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las trabajadoras agrícolas mueren por falta de seguridad alimentaria

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COMENTARIO PARA LA DISCUSIÓN VIRTUAL DE OXFAM NOVIEMBRE 2012UN SISTEMA ALIMENTARIO QUE FUNCIONE PARA LAS MUJERESLAS TRABAJADORAS AGRÍCOLAS MUERENPOR FALTA DE SEGURIDAD ALIMENTARIAPor Fatima Shabodien, ex-directora <strong>de</strong> la ONG Women on FarmsUna <strong>de</strong> <strong>las</strong> peores perversida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestro tiempo es que los productores <strong>de</strong>alimentos y sus hijos suelan acostarse con hambre. Urge reformar la agriculturacomercial para que <strong>las</strong> mujeres <strong>trabajadoras</strong> que cultivan y empaquetan losalimentos tengan suficiente para comer.En noviembre <strong>de</strong> 2011, Sudáfrica, país <strong>de</strong> ingresos medios <strong>de</strong>l que provengo, quedó escandalizado<strong>por</strong> la noticia <strong>de</strong> que cuatro niños <strong>de</strong> una misma familia habían muerto <strong>de</strong> inanición y<strong>de</strong>shidratación en una veld (altimeseta). Los niños <strong>de</strong> la familia Mmupele, <strong>de</strong> eda<strong>de</strong>s comprendidasentre los dos y los nueve años, murieron tras seguir a su madre, que trabaja en la agricultura,cuando iba en busca <strong>de</strong> alimentos. Todos nos preguntamos, ¿cómo es posible que, en una regiónfértil conocida como el centro <strong>de</strong>l triángulo <strong>de</strong>l maíz <strong>de</strong> Sudáfrica, <strong>las</strong> personas que cultivan losalimentos básicos <strong>de</strong> nuestra tierra puedan haber sucumbido a un <strong>de</strong>stino tan trágico característico<strong>de</strong> la Edad Oscura?La in<strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> está generalizada y el hambre es unarealidad para <strong>las</strong> personas que actualmente viven y trabajan en <strong>las</strong>plantaciones comerciales agríco<strong>las</strong> <strong>de</strong> Sudáfrica. Una <strong>de</strong> <strong>las</strong> peoresperversida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestro tiempo es que los productores <strong>de</strong> alimentosy sus hijos suelan acostarse con hambre. El retraso en el crecimientocomo consecuencia <strong>de</strong> la malnutrición está particularmente acentuadoentre los hijos <strong>de</strong> los trabajadores agríco<strong>las</strong>.La in<strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong>está generalizaday el hambre es una realidadpara <strong>las</strong> personasque viven y trabajan en<strong>las</strong> plantaciones comercialesagríco<strong>las</strong> <strong>de</strong>Sudáfrica.Las mujeres son especialmente vulnerables <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este sistema, yaque su acceso a la vivienda y el empleo sigue <strong>de</strong>pendiendo casi plenamente <strong>de</strong> si mantienen unarelación con un hombre. En un contexto en que la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l alcohol y la violencia <strong>de</strong> géneroforman un potente cóctel, esta <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia tiene literalmente consecuencias <strong>de</strong> vida o muerte para<strong>las</strong> mujeres y sus hijos.A pesar <strong>de</strong> que Sudáfrica cuenta con una Constitución y una Carta <strong>de</strong> Derechos <strong>de</strong> primera c<strong>las</strong>eque prohíben claramente la discriminación <strong>por</strong> sexo, existe un sistema altamente institucionalizado<strong>de</strong> asignación <strong>de</strong> puestos <strong>de</strong> trabajo en el sector <strong>de</strong> la agricultura comercial en el país. De hecho,los puestos fijos <strong>de</strong> trabajo con mejores sueldos están reservados para los hombres (según laconstrucción social patriarcal <strong>de</strong> que los hombres son los cabeza <strong>de</strong> familia), mientras que lospuestos <strong>de</strong> <strong>las</strong> mujeres se limitan fundamentalmente a trabajos tem<strong>por</strong>ales, inseguros, malremunerados