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Inteligencia Estrategica Latinoamericana

La obra refiere experiencias y enfoques de muy diversa índole, en momentos de agudas y recientes crisis de legitimidad en las entidades de inteligencia rectoras y principales en el área andina. Como las más notorias están las de Argentina, Colombia y Perú. También contiene discusiones sobre el futuro rol de los servicios en tiempos de violencia doméstica (Chile) y de nuevas amenazas a la seguridad, entre ellas, del recrudecimiento del terrorismo global y la alta incidencia de los “nuevos” actores no estatales generadores de violencia. La presencia de ensayistas que vienen a publicar sus aportes desde fuera, y muy lejos del sub-continente, tal como el caso de España y Rusia, otorga al libro un valor agregado aún más interesante. Así, la publicación marca ya un hito y precedente en la casi inexistente discusión sobre la función de inteligencia, la seguridad nacional y la democracia en América Latina,

La obra refiere experiencias y enfoques de muy diversa índole, en momentos de agudas y recientes crisis de legitimidad en las entidades de inteligencia rectoras y principales en el área andina. Como las más notorias están las de Argentina, Colombia y Perú. También contiene discusiones sobre el futuro rol de los servicios en tiempos de violencia doméstica (Chile) y de nuevas amenazas a la seguridad, entre ellas, del recrudecimiento del terrorismo global y la alta incidencia de los “nuevos” actores no estatales generadores de violencia.
La presencia de ensayistas que vienen a publicar sus aportes desde fuera, y muy lejos del sub-continente, tal como el caso de España y Rusia, otorga al libro un valor agregado aún más interesante.
Así, la publicación marca ya un hito y precedente en la casi inexistente discusión sobre la función de inteligencia, la seguridad nacional y la democracia en América Latina,

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<strong>Inteligencia</strong> Estratégica<br />

<strong>Latinoamericana</strong><br />

Perspectivas y ejes predominantes<br />

para la toma de decisiones estratégicas<br />

ante un mundo en cambio<br />

Antología<br />

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Información de la imagen de tapa<br />

Autor de la reproducción: Hoempler, Carlos E. C., Jr.<br />

Título: América Meridionalis<br />

Descripción: Dibujo reducido y copiado a pluma, de una reproducción de una<br />

Carta del siglo XVI representativa de la America del Sur original elaborada<br />

por el cartografo Jodocus Hondius.<br />

Año de la reproducción: 1938, con motivo del Congreso Panamericano de<br />

Geografía e Historia reunido en Lima, Perú.<br />

IMAGEN DEL MAPA GENTILEZA DEL INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL<br />

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Ministerio de Defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica latinoamericana: Perspectivas y ejes predominantes<br />

para la toma de decisiones estratégicas ante un mundo en cambio, antología.<br />

Compilado por José Gabriel Paz; Coordinación general de Roberto Román.<br />

1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ministerio de Defensa, 2015.<br />

400 p. ; 24 x 17 cm.<br />

ISBN 978-987-3689-31-4<br />

1. Defensa. 2. <strong>Inteligencia</strong>. 3. Estrategia Militar. I. Paz, José Gabriel, comp.<br />

II. Román, Roberto, coord. CDD 355.4<br />

Se permite la reproducción total o parcial, la distribución, la comunicación pública de la presente<br />

obra, o la transmisión por cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico,<br />

mecánico, por fotocopia u otros métodos, siempre y cuando se reconozca la autoría de la obra<br />

original, haciendo expresa referencia a la fuente.<br />

La responsabilidad sobre el contenido es exclusivamente de los autores y traductores. Todas<br />

las declaraciones de hecho, opinión, o análisis expresado en cada artículo del presente libro,<br />

son exclusivamente atribuidos a su autor, y no representan la opinión oficial de su país o de sus<br />

agencias, ni las del Gobierno o el Ministerio de Defensa de Argentina.<br />

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AUTORIDADES NACIONALES<br />

Dra. Cristina Fernández de Kirchner<br />

Presidenta de la Nación<br />

Ing Agustín O. Rossi<br />

Ministro de Defensa de la Nación<br />

10


AUTORIDADES DEL MINISTERIO DE DEFENSA<br />

Agrim. Sergio A. Rossi<br />

Jefe de Gabinete<br />

Dr. Jorge Fernández<br />

Secretario de Estrategia y Asuntos Militares<br />

Lic. Santiago Juan Rodríguez<br />

Secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa<br />

Lic. Roberto Pedro Conti<br />

Secretario de Coordinación Militar de Asistencia en Emergencias<br />

Lic. Germán Pedro Martínez<br />

Subsecretario de Coordinación Administrativa<br />

Mag. Javier Araujo<br />

Subsecretario de Formación<br />

Dra. María Fernanda Llobet<br />

Subsecretaria de Planeamiento Estratégico y Política Militar<br />

Dr. Roberto De Luise<br />

Subsecretario de Asuntos Internacionales de la Defensa<br />

Lic. María Julieta Marks<br />

Subsecretaria de Gestión de Medios y Planificación Presupuestaria y Operativa para la Defensa<br />

Lic. Leandro Navarro<br />

Subsecretario de Investigación y Desarrollo y Producción para la Defensa<br />

Lic. María Agustina Brea<br />

Subsecretario de Coordinación Ejecutiva en Emergencias<br />

Sr. Gustavo Luis Caranta<br />

Subsecretario de Planeamiento para a Asistencia en Emergencias<br />

Prof. Roberto Adrián Román<br />

Director Nacional de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica Militar<br />

11


ÍNDICE<br />

AUTORIDADES 10<br />

ÍNDICE 12<br />

PRESENTACIÓN 15<br />

ESTUDIO INTEGRADOR DEL COMPILADOR 19<br />

José Gabriel Paz “Perspectivas de cooperación en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica.<br />

Un aporte para la consolidación de la integración regional”. 21<br />

CARACTERÍSTICAS ESENCIALES EN LA INTELIGENCIA EN AMÉRICA LATINA 39<br />

Russell Swenson “Comprendiendo la Cultura de <strong>Inteligencia</strong> en las<br />

Américas y Su Utilidad Estratégica para la Seguridad Nacional” 41<br />

Russell Swenson “Understanding Intelligence Culture in the<br />

Americas and Its Strategic Utility in National Security” 59<br />

Rafael Jimenez Villalonga “Perspectivas de futuro de la<br />

inteligencia estratégica en Latinoamérica” 77<br />

Santiago Llop Meseguer “La cultura de la inteligencia y su importancia<br />

en la era del conocimiento” 91<br />

Márcia Stein Telemberg “Formación en <strong>Inteligencia</strong>” 97<br />

Márcia Stein Telemberg “Formacion em Inteligência” 105<br />

José Robles Montoya “Algunas reflexiones previendo escenarios de futuro:<br />

La importancia de la prospectiva en el marco de la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica” 113<br />

Jorge Bergallo “La inteligencia estratégica en la educación superior argentina.<br />

Un caso particular” 123<br />

Marcos Pablo Moloeznik “Apuntes sobre inteligencia e instrumentos<br />

estratégicos en México: Tensión entre la legalidad y la realidad” 133<br />

Pedro Trujillo Alvarez “Débil institucionalización y problemas<br />

en el diseño de políticas públicas: la inteligencia y su impacto<br />

en la seguridad en Guatemala” 161<br />

Andrés Gómez de la Torre Rotta y Arturo Medrano Carmona<br />

“La reorganización de <strong>Inteligencia</strong> en el Perú: aspectos jurídicos,<br />

políticos y comparativos en la región” 177<br />

Manuel Balcázar Villarreal “Antecedentes del Sistema de<br />

<strong>Inteligencia</strong> Estratégica en México” 191<br />

12


LA VIGENCIA DE LA PERSPECTIVA GEOESTRATÉGICA EN LA<br />

INTELIGENCIA ESTRATÉGICA 203<br />

Boris Martynov “El mundo, Rusia y América Latina:<br />

¿Dónde buscar afinidades?” 205<br />

Karol Derwich “El concepto de estado disfuncional y<br />

la inteligencia estratégica” 219<br />

Janiel David Melamed V “<strong>Inteligencia</strong> estratégica y postconflicto<br />

en Colombia: Escenarios y Desafíos” 235<br />

Carlos Wellington Leite de Almeida “Presupuesto de Defensa del<br />

Brasil y el contexto Sudamericano” 245<br />

Carlos Wellington Leite de Almeida “Orçamento da Defesa do Brasil<br />

e o contexto Sul-americano” 269<br />

Severino Mejía Mosquera “La inteligencia estratégica en la operación<br />

del Canal de Panamá” 293<br />

PERSPECTIVAS DE COOPERACIÓN REGIONAL EN MATERIA DE<br />

INTELIGENCIA ESTRATÉGICA 307<br />

Carlos Maldonado Prieto y Carolina Sancho Hirane “Cooperación<br />

en inteligencia estratégica de la defensa en el CDS/UNASUR:<br />

Posibilidades, limitaciones y desafíos” 309<br />

Jorge Jouroff “Reflexiones en torno al problema de<br />

generación de inteligencia estratégica en la integración regional” 329<br />

Mario Ramos “Desafíos de la inteligencia estratégica frente a la situación<br />

geoestratégica e intereses geopolíticos de Nuestra América” 337<br />

Antonio Romanelli “La inteligencia estratégica y el interés<br />

atlántico del MERCOSUR” 347<br />

RELACIÓN DE AUTORES 369<br />

CITAS BIBLIOGRÁFICAS 377<br />

13


14


PRESENTACIÓN<br />

La República Argentina lleva adelante un importante proceso de cambio para consolidar<br />

y democratizar las instituciones que tienen bajo su responsabilidad realizar actividades de<br />

inteligencia, en sus diferentes dimensiones y niveles. En este marco y en congruencia con<br />

las actividades regionales, nos pareció oportuno reunir en una publicación experiencias,<br />

opiniones, ideas y reflexiones de especialistas en la materia.<br />

La Ley N° 27.126 (de 2015) modificatoria de la Ley de <strong>Inteligencia</strong> Nacional N° 25.520 (de<br />

2001) y el Decreto 1311/15 suponen una reforma sustancial en la historia de nuestro país,<br />

ya que establecen claramente el marco jurídico en el que desarrollarán sus actividades los<br />

organismos de inteligencia, conforme a la Constitución Nacional, los Tratados de Derechos<br />

Humanos, y toda normativa que establezca derechos y garantías.<br />

Por primera vez en la legislación argentina se hacen públicos la doctrina de inteligencia nacional,<br />

la estructura orgánica de su agencia más importante, los mecanismos de reclutamiento<br />

y régimen de personal. Esta decisión supone un paso fundamental para la transparencia<br />

institucional de una de las áreas más sensibles de los estados modernos. Los organismos de<br />

inteligencia tienen la responsabilidad de producir y gestionar conocimiento sobre diversas<br />

problemáticas relacionadas con procesos, riesgos y conflictos inscriptos en la defensa nacional<br />

y la seguridad interior, siempre en función de la protección y promoción de los intereses<br />

políticos, institucionales, sociales, económicos y culturales del pueblo argentino.<br />

El Sistema de <strong>Inteligencia</strong> de la Defensa mantiene la misión de asistir al Ministro de Defensa<br />

en todos los aspectos relacionados con la inteligencia necesarios para la conducción de los<br />

asuntos de la Defensa Nacional. Las problemáticas de las cuales se ocupa la <strong>Inteligencia</strong><br />

Estratégica de la Defensa abarcan los eventuales riesgos o conflictos vinculados a agresiones<br />

de origen externo perpetradas por Fuerzas Armadas pertenecientes a otros Estados contra<br />

la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier<br />

otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.<br />

Se reafirma de este modo que nuestro país sostiene un modelo de carácter “defensivo”, de<br />

rechazo y oposición a políticas, actitudes y capacidades ofensivas de proyección de poder<br />

hacia terceros Estados, en el cual la concepción y la disposición estratégica, la política de<br />

defensa y su consecuente política militar, el diseño de fuerzas, la evolución del instrumento<br />

militar y su previsión de empleo se encuentran estructuradas según el principio de legítima<br />

defensa.<br />

La planificación y producción del Sistema de <strong>Inteligencia</strong> de la Defensa tiene como objetivo<br />

general fortalecer la prevención respecto de potenciales riesgos y amenazas al Territorio Nacional,<br />

como así también buscar e identificar aquellos espacios y situaciones de oportunidad<br />

que permitan fortalecer la actuación de nuestro país en los ámbitos regional, continental y<br />

mundial.<br />

La capacitación y actualización de los sistemas y actores vinculados a la inteligencia estratégica<br />

de la defensa serán de fundamental importancia, tanto para prevenir o mitigar riesgos y<br />

amenazas como para aprovechar tendencias internacionales. Estos desafíos incluyen pero no<br />

15


se agotan en el cambio climático, las transformaciones demográficas, las tendencias inmigratorias,<br />

la emergencia de tecnologías disruptivas y la inestabilidad económica global. Con certeza,<br />

estas tendencias afectarán a nuestras naciones y comunidades de formas inimaginables.<br />

Durante las próximas décadas, sabemos que la velocidad de estos cambios se acelerará exponencialmente<br />

y que los desafíos mundiales serán cada vez más complejos abordar.<br />

La tarea sensible, difícil e imprescindible de forjar esa cultura de inteligencia estratégica en<br />

el ámbito regional nos impone desafíos para actualizar nuestra agenda, dando cuenta tanto<br />

de los cambios en el mundo como de la necesidad de construir un punto de vista común<br />

sobre prospectivas, métodos, riesgos y amenazas.<br />

Parece haber acuerdo sobre la necesidad de conceptualizar, tras la salida de la guerra fría, las<br />

dictaduras militares y el orden represivo, la emergencia de un nuevo contexto donde aparece<br />

la multidimensionalidad de la inteligencia, los riesgos de su privatización, las inercias<br />

culturales de las instituciones y la necesidad de organismos cuya tarea cuente con amplia<br />

legitimación social.<br />

La necesidad de un ámbito regional sudamericano cobra trascendencia si analizamos que el<br />

único contexto de intercambio ha sido el sistema interamericano. Sin ser excluyentes, este<br />

nuevo ámbito se impone relevante. La nueva relación entre EEUU y Cuba puede enriquecer<br />

en métodos y puntos de vista ese debate.<br />

Son comentados acontecimientos históricos en los que por déficit o exceso de información<br />

se cometieron gravísimos errores de conducción estratégica. Suele comentarse sobre líderes<br />

que por no aceptar a sus asesores en inteligencia incurrieron en fracasos catastróficos. No<br />

se comenta tanto sobre casos en que organismos de inteligencia promovieron sus propios e<br />

interesados análisis.<br />

La identificación de amenazas debe ser resultado de nuestras propias exigencias y puntos de<br />

vista, y aún aquéllas cuya presencia y dimensión mundial es compartida deben ser analizadas<br />

desde nuestra particular situación estratégica.<br />

El terrorismo es una preocupación mundial, aunque su foco parece alejado de la región por<br />

el momento. Hay preocupaciones compartidas sobre narcotráfico, trata de personas, contrabando<br />

y depredación ilegal de recursos mineros y forestales. En Argentina esas temáticas<br />

no son competencia de la defensa, y en cada país de nuestra región varía su abordaje según<br />

su propio ordenamiento.<br />

Esas inquietudes han de enriquecerse o complementarse monitoreando la presencia de potencias<br />

extra regionales y el interés por la dotación de recursos naturales de Sudamérica. No<br />

ha de obviarse a los EEUU como potencia extra regional, ni la larga historia padecida por el<br />

continente en materia de injerencia externa y balcanización.<br />

La creciente preocupación por la seguridad cibernética encontró en el espionaje develado<br />

en 2013 un punto que no debe quitar la atención del diseño, control de las redes y vulnerabilidades.<br />

Del mismo modo, y en orden a lo dictado por los presidentes en UNASUR, cada<br />

país según su asignación de competencias, habrá que prestar atención al accionar de empre-<br />

16


sas multinacionales y grupos financieros que, a veces con prácticas delictivas, interfieren el<br />

desarrollo tecnológico y económico, o promueven acción psicológica buscando vulnerar el<br />

orden institucional.<br />

En este marco y en congruencia con la orientación de la política exterior de nuestro país, el<br />

Ministerio de Defensa ha promovido y protagonizado en la materia la construcción y consolidación<br />

de mecanismos de integración regional. Por indicación del Ministro Agustín Rossi, la<br />

Argentina ha planteado por primera vez la realización de un taller sobre temas de inteligencia<br />

estratégica de la defensa en el marco del Consejo de Defensa Suramericano (CDS).<br />

En su realización, el taller se planteó como objetivo inicial la consolidación de una agenda<br />

común para alcanzar la conformación de un curso de inteligencia estratégica suramericano.<br />

Sin embargo, quedó evidenciada la necesidad de las naciones miembro de UNASUR de<br />

contar con un espacio de diálogo, cooperación e intercambio de experiencias en la materia,<br />

reflejando la complejidad que presenta la agenda de la inteligencia estratégica regional. Sin<br />

duda, esto representa un desafío colectivo de importancia que sólo puede ser abordado con<br />

el trabajo coordinado de los estados.<br />

El presente volumen condensa el aporte de 22 profesionales de 14 países dedicados a la investigación<br />

de temas de Defensa y Seguridad. Mostraron interés en esta convocatoria especialistas<br />

y expertos provenientes de diferentes países, entre los que se encuentran: Argentina, Brasil,<br />

Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, México, Panamá, Perú,<br />

Polonia, Rusia y Uruguay. Además del inestimable valor académico de las contribuciones, la<br />

antología permite plantear un paso decidido hacia el fortalecimiento regional de las capacidades<br />

de inteligencia estratégica de la defensa y hacia su jerarquización institucional.<br />

Esta publicación se enmarca en una decisión político institucional del Ministerio de Defensa<br />

de la República Argentina de consolidar las áreas y capacidades de inteligencia estratégica,<br />

en conjunto con los países que componen la región suramericana. Como objetivos complementarios,<br />

el volumen busca en primer término destacar la importancia de la inteligencia<br />

estratégica de la defensa en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas. En<br />

segundo término, se propone ser una experiencia en donde el conocimiento académico y la<br />

acción estatal se retroalimenten y enriquezcan mutuamente, en lugar de constituirse como<br />

dos ámbitos escindidos e inconexos. Finalmente, y gracias a la rigurosidad académica de<br />

las contribuciones, el presente ejemplar busca brindar un análisis descriptivo y prospectivo<br />

de la inteligencia estratégica regional, lo que permitirá entablar discusiones futuras en un<br />

marco de colaboración y confianza mutua.<br />

En la medida que el presente volumen sirva como una contribución a nuevos espacios de<br />

formación, capacitación y especialización en el marco de la cooperación y el fortalecimiento<br />

conjunto de las naciones suramericanas, su propósito estará cumplido.<br />

Prof. Roberto Adrián Román<br />

Director Nacional de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica Militar<br />

17


18


Estudio Integrador<br />

del Compilador<br />

19


20


Perspectivas de cooperación<br />

en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica.<br />

Un aporte para la consolidación<br />

de la integración regional.<br />

José Gabriel Paz<br />

El aleteo de las alas de una mariposa puede<br />

provocar un tifón al otro lado del mundo.<br />

Edward Lorenz<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La globalización ha permitido estrechar las distancias entre los países, crear nuevos vínculos,<br />

establecer procesos de integración y en gran medida se han facilitado los caminos<br />

para la comprensión y el diálogo entre los pueblos. Pero correlativamente el mundo también<br />

se ha encaminado hacia un sistema dinámico, líquido, heterogéneo y anárquicamente<br />

conectado, lo que ha ido destruyendo los límites formales de la previsibilidad. En él los<br />

cambios se suceden vertiginosamente, la incertidumbre cada vez más se torna en rutina,<br />

y la interdependencia global condiciona a los países de tal forma, que junto a las transformaciones<br />

relativamente previsibles, coexisten eventos donde las minúsculas variaciones en<br />

lejanas latitudes, pueden potencialmente desencadenar enormes e insospechados efectos<br />

en el otro extremo del orbe.<br />

Sin embargo, da la impresión que mucho de lo que sucede en el resto del mundo resulta<br />

ajeno y distante para América Latina, la que con sus propios tiempos, con sus capacidades<br />

y limitaciones, avanza hacia la búsqueda de su destino de desarrollo, crecimiento y felicidad<br />

para sus pueblos.<br />

Esa visión alejada del resto del mundo es percibida por Rafael Jiménez Villalonga, que<br />

en su mirada sobre la región, expresa “en cierto modo, pareciera que la globalización no<br />

21


está influyendo en las distintas facetas del desarrollo de las sociedades latinoamericanas,<br />

a excepción hecha de la correspondiente al ciberespacio y, no totalmente, a las influencias<br />

económicas mundiales” (Jiménez Villalonga, 2015).<br />

Así, la perspectiva latinoamericana centra sus prioridades inicialmente en los temas de<br />

mayor relevancia interna para sus países, y en segundo término acapara su atención los<br />

aspectos regionales, quedando la mayor parte de las cuestiones de la globalización fuera de<br />

ese espectro introspectivo.<br />

Pero cierto es, que ni América Latina ni cada uno de sus países se pueden blindar, ni garantizar<br />

total inmunidad, frente a la posibilidad de verse afectados por los efectos negativos de<br />

la globalización, con sus secuelas de destrucción social, económica y cultural.<br />

Frente a lo antes mencionado, surgen varias preguntas de difícil respuesta: ¿Se está en condiciones<br />

de prever las derivaciones de los cambios que se producen en el mundo, establecer<br />

sus efectos y saber en qué grado afectarán a la región? ¿Se pueden anticipar las consecuencias<br />

que producirán conflictos lejanos en el comercio, el campo laboral, la industria y el<br />

abastecimiento?, ¿Es posible vaticinar el impacto de las oscilaciones de los mercados mundiales<br />

que controlan el precio de las materias primas que se exportan, de carnes, de granos,<br />

de petróleo y de minerales, o de los insumos que se importan?, ¿Se puede pronosticar sobre<br />

los complejos efectos de la irrupción tecnológica en los países y en la región?<br />

Estas son sólo algunas de las tantas preguntas que necesitan respuestas, y representan temas<br />

de vital importancia a considerar, por cuanto muchas de ellas se encuentran imbricadas<br />

con la capacidad que se posee para evitar, enfrentar o aminorar los efectos nocivos de los<br />

cambios mundiales. Lo expresado, está directamente relacionado, a cuestiones que potencialmente<br />

pueden interferir en los intereses y objetivos nacionales de los países, y a su vez,<br />

estrechamente vinculados a la subsistencia de los compromisos regionales que nos unen.<br />

Para develar estas preguntas, todos los países poseen estructuras de inteligencia estratégica,<br />

que se orientan a la labor de dar previsibilidad y reducir la sorpresa, frente a interferencias<br />

reales o potenciales a sus intereses y objetivos nacionales. En su tarea, desde la consideración<br />

de un marco de referencia nacional, regional o mundial, buscan robustecer los procesos<br />

de toma de decisiones de cada país, sin embargo, no es su misión producir inteligencia<br />

útil para los esfuerzos de integración y cooperación de las regiones de pertenencia.<br />

En Latinoamérica a nivel regional o subregional, no existen las instancias comunes necesarias<br />

para identificar en forma oportuna los probables riesgos y amenazas en ciernes, o que<br />

permitan la definición de escenarios de cooperación y de conflicto, o que hagan posible la<br />

identificación de oportunidades, todos ellos productos indispensables, para poseer la capacidad<br />

de responder en tiempo oportuno, a las variables condiciones de los contextos de<br />

interés para la región, o para cumplir de mejor manera con los fines cooperativos.<br />

Hacia eso se orienta este trabajo, a reflexionar sobre la posibilidad de conformar en el<br />

22


marco de las estructuras regionales existentes, una instancia con capacidad de apoyo en<br />

inteligencia estratégica, que se constituya en una herramienta de importancia para consolidar<br />

los procesos de integración. Por ello, en base a los aportes de los connotados autores<br />

participantes, es intención explorar esa idea desde la consideración de tres ejes: la revisión<br />

de algunas características de la inteligencia estratégica latinoamericana a fin de establecer<br />

rasgos comunes, la identificación de algunos de los condicionantes del contexto geoestratégico<br />

global que pueden afectar en forma colectiva a los países, y luego, se intentarán<br />

establecer las alternativas posibles en el marco de las estructuras de integración de nivel<br />

regional, a partir de lo cual se arribarán a las conclusiones.<br />

Características esenciales en la inteligencia en América Latina<br />

Si bien no se pretende ahondar en la profundidad que merece este tema, se intentará identificar<br />

ciertas notas básicas, que permiten orientar sobre algunos rasgos que caracterizan a<br />

la inteligencia estratégica en América Latina.<br />

Al inicio es importante advertir que la materia, en general, ha tenido un desarrollo desigual<br />

y una insuficiente valoración en los distintos países, aunque hay consenso en cuanto a que<br />

la inteligencia estratégica es una herramienta para satisfacer las necesidades de la conducción<br />

política-estratégica en el proceso de toma de decisiones, que proporciona conocimiento<br />

procesado y especializado, elaborado al más alto nivel, conformando un servicio de<br />

naturaleza mayormente civil.<br />

En su falta de valoración han influido aspectos derivados de coyunturas del pasado y una<br />

inadecuada relación entre inteligencia y sociedad, lo que trasunta en recelo y desconocimiento<br />

por el público en general, e incluso a veces, por parte de quienes desde el Estado la<br />

deberían utilizar como instrumento. Esta situación de incomprensión, provoca secuelas<br />

que muchas veces se reflejan en la conformación de las estructuras de inteligencia, en sus<br />

normas regulatorias y en las características de sus procesos educativos.<br />

Para lograr un cambio benéfico es necesario que se permita a la sociedad percibir la utilidad,<br />

necesidad, función y finalidad de la inteligencia como sustancial tarea del Estado,<br />

resaltando que su buen funcionamiento, -enmarcados en criterios de legalidad y transparencia-<br />

es vital, en la medida que sirve, resguarda y beneficia a la comunidad en su conjunto.<br />

Pero también debe entenderse que este vínculo debe ser bidireccional, puesto junto al<br />

acercamiento y conocimiento por parte de la sociedad, debe haber correlativamente una<br />

actitud de mayor apertura en los organismos, que ayude a comprender la razón de su existencia,<br />

siendo un imperativo para establecer una relación más estrecha, la construcción<br />

una “cultura de inteligencia”.<br />

En el intento de establecer el alcance de la expresión “cultura de inteligencia”, Llop, explica<br />

23


que “el término cultura viene de muchas discusiones, desde la conocida alta cultura relacionada<br />

con las bellas artes y la música y el conjunto de saberes que debe tener una sociedad<br />

respecto a un tema, es decir, que es sinónimo de conocimiento profundo. Si tomamos<br />

el segundo, la cultura de la inteligencia no es otra que el conocimiento de la <strong>Inteligencia</strong><br />

como función principal del Estado en beneficio del desarrollo y la seguridad para lograr<br />

el bien común” (Llop, 2015).<br />

La falta de una “cultura de inteligencia” influye seriamente en la valoración y consideración<br />

pública de la inteligencia, lo que es apreciado por Carlos Maldonado y Carolina Sancho,<br />

quienes indican que su ausencia “denota un serio déficit en la comprensión de su significado<br />

por parte de la opinión pública y de las élites nacionales. En ocasiones, es producto de<br />

experiencias pasadas asociadas al rol de la inteligencia en sistemas autoritarios, y el desconocimiento<br />

del rol y misión de la inteligencia en democracia” (Maldonado-Sancho, 2015).<br />

Aunque también puede decirse la relación inteligencia-sociedad lentamente está buscando<br />

su cauce, y en este sentido, Swenson observa una tendencia en cuanto a que “los escritos<br />

sobre inteligencia en el mundo occidental reflejan un interés continuo en el ámbito sociológico<br />

y en las características de comportamiento de los servicios de inteligencia nacionales<br />

y de sus empleados. A menudo, este interés se manifiesta en trabajos que intentan definir y<br />

explorar “la cultura de inteligencia”. (Swenson, 2015).<br />

Un aporte significativo a la relación inteligencia-sociedad surge del mundo académico, y<br />

por ello, es importante la observación de Rafael Jiménez Villalonga, cuando afirma que “en<br />

el campo académico la cultura de inteligencia se ha materializado a través de sus tres ejes<br />

esenciales: La docencia, cuyos elementos más palpables son los cursos y másteres, cada vez<br />

más extendidos entre las universidades y centros de enseñanza especializada de postgrado.<br />

La divulgación científica, manifestada cada vez con mayor énfasis en la proliferación de<br />

artículos y revistas especializadas en seguridad, defensa e inteligencia. La investigación,<br />

promovida por especialistas que trabajan en ámbitos académicos y empresariales, fundamentalmente”<br />

(Jiménez Villalonga, 2005).<br />

Precisamente, por su relación a lo antes señalado, son valiosas las consideraciones que realiza<br />

Bergallo, al referirse a experiencia educativa del Instituto de <strong>Inteligencia</strong> de las Fuerzas<br />

Armadas (IIFA) de Argentina, puesto que es un caso en el que se conjuga la formación del<br />

profesional de inteligencia y su notoria contribución a la “cultura de inteligencia”, en la<br />

medida que su oferta educativa “representa un aporte significativo para el cambio que se da<br />

con la apertura de la actividad de inteligencia en el ámbito militar y además un contundente<br />

impulso a la difusión y enseñanza de la inteligencia estratégica, en su fase más delicada<br />

como es la de análisis, para su verdadero aprovechamiento en toda organización. Con la<br />

Especialización en Análisis de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica el IIFA contribuye a desmitificar el<br />

concepto de inteligencia y es la única que pone en manos de toda la sociedad la posibilidad<br />

24


de adquirir un cúmulo de conocimientos, habilidades y destrezas que redundarán en una<br />

mejor conducción de las organizaciones e instituciones, públicas y privadas, que en su seno<br />

actúan” (Bergallo, 2015).<br />

Es coincidente la perspectiva de Stein, al sostener que “es necesaria la real integración entre<br />

los profesionales militares y de la academia, si no nunca llegaremos a un consenso. Es preciso<br />

que el militar tenga la noción exacta de la ardua tarea de hacer la especialización stricto<br />

sensu en la academia, pero, los académicos de la misma forma deben buscar aproximación<br />

a la realidad militar” (Stein, 2015). También, Marcos Moloeznik se refiere a necesidad<br />

de una saludable vinculación con el mundo académico, al describir la situación Escuela de<br />

<strong>Inteligencia</strong> para la Seguridad Nacional del Centro de Investigación y Seguridad Nacional<br />

(ESISEN) de México, expresando que: “tal vez, en el futuro, convenga estrechar relaciones<br />

con instituciones de educación superior y profesores universitarios a cargo de investigaciones<br />

sobre temas de seguridad nacional e inteligencia para evitar el “incesto académico” que<br />

suele caracterizar a instituciones de esa naturaleza” (Moloeznik, 2015).<br />

La visión de los expertos antes expresada, pone de relieve la tarea benéfica que le cabe a lo<br />

académico, y es contundente en cuanto al valor que adquiere su contribución al establecimiento<br />

de una “cultura de inteligencia”, la que se exhibe a través de su aporte intelectual,<br />

incentivando los estudios sobre la materia, desmitificando la tarea profesional, generando<br />

doctrina y promoviendo un mayor vínculo con los organismos de inteligencia.<br />

Ciertamente hay otros caminos por los que se puede llegar a acercar la inteligencia a la<br />

sociedad. Así, Swenson rescata el papel de las publicaciones, que a través de memorias o<br />

novelas, muestran al público aspectos relativos al funcionamiento de la inteligencia, al decir:<br />

“más allá de dar a los lectores una idea del detrás de escena de los desafíos y oportunidades<br />

de trabajo de inteligencia, su obra publicada traduce los elementos que definen su anterior<br />

vida secreta en principios socialmente significativos para el consumo público. Sus memorias<br />

ofrecen una interpretación de su vida dentro de la cultura de la inteligencia en una manera<br />

que promueva la “socialización de inteligencia” para el público en general” (Swenson, 2015).<br />

En cuanto a la calidad y profesionalismo de los miembros de las organizaciones de inteligencia,<br />

es esta otra cuestión trascendente, en consideración al enorme valor del recurso<br />

humano necesario para cumplir con las complejas tareas profesionales. Por ello, se requieren<br />

rigurosos métodos de selección de personal, y el desarrollo de los procesos educativos<br />

aptos para garantizar su calidad y profesionalismo, dotándolos de las capacidades necesarias<br />

para el funcionamiento de una comunidad eficiente.<br />

En tal sentido, Moloeznik expresa que “conviene insistir en la necesidad de contar con<br />

una comunidad de inteligencia cuyos componentes se caractericen por el profesionalismo<br />

y la probidad en sus actuaciones y que respondan a los objetivos e intereses nacionales, al<br />

margen de los vaivenes de la política partidista” (Moloeznik, 2015). Esto se vincula con la<br />

25


perspectiva de Stein en cuanto al proceso de formación, quien expresa que “la planificación<br />

del proceso de formación y entrenamiento del profesional de <strong>Inteligencia</strong> debe dar<br />

posibilidades a la preparación de los recursos humanos con requisitos previstos para las<br />

funciones, que permita atender, sin rupturas, una mayor demanda de conocimientos de<br />

interacción creciente, con la consistencia, la naturaleza y la profundidad adecuadas a un<br />

proceso de decisión de alto nivel, que contemple hechos y situaciones de una coyuntura<br />

cada vez más compleja en sus condicionantes” (Stein, 2015).<br />

La institucionalidad, el respeto a las leyes por parte de las organizaciones de inteligencia, y<br />

la relación entre la producción y los consumidores, han sido otros de los tópicos que se han<br />

considerado importantes en los estudios sobre la materia.<br />

Como referencia a alguno de estos temas centrales, deben valorarse las expresiones de Trujillo,<br />

al opinar que: “la institucionalidad, es decir, la consolidación de cualquier organización<br />

de forma que proyecte valores y sus componentes se vean imbuidos de ellos, es un factor<br />

clave en cualquier sociedad. Mucho más importante en la medida que la organización<br />

responda al interés general o colectivo y sobre todo que afecten a las necesidades más básicas<br />

del ser humano, entre las que se encuentran la seguridad y la defensa” (Trujillo, 2015).<br />

En ese orden de ideas, desde Colombia, Melamed plantea como trascendente para su país,<br />

que la inteligencia asuma su papel, donde el gran desafío es “lograr que las instituciones de<br />

seguridad con funciones de inteligencia puedan en su conjunto, asimilar una reorganización<br />

de sus funciones, garantizar que los servicios de inteligencia desarrollen sus actividades<br />

de forma legítima, con apego a las garantías legales y constitucionales, en el marco de<br />

los límites y restricciones del Estado de Derecho” (Melamed, 2015).<br />

Por otra parte, se debe considerar lo advertido por Gómez de la Torre y Medrano Carmona,<br />

al referirse a la existencia de cierta tendencia en algunas organizaciones de inteligencia por<br />

privilegiar el ámbito operativo, en perjuicio de lo estratégico, e incluso “marcar sus propias<br />

agendas, efectuar todo el ciclo de <strong>Inteligencia</strong> y posiblemente convertirse en consumidores<br />

y tomadores de decisión empleando y explotando el producto de <strong>Inteligencia</strong> propio” (Gómez<br />

de la Torre - Medrano Carmona, 2015).<br />

En cierta forma, esa “autonomía”, que permite al ámbito operativo convertirse en tomadores<br />

de decisiones empleando para sí lo producido, puede tener complejas derivaciones,<br />

en la medida que acciones inconexas llevadas adelante en ese nivel, suelen traer impensadas<br />

consecuencias en el nivel estratégico, convirtiéndose en graves problemas, -e incluso<br />

razón de explicaciones o disculpas de Presidentes y Ministros-, que terminan siendo con<br />

frecuencia, uno de los principales motivos de justificación para la reorganización de los<br />

sistemas de inteligencia.<br />

La autonomía de “facto” a las que son proclives algunas organizaciones de inteligencia, permite<br />

que se generen dinámicas propias, que potenciadas por las siempre alegadas razones<br />

26


de secreto y compartimentación, producen una inadecuada funcionalidad y contribuyen a<br />

las actividades al margen de la ley. Esto favorece la falta de institucionalidad, conduciendo<br />

a la transgresión de los mecanismos de gestión y control dispuestos en el campo normativo,<br />

apartándose así de la teleología propia de las políticas públicas.<br />

Otro de los problemas a considerar, es la creencia en el nivel político-estratégico de algunos<br />

países, en cuanto a que el conocimiento propio puede suplir el aporte de la inteligencia<br />

estratégica para la toma de decisiones, sin considerar su valor e importancia como resultado<br />

de un proceso lógico, analítico, sistemático y profesional, lo que a veces se vincula a la<br />

falta de una “cultura de inteligencia”. Esto lo señala Manuel Balcázar al referirse a México,<br />

al decir que “se percibe que el desarrollo de la cultura de inteligencia se encuentra aún en<br />

ciernes, además de tener un gran desafío en el contexto local, donde el concepto parece ser<br />

mal interpretado y poco regulado por el marco jurídico, generando en ocasiones concesiones<br />

basadas en la racionalidad política más que institucional” (Balcázar, 2015).<br />

Los aspectos apreciados en este punto, muestran algunos comunes denominadores en materia<br />

de inteligencia en la región, los que evidencian que hay lasitudes que trascienden a las<br />

especificidades nacionales, y cuyo conocimiento es necesario al momento de pensar en un<br />

esfuerzo colectivo de nivel regional.<br />

La vigencia de la perspectiva geoestratégica en la inteligencia estratégica<br />

A pesar de la complejidad y volubilidad del contexto internacional, muchos de los fenómenos<br />

que tienen influencia en los aspectos de interés para la inteligencia estratégica todavía<br />

pueden percibirse a través del análisis de los factores tradicionales.<br />

Así, los aspectos geopolíticos aún siguen siendo un tema central a considerar en el análisis<br />

del mundo, en la búsqueda de dar explicación a la ocurrencia de sucesos y en el intento por<br />

establecer comportamientos futuros de variables geoestratégicas o geoeconómicas. Hoy<br />

como ayer, asumen preponderancia crítica para los países elementos tales como la posición<br />

geográfica, las relaciones internacionales, las cuestiones fronterizas, el respeto a las soberanías<br />

nacionales, la economía, los conflictos y las amenazas transnacionales, el transporte,<br />

el efectivo control de los recursos naturales y energéticos, entre muchos otros aspectos<br />

que además, frecuentemente se relacionan. Esto se demuestra por ejemplo, a través de la<br />

relevancia que adquieren las regiones del mundo con mayores reservas de gas, petróleo y<br />

minerales estratégicos, que acaparan la atención de las potencias, y también son el centro<br />

de los principales conflictos.<br />

Pero la labor de las organizaciones de inteligencia estratégica, no puede quedar sujeta a<br />

la consideración de variables casi estáticas, puesto que su marco de referencia se exhibe<br />

signado por la constante mutabilidad, dando por resultado una cotidiana falta de certeza.<br />

27


Por ello, es necesario advertir sobre la inestabilidad de algunos factores -que conexos e<br />

interrelacionados-, resaltan por ser cada vez más gravitantes para el escenario mundial, y<br />

que merecen especial atención por sus efectos.<br />

El factor tecnológico y sus profundas transformaciones, que influyen poderosamente sobre<br />

los países, que si bien obra favoreciendo los vínculos internacionales y mejora la calidad<br />

de vida de las personas, constituye un factor de dependencia, sujeta a procesos de investigación<br />

e innovación ajenos, a la que la mayor parte de los países no pueden acceder por<br />

su alto costo, generándose así una brecha cada vez más difícil de acortar. Esto se agrava<br />

por los efectos de la disrupción tecnológica, -expresada por la “ley de fractura” 1 -, donde la<br />

rápida obsolescencia de la tecnología produce efectos inminentes y directos en los cambios<br />

mundiales, ya que mientras los sistemas sociales, políticos y económicos cambian a través<br />

del tiempo en forma incremental, la tecnología cambia en forma exponencial.<br />

Por otra parte, desde la óptica de la inteligencia, es innegable que el crecimiento tecnológico<br />

ha multiplicado las capacidades, particularmente en materia de SIGINT, GEOINT, de<br />

inteligencia cibernética, lo que también se ha reflejado en la automatización de los procesos<br />

de búsqueda, obtención y análisis de la información (BigData, Minería de Datos, etc.),<br />

donde la masividad trae consigo nuevos problemas, especialmente el de la “infoxicación”,<br />

lo que impone nuevos paradigmas metodológicos y exige mayor velocidad de procesamiento,<br />

constreñido por la acelerada degradación y volubilidad de la información.<br />

El crecimiento de los recursos técnicos para acceder a todo el espectro de comunicaciones<br />

e internet, le ha dado a los países mayor aptitud para establecer con relativa certeza las características,<br />

capacidades e intenciones de sus posibles oponentes, al acceder a información<br />

de naturaleza militar, diplomática, científica o de los individuos en general. Pero la inmensa<br />

fragilidad de la seguridad de las tecnologías de información y comunicación, es una grave limitación<br />

para los países con menor desarrollo tecnológico, que se encuentran inermes frente<br />

al descomunal despliegue de medios para la interceptación de las comunicaciones mundiales,<br />

o a la posibilidad ser blanco de acciones cibernéticas ofensivas dirigidas a infraestructuras<br />

críticas, lo que obliga a la adopción de complejas contramedidas. Esto hace indispensable la<br />

implementación de sólidas acciones en el campo de la seguridad de la información y de la seguridad<br />

informática, e impone la necesidad de realizar una profunda revisión sobre aspectos<br />

políticos, estratégicos y de cultura institucional, y determinar las vulnerabilidades y las capacidades,<br />

para así desarrollar todos los medios necesarios para enfrentar el potencial riesgo a<br />

la soberanía política, militar, industrial, científica y tecnológica de los Estados.<br />

