y un diagnóstico g<strong>en</strong>eral de la situación de la juv<strong>en</strong>tud <strong>en</strong> América Latina y el Caribe.189


Miguel Székely Pardonero— pued<strong>en</strong> g<strong>en</strong>erar situaciones de exclusión y riesgo. Finalm<strong>en</strong>te, esta investigaciónhace énfasis <strong>en</strong> los aspectos institucionales necesarios para la instrum<strong>en</strong>tación de unapolítica integral de juv<strong>en</strong>tud, tema que retomamos un poco más adelante.En un trabajo reci<strong>en</strong>te, Rodríguez (2010) pres<strong>en</strong>ta una revisión sobre los programasy acciones actualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> operación <strong>en</strong> la región, incluy<strong>en</strong>do los de educación,capacitación, viol<strong>en</strong>cia y salud, además de pres<strong>en</strong>tar un análisis sobre la incid<strong>en</strong>ciade los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>tos y participación ciudadana. Se refiere a algunos esfuerzosde at<strong>en</strong>ción a jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> estado de mayor vulnerabilidad y explora algunas de lasdificultades <strong>en</strong> la instrum<strong>en</strong>tación de políticas amplias de at<strong>en</strong>ción, ejemplificando experi<strong>en</strong>ciasreci<strong>en</strong>tes de apar<strong>en</strong>te éxito. También destaca la falta de institucionalidady de presupuestos para at<strong>en</strong>der de manera adecuada el tema de la juv<strong>en</strong>tud como unapolítica pública de Estado.Para el caso del Caribe, Cunningham y Correia (2003) realizan un diagnóstico exhaustivode las especificidades de los grupos de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> los países de esta región ypres<strong>en</strong>tan una lista de siete tipos de política para hacer fr<strong>en</strong>te a su problemática, incluy<strong>en</strong>dolas reformas educativas, el mejorami<strong>en</strong>to de los servicios de salud, los programasde tutorías, la asesoría legal, el uso de los medios de comunicación para promoverprácticas seguras, el trabajo con familias, y especialm<strong>en</strong>te con padres para asegurarque cu<strong>en</strong>tan con elem<strong>en</strong>tos para reducir riesgos g<strong>en</strong>erados d<strong>en</strong>tro del hogar, y el fortalecimi<strong>en</strong>tode las acciones comunitarias de protección a los adolesc<strong>en</strong>tes.Los anteriores son todos <strong>en</strong>foques “positivos” que propon<strong>en</strong> at<strong>en</strong>der la situación deriesgo mediantes acciones de prev<strong>en</strong>ción, de reinserción o reducción de riesgos. Exist<strong>en</strong><strong>en</strong>foques alternativos, m<strong>en</strong>os comunes y que pued<strong>en</strong> clasificarse como “negativos”ya que se conc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> la p<strong>en</strong>alización y persecución de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> actividades delictivaso de riesgo. El aum<strong>en</strong>to de cond<strong>en</strong>as <strong>en</strong> el sistema judicial y la reclasificación dedelitos (hacia s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias más graves) son dos ejemplos. Si bi<strong>en</strong> hay ocasiones <strong>en</strong> queeste tipo de medidas son necesarias y adecuadas, existe cada vez mayor cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong>que los <strong>en</strong>foques positivos que privilegian la prev<strong>en</strong>ción y la rehabilitación-inserciónson más costo-efectivos y ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a registrar mayores tasas de éxito.El Diagrama 2 organiza las propuestas m<strong>en</strong>cionadas anteriorm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> el esquemadel diagrama 1. Bajo este esquema, una política integral que incluyera políticas de prev<strong>en</strong>cióny de reacción a la problemática de los grupos NiNi <strong>en</strong> América Latina, incluiríaal m<strong>en</strong>os los sigui<strong>en</strong>tes tres grandes elem<strong>en</strong>tos, <strong>en</strong> una secu<strong>en</strong>cia adecuada:1. Políticas de protección:a. Protección <strong>en</strong> la etapa pr<strong>en</strong>atal mediante acciones de nutrición, salud maternay capacitación a padres para asegurar mejores prácticas de cuidado y prev<strong>en</strong>ción(factores individuales).b. Protección durante la niñez mediante servicios de salud adecuados y prácticasde sanidad d<strong>en</strong>tro del hogar (factores individuales y familiares-comunitarios).c. Protección durante la juv<strong>en</strong>tud con servicios de salud aptos (“trajes a la medida”)para las necesidades de los jóv<strong>en</strong>es, servicios de apoyo para fom<strong>en</strong>tarprácticas sexuales seguras, asesoría a padres para una mejor at<strong>en</strong>ción a los jóv<strong>en</strong>esd<strong>en</strong>tro del hogar, servicios de contracepción accesibles, información sobre190


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinariesgos y adicciones tanto <strong>en</strong> la escuela como mediante los medios de comunicacióny la introducción de normas y reglas efectivas para regular el consumo desustancias adictivas y para reducir la incid<strong>en</strong>cia de portación de armas (factoresfamiliares-comunitarios).2. Políticas de ampliación de capacidades:a. Capacidades <strong>en</strong> la niñez mediante interv<strong>en</strong>ciones educativas tempranas, fom<strong>en</strong>tode la asist<strong>en</strong>cia escolar, oferta de servicios educativos sufici<strong>en</strong>tes y decalidad y ret<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> la educación secundaria (factores individuales y familiarescomunitarios).b. Desarrollo de capacidades a partir de los 15 años por medio de mayor coberturade Educación Media, la introducción de inc<strong>en</strong>tivos a la perman<strong>en</strong>cia escolar, asegurami<strong>en</strong>tode una mayor pertin<strong>en</strong>cia del modelo educativo, programas de tutorías,servicios educativos para necesidades especiales, producción de materiales y cont<strong>en</strong>idoseducativos de prev<strong>en</strong>ción, esquemas de nivelación académica para la reinserciónal sistema educativo y promoción del uso de la tecnología y conectividadpara la integración social (factores familiares-comunitarios y g<strong>en</strong>erales).3. Políticas de g<strong>en</strong>eración de opciones:a. Apertura de oportunidades durante la juv<strong>en</strong>tud por medio de la id<strong>en</strong>tificaciónde opciones de empleo, iniciativas de autoempleo, capacitación para empr<strong>en</strong>der(proyectos productivos), capacitación para el trabajo, pasantías, y provisión deid<strong>en</strong>tidad jurídica (factores familiares-comunitarios y factores g<strong>en</strong>erales).Diagrama 2. Organización de programas y políticasProtección Capacidades Oportunidades Patrimonio ProtecciónPr<strong>en</strong>atal1. Nutrición2. Capacitacióna padres3. Salud maternaInfancia1. Servicios de saludpara la niñez2. Prácticas de sanidadd<strong>en</strong>tro del hogar1. Interv<strong>en</strong>ciones tempranas2. Asist<strong>en</strong>cia escolar3. Graduación y perman<strong>en</strong>cia<strong>en</strong> Educación SecundariaJuv<strong>en</strong>tud1. Servicios de saludaptos para jóv<strong>en</strong>es2. Salud y prácticassexuales seguras3. Asesoría a padres4. Servicios decontracepción5. Información sobreriesgos (adicciones)6. Normas y reglas parareducir consumo y portaciónde armas1. Cobertura de EducaciónMedia2. Inc<strong>en</strong>tivos a la perman<strong>en</strong>ciaescolar3. Pertin<strong>en</strong>cia del modeloeducativo4. Tutorías5. Servicios educativos paranecesidades especiales6. Materiales y cont<strong>en</strong>idoseducativos de prev<strong>en</strong>ción7. Nivelación académica8. Tecnología y conectividad1. Opciones deempleo2. Opciones de autoempleo3. Capacitación paraempr<strong>en</strong>der (proyectosproductivos)4. Capacitación parael trabajo5. Pasantías6. Id<strong>en</strong>tidad jurídica191


Miguel Székely PardoAdicionalm<strong>en</strong>te, exist<strong>en</strong> al m<strong>en</strong>os tres tipos de acciones transversales complem<strong>en</strong>tariasa las arriba <strong>en</strong>unciadas y que pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> al grupo de factores g<strong>en</strong>erales. La primeraes la infraestructura comunitaria para hacer posible la dotación de servicios ypara garantizar un <strong>en</strong>torno de seguridad. La segunda ti<strong>en</strong>e que ver con la difusión —posiblem<strong>en</strong>te<strong>en</strong> medios de comunicación— sobre mejores prácticas, riesgos y <strong>en</strong>foquesde at<strong>en</strong>ción a la problemática de la juv<strong>en</strong>tud. La tercera se refiere al <strong>en</strong>torno económicoy, prioritariam<strong>en</strong>te, a la capacidad de cada economía para g<strong>en</strong>erar oportunidades dedesarrollo laboral, empresarial o individual que permitan <strong>en</strong>cauzar la iniciativa, tal<strong>en</strong>toy voluntad de aquellos que han decidido optar por una actividad productiva.Interv<strong>en</strong>ciones tempranas, educación e inserción <strong>en</strong> el mercado laboralD<strong>en</strong>tro de las acciones m<strong>en</strong>cionadas <strong>en</strong> el Diagrama 2, exist<strong>en</strong> al m<strong>en</strong>os tres que vale lap<strong>en</strong>a discutir a mayor profundidad. Las primeras son las interv<strong>en</strong>ciones tempranas, queg<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te han sido las m<strong>en</strong>os estudiadas y promovidas d<strong>en</strong>tro de las ag<strong>en</strong>das depolíticas públicas para jóv<strong>en</strong>es. La segunda ti<strong>en</strong>e que ver con la pertin<strong>en</strong>cia educativa,y que por su papel estratégico requiere de una profundización mayor. La tercera son lasopciones laborales <strong>en</strong> donde actualm<strong>en</strong>te existe una controversia importante sobre losdistintos <strong>en</strong>foques a adoptar.Paradójicam<strong>en</strong>te, a pesar de que existe evid<strong>en</strong>cia amplia sobre el impacto del desarrollocognitivo temprano sobre el r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to académico futuro, exist<strong>en</strong> relativam<strong>en</strong>tepocos esfuerzos <strong>en</strong> la región para sistematizar su aplicación. La literatura sobrela importancia de las interv<strong>en</strong>ciones tempranas es amplia y contund<strong>en</strong>te. Por ejemplo,Grantham-McGregor y Cornelius (1999) y Schady (2007) pres<strong>en</strong>tan datos estadísticossólidos sobre la relación <strong>en</strong>tre las capacidades registradas por los niños a los 5 años<strong>en</strong> términos de vocabulario, memorización e integración visual y el nivel de las mismascapacidades observadas después a los 7 y 8 años <strong>en</strong> Brasil, Guatemala, Ecuador y Jamaica.Es decir, una defici<strong>en</strong>cia observada ya a los 5 años, sin la at<strong>en</strong>ción adecuada, implicaprobabilidades significativam<strong>en</strong>te elevadas de observar las mismas defici<strong>en</strong>cias,o mayores, <strong>en</strong> mom<strong>en</strong>tos posteriores del ciclo de vida. De igual manera, Case y Paxon(2008) han mostrado que exám<strong>en</strong>es de aptitudes aplicados <strong>en</strong> edades tempranas llegana explicar hasta un 30 por ci<strong>en</strong>to de la variación <strong>en</strong> la capacidad de g<strong>en</strong>eración deingresos de las personas <strong>en</strong> las edades productivas de los 33 a los 42 años. Asimismo,Paxon y Schady (2007) utilizan datos de Ecuador para mostrar que el nacer <strong>en</strong> una familia<strong>en</strong> condiciones socioeconómicas desfavorables sin la posibilidad de acceso a apoyosde at<strong>en</strong>ción temprana, ti<strong>en</strong>e consecu<strong>en</strong>cias que el propio sistema educativo es incapazde revertir por sí mismo años después.En un conjunto amplio de estudios reci<strong>en</strong>tes, el premio Nobel James Heckman y unconjunto de coautores han dejado clara la importancia de las políticas públicas queincid<strong>en</strong> <strong>en</strong> g<strong>en</strong>erar un <strong>en</strong>torno de seguridad y protección <strong>en</strong> el que los individuos puedancrecer y desarrollarse y participar de una juv<strong>en</strong>tud sana y productiva 19 . Sigui<strong>en</strong>do19Véase Cunha y Heckman (2007), Cunha et al. (2006), Heckman (2006a, 2006b, 2006c), Heckman (2007) yHeckman (2008a).192


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinasus argum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido positivo, el invertir <strong>en</strong> edades tempranas permite increm<strong>en</strong>tarconsiderablem<strong>en</strong>te los apr<strong>en</strong>dizajes, la productividad y la sociabilidad <strong>en</strong> elfuturo ya que durante el proceso de maduración cerebral el apr<strong>en</strong>dizaje y las conexionesneuronales que conlleva promuev<strong>en</strong> el balance químico <strong>en</strong> el cerebro humano queda lugar a apr<strong>en</strong>dizajes sucesivos por medio de nuevas interconexiones <strong>en</strong> donde laprecondición para acceder a un nivel mayor y más complejo de razonami<strong>en</strong>to estátotalm<strong>en</strong>te condicionado al paso por niveles previos. No es posible acceder a determinadosniveles si antes no se han desarrollado capacidades básicas. El desarrollar estetipo de interconexiones <strong>en</strong> edades tempranas, posibilita la probabilidad de sinapsis<strong>en</strong> el futuro. Por otra parte, car<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> nutrición, educación, salud o un <strong>en</strong>torno deviol<strong>en</strong>cia y precariedad llevan a patrones de personalidad vulnerables y más prop<strong>en</strong>sosa actividades delictivas, a dificultades de apr<strong>en</strong>dizaje, a la viol<strong>en</strong>cia, a prop<strong>en</strong>siónhacia la depresión y a m<strong>en</strong>or capacidad para interactuar con otros y ser partícipes dela sociedad, precisam<strong>en</strong>te por un m<strong>en</strong>or desarrollo cerebral. Entre la serie de estudiosreferidos, el artículo de Knuds<strong>en</strong> et al. (2006) es particularm<strong>en</strong>te elocu<strong>en</strong>te <strong>en</strong>demostrar que, para ampliar las oportunidades y posibilidades de las g<strong>en</strong>eracionesfuturas, el mecanismo más efici<strong>en</strong>te y poderoso es garantizar un ambi<strong>en</strong>te de armoníay seguridad durante los primeros años de vida. En suma, la evid<strong>en</strong>cia indica que am<strong>en</strong>or desarrollo temprano, m<strong>en</strong>ores opciones de desarrollo profesional <strong>en</strong> el mercadolaboral y m<strong>en</strong>or éxito <strong>en</strong> la trayectoria académica, es decir, mayor probabilidad depert<strong>en</strong>ecer al grupo NiNi.Dada la solidez de los resultados sobre este tema, la pregunta obvia es: ¿por quéno se han priorizado las políticas de at<strong>en</strong>ción temprana a lo largo de la región? Unarespuesta plausible es que con el surgimi<strong>en</strong>to de nuevas problemáticas como la pert<strong>en</strong><strong>en</strong>ciay creci<strong>en</strong>tes riesgos que implica el grupo NiNi la primera reacción desde laspolíticas públicas g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te es la de at<strong>en</strong>der la expresión inmediata, visible y contemporáneade la problemática, dejando para un segundo mom<strong>en</strong>to las acciones deprev<strong>en</strong>ción. Sin embargo, es común que dichas acciones de prev<strong>en</strong>ción pas<strong>en</strong> a un segundoplano y no se conviertan <strong>en</strong> prioridad de política por la urg<strong>en</strong>cia de at<strong>en</strong>der losefectos de corto plazo que se observan <strong>en</strong> el día a día. América Latina está aún a tiempode combinar las acciones de at<strong>en</strong>ción (reacción) con medidas de prev<strong>en</strong>ción, pero parahacerlo es necesario introducir y sistematizar acciones estratégicas de largo alcance<strong>en</strong> rubros como cuidado infantil, estimulación temprana, la masificación del acceso amicronutri<strong>en</strong>tes, la dotación de suplem<strong>en</strong>tos alim<strong>en</strong>ticios y la garantía de servicios desalud adecuados. Este tipo de acciones t<strong>en</strong>drá efectos positivos de corto plazo y muyprobablem<strong>en</strong>te constituy<strong>en</strong> la mejor política para evitar el crecimi<strong>en</strong>to y la incid<strong>en</strong>ciade grupos como los NiNi <strong>en</strong> los sigui<strong>en</strong>tes años.Un segundo tema estratégico a analizar con mayor detalle son las transformacionesque se requier<strong>en</strong> <strong>en</strong> el sistema educativo para hacerle fr<strong>en</strong>te a la problemática de losNiNi. La literatura reci<strong>en</strong>te deja pocas dudas sobre el hecho de que la educación constituyeuna inversión estratégica para el desarrollo a nivel personal y de país. Análisiscomo los de Hanushek y Woessman (2007) y OECD (2010a), concluy<strong>en</strong> que <strong>en</strong>tre mejores la calidad de los recursos humanos de un país, mayor crecimi<strong>en</strong>to económico y mayorpot<strong>en</strong>cial de desarrollo. Estiman, por ejemplo, que mejorar la calidad de los recursos193


Miguel Székely Pardohumanos incluso de manera modesta —<strong>en</strong> alrededor de 5% <strong>en</strong> 20 años 20 — <strong>en</strong> los paísespert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a la OCDE para la g<strong>en</strong>eración nacida <strong>en</strong> el año 2010, ti<strong>en</strong>e el pot<strong>en</strong>cialde g<strong>en</strong>erar un crecimi<strong>en</strong>to económico adicional acumulado durante la vida de dichag<strong>en</strong>eración 25% superior al que se observaría sin el increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la calidad. Estudioscomplem<strong>en</strong>tarios que incluy<strong>en</strong> series de tiempo y conjuntos de países más ext<strong>en</strong>sos,confirman los efectos positivos y significativos sobre el crecimi<strong>en</strong>to de mejorar las habilidadescognitivas de la población —incluy<strong>en</strong>do por ejemplo la estimación de que unmejorami<strong>en</strong>to de alrededor de 10% <strong>en</strong> la calidad de los recursos humanos repres<strong>en</strong>taun increm<strong>en</strong>to perman<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la tasa de crecimi<strong>en</strong>to del Producto Interno Bruto de0,87% (véase Hanushek y Woessmann, 2007).Dado el efecto positivo de la educación sobre el desarrollo de los países y sobre las posibilidadesde desarrollo profesional a nivel individual y familiar, sorpr<strong>en</strong>de el hecho deque las mayores tasas de deserción se d<strong>en</strong> precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to del ciclo de vida<strong>en</strong> donde la educación puede hacer una mayor difer<strong>en</strong>cia (véase la evid<strong>en</strong>cia de la sección2). Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, los motivos económicos son una causa importante de la deserciónpero otra causa de creci<strong>en</strong>te importancia es la falta de pertin<strong>en</strong>cia, la obsolesc<strong>en</strong>cia y loanacrónicos que son los modelos educativos aún prevaleci<strong>en</strong>tes a lo largo de la región.Exist<strong>en</strong> múltiples análisis sobre los determinantes de la oferta educativa que vandesde el tamaño idóneo de los grupos, la infraestructura, el equipami<strong>en</strong>to, los cont<strong>en</strong>idosdidácticos, la tecnología, los recursos humanos hasta los sistemas de controlescolar 21 . Las pruebas internacionales como PISA reflejan la obsolesc<strong>en</strong>cia de los modeloseducativos tradicionales. Estos modelos, que prevalecieron a lo largo del sigloXX e incluso <strong>en</strong> el siglo XXI <strong>en</strong> la región, se han caracterizado por ser <strong>en</strong>ciclopedistas yc<strong>en</strong>trados <strong>en</strong> la memorización, cuando el mundo está evolucionando hacia modelos c<strong>en</strong>trados<strong>en</strong> el apr<strong>en</strong>dizaje, <strong>en</strong> los que el conocimi<strong>en</strong>to se transmite a través del desarrollode compet<strong>en</strong>cias y habilidades 22 .20El ejercicio se realiza simulando el impacto de mejorar los resultados de la prueba PISA <strong>en</strong> 25 puntos <strong>en</strong> lospaíses <strong>en</strong> los que se lleva a cabo la evaluación. Esto repres<strong>en</strong>ta alrededor del 5% del valor promedio de 496 puntos<strong>en</strong> comunicación, 498 puntos <strong>en</strong> matemáticas y 500 puntos <strong>en</strong> ci<strong>en</strong>cia.21Existe una amplia literatura sobre algunos de estos temas. Véase, por ejemplo, los análisis de la importancia de lacalidad de los doc<strong>en</strong>tes y otros aspectos <strong>en</strong> Sanders y Rivers (1996), Jordan et al. (1997), Rivkin et al. (2005), Jung(2005), OECD (2005) o Hanushek et al. (2005), Hanushek y Woessman (2007) <strong>en</strong>tre muchos otros. Véase Barber yMourshed (2008) para una revisión más amplia de los determinantes de la calidad.22La definición parte de un <strong>en</strong>foque de compet<strong>en</strong>cias que considera que los conocimi<strong>en</strong>tos por sí mismos no son lomás importante sino el uso que se hace de ellos <strong>en</strong> situaciones específicas de la vida personal, social y profesional.De este modo, las compet<strong>en</strong>cias requier<strong>en</strong> una base sólida de conocimi<strong>en</strong>tos y ciertas habilidades, los cuales seintegran para un mismo propósito <strong>en</strong> un determinado contexto. Los planes de estudio que adoptan el <strong>en</strong>foque <strong>en</strong>compet<strong>en</strong>cias no implican el dejar de <strong>en</strong>fatizar la adquisición de conocimi<strong>en</strong>tos, sino que se <strong>en</strong>focan <strong>en</strong> su importanciacomo un recurso fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> la formación de los estudiantes y <strong>en</strong> su uso práctico para desarrollarse <strong>en</strong>el <strong>en</strong>torno. Perr<strong>en</strong>oud (2004) define compet<strong>en</strong>cias como “la capacidad de movilizar recursos cognitivos para hacerfr<strong>en</strong>te a diversas situaciones”. Considera que las compet<strong>en</strong>cias “no son <strong>en</strong> sí mismas conocimi<strong>en</strong>tos, habilidades oactitudes, aunque movilizan, integran, y orquestan tales recursos”, y que “el ejercicio de la compet<strong>en</strong>cia pasa poroperaciones m<strong>en</strong>tales complejas, sost<strong>en</strong>idas por esquemas de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, los cuales permit<strong>en</strong> determinar (más om<strong>en</strong>os de un modo consci<strong>en</strong>te y rápido) y realizar (más o m<strong>en</strong>os de un modo eficaz) una acción relativam<strong>en</strong>te adaptadaa la situación”. Véase UNESCO (2003) para una discusión y resum<strong>en</strong> sobre las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias históricas <strong>en</strong> los<strong>en</strong>foques educativos y para poner <strong>en</strong> contexto la discusión sobre los modelos educativos basados <strong>en</strong> compet<strong>en</strong>cias.194


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América LatinaEn el siglo XXI, un sistema educativo de calidad es aquel que ti<strong>en</strong>e éxito <strong>en</strong> garantizarque sus alumnos culmin<strong>en</strong> su etapa educativa habi<strong>en</strong>do desarrollado las aptitudesy compet<strong>en</strong>cias correspondi<strong>en</strong>tes, incluy<strong>en</strong>do las compet<strong>en</strong>cias ciudadanas necesariaspara la consolidación de la democracia. Si los jóv<strong>en</strong>es del siglo XXI se confrontan conun sistema educativo obsoleto que no guarda correspond<strong>en</strong>cia con sus necesidades ycon su realidad cotidiana, el valor de la educación será m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de no serrelevante para asegurar desarrollos profesionales exitosos o, incluso, para promoverun desarrollo humano <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido más amplio. En este contexto, la deserción puedeinterpretarse como una decisión racional para evitar el uso del tiempo <strong>en</strong> actividadesque apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te no repres<strong>en</strong>tan una alternativa de valor para el futuro. La relevanciade esta decisión es estratégica, ya que además de incidir <strong>en</strong> sus posibilidades futuras,la deserción escolar puede t<strong>en</strong>er un grave efecto sobre la construcción de ciudadanía ysobre la cohesión social 23 .Esto sugiere que el reto educativo <strong>en</strong> el contexto de la población NiNi no se limitaa la ampliación de la oferta de espacios educativos. Es necesaria una transformación yreforma profunda que reori<strong>en</strong>te al sistema educativo hacia apr<strong>en</strong>dizajes y desarrollosque sean relevantes para los jóv<strong>en</strong>es del actual siglo 24 . Se requiere una reconversión delos doc<strong>en</strong>tes para que cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con la capacidad de evolucionar de un modelo c<strong>en</strong>trado<strong>en</strong> el maestro a uno c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> el alumno, se requier<strong>en</strong> nuevos materiales educativos,nuevos diseños instruccionales, la incorporación de la tecnología a la educación, lamodernización de la gestión escolar, nuevos mecanismos de evaluación y un mayoracercami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre la escuela y el mundo productivo. Este paquete de transformacionesrequiere de esfuerzos presupuestales considerables y de la voluntad política para modernizaral sistema educativo incluso trastocando intereses e inercias prevaleci<strong>en</strong>tesdurante años. El costo de no llevarlos a cabo es cond<strong>en</strong>ar a los sistemas educativos a sercreci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te anacrónicos con respecto a las necesidades de los jóv<strong>en</strong>es, lo que t<strong>en</strong>deráa manifestarse <strong>en</strong> una creci<strong>en</strong>te deserción y, por lo tanto, <strong>en</strong> mayores inc<strong>en</strong>tivos ala población juv<strong>en</strong>il a sumarse a grupos como los NiNi.Otro conjunto de transformaciones <strong>en</strong> el sistema educativo ti<strong>en</strong>e que ver con la incorporaciónde servicios y acompañami<strong>en</strong>to para evitar la deserción por causas distintasa la calidad educativa. En la medida que los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong> una respuesta yapoyo a sus necesidades y problemáticas, la deserción será vista como una alternativam<strong>en</strong>os atractiva. Es necesario estructurar y profesionalizar este tipo de servicios, especialm<strong>en</strong>te<strong>en</strong> la Educación Media.Un tercer tema de especial interés es el de la g<strong>en</strong>eración de oportunidades para losjóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> el mercado laboral. El interés radica <strong>en</strong> que, bajo el argum<strong>en</strong>to de que losaltos niveles de desempleo juv<strong>en</strong>il respond<strong>en</strong> a la restricción de oportunidades paraestos grupos de edad, la reacción de un bu<strong>en</strong> número de países ha sido el subsidiarla inserción laboral —por ejemplo, condonando impuestos a la contratación de trabajadoresde m<strong>en</strong>or edad— o incluso subsidiando la g<strong>en</strong>eración de opciones de autoem-23Hop<strong>en</strong>hayn (2008) aborda este importante tema a mayor detalle.24Véase Schwartzman y Cox (2009) para la discusión a mayor detalle.195


Miguel Székely Pardopleo. Algunos estudios reci<strong>en</strong>tes, incluy<strong>en</strong>do los de Cunningham y Bustos (2011) y Cunningham(2009), argum<strong>en</strong>tan que este tipo de interv<strong>en</strong>ciones no son adecuadas, ya quepart<strong>en</strong> de un diagnóstico equivocado de los motivos del desempleo juv<strong>en</strong>il. De acuerdoa los análisis de estos autores —con datos para Arg<strong>en</strong>tina, Chile, Brasil y México—, elmotivo del elevado desempleo juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la región es que a edades tempranas los jóv<strong>en</strong>esno cu<strong>en</strong>tan con sufici<strong>en</strong>te información sobre las opciones del mercado laboral quecorrespond<strong>en</strong> a sus intereses, por lo que inician largas búsquedas mediante el “<strong>en</strong>sayoy error” hasta <strong>en</strong>contrar opciones productivas que se ajustan a sus necesidades. Segúnlos autores, durante el período de búsqueda se pued<strong>en</strong> registrar lapsos prolongados dedesempleo ligados a la búsqueda de opciones acordes a los intereses de cada uno, y nonecesariam<strong>en</strong>te a la falta de opciones. Incluso, los resultados de estos autores sugier<strong>en</strong>que el tránsito del desempleo al mercado laboral informal g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te refleja el hechode que <strong>en</strong> el empleo informal se pued<strong>en</strong> adquirir experi<strong>en</strong>cia y <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to a bajocosto, que posteriorm<strong>en</strong>te son de utilidad <strong>en</strong> el mercado formal. Una vez insertos <strong>en</strong> elmercado formal <strong>en</strong> un sector o empleo de su interés, los jóv<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a permanecer,sin sumarse a las filas del desempleo por períodos largos.La conclusión <strong>en</strong> términos del diseño de políticas públicas es que, más que subsidiarla contratación de empleos <strong>en</strong> el sector formal, se requier<strong>en</strong> políticas de pasantías quepermitan a los jóv<strong>en</strong>es explorar distintas opciones, de la sistematización y facilitaciónde acceso a información sobre distintas alternativas y de una mejor capacitación medianteprogramas públicos que reduzcan el costo del <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de recursos humanosd<strong>en</strong>tro de las empresas 25 .El reto de la institucionalidadFinalm<strong>en</strong>te, una de las conclusiones c<strong>en</strong>trales de nuestra revisión de los escasos programase interv<strong>en</strong>ciones específicam<strong>en</strong>te diseñados para at<strong>en</strong>der a la población NiNi <strong>en</strong>América Latina, es su falta de institucionalidad, continuidad y sistematización. Sigui<strong>en</strong>doa Székely (2008), una política institucional es aquella que emana de un acuerdopolítico y social de at<strong>en</strong>der un problema específico, que establece objetivos y metasclaras y cu<strong>en</strong>ta con instrum<strong>en</strong>tos para evaluar su consecución, que establece obligacionesy derechos específicos para cada uno de los actores relevantes y que cu<strong>en</strong>ta conla definición de normas y reglas de comportami<strong>en</strong>to. Un elem<strong>en</strong>to indisp<strong>en</strong>sable es laasignación clara y explícita de responsabilidades para at<strong>en</strong>der el tema <strong>en</strong> cuestión.Estas características garantizan de alguna manera que la política cu<strong>en</strong>te con tresatribuciones altam<strong>en</strong>te deseables y complem<strong>en</strong>tarias <strong>en</strong>tre sí: continuidad, efici<strong>en</strong>cia yeficacia. Por ejemplo, <strong>en</strong> el caso de las políticas de juv<strong>en</strong>tud o las <strong>en</strong>focadas a at<strong>en</strong>dera los NiNi, la creación de instituciones que conllevan a la continuidad <strong>en</strong> el compromisodel Estado g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te hace más viable el planteami<strong>en</strong>to y la consecución de obje-25También existe una amplia literatura analizando los motivos por los que ti<strong>en</strong>de a haber un déficit <strong>en</strong> la oferta deprogramas de <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to y capacitación tanto públicos como privados. Algunos trabajos con una panorámicag<strong>en</strong>eral al respecto son Kluve et al. (2010) y Almeida y Cho (2010).196


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinativos de largo plazo, lo que a su vez increm<strong>en</strong>ta la probabilidad de atacar el problemade raíz.Por otro lado, al contar con la delimitación clara de obligaciones de los actores relevantesse promueve la efici<strong>en</strong>cia al evitar posibles aus<strong>en</strong>cias o duplicaciones de accionesy programas por parte de los mismos o incluso la total falta de at<strong>en</strong>ción a gruposespecíficos de la población. En cuanto a la eficacia, el establecimi<strong>en</strong>to de normas yprocedimi<strong>en</strong>to diseñados adecuadam<strong>en</strong>te g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te redunda <strong>en</strong> mayores impactosde la actividad correspondi<strong>en</strong>te. Esto, aunado a la exist<strong>en</strong>cia de procedimi<strong>en</strong>tos deevaluación de las acciones, provee los elem<strong>en</strong>tos para el mejorami<strong>en</strong>to continuo de losinstrum<strong>en</strong>tos de política y para la r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas a la ciudadanía acerca del gradode cumplimi<strong>en</strong>to de los objetivos planteados.Para contar con cada una de estas cuatro características pued<strong>en</strong> utilizarse distintosinstrum<strong>en</strong>tos, esquemas y herrami<strong>en</strong>tas. Székely (2008) propone diez elem<strong>en</strong>tos específicosque pued<strong>en</strong> utilizarse como refer<strong>en</strong>cia para el pres<strong>en</strong>te análisis 26 . Cada uno deestos elem<strong>en</strong>tos puede interpretarse como un indicio o “síntoma” que permite dilucidar<strong>en</strong> alguna medida el grado de institucionalidad prevaleci<strong>en</strong>te. El decálogo incluye:1. La exist<strong>en</strong>cia de una instancia del más alto nivel (como, por ejemplo, un ministerio)cuyo principal mandato y responsabilidad explícita sea at<strong>en</strong>der la problemática<strong>en</strong> cuestión (la juv<strong>en</strong>tud <strong>en</strong> riesgo o a los NiNi).2. El establecimi<strong>en</strong>to de objetivos concretos <strong>en</strong> un plan o programa nacional.3. La definición y adopción de indicadores de evaluación del cumplimi<strong>en</strong>to deobjetivos.4. Un marco jurídico estableci<strong>en</strong>do responsabilidades, facultades y atribucionespor actor.5. Un presupuesto para ejercer facultades.6. Definición de mecanismos explícitos de coordinación intra y <strong>en</strong>tre órd<strong>en</strong>es degobierno.7. Una contraloría social e instancias de participación y at<strong>en</strong>ción ciudadana.8. La exist<strong>en</strong>cia de reglas de operación para los programas y acciones.9. La construcción y disponibilidad de padrones de b<strong>en</strong>eficiarios.10. Un marco jurídico para reglam<strong>en</strong>tar el comportami<strong>en</strong>to y conducta de funcionarios.26En el marco de la discusión sobre la institucionalidad de la política social <strong>en</strong> América Latina, otra refer<strong>en</strong>ciarelevante es Machinea (2005), qui<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>ta un análisis sobre la construcción de instituciones para una mejorciudadanía social. Otra propuesta de interés es la de Braun y Vélez (2004), qui<strong>en</strong>es propon<strong>en</strong> que una políticasocial institucionalizada se caracteriza por: (i) la exist<strong>en</strong>cia de una estrategia de largo plazo, (ii) la continuidad deactores, (iii) la exist<strong>en</strong>cia de espacios de coordinación, (iv) el desarrollo de capacidad técnica, (v) la exist<strong>en</strong>cia demecanismos de recolección y análisis de información confiable, y (vi) la participación de actores sociales.197