y a menudo más peligrosos. Esta discriminación provoca que <strong>las</strong> mujeres renuncien a<strong>las</strong> comidas cuando los alimentos escasean, pues todos los medios <strong>de</strong> subsistencia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong>que haya un hombre como sostén económico <strong>de</strong> la familia.Sudáfrica es uno <strong>de</strong> los países más urbanizados <strong>de</strong>l continente africano y se calcula queaproximadamente el 62 <strong>por</strong> ciento <strong>de</strong> la población vive en ciuda<strong>de</strong>s. La agricultura comercial estásometida a una feroz presión para alimentar simultáneamente a la población en constante aumento<strong>de</strong> <strong>las</strong> ciuda<strong>de</strong>s y llegar a los mercados <strong>de</strong> ex<strong>por</strong>tación europeos.www.oxfam.org


Los agricultores comerciales, afectados <strong>por</strong> la espiral <strong>de</strong> los precios <strong>de</strong> los alimentos, han intentadoahorrar incesantemente en los costes <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> obra mediante la eventualidad, la feminizacióny la externalización <strong>de</strong> los contratos a intermediarios (en gran parte para eludir <strong>las</strong> leyes laborales).Estas ten<strong>de</strong>ncias han tenido consecuencias <strong>de</strong>vastadoras para <strong>las</strong> <strong>trabajadoras</strong> <strong>de</strong>l sector agrícola.Las estrategias <strong>de</strong> reducción <strong>de</strong> costes adoptadas <strong>por</strong> los propietarios <strong>de</strong> tierras han en efectoreducido a la mitad la mano <strong>de</strong> obra agrícola oficial <strong>de</strong>l país durante los 17 años posterior alapartheid, pasando <strong>de</strong> 1,4 millones a 700.000 trabajadores. El grupo compuesto <strong>por</strong> <strong>las</strong><strong>trabajadoras</strong> agríco<strong>las</strong> tem<strong>por</strong>ales y estacionales sufren <strong>las</strong> consecuencias al generalizarse lain<strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong>.El salario mínimo legal actual se sitúa muy <strong>por</strong> <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> lo que una familia necesita para po<strong>de</strong>rmantenerse, (gastando más <strong>de</strong>l 80 <strong>por</strong> ciento <strong>de</strong> los ingresos en alimentación), y resulta irónico que<strong>las</strong> familias <strong>de</strong> los trabajadores agríco<strong>las</strong> no tengan acceso a la tierra para po<strong>de</strong>r cultivar suspropios alimentos. La <strong>falta</strong> <strong>de</strong> acceso a la tierra, altamente extendida, es en parte un legado <strong>de</strong>lapartheid, pero se ha visto agravada <strong>por</strong> una errónea reforma agraria centrada en elestablecimiento <strong>de</strong> una c<strong>las</strong>e <strong>de</strong> agricultores comerciales negros, algo que ha fracasadoestrepitosamente. El Estado sudafricano ha finalmente reconocido que <strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante <strong>las</strong>eguridad <strong>alimentaria</strong> <strong>de</strong>bería ser un objetivo clave <strong>de</strong> la redistribución <strong>de</strong> la tierra, si bien no haymuchas pruebas <strong>de</strong> que se vaya a realizar un cambio que sitúe a <strong>las</strong> mujeres en el núcleo <strong>de</strong> dichaestrategia.A su vez, el coste <strong>de</strong> los alimentos en <strong>las</strong> localida<strong>de</strong>s rurales es notablemente más alto que en loscentros urbanos, un problema agravado <strong>por</strong> el hecho <strong>de</strong> que, a <strong>falta</strong> <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> trans<strong>por</strong>tepúblico, los trabajadores <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los comercios agríco<strong>las</strong> locales (cuyos dueños son lospropietarios <strong>de</strong> <strong>las</strong> tierras) don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n adquirir alimentos a crédito, pero a un precio que supera<strong>de</strong> media en un 