El factor comunicacional –estrechamente vinculado a la tecnología-, que junto a la ilusión<br />

de la “aldea global”, los medios de comunicación van generando una nueva forma de vinculación,<br />

que dan lugar a un mundo interrelacionado con innegable efecto benéfico para<br />

la comunidad humana. Como contrapartida, el empleo monopólico, manipulador y direc-<br />

28


cionado de los medios masivos de comunicación, frecuentemente lleva a la “desinformación”,<br />

o a la creación de estereotipos en beneficio de sus intereses, produciendo un efecto<br />

distorsionador en la formación de la opinión pública, muchas veces cercano al contexto de<br />

las “operaciones psicológicas”.<br />

Como fuente de insumos para la inteligencia estratégica, el problema se encuentra en el<br />

difícil cometido de poder discernir entre lo auténtico y lo falaz, entre lo importante y lo<br />

superfluo, y resulta una ardua tarea la de lograr la eficacia necesaria a la hora de tamizar el<br />

maremágnum informativo, para encontrar el horizonte que conduzca a una inteligencia útil.<br />

Si en el análisis no hay capacidad de escapar de lo superficial, de desbrozar la información<br />

para desentrañar la certeza, de ahondar en lo intrínseco de lo implícito para llegar a lo significativo<br />

de ella, de identificar con claridad el nivel en que se halla el contenido cognoscitivo<br />

y su contexto, de obtener una apropiada interrelación entre eventos y situaciones, así como<br />

establecer su punto de conexión con el marco de referencia y su calidad para el uso del<br />

consumidor, no hay posibilidad de obtener conocimiento ni un producto útil, y tal vez, sólo<br />

habrá una visión parcial de una realidad, que carece de valor como insumo de inteligencia.<br />

El factor económico-financiero, donde se observa que los países no sólo se ven afectados<br />

por sus propias crisis económicas, sino que como consecuencia de la marcada fragilidad e<br />

interdependencia mundial, son alcanzadas por cuestiones externas, tales como las variaciones<br />

del precio del petróleo, del oro, de los “comodities”, de los mercados accionarios, así<br />

como por los efectos generados por problemas de las economías de otros países.<br />

Sobre este tópico, Mario Ramos, brinda una visión sobre lo complejo del escenario al señalar:<br />

“es indiscutible que hoy en día vivimos en un mundo fundamentalmente multipolar,<br />

esto es irrebatible desde el punto de vista económico; el avance espectacular de la República<br />

Popular China, la progresiva recuperación de la Federación Rusa, los avances de poderes<br />

regionales como Brasil, India y Sur África y la existencia de la Unión Europea y Japón<br />

explican el heterogéneo reparto del poder económico mundial. El planeta es hoy formidablemente<br />

complicado y diverso, ningún Estado o imperio, por más poderoso que sea,<br />

puede pretender alzarse con supremacía político-militar por mucho tiempo en la era de la<br />

aceleración y desarrollo tecnológico presente” (Ramos, 2015).<br />

En el mismo contexto, Mejía muestra un ejemplo de la innegable interrelación entre economía<br />

y estrategia, cuando al hablar de la trascendencia del Canal de Panamá, se pregunta<br />

desde la inteligencia: “¿Es el canal de Panamá una infraestructura crítica de alto valor<br />

geoestratégico? ¿Es susceptible a sufrir amenazas? Estas preguntas son elementos esenciales<br />

de información (EEI) a responder, que permiten prepararnos frente a contingencias<br />

que van, desde un incremento del flujo comercial que crece el doble del PIB mundial, hasta<br />

situaciones de amenazas que no dejan de estar latentes” (Mejía, 2015).<br />

Se suma a ese marco, la superlativa capacidad de influencia de las corporaciones trans-<br />

29


nacionales, que centran su avance en la búsqueda de satisfacer con avidez sus intereses, y<br />

muchas veces se instalan actuando sin consideración a los países, sin respeto a sus leyes, sin<br />

responsabilidad social, sin reparo a su cultura ni a su medioambiente.<br />

El factor medioambiental, donde por una creciente degradación ambiental, devastación de<br />

los recursos naturales, contaminación y el cambio climático global, por sus catastróficos<br />

efectos, se pone en peligro la seguridad de los países y la seguridad global, con perspectivas<br />

tales como la destrucción del hábitat, crecidas de mares y ríos, cambios en las corrientes<br />

marinas, pérdida de fertilidad de millones de hectáreas y desertificación, con un futuro<br />

posible de hambrunas y migraciones masivas.<br />

El factor militar, que a partir del proceso de cambio operado desde el fin de la Guerra<br />

Fría, ha comenzado a dar paso a un escenario complejo, donde las perspectivas tradicionales<br />

y estáticas del conflicto han mutado hasta alcanzar una configuración poco<br />

definida, ubicua y difusa.<br />

Esto es advertido por Derwich, quien observa la mutación del conflicto clásico, al expresar<br />

que “las amenazas tradicionales para los Estados-Nación eran otros Estados-Nación. Se<br />

trataba del fenómeno de las guerras interestatales o convencionales y los Estados-Nación<br />

como los únicos actores de importancia en las relaciones internacionales. Actualmente,<br />

mucho más frecuentemente, la prioridad de los Estados no es la competencia con otros<br />

Estados; lo que resulta un desafío son las nuevas amenazas constituidas por los actores<br />

no-estatales” (Derwich, 2015).<br />

Hay una tendencia global por la que se trasunta de la “materialidad” del conflicto, -caracterizado<br />

por el predominio de la disuasión armada y el empleo de la acción militar-, a su<br />

“inmaterialidad”, donde la contienda se desenvuelve en un campo de batalla que parece más<br />

etéreo y sutil, pero que no es menos letal, y hace comprensible que en los principales países<br />

del mundo exista una tendencia a la reducción del presupuesto militar, y correlativamente,<br />

un sostenido crecimiento del gasto en inteligencia. Y como bien expresa Almeida, “la intensidad<br />

tecnológica alteró tanto la manera de luchar que, en ciertos casos, como en la Guerra<br />

del Golfo, las batallas clásicas de enfrentamiento de tropas, no ocurrieron. Las guerras pasaron<br />

a ganarse, en gran parte, en las consolas de los modernísimos equipamientos de sensores<br />

remotos, inteligencia y dirección de sistemas de armas teleguiadas.” (Almeida, 2015).<br />

Se debe tener en cuenta que con la globalización el mundo ha tomado una forma paradójica:<br />

existen los Estados, pero también coexiste superpuesto un “no lugar”, un espacio sin territorio,<br />

sin fronteras y con actores difusos, donde proliferan intensos fenómenos de transnacionalidad<br />

que se constituyen en vías alternativas para afectar las soberanías nacionales y su<br />

seguridad, conformando amenazas y riesgos que tienen cada vez más trascendencia entre<br />

las prioridades de las políticas de defensa y seguridad de los países, trayendo consigo nuevos<br />

conceptos como el de “ciberdefensa”, “guerra de la información” o el de “guerra hibrida”.<br />

30


El factor cultural, que desde el fin de la Guerra Fría muestra un creciente protagonismo de<br />

movimientos de fanatismo religioso, de intolerancia política y de nacionalismo étnico, que<br />

generan violencia, inestabilidad institucional, miles de desplazados y refugiados, situaciones<br />

que en muchos casos afectan gravemente la seguridad nacional de diversos países del<br />

planeta, y exponen como cierta la posibilidad de un “choque de civilizaciones”.<br />

Frente a este contexto complejo, Boris Martynov pregunta “¿Qué se puede hacer para escapar<br />

del “choque de civilizaciones”, con su riesgo para la paz mundial? Sólo la cooperación<br />

entre civilizaciones, dando crédito a una realidad que es todavía vigente, signada por civilizaciones<br />

así lejanas -como la anglo-sajona y la rusa-, apostando preferiblemente por las<br />

más “cercanas”, como la rusa y latinoamericana (culturas poliactivas) (Martynov, 2015)”, y<br />

como colofón afirma que “el dilema funcional es el siguiente: o la civilización occidental se<br />

une con las civilizaciones ascendientes del mundo para elaborar juntos y con base científica<br />

los nuevos métodos de la gobernanza global, o debemos prepararnos todavía para los más<br />

dramáticos momentos en la vida humana de nuestro planeta” (Martynov, 2015).<br />

La complejidad, -que se ve reflejada en todos y cada uno de los componentes descriptos<br />

desde la perspectiva geoestratégica-, representa una palabra-problema, que requiere para<br />

oponerse de una palabra-solución: la acción. La necesidad de actuar para evitar, enfrentar o<br />

aminorar los efectos nocivos de la complejidad global, es una exigencia vital para los países<br />

y para los procesos de integración regional, pero impone como presupuesto correlativo, el<br />

disponer de las herramientas que proporcionen la mayor certidumbre frente a los azarosos<br />

escenarios, lo que constituye un desafío propio de la inteligencia estratégica.<br />

Perspectivas de cooperación regional en materia de inteligencia estratégica<br />

La perspectiva geoestratégica deja en evidencia la necesidad de establecer nexos que permitan<br />

aunar esfuerzos para la cooperación entre países, en una materia donde a veces es<br />

difícil compatibilizar y coordinar las actividades dentro de la comunidad de inteligencia<br />

de un mismo Estado-nación. Esto parece una tarea compleja, sin embargo, hay experiencias<br />

en el mundo que muestran que es posible establecer una sólida estructura de inteligencia<br />

multinacional, cuando hay decisión política, comunidad de intereses y confianza<br />

entre los participantes.<br />

Uno de los ejemplos donde se ha dado la conformación de una comunidad integrada es<br />

la que se inicia con la firma del Acuerdo BRUSA 2 el 17 de mayo de 1943 entre Estados<br />

Unidos y el Reino Unido, que establece la cooperación en inteligencia durante la II Guerra<br />

Mundial. Inicialmente se acuerda el intercambio de información relativa a la localización,<br />

identificación e interceptación de señales, el desciframiento de los códigos y claves, así<br />

como el manejo conjunto y distribución del material secreto. El 5 de Marzo de 1946 3 fue<br />

31


firmado el Acuerdo “British-US Communication Intelligence Agreement 4 ”, que dispone el<br />

intercambio de información relacionado con operaciones de comunicaciones extranjeras<br />

en materia de colección de tráfico, adquisición de comunicaciones y equipamiento, análisis<br />

de tráfico, criptoanálisis, desencriptación y traducción, y adquisición de información<br />

respecto de organizaciones de comunicación, prácticas, procedimientos y equipamiento, y<br />

fue readecuado en las reuniones del 15 al 26 de Julio de 1948. 5 Posteriormente se incorporó<br />

como miembro a Canadá, y más tarde, en 1956 se incluyó a Australia y Nueva Zelanda,<br />

quedando conformada la comunidad conocida como UKUSA, que aún subsiste, y que fue<br />

la base para otros acuerdos en materia de inteligencia entre los países participantes.<br />

Durante la Guerra Fría, los países del bloque soviético también conformaron una comunidad<br />

de inteligencia que tuvo como centro a la KGB (Comité para la Seguridad del Estado)<br />

de la Unión Soviética junto a las estructuras de inteligencia de sus aliados del Pacto de<br />

Varsovia. De ella participaron la Stasi (Republica Democrática de Alemania), Służba Bezpieczeństwa<br />

(Republica Popular de Polonia), Státní Bezpečnost o StB (Checoslovaquia)<br />

y en algún momento de su historia también se integraron la Departamentul Securității<br />

Statulu o Securitatea (Republica Socialista de Rumania), la Drejtoria e Sigurimit të Shtetit<br />

o Sigurimi (Republica Popular de Albania) y la Államvédelmi Hatóság o ÁVH (Republica<br />

Popular de Hungría). En la década de los 80 la comunidad se fue disgregando, marcando<br />

su fin la disolución oficial del Pacto de Varsovia en 1991.<br />

En el marco de la Unión Europea, e inserto en Política Europea de Seguridad y Defensa<br />

(PESD), en el año 1999 fue creado el Centro de Situación Conjunto, que a partir de 2012<br />

pasó a denominarse Centro Conjunto de Situaciones para el Análisis de <strong>Inteligencia</strong> (Sitcen)<br />

y junto a la Dirección de <strong>Inteligencia</strong> del Estado Mayor de la Unión Europea, integran<br />

la Capacidad Única de Análisis de <strong>Inteligencia</strong> (SIAC), siendo la tarea esencial la de producir<br />

de inteligencia, proporcionar alerta temprana y brindar percepción situacional.<br />

Estas estructuras conforman el servicio de inteligencia estratégica del Alto Representante<br />

de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, colaborando también con<br />

otros órganos comunitarios e inclusive apoyan a los países miembros, y se encuentran vinculados<br />

orgánicamente al Servicio Europeo de Acción Exterior, cuyas funciones tienen<br />

injerencia especial en los asuntos de política exterior y de la defensa.<br />

Los elementos de inteligencia de la Unión Europea no poseen medios de adquisición propios,<br />

y en su tarea de análisis dependen de la información proporcionada por sus delegaciones<br />

diplomáticas y otros organismos -como el Centro de Satélites de la UE- , así como<br />

el aporte de las embajadas y organismos de inteligencia civiles y militares de los países<br />

miembros. La organización del Sitcen, se conforma por una División de Análisis, que se<br />

encarga de la elaboración de los análisis de inteligencia en base a la contribución de información<br />

brindada principalmente por los servicios de los países comunitarios, y la División<br />

32


Asuntos Generales y Exteriores, que realiza inteligencia de fuentes abiertas.<br />

En Latinoamérica no hay una comunidad construida en los términos antes analizados, sin<br />

embargo, existe diálogo a través de instancias bilaterales y multilaterales de cooperación<br />

multinacional, que mayormente se hallan vinculadas al campo de la inteligencia criminal,<br />

donde con cierta frecuencia los países comparten información de diferentes agencias, y<br />

se vinculan a través de foros especializados que permiten dar seguimiento a situaciones<br />

relacionadas con riesgos y amenazas de interés común.<br />

La idea de cooperación que impulsó al MERCOSUR, la CAN, el SICA y otras estructuras y<br />

acuerdos regionales, estimularon los procesos de complementación en materia comercial,<br />

de intercambio de bienes y servicios, aduanera, y de circulación de personas, pero también<br />

mostraron la necesidad de adoptar medidas en conjunto, para enfrentar los efectos perturbadores<br />

de riesgos y amenazas que crecen favorecidos por la transnacionalidad.<br />

Más tarde, la voluntad política de los países, le ha dado a la cooperación un sentido más<br />

sólido y trascendente, orientándose a la construcción de espacios de integración y unión en<br />

lo cultural, social, económico, político, energético, de infraestructura y de defensa. En Sudamérica,<br />

esa es la motivación que anima al UNASUR, que junto al CDS -como instancia<br />

de consulta, cooperación y coordinación en materia de defensa-, se encaminan a instituir<br />

a la región como una zona de paz, estabilidad democrática y desarrollo integral, buscando<br />

construir una identidad en el ámbito de la defensa.<br />

Sin embargo, es importante advertir que más allá de las motivaciones o deseos que movilizan<br />

a la conformación de espacios de integración, organizaciones o estructuras internacionales,<br />

y de la misma forma que en los países, existe la necesidad de decidir sobre temas<br />

trascendentes que hacen a su objeto, fines e intereses, en la ineludible búsqueda de que sus<br />

postulados no se tornen ilusorios. Esto conlleva la permanente e importante tarea en los altos<br />

niveles de conducción, de tener que elegir en un sentido y por una razón determinada,<br />

y donde muchas veces el problema central no es “qué decidir”, sino “no poder decidir” por<br />

falta de un asesoramiento idóneo y oportuno.<br />

La situación descripta afecta seriamente los procesos de toma de decisiones, puesto que<br />

quien decide muchas veces carece de los medios para visualizar o anticipar situaciones de<br />

conflicto, amenaza o riesgo, haciéndose indispensable una instancia técnica que proporcione<br />

las herramientas para tener una opinión fundada en el conocimiento y no basada<br />

en la simple intuición.<br />

En esto a la inteligencia estratégica le incumbe un trascendente rol, donde puede brindar<br />

un importante apoyo ante el complejo, contradictorio y lábil marco de referencia internacional,<br />

resultando la herramienta técnica capaz de proporcionar a los más altos niveles<br />

de decisión, el aporte de conocimiento más adecuado para evitar la crítica vacilación en<br />

la toma de decisiones en los planos político y estratégico. Su tarea puede ser determi-<br />

33


nante para brindar una considerable capacidad de adaptabilidad frente a los procesos de<br />

cambio, proporcionar la mayor certidumbre y previsibilidad para anticipar las acciones,<br />

permitiendo a quienes deciden responder en tiempo oportuno a las versátiles condiciones<br />

del ambiente internacional, definir escenarios de cooperación y de conflicto, e identificar<br />

oportunidades.<br />

Por lo expresado, el aporte de la inteligencia estratégica para la toma de decisiones en<br />

los espacios de integración y concurrencia regional, debe ser considerada como una importante<br />

herramienta para fortalecer sus capacidades, en pos de un mejor logro de sus<br />

objetivos y fines.<br />

Desde diferentes perspectivas, los autores participantes han observado las posibilidades<br />

ciertas de establecer vías de cooperación en materia de inteligencia a nivel regional, quienes<br />

dando fundadas razones y proponiendo diversos caminos, muestran que existen bases<br />

suficientes como para avanzar hacia una iniciativa encaminada a consolidar un mecanismo<br />

permanente, continuo e institucionalizado.<br />

Lo antes expresado, es precisado por Carlos Maldonado y Carolina Sancho, al señalar que<br />

“la cooperación en inteligencia, actualmente es una necesidad para los países dadas sus<br />

limitaciones en la producción de inteligencia como también, por la existencia de amenazas<br />

transnacionales a la seguridad de los países. En el marco de UNASUR no hay impedimentos<br />

estructurales para efectuarlo, debido a que se constata la existencia de una explicitación<br />

de riesgos y amenazas comunes; instituciones de inteligencia homólogas en los países del<br />

subcontinente suramericano; y experiencia en la cooperación en inteligencia a nivel internacional<br />

multilateral en diferentes ámbitos” (Maldonado-Sancho, 2015)<br />

En igual sentido, Romanelli observa las potencialidades de UNASUR y MERCOSUR, al<br />

considerar que “ese interés común de los países suramericanos atlánticos y particularmente<br />

los integrantes de la UNASUR y del MERCOSUR, permite organizar este necesario esfuerzo<br />

con la producción de inteligencia estratégica en una primera instancia. Esa producción<br />

convendría focalizarla sobre todos los actores estatales y no estatales involucrados,<br />

los factores geográficos, recursos vivos, energéticos y minerales, a fin de que resulte en la<br />

elaboración de una estrategia coordinada. Una vía de elaboración de estas formulaciones<br />

es a través del Consejo de Defensa Suramericano que ya está constituido y funcionando,<br />

procurando definir esta línea estratégica atlántica como un interés suramericano. Otra vía<br />

podría ser la creación de un organismo específico a nivel de la UNASUR o dentro del espacio<br />

MERCOSUR que se dedique a la producción de inteligencia estratégica y a la formulación<br />

de un concepto estratégico atlántico que materialice el interés común suramericano<br />

mediante un concepto estratégico común” (Romanelli, 2015).<br />

Congruente con las anteriores perspectivas, Ramos ve posible la posibilidad de cooperación<br />

en la órbita de UNASUR al expresar la necesidad de creación de “un centro de<br />

34


pensamiento o análisis estratégico en el marco de la UNASUR se vuelve necesario para<br />

contribuir a la soberanía de nuestras democracias, la defensa de nuestros recursos naturales<br />

y energéticos, identificando actores e intereses que puedan afectar negativamente los<br />

objetivos de nuestra región, generando conocimientos para los tomadores de decisiones”<br />

(Ramos, 2015) y reconoce las dificultades que conlleva al considerar que “la situación institucional<br />

y doctrinaria de los servicios de inteligencia es diversa en cada uno de nuestros<br />

países, y tomará desigual tiempo la superación de los problemas o debilidades que tienen<br />

cada una de nuestras organizaciones, pero esto no debería ser impedimento para dejar a un<br />

lado el escenario doméstico y proponerse un esfuerzo conjunto de identificación de amenazas<br />

comunes y de análisis de dinámicas en el enredado entorno actual” (Ramos, 2015).<br />

Mientras que a criterio de Robles, se hace necesario en el marco regional la realización<br />

de estudios prospectivos y avanzar con la construcción de escenarios futuros de manera<br />

prospectiva, brindando una necesaria previsibilidad, y para ello propone que “la UNASUR<br />

a través de sus diferentes Consejos que se encargan de los temas de Seguridad pueda trabajar<br />

un Estudio Prospectivo Regional empleando para ello las instancias del Consejo de<br />

Defensa Suramericano, a través de su Centro de Estudios Estratégicos, buscando establecer<br />

lineamientos para la elaboración de estudios prospectivos nacionales a fin de consolidar<br />

en un Estudio Prospectivo Regional los escenarios de futuro en la región al 2030 que haga<br />

frente a las amenazas, preocupaciones y desafíos a su desarrollo” (Ramos, 2015).<br />

Es importante considerar la observación que realiza Jouroff, en cuanto a la relación de la<br />

cooperación regional y el valor de la “cultura de inteligencia”, al decir que “la generación<br />

de inteligencia estratégica no es cooperación entre los diversos organismos de los diversos<br />

países, sino que supone una similar cultura de inteligencia en los países con vistas a la<br />

gestión del conocimiento a nivel estratégico. En rigor, así como la inteligencia supone la<br />

reunión de información pero no se limita a ella, la inteligencia estratégica no sólo gestiona<br />

sino genera conocimiento” (Jouroff, 2015).<br />

CONCLUSIONES<br />

Como se ha visto, algunos países de América Latina, aún tienen cuestiones por robustecer<br />

en materia de inteligencia, como aquellos aspectos vinculados con la “cultura de inteligencia”,<br />

la institucionalidad, el respeto a las leyes y el profesionalismo.<br />

Pero se destacan avances, como los producidos en el campo académico, donde en toda<br />

Latinoamérica se tejen redes entre los autores dedicados al estudio de la inteligencia, con<br />

una producción que cada vez asume mayor importancia. Esta participación es cada vez<br />

más creciente, donde las actividades en las aulas y los trabajos de investigación contribuyen<br />

35


con nuevas perspectivas sustentadas en el rigor académico, las que además de proporcionar<br />

visiones más amplias, van generando doctrina útil para el campo institucional. Lo expresado<br />

constituye un importante avance en la consolidación de vínculos y el establecimiento<br />

de criterios comunes, que fortalece la “cultura de inteligencia” a nivel latinoamericano,<br />

colaborando en reducir la brecha entre la sociedad y la inteligencia.<br />

Los pasos dados en lo académico, permiten pensar en que es posible establecer, una entidad<br />

educativa común en inteligencia estratégica, o al menos, organizar en forma regular<br />

cursos orientados a los intereses comunitarios.<br />

Por otra parte, es evidente que el panorama del mundo de hoy es un inmenso desafío para<br />

los países, pero también lo es para las regiones y los procesos de integración. Es por ello,<br />

que frente al contexto geoestratégico que nos constriñe, es indispensable contar con solidas<br />

respuestas y posibilidades ciertas de avizorar los cambios, para así evitar tener que reaccionar<br />

inermes frente a inesperadas coyunturas. Cierto es que independientemente del poder<br />

de las naciones, ninguna por si sola se encuentra en condiciones de anticipar y/o neutralizar<br />

el resultado de complejas situaciones globales, o el accionar de actores transnacionales,<br />

que no respetan fronteras ni soberanías nacionales.<br />

Para comprender las ambiguas señales del escenario mundial, es indispensable contar, no<br />

sólo con los recursos que poseen los países en inteligencia estratégica, sino también se debe<br />

contar con nuevos medios, que a nivel regional, fortalezcan la capacidad de reacción, frente<br />

a los sucesos nocivos propios de la globalización.<br />

Es claro, por tanto, que en el marco de los espacios de integración de nivel regional, -y especialmente<br />

en los relacionados al campo de la Defensa-, se hace necesaria la construcción<br />

una herramienta que permita una mejor toma de decisiones. Esto justifica asumir la necesidad<br />

del desarrollo de un sistema de informaciones cooperativo, que una vez establecido el<br />

ámbito apropiado, sus características, misiones, forma y organización, posea capacidades<br />

suficientes en materia de gestión del conocimiento, brinde los elementos necesarios para<br />

una mayor comprensión del entorno, que produzca inteligencia oportuna y fiable, y permita<br />

establecer una estrategia más precisa para el fortalecimiento de los intereses comunes,<br />

para enfrentar así de mejor manera, los desafíos de importancia para la región.<br />

Pero la particular situación de los países en la materia, no debe influir en la conformación<br />

de un elemento de inteligencia estratégica de naturaleza regional, puesto que no se trata de<br />

traer los viejos problemas de cada uno de los países, sino de conformar algo nuevo, distinto,<br />

y con una dinámica apropiada a una perspectiva común.<br />

Por ello, es hora de comenzar a avanzar en los aspectos esenciales, y como señala Jouroff,<br />

no es esta una cuestión del nivel operacional, sino que “debemos pasar al estratégico, y por<br />

tratarse de la integración, es decir, de América latina inserta en un mundo global, necesariamente<br />

debemos pensar a nivel de problemas continentales, comunes a todos nosotros,<br />

36


que nos comprenden, pero que no son la suma de los problemas individuales de cada país,<br />

sino los problemas globales frente a un proceso que viene de tiempo. De la misma forma<br />

que varias tácticas no hacen una estrategia, la inteligencia estratégica piensa desde arriba, e<br />

integra los problemas de cada país en un destino común” (Jouroff, 2015).<br />

En un proceso sólido de integración, la posibilidad de conformar un sistema de contribución<br />

o una estructura regional en inteligencia, requiere de una importante decisión y voluntad<br />

política que desde cada país conduzca a ese fin, para materializar una necesidad común.<br />

Esto implica un esfuerzo que aporta a la aspiración de fortalecer una identidad regional,<br />

que consolida los fines de la cooperación y la integración, y que sostenido en aquello que<br />

nos une, y en simétricos intereses, permite avanzar hacia el bienestar y desarrollo de los<br />

pueblos, para contribuir a enfrentar en conjunto los problemas comunes que afectan a la<br />

región. Es a su vez, una inmensa medida de confianza mutua, que mostrará claramente que<br />

muchos de los recelos y temores que opacaron la relación de nuestros países en el pasado,<br />

hoy definitivamente han quedado en el olvido.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

37


38


Características<br />

esenciales en la<br />

inteligencia en<br />

América Latina<br />

39


40


Comprendiendo la Cultura de<br />

<strong>Inteligencia</strong> en las Américas<br />

y Su Utilidad Estratégica para la<br />

Seguridad Nacional<br />

Russell G. Swenson<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La elaboración de una estrategia para garantizar la seguridad pública exige el desarrollo y<br />

la difusión de un fundamento democrático de amplia aceptación, para anticipar y evitar<br />

ataques letales contra el pueblo y las instituciones de cada país del hemisferio. Dicho fundamento<br />

ya existe, pero sigue siendo poca comprendido y por lo tanto poco utilizado. Se lo<br />

denomina: “Cultura de <strong>Inteligencia</strong>.”<br />

Cuando la cultura de inteligencia se conoce o es reconocida por el público, los valores de<br />

la anticipación y la prevención pueden inyectarse más fácilmente en las discusiones sobre<br />

la seguridad pública y la defensa interior. A medida que los principios de anticipación y<br />

prevención se instalan en la conciencia pública, una cultura expansiva de la inteligencia<br />

puede empezar a traducirse en una estrategia para contrarrestar la estrategia del oponente<br />

para ocasionar daño a través de la constante amenaza o realidad de asalto a nivel interno,<br />

ya sea mediante el terrorismo, el crimen organizado, u otros medios. A raíz de su propia<br />

experiencia con los ataques terroristas en los atentados de Madrid de 2004, España ha<br />

adoptado una política de expandir en forma explícita la cultura anticipatoria y preventiva<br />

de su aparato de inteligencia gubernamental en todos los sectores clave de la sociedad. 6<br />

Incluso, unidades de inteligencia financiera en muchos países ya apuntan a la actividad del<br />

crimen organizado, e ilustran el valor de la anticipación y la prevención. 7<br />

Este ensayo reconoce los inicios de la toma de conciencia por parte de la sociedad de la<br />

cultura de inteligencia en las Américas, y explica cómo los aspectos decisivos de la cultura<br />

pueden expandirse, a través del discurso público y político, más allá de su lugar de origen<br />

en las agencias de inteligencia.<br />

41


Desarrollo del Concepto Cultura de <strong>Inteligencia</strong><br />

Los escritos sobre inteligencia en el mundo occidental reflejan un interés continuo en el<br />

ámbito sociológico y en las características de comportamiento de los servicios de inteligencia<br />

nacionales y de sus empleados. A menudo, este interés se manifiesta en trabajos que<br />

intentan definir y explorar “la cultura de inteligencia”. Un ensayo realizado por observadores<br />

ecuatorianos resume la trayectoria de esta literatura y solicita exploración adicional de<br />

la dinámica interna de la actividad de inteligencia del gobierno:<br />

Cada vez es más frecuente sugerir que los trabajos académicos incor poren<br />

modelos de información para la <strong>Inteligencia</strong> basados en estudios culturales<br />

y antropológicos de las comunidades que conforman los distintos sistemas<br />

de <strong>Inteligencia</strong>. Esta idea surge del hecho que aparecen varios resultados<br />

aun cuando se aplicaron procedimientos similares en un estudio de organismos<br />

de inteligencia. Estos resultados diversos provienen de la diversidad<br />

de la composición humana de los servicios que obedecen a distintos<br />

símbolos, lenguajes y prácticas culturales con respecto al secreto, la eficiencia,<br />

la prevención, el riesgo, la lealtad y aquello que es considerado sagrado.<br />

Este enfoque antropológico y psicológico, si bien es considerado como más<br />

necesario que nunca en los estudios de <strong>Inteligencia</strong>, aún no aparece en forma<br />

regular en los estudios publicados.<br />

Es probable que la causa radique en que su difusión aumentaría la vulnerabilidad<br />

de las comunidades estudiadas. A pesar de ello, establecer una<br />

lógica social interna e identificar una cultura de inteligencia podría ser<br />

muy útil para los servicios, y les permitiría lograr mejores resultados en el<br />

manejo de la inteligencia.<br />

Varios autores se han ocupado de la inteligencia en el contexto de las “culturas estratégicas”<br />

nacionales, pero su análisis omite cualquier consideración de la esfera de la cultura de<br />

inteligencia misma. 8 Otros, en el intento de comprender y describir la composición de una<br />

cultura de inteligencia, han identificado las orientaciones y tendencias nacionales que puedan<br />

afectar la labor de los organismos de inteligencia de un país o imperio determinado. 9<br />

Además, un autor ha examinado la cuestión de cómo los elementos fundamentales de una<br />

cultura de inteligencia determinada, puede afectar la integridad de los productos de inteligencia<br />

estimativos: Philip Davies utilizaba condiciones adecuadas para un experimento<br />

natural para probar los efectos de estos variables culturales en los Estados Unidos y en el<br />

Reino Unido, donde los factores “experimentales”, tales como la información disponible y<br />

los intereses de seguridad nacional, son bastante similares. 10<br />

42


Incluso, otros han incursionado en el interior de agencias de inteligencia e identificado la expresión<br />

de perspectivas, comportamientos y valores que conforman la cultura de inteligencia<br />

como variable e independiente respecto de la eficacia y eficiencia de determinados servicios<br />

de inteligencia (sic). 11 En esta literatura, Charles Cogan señala dos características clave<br />

de los operadores de inteligencia: su compulsión a manipular a los demás y un pragmatismo<br />

implacable. El autor anónimo del ensayo sobre la cultura del analista de inteligencia, por<br />

el contrario, encuentra que la honestidad intelectual, expresada a través de escepticismo,<br />

persuasivas habilidades de comunicación oral y escrita, y la adaptabilidad a la burocracia<br />

son esenciales para que uno esté cómodo en esta cultura. Cogan observa que aunque los<br />

operadores y analistas de inteligencia pueden continuar sintiendo desdén por el trabajo del<br />

otro, “cada uno es la fuerza del otro”. 12 Esto significa que la coherencia de estas dos culturas<br />

dentro de cualquier organización o comunidad de inteligencia obedece al principio de los<br />

vasos comunicantes (vases communicants): como diferentes partes de una estructura corporativa,<br />

los operadores y analistas tienen éxito o fracasan juntos, no por separado.<br />

También de este grupo de autores, Alberto Bolívar considera que los servicios de inteligencia<br />

del Perú, en lugar de desarrollar su propia cultura de trabajo en la década de 1980, eran demasiado<br />

porosos y abiertos a ser influenciados por la fácil informalidad de la cultura “chicha”<br />

en la sociedad—en lo que puede ser considerado como una negación del tono conservador<br />

que caracteriza la cultura de inteligencia de las agencias. 13 En términos generales, el conservadurismo<br />

de los funcionarios de inteligencia se debe a la adopción de una actitud preventiva<br />

para evitar el fracaso. Personalmente lo que refleja Bolívar como un antiguo miembro de los<br />

servicios de inteligencia de Perú, sería que la ausencia de un “enfoque sobre amenazas” ha<br />

contribuido al fracaso de los servicios para alertar a los líderes políticos de la poderosa influencia<br />

de los grupos subversivos. La perspectiva privilegiada igualmente perspicaz de Juan<br />

Manuel Reyes-Alonso, quien desertó de Cuba a los EE.UU. en el año 2000 después de pasar<br />

años en el servicio de inteligencia del Ministerio del Interior, sugiere que la gestión directa y<br />

detallada de Fidel Castro de la inteligencia cubana creó una cultura de inteligencia nacional<br />

orientada a la eficiencia, producto de la fusión de sus objetivos con los de los organismos y sus<br />

funcionarios. Esta cultura de inteligencia penetrante se extendió a través de sectores políticos<br />

y económicos: “A diferencia de otros servicios de inteligencia existentes en otros países la DGI<br />

[Dirección General de <strong>Inteligencia</strong>] tiene presencia física en los sectores más importantes de<br />

la economía y de la vida política de los cubanos.” 14 Otro ex funcionario de la inteligencia<br />

cubana, Juan Antonio Rodríguez Menier, explica que los efectivos HUMINT adoctrinados<br />

en esta cultura actuaron con la pasión de los sacerdotes en sus interacciones con sus fuentes<br />

de información—los agentes. 15 Su experiencia en la inteligencia del Ministerio del Interior<br />

amplía nuestra visión de la cultura de inteligencia cubana, donde los funcionarios de inteligencia<br />

“dicen la verdad al poder”, cuando, como era común, hablaban directamente con Fidel:<br />

43


Los oficiales de <strong>Inteligencia</strong> de la Seguridad a menudo mienten acerca de lo<br />

que ellos realmente piensan, pero siempre le dicen la verdad a Fidel sobre la<br />

situación del país, incluso cuando la información es muy negativa. Ellos son<br />

conscientes de que si Fidel comete un error por causa de una mala información<br />

suministrada lo pagarán muy caro. 16<br />

Esto comienza a esbozar un esquema para la identificación de los elementos más destacados<br />

de una cultura de inteligencia nacional. Bastantes similitudes de actitud y comportamiento<br />

parecen existir entre el personal operacional y analítico de los servicios de inteligencia del<br />

hemisferio para garantizar la continua producción de estudios de caso de la cultura de inteligencia<br />

y su potencial valor para mejorar las capacidades estratégicas de determinados países.<br />

El tratamiento más explícito de la cultura de inteligencia como un fenómeno importante<br />

proviene de una autora rumana, Irena Dumitru. 17 Su visión se extiende más allá de la<br />

de otros autores porque no expone cómo las preferencias de una sociedad influyen en<br />

sus servicios de inteligencia, sino que explica cómo la percepción pública de la función<br />

puede cambiarse deliberadamente mediante la participación concertada del gobierno. El<br />

Gobierno rumano considera que la sociedad estará mejor preparada para hacer frente a<br />

las amenazas si los ciudadanos entienden por qué los servicios de inteligencia deben ser<br />

operacionalmente eficientes, a pesar del carácter inevitable de los errores de inteligencia y<br />

de los fracasos de inteligencia. 18 Servicios de inteligencia rumanos durante la Guerra Fría<br />

ganaron prominencia como líderes percibidos de un aparato estatal represivo. Al hacer que<br />

los archivos del antiguo servicio de inteligencia (SRI) estuviesen a disposición del público,<br />

y al crear una institución de educación superior—la Academia Nacional de <strong>Inteligencia</strong>—y<br />

la publicación de una revista profesional—Estudios de <strong>Inteligencia</strong> Rumana—el Gobierno<br />

se ha movido para rehacer la percepción de la cultura de inteligencia. Dumitru ve el marco<br />

de la cultura de inteligencia como si fuera una “caja negra”–ocupada por un conjunto de<br />

actitudes y comportamientos de los funcionarios y ciudadanos con respecto a esta función<br />

del gobierno, y actuando como puente entre, de un lado, una coalición de la academia rumana,<br />

la comunidad de inteligencia del país, y las empresas privadas, y del otro lado, donde<br />

se encuentran los “consumidores”: los que toman decisiones, los medios de comunicación<br />

y los ciudadanos del país. 19 Sin embargo, la autora no define la cultura de inteligencia en<br />

si misma—las perspectivas, comportamientos y valores de los profesionales de inteligencia<br />

que se encontrarían dentro de esa caja negra.<br />

Sobre la base de la literatura antes analizada, el presente ensayo ahora comienza a explicar<br />

cómo el espíritu y los contenidos de una cultura de inteligencia, según fueran desarrollados<br />

y probados por los profesionales puede ser definida, comunicada y formar parte de la<br />

conciencia de las sociedades más amplias de las que forman parte.<br />

44


Una Definición de Cultura de <strong>Inteligencia</strong><br />

Aunque los etnógrafos, los aficionados de bellas artes, y los estudiosos de la administración<br />

pública pueden tener puntos de vista distintivos sobre el concepto de “cultura” como un<br />

término que describe las perspectivas, comportamientos y valores de los diferentes grupos<br />

humanos, el uso del término se corresponde con una o más de tres definiciones que se<br />

encuentran en la Diccionario de la Real Academia Española:<br />

Cultura —<br />

1. f. Cultivo [crecimiento, en sentido biológico o medicinal].<br />

2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.<br />

3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, [creencias,] conocimientos y grado<br />

de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. 20<br />

Las personas se convierten en “aculturadas” a un grupo, a partir del nacimiento, a medida que<br />

adquieren o absorben creencias y comportamientos aceptables. Esta experiencia temprana<br />

equivale a un entrenamiento. A medida que maduran, los mismos individuos deciden adquirir<br />

y absorber la cultura de un lugar de trabajo u otro grupo social. Este paso equivale a la<br />

educación de adultos, porque el individuo inicia la interacción y determina su propio grado de<br />

aceptación o confianza en la cultura. 21 La educación lleva crecimiento personal a los miembros<br />

de la cultura de inteligencia, reflejando el aspecto biológico de la definición de “cultura”.<br />

En el discurso popular y académico, los de afuera destacan y critican que la “cultura del<br />

secreto” de inteligencia gubernamental evita que cierta información se de a conocer, a pesar<br />

de la existencia de leyes de información pública. 22 Sin embargo, una cultura legítima<br />

abarca más de un característica estereotípica—más que simplemente una predilección por<br />

el secreto. Existe una cultura viable cuando los rasgos distintivos—perspectivas, comportamientos<br />

y valores—permanecen reconocibles y perduran de una generación de empleados a<br />

la siguiente. Un vocabulario constantemente cambiante y especializado refuerza la identificación<br />

de un individuo con otros miembros de la cultura de inteligencia.<br />

Cualquier ciudadano puede tener acceso a la cultura de inteligencia al hacer contacto con<br />

sus miembros. Ese contacto puede ser especialmente útil y revelador cuando los efectivos<br />

de inteligencia se atreven a reflexionar sobre sus experiencias de trabajo—sus vivencias—en<br />

una publicación de memorias verdaderas o memorias noveladas.<br />

Descubrir y Propagar los Elementos Típicos de la Cultura<br />

de <strong>Inteligencia</strong> en las Américas<br />

Como hemos visto, los académicos—para incluir ex oficiales de inteligencia—han intentado<br />

de diversas maneras de lograr una comprensión de los aspectos sociales y psicológicos del<br />

45


trabajo del servicio de inteligencia. El secreto apreciado por los miembros activos de inteligencia<br />

del gobierno a menudo les impide transmitir al público un relato de sus experiencias<br />

diarias. La presión de los pares, incluso de los ya retirados del servicio de inteligencia del<br />

gobierno, aumenta la resistencia de los actuales y ex miembros a describir y explicar su rol<br />

en el detrás de la escena para garantizar la seguridad pública, fomentar el éxito empresarial<br />

con inteligencia competitiva, o proteger la seguridad nacional a una escala internacional.<br />

No obstante, algunos ex practicantes han producido memorias o recuerdos novelados que<br />

presentan una interpretación aparentemente auténtica de su trabajo como empleado de<br />

inteligencia del gobierno o del sector privado. Más allá de dar a los lectores una idea del detrás<br />

de escena de los desafíos y oportunidades de trabajo de inteligencia, su obra publicada<br />

traduce los elementos que definen su anterior vida secreta en principios socialmente significativos<br />

para el consumo público. Sus memorias ofrecen una interpretación de su vida<br />

dentro de la cultura de la inteligencia en una manera que promueva la “socialización de<br />

inteligencia” para el público en general. Cada una de las seis secciones subsiguientes destaca<br />

un principio que los lectores pueden deducir de un examen de memorias particulares.<br />

