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Pablo Redondo Sánchez | La noche eterna. La meditación de la ...

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<strong>Pablo</strong> <strong>Redondo</strong> Sánchez | <strong>La</strong> <strong>noche</strong> <strong>eterna</strong>…11heces. El lector no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> compa<strong>de</strong>cerse <strong>de</strong> sus penalida<strong>de</strong>s. En Diciembre <strong>de</strong>1580 anota: “Tuvo [el texto fue dictado, <strong>de</strong> ahí que esté escrito en tercera persona] luego unfuerte cólico, el veintitrés <strong>de</strong> diciembre, por lo que se acostó hacia el mediodía; y allípermaneció hasta <strong>la</strong> <strong>noche</strong>, en que expulsó mucha arena, y <strong>de</strong>spués, una gran piedra dura,<strong>la</strong>rga y compacta, que tardó cinco o seis horas en pasar por <strong>la</strong> verga” 51 . Los <strong>de</strong>tallesescabrosos se suce<strong>de</strong>n uno tras otro: “<strong>la</strong> primera agua que expulsé fue natural, con bastantearenil<strong>la</strong>; <strong>la</strong>s otras, b<strong>la</strong>ncas y ásperas. Infinitas f<strong>la</strong>tulencias” 52 . El 19 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1581 anota:“Por <strong>la</strong> <strong>noche</strong> sentí en el <strong>la</strong>do izquierdo un principio <strong>de</strong> cólico bastante violento ypunzante, que me atormentó un buen rato y, sin embargo, no siguió su curso habitual: nollegó al vientre, al bajo vientre, y concluyó <strong>de</strong> una forma que me hizo creer que fuera unaventosidad. El 20 fui dos horas al baño. Me dieron todo el día gran molestia y <strong>de</strong>sazón <strong>la</strong>sventosida<strong>de</strong>s en el bajo vientre. Echaba continuamente orina muy turbia, roja y espesa, conun poco <strong>de</strong> arenil<strong>la</strong>. Me dolía <strong>la</strong> cabeza. Andaba más suelto <strong>de</strong>l cuerpo que <strong>de</strong> ordinario” 53 .Si Montaigne quería aprovechar intelectualmente <strong>la</strong> enfermedad y el dolor paraexperimentar <strong>la</strong>s cercanías <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte, <strong>la</strong> naturaleza quiso que se convirtiese en unauténtico experto <strong>de</strong> primera mano. Esto es lo verda<strong>de</strong>ramente importante <strong>de</strong> sus<strong>de</strong>scripciones, el hecho <strong>de</strong> que no versan sobre <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más o sobre <strong>la</strong> penalidad<strong>de</strong> los dolores que pa<strong>de</strong>cen, sino que permiten hacerse una i<strong>de</strong>a exacta sobre cómo viviólos pa<strong>de</strong>cimientos y hasta qué punto quiso utilizarlos positivamente para aproximarse lomáximo posible a <strong>la</strong> muerte e indagar en el<strong>la</strong>. Es una investigación y análisis directo <strong>de</strong> losdolores como cercanías precursoras <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte. Y hay que hab<strong>la</strong>r en plural, porque a loscólicos se le unen terribles dolores <strong>de</strong> mue<strong>la</strong>s. El 21 <strong>de</strong> Agosto <strong>de</strong>l año 1581 escribe losiguiente: “Para que no estuviera <strong>de</strong>masiado indolente, me atacó <strong>de</strong> propina un agudísimodolor <strong>de</strong> mue<strong>la</strong>s en <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> izquierda, que nunca había sentido antes” 54 . Lo peorestaba por llegar. Algunos días <strong>de</strong>spués re<strong>la</strong>ta lo más parecido que se pue<strong>de</strong> leer a unamuerte en vida: “Por <strong>la</strong> <strong>noche</strong>, y durante <strong>la</strong> mañana <strong>de</strong>l lunes 4, fui cruelmente atacado pordolor <strong>de</strong> mue<strong>la</strong>s; y continué dudando que pudiera ser a causa <strong>de</strong> algún diente cariado.Mastiqué resina por <strong>la</strong> mañana sin alivio alguno. De <strong>la</strong> alteración que me causaba estedolorosísimo mal se <strong>de</strong>rivaba también el estreñimiento <strong>de</strong>l cuerpo: por lo que no me atrevíaa volver a tomar <strong>la</strong>s bebidas <strong>de</strong>l baño; y <strong>de</strong> este modo lograba muy escasa curación. A <strong>la</strong>hora <strong>de</strong> comer, y tres o cuatro horas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> comer, me <strong>de</strong>jó en paz. Hacia <strong>la</strong>s veintehoras me atacó con tal furor en <strong>la</strong> cabeza y en ambas mejil<strong>la</strong>s que no podía mantenerme enpie. Por <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong>l dolor me venían ganas <strong>de</strong> vomitar. Tan pronto me encontrabatodo sudoroso como aterido. Esto que sentía, que me atacaba por todas partes, me hacíacreer que no era un mal producido por culpa <strong>de</strong> un diente. Porque, aunque el <strong>la</strong>doizquierdo fuera bastante más atormentado, también <strong>la</strong>s dos sienes y <strong>la</strong> barbil<strong>la</strong>, y hasta loshombros y <strong>la</strong> garganta, en todos los <strong>la</strong>dos sentía a veces grandísimo dolor: así que pasé <strong>la</strong><strong>noche</strong> más cruel que recuerdo haber pasado nunca. Sentía verda<strong>de</strong>ramente rabia y furor” 55 .No nos queda duda <strong>de</strong> que Montaigne ha conseguido familiarizarse por <strong>la</strong> vía <strong>de</strong>l dolor con<strong>la</strong> muerte y sus aledaños. Teniéndo<strong>la</strong> tan cercana, tan a mano como dice, no se rego<strong>de</strong>a nianhe<strong>la</strong> su llegada. Pensar exclusivamente en el<strong>la</strong> nunca ha sido su objetivo. Es el final <strong>de</strong> <strong>la</strong>vida, pero no su finalidad. Toda <strong>la</strong> reflexión, intensa y dramática al proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> unavivencia directa, está encaminada a valorar <strong>la</strong> vida. “<strong>La</strong> vida <strong>de</strong>be tenerse a sí misma comopunto <strong>de</strong> mira, como propósito” 56 .51 MONTAIGNE, Michel <strong>de</strong>, Diario <strong>de</strong> viaje a Italia por Suiza y Alemania en 1580 y 1581; edición y traducción <strong>de</strong> Santiago R.Santerbás, Cátedra, Madrid, 2010, p. 202.52 Ibi<strong>de</strong>m, p. 296.53 Ibi<strong>de</strong>m, p. 339.54 Ibi<strong>de</strong>m.55 Ibi<strong>de</strong>m, p. 344.56 Ensayos, III, XII, p. 1570.“Duererías. Analecta Philosophiae”. Revista <strong>de</strong> Filosofía, 2ª época, nº 2, febrero 2011 ISSN 1989-7774

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