30 <strong>por</strong> ciento el <strong>de</strong> otros minoristas rurales. Con esta práctica tan extendida, lostrabajadores suelen verse atrapados en una servidumbre <strong>por</strong> <strong>de</strong>udas, ya que su <strong>de</strong>uda pendientese <strong>de</strong>duce automáticamente <strong>de</strong> su salario semanal.Parece probable que el sector agrícola comercial <strong>de</strong> Sudáfrica sigavigente, al menos en un futuro próximo, y que <strong>las</strong> mujeres continúentrabajando cada vez más como mano <strong>de</strong> obra agrícola. Por ello, urgereformar la agricultura comercial con el fin <strong>de</strong> garantizar la <strong>seguridad</strong><strong>alimentaria</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> mujeres <strong>trabajadoras</strong> que cultivan y empaquetan losalimentos <strong>de</strong> estas explotaciones. Esta reforma es doblementenecesaria si tenemos en cuenta la creciente expansión <strong>de</strong> losacaparamientos <strong>de</strong> tierra en el continente africano, tras los cuales seensancha el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> producción agrícola extensiva que se estáconvirtiendo en la norma.Urge reformar laagricultura comercialcon el fin <strong>de</strong>garantizar <strong>las</strong>eguridad<strong>alimentaria</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong>mujeres<strong>trabajadoras</strong>.Durante su misión <strong>de</strong> 2009 en Sudáfrica, el Relator Especial <strong>de</strong> <strong>las</strong> Naciones Unidas sobre el<strong>de</strong>recho a la alimentación concluyó que aunque la pobreza <strong>de</strong> ingresos estuviese muy pronunciadaen la provincia <strong>de</strong> Limpopo, el nivel <strong>de</strong> hambre infantil era muy bajo. Esto lo atribuyó al alto número<strong>de</strong> mujeres que trabajaban en su propia producción agrícola gracias al acceso a la tierra <strong>de</strong>l quedisfrutaban. En el contexto <strong>de</strong> la carga generalizada <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s que recae sobre <strong>las</strong> mujeresrurales, una intervención tal pue<strong>de</strong> (y en algunos casos así ha sido) marcar la diferencia entre lavida y la muerte. El acceso <strong>de</strong> <strong>las</strong> mujeres a la tierra y otros recursos productivos es <strong>por</strong> tanto unelemento fundamental para la <strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong>.La reforma <strong>de</strong> la agricultura comercial <strong>de</strong>bería incluir un salario digno (no simplemente un salariomínimo) establecido <strong>por</strong> ley que incluya el <strong>de</strong>recho a percibir un paquete <strong>de</strong> prestaciones nosalariales. Debería garantizarse el acceso a la tierra a los trabajadores y <strong>trabajadoras</strong> agríco<strong>las</strong>, asícomo el control sobre la tierra y el agua necesarios para que produzcan sus propios alimentos, y<strong>de</strong>berían disfrutar a su vez <strong>de</strong> apoyo <strong>de</strong> extensión <strong>por</strong> parte <strong>de</strong>l Estado y los gran<strong>de</strong>s agricultoresprivados. Las instalaciones agríco<strong>las</strong> comerciales ya disponen en abundancia <strong>de</strong> los elementos


necesarios para apoyar la agricultura <strong>de</strong> subsistencia. Asimismo, los servicios especializados <strong>de</strong>apoyo <strong>de</strong>berían promover los métodos agroecológicos <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> alimentos.La reforma agraria, a través <strong>de</strong> una estrategia concomitante, <strong>de</strong>bería centrase en alcanzar <strong>las</strong>eguridad y la soberanía <strong>alimentaria</strong>s. Para ello, sería preciso alejarse <strong>de</strong>l sueño <strong>de</strong> reemplazar sinmás a los hombres agricultores comerciales blancos <strong>por</strong> negros, y en su lugar replantearsebásicamente un sistema agrícola que tenga otros objetivos aparte <strong>de</strong> la generación <strong>de</strong> beneficios através <strong>de</strong> la ex<strong>por</strong>tación. A su