1. Éxitos operacionales otorgan legitimidad pública<br />

a la inteligencia gubernamental<br />

La inteligencia colombiana ha encabezado éxitos operacionales notables contra los grupos<br />

subversivos y secuestradores. 23 Un relato en primera persona sobre la Operación Jaque, de<br />

un coronel colombiano que supervisó la operación, mantiene la promesa de revelaciones<br />

útiles acerca de la actividad de inteligencia que rodea a la operación, pero en el estilo típico<br />

solamente proporciona detalles dispersos. 24 Por el contrario, Germán Castro Caycedo, un<br />

periodista colombiano, ha reconstruido en detalle las experiencias de 24 funcionarios de la<br />

policía nacional de Colombia y de inteligencia de la policía en el seguimiento y, finalmente,<br />

la captura de cuatro importantes narcotraficantes. 25 La historia de cada ejercicio se cuenta<br />

en la voz de los agentes encubiertos de inteligencia de la policía, analistas y sus supervisores.<br />

El lector no puede ignorar la determinación feroz de personal de campo quien, aislado,<br />

tiene un conocimiento limitado de la situación de la misión bajo circunstancias difíciles.<br />

A pesar de los repetidos fracasos para capturar un objetivo, los funcionarios se abstienen de<br />

duros interrogatorios a los informantes, porque “No es bueno exigir que las personas colaboren<br />

con nosotros, ya que afecta a la seguridad y la calidad de la información”. 26 La frustración<br />

por no ser capaz de capturar un objetivo incluso después de varios intentos también<br />

trae una apreciación de mayor camaradería entre el personal de campo, entre otras cosas<br />

porque cualquier alternativa al trabajo en equipo trae estancamiento. Incluso un analista de<br />

campo que prefiere trabajar solo, admite las ventajas de un enfoque de equipo:<br />

46


… el jefe entró a orientarme y me envió a Carlos, otro analista para que trabajara<br />

conmigo. Bienvenido. Es un hombre de gran experiencia. Es que… El trabajo<br />

de inteligencia no puede tener el menor gesto de egoísmo y hay momentos<br />

en los cuales uno debe aceptar que, hasta cierto punto, trabajar solo tiene sus<br />

límites debido a que uno se estanca y no ve lo que está por venir. 27<br />

Los supervisores encuentran que, a medida que las relaciones profesionales se convierten<br />

en personales, dicha familiaridad da lugar preguntas, dudas y sugerencias de cualquier<br />

persona, de cualquier rango. 28 Un analista de inteligencia da a entender por qué el personal<br />

de inteligencia tiende a desarrollar la confianza entre sus colegas cuando ella dice<br />

al Castro Caycedo que un solo operador de inteligencia en el campo produjo una mayor<br />

cantidad de datos precisos con respecto al objetivo que la docena de informantes utilizados<br />

durante toda la misión. 29 El relato deja claro que una definición del problema inicial<br />

sólida, da lugar a la inteligencia y al planeamiento operacional para el eventual éxito de la<br />

campaña contra estos cuatro objetivos difíciles.<br />

Las ideas de este libro, sobre las tendencias psicológicas de funcionarios de inteligencia y<br />

sus comportamientos profesionales, tienen el potencial de educar a los ciudadanos acerca<br />

de la dedicación personal y la perseverancia detrás de las acciones que de otra forma seguirían<br />

siendo anónimas, pero que subyacen en las operaciones de inteligencia exitosas.<br />

2. La corrupción de los funcionarios públicos<br />

lamentada por sus colegas<br />

En su tercer libro sobre la larga contienda de México con las redes del crimen organizado,<br />

ex agente de la policía Tomas Borges argumenta a favor de una desencadenada contraofensiva<br />

basada en inteligencia para nivelar un campo de juego desigual. 30 El primer tercio<br />

del libro documenta el desarrollo profesional de un funcionario de inteligencia a medida<br />

que aprende acerca del alcance clandestino del servicio civil de inteligencia nacional (el<br />

Centro de Investigación y Seguridad Nacional—CISEN) de México, pero también presagia<br />

la desilusión de sus experiencias de campo posteriores por lo que “los servicios de inteligencia<br />

dispensan medicamentos para el enfermo llamado México, no para curar, sino para<br />

prolongar la agonía por la causa de diversos intereses”. 31 Después de que él ingresó a la<br />

Federal Preventiva Policía (PFP) y pasa a las tareas de campo, él ofrece un punto de vista<br />

sin precedentes, a pesar de su desencanto, en la difícil relación laboral entre los policías con<br />

especialidad de inteligencia, y la corta cadena de supervisores encabezada por funcionarios<br />

de seguridad nacional de renombre. Su libro de memorias se basa en un diario personal<br />

que cubre de 1997 a 2008, pero se abstiene de profunda reflexión sobre su propio trabajo. 32<br />

En su opinión, la PFP coordinaba las actividades de vigilancia de campo con éxito contra<br />

47


separatistas vascos (ETA) expatriados en México a finales de la década de 1990, un logro<br />

que él atribuye al espíritu de cuerpo alentado por presupuestos casi ilimitados respaldados<br />

por EEUU, junto con la responsabilidad no sólo por operaciones eficientes sino por los resultados.<br />

Sin embargo, critica el abandono del gobierno de Fox de este enfoque exitoso de<br />

inteligencia en el 2000, ya que se alejó de la prevención a un enfoque más reactivo ante la<br />

contrainsurgencia interna y el narcotráfico. 33 Él expresa su angustia metafóricamente: “No<br />

cabe duda, empleados de seguridad del gobierno son como un pez en corrientes turbulentas,<br />

fáciles de captar (por políticos y criminales)”. 34 En una despedida, apela a los burócratas<br />

mexicanos, los de bajo nivel, en particular, a que resistan a ser cooptados por un sistema en<br />

el que “un rey sin peones, al igual que en un juego de ajedrez, no puede ganar”, y a los que<br />

manejan la inteligencia, que deben “Apostar más por la inteligencia humana (como lo hace<br />

el servicio secreto cubano), que por la inteligencia técnica (como lo hace Estados Unidos)”<br />

para evitar convertirse en dependiente de una inteligencia técnica menos adaptativa. 35<br />

Con la divulgación de Borges de los costos de la devaluación de las labores de inteligencia<br />

preventiva en México se pretende mejorar la imagen pública y la propia imagen de los<br />

servicios de inteligencia. Su voz, una vez unida a relatos similares de otros países, puede<br />

construir la confianza pública de que la motivación de un oficial de inteligencia para el ejercicio<br />

de las funciones públicas de cualquier sociedad puede acercarse al ideal weberiano.<br />

3. Acciones de Unidades de inteligencia en instituciones<br />

policiales legitiman una filosofía preventiva para la sociedad<br />

Basándose en sus experiencias laborales, dos ex miembros del Batalhão de Operações Policiais<br />

Especiais (BOPE) del estado de Río de Janeiro prepararon un libro en colaboración<br />

con un experto en ciencias políticas que había sido secretario nacional de Seguridad Pública<br />

de Brasil. 36 La historia se desarrolla en dos formatos: la primera mitad del libro es un<br />

“diario de guerra” reflexivo narrado por uno de los oficiales del BOPE, la segunda mitad<br />

son una serie de escenas de guión cinematográfico que representan intrigas nefastas para<br />

la ventaja de las fuerzas de seguridad del Estado corruptas. Con algunas alteraciones en la<br />

trama, la primera se convirtió en la película Tropa de Elite (2007) y la segunda en Tropa<br />

de Elite 2 (2010), ambas muy populares y aclamadas por la crítica en Brasil y el exterior. 37<br />

La primera mitad de la narración señala el esprit de corps de BOPE y racionaliza sus<br />

operaciones en el terreno áspero a través del diálogo interior. En el epílogo, el narrador<br />

reflexiona sobre su lealtad a BOPE: “Eu esteja cravado na polícia como ela esta em mim.<br />

… O resultado é uma espécie de tatuagem. Fica gravado no corpo e grudado na alma””-<br />

Soy tan parte de la policía como ella de mí…El resultado es una especie de tatuaje en el<br />

cuerpo y en el alma. No hay como removerlo…”. 38<br />

48


El narrador utiliza metáforas aptas para transmitir los sentimientos de los analistas sobre<br />

su trabajo. Por ejemplo: “De la misma manera que uno siente cuando come alimentos en<br />

mal estado, se sufre cuando realmente no puede digerir alguna información”. 39 Además,<br />

revela los motivos por los cuales los funcionarios de inteligencia mantienen el anonimato<br />

con un perfil bajo cuando señala que los operadores “solamente muestran el nivel de competencia<br />

que la situación requiere”. 40<br />

Como parte de su crecimiento personal, el narrador llega a entender que BOPE logra la<br />

justicia no a través de “aplicación de la ley”, sino a través de sus propias acciones. Cuando se<br />

convierte en un estudiante de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, confiesa<br />

al lector que por fin entiende cómo funciona la política, y cómo ha penetrado por igual<br />

en las fuerzas policiales y en la actividad criminal. 41 Una gran ironía de las actividades<br />

de BOPE surge de la historia: aun cuando su independencia conserva su condición de<br />

último bastión de servicio público libre de corrupción, la Secretaría de Seguridad Pública<br />

(novelada) a nivel estatal declara que no está en el interés de ningún jefe de la policía civil<br />

instalar o mantener una unidad de inteligencia independiente “que cause dolores de cabeza<br />

y le bloquee sus acciones”. 42<br />

Las virtudes de las operaciones de inteligencia de la policía independientes, libres de corrupción,<br />

ilustradas en este trabajo abogan por la adopción de un enfoque preventivo para<br />

lograr la seguridad en el ámbito público. El carácter distintivo de prevención que tiene<br />

la inteligencia representaría un cambio cultural de proporciones importantes, aunque sea<br />

aceptado solo a pequeña escala.<br />

4. Reflexión sobre el trabajo propio trae recompensa<br />

psicológica para el costo emocional<br />

El oficial retirado de inteligencia colombiana Jesús Emilio García Acosta relata su carrera<br />

con el ficticio Servicio de <strong>Inteligencia</strong> Nacional—SIN. 43 El SIN claramente sería el Departamento<br />

Administrativo de Seguridad de Colombia—DAS, hasta 2011 responsable de los<br />

aspectos internos y externos de la seguridad nacional, del control migratorio, y de la protección<br />

de altos funcionarios. El alter ego del autor, Ingencio Cadena, aprovecha el tiempo<br />

libre al anochecer en la academia de entrenamiento de la agencia, que alberga cadetes de<br />

las prácticas corruptas de la vida burocrática diaria, para sondear a sus pares acerca de<br />

sus planes y expectativas de carrera. Incluso en este entorno protegido, reconoce que el<br />

entrenamiento de la inteligencia imparte un tipo de lavado de cerebro: Un cadete alcanza<br />

el punto de poder reconocer y separar la conducta correcta de la incorrecta en el trabajo,<br />

pero siempre dentro del contexto institucional.<br />

Asignado a la policía de la frontera con Venezuela a comienzos de su carrera, Ingencio ad-<br />

49


mira su propia sensibilidad de inteligencia estratégica nacional (vigilando por el bienestar<br />

del Estado, y no necesariamente del actual Gobierno) y denuncia su antítesis—el comportamiento<br />

egoísta de la policía local y los colegas corruptos de largos años de servicio en el<br />

SIN. Asimismo, aprende a no confiar en los supervisores de nivel medio, cuyas deficiencias<br />

en la capacidad de gestión él considera inquietantes: “Es que la misión de inteligencia es<br />

tan delicada como pintar sobre una tela de araña el mapa de nuestra seguridad y ellos están<br />

mal preparados y actúan como si fuera un deporte”. 44<br />

Ingencio acepta oír el argumento de colegas a favor de aceptar dinero a cambio de no informar<br />

de la actividad criminal. Los colegas le instan a continuar con esta racionalización:<br />

Analiza, Ingencio que estas actividades no ponen en riesgo ni a la institución ni a<br />

uno mismo, como sí lo harían vender información clasificada o delatar informantes,<br />

o vender el legajo de compañeros. 45<br />

En Bogotá, en el ocaso de su carrera, Ingencio se enorgullece de haber resistido las tentaciones<br />

de la práctica corrupta. Él señala que sólo el 10 por ciento de los aspirantes ingresan<br />

al SIN, y sólo el 10 por ciento de los graduados de la academia sobreviven a los rigores y los<br />

desafíos de la vida profesional en una gran organización, para ganar una pensión después<br />

de 20 años de servicio. Su orgullo viene de estar entre el uno por ciento de los aspirantes<br />

que han tenido éxito como miembro de esta élite burocrática. En la “vida real”, el autor,<br />

Jesús Emilio García Acosta, dejó el servicio de inteligencia para convertirse en un erudito<br />

bíblico y teológico. En su propio libro de memorias, otro colombiano de una generación<br />

anterior refuerza la idea de que uno paga un elevado costo psicológico al estar en la red<br />

necesaria de mentiras para tener éxito como un operador de inteligencia. 46<br />

5. Imperativos de la obtención HUMINT no afectan<br />

el honorable servicio a la sociedad<br />

El libro de memorias de David Atlee Phillips, escrito para compensar una exposición prejuicioso<br />

publicada por oficiales de inteligencia descontentos, aprovecha al máximo el clima<br />

de apertura promovido a mediados de la década de 1970 por el Director de <strong>Inteligencia</strong><br />

Central (DCI) William Colby. 47 El libro de memorias relata el trabajo de inteligencia de<br />

Phillips en sorprendente detalle, desde su ingreso a la agencia en Chile en 1950, a través<br />

de diversas misiones de América Latina, hasta su último cargo como jefe de la División<br />

Hemisferio Occidental en 1975. La emoción derivada de su trabajo relativamente libre de<br />

límites se convierte en un recurrente motivo y explica por qué el autor decidió unirse y permanecer<br />

en la CIA, a pesar de los episodios de incertidumbre moral. El reclutamiento exitoso<br />

de Phillips de un agente en Chile había agudizado su apetito por más, a pesar de que<br />

50


hizo una mueca al tener que escribir y subrepticiamente insertar un horóscopo adaptado<br />

en el periódico local para finalmente convencer al joven miembro del Partido Comunista<br />

de cambiar de lado después de que argumentos lógicos habían fracasado.<br />

Para Phillips, el valor de la inteligencia producida y la iniciativa de sus practicantes siguen<br />

siendo los valores centrales para transmitir a los nuevos oficiales de inteligencia. Esa transmisión<br />

depende de la creación de memes culturales, tales como: Hay que prestar atención a<br />

los detalles y grabarlos para la síntesis y correlación posterior; y hay que cuestionar y desobedecer<br />

las instrucciones según sea necesario, una lección que él ilustra con la historia de una<br />

consulta contenciosa enviada a la sede de la CIA desde un operador de campo en el sudeste<br />

asiático para refutar una instrucción cuestionable: “¿Está la sede todavía en manos amigas?”. 48<br />

Mediante la admisión de sus propios errores y de los de la agencia, y una discusión de la<br />

cultura política de los empleados de la CIA, Phillips establece que este libro de memorias<br />

será una obra aparte de otros relatos internos. Él admite haber perdido de nuevo ante Cuba<br />

un funcionario de inteligencia quien había desertado a ese país en la Ciudad de México,<br />

gracias a una mala toma de decisiones de la custodia. Reflexionando sobre cuando el presidente<br />

Kennedy obligó a Allen Dulles a dejar su cargo de director de la CIA en 1961, Phillips<br />

señala que para él el contagioso entusiasmo de Dulles había hecho que el espionaje e incluso<br />

los trucos sucios “parecieran una buena y limpia diversión”. 49 Para Phillips, los activistas<br />

poco conservadores de la CIA, tales como E. Howard Hunt, una figura de fama asociada<br />

con el Watergate, oscurece la verdad que la mayoría de los practicantes eran sofisticados<br />

políticamente moderados.<br />

Las memorias de Phillips no son diferentes a las de un operador de la inteligencia chilena<br />

cuya actividad ficticia aparece en una novela de 2011. 50 Funcionarios de inteligencia descubren<br />

que su responsabilidad por la seguridad del Estado debe anular cualquier preocupación<br />

moral para el bienestar de aquellos – amigos o enemigos – con los que trabajan, a<br />

pesar de los daños psicológicos que tarde o temprano el oficial tendrá.<br />

6. La inteligencia competitiva / empresarial apoya<br />

la estrategia internacional de un país<br />

Adolfo Alberto Laborde Carranco, de México, relata sus experiencias formativas mientras<br />

trabajaba como “Sosha Man” para un conglomerado internacional japonés ficticio. 51 La<br />

compañía emplea, los ciudadanos de la nación anfitriona multilingües para vigilar las intenciones<br />

y los planes de socios, y para detectar oportunidades de ventajas, el equivalente<br />

comercial a las funciones de inteligencia estratégica para fines de seguridad nacional. Un<br />

Sosha Man sirve como la “punta de lanza” o “caballo de Troya” para una empresa, y como<br />

sus “ojos” en el mundo. 52 El propósito del autor es “Contribuir al estudio de, y crear, una<br />

51


cultura de inteligencia operativa auténtica para la inteligencia estratégica mexicana. 53 El<br />

objetivo colectivo japonés al promover la inteligencia empresarial competitiva, en palabras<br />

del alter ego del autor, es el siguiente: “El Gobierno japonés ha diseñado una política exterior<br />

y económica activa en donde las Sogo Sosha juegan un papel muy importante en<br />

la concreción de los intereses nipones en la región, y por ende, en México”. 54 Después de<br />

cuatro años en el papel, el protagonista finalmente se pone incómodo con su papel en el<br />

apoyo de la firma japonesa y renuncia a su cargo para ingresar a la academia.<br />

Estas las memorias de los profesionales de inteligencia en las Américas establecen las bases<br />

para el desarrollo de una visión más generalizada de cómo su cultura se refiere a la posición<br />

estratégica de la inteligencia en los gobiernos de hoy en día.<br />

Perfil de la Cultura de <strong>Inteligencia</strong> en las Américas<br />

Al menos diez países importantes de las Américas han autorizado y alentado el desarrollo de<br />

capacidades formales de “inteligencia estratégica” por parte de las agencias de inteligencia<br />

civiles nacionales. 55 Los productos estimativos de inteligencia estratégica proporcionan ideas<br />

útiles y únicas sobre los desafíos que enfrenta una nación. Fredy Rivera Vélez define la inteligencia<br />

estratégica con relación a la inteligencia estimativa, en la que ésta adopta un plazo<br />

más largo, con perspectiva más preventiva que la inteligencia estratégica sola. 56 El reconoce<br />

la cultura de inteligencia institucionalizada como el conjunto de “prácticas, creencias y comportamientos”<br />

entre los individuos que componen el sistema de inteligencia tradicional, pero<br />

también denuncia la ausencia de una teoría o doctrina correspondiente para su desarrollo y<br />

aplicación. 57 A partir de la premisa de que la doctrina de inteligencia del gobierno funciona<br />

como una teoría aplicada, el marco para el desarrollo doctrinario se basa en una definición<br />

operacional de la cultura de inteligencia y su incorporación a la práctica institucional.<br />

España ha desarrollado el concepto de cultura de inteligencia en términos operativos. El<br />

Centro Nacional de <strong>Inteligencia</strong> (CNI), un servicio de inteligencia nacional primariamente<br />

civil, a pesar de que opera dentro del Ministerio de Defensa desde su creación en 2002,<br />

ha disfrutado de una estrecha interacción con los programas de estudios de seguridad e<br />

inteligencia en algunas de las principales universidades del país. 58 La definición de cultura<br />

de inteligencia bajo estas circunstancias se ha convertido en “el conjunto de conocimientos<br />

que una sociedad debería tener sobre la necesidad, misión y funciones de un servicio de<br />

inteligencia, de manera que perciba como útiles y apropiadas las cuestiones relacionadas<br />

con su seguridad, su libertad y la defensa de sus intereses”. 59 Esta comprensión colectiva de<br />

la cultura de inteligencia, encabezada por el CNI, no tiene una larga historia, remontándose<br />

sólo a la Constitución de 1978, el documento que subyace en la transición democrática<br />

de España: “A partir de este momento se pueden rastrear los orígenes de la cultura cívica<br />

52


y la socialización política del mundo de la inteligencia”. 60 En su dedicación a que toda la<br />

sociedad tome conciencia de la cultura de inteligencia, el enfoque español tiene dos rivales<br />

menores, Rumania e Italia. 61<br />

Las referencias al fenómeno de la cultura de inteligencia se han convertido en algo común y<br />

corriente, como se ha demostrado en la literatura citada en este documento. Ausente en esta<br />

literatura, sin embargo, está un enfoque sobre los contenidos de la cultura de inteligencia—<br />

las acciones y valores de sus participantes—que han permanecido ocultos en una opaca<br />

“caja negra”. Sobre la base de una revisión de la literatura de inteligencia, incluyendo las<br />

memorias de practicantes, el presente autor afirma que la cultura de inteligencia funciona<br />

en cuatro escalas o niveles operacionales: individuo, agencia, poder ejecutivo, y la sociedad.<br />

Tabla I<br />

Escala<br />

Individuo<br />

Agencia<br />

Poder<br />

Ejecutivo<br />

Sociedad<br />

Contenidos de la “Caja Negra”- Acciones y valores características<br />

del fenómeno cultura de inteligencia<br />

Un operador de inteligencia “culto” puede trabajar de forma productiva con<br />

una fuente en cualquier nivel de la sociedad; un analista de inteligencia<br />

respeta lo “desconocido” y se esfuerza por entenderlo como medio de crecimiento<br />

personal.<br />

Secreto, autonomía (honestidad intelectual), orientación a la misión, capacitación<br />

de nuevos empleados; para los analistas: desarrollo doctrinario, las<br />

relaciones formales e informales desarrolladas con pares de otros países;<br />

perspectiva conservadora tomada para evitar la sorpresa; para el personal<br />

de operaciones: un ethos de manipulación al exogrupo, compartimentación<br />

de información con respecto al endogrupo, pragmatismo, y el tribalismo.<br />

La cultura de inteligencia se basa en las estrechas y productivas relaciones<br />

laborales entre los ministerios que participan en un sistema o comunidad<br />

de inteligencia; decretos ejecutivos sobre inteligencia; encarnación de los<br />

intereses nacionales a largo plazo; subordinación de todas las unidades<br />

de inteligencia a los objetivos nacionales; elaboración de cultura de inteligencia<br />

mediante revistas, instituciones gubernamentales de educación y<br />

universidades.<br />

Constitución y leyes de inteligencia; estructura gubernamental para rendición<br />

de cuentas (de individuos, agencias o ministerios); elaboración de<br />

cultura de inteligencia mediante revistas y educación especializadas; tendencias<br />

culturales nacionales que se manifiestan en el comportamiento de<br />

funcionarios de los servicios de inteligencia; voluntad política hacia anticipación<br />

y prevención de acciones en el interior, atención al tema en los<br />

medios de comunicación; empresas privadas que adoptan inteligencia para<br />

multiplicar opciones de crecimiento con respecto a otras empresas del<br />

mismo campo vía una competencia inteligente<br />

Fuente: Elaborada por el autor de la observación y la experiencia, y de diversas fuentes<br />

citadas en este trabajo.<br />

53


Un individuo manifiesta la cultura de la inteligencia al mantener la curiosidad y el respeto<br />

por lo desconocido a lo largo de toda la vida, y al convertirse en una persona más “culta”.<br />

El secreto prevalece sobre todo a nivel de agencia, junto con una tendencia a impedir el<br />

acceso a la información, incluso de las agencias afines dentro de un sistema o comunidad<br />

de inteligencia. 62 Las leyes de información pública del Estado a veces no pueden influir en<br />

la toma de decisiones para los oficiales responsables de decidir si se debe divulgar información<br />

potencialmente sensible. La preferencia cultural que prevalece es retener la entrega de<br />

documentos para proteger la “seguridad nacional”. 63 Los miembros de inteligencia reciben<br />

capacitación (adoctrinamiento) para aprender cómo llevar a cabo los requisitos básicos<br />

de su trabajo. Sin embargo, a la medida que los individuos y las agencias desarrollan nuevos<br />

procedimientos y enfoques de inteligencia, la educación autodirigida (socialización) se<br />

convierte en el medio predominante de desarrollo profesional, y de pasar las preferencias<br />

culturales a las nuevas generaciones. 64 A nivel ejecutivo, la promoción de una cultura de<br />

la inteligencia depende de 1) iniciativas específicas del poder ejecutivo; 2) instituciones<br />

académicas que pueden o no pueden ser financiadas por el Estado, con la oferta de cursos<br />

influenciados, o no, por las autoridades gubernamentales; y 3) empresas privadas cuyos<br />

ejecutivos deciden si se debe emplear la inteligencia competitiva para mejorar la rentabilidad,<br />

especialmente a expensas de sus competidores directos. A nivel social, existen leyes<br />

y disposiciones para la supervisión de inteligencia como expresiones de preocupación de<br />

funcionarios por la cultura de inteligencia para contrarrestar la indiferencia que los ciudadanos<br />

tienen hacia los asuntos de seguridad nacional. 65<br />

Un aspecto irónico de la cultura de inteligencia es que cuando la acción legislativa en nombre<br />

de la sociedad pone en marcha una ley de inteligencia, los profesionales y los organismos<br />

sienten más libertad para tomar acciones decisivas en el lado operativo, hasta el<br />

límite de las opciones aprobadas por autorización legislativa específica. 66 Este ejemplo de<br />

la compleja relación entre la actividad de inteligencia y el interés del público en cuanto a<br />

cómo actúa en su nombre, presenta el tema de la conciencia pública sobre cuestiones como<br />

objeto de la próxima sección.<br />

Operacionalización Estratégica del Concepto de Cultura de <strong>Inteligencia</strong><br />

Cuando se considera que los consumidores finales o beneficiarios de inteligencia estratégica<br />

son todo el país y su pueblo, y que el propósito es protegerlos de los peligros internos<br />

y externos, entonces, las perspectivas, comportamientos y valores que conectan el trabajo<br />

de los profesionales de inteligencia con los ciudadanos del país y su comprensión y respeto<br />

por la cultura, tienen una importancia estratégica. Las características de una cultura de inteligencia<br />

introducidas en la Tabla 1 nos permiten rastrear las acciones y valores asociados<br />

54


a la cultura de inteligencia de cualquier país desde la escala de los profesionales individuales<br />

hasta el nivel de la sociedad en general. Esta sección destaca algunos avances ejemplares<br />

en las Américas que promueven la conciencia pública de la cultura de inteligencia.<br />

Los acontecimientos recientes en varios países han aumentado la conciencia pública sobre<br />

las cuestiones de inteligencia. El principal de ellos es la elaboración de una nueva legislación<br />

relacionada con la inteligencia o la revisión de las leyes existentes. Desde el año 2004, esto<br />

ha ocurrido en Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú y Estados<br />

Unidos. Informes de periódicos y debates públicos relacionados con éstos ciertamente<br />

han elevado el perfil de los temas de inteligencia, aunque aún hay poca información disponible<br />

acerca de las perspectivas, comportamientos y valores de los profesionales. La publicación<br />

de las memorias adicionales por parte de los operadores y analistas de inteligencia<br />

actuales o retirados ayudaría a remediar esa deficiencia. En tanto y en cuanto el concepto de<br />

“seguridad nacional” se mantenga distante de la experiencia y del interés de los ciudadanos,<br />

algunas de esas memorias tendrán que popularizarse a través del cine o la televisión para<br />

elevar la conciencia pública sobre la cultura de inteligencia a niveles “procesables”.<br />

En Ecuador, por ejemplo, una reforma de las instituciones de seguridad ha puesto en marcha<br />

un vehículo legal para la participación ciudadana en asuntos de inteligencia—La Ley<br />

de Seguridad Pública y del Estado de 2009. Su artículo 45 establece el derecho a la participación<br />

individual y colectiva de los ciudadanos en los ámbitos políticos de la planificación,<br />

evaluación y control en relación con el Sistema de Seguridad Pública. 67 Sin embargo,<br />

debido a que los procedimientos específicos para la participación ciudadana directa en la<br />

formulación de políticas públicas de inteligencia permanecen indefinidos, y debido a que<br />

el espíritu de inteligencia—de la acción preventiva—aún tiene que penetrar esta y otras<br />

sociedades, el foco de interés público ha sido que los ciudadanos tengan acceso a las bases<br />

de datos mantenidas por el gobierno para descubrir lo que ya ha sido obtenido y archivado<br />

por los servicios de seguridad. 68 Activistas ciudadanos, ya sea en espacios analógicos o<br />

espacios públicos digitales, pueden mirar a cualquiera de los cuatro niveles de la cultura de<br />

inteligencia para encontrar oportunidades para intervenir directamente en la actividad de<br />

la seguridad pública llevada a cabo por las instituciones nacionales.<br />

También bloqueando el camino de un florecimiento inminente de la conciencia cultural de<br />

inteligencia a nivel social es el gran peso de la tradición en el pensamiento sobre la defensa<br />

y la seguridad. Dos observadores ecuatorianos comentan el papel de la inercia en posponer<br />

el debate público sobre el papel de la inteligencia en una sociedad:<br />

Asociado con este fenómeno también encontramos el rol que cumplen los partidos<br />

políticos y los movimientos sociales que, al hablar de una cultura política tradicional,<br />

les impide mirar a los asuntos de <strong>Inteligencia</strong> o seguridad como parte integrante<br />

de las políticas públicas del Estado; [resultado de] … la naturaleza dispersa<br />

55


y la falta de organización por parte de la sociedad civil de colectivos organizados<br />

de la sociedad civil que no incluye los temas de <strong>Inteligencia</strong>, defensa y seguridad<br />

nacional como componentes de sus agendas o repertorios políticos. 69<br />

Las perspectivas, comportamientos y valores de los profesionales de inteligencia, tal como<br />

se expresa en las memorias y memorias noveladas, se revisaron brevemente antes en este<br />

escrito y se agruparon en seis memes culturales (los títulos dados a cada uno de los apartados).<br />

Algunos aspectos de cada meme ya se han incorporado a la creciente conciencia<br />

pública de la cultura de inteligencia en toda la región:<br />

<br />

<br />

Documentos de Wikileaks y otras revelaciones no autorizadas de información<br />

de inteligencia han acelerado la conciencia cultural de inteligencia centrada<br />

en los datos. 70<br />

<br />

Leyes públicas han ampliado el acceso público a los documentos y registros del<br />

gobierno en muchos países de la región. 71<br />

<br />

<br />

Las agencias policiales se centran en la seguridad interna e interactúan<br />

rutinariamente con el público.<br />

<br />

<br />

Ver Tabla 2 para una selección de revistas de inteligencia, que permiten a los<br />

autores explorar y compartir directamente con el público los desafíos de la<br />

labor de inteligencia.<br />

<br />

<br />

Los mejores agentes de inteligencia humana emplean el engaño todos los días<br />

en las relaciones humanas, a veces con su vida en juego, incluso, en tanto y en<br />

cuanto sigan estando incómodos con ese estilo de vida, van a reintegrarse con<br />

éxito a la sociedad normal.<br />

<br />

<br />

Un programa de la Universidad de Rey Juan Carlos de España se une a la<br />

academia con el centro nacional de inteligencia de ese país (CNI) para crear<br />

una “cultura de la inteligencia económica” a través de la explotación de los<br />

56


esultados publicados de la investigación científica financiada públicamente. Estos<br />

resultados, a su vez, guían el desarrollo de políticas y estrategias que minimizan<br />

los riesgos reales y potenciales para, y optimizan y refuerzan la cooperación entre,<br />

empresas públicas y privadas. 72 Esta iniciativa sirve como modelo para la participación<br />

del público (contribuyentes) en el desarrollo de programas de inteligencia<br />

económica que podrían ser adaptados para las Américas.<br />

Tabla II<br />

Selectas Revistas de inteligencia No Clasificadas, por País y Fecha de la primera edición<br />

Argentina<br />

Brasil<br />

Chile<br />

Colombia<br />

Ecuador<br />

Estados<br />

Unidos<br />

Perú<br />

Revista de la Escuela Nacional de <strong>Inteligencia</strong><br />

Revista Brasileira de Inteligência<br />

Aainteligencia<br />

Aquimindia (agencia civil de inteligencia-suspendida)<br />

Revista Virtual “Josué” (inteligencia militar)<br />

Boletín Democracia, Seguridad, y Defensa*<br />

Studies in Intelligence (Central Intelligence Agency)<br />

International Journal of Intelligence and<br />

CounterIntelligence (sector privado)<br />

Defense Intelligence Journal (ahora suspendida)<br />

Inteligenci@ Revista de Seguridad y Prospectiva<br />

2003<br />

2005<br />

2007<br />

2006<br />

2008<br />

2003<br />

1955<br />

1986<br />

1992<br />

2010<br />

Fuente : Elaboración por el autor.<br />

* Se presentan artículos de inteligencia en cada edición, aunque el Boletín no está dedicado a la inteligencia.<br />

El valor máximo de la comprensión y de la aceptación de una sociedad a la cultura de<br />

inteligencia reside en una transformación de percepción desde la antigua “inteligencia<br />

de seguridad nacional” hasta la construcción de una nueva imagen de “inteligencia de<br />

seguridad pública”. Con garantías vigentes y funcionando con éxito 73 ante violaciones a<br />

los derechos humanos por parte de inteligencia, esta transformación ya ha comenzado.<br />

Las agencias de los servicios de inteligencia también deben transformarse tomando medidas<br />

para garantizar una mayor transparencia pública en sus acciones, para incluir que<br />

sus miembros sean responsables individualmente por sus acciones. Como ha señalado un<br />

jubilado de la CIA, que dicha agencia no revelara, ni siquiera un breve resumen, del informe<br />

del Inspector General sobre el desempeño interno de los funcionarios antes de los<br />

sorpresivos ataques del 9/11, no constituye un buen ejemplo. 74 El señala que las personas<br />

identificadas en el informe como responsables del trabajo insatisfactorio en ese momento<br />

57


podrían y deberían haber sido declarados responsables de una manera que no incida en la<br />

moral de otros empleados de la agencia.<br />

Por último, como conclusión, los profesionales de inteligencia tienen la oportunidad de<br />

encontrar y desarrollar relaciones útiles entre su cultura y la de los analistas de políticas<br />

públicas para impulsar la misión de llegar a los sectores de la sociedad con los que están<br />

poco familiarizados. Productores de inteligencia se enorgullecen de hacer uso de su conocimiento<br />

tácito único, desarrollado a través de la experiencia analítica y operaciones de<br />

campo, para aumentar su valor para la toma de decisiones del gobierno. Pero sigue siendo<br />

una oportunidad para ellos colaborar con el mundo “exterior” de especialistas en políticas<br />

públicas orientadas académicamente, cuyo propio análisis de los asuntos públicos y cuya<br />

relación con los responsables políticos representa más estrechamente y fielmente los intereses<br />

de una amplia variedad de subdivisiones sociales y económicas de la sociedad. 75<br />

PANORAMA<br />

La obtención ilimitada de información recogida de datos de comunicaciones personales ha<br />

empañado la imagen de la vigilancia técnica generaliza específica, previamente vista como<br />

necesaria para el desarrollo de bases de datos preventivas para la seguridad pública. Las iniciativas<br />

legislativas para reducir dicha obtención de datos reflejan el poder de la conciencia<br />

social para influir en la cultura de inteligencia. Futuras memorias y memorias noveladas<br />

de funcionarios abordarán el efecto operacional de dicha legislación. A medida que sabemos<br />

más sobre la cultura de inteligencia, el siguiente paso lógico en la conformación del<br />

discurso público será para los que tienen acceso a los datos necesarios para explorar los<br />

resultados de experimentos naturales con respecto a las leyes de inteligencia, la educación<br />

de inteligencia, y el desarrollo de la cultura de inteligencia. 76<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo son<br />

las del autor y no representan las del gobierno de Estados Unidos o sus agencias.<br />

58


Understanding Intelligence<br />

Culture in the Americas and<br />

Its Strategic Utility in National<br />

Security<br />

Russell G. Swenson<br />

INTRODUCTION<br />

Building a strategy for ensuring public security calls for the development and spread of<br />

a widely accepted, democratic foundation for anticipating and preventing deadly attacks<br />

that target the people and institutions of each country of the hemisphere. That foundation<br />

already exists, but remains poorly understood and therefore underutilized. The foundation<br />

in question does have a label: “intelligence culture.”<br />

When intelligence culture becomes known to or acknowledged by the public, the values of<br />

anticipation and prevention can be injected more readily into discussions of public security<br />

and internal defense. As the principles of anticipation and prevention seep into public<br />

consciousness, an expansive culture of intelligence can begin to translate into a strategy to<br />

counter an opponent’s own strategy of inflicting damage through the constant threat or<br />

reality of internal assault, whether through terrorism, organized crime, or another means.<br />

Following its own experience with terror attacks in the Madrid train bombings of 2004,<br />

Spain has adopted a policy of explicitly expanding the anticipatory and preventive culture<br />

of its government intelligence apparatus across key sectors of the society. 77 Already, financial<br />

intelligence units in many countries target organized crime activity, and illustrate the<br />

value of anticipation and prevention. 78<br />

This essay recognizes the beginnings of society-wide consciousness of intelligence culture<br />

in the Americas, and explains how key aspects of that culture can expand, through public<br />

and political discourse, beyond its home in intelligence agencies.<br />

59


Development of the Intelligence Culture Concept<br />

Intelligence literature in the Western world reflects an ongoing interest in the sociological<br />

environment and behavioral characteristics of national intelligence services and their<br />

employees. Often, this interest manifests itself in work that attempts to define and explore<br />

“intelligence culture.” An essay by Ecuadorian observers summarizes the trajectory of this<br />

literature and calls for additional exploration of the internal dynamics of government intelligence<br />

activity:<br />

An increasingly frequent suggestion is that academic papers incorporate<br />

information models of intelligence based on cultural and anthropological<br />

studies of the communities that make up the various intelligence systems.<br />

This idea arises from the fact that various results appear even when similar<br />

procedures are applied in a study of intelligence organizations. These<br />

variable results stem from the diverse personnel that make up intelligence<br />

services and that therefore have different symbols, languages and cultural<br />

practices with respect to secrets, efficiency, prevention, risk, loyalty and<br />

what is held sacred. This anthropological and psychological approach, although<br />

it is being seen as more necessary than ever in studies of intelligence,<br />

still does not appear regularly in published studies. Probably the<br />

reason for that is that it may seem to increase the vulnerability of the intelligence<br />

communities under examination. However, establishing an internal<br />

social logic and identifying a culture of intelligence could be very useful for<br />

the services themselves, in the end allowing them to achieve better intelligence<br />

management result. 79<br />

Several authors have addressed intelligence in the context of national “strategic cultures,”<br />

but their analysis omits any consideration of the realm of intelligence culture itself. 80 Others,<br />

in attempting to fathom and outline the makeup of an intelligence culture, have identified<br />

national orientations and tendencies that may affect the work of intelligence agencies<br />

in a particular country or empire. 81 In addition, one author has examined the question of<br />

how fundamental elements of a particular intelligence culture might affect the integrity of<br />

estimative intelligence products: Philip Davies used conditions suitable for a natural experiment<br />

to test the effects of cultural variables in the United States and the United Kingdom,<br />

where “experimental” factors such as available information and national security interests<br />

are strikingly similar. 82<br />

Still others have peered inside intelligence agencies and identified the expression of outlook,<br />

behaviors, and values that make intelligence culture a recognizable, independent<br />

60


variable contributing to the efficacy and efficiency of particular intelligence services. 83 In<br />

this literature, Charles Cogan spells out two key characteristics of intelligence operators:<br />

their compulsion to manipulate others and an unrelenting pragmatism. The anonymous<br />

author of the essay on intelligence analyst culture, in contrast, finds that intellectual honesty,<br />

expressed through skepticism, persuasive oral and written communications skills,<br />

and bureaucratic resilience are essential to one’s being comfortable in this culture. Cogan<br />

observes that although intelligence operators and analysts may continue to have disdain<br />

for each other’s work, “each is the other’s strength.” 84 This means that the coherence of<br />

these two cultures within any intelligence organization or community obeys the principle<br />

of communicating vessels (vases communicants): as identifiably different parts of a corporate<br />

structure, operators and analysts obtain success or failure together, not separately.<br />

Also from this group of authors, Alberto Bolivar finds that Peru’s intelligence services, instead<br />

of developing their own work-related culture in the 1980s, were too porous and open<br />

to being influenced by the easy informality of “chicha” culture in the larger society—in<br />

what may be viewed as a negation of the conservative tone that typifies agency intelligence<br />

culture. 85 In general terms, intelligence practitioner conservatism stems from adopting<br />

a preventive mindset to prevent failure. Personally reflecting that conservative ethos as a<br />

former member of Peru’s intelligence services, Bolivar suggests that the absence of a “threat<br />

focus” contributed to the services’ failure to alert political leaders to the powerful influence<br />

of subversive groups. The equally insightful, insider perspective of Juan Manuel Reyes-<br />

Alonso, who defected from Cuba to the U.S. in 2000 after spending years in the intelligence<br />

service of the Interior Ministry, suggests that Fidel Castro’s direct and detailed management<br />

of Cuban intelligence created an efficiency-oriented national intelligence culture, a product<br />

of fusing his goals with those of the agencies and their functionaries. This pervasive<br />

intelligence culture extended across political and economic sectors: “In contrast to other<br />

services in other countries, the DGI (General Directorate of Intelligence) has a physical<br />

presence in all of the important branches of the economy and the political life of Cubans.” 86<br />

Another former Cuban intelligence official, Juan Antonio Rodríguez Menier, explains that<br />