Miguel Székely PardoSigui<strong>en</strong>do este análisis, un país cuya política cont<strong>en</strong>ga estos elem<strong>en</strong>tos, podría considerarsecomo un caso <strong>en</strong> donde la at<strong>en</strong>ción a la población jov<strong>en</strong>, incluy<strong>en</strong>do a los quese <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> situación de riesgo, y a los NiNi, se ha institucionalizado. Para nuestrospropósitos nos conc<strong>en</strong>traremos únicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el primero de estos diez elem<strong>en</strong>tos,ya que su consecución es condición para contar con la mayoría de los otros.Este primer elem<strong>en</strong>to es un síntoma indisp<strong>en</strong>sable de la exist<strong>en</strong>cia de un acuerdopolítico para at<strong>en</strong>der prioritariam<strong>en</strong>te un tema como un compromiso de Estado, ya queal crear un ministerio o secretaría se asume explícitam<strong>en</strong>te una responsabilidad qu<strong>en</strong>o necesariam<strong>en</strong>te está delimitada por un horizonte de tiempo y que es indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tede coyunturas políticas de corto plazo. La creación de una instancia del más alto rangoque vele por el cumplimi<strong>en</strong>to del mandato de at<strong>en</strong>der a un grupo poblacional —<strong>en</strong> estecaso los jóv<strong>en</strong>es— con especial prioridad, es quizá la manifestación más clara de compromisodada la estructura política de los países de América Latina 27 . Este tipo de instanciaspuede instaurarse a nivel federal, estatal o municipal, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do del tipo deorganización política del país, y su impacto dep<strong>en</strong>derá <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida de la claridady amplitud de su mandato legal.La creación de un ministerio o secretaría requiere de, al m<strong>en</strong>os, dos acciones porparte del Estado. La primera es la instauración formal mediante una adecuación (o creación)de la ley que rige la estructura del gobierno, <strong>en</strong> la que se especifique la exist<strong>en</strong>ciade la institución y se establezca su mandato. La segunda es la asignación de un presupuestopara cubrir tanto los costos operativos del personal que se requiere, como elfinanciami<strong>en</strong>to de las acciones de política pública. La fortaleza de este tipo de institucionesdep<strong>en</strong>de precisam<strong>en</strong>te de la relevancia de su mandato y del nivel de presupuestoasignado relativo a las de otros ministerios o secretarías. Otros dos aspectos críticosson el perfil de los integrantes de la institución y su capacidad para ejecutar acciones.Una institución con recursos humanos limitados (<strong>en</strong> calidad y cantidad), <strong>en</strong> dondeel personal carece de experi<strong>en</strong>cia y conocimi<strong>en</strong>to de sus funciones, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te t<strong>en</strong>drám<strong>en</strong>or solidez y capacidad de continuidad. Al contrario, cuando una institución seconforma por actores con capacidad técnica y con memoria histórica adquirida <strong>en</strong> lamisma instancia —incluy<strong>en</strong>do el conocimi<strong>en</strong>to específico sobre la problemática de lajuv<strong>en</strong>tud, las facultades de la institución, sus responsabilidades y los procedimi<strong>en</strong>tosinstitucionales— contará con una mayor capacidad ger<strong>en</strong>cial y de gestión.Un instrum<strong>en</strong>to de alta eficacia para garantizar la continuidad y la calidad de losrecursos humanos es el establecimi<strong>en</strong>to de un “servicio civil”, es decir, un conjunto d<strong>en</strong>ormas y procedimi<strong>en</strong>tos para ingresar, progresar y egresar de las instituciones públi-27Es importante notar que una limitación de <strong>en</strong>focarnos solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la exist<strong>en</strong>cia de un ministerio, es que esposible que la no exist<strong>en</strong>cia de una <strong>en</strong>tidad de este tipo, responda a que el gobierno cu<strong>en</strong>ta con una visión transversale integral sobre la at<strong>en</strong>ción a los jóv<strong>en</strong>es y, por tanto, le otorgue el mandato de estas políticas a una seriede instituciones. Aun así, nos parece que la exist<strong>en</strong>cia de un ministerio es un mejor indicador, ya que implica laexpresión de un mandato concreto con atribuciones y obligaciones explícitas. Cuando el mandato se distribuye<strong>en</strong> varias instancias existe el riesgo de que la responsabilidad quede “diluida” <strong>en</strong> la práctica y que el espíritu detransversalidad no sea operativo <strong>en</strong> la realidad.198


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinacas. Este tipo de prácticas minimiza la discrecionalidad <strong>en</strong> la <strong>en</strong>trada y salida de recursoshumanos y les provee certidumbre, inc<strong>en</strong>tivos y solidez <strong>en</strong> su <strong>en</strong>torno.Otro instrum<strong>en</strong>to importante para la solidez institucional son los sistemas de informaciónpara la planeación. Es común que con un cambio de administración se t<strong>en</strong>ga lat<strong>en</strong>tación de “reinv<strong>en</strong>tar la rueda” para hacerle fr<strong>en</strong>te a la problemática de la juv<strong>en</strong>tud,rehaci<strong>en</strong>do diagnósticos, reinv<strong>en</strong>tando metas e incluso reasignando prioridades haciagrupos distintos o espacios geográficos determinados. En cambio, cuando se cu<strong>en</strong>tacon un sistema de información institucionalizado, se abre la posibilidad de realizarplaneación con una mira de mediano y largo plazo, que prevalezca a cambios políticosy que se convierta <strong>en</strong> un activo institucional que aum<strong>en</strong>te el poder del Estado para hacerfr<strong>en</strong>te de manera efici<strong>en</strong>te al problema. A medida que la información institucionales más sólida y detallada, el valor de este activo será mayor. Su construcción requierebásicam<strong>en</strong>te de inversiones <strong>en</strong> tecnología y recursos humanos.En suma, el tomar como principal indicador la exist<strong>en</strong>cia de un ministerio o secretaríade Estado dedicado expresam<strong>en</strong>te a la tarea de proponer y ejecutar la política de at<strong>en</strong>cióna la juv<strong>en</strong>tud, abarca de hecho un conjunto más amplio de los elem<strong>en</strong>tos del decálogo yaque es precondición para su exist<strong>en</strong>cia —incluy<strong>en</strong>do, <strong>en</strong>tre otros, la definición de presupuesto,de la calidad de los recursos humanos y de la sistematización de información.El Cuadro 3 pres<strong>en</strong>ta la información más reci<strong>en</strong>te sobre el primer indicador de institucionalidadpara las políticas de juv<strong>en</strong>tud para los 18 países de la región de los quecontamos con información. De acuerdo a nuestra revisión, exist<strong>en</strong> solam<strong>en</strong>te dos casos<strong>en</strong> los que el tema de juv<strong>en</strong>tud se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra posicionado a nivel ministerial. Se trata delMinisterio de Cultura y Juv<strong>en</strong>tud <strong>en</strong> Costa Rica y el Ministerio de Juv<strong>en</strong>tud de RepúblicaDominicana. En dos países, la política de juv<strong>en</strong>tud alcanza nivel viceministerial —<strong>en</strong> elVice Ministerio de Igualdad de Oportunidades de Bolivia y el de Juv<strong>en</strong>tud <strong>en</strong> Paraguay.En el caso de Perú, la Secretaría Nacional de Juv<strong>en</strong>tud ejerce las facultades de definirlas políticas del sector, con un rango ligeram<strong>en</strong>te superior al de un viceministerio. Lafigura más común es la de consejos, institutos o algún organismo con repres<strong>en</strong>tatividadde varios sectores, lo cual refleja el <strong>en</strong>foque transversal <strong>en</strong> que ti<strong>en</strong>de a darse el temade juv<strong>en</strong>tud. Los 10 países con este tipo de arreglo institucional son Brasil, Chile, Cuba,Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Uruguay y V<strong>en</strong>ezuela. Finalm<strong>en</strong>te,<strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina, Colombia, El Salvador y Panamá las responsabilidades de la política dejuv<strong>en</strong>tud se asignan a oficinas de nivel de dirección —rango inferior a viceministerio y,g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, inferior al de instituto o consejo.Sin embargo, la alternativa de fortalecer las políticas <strong>en</strong> favor de la juv<strong>en</strong>tud mediantela creación de un ministerio u organismo de rango similar, no está ex<strong>en</strong>ta deproblemas. El principal de ellos es que los gobiernos latinoamericanos se han desarrolladoa partir de un diseño sectorial, <strong>en</strong> donde cada instancia g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se <strong>en</strong>foca aun aspecto de la administración pública que cubre transversalm<strong>en</strong>te a diversos grupospoblacionales. Precisam<strong>en</strong>te este diseño sectorial hace compleja la coordinación <strong>en</strong>tredistintas instancias para at<strong>en</strong>der a grupos específicos como los jóv<strong>en</strong>es y es común <strong>en</strong>contrar,por un lado, una diversidad de programas que duplican y traslapan funciones yobjetivos y, por otro, vacíos de at<strong>en</strong>ción y de instrum<strong>en</strong>tos para hacer fr<strong>en</strong>te a algunosaspectos <strong>en</strong> particular. La coordinación de una instancia ministerial para at<strong>en</strong>der a un199


Miguel Székely PardoCuadro 3. Dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>cargadas del tema de juv<strong>en</strong>tud, América Latina y El CaribeNombre de la instanciaInstitución a la queestá adscritaRango d<strong>en</strong>tro de laadministración públicaAño decreaciónDirección Nacionalde Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de Desarrollo <strong>Social</strong>Oficina de la Presid<strong>en</strong>cia dela República de Arg<strong>en</strong>tinaS/IViceministerio de Igualdadde OportunidadesMinisterio de JusticiaMinisterioRepública de BoliviaS/IConselho Nacionalde Juv<strong>en</strong>tudeSecretaría G<strong>en</strong>eral de la Presid<strong>en</strong>ciade la República FederalOficina de la Presid<strong>en</strong>ciade la República Federal delBrasil1985Instituto Nacionalde la Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de Planificacióny CooperaciónMinisterioRepública de Chile1991Colombia Jov<strong>en</strong>Departam<strong>en</strong>to Administrativo de laPresid<strong>en</strong>cia de la RepúblicaOficina de la Presid<strong>en</strong>cia dela República de Colombia2000Viceministeriode Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de Cultura y Juv<strong>en</strong>tudMinisterioRepública de Costa Rica1971Unión de Jóv<strong>en</strong>esComunistas de CubaDirección Nacional de Juv<strong>en</strong>tudPartido ComunistaRepública de Cuba1962Instituto Nacionalde la Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de Inclusión Económicay <strong>Social</strong>MinisterioRepública del Ecuador2001Dirección Nacionalde Juv<strong>en</strong>tudSecretaría de Inclusión <strong>Social</strong>República de El SalvadorConsejo Nacionalde la Juv<strong>en</strong>tudPresid<strong>en</strong>cia de la RepúblicaOficina de la Presid<strong>en</strong>cia dela República de Guatemala1997Instituto Nacionalde la Juv<strong>en</strong>tudPresid<strong>en</strong>cia de la RepúblicaOficina de la Presid<strong>en</strong>cia dela República de Honduras2006Instituto Mexicanode la Juv<strong>en</strong>tudSecretaría de Educación PúblicaMinisterio/SecretaríaEstados Unidos Mexicanos1998Instituto Nicaragü<strong>en</strong>sede la Juv<strong>en</strong>tudOficina de la Presid<strong>en</strong>ciade la RepúblicaOficina de la Presid<strong>en</strong>cia dela República de Nicaragua2007Dirección Nacionalde VoluntariadoMinisterio de Desarrollo <strong>Social</strong>MinisterioRepública de Panamá2005Viceministeriode la Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de EducaciónMinisterio Repúblicade Paraguay1992Secretaría Nacionalde Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de EducaciónMinisterioRepública del Perú2005Ministerio de la Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de la Juv<strong>en</strong>tudMinisterioRepública Dominicana2000Instituto Nacionalde la Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de Desarrollo <strong>Social</strong>MinisterioRepública Ori<strong>en</strong>tal delUruguay1991Instituto Nacionalde la Juv<strong>en</strong>tudMinisterio de EducaciónMinisterio República Bolivarianade V<strong>en</strong>ezuela2003Fu<strong>en</strong>te: OIJ, Organización Iberoamericana de Juv<strong>en</strong>tud. Disponible http://www.oij.org/miembros.php.200


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinagrupo poblacional como los jóv<strong>en</strong>es, <strong>en</strong> un <strong>en</strong>torno <strong>en</strong> donde ministerios de rango equival<strong>en</strong>tese focalizan <strong>en</strong> sectores que atraviesan por los mismos individuos, es ciertam<strong>en</strong>teun reto mayor. La intersección de acciones con ministerios como el de Educación,Trabajo y Salud repres<strong>en</strong>ta quizá la complejidad más inmediata.Un reflejo de los altos costos y dificultades para lograr una mayor coordinacióninterinstitucional para at<strong>en</strong>der a grupos poblacionales específicos es la escasez decifras gubernam<strong>en</strong>tales sobre el gasto que se realiza <strong>en</strong> la juv<strong>en</strong>tud de los países deAmérica Latina. Para fines de esta investigación realizamos una búsqueda exhaustivade presupuestos públicos para at<strong>en</strong>der a la población jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> distintos países de laregión, <strong>en</strong>contrando como resultado una dispersión considerable de información quedificulta realizar una estimación del esfuerzo gubernam<strong>en</strong>tal que se realiza <strong>en</strong> el tema.En un análisis reci<strong>en</strong>te, Rodríguez (2010) realiza una búsqueda similar, tomando primordialm<strong>en</strong>telos presupuestos del sector educativo como refer<strong>en</strong>cia. Concluye que noexist<strong>en</strong> cifras confiables y que el rango puede ir por lo m<strong>en</strong>os del 5 al 15 por ci<strong>en</strong>to delgasto gubernam<strong>en</strong>tal.Por este motivo, es relevante que países como Costa Rica y República Dominicanacu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con una organización gubernam<strong>en</strong>tal que sí permite a la combinación de ambosmodelos. Se requerirá de un análisis más profundo sobre estos dos casos para valorar siestos arreglos institucionales son más adecuados para hacer fr<strong>en</strong>te al creci<strong>en</strong>te riesgode los NiNi a lo largo de la región.5. ConclusionesEste docum<strong>en</strong>to argum<strong>en</strong>ta y docum<strong>en</strong>ta que existe un grupo de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> AméricaLatina <strong>en</strong> situación de riesgo y vulnerabilidad extrema que es urg<strong>en</strong>te at<strong>en</strong>der, pero quehasta ahora no ha sido una prioridad <strong>en</strong> las políticas públicas de la región. Su importanciaradica, <strong>en</strong>tre otros elem<strong>en</strong>tos, <strong>en</strong> sus impactos sobre la capacidad de construircohesión social <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te, así como las posibilidades de fom<strong>en</strong>tarla <strong>en</strong> el futuro.Se trata del 16,2 por ci<strong>en</strong>to de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre 15 y 18 años —alrededor de 9 millonesde jóv<strong>en</strong>es— que no estudian ni trabajan y se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> una situación de ocio proclivea la viol<strong>en</strong>cia, la criminalidad, el embarazo temprano, las adicciones y, sobre todo,a la falta de desarrollo de las capacidades necesarias para contar con oportunidades futurasde avance profesional y humano. Además de constituir un riesgo importante paralos temas emerg<strong>en</strong>tes de seguridad y criminalidad, este grupo de jóv<strong>en</strong>es, catalogadosaquí como NiNi, son un creci<strong>en</strong>te riesgo para el futuro y pued<strong>en</strong> incluso implicar que laactual “v<strong>en</strong>tana de oportunidad” demográfica se materialice <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida.Diversas circunstancias individuales, familiares-comunitarias y g<strong>en</strong>erales se asociancon la aparición y vulnerabilidad de este grupo. En particular destacan los creci<strong>en</strong>tes<strong>en</strong>tornos de viol<strong>en</strong>cia, la falta de políticas de at<strong>en</strong>ción temprana, la obsolesc<strong>en</strong>cia delos modelos educativos a lo largo de la región, la car<strong>en</strong>cia de servicios de salud adecuadosy la falta de oportunidades de desarrollo productivo <strong>en</strong> los mercados laborales y delas opciones para empr<strong>en</strong>der actividades por cu<strong>en</strong>ta propia.Para hacer fr<strong>en</strong>te a este grupo de riesgo es necesario adoptar dos <strong>en</strong>foques: unode prev<strong>en</strong>ción a través de interv<strong>en</strong>ciones desde los primeros mom<strong>en</strong>tos del ciclo de201


Miguel Székely Pardovida y otro de reacción, para hacerle fr<strong>en</strong>te a las expresiones negativas que se observanactualm<strong>en</strong>te. Proponemos aquí una manera s<strong>en</strong>cilla de organizar la discusión delas distintas interv<strong>en</strong>ciones <strong>en</strong> ambos s<strong>en</strong>tidos. Por un lado, se trata de id<strong>en</strong>tificar lascambiantes necesidades de cada individuo a lo largo de su ciclo de vida, conjuntándolocon distintas herrami<strong>en</strong>tas de política de acuerdo a la etapa y problemática correspondi<strong>en</strong>te.Por ejemplo, es claro que las interv<strong>en</strong>ciones prioritarias <strong>en</strong> las etapas pr<strong>en</strong>atal yde la niñez son interv<strong>en</strong>ciones tempranas de protección <strong>en</strong> salud y nutrición. En etapasposteriores, además de la protección, se requiere ampliar las capacidades accedi<strong>en</strong>doal sistema educativo y los mecanismos para evitar la deserción, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong>la juv<strong>en</strong>tud, adicionalm<strong>en</strong>te se requiere de abrir oportunidades productivas. Los tresniveles <strong>en</strong> los que se puede actuar mediante interv<strong>en</strong>ciones de política pública son elindividual, el familiar-comunitario y el g<strong>en</strong>eral.Id<strong>en</strong>tificamos el conjunto de acciones que se puede incluir a lo largo de este procesoy que han sido señaladas <strong>en</strong> la literatura reci<strong>en</strong>te. Lo novedoso del <strong>en</strong>foque consiste <strong>en</strong>ofrecer claridad <strong>en</strong> cuanto a la necesidad de complem<strong>en</strong>tar las medidas de prev<strong>en</strong>cióncon las de reacción, con una secu<strong>en</strong>cia y objetivos distintos dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de la etapade que se trate.Incluimos además una discusión más detallada de tres temas estratégicos. El primeroson las interv<strong>en</strong>ciones tempranas, que han sido mucho m<strong>en</strong>os priorizadas queotras opciones a pesar de la contund<strong>en</strong>cia de la evid<strong>en</strong>cia sobre su necesidad y sobrelas implicaciones de su aus<strong>en</strong>cia. Por tratarse de un tema emerg<strong>en</strong>te, es <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dible quehasta ahora no se hayan privilegiado las interv<strong>en</strong>ciones tempranas como parte de laspolíticas nacionales de juv<strong>en</strong>tud, pero <strong>en</strong> la medida que sigan ignorándose este tipode acciones de prev<strong>en</strong>ción es probable que la necesidad de acciones de reacción seancreci<strong>en</strong>tes, cada vez más complejas y que requieran cada vez de más recursos.Un segundo tema estratégico es la educación. No se trata solam<strong>en</strong>te de ampliar laoferta educativa. Es necesario reformular profundam<strong>en</strong>te los sistemas educativos tradicionalesbasados todavía <strong>en</strong> la memorización, para evolucionar hacia modelos delsiglo XXI que además de transmitir conocimi<strong>en</strong>tos desarroll<strong>en</strong> las habilidades y lascompet<strong>en</strong>cias que son indisp<strong>en</strong>sables <strong>en</strong> la actualidad. Esto implica una transformaciónde fondo <strong>en</strong> las prácticas doc<strong>en</strong>tes, la creación de nuevos materiales y métodos educativos,la innovación <strong>en</strong> los sistemas de gestión escolar e incluso <strong>en</strong> la modernizaciónde la infraestructura. A m<strong>en</strong>os que el tema de la pertin<strong>en</strong>cia y calidad de la educaciónpara los jóv<strong>en</strong>es se asuma como prioridad a nivel nacional, se destin<strong>en</strong> los recursosque requiere su transformación y se asuman los costos políticos de trastocar inerciase intereses acumulados por varias décadas, el instrum<strong>en</strong>to por excel<strong>en</strong>cia de at<strong>en</strong>cióna la juv<strong>en</strong>tud, que es el sistema educativo, continuará si<strong>en</strong>do un cuello de botella ypot<strong>en</strong>cial g<strong>en</strong>erador de grupos de NiNi, <strong>en</strong> lugar de constituirse como el propulsor máspoderoso de desarrollo. Adicionalm<strong>en</strong>te, es necesario dotar a la escuela de mecanismospara evitar la deserción, convirtiéndola <strong>en</strong> un espacio <strong>en</strong> donde los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong>respuestas y at<strong>en</strong>ción a su problemática.Un tercer tema son los programas específicos para facilitar el tránsito al mundo laboraly para ampliar las opciones de desarrollo profesional que puedan reducir los inc<strong>en</strong>tivosa la pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a grupos NiNi. Existe una controversia actualm<strong>en</strong>te sobre el tipo202


Jóv<strong>en</strong>es que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social <strong>en</strong> América Latinade instrum<strong>en</strong>tos para lograr este objetivo y reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te se ha puesto <strong>en</strong> tela de juiciola visión tradicional de que el desempleo juv<strong>en</strong>il se debe a la falta de oportunidades. Elargum<strong>en</strong>to alternativo es que los jóv<strong>en</strong>es empr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> búsquedas sucesivas y prolongadaspara id<strong>en</strong>tificar las opciones que mejor se ajustan a sus necesidades e intereses, eincluso pued<strong>en</strong> acceder voluntariam<strong>en</strong>te a mercados laborales informales para adquirirexperi<strong>en</strong>cia y capacitación para facilitar su posterior incorporación al mercado laboralformal. Esta hipótesis reci<strong>en</strong>te lleva a un conjunto de acciones de política distintas a lastradicionales, con énfasis <strong>en</strong> los mercados de información, la creación de programas depasantía y el mayor acceso a capacitación para el trabajo a edades jóv<strong>en</strong>es.Finalm<strong>en</strong>te id<strong>en</strong>tificamos que un elem<strong>en</strong>to que puede considerarse una restricción<strong>en</strong> la actualidad para el despliegue de una política integral y articulada de at<strong>en</strong>ción a lapoblación NiNi es la precaria institucionalidad de las políticas de juv<strong>en</strong>tud <strong>en</strong> los paísesde la región. De acuerdo a la información más reci<strong>en</strong>te con la que contamos, solam<strong>en</strong>tedos países cu<strong>en</strong>tan con instituciones de at<strong>en</strong>ción a la juv<strong>en</strong>tud de nivel ministerial. Enla mayoría de los países prevalec<strong>en</strong> arreglos institucionales <strong>en</strong> los que la responsabilidades atribuida a institutos o consejos que pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> at<strong>en</strong>der el tema de maneraintegral pero que comúnm<strong>en</strong>te carec<strong>en</strong> de los presupuestos, instrum<strong>en</strong>tos y autoridadpara incidir significativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el tema, y m<strong>en</strong>os aun para conformar una necesariapolítica de Estado.Todos los países de América Latina aún están a tiempo de introducir políticas deprev<strong>en</strong>ción y reacción para hacerle fr<strong>en</strong>te a los riesgos que implican los grupos de NiNipara los jóv<strong>en</strong>es mismos y para la sociedad <strong>en</strong> su conjunto. De atribuirle a este temala prioridad que merece, se contribuirá a seguir construy<strong>en</strong>do la cohesión social querequiere la región para transitar hacia períodos de mayor prosperidad.203


Miguel Székely PardoAnexosCuadro A1. Acciones de prev<strong>en</strong>ción#1NOMBRE DELPROGRAMAPrograma deSeguridadCiudadanaPAÍSTIPO DEINSTITUCIÓNFOCO DEATENCIÓNNicaragua Gubernam<strong>en</strong>tal Individual2 Mano Amiga Panamá Gubernam<strong>en</strong>tal Individual3456Programa Deportesde MediaNochePrev<strong>en</strong>ción yReinserciónAt<strong>en</strong>ción integrala jóv<strong>en</strong>esasociados <strong>en</strong>pandillasProgramaColibríBrasil Gubernam<strong>en</strong>tal GrupalEl Salvador No gubernam<strong>en</strong>tal IndividualHonduras No gubernam<strong>en</strong>tal IndividualPerúGubernam<strong>en</strong>tal y nogubernam<strong>en</strong>talIndividualTIPO DE INTERVENCIÓNPrev<strong>en</strong>ción, rehabilitacióny reinserción socialPrev<strong>en</strong>ción yrehabilitaciónPrev<strong>en</strong>ción yrehabilitaciónPrev<strong>en</strong>ción yreinserción socialPrev<strong>en</strong>ción, rehabilitacióny reinserción socialPrev<strong>en</strong>ción yrehabilitaciónCuadro A2. Acciones de reinserción de grupos NiNi#NOMBRE DELPROGRAMAPAÍSTIPO DE INSTITUCIÓNFOCO DEATENCIÓNTIPO DE INTERVENCIÓN1 Mano Ext<strong>en</strong>dida El Salvador Gubernam<strong>en</strong>tal Individual Reinserción social23456C<strong>en</strong>tro dePrev<strong>en</strong>ción dela <strong>Viol<strong>en</strong>cia</strong>Rehabilitaciónde PandillerosAlianza Jov<strong>en</strong> deUSAIDAsociación paradel DelitoPrograma deInserción <strong>Social</strong>Por Una EsperanzaNicaragua No gubernam<strong>en</strong>tal Grupal Reinserción socialEl Salvador No gubernam<strong>en</strong>tal IndividualGuatemala No gubernam<strong>en</strong>tal IndividualGuatemala No gubernam<strong>en</strong>tal IndividualPanamáGubernam<strong>en</strong>tal y nogubernam<strong>en</strong>talGrupalRehabilitación yreinserción socialRehabilitación yreinserción socialRehabilitación yreinserción socialRehabilitación yreinserción social7 Desafío 100 Honduras No gubernam<strong>en</strong>tal Individual Reinserción social204


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Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América LatinaDESARROLLO CON COHESIÓN SOCIAL EN AMÉRICA LATINADante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.IntroducciónLos cambios económicos, tecnológicos, sociales y culturales derivados de la globalización,así como la expansión de la sociedad de la información y las comunicaciones,si<strong>en</strong>tan las bases del interés e inquietud de los gobiernos y los foros internacionales <strong>en</strong>la cohesión social, <strong>en</strong> especial de América Latina (AL), donde el modelo de desarrolloeconómico adoptado no ha logrado conjugar crecimi<strong>en</strong>to con equidad.El concepto de cohesión social se ha caracterizado por t<strong>en</strong>er múltiples definicionesy confundirse con otros conceptos. Según el Consejo Europeo, la cohesión social es “lacapacidad de una sociedad de asegurar el bi<strong>en</strong>estar de todos sus miembros, minimizandodisparidades y evitando la polarización” (Tironi, 2008: 13). Una sociedad cohesionadaconsiste <strong>en</strong> una comunidad de individuos libres que se apoyan <strong>en</strong> la búsqueda deestos objetivos comunes bajo medios democráticos. Por su parte, <strong>en</strong> América Latina se<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de por cohesión social “la dialéctica <strong>en</strong>tre mecanismos instituidos de inclusiónsocial y exclusión sociales y las respuestas, percepciones y disposiciones de la ciudadaníafr<strong>en</strong>te al modo <strong>en</strong> que ellos operan” (CEPAL, 2007: 16).Como apuntó el proyecto de cohesión social llevado adelante por CIEPLAN <strong>en</strong> 2008,la cohesión social puede ser definida <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido amplio como “la capacidad dinámicade una sociedad democrática para absorber el cambio y el conflicto social medianteuna estructura legítima de distribución de recursos materiales y simbólicos, tanto anivel socioeconómico (bi<strong>en</strong>estar), sociopolíticos (derechos) y sociocultural (reconocimi<strong>en</strong>to),como a través de la acción combinada de los mecanismos de asignación delEstado, del mercado, de la sociedad civil, de la familia y de otras redes comunitarias”(Tironi, 2008: 18). Es decir, la cohesión social está estrecham<strong>en</strong>te relacionada con laigualdad de oportunidades que, a su vez está íntimam<strong>en</strong>te relacionada con la libertad(S<strong>en</strong>, 1998). En este s<strong>en</strong>tido, sociedades con mayores niveles de cohesión social sonsociedades con más oportunidades y, por tanto, con individuos más libres.Existe cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong> la región sobre la importancia de la cohesión social y es consideradaesta como una tarea prioritaria para los gobiernos. El punto de partida para estapreocupación puede ser atribuido principalm<strong>en</strong>te a tres factores. Primero, el crecimi<strong>en</strong>toeconómico sost<strong>en</strong>ido que ha experim<strong>en</strong>tado la región <strong>en</strong> los últimos años. Segundo,que, pese a los logros económicos alcanzados <strong>en</strong> América Latina, aún persist<strong>en</strong> altos nivelesde pobreza, desigualdad, discriminación y exclusión social. Tercero, que gracias alcrecimi<strong>en</strong>to económico alcanzado <strong>en</strong> los últimos años, hoy es posible diseñar políticasque permitan disminuir la pobreza y la desigualdad, y así aum<strong>en</strong>tar la cohesión social.En este s<strong>en</strong>tido, resulta prioritario diseñar políticas que facilit<strong>en</strong> una mayor cohesiónsocial. Si bi<strong>en</strong> se han realizado esfuerzos <strong>en</strong> la región para mejorar distintos indicadoresde bi<strong>en</strong>estar, los resultados son insufici<strong>en</strong>tes. Las políticas han sido exitosas<strong>en</strong> términos de cobertura, mas no de calidad. A su vez, no ha existido simultaneidad <strong>en</strong>209


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.las políticas para mejorar el bi<strong>en</strong>estar de la población. Si se considera que el desarrollohumano es un proceso complejo y que compr<strong>en</strong>de difer<strong>en</strong>tes áreas, las políticas sectorialesresultan insufici<strong>en</strong>tes. Es decir, es necesario diseñar políticas integrales que contempl<strong>en</strong>tanto políticas de educación, como de salud o empleo, <strong>en</strong>tre otras. Se requierede programas multidim<strong>en</strong>sionales que, a su vez, incorpor<strong>en</strong> a todo el aparato estatal ya los ciudadanos.Sigui<strong>en</strong>do esta lógica, los países de la región han implem<strong>en</strong>tado políticas de transfer<strong>en</strong>ciascondicionales, <strong>en</strong> especial <strong>en</strong>focadas a la primera infancia. Los Programas deTransfer<strong>en</strong>cias Condicionadas (PTC) son programas de transfer<strong>en</strong>cias monetarias dirigidosa familias pobres, bajo la condición de que estos hogares realic<strong>en</strong> inversiones <strong>en</strong>capital humano <strong>en</strong> los niños del hogar. La evid<strong>en</strong>cia sugiere efectos positivos de estosprogramas sobre la desigualdad. En efecto, Lustig y López-Calva (2011) revelan unacaída de la desigualdad <strong>en</strong> América Latina, producida principalm<strong>en</strong>te por la creaciónde nuevos empleos y la implem<strong>en</strong>tación de programas de transfer<strong>en</strong>cias condicionadasdirigidos a la población de m<strong>en</strong>ores ingresos.Estas son bu<strong>en</strong>as noticias para la región. Los PTC, al ser programas complejos queintegran distintas áreas, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> efectos positivos sobre la cohesión social. Ellos ti<strong>en</strong><strong>en</strong>una pres<strong>en</strong>cia importante <strong>en</strong> la región. A su vez, la mayoría de estos programas están<strong>en</strong>focados <strong>en</strong> la primera infancia y si consideramos que esta es una de las etapas másimportantes de los individuos y donde se determinan <strong>en</strong> gran medida las difer<strong>en</strong>teshabilidades necesarias para des<strong>en</strong>volverse a nivel educacional, laboral y social, estosprogramas son fundam<strong>en</strong>tales.Por otro lado, si bi<strong>en</strong> los programas de transfer<strong>en</strong>cias condicionadas han fortalecidoy relevado las políticas de primera infancia, aún queda mucho por hacer. Es importantediseñar nuevas políticas dirigidas a interv<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> los primeros años de vida de los individuos—<strong>en</strong> especial de los más vulnerables—; pero es necesario que sean más integralesy compreh<strong>en</strong>sivas que las exist<strong>en</strong>tes hasta ahora. La idea c<strong>en</strong>tral es disminuir lasbrechas iniciales <strong>en</strong> la vida de los individuos de tal forma que se logre g<strong>en</strong>erar mayoresoportunidades educacionales, laborales, mayor bi<strong>en</strong>estar futuro, mayor integración socialy, por <strong>en</strong>de, mayor desarrollo de los países.Diseñar nuevas políticas que logr<strong>en</strong> una mayor cohesión social es prioritario paralos gobiernos. En este s<strong>en</strong>tido, la actual masificación de internet y las comunidadesdigitales <strong>en</strong> sus difer<strong>en</strong>tes formas dan lugar a nuevos modos de comunicación <strong>en</strong>trelos individuos, aum<strong>en</strong>tado la participación ciudadana y, por tanto, increm<strong>en</strong>tando lacohesión social. Foros, blogs y difer<strong>en</strong>tes comunidades digitales sirv<strong>en</strong> como nuevosmecanismos de inclusión. Internet rompe las distancias físicas y, <strong>en</strong> algunos casos, lasdifer<strong>en</strong>cias sociales. Es capaz de g<strong>en</strong>erar grupos que se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> id<strong>en</strong>tificados con untodo, que compart<strong>en</strong> ideas y propósitos <strong>en</strong> conjunto y que pued<strong>en</strong> formar movimi<strong>en</strong>tosciudadanos. Estas nuevas formas de comunicación repres<strong>en</strong>tan nuevos mecanismos decohesión social, importantes para que los gobiernos t<strong>en</strong>gan pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> políticas futuras,con especial énfasis <strong>en</strong> lo que concierne a la percepción que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los individuosrespecto a ellos y a la sociedad <strong>en</strong> la viv<strong>en</strong>.Este trabajo se ord<strong>en</strong>a de la sigui<strong>en</strong>te manera. En primer lugar, realiza una brevedescripción de los distintos factores considerados <strong>en</strong> el análisis de la cohesión social. En210


