Micro Abierto

frescura a la obra y
quizás la hagan más
pegadiza aunque la
letra de la canción sea
muy triste y tenga un
significado negativo.
2. ¿La letra o la
melodía?
Otra de las
cuestiones que más
ilustran el cerebro del
creativo. Como si de
la pregunta de los
huevos o la gallina se
tratase, la búsqueda
del primer boceto en la
composición es la parte
más dura.
El bombardeo de
ideas es necesario
para encontrar la
temática que queremos
abordar. Buscamos
nexos y palabras
que se acerquen a lo
que queremos llegar.
Intentamos encontrar
el hilo suelto del ovillo
para que podamos tirar
de él y conseguir un
buen trabajo.
Un café, una copa
de vino o escuchar
música relajante, son
otras técnicas que
pueden ayudarnos a
tomar el control de
nuestro trabajo. No se
trata de escribir por
obligación y a la fuerza,
sino de buscar el clima
adecuado para dejar
que fluyan las ideas.
Es conveniente que el
espacio donde creamos
forme una armonía
perfecta con nosotros:
un buen aroma. El olor
es importante porque
despierta los sentidos.
Además, el habitáculo
de creación debe estar
ordenado, es clave para
que la comodidad sea
el aliado más fuerte
en la batalla contra el
papel.
Conviene dejar la
mente en blanco,
respirar profundo y
otear un horizonte
que se aleje de las
preocupaciones diarias:
trabajo, relaciones
personales, familia,
etc. Aunque parezca
egoísta, la composición
es un momento
personal y solo debe
hacerse con la atención
dirigida hacia lo que
de verdad estamos
buscando.
3. Las situaciones
angustiosas y
felices
Corre el mito de que
solo podemos escribir
verdaderas genialidades
si vivimos momentos
de pena. Si careces de
imaginación, quizás la
tristeza sea el aliado
perfecto. Imagina por
un momento la pérdida
de tu ser más querido:
“Un café, una copa de vino y escuchar música relajante
son técnicas que nos ayudan“
8