HUMINT officials indoctrinated in this culture acted with the passion of priests in their<br />

interactions with source-agents. 87 His experience in Interior Ministry intelligence expands<br />

our insight into Cuban intelligence culture—where intelligence officials would “speak truth<br />

to power,” when—as was common—they spoke directly with Fidel:<br />

Security intelligence officials often lie about they are really thinking, but<br />

they always speak the truth to Fidel about the situation of the country,<br />

even when the information is very negative. They are aware that if Fidel<br />

commits an error because of bad information they give him, they will pay<br />

a high price. 88<br />

61


These insider accounts begin to outline a scheme for identifying salient elements of a national<br />

intelligence culture. Enough behavior and attitudinal similarities appear to exist<br />

among the operational and analytical personnel of the hemisphere’s intelligence services<br />

to warrant the continued production of case studies of intelligence culture and its potential<br />

value for improving the strategic capabilities of particular countries.<br />

The most explicit treatment of intelligence culture as a substantial phenomenon comes from<br />

a Romanian author, Irena Dumitru. 89 Her vision extends beyond that of other authors in<br />

outlining not how a society’s predilections influence its intelligence services, but in explaining<br />

how public perceptions of the function can be deliberately changed by concerted government<br />

involvement. The Romanian government expects that the society will be better<br />

prepared to cope with threats if citizens understand why intelligence services need to be<br />

operationally efficient, despite the inevitability of intelligence errors and intelligence failures.<br />

90 Cold War Romanian intelligence services gained prominence as perceived leaders of<br />

a repressive state apparatus. By making the old (SRI) intelligence service’s archives available<br />

to the public, creating an institution of higher education—the National Intelligence Academy—,<br />

and publishing a professional journal—the Romanian Intelligence Studies Review—<br />

the government has moved to remake the perception of intelligence culture. Dumitru sees<br />

intelligence culture as a framework in a “black box”—populated by a set of practitioner and<br />

citizen attitudes and behaviors toward this government function—and acting as a bridge between<br />

a coalition of Romanian academia, the country’s intelligence community, and private<br />

business enterprises, on one side, to “consumers” on the other side, who include decision<br />

makers, mass communications media, and the country’s citizens. 91 However, she does not<br />

fill in or define the intelligence culture—the outlook, behaviors, and values of practitioners of<br />

intelligence—inside the black box.<br />

Building on the literature examined above, the present essay will now begin to explain how<br />

the spirit and contents of an intelligence culture, as developed and experienced by practitioners,<br />

may de defined, communicated, and made part of the consciousness of the larger<br />

societies of which they are part.<br />

A Definition of Intelligence Culture<br />

Although ethnographers, fine arts aficionados, and public administration scholars may<br />

hold distinctive views of “culture” as a term describing the outlook, behaviors and values<br />

of different human groups, their use of the term corresponds with one or more of three<br />

definitions found in the Dictionary of the Royal Academy of the Spanish Language:<br />

Cultura —<br />

1. f. Cultivo [crecimiento, en sentido biológico o medicinal]. (growth, in a<br />

biological or medicinal sense)<br />

62


2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su<br />

juicio crítico. (a collection of knowledge that allows one to develop critical judgment)<br />

3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, [creencias,] conocimientos y grado<br />

de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. 92<br />

(the set of lifestyles, customs, beliefs, knowledge, and level of artistic, scientific,<br />

or industrial development of a time period, social group, etc.)<br />

Individuals become “acculturated” to a group, starting from birth, as they acquire or absorb<br />

acceptable beliefs and behaviors. This early experience equates to training. As they<br />

mature, the same individuals (unless conscripted) elect to acquire and absorb the culture<br />

of a workplace or other social grouping. This step equates to adult education, because the<br />

individual initiates the interaction and determines his or her own degree of buy-in (aceptar<br />

y confiar en) to the culture. 93 Education brings personal growth to members of the intelligence<br />

culture, reflecting the biological aspect of the definition of “culture.”<br />

In popular and academic discourse, outsiders highlight and criticize the “culture of secrecy”<br />

in government intelligence that keeps some information from being disclosed despite<br />

the existence of open-information laws. 94 However, a legitimate culture encompasses<br />

more than one stereotypical characteristic—more than merely a predilection for secrecy.<br />

A viable culture exists when distinctive and long-lasting traits—to include outlook, behaviors,<br />

and values—remain recognizable and endure from one generation of employees to the<br />

next. A constantly changing, specialized vocabulary reinforces an individual’s identification<br />

with other members of the intelligence culture.<br />

Any citizen can gain access to intelligence culture by making contact with its members.<br />

That contact can be especially convenient and revealing when intelligence practitioners<br />

dare to reflect on their work experiences in published memoirs or fictionalized memoirs.<br />

Discovering and Propagating the Quintessential Elements<br />

of Intelligence Culture in the Americas (Elementos prototípicos)<br />

As we have seen, academicians—to include former intelligence officers—have attempted<br />

in various ways to bring about an understanding of the social and psychological aspects of<br />

intelligence service work. The secrecy held dear by active practitioners of government intelligence<br />

often prevents them from communicating an account of their daily experiences to<br />

the public. Peer pressure, even among those retired from government intelligence service,<br />

increases the reluctance of current and former practitioners’ to describe and explain their<br />

behind-the-scenes role in ensuring public safety, increasing business success with competitive<br />

intelligence, or protecting national security at an international scale.<br />

Nonetheless, some former practitioners have produced memoirs or fictionalized memoirs<br />

63


that present an apparently authentic interpretation of their work as government or privatesector<br />

intelligence employees. Beyond giving readers a behind-the-scenes glimpse of intelligence<br />

workplace challenges and opportunities, their published work translates the defining<br />

elements from their earlier, secretive life into socially meaningful principles for public<br />

consumption. Their memoirs offer an interpretation of their life within the culture of intelligence<br />

in a way that promotes “intelligence socialization” among the public at large. Each of<br />

the six following sections highlights a principle that readers may infer from an examination<br />

of particular memoirs.<br />

1. Operational successes bring public legitimacy<br />

to government intelligence<br />

Colombian intelligence has spearheaded notable operational successes against subversive<br />

groups and hostage takers. 95 One first-person account of Operation Jaque from a Colombian<br />

colonel who oversaw the operation holds the promise of useful revelations about the<br />

intelligence activity surrounding the operation, but in typical fashion provides only sparse<br />

details. 96 In contrast, the Colombian journalist, German Castro Caycedo, has reconstructed<br />

in detail the experiences of 24 Colombian national police and police intelligence officials<br />

in tracking and finally capturing four drug trafficking kingpins. 97 The story of each pursuit<br />

is told in the voice of undercover police intelligence agents, analysts, and their supervisors.<br />

The reader cannot avoid empathizing with the bulldog determination of isolated<br />

field personnel who have limited knowledge of the mission’s status and who face trying<br />

circumstances.<br />

Despite repeated failures to capture a target, officials refrain from harsh interrogation of<br />

informants because “It’s not good to demand that people collaborate with us, because it<br />

affects both security and the quality of information.” 98 The frustration at not being able<br />

to capture a target even after several tries also brings on greater camaraderie among field<br />

personnel, not least because any alternative to teamwork brings stagnation. Even a field<br />

analyst who prefers to work alone has to admit the advantages of a team approach:<br />

… the chief came to get me oriented and sent Carlos, another analyst, to<br />

work with me. It should work out; he has a lot of experience. It’s just that<br />

… intelligence work cannot withstand losing the value of individual egoism<br />

even though there are times when one must accept that, up to a point,<br />

working alone has its limits because one grows stagnant and is not looking<br />

ahead at what’s coming up. 99<br />

Supervisors found that as professional relationships became personal ones, that familiarity<br />

prompted questions, doubts, and suggestions from anyone, of any rank. 100 One intelli-<br />

64


gence analyst intimated why intelligence personnel develop trust in one another when she<br />

confided to the Castro Cayedo that a single intelligence operator in the field produced a<br />

greater quantity of accurate data about a target than the dozen informants used during the<br />

entire mission. 101 The narrative makes clear that a solid initial problem definition shaped<br />

intelligence and operational planning for the eventually successful campaign against these<br />

four hard targets.<br />

The insights into intelligence practitioner psychology and behavior from this book have the<br />

potential to educate citizens about the personal dedication and perseverance behind the<br />

otherwise anonymous actions that underlie successful intelligence operations.<br />

2. Corruption among public servants lamented by practitioners<br />

In his third book about Mexico’s ongoing contest with organized crime networks, ex-police<br />

operative Tomas Borges argues for a free-wheeling, intelligence-based counteroffensive to<br />

level an uneven playing field. 102 The first one-third of the book documents the professional<br />

development of an intelligence official as he learns about the clandestine reach of Mexico’s<br />

national civilian intelligence service (CISEN), but it also foreshadows the disillusionment of<br />

his later field experiences whereby “[i]ntelligence dispenses medicine to the sick man called<br />

Mexico, not to cure him, but to prolong the agony for the sake of various interests.” 103 After<br />

he joins the Policía Federal Preventiva (PFP) and moves on to field assignments, he offers<br />

unprecedented visibility, despite his disenchantment, into the uneasy relationship between<br />

working-level, intelligence-oriented police officers and the short chain of supervisors headed<br />

by well-known national security officials. His inquisitive memoir draws on a personal<br />

diary covering 1997 through 2008, but he refrains from deep reflection on his work. 104<br />

In his view, the PFP did coordinate field surveillance activities successfully against Basque<br />

separatist (ETA) expatriates in Mexico in the late 1990s—an achievement he attributes to<br />

the esprit de corps encouraged by nearly limitless counterterrorism budgets supported by<br />

the United States, coupled with accountability not just for efficient operations but for results.<br />

However, he criticizes the Fox administration’s abandonment of this successful intelligence<br />

focus in 2000, as it moved away from prevention to a more reactive approach to internal<br />

counterinsurgency and narcotics trafficking. 105 He expresses his anguish metaphorically:<br />

“Government security employees are like fish in an overflowing stream—easy pickings for<br />

fishermen [politicians and criminals].” 106 In a parting shot, he appeals to Mexican bureaucrats,<br />

low-level ones in particular, to resist being co-opted by a system in which “a king<br />

without pawns, just as in a game of chess, cannot win,” and to intelligence managers, “who<br />

should emphasize the use of human intelligence, as the Cubans do, over the technical intelligence<br />

approach of the United States,” to avoid becoming dependent on less adaptive<br />

technical intelligence. 107<br />

65


Borges’ disclosure of the costs of devaluing preventive intelligence work in Mexico is intended<br />

to improve the public image and self-image of intelligence services. His voice, once joined<br />

by similar accounts from other countries, can build public trust that an intelligence officer’s<br />

motivation for engaging in public service in any society can approach the Weberian ideal.<br />

3. Actions by Intelligence units in police institutions<br />

legitimize a preventive philosophy for society<br />

Two former members of the state of Rio de Janeiro’s Batalhão de Operações Policiais Especiais<br />

(BOPE) drew on their work experiences for a book written in collaboration with a<br />

political scientist who had been Brazil’s National Secretary of Public Safety. 108 The story<br />

unfolds in two formats: the first half of the book a reflective “war diary” narrated by one of<br />

the BOPE officers, the second half a series of film script scenes depicting nefarious scheming<br />

for advantage among corrupt state security forces. With some alterations in plot, the first<br />

became the film Tropa de Elite (2007) and the second Tropa de Elite 2 (2010), both of them<br />

wildly popular and critically acclaimed in Brazil and beyond. 109<br />

The first half of the inventive narrative documents BOPE esprit de corps and rationalizes<br />

its harsh field operations through interior dialog. In the epilog, the narrator reflects on his<br />

loyalty to BOPE: “I am as much a part of the police as the police is a part of me. … The result<br />

is a kind of tattoo engraved on the body and stuck to the soul. There’s no washing it away.<br />

Just as the guilt can’t be washed away, or the pride erased.” 110<br />

The narrator uses apt metaphors to convey the sentiments analysts feel about their work.<br />

For example, “The same way you feel when you eat spoiled food, you suffer when you don’t<br />

really digest a piece of information.” 111 Further, he reveals why intelligence officials maintain<br />

anonymity with a low profile when he notes that operators “only display the level of<br />

competency the situation demands.” 112<br />

As part of his personal growth, the narrator comes to understand that BOPE achieves justice<br />

not through “law enforcement” but through its own actions. When he becomes a student<br />

at the Pontifícia Universidade Católica of Rio de Janeiro, he confides to the reader that he<br />

finally understands how politics works, and how it has penetrated equally into the police<br />

forces and into criminal activity. 113 A grand irony of BOPE activities emerges from the<br />

story: even as its independence preserves its status as a last bastion of corruption-free public<br />

service, the (fictionalized) state-level Secretary of Public Security declares that it is not in<br />

the interest of any civilian police chief to install or maintain an independent intelligence unit<br />

“that causes him headaches and blocks his actions.” 114<br />

The virtues of independent, corruption-free police intelligence operations illustrated in this<br />

work argue for the adoption of a preventive approach to achieving security in the public<br />

sphere. The preventive dictum of intelligence would represent a cultural shift of major proportions,<br />

even if embraced on only a small scale.<br />

66


4. Thoughtful reflection on one’s work brings psychological<br />

compensation to offset its emotional cost<br />

Retired Colombian intelligence officer Jesus Emilio Garcia Acosta chronicles his career with the<br />

fictional National Intelligence Service-SIN. 115 SIN stands in for Colombia’s civilian Administrative<br />

Department of Security-DAS, until 2011 broadly responsible for internal and external<br />

aspects of national security, immigration control, and the protection of senior officials. The author’s<br />

alter ego, Ingencio Cadena, takes advantage of late-night free time at the agency’s training<br />

academy, which shelters cadets from the corrupt practices of everyday bureaucratic life, to sound<br />

out his peers about their career plans and expectations. Even in this protected environment, he<br />

recognizes that intelligence training imparts a type of brainwashing: A cadet reaches the point of<br />

separating right from wrong work behavior, but always within the institutional context.<br />

Assigned to police the border with Venezuela early in his career, Ingencio admires his own<br />

national, strategic intelligence sensibility (looking out for the welfare of the state, rather than<br />

the current government in power) and denounces its antithesis—the self-serving behavior<br />

of local police and corrupt, long-serving SIN colleagues. He also learns not to trust midlevel<br />

supervisors, whose poor management skills he finds disturbing: “It’s just that the intelligence<br />

mission is so sensitive that it’s like painting a map of our security on a spider’s web,<br />

and here they are so unprepared and acting like it’s only a sport.” 116<br />

To fit in with colleagues, Ingencio agrees to hear the argument for accepting money in exchange<br />

for not reporting criminal activity. Colleagues urge him on with this rationalization:<br />

Just think of it this way, Ingencio—doing it doesn’t put you or the institution<br />

at risk, because it’s not like selling classified information, or revealing informants,<br />

or selling background information about your colleagues. 117<br />

In Bogota, in the twilight of his career, Ingencio takes pride in having withstood the temptations<br />

of corrupt practice. He notes that only 10 percent of applicants make the SIN’s roster,<br />

and only 10 percent of academy graduates survive the rigors and challenges of professional<br />

life in a large organization to earn a pension after 20 years of service. His pride comes from<br />

being among the one percent of applicants who have succeeded as a member of this bureaucratic<br />

elite. In “real life,” the author, Jesús Emilio García Acosta, left intelligence service to<br />

become a Biblical and theological scholar. In his own memoir, another Colombian from an<br />

earlier generation reinforces that idea that one pays a high psychological cost in weaving the<br />

necessary web of lies to succeed as an intelligence operator. 118<br />

5. HUMINT collection imperatives do not undermine<br />

honorable service to society<br />

David Atlee Phillips’ memoir, written to offset a prejudiced exposé published by disgruntled<br />

67


intelligence officers, takes full advantage of the climate of openness promoted in the mid-<br />

1970s by Director of Central Intelligence (DCI) William Colby. 119 The memoir chronicles<br />

Phillips’ intelligence work in surprising detail, from his 1950 recruitment into the agency in<br />

Chile, through various Latin American assignments, to his last position as Chief, Western<br />

Hemisphere Division in 1975. The excitement of relatively freewheeling government service<br />

becomes a recurring motif and explains the author’s joining and remaining in CIA, despite<br />

episodes of moral uncertainty. Phillips’ successful recruitment of an agent in Chile whetted<br />

his appetite for more, even though he winced at having to write and surreptitiously insert a<br />

tailored horoscope in the local paper to finally convince the young Communist Party member<br />

to switch sides after logical arguments had failed.<br />

To Phillips, the value of intelligence produced and the initiative of its practitioners remain central<br />

values to pass on to new intelligence officers. That transmission depends on the creation of<br />

cultural memes, such as: One must pay attention to details and record them for later synthesis<br />

and correlation; and one must ask questions and disobey instructions as needed, a lesson he illustrates<br />

with the story of a contentious query sent to CIA headquarters from a field operator in<br />

Southeast Asia to contest a questionable instruction: “Is headquarters still in friendly hands?” 120<br />

Phillips’ admission of his own errors and those of the agency, and a discussion of CIA employees’<br />

political culture, set this memoir apart from other insider accounts. He admits losing<br />

back to Cuba a defecting intelligence official in Mexico City thanks to poor custodial decision<br />

making. Reflecting on when President Kennedy forced Allen Dulles out as Director of<br />

Central Intelligence in 1961, he notes that it was Dulles’s infectious enthusiasm that had made<br />

espionage and even dirty tricks “seem like good clean fun.” 121 To Phillips, the few conservative<br />

activists in CIA, such as E. Howard Hunt, of Watergate fame, obscured the truth that<br />

most practitioners were politically moderate sophisticates.<br />

Phillips’ memoirs are not unlike those of a Chilean intelligence operator whose fictionalized<br />

activity appears in a 2011 novel. 122 Intelligence officials find that their responsibility<br />

for state security must override any moral concerns for the well-being of those—friends and<br />

enemies—with whom they work, despite the toll of psychological damage to be paid sooner<br />

or later by the officer.<br />

6. Competitive/business intelligence supports a country’s<br />

international strategy compensation to offset its emotional cost<br />

Mexico’s Adolfo Alberto Laborde Carranco recounts his formative experiences working as<br />

a “Sosha Man” for a fictionalized Japanese international conglomerate. 123 The company<br />

employs multilingual, host-nation citizens to keep watch over business partners’ intentions<br />

and plans, and to spot opportunities for competitive advantage—the commercial equivalent<br />

to strategic intelligence functions for national security purposes. A Sosha Man serves as<br />

68


the “tip of the spear” or “Trojan horse” for a company, and as its “eyes” on the world. 124<br />

The author’s purpose is to “contribute to the study of, and create, an authentic operational<br />

intelligence culture for Mexican strategic intelligence.” 125 The Japanese collective objective<br />

in promoting competitive, business intelligence, in the words of the author’s alter ego, is<br />

this: “el gobierno japonés ha diseñado una política exterior económica activa y en donde las<br />

Sogo Sosha juega un papel muy importante en la concreción de los intereses nipones en la<br />

región, y por ende, en México.” 126 After four years in the role, the protagonist finally grows<br />

uncomfortable with his role in support of the Japanese firm and resigns his position to enter<br />

academia.<br />

These vignettes from the memoirs of intelligence practitioners in the Americas set the stage<br />

for developing a more generalized picture of how their culture relates to the strategic position<br />

of intelligence in today’s governments.<br />

A Profile of Intelligence Culture in the Americas<br />

At least ten major countries of the Americas have authorized and encouraged the development<br />

of formal “strategic intelligence” capabilities by national, civilian intelligence agencies.<br />

127 The estimative products of strategic intelligence provide useful and unique insights<br />

about the challenges facing a nation. Fredy Rivera Vélez defines strategic intelligence in relation<br />

to estimative intelligence, where estimative intelligence adopts a longer-term, more<br />

preventive perspective than strategic intelligence alone. 128 He recognizes institutionalized<br />

intelligence culture as the set of “practices, beliefs, and behaviors” among the individuals<br />

who make up the traditional intelligence system, but he also decries the absence of a corresponding<br />

theory or doctrine for its development and application. 129 From the premise that<br />

government intelligence doctrine functions as applied theory, the framework for doctrinal<br />

development rests on an operational definition of intelligence culture and its incorporation<br />

into institutional practice.<br />

Spain has developed the concept of intelligence culture in operational terms. There, the<br />

National Intelligence Center (CNI), a civilianized national intelligence service, even though<br />

operating within the Ministry of Defense, has, from its founding in 2002, benefited from<br />

intentionally close interaction with security and intelligence studies programs at some of<br />

the country’s leading universities. 130 The working definition of intelligence culture under<br />

these circumstances has become “the knowledge that a society should have about the need<br />

for, the mission, and the functions of an intelligence service, so that questions such as the<br />

relationship of intelligence to security, liberty, and defense of national interests are seen as<br />

useful and appropriate.” 131 This collective grasp of intelligence culture, spearheaded by<br />

the CNI, does not have a long history, reaching back only to the constitution of 1978, the<br />

document underlying Spain’s democratic transition: “a partir de este momento se pueden<br />

69


astrear los orígenes de la cultura cívica y la socialización política del mundo de la inteligencia.”<br />

132 In its dedication to society-wide consciousness-raising with respect to intelligence<br />

culture, the Spanish approach has two lesser rivals, Romania and Italy. 133<br />

References to the phenomenon of intelligence culture have become commonplace, as demonstrated<br />

in the literature cited in this paper. Absent in this literature, however, is a focus<br />

on the content of intelligence culture—the actions and values of its participants—which<br />

have remained hidden in an opaque “black box.” Based on a review of intelligence literature,<br />

including practitioner memoirs, the present author finds that intelligence culture functions<br />

at four scales or operational levels: individual, agency, executive branch, and society.<br />

Table I<br />

Scale<br />

Individual<br />

Agency<br />

Executive<br />

Branch<br />

Society<br />

Contents of the “Black Box—Actions and Values Characteristic<br />

of the Culture of Intelligence Phenomenon<br />

A “cultured” intelligence operator can work productively with a source at any<br />

level of society; an intelligence analyst respects “unknowns” and strives to understand<br />

them as a means of personal growth<br />

Secrecy, autonomy (intellectual honesty), mission orientation, acculturation of<br />

new employees; for analysts: doctrinal development, formal and informal relationships<br />

developed with counterparts in other countries; conservative outlook<br />

taken to avoid surprise; for operational personnel: exogroup manipulation ethos,<br />

endogroup information compartmentation, pragmatism and tribalism<br />

Intelligence culture is built on the foundation of deep and productive working<br />

relationships between and among cabinet-level ministries, all of whom participate<br />

in an intelligence system or community; executive decrees on intelligence;<br />

institutions that embody long-term national interests; subordination of all intelligence<br />

units to national aims; creation of an intelligence culture through publication<br />

of journals and specialized education, and support of universities<br />

A Constitution and intelligence laws; a government structure designed for accountability<br />

(for individuals, agencies, or ministries); construction of an intelligence<br />

culture through the publication of journals and specialized educational<br />

institutions; national, cultural tendencies manifested in the behavior of government<br />

intelligence officials; political will to build an ethos of anticipation and prevention<br />

in public affairs; attention to intelligence in mass communications media;<br />

private enterprises that adopt intelligence to increase growth options relative to<br />

competitors through intelligent competition<br />

Source: Distilled by the author from observation and experience, and from various sources cited in this work.<br />

An individual manifests the culture of intelligence by maintaining curiosity and a respect for<br />

the unknown throughout a lifetime, and becoming a more “cultured” person. Secrecy prevails<br />

especially at the agency level, along with a tendency to withhold access to information<br />

even from companion agencies within an intelligence system or community. 134 Government<br />

70


open-information laws sometimes fail to influence the individual decision-making responsible<br />

for deciding whether to release potentially sensitive information. The prevailing cultural<br />

preference is to withhold the release of documents to protect “national security.” 135 Intelligence<br />

practitioners receive training (indoctrination) to learn how to perform the basic requirements<br />

of their work. However, as individuals and agencies develop new intelligence procedures<br />

and approaches, self-directed education (socialization) becomes the prevalent means<br />

of professional development, or of passing cultural preferences on to new generations. 136 At<br />

the executive level, the promotion of a culture of intelligence depends on 1) specific executive<br />

branch initiatives; 2) academic institutions that may or may not be financed by the state, with<br />

course offerings influenced, or not, by governmental authorities; and 3) private enterprises<br />

whose executives choose whether to employ competitive intelligence to improve profitability<br />

especially at the expense of direct competitors. At the societal level, intelligence laws and arrangements<br />

for oversight exist as expressions of concern by officials for intelligence culture to<br />

offset the indifference citizens usually have toward national security affairs. 137<br />

An ironic aspect of intelligence culture is that when legislative action on behalf of society puts<br />

in place an intelligence law, practitioners and agencies feel more freedom to take decisive actions<br />

on the operational side, right up to the limit of options endorsed by specific legislative<br />

authorization. 138 This example of the complex relationship between intelligence activity and<br />

the public’s interest in how the function operates on its behalf introduces the theme of public<br />

awareness of intelligence issues as the subject of the following section.<br />

Strategic Operationalization of the Intelligence Culture Concept<br />

When one considers that the ultimate consumers or beneficiaries of strategic intelligence<br />

are the whole nation and its people, and that its purpose is to safeguard them from internal<br />

and external dangers, then the outlook, behaviors and values that connect the work of<br />

intelligence practitioners to the nation’s citizens, and their understanding and respect for<br />

that culture, hold strategic importance. The features of an intelligence culture introduced<br />

in Table 1 allow us to track the actions and values associated with any given country’s intelligence<br />

culture from the scale of individual practitioners to the level of the society at large.<br />

This section highlights some exemplary developments in the Americas that promote public<br />

awareness of intelligence culture.<br />

Recent developments in several countries have raised public awareness of intelligence issues.<br />

Chief among them is the drafting of new intelligence-related legislation or the revision of<br />

existing laws. Since 2004, this has occurred in Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala,<br />

Mexico, Paraguay, Peru, and the United States. Newspaper accounts and public discussion<br />

related to these developments have certainly raised the profile of intelligence issues,<br />

71


although little information about the outlook, behaviors, and values of practitioners has<br />

yet become available. The publication of additional memoirs by current or former intelligence<br />

operators and analysts would help remedy that deficiency. Insofar as the concept<br />

of “national security” remains distant from the experience and interest of citizens, some of<br />

those memoirs will have to become popularized through film or television to elevate public<br />

awareness of intelligence culture to “actionable” levels.<br />

For example, in Ecuador, a reshaping of security institutions has put in place a legal vehicle<br />

for citizen participation in security affairs—the State and Public Security Law of 2009. Its<br />

Article 45 establishes the right of individual and collective citizen participation in the policy<br />

areas of planning, evaluation, and control in relation to the Public Security System. 139 However,<br />

because specific procedures for direct citizen involvement in public policy formulation<br />

remain undefined, and because the intelligence ethos of preventive action has yet to permeate<br />

this and other societies, the focus of public interest has been on citizens gaining access to<br />

government-maintained databases to discover what has already been collected and archived<br />

by the security services. 140 Citizen activists in either analog or digital public spaces can look<br />

to any of the four levels of intelligence culture for opportunities to intervene directly in public<br />

security activity carried out by national institutions.<br />

Also standing in the way of an imminent florescence of intelligence culture awareness at the<br />

societal level is the heavy weight of tradition in defense and security thinking. Two Ecuadorian<br />

observers comment on the role of inertia in postponing public debate on the role of<br />

intelligence in a society:<br />

Associated with this phenomenon we also find the role played by political<br />

parties and social movements which, by speaking for traditional political<br />

culture, keeps them from looking at security and intelligence issues as an<br />

integral part of the State’s public policies, [a result of] the dispersed nature<br />

and lack of organization on the part of civil society, when fails to grapple<br />

with intelligence, defense, and national security issues as components of its<br />

agenda or political repertoire. 141<br />

The outlook, behaviors and values of intelligence practitioners, as expressed in memoirs and<br />

fictionalized memoirs, were briefly reviewed above and distilled into six cultural memes<br />

(the titles given to each of the subsections). Some aspects of each meme have already been<br />

incorporated into growing public consciousness of intelligence culture across the region:<br />

<br />

Wikileaks documents and other unauthorized exposures of intelligence<br />

information have accelerated data-centric intelligence culture awareness. 142<br />

72


Public laws have expanded public access to government documents and records<br />

in many countries of the region. 143<br />

<br />

<br />

Police agencies focus on internal security and interact routinely with the public.<br />

<br />

<br />

See Table 2 for a selection of intelligence journals, which enable authors to<br />

explore and share directly with the public the challenges of intelligence work.<br />

Table II<br />

Selected, Non-Classified Intelligence Journals by Country and Date of First Edition<br />

Argentina<br />

Brazil<br />

Chile<br />

Colombia<br />

Ecuador<br />

Peru<br />

United<br />

States<br />

Revista de la Escuela Nacional de <strong>Inteligencia</strong><br />

Revista Brasileira de Inteligência<br />

Aainteligencia<br />

Aquimindia (civilian intelligence agency-suspended)<br />

Revista Virtual “Josue” (military intelligence)<br />

Boletin Democracia, Seguridad, y Defensa*<br />

Inteligenci@ Revista de Seguridad y Prospectiva<br />

Studies in Intelligence (Central Intelligence Agency)<br />

International Journal of Intelligence and CounterIntelligence<br />

(private sector)<br />

Defense Intelligence Journal (now suspended)<br />

2003<br />

2005<br />

2007<br />

2006<br />

2008<br />

2003<br />

2010<br />

1955<br />

1986<br />

1992<br />

Source: Prepared by the author.<br />

*Features intelligence articles in each issue, although not dedicated to intelligence.<br />

<br />

The best human intelligence operatives employ deceit every day in human relation<br />

ships, sometimes with their life at stake—yet, so long as they remain uncomfortable<br />

with that lifestyle, they will integrate successfully back into normal society.<br />

<br />

A program at the Universidad de Rey Juan Carlos in Spain joins academia with<br />

that country’s national intelligence center (CNI) to create a “culture of economic<br />

intelligence” through the exploitation of published results from publicly financed<br />

73


scientific research. Those results, in turn, guide the development of policies and<br />

strategies that minimize actual and potential risks for, and optimize and reinforce<br />

cooperation between, public and private enterprise. 144 This initiative serves as<br />

a model for public (taxpayer) involvement in the development of economic<br />

intelligence programs that could be tailored for application in the Americas.<br />

The ultimate value of a society’s understanding and accommodating itself to the culture of<br />

intelligence lies in a perceptual transformation of the relic “national security intelligence”<br />

construction to a new “public security intelligence” image of intelligence. With safeguards<br />

against intelligence-centered violations of human rights in place and working successfully,<br />

145 this transformation has already begun. The agencies of the intelligence services also<br />

need to transform themselves by taking steps to ensure greater public transparency into<br />

their actions, to include holding their employees individually accountable. As pointed out<br />

by a CIA retiree, that agency’s withholding from public disclosure even the brief summary of<br />

an internal Inspector General’s report on agency performance leading up to the surprise attacks<br />

of 9/11 does not set a good example. 146 He points out that the individuals identified in<br />

the report as responsible for unsatisfactory work in that time frame could and should have<br />

been held accountable in a way that would not impinge on the morale of current employees.<br />

Finally, as a closing observation, intelligence practitioners have the opportunity to find and<br />

develop useful relationships between their culture and that of public policy analysts to boost<br />

the mission of reaching out to parts of society with which they are little familiar. Intelligence<br />

producers take pride in making use of their unique tacit knowledge developed through analytic<br />

experience and field operations to boost their value to government decision making.<br />

But an opportunity remains for them to collaborate with the “outside” world of academically<br />

oriented public policy specialists whose own analysis of public issues and whose relationship<br />

with policy makers more closely and faithfully represents the interests of a wide variety<br />

of social and economic subdivisions of society. 147<br />

74


PROGNOSIS<br />

The unlimited collection of information of personal communications data has tarnished<br />

the image of widespread, nonspecific technical surveillance, previously seen as necessary to<br />

the development of preventive databases for public safety. Legislative initiatives to reduce<br />

such data collection reflect the power of societal awareness to influence intelligence culture.<br />

Future memoirs and fictionalized memoirs prepared by practitioners will address the operational<br />

effect of such legislation. As we learn more about intelligence culture from insiders,<br />

a logical next step in shaping public discourse will be for those with access to the necessary<br />

data to explore the outcomes of natural experiments involving intelligence laws, intelligence<br />

education, and the continued development of intelligence culture. 148<br />

Disclaimer: All declarations of fact, opinion, or analysis expressed in this article are those of the author,<br />

and do not represent those of the U.S. government or its agencies.<br />

75


76


Perspectivas de futuro de la<br />

inteligencia estratégica en<br />

Latinoamérica<br />

Rafael Jiménez Villalonga<br />

Como toda evolución de las particularidades que identifican a las sociedades, la correspondiente<br />

a la inteligencia también ha acompañado la que se produce en todos los ámbitos de<br />

un país. Bien es verdad que esta no ha sido homogénea en todos los países de Latinoamérica<br />

ni esta evolución podríamos considerarla positiva en el caso de alguno.<br />

Precisamente esta es una de las dificultades para considerar la inteligencia estratégica en<br />

Latinoamérica como un conjunto capaz de ser estudiado de forma global. Aun considerando<br />

las características que determinan el hecho identificativo de los países latinoamericanos,<br />

ni todos los países partían de la misma situación, ni sus regímenes de desarrollo han<br />

sido (están siendo) similares, ni lo están haciendo a la misma o análoga velocidad y calidad.<br />

Por tanto, las líneas que siguen tendrán como referencia común a los países que componen<br />

el conjunto de Latinoamérica, pero no en todos serán de aplicación las afirmaciones que se<br />

hagan, ni tampoco lo serán en las mismas medidas en los que sí sean de aplicación.<br />

Desarrollo del Concepto Cultura de <strong>Inteligencia</strong><br />

A pesar de la diversidad de países que componen el conjunto latinoamericano, es posible<br />

encontrar algunas características en el ámbito de la inteligencia estratégica que les afectan<br />

de forma común. Estas características permiten hacer un análisis de las circunstancias en<br />

que se encuentra la inteligencia estratégica, su grado de evolución y los factores que debe<br />

enfrentar para alcanzar el nivel de desarrollo que se espera para unos países que, tras sus<br />

recientes crecimientos político, social y económico, están destinados a convertirse en actores<br />

cada vez más influyentes del concierto mundial.<br />

77


Una de las primeras que se pueden considerar es la -<br />

. Este hecho se deriva de tres circunstancias complementarias: a) la ausencia de grandes<br />

motivos de conflicto entre los países de la Región; b) su procedencia desde regímenes<br />

dictatoriales; y c) su aislamiento de los puntos ‘calientes’ del planeta. Efectivamente, la general<br />

estabilidad regional, basada en una aceptación histórica de fronteras y en el arreglo<br />

normalmente pacífico de divergencias mediante la aplicación de los compromisos adquiridos<br />

ante los organismos internacionales (ONU y OEA, fundamentalmente) han permitido<br />

avanzar en la Región durante una época de conflictos en otras zonas del mundo. Asimismo,<br />

el largo camino emprendido por casi todos los países del Hemisferio para democratizar sus<br />

estructuras e insertarse entre las democracias occidentales ha tenido también su repercusión<br />

en el desarrollo de la inteligencia estratégica, que poco a poco va descubriendo nuevos<br />

campos de actuación ajenos a aquellos que les tuvieron ocupados durante las dictaduras.<br />

Complementariamente, la lejanía de las zonas donde se debatían los principios del mundo<br />

multipolar, así como de los nuevos riesgos provenientes del yihadismo, han mantenido la<br />

inteligencia estratégica en Latinoamérica ajena a las preocupaciones y ocupaciones de otras<br />

del resto del mundo. ¿Es esto una ventaja o un inconveniente? Realmente, para llevar a cabo<br />

una transformación de objetivos y estructuras, la limitación de parámetros no deja de ser<br />

una ventaja, que permite adaptar paulatinamente y sin sobresaltos las organizaciones a las<br />

nuevas necesidades e, incluso, adelantarse a ellas. En buena manera, la gran modificación<br />

de objetivos y cambios orgánicos y legislativos que afectó a las inteligencias de los países<br />

occidentales tras la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, apenas<br />

se ha dejado notar en las de los países latinoamericanos. E igualmente, la gran amenaza del<br />

yihadismo, que afecta a toda Europa, EE. UU., Canadá y buena parte de África, Asia y el<br />

Pacífico occidental, afortunadamente no ha hecho acto de presencia en Latinoamérica y,<br />

por tanto, no ha habido que reservar, por ahora, grandes recursos para atenderla.<br />

Por el contrario, la procedencia de regímenes dictatoriales limitaron hasta hace pocas décadas<br />

la inteligencia que las autoridades demandaban, ciñéndola al sostenimiento de tales<br />

regímenes —en un uso y abuso de las denominadas amenazas internas— y, en todo caso,<br />

al aislamiento de las influencias procedentes de los regímenes comunistas. De esta manera,<br />

la inteligencia estratégica de casi todos los países ha estado opacada por unos tipos de<br />

inteligencia prácticamente policiales y políticos, que tras el advenimiento de lo que se ha<br />

venido en denominar “primavera árabe” no tienen ya cabida más que en algunos países del<br />

continente africano.<br />

El problema estriba ahora en hacer evolucionar las enseñanzas y prácticas adquiridas durante<br />

esos periodos a las correspondientes a la inteligencia estratégica de matriz occidental. En<br />

este sentido, es fundamental la labor que realizan las distintas Escuelas de <strong>Inteligencia</strong> y la<br />

apertura de sus puertas a nuevas generaciones de empleados de los Servicios, que han cur-<br />

78


sado sus carreras y adquirido sus conocimientos profesionales en Universidades abiertas y al<br />

margen de los adoctrinamientos políticos del pasado. Como acertadamente señala el doctor<br />

José Gabriel Paz “Se advierte un creciente interés (de los Servicios) por adoptar cánones de<br />

calidad académica con criterio universitario” (Military Review, mayo-agosto 2014).<br />

Estrechamente relacionado con lo escrito anteriormente se encuentra una segunda característica<br />

de la inteligencia estratégica latinoamericana: la <br />

. Como si se tratara de un mundo aislado en sí mismo, la mayor parte de los países<br />

centran sus preocupaciones en la estabilidad interna, lo que repercute inmediatamente en<br />

las necesidades informativas de sus dirigentes y, en consecuencia, en las demandas de inteligencia<br />

a sus Servicios. En cierto modo, pareciera que la globalización no está influyendo<br />

en las distintas facetas del desarrollo de las sociedades latinoamericanas, a excepción<br />

hecha de la correspondiente al ciberespacio y, no totalmente, a las influencias económicas<br />

mundiales. Este hecho es natural que se produzca en periodos de evolución, cuando las<br />

sociedades están aprendiendo a abrirse al resto del mundo y las influencias de este dejan<br />

sentir su acción.<br />

Se ha visto palpablemente en el caso de Brasil, país que ha acogido durante estos últimos<br />

años varios eventos de alcance mundial (V Juegos Mundiales Militares en 2011, la Conferencia<br />

para el Medio Ambiente Río + 20 en 2012, la Copa de las Confederaciones de la<br />

FIFA en 2013, la Jornada Mundial de la Juventud en 2013 y la Copa del Mundo de la FIFA<br />

de 2014). Como es natural, la preocupación de los Servicios brasileños ha sido que dichos<br />

eventos se celebraran con seguridad, para lo que han volcado sus esfuerzos en neutralizar<br />

los riesgos y amenazas procedentes del interior del país, dejando un margen simplemente<br />

testimonial para atender las posibilidades de perturbar dichos acontecimientos desde el<br />

exterior. Evidentemente, a ello ha ayudado el que Brasil es un país sin amenazas externas,<br />

pero su aspiración a ocupar un importante lugar en el mundo, por la vía del desarrollo<br />

económico y de sus recursos naturales, le deben impulsar a atender más efectivamente la<br />

inteligencia estratégica de orden externo.<br />

En el caso de esta característica, el problema se centra en delimitar qué amenazas internas<br />

deben suscitar el interés de la inteligencia estratégica, apartando de ella todas aquellas que<br />

se fraguaron y fueron objeto de atención durante largos años de inestabilidad social o política.<br />

Este tipo de atención ha debido sucumbir ante el paso firme de la evolución democrática,<br />

mientras las discrepancias sociales y políticas han debido ser absorbidas por el propio<br />

funcionamiento del juego político. En esto se demuestra la madurez de una sociedad y la<br />

liberación de importantes recursos de los servicios de inteligencia para atender nuevos<br />

tipos de amenazas que, estos sí, representan un riesgo para la integración y soberanía del<br />

Estado y la estabilidad de la sociedad.<br />

Otra característica que puede resaltarse es el que incardina a<br />

79


los Servicios de <strong>Inteligencia</strong> latinoamericanos en el funcionamiento general de los Estados.<br />

