Año 4 / No.4 Del 25 al 31 de Enero del 2016

…Los medios de comunicación impresos, que eran los únicos que existían en aquella época, fueron la pieza
vital de un perverso ajedrez político. Ese juego juntó a la oligarquía afectada por las decisiones revolucionarias y
reivindicativas del Gobierno de Alfaro, a los liberales traidores de los principios que proclamaban y a los propios
intereses de la prensa, que empezaba a ganar espacios de poder e influencia en los enemigos de la revolución
y descubría que las noticias eran una mercancía.
Yo, sin embargo, quiero recordar aquel como el día en que las semillas triunfaron sobre el horror. Las semillas
de libertad, de justicia, de equidad, de democracia. Las semillas de la certeza de que un revolucionario debe
morir, si es necesario, por su ideal de cambiar la situación de los más pobres, de los abandonados, de los que el
Estado ha mantenido olvidados por más de medio siglo.
Las semillas que sobre las cenizas de los restos del General, incinerado en el parque de El Ejido, fueron
convirtiéndose en frutos de cambio. Desde aquella terrible masacre, donde también murieron Medardo y Flavio
Alfaro, el periodista y guerrillero Luciano Coral Moscoso y los generales Manuel Serrano y Ulpiano Páez,
quedaron las flores escondidas de un silencioso proceso que ahora, 103 años después, empieza a llenar al
Ecuador de colores de esperanza con la Revolución Ciudadana.
Tuvo que pasar casi un siglo para que reverdecieran las ideas de una transformación radical y profunda de una
nación que, tras el crimen a Eloy Alfaro, estuvo gobernada por los poderes, que sin ganar elecciones, mandaban
y movían los hilos de todo lo que acontecía en el país.
Esos enemigos eran la oligarquía, los medios de comunicación, los partidos políticos, que representaban los
intereses de los explotadores y los altos mandos militares que se formaban en las “escuelas ideológicas” de los
Estados Unidos para combatir las ideas de izquierda.
Los ecuatorianos sienten y son protagonistas ahora de las semillas que dejaron los revolucionarios de Alfaro.
Las cenizas donde fue inmolado no quedaron allí. Se esparcieron por las calles, por las plazas, por los parques,
por las carreteras, por los pueblos, por las ciudades, por el país entero. Y ahora, en nueve años de Revolución
Ciudadana, aquellas cenizas se van convirtiendo en bienestar, en justicia, en equidad.
La importancia de recordar este episodio de la historia ecuatoriana radica en la construcción de una memoria
colectiva. A partir del proceso constituyente de 2008, Ecuador retomó el legado alfarista, que después de más
de cien años continúa vigente.
La Revolución Ciudadana actual es una revolución profundamente alfarista y bolivariana. Los logros del
alfarismo son los puntales de esta nueva sociedad. La Revolución Liberal Radical transformó de manera
profunda las condiciones políticas sociales y culturales de Ecuador. Rememorar y condenar su muerte es
glorificar su vida.
El 20 de febrero de 1912, Olmedo Alfaro, hijo de Eloy Alfaro, en un manifiesto a la opinión pública desde
Panamá, acusó directamente al entonces Presidente Carlos Freile Zaldumbide, a Leonidas Plaza y a cuatro
periódicos de oposición por haber mentido y difamado para arengar la opinión pública en contra de su padre y
promover su asesinato.
José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba
28 de Enero, dos pueblos hermanos, Ecuador y Cuba, inundan su memoria con dos hechos inolvidables: el 28
de Enero de 1853 nació José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba; y el 28 de Enero de 1912 Eloy
Alfaro, líder de la Revolución Liberal Ecuatoriana, fue inmolado en la ‘hoguera bárbara’, junto con varios de sus
valerosos compañeros de luchas.
La aproximación que hermana los dos calendarios no concluye allí, pues hay otro signo que une a los dos
grandes latinoamericanos: el año 1895, en que Martí cayó el 19 de Mayo en combate como guerrillero e
integrante del estado mayor del Ejército Libertador de su amada patria, atravesado por las balas españolas; en
tanto que 17 días después, el 5 de Junio, triunfaba en Ecuador, en hombros de una gigantesca insurrección
popular, la Revolución liderada por Eloy Alfaro.
28 de Enero, 1895: coincidencias trascendentales, signos históricos que envuelven a dos grandes, a dos
naciones, a dos pueblos. Pero estas fechas tienen un contenido mucho más hondo y prolongado, en la medida
en que Alfaro y Martí fueron próceres de iguales causas, como la lucha contra el colonialismo, la integración
latinoamericana y las transformaciones revolucionarias.
En este caso, el anticolonialismo al momento la guerra de independencia contra España- estuvo en el
permanente batallar de Martí contra el yugo hispánico, y la solidaridad que desde el poder recién alcanzado…
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