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América Latinasegundo lugar, analiza cuáles son las políticas necesarias para lograr una mayor cohesiónsocial <strong>en</strong> América Latina. Finalm<strong>en</strong>te, describe las nuevas formas de comunicacióne información, y la relación que estas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> con la cohesión social <strong>en</strong> la actualidad.1. Cohesión social <strong>en</strong> América Latina: factores que importanExist<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes factores que influy<strong>en</strong> <strong>en</strong> la cohesión social. En particular, el crecimi<strong>en</strong>toeconómico, las oportunidades laborales <strong>en</strong> las sociedades, la g<strong>en</strong>eración decapacidades, la familia, el <strong>en</strong>torno, la protección social y la libertad. En lo que sigue, sehace una breve descripción de la importancia de estos factores <strong>en</strong> la cohesión social yde la situación <strong>en</strong> AL respecto de cada uno de ellos.Desarrollo económico, desigualdad y segregaciónLograr niveles de crecimi<strong>en</strong>to que g<strong>en</strong>er<strong>en</strong> recursos sufici<strong>en</strong>tes para promover un mayorbi<strong>en</strong>estar <strong>en</strong> las sociedades resulta fundam<strong>en</strong>tal para una mejor cohesión social. Unpobre desempeño económico no permite la creación de empleos —<strong>en</strong> especial para losmás pobres— que se requiere para una mayor integración social, superación de la pobrezay mayores oportunidades. A su vez, un pobre desempeño económico restringe demanera importante los presupuestos de los países, limitando a su vez el alcance de laspolíticas sociales impulsadas por los gobiernos. En otras palabras, un nivel apropiadode crecimi<strong>en</strong>to económico que g<strong>en</strong>ere empleos de calidad es una condición necesariapara disminuir la pobreza y aum<strong>en</strong>tar las oportunidades y la cohesión social.El desempeño económico de América Latina ha mostrado una mejora <strong>en</strong> los últimosaños. Durante el período que va de 2003 a mediados del 2008 (antes de la crisis financierainternacional), la región vivía uno de las eras de mayor expansión económica,obt<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do una tasa promedio de crecimi<strong>en</strong>to del 5%. A su vez, la reducción <strong>en</strong> la tasade pobreza fue de 10 puntos porc<strong>en</strong>tuales <strong>en</strong>tre 1990 y el 2006 1 . Pese a ello, cuandose consideran las últimas décadas, el desempeño económico ha sido l<strong>en</strong>to y muy volátil(CEPAL, 2007).Respecto a otros indicadores de bi<strong>en</strong>estar básicos de la región, estos revelan unamejora <strong>en</strong> las condiciones de vida. De esta manera, <strong>en</strong> las últimas décadas se han logradomejoras <strong>en</strong> la esperanza de vida al nacer, disminución de la tasa de mortalidad ydesnutrición infantil <strong>en</strong> América Latina. Estos resultados probablem<strong>en</strong>te se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tranasociados a mejoras <strong>en</strong> el acceso a los sistemas de salud, agua potable, saneami<strong>en</strong>to ya los programas de transfer<strong>en</strong>cias condicionadas implem<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> la región.Por su parte, también se observan importantes mejoras <strong>en</strong> educación. La evid<strong>en</strong>ciaindica una disminución <strong>en</strong> los niveles de analfabetismo adulto y un aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el accesoa la educación primaria y secundaria. Sin embargo, esto no ha ido de la mano con unaum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la calidad ni con mayor integración. Según la prueba internacional PISA de1El año 1990 el nivel de pobreza <strong>en</strong> la región alcanzó un 48,3% mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> el año 2006 la tasa de pobrezallegó a una 38.5% (CEPAL, 2007).211


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.2009, los resultados de la región están muy por debajo de los países pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a laOECD. Se observa, al mismo tiempo, que los sistemas educativos de la región pres<strong>en</strong>tanaltos niveles de segregación y desigualdad.A pesar de la mejora <strong>en</strong> las condiciones de vida, persiste la desigualdad de ingresos<strong>en</strong> la región. En el año 2009, el índice de GINI alcanzó a un 0,53, lo que sitúa a AL comola región del mundo con mayor desigualdad <strong>en</strong> la distribución del ingreso. Sin embargo,estudios reci<strong>en</strong>tes muestran una reducción <strong>en</strong> los niveles de desigualdad <strong>en</strong> América Latina(Lustig y López-Calva, 2011; Contreras y Gallegos, 2011). Los principales factores queexplican esta disminución son la caída <strong>en</strong> la brecha salarial <strong>en</strong>tre los trabajadores calificadosy no calificados, así como el increm<strong>en</strong>to de las transfer<strong>en</strong>cias gubernam<strong>en</strong>talesdirigidas a los más pobres. Pese a estos esfuerzos, lograr una mayor equidad <strong>en</strong> la regióncontinúa si<strong>en</strong>do una tarea p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. Si no se logran mayores niveles de equidad, no seráposible disminuir la exclusión y aum<strong>en</strong>tar la cohesión social. Lustig y López-Calva (2011)concluye al respecto que mejorar la calidad de los servicios para los pobres —especialm<strong>en</strong>te<strong>en</strong> educación— y ampliar la cobertura de la educación postsecundaria, cerrar lasnotorias brechas de protección social, aum<strong>en</strong>tar gasto público, y contar con impuestosmás progresivos, son clave para continuar <strong>en</strong> el camino hacia sociedades más equitativas.Por otro lado, los niveles de segregación <strong>en</strong> la región son elevados tanto a nivel resid<strong>en</strong>cialcomo <strong>en</strong> el acceso a los sistemas de salud y educación. En AL se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra unpatrón de conc<strong>en</strong>tración territorial de los grupos de altos ingresos <strong>en</strong> zonas integradasy bi<strong>en</strong> conectadas con la ciudad, mi<strong>en</strong>tras que los de m<strong>en</strong>ores ingresos ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a distribuirsea través de la periferia metropolitana (Arriagada y Rodríguez, 2003). La evid<strong>en</strong>ciaempírica acerca de los efectos de la segregación resid<strong>en</strong>cial sobre el r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>toacadémico, embarazo adolesc<strong>en</strong>te, tasas de empleo, niveles de delincu<strong>en</strong>cia y pobrezaindican efectos negativos y significativos. A su vez, este patrón de conc<strong>en</strong>tración regional,ha favorecido una mayor desigualdad <strong>en</strong> el acceso a la cultura, áreas verdes y c<strong>en</strong>trosde deportes y una mayor exclusión social (Larrañaga y Sanhueza, 2007; Contrerasy Medrano, 2009).Respecto a la segregación educacional, difer<strong>en</strong>tes artículos evid<strong>en</strong>cian que es unade las variables que más afecta el r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to académico de los estudiantes (PISA,2009). En América Latina se ti<strong>en</strong><strong>en</strong> sistemas escolares desiguales y segregados segúnla capacidad de demanda. Por su parte, la evid<strong>en</strong>cia empírica indica efectos negativosy significativos de la segregación educacional sobre el r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to académico de losestudiantes (Val<strong>en</strong>zuela et al., 2008). Es decir, los actuales sistemas educacionales dela región reproduc<strong>en</strong> la desigualdad <strong>en</strong> la distribución de los ingresos. Es por ello quecobra tanta importancia la educación como mecanismo para disminuir las desigualdades<strong>en</strong> el futuro.Al mismo tiempo, los grupos de mayores ingresos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a sistemas de saludprivados de bu<strong>en</strong>a calidad, mi<strong>en</strong>tras que los grupos de m<strong>en</strong>ores ingresos acced<strong>en</strong> asistemas de salud públicos defici<strong>en</strong>tes, car<strong>en</strong>tes de infraestructura y personal técnicoque cubra sus necesidades.En suma, la región ha implem<strong>en</strong>tado medidas que han mejorado el acceso a losservicios de salud y educación. Sin embargo, este acceso no ha logrado integrar a losdistintos segm<strong>en</strong>tos socioeconómicos de la población. Ejemplo de ello son los sistemas212


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América Latinade protección social implem<strong>en</strong>tados por Chile y Uruguay, países citados frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>tecomo ejemplos de crecimi<strong>en</strong>to con equidad. Si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> ambos países los sectoresmás vulnerables han sido b<strong>en</strong>eficiados por reformas a la educación y a la salud pública,las medidas implem<strong>en</strong>tadas no han logrado un sistema de protección social integrador.Hoy <strong>en</strong> día la institucionalidad <strong>en</strong> la región ha permitido la exist<strong>en</strong>cia de barrios,salud y educación difer<strong>en</strong>tes para los más pobres y los más ricos. Lo anterior ha provocadouna mayor polarización y no ha facilitado la cohesión social <strong>en</strong> América Latina.Oportunidades laboralesEl ingreso derivado del trabajo repres<strong>en</strong>ta la fu<strong>en</strong>te más importante del total presupuestariode los hogares (aproximadam<strong>en</strong>te un 80%). Por lo tanto, si aum<strong>en</strong>tan lasoportunidades laborales, aum<strong>en</strong>ta el ingreso del trabajo; con ello aum<strong>en</strong>ta el ingresototal de los hogares, se ti<strong>en</strong>e un mayor bi<strong>en</strong>estar y, por <strong>en</strong>de, se logran efectos positivossobre la cohesión social. A su vez, un empleo de calidad refuerza la percepciónde pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia de los individuos, al s<strong>en</strong>tirse ellos mismos como ag<strong>en</strong>tes activos quecontribuy<strong>en</strong> al desarrollo de la sociedad.Por otro lado, el acceso a un empleo de calidad y la protección social de los ocupadosson factores determinantes de la distribución de la seguridad y el bi<strong>en</strong>estar materialde las sociedades, mi<strong>en</strong>tras que la precariedad de los empleos determina de maneraimportante la pobreza y la desigualdad. Según la Organización Internacional delTrabajo, “la cohesión social requiere la exist<strong>en</strong>cia de trabajo dec<strong>en</strong>te que increm<strong>en</strong>te lainclusión laboral para superar la pobreza y la desigualdad. A la vez, el logro de mejoresy mayores niveles de cohesión social es uno de los principales desafíos que pres<strong>en</strong>ta laregión para g<strong>en</strong>erar trabajo dec<strong>en</strong>te” (OIT, 2007).El mercado del trabajo <strong>en</strong> AL ha t<strong>en</strong>ido un pobre desempeño, <strong>en</strong> especial durantelas décadas de los 80 y los 90. Estos resultados se asocian tanto a efectos económicos(l<strong>en</strong>to crecimi<strong>en</strong>to), como a las reformas laborales implem<strong>en</strong>tadas durante el período,las que impactaron de forma negativa <strong>en</strong> la creación del empleo. En efecto, durante estasdécadas el desempleo creció, aum<strong>en</strong>tó el empleo informal y el aum<strong>en</strong>to real de lossalarios se conc<strong>en</strong>tró principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los trabajadores calificados. La liberalizacióncomercial no fue capaz de comp<strong>en</strong>sar la pérdida de empleo de sectores anteriorm<strong>en</strong>teprotegidos con los g<strong>en</strong>erados a partir de los sectores exportadores. Es más, según Lora(2011), los t<strong>en</strong>dieron a ser de m<strong>en</strong>or calidad <strong>en</strong> términos de salarios y estabilidad laboral.Esta situación se agudiza <strong>en</strong>tre 1998 y el 2002.El auge económico conseguido <strong>en</strong>tre 2004 y 2008 tuvo un impacto positivo <strong>en</strong> el mercadodel trabajo. La tasa de ocupación aum<strong>en</strong>tó y la de desocupación disminuyó llegandoa un 7,6% el año 2008. Es importante señalar que durante este período se favoreció lacreación de trabajo asalariado respecto al trabajo por cu<strong>en</strong>ta propia y el trabajo informal.Por otro lado, aunque la crisis que se inicia a finales de 2008 afectó el mercado deltrabajo, no tuvo el impacto negativo de recesiones anteriores. Así, <strong>en</strong> la región solodisminuyó la tasa de empleo <strong>en</strong> 0,5 puntos. Pese a los bu<strong>en</strong>os resultados de los últimosaños, el mercado del trabajo aún continúa si<strong>en</strong>do precario. Al año 2008, la tasa de empleoinformal es de un 48,5% y los trabajos formales precarios repres<strong>en</strong>tan un 15,5%213


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.del total del empleo. Adicionalm<strong>en</strong>te, si se considera que <strong>en</strong> 1990 el total del empleoinformal repres<strong>en</strong>taba 47,8% del empleo total y el porc<strong>en</strong>taje de trabajos formales precariosllegaba a un 11%, los cambios durante el periodo fueron m<strong>en</strong>ores (CEPAL, 2010).La profunda desigualdad de los ingresos <strong>en</strong> la región es —<strong>en</strong> parte— un reflejo de lafalta de oportunidades y de la precariedad de los empleos que hoy se ofrec<strong>en</strong>. Si no secrean trabajos de calidad, <strong>en</strong> particular para los sectores más vulnerables, que permitanuna mayor g<strong>en</strong>eración de ingresos, será imposible t<strong>en</strong>er las condiciones sufici<strong>en</strong>tespara lograr una mayor cohesión social.Desigualdad de oportunidades y movilidad socialAmérica Latina no solo se ha caracterizado por su desigualdad <strong>en</strong> la distribución deingresos sino que también por su desigual distribución de oportunidades. Según Rawls(1971) y S<strong>en</strong> (2009), es necesario difer<strong>en</strong>ciar aquellas desigualdades que son productode factores heredados (orig<strong>en</strong> social), de aquellas que respond<strong>en</strong> al mérito y a la capacidadde las personas.La igualdad de oportunidades está estrecham<strong>en</strong>te vinculada al nivel de educación,a las oportunidades laborales y la movilidad social. Idealm<strong>en</strong>te las sociedades debierancontar con mecanismos que posibilit<strong>en</strong> la igualdad de oportunidades; que los individuospuedan mediante su propio esfuerzo mejorar su estatus socioeconómico sinimportar su orig<strong>en</strong> social.Un mayor nivel de igualdad de oportunidades debiera traducirse <strong>en</strong> una asignaciónmás efici<strong>en</strong>te de la dotación de tal<strong>en</strong>tos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran distribuidos a través de lasociedad, permiti<strong>en</strong>do que los individuos elijan actividades <strong>en</strong> función de sus v<strong>en</strong>tajascomparativas. De esta forma, las sociedades debieran lograr mayores niveles de productividad,más desarrollo económico, más bi<strong>en</strong>estar y también mayor cohesión social.Ferreira y Gignoux (2008) han estudiado la desigualdad de oportunidades <strong>en</strong> laregión, <strong>en</strong> especial <strong>en</strong> los salarios. Los autores <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran que existe una importantedesigualdad de los salarios, con medias de desviaciones logarítmicas (índices de Theil<strong>en</strong> paréntesis) que van desde el nivel más bajo de 0,572(0,485) <strong>en</strong> Panamá, al más altode 0,786(0,790) <strong>en</strong> Guatemala. Los autores, a través de técnicas paramétricas y noparamétricas,<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran que una quinta y una tercera parte puede explicarse por ladesigualdad de oportunidades asociada a seis características de circunstancia: género,etnicidad, niveles de educación de los padres, ocupación del padre y el lugar de nacimi<strong>en</strong>to.La mayor desigualdad de oportunidades de los ingresos laborales se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<strong>en</strong> Brasil y la m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> Colombia.Por otro lado, el grado de transmisión de los ingresos de una g<strong>en</strong>eración a otra esuna medida g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te utilizada como un indicador de la igualdad de oportunidadesexist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> una sociedad. La literatura muestra distintos mecanismos que permit<strong>en</strong>medir la transmisión de los ingresos <strong>en</strong>tre distintas g<strong>en</strong>eraciones. El <strong>en</strong>foque máscomún es el análisis de la elasticidad interg<strong>en</strong>eracional por ingresos. Los resultadosmuestran una alta persist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la elasticidad de los ingresos interg<strong>en</strong>eracionales <strong>en</strong>América Latina. Por ejemplo, <strong>en</strong> el caso chil<strong>en</strong>o, la elasticidad de ingresos <strong>en</strong>tre unag<strong>en</strong>eración y otra es de 0,45. Estos resultados reflejan una alta elasticidad del ingreso214


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América Latina<strong>en</strong>tre padres e hijos, es decir, una baja movilidad social <strong>en</strong> Chile (Contreras y Sepúlveda,2010). Estos resultados son preocupantes y son un llamado a las autoridades paraidear políticas que mejor<strong>en</strong> esta problemática.Las difer<strong>en</strong>tes definiciones de cohesión social compart<strong>en</strong> un <strong>en</strong>foque acerca de unmodelo de sociedad basado <strong>en</strong> la justicia social, donde prime el estado de derecho y lalibertad, además de los sistemas de protección e inclusión adecuados para cubrir a lapoblación. En otras palabras, la cohesión social requiere de la igualdad de oportunidadespara que la población ejerza sus derechos y asegure su bi<strong>en</strong>estar sin discriminacióny at<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a la diversidad.Los niveles de desigualdad de oportunidades <strong>en</strong> AL no son sost<strong>en</strong>ibles ni deseablessi es que se quiere lograr una mayor cohesión social. En este s<strong>en</strong>tido, es necesarioque los gobiernos de la región implem<strong>en</strong>t<strong>en</strong> medidas de largo plazo, de tal forma queaum<strong>en</strong>te la igualdad de oportunidades. Para ello, se requiere de un contrato social quedé fuerza y continuidad a las medidas planteadas, con la participación y el apoyo dediversos actores dispuestos a dialogar y llegar a acuerdos.Rol de la educación <strong>en</strong> la cohesión socialLa educación se considera uno de los principales mecanismos de inclusión social, al contribuira la formación ciudadana y crear conci<strong>en</strong>cia colectiva. A su vez, la educación es uninstrum<strong>en</strong>to de integración social que debiera permitir la interacción de individuos condistintas habilidades y oríg<strong>en</strong>es socioeconómicos. Pese a ello, la institucionalidad de laregión no ha logrado g<strong>en</strong>erar esta interacción. Como se señaló arriba, los sistemas educacionalesde la región son segregados y marcados por las difer<strong>en</strong>cias socioeconómicas.Por otro lado, un nivel adecuado de cobertura y calidad educacional <strong>en</strong> la poblaciónse relaciona directam<strong>en</strong>te con mayores oportunidades, convirtiéndose <strong>en</strong> un elem<strong>en</strong>tofundam<strong>en</strong>tal a considerar por los responsables de la política. Además, muchas vecesse lo reconoce como un indicador de cohesión. El desarrollo de capacidades (educación)es fundam<strong>en</strong>tal para reducir la pobreza, puesto que prepara a las personas para elejercicio ciudadano, con todo lo que ello conlleva. Es decir, una educación de calidad yequitativa es un elem<strong>en</strong>to clave para una sociedad más inclusiva.Como se m<strong>en</strong>cionó anteriorm<strong>en</strong>te, exist<strong>en</strong> avances <strong>en</strong> términos de cobertura educacional<strong>en</strong> AL. Casi todos los países de la región han logrado que más del 90% de los jóv<strong>en</strong>escomplete la educación primaria y cerca del 70% pueda ingresar a la secundaria.En promedio, los jóv<strong>en</strong>es de <strong>en</strong>tre 20 a 24 años de la región ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong>tre tres y cuatroaños más de formación que sus padres (CEPAL, 2007). Respecto a la educación terciaria,<strong>en</strong> la última década muchos países expandieron la cobertura de los niveles técnicoy superior. La tasa bruta de matrícula ha aum<strong>en</strong>tado de un 18% <strong>en</strong> 1994, a un 37% el2008 (IESALC, 2008). Es decir, se ha producido un aum<strong>en</strong>to notable <strong>en</strong> la cobertura, latasa de matrícula de educación terciaria casi se ha duplicado <strong>en</strong> los últimos años, y sucrecimi<strong>en</strong>to ha sido constante a través del tiempo.Es importante señalar que la composición de la población estudiantil ha variadosustancialm<strong>en</strong>te, no solo respecto del acceso de nuevos grupos socioeconómicos y deedades, sino que también respecto de las necesidades educativas y su disponibilidad215


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.de tiempo para la formación. Por su parte, ha habido una proliferación de <strong>en</strong>tidadeseducativas de educación terciaria, impulsada por la <strong>en</strong>trada de instituciones privadas.Respecto a la educación preescolar, esta se ha transformado <strong>en</strong> una preocupacióncreci<strong>en</strong>te y ha adquirido cada vez mayor relevancia como política pública <strong>en</strong> la región.Sus b<strong>en</strong>eficios son múltiples. El acceso a educación preescolar de calidad permite contarcon mejores oportunidades para acceder, permanecer y apr<strong>en</strong>der <strong>en</strong> la escuela, yaque las niñas y niños ingresan a la educación básica más preparados y motivados (Currie,2001). En efecto, la etapa del desarrollo que va desde el nacimi<strong>en</strong>to hasta los 6ó 7 años se considera como el periodo más significativo <strong>en</strong> la formación del individuo(Young, 2002; UNESCO, 2007). Una educación temprana de calidad permite a los niñosdesarrollar habilidades y conceptos básicos como la ampliación y el manejo de nuevovocabulario, comunicación oral y expresiva, desarrollo del razonami<strong>en</strong>to lógico, ori<strong>en</strong>taciónespacial y desarrollo de la motricidad, todos necesarios para un mejor desempeñodurante la trayectoria escolar (CIDE, 1997).En otras palabras, la educación preescolar cumple un rol c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> el desarrollobásico de los niños, <strong>en</strong> especial cuando se trata de familias de escasos recursos. Losniños de familias vulnerables provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de hogares con bajo capital cultural y social,con poca escolaridad de los padres, limitado manejo del l<strong>en</strong>guaje, redes sociales insufici<strong>en</strong>tes,limitado uso de recursos educativos y falta de ambi<strong>en</strong>tes favorables para laformación del apr<strong>en</strong>dizaje; además de vivir <strong>en</strong> los barrios más desposeídos, donde nose cu<strong>en</strong>ta con áreas verdes ni c<strong>en</strong>tros de deporte, y donde exist<strong>en</strong> los niveles más altosde criminalidad y consumo de drogas. Para estos niños, políticas dirigidas a aum<strong>en</strong>tarsu participación <strong>en</strong> la educación preescolar son fundam<strong>en</strong>tales, no solo <strong>en</strong> términos decobertura, sino que también de calidad.La evid<strong>en</strong>cia empírica muestra que haber pasado como alumno por la educaciónpreescolar puede contrarrestar los efectos negativos del <strong>en</strong>torno de niños pobres <strong>en</strong> losprimeros años de educación básica (Ramey y Ramey, 1999; UNICEF, 2000; UNESCO,2007). Por ejemplo, <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina, la universalización del acceso al preescolar increm<strong>en</strong>tóel r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to académico de los niños b<strong>en</strong>eficiarios <strong>en</strong> las áreas de matemáticasy l<strong>en</strong>guaje (Berlinski, Galiani y Gertler, 2006). Por su parte, evaluaciones de programasde preescolar y nutrición <strong>en</strong> Colombia y Bolivia, muestran que la educación preescolares capaz de mejorar la capacidad motriz y psicosocial de los niños, así como del r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>toacadémico <strong>en</strong> l<strong>en</strong>guaje y matemáticas (Behrman, Ch<strong>en</strong>g y Todd, 2004; Attanasioy Vera-Hernández, 2004).2. Políticas públicas integrales para una mayor cohesión socialUnidad de acción: individuo, familia, <strong>en</strong>torno y complem<strong>en</strong>tariedadesUn mayor crecimi<strong>en</strong>to económico de las naciones suele asociarse positivam<strong>en</strong>te conun mayor desarrollo social. La idea es que un mayor crecimi<strong>en</strong>to económico promuevemayor bi<strong>en</strong>estar <strong>en</strong> la medida que aum<strong>en</strong>tan los recursos de la sociedad. Pese a ello,esta relación no es causal ni automática; los procesos son más complejos y se g<strong>en</strong>erandificultades <strong>en</strong> el avance simultáneo de las diversas áreas del desarrollo social. Estas216


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América Latinadifer<strong>en</strong>cias se ac<strong>en</strong>túan cuando se considera el diseño de las políticas públicas dirigidasa mejorar el desempeño de las difer<strong>en</strong>tes áreas del desarrollo. Por ejemplo, laspolíticas sectoriales <strong>en</strong> salud, educación, o empleo, no han logrado t<strong>en</strong>er simultaneidad<strong>en</strong> las tasas de cobertura y calidad <strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes sectores, ni tampoco se observanritmos similares <strong>en</strong> el mejorami<strong>en</strong>to de la gestión de cada sector.Existe complem<strong>en</strong>tariedad e interrelación <strong>en</strong>tre las difer<strong>en</strong>tes políticas públicas quedeb<strong>en</strong> ser consideradas al mom<strong>en</strong>to del diseño. El efecto de políticas multidim<strong>en</strong>sionalescoordinadas <strong>en</strong> bi<strong>en</strong>estar debiera ser mayor que el efecto de políticas sectoriales.Por ejemplo, si los gobiernos están interesados <strong>en</strong> lograr una mayor igualdad de oportunidadesse necesitan individuos que cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con sus capacidades pl<strong>en</strong>as. Es decir,que se cu<strong>en</strong>te con sistemas de salud efici<strong>en</strong>tes y eficaces que asegur<strong>en</strong> las condicionesbásicas de la población. A su vez, se requier<strong>en</strong> sistemas educacionales que asegur<strong>en</strong>el acceso y la calidad de educación para toda la población, de tal forma que los individuoscu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con las capacidades para ejercer sus derechos y cumplir sus deberescomo ciudadanos. Por otro lado, si se cu<strong>en</strong>ta con individuos sanos y con capacidadesproductivas, se necesita un mercado del trabajo dinámico que asegure que los individuospuedan desarrollar sus capacidades y contribuir al desarrollo de sus países. Eneste s<strong>en</strong>tido, la región debe avanzar <strong>en</strong> políticas con mayor grado de integralidad, demanera de obt<strong>en</strong>er mejores resultados <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio de la población.Es importante considerar políticas que fortalezcan y consider<strong>en</strong> a la familia comouno de sus ejes principales 2 . La familia (su estructura y funcionami<strong>en</strong>to) es la principalresponsable de la formación y la realización de las personas. El proceso de formación decapacidades ti<strong>en</strong>e como objetivo el desarrollo de ellas para la vida familiar. Por tanto,el núcleo familiar es el punto de partida de las políticas públicas que int<strong>en</strong>t<strong>en</strong> promovery apoyar el desarrollo de las capacidades afectivas, intelectuales y profesionales de losindividuos.Por su parte, el <strong>en</strong>torno <strong>en</strong> que se desarrollan los individuos frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te es unode los factores olvidados <strong>en</strong> las políticas públicas. Para un desarrollo integral de laspersonas no solo se requiere mayor acceso a salud, educación o empleo, sino que s<strong>en</strong>ecesita, también, de espacios que permitan a los individuos otro tipo de interaccionessociales, como parques, áreas verdes e instalaciones recreativas y deportivas. Estosespacios g<strong>en</strong>eran una serie de efectos ambi<strong>en</strong>tales positivos, como control de la contaminacióndel aire y del ruido, modificación del microclima y realce del paisaje. Tambiénse produc<strong>en</strong> efectos sociales positivos, como el mejorami<strong>en</strong>to de la salud pública, larecreación, factores estéticos y el bi<strong>en</strong>estar g<strong>en</strong>eral, <strong>en</strong> particular <strong>en</strong> los sectores másvulnerables. Además de servir como espacios integradores donde individuos de difer<strong>en</strong>tescaracterísticas pued<strong>en</strong> interactuar.Exist<strong>en</strong> casos exitosos <strong>en</strong> América Latina que han logrado g<strong>en</strong>erar espacios de integraciónciudadana, desarrollo educativo y cultural. Esto ha sucedido con los “ParquesBibliotecas” implem<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> la ciudad de Medellín, Colombia. A partir del año 2004,se crearon cinco de estos parques, ubicados estratégicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las zonas más nece-2Ent<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do “familia” como todo tipo de estructura familiar (bipar<strong>en</strong>tal, monopar<strong>en</strong>tal, etc.).217


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.sitadas de dicha ciudad. Estos espacios cu<strong>en</strong>tan con áreas destinadas al conocimi<strong>en</strong>to,la cultura y el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro ciudadano como: salas de lectura e internet para niños yadultos, c<strong>en</strong>tros de desarrollo empresarial, una sala “Mi Barrio” 3 , ludoteca, talleresde capacitación, teatro, escuela de música, sala de exposiciones, locales comerciales,cafeterías, estacionami<strong>en</strong>tos, zonas verdes y recreativas. Los “Parques Bibliotecas” sehan convertido no solo <strong>en</strong> c<strong>en</strong>tros de consulta, sino también <strong>en</strong> puntos de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro delas comunidades vecinas.Proyectos como el anterior son importantes para la región, pues logran el empoderami<strong>en</strong>tociudadano de los espacios públicos, g<strong>en</strong>erando mayor interacción, lo quepuede disminuir los efectos de los sistemas segregados que operan y así aum<strong>en</strong>tar lacohesión social.En resum<strong>en</strong>, hoy <strong>en</strong> día no solo la educación y la salud son segregadas, sino queel sistema <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. Es necesario impulsar políticas públicas que logr<strong>en</strong> una mayorintegración social, a través de interacción <strong>en</strong>tre individuos de distintas realidades socioeconómicaspara lograr una mayor cohesión social.Programas de transfer<strong>en</strong>cia condicionadaLos Programas de Transfer<strong>en</strong>cia Condicionada (PTC), como se señaló, son programasde transfer<strong>en</strong>cias monetarias dirigidos a familias pobres, bajo la condición que estoshogares realic<strong>en</strong> inversión <strong>en</strong> capital humano <strong>en</strong> los niños del hogar. Los requerimi<strong>en</strong>tosde salud y nutrición, por lo g<strong>en</strong>eral requier<strong>en</strong> controles periódicos, monitoreo delcrecimi<strong>en</strong>to y vacunación para niños m<strong>en</strong>ores de 5 años, cuidado perinatal para las madresy citas periódicas <strong>en</strong> el consultorio de salud. Las condicionalidades <strong>en</strong> educaciónusualm<strong>en</strong>te incluy<strong>en</strong> matrícula escolar más algún requisito de asist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> torno al 80u 85% total. La mayoría de los programas de transfer<strong>en</strong>cias monetarias van dirigidos alas madres, y <strong>en</strong> algunos casos, a los propios niños 4 .Según la CEPAL (2010), los programas gubernam<strong>en</strong>tales de asignaciones monetariasa los sectores más vulnerables de la población b<strong>en</strong>efician a 113 millones de latinoamericanos,que repres<strong>en</strong>tan el 20% de la población de la región. Los programas cubr<strong>en</strong>18 países de AL y los b<strong>en</strong>eficiarios llegan a 25 millones de familias como se observa <strong>en</strong>la Tabla 1. Pese a la amplia cobertura de los programas, el gasto promedio solo repres<strong>en</strong>taun 0,40% del PIB de los países de la región.El programa que ti<strong>en</strong>e una mayor cobertura de b<strong>en</strong>eficiarios <strong>en</strong> términos absolutoses “Bolsas de Familia” <strong>en</strong> Brasil, con 52 millones de personas, originado por la unificaciónde los programas de transfer<strong>en</strong>cias de ingresos condicionadas sectoriales 5 . El bonobásico de este programa está focalizado hacia familias <strong>en</strong> situación de extrema pobreza3Las salas “Mi Barrio” están destinadas a conservar la memoria escrita, fotográfica y fílmica de las zonas donde se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los Parques Biblioteca. Mi<strong>en</strong>tras que las ludotecas son c<strong>en</strong>tros de desarrollo infantil y familiar a travésdel juego y los juguetes.4Para mayor detalle, ver Fizsbein y Schady (2009).5Entre ellos, Bolsa Escola, Bolsa Alim<strong>en</strong>tação, Cartão Alim<strong>en</strong>taçao y Auxilio-Gas. En 2005 se unifica con el Programade Erradicação do Trabalho Infantil (PETI).218