En esta cuestión se dan dos casos: el de los países que han propiciado hace poco la integración<br />

de su Servicio de <strong>Inteligencia</strong> estratégica en el marco legislativo del Estado y el de<br />

aquellos otros que, habiéndolo iniciado hace al menos dos décadas, están en un proceso de<br />

revisión y actualización constante de sus legislaciones.<br />

Estas nuevas legislaciones, que legitiman la existencia y actuación de los Servicios de <strong>Inteligencia</strong>,<br />

deben acompañar al desarrollo legislativo de los Estados en otras materias relacionadas,<br />

como las políticas de seguridad y defensa, la política exterior o el marco de derechos<br />

y libertades. Y eso es lo que marca la diferencia entre unos y otros, al no mantener todos<br />

una evolución similar. En cualquier caso, se observa una tendencia progresiva, basada casi<br />

siempre en el derecho comparado, a establecer las reglas de presencia y funcionamiento de<br />

los Servicios de <strong>Inteligencia</strong> en el Estado.<br />

La cuestión a tener en cuenta en esta materia es la necesidad de completar esas legislaciones,<br />

más o menos incipientes, con todos los aspectos que deben contener para evitar que<br />

los Servicios puedan ser acusados de eludir algún control del Estado o extralimitarse en<br />

sus funciones.<br />

Y es precisamente en este aspecto legislativo en el que se encuentra una nueva característica:<br />

la . Como es natural, la regulación legal<br />

de los Servicios debe incluir, como se señalaba anteriormente, todos los aspectos que les<br />

son de aplicación; y, en este sentido, uno de los más importantes es el del amparo legal que<br />

debe otorgar cada Estado a unos servidores que se van a encargar de prestarle seguridad.<br />

El amparo legal debe ser entendido en sus dos facetas: el que debe facilitar la legislación vigente<br />

a unos servidores públicos en el cumplimiento de sus funciones, en este caso de inteligencia,<br />

y el que debe convertirles en auténticos funcionarios del Estado, profesionalmente<br />

estables. Respecto al primer aspecto, es fundamental que los miembros de los Servicios de<br />

<strong>Inteligencia</strong> se encuentren legalmente respaldados en el ejercicio de su trabajo, para el que<br />

están legitimados por las leyes del Estado. No sería de recibo que se detuviera y encausara<br />

a un agente operativo de un Servicio mientras está cumpliendo una acción legalmente amparada<br />

y establecida por su Dirección. Ni que se dé publicidad de su identidad o de las circunstancias<br />

en que está realizando su trabajo, de forma que permitiera tomar represalias a<br />

los objetivos sobre los que está cumpliendo su misión. En este sentido, la trayectoria laboral<br />

de un analista o agente operativo de su Servicio debe ser comparable a la que se otorga a un<br />

profesional de la sanidad, de la hacienda pública, de la milicia o de la seguridad pública, en<br />

el sentido de que no se enjuicia su labor profesional más que por quienes están legitimados<br />

para ello, los inspectores de sus respectivos ministerios y el poder judicial, en caso de transgresión<br />

de las leyes vigentes. Con el aditamento de que, en el caso de los profesionales de<br />

la inteligencia, su trabajo habitual estará protegido por el secreto de sus actuaciones, como<br />

80


mecanismo que debe ofrecer el Estado a quienes deben proporcionarles los medios para su<br />

seguridad y la promoción de sus intereses estratégicos.<br />

En el segundo aspecto, el de la profesionalización, es preciso que el recurso humano, el más<br />

importante de cualquier organización que se precie, esté convenientemente seleccionado<br />

y formado para constituir una verdadera profesión del Estado, como podría serlo un funcionario<br />

de cualquier Ministerio. Los miembros de los Servicios de <strong>Inteligencia</strong> deben ser<br />

“profesionales de la inteligencia”, como los maestros son “profesionales de la educación”,<br />

los militares son “profesionales de la guerra” o los policías “profesionales de la seguridad<br />

ciudadana”. Para ello tienen que darse dos circunstancias: la estabilidad de sus carreras<br />

profesionales, que no deben estar sometidas en ningún caso al vaivén de las alternancias<br />

políticas, sino que deben mantener un principio de continuidad al margen de los cambios<br />

políticos que puedan producirse en la dirección de los Gobiernos; y que posean unas garantías<br />

jurídicas y personales, de derechos y deberes, de funciones y sanciones..., que regule<br />

su incardinación en el sistema funcionarial de los servidores públicos. Es claro que esta<br />

regulación debe estar íntimamente relacionada con la del funcionario público, y recoger<br />

sus particularidades en un colectivo que, como profesionales de la inteligencia, estarán<br />

sometidos a una serie de limitaciones en sus derechos ciudadanos. Esta limitación de derechos<br />

está justificada por la necesidad que tiene el Estado de protegerse ante un posible<br />

mal uso que pudiera hacer un profesional de la inteligencia como depositario de unos<br />

conocimientos que el propio Estado le ha otorgado para que pueda obtenerlos y tratarlos<br />

responsablemente. En este sentido, su limitación de derechos ciudadanos es comparable a<br />

los que afectan a los profesionales de las fuerzas armadas y fuerzas de seguridad del Estado,<br />

también depositarios del uso responsable de los principales medios que posee el Estado<br />

para ejercer la fuerza ante las amenazas que puedan perturbar los principios constitucionales<br />

y el bienestar de la población.<br />

En cualquier caso —es preciso insistir en ello—, ningún Servicio de <strong>Inteligencia</strong> puede lograr<br />

un grado de eficacia mínimamente necesario para satisfacer las necesidades de inteligencia<br />

de sus dirigentes gubernamentales si sus miembros o gran parte de ellos mantienen<br />

una situación de inestabilidad profesional en sus relaciones como servidores del Estado, si<br />

no poseen unas garantías jurídicas que les permitan trabajar con seguridad, ni si se ven sometidos<br />

a la inestabilidad de los cargos públicos cada vez que cambia el color del Gobierno<br />

tras unas elecciones legislativas. Y ese grado de eficacia se consolidará en tanto en cuanto<br />

su estabilidad profesional esté garantizada, tanto por los aspectos anímicos y de motivación<br />

personal que le acompañan, como por la mayor eficacia que se produce a lo largo de<br />

una vida profesional enriquecida por el perfeccionamiento continuo de su formación y la<br />

experiencia en sus actuaciones.<br />

Otra característica común que afecta a la inteligencia estratégica en varios de los países<br />

81


latinoamericanos es el , es decir que el trabajo de los Servicios<br />

que elaboran inteligencia estratégica se realice en beneficio del partido político gobernante,<br />

en lugar de ser considerada una labor de protección del Estado ante amenazas exteriores<br />

e interiores y de promoción de los intereses de todo el Estado. Este riesgo se da más en los<br />

países con un cierto déficit democrático o que se encuentran en periodo de consolidación<br />

de los principios que deben regir la democracia en un país.<br />

Esta característica trae causa inicialmente de algo tan elemental como el nombramiento del<br />

Director del Servicio de un país por su Presidente. Como es lógico, elegirá a una persona<br />

que le inspire la máxima confianza y que, presumiblemente, pertenecerá al partido político<br />

gobernante o mayoritario. En esta situación, para el Director del Servicio es muy fácil<br />

caer en la tentación de enviarle la inteligencia que aquel quiera oír, no la que realmente<br />

se elabora en su Servicio. O que el citado Director ejerza una influencia tan grande en los<br />

analistas que hagan caer a estos en “la politización del análisis de inteligencia, situación<br />

que se produce cuando el analista adapta el enfoque y las conclusiones de su trabajo a las<br />

preferencias del decisor político (intelligence to please) con el fin de que a este le resulte<br />

más aceptable” (Jordán, 2013).<br />

¿Cómo se puede enfrentar este riesgo? En primer lugar por la honestidad de los gobernantes:<br />

ni el Presidente y sus ministros deben considerar al Servicio como un instrumento<br />

de uso partidista, al que le encarguen obtener la inteligencia que les permita conocer los<br />

entresijos de las políticas de sus adversarios políticos —al estilo del presidente Nixon en el<br />

caso Watergate—, o ejercer presiones sobre aquel para que obtenga las informaciones que<br />

convengan al partido y no al Gobierno; ni el Director del Servicio debe considerar que su<br />

organismo es una oficina de su Partido político y, mucho menos, un órgano de utilidad<br />

personal. En segundo lugar, tampoco los analistas deben sucumbir a las “orientaciones”<br />

que les lleguen desde el Gobierno o, peor aún, de sus contactos en el partido político gobernante,<br />

para sesgar sus productos de inteligencia en el sentido que convenga a este. Para ello<br />

es fundamental desarrollar la característica a que se ha aludido anteriormente, conseguir<br />

cada vez un mayor grado de profesionalidad en los analistas y agentes de inteligencia. Y en<br />

tercer lugar, es imprescindible el ejercicio sistemático y riguroso de los controles legislativo<br />

y judicial sobre el Servicio de <strong>Inteligencia</strong>, de forma que tanto los partidos representados<br />

en el Parlamento como los jueces correspondientes comprueben la adecuada ruta de funcionamiento<br />

del Servicio de inteligencia.<br />

Esta última reflexión lleva a poner de manifiesto otro hecho característico de la inteligencia<br />

estratégica en Latinoamérica: las de los Servicios. A este<br />

respecto es fundamental sistematizar el estudio, según el principio de que “los objetivos<br />

deberán ser trazados por el poder ejecutivo, mientras que los otros poderes del Estado<br />

(legislativo y judicial) deberán asumir sus naturales responsabilidades. El Congreso deberá<br />

82


asumir la técnica del control externo del aparato. El poder judicial se centrará más bien en<br />

acciones de coordinación, especialmente los jueces penales, quienes asumirán las responsabilidades<br />

de habilitar al órgano competente en caso de actividades que supongan potenciales<br />

amenazas al ejercicio de los derechos ciudadanos —particularmente de derechos<br />

individuales—” (Gómez de la Torre, 2002).<br />

En primer lugar hay que hacer referencia al control administrativo o del propio Gobierno.<br />

Puede ser frecuente en algunos Estados que, el Ministro o Jefe del Gobierno de quien<br />

dependa el Servicio, abandone el control de este por mor de su importante grado de confianza<br />

en el Director que ha puesto al frente del dicho Servicio. Este hecho podría llegar<br />

a considerarse un caso de dejación de responsabilidades, y corresponde al Presidente del<br />

Ejecutivo exigir a sus Ministros que ejerzan la responsabilidad de su cargo con la máxima<br />

garantía de competencia. Este riesgo de la falta de control gubernamental se puede dar<br />

con mayor frecuencia cuando es el propio Presidente el que ha designado al Director del<br />

Servicio sin participación del Ministro de quien jerárquicamente depende aquel. Las consecuencias<br />

de un deficiente control del Servicio por parte de la autoridad gubernamental<br />

de la que depende se vuelven contra dicha autoridad, que, en muchos casos, como muestra<br />

la experiencia, han acabado provocando la dimisión del Ministro o, incluso, la caída del<br />

propio Jefe del Gobierno.<br />

Un segundo control a considerar es el del poder legislativo, el más importante desde el<br />

punto de vista político y de las garantías democráticas. Un primer aspecto a considerar<br />

de este control es el que también afecta al resto de los organismos del Ejecutivo, el control<br />

presupuestario, que, a priori, establece los límites económicos que no podrá sobrepasar el<br />

Servicio, tanto para los gastos corrientes y de personal, como en el uso de los gastos reservados,<br />

aquellos que se otorgan para las actividades informativas propias y secretas de los<br />

Servicios y no precisan una explicación pública del gasto.<br />

Para el control a posteriori la mayor parte de las legislaciones nacionales o las internas de<br />

los Parlamentos han establecido comisiones parlamentarias, que componen un número<br />

generalmente muy reducido de parlamentarios (normalmente uno por grupo parlamentario<br />

constituido) para examinar las actividades del Servicio, puntual y periódicamente. Un<br />

aspecto central en la constitución de estas comisiones parlamentarias estriba en la adecuada<br />

elección de sus miembros, dado que uno de los principales problemas que se presentan<br />

ante la necesidad de controlar a los Servicios es la ignorancia o escaso conocimiento que<br />

poseen los designados sobre los riesgos y amenazas que pueden afectar al Estado, los principios<br />

en que se fundamentan tan peculiares organismos y las capacidades y posibilidades<br />

de actuación que se les otorgan. Una fórmula que se emplea en algunas legislaciones para<br />

resolver esta situación es la incorporación a estas comisiones de técnicos de la Administración<br />

o personalidades de probado prestigio, que pueden proporcionar una visión más téc-<br />

83


nica y profesional al ejercicio del control que deben efectuar. Por otra parte, estas comisiones<br />

deben estar sometidas al secreto de sus actuaciones, como la que se exige a los Servicios<br />

que deben controlar. Y la incorporación de miembros ajenos a las Cámaras legislativas no<br />

suele ser la mejor solución para procurar dicha reserva. Por eso es preferible en la mayoría<br />

de los casos proporcionar a los legisladores que deban formar parte de las comisiones ad<br />

hoc los conocimientos necesarios sobre los Servicios para que puedan ejercer su labor con<br />

las máximas garantías de eficacia. Esto lleva a otra de las características de la inteligencia<br />

en muchos países, no sólo los latinoamericanos, la necesidad de promover una auténtica y<br />

extensa cultura de inteligencia, sobre la que se volverá más adelante.<br />

Además de esa citada falta de formación de los legisladores encargados de ejercer el control<br />

parlamentario de los Servicios, algunas legislaciones también presentan lagunas o unos deficientes<br />

mecanismos de ejercicio de dicho control, con lo que este se vuelve estéril, cuando<br />

no contraproducente; porque ante los ojos de los ciudadanos pudiera parecer que la<br />

realización de controles a sus Servicios garantiza su actuación dentro de los parámetros<br />

democráticos, cuando pudiera ser que, por una deficiente planificación legislativa, no existan<br />

auténticos y adecuados procedimientos de control para someter a aquellos al debido<br />

escrutinio parlamentario.<br />

En cuanto al tercer control, el judicial, como se sabe se trata de garantizar las actuaciones<br />

de los Servicios dentro del ordenamiento constitucional, que establece unos principios y<br />

derechos personales incuestionables y que se centran fundamentalmente en la protección<br />

de las comunicaciones de todo tipo y en la inviolabilidad de las propiedades personales. Las<br />

soluciones adoptadas por las legislaciones de los países abarcan desde el nombramiento<br />

de jueces especialmente designados para tal efecto, al sometimiento de los motivos que<br />

aduzcan los Servicios al sistema común para otros tipos de limitaciones de los derechos<br />

personales que deban autorizar los jueces penales ordinarios. Puede decirse que, para la<br />

inteligencia estratégica, es más apropiado el sistema de jueces especialmente preparados<br />

para autorizar las actuaciones de los Servicios, en tanto en cuanto, la aludida falta de cultura<br />

de inteligencia, no permite exigir a jueces ordinarios que tengan ideas claras sobre los<br />

intereses del Estado en relación con las garantías personales que puedan ser sobrepasadas,<br />

en algún caso, por la salvaguarda del interés colectivo. Pero la designación de jueces ad hoc,<br />

que deberán pertenecer a la más alta Magistratura del Estado, debe ir acompañada de la<br />

ineludible necesidad de proporcionarles los medios que les permitan ejercer su magisterio<br />

con la máxima garantía de eficacia. Para ello, será imprescindible que los magistrados designados<br />

al efecto tengan acceso al documento que recoja los objetivos estratégicos encargados<br />

por el Gobierno a los Servicios sometidos a su control.<br />

Aunque no todos los países lo contemplan en sus legislaciones, es conveniente que estas<br />

contengan no sólo los mecanismos de autorización previa a los Servicios cuando estos<br />

84


pretendan la limitación de algún derecho personal, sino que también otorguen al mismo<br />

o mismos jueces la posibilidad de efectuar un control posterior a la ejecución de las actuaciones<br />

de los Servicios; de tal forma que se garantice que todas las informaciones obtenidas<br />

mediante su autorización previa han sido empleadas en la consecución de algunos de los<br />

objetivos encargados por el Gobierno y que, las que no guarden relación con dichos objetivos,<br />

han sido convenientemente puestas a su disposición o destruidas.<br />

Otra característica de la inteligencia estratégica en Latinoamérica es la -<br />

. En este caso, no se<br />

trata de una circunstancia diferenciada en la Región, sino que se está produciendo en todo<br />

el mundo y también, aunque más lentamente, está llegando con pasos firmes al Hemisferio.<br />

Se trata de que, a medida que se ha impuesto la globalización, han caído los estigmas de la<br />

Guerra Fría y han aparecido nuevas amenazas, distintos ámbitos de la sociedad han ido adquiriendo<br />

interés y conocimientos sobre la seguridad de sus países, su pertenencia a organizaciones<br />

suprarregionales y su papel en el mundo. Este hecho, bien dirigido, puede enriquecer<br />

enormemente la gestión de la inteligencia estratégica y proporcionar mayor capacidad<br />

de tratamiento y análisis a los enormes volúmenes de información circulantes por el mundo.<br />

Dos ámbitos están siendo paradigmáticos en esta cuestión que podríamos denominar la<br />

globalización de la inteligencia: el académico y el económico. Otros como el cultural de la<br />

literatura y las ciencias audiovisuales, ambas centradas en los relatos novelados, les habían<br />

antecedido, pero carecían de cualquier grado de rigurosidad y estaban basados más en<br />

causas comerciales que en la inteligencia. Sin embargo, el intercambio del conocimiento<br />

del mundo académico y las teorías de la inteligencia, la sobreabundancia informativa, la<br />

ampliación de los campos de actuación de los Servicios a los adelantos tecnológicos y la<br />

creciente globalización de la economía, con sus intereses cada vez más internacionalizados,<br />

han ocasionado que los Servicios hayan tenido que acudir en demanda de ayuda, en formación<br />

y en tratamiento de la información, a la Academia, dando como principal resultado el<br />

fomento de la cultura de inteligencia en la sociedad “que permita comprender el uso, necesidad,<br />

función y finalidad de la inteligencia como irreemplazable estructura del Estado y<br />

donde su buen funcionamiento —enmarcados en criterios de legalidad y transparencia—,<br />

sirve, protege y beneficia a la sociedad en su conjunto” (Paz, José Gabriel, 2014).<br />

En el campo académico la cultura de inteligencia se ha materializado a través de sus tres<br />

ejes esenciales:<br />

<br />

cada vez más extendidos entre las universidades y centros de enseñanza<br />

especializada de postgrado.<br />

<br />

proliferación de artículos y revistas especializadas en seguridad, defensa<br />

e inteligencia.<br />

85


académicos y empresariales, fundamentalmente.<br />

Paralelamente, el mundo empresarial ha tomado buena nota de la inestimable utilidad<br />

que puede tener la inteligencia para la aplicación de sus procedimientos de trabajo, la<br />

protección de sus patrimonios y la promoción de sus intereses. En este sentido, también<br />

la inteligencia estratégica se encuentra inmersa en el ámbito empresarial, en el que, evidentemente,<br />

las grandes empresas, al hilo de su internacionalización y de su importancia<br />

en los sectores estratégicos de los países, hacen un uso cada vez mayor de la inteligencia.<br />

La incardinación de ambos ámbitos es lo que está dando lugar al actual crecimiento de<br />

las cátedras universitarias, programas de posgrado, cursos especializados, publicaciones<br />

profesionales y todo tipo de actos académicos (seminarios, conferencias, simposios, etc.)<br />

dedicadas a esta especialidad de la inteligencia estratégica, en los que participan cada vez<br />

más activamente las grandes empresas con intereses estratégicos. Como tales empresas,<br />

cuya principal finalidad es la obtención de beneficios, no regatean esfuerzos en proporcionar<br />

los recursos económicos y de otros tipos que, saben, en un futuro les van a beneficiar.<br />

El desarrollo de todo este concepto de cultura de inteligencia es lo que está permitiendo,<br />

también a la sociedad, crear espacios de conocimiento que le amplían su campo de actuación<br />

y que podrá ser útil en un futuro más o menos inmediato, tanto a los Servicios de<br />

inteligencia como a las empresas.<br />

Otra circunstancia que podría caracterizar a la inteligencia estratégica en Latinoamérica<br />

es la limitada disposición de recursos técnicos, referidos estos a los que proporcionan<br />

unas capacidades de obtención de información importante en materias SIGINT e IMINT,<br />

dos campos que otorgan abundante información de calidad para completar la que procede<br />

de fuentes OSINT y HUMINT. Esta particularidad es lógica en países en desarrollo<br />

y, su limitación, debe ir reduciéndose al mismo tiempo que se acompaña el crecimiento<br />

económico y aumentan los recursos de los Estados. Es un hecho evidente que cada vez<br />

son más los países del Hemisferio que se incorporan al grupo mundial de los que poseen<br />

satélites orbitando la tierra, con la finalidad de obtener información para aumentar la<br />

seguridad de sus territorios. En estos casos, los retos son muy grandes, pues las inversiones<br />

para alcanzar tales capacidades pueden hipotecar los presupuestos de gobierno<br />

durante varios años. De la misma manera y aunque en este caso no se haga público porque<br />

las inversiones no necesitan, por lo general, pasar por los Parlamentos ni son objeto<br />

de atención por los medios de comunicación, también aumenta el número de países que<br />

mejoran sus capacidades de adquisición SIGINT con sistemas muy modernos y de gran<br />

rendimiento. En este caso, el reto se encuentra en que los Servicios hagan un uso legal de<br />

los medios disponibles, para lo cual es preciso que exista una adecuada legislación que<br />

86


permita el eficaz control judicial al que se ha hecho referencia anteriormente, y que los<br />

jueces encargados de ejercerlo cuenten con los medios y procedimientos convenientes<br />

para hacerlo.<br />

Otro signo que puede caracterizar a la inteligencia estratégica en Latinoamérica es la escasa<br />

colaboración entre Servicios, cuyas causas originarias se encuentran en algunos de los<br />

factores que ya se han analizado: juventud de las organizaciones dedicadas a este ámbito<br />

de la inteligencia, limitación de sus áreas de interés y atención preferente a las amenazas<br />

internas. Es cierto que existe una gran dificultad para poner en marcha mecanismos de<br />

colaboración entre Servicios que no se conocen o que desconfían entre ellos. Como en todas<br />

las cosas, la necesidad hace que se superen estos desconocimientos y suspicacias y, en<br />

este sentido, la globalización de algunas amenazas va a impulsar el grado de colaboración<br />

entre los Servicios encargados de hacerles frente.<br />

Aunque no fuera la primera razón que provocara la materialización de los importantes<br />

mecanismos de colaboración que actualmente sostienen los países de otras regiones del<br />

mundo, el terrorismo yihadista está siendo el principal motivo de intercambio de inteligencia<br />

entre Servicios. Afortunadamente, la amenaza de este azote no es la misma que en<br />

otras partes del globo, pero no cabe duda de que es preciso institucionalizar y poner en<br />

práctica modelos de colaboración entre los Servicios que elaboran inteligencia estratégica,<br />

para que sus maquinarias se encuentren bien engrasadas en el momento en que sea<br />

ineludible su cooperación.<br />

Además del yihadismo, otros riesgos y amenazas —como el lavado de activos, la trata de<br />

personas, el tráfico de armas, el ciberterrorismo, etc.— suscitan un destacado interés por<br />

intensificar la colaboración entre los Servicios y, superando las viejas recetas del intercambio<br />

bilateral, que nunca debe perderse, de lo que aquí se trata es de constituir comunidades<br />

de inteligencia internacionales que creen espacios de confianza e intercambio de<br />

información sobre materias que sean de interés común. Como señala Andrés Gómez de<br />

la Torre “Existe un convencimiento generalizado en el sentido de que en el área sudamericana<br />

hay dos marcadas tendencias para la articulación de órganos de inteligencia. Estas<br />

tendencias estarían directamente vinculadas a los intereses y prioridades de seguridad<br />

nacional de los Estados involucrados”, distinguiendo a continuación “una zona andina<br />

con problemas muy peculiares de seguridad... (que) apuestan por una orientación más<br />

operativa, minimizando sus actividades estratégicas” y, “contrastando con ello, entidades<br />

del Cono Sur (que) se orientan hacia una visión más estratégica” (Gómez de la Torre,<br />

2002). A estos dos conjuntos hay que añadir el que corresponde al área centroamericana y<br />

México, cuyos motivos de cooperación se centrarían en amenazas comunes de la región,<br />

algunas globales y otras peculiares de la zona, pero también con un carácter más operativo<br />

que estratégico.<br />

87


Perspectivas de futuro<br />

A modo de conclusión de las anteriores reflexiones se pueden señalar algunas líneas de<br />

evolución probable de la inteligencia estratégica en Latinoamérica.<br />

En primer lugar se debe hacer referencia a la ampliación de los ámbitos de actuación de los<br />

Servicios, tanto por lo que respecta a la aparición o intensificación de las nuevas amenazas<br />

globales, como por la incorporación cada vez más decidida de los países de la Región al<br />

concierto internacional, que les someterá a nuevas áreas de interés. Por ejemplo, la prevista<br />

o posible apertura o potenciación de unas relaciones comerciales de importancia estratégica<br />

para un país de la Región, con otro del resto del mundo con el que no las mantuviera<br />

anteriormente, despertará el interés de los dirigentes políticos del país y, en consecuencia,<br />

la solicitud de inteligencia a su Servicio, que deberá incorporar el país extranjero a sus<br />

necesidades de obtención de información.<br />

Un ámbito de interés novedoso para la inteligencia estratégica en Latinoamérica será —lo<br />

está siendo ya desde hace unos años—, como en otros lugares del mundo, el del ciberespacio.<br />

La protección de los sistemas informáticos que gobiernan sectores estratégicos de cada<br />

país (p. ej. el eléctrico, el de suministros de agua a grandes ciudades, el de oleoductos o<br />

gasoductos, etc.) será una preocupación para los Servicios de <strong>Inteligencia</strong> estratégica, en su<br />

faceta de contrainteligencia; igual que lo serán los medios de gestión informática de la Administración<br />

del Estado, incluyendo en lugar destacado los correspondientes a las fuerzas<br />

armadas y a las de seguridad. Y bajo el punto de vista de la inteligencia estratégica, también<br />

lo serán las posibilidades de actuación contra los medios y sistemas informáticos en los que<br />

se sostenga la actividad de los enemigos o protagonistas de las amenazas para el Estado. La<br />

apertura y ampliación de la atención de la inteligencia estratégica hacia el ciberespacio es<br />

una de las previsiones más claras que pueden hacerse, lo que obligará a los Servicios correspondientes<br />

a preparar personal especializado y a empeñar cada vez mayores recursos.<br />

Relacionada con la anterior, otra línea de actuación que se va definiendo cada vez más claramente<br />

en la inteligencia estratégica latinoamericana es la sustitución, cada vez mayor, de<br />

la atención preferente a las amenazas internas por las de índole exterior o internacional. A<br />

esto ayuda la mayor consolidación de los regímenes democráticos; la absorción en el juego<br />

sociopolítico de los conflictos laborales y sociales que hasta hace pocos años reclamaban<br />

una atención desmedida de los Servicios; y, sobre todo, el fenómeno de la globalización,<br />

que obliga a cambiar la perspectiva doméstica predominante por la internacional.<br />

En cuanto al proceso legislativo que contempla a los Servicios, como se decía más arriba es<br />

previsible que la perfección de las leyes de derechos y libertades personales, las de seguridad<br />

y defensa y las de política exterior permitan establecer el marco de referencia en el que<br />

deben insertarse las legislaciones de los organismos de inteligencia. Como es lógico, aquí<br />

88


juega un papel muy importante el derecho comparado y los requerimientos que las nuevas<br />

situaciones políticas, económicas y sociales demandan. Será importante que las legislaciones<br />

de los Servicios de inteligencia se aprueben de forma mayoritaria y con las máximas<br />

garantías de permanencia, de forma que superen los vaivenes de las alternancias políticas.<br />

Para lograrlo, sería primordial alcanzar pactos de Estado entre las principales fuerzas políticas<br />

con posibilidades de gobernar, de forma que dieran continuidad al funcionamiento y<br />

legalidad de los Servicios ante el mayor número posible de cambios políticos que pudieran<br />

producirse. De esta forma, de la misma manera que es habitual conseguirlos con la política<br />

exterior y con la de defensa, se lograría dar una estabilidad necesaria al marco de existencia<br />

y actuación de los Servicios de inteligencia. La consolidación democrática y la madurez política<br />

de los pueblos son los elementos que pueden permitir alcanzar estos retos legislativos.<br />

En este previsible perfeccionamiento del proceso legislativo de los Servicios está incluido el<br />

correspondiente al de sus ejecutantes, de tal forma que, poco a poco y con la participación<br />

de cada vez mayores proporciones de licenciados procedentes de los ámbitos académicos,<br />

económicos, tecnológicos, etc., se puedan formar núcleos de profesionales de la inteligencia,<br />

con las correspondientes garantías para el ejercicio legal y eficiente de sus trabajos y<br />

para la estabilidad de sus vinculaciones con el Estado.<br />

También debe incluirse en el desarrollo legislativo previsto el que perfeccione los controles<br />

de los Servicios, de tal forma que no queden espacios que pudieran considerarse de impunidad<br />

en la actuación de estos organismos de seguridad del Estado. También aquí jugará<br />

un papel importante el derecho comparado y la cultura política y social en que se basan los<br />

principios constitucionales del país.<br />

Muy relacionado con lo anterior y en continuidad con la senda que se ha abierto —en las<br />

dos últimas décadas sobre todo—, en el mundo occidental hay que esperar un desarrollo<br />

cada vez más intenso de las publicaciones y de los actos y cursos académicos, sociales, culturales<br />

y profesionales de todo tipo, que profundicen la cultura de inteligencia. El fomento<br />

de estas actividades va a tener dos finalidades hacia el futuro: una más inmediata, como<br />

es la incorporación de personas formadas en las Universidades e inicialmente preparadas<br />

en los principios de la inteligencia para que puedan integrarse más fácil y rápidamente<br />

en los Servicios del Estado; y una segunda, a más largo plazo, que permita crear las denominadas<br />

reservas de inteligencia. No se trata realmente de una externalización de la<br />

inteligencia, sino, más bien, del refuerzo a las necesidades de tratamiento de información<br />

que se presentan a los Servicios de <strong>Inteligencia</strong>, como consecuencia de la cada vez mayor<br />

abundancia de información de interés para los Estados y la especialización que requieren<br />

los temas que se suscitan en el mundo progresivamente más globalizado.<br />

Por otra parte, la cultura de inteligencia y la creación de reservas de inteligencia contribuirán<br />

previsiblemente a incorporar mayor número de unidades de inteligencia en las<br />

89


empresas, o a procurarse los servicios de agencias privadas que puedan apoyarlas en estas<br />

materias para su desarrollo y, sobre todo, en su internacionalización.<br />

Otro elemento de previsible evolución en sentido positivo para la inteligencia estratégica<br />

será la cada vez mayor disposición de recursos técnicos para sus actividades. Esta es una<br />

faceta que exige inversiones muy grandes y que, por lo tanto, está muy condicionada por<br />

las capacidades económicas de cada país; pero es de suponer que, dados los niveles de crecimiento<br />

económico que se han visto en la última década en Latinoamérica, los recursos<br />

que se pongan a disposición de los organismos de los Estados también supongan una importante<br />

inyección en sus posibilidades de obtener recursos técnicos, que les permitan actuar<br />

con más eficacia y amplitud ante los riesgos y amenazas a los que deben hacer frente.<br />

Finalmente, al hilo del desarrollo de las políticas de integración de los países latinoamericanos,<br />

hay que esperar que se fomenten los acuerdos bilaterales y, sobre todo, multilaterales,<br />

para la creación de organismos especializados en el intercambio informativo, que<br />

la globalización de las amenazas comunes impulsa permanentemente. Como se señalaba<br />

anteriormente, no es preciso que la necesidad obligue, sino que lo inteligente es actuar con<br />

anticipación para que, cuando dicha necesidad se presente, estén previstos los mecanismos<br />

de colaboración entre Servicios que puedan coadyuvar a enfrentar dichas amenazas<br />

con las mayores garantías de éxito.<br />

<br />

Jordán, Javier (coordinador) (2013), Manual de Estudios Estratégicos y Seguridad Internacional, capítulo 14: Análisis<br />

de inteligencia estratégica (369-391), Plaza y Valdés, Madrid.<br />

Gómez de la Torre, Andrés, “Cómo intentar hacer inteligencia en tiempos democráticos” (2002), en Obando, Enrique<br />

(editor), La gestión de la seguridad en tiempos de transición militar, IDEPE, Lima (171-193).<br />

Paz, José Gabriel (2014), “<strong>Inteligencia</strong> Estratégica en América Latina. Calidad y eficiencia en la gestión estatal”. Military<br />

Review, Tomo 69, Nº 4, mayo-agosto 2014, Fort Leavenworth, Kansas, pp. 3-12.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

90


La cultura de la inteligencia y<br />

su importancia en la era del<br />

conocimiento<br />

Santiago Llop Meseguer<br />

En el mes de abril del presente año participé como panelista en el II Simposio de Seguridad<br />

y Defensa que organizó la Escuela Superior de Guerra Naval del Perú y que ayudé desde<br />

mi último puesto en la Armada a construir. En dicha ocasión, el general español Miguel<br />

Ballesteros del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) presentó el tema: Rol de<br />

la <strong>Inteligencia</strong> en la Elaboración de las Estrategias de Seguridad Nacional. Lo secundamos<br />

como panelistas el Coronel Rafael Jiménez, también de España, el profesor José Paz de<br />

Argentina y el suscrito. Fue una mesa llena de retos que me produjo la necesidad, luego de<br />

haber trabajado muchos años en la Marina y en el área de inteligencia, de escribir sobre<br />

la necesidad de la Cultura de <strong>Inteligencia</strong> por la sencilla razón de no ser entendida en su<br />

verdadera dimensión.<br />

Si tomamos en cuenta que el fin del Estado es el bienestar general y este se compone de la seguridad<br />

y el desarrollo, la <strong>Inteligencia</strong> como actividad del mismo se convierte en un elemento<br />

principal para lograrlo porque permitirá disminuir la incertidumbre en las decisiones.<br />

Mi país, Perú, fue amenazado por organizaciones subversivas y terroristas, el Partido Comunista<br />

del Perú – Sendero Luminoso (PCP-SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac<br />

Amaru (MRTA), de tendencias marxistas que intentaron relevar el orden constitucionalmente<br />

establecido durante aproximadamente veinticinco años y que originaron la muerte<br />

innecesaria de miles de compatriotas, la destrucción de la infraestructura existente, el<br />

decaimiento de la economía y el aumento y desamparo de los más pobres. El trabajo de la<br />

<strong>Inteligencia</strong>, complejo y duro, fue fundamental para lograr la pacificación y la derrota de<br />

estos grupos de delincuentes.<br />

Otros hechos de relevancia histórica en donde la <strong>Inteligencia</strong>, especialmente la estratégica,<br />

trabajó activamente en beneficio del país, fueron el cierre de la frontera terrestre con Ecuador<br />

que nos llevó a tres conflictos previos en 1981, 1995 y 1998, la culminación por la vía<br />

91


pacífica de frontera marítima con Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya y<br />

el trabajo contra las organizaciones del crimen organizado como el tráfico ilícito de drogas,<br />

la trata de personas, las pescas prohibidas, entre otras.<br />

Paralelamente, el Perú ha estado creciendo en los últimos años a tasas económicas importantes<br />

que le han permitido mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos gracias a las inversiones<br />

extranjeras, al desarrollo de iniciativas nacionales emprendedoras, al aumento de las<br />

exportaciones y a la disciplina fiscal que lo han vuelto atractivo a los intereses del mundo.<br />

Podemos apreciar que los aspectos de defensa, de seguridad y de desarrollo, obligan a que<br />

los servicios de inteligencia cambien hacia un nuevo y más amplio rol. La vieja concepción<br />

de que la inteligencia procesa información del enemigo y que estaba referida a las guerras<br />

y luego a las guerras y a la criminalidad, se ha transformado. Al actualizarse, debe añadirse<br />

la inteligencia sobre la competencia porque los países, sus organizaciones y sus empresas<br />

participan globalmente en muchas actividades políticas, sociales, económicas y tecnológicas<br />

con la finalidad de ser más eficaces y mejores.<br />

El término cultura viene de muchas discusiones, desde la conocida alta cultura relacionada<br />

con las bellas artes y la música y el conjunto de saberes que debe tener una sociedad respecto<br />

a un tema, es decir, que es sinónimo de conocimiento profundo. Si tomamos el segundo,<br />

la cultura de la inteligencia no es otra que el conocimiento de la <strong>Inteligencia</strong> como función<br />

principal del Estado en beneficio del desarrollo y la seguridad para lograr el bien común.<br />

En los países del denominado primer mundo, los servicios de inteligencia han pasado del secretismo<br />

extremo a ser parte de la vida nacional pública, académica y cotidiana. Hoy existe en<br />

aquellas sociedades, más conocimiento sobre el trabajo de <strong>Inteligencia</strong>, de sus esfuerzos y de<br />

los procesos de fiscalización a los cuales son sometidos porque la Cultura sobre él ha llegado<br />

al ciudadano por estar mejor informado y ser más exigente. Sin embargo, esto no implica que<br />

dejen de trabajar en asuntos encubiertos, reservados o secretos, porque de no ser así, no se<br />

lograrían los objetivos trazados en beneficio del Estado y la Nación a la cual sirven.<br />

En América Latina, los servicios de inteligencia han cumplido doble función y están desprestigiados<br />

en una parte importante de países por ello. Actúan para la seguridad del Estado<br />

y para asuntos diversos a fin de obtener información principalmente de rivales políticos<br />

y de otros grupos fuera del interés nacional. Esto sucede porque los ciudadanos en su mayoría<br />

no conocen la verdadera dimensión y función de la <strong>Inteligencia</strong> a diferencia de los<br />

anteriores. En virtud de ello, no fiscalizan adecuadamente a los gobernantes, no los hacen<br />

responsables y originan que trabajen en forma imprudente, fuera de la ley, anti-ética y<br />

equivocadamente.<br />

Pese a todos los sucesos indeseables y cuestionables, los estados no se han deshecho de los<br />

servicios de inteligencia porque los políticos y los gobernantes entienden perfectamente<br />

que no pueden subsistir sin ellos. Saben que son las alarmas de prevención de lo que puede<br />

92


suceder sea para bien o para mal y que el hecho de no estar alertas o prevenidos puede<br />

ocasionar que otro(s) llegue(n) antes a su(s) fin(es). Vemos muchos ejemplos de reformas,<br />

pero no de eliminación. Uno de ellos es caso peruano con lo sucedido a finales de los años<br />

noventa cuando se demostrara que ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos Torres,<br />

del gobierno del Presidente Alberto Fujimori, utilizara al Servicio Nacional de <strong>Inteligencia</strong><br />

(SIN) como elemento de fuerza paralela y con propósitos personales. Como consecuencia<br />

de ello se modificó el nombre, se expulsó a los malos elementos y modificó el control del<br />

Congreso sobre la organización pero no se eliminó.<br />

Dentro del ámbito académico no existen en nuestra región catedra(s) universitaria(s) en<br />

inteligencia como la existente en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de España, profesores<br />

de experiencia, ni foros o conferencias sobre la materia, con excepción del ámbito<br />

de las fuerzas armadas y policías por lo general.<br />

<br />

<br />

inteligencia, de su importancia y de la necesidad de tenerlos activos dentro de la<br />

sociedad como elemento de prevención y de apoyo a la toma de decisiones.<br />

<br />

organizaciones clandestinas al servicio del gobernante de turno, capaces de<br />

hacer actividades ilícitas y lo que sea necesario para fines no estatales con<br />

la cobertura de la necesidad de seguridad nacional o de la sociedad en general<br />

que pueden ofrecer. Son organizaciones temidas o por lo no proporcionan<br />

confianza.<br />

<br />

las que son desprestigiadas y poco reconocidas por la pese a la abnegación<br />

de muchos de sus miembros y del riesgo que ello les implica.<br />

<br />

hacen mal son unos pocos<br />

<br />

de inteligencia en lugar de hacer el esfuerzo en forma complementaria.<br />

En virtud de lo anterior, debemos entender que los servicios de inteligencia deben cambiar<br />

y trabajar para que las sociedades se desenvuelvan en entornos más seguros y confiables,<br />

más competitivos, más éticos y más libres y que tienen que lograr ocupar el lugar<br />

que la sociedad les demanda. En ese sentido, deben trabajar en dar seguridad y realizar<br />

los análisis que se requieren para la toma de decisiones en provecho de todos los aspectos<br />

de interés adelantándose a los hechos: vigilancia del medio ambiente, prevención de ame-<br />

93


nazas, cyber-delitos, crimen organizado, mitigación de epidemias, movimientos migratorios<br />

no controlados, proliferación de armas de destrucción masiva, sucesos económicos,<br />

comercio internacional, contrabando, conflictos interestatales y sus nuevas modalidades,<br />

relaciones internacionales, avances tecnológicos y conflictos sociales etc.<br />

Los servicios de inteligencia en esta nueva fase deben ser garantes de la democracia y luchar<br />

contra aquellos que intentan modificarla o reformarla. Es así, que deben conseguir que se hable<br />

y opine bien de ellos y eso se logra modificando las percepciones de los ciudadanos con el<br />

trabajo coherente y oportuno. Necesitan un nuevo ambiente de reputación y transparencia.<br />

Para corregir lo señalado, debemos comprender como trabajan y para ello es necesario saber<br />

bien sus funciones, su ambiente, sus costumbres, su régimen legal y sus limitaciones. Deben<br />

participar en ello los políticos, los técnicos y los académicos. Todo se enmarca en el saber de la<br />

inteligencia y por ende del grado de cultura que sobre ella tienen el entorno y sus ciudadanos<br />

que como mencioné anteriormente son cada día más exigentes y participativos. El desarrollo de<br />

la cultura de la inteligencia debe funcionar como instrumento y herramienta de actualización<br />

y reforma de los servicios al nuevo orden mundial de la era del conocimiento o información.<br />

La importancia que para lograr la cultura de la inteligencia tiene el ambiente académico es vital<br />

porque las demás reformas que se deben ejecutar para recuperar la confianza son conocidas.<br />

