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Hubo un momento de silencio y la acidez de los ojos de Patch pareció suavizarse un poco.<br />
- Eso debe de ser duro. - Sonaba como si lo dijera en serio.<br />
Sonó el timbre y Patch estaba en pie, de camino a la puerta.<br />
- Espera. - Grité. No se giró - ¡Disculpa! - Salió por la puerta - ¡Patch! No conseguí nada de<br />
ti.<br />
Se dio la vuelta y caminó hacia mí. Tomando mi mano, garabateó algo en ella antes de<br />
que se me ocurriera apartarme.<br />
Bajé la vista a los siete números en tinta roja sobre mi palma e hice un puño a su<br />
alrededor. Quería decirle que de ningún modo iba a sonar su teléfono esta noche. Quería<br />
decirle que era culpa suya por gastar todo el tiempo interrogándome a mí. Quería un<br />
montón de cosas, pero me limité a quedarme allí de pie como si no supiera cómo abrir la<br />
boca. Al final dije:<br />
- Esta noche estoy ocupada.<br />
- Yo también. - Sonrió de oreja a oreja y se fue.<br />
Me quedé clavada en el sitio, digiriendo lo que acababa de pasar. ¿Se comió todo el<br />
tiempo interrogándome a propósito? ¿Para que yo suspendiera? ¿Creía que una sonrisa<br />
brillante lo redimiría? Sí, pensé. Sí, lo creía.<br />
- ¡No llamaré! - Grité detrás de él - ¡Nunca!<br />
- ¿Has terminado tu columna para el plazo de entrega de mañana? - Era Vee. Vino a mi<br />
lado, apuntando notas en la libretita que llevaba a todas partes - Estoy pensando en<br />
escribir la mía sobre la injusticia de las asignaciones de asientos. Estoy de pareja con una<br />
chica que dijo que acabó el tratamiento contra los piojos esta misma mañana.<br />
- Mi nuevo compañero. - Dije, apuntando al pasillo, a la espalda de Patch.<br />
Tenía una forma de andar irritantemente confiada, del tipo que encuentras acompañada<br />
de camisetas gastadas y un sombrero de cowboy. Patch no llevaba ni la una ni el otro. Era<br />
más bien un chico de Levi’s oscuros, cazadora oscura, botas oscuras.<br />
- ¿El transferido de último curso? Supongo que no estudió lo bastante la primera vez. O la<br />
segunda. - Me lanzó una mirada cómplice - A la tercera va la vencida.<br />
- Me da escalofríos. Sabía mi música. Sin ninguna pista en absoluto, dijo “Barroco”. -<br />
Imité bastante mal su voz grave.<br />
- ¿Suposición afortunada?<br />
- Sabía... otras cosas.<br />
- ¿Cómo qué?<br />
Solté un suspiro. Sabía más de lo que quería contemplar cómodamente.<br />
- Cómo meterse debajo de mi piel. - Dije al fin - Voy a decirle al Entrenador que tiene que<br />
volver a cambiarnos.<br />
- Ve a por ello. Podría usar un gancho para mi próximo artículo del eZine. “Alumna de<br />
décimo devuelve el golpe.” Aún mejor, “Asignación de asientos recibe una bofetada en la<br />
cara.” Mmm. Me gusta.<br />
Al final del día, fui yo la que recibió una bofetada en la cara. El Entrenador rechazó mi<br />
súplica de volver a pensarse la asignación de asientos. Parecía que estaba atascada con<br />
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