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América Latina(ingreso m<strong>en</strong>sual per cápita de hasta R$70) y corresponde a una transfer<strong>en</strong>cia planapor familia. Las condiciones correspond<strong>en</strong> a una asist<strong>en</strong>cia escolar mínima de un 85%para niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>tre 6 y 15 años, mi<strong>en</strong>tras que para los niños y niñasy adolesc<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> riesgo o retirados del trabajo infantil, se debe cumplir con asist<strong>en</strong>ciamínima de 85% a servicios coeducativos. Por otro lado, se requiere el cumplimi<strong>en</strong>to delcal<strong>en</strong>dario de vacunaciones y controles de crecimi<strong>en</strong>to y desarrollo para niños y niñasm<strong>en</strong>ores de 7 años; asist<strong>en</strong>cia a controles pr<strong>en</strong>atales y acompañami<strong>en</strong>to de madreslactantes <strong>en</strong>tre 14 y 44 años.El segundo programa de mayor cobertura es “Oportunidades”, <strong>en</strong> México, con 27millones de personas. Es uno de los programas más importantes y ha servido de refer<strong>en</strong>tepara otros que se han implem<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> la región. Nació <strong>en</strong> 1997 bajo el nombrede “Progresa” (Programa de Educación, Salud y Alim<strong>en</strong>tación) y estaba dirigido solo azonas rurales. En el año 2001 amplía su cobertura a zonas semiurbanas y urbanas. Esteprograma incluye un paquete de medidas, <strong>en</strong>tre ellas, apoyo alim<strong>en</strong>ticio, educacional,de salud y <strong>en</strong>ergético, para adultos mayores y población infantil. Entre las condicionesque exige a los b<strong>en</strong>eficiarios se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran la asist<strong>en</strong>cia a controles médicos programados(para todos los integrantes del hogar con frecu<strong>en</strong>cia difer<strong>en</strong>ciada según edades),asist<strong>en</strong>cia a la escuela (85% de asist<strong>en</strong>cia), apoyo <strong>en</strong> alim<strong>en</strong>tación del hogar y consumirsuplem<strong>en</strong>tos nutricionales.Otros programas de gran cobertura <strong>en</strong> la región son “Familias <strong>en</strong> Acción” <strong>en</strong> Colombia(12 millones de individuos) y el “Bono de Desarrollo Humano” <strong>en</strong> Ecuador (44% dela población del país). Entre los programas más pequeños se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran: la “AsignaciónUniversal por Hijo para Protección <strong>Social</strong>” y el programa “Jefas y Jefes de Hogar Desocupados”de Arg<strong>en</strong>tina; los bonos “Juancito Pinto” y “Madre Niña-Niño Juana Azurduy”de Bolivia; “Chile Solidario” de Chile; los programas “Avancemos y Superémonos” deCosta Rica, y los “Bonos de Desarrollo Humano y Solidario” de Ecuador.Los PTC se caracterizan por ser programas complejos que se ocupan de distintasdim<strong>en</strong>siones del bi<strong>en</strong>estar de las personas. Según CEPAL (2010), los PTC contribuyerona aminorar el impacto de las crisis económicas y reducir la desigualdad, junto conaum<strong>en</strong>tar los ingresos laborales 6 . Pese a ello, el gasto promedio de los países <strong>en</strong> estosprogramas aún es muy bajo.Los PTC repres<strong>en</strong>tan una primera aproximación de las políticas públicas integralesa las cuales se requiere avanzar <strong>en</strong> la región, aunque es preciso avanzar <strong>en</strong> su complejidad.Por ejemplo, la mayoría de las condicionalidades <strong>en</strong> educación se conc<strong>en</strong>tran<strong>en</strong> asist<strong>en</strong>cia de los estudiantes. En un futuro, sin embargo, los programas deberíanincluir condicionalidades <strong>en</strong> r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to. Respecto a la condicionalidades <strong>en</strong> empleo,se deberían implem<strong>en</strong>tar esquemas de ingreso laboral complem<strong>en</strong>tarios para los máspobres. La idea es que algui<strong>en</strong> que trabaja no debiera ser considerado pobre; si trabajay recibe ingresos por ello, debiera lograr satisfacer sus necesidades mínimas. Si el in-6Al ser programas ori<strong>en</strong>tados a disminuir las brechas educacionales, aum<strong>en</strong>tan las oportunidades educacionales ylaborales, es más fácil acceder a trabajos de calidad y t<strong>en</strong>er mayor ingresos. Luego, la crisis tuvo m<strong>en</strong>os efectos alestar la población más preparada para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarla.219


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.greso que recibe no es sufici<strong>en</strong>te para ello, <strong>en</strong>tonces el gobierno debiera complem<strong>en</strong>tarlos ingresos con tal de que logr<strong>en</strong> satisfacer sus requerimi<strong>en</strong>tos básicos.A su vez, los programas debieran considerar a la educación terciaria de manera quese logre el financiami<strong>en</strong>to educacional de los más vulnerables, con el objetivo de t<strong>en</strong>ersistemas de educación terciaria con m<strong>en</strong>or segregación. Otra medida alternativa esque los estudiantes con créditos universitarios realic<strong>en</strong> clases <strong>en</strong> escuelas vulnerables,como parte del pago de sus créditos, de tal forma que niños vulnerables se b<strong>en</strong>efici<strong>en</strong>de la interacción con los estudiantes universitarios, tanto por la mejor calidad de educaciónque estos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> para ofrecer, como por el capital social que los universitariospued<strong>en</strong> aportar.Tabla 1. Programas de Transfer<strong>en</strong>cia CondicionadaNombre del Programa Año Ejecución PaísFamilias por la Inclusión <strong>Social</strong> 2005- Arg<strong>en</strong>tinaJefas y Jefes de Hogar Desocupados 2002-2005 Arg<strong>en</strong>tinaPrograma de Ciudadanía Porteña 2005- Arg<strong>en</strong>tinaAsignación Universal por Hijo para Protección <strong>Social</strong> 2009- Arg<strong>en</strong>tinaBono Juancito Pinto 2006- BoliviaBono Madre Niña-Niño Juana Azurduy 2009- BoliviaBolsa Familia 2003- BrasilPrograma de Erradicação do Trabalho Infantil 1997- BrasilBolsa Escola 2001-2003 BrasilBolsa Alim<strong>en</strong>tação 2001-2003 BrasilCartão Alim<strong>en</strong>tação 2003 BrasilChile Solidario 2002- ChileFamilias <strong>en</strong> Acción 2001- ColombiaSubsidios Condicionados a la Asist<strong>en</strong>cia Escolar 2005- ColombiaRed Unidos (Ex Red Juntos) 2007- ColombiaAvancemos 2006- Costa RicaSuperémonos 2000-2002 Costa RicaBono de Desarrollo Humano 2003- EcuadorBono Solidario 1998-2003 EcuadorComunidades Solidarias Rurales 2005- El SalvadorMi Familia Progresa 2008- GuatemalaProtección y Desarrollo de la Niñez y Adolesc<strong>en</strong>cia Trabajadora 2007- HondurasPrograma de Asignación Familiar (PRAF) 1990- HondurasPRAF/BID Fase II 1998-2005 HondurasPRAF/BID Fase III 2006-2009 HondurasBono 10.000 Educación, Salud y Nutrición 2010- Honduras220


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América LatinaProgramme of Advancem<strong>en</strong>t Through Health and Education (PATH) 2001- JamaicaOportunidades (Programa de Desarrollo Humano, ex Progresa) 1997- MéxicoRed de Protección <strong>Social</strong> 2000-2006 NicaraguaSistema de At<strong>en</strong>ción a Crisis 2005-2006 NicaraguaRed de Oportunidades 2006- PanamáBonos Familiares para la Compra de Alim<strong>en</strong>tos 2005- PanamáTekoporã 2005- ParaguayAbrazo 2005- ParaguayJuntos (Programa Nacional de Apoyo Directo a los más Pobres) 2005- PerúPrograma Solidaridad 2005-Targeted Conditional Cash Transfer Program (TCCTP) 2005RepúblicaDominicanaTrinidad yTobagoPlan de At<strong>en</strong>ción Nacional a la Emerg<strong>en</strong>cia <strong>Social</strong> (PANES) 2005-2007 UruguayAsignaciones Familiares 2008 UruguayTarjeta Alim<strong>en</strong>taria 2006 UruguayPolíticas integrales para la primera infanciaLos niños y niñas de América Latina nac<strong>en</strong> y viv<strong>en</strong> sus primeros años de vida bajo profundasdesigualdades. La calidad de at<strong>en</strong>ción que los niños de la región recib<strong>en</strong> de suspadres, cuidadores y profesores es muy heterogénea, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do del estrato socialdel que prov<strong>en</strong>gan. En este s<strong>en</strong>tido, el acceso a un medio adecuado para desarrollarsedetermina que, desde su concepción, los niños más vulnerables se vean afectados negativam<strong>en</strong>tepor su <strong>en</strong>torno.Sigui<strong>en</strong>do esta lógica, una de las interv<strong>en</strong>ciones con mayor retorno para aum<strong>en</strong>tarla igualdad de oportunidades <strong>en</strong> la población debiera ser a través de la implem<strong>en</strong>taciónde programas integrales de primera infancia, que contempl<strong>en</strong> políticas de educación,salud y nutrición <strong>en</strong> los primeros años de vida. Políticas integrales dirigidas a la primerainfancia ayudarían a prev<strong>en</strong>ir daños irremediables que pued<strong>en</strong> ocurrir <strong>en</strong> esta etapade la vida de los individuos, como resultado de falta de cuidado adecuado o car<strong>en</strong>ciasnutricionales.La educación preescolar repres<strong>en</strong>ta uno de los compon<strong>en</strong>tes principales para llevara cabo políticas integrales. El estímulo intelectual que pued<strong>en</strong> recibir los niños durantelos primeros cuatro años de vida <strong>en</strong> los jardines infantiles, <strong>en</strong> especial para aquellosmás vulnerables, resulta fundam<strong>en</strong>tal para el desarrollo del capital humano de la región.Los países ya han avanzado <strong>en</strong> cobertura, ahora la tarea p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te es la calidad 7 .7Un mayor acceso de los niños y niñas a educación preescolar de calidad debiera expresarse <strong>en</strong> mejores resultadosy mayores tasas de ret<strong>en</strong>ción a los largo de la educación primaria.221


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.Por otro lado, es importante que los países t<strong>en</strong>gan pres<strong>en</strong>te la intersectorialidadpara la aplicación de las políticas. Se requiere la participación de difer<strong>en</strong>tes ministerios,donde exista coordinación y complem<strong>en</strong>tariedad <strong>en</strong> las medidas implem<strong>en</strong>tadas.En América Latina ya exist<strong>en</strong> países implem<strong>en</strong>tando políticas integrales. Entre ellosse <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra Chile con el programa “Chile Crece Contigo”; Colombia con el “Plan País-Plan Dec<strong>en</strong>al”; Costa Rica con el “Plan Nacional para la Niñez y la Adolesc<strong>en</strong>cia”; Cubacon el “Plan Nacional de Acción a Favor de la Infancia”, y Ecuador con el “Plan NacionalDec<strong>en</strong>al de Protección Integra a la Niñez y la Adolesc<strong>en</strong>cia”.A pesar de los esfuerzos por implem<strong>en</strong>tar políticas integrales <strong>en</strong> materia de primerainfancia, aún queda mucho por hacer, <strong>en</strong> especial <strong>en</strong> la coordinación y participación delos difer<strong>en</strong>tes actores. Se requiere una mayor participación del aparato estatal <strong>en</strong> suconjunto, de la voluntad política, de un mayor involucrami<strong>en</strong>to de las familias <strong>en</strong> laspolíticas implem<strong>en</strong>tadas y de un mayor gasto de los gobiernos <strong>en</strong> programas relacionadoscon la primera infancia.Nuevas formas de cohesión socialEn los últimos años los sistemas de comunicación han sufrido cambios sin preced<strong>en</strong>tesdebido al desarrollo e introducción de las nuevas tecnologías de la comunicación einformación (NTICs), como resultado de la masificación de Internet 8 . Las NTICs se hanintegrado pau<strong>latina</strong>m<strong>en</strong>te a procesos de transformación <strong>en</strong> los ámbitos político, social,económico, cultural y ci<strong>en</strong>tífico. Bajo este nuevo esc<strong>en</strong>ario, conceptos como ciudadaníay espacio público han sido ampliam<strong>en</strong>te debatidos, e incluso se ha llegado a hablar de“ciber ciudadanías” (Rueda, 2005; Álvarez, 2009).No cabe duda de que estas nuevas tecnologías están g<strong>en</strong>erando nuevas prácticasy nuevas formas de movilización y participación ciudadana, <strong>en</strong> especial a nivel de sociedadcivil y <strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>tos ciudadanos. En este s<strong>en</strong>tido, están g<strong>en</strong>erando nuevasformas de inclusión e integración ciudadana, conceptos íntimam<strong>en</strong>te relacionados conla cohesión social.La introducción de las NTICs ha desplazado los movimi<strong>en</strong>tos sociales basados <strong>en</strong>estructuras políticas y piramidales, dando paso a agrupaciones ciudadanas sin orig<strong>en</strong>político, desc<strong>en</strong>tralizadas, sin jerarquías y con estructuras horizontales, que compart<strong>en</strong>puntos de interés comunes como temas medioambi<strong>en</strong>tales, igualdad de género olibertad sexual. Estos nuevos movimi<strong>en</strong>tos han sido resultado de la interrelación quese desarrolla <strong>en</strong> los “medios de comunicación interactiva”, que hac<strong>en</strong> posible la g<strong>en</strong>eraciónde cont<strong>en</strong>ido por los usuarios y la interacción <strong>en</strong>tre pares de manera directa. Estascaracterísticas de las NTICs ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el pot<strong>en</strong>cial de promover nuevas formas de ejercerciudadanía, así como g<strong>en</strong>erar mayores niveles de interacción social.8En lo que sigue, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>deremos como nuevas tecnologías de la información, aquellas herrami<strong>en</strong>tas computacionalese informáticas que procesan, almac<strong>en</strong>an, sintetizan, recuperan y pres<strong>en</strong>tan información de difer<strong>en</strong>tes formas.Es decir, son un conjunto de herrami<strong>en</strong>tas, soportes y canales para el tratami<strong>en</strong>to de la información. Son nuevossoportes para registrar, almac<strong>en</strong>ar y difundir información de manera interactiva a través de Internet.222


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América LatinaEl éxito de la nuevas formas de interacción social dep<strong>en</strong>de del grado de p<strong>en</strong>etraciónde las nuevas tecnologías <strong>en</strong> la población (brechas de acceso) y de los niveles de alfabetizacióno de apropiación de las compet<strong>en</strong>cias de las mismas. En América Latina, lasbrechas digitales aún son importantes. Los más vulnerables son precisam<strong>en</strong>te qui<strong>en</strong>esti<strong>en</strong><strong>en</strong> m<strong>en</strong>or acceso a los circuitos de información y comunicación, reproduci<strong>en</strong>do lasdesigualdades <strong>en</strong> ingreso que se ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> la región. Sin embargo, es importante señalarque se han realizado difer<strong>en</strong>tes esfuerzos por combatir la brecha digital 9 . Éstos sehan dirigido a masificar y ofrecer igualdad de oportunidades de acceso a la informacióna través del uso y la apropiación de la NTICs, ofreci<strong>en</strong>do capacitación y <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tode compet<strong>en</strong>cias digitales para comunicarse, respecto a búsquedas de información <strong>en</strong>Internet y trámites <strong>en</strong> línea, <strong>en</strong>tre otros 10 .Comunicarse, informarse y asociarse hoy <strong>en</strong> día requiere des<strong>en</strong>volverse y apropiarsede las nuevas tecnologías de manera indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. En este s<strong>en</strong>tido, si bi<strong>en</strong> un mayoracceso y apropiación de las NTICs no g<strong>en</strong>era un aum<strong>en</strong>to inmediato <strong>en</strong> la participaciónciudadana ni soluciona automáticam<strong>en</strong>te los problemas de cohesión social y desigualdad,desde una perspectiva de corto y mediano plazo, ti<strong>en</strong>e el pot<strong>en</strong>cial de fortalecer el capitalsocial, permiti<strong>en</strong>do instalar prácticas para la participación y la superación de las desigualdades,especialm<strong>en</strong>te a través de los medios de comunicación social interactivos.La web social: medios de comunicación interactiva e interacción socialLos medios de comunicación social interactiva (MCSI) consist<strong>en</strong> <strong>en</strong> el uso de tecnologíasbasadas <strong>en</strong> Internet donde cada usuario puede publicar o producir cont<strong>en</strong>ido einteractuar con otros usuarios utilizando diversas herrami<strong>en</strong>tas y soportes como textos,imág<strong>en</strong>es, videos, pistas de audio, <strong>en</strong>tre otros. Plataformas como Twitter, Facebook,blogs, foros y difer<strong>en</strong>tes comunidades virtuales son parte de los llamados medios decomunicación social interactiva.Existe una serie de atributos que hac<strong>en</strong> particulares a los MCSI, <strong>en</strong>tre ellos su caráctergratuito, tanto como para el que produce su cont<strong>en</strong>ido como para qui<strong>en</strong> lo observa ylo com<strong>en</strong>ta, su manejo intuitivo y s<strong>en</strong>cillo, su publicación instantánea y sus audi<strong>en</strong>ciasactivas y participativas. Además de su persist<strong>en</strong>cia (el registro de la comunicación queda<strong>en</strong> línea para la posterioridad), su búsqueda (la posibilidad de <strong>en</strong>contrar un “cuerpodigital” mediante búsqueda <strong>en</strong> línea), su replicabilidad (la posibilidad de reproducirexpresiones al pie de la letra de un lugar a otro sin poder distinguir el original de lacopia) y sus audi<strong>en</strong>cias invisibles (la imposibilidad de determinar qui<strong>en</strong>es son testigode las expresiones <strong>en</strong> la red) (Boyd, 2007).Existe un fuerte debate, tanto <strong>en</strong> la academia como <strong>en</strong> los gobiernos y foros internacionales,respecto a la importancia e influ<strong>en</strong>cia de los MCSI <strong>en</strong> la comunicación, el in-9Entre ellos destacan programas como Telec<strong>en</strong>tro, difundido ampliam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> América Latina y el Caribe, u OneLaptop Per Child (OLPC). Además de proyectos propios de cada país como: Corporación El Encu<strong>en</strong>tro (Chile), FundaciónInfoc<strong>en</strong>tros (V<strong>en</strong>ezuela), Gemas da la Tierra (Brasil), <strong>en</strong>tre otros.10En América Latina, el acceso a Internet ha crecido de manera importante aum<strong>en</strong>tando de un 29% a un 35% <strong>en</strong>treel año 2002 y 2008, lo cual puede ser resultado de los proyectos llevados a cabo <strong>en</strong> la región.223


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.tercambio y la creación de información y por su papel formativo; además de la discusiónsobre su pot<strong>en</strong>cial democratizador, ya que se le ha adjudicado la capacidad de construiry/o desarrollar ciudadanía y contribuir a la promoción e increm<strong>en</strong>to de la participaciónciudadana (Binimelis, 2007).Estos medios de comunicación han sido catalogados como medios democráticos,donde se lleva acabo una “comunicación simétrica <strong>en</strong>tre pares” (Surman y Reilly, 2005).Han cambiado la forma de comunicarnos, informarnos, participar cívicam<strong>en</strong>te e inclusomovilizarnos socialm<strong>en</strong>te. En efecto, los MCSI han sido utilizados como medios deprotesta y movilización. Plataformas como Twitter y Facebook han logrado movilizar amiles de personas con un interés común, <strong>en</strong> zonas alejadas geográficam<strong>en</strong>te, para compartirinformación y participar <strong>en</strong> acciones colectivas de gran alcance (Rattray, 2009).Los MCSI hoy <strong>en</strong> día son la base para informar, congregar y movilizar grupos de personascon intereses comunes. Gracias a las nuevas plataformas de comunicación, estosgrupos han sido escuchados y han aum<strong>en</strong>tado su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da pública y <strong>en</strong>los medios tradicionales, alcanzado una visibilidad y un empoderami<strong>en</strong>to que antes eracasi imposible. Las nuevas tecnologías de la información han servido como foro para lasvoces que fueron ignoradas por mucho tiempo, <strong>en</strong> especial las de los más vulnerables yexcluidos de la sociedad (Schuler, 2003).En las redes sociales cada individuo puede expresarse a favor o <strong>en</strong> contra de algúntema <strong>en</strong> particular, creando o adhiriéndose a alguna plataforma de la causa, dondepuede participar, difundir, recibir información y opinar <strong>en</strong> igualdad de condiciones consus pares. En efecto, investigaciones reci<strong>en</strong>tes indican que el uso de las TICs por gruposy comunidades <strong>en</strong> América Latina ha increm<strong>en</strong>tado y fortalecido los vínculos con otrasagrupaciones, así como ha aum<strong>en</strong>tando sus posibilidades de darse a conocer y reclutarnuevos miembros, dando orig<strong>en</strong> a nuevas formas de comunidad, participación y empoderami<strong>en</strong>tociudadano (Rueda, 2005).Los usuarios de las NTICs no solo consum<strong>en</strong> información y cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> línea, sinoque también los produc<strong>en</strong> y los diseminan. Según los expertos, una de las consecu<strong>en</strong>ciasmás importantes de la producción de cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> línea desde la g<strong>en</strong>te, y no sólode un emisor a una masa anónima, es la creación de comunidades y la construcción deconci<strong>en</strong>cia comunitaria (Alfaro, 2010). Esta nueva forma de comunicarse ha cambiadola noción de audi<strong>en</strong>cia. En Internet, este concepto se ha vuelto complejo, dando orig<strong>en</strong>a diversos términos para las prácticas sociales realizadas <strong>en</strong> línea: usuario, productor,participante o consumidor, <strong>en</strong>tre otros. En todos estos términos destaca el rol activodel internauta.Los usuarios de los MCSI se caracterizan por ser “activos, conectados, socialm<strong>en</strong>tebulliciosos y comprometidos” (J<strong>en</strong>kins, 2006). Gracias a su capacidad de compartir conotros, interrelacionarse y conectarse simétricam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre sí, g<strong>en</strong>eran con cierta holguralas llamadas comunidades virtuales o comunidades <strong>en</strong> línea 11 , si<strong>en</strong>do capaces de discutir11En América Latina existe una serie de comunidades virtuales, <strong>en</strong>tre ellas Patagonia sin represas, Chao Pesca’o:salvemos punta de choros, Sistemas de Información Agraria, Vamos Mujeres, Fundación Acceso TelemedicinasEHAS, Computer Clubhouse, <strong>en</strong>tre otras.224


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América Latina<strong>en</strong> foros y organizar manifestaciones (vía Twitter o Facebook, por ejemplo) sin la necesidadde estar <strong>en</strong> una misma habitación, ni siquiera <strong>en</strong> el mismo país o zona horaria.En este s<strong>en</strong>tido, los usuarios de los MCSI gozan de un empoderami<strong>en</strong>to sin preced<strong>en</strong>tes.Los usuarios ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la capacidad de contactarse directa y simétricam<strong>en</strong>te conotros que compart<strong>en</strong> sus ideas o causas sin necesidad de intermediarios, sin jerarquías,publicando cont<strong>en</strong>idos de forma paralela a los medios tradicionales y creando sus públicosy seguidores.Hace casi dos décadas, <strong>en</strong> los comi<strong>en</strong>zos de Internet, Rheingold vaticinaba que “unanueva forma de organización social nacerá de la fusión de la libertad de expresión, lafalta de control c<strong>en</strong>tral, el acceso a la comunicación de muchos a muchas y el esfuerzovoluntario” (Rheingold, 1993). Hoy <strong>en</strong> día, la red se pres<strong>en</strong>ta como una oportunidadpara crear y fortalecer alianzas sociales, abri<strong>en</strong>do nuevos espacios de participación <strong>en</strong>la vida comunitaria, facilitando el flujo de ideas, el empoderami<strong>en</strong>to de los usuarios yg<strong>en</strong>erando comunidades y movimi<strong>en</strong>tos ciudadanos.Las nuevas comunidades <strong>en</strong>tregan una serie de b<strong>en</strong>eficios y bi<strong>en</strong>es colectivos <strong>en</strong> elárea del capital social, como la interacción con una amplia red de contactos de los participantes.En el capital de los conocimi<strong>en</strong>tos, estas comunidades permit<strong>en</strong> increm<strong>en</strong>tar,agudizar y difundir informaciones y conocimi<strong>en</strong>tos gracias al uso de las TIC. En cuantoal capital emocional o la comunión, que implica fuertes s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos personales deconfianza, se g<strong>en</strong>era un compromiso <strong>en</strong>tre los participantes (Rueda, 2005).En este s<strong>en</strong>tido, las NTICs son fundam<strong>en</strong>tales y son una nueva forma que los gobiernosdebieran explotar para lograr una mayor cohesión social. Como se ha m<strong>en</strong>cionadoanteriorm<strong>en</strong>te, los MCSI ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un efecto importante sobre la participación ciudadana,que precisam<strong>en</strong>te es uno de los principales ingredi<strong>en</strong>tes de la democracia y la cohesiónsocial. Es necesario ampliar la participación e incorporar a los ciudadanos para lograrla integración social (Araos-Fraser, 2010).La ciudadanía pl<strong>en</strong>a pasa, idealm<strong>en</strong>te, porque el individuo participe de alguna forma<strong>en</strong> la esfera social, económica o política, para insertarse de esa manera <strong>en</strong> la sociedady <strong>en</strong> el mercado. En este s<strong>en</strong>tido, los MCSI pose<strong>en</strong> un <strong>en</strong>orme pot<strong>en</strong>cial para disminuirbrechas, ofreci<strong>en</strong>do y al<strong>en</strong>tando plataformas de participación a nivel social, cultural ycívico. Los MCSI ofrec<strong>en</strong> una participación que se da <strong>en</strong> un ambi<strong>en</strong>te libre de jerarquíasy discriminaciones, donde hombres y mujeres participan, sin importar su nivel educacional,edad, estrato socioeconómico, inclinación sexual, <strong>en</strong>tre otros.De esta manera, las NTICs ofrec<strong>en</strong> a los participantes un esc<strong>en</strong>ario ideal para experim<strong>en</strong>tarcon la afiliación y el empoderami<strong>en</strong>to ciudadano, alim<strong>en</strong>tando así los idealesde la ciudadanía y la cohesión social. Además de ejercitar otras compet<strong>en</strong>cias cívicastales como: expresar opiniones <strong>en</strong> público, liderazgo, negociación, compromiso, llegara acuerdo <strong>en</strong> grupos, solución de conflictos, <strong>en</strong>tre muchas otras. Las NTICs <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>anla “capacidad de participar”, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como actitud y habilidad, y ofrec<strong>en</strong> al mismotiempo “la oportunidad de participar”, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como el espacio que permite el ejerciciode la participación.Las organizaciones de la sociedad civil vi<strong>en</strong><strong>en</strong> ejercitando estas compet<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>Internet desde hace varios años, aplicando las tecnologías que ofrec<strong>en</strong> los MCSI. Dichasorganizaciones han descubierto y puesto <strong>en</strong> práctica el pot<strong>en</strong>cial del desarrollo y cons-225


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.trucción de ciudadanía <strong>en</strong> la promoción de una mayor participación y democratizaciónde la sociedad a través de Internet.Por otra parte, las oportunidades de participación y asociación que ofrec<strong>en</strong> los MCSIpued<strong>en</strong> contribuir a reforzar la id<strong>en</strong>tidad colectiva de las agrupaciones, dado que unaciudadanía activa puede operar como convertidor, traduci<strong>en</strong>do las aspiraciones de laspersonas y sus recursos asociativos <strong>en</strong> acción política (Orrego y Araya, 2002). Es especial,esto puede ser pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te b<strong>en</strong>eficioso para los jóv<strong>en</strong>es, de qui<strong>en</strong>es se diceque carec<strong>en</strong> de id<strong>en</strong>tidad común 12 .Las autoridades han <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido la importancia de las NTICs y han tratado de g<strong>en</strong>erarcanales más directos <strong>en</strong>tre los gobiernos y los ciudadanos (como los proyectosde e-gobierno o gobierno electrónico de países como Chile y Uruguay). Por su parte,las organizaciones de la sociedad civil han fom<strong>en</strong>tado la interacción y comunicación através de los MCSI, formando redes para la def<strong>en</strong>sa de intereses y problemas comunes,construy<strong>en</strong>do respuestas articuladas y colocando sus problemas y temas <strong>en</strong> la visibilidadpública.Estas nuevas formas de organización y trabajo <strong>en</strong> red ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el pot<strong>en</strong>cial de repercutir<strong>en</strong> una mayor integración social, al fortalecer la ciudadanía, y de lograr una mayordisposición a la confianza y a la asociación. Lo anterior favorece el ejercicio ciudadano,el capital social, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do este último como un conjunto de normas y redes de compromisocívico que se materializan <strong>en</strong> la disposición de lazos de confianza y cooperaciónque establec<strong>en</strong> los individuos <strong>en</strong>tre sí y con las instituciones. De esa forma se lograun espacio seguro para el desarrollo de las relaciones interpersonales, dando cabida as<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia y compromiso social, sin importar el género, etnia, ori<strong>en</strong>taciónsexual o discapacidades. Estas relaciones son las bases para establecer lazos decooperación mutua y, por <strong>en</strong>de, lograr una mayor cohesión social.Por otro lado, los MCSI ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el pot<strong>en</strong>cial de disminuir factores de riesgo de exclusiónsocial, por ejemplo, al adquirir y <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ar las compet<strong>en</strong>cias TICs mediante su uso.Hoy <strong>en</strong> día, individuos sin compet<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> estas nuevas tecnologías están <strong>en</strong> situaciónde vulnerabilidad al considerarse “discapacitados digitales”, lo cual significa estar excluidode una importante fu<strong>en</strong>te de capital. Sin m<strong>en</strong>cionar además la desv<strong>en</strong>taja <strong>en</strong>la que se <strong>en</strong>contrarían los individuos a la hora de querer ingresar al mercado laboral,donde cada día cobran más importancia las compet<strong>en</strong>cias TIC.Respecto a este último punto, Levy y Murnane (2005) señalan que las compet<strong>en</strong>ciasmás solicitadas actualm<strong>en</strong>te por el mercado laboral, la sociedad y la economía, son lacapacidad de análisis, la interactividad y las habilidades computarizadas. McLaughlin(2000) indica que las habilidades basadas <strong>en</strong> tecnologías son altam<strong>en</strong>te valoradas yútiles, mejorando la capacidad de contribuir a la sociedad y las probabilidades de éxitode qui<strong>en</strong> las ti<strong>en</strong>e. De esta manera, la falta de acceso o conocimi<strong>en</strong>to TIC podría traducirse<strong>en</strong> m<strong>en</strong>os oportunidades laborales, o incluso, <strong>en</strong> la exclusión del mercado laboral.12Por ejemplo, <strong>en</strong> Chile se produjo un gran movimi<strong>en</strong>to estudiantil <strong>en</strong> 2011, que abogaba por un mejorami<strong>en</strong>tode la educación. La participación de los jóv<strong>en</strong>es fue masiva. Los estudiantes se mostraron comprometidos conel movimi<strong>en</strong>to e id<strong>en</strong>tificados con él. Gran parte de la respuesta masiva a las movilizaciones fue producto de lautilización de los MCSI.226


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América LatinaAl t<strong>en</strong>er los individuos las capacidades que hoy requiere el mercado del trabajo y alampliar las redes de contacto que permitan acceder a empleos de mayor calidad, mejoranlas posibilidades de mayores ingresos <strong>en</strong> el trabajo, aum<strong>en</strong>ta el bi<strong>en</strong>estar de lasfamilias y mejora la cohesión social.Políticas públicas para una mayor cohesión social a través de las NTICsSi bi<strong>en</strong> la brecha digital relacionada con el acceso ha sido el tema c<strong>en</strong>tral de una seriede políticas públicas <strong>en</strong> países de América Latina, aún exist<strong>en</strong> otras instancias que continúanexcluy<strong>en</strong>do a ciertos sectores del uso participativo e inclusivo de las NTICs. Enmiras de aprovechar esta herrami<strong>en</strong>ta y aplicarla <strong>en</strong> pos de la integración y la participaciónciudadana, es necesario incorporarlas a la vida democrática <strong>en</strong> la sociedad civil.Para ello se requiere fortalecer las políticas públicas relacionadas a la adopción y el usoefectivo de las TICs (Williamson, 2007), <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tando el desafío de lograr una ciudadaníamás y mejor informada y portadora de nuevas demandas (Orrego y Araya, 2002).En este s<strong>en</strong>tido, el fortalecimi<strong>en</strong>to de programas de acceso a las NITCs es vital parallevar las tecnologías a las comunidades, <strong>en</strong> un ambi<strong>en</strong>te donde es posible explorar sususos de manera cercana y segura. Como ya se m<strong>en</strong>cionó, programas como FundaciónInfoc<strong>en</strong>tro <strong>en</strong> V<strong>en</strong>ezuela, El Encu<strong>en</strong>tro y BiblioRedes <strong>en</strong> Chile, o Caso G<strong>en</strong>da da Terra <strong>en</strong>Brasil, son experi<strong>en</strong>cias positivas de llevar las tecnologías a las comunidades a travésde puntos de acceso.Por otro lado, es importante fortalecer los programas de <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to. Lograr elacceso a las TICs es solo el primer paso; el sigui<strong>en</strong>te consiste <strong>en</strong> capacitar <strong>en</strong> las compet<strong>en</strong>ciasy habilidades TIC para usar de manera efectiva las herrami<strong>en</strong>tas puestas adisposición <strong>en</strong> la primera etapa. En la actual sociedad del conocimi<strong>en</strong>to es necesariomanejar las TIC con el fin de que los ciudadanos seamos pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te partícipes de lacultura y el mundo que nos rodea (J<strong>en</strong>kins, 2006).La falta de acceso igualitario a las compet<strong>en</strong>cias TICs am<strong>en</strong>aza la equidad social. Porlo que es c<strong>en</strong>tral reforzar la capacitación de las personas de sectores excluidos <strong>en</strong> elmanejo, mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to y gestión de las TICs. Es clave alfabetizar a los ciudadanos detodas las edades y grupos sociales <strong>en</strong> el l<strong>en</strong>guaje de estas tecnologías 13 .Otro punto importante a considerar por los programas de <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to son lossoftwares y las herrami<strong>en</strong>tas de instrucción. En este s<strong>en</strong>tido es importante dar a conocerlas alternativas gratuitas de características similares a los softwares y herrami<strong>en</strong>taspagadas disponibles <strong>en</strong> el mercado. Por ejemplo, Office y Op<strong>en</strong> Office ofrec<strong>en</strong> herrami<strong>en</strong>tassin costo de procesador de texto, hojas de cálculo, herrami<strong>en</strong>tas de dibujo y depres<strong>en</strong>taciones, <strong>en</strong>tre otras.Una medida importante es la instauración de programas de capacitación <strong>en</strong>focadosal uso de las TICs <strong>en</strong> la micro, pequeña y mediana empresa. Las empr<strong>en</strong>dedoras ylos empr<strong>en</strong>dedores pued<strong>en</strong> aplicar estas nuevas tecnologías tanto para promocionar su13La mayoría de los programas m<strong>en</strong>cionados anteriorm<strong>en</strong>te proporcionan instrucción y <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to a qui<strong>en</strong>eslo solicitan.227