Ambos, el ambiente académico y los servicios, tienen en común el estudio de los hechos,<br />

la resolución de problemas que nos afectan y el deseo de acertar el futuro para que el decisor<br />

no maneje información sino inteligencia a fin de concluir acertadamente. Es así entonces, que<br />

no hay duda que ambos se necesitan porque los asuntos de los servicios de inteligencia pueden<br />

ser tratados por los centros de investigación de las universidades y aportar de esta forma<br />

profundidad a los conocimientos en temas o asuntos que también son importantes para ellos.<br />

El aporte de los servicios a la cátedra universitaria será la transmisión del deseo de investigar<br />

y discutir hechos de importancia o interés crucial para aumentar la probabilidad de éxito en<br />

las decisiones. De la doble utilidad de esta relación, que sólo hace que los resultados sean<br />

mejores, es que se debe exigir el trabajo conjunto porque no se puede ni debe desperdiciar el<br />

potencial que tienen. Perder esta asociación es un lujo que no podemos permitir.<br />

<br />

<br />

<br />

Mejorar inteligencia (información procesada).<br />

<br />

no son inmediatos. No son eficaces en el corto plazo.<br />

<br />

mejora de la confianza en ellos y en su imagen.<br />

94


producción de inteligencia.<br />

<br />

de inteligencia.<br />

<br />

democrática a fin de un mejor entendimiento de su importancia y relevancia<br />

en la vida y éxito de cualquier país.<br />

Finalmente, la cultura de inteligencia es una necesidad para que los servicios trabajen en<br />

provecho de los estados a fin de obtener el éxito y vivir en paz.<br />

<br />

JIMÉNEZ MOYANO, Francisco (2012). Manual de <strong>Inteligencia</strong> y Contrainteligencia.1° ed. España: CISDE, 2012.<br />

SOHR, Raúl (2003). Claves para Entender la Guerra. 3° ed. Chile: Random House Mondadori S.A., 2003<br />

COMANDO CONJUNTO DE LAS FUERZAS ARMADAS (1968). Manual de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica. 1° ed. Perú: Comando<br />

Conjunto de las Fuerzas Armadas, 1968.<br />

CASTRO CONTRERAS, Jaime (2002). <strong>Inteligencia</strong> Estratégica en un Estado Democrático. 1°Ed. Perú: Gráficas Unidas, 2002<br />

DIAZ FERNÁNDEZ, Antonio (2014). Presentación: V Congreso Internacional de <strong>Inteligencia</strong>. Palabras de Salutación. <strong>Inteligencia</strong><br />

y Seguridad. 16, 2014.pp.143-145.<br />

VELÁSCO FERNÁNDEZ, Fernando (2014). La Cultura de <strong>Inteligencia</strong> como instrumento de la acción estratégica de los<br />

servicios de inteligencia. Intervención Seminario Portugal.16, 2014. pp.125-137.<br />

LLOP MESEGUER, Santiago, MARTÍNEZ ENRIQUEZ, Luis, VALERIANO-FERRER GONZALEZ, Fernando (2008).<br />

Apuntes de <strong>Inteligencia</strong> Básica. 1° ed. Perú: Escuela Superior de Guerra Naval, 2008.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

95


96


Formación en inteligencia<br />

Márcia Stein Telemberg<br />

La profesión de <strong>Inteligencia</strong>, ejercida de universalmente de las más diversas formas y dentro<br />

de los más variados contextos, es aquí entendida como la producción de Conocimiento, generalmente<br />

para asesoramiento de los decisores. Se encuentra presente en todos los grandes<br />

acontecimientos mundiales y nadie se atreve a dejarla de lado para la seguridad.<br />

Cuando se habla de formación, se sobreentiende que se hace referencia a cursos, escuelas y,<br />

principalmente, a la doctrina sobre el tema; tal como cita el autor WEINER (2008) cuando<br />

analiza los problemas de la Agencia Central de <strong>Inteligencia</strong> (CIA) de los Estados Unidos y<br />

comenta el hecho de que su desarrollo era sobre técnicas conocidas, pero que faltaban la<br />

doctrina y la experiencia y que la única conducta adoptada por la Agencia era aprender<br />

haciendo, o sea, cometiendo errores durante la batalla. Por lo tanto, la falta de doctrina habría<br />

conducido a los grandes errores de la Agencia. Esta declaración nos hace pensar en la<br />

formación de <strong>Inteligencia</strong>: no se forma un profesional en el corto plazo, los planes de estudio<br />

de los cursos son fundamentales y la base de dichos planes de estudio es, sin duda alguna,<br />

una doctrina sólida en esta área de estudio.<br />

Vale la pena repetir que la memoria es una construcción social. La doctrina de una institución<br />

académica es una construcción de la sociedad, y por consiguiente, ésta no puede estar<br />

en oposición a la doctrina de defensa, que en América Latina es básicamente militar; es<br />

necesario un término medio. Una institución académica no se construye con la inmediatez<br />

de los hechos, o sea, con el calor de la emoción, pero sí con buen juicio y bajo el dominio de<br />

la razón. Y esos hechos interfirieren de lleno en la formación de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

Los militares siempre dominaron la formación en <strong>Inteligencia</strong> debido a la naturaleza de<br />

su misión e incluso gracias al desinterés de la sociedad civil, lo cual viene cambiando con<br />

el tiempo; y no puede haber obstáculos en lo que respecta a las funciones y objetivos en la<br />

formación de estos profesionales. Para los militares, dueños de la capacitación en esta área,<br />

siempre existirá el cuestionamiento sobre las diferencias entre el universo académico y la<br />

97


doctrina militar, la cual permaneció bajo su dominio durante varios años. Este hecho nos<br />

lleva a la conclusión anticipada de que aún queda un largo camino por recorrer. No es para<br />

nada productivo, ni necesario adentrarse en una eterna discusión sobre la importancia entre<br />

la teoría y la práctica, o sobre el humanismo y la técnica. Se torna una discusión pesada e<br />

infructífera, ya que ninguno puede sobrevivir sin el otro. El conocimiento elaborado secularmente<br />

en una academia es fundamental para la formación de investigadores, la masa<br />

crítica en el área de defensa y, por lo tanto, para la <strong>Inteligencia</strong>. A su vez, el conocimiento<br />

técnico y la instrucción de los militares también son fundamentales para los investigadores<br />

civiles, ya que la guerra no se libra solamente en libros y teorías.<br />

La lucha de ideas es óptima y extremadamente productiva para la formación del intelectual,<br />

sin embargo, es totalmente improductiva cuando acaba con la democracia en una mesa de<br />

negociaciones y se desvía hacia un campo de batallas donde hay muerte, sangre y tragedias.<br />

Por consiguiente, una vez reconocidas las diferencias, es necesario y prioritario un término<br />

medio y un camino en común que, seguramente, no se marcará con la constante discusión<br />

sobre la formación civil y militar. Es un ejercicio intelectual de desprendimiento de ambas<br />

partes donde se debe llegar a un consenso en pos de la seguridad y la defensa de la nación o<br />

de las instituciones: defendamos el mismo país y ambos estaremos del mismo lado.<br />

Otro punto importante a tener en cuenta es cómo el aumento de la violencia trajo aparejada<br />

una verdadera “industria” de seguridad e <strong>Inteligencia</strong>. Hoy en día, los cursos en<br />

estos campos de estudio han adoptado una dimensión peligrosa, y han intentado colocar<br />

al mismo nivel a un soldado o un agente de policía interna y un analista de <strong>Inteligencia</strong> o<br />

de defensa internacional.<br />

No hay razón para desacreditar esta situación. Pero, querer comparar la base de la formación<br />

humanística necesaria para el profesional de defensa o de seguridad externa (internacional)<br />

y de seguridad interna demuestra falta de profesionalidad. Mientras que para la formación<br />

académica es necesario todo un estudio desgastante e interminable que un analista de cualquier<br />

área tiene que realizar, la formación que se exige en algunos estados para un policía o<br />

un agente es apenas el segundo grado.<br />

Lo más preocupante es que junto a esto se sobrevino una formación desenfrenada y descontrolada<br />

en áreas como la <strong>Inteligencia</strong>, la Seguridad Orgánica y el Armamento, donde una<br />

persona que realiza un curso cualquiera pasa a dar otro curso en el lugar que sea para otros<br />

alumnos. Esto demuestra un total descontrol y revela que el enemigo algunas veces posee<br />

una formación igual o superior a la del profesional de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

La formación en el área de <strong>Inteligencia</strong> es compleja y sensible, por lo tanto, siempre se encontrará<br />

entre los militares y la academia. No se forman profesionales en un área de tantas<br />

especificidades: el contexto de actuación de las Fuerzas Armadas en campos tan diversos.<br />

Se sabe que la formación del militar no es algo que ocurra con facilidad. “El ambiente militar<br />

es considerado un ambiente estresante, no solo en función de la actividad prioritaria:<br />

98


adiestrar hombres para la guerra, sino también por la propia rutina de los cuarteles, la cual<br />

sobre todo comprende un régimen de servicio sustentado por dos grandes pilares: la disciplina<br />

rígida y la jerarquía. Tradicionalmente, la vida militar ha estado asociada a riesgos,<br />

alta movilidad geográfica, separación temporaria de la familia, necesidad de practicar la<br />

violencia, exposición a peligros, entrenamientos intensivos, disciplina férrea, ejercicios físicos<br />

pesados, solidez moral y obediencia profesional por sobre cualquier derecho o deber<br />

personal” (MORAES, 2008).<br />

A fin de completar y explicar mejor las diferencias entre la formación militar y civil cito un<br />

estudio realizado con cadetes de la Academia Militar de las Agulhas Negras (AMAN) donde<br />

se investigaron las diferencias entre los patrones de comportamiento entre jóvenes militares<br />

y no militares: “descriptos por los propios cadetes como “el mundo de aquí adentro” y el<br />

“mundo de allá afuera”, dejando en claro que hay una idea subyacente de que existen características<br />

físicas, de comportamiento, morales y ambientales que distinguen y tornan reconocibles<br />

a los militares, incluso cuando no están usando uniforme. El desarrollo de esas características<br />

está vinculado al aprendizaje y la incorporación de la cultura de las instituciones<br />

militares, o sea, de sus tradiciones, creencias y valores. Los centros de formación militar son<br />

los responsables del proceso de transmisión de estos valores organizacionales, además de las<br />

enseñanzas profesionales (aspectos técnicos)”. (CASTRO, 2004, MORAES, 2008).<br />

Por lo tanto, la formación militar, que es el principal ejecutor de las acciones de defensa, es<br />

muy marcada, por ejemplo: todos viven, vivieron o vivirán la misma situación. Existen códigos<br />

de vida que solo entienden ellos. Los marineros acostumbran repetir: “cuando el buque<br />

deja el puerto y se abre al océano que tiene en frente, allí hay un mundo que solo los marineros<br />

conocemos”. A fin de elaborar políticas para quien encuentra en un buque distante,<br />

quien está volando solo una aeronave militar o quien se encuentra en fronteras lejanas como<br />

el ejército, no basta con hacer grandes cursos o poseer títulos, es necesario conocer la realidad,<br />

que quien está en un gran centro urbano con aire acondicionado no podrá nunca entender.<br />

Si no fuera de esta forma, siempre existirá un choque entre la formación académica<br />

civil y la realidad de quienes ejecutan la defensa y seguridad formados en escuelas militares.<br />

Es primordial una real integración entre los profesionales militares y los de las academias,<br />

de lo contrario, nunca llegaremos a un consenso. Es preciso que el militar tenga la noción<br />

exacta de la ardua tarea de hacer la especialización en el sentido estricto en la academia,<br />

y los académicos, de la misma forma, deben buscar aproximarse a la realidad militar. Los<br />

diplomas y las teorías no van al campo de batalla, solo basta imaginar qué ocurriría si los<br />

funcionarios públicos civiles tuvieran que lidiar con la llegada de un misil en su dirección<br />

y cómo sería resuelto rápidamente por un militar con conocimiento de campo de batalla.<br />

Es evidente que no solo la comunidad académica y militar de seguridad y defensa pasó a<br />

integrar, discutir, estudiar, cuestionar e investigar en esa área sino también la sociedad civil.<br />

Podríamos utilizar el término “ciencia de defensa” (RAZA, 2004) para definir la amplitud de<br />

99


ese campo de estudio. Ya que las amenazas se modernizaron con el enemigo utilizando <strong>Inteligencia</strong><br />

y armas creadas por nosotros para la defensa y el ataque, es necesario la profundización<br />

de estudios y principalmente la producción de conocimiento estratégico para poder<br />

vencer. SCHULTZ (1997) ya presentaba los puntos observados anteriormente con respecto<br />

a los estudios de seguridad y defensa, cuando mencionaba que con la experiencia que se<br />

construyó con los estudios de seguridad puede decirse que existen deficiencias claras que<br />

precisan ser analizadas, entre ellas se destaca: el énfasis excesivo en la teoría y su aplicación a<br />

toda la extensión de conflictos, pensando que todo el sistema que se desarrolló en la “guerra<br />

fría” resolvería todos los problemas y dejaría de lado contextos políticos y culturales diversos<br />

del escenario mundial, especialmente América Latina. La falta de estudios académicos<br />

en detrimento de los estudios militares, en una región donde históricamente esos estudios<br />

estuvieron bajo la responsabilidad de los militares, provocó un estancamiento al finalizar<br />

los regímenes militares. A partir de ahí surgió el “amateurismo civil” -que sin conocimiento<br />

profundo de la práctica de la guerra, el terrorismo, etc.-, conocimiento reservado hasta hace<br />

poco para las escuelas militares, pasó a publicar en esa área con poca fundamentación científica<br />

-lo que llevó al descrédito-, las investigaciones y la enseñanza focalizadas solamente en<br />

los Estados Unidos, Europa y la Unión Soviética, excluyendo casi a todo el resto del mundo.<br />

La formación en el área de <strong>Inteligencia</strong> sigue las normas y los patrones flexibles y diferenciados<br />

según la finalidad y las características dentro de sus segmentos: Actividad de <strong>Inteligencia</strong><br />

(Producción de Conocimiento), Contrainteligencia (Protección del Conocimiento) e<br />

Operaciones de <strong>Inteligencia</strong> (la búsqueda de Conocimiento protegido o negado).<br />

El planeamiento del proceso de formación y la capacitación del profesional de <strong>Inteligencia</strong><br />

debe proveer la preparación de los recursos humanos con requisitos previstos para las funciones<br />

para que permita atender, sin interrupción, una mayor demanda de conocimientos<br />

de extensión creciente junto con la consistencia, la naturaleza y la profundidad adecuadas a<br />

un proceso de decisión de alto nivel que contemple hechos y situaciones de una coyuntura<br />

cada vez más compleja en sus condicionantes.<br />

Uno de los aspectos relevantes sobre los cuales reposa la eficacia de cualquier sistema es la<br />

adecuada capacitación de los recursos humanos destinados a manejar dicho sistema. Así<br />

que, el desempeño del personal está directamente relacionado con la adecuación de las tareas<br />

por ejecutar y el nivel de instrucción junto a una aplicación proficiente de técnicas,<br />

métodos, reglas y normas reguladoras del funcionamiento de la <strong>Inteligencia</strong>.<br />

De este modo, cualquier planeamiento relacionado con la formación de recursos humanos<br />

deberá tener en cuenta el nivel de detalle compatible con sus objetivos, los instrumentos<br />

utilizados por el personal con vistas a una realización eficaz de sus tareas con el propósito de<br />

obtener un pleno cumplimiento de sus responsabilidades.<br />

Al examinar los instrumentos utilizados para la realización de las tareas, debemos preguntar:<br />

¿Qué tipo de análisis es el deseado para un trabajo eficiente que provea Conocimientos?<br />

100


Las respuestas pueden ser tres:<br />

1- El análisis debe igualarse a aquel realizado en las disciplinas académicas<br />

con cuidado en el manoseo de las evidencias, creación de modelos,<br />

evaluación de alternativas, selección de las más probables y adaptación<br />

de los resultados o conclusiones a un debate crítico.<br />

2- El análisis debe ser realizado con un importante énfasis en el enfoque<br />

metodológico, a través del uso de métodos y técnicas elaboradas con<br />

anterioridad.<br />

3- El análisis debe valorizar la intuición, particularmente aquella basada<br />

en la experiencia del analista como un asunto a ser examinado.<br />

Teniendo en cuenta estas tres respuestas, ciertamente, lo ideal sería una síntesis entre los<br />

aspectos enumerados en un equilibrio entre el conocimiento académico, los métodos y las<br />

técnicas de análisis y la intuición basada en la experiencia (que por ser de carácter personal<br />

no será considerada en este documento). Faltarían, entonces, dos tipos de problemas: los<br />

de subsistencia cultural y los metodológicos, a los cuales denominaremos de ahora en más<br />

Instrumento Teórico e Instrumento Metodológico, respectivamente.<br />

El consiste en la base cultural que permitiría una<br />

percepción adecuada de los problemas, sus causas y efectos, despojada de distorsiones provocadas<br />

por preconceptos que inevitablemente estarían presentes en la falta de una base teórica<br />

adecuada. Para entender un acontecimiento internacional, por ejemplo, habrá que analizarlo<br />

considerando los valores de los actores involucrados y no los preconceptos individuales.<br />

Cuando hablamos de un instrumento teórico caemos en el clásico dilema: conocer mucho<br />

sobre pocas cosas: especialización; conocer menos sobre muchas cosas: generalización.<br />

La solución a este dilema reside en el equilibrio. La <strong>Inteligencia</strong> necesita de ambas clases:<br />

generalistas y especialistas.<br />

Por otro lado, el instrumento teórico admite otro tipo de cuestión: Al momento del reclutamiento<br />

o selección, el profesional de <strong>Inteligencia</strong> ¿debe poseer este instrumento o la institución<br />

debe proveérselo? Aquí también la respuesta yace en el equilibrio relacionado con el<br />

dilema entre especialización y generalización. Normalmente, enfatizamos que las tareas de<br />

los auxiliares exigen una mayor especialización mientras que las de los analistas requieren<br />

generalización. De este modo, ¿estarían ambos preparados para desempeñar funciones en<br />

las respectivas actuaciones? En términos conceptuales, sería deseable que el proceso de capacitación<br />

incluya materias destinadas a conferirle al analista los conocimientos necesarios<br />

para una visión interdisciplinaria, especialmente en los más altos niveles.<br />

El sería aquel que auxilia al analista en la organización<br />

de un raciocinio objetivo y consistente. Decimos “auxilia” porque no existe método que<br />

101


vuelva indispensable al instrumento teórico. Cualquiera que sea el método, por más bueno<br />

que sea, si lo aplican personas que no dispongan del instrumento teórico en el grado adecuado,<br />

conducirá a conclusiones parciales, fútiles, obvias, inconsistentes y, principalmente,<br />

prejuiciosas. Dicho aspecto es tanto o más verdadero, cuanto más elevado el nivel o el fin al<br />

cual se destina el análisis.<br />

Cómo sería el trabajo del profesional de <strong>Inteligencia</strong>:<br />

En el área de la el trabajo es de nivel técnico superior, esencialmente<br />

intelectual, desarrollado dentro de áreas específicas del conocimiento. Requiere, de<br />

quien lo ejecuta, conocimientos teóricos prácticos específicos de <strong>Inteligencia</strong> y Contrainteligencia,<br />

además de conocimientos de naturaleza doctrinaria. Aun así requiere conocimientos<br />

del escenario nacional y la actuación de su institución en este escenario y también de las<br />

estructuras técnicas y administrativas de su contexto de trabajo. Se espera que el analista ya<br />

posea conocimientos solidos sectoriales del conocimiento humano en su bagaje cultural (bases<br />

de conocimiento de las áreas de ciencias humanas: sociología, filosofía e antropología).<br />

Las atribuciones básicas incluyen tareas que puede ser consideradas constantes en lo que<br />

respecta al área de conocimiento en la que se actúa, pudiendo ser consideradas diversificadas<br />

en cuanto a los temas, enfoques y abordajes utilizados, lo cual exige un dominio de<br />

vocabulario que permita comprender, analizar, interpretar, sintetizar y redirigir textos. Para<br />

eso necesita fundamentación teórica principalmente en el área de ciencias sociales: filosofía,<br />

sociología, relaciones internacionales, entre otras. El desempeño de la función incluye acciones,<br />

en especial, leer, hablar, oír y escribir.<br />

Ya en el área de operaciones, el trabajo es de nivel técnico especializado y requiere un desempeño<br />

intelectual medio. El ejercicio de la función demanda del profesional conocimientos<br />

teórico-prácticos específicos de Técnicas Operacionales, Contrainteligencia, nociones<br />

de <strong>Inteligencia</strong>, además de conocimientos de naturaleza doctrinaria. Requiere, incluso, el<br />

conocimiento de la estructura administrativa de la organización de <strong>Inteligencia</strong>, principalmente<br />

en los aspectos que traducen derechos y deberes del profesional de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

Las atribuciones básicas son diversificadas e incluyen tareas variadas que puedan exigir<br />

creatividad, cuya ejecución exige el dominio de un vocabulario que permita comunicarse<br />

(comprender y expresarse de forma oral) en ambientes socio-culturales variados. A fin de<br />

desempeñar la función, es necesario que posea un condicionamiento físico que le permita<br />

realizar acciones corporales diversas que varían desde quedarse de pie, parado hasta correr.<br />

De una manera general, el profesional de <strong>Inteligencia</strong> que actúa en Operaciones, debería<br />

poseer conocimientos especializados en un campo afín a la actividad desarrollada por la<br />

institución a la cual pertenece. En caso de asumir funciones más jerárquicas en la estructura<br />

de <strong>Inteligencia</strong>, la necesidad de un nivel mayor de generalización de sus conocimientos au-<br />

102


mentaría, teniendo en cuenta la naturaleza más política del asesoramiento a los niveles más<br />

altos de los diversos sectores.<br />

Con respecto a las tareas principales de asesoramiento a los niveles más altos, normalmente<br />

con un elevado grado de generalización y una visión interdisciplinaria, necesitaría, en su<br />

función de auxiliar, de especialistas en los más variados campos del conocimiento humano,<br />

trabajando bajo la supervisión de analistas capaces de integrar tales conocimientos sobre el<br />

enfoque más amplio de los Conocimientos determinados en el planeamiento de <strong>Inteligencia</strong><br />

de la institución. En paralelo, en la medida en que aumentan los niveles de producción de<br />

conocimientos, se acrecienta la necesidad de un conocimiento mayor de naturaleza político-social,<br />

exactamente aquellos que permiten la integración con el enfoque adecuado a una<br />

formulación y conducción de asesoramiento de alto nivel.<br />

De este modo, la formación de profesionales de <strong>Inteligencia</strong> destinados a la Producción de<br />

Conocimientos podría contemplar, desde el punto de vista del instrumento teórico y metodológico,<br />

un esquema conceptual como se detalla a continuación:<br />

-Formación básica: conocimientos especializados compatibles con el sector<br />

de actuación, junto a una capacitación sobre técnicas, métodos y doctrina.<br />

-Formación intermedia: énfasis en la especialización, algún conocimiento<br />

interdisciplinario junto a una sólida capacitación en lo que respecta a la<br />

doctrina, a las técnicas y a los métodos de procedimiento.<br />

-Formación avanzada: énfasis en los conocimientos político-sociales, visión<br />

interdisciplinaria, sólidos conocimientos de la doctrina, de las técnicas y de<br />

los métodos para la producción de documentos más libres con vistas a<br />

valorizar la visión prospectiva.<br />

Por otro lado en el área de Operaciones encontramos una realidad diversa. En paralelo a un<br />

nivel deseable de escolaridad y de conocimientos especializados, lo más importante reside<br />

en las características del agente ejecutor de Operaciones, relacionados no solo con las áreas<br />

cognitivas o psicomotoras, sino también con el área afectiva y las técnicas, métodos y procesos.<br />

Si por un lado el sistema no le conferirle énfasis al área cognitiva del agente operador<br />

en niveles auxiliares, por el otro lado, en lo que respecta a la capacitación de los Encargados<br />

de operaciones y de algunos Agentes Especiales, tendremos un problema básico que no permite,<br />

en general, una solución estandarizada: adecuar al hombre a las acciones encubiertas<br />

(EC, por su sigla en portugués). Entonces, en la capacitación del agente de niveles más altos,<br />

las soluciones serían individuales: cada caso es un tipo de capacitación.<br />

También, para las Operaciones, podríamos visualizar el siguiente esquema conceptual:<br />

-Formación básica: algunos conocimientos formales, junto a una capacitación<br />

sólida relacionada con las técnicas, métodos y doctrina.<br />

-Formación intermedia: énfasis en técnicas, métodos, procedimientos y<br />

doctrina, con especial atención al planeamiento, junto con algún contenido<br />

103


que intente adecuar al hombre a las coberturas más comunes.<br />

-Formación avanzada: énfasis en la capacitación individual capaz de adecuar<br />

al hombre a las acciones encubiertas (EC) específicas junto a la<br />

capacitación sobre el planeamiento de operaciones, cuyas técnicas, métodos<br />

y procedimientos ya serían del dominio del operador.<br />

La Actividad de <strong>Inteligencia</strong> en todos sus segmentos es una actividad intelectual, técnica<br />

y amplia. Por lo tanto, el profesional siempre debe estar perfeccionándose y no depender<br />

únicamente del estímulo de la institución. Debe motivarse y estar atento a los cambios,<br />

actualizarse y multiplicar su conocimiento.<br />

El autor Gregory D. Foster logró resumir la importancia de la capacitación individual de forma<br />

brillante: “Cualquier institución que anhele el éxito de sus miembros y que procure mantener<br />

un ambiente propicio para el aprendizaje con miras al desarrollo individual debe exigir<br />

de sus miembros la lectura (para adquirir conocimiento y perspectiva), la investigación<br />

(para aprender a elaborar preguntas apropiadas y encontrar respuestas plausibles), el debate<br />

(para contemplar distintas visiones y someter su propia opinión a un intenso debate) y la<br />

producción escrita (para elaborar afirmaciones y articularlas con claridad y coherencia)”.<br />

Traducido por Berta Martha Wernik de portugués a español.<br />

<br />

LOWMAN, Joseph. “Dominando as Técnicas de Ensino”. Tradução de Harue Ohara Avritscher. São Paulo. Atlas, 2004<br />

MORAES, E. E. C. Processo de adaptação à vida militar-naval: crenças, valores e saúde. 2008. 194 f. Dissertação<br />

(Mestrado em Psicologia) – Universidade Federal de Santa Catarina, Florianópolis, 2008.<br />

OLIVEIRA, E. R. Democracia e defesa nacional: a criação do Ministério da Defesa na presidência de FHC. Barueri:<br />

Manole, 2005.<br />

RAZA, S. G.. A questão da cientificidade nos estudos de defesa. Política Externa, São Paulo: Paz e Terra, v. 12, n. 3,<br />

p. 91-110, dez./fev. 2004.<br />

SHULTZ, R. H.;GODSN, R. e QUESTER, G. H. Security studies for the twenty- first century. Brassey’s: 1977. Estados Unidos.<br />

TELEMBERG, M. da G. S. Ensino de segurança transnacional – Atividade de Inteligência. Conferencia Sub-Regional de<br />

Defensa: Seguridade Transnacional e Gobernabilidad. Uruguai. Disponível em:<br />

.<br />

TELEMBERG, M. da G. S. Educação para Profissionais em Segurança e Defesa no Brasil. Conferencia Sub-Regional de<br />

Defensa: Chile. Disponível em: .<br />

WEINER, T. Legado de Cinzas. Rio de Janeiro: Record, 2008.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

104


Formacion em inteligência<br />

Marcia Stein Telemberg<br />

A profissao de Inteligência, exercida universalmente das mais diversas formas e dentro dos<br />

mais variados contextos e aqui entendida como a producao de Conhecimento geralmente<br />

para assessoramento de decisores. Esta presente em todos os grandes acontecimentos<br />

mundiais e ninguem a dispensa para a seguranca.<br />

Quando se fala em formação, está subentendido cursos, escolas e principalmente doutrina<br />

sobre o assunto, como bem situa o autor WEINER (2008) quando analisa os problemas<br />

da Agência Central de Inteligência (CIA) dos Estados unidos falando que sua atuação era<br />

em cima de técnicas conhecidas, mas faltavam doutrina e experiência, fazendo com que a<br />

única conduta adotada pela Agência era aprender fazendo, ou seja, cometendo erros durante<br />

a batalha. Portanto a falta de doutrina teria levado aos grandes erros da Agência. Esta<br />

citação nos faz pensar a situação formação em Inteligência, não se forma profissional em<br />

curto prazo, o currículo dos cursos é fundamental e a base dos currículos é sem dúvida<br />

uma doutrina sólida na área de estudo.<br />

É importante repetir que a memória é uma construção social. A doutrina de uma instituição<br />

acadêmica é uma construção da sociedade e, portanto, esta não pode estar em choque<br />

com a doutrina de defesa, que na América Latina é basicamente militar, é preciso meio termo.<br />

Não se constrói uma instituição acadêmica em cima do imediatismo dos fatos, ou seja,<br />

no calor de emoção e sim no bom senso sob o domínio da razão. E esses fatos interferem<br />

diretamente na formação em Inteligência.<br />

Os militares sempre dominaram a formação em Inteligência pela natureza de sua missão<br />

e até por dessinteresse da sociedade civil. O que vem mudando com o tempo; e não pode<br />

haver entraves quanto a questão de funções e objetivos na formação destes profissionais.<br />

Para militares, detentores da formação nesta área sempre haverá o questionamento sobre<br />

as diferenças do universo acadêmico e a doutrina militar, a qual esteve sob o domínio deles<br />

105


durante longos anos. Este fato leva à conclusão antecipada que há um longo caminho a se<br />

percorrer. É totalmente improdutivo e desnecessário entrar-se na discussão interminável<br />

do peso entre a teoria e a prática, ou o humanismo e a técnica; é uma discussão pesada e<br />

infrutífera, visto que um não sobrevive sem o outro. O conhecimento elaborado secularmente<br />

na academia é fundamental para a formação de pesquisadores e massa crítica na<br />

área de defesa e portanto, de Inteligência , assim como, o conhecimento técnico e treinamento<br />

dos militares também o são para os pesquisadores civis, visto que, não se executa a<br />

guerra em livros e teorias.<br />

A briga de idéias é ótima e extremamente produtiva para a formação do intelectual, mas,<br />

totalmente improdutiva quando acaba a democracia em uma mesa de negociações e se<br />

vai para um campo de batalha onde há morte, sangue e tragédias. Portanto, reconhecidas<br />

as diferenças é necessário e prioritário um meio termo e um caminho comum, que com<br />

certeza não será trilhado com essa constante discussão sobre a formação civil e a militar. É<br />

um exercício intelectual de desprendimento de ambas as partes onde se deve chegar a um<br />

consenso em prol da segurança e defesa da nação ou de instituições: defende-se o mesmo<br />

país e ambos estão do mesmo lado.<br />

Outro ponto importante a ser observado é como o aumento da violência trouxe conseqüentemente<br />

uma verdadeira “indústria” de segurança e Inteligência a seu lado. E hoje os<br />

cursos nestes campos de estudo, tomaram uma proporção perigosa, tentando colocar no<br />

mesmo patamar um soldado ou um agente de Polícia interna e um analista de Inteligência<br />

ou de Defesa internacional.<br />

Não há desmerecimento nesta colocação, agora querer comparar a base de formação humanística<br />

necessária ao profissional de defesa ou de segurança externa (internacional) e o de<br />

segurança interna é no mínimo amador. Enquanto para a formação acadêmica é necessário<br />

todo um desgastante estudo interminável que o Analista de qualquer área tem que realizar,<br />

a formação exigida em alguns Estados para o policial ou agente é apenas o segundo grau.<br />

O mais preocupante é que aliado a isto veio a formação desenfreada e descontrolada em<br />

áreas como Inteligência, Segurança Orgânica e Armamento; onde quem faz qualquer curso;<br />

passa a ministrar outro qualquer curso; em qualquer lugar; para qualquer outros alunos.<br />

O que tem demonstrado um total descontrole tendo o inimigo algumas vezes formação<br />

igual ou superior a do profissional de Inteligência.<br />

A formação na área de Inteligência é complexa e sensível, portanto sempre estará entre<br />

miliatres e academia. Não se formam profissionais numa área de tantas especificidades: o<br />

contexto de atuação das Forças Armadas em campos tão diversos. Sabe-se que a formação<br />

do militar não é algo que ocorra com facilidades “O ambiente militar é considerado<br />

um ambiente estressor, não só em função da atividade prioritária: treinar homens para a<br />

guerra, mas pela própria rotina dos quartéis, a qual engloba, acima de tudo, um regime de<br />

106


servidão, sustentado por dois grandes pilares: a disciplina rígida e a hierarquia. Tradicionalmente,<br />

a vida militar tem sido associada a riscos, alta mobilidade geográfica, separação<br />

temporária da família, necessidade de praticar a violência, exposição a perigos, treinamentos<br />

intensivos, disciplina férrea, exercícios físicos pesados, solidez moral e obediência profissional<br />

acima de qualquer direito ou dever pessoal”. (MORAES, 2008).<br />

Completando para melhor esclarecer as diferenças entre a formação militar e a civil cito<br />

estudo realizado com cadetes da Academia Militar das Agulhas Negras (AMAN), onde<br />

foram investigadas as diferenças existentes nos padrões comportamentais entre jovens militares<br />

e não-militares: “Descritos pelos próprios Cadetes como “o mundo aqui dentro” e o<br />

“mundo lá fora”, deixando claro que existe uma idéia subjacente de que existem atributos<br />

físicos, comportamentais, morais e ambientais, que distinguem e tornam reconhecíveis os<br />

militares, mesmo quando eles não estão usando farda. O desenvolvimento desses atributos<br />

está vinculado ao aprendizado e a incorporação da cultura das instituições militares, ou<br />

seja, das suas tradições, crenças e valores. Os centros de formação militar são os responsáveis<br />

pelo processo de transmissão destes valores organizacionais, além dos ensinamentos<br />

profissionais (técnicos)”. (CASTRO, 2004, apud MORAES, 2008).<br />

Portanto a formação do militar, que é o principal executor das ações de defesa é muito<br />

pautada no exemplo: todos vivem, viveram ou viverão a mesma situação. Há códigos de<br />

vida que só entende quem é um deles, os marinheiros costumam repetir “Quando o navio<br />

deixa a barra e abre-se o oceano a sua frente, está ali um mundo que só nós marinheiros<br />

conhecemos”. Para se elaborar políticas para quem está em um navio distante, voando sozinho<br />

em uma aeronave militar ou em fronteiras distantes como o exército, não basta se fazer<br />

grandes cursos, ter titulação, é necessário se conhecer a realidade, que quem está em um<br />

grande centro urbano, no ar condicionado, pode nunca entender. Se não for desta forma<br />

existirá sempre o choque da formação acadêmica civil e a realidade dos que executam a<br />

defesa e segurança formados nas escolas militares.<br />

É necessário a real integração entre os profissionais militares e da academia, senão nunca<br />

chegaremos a um consenso. É preciso que o militar tenha a noção exata da árdua tarefa de<br />

se fazer a especialização stricto sensu na academia, mas os acadêmicos da mesma forma<br />

devem buscar aproximar-se da realidade militar. Diplomas e teorias não vão ao campo de<br />

batalha, basta imaginar como seria os funcionários públicos civis administrando a chegada<br />

de um míssil em sua direção e como isso seria rapidamente resolvido com conhecimento<br />

de campo de batalha por um militar.<br />

É perceptível que não só a comunidade acadêmica e militar de segurança e defesa passou<br />

a interagir, discutir, estudar, questionar e pesquisar nessa área mas, também a sociedade<br />

civil. Poderíamos utilizar o termo “ciência de defesa” (RAZA, 2004) para definir a abrangência<br />

desse campo de estudo. Como as ameaças também se modernizaram com o inimigo<br />

107


utilizando Inteligência e armas criados por nós para defesa, como ataque a nós, é necessário<br />

o aprofundamento de estudos e principalmente a produção do conhecimento estratégico<br />

para podermos vencer. SHULTZ (1997) já apresentava os pontos observados acima<br />

quanto aos estudos de segurança e defesa, quando diz que com a experiência que se construiu<br />

nos estudos de segurança, pode-se colocar que há deficiências claras que precisam ser<br />

analisadas, entre elas salienta: ênfase excessiva na teoria e sua aplicação a toda abrangência<br />

de conflitos, pensando que todo sistema desenvolvido na “guerra fria” resolveria todos<br />

os problemas deixando-se de lado contextos políticos e culturais dos diversos do cenário<br />

mundial, especialmente a América Latina; a falta de estudos acadêmicos em detrimento de<br />

estudos militares, numa região onde historicamente esses estudos estiveram sob a responsabilidade<br />

dos militares, fez com que houvesse uma estagnação quando no fim dos regimes<br />

militares, surgindo o “amadorismo civil” que sem conhecimento aprofundado da prática<br />

da guerra, terrorismo, etc, conhecimento este reservado até há bem pouco tempo às escolas<br />

militares, passou a publicar nessa área com pouca fundamentação científica o que levou a<br />

certo descrédito; e as pesquisas e o ensino focados somente nos Estados Unidos, Europa e<br />

União soviética, excluindo quase que totalmente todo o resto do mundo.<br />

A formação na área de Inteligência segue a normas e padrões flexíveis e diferenciados, de<br />

acordo com sua finalidade e característica; dentro de seus segmentos: Atividade de Inteligência<br />

(Produção de Conhecimento), Contra-Inteligência (Proteção de Conhecimento) e<br />

Operações de Inteligência (a busca de Conhecimento protegido ou negado).<br />

O planejamento do processo de formação e treinamento do profissional de Inteligência<br />

deve prover o preparo dos recursos humanos com requisitos previstos para as funções,<br />

que permita atender, sem ruptura, uma maior demanda de conhecimentos de abrangência<br />

crescente, com a consistência, a natureza e a profundidade adequadas a um processo de<br />

decisão de alto nível, que contemple fatos e situações de uma conjuntura cada vez mais<br />

complexa nas suas condicionantes.<br />

Um dos aspectos importantes sobre os quais repousa a eficácia de qualquer sistema é o<br />

adequado treinamento dos recursos humanos destinados a operá-lo. Assim, o desempenho<br />

do pessoal está diretamente relacionado com a adequação entre as tarefas a executar e o<br />

nível de instrução aliado a uma proficiente aplicação de técnicas, métodos, regras e normas<br />

reguladoras do funcionamento da Inteligência.<br />

Desse modo, qualquer planejamento relacionado à formação de recursos humanos, deverá<br />

levar em conta, um nível de detalhamento compatível com seus objetivos, os instrumentos<br />

utilizados pelo pessoal com vistas a uma eficaz realização de suas tarefas, com o propósito<br />

de se obter uma plena realização dos seus encargos.<br />

Ao examinarmos os instrumentos utilizados para a realização das tarefas, devemos questionar:<br />

que tipo de análise é a desejada para um eficiente trabalho de prover Conhecimentos?<br />

108


Podem ser três as respostas:<br />

1- A análise deve-se igualar àquela realizada nas disciplinas acadêmicas, com<br />

seu cuidado no manuseio das evidências, criação de modelos, exame de<br />

alternativas, seleção das mais prováveis e sujeição dos resultados ou<br />

conclusões a um debate crítico.<br />

2- A análise deve ser feita com elevada ênfase no enfoque metodológico, através<br />

do emprego de métodos e técnicas elaboradas previamente.<br />

3- A análise deve valorizar a intuição, particularmente àquela baseada na<br />

experiência do analista com o assunto a ser examinado.<br />

Em face destas três respostas, certamente, a desejável está numa síntese entre os aspectos<br />

enumerados, num equilíbrio entre o conhecimento acadêmico, os métodos e técnicas de<br />

análise e a intuição baseada na experiência (que por ser pessoal não será considerada<br />

aqui). Restam então dois tipos de problemas: os de subsistência cultural e os metodológicos,<br />

a que denominaremos doravante de Instrumento Teórico e Instrumento Metodológico,<br />

respectivamente.<br />

O consiste na base cultural que permitiria uma<br />

percepção adequada dos problemas, suas causas e efeitos, descontaminada de distorções<br />

provocadas por preconceitos, que inevitavelmente estariam presentes na falta de uma base<br />

teórica adequada. Para se entender um fato internacional, por exemplo, deve-se analisá-lo<br />

considerando os valores dos atores envolvidos e não os preconceitos individuais.<br />

Quando tratamos de um instrumento teórico, caímos em um clássico dilema: conhecer<br />

muito acerca de poucas – especialização; conhecer menos acerca de muitas coisas – generalização.<br />

A solução deste dilema também reside no equilíbrio. A Inteligência necessitados<br />

dois tipos: generalistas e especialistas.<br />

Por outro lado, o instrumento teórico admite um outro tipo de questão: o profissional de<br />

Inteligência já deve ser recrutado ou selecionado possuindo este instrumento ou a instituição<br />

deverá provê-lo? Aqui também a resposta está no equilíbrio, relacionado com o dilema especialização<br />

x generalização. Normalmente, enfatizamos que as tarefas de auxiliar exigem maior<br />

especialização, enquanto as do analista generalização. Desse modo, os dois escalões estariam<br />

preparados para desempenharem funções nas respectivas atuações? Em termos conceituais,<br />

é desejável que o processo de treinamento inclua matérias destinadas a conferir ao analista,<br />

especialmente ao de alto nível, os necessários conhecimentos à visão interdisciplinar.<br />

O seria aquele que auxilia o analista na organização<br />

de um raciocínio objetivo e consistente. Dizemos “auxilia” pois não existe método que<br />

torne dispensável o instrumento teórico. Qualquer que seja o método, por melhor que seja,<br />