vez, <strong>de</strong>bería animarse a los trabajadores agríco<strong>las</strong> y a los pequeñosagricultores a formar cooperativas <strong>de</strong> consumidores, productores y <strong>de</strong> mercado.Actualmente hay un <strong>de</strong>bate público muy activo sobre la noción <strong>de</strong> unEstado <strong>de</strong>sarrollista en nuestro país. Esto plantea preguntasim<strong>por</strong>tantes como la función que ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñar el Estado en unmercado abierto. Existen numerosas pruebas <strong>de</strong> que la liberalización yla vulnerabilidad ante <strong>las</strong> exigencias <strong>de</strong> los mercados globales hansumido a los pobres, y a <strong>las</strong> mujeres en particular, en una situación <strong>de</strong>mayor in<strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong>. Por consiguiente, el objetivo <strong>de</strong> lograr<strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> requiere la intervención activa <strong>de</strong> un Estado quese posicione no solo como un mero regulador neutral, sino como unprotector activo <strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> <strong>las</strong> personas pobres. A pesar <strong>de</strong>toda la retórica oficial, hasta la fecha no hemos visto que esto sucedaen nuestro país.La liberalización y lavulnerabilidad ante<strong>las</strong> exigencias <strong>de</strong> losmercados globaleshan sumido a lospobres, y a <strong>las</strong>mujeres enparticular, en unasituación <strong>de</strong> mayorin<strong>seguridad</strong><strong>alimentaria</strong>.A la hora <strong>de</strong> reclamar reformas <strong>de</strong>l sector agrícola comercial, es im<strong>por</strong>tante tener en cuenta que latierra y todos los recursos naturales forman, en última instancia, la base <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r social y político,y que un cambio radical hacia un mo<strong>de</strong>lo sostenible (como un programa <strong>de</strong> reforma agrariacentrado en <strong>las</strong> mujeres) no tendrá lugar si no se impugna dicho po<strong>de</strong>r. Una intervención conjunta<strong>de</strong> movimientos <strong>de</strong> mujeres resultará esencial para cambiar el panorama agrícola <strong>de</strong> Sudáfrica. Esfundamental que <strong>las</strong> mujeres rurales se movilicen a fin <strong>de</strong> promover sus propios intereses. Aunque<strong>las</strong> ONG <strong>de</strong>sempeñan una im<strong>por</strong>tante función <strong>de</strong> apoyo, el éxito a largo plazo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> lamovilización colectiva y el li<strong>de</strong>razgo <strong>de</strong> <strong>las</strong> propias mujeres rurales.Solo cuando hayamos incor<strong>por</strong>ado estos principios básicos podremos empezar a soñar con una<strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> para <strong>las</strong> <strong>trabajadoras</strong> agríco<strong>las</strong>, y con que tragedias como la <strong>de</strong> la familiaMmupele no se repitan. Garantizar el <strong>de</strong>recho a la alimentación <strong>de</strong> <strong>las</strong> mujeres pue<strong>de</strong> constituir unvehículo estratégico para garantizar todos los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> <strong>las</strong> mujeres en general, a la vez quesupone un paso im<strong>por</strong>tante en la lucha contra la cultura patriarcal.El objetivo <strong>de</strong> los Comentarios para la discusión virtual <strong>de</strong> Oxfam es contribuir al<strong>de</strong>bate público y suscitar el intercambio <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as sobre cuestiones <strong>de</strong> política humanitariay <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Las opiniones y recomendaciones a<strong>por</strong>tadas son <strong>de</strong> los autores y noreflejan necesariamente <strong>las</strong> <strong>de</strong> Oxfam.Los lectores pue<strong>de</strong>n hacer comentarios sobre este ensayo enblogs.oxfam.org/alimentacion-y-genero© Oxfam Internacional noviembre 2012www.oxfam.org

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