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.empresa, productos o servicios como para ord<strong>en</strong>ar sus gastos o pagos a proveedores,por ejemplo. Esta capacitación debe estar ori<strong>en</strong>tada a g<strong>en</strong>erar nuevas compet<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>la gestión empresarial, uso de las TICs y comercio electrónico, <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio directo dela competitividad y la participación de los empr<strong>en</strong>dedores <strong>en</strong> los mercados.Por otro lado, se puede favorecer la exist<strong>en</strong>cia de monitores <strong>en</strong>focados a impulsar laparticipación y el desarrollo de comunidades que facilit<strong>en</strong> e instruyan de forma cercanay accesible <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes puntos de acceso. Por ejemplo, el programa One Laptop PerChild ha sido implem<strong>en</strong>tado fuertem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la región con el objetivo de dar mayor accesoa las tecnologías y su uso. Sin embargo, hoy se debiera avanzar a lograr una mayorconexión a Internet de tal forma de dar paso a la creación de comunidades virtuales, demanera que los niños puedan compartir información, realizar tareas y ser partícipes delos múltiples b<strong>en</strong>eficios de los medios de comunicación interactivos descritos anteriorm<strong>en</strong>te.En este s<strong>en</strong>tido, la familia puede fortalecer este proceso, si<strong>en</strong>do los propios niñosde los hogares más pobres los intermediarios <strong>en</strong>tre las NITCs y las familias de ellos.El Servicios de Impuestos Internos (SII) o las Oficinas de Informaciones, Reclamos ySuger<strong>en</strong>cias (OIRS) <strong>en</strong> Chile, han dado inicio a nuevas formas de acción y comunicacióncon las autoridades. Estas y otras plataformas del gobierno electrónico no solo facilitany simplifican los trámites de los ciudadanos, sino que ofrec<strong>en</strong> mayor transpar<strong>en</strong>cia gubernam<strong>en</strong>taly mayor acceso a la información y canales de comunicación directos y efectivos,sobre todo para aquellos ciudadanos ubicados <strong>en</strong> zonas rurales o de difícil acceso.Otra medida importante puede ser la implem<strong>en</strong>tación de programas para capacitary asistir al personal público. Por ejemplo, el “Programa Enlace Hispano Americano deSalud” (EHAS), utilizado <strong>en</strong> las zonas rurales de la provincia Alto Amazonas de Perú,int<strong>en</strong>ta contribuir a la mejora de los sistemas públicos de asist<strong>en</strong>cia sanitaria. Paraello, se adoptó un sistema de información y comunicación para el personal médico <strong>en</strong>los establecimi<strong>en</strong>tos de salud rurales, conocido como “Telemedicina”. El sistema consiste<strong>en</strong> una serie de herrami<strong>en</strong>tas de telecomunicación de bajo costo (comunicaciónde voz, correo electrónico) utilizadas para consultas remotas a especialistas, acceso adocum<strong>en</strong>tación sobre salud, capacitación a distancia del personal de salud y asesoríapara desarrollar sistemas informatizados de vigilancia epidemiológica. Este mismo modeloofrece una serie de posibilidades <strong>en</strong> otras áreas del servicio público, tales comoasist<strong>en</strong>cia legal <strong>en</strong> temas de familia o difusión de programas de becas, subsidios yconcursos públicos.A pesar de ser un área relativam<strong>en</strong>te nueva, las TICS están desempeñando un papelfundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> el desarrollo. Pot<strong>en</strong>ciales usos y aplicaciones aún están por ser develados,por lo que se hace necesario el fom<strong>en</strong>to de las acciones I+D <strong>en</strong> TICs <strong>en</strong> los paísesde América Latina 14 . Una pieza clave es la promoción de la investigación <strong>en</strong> TICs <strong>en</strong>universidades y c<strong>en</strong>tros de investigación a nivel público y privado. Para ello, es nece-14Un ejemplo de ello es el proyecto corporativo de PAN Américas cuyo objetivo es apoyar la investigación sobrelos usos sociales y el impacto que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las TICs <strong>en</strong> el desarrollo de América Latina y el Caribe. Esta iniciativaforma parte del Área de Programa ICT4D del C<strong>en</strong>tro Internacional de Investigación para el Desarrollo (IDRC/CIID)y funciona <strong>en</strong> estrecha colaboración con el Instituto para Conectividad de las Américas (ICA) y otras iniciativasregionales y mundiales.228


Desarrollo con cohesión social <strong>en</strong> América Latinasario reforzar los vínculos <strong>en</strong>tre las instituciones de investigación y educación con laempresa privada. Finalm<strong>en</strong>te, es importante crear esquemas de inc<strong>en</strong>tivos que premi<strong>en</strong>a aquellos que fom<strong>en</strong>tan y crean nuevos usos de las TICs.ConclusionesLa cohesión social es la capacidad de una sociedad de asegurar el bi<strong>en</strong>estar de todossus miembros, minimizando disparidades y evitando la polarización. Una sociedadcohesionada consiste <strong>en</strong> una comunidad de individuos libres que se apoyan <strong>en</strong>la búsqueda de estos objetivos comunes bajo medios democráticos. En ese s<strong>en</strong>tido,este docum<strong>en</strong>to se ha c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> estudiar los difer<strong>en</strong>tes elem<strong>en</strong>tos y mecanismos queinfluy<strong>en</strong> y que son capaces de fortalecer la cohesión social. De esta manera, tanto unmayor crecimi<strong>en</strong>to económico como mayores oportunidades educacionales y laborales,resultan fundam<strong>en</strong>tales para lograr mayores niveles de cohesión social.En los últimos años la región ha experim<strong>en</strong>tado un crecimi<strong>en</strong>to sost<strong>en</strong>ido. Pese aello, América Latina aún no ha logrado conjugar <strong>en</strong> su modelo de desarrollo el crecimi<strong>en</strong>tocon equidad. En efecto, es la región del mundo con mayor desigualdad <strong>en</strong> la distribucióndel ingreso. Estos niveles de desigualdad no son sost<strong>en</strong>ibles <strong>en</strong> el tiempo, loss<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos de exclusión de los grupos más vulnerables pued<strong>en</strong> repercutir <strong>en</strong> mayoresniveles de viol<strong>en</strong>cia y criminalidad, lo que a su vez repercute <strong>en</strong> m<strong>en</strong>ores posibilidadesde crecimi<strong>en</strong>to de los países, m<strong>en</strong>ores oportunidades laborales para los más vulnerables,m<strong>en</strong>or bi<strong>en</strong>estar y m<strong>en</strong>or cohesión social.Es así que políticas <strong>en</strong>focadas para lograr mayores niveles de cohesión social, quet<strong>en</strong>gan asociadas mejoras <strong>en</strong> el bi<strong>en</strong>estar de la población, son fundam<strong>en</strong>tales. Las políticas<strong>en</strong> la región han apuntado a medidas sectoriales y han mostrado un pobre desempeño.Hoy <strong>en</strong> día es necesario crear esquemas de políticas integrales que se <strong>en</strong>foqu<strong>en</strong><strong>en</strong> distintas áreas del bi<strong>en</strong>estar. Bajo la lógica de que el desarrollo humano es un procesocomplejo y que aborda distintas áreas, el efecto esperado de una política integraldebiera ser mayor que los efectos de políticas sectoriales.Considerando que los programas de transfer<strong>en</strong>cias condicionales son programascomplejos, se espera una profundización de los mismos, aum<strong>en</strong>tando la sofisticación<strong>en</strong> las condicionalidades que se exig<strong>en</strong> y los montos destinados por los gobiernos.Por otro lado, es importante que los gobiernos avanc<strong>en</strong> <strong>en</strong> la complejidad de las políticasdirigidas a la primera infancia, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la importancia de esta etapa<strong>en</strong> la vida de los individuos. Hoy es urg<strong>en</strong>te que los gobiernos avanc<strong>en</strong> <strong>en</strong> políticas quecontempl<strong>en</strong> nutrición, cuidado pre y posnatal, y acceso a educación preescolar para losniños más vulnerables, de tal forma que <strong>en</strong> el largo plazo estas medidas repercutan <strong>en</strong>mayor bi<strong>en</strong>estar y <strong>en</strong> mayores niveles de cohesión social.Existe cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong> la sociedad de que la cohesión social es importante y que urgediseñar nuevas políticas que logr<strong>en</strong> consolidarla. En este s<strong>en</strong>tido, las NTICs repres<strong>en</strong>tanuna gran oportunidad para los gobiernos. Las nuevas formas de comunicación e interaccióndesarrolladas <strong>en</strong> los medios de comunicación interactiva, repres<strong>en</strong>tan una oportunidadsin preced<strong>en</strong>tes para aum<strong>en</strong>tar la cohesión social y el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia.229


Dante Contreras, Amaranta Alfaro & Paulina Sepúlveda C.El quiebre de la barrera geográfica y temporal, la interacción directa de los participantes,la expresión libre sin jerarquías, la posibilidad de <strong>en</strong>contrar pares con objetivose intereses comunes de forma rápida, además de la posibilidad de quebrar las asimetríasde información <strong>en</strong>tre los usuarios, convierte a las NTICs <strong>en</strong> una herrami<strong>en</strong>ta única<strong>en</strong> su clase, capaz de g<strong>en</strong>erar mayores niveles de participación ciudadana y mayoress<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia. De esta manera, las nuevas formas de comunicación y eldiseño de políticas que las fom<strong>en</strong>t<strong>en</strong> deb<strong>en</strong> formar parte importante de las ag<strong>en</strong>das delos gobiernos.En resum<strong>en</strong>, exist<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes elem<strong>en</strong>tos que influ<strong>en</strong>cian la cohesión social. La tareaes grande y queda mucho por hacer <strong>en</strong> la región. Los gobiernos deb<strong>en</strong> avanzar haciael diseño de políticas de desarrollo integrales y deb<strong>en</strong> considerar las NTICs como unade sus herrami<strong>en</strong>tas fundam<strong>en</strong>tales para lograr mayores niveles de cohesión social <strong>en</strong>el futuro.230


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Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloCOHESIÓN TERRITORIAL: LA DIMENSIÓN AUSENTE DEL DESARROLLOClaudia Serrano & Félix ModregoIntroducciónPasada la crisis económica de fines del siglo XX, el nuevo siglo ha traído un bu<strong>en</strong>mom<strong>en</strong>to para América Latina. El crecimi<strong>en</strong>to se sosti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> torno al 4%, impulsadopor una dinámica demanda asiática, hay mejoras <strong>en</strong> materia de pobreza que van de lamano del crecimi<strong>en</strong>to económico y de la ext<strong>en</strong>sión de programas de transfer<strong>en</strong>cias deingreso a los sectores más vulnerables <strong>en</strong> numerosos países del contin<strong>en</strong>te, y hay mejoras<strong>en</strong> la calidad institucional y democrática. Sin embargo, detrás de los promedios quearrojan t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias positivas, se esconde una grave, ext<strong>en</strong>dida y profunda desigualdadsocial y económica, que ti<strong>en</strong>e una clara expresión territorial, y que constituye una am<strong>en</strong>azaa la cohesión social <strong>en</strong> los países de la región.Este trabajo examina la cohesión social <strong>en</strong> América Latina desde la particular perspectivade las desigualdades territoriales, argum<strong>en</strong>tando que las brechas socioeconómicaserosionan las dinámicas de cohesión social. Se argum<strong>en</strong>ta, también, que laspolíticas insertas <strong>en</strong> un <strong>en</strong>foque territorial del desarrollo pued<strong>en</strong> contrarrestar las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ciasterritorialm<strong>en</strong>te excluy<strong>en</strong>tes del desarrollo económico <strong>en</strong> la región.El texto incluye cuatro secciones. La primera aborda un análisis sobre el conceptode cohesión social y desigualdad, poni<strong>en</strong>do énfasis <strong>en</strong> la mirada territorial. La segundasección describe los problemas de desigualdad y brechas territoriales <strong>en</strong> América Latina,utilizando datos desagregados de ingreso e indicadores sociales. La tercera sección sedeti<strong>en</strong>e sobre el <strong>en</strong>foque territorial del desarrollo, gobernanza e institucionalidad para eldesarrollo territorial. La última sección pres<strong>en</strong>ta recom<strong>en</strong>daciones de política territorial.1. Cohesión social y desigualdad territorialAsí como la de los 80 será recordada como la década perdida de América Latina, elinicio del nuevo siglo marca un mom<strong>en</strong>to de oportunidades <strong>en</strong> materia de crecimi<strong>en</strong>todel producto, disminución de la pobreza y mejoras democráticas e institucionales. Lapublicación Panorama <strong>Social</strong> 2011, de CEPAL, informa sobre el crecimi<strong>en</strong>to del producto<strong>en</strong> la región el año 2010 a una tasa promedio de 4,8%, impulsado principalm<strong>en</strong>te por lademanda interna, a través del consumo privado y la inversión, y por la demanda externa,derivada de la exportación de commodities. Tanto la pobreza como la indig<strong>en</strong>cia pres<strong>en</strong>tansu nivel más bajo <strong>en</strong> los últimos 20 años: <strong>en</strong> 2010, la incid<strong>en</strong>cia de la pobrezaal nivel regional se situó <strong>en</strong> 31,4%, incluy<strong>en</strong>do un 12,3% de extrema pobreza. Tambiéndisminuye levem<strong>en</strong>te la desigualdad, aunque permanece como la más alta del planeta:el índice Gini es de 0,52. Estos indicadores coexist<strong>en</strong> con cifras m<strong>en</strong>os auspiciosas,tales como la persist<strong>en</strong>cia de fuertes desigualdades territoriales, brechas de productividady estancami<strong>en</strong>to de sectores y zonas de baja productividad, cuyas condiciones devida e ingresos no mejoran.235


Claudia Serrano & Félix ModregoDesde el punto de vista institucional, revirti<strong>en</strong>do una pesada tradición de inestabilidady autoritarismo, el régim<strong>en</strong> democrático se ha ido consolidado como sistema degobierno, lo que ha abierto paso a preguntas <strong>en</strong> torno a la calidad de la democracia, laeficacia de las instituciones y la capacidad del Estado para hacer fr<strong>en</strong>te a las demandassociales. El dilema político institucional ya no es la legitimidad democrática, sino su aptitudpara dar respuesta a las expectativas ciudadanas <strong>en</strong> torno al carácter y la sust<strong>en</strong>tabilidaddel desarrollo, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo que refiere a equidad e inclusión social.Para juzgar el mom<strong>en</strong>to y los resultados que pres<strong>en</strong>ta América Latina, la complac<strong>en</strong>ciano es bu<strong>en</strong>a consejera. Si se acepta que el desarrollo se refiere a la libertad delas personas para imaginar y organizar su vida, desplegar sus capacidades y gozar d<strong>en</strong>iveles adecuados de bi<strong>en</strong>estar y seguridad (S<strong>en</strong>, 1999), un resultado económico decrecimi<strong>en</strong>to con fuertes rasgos de exclusión y conc<strong>en</strong>tración no es aceptable. Estos sonfactores que perturban la conviv<strong>en</strong>cia social de diversas maneras: excluy<strong>en</strong> a un conting<strong>en</strong>teimportante de personas de las oportunidades de optar a una mejor calidad devida, restring<strong>en</strong> sus posibilidades de desarrollar sus aptitudes y de aportar al desarrollosocial. Excluy<strong>en</strong>, a la vez, zonas y territorios que no están <strong>en</strong> la primera línea de competitividad,g<strong>en</strong>erando severos desequilibrios territoriales que reclaman perman<strong>en</strong>tesesfuerzos de comp<strong>en</strong>sación por parte de los Estados.Los resultados positivos que muestra la región son consecu<strong>en</strong>cia de graduales y persist<strong>en</strong>tesmejoras institucionales y de políticas que facilitaron el tránsito a la situaciónactual. Desde los años 90 <strong>en</strong> adelante se buscaron modelos que, junto a la aperturaeconómica, pusieran ac<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da social. Influyó <strong>en</strong> estas decisiones la propuestade CEPAL por la innovación productiva y la equidad (Fajnzylber, 1989). En materiasocial, el concepto que inspiró las políticas públicas fue el de “equidad”, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didacomo la disposición a ser justo, a dar a cada uno lo que merece, y reconocer y apreciardifer<strong>en</strong>cias para que no se constituyan <strong>en</strong> discriminación. La apelación igualitaria o laprotesta por la contradicción cada vez más fuerte <strong>en</strong>tre el aum<strong>en</strong>to de los logros económicosy la conc<strong>en</strong>tración y desigualdad de ingresos, aún no se hacían pat<strong>en</strong>tes.En Europa, por su parte, comi<strong>en</strong>zan a utilizarse los términos de “exclusión/inclusiónsocial”. El concepto de inclusión se refiere al acceso de todos los ciudadanos a losrecursos básicos, servicios sociales, oportunidades de empleo y derechos para participarpl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la vida económica, social y cultural y de disfrutar de un nivel debi<strong>en</strong>estar que se considera adecuado al tiempo y sociedad <strong>en</strong> la que se vive (EuropeanCommission, 2004). En América Latina, años más tarde, los <strong>en</strong>unciados sobre equidadabr<strong>en</strong> paso al planteami<strong>en</strong>to de la igualdad de oportunidades y derechos de ciudadanía(CEPAL, 2000a).A la vez, desde la Unión Europea (UE) comi<strong>en</strong>za a utilizarse el término “políticasde cohesión social”, que asocia la cohesión con la equidad territorial <strong>en</strong>tre naciones yregiones con difer<strong>en</strong>tes desempeños económicos y sociales. La política regional de laUE, también llamada política de cohesión, ti<strong>en</strong>e el objetivo de promover la prosperidadeconómica y la cohesión social <strong>en</strong> todo el territorio que suma a 27 Estados y 271 regiones.El Tratado para las Políticas de Cohesión (EU Treaty to Cohesion Policy) <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de lacohesión como las acciones y condiciones que apuntan a construir y conservar unidad236


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloactuando <strong>en</strong> tres dim<strong>en</strong>siones: económica, social y territorial. Lo territorial, <strong>en</strong> este<strong>en</strong>foque, es una dim<strong>en</strong>sión de la cohesión social.Durante todo el período, al tiempo que se profundizaban las dinámicas de conc<strong>en</strong>traciónde la riqueza, no se adoptaron medidas que limitaran esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia ni se hizouna discusión social ampliada respecto de las am<strong>en</strong>azas que se gestaban <strong>en</strong> la creci<strong>en</strong>tey profunda desigualdad. Si bi<strong>en</strong> muchos llamaron la at<strong>en</strong>ción sobre el quiebre socialque repres<strong>en</strong>ta la idea de una sociedad escindida <strong>en</strong>tre unos pocos con altos ingresosy alta capacidad de consumo y una gran masa con inseguridad de ingreso, <strong>en</strong>deudadao dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de programas de transfer<strong>en</strong>cias de ingreso, no fue hasta el 2011 que elproblema de la desigualdad y la conc<strong>en</strong>tración económica estalló como un abierto conflictosocial <strong>en</strong> el ord<strong>en</strong> mundial.Un reci<strong>en</strong>te texto de Pierre Rosanvallon pone el dedo <strong>en</strong> la llaga al abordar el debatesobre las desigualdades sociales <strong>en</strong> el mundo contemporáneo (Rosanvallon, 2011).Sosti<strong>en</strong>e que el ideal igualitario se instala con la revolución francesa y las revolucionesindep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tistas americanas, y que va de la mano del ideal democrático. Gran partedel siglo XX, afirma, fue de puesta <strong>en</strong> marcha de políticas y sistemas que permitierancreci<strong>en</strong>te igualdad económica y social. Indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te del ritmo de los logros, lasociedad iba <strong>en</strong> la dirección de procesos de inclusión e igualdad hasta la década de los80, cuando el imaginario se desplaza para poner por delante el valor de la compet<strong>en</strong>ciade mercado y del consumo, dando paso a una ac<strong>en</strong>tuada conc<strong>en</strong>tración de riqueza <strong>en</strong> unporc<strong>en</strong>taje muy reducido de personas.Esta es una época que extirpa el ideal igualitario como un valor de la sociedad, y <strong>en</strong>la cual las políticas redistributivas o de impuestos pierd<strong>en</strong> legitimidad. Nunca <strong>en</strong> el pasado,afirma el historiador, las sociedades fueron tan ineficaces para reaccionar y evitarla profundización de la brecha, lo que constituye una distorsión del s<strong>en</strong>tido de progresoy bi<strong>en</strong>estar <strong>en</strong> un sistema democrático. El problema, más que la desigualdad efectiva,es la instalación de una lógica <strong>en</strong> la cual esta es tolerada y no se cu<strong>en</strong>ta con instrum<strong>en</strong>tospara combatirla. Ello acumula desapego, cuando no res<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to y rebeldía. Estequiebre am<strong>en</strong>aza la conviv<strong>en</strong>cia y la democracia, así como el clima de negocios y el pot<strong>en</strong>cialde empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to, y ha puesto <strong>en</strong> el tapete cómo la cohesión social es precaria<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de grandes desigualdades.La cohesión social es lo contrario de la fragm<strong>en</strong>tación social. Es aquello que contribuyea la construcción de un colectivo que es más que la suma de las partes y queconstituye un imprescindible de la vida <strong>en</strong> sociedad. La literatura levanta distintas definiciones,todas ellas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> común la m<strong>en</strong>ción a la capacidad de las sociedades deresolver sus asuntos y g<strong>en</strong>erar s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia (Peña, 2008):• La cohesión social puede ser definida como la capacidad dinámica de una sociedaddemocrática para absorber el conflicto social mediante una estructura legítimade distribución de sus recursos materiales y simbólicos, tanto a nivel socioeconómico(bi<strong>en</strong>estar), sociopolítico (derechos) y sociocultural (reconocimi<strong>en</strong>to).• Cohesión social es una cualidad de integración e inclusión social que emana delhecho de formar parte de una comunidad humana y que se construye y reproducecomo consecu<strong>en</strong>cia de la gestión institucional y política.237


Claudia Serrano & Félix Modrego• Cohesión social refiere a la capacidad de una sociedad de asegurar el bi<strong>en</strong>estarde todos sus miembros.• Cohesión social es el resultado de la acción combinada de los mecanismos deasignación del Estado, del mercado, de la sociedad civil, de la familia y de otrasredes comunitarias.La cohesión social es un atributo de las sociedades que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la capacidad de incluir,no obstante las difer<strong>en</strong>cias. Desde la perspectiva de los sujetos, es un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>toque los conduce a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse como parte de un contexto mayor, la sociedad, con rasgoscomunes de id<strong>en</strong>tidad y pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia. Este concepto está pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el orig<strong>en</strong> de la disciplinasociológica, <strong>en</strong> los estudios de Durkheim publicados <strong>en</strong> 1898 sobre la divisióndel trabajo social. Se interroga por los elem<strong>en</strong>tos que manti<strong>en</strong><strong>en</strong> unida a la sociedad.En ese mom<strong>en</strong>to la pregunta surgía fr<strong>en</strong>te a procesos de especialización productiva queeran un mínimo germ<strong>en</strong> respecto de lo que observamos hoy día: sistemas funcionalesprogresivam<strong>en</strong>te autónomos, pero a la vez interdep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, los que han sido profusam<strong>en</strong>teanalizados por los teóricos de la teoría de sistemas.Antes y ahora la pregunta es la misma: ¿qué elem<strong>en</strong>tos colaboran a mant<strong>en</strong>er activosrasgos mínimos imprescindibles de sociabilidad, capaces de recrear a la sociedadcomo un ámbito común de exist<strong>en</strong>cia? ¿Qué elem<strong>en</strong>tos constituy<strong>en</strong> una am<strong>en</strong>aza? Estasson preguntas pertin<strong>en</strong>tes para la reflexión académica y la filosofía política, pero loson principalm<strong>en</strong>te para la política y la política pública, pues hablan de la capacidaddel sistema democrático de procesar conflictos y difer<strong>en</strong>cias, y de implem<strong>en</strong>tar medidasde política que, por un lado, apoy<strong>en</strong> dinámicas positivas que g<strong>en</strong>eran inclusión <strong>en</strong>términos objetivos y subjetivos, y por otro, impuls<strong>en</strong> políticas que corrijan y evit<strong>en</strong> losriesgos de fractura social asociados a la desigualdad socioeconómica.Diversos problemas están minando la cohesión social y manifiestan su caráctermultidim<strong>en</strong>sional: crecimi<strong>en</strong>to económico bajo y volátil, dificultades persist<strong>en</strong>tes paraconjugar crecimi<strong>en</strong>to y equidad, desigualdades de género, precariedad del empleo ycambios <strong>en</strong> el mundo del trabajo, falta de confianza ciudadana <strong>en</strong> las instituciones básicasde la democracia, inseguridad y viol<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong>tre las más importantes (Tironi, 2008;<strong>FIIAPP</strong>, 2010).Una sociedad cohesionada es aquella <strong>en</strong> la que las estructuras sociales colaborana que las personas interpret<strong>en</strong> su experi<strong>en</strong>cia y realidad con grados aceptables de seguridad,inclusión y s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia. Tres elem<strong>en</strong>tos interactúan para respondera los imperativos de cohesión social: i) las dinámicas políticas y democráticas queconstruy<strong>en</strong> un ord<strong>en</strong> social válido y que incid<strong>en</strong> <strong>en</strong> la capacidad de los gobiernos deproducir políticas y medidas que colabor<strong>en</strong> a fortalecer la inclusión; ii) las dinámicaseconómicas que g<strong>en</strong>eran oportunidades de empleo e ingreso; iii) las dinámicas socioculturalesque construy<strong>en</strong> el espacio simbólico compartido. Las instituciones sociales,económicas y políticas deb<strong>en</strong> colaborar, <strong>en</strong> un esc<strong>en</strong>ario no ex<strong>en</strong>to de conflictos, a laconstrucción de una comunidad que se sobreponga a las dinámicas que erosionan laconviv<strong>en</strong>cia social. Es así como la cohesión social se construye <strong>en</strong> base a procesos económicosque defin<strong>en</strong> las condiciones materiales de exist<strong>en</strong>cia y <strong>en</strong> base a un conjuntode valores. La cohesión social es una mixtura de bi<strong>en</strong>estar material, cultura cívica, há-238


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrollobitos sociales y ciudadanía. Cohesión social es un término de cuño democrático, de anhelosde igualdad, de dinámicas de cooperación. Las políticas de cohesión social serán,por tanto, las que se originan <strong>en</strong> pactos fiscales, las que redistribuy<strong>en</strong> y proteg<strong>en</strong>, lasque g<strong>en</strong>eran oportunidades y prop<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a la igualdad.Pero cuidado, bi<strong>en</strong> puede ocurrir que políticas de estas características incumplansu promesa de inclusión social, pues es sabido que las políticas macroeconómicas ysectoriales, que pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er bu<strong>en</strong>os resultados <strong>en</strong> los indicadores nacionales, no soncompet<strong>en</strong>tes para resolver complejas y arraigadas desigualdades territoriales.El territorio es especialm<strong>en</strong>te relevante desde la perspectiva de la cohesión social,pues captura y conti<strong>en</strong>e la experi<strong>en</strong>cia cotidiana y la subjetividad de los individuos.Allí viv<strong>en</strong> y trabajan, desarrollan sus proyectos, elaboran sus experi<strong>en</strong>cias pasadas yconcib<strong>en</strong> sus perspectivas de futuro. Allí prosperan, logran sacar adelante pequeños ygrandes proyectos o, por el contrario, fracasan <strong>en</strong> sus int<strong>en</strong>tos o simplem<strong>en</strong>te no llegana imaginar que pued<strong>en</strong> empr<strong>en</strong>der nuevos cursos de acción. En el territorio cobrans<strong>en</strong>tido las estructuras y las instituciones: están los recursos, las normas, las ag<strong>en</strong>cias,los actores. En el territorio se realiza la experi<strong>en</strong>cia de formar parte, pert<strong>en</strong>ecer y sermiembro de una comunidad de ciudadanos. Allí se practican los códigos y atributosde esa membrecía, se es visto, reconocido y apreciado, se comprueba estar inserto <strong>en</strong>dinámicas que g<strong>en</strong>eran valor, contar con vínculos que construy<strong>en</strong> redes y desarrollarhábitos que retroalim<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> forma conflictiva y creativa el ord<strong>en</strong> social del cual seforma parte, o al revés, se experim<strong>en</strong>ta la exclusión, el bloqueo y los límites.La política territorial, sost<strong>en</strong>emos <strong>en</strong> este trabajo, puede colaborar para mejorar eldesempeño de ext<strong>en</strong>sas zonas de América Latina que están excluidas total o parcialm<strong>en</strong>tede las dinámicas de desarrollo económico e inclusión social. Sus indicadoresmuestran un persist<strong>en</strong>te retraso, aun <strong>en</strong> aquellos casos <strong>en</strong> que el agregado nacionalexhibe bu<strong>en</strong>os índices macro. Invitamos por ello a mirar el contin<strong>en</strong>te territorialm<strong>en</strong>te,mapa <strong>en</strong> mano, para apreciar la severa restricción que impon<strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de poder ylos <strong>en</strong>claves a la expansión de los b<strong>en</strong>eficios del desarrollo <strong>en</strong> una dim<strong>en</strong>sión territorial.Este no es un tema que interese solo <strong>en</strong> América Latina. La política de la Unión Europeaha puesto ac<strong>en</strong>to sobre la perspectiva territorial del desarrollo profundizando<strong>en</strong> los mismos argum<strong>en</strong>tos que se esbozan <strong>en</strong> este texto: hay <strong>en</strong> ello imperativos tantode efici<strong>en</strong>cia como de inclusión social. El objetivo de efici<strong>en</strong>cia se refiere a la pl<strong>en</strong>autilización del pot<strong>en</strong>cial de cada territorio o región (OECD, 2006). Equidad se refiere aasegurar igualdad de oportunidades para todos los individuos, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te dedonde vivan. Por una parte se trata de optimizar el proceso de desarrollo económico;por otra, de poner <strong>en</strong> marcha dispositivos efici<strong>en</strong>tes de inclusión. Se argum<strong>en</strong>ta paraEuropa que las políticas de desarrollo y las de inclusión son difer<strong>en</strong>tes, aunque ti<strong>en</strong><strong>en</strong>sinergias y externalidades (Barca, 2009). Si bi<strong>en</strong> esta es una afirmación correcta, quepermite difer<strong>en</strong>ciar instrum<strong>en</strong>tos y medidas y sacar del error a qui<strong>en</strong>es pi<strong>en</strong>san queel crecimi<strong>en</strong>to económico es sufici<strong>en</strong>te para g<strong>en</strong>erar dinámicas de inclusión, ponemosénfasis <strong>en</strong> este texto <strong>en</strong> los procesos económicos de amplia base social (inclusivos)inspirados <strong>en</strong> estrategias territoriales, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do por tales a aquellos que incorporanlos procesos económicam<strong>en</strong>te sust<strong>en</strong>tables a un amplio el<strong>en</strong>co de productores que, deotra forma, quedarían a la vera de la dinámicas incluy<strong>en</strong>tes y competitivas.239