109


se aplicado por pessoa que não disponha do instrumento teórico, no grau adequado, certamente<br />

conduzirá a conclusões parciais, pueris, óbvias, inconsistentes e; principalmente<br />

preconceituosas. Tal aspecto é tanto ou mais verdadeiro, quanto mais elevado o nível e o<br />

fim a que se destina a análise.<br />

E como seria o trabalho do profissional de Inteligência:<br />

Na área da Atividade de Inteligência o trabalho é de nível técnico superior, essencialmente<br />

intelectual, desenvolvido dentro de áreas específicas do conhecimento. Requer de quem<br />

o executa conhecimentos teóricos práticos específicos de Inteligência e Contra-Inteligência,<br />

além de conhecimentos de natureza doutrinária. Requer ainda conhecimentos sobre<br />

o cenário nacional e a atuação de sua instituição neste cenário, bem como das estruturas<br />

técnicas e administrativas de seu contexto de trabalho. Espera-se que o Analista já tenha<br />

sólidos aspectos setoriais do conhecimento humano em sua bagagem cultural (bases de<br />

conhecimentos das áreas de ciências humanas: sociologia, filosofia e antropologia).<br />

As atribuições básicas incluem tarefas que podem ser consideradas constantes quanto à<br />

área de conhecimento em que atua, podendo ser consideradas diversificadas quanto aos<br />

temas, enfoques e abordagens utilizadas, o que exige o domínio de um vocabulário que<br />

permita compreender, analisar, interpretar, sintetizar e redigir textos. Para tanto necessita<br />

de fundamentação teórica principalmente na área de ciências sociais: filosofia, sociologia,<br />

relações internacionais, entre outros. O desempenho da função envolve principalmente,<br />

ações como ler, falar, ouvir e escrever.<br />

Já na área de Operações o trabalho é de nível técnico especializado e requer um desempenho<br />

intelectual médio. O exercício da função demanda do profissional conhecimentos<br />

teórico-práticos específicos de Técnicas Operacionais, Contra-Inteligência, noções de Inteligência,<br />

além de conhecimentos de natureza doutrinária. Requer ainda o conhecimento<br />

da estrutura administrativa da organização de Inteligência, principalmente nos aspectos<br />

que traduzem direitos e deveres do profissional de Inteligência. As atribuições básicas são<br />

diversificadas e incluem tarefas variadas e que possam exigir criatividade, cuja execução<br />

exige o domínio de um vocabulário que permita comunicar-se (compreender e expressar-se<br />

oralmente) em ambientes sócios culturais variados. Para desempenhar a função é<br />

necessário que possua um condicionamento físico que lhe permita realizar ações corporais<br />

diversas que variam desde ficar em pé, parado, até correr.<br />

De uma maneira geral, o profissional de Inteligência que atua em Operações, deveria possuir<br />

conhecimentos especializados em campo afim com a atividade desenvolvida pela instituição<br />

a que pertence. Se, passasse a assumir funções mais elevadas na estrutura de Inteligência,<br />

cresceria a necessidade de um maior nível de generalização de seus conhecimentos,<br />

110


tendo em vista a natureza mais política da assessoria ao alto escalão dos diversos setores.<br />

Em razão das tarefas principalmente de assessoria dealto escalão, normalmente com elevado<br />

grau de generalização e visão interdisciplinar, necessitar-se-ia, na função de auxiliar,<br />

de especialistas nos mais variados campos do conhecimento humano, trabalhando sob a<br />

supervisão de analistas capazes de integrar tais conhecimentos sob o enfoque mais amplo<br />

dos Conhecimentos determinados no planejamento de Inteligência da instituição. Paralelamente,<br />

na medida em que crescem os níveis de produção de Conhecimentos, eleva-se<br />

à necessidade de um maior conhecimento de natureza político-social, exatamente aqueles<br />

que permitem a integração com o enfoque adequado a uma formulação e condução de<br />

assessoramento de alto nível.<br />

Deste modo, a formação profissionais de Inteligência destinados à Produção de Conhecimentos<br />

poderia contemplar, do ponto de vista de instrumento teórico e metodológico, um<br />

esquema conceitual como abaixo:<br />

- Formação Básica: conhecimentos especializados compatíveis com o setor de<br />

atuação, aliado a algum treinamento quanto às técnicas, métodos e doutrina.<br />

- Formação Intermediária: ênfase na especialização, algum conhecimento<br />

interdisciplinar aliado a um sólido treinamento quanto à doutrina, às técnicas<br />

e aos métodos de procedimento.<br />

- Formação Avançada: ênfase nos conhecimentos político-sociais, visão<br />

interdisciplinar, sólidos conhecimentos da doutrina, das técnicas e dos<br />

métodos para a produção de documentos mais livres com vistas a valorizar<br />

a visão prospectiva.<br />

Por outro lado na área de Operações encontramos uma realidade diversa. A par de um<br />

desejável nível de escolaridade e de conhecimentos especializados, o mais importante reside<br />

nas características do agente executor de Operações, relacionadas não só com as áreas<br />

cognitivas e psicomotoras, mas também com a área afetiva, e nas técnicas, métodos e<br />

processos. Se de um lado o sistema não deve conferir ênfase à área cognitiva do Agente<br />

operador em escalões auxiliares, teremos, pelo oposto, no que toca ao treinamento dos<br />

Encarregados de Operações e de alguns Agentes Especiais, um problema básico que não<br />

permite normalmente uma solução padronizada: adequar o homem à Estória-Cobertura<br />

(EC). No treinamento do Agente de nível mais elevado, portanto, as soluções seriam individuais:<br />

cada caso é um tipo de treinamento.<br />

Poderíamos também para Operações, visualizar o seguinte esquema conceitual:<br />

- Formação Básica: alguma escolaridade, aliada a um sólido treinamento<br />

relativamente às técnicas, aos métodos e à doutrina.<br />

- Formação Intermediária: ênfase nas técnicas, nos métodos, nos procedimentos<br />

e na doutrina, visando em especial ao planejamento, aliado a algum conteúdo<br />

111


que vise a adequar o homem às coberturas mais comuns.<br />

- Formação Avançada: ênfase no treinamento individual capaz de adequar o<br />

homem à EC específica, aliado ao treinamento sobre o planejamento de operações,<br />

cujas técnicas, métodos e procedimentos já seriam do domínio do operador.<br />

A Atividade de Inteligência em todos os segmentos é uma atividade intelectualizada, técnica<br />

e abrangente. Portanto o profissional deve aprimorar-se sempre, não dependendo<br />

unicamente do estímulo da Instituição, deve ser motivado e curioso atento às mudanças,<br />

buscando atualizar-se e multiplicar seu conhecimento.<br />

O autor Gregory D. Foster, conseguiu resumir a importância do adestramento individual<br />

de forma brilhante, a qual copiamos aqui: “Qualquer instituição que almeje o sucesso de<br />

seus membros e que procure manter um ambiente propício ao aprendizado com vistas<br />

ao desenvolvimento individual deve exigir de seus componentes a leitura (para adquirir<br />

conhecimento e perspectiva), a pesquisa (para aprender a elaborar perguntas apropriadas<br />

e encontrar respostas plausíveis, a discussão (para contemplar visões distintas e submeter a<br />

sua própria opinião a um debate rigoroso) e a produção escrita (para elaborar assertivas e<br />

articula-las com clareza e coerência)”.<br />

<br />

LOWMAN, Joseph. “Dominando as Técnicas de Ensino”. Tradução de Harue Ohara Avritscher. São Paulo. Atlas, 2004.<br />

MORAES, E. E. C. Processo de adaptação à vida militar-naval: crenças, valores e saúde. 2008. 194 f. Dissertação<br />

(Mestrado em Psicologia) – Universidade Federal de Santa Catarina, Florianópolis, 2008.<br />

OLIVEIRA, E. R. Democracia e defesa nacional: a criação do Ministério da Defesa na presidência de FHC. Barueri:<br />

Manole, 2005.<br />

RAZA, S. G.. A questão da cientificidade nos estudos de defesa. Política Externa, São Paulo: Paz e Terra, v. 12, n. 3,<br />

p. 91-110, dez./fev. 2004.<br />

SHULTZ, R. H.;GODSN, R. e QUESTER, G. H. Security studies for the twenty- first century. Brassey’s: 1977. Estados Unidos.<br />

TELEMBERG, M. da G. S. Ensino de segurança transnacional – Atividade de Inteligência. Conferencia Sub-Regional de<br />

Defensa: Seguridade Transnacional e Gobernabilidad. Uruguai. Disponível em:<br />

.<br />

TELEMBERG, M. da G. S. Educação para Profissionais em Segurança e Defesa no Brasil. Conferencia Sub-Regional<br />

de Defensa: Chile. Disponível em: .<br />

WEINER, T. Legado de Cinzas. Rio de Janeiro: Record, 2008.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo son<br />

las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

112


Algunas reflexiones<br />

previendo escenarios de futuro:<br />

La importancia de la prospectiva<br />

en el marco de la <strong>Inteligencia</strong><br />

Estratégica<br />

José H. Robles Montoya<br />

“La buena inteligencia es el preludio<br />

de la victoria”<br />

<br />

“La planificación a largo plazo no es pensar<br />

en decisiones futuras, sino en el futuro de<br />

las decisiones presentes”<br />

<br />

La presente ponencia se enmarca en el campo de la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica y su importante<br />

papel en la toma de decisiones al más alto nivel nacional y regional. La <strong>Inteligencia</strong> estratégica<br />

es fundamental para la gestión de los diferentes gobiernos y también a nivel regional;<br />

pero para ello debe fortalecerse las capacidades de los organismos nacionales y regionales<br />

que realizan dicha actividad. Desde un punto de vista militar significaría un mejor empleo<br />

de las capacidades militares de la región a fin de hacer frente a las amenazas, preocupaciones<br />

y desafíos al desarrollo de la región en su conjunto. El reto es lograr hacer frente<br />

a estos aspectos de manera integrada siendo el catalizador de ello el Consejo de Defensa<br />

Suramericano que pueda aplicar las capacidades militares de la región frente a escenarios<br />

de futuro que nos permitan resolver con éxito eventos y tendencias. Allí la presente ponencia<br />

busca resaltar la importancia de la Prospectiva Estratégica para fortalecer el papel de la<br />

<strong>Inteligencia</strong> Estratégica en la mejor toma de decisiones en la Región.<br />

La orientación del presente artículo se enmarca en el desarrollo de capacidades y de es-<br />

113


trategias del empleo de la inteligencia estratégica a nivel regional y nacional fortaleciendo<br />

el papel del CDS y del Centro de Estudios Estratégicos de Defensa. Tiene como objetivos<br />

el resaltar el papel de la Prospectiva como herramienta que nos permita generar capacidades<br />

de anticipación estratégica a nivel región y a nivel país; el generar, vía creación de<br />

escenarios de futuro a fin de preverlos, un mapa de riesgos regionales que le permita a la<br />

región hacerles frente de manera integrada; y, finalmente, resaltar la idea de emplear el<br />

CDS y el Centro de Estudios Estratégicos de Defensa como catalizador del proceso de<br />

integración regional al emplear las capacidades militares de la región en un enfoque de<br />

seguridad multidimensional.<br />

Al empezar el presente artículo es fundamental referirnos a la variable transversal de todo<br />

proceso de prospectiva: El Futuro. ¿Qué nos depara el futuro? ¿Podemos tener la certeza<br />

del mismo? ¿Es necesario o conveniente conocerlo? Son constante interrogantes históricas<br />

que ha rondado siempre en la mente de las personas.<br />

En efecto, desde los albores de la humanidad el ser humano ha tenido interés en conocer<br />

lo que le depara el futuro. Las primeras civilizaciones siempre adoraban a dioses y entregaban<br />

ofrendas por mejorar el día siguiente, por mejores cosechas, por triunfos en batallas;<br />

posteriormente, con el auge de la civilizaciones helénicas, conocemos de relatos en base a<br />

la relación Hombre-Dioses, incluso se sabe de centros donde se buscaba conocer el futuro<br />

siendo el más famoso el Oráculo de Delfos; también se conoce de estudiosos que a lo largo<br />

de la historia han señalado hechos por venir que lo hemos denominado profecías.<br />

En la actualidad, aún con el notable auge tecnológico, las interrogantes siguen presentes.<br />

Existen diversas posturas intentando dar respuesta pero en su mayoría llegan a concluir, ya<br />

sea porque nada puede cambiar el futuro o porque todo está escrito o porque es imposible<br />

conocerlo, que no vale el esfuerzo intentar conocer el futuro. Sin embargo Balbi es de una<br />

postura diametralmente opuesta, postura con la cual coincidimos plenamente. Balbi nos<br />

indica que el futuro siempre está en construcción y que depende de nosotros mismos que<br />

tan bien o que tan mal lo construimos “…Por tanto, la investigación acerca del futuro para<br />

poder lograr la construcción de “nuestro” futuro es una obligación, un deber y una demanda<br />

de las generaciones siguientes…”. Si aceptamos que el futuro no es certeza, muy por el<br />

contrario es incertidumbre, debemos plantear, permanentemente, muchos interrogantes<br />

a una empresa u organización a fin de mejorar nuestro presente buscando reducir dichas<br />

incertidumbres. No hacerlo implica no tomar las riendas de nuestro futuro y por tanto<br />

“permitir que otros construyan nuestro futuro”. 149<br />

En esa lógica de construcción del futuro el profesor Hugues de Jouvenel 150 nos indica que<br />

“…el futuro se construye sobre tres postulados esenciales: La libertad, el poder y la voluntad”.<br />

Libertad en tanto tenemos la posibilidad de una pluralidad de futuros ante nuestros<br />

ojos y tenemos la capacidad de configurar un escenario dentro de esa pluralidad de futuros.<br />

114


Poder puesto que es el ser humano quien tiene en sus manos la construcción del futuro y<br />

no el azar 151 del destino. Voluntad en virtud de la decisión a tomar para la construcción<br />

de dicho futuro donde la libertad se vuelve necesidad y el poder acción para construir y<br />

gestionar el futuro. Esta confluencia de postulados, en la búsqueda del futuro, complementarios<br />

entre sí, podría dar una falsa sensación de desorden científico, una falsa sensación de<br />

indisciplina. Muy por el contrario esta confluencia de postulados es lo que da el necesario<br />

rigor que la prospectiva como disciplina necesita como bien afirma el profesor Michel<br />

Godet con todo acierto “…Para que sea una “indisciplina” intelectual fecunda y creíble, la<br />

prospectiva necesita rigor…” 152<br />

En otras palabras nosotros mismos nos convertimos en gestores 153 de nuestro futuro y en<br />

esa lógica científica y profesional de gestión 154 es que debemos construir nuestro futuro<br />

pensándolo, preparándolo, administrándolo y conduciéndolo de la mejor manera posible<br />

aplicando para ello conceptos y herramientas de gestión que nos permita reducir al mínimo<br />

las siempre presentes incertidumbres.<br />

Son tres los principales conceptos a aplicar para la gestión integral del futuro en la actualidad<br />

a nivel Estado: <strong>Inteligencia</strong> Estratégica como enfoque y concepto central para mejorar la<br />

toma de decisiones del más alto nivel; la prospectiva estratégica como la principal herramienta<br />

de gestión; y, la anticipación estratégica como el concepto que vincula los dos anteriores.<br />

Respecto del concepto de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica mucho se ha escrito y formulado en la<br />

Región desde finales del siglo pasado. 155 Entendemos que se produce al más alto nivel del<br />

gobierno, incluye estudios completos de la realidad nacional 156 y se orienta en el fortalecimiento<br />

de los objetivos nacionales ayudando, de ser necesario, a redefinirlos y estableciendo<br />

o utilizando diversas herramientas y métodos de planeamiento para lograr estos objetivos.<br />

“…inteligencia estratégica es toda aquella información que responde a los requerimientos<br />

de los Gobiernos Nacionales para tener una visión global de los asuntos políticos, económicos,<br />

diplomáticos y militares, es necesaria para la preparación de políticas y planes en los<br />

niveles nacional e internacional…”. 157<br />

La inteligencia estratégica, nivel superior de la inteligencia de un país, tiene una naturaleza<br />

proactiva basado en una visión de futuro que busca permanentemente la construcción de<br />

escenarios. Su realización, en democracias estables y consolidadas, se enmarca en eficientes<br />

controles legales y políticos, pero que en nada merma su eficiencia en tanto su resultante<br />

se convierte en un insumo fundamental del proceso de toma de decisiones del ente político.<br />

En democracias menos estables se producen fallas generalmente por interpolación de los<br />

niveles de inteligencia 158 lo cual implica, en algunos momentos, que los organismos de inteligencia<br />

del más alto nivel tengan actuación en la esfera política de un país y que deja, en<br />

muchos casos, huérfano de inteligencia al más alto nivel con las consecuentes deficiencias<br />

en la toma de decisiones al más alto nivel de un país. Es importante insistir que la actividad<br />

115


de inteligencia, más aún a este nivel, está al servicio del Estado más que del gobierno.<br />

En el presente siglo las actividades de inteligencia se están profesionalizando pero sobre<br />

todo jerarquizando a través de la dación de leyes públicas y reformas adecuadas siempre en<br />

beneficio de los habitantes de un país. Sin embargo aún persisten estructuras y conceptos<br />

heredados que dificultan el proceso de profesionalización de los sistemas y actividades de<br />

inteligencia especialmente al nivel estratégico. La concentración de funciones y facultades en<br />

el máximo nivel del Estado, la amplitud e indeterminación de competencias, la inexistencia<br />

de límites adecuados a las competencias en materia de inteligencia interior y contrainteligencia,<br />

la inexistencia de una adecuada distinción entre la inteligencia en el exterior del país y la<br />

inteligencia y contrainteligencia en el propio territorio, permiten advertir que, sin perjuicio<br />

de la importancia de los esfuerzos realizados, todavía hay un largo camino por recorrer. 159<br />

En cuanto a la prospectiva puede ser definida como el estudio sistemático de posibles condiciones<br />

de futuro siendo su propósito, no predecirlo ni buscar conocerlo, sino más bien<br />

ayudar a tomar decisiones al más alto nivel para prever o anticipar oportunidades y hacer<br />

frente a riesgos a la seguridad de la región y de los países integrantes de la misma. La prospectiva<br />

te permite explorar posibilidades futuras y sus consecuencias a fin de tomar las<br />

mejores decisiones que influyan en el resultado de eventos y tendencias.<br />

El fundamento de la prospectiva estratégica parte por ser un acto creativo, pasando a<br />

ser reflexión sobre el contexto actual para terminar siendo un proceso de articulación y<br />

convergencia de las expectativas y deseos de la sociedad para construir un futuro mejor<br />

buscando para ello gestionar adecuadamente intereses y capacidades a fin de lograr ese<br />

porvenir deseado. Debe buscar identificar amenazas, preocupaciones y desafíos para que el<br />

tomador de decisiones del más alto nivel pueda ofrecer a sus ciudadanos políticas públicas<br />

y acciones de alternativa, léase escenarios probables y posibles, que permitan alcanzar el<br />

futuro delineado. Debe ser por un lado sumamente flexible en tanto apunta a situaciones de<br />

largo plazo permitiéndose la elección de futuros alternativos; y por otro, dinámico puesto<br />

que interrelaciona evoluciones y cambios de los sistemas sociales considerando las modificaciones<br />

constantes y rápidas de las estructuras de dichos sistemas. 160<br />

Existen varias metodologías para la realización de un proceso de prospectiva estratégica,<br />

metodologías aplicadas por sus creadores a la vez expertos mundiales en la disciplina.<br />

Entre algunos de ellos tenemos: Michel Godet, Theodore Gordon, Jerome Glenn, Javier<br />

Medina Vásquez, Eleonora Barbieri Masini. Para el presente artículo consideramos la metodología<br />

MEYEP como la más adecuada en tanto constituye un proceso articulado y que<br />

lleva paso a paso la anticipación estratégica desde el análisis y estudio de las tendencias,<br />

variables, escenarios posibles, exploratorios y tendenciales para llegar al escenario apuesta<br />

que nos permita el desarrollo de estrategias para la mejor toma de decisiones posible. Esta<br />

metodología ha sido diseñada por Balbi. 161<br />

116


Sobre la anticipación estratégica consideramos conveniente señalar que es un concepto<br />

central en el desarrollo de la prospectiva estratégica en el marco de la inteligencia estratégica.<br />

Es el concepto que los sustenta y vincula. La anticipación estratégica está en la<br />

esencia de la inteligencia estratégica como concepto y de la prospectiva estratégica como<br />

herramienta. Anticipación es la habilidad de adelantarse a los acontecimientos que unido<br />

a lo estratégico deviene en aquella capacidad que debe tener un estado para, focalizando<br />

esfuerzos, adelantarse a los acontecimientos en aquellas cosas que pueden afectar sensiblemente<br />

nuestros intereses, planes y metas. 162<br />

Para el desarrollo del concepto nuclear considero conveniente remitirme a lo expuesto<br />

por Balbi cuando señala dos características fundamentales de la anticipación estratégica:<br />

En primer lugar debe buscarse el largo plazo puesto que “…las necesidades estratégicas de<br />

toda organización, sus planes, sus procesos financieros, sus políticas de talento humano<br />

(entre otros aspectos primordiales) no se resuelven ni modifican en un instante...”. En<br />

segundo lugar resalta el hecho que debe ser continuo el proceso “…aun cuando hoy nos<br />

anticipemos a un futuro próximo, mañana deberemos repetir el esfuerzo pues la dinámica<br />

de cambio y transformación que el mundo actual (y sin dudas, el mundo futuro) nos<br />

propone así lo obliga”. 163<br />

Los países de la región vienen implementando estudios y procesos prospectivos aplicando<br />

diversas metodologías para prever escenarios de seguridad a futuro. En el caso del Perú se<br />

decidió realizar un estudio prospectivo aplicando la metodología MEYEP para lo cual se<br />

articuló el proceso bajo la dirección de la Secretaria de Seguridad y Defensa Nacional (SEDE-<br />

NA) en trabajo coordinado con el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN).<br />

Antes de explicar sucintamente el desarrollo del estudio prospectivo consideramos conveniente<br />

referirnos a la labor de la Secretaria de Seguridad y Defensa Nacional. 164 La SEDE-<br />

NA es un organismo público, ejecutor, adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros,<br />

responsable de la gestión del Sistema de Defensa Nacional, con competencia n todo el<br />

territorio nacional. Es responsable de articular la Política de Seguridad y Defensa Nacional<br />

con los ministerios, organismos públicos, gobiernos regionales y gobiernos locales a través<br />

de las Oficinas de Seguridad y Defensa Nacional (OSDENA). Es el responsable del Planeamiento<br />

Estratégico Integral de la Seguridad y Defensa Nacional conforme al Planeamiento<br />

estratégico nacional desarrollado por el CEPLAN. 165<br />

Preocupados por la generación de escenarios adecuados para el futuro del país, la Secretaria<br />

de Seguridad y Defensa Nacional del Perú, a iniciativa de su Dirección de Prospectiva,<br />

decide empezar la generación de escenarios futuros para lo cual empieza a realizar el<br />

respectivo Estudio Prospectivo al 2021, año de Bicentenario de la independencia del Perú.<br />

Posteriormente y luego de exhaustivos análisis se consideró ampliar el horizonte temporal<br />

de dicho Estudio al 2030 en tanto el Bicentenario ya quedaba corto para establecer adecua-<br />

117


das correlaciones entre las variables, las tendencias y la generación de escenarios futuros.<br />

Al iniciar el estudio prospectivo, con el propósito de tener un adecuado sustento técnico<br />

normativo que permita darles la legalidad necesaria a fin de hacerlo vinculante a todo nivel<br />

de la administración pública peruana, se decidió tomar como antecedentes normativos los<br />

siguientes documentos: 166<br />

<br />

167<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

de planeamiento estratégico.<br />

El referido estudio tuvo la finalidad de determinar el escenario óptimo, tendencial y exploratorio<br />

al 2030. Para ello se buscó visualizar los futuros posibles a través de la construcción<br />

de diversos escenarios (tendenciales, óptimos y exploratorios) que permiten la<br />

realización del proceso de planeamiento estratégico. Esta definición de alternativas de<br />

futuro permitió involucrar a los principales actores de la fase prospectiva generando información<br />

conjunta y común para todas las agencias de seguridad e inteligencia que permitió<br />

definir estrategias, objetivos y lineamientos para definir la política de seguridad y la<br />

correspondiente estrategia de seguridad estableciendo finalmente un mapa de riesgos que<br />

permita tomar medidas preventivas frente a posibles eventos futuros que puedan afectar<br />

la seguridad y defensa nacional.<br />

El Estudio Prospectivo de la Seguridad y Defensa Nacional al 2030, constituye la primera<br />

fase del Planeamiento Estratégico Integral de la Seguridad y Defensa Nacional, de acuerdo<br />

a los lineamientos establecidos en la Directiva General del Proceso de Planeamiento<br />

Estratégico emitida por CEPLAN. Para su elaboración 168 se partió de un modelo conceptual<br />

donde se analizaron todos los elementos que influyen sobre la Seguridad y Defensa,<br />

divididos en dos campos: seguridad de las personas y seguridad del Estado, el cual fue<br />

socializado en diversas reuniones realizadas con distintos expertos. Posteriormente, se<br />

analizaron las principales tendencias nacionales y globales que afectan la seguridad, entre<br />

las que se identificaron las siguientes:<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

118


A partir del modelo conceptual y del análisis de las tendencias se identificaron variables<br />

estratégicas en los campos político, económico, social, tecnológico, ambiental, y de seguridad,<br />

las que, a partir de proyecciones basadas en su evolución histórica, permitieron como<br />

lo mencionamos líneas arriba la construcción de los escenarios tendencial, óptimo, y exploratorios<br />

al 2030. Estos escenarios, conjuntamente con el mapa de riesgos elaborado en<br />

base al análisis de probabilidad e impacto de eventos futuros –por ejemplo, la ocurrencia<br />

de una catástrofe natural o un evento climático extremo–, permitirán tomar medidas preventivas<br />

para disminuir las consecuencias negativas que dichos eventos podrían acarrear.<br />

Este estudio revela que, si bien el Perú cuenta con todas las condiciones para continuar<br />

por la senda del crecimiento y desarrollo emprendida en los últimos lustros (instituciones<br />

democráticas, estabilidad macroeconómica, abundancia de recursos naturales, y una población<br />

joven) también deberá prestar atención a riesgos, amenazas, y desafíos cruciales en<br />

los próximos años, como el crecimiento desordenado de las ciudades como consecuencia<br />

de la las migraciones internas, el traslado de las actividades del narcotráfico del VRAEM<br />

y el Huallaga hacia zonas de frontera, y los conflictos sociales de carácter socio ambiental<br />

generados por la oposición de ciertos grupos a la minería, que constituye nuestro principal<br />

rubro de exportaciones. Este estudio también servirá como base fundamental para la<br />

creación de un Sistema de Alerta Temprana que permitirá tomar acciones preventivas que<br />

coadyuven a establecer las mejores condiciones que permitan alcanzar los objetivos trazados<br />

en la Política de la Seguridad y Defensa Nacional.<br />

Así como el Perú ha realizado su estudio prospectivo y avanza con la construcción de sus<br />

escenarios futuros de manera prospectiva, la región en su conjunto lo viene elaborando<br />

en mayor o menor medida. Sin embargo considero necesario señalar que, a mi entender,<br />

la UNASUR a través de sus diferentes Consejos que se encargan de los temas de Seguridad<br />

pueda trabajar un Estudio Prospectivo Regional empleando para ello las instancias<br />

del Consejo de Defensa Suramericano, a través de su Centro de Estudios Estratégicos,<br />

buscando establecer lineamientos para la elaboración de estudios prospectivos nacionales<br />

a fin de consolidar en un Estudio Prospectivo Regional los escenarios de futuro en la<br />

región al 2030 que haga frente a las amenazas, preocupaciones y desafíos a su desarrollo<br />

entre las que destacan el incremento del crimen organizado internacional, la pobreza<br />

extrema y exclusión social, los fenómenos naturales, la degradación del medio ambiente,<br />

119


los desastres antrópicos, la trata de personas, la presencia de pandemias y epidemias.<br />

El punto de partida para la realización de este Estudio Prospectivo Regional debe ser canalizado<br />

mediante los Planes de Acción, herramienta metodológica que permite la planificación<br />

de actividades conjuntas en materia de Defensa estableciendo el desarrollo de las<br />

mismas así como las responsabilidades de su ejecución. Este Plan de Acción tiene cuatro<br />

ejes 169 siendo el más indicado a mí entender el Eje Uno. Paralelo a ello los otros Consejos<br />

pueden ser partícipes de la elaboración del Estudio propuesto; para finalmente centralizarlo<br />

en el Centro de Estudios Estratégicos del Consejo de Defensa Suramericano quien podrá<br />

tener el Estudio Prospectivo Regional propuesto.<br />

El Centro de Estudios Estratégicos del Consejo de Defensa Suramericano tiene por misión<br />

contribuir a la consolidación de los principios y objetivos establecidos en el Estatuto del<br />

CDS, a partir de la generación de conocimiento y difusión de un pensamiento estratégico<br />

suramericano en materia de defensa y seguridad regional e internacional, siempre por<br />

iniciativa del CDS. El CEED-CDS se propondrá avanzar en la definición e identificación<br />

de los intereses regionales, compatibles y/o complementarios del interés nacional de los<br />

países de UNASUR por lo que bien puede proceder a la realización del Estudio Prospectivo<br />

Regional. En virtud de ello se sugiere la implementación en la estructura orgánica del Centro<br />

de Estudios Estratégicos de una Dirección de Prospectiva encargada de la creación de<br />

escenarios futuros; sean estos exploratorios, tendenciales o apuesta; y, que pueda generar,<br />

dentro de un enfoque multidimensional de la Seguridad, el Estudio Prospectivo Regional,<br />

los mapas de amenazas en la Región, las tendencias, las variables y los escenarios correspondientes.<br />

En esta Dirección de Prospectiva del Centro de Estudios Estratégicos deberá<br />

contar con una oficina o departamento de anticipación estratégica.<br />

A manera de conclusión considero conveniente enfatizar la necesidad de contar en la Región<br />

con organizaciones nacionales encargadas de la realización de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica<br />

que permitan una mejor toma de decisiones en cada país para lo cual consideramos conveniente<br />

el empleo de la prospectiva estratégica. Requiere de, a pesar de no ser conveniente<br />

se involucre en temas políticos, una voluntad política de largo alcance que permita el fortalecimiento<br />

de las actividades de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica en pro de lograr la consecución<br />

de la visión de país a mediano y largo plazo.<br />

120


Balbi Eduardo Raúl (2008) Anticipación estratégica y gestión de riesgos. Argentina.<br />

Balbi, Eduardo Raúl (2008).Breves reflexiones acerca de la Prospectiva. Argentina.<br />

Balbi, Eduardo Raúl. (2014). Construyendo el futuro: método MEYEP de prospectiva estratégica”. Red Escenarios<br />

y Estrategia en América Latina. Buenos Aires. Mayo 2014.<br />

Bitar, Sergio (2014) Las tendencias mundiales y el futuro de América Latina. Santiago. Cepal<br />

Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (2014) Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2021. Lima. Ceplan.<br />

Godet, Michel (2000) La caja de herramientas de la prospectiva estratégica. Cuarta Edición. Paris<br />

Gómez de la Torre, Andrés (2013) Política y legislación de <strong>Inteligencia</strong> en el Perú e Iberoamérica: Tendencias y<br />

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Organization for Economic Cooperation and Development (2012). Looking to 2060 Long-term global growth prospects.<br />

Economic Policy Paper N 3. Paris. OCDE.<br />

Robles Montoya, Rodolfo (2003) Propuesta de un Sistema de <strong>Inteligencia</strong> Nacional para Guatemala. Fundación Myrna<br />

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Secretaria de Seguridad y Defensa Nacional (2014) Estudio prospectivo de la Seguridad y Defensa Nacional al 2030.<br />

Lima. SEDENA<br />

Seminario, Bruno, Sanborn Cynthia y Alva, Nikolai (2012) Cuando despertemos en el 2062. Visiones del Perú en 50<br />

años. Lima. Universidad del Pacífico.<br />

Ugarte, Jose Manuel (2011) Actividad de <strong>Inteligencia</strong> y Democracia en America Latina. Editorial académica Española.<br />

United Kingdom Ministry of Defense (2014) Global Stategic Trends-Out to 2045. Londres. Ministerio de Defensa.<br />

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Constitución Política del Perú<br />

Políticas de Estado del Acuerdo Nacional (Perú)<br />

Plan Bicentenario del Centro de Planeamiento Estratégico (CEPLAN). Perú.<br />

Decreto Legislativo 1129 del 06 diciembre 2012 que regula el Sistema de Defensa Nacional en el Perú.<br />

Decreto Legislativo 1131 del 06 diciembre del 2012 que crea la Secretaria de seguridad y defensa nacional en el Perú.<br />

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planeamiento estratégico.<br />

Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad. Guatemala. Consultada el 28 de abril de 2012.<br />

Manual de <strong>Inteligencia</strong>, Comando Superior de Educación del Ejército, TE-01-3C-72, Guatemala<br />

Manual de <strong>Inteligencia</strong>, Comando Superior de Educación del Ejército, Guatemala. 2009.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

121


122


El análisis de inteligencia<br />

estratégica en la educación<br />

superior argentina.<br />

Un caso particular<br />

Jorge R. Bergallo<br />

Como es bien conocido, la estrategia encuentra sus orígenes en el ámbito militar, y más<br />

específicamente en el de la guerra. Allí es donde se desarrolla y es a esa actividad a la que<br />

asiste y orienta. En la estrategia durante muchos siglos se habló de enemigo, guerra, destrucción,<br />

derrota o victoria.<br />

Hasta la década de los 60 las obras sobre estrategia la vinculaban directamente con el conflicto<br />

armado, con el uso de la violencia, exclusivamente. El general André Beaufre, el gran<br />

pensador francés y referente en este sentido definía a la estrategia como “el arte de emplear<br />

la fuerza o la violencia para obtener objetivos fijados por la política” o, “el arte de la dialéctica<br />

de las voluntades respaldadas por la fuerza, para la solución del conflicto”.<br />

Como es bien sabido todo análisis de una línea de pensamiento en ciencias sociales debe<br />

ser contextualizado en su momento histórico. En 1960 todavía se sufrían las consecuencias<br />

de la terrible segunda guerra mundial y se estremecían con la posibilidad de una nueva<br />

guerra, ahora mucho más devastadora. Era imposible pensar en asuntos de política internacional<br />

sin incluir a la violencia o el uso de la fuerza en cualquier magnitud.<br />

No obstante, coincidentemente con esos años el pensamiento estratégico comienza a ser tenido<br />

en cuenta en ámbitos civiles privados. Se la instala la necesidad de este razonamiento<br />

para el proceso de toma de decisiones.<br />

Desde entonces hasta el presente los autores clásicos como Sun Tzú, Maquiavelo o Clausewitz,<br />

por mencionar solo algunos referentes, ocupan importantes espacios en librerías y<br />

bibliotecas de universidades y de empresas u organizaciones civiles. Podemos encontrar títulos<br />

como Maquiavelo aplicado a los negocios o Sun Tzú – El arte de la guerra para ejecutivos<br />

y directivos, por ejemplo. Obras de mucha demanda e inacabables reediciones. La estrategia<br />

de los pensadores clásicos es aplicada a la empresa, la seguridad, la política, el gobierno.<br />

123


En este espacio de aplicación y estudio la estrategia se enriqueció y actualizó regresando<br />

al ámbito militar donde renovó los conceptos teóricos y prácticos de los viejos<br />

modelos mentales.<br />

En la actualidad el pensamiento estratégico en los medios civiles y militares, públicos y<br />

privados, es coincidente. Ya no se habla de la guerra sino del conflicto, que no necesariamente<br />

lleva implícito el concepto de uso de la fuerza. La disuasión es de aplicación en<br />

todos ellos, pero ya no es la nuclear deterrance entre Estados de los 60 y 70, sino como<br />

opción para que otro actor desista de emprender una determinada acción. La estrategia<br />

nacional, incluye estrategias particulares como la económica, la de seguridad, la política,<br />

la militar e incluso la psicosocial.<br />

La estrategia no es más sinónimo de guerra sino de interacción humana. Todo grupo<br />

social organizado practica estrategia. Cuanto más sepan sobre ella mejor serán los resultados<br />

obtenidos en su relación con otros.<br />

En 1960 la editorial de la Universidad de Harvard publicó The strategy of conflict escrito<br />

por Thomas Schelling. Podríamos tomar esta obra como un punto de quiebre entre los<br />

tiempos de la estrategia orientada al empleo de la fuerza y la incorporada a toda actividad<br />

social. Estrategia del Conflicto rápidamente se constituyó en uno de los libros más influyentes<br />

de la segunda mitad del siglo XX.<br />

El autor habla de situaciones estratégicas como situaciones de negociación, y toma conceptos<br />

y ejemplos de la guerra para ser aplicados a los negocios y a toda interacción en<br />

general entre actores.<br />

Junto con Robert Aumann obtuvieron el Premio Nobel en Economía en 2005. En todos<br />

sus trabajos Schelling recurre a la teoría de los juegos para explicar temas de economía<br />

Estamos hablando entonces de estrategia. Con su propio proceso de actualización, como<br />

en toda ciencia social, la estrategia ha ido despertando cada vez mayor interés en espacios<br />

ajenos a lo político y militar.<br />

La necesidad de su estudio y práctica es una realidad ya instalada durante las últimas décadas<br />

en todo tipo de organización social. Desde entonces el razonamiento estratégico es<br />

una herramienta vital en el quehacer de los negocios, la economía en general, la política,<br />

las relaciones internacionales, etc. La encontraremos en la bibliografía especializada como<br />

estrategia de negocios, estrategia corporativa, estrategia competitiva, entre otros tantos.<br />

Pero siempre de lo que se trata es de hacer estrategia.<br />

Dentro de la incertidumbre, complejidad, creatividad y racionalidad que caracterizan el<br />

quehacer estratégico, el paso inicial e ineludible es la elaboración del escenario del conflicto.<br />

Entendiendo por conflicto toda interacción humana. Dos o más grupos sociales que se<br />

relacionan estarán procurando satisfacer sus intereses, alcanzar sus objetivos o metas. Dos<br />

partidos políticos, dos empresas en un mismo mercado, dos Estados dentro de una orga-<br />

124


nización internacional o dos instituciones pertenecientes a un mismo país, forzosamente<br />

interactuarán y estarán en conflicto.<br />

Esta elaboración o diseño es el momento de mayor necesidad de información precisa y de cierta<br />

dosis de creatividad fundada para combinarla en la construcción del escenario estratégico.<br />

Resulta vital no errar en esta etapa del proceso. Es el momento en que se define el conflicto<br />

en el cual se está inmerso. Aquí se determinará quiénes están interactuando, cuáles son<br />

sus intereses, cuál es la personalidad de cada uno que los llevará a adoptar determinadas<br />

decisiones, cómo se vinculan entre ellos todos los actores.<br />

Y es acá donde hace su aparición la inteligencia estratégica. Es por medio de ella que se extrae<br />

y procesa la información disponible en la realidad circundante que permitirá diseñar<br />

con acierto el escenario del conflicto o situación en la que se está inmerso. Es la inteligencia<br />

estratégica la que debe reducir a su mínima expresión el nivel de incertidumbre que caracteriza<br />

a la estrategia. Puede ser identificada de diferentes maneras según cada autor o el<br />

ámbito en el que se la practique. Pero aun así debemos entender que lo que aquí llamamos<br />

inteligencia estratégica es el proceso organizado integrador y proveedor de conocimientos<br />

que los distintos sistemas de toma de decisión demandan para interpretar proactivamente<br />

el entorno y sus variaciones y generar respuestas adecuadas.<br />

Este producido de conocimientos es interpretación, es creación, originado a partir de la<br />

percepción de quien hace inteligencia estratégica.<br />

Y es dentro de esta actividad que el conocido proceso de dato => información=> conocimiento<br />

cobra su máxima relevancia.<br />

Son muy conocidos los acontecimientos históricos en los que por defecto o exceso de disponibilidad<br />

de datos, y en algunos casos de información, se cometieron gravísimos errores de conducción<br />

estratégica. Así también conocemos los casos de famosos líderes políticos que no aceptaban<br />

lo que sus asesores en inteligencia le informaban y fueron directamente a fracasos catastróficos.<br />

Cabe mencionar rápidamente que así como la estrategia se ha ido “aggiornando” la inteligencia<br />

estratégica también lo ha hecho y todos los resultados que se desprenden de las<br />

metodologías que aplica para cumplir con sus objetivos deben responder a los criterios de<br />

calidad de información (disponibilidad, presentación, contexto y lo intrínseco). Calidad de<br />

información (IQ) concepto relativamente novedoso en los ámbitos académicos que cada<br />

vez ocupa más la atención de los decisores y sus asesores. Surgido en el quehacer empresario<br />

rápidamente se trasladó e incorporó en el militar.<br />

Ahora bien, en esta muy veloz exposición inicial, con el fin de introducir al lector en un<br />

marco referencial más amplio que le permita comprender el porqué del título de este texto,<br />

hemos visto que la estrategia necesita de la inteligencia estratégica. No se puede hacer<br />

estrategia sin la etapa de inteligencia. Se puede arriesgar o adivinar pero no llevar adelante<br />

un acertado proceso de toma de decisión estratégica.<br />

125


La calidad de la información que se elabore para ser utilizada en esta etapa tiene directa<br />

relación con la calidad del análisis de inteligencia que desarrolle el área responsable de esta<br />

actividad dentro de la organización. Area integrada por un grupo, o más dependiendo de la<br />

envergadura e importancia de dicha organización, de analistas de inteligencia.<br />