Claudia Serrano & Félix Modrego2. La disparidad territorial <strong>en</strong> América Latina <strong>en</strong> perspectivaAmérica Latina es una región de aproximadam<strong>en</strong>te 566 millones de personas (8,5% dela población mundial) y que aporta casi un 7% del PIB global (Banco Mundial, 2010). Laregión ha mostrado un dinamismo importante <strong>en</strong> las dos últimas décadas, con una tasade crecimi<strong>en</strong>to promedio anual del 3,3% <strong>en</strong>tre 1990 y 2008, más que el crecimi<strong>en</strong>tode la economía mundial (2,9% promedio) o de los países de altos ingresos (2,4%). Laregión cu<strong>en</strong>ta, sin embargo, con el triste récord de ser la más desigual del mundo, connumerosos países que superan un índice de Gini de 0,55. Ante tamaña inequidad, no esde extrañar <strong>en</strong>tonces que, a pesar del crecimi<strong>en</strong>to económico, la región siga t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>dotantos países con elevados niveles de pobreza.Más allá de estas cifras, América Latina pres<strong>en</strong>ta un mosaico de situaciones de desarrollo,que van desde países como México y Chile (ambos miembros de la OECD), conun PIB per cápita similar al de los países de Europa del Este, hasta países como Haití yNicaragua, con niveles de desarrollo similares a los del África Subsahariana.Tabla 1. Indicadores de desarrollo <strong>en</strong> América Latina, países seleccionadosPaís/RegiónPIB per cápitaPPP 2008 ($internacionalesctes. de 2005)Crecimi<strong>en</strong>toanual PIB%, Promedio1990-2008Incid<strong>en</strong>cia de pobrezasegún línea de pobrezaoficial del país)Coefici<strong>en</strong>te de GiniArg<strong>en</strong>tina 13,220 4,3 21* 52Bolivia 3,950 3,9 54 57Brasil 9,517 2,6 26 59Chile 13,333 5,4 14 52Colombia 8,125 3,6 47 58Costa Rica 10,374 5,1 16 47RepúblicaDominicana7,505 5,2 44 55Ecuador 7,402 3,3 43 50El Salvador 6,280 3,9 48 49Guatemala 4,397 3,9 55 59Haití 1,038 0,2 - -Honduras 3,631 3,9 69 58México 13,407 3,2 35 52Nicaragua 2,484 3,2 62 53Panamá 11,543 5,8 28 52Paraguay 4,345 2,7 58 53Perú 7,858 4,5 36 48Uruguay 11,770 3,3 14 45V<strong>en</strong>ezuela, RB 11,839 3,4 28 41240


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloLAC 9,758 3,3 33** -África SS 1,899 3,4 - -Mundo 9,602 2,9 - -*Sólo población urbana; **Estimación para 19 países.Fu<strong>en</strong>te: Elaborado a partir de datos de PIB del Banco Mundial (2010) y datos de pobreza y desigualdad de CEPAL (2010).Brechas territoriales de desarrollo y la esquiva converg<strong>en</strong>cia económicaIndep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de los niveles de desarrollo, todos los países de la región compart<strong>en</strong> lacaracterística de pres<strong>en</strong>tar marcadas disparidades territoriales <strong>en</strong> los niveles de desarrolloy bi<strong>en</strong>estar. En términos del PIB per cápita, estudios reci<strong>en</strong>tes de CEPAL ilustranuna marcada disparidad <strong>en</strong>tre países (Gráfico 1); sin embargo, también exist<strong>en</strong> disparidadesd<strong>en</strong>tro de cada país. En México, el Distrito Federal, la <strong>en</strong>tidad federativa másrica del país, ti<strong>en</strong>e un PIB per cápita de seis veces el del estado más pobre (Chiapas).En Chile, la región de Antofagasta, cuna de la gran minería del cobre, ti<strong>en</strong>e un PIB percápita de 4,4 veces el de la región de más alta incid<strong>en</strong>cia indíg<strong>en</strong>a, la región de La Araucanía.Más marcado aun es el caso de Brasil, con el Distrito Federal t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do un PIB de9,1 veces el del estado de Piauí, <strong>en</strong> el Nordeste del país. Incluso un país de ingresosrelativam<strong>en</strong>te bajos, como Bolivia, no se escapa de esta situación: el departam<strong>en</strong>togasífero de Tarija ti<strong>en</strong>e un PIB per cápita 3,5 veces superior al departam<strong>en</strong>to minero dePotosí. Esta brecha es muy inferior a la de los países OECD no latinoamericanos, que semuev<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre 1,3 veces <strong>en</strong> Holanda, y 2,4 veces <strong>en</strong> Italia (CEPAL, 2010).Gráfico 1. PIB per cápita subnacional <strong>en</strong> países seleccionados de América Latina2006Pesos per cápita241


Claudia Serrano & Félix ModregoBRASIL2006Reales per cápitaCHILE2008Pesos per cápitaBOLIVIA2006Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia a partir de datos de CEPAL (2010).Bolivianos per cápita242


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloDe acuerdo a los postulados de la teoría neoclásica del crecimi<strong>en</strong>to (Solow, 1956)las economías m<strong>en</strong>os ricas debieran crecer más rápido <strong>en</strong> una dinámica de converg<strong>en</strong>ciaque conduciría a un situación de equilibrio de largo plazo. El estudio de CEPALmuestra que la converg<strong>en</strong>cia económica no es un patrón tan claro a nivel subnacional<strong>en</strong> muchos de los países de la región (Gráfico 2). De siete países analizados, la brechade desarrollo se increm<strong>en</strong>tó <strong>en</strong>tre inicios de los años 90 y fines de la década pasada,con casos extremos como los de Arg<strong>en</strong>tina, donde la relación <strong>en</strong>tre la provincia másrica y la más pobre aum<strong>en</strong>tó de 6,8 a 8,1 veces, o Bolivia, de 2,3 a 3,6 veces. En Brasil,mi<strong>en</strong>tras el crecimi<strong>en</strong>to del PIB per cápita nacional <strong>en</strong>tre 1990 y 2006 se situó <strong>en</strong> un1,3%, hay estados que crecieron al 5,1% (Amazonas) y otros que lo hicieron al 0,5%(Roraima). Bolivia, por su parte, creció muy l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el período <strong>en</strong> términos percápita (0,7%), pero aun así, hay departam<strong>en</strong>tos dinámicos como Pando (4,8% anual), yotros cuya economía se contrajo, como Chuquisaca (-0,6% anual) o B<strong>en</strong>i (-0,2%).Estimaciones econométricas <strong>en</strong> el mismo estudio muestran evid<strong>en</strong>cias significativasde una trayectoria de crecimi<strong>en</strong>to económico converg<strong>en</strong>te (converg<strong>en</strong>cia absoluta)<strong>en</strong> solo dos de los siete países (Brasil y Chile). Estudios de converg<strong>en</strong>cia subnacionalcondicionada indican una l<strong>en</strong>ta converg<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el caso de Chile (Soto y Torche, 2004)y México (Esquivel, 1999), rápida converg<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> Colombia (4% anual) (Cárd<strong>en</strong>as yPontón, 1994) y variable <strong>en</strong> Perú (Zagaceta, 2002).Gráfico 2. Converg<strong>en</strong>cia subnacional <strong>en</strong> países latinoamericanos seleccionadosCrec. PIB pc %y = -1.0494x + 18.184R 2 = 0.2982Log PIB pc 1985Crec. PIB pc %y = 0.0583x + 0.6874R 2 = 0.00089.00Log PIB pc 1993243


Claudia Serrano & Félix ModregoBRASILCrec. PIB pc %y = 0.7905x + 8.397R 2 = 0.1548Log PIB pc 1990BOLIVIACrec. PIB pc %y = 0.6495x + 4.2533R 2 = 0.0106Log PIB pc 1990ARGENTINACrec. PIB pc %y = 0.0015x + 0.0181R 2 = 0.0062Log PIB pc 1993244


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloCOLOMBIACrec. PIB pc %y = -0.8096x + 14.316R 2 = 0.2216Log PIB pc 1990PERÚCrec. PIB pc %y = 0.0784x + 1.5861R 2 = 0.0027Log PIB pc 1994Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia a partir de datos de CEPAL (2010).245


Claudia Serrano & Félix ModregoBrechas territoriales <strong>en</strong> bi<strong>en</strong>estarLos indicadores pres<strong>en</strong>tados son claros ejemplos del dinamismo de las economíassubnacionales. Sin embargo, no necesariam<strong>en</strong>te reflejan la evolución de los nivelesde bi<strong>en</strong>estar <strong>en</strong> la población, pues la transmisión del crecimi<strong>en</strong>to al bi<strong>en</strong>estar no esinmediata ni tampoco uniforme <strong>en</strong> el territorio. El PIB per cápita es, por cierto, un indicadorde desarrollo fuertem<strong>en</strong>te criticado por su estrechez como medida de progresoeconómico y social (ver por ejemplo S<strong>en</strong>, 1998). Por <strong>en</strong>de, dim<strong>en</strong>sionar la desigualdadterritorial requiere una mirada más cercana a las condiciones de vida de los hogares <strong>en</strong>los distintos espacios d<strong>en</strong>tro de los países <strong>en</strong> la región.G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, los análisis territorialm<strong>en</strong>te desagregados de bi<strong>en</strong>estar se han basado<strong>en</strong> <strong>en</strong>foques de necesidades básicas insatisfechas, método de medición de la pobrezaestructural a partir del grado de satisfacción que los hogares ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de sus necesidadesprincipales, usualm<strong>en</strong>te estimado a partir de información disponible <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>sos de población(Freres y Mancero, 2001). La satisfacción de las necesidades básicas es una condiciónes<strong>en</strong>cial para el desarrollo de las capacidades, o más bi<strong>en</strong> capabilites 1 de las personas,elem<strong>en</strong>to c<strong>en</strong>tral de los <strong>en</strong>foques de desarrollo como la ampliación de libertades.A nivel agregado, América Latina ha hecho grandes avances <strong>en</strong> materia de reducciónde las disparidades territoriales <strong>en</strong> satisfacción de necesidades básicas, gracias a lascuantiosas inversiones públicas <strong>en</strong> infraestructura social. Aun así, persist<strong>en</strong> todavíaimportantes difer<strong>en</strong>cias territoriales, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> países de m<strong>en</strong>ores ingresos.La expresión territorial de esta dim<strong>en</strong>sión del desarrollo es clara, por ejemplo, <strong>en</strong>Bolivia, si se analiza la evolución de la pobreza por Necesidades Básicas Insatisfechas(NBI) al nivel municipal 2 . Es claro que los principales avances se manifiestan principalm<strong>en</strong>te<strong>en</strong> los departam<strong>en</strong>tos más ricos del Ori<strong>en</strong>te, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> el Altiplano seobservan muchos municipios incluso con aum<strong>en</strong>tos sustantivos de esta forma de pobreza(Hinojosa et al., 2009). Estas disparidades impid<strong>en</strong> cerrar las brechas territoriales<strong>en</strong> pobreza estructural, que aún a inicios del nuevo mil<strong>en</strong>io indicaban municipios conm<strong>en</strong>os del 20% de hogares con NBI (Sección Municipal Capital de Santa Cruz de la Sierra),mi<strong>en</strong>tras otras ti<strong>en</strong><strong>en</strong> a la totalidad de su población <strong>en</strong> esta condición (Santiago deCallapa, Cruz de Machacamarca, Yunguyo de Litoral, San Pedro y Villa Nueva). No debeser coincid<strong>en</strong>cia que aquellos departam<strong>en</strong>tos donde la población parece estar mejorsean justam<strong>en</strong>te aquellos que apoyan las autonomías departam<strong>en</strong>tales: B<strong>en</strong>i, Pando,Tarija y Santa Cruz.De todas formas, los indicadores monetarios de bi<strong>en</strong>estar sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do descriptoresimportantes de las condiciones de vida de la población, muy correlacionados ademáscon una serie de otras dim<strong>en</strong>siones del desarrollo. Tradicionalm<strong>en</strong>te, los análisisterritoriales de pobreza y bi<strong>en</strong>estar según indicadores monetarios han estado limitados1Combinación de condiciones, capacidades y libertades que permit<strong>en</strong> a toda persona expresar su pot<strong>en</strong>cial comoser humano (S<strong>en</strong>, 1998).2Bajo el título de este trabajo, se puede apreciar la repres<strong>en</strong>tación gráfica de los cambios <strong>en</strong> la pobreza a nivelmunicipal por NBI, según reporta un mapa confeccionado por Hinojosa et al. (2009). Ver <strong>en</strong>:http://www.cieplan.org/biblioteca/index.tpl?categoria=Libro&startat=1&page=1.246


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloa jurisdicciones de gran ext<strong>en</strong>sión, como las regiones <strong>en</strong> Chile, los estados <strong>en</strong> Méxicoo los departam<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> Colombia, debido a limitaciones <strong>en</strong> la repres<strong>en</strong>tatividad de las<strong>en</strong>cuestas de medición de estándares de vida <strong>en</strong> los distintos países. Sin embargo, eldesarrollo reci<strong>en</strong>te de metodologías para el mapeo de la pobreza (Elbers et al., 2003)ha posibilitado la obt<strong>en</strong>ción de indicadores monetarios de bi<strong>en</strong>estar confiables paraelevados niveles de desagregación espacial (H<strong>en</strong>tschel et al., 1998).El Programa de Dinámicas Territoriales Rurales coordinado por el C<strong>en</strong>tro Latinoamericanopara el Desarrollo Rural (RIMISP) 3 , ha conducido un esfuerzo de mapeo deindicadores de ingreso per cápita promedio de los hogares, incid<strong>en</strong>cia de pobreza ydesigualdad del ingreso y sus cambios <strong>en</strong>tre la década de los años 90 y la de 2000 <strong>en</strong>once países latinoamericanos 4 . Revisamos aquí los resultados de siete de ellos paralos cuales contamos <strong>en</strong> la actualidad con información validada, cuatro de ellos a nivelde municipios (México, Nicaragua, Chile y Brasil), dos a nivel de provincias (Colombiay Perú) y uno (Ecuador) a nivel de parroquias (m<strong>en</strong>or al municipio). Estos resultadosabarcan poco más de 8.500 unidades administrativas subnacionales y una poblaciónde alrededor de 371 millones de personas.Los datos <strong>en</strong> la Tabla 2 dejan al desnudo las <strong>en</strong>ormes difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> los niveles debi<strong>en</strong>estar <strong>en</strong> las difer<strong>en</strong>tes áreas de los países de la región. En Brasil, por ejemplo, sepued<strong>en</strong> <strong>en</strong>contrar difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> los ingresos medios a nivel municipal mayores a 25veces, tanto a inicios de los 90 como del 2000. Chile y Ecuador también reflejan grandesdifer<strong>en</strong>cias, con razones de ingreso <strong>en</strong>tre los municipios (<strong>en</strong> Chile) o parroquias (<strong>en</strong>Ecuador) más ricas y más pobres cercanas a las 15 veces.Impactante resulta ver cómo exist<strong>en</strong>, <strong>en</strong> países como México y Brasil, municipios<strong>en</strong> donde prácticam<strong>en</strong>te todos los hogares son pobres (por ejemplo Pauini <strong>en</strong> Brasil oSan Juan Petlapa <strong>en</strong> México) y que coexist<strong>en</strong> <strong>en</strong> un mismo mom<strong>en</strong>to con municipios odelegaciones ricos donde prácticam<strong>en</strong>te nadie es pobre (Poços de Caldas <strong>en</strong> Brasil oB<strong>en</strong>ito Juárez <strong>en</strong> México). Incluso Chile, un país que ha logrado <strong>en</strong>ormes avances <strong>en</strong> lareducción de la pobreza desde los años 90, t<strong>en</strong>ía a inicios de la década pasada difer<strong>en</strong>ciasde más de 50 puntos porc<strong>en</strong>tuales <strong>en</strong>tre municipios indíg<strong>en</strong>as pobres como Ercillay municipios urbanos ricos como Vitacura. Nicaragua, el país de m<strong>en</strong>ores ingresos <strong>en</strong> laregión, también muestra difer<strong>en</strong>cias abismales <strong>en</strong>tre municipios rurales como el Tortugueroy el capitalino de Managua. En Perú y Colombia, si las difer<strong>en</strong>cias no son mayoreses solo porque los indicadores están disponibles a un nivel de agregación mayor, donderealidades más heterogéneas se <strong>en</strong>trecruzan.Por otra parte, los datos permit<strong>en</strong> caracterizar también las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> la desigualdadinterna <strong>en</strong> las distintas zonas del país. Tal es el caso de países como Brasil,México y Ecuador, donde unidades municipales o parroquiales de bajísima desigualdad(posiblem<strong>en</strong>te por la aus<strong>en</strong>cia de riqueza extrema), contrastan con municipios internam<strong>en</strong>temuy desiguales y que, curiosam<strong>en</strong>te, suel<strong>en</strong> ser rurales o semirrurales y noprecisam<strong>en</strong>te de los más ricos (por ejemplo Paillaco <strong>en</strong> Chile, Avelinópolis <strong>en</strong> Brasil,San Francisco del Norte <strong>en</strong> Nicaragua o Amaluza <strong>en</strong> Ecuador).3Ver www.rimisp.org/dtr.4México, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y Brasil.247


Claudia Serrano & Félix ModregoTabla 2. Disparidades subnacionales <strong>en</strong> ingreso, pobreza y desigualdadPaísAñoUnidadcon mayor/ m<strong>en</strong>osingresoRazónmayor /m<strong>en</strong>oringresoDifer<strong>en</strong>ciamayor / m<strong>en</strong>orpobreza(ptos. P)Difer<strong>en</strong>cia<strong>en</strong>pobreza(ptosporc<strong>en</strong>t)Unidad conmayor /m<strong>en</strong>or desigualdadDifer<strong>en</strong>ciamayor /m<strong>en</strong>or desigualdad(ptos. P)Brasil19912000Águas deSão Pedro /Lagoa RealÁguas deSão Pedro /Guajará34,425,6Lagoa Real/Águas de SãoPedroPauini / Poços deCaldas93,191,2Mira Estrela/ AreiopolisAvelinópolis/ Doresópolis47,148,3Chile19922002Vitacura /San FabiánVitacura /Pemuco14,5 Lota / Vitacura 64,614,7 Ercilla / Vitacura 51,4Pucón /Curaco deVélezPaillaco /Doñihue23,635,2Colombia19932005Bogotá /PacíficoSurBogotá / LaLibertad6,39,8Pacífico Sur /BogotáLa Libertad /Bogotá66,273,2Atrato /SoachaLa Libertad/ Almeidas16,835,6Ecuador19952006Nayón/SantaTeresitaCumbayá /San Miguel7,813,9Capitán AugustoRivad<strong>en</strong>eyra /Cu<strong>en</strong>caPañacocha /Puerto Ayora89,076,7Nayón / ElIng<strong>en</strong>ioAmaluza /Salinas37,654,9México19902005At<strong>en</strong>go /San PedroTopiltepecTezoatlánde Seguray Luna /Acatepec6,33,0Santiago Miltepec/ B<strong>en</strong>itoJuárezSan Juan Petlapa/ B<strong>en</strong>ito Juárez99,090,0Ajapan /San MateoTlapiltepecMezquitic/ San JuanMixtepec -Dto. 2644,950,0Nicaragua19982005Managua/ El TortugueroManagua/ CiudadAntigua5,03,5El Tortuguero /ManaguaCiudad Antigua /Managua70,569,1El Crucero /La Cruz delRio GrandeMozonte /San Franciscodel Norte22,218,1Perú19932007JorgeBasadre /ParuroJorgeBasadre /Churcampa2,43,5Paruro / JorgeBasadreChurcampa /Purus50,684,2Angaraes /PachiteaJorgeBasadre /Chincha13,316,3Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia a partir de Favareto y Abramovay (2011) [Brasil]; Modrego et al. (2011) [Chile]; Fernández et al. (2011)[Colombia]; Larrea et al. (2011) [Ecuador]; Yúnez-Naúde (2011) [México]; Rodríguez et al. (2011) [Nicaragua]; y Escobal y Ponce(2011) [Perú].248


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloLo que se percibe <strong>en</strong> el análisis territorial es también una cierta agrupación de territorios.En México, por ejemplo, se aprecia de forma clara las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre el nortey el sur. Mi<strong>en</strong>tras la zona fronteriza con Guatemala muestra una predominancia de municipiosaltam<strong>en</strong>te pobres (63% o más), <strong>en</strong> la frontera con los Estados Unidos (zona noex<strong>en</strong>ta de otro tipo de problemas sociales) la incid<strong>en</strong>cia de pobreza <strong>en</strong> los municipiosno sube del 36% 5 .Por otro lado, la repres<strong>en</strong>tación gráfica cont<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> un mapa elaborado por Favaretoy Abramovay (2011) permite matizar algunos estereotipos, como el del “nordeste pobre”<strong>en</strong> Brasil 6 . En efecto, al llevar los datos al mapa, mostrando la distribución espacialde los municipios que cumpl<strong>en</strong> la triple condición de mejora significativa <strong>en</strong> términosde ingresos, reducción de pobreza y reducción de desigualdad del ingreso <strong>en</strong>tre 1991y 2000, se evid<strong>en</strong>cia cómo de los 4.823 municipios del país, solo un 20% exhibe esepatrón de desarrollo y más de un cuarto de ellos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la región nordeste.Si<strong>en</strong>do esta todavía la región más car<strong>en</strong>ciada del país, dos tercios de los municipiosmejoraron simultáneam<strong>en</strong>te y de forma estadísticam<strong>en</strong>te significativa <strong>en</strong> los tres indicadores;mi<strong>en</strong>tras <strong>en</strong> el Sudeste, mucho más próspero, sólo el 23% lo hizo.Si se analizan las disparidades territoriales desde una óptica multidim<strong>en</strong>sional, através de un indicador sintético como el Índice de Desarrollo Humano, las difer<strong>en</strong>ciastampoco son m<strong>en</strong>ores. Aun cuando el IDH combina factores más dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de laestructura y funcionami<strong>en</strong>to de las economías locales (como el ingreso), con factoresmás dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de la acción del Estado (como el acceso a salud y educación), lo quese aprecia es que aún exist<strong>en</strong> territorios claram<strong>en</strong>te rezagados. Por ejemplo, <strong>en</strong> Chile(Figura 1), los municipios de m<strong>en</strong>or desarrollo humano ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a conc<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> lazona C<strong>en</strong>tro-Sur, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las zonas rurales <strong>en</strong>tre las regiones del Maule y deLos Ríos. Digno de m<strong>en</strong>ción son los bajos niveles de desarrollo de las comunas indíg<strong>en</strong>as<strong>en</strong> el marg<strong>en</strong> costero y la zona precordillerana. Algo similar ocurre <strong>en</strong> las zonas deagricultura de secano de la Región del Maule y el altiplano de Tarapacá (zona de predominanciade la etnia indíg<strong>en</strong>a aymara).5En http://www.cieplan.org/biblioteca/index.tpl?categoria=Libro&startat=1&page=1, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra disponible,bajo el título de este trabajo, un mapa elaborado por Yúnez-Naúde et al. (2005), donde se hace evid<strong>en</strong>te estepatrón.6Disponible <strong>en</strong> http://www.cieplan.org/biblioteca/index.tpl?categoria=Libro&startat=1&page=1.249


Claudia Serrano & Félix ModregoFigura 1. Índice de desarrollo humano municipal <strong>en</strong> Chile (año 2003)Ley<strong>en</strong>da comunasIDH 2003No disponible0,731Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia a partir de datos de MIDEPLAN – PNUD (2004).Relaciones ingreso-pobreza y equidad <strong>en</strong> el espacioConocida es la relación <strong>en</strong>tre crecimi<strong>en</strong>to-desigualdad y reducción de pobreza (Bourguignon,2003). La desigualdad es una restricción activa al crecimi<strong>en</strong>to sost<strong>en</strong>ido delargo plazo (Deininger y Squire, 1998) y, además, limita el pot<strong>en</strong>cial propobre del crecimi<strong>en</strong>toeconómico (Ravallion, 2007). Contar con mapas de dinámicas de bi<strong>en</strong>estardesagregados, permite indagar <strong>en</strong> estas relaciones <strong>en</strong> el espacio.En Perú, por ejemplo, es claro cómo el crecimi<strong>en</strong>to se asocia territorialm<strong>en</strong>te deforma estrecha con la reducción de la pobreza a nivel provincial. En particular, la zona250


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrollocostera es donde se observan las áreas más dinámicas y de mayor reducción <strong>en</strong> las tasasde pobreza, a difer<strong>en</strong>cia de la sierra, <strong>en</strong> donde las trayectorias de empeorami<strong>en</strong>to,o al m<strong>en</strong>os de estancami<strong>en</strong>to, predominan.B<strong>en</strong>tancor et al. (2008) realizan cálculos de s<strong>en</strong>sibilidad de la pobreza a los cambios<strong>en</strong> ingreso y desigualdad <strong>en</strong> municipios chil<strong>en</strong>os de alta ruralidad. Los resultadosmuestran marcadas difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> el espacio, que no guardan relación con algún patróngeográfico evid<strong>en</strong>te. La Figura 2 muestra cómo hay comunas rurales que, <strong>en</strong>tre los años90 e inicios de la década pasada, han mostrado una alta respuesta de la pobreza antecambios <strong>en</strong> la desigualdad (municipios <strong>en</strong> negro <strong>en</strong> la figura, con relaciones 1:1 o más)<strong>en</strong> comparación a otras relativam<strong>en</strong>te más rígidas (<strong>en</strong> gris claro <strong>en</strong> la figura, con elasticidadesm<strong>en</strong>ores a 0,8).Figura 2. Semielasticidad de la pobreza a cambios <strong>en</strong> la distribución del ingreso <strong>en</strong>municipios de alta ruralidad <strong>en</strong> ChileDistritosSEMIELASTDNo disponible0,9717Fu<strong>en</strong>te: B<strong>en</strong>tancor et al. (2008).251


Claudia Serrano & Félix ModregoDesigualdad territorial, desigualdad de activos y desigualdades socialesLas brechas espaciales <strong>en</strong> bi<strong>en</strong>estar son, <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida, el reflejo de las disparidadesterritoriales <strong>en</strong> una serie de activos es<strong>en</strong>ciales para sost<strong>en</strong>er las posibilidades dedesarrollo de los hogares y sus comunidades. La educación es posiblem<strong>en</strong>te la fu<strong>en</strong>temás importante <strong>en</strong> la desigualdad de oportunidades (Bourguignon et al., 2007) y quizástambién el instrum<strong>en</strong>to más pot<strong>en</strong>te de movilidad social y equidad <strong>en</strong> el largo plazo.Nuevam<strong>en</strong>te, el lugar de resid<strong>en</strong>cia es determinante <strong>en</strong> establecer marcadas difer<strong>en</strong>cias<strong>en</strong> los niveles de logro escolar, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te del nivel g<strong>en</strong>eral de desarrollo del país.Ilustramos el argum<strong>en</strong>to con el ejemplo de dos países c<strong>en</strong>troamericanos, uno deingreso alto <strong>en</strong> términos relativos a la realidad de la subregión (Panamá) y otro másbajo (El Salvador). En El Salvador, el año 2007, el porc<strong>en</strong>taje de población que accede aEnseñanza Media va desde el 2,5% <strong>en</strong> el municipio de Nuevo Edén de San Juan, hasta el64,2% <strong>en</strong> el de Antiguo Cuscatlán. En Panamá, <strong>en</strong> 2010, las brechas no son tan distintas:de 15,4% <strong>en</strong> el distrito de Kankintu, hasta 77,8% <strong>en</strong> San Miguelito. El Gráfico 3 ilustrala distribución subnacional de este indicador, reflejando las trem<strong>en</strong>das disparidadesterritoriales <strong>en</strong> educación. En El Salvador, donde el acceso a educación secundariaes muy restringido, el 89% de los municipios se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran bajo el promedio nacional(24,6%). En Panamá, mi<strong>en</strong>tras a nivel nacional se alcanza un acceso del 65%, 66 delos 76 distritos del país se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran bajo este valor. Es decir, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de lasdifer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre países, el hecho es que, <strong>en</strong> ambos, el acceso a la educación avanzadase conc<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> unos pocos municipios urbanos de muy alta población.Gráfico 3. Porc<strong>en</strong>taje de población que alcanza la educación secundaria por unidad subnacional**Línea negra repres<strong>en</strong>ta la distribución por municipios (El Salvador) o distritos (Panamá). Línea horizontal gris repres<strong>en</strong>ta elporc<strong>en</strong>taje nacional.Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia sobre la base de datos de REDATAM online (2010).252


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloAdemás, la inequidad territorial se <strong>en</strong>tremezcla <strong>en</strong> muchos contextos con otras formasde desigualdad social. Un ejemplo de ello son las desigualdades raciales <strong>en</strong> Colombia.Al mapear los datos de la proporción de hogares sin conexión a acueducto, seaprecia que las mayores car<strong>en</strong>cias se conc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> la selva, pero también <strong>en</strong> la costapacífica, la zona de mayor conc<strong>en</strong>tración de población afroamericana 7 . En Perú, el Gráfico4 muestra la fuerte correlación negativa <strong>en</strong>tre el porc<strong>en</strong>taje de población indíg<strong>en</strong>ay la esperanza de vida al nacer, por departam<strong>en</strong>to.Gráfico 4. Perú: población indíg<strong>en</strong>a y esperanza de vida al nacer, por departam<strong>en</strong>toÍndice de esperanza de vida al nacer% población que apr<strong>en</strong>dió a hablar <strong>en</strong> l<strong>en</strong>gua indíg<strong>en</strong>aFu<strong>en</strong>te: Elaboración propia <strong>en</strong> base a datos de CEPAL (2010) e INEI (2011).Desigualdad territorial: ¿fu<strong>en</strong>te pot<strong>en</strong>cial de fragm<strong>en</strong>tación y conflicto?Para cerrar esta sección, argum<strong>en</strong>tamos que la desigualdad es una fu<strong>en</strong>te de conflicto yque la dim<strong>en</strong>sión territorial es una expresión importante de la desigualdad social. Por<strong>en</strong>de, la exist<strong>en</strong>cia de brechas y disparidades territoriales es un pot<strong>en</strong>cial catalizadorde t<strong>en</strong>sión social.En Ecuador, por ejemplo, Elbers et al. (2004) docum<strong>en</strong>tan que la desigualdad de ingresos<strong>en</strong>tre parroquias (unidades administrativas m<strong>en</strong>ores al municipio) daría cu<strong>en</strong>tade un 41% de la desigualdad total del ingreso. En Chile, la desigualdad de ingresos <strong>en</strong>tremunicipios aportaría <strong>en</strong>tre 25% y 30% de la desigualdad total (Ramírez et al., 2009).7El mapeo de estos datos, recogidos de SISBEN (www.sisb<strong>en</strong>.gov.co), se puede <strong>en</strong>contrar bajo el título de estetrabajo <strong>en</strong> http://www.cieplan.org/biblioteca/index.tpl?categoria=Libro&startat=1&page=1.253


Claudia Serrano & Félix ModregoDesde las teorías marxistas, la segm<strong>en</strong>tación social <strong>en</strong> clases sociales o estratossocioeconómicos ha estado <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de las teorías sobre el conflicto social. Estebany Ray (1999) señalan que la polarización económica guardaría una estrecha relacióncon los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os de t<strong>en</strong>sión y conflicto social. Si<strong>en</strong>do una fu<strong>en</strong>te importante de inequidad,no es de extrañar <strong>en</strong>tonces que la disparidad territorial t<strong>en</strong>ga expresionesconcretas <strong>en</strong> al ámbito político y social, como muestra la relación <strong>en</strong> el espacio <strong>en</strong>tre lascomunidades pobres y los resultados de la elección presid<strong>en</strong>cial <strong>en</strong> México <strong>en</strong> 2006 8 .Incluso ciertos patrones de desarrollo con exclusión pued<strong>en</strong> guardar relación con dinámicaslocalizadas de viol<strong>en</strong>cia, como sugiere la distribución espacial de la polarizaciónétnica de los ingresos rurales y la expresión de hechos de viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el d<strong>en</strong>ominadoconflicto indíg<strong>en</strong>a <strong>en</strong> Chile 9 .2. Enfoque territorial y desc<strong>en</strong>tralización del estado para el desarrollocon inclusión socialLa sección preced<strong>en</strong>te ha descrito las profundas desigualdades territoriales <strong>en</strong> AméricaLatina e invita a p<strong>en</strong>sar qué tipo de políticas son más adecuadas para superar la fragm<strong>en</strong>taciónterritorial. Hay qui<strong>en</strong>es argum<strong>en</strong>tan que la mejor forma de resolver estasbrechas es permitir el libre funcionami<strong>en</strong>to de los mercados, dado que las v<strong>en</strong>tajascomparativas locales, la migración y las economías de aglomeración, con el tiempo,resolverán el problema a través de procesos de converg<strong>en</strong>cia territorial de los nivelesde bi<strong>en</strong>estar (Banco Mundial, 2010). Sin embargo, nada garantiza que esta dinámicaocurra, que tarde tiempos razonables o que satisfaga objetivos de efici<strong>en</strong>cia económicay equidad social.Otros sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> que las brechas de desarrollo son el resultado de trampas de pobrezay exclusión que difícilm<strong>en</strong>te podrán ser superadas de no mediar interv<strong>en</strong>cionesexplícitas de política y colaboración público-privada que apunt<strong>en</strong> a impulsar dinámicaseconómicas inclusivas (Bourguignon et al., 2007) ¿A qué se refier<strong>en</strong> estas “trampas”?En términos simples, se sosti<strong>en</strong>e que la her<strong>en</strong>cia de desv<strong>en</strong>tajas que soportan determinadaspoblaciones hac<strong>en</strong> prácticam<strong>en</strong>te imposible ext<strong>en</strong>der capacidades que permitanutilizar o expandir sus oportunidades, de suerte tal que, aun cuando se g<strong>en</strong>eranespacios y flexibilidad <strong>en</strong> la estructura social, no serán esos sectores los que detectarány aprovecharán las oportunidades, con la consecu<strong>en</strong>cia de una perseverante dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ciay escasa autonomía.Existe un amplio cons<strong>en</strong>so respecto del peso de los sistemas institucionales formalese informales sobre las oportunidades de desarrollo de las personas (Moser, 1997).Se cu<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> el ámbito de los sistemas informales los atributos sociales y culturalesque colaboran a poner <strong>en</strong> marcha lo que S<strong>en</strong> (1999) llamó un “<strong>en</strong>foque de capacidades”:la capacidad de ag<strong>en</strong>cia de los individuos para cumplir sus metas y propósitos,8Se puede apreciar la comparación de ambos datos <strong>en</strong> el mapa, bajo el título de este trabajo, <strong>en</strong>: http://www.cieplan.org/biblioteca/index.tpl?categoria=Libro&startat=1&page=1.9Ver <strong>en</strong>: http://www.cieplan.org/biblioteca/index.tpl?categoria=Libro&startat=1&page=1.254