Estas personas constituyen la pieza clave, entonces, en el proceso decisorio. No sólo en el<br />

paso inicial (definición del escenario) sino durante toda la conducción de aquel. Son ellos<br />

los que emitirán asesoramiento sobre los impactos que van produciendo las decisiones<br />

y sus acciones derivadas sobre la realidad circundante, escenario o situación estratégica<br />

como dijéramos en un principio.<br />

Se han creado metodologías de análisis hiperestructuradas e incluso se encuentran disponibles<br />

diversos tipos de software buscando optimizar los resultados. Herramientas que<br />

pueden facilitar la tarea pero el producto final surgirá de a mente del analista, de su “visión<br />

del mundo que lo rodea”. Es personal, subjetivo, mental, cultural. No es matemático.<br />

Instrumentos como Sistemas de Soporte a la Decisión (DSS) o el Datamart, en sus variadas<br />

versiones, entre muchos otros, son de mucha utilidad, pero, otra vez, el producido final<br />

emana del desempeño del analista.<br />

Mucho es lo que se ha escrito o se escribe sobre inteligencia estratégica, y también bastante<br />

lo que se enseña sobre ella. Pero muy poco sobre su instrumento fundamental, el analista<br />

de inteligencia estratégica. Y casi inexistentes las posibilidades de formación y capacitación<br />

universitaria en Argentina.<br />

En nuestro país se dictan carreras de grado y posgrado en estrategia. Para esta búsqueda<br />

hemos adoptado un criterio único. Las ofertas que se hallan en internet. La idea ha sido<br />

apreciar qué información puede encontrar una organización, pública o privada, que desea<br />

capacitar a su personal o una persona que a título personal tiene la misma inquietud.<br />

Sólo como referencias podemos citar la Licenciatura en Estrategia y Organización que imparte,<br />

en modalidad a distancia, el Instituto Universitario del Ejército, aunque solamente la<br />

pueden cursar oficiales de dicha institución militar.<br />

También la Universidad Maimónides ofrece una Licenciatura en Estrategia Contemporánea,<br />

en modalidad distancia, y abierta al ámbito civil a diferencia de la anterior.<br />

A nivel educación superior de posgrado, podemos mencionar la Maestría en Estudios Estratégicos<br />

que imparte desde 1996 el Instituto Universitario Naval, en modalidad presencial<br />

y también abierta a todo el público.<br />

En el sector privado encontramos la Maestría en Estrategia y Políticas Internacionales que<br />

dicta en modalidad a distancia la Universidad Maimónides y la Maestría en Políticas y<br />

Estrategia del Universidad Nacional del Sur en modalidad presencial.<br />

Las carreras universitarias en estrategia son pocas. Las primeras ofertas surgieron de los institutos<br />

universitarios de las Fuerzas Armadas los que, aprovechando su experiencia en la<br />

126


actividad académica en esta área del conocimiento, de a poco comenzaron a constituirse en<br />

una alternativa más para el estudio por parte de los sectores de la sociedad externos al militar.<br />

Si se busca la misma información para carreras relacionadas con la inteligencia estratégica<br />

las posibilidades son extremadamente reducidas.<br />

Se limita a la Universidad Nacional de La Plata donde se imparte la Maestría en <strong>Inteligencia</strong><br />

Estratégica Nacional, en modalidad presencial, y la Universidad de Ciencias Sociales y<br />

Empresariales con la Especialización en Prospectiva Estratégica a distancia.<br />

Ampliando el horizonte de búsqueda de ofertas académicas a nivel sudamericano encontramos,<br />

también para citar sólo como referencia, una Maestría en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica que<br />

dicta el Ejército Nacional de Colombia en su Escuela de <strong>Inteligencia</strong> y Contrainteligencia.<br />

En Brasil es el país donde más información se brinda. En la Escuela Superior de Guerra del<br />

Ejército un Curso Superior en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica, destinados a civiles y militares para<br />

aplicar en funciones de gobierno, en convenio con la Universidad Federal de Río de Janeiro.<br />

Unos párrafos atrás destacamos la importancia del análisis de inteligencia estratégica y<br />

de quienes lo desarrollan. Efectuando la misma búsqueda por internet de ofertas académicas,<br />

ahora destinados a formar analistas o a su perfeccionamiento, hemos encontrado<br />

un Diplomado en Metodologías de Análisis de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica que dictaba la<br />

Universidad de Chile.<br />

En Argentina, el Instituto de <strong>Inteligencia</strong> de las Fuerzas Armadas (IIFA), con una larga<br />

trayectoria en esta esfera de estudios, ofrece una carrera de posgrado acreditada por la<br />

CONEAU y habilitada por el Ministerio de Educación de la Nación. Este es el caso particular<br />

al que se refiere nuestro título.<br />

¿Por qué es un caso particular?<br />

Porque en medio del contexto que hemos descripto más arriba es la única carrera oficial de<br />

posgrado diseñada, organizada y dictada pensando en los analistas de inteligencia. Se trata<br />

de la Especialización en Análisis de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica, en modalidad presencial con<br />

una fuerte carga horaria en prácticas, abierta a toda la sociedad, con o sin conocimientos<br />

previos en inteligencia.<br />

Se halla estructurada en torno a la formación y perfeccionamiento profesional de ese personal,<br />

se encuentren en funciones o con aspiraciones a serlo, en el ámbito privado y público,<br />

civil y militar.<br />

Su principal meta académica es Formar especialistas en análisis de inteligencia estratégica y<br />

gestión de la información, capacitados para desempeñarse como analistas en la producción de<br />

conocimiento e inteligencia, a fin de asesorar y asistir, para la toma de decisiones estratégicas,<br />

a la alta conducción, tanto en el ámbito estatal como en el privado.<br />

127


Fue preparada con la participación de docentes con mucha experiencia en la ejecución y<br />

enseñanza de inteligencia estratégica y en la práctica efectiva del análisis de inteligencia y<br />

de gestión de la información.<br />

Este caso particular se enriquece con otra exitosa oferta académica de posgrado del IIFA.<br />

Se trata del Programa de Perfeccionamiento para Graduados en Dirección de <strong>Inteligencia</strong><br />

Estratégica Militar, que hasta el momento se trata de un curso orientado a militares, nacionales<br />

y extranjeros.<br />

Las experiencias recogidas en el ámbito de las Fuerzas Armadas Argentinas y las características<br />

que se vislumbran en los conflictos del siglo XXI, motivaron una redefinición del<br />

sistema de <strong>Inteligencia</strong> Militar, decidiéndose en el mes de febrero del año 2000, la unificación<br />

de las escuelas de inteligencia que tenía cada una de las Fuerzas, para la capacitación<br />

de su respectivo personal.<br />

En virtud de ello, el 10 de marzo del año 2000 el Ministro de Defensa firmó la Resolución N°<br />

200, por la cual se creó el INSTITUTO DE INTELIGENCIA DE LAS FUERZAS ARMADAS,<br />

desactivándose, a partir de ese momento, las escuelas existentes en cada una de las Fuerzas.<br />

En la actualidad este Instituto depende orgánicamente del Estado Mayor Conjunto de las<br />

Fuerzas Armadas y tiene su asiento en la ciudad Autónoma de Buenos Aires.<br />

Desde el año 2004 es Unidad Académica Asociada al Instituto Universitario Aeronáutico<br />

(IUA), institución que titula a los graduados de la Especialización en Análisis de <strong>Inteligencia</strong><br />

Estratégica y del Programa de Perfeccionamiento para Graduados. Desde ese mismo<br />

momento se comenzó a trabajar para presentar una carrera de posgrado.<br />

El IIFA asumió así, desde su creación, el dictado de todos los cursos militares específicos<br />

de las tres Fuerzas Armadas. Entre ellos uno de corta duración cuyo objetivo era capacitar<br />

al personal civil de inteligencia, durante el cual se le impartían conocimientos sobre metodologías<br />

de análisis.<br />

Todas estas tareas de reorganización, de adecuación de los cursos estrictamente militares<br />

y la idea del posgrado fueron llevadas a cabo en un contexto de varios cambios de sede.<br />

El material y personal de cada una de las anteriores escuelas debió mudarse e integrarse.<br />

Durante un tiempo en las instalaciones de la Escuela Superior de Guerra del Ejército y<br />

finalmente en un sector de uno de los edificios del entonces Instituto Geográfico Militar.<br />

La experiencia demostraba que los analistas de inteligencia que actuaban dentro de las áreas<br />

de responsabilidad del Ministerio de Defensa tenían una dispar formación. Los que llevaban<br />

más tiempo en esas funciones disponían de la ventaja de haberse capacitado, y tal vez perfeccionado,<br />

profesionalmente producto de la cantidad de años que desempeñaban esa actividad.<br />

Los más jóvenes debían apoyarse solamente en la orientación recibida de los mayores,<br />

pues ninguno de ellos había recibido capacitación académica alguna realmente destacable.<br />

A la luz de esta situación, de la experiencia con aquel curso para personal civil de inteli-<br />

128


gencia y considerando que una adecuada preparación académica iba a demandar muchas<br />

horas-clase se decidió organizar una carrera de posgrado nivel especialización porque es la<br />

que se caracteriza por una intensa actividad práctica.<br />

El siguiente criterio que se aplicó fue el de abrir las puertas a la sociedad civil para mostrar<br />

lo que significa hacer inteligencia estratégica. Criterio que se correspondía con lineamientos<br />

político institucionales impartidos por el Ministerio de Defensa.<br />

De aquí surgió la decisión del Director del IIFA de organizar y presentar para su acreditación<br />

y evaluación universitaria una carrera de Especialización en Análisis de <strong>Inteligencia</strong><br />

Estratégica, que contribuyera con optimizar las aptitudes y habilidades de los analistas,<br />

militares o civiles, del ámbito de la Defensa, y que el esfuerzo que les demandaría llevar<br />

adelante esta actividad académica se viera recompensado por un título universitario reconocido<br />

por el Ministerio de Educación de la Nación.<br />

Por otra parte la estructuración del Plan de Estudios y el Reglamento de la Carrera debían<br />

presentar una oferta académica de interés para potenciales interesados ajenos a la Defensa<br />

y en particular ajenos al ámbito militar permitiendo la admisión de alumnos civiles que<br />

reunieran las condiciones habituales para cursar carreras de posgrado. Y así es como para<br />

aquellos que no tienen conocimientos previos en inteligencia se imparte un Curso de Nivelación<br />

en <strong>Inteligencia</strong> al comenzar el año lectivo.<br />

No viene mal en este momento repetir el objetivo principal de la carrera, que ya citáramos<br />

más arriba, Formar especialistas en análisis de inteligencia estratégica y gestión de la información,<br />

capacitados para desempeñarse como analistas en la producción de conocimiento e<br />

inteligencia, a fin de asesorar y asistir, para la toma de decisiones estratégicas, a la alta conducción,<br />

tanto en el ámbito estatal como en el privado.<br />

La Especialización fue creada por Resolución Rectoral 11/2006 del Instituto Universitario<br />

Aeronáutico y presentada ese mismo año ante la CONEAU.<br />

Luego de todo el proceso habitual la mencionada Comisión Nacional recomienda al Ministerio<br />

de Educación el reconocimiento oficial, y es así como por medio de la Resolución<br />

95/2008 se logra dicho reconocimiento oficial provisorio y la validez nacional.<br />

El Plan de Estudios establecía un total de 390 horas-clase a ser impartidas en nueve meses,<br />

con dos materias troncales, <strong>Inteligencia</strong> Estratégica y Análisis de <strong>Inteligencia</strong>, otras materias<br />

complementarias como Teoría de los Juegos y Pensamiento Complejo, como para citar<br />

unas pocas, y finalizaba con un Ejercicio de Simulación Integrador.<br />

Comienza a funcionar ese mismo año como única carrera universitaria para el análisis<br />

de inteligencia estratégica en Argentina y Latinoamérica, y en 2009 se produce la primera<br />

graduación.<br />

En la medida que se fue reforzando la experiencia y las conclusiones que de ella emanaban<br />

se logró optimizar el sistema de evaluación interno de la carrera. Frecuentes encuestas a los<br />

129


alumnos cursantes, a los graduados y al cuerpo docente. El registro y análisis de la información<br />

relevada con el correr de los meses y años permitieron poner en marcha un plan<br />

de mejoras que fue cumplido en su totalidad con anterioridad a la nueva convocatoria de<br />

CONEAU para reacreditar carreras del área de las ciencias sociales que se plasmó en 2014.<br />

Para la nueva presentación se tuvo en cuenta las observaciones recibidas en la acreditación<br />

provisoria del 2008, las evaluaciones mencionadas en el párrafo anterior, las orientaciones<br />

recibidas desde la Subsecretaría de Formación del Ministerio de Defensa y las frecuentes<br />

reuniones con el Director Nacional de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica Militar.<br />

El Plan de Estudios fue adecuado en función de la experiencia y de la demanda que representó<br />

tener una importante cantidad de alumnos civiles con actividades profesionales fuera<br />

del área de la Defensa Nacional. Se crearon dos nuevas materias, <strong>Inteligencia</strong> Competitiva y<br />

Calidad de Información. También se varió la relación horas-clase teóricas versus prácticas.<br />

Y todo esto hizo que la cantidad de horas clase previstas se incrementara de 390 a 411.<br />

El cuerpo docente mejoró sustancialmente su titulación académica, reaccionando adecuadamente<br />

a los estímulos generados desde la Dirección de la Carrera. Se incrementó la<br />

bibliografía disponible en versión papel y en digital. Se desarrollaron actividades de transferencias,<br />

enviándose al Ministerio de Defensa el producido de algunas investigaciones; se<br />

publicó un libro con la participación de varios profesores de la carrera, se han publicado<br />

artículos en revistas del exterior, y se impartieron seminarios con la participación de expositores<br />

nacionales y extranjeros.<br />

Unas páginas más atrás mencionamos la Maestría en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica Nacional de<br />

la UNLP. Los rectores y los directores de carrera firmaron un convenio marco de cooperación<br />

académica y se encuentran analizando la posibilidad de articular ambas carreras de<br />

posgrado, de tal manera que quienes aprueben la Especialización puedan continuar sus estudios<br />

en la Maestría. Por otra parte ambas carreras comparten algunos de sus profesores.<br />

Fue así como luego de la intervención de los pares evaluadores en 2014 la CONEAU reacreditó<br />

la Especialización en Análisis de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica por seis años más sin ningún<br />

tipo de observación. Acontecimiento que significó un enorme respaldo a lo actuado a lo<br />

largo de los siete años de la carrera.<br />

Uno de los factores que satisfizo plenamente a todos los que intervienen en la administración,<br />

conducción y dictado de esta carrera fue el hecho de haberlo logrado sin contar con<br />

las facilidades de infraestructura y de personal, en especial aquel avezado en acreditaciones<br />

o trámites ante CONEAU y Ministerio de Educación. Se trabajó con el asesoramiento y<br />

guía del IUA, muy especialmente a través de la Secretaria de Posgrados, la Licenciada Susana<br />

Barrionuevo, pero no se pueden comparar con las facilidades que disponen las grandes<br />

universidades, públicas o privadas, de Argentina.<br />

Acá consideramos de mucha utilidad destacar también uno de los factores por los cuales<br />

130


se logró este excelente resultado. Independientemente del lógico esfuerzo y sentimiento de<br />

compromiso con la tarea de todos los intervinientes, el factor decisivo fue la CONTINUI-<br />

DAD EN LAS AUTORIDADES DE GESTION Y DIRECCIÓN.<br />

Si bien esto es absolutamente normal en todos los ámbitos universitarios civiles no lo es<br />

en los institutos militares. Que los cargos vinculados con la gestión académica, particularmente<br />

cuando se trata de carreras universitarias, estén sujetos a los traslados de destino del<br />

personal militar afecta desfavorablemente la gestión de las mismas.<br />

En el caso del IIFA, el actual director, el Comodoro Mayor Antonio Sacco, se desempeña en<br />

el mismo desde diciembre de 2007, es decir desde el mismo momento en que se acreditó la<br />

carrera de posgrado. Fue Secretario Académico, Subdirector y actualmente Director. Esta<br />

circunstancia representó una significativa fortaleza. La continuidad en la gestión educativa<br />

es relevante, como todos sabemos.<br />

Esta continuidad se ha materializado también por medio de la incorporación al cuerpo docente<br />

de aquellas personas con experiencia en esta carrera desde el punto de vista de la gestión.<br />

Anteriores directores del Instituto y de la Carrera ahora se desempeñan como profesores.<br />

La calidad de la carrera queda evidenciada con la gran demanda de vacantes que se solicitan<br />

anualmente, desde Argentina y desde otros países latinoamericanos. Civiles y militares.<br />

Desde 2008 han cursado 230 alumnos, de ellos 31 son extranjeros, y la tasa de graduación<br />

total de la Especialización es del 16%.<br />

La carrera de posgrado Especialización en Análisis de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica se ha posicionado<br />

muy bien en la oferta académica nacional y extranjera en español. Por sus aulas<br />

han pasado alumnos de México, Rusia, España, Guatemala, Ecuador, Perú, Brasil, Venezuela.<br />

Y la circunstancia que contribuye a reforzar la imagen de calidad educativa y de estar<br />

satisfaciendo los objetivos que dieron lugar a su creación es que paulatinamente crece la<br />

cantidad de civiles, no vinculados con el sistema de Defensa Nacional, que se postulan e<br />

ingresan. Profesionales con actividad independiente y agentes de la administración pública<br />

cursan esta Especialización.<br />

Han pasado por sus aulas abogados, psicólogos, sociólogos, contadores públicos, agentes<br />

del Ministerio de Economía, del Poder Judicial de la Nación, asesores del Honorable Congreso<br />

de la Nación y de Cancillería, así como del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.<br />

Miembros de las Fuerzas de Seguridad y de Fuerzas Policiales. El 10% de los alumnos son<br />

profesionales de la actividad privada.<br />

En las páginas iniciales también mencionamos un Programa de Perfeccionamiento para<br />

Graduados que a través de un curso presencial imparte el IIFA y que titula el IUA.<br />

Este curso tiene su origen en uno anterior que impartía el Ejército Argentino para oficiales<br />

extranjeros, y que luego derivó en el que hasta 2012 se dictó en el IIFA llamado<br />

Curso de Dirección en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica Militar, para militares extranjeros y ar-<br />

131


gentinos, que también tuvo una amplia aceptación en Latinoamérica.<br />

Con un Plan de Estudios que incluye 300 horas programáticas y otras 66 extraprogramáticas<br />

consistentes fundamentalmente en visitas profesionales este curso, como tal, exigía un importante<br />

esfuerzo para los alumnos y no obtenían ningún título o reconocimiento universitario.<br />

Fue así que nuevamente el IIFA presentó una propuesta a su rectorado (IUA) para que<br />

fuera reconocido como un curso de extensión universitaria. Por Expediente 2888618 del 17<br />

de octubre del 2011se lo reconoció como Programa de Perfeccionamiento para Graduados<br />

(PPG) y quienes egresan llevan el correspondiente diploma firmado por el rector del IUA.<br />

A diferencia de la carrera de Especialización este es un curso cuyos requisitos de admisión<br />

establecen ser militar, argentino o extranjero. Han sido alumnos oficiales de Perú, Ecuador,<br />

México, Brasil, Venezuela, China. Y la demanda de vacantes crece anualmente.<br />

Todo lo aquí mencionado forma parte de un caso particular, como dice el título. La oferta<br />

educativa detallada representa un aporte significativo para el cambio que se da con la apertura<br />

de la actividad de inteligencia en el ámbito militar y además un contundente impulso<br />

a la difusión y enseñanza de la inteligencia estratégica, en su fase más delicada como es la<br />

de análisis, para su verdadero aprovechamiento en toda organización.<br />

Con la Especialización en Análisis de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica el IIFA contribuye a desmitificar<br />

el concepto de inteligencia y es la única que pone en manos de toda la sociedad la<br />

posibilidad de adquirir un cúmulo de conocimientos, habilidades y destrezas que redundarán<br />

en una mejor conducción de las organizaciones e instituciones, públicas y privadas,<br />

que en su seno actúan.<br />

Realmente es un caso particular.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

132


Apuntes sobre inteligencia e<br />

instrumentos estratégicos<br />

en México: Tensión entre la<br />

legalidad y la realidad<br />

Marcos Pablo Moloeznik<br />

la historia de los órganos de inteligencia es la historia de sus fracasos.<br />

No sólo porque sus aciertos no se pueden contar, sino porque ni siquiera se saben.<br />

Porque no sabemos si lo que no pasó fue por lo que hicimos o porque no iba a<br />

pasar, o si realmente fuimos un factor decisivo para que el curso de la historia se<br />

moviera en uno u otro sentido<br />

<br />

Ex Director General del CISEN - Secretaría de Gobernación - México<br />

El sistema político mexicano se caracteriza por una incipiente democracia, dado que los<br />

gobiernos de alternancia en los ámbitos estatal (entidades federativas) y municipal, no tienen<br />

más de 25 años de existencia, y en el orden federal sólo una década y media con la<br />

llegada de Vicente Fox Quesada a la Presidencia de la República en el año 2000.<br />

En este marco, uno de los principales retos de México es contar con una comunidad de<br />

inteligencia -integrada por agencias profesionales- que responda a la lógica de Estado y<br />

que coadyuve a dotar de racionalidad al proceso de toma de decisiones al más alto nivel de<br />

conducción política. Desafío que se inserta en un entorno signado por la violencia, el desarrollo<br />

de los fenómenos globales y las amenazas transnacionales, las nuevas tecnologías y,<br />

en general, la complejidad e incertidumbre.<br />

Por ello, a lo largo del trabajo que el lector tiene en sus manos, el autor intenta reflexionar<br />

sobre el contenido y alcances de la inteligencia estratégica, con especial énfasis en su significado<br />

en México, a la par que someter a análisis el marco legal vigente y contrastarlo con<br />

la situación real que presenta dicho nivel de inteligencia.<br />

133


1. Aproximación al concepto de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica<br />

Para estar en condiciones de analizar el marco normativo y la situación que guarda la inteligencia<br />

estratégica en México, se debe partir de una comprensión de lo que se entiende por tal.<br />

Así, para un reconocido académico del Colegio de la Defensa Nacional y del Centro de<br />

Estudios Superiores Navales de México, la inteligencia: (Garduño Valero, 2014: 19)<br />

Es en sí el conocimiento del ambiente, sus condiciones e intencionalidades,<br />

con la finalidad de prever, anticipar y sentar las bases para la toma de<br />

decisiones. En efecto, la inteligencia puede definirse como el conocimiento<br />

anticipado referido a las capacidades, vulnerabilidades y probables cursos<br />

de acción del ambiente externo y sus efectos sobre la organización, además<br />

de los factores internos que puedan afectar a nuestras estructuras.<br />

A partir de dicha concepción, tratándose de la inteligencia estratégica, un equipo de expertos<br />

la define como el: (Díaz Fernández,, 2013: 167)<br />

Conocimiento que deben poseer los civiles y militares para la formulación<br />

de políticas de defensa nacional o multinacional y de los planes relativos a la<br />

conducción de operaciones de nivel estratégico Permite realizar<br />

estimaciones sobre el enemigo con el fin de determinar sus fines y medios,<br />

su actitud, la posible amenaza o riesgo para los intereses nacionales, sus<br />

capacidades actuales, potenciales, sus posibles reacciones y la previsible<br />

determinación de las más probables. Es de naturaleza predictiva.<br />

Por ende, sus notas esenciales son, por un lado, la anticipación y la predicción; y, por el<br />

otro, el soporte o contribución al proceso de toma de decisiones, a saber: (Estévez, 1997: 2)<br />

La misión de la inteligencia es generar conocimiento para anticiparse a las<br />

amenazas y asistir a la toma de decisiones la inteligencia estratégica<br />

descansa muy fuertemente en la investigación utilizando información de todas<br />

las fuentes, tiende hacia el largo plazo así como resulta de alcance más global,<br />

y es producida para una audiencia interdepartamental o para el gobierno en<br />

cuanto entidad En términos generales se sostiene que la inteligencia<br />

estratégica nacional brinda el conocimiento y las estimaciones sobre<br />

capacidades, vulnerabilidades, intenciones, probables cursos de acción de<br />

países u organizaciones amigos, neutrales o adversarios y sobre la situación<br />

134


y amenazas dentro del propio país. El término “estratégico” implica que<br />

deben estudiarse las probables acciones y reacciones de los países amigos y<br />

adversarios antes de la puesta en práctica de cualquier política. La información<br />

requerida no se centra únicamente sobre los intereses conflictivos, sino además<br />

en los intereses de cooperación que puedan existir. Estos últimos son claves<br />

para encontrar soluciones mutuamente aceptables para las partes en conflicto.<br />

En otras palabras, la condición de “estratégica” trae necesariamente aparejada la toma de<br />

decisiones al más alto nivel de conducción política, tal como se hace hincapié en un reciente<br />

trabajo: (Paz, 2015: 3)<br />

La inteligencia estratégica nacional es el conocimiento procesado y<br />

especializado, elaborado al más alto nivel, con la finalidad de satisfacer<br />

las necesidades de la conducción política-estratégica para el proceso de<br />

toma de decisiones, siendo por tanto una institución mayormente civil<br />

Existen en la inteligencia estratégica nacional muchas materias<br />

ajenas al campo militar y que son necesarias para cumplir con los<br />

requerimientos de la conducción política del Estado, como aquellos temas<br />

relacionados con asuntos políticos, diplomáticos, económicos, psicosociales,<br />

científico-tecnológico -entre otros tópicos-, y donde lo militar participa<br />

concomitantemente, como un área de interés más.<br />

Para un profesor emérito de la Universidad Hebrea de Jerusalén y ex asesor del Gobierno de<br />

México, la inteligencia se erige en el requisito principal para una buena formulación de opciones<br />

de decisión o, por lo menos, para evitar que sean excesivamente malas (Dror, 1990: 157).<br />

Mientras que la existencia y vigencia de un proyecto de nación de largo aliento que, por su<br />

propia naturaleza, aglutine una serie de objetivos e intereses vitales, parece ser otro requisito<br />

para que la inteligencia estratégica tenga asidero, al decir de los coordinadores de una<br />

obra clave en la materia: (Swenson and Lemozy, 2009: xv y xvii)<br />

Lógicamente, la inteligencia estratégica sólo puede encontrar espacio y<br />

oportunidad de desarrollo en aquellos pueblos que poseen un proyecto e<br />

intereses nacionales definidos con claridad e instalados con amplio consenso<br />

en la sociedad, -una cultural nacional- de manera tal que tengan asegurada<br />

la persistencia de instituciones de inteligencia aún cuando la renovación<br />

democrática otorgue sucesivamente el poder a integrantes de partidos<br />

políticos de distintas tendencias. La inteligencia estratégica sólo puede surgir<br />

135


y florecer a la sombra de los proyectos nacionales a largo plazo, y la existencia<br />

de organizaciones de inteligencia resulta genuina y legítima como respuesta<br />

anticipadora a esa necesidad nacional<br />

En el caso de la República Mexicana, la inteligencia estratégica se concibe como inteligencia<br />

para la seguridad nacional, dado que: (Carrillo Olea, 2011: 247-248)<br />

El concepto de seguridad nacional ofrece en términos relativos, pero altamente<br />

deseables, una garantía de éxito y continuidad, al ofrecer la capacidad de anticipar<br />

coacciones al propósito nacional o bien a la adecuada gestión de eventos<br />

incontrolables. En este caso se presenta como la oferta de una perspectiva<br />

sistemática de entender las cosas, de examinar alternativas y proyectar soluciones.<br />

De ahí su plasmación normativa en la Ley de Seguridad Nacional (Cámara de Diputados,<br />

2005), que a la letra reza:<br />

Artículo 29.- Se entiende por inteligencia el conocimiento obtenido a partir de la<br />

recolección, procesamiento, diseminación y explotación de información, para<br />

la toma de decisiones en materia de Seguridad Nacional.<br />

En tanto que el actual programa sectorial, define a la política de seguridad nacional como<br />

una función de índole superior que dirige, integra y coordina las acciones de las autoridades<br />

e instituciones que están vinculadas con los sectores de la seguridad, la defensa y el desarrollo,<br />

a fin de prever, prevenir, disuadir, contener o desactivar aquellas vulnerabilidades,<br />

riesgos y amenazas que pueden comprometer el proyecto de nación (Poder Ejecutivo de la<br />

Federación, 2014: 5).<br />

Por lo que no debe soslayarse que la concepción de la seguridad nacional responde a las<br />

amenazas y riesgos percibidos, a saber: (Centro de Investigación y Seguridad Nacional, en<br />

adelante CISEN, 2014)<br />

1. Por aquellas, se entiende a los fenómenos intencionales generados por el<br />

poder de otro Estado, o por agentes no estatales, cuya voluntad hostil y<br />

deliberada pone en peligro los intereses permanentes tutelados por la seguridad<br />

nacional, en parte o en todo el país, y cuestionan la existencia del mismo Estado.<br />

2. Por éstos, se refiere a una condición interna o externa generada por<br />

situaciones políticas, económicas, sociales o agentes no estatales, así como<br />

por desastres naturales, de origen humano o epidemias, que sin tener carácter<br />

de amenazas, pudieran poner en entredicho el desarrollo nacional.<br />

136


Cabe destacar que, tres años antes, por primera vez en un documento público -el Programa<br />

para la Seguridad Nacional (2009-2012), el Gobierno de México da a conocer lo que<br />

entiende por riesgo y amenaza a la seguridad nacional como sigue: (Poder Ejecutivo de la<br />

Federación, 2009: incisos 1.2.2.1. y 1.2.2.2.)<br />

<br />

<br />

<br />

el carácter de amenaza conforme a la Ley, implica una condición interna o<br />

externa generada por situaciones políticas, económicas, sociales o agentes<br />

no estatales, así como por desastres naturales, de origen humano o epidemias,<br />

cuya presencia pudiera poner en entredicho el desarrollo nacional.<br />

<br />

peligro de vulneración, particularmente grave, a los intereses permanentes<br />

tutelados por la Seguridad Nacional, en parte o en todo el país, y cuestionan<br />

la existencia del mismo Estado.<br />

Diferencias entre amenazas y riesgos a la seguridad nacional<br />

Tema Amenazas Riesgos<br />

Definición<br />

Efectos<br />

Orientación<br />

Se encuentran definidas en la Ley<br />

de Seguridad Nacional y son de carácter<br />

permanente.<br />

Motivan la autorización de intervención<br />

de comunicaciones privadas<br />

por parte del Poder Judicial de<br />

la Federación, además de orientar<br />

las acciones y políticas en materia<br />

de Seguridad Nacional.<br />

La noción de las amenazas a la Seguridad<br />

Nacional parte de una noción<br />

táctica y operativa, orientada a<br />

contener, neutralizar o desactivar.<br />

Se definen en la Agenda Nacional de<br />

Riesgos, por el Consejo de Seguridad<br />

Nacional tomando en cuenta el Plan<br />

Nacional de Desarrollo y el Programa<br />

para la Seguridad Nacional. Se actualizan<br />

periódicamente dependiendo<br />

de los fenómenos coyunturales.<br />

Orientan la ejecución de la política de<br />

Seguridad Nacional desde un punto<br />

de vista estratégico sobre la probable<br />

ocurrencia de hechos o fenómenos<br />

que tengan la capacidad de vulnerar<br />

la Seguridad Nacional.<br />

La perspectiva de los riesgos es estratégica,<br />

centrada en la disuasión y<br />

en la prevención.<br />

Fuente: CISEN, 2014.<br />

De conformidad con el documento rector del desarrollo vigente, la realidad de México<br />

impone identificar, dimensionar y jerarquizar los efectos de los diversos factores internos<br />

y externos que, por su dinamismo, tienen el potencial para constituirse en una amenaza o<br />

riesgo para la seguridad nacional. Esto, con la finalidad de diseñar las estrategias que per-<br />

137


mitan prevenirlos, o bien, plantear los mecanismos de coordinación de acciones y medidas<br />

que neutralicen o minimicen sus efectos de manera oportuna y eficaz. Para lo cual, se requiere<br />

fortalecer las capacidades en temas de generación, difusión oportuna y explotación<br />

de inteligencia, que permita la toma de decisiones. (Poder Ejecutivo, 2013: 31)<br />

Asimismo, el carácter estratégico de dicha inteligencia viene dado por el entorno de incertibumbre<br />

que domina el escenario nacional, regional e internacional: (Lemozy, 2002: 431)<br />

El conocimiento de creciente volatilidad en el que deben tomar sus decisiones<br />

los políticos y funcionarios gubernamentales, saca a la luz una inquietante<br />

paradoja que deberemos esmerarnos por resolver. cuanto más impredecibles<br />

se vuelvan las circunstancias, más urgente será la necesidad de lograr<br />

conocimiento válido que facilite el planeamiento estratégico nacional.<br />

De donde, la doctrina de inteligencia mexicana en boga, define a la inteligencia estratégica<br />

como el: (Poder Ejecutivo, 2014: 44)<br />

Conocimiento sistematizado y jerarquizado que tiene como propósito<br />

fundamental suministrar un marco de referencia evaluativo y prospectivo<br />

para la toma de decisiones orientadas a la atención integral de vulnerabilidades,<br />

riesgos y amenazas mediante la consideración del vínculo entre seguridad,<br />

defensa y desarrollo en sus tres vertientes: humana, político-militar y<br />

económico-ambiental. Ello, con el fin de anticiparse a los hechos, bien para<br />

administrar el cambio, adaptarse a él y prevenir o mitigar sus efectos<br />

oportunamente o, en su caso, atender sus consecuencias.<br />

Sin embargo, para Jorge Enrique Tello Peón, ex Director del CISEN, una de las debilidades<br />

que se presentan en México es que: (CISEN, 2009: 42)<br />

aún existe una gran confusión en los altos niveles; no distinguen entre<br />

lo estratégico, lo táctico y lo operativo <br />

No se puede cerrar esta primera parte, sin dejar de reconocer que, en orden a garantizar<br />

la inteligencia estratégica, cobra especial relevancia el humint o masa crítica humana al<br />

servicio de los objetivos e intereses nacionales, especialmente los analistas; por lo que se<br />

recomienda: (Estévez, 2005: 7 y 24, respectivamente)<br />

<br />

<br />

capacidades de análisis.<br />

138


sólidos mecanismos de intercambio de información. Es aquí donde el concepto<br />

de sistema resulta primordial.<br />

A lo que se suma el activo del liderazgo, ya que se reconoce la paternidad del CISEN en tres ex<br />

Directores Generales: Jorge Carrillo Olea, Jorge Enrique Tello Peón y Alejandro Alegre Rabiela,<br />

a los que se suma una mujer, Cibeles Marín (Ver; CISEN, 2009 y Carrillo Olea, 2011).<br />

2.- Marco normativo de la inteligencia e instrumentos<br />

estratégicos en México<br />

Tradicionalmente, se reconoce que todas las instancias del Sistema de Seguridad Nacional<br />

generan información y producen inteligencia, pero que su integración bajo la perspectiva de<br />

inteligencia estratégica se encuentra bajo la conducción del Centro de Investigación y Seguridad<br />

Nacional (CISEN). La función de integración de inteligencia estratégica tiene como<br />

propósito brindar sustento a la toma de decisiones políticas fundamentales del Presidente<br />

de la República, sobre riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional, previa consideración del<br />

Consejo de Seguridad Nacional (Poder Ejecutivo de la Federación, 2009: inciso 1.6.2.3.).<br />

No obstante este reconocimiento, hace quince años el entonces director general del CISEN<br />

alertaba así sobre la necesidad de contar con un marco legal en el ámbito de la inteligencia<br />

para la seguridad nacional: (Alegre Rabiela, 2000: 1-5)<br />

En mi opinión, la situación actual por la que atraviesa nuestro país demanda<br />

de una ley que ajuste las bases jurídicas, orgánicas y funcionales que enmarcan<br />

las estructuras institucionales y los procesos de producción de inteligencia para la<br />

seguridad nacional. Sobresalen, en este sentido, los siguientes aspectos:<br />

A) Establecer un sistema de inteligencia para la seguridad nacional que<br />

posibilite proveer de la necesaria información que requiere el Estado mexicano<br />

en materia de seguridad nacional. Este sistema buscaría integrar la inteligencia<br />

que se genera en organismos de la administración pública federal, de las<br />

entidades federativas y del distrito federal. La pieza central del sistema sería<br />

un organismo del Poder Ejecutivo Federal al cual se responsabilizaría de la<br />

dirección, coordinación y control del mismo.<br />

D) Las relaciones laborales entre el organismo responsable de la seguridad<br />

nacional y el personal que desempeña labores de inteligencia debieran estar<br />

regidas por un estatuto de servicio civil de carrera. La conjunción de apego<br />

139


a los principios fundamentales de la doctrina de inteligencia y de excelencia<br />

en el desempeño profesional, prevalecerían como criterios fundamentales de<br />

evaluación para la permanencia y ascenso.<br />

Llamamiento que encuentra eco sólo a medias, puesto que en México no existe una Ley<br />

de <strong>Inteligencia</strong> Nacional; en rigor, es la Ley de Seguridad Nacional (Cámara de Diputados,<br />

2005) el ordenamiento jurídico que rige las actuaciones del CISEN (Capítulo II), establece<br />

las bases del Estatuto del Personal del Centro (Capítulo III), fija las modalidades de Coordinación<br />

para la Seguridad Nacional (Capítulo IV), y vela por la preservar la información<br />

en la materia, restringiendo el acceso público a la misma (Capítulo V).<br />

En su primer artículo se fija como objeto:<br />

establecer las bases de integración y acción coordinada de las instituciones<br />

y autoridades encargadas de preservar la Seguridad Nacional, en sus respectivos<br />

ámbitos de competencia; así como, la forma y los términos en que las<br />

autoridades de las entidades federativas y los municipios colaborarán con la<br />

Federación en dicha tarea; regular los instrumentos legítimos para fortalecer<br />

los controles aplicables a la materia<br />

En virtud del artículo tercero:<br />

por Seguridad Nacional se entienden las acciones destinadas de manera<br />

inmediata y directa a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del<br />

Estado Mexicano, que conlleven a:<br />

I. La protección de la nación mexicana frente a las amenazas y riesgos que<br />

enfrente nuestro país;<br />

II. La preservación de la soberanía e independencia nacionales y la defensa<br />

del territorio;<br />

III. El mantenimiento del orden constitucional y el fortalecimiento de las<br />

instituciones democráticas de gobierno;<br />

IV. El mantenimiento de la unidad de las partes integrantes de la Federación<br />

señaladas en el artículo 43 de la Constitución Política de los Estados Unidos<br />

Mexicanos;<br />

V. La defensa legítima del Estado Mexicano respecto de otros Estados o<br />

sujetos de derecho internacional, y<br />

VI. La preservación de la democracia, fundada en el desarrollo económico<br />

social y político del país y sus habitantes.<br />

140


Para la coordinación de acciones orientadas a preservar la seguridad nacional, se establece<br />

el Consejo de Seguridad Nacional, a la sazón, instancia deliberativa cuya finalidad es<br />

establecer y articular la política en la materia (Artículo 13), e integrado por (Artículo 12):<br />

I. El Titular del Ejecutivo Federal, quien lo presidirá;<br />

II. El Secretario de Gobernación, quien fungirá como Secretario Ejecutivo;<br />

III. El Secretario de la Defensa Nacional;<br />

IV. El Secretario de Marina;<br />

V. El Secretario de Seguridad Pública;<br />

VI. El Secretario de Hacienda y Crédito Público;<br />

VII. El Secretario de la Función Pública;<br />

VIII. El Secretario de Relaciones Exteriores;<br />

IX. El Secretario de Comunicaciones y Transportes;<br />

X. El Procurador General de la República, y<br />

XI. El Director General del Centro de Investigación y Seguridad Nacional.<br />

Se trata de la comunidad de inteligencia, a la que se suman aquellas dependencias y unidades<br />

de la Administración Pública Federal que cuentan con atribuciones para generar información<br />

de inteligencia. Adicionalmente, en el marco del Sistema de Seguridad Nacional,<br />

existen diversos mecanismos que permiten articular las tareas asignadas a cada instancia<br />

y que tienen el propósito de fomentar la cooperación interinstitucional (CISEN, 2015 b).<br />

El titular del Poder Ejecutivo Federal preside el Consejo de Seguridad Nacional, porque la<br />

fracción VI del Artículo 89 constitucional, obliga al Presidente de la República a preservar<br />

la seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, es decir, la Ley de Seguridad<br />

Nacional (Cámara de Diputados, 2015).<br />

El Programa sectorial de Seguridad Nacional vigente denomina Sistema de Seguridad Nacional<br />

tanto a la comunidad de seguridad y defensa nacionales, como a la de inteligencia, a<br />

saber: (Poder Ejecutivo de la Federación, 2014: 9)<br />

En el Sistema de Seguridad Nacional convergen todas las instituciones que<br />

forman parte de la comunidad de seguridad y defensa del país, al igual que<br />

todos los sistemas de información e inteligencia especializada de los que<br />

dispone el Estado mexicano. Ninguno de sus componentes es más relevante<br />

que otro, pues todos se ocupan de tareas de manera interrelacionada bajo el<br />

liderazgo del Presidente de la República <br />

Dicho documento programático contempla también, como objetivo, desarrollar un Siste-<br />

141


ma Nacional de <strong>Inteligencia</strong>, al que concibe como el conjunto interconectado de dependencias<br />

o entidades federales, unidades de información o inteligencia, que vincula los procesos<br />

e instrumentos que satisfacen la función de generar inteligencia necesaria para que el<br />

Sistema de Seguridad Nacional cumpla con su misión (Ibidem).<br />

Poco antes, en 2011, quien fuera su primer director general, reflexiona de manera crítica<br />

sobre el marco legal que da vida al CISEN: (Carrillo Olea, 2011: 144 y 145)<br />

el presidente Salinas expidió un decreto para establecer el Cisen como<br />

un órgano administrativo desconcentrado. El proyecto ya había sido