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrollola estructura valórica y normativa, las relaciones de cooperación, la participación <strong>en</strong>redes y circuitos de intercambio, el capital social, la confianza <strong>en</strong> el probable comportami<strong>en</strong>tode los otros actores y de las instituciones públicas, etc.En el ámbito de los sistemas formales, se ubica el desempeño de las ag<strong>en</strong>cias de gobierno,los sistemas de regulación de la vida social y económica, las organizaciones, lacapacidad de acción de los actores públicos y privados, las oportunidades de acción colectiva,la participación <strong>en</strong> la toma de decisiones, el desempeño de la democracia comomecanismo de acceso a información para la adecuada toma de decisiones, <strong>en</strong>tre otros.Todos estos elem<strong>en</strong>tos colaboran a estimular el desarrollo, favoreci<strong>en</strong>do la participacióny la cooperación. El problema es que estos atributos y cualidades se distribuy<strong>en</strong> deforma persist<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te desigual. El déficit de capacidad de ag<strong>en</strong>cia ti<strong>en</strong>de a reproducirsede una a otra g<strong>en</strong>eración, así como la desconfianza o el escepticismo respecto delos mecanismos participativos y democráticos. Desde el lado institucional, se reitera elmismo patrón: <strong>en</strong> aquellas zonas con baja calidad institucional, lógicas de desconfianza,escaso espíritu cívico, estas prácticas ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a perpetuarse (Barca, 2009).La desigualdad territorial <strong>en</strong> América Latina opera con el mismo modelo de dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia.Los países pres<strong>en</strong>tan un patrón de conc<strong>en</strong>tración de activos y población <strong>en</strong> laszonas metropolitanas, de inversión <strong>en</strong> zonas ricas <strong>en</strong> recursos naturales y de rezago <strong>en</strong>vastas ext<strong>en</strong>siones cuyas riquezas naturales no se localizan <strong>en</strong> el umbral competitivode la economía global (CEPAL, 2010), lo que <strong>en</strong> la práctica g<strong>en</strong>era un cuadro de zonas“ganadoras” y “perdedoras”.Es necesario, por lo tanto, g<strong>en</strong>erar interv<strong>en</strong>ciones que permitan corregir las desigualdadesterritoriales abri<strong>en</strong>do oportunidades de desarrollo con inclusión social, lasque necesariam<strong>en</strong>te deb<strong>en</strong> estar dirigidas a <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar las trampas de pobreza e inequidad,para lograr así que las oportunidades del desarrollo no llegu<strong>en</strong> solo a los que yaestán tomando v<strong>en</strong>taja del nuevo contexto.Si la evid<strong>en</strong>cia es abundante para reseñar que el desarrollo económico <strong>en</strong> los últimos30 años ha ido de la mano de la expansión de las desigualdades de diverso tipo,—<strong>en</strong>tre ellas las desigualdades territoriales—, una nueva estrategia de desarrollo debedelinearse para superar estos desafíos. Una estrategia de este tipo elabora una interpretaciónsobre las oportunidades que se localizan <strong>en</strong> los territorios, los sistemas degobernanza posibles, las dinámicas de desc<strong>en</strong>tralización y el diseño de políticas territorialesde cohesión territorial.Enfoque territorial del desarrolloTanto <strong>en</strong> América Latina como <strong>en</strong> Europa, ha com<strong>en</strong>zado a discutirse el concepto de“política regional de desarrollo” (Boisier, 2010), el “<strong>en</strong>foque territorial del desarrollo”(Schejtman y Berdegué, 2004; RIMISP, 2009; Alburquerque, 2004; Prats, 2009),y la “política territorial” (OECD, 2006; Barca, 2009). Todos ellos pon<strong>en</strong> at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong>las limitaciones de las estrategias y modelos <strong>en</strong> curso, así como <strong>en</strong> las virtudes de un<strong>en</strong>foque alternativo y complem<strong>en</strong>tario. El <strong>en</strong>foque territorial consiste <strong>en</strong> pot<strong>en</strong>ciar lascapacidades <strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>as de desarrollo de los territorios, tomando <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el conjuntodiverso de sus atributos y activos territoriales, mediante políticas deliberadas, imple-255


Claudia Serrano & Félix Modregom<strong>en</strong>tadas bajo sistemas de gobernanza territorial y multinivel. La mirada territorialdel desarrollo busca efici<strong>en</strong>cia económica e inclusión social mediante un crecimi<strong>en</strong>tocapaz de incorporar a pequeñas y medianas empresas, mujeres, pueblos originarios y,<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, a aquellos sectores vulnerables que tradicionalm<strong>en</strong>te quedan rezagados delos procesos más dinámicos de la economía y la sociedad y que verían oportunidadesde mejoras al participar de procesos de <strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to con fuerte asi<strong>en</strong>to territorial.Tal como se está discuti<strong>en</strong>do hoy <strong>en</strong> día, el territorio no se relaciona solo con asuntosgeográficos y de dotación de recursos naturales. Son espacios socioambi<strong>en</strong>tales <strong>en</strong>los cuales se sintetizan, transforman y reinterpretan las características físicas y naturales,las prácticas de los actores, las dinámicas de mercado y la experi<strong>en</strong>cia institucional.Forma parte de esta construcción social algo que es común al territorio y su g<strong>en</strong>te:id<strong>en</strong>tidad compartida, percepciones, cre<strong>en</strong>cias y valores que ori<strong>en</strong>tan la acción social ypermit<strong>en</strong> administrar las oportunidades.No son g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te espacios de armonía, sino más bi<strong>en</strong> campos de relaciones deconflicto y de cooperación, donde los actores se pres<strong>en</strong>tan desde su particularidad pararelacionarse con el <strong>en</strong>torno y a la vez reproducir y modificar la estructura social y cultural.El concepto de “campo” (Bourdieu, 1988) es el de un espacio donde se interactúa,se elaboran interpretaciones, se gestan comportami<strong>en</strong>tos colectivos, se toman posicionesy se articulan estrategias e ideas de futuro <strong>en</strong> un contexto determinado.Incorporar la lógica territorial <strong>en</strong> una perspectiva de desarrollo implica analizar lascaracterísticas actuales y pot<strong>en</strong>ciales de los territorios, la estructura productiva y loseslabonami<strong>en</strong>tos posibles, con miras a apoyar procesos de transformación productivay cambio institucional (Schejtman y Berdegué, 2004). Supone una política deliberadapara ori<strong>en</strong>tar los procesos <strong>en</strong> marcha <strong>en</strong> una determinada dirección. Es un <strong>en</strong>foque quepone at<strong>en</strong>ción simultáneam<strong>en</strong>te sobre los activos, actores e instituciones necesariospara <strong>en</strong>cauzar procesos int<strong>en</strong>cionados de desarrollo.El concepto de “activos” se refiere a dotaciones materiales y no materiales cuya combinaciónincide sobre el resultado económico y de inclusión social. Se pued<strong>en</strong> distinguirdifer<strong>en</strong>tes tipos de activos: a) activos físico-territoriales: recursos naturales, infraestructura,localización geográfica; b) activos económicos: acceso a mercados, característicasdel sector productivo, inversión privada, mercado laboral, dinámicas de innovaciónproductiva; c) activos culturales: id<strong>en</strong>tidad, patrimonio cultural, tradiciones, saberes;d) activos sociales: actores, redes, organizaciones, liderazgos, coaliciones; e) activosinstitucionales: exist<strong>en</strong>cia de proyectos político-regionales, liderazgo de la autoridadterritorial, apertura de las instituciones públicas al trabajo territorial, etc.Fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> estos procesos son los actores territoriales, qui<strong>en</strong>es dotan de cont<strong>en</strong>idolos procesos <strong>en</strong> curso. Un actor destacado y gravitante es el actor estatal, <strong>en</strong>sus dos expresiones, las políticas públicas que <strong>en</strong> sí mismas son un valioso soporte dedinámicas económicas y sociales, y la pres<strong>en</strong>cia efectiva de ag<strong>en</strong>cias públicas y de funcionarios<strong>en</strong> los territorios, que aportan determinado sello a la política territorial y queparticipan de espacios de gestión de poder e influ<strong>en</strong>cia. Aquí el actor por excel<strong>en</strong>cia esel gobierno subnacional y/o local.Otros actores relevantes son los económicos: empresarios, productores, gremios yasociaciones, qui<strong>en</strong>es sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> las dinámicas productivas, ag<strong>en</strong>cian las innovaciones y256


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrollogestionan negocios. También los actores sociales, como las organizaciones sociales funcionalesy territoriales que conforman el tejido social que posibilita empr<strong>en</strong>der accionescolaborativas que favorec<strong>en</strong> la puesta <strong>en</strong> marcha de una ag<strong>en</strong>da territorial; las organizacionesno gubernam<strong>en</strong>tales y universidades, llamadas a aportar masa crítica y capacidadtécnica y profesional; y las corporaciones y otras instituciones privadas de desarrollo.Más interesante aun es <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el papel de los actores <strong>en</strong> trayectorias compartidas<strong>en</strong> las que actúan como coaliciones sociales. Estas son alianzas explícitas o implícitasde mediano plazo, <strong>en</strong>tre actores difer<strong>en</strong>tes sobre asuntos de ord<strong>en</strong> económico y productivoque favorec<strong>en</strong> determinadas formas de acceso y uso de activos <strong>en</strong> el territorio.Se trata de acciones converg<strong>en</strong>tes hacia un proyecto territorial (Hinojosa et al., 2011)<strong>en</strong> torno a una dinámica de crecimi<strong>en</strong>to del territorio (Tanaka, 2011). Estas alianzasse configuran <strong>en</strong> el marco de un <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to común que permite movilizar y activarprocesos que t<strong>en</strong>drían tiempos más l<strong>en</strong>tos, o nunca ocurrirían, de no existir este marcode <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to.Existe importante cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong>tre los teóricos del desarrollo sobre las bondades delas relaciones de proximidad para estimular el empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to y la innovación productiva.El <strong>en</strong>foque de desarrollo territorial amplía las oportunidades de crecimi<strong>en</strong>toeconómico inclusivo, agregando valor a la configuración de activos pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> losterritorios mediante dinámicas de <strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to productivo, innovación y v<strong>en</strong>tajascompetitivas derivadas de las economías de aglomeración. A partir de los estudios dePorter, se puso <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia la pot<strong>en</strong>cialidad de las aglomeraciones o clusters. Estos serefier<strong>en</strong> a la conc<strong>en</strong>tración espacial de firmas de un determinado sector, que permitela especialización y posibilita procesos de integración vertical y horizontal. Las firmas<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> el <strong>en</strong>torno factores que pot<strong>en</strong>cian su capacidad de innovar, desarrollarsey crecer, pues la misma aglomeración g<strong>en</strong>era relaciones de cooperación y compet<strong>en</strong>cia(Porter, 1991). Este proceso no solo actúa por la operación de los estímulos competitivos,sino que se complem<strong>en</strong>ta con políticas públicas e iniciativas privadas <strong>en</strong> el ámbitode la educación, la innovación y la tecnología.Los <strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos productivos alim<strong>en</strong>tan las cad<strong>en</strong>as de valor de los sectoresproductivos localizados territorialm<strong>en</strong>te “hacia atrás” con los proveedores de insumosy servicios, o “hacia adelante” con los usuarios del producto, g<strong>en</strong>erando oportunidadesde mayor efici<strong>en</strong>cia colectiva a través de economías externas, bajos costos de transaccióny acción concertada (Schejtman y Berdegué, 2004). Estos intercambios se pot<strong>en</strong>cian<strong>en</strong> la medida que se va g<strong>en</strong>erando un <strong>en</strong>torno con capacidad de innovar o milieu.Un milieu surge cuando la interacción <strong>en</strong>tre los ag<strong>en</strong>tes económicos g<strong>en</strong>era externalidadespositivas, que induc<strong>en</strong> procesos de apr<strong>en</strong>dizaje de formas más efici<strong>en</strong>tes de manejode recursos. La cercanía, la interacción, el apr<strong>en</strong>dizaje y la innovación g<strong>en</strong>eran círculosvirtuosos a los que se ha llamado sistemas regionales de innovación.Se conoce a los territorios con características de aglomeración de pequeñas y medianasempresas como distritos industriales. Son redes locales de negocios que pres<strong>en</strong>tanun tejido social basado <strong>en</strong> normas y valores culturales compartidos. Han sidoestudiados <strong>en</strong> los casos de Italia, España y Alemania y han resultado inspiradores parael desarrollo de políticas de clusters <strong>en</strong> América Latina. Sin embargo, el <strong>en</strong>foque territorialdel desarrollo <strong>en</strong> América Latina no es directam<strong>en</strong>te asimilable a dichos procesos.257


Claudia Serrano & Félix ModregoFactores históricos, culturales y sociales, y las características del tejido social <strong>en</strong> Italiainfluy<strong>en</strong> sobre la disponibilidad a empr<strong>en</strong>der y cooperar (Putnam, 1993).Las economías latinoamericanas pres<strong>en</strong>tan dificultades para dar saltos de productividady competitividad <strong>en</strong> ámbitos desligados de su área de mayor compet<strong>en</strong>cia: los recursosnaturales. Los procesos productivos de mayor complejidad e industrialización seconc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> las zonas metropolitanas, quedando los territorios t<strong>en</strong>sionados <strong>en</strong>tre estosdos polos —la economía de las metrópolis y los <strong>en</strong>claves de recursos naturales— y sumidos<strong>en</strong> dificultades para ext<strong>en</strong>der y desarrollar negocios, para acceder a mercados dinámicosy fortalecer la innovación y la competitividad. Sin embargo, estos territorios no están privadosde recursos y activos, ni están cond<strong>en</strong>ados a dep<strong>en</strong>der de subsidios, ex<strong>en</strong>ciones opolíticas especiales. Se trata de territorios de nivel económico intermedio que son susceptiblesde g<strong>en</strong>erar la visión estratégica que permit<strong>en</strong> remover obstáculos, abrir nuevoscampos de negocios, pot<strong>en</strong>ciar los activos exist<strong>en</strong>tes y superar brechas de desigualdad.Gobernanza territorialLa política territorial requiere una institucionalidad desc<strong>en</strong>tralizada y colaborativa consólidos mecanismos de gobernanza que logre activar el sistema local de innovación, expandirmecanismos de cooperación público-privada, cultivar <strong>en</strong>tornos amigables parael desarrollo y coordinar a las políticas públicas de inversión <strong>en</strong> infraestructura, fom<strong>en</strong>toproductivo e innovación y protección social.Schejtman y Berdegué (2004) señalan que una adecuada arquitectura institucionalpara el desarrollo territorial está asociada a la pres<strong>en</strong>cia y calidad de cinco elem<strong>en</strong>tos:a) las atribuciones y capacidades de los gobiernos locales <strong>en</strong> sus dim<strong>en</strong>siones técnicas,administrativas y políticas; b) la coordinación y exist<strong>en</strong>cia de controles y equilibrios<strong>en</strong>tre los distintos niveles de gobierno; c) las redes y asociaciones <strong>en</strong>tre los gobiernoslocales; d) las organizaciones económicas y de repres<strong>en</strong>tación de la sociedad civil, y e)mecanismos para la concertación público-privada. Elizalde (2003) distingue cuatro elem<strong>en</strong>tosprincipales que contribuy<strong>en</strong> a lograr procesos de desarrollo territorial exitosos:el <strong>en</strong>foque multidim<strong>en</strong>sional; la participación de todos los actores para g<strong>en</strong>erar unamasa crítica que pueda p<strong>en</strong>sar territorialm<strong>en</strong>te y logre negociar y articular voluntades;la pres<strong>en</strong>cia de ag<strong>en</strong>tes e instituciones capaces de provocar ambi<strong>en</strong>tes industriales, yespacios de innovación para los inversionistas privados.En el plano territorial regional, es clave articular la participación de los distintosniveles de gobierno, con sus respectivas atribuciones y compet<strong>en</strong>cias, <strong>en</strong> un marco decomplem<strong>en</strong>tariedad. A esta forma de coordinación, la OECD ha d<strong>en</strong>ominado “gobernanzamultinivel” (OECD, 2006). La difer<strong>en</strong>cia de la gobernanza multinivel con respecto aotras modalidades de coordinación o actuación <strong>en</strong> red radica <strong>en</strong> que el punto de converg<strong>en</strong>ciapara organizar la participación efici<strong>en</strong>te, a la vez especializada y complem<strong>en</strong>tariade los distintos niveles de gobierno, no es un marco normativo per se, sinouna política territorial que invita a colaborar. El eje de la coordinación está dado desdeabajo hacia arriba, contrario a la actuación tradicional de los estados. Un conceptocomplem<strong>en</strong>tario al de gobernanza multinivel es el de “gobernanza territorial”, <strong>en</strong>focadaal desarrollo de los territorios mediante la articulación de actores <strong>en</strong> un contexto258


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrollo<strong>en</strong> el cual el gobierno regional está <strong>en</strong>focado <strong>en</strong> las oportunidades de los territorios,estimulando el crecimi<strong>en</strong>to económico con inclusión social.La gobernanza territorial sosti<strong>en</strong>e que bu<strong>en</strong>a parte de las pérdidas de <strong>en</strong>ergía y recursospúblicos y privados <strong>en</strong> los territorios se deb<strong>en</strong> a modalidades de acción sectorialesque no logran mirar <strong>en</strong> forma integrada problemas complejos. Mirar integralm<strong>en</strong>terequiere poner por delante la realidad de los territorios, <strong>en</strong> su dim<strong>en</strong>sión socialm<strong>en</strong>teconstruida, para articular desde allí la acción multinivel de difer<strong>en</strong>tes actores que compart<strong>en</strong>propósitos.Es importante, <strong>en</strong> este punto, situar el pot<strong>en</strong>cial localizado <strong>en</strong> los niveles intermediosde gobierno. Según Chiriboga (2011), pued<strong>en</strong> interv<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> áreas clave para eldesarrollo territorial como:• Planificación y ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to del territorio: elaborar estrategias y planes dedesarrollo económico <strong>en</strong> conjunto con los actores del territorio, establecer planesde competitividad, id<strong>en</strong>tificar cad<strong>en</strong>as y clusters, promover negocios localese inversiones <strong>en</strong> los distintos niveles del territorio.• Dotación de bi<strong>en</strong>es públicos: proveer de bi<strong>en</strong>es públicos a las cad<strong>en</strong>as productivasque deb<strong>en</strong> <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar fallas <strong>en</strong> el mercado, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> consideraciónlas características propias del territorio donde se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran insertas, gestionara los organismos estatales para relacionarlos con actores privados y así lograrmejores accesos a los insumos o activos tales como agua, tecnología, crédito,<strong>en</strong>tre otros. Además son los <strong>en</strong>cargados de desarrollar estructura vial y de comunicaciones,infraestructura sanitaria, establecer sistemas de información para latoma de decisiones de las cad<strong>en</strong>as de producción y facilitar la vinculación de losprivados con los programas públicos sectoriales.• Apoyo a los procesos de articulación y de institucionalización: facilitar los procesosde articulación, las alianzas público-privadas, las negociaciones, ag<strong>en</strong>cias dedesarrollo económico, comités y cualquier otra instancia que permita mejorar lacoordinación <strong>en</strong>tre los actores territoriales, para así lograr un apoyo <strong>en</strong>tre productoresy empresas, mejor articulación <strong>en</strong>tre los programas de gobierno y las iniciativasprivadas e impulsar el fortalecimi<strong>en</strong>to y creación de empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos locales.• Apoyo <strong>en</strong> la gestión y dotación de recursos y financiami<strong>en</strong>to: el gobierno intermediodebe impulsar las acciones y condiciones que logr<strong>en</strong> articular la inversiónproductiva <strong>en</strong> el territorio, estableci<strong>en</strong>do consejos o ag<strong>en</strong>cias especializados quese coordin<strong>en</strong> con el sector privado.Hasta aquí las promesas y bondades de una institucionalidad basada <strong>en</strong> sistemas degobernanza y cooperación. En la práctica, estas dinámicas <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran múltiples barreraspara poder expandirse y prevalecer <strong>en</strong> el ámbito territorial, pues chocan con el c<strong>en</strong>tralismodel Estado, la falta de conceptos y convicciones políticas de autoridades territorialespara llevar adelante un proyecto de desarrollo territorial, el predominio de criterios técnicossectoriales, las dificultades de diálogo público-privado y el insufici<strong>en</strong>te involucrami<strong>en</strong>tode la ciudadanía, <strong>en</strong>tre las más importantes. Por ello la importancia de avanzar <strong>en</strong>un diseño institucional coher<strong>en</strong>te con el desarrollo territorial, cuyos primeros pasos van259


Claudia Serrano & Félix Modrego<strong>en</strong> la línea de fortalecer los procesos de desc<strong>en</strong>tralización y proponer medidas para queel conjunto de la política pública incorpore una perspectiva territorial.Desc<strong>en</strong>tralización e institucionalidad para el desarrollo territorialEl proceso de desc<strong>en</strong>tralización <strong>en</strong> América Latina ha v<strong>en</strong>ido avanzando durante las últimasdos décadas con un amplio grado de acuerdo <strong>en</strong>tre todas las verti<strong>en</strong>tes políticas. Seestima que colabora a una mejor asignación de los recursos públicos, a una <strong>en</strong>trega másefici<strong>en</strong>te de los servicios, que permite tomar decisiones más sintonizadas con las necesidadesde las personas y que contribuye a la democracia y la ciudadanía. Sin embargo,los analistas también coincid<strong>en</strong> <strong>en</strong> señalar que ha sido un proceso incompleto, sobre elcual no exist<strong>en</strong> los acuerdos políticos que impuls<strong>en</strong> el efectivo traspaso de poder y qu<strong>en</strong>o han dado pruebas sufici<strong>en</strong>tes de ser una respuesta efectiva <strong>en</strong> materia de efici<strong>en</strong>cia yeficacia de la gestión pública (UCLG, 2008; De la Cruz, Pineda y Pöschl, 2010).El exam<strong>en</strong> de la desc<strong>en</strong>tralización muestra que se han increm<strong>en</strong>tado el poder político,las atribuciones legales y las capacidades financieras de los gobiernos intermedios,si<strong>en</strong>do cada vez mayor su grado de responsabilidad sobre la gestión del desarrollo delos territorios; pero la mayoría carece de una estrategia integral de gobernanza y desarrolloy pres<strong>en</strong>ta debilidades <strong>en</strong> materia de planificación, gestión, colaboración públicoy privada y calidad del diálogo democrático, lo que constituye una limitación para lasestrategias y políticas territoriales.La desc<strong>en</strong>tralización es un proceso de traspaso de compet<strong>en</strong>cias desde el nivel c<strong>en</strong>trala los niveles subnacionales. Consiste <strong>en</strong> una creci<strong>en</strong>te adquisición de autonomíapor parte de los niveles desc<strong>en</strong>tralizados, para poder actuar como gobiernos con atribucionesy capacidad efectiva de acción. Esta autonomía pasa por la desc<strong>en</strong>tralizaciónfiscal, la delegación de atribuciones, las capacidades de gestión de los cuadros técnicosy profesionales, y una mayor implicación de la ciudadanía <strong>en</strong> los asuntos del territorioo lugar.En el plano de la desc<strong>en</strong>tralización fiscal, los ingresos de los gobiernos regionales ylocales provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de dos fu<strong>en</strong>tes: recursos propios derivados de la capacidad tributariade los territorios y las transfer<strong>en</strong>cias que recib<strong>en</strong> del nivel c<strong>en</strong>tral. La capacidad de g<strong>en</strong>eraringresos propios de los niveles desc<strong>en</strong>tralizados es limitada, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> elcaso de los gobiernos intermedios, y no están claros los inc<strong>en</strong>tivos para que municipios,departam<strong>en</strong>tos o regiones asuman responsabilidades claras <strong>en</strong> materia de recaudación.El nivel local municipal dispone de recursos propios derivados de impuestos territoriales,pero prácticam<strong>en</strong>te no ti<strong>en</strong>e atribuciones sobre fijación de tasas (De la Cruz, 2010).Las finanzas locales descansan, <strong>en</strong> gran medida, <strong>en</strong> el sistema de transfer<strong>en</strong>cias fiscales<strong>en</strong> el marco de un modelo ag<strong>en</strong>te-principal <strong>en</strong> el que las señales que <strong>en</strong>trega el principal(el Estado) al ag<strong>en</strong>te (gobierno local), no son siempre adecuadas (Marcel, 2010).Estas restricciones limitan la autonomía y cuestionan el principio de que los votantesciudadanos podrán influir con su voto <strong>en</strong> una política local sintonizada con las necesidadeslocales y <strong>en</strong> una asignación de recursos públicos más efici<strong>en</strong>te (Tiebout, 1956).Reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> algunos países, se ha g<strong>en</strong>erado un nuevo instrum<strong>en</strong>to que, <strong>en</strong>parte, corrige las limitaciones para la g<strong>en</strong>eración de recursos propios de los gobiernos260


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloregionales o intermedios: el sistema de regalías. Este g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te adquiere la formade un pago que la industria hace al Estado por el derecho de extracción de recursos nor<strong>en</strong>ovables (como minería e hidrocarburos), lo que redunda <strong>en</strong> un importante aum<strong>en</strong>tode los recursos de los gobiernos subnacionales <strong>en</strong> cuya jurisdicción se localizan estosrecursos 10.El sistema de compet<strong>en</strong>cias y la combinación efici<strong>en</strong>te y complem<strong>en</strong>taria de atribucionesy responsabilidades <strong>en</strong>tre distintos niveles de gobierno es un asunto que losmodelos de desc<strong>en</strong>tralización <strong>en</strong> curso no han logrado resolver. Existe una amplia situaciónde duplicidad y solapami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre distintos niveles de gobierno, y se observaque, aun cuando se norman traspasos, el nivel c<strong>en</strong>tral se resiste a dejar ir responsabilidadesque le fueron propias y manti<strong>en</strong>e parte de ellas. En términos g<strong>en</strong>erales, al nivelnacional le corresponde el diseño de la política de desarrollo, materias de seguridad,relaciones exteriores y grandes obras que trasci<strong>en</strong>d<strong>en</strong> el interés específico de determinadasregiones; al nivel regional corresponde, por excel<strong>en</strong>cia, la planificación y elord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to territorial, el fom<strong>en</strong>to e innovación productiva, la inversión <strong>en</strong> infraestructuray, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de los países, responsabilidades <strong>en</strong> educación, salud, vivi<strong>en</strong>day equipami<strong>en</strong>to urbano. En el nivel local se sitúan los servicios sociales con característicasde proximidad, como la at<strong>en</strong>ción primaria de salud, educación, asist<strong>en</strong>cia socialy equipami<strong>en</strong>to comunitario. No existe un modelo per se; cada país debe especificarcon la mayor claridad posible el ámbito propio de cada nivel, qué responsabilidadescorrespond<strong>en</strong> a cada uno y cuál es el mecanismo de financiami<strong>en</strong>to y los inc<strong>en</strong>tivos quegarantic<strong>en</strong> calidad y efici<strong>en</strong>cia.En relación a las capacidades instaladas <strong>en</strong> los niveles sub-nacionales, es imprescindibleque los gobiernos intermedios cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con capacidades institucionales, técnicasy de gestión que les permitan llevar adelante con propiedad una política territorial.Estudios sobre factores exitosos <strong>en</strong> la gestión local detectan que este es un cuello debotella a la vez que una oportunidad. Sorpr<strong>en</strong>de, sin embargo, que este no sea un factorprivilegiado a la hora de construir la ag<strong>en</strong>da de la desc<strong>en</strong>tralización, a pesar de las ini-10En Perú, la tasa de regalía varía del 1% al 3%, según el nivel de ganancias que t<strong>en</strong>gan las empresas mineras.Estos dineros son distribuidos <strong>en</strong> su totalidad <strong>en</strong>tre las regiones y los municipios para financiar proyectos de inversión.Para el caso de Ecuador, las compañías mineras <strong>en</strong>tregan al Estado el 5% sobre las v<strong>en</strong>tas de cada semestre.El 60% de esta suma se destina a los municipios y parroquias donde hay concesiones <strong>en</strong> la zona, con el objetivode financiar <strong>en</strong> proyectos productivos y de desarrollo local. La ley también estipula que, cuando el caso amerite,el 50% de los recursos antes m<strong>en</strong>cionados pued<strong>en</strong> ser <strong>en</strong>tregados a los gobiernos de comunidades indíg<strong>en</strong>as.En Bolivia, además de haber regalías mineras, también hay regalías por hidrocarburo. Estas últimas son las másimportantes y se distribuy<strong>en</strong> <strong>en</strong> un 11% para el departam<strong>en</strong>to productor, 1% para departam<strong>en</strong>tos no productores(B<strong>en</strong>i y Pando) y 6% para el Tesoro G<strong>en</strong>eral de la Nación. En Colombia, La Ley 141 de 1994 (modificada <strong>en</strong> 2002)reguló el sistema de regalías que establece dos formas de participación, las regalías directas e indirectas. Lasregalías directas b<strong>en</strong>efician a las regiones productoras que deb<strong>en</strong> invertir el 90% de su participación <strong>en</strong> proyectosprioritarios del plan de desarrollo; de ese 90%, un 60% o más debe estar dirigido a cumplir con los niveles decobertura <strong>en</strong> salud, educación, agua potable, alcantarillado y mortalidad infantil. Por otro lado, están las regalíasindirectas que se destinan al Fondo Nacional de Regalías y que b<strong>en</strong>efician a todas las <strong>en</strong>tidades territoriales delpaís para distribuirlos un 15% a la promoción de la minería, un 30% a la preservación del medio ambi<strong>en</strong>te y un54% a proyectos de inversión.261


Claudia Serrano & Félix Modregociativas aisladas que se han implem<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes países para el fortalecimi<strong>en</strong>tode capacidades <strong>en</strong> los niveles locales.Por último, los procesos de desc<strong>en</strong>tralización son portadores de una promesa deprofundización democrática, relaciones cara a cara, participación, r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas,control ciudadano, etc. En varios países se han instalado normativas legales paraapoyar estos procesos y, sin embargo, la evid<strong>en</strong>cia destaca valiosas excepciones peropoca profundidad de las experi<strong>en</strong>cias participativas. La literatura sobre desc<strong>en</strong>tralizaciónseñala que la participación ha t<strong>en</strong>ido un alcance limitado y que no se verificandinámicas ciudadanas efectivas a la hora de interactuar con las autoridades y <strong>en</strong>tre sípara influir <strong>en</strong> la toma de decisiones que efectivam<strong>en</strong>te incidan <strong>en</strong> el derrotero de losterritorios (Campbell, 2010).3. Recom<strong>en</strong>daciones para la política territorialLas políticas de cohesión surgieron <strong>en</strong> Europa como políticas territoriales estimuladaspor un proyecto común que buscó disminuir brechas <strong>en</strong>tre países, regiones y territoriospot<strong>en</strong>ciando el desarrollo y la inclusión social. Los países latinoamericanos no hantomado una decisión semejante pues no se ha desarrollado una auténtica convicciónsobre el pot<strong>en</strong>cial transformador de los territorios. Si bi<strong>en</strong> los procesos de desc<strong>en</strong>tralizaciónestán <strong>en</strong> marcha y se aprecian valiosas excepciones dispersas <strong>en</strong> los países,no existe una política territorial, aunque sí experi<strong>en</strong>cias como los Territorios de Ciudadaníade Brasil, el Programa de Infraestructura Rural para el Desarrollo Territorial deChile o la provincia de Tungurahua <strong>en</strong> Ecuador, que ilustran los Cuadros 1, 2 y 3.Los temas analizados <strong>en</strong> estas páginas, así como los datos y mapas examinados, pon<strong>en</strong>el ac<strong>en</strong>to sobre la perspectiva territorial del desarrollo desde tres puntos de vista: (a) lasdesigualdades territoriales, trampas de pobreza y de exclusión que am<strong>en</strong>azan la cohesiónsocial; (b) la pérdida de capacidad económica que se produce al descuidar territorios portadoresde activos y recursos; y (c) la fragm<strong>en</strong>tación social <strong>en</strong>tre territorios.Una política territorial para América Latina está ori<strong>en</strong>tada a g<strong>en</strong>erar desarrollo <strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>obasado <strong>en</strong> las capacidades y empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos localizados <strong>en</strong> los territorios.Involucra modificaciones <strong>en</strong> el diseño global de las políticas públicas, que suel<strong>en</strong> serciegas desde el punto de vista espacial, y supone estimular procesos e iniciativas territoriales.Requiere de una interv<strong>en</strong>ción premeditada y coher<strong>en</strong>te que optimice recursosterritoriales y nacionales con perspectiva de mediano plazo y largo plazo. Es una políticaque se hace cargo de “procesos sociales de indesm<strong>en</strong>tible naturaleza territorialcomo poblami<strong>en</strong>to, crecimi<strong>en</strong>to económico y desarrollo societal” (Boisier, 2010). Esuna política que consigue adaptar las políticas g<strong>en</strong>erales al contexto y a las necesidadesterritoriales e incluye, <strong>en</strong>tre sus objetivos y/o líneas de acción, un compon<strong>en</strong>tedirigido a promover, fortalecer o impulsar procesos de interacción y concertación deactores locales <strong>en</strong>tre sí y con los ag<strong>en</strong>tes externos relevantes. Una característica de lapolítica territorial es la articulación intersectorial, la cooperación público-privada y lagobernanza multinivel.262


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloCuadro 1TUNGURAHUA, ECUADORLa provincia de Tungurahua se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de Ecuador, <strong>en</strong> la región de lasierra. Con una superficie de 3.369,4 km., es una de las provincias más pequeñasdel país, pero con una de las d<strong>en</strong>sidades poblacionales más altas (130,9 Hab/km2).Integrada por 9 cantones, con 19 parroquias urbanas y 44 parroquias rurales, Tungurahuase ha destacado por dinámicas territoriales caracterizadas por m<strong>en</strong>ores nivelesde desigualdad y pobreza que <strong>en</strong> el resto del país y mayores niveles de consumo. Másaun, el territorio muestra círculos virtuosos localizados de crecimi<strong>en</strong>to económico,reducción de la pobreza y reducción de la desigualdad (Ospina et al., 2011).En este contexto de resultados favorables, destaca la actuación del gobierno provincialque ha adoptado un rol activo <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>eración de una estrategia de desarrollobasada <strong>en</strong> la participación, concertación y toma de decisiones por parte de múltiplesactores <strong>en</strong> torno a la construcción de objetivos comunes. Con la propuesta de un “gobiernode todos y todas”, el gobierno provincial buscó la implicancia y compromisode trabajo de actores públicos, privados y organizaciones sociales <strong>en</strong> los procesos dedecisión y constituyó un espacio de ciudadanía y actorías locales, así reconfigurandola relación con las instituciones locales y con el propio estado c<strong>en</strong>tral.Nuevo modelo de gestiónEste propósito derivó <strong>en</strong> la definición el año 2002 del d<strong>en</strong>ominado “Nuevo Modelode Gestión” de Tungurahua, que estableció tres principios fundam<strong>en</strong>tales de funcionami<strong>en</strong>to:repres<strong>en</strong>tatividad, gobernabilidad y corresponsabilidad. A través deellos se busca alcanzar:• Sinergias para que los b<strong>en</strong>eficios obt<strong>en</strong>idos individualm<strong>en</strong>te se multipliqu<strong>en</strong>a través de la cooperación y alianza <strong>en</strong> los espacios.• Transpar<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la gestión y uso de recursos.• Desarrollo de capacidades locales por medio del desempeño de los actores<strong>en</strong> los procesos de solución de los problemas.• Planificación provincial integrada que supere visiones y actuaciones sectoriales.• Sost<strong>en</strong>ibilidad del proceso más allá de la voluntad de determinadas autoridadesde turno.• Respeto a la diversidad, a través fortalecimi<strong>en</strong>to de los principios de tolerancia,interculturalidad, equidad de género y equidad g<strong>en</strong>eracional.Ag<strong>en</strong>da Provincial de TungurahuaTungurahua definió el año 2006 una Ag<strong>en</strong>da Provincial que constituye la carta de263


Claudia Serrano & Félix Modregonavegación de largo plazo y que ori<strong>en</strong>ta las acciones de los difer<strong>en</strong>tes actores de laprovincia. En este docum<strong>en</strong>to se definieron los tres principales objetivos comunesdel territorio (Agua, G<strong>en</strong>te y Trabajo), así como los compromisos de corresponsabilidadde instituciones y personas, y propuestas concretas formuladas para cadauno de los objetivos.La metodología utilizada se basó <strong>en</strong> la construcción de relaciones horizontales<strong>en</strong>tre los actores, y la configuración de un espacio amplio de debate que consideróla participación de sectores tradicionalm<strong>en</strong>te excluidos. Hubo concertación delos actores sociales e institucionales, públicos y privados, urbanos y rurales de laprovincia, que participaron repres<strong>en</strong>tativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> grupos de interés, defini<strong>en</strong>doformas de planificación integrada y propuestas de alcance regional para cada unode los temas abordados por la Ag<strong>en</strong>da Provincial.Para más información, acceder a http://www.tungurahua.gob.ec.Cuadro 2PROGRAMA TERRITORIOS DE CIUDADANIA, BRASILEl Programa Territorios de Ciudadanía es una iniciativa creada por el gobierno federalde Brasil el año 2008, con el propósito de mejorar los ingresos y la calidad devida de las poblaciones brasileras más vulnerables y que sufr<strong>en</strong> las mayores desigualdades<strong>en</strong> las zonas rurales del país. Corresponde a una propuesta de desarrollolocal y regional que considera como ejes c<strong>en</strong>trales el desarrollo de estrategiasterritoriales, la consolidación de relaciones federativas, la integración de políticaspúblicas a la planificación territorial y la participación social.El objetivo principal del programa Territorios de Ciudadanía es la superaciónde la pobreza, la g<strong>en</strong>eración de trabajo y el aum<strong>en</strong>to de los ingresos <strong>en</strong> las zonasrurales por medio de una estrategia de desarrollo territorial sust<strong>en</strong>table.Las acciones del programa se han organizado <strong>en</strong> tres ejes c<strong>en</strong>trales: el apoyoa actividades productivas, ciudadanía y derechos, e infraestructura. En el ámbitoproductivo, se promueve la g<strong>en</strong>eración de ingresos <strong>en</strong> la actividad rural. En eleje de la ciudadanía, se busca la universalización de los programas básicos talescomo: docum<strong>en</strong>tación civil, seguridad alim<strong>en</strong>taria y nutricional, salud, educación ycultura. Respecto de infraestructura, se abordan la habitación, caminos de acceso,<strong>en</strong>ergía y saneami<strong>en</strong>to, todo ello <strong>en</strong> un marco de organización social y ampliaciónde la participación social <strong>en</strong> la planificación del desarrollo territorial.Territorios de Ciudadanía se implem<strong>en</strong>ta a partir de un soporte institucionalcomplejo que considera a los niveles federal, estadual y municipal. La estructuraconforma tres instancias de gestión: un comité gestor nacional, comités de articu-264


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrollolación estadual y colegiados territoriales. La selección de territorios se realiza apartir de la aplicación de los sigui<strong>en</strong>tes criterios: i) territorios con m<strong>en</strong>or índicede desarrollo humano (IDH); ii) territorios con mayor conc<strong>en</strong>tración de b<strong>en</strong>eficiariosdel programa Bolsa Familia; iii) conc<strong>en</strong>tración de agricultura familiar y as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tosde reforma agraria; iv) mayor conc<strong>en</strong>tración de comunidades quilombolas(desc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de esclavos fugitivos) e indíg<strong>en</strong>as; v) territorios con mayor númerode municipios de bajo dinamismo económico, y vi) territorios con mayor organizaciónsocial (capital social).Entre los principales resultados que alcanza el programa se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran: a) suext<strong>en</strong>sa cobertura: al año 2009, el programa había involucrado la participación de22 ministerios, 120 territorios y a 1.850 municipios <strong>en</strong> los que viv<strong>en</strong> 42 millones depersonas; b) la incorporación del <strong>en</strong>foque territorial <strong>en</strong> las políticas del Brasil: lagestación de un nuevo modelo de gobernanza <strong>en</strong>tre la sociedad civil y los actoressociales; c) la inclusión de la población más pobre <strong>en</strong> dinámicas económico-productivas;d) inclusión de la mayoría de la población pobre a las políticas sociales,e) mayor integración de las políticas públicas <strong>en</strong> el nivel local, y f) ext<strong>en</strong>sión de losespacios de participación social que están profundizando la democracia <strong>en</strong> Brasil.Para más información, acceder a http://www.territoriosdacidadania.gov.br.Cuadro 3PROGRAMA DE INFRAESTRUCTURA RURAL PARAEL DESARROLLO TERRITORIAL (PIRDT), CHILEEl Programa de Infraestructura Rural para el Desarrollo Territorial (PIRDT) es unainiciativa administrada por la División de Desarrollo Regional de la Subsecretaríade Desarrollo Regional (SUBDERE) del Ministerio del Interior, cofinanciada por elGobierno de Chile y el Banco Mundial. Su objetivo es contribuir al uso efectivoy productivo de servicios de infraestructura <strong>en</strong> las áreas de electrificación, aguapotable, saneami<strong>en</strong>to, caminos y telecomunicaciones. Son b<strong>en</strong>eficiarios de estosproyectos, comunidades rurales pobres <strong>en</strong> territorios seleccionados, los que seubican <strong>en</strong> ocho regiones con características de mayor conc<strong>en</strong>tración de ruralidad ypobreza. Al año 2011, este programa se ha implem<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> territorios seleccionadosde ocho de las quince regiones del país (Coquimbo, O’Higgins, Maule, Bío-Bío,Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén).El PIRDT asume que el <strong>en</strong>foque habitualm<strong>en</strong>te utilizado <strong>en</strong> la ext<strong>en</strong>sión decobertura de infraestructura opera sobre la base del criterio de r<strong>en</strong>tabilidad poreconomía de escala, lo que ha g<strong>en</strong>erado una situación de rezago de la inversión<strong>en</strong> territorios rurales de baja d<strong>en</strong>sidad poblacional y, como consecu<strong>en</strong>cia de esto,obstáculos y car<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> la productividad y r<strong>en</strong>tabilidad de los empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tosde qui<strong>en</strong>es los habitan.265


Claudia Serrano & Félix ModregoEste programa se basa <strong>en</strong> la premisa de que la inversión <strong>en</strong> infraestructura esuna importante herrami<strong>en</strong>ta al servicio de las opciones de desarrollo económico deun territorio. Los proyectos son, además, herrami<strong>en</strong>tas para fom<strong>en</strong>tar la participacióny organización de los productores que deb<strong>en</strong> elaborar una visión económicoterritorialcompartida y una deliberación y priorización respecto de la necesidad ypot<strong>en</strong>cial impacto de las inversiones que se están gestionando. Estas actividadesse realizan con el apoyo de <strong>en</strong>tidades especializadas que actúan como ag<strong>en</strong>tes colaboradoresdel desarrollo territorial. Su ejecución considera y refuerza una “visiónterritorial del desarrollo” y es una instancia para movilizar a una gama variadade organizaciones que repres<strong>en</strong>tan los intereses de la iniciativa privada y de lapoblación local, fr<strong>en</strong>te a opciones de desarrollo que signifiqu<strong>en</strong> mejores ingresosy bi<strong>en</strong>estar.La base de su implem<strong>en</strong>tación es un trabajo participativo y coordinado <strong>en</strong>tre lainstitucionalidad pública, <strong>en</strong>tes privados y la sociedad civil, espacio <strong>en</strong> el cual sereconoc<strong>en</strong> las características del territorio y de las personas que allí habitan; desdeese mismo lugar se levantan, <strong>en</strong> conjunto, las distintas demandas y necesidades,para luego llegar a acuerdos sobre las obras a ejecutar y se establec<strong>en</strong> compromisospara realizar el monitoreo y seguimi<strong>en</strong>to a lo programado.Para más información, acceder a http://www.subdere.cl/programas/división-desarrollo-regional/programa-de-infraestructura-rural-para-el-desarrollo-territorial.P<strong>en</strong>sar territorialm<strong>en</strong>te el desarrollo requiere poner at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> tres ejes: (i) políticasnacionales de cohesión territorial, (ii) profundización de los procesos de desc<strong>en</strong>tralizacióny gobernanza, y (iii) despliegue de la política territorial.Política nacional de cohesión territorialNo es un contras<strong>en</strong>tido afirmar que un punto de partida para el despliegue del <strong>en</strong>foquey la política territorial pasa por una nueva compr<strong>en</strong>sión de la política pública t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tea modificar la acción estatal c<strong>en</strong>tralizada y jerárquica, para dar paso a dinámicas dedesc<strong>en</strong>tralización, gobernanza multinivel y colaboración, donde se ponga por delanteel territorio para organizar desde allí la oferta estatal y no al revés. Tres líneas complem<strong>en</strong>tariasson imprescindibles:a. Pactos de ciudadaníaEs necesario instalar como objetivo nacional la cohesión territorial. Ello implica situaral más alto nivel de la toma de decisiones, el propósito mayor del país de g<strong>en</strong>erar políticasde cohesión territorial mediante pactos de ciudadanía que establezcan objetivosexplícitos de reducción de brechas territoriales. Un pacto implica un proyecto compartidode sociedad a la que se aspira. Son acuerdos políticos y sociales a los que concurre266


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrollola sociedad para establecer las bases sobre las que desea construir y regular su conviv<strong>en</strong>cia.Estos pactos ciudadanos por la cohesión deberán incluir aspectos territoriales,de empleo-ingreso y oportunidades y protección e inclusión social (<strong>FIIAPP</strong>, 2010).b. Fondos de cohesión territorialLa política comunitaria <strong>en</strong> Europa utilizó el instrum<strong>en</strong>to de los fondos de cohesión paralograr el doble propósito de lograr mejoras <strong>en</strong> el crecimi<strong>en</strong>to económico y <strong>en</strong> la igualdadterritorial. Un ejemplo de programas impulsados con estos fondos se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong>el Cuadro 4.La CEPAL propone instalar este mecanismo <strong>en</strong> América Latina con el objeto de transferirfondos desde el nivel c<strong>en</strong>tral a los niveles subnacionales (CEPAL, 2010). Se recomi<strong>en</strong>dausar estos recursos <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>eración de bi<strong>en</strong>es y servicios públicos y <strong>en</strong> aum<strong>en</strong>tarla capacidad institucional local (Barca, 2009).Cuadro 4PROGRAMA LEADER, UNIÓN EUROPEA“Liaisons Entre Actions de Développem<strong>en</strong>t de l’Economie Rurale” 11El Programa LEADER corresponde a una experi<strong>en</strong>cia de desarrollo territorial implem<strong>en</strong>tadopor la Comisión Europea para el desarrollo rural. Se inicia el año 1991 y,a la fecha, ha recorrido cuatro fases: Leader I (1991-1994), Leader II (1994-1999),Leader + (2000-2006) y Leader IV (2007-2013).El objetivo del programa es aum<strong>en</strong>tar la competitividad de los territorios rurales,fom<strong>en</strong>tar la diversificación productiva, mejorar el medio ambi<strong>en</strong>te y aum<strong>en</strong>tarla calidad de vida de los habitantes.El programa diseñó un modelo de interv<strong>en</strong>ción para territorios rurales de pocaext<strong>en</strong>sión que forman un conjunto homogéneo desde el punto de vista físico (geográfico),económico y social. La delimitación de estos territorios no necesariam<strong>en</strong>tecoincide con la división administrativa nacional, sin embargo deb<strong>en</strong> demostrarcierta coher<strong>en</strong>cia territorial, económica y social.Para su implem<strong>en</strong>tación, LEADER constituye Grupos de Acción Local (GAL) <strong>en</strong>cada territorio. Estos son un conjunto de ag<strong>en</strong>tes públicos y privados integrados<strong>en</strong> una asociación, que defin<strong>en</strong> una estrategia común y un plan de acción localpara el desarrollo del territorio. El GAL está dotado de un equipo técnico, poder dedecisión y un presupuesto relativam<strong>en</strong>te importante y ti<strong>en</strong>e atribuciones para laadopción de decisiones <strong>en</strong> materia de financiación y gestión. Estos grupos asum<strong>en</strong>funciones que habitualm<strong>en</strong>te compet<strong>en</strong> a la administración pública <strong>en</strong> los programasde tipo tradicional, lo que le permite influir considerablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el equilibrio11Vínculos <strong>en</strong>tre acciones de desarrollo de la economía rural.267


Claudia Serrano & Félix Modregoinstitucional y político del territorio de que se trate.El programa LEADER contempla los sigui<strong>en</strong>tes compon<strong>en</strong>tes:• Se impulsa un <strong>en</strong>foque territorial, que consiste <strong>en</strong> definir una política dedesarrollo a partir de las realidades particulares de una zona, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didacomo una unidad territorial rural dotada de determinada homog<strong>en</strong>eidad, caracterizadapor la cohesión social interna, una historia y tradiciones comunes,un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de id<strong>en</strong>tidad compartido, etc.• En el proceso de construcción de la política de desarrollo, las decisionespart<strong>en</strong> desde abajo hacia arriba <strong>en</strong> todas las fases del programa, a través dela implicación de los ag<strong>en</strong>tes locales (<strong>en</strong>foque asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te).• Las acciones definidas deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er un carácter innovador.• El conjunto de acciones y planes desarrollados deb<strong>en</strong> lograr la integración,a través de la conexión, coordinación y coher<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre ellos (<strong>en</strong>foque integrado).• Se promuev<strong>en</strong> intercambios <strong>en</strong>tre los distintos territorios del programapara facilitar la transfer<strong>en</strong>cia de innovaciones y la g<strong>en</strong>eración de proyectosde cooperación.Respecto a los principales resultados obt<strong>en</strong>idos, con LEADER I se logró experim<strong>en</strong>tarun nuevo modelo de desarrollo rural basado <strong>en</strong> el <strong>en</strong>foque territorial global,participativo y con foco <strong>en</strong> los recursos <strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>os. Con LEADER II se alcanza unamayor difusión del planteami<strong>en</strong>to del programa y la implicación de un 50% de laEuropa rural, así como la mejor integración de las actividades. Finalm<strong>en</strong>te, conLEADER + y Leader IV se <strong>en</strong>riquece el planteami<strong>en</strong>to territorial y el refuerzo de lacompetitividad de los territorios de Europa.c. Modificar el diseño y gestión de las políticasUn punto básico de la perspectiva territorial es que la acción del Estado y las políticaspúblicas tom<strong>en</strong> <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta los impactos territoriales que g<strong>en</strong>eran para <strong>en</strong>tonces mejorarla puntería y evitar daños colaterales y resultados no deseados.Estas razonables recom<strong>en</strong>daciones, <strong>en</strong> la práctica, supon<strong>en</strong> modificar la cultura organizacionalde las ag<strong>en</strong>cias estatales. Los gobiernos han <strong>en</strong>contrado particularm<strong>en</strong>tedifícil aceptar la importancia de las estrategias de base local, pues se contrapon<strong>en</strong> alas políticas y prioridades definidas nacionalm<strong>en</strong>te. La incorporación del <strong>en</strong>foque territorial<strong>en</strong> las políticas públicas requiere, <strong>en</strong> primer lugar, t<strong>en</strong>er “conci<strong>en</strong>cia territorial”:claridad respecto de los impactos difer<strong>en</strong>ciados territorialm<strong>en</strong>te que las políticas nacionalesproduc<strong>en</strong>. Implica, además, que <strong>en</strong>tidades acostumbradas a operar con lógicac<strong>en</strong>tralizada y sectorial profundic<strong>en</strong> sus procesos de desc<strong>en</strong>tralización y desconc<strong>en</strong>tracióny estén dispuestas a dejar <strong>en</strong> manos de los actores regionales sus instrum<strong>en</strong>tospara colaborar al desarrollo territorial.268


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloProfundización de los procesos de desc<strong>en</strong>tralización y gobernanzaSe ha sost<strong>en</strong>ido más arriba que los gobiernos regionales están llamados a desempeñarun liderazgo relevante <strong>en</strong> las dinámicas de desarrollo de los territorios. Se han dadopasos <strong>en</strong> este s<strong>en</strong>tido: mayores atribuciones y recursos y mayores compet<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> laregulación y gestión del territorio. Sin embargo, la arquitectura de la desc<strong>en</strong>tralizaciónes incompleta y las capacidades de los actores reducidas. La ag<strong>en</strong>da inconclusa<strong>en</strong> materia de reformas desc<strong>en</strong>tralizadoras ti<strong>en</strong>e por delante el desafío de resolver trescuestiones medulares: clarificar y fortalecer el proceso de traspaso de compet<strong>en</strong>ciashacia los gobiernos regionales, dotar a los mismos de bases de financiami<strong>en</strong>to sólidas,y optimizar las capacidades humanas, técnicas y profesionales.Las medidas ori<strong>en</strong>tadas a g<strong>en</strong>erar inc<strong>en</strong>tivos para formar, atraer y ret<strong>en</strong>er capital humano,público y privado, altam<strong>en</strong>te calificado <strong>en</strong> regiones conti<strong>en</strong><strong>en</strong> un pot<strong>en</strong>cial transformadorde insospechado impacto, porque están destinadas a aum<strong>en</strong>tar la masa críticaregional que permitirá que sucedan cosas que no están aún <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da. La idea esque, <strong>en</strong> sociedades relativam<strong>en</strong>te cerradas, con itinerarios conocidos, el surgimi<strong>en</strong>to d<strong>en</strong>uevos liderazgos fortalecidos y autoorganizados que adopt<strong>en</strong> conductas impredeciblesmodificará los balances políticos actuales, g<strong>en</strong>erará nuevos requisitos de r<strong>en</strong>dición decu<strong>en</strong>tas a una comunidad más exig<strong>en</strong>te y dará curso a nuevos empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos.Política territorialUna política territorial está ori<strong>en</strong>tada a g<strong>en</strong>erar desarrollo <strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>o <strong>en</strong> territorios que,t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do pot<strong>en</strong>cial, lo han subutilizado porque se produc<strong>en</strong> fallas de mercado y fallasde las políticas públicas. Esto, pues las trampas de la pobreza y la exclusión no permit<strong>en</strong>destrabar barreras de acceso a nuevas oportunidades y porque se pres<strong>en</strong>tan limitacionespara poner <strong>en</strong> marcha círculos virtuosos de empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to e innovación. Estapolítica contempla una estrategia de largo plazo que conc<strong>en</strong>tra recursos territorialesy extraterritoriales y marcos de gobernanza <strong>en</strong>tre niveles y ag<strong>en</strong>tes gubernam<strong>en</strong>talesy con el sector privado <strong>en</strong> un sistema de gobernanza multinivel. Supon<strong>en</strong> un puntode inflexión <strong>en</strong> el que se declara una interpretación territorial que permite ord<strong>en</strong>ar,organizar y jerarquizar recursos y capacidades. Deseablem<strong>en</strong>te, esta política capturarecursos externos prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de los presupuestos nacionales para apoyar los procesosde desarrollo territorial. Su objetivo es g<strong>en</strong>erar bi<strong>en</strong>es y servicios públicos y cambiosinstitucionales que modifiqu<strong>en</strong> los contextos, para así aum<strong>en</strong>tar el bi<strong>en</strong>estar de lapoblación y la productividad, los negocios y la innovación. Resulta imprescindible queestas políticas definan y resuelvan:a. Un idea de futuro y un proyecto compartidoEl concepto de política territorial comi<strong>en</strong>za con una idea del territorio y una idea defuturo compartida <strong>en</strong>tre los actores y anclada <strong>en</strong> los factores socioculturales y físicoeconómicosque constituy<strong>en</strong> al territorio. Es el proyecto el que organiza los recursos yda impulso a la gestión política y concertación social para llevarlo a cabo.269


Claudia Serrano & Félix Modregob. Un sistema de gobernanzaLa gobernanza se refiere a la efici<strong>en</strong>cia para actuar <strong>en</strong> forma colaborativa para g<strong>en</strong>erarbi<strong>en</strong>es y servicios públicos (Osborne, 2010). Es un requisito de la gestión territorial,tanto <strong>en</strong>tre los actores del territorio, como <strong>en</strong> relación al nivel mayor de la nación yel Estado. La política territorial requiere de un sistema de gobernanza multinivel conacuerdos y compromisos concretos mediante la figura de contratos. Estos constituy<strong>en</strong>un instrum<strong>en</strong>to de coordinación <strong>en</strong> sí mismos, pues norman la participación de los difer<strong>en</strong>tesniveles de gobierno que convi<strong>en</strong>e actú<strong>en</strong> <strong>en</strong> común, sobre la base de una relacióntanto contractual como de confianza.El proyecto territorial organiza recursos prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes del nivel c<strong>en</strong>tral del Estado yrecursos propiam<strong>en</strong>te territoriales <strong>en</strong> un esquema de colaboración y gobernanza quefacilita la coordinación de la gestión pública. Esta es una respuesta para resolver elproblema de cómo compatibilizar lo sectorial <strong>en</strong> el territorio, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la mira unobjetivo de desarrollo equilibrado, sost<strong>en</strong>ible e inclusivo. La impronta territorial noimplica que se imponga la estrategia de abajo hacia arriba de forma que ignore o anulelas líneas de desarrollo que vi<strong>en</strong><strong>en</strong> desde los niveles c<strong>en</strong>trales de gobierno. Si bi<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>e prioridad la mirada regional para articular propósitos y visiones de futuro, estadebe interactuar con la línea vertical. En efecto, es intelig<strong>en</strong>te <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der a los territoriosy regiones como propone Salez (2010), qui<strong>en</strong> afirma que son el punto de reunión <strong>en</strong>trelas estrategias de desarrollo de arriba hacia abajo y las de abajo hacia arriba.c. La definición de objetivos y metas concretas y mediblesSi bi<strong>en</strong> la estrategia y la política territorial ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un importante cont<strong>en</strong>ido simbólico alrecoger y devolver a los actores una interpretación positiva y proyectada hacia el futurorespecto del territorio, es también una carta de navegación con un plan de trabajo quepermite invitar a diversas ag<strong>en</strong>cias para realizar aportes concretos <strong>en</strong> un diseño coher<strong>en</strong>te.Todos los que formarán parte de la estrategia requier<strong>en</strong> conocer e interpretarsu papel, su ámbito de colaboración, su aporte específico y los resultados que esperaalcanzar, por ello la estrategia debe definir objetivos medibles, <strong>en</strong> particular <strong>en</strong> lo querefiere a la participación de diversos actores del sector público, que serán convocadosa colocar recursos y capacidades con lógica territorial.d. Efici<strong>en</strong>cia institucionalUno de los factores c<strong>en</strong>trales de estas dinámicas de desarrollo es la ampliación delas capacidades de propuesta, negociación, articulación y cooperación que supon<strong>en</strong>y requier<strong>en</strong> confianza, legitimidad y efici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la implem<strong>en</strong>tación. Se debe invertirpara mejorar las capacidades técnicas y profesionales, actuar <strong>en</strong> red, ori<strong>en</strong>tar lagestión a resultados y contar con mecanismos de transpar<strong>en</strong>cia y control ciudadano,además del fortalecimi<strong>en</strong>to de la capacidad de ag<strong>en</strong>cia de las coaliciones socialespara el desarrollo territorial.270


Cohesión territorial: la dim<strong>en</strong>sión aus<strong>en</strong>te del desarrolloEl factor decisivo de todas estas propuestas son, finalm<strong>en</strong>te, las personas; la disposicióna empr<strong>en</strong>der y colaborar, la capacidad de apr<strong>en</strong>der e innovar, la habilidad paraoperar <strong>en</strong> redes, construir espacios de concertación y conjugar la compet<strong>en</strong>cia y la cooperación.Estas dinámicas se refuerzan cuando se g<strong>en</strong>eran coaliciones de actores territorialesde desarrollo capaces de acordar un proyecto territorial. Estas ideas se refier<strong>en</strong> a lacapacidad de los actores de leer e interpretar su <strong>en</strong>torno, intervini<strong>en</strong>do <strong>en</strong> colaboracióncon otros para alcanzar mejores resultados personales y sociales de bi<strong>en</strong>estar.Está aquí la idea de Amartya S<strong>en</strong> cuando <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de el desarrollo como la expansión delibertad para actuar que requiere de individuos con compet<strong>en</strong>cias de ag<strong>en</strong>cia, capacesde provocar cambios <strong>en</strong> función de sus propios valores y objetivos, <strong>en</strong> contraposicióna individuos depositarios de decisiones <strong>en</strong> las que no participan y que ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>teignoran. La política territorial debe prop<strong>en</strong>der a fortalecer esas capacidades de ag<strong>en</strong>ciay concertación e increm<strong>en</strong>tar el capital social y el part<strong>en</strong>ariado.271


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Reseña autoresRESEÑA AUTORESAmaranta AlfaroMaster of Arts <strong>en</strong> Medios, Comunicaciones y Estudios Culturales de la Universidad deRoskilde (Dinamarca) y Universidad de Kassel (Alemania). Actualm<strong>en</strong>te cursa sus estudiosde doctorado <strong>en</strong> la Escuela de Posgrado Medios y Comunicación (GMaC) de laUniversidad de Hamburgo.Dante ContrerasDoctor <strong>en</strong> Economía de la Universidad de California. Magíster <strong>en</strong> Economía e Ing<strong>en</strong>ieroComercial, Universidad de Chile. Profesor Titular del Departam<strong>en</strong>to de Economía de laUniversidad de Chile. Ha publicado ext<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> materias de pobreza, desigualdad,economía de la educación y políticas sociales. También ha trabajado como consultor delPNUD, BID y Banco Mundial.Lucía DammertSocióloga, Doctora <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cia Política <strong>en</strong> la Universidad de Leid<strong>en</strong>. Ha trabajado <strong>en</strong>instituciones académicas <strong>en</strong> Estados Unidos, Arg<strong>en</strong>tina, y Chile. Fue Directora del ProgramaSeguridad y Ciudadanía de FLACSO Chile, <strong>en</strong> la actualidad es profesora de laFacultad de Humanidades de la USACH. Ha publicado artículos y libros sobre participacióncomunitaria, seguridad ciudadana, conflictividad social y temas urbanos <strong>en</strong>revistas nacionales e internacionales. Ha sido asesora <strong>en</strong> programas de seguridad ciudadanapara los gobiernos de Arg<strong>en</strong>tina, Chile y México, y consultora <strong>en</strong> organismosinternacionales como la OEA y el BID. Directora Ejecutiva del Consorcio Global para laTransformación de la Seguridad.Isaac De León BeltránConsultor de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) – Colombia.Doc<strong>en</strong>te e Investigador de la Universidad Externado de Colombia. Ha publicadodiversos artículos <strong>en</strong> revistas especializadas y capítulos de libros <strong>en</strong> materias de seguridadciudadana, viol<strong>en</strong>cia y crim<strong>en</strong> organizado.Félix ModregoMagíster <strong>en</strong> Economía Agraria e Ing<strong>en</strong>iero Forestal de la Pontificia Universidad Católicade Chile. Actualm<strong>en</strong>te trabaja como Investigador Asociado de RIMISP. Se ha desempeñadocomo asist<strong>en</strong>te de investigación del Departam<strong>en</strong>to de Economía Agraria de la UniversidadCatólica, participando <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes proyectos de investigación y consultorías<strong>en</strong> las áreas de economía agraria y economía ambi<strong>en</strong>tal y de recursos naturales.279


Paulina SepúlvedaMagíster <strong>en</strong> Economía de la Universidad de Chile. Ha sido ayudante de investigacióndel Departam<strong>en</strong>to de Economía, el C<strong>en</strong>tro de Microdatos y el BID. Ha sido coautora dedifer<strong>en</strong>tes artículos académicos, principalm<strong>en</strong>te focalizados <strong>en</strong> temas de educación ydesigualdad. Actualm<strong>en</strong>te forma parte del Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab Latinoamérica(JPAL LatAm).Claudia SerranoDoctora <strong>en</strong> Sociología de la Escuela de Altos Estudios <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias <strong>Social</strong>es de París.Socióloga de la Universidad Católica de Chile. Se desempeñó como Ministra del Trabajoy como Subsecretaria de Desarrollo Regional durante la administración de Michelle Bachelet.Ha trabajado <strong>en</strong> CIEPLAN, el Departam<strong>en</strong>to de Programas del Fondo de Solidaridade Inversión <strong>Social</strong> (FOSIS) y la dirección g<strong>en</strong>eral de Política <strong>Social</strong> y Cultural de laMunicipalidad de Santiago. Ha sido profesora de Sociología <strong>en</strong> la Universidad Católicay Políticas Públicas <strong>en</strong> la Universidad de Chile. Actualm<strong>en</strong>te es Directora Ejecutiva deRIMISP - C<strong>en</strong>tro Latinoamericano para el Desarrollo Rural.Miguel SzékelyDoctor <strong>en</strong> Economía y Master <strong>en</strong> Economía para el Desarrollo de la Universidad deOxford, Inglaterra. Master <strong>en</strong> Políticas Públicas y Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Economía del InstitutoTecnológico Autónomo de México (ITAM). Director del Instituto de Innovación Educativa<strong>en</strong> el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Se desempeñó comoSubsecretario de Educación Media Superior <strong>en</strong> la Secretaría de Educación Pública, Subsecretariode Prospectiva, Planeación y Evaluación de la Secretaría de Desarrollo <strong>Social</strong>y fue Jefe de la Unidad de Desarrollo Regional. Fue Economista de Investigación <strong>en</strong> elDepartam<strong>en</strong>to de Investigación del BID. Se desempeñó como profesor e investigador <strong>en</strong>el C<strong>en</strong>tro de Estudios Económicos de El Colegio de México. Ha publicado ext<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te<strong>en</strong> materia de educación, política social, pobreza y desigualdad.Elkin VelásquezAdministrador Público de la Ecole Nationale d’Administration de Francia, PhD <strong>en</strong> Geografía,especialidad política y ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to territorial y DEA <strong>en</strong> Geografía de la U. deGr<strong>en</strong>oble. Ing<strong>en</strong>iero de Universidad Nacional de Medellín. Ha publicado investigaciones<strong>en</strong> seguridad ciudadana y conviv<strong>en</strong>cia, gobernabilidad y gobernanza, políticas públicasterritoriales, análisis de riesgos, prospectiva y desarrollo territorial. Ha sido profesorinvitado <strong>en</strong> las universidades de Montpellier y de las Antillas <strong>en</strong> Francia, FLACSOEcuador, la Universidad de San Luis y la Universidad Nacional de Ing<strong>en</strong>iería <strong>en</strong> Nicaragua.Fue asesor del Secretario de Gobierno de Bogotá, del Ministerio del Interior, delGobernador de Antioquia y de la Vicepresid<strong>en</strong>cia de la República de Colombia. Ha sidodoc<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la Universidad Externado de Colombia. Jefe Sección de Gobernanza Urbanay Coordinador Programa Global Ciudades más Seguras, ONU-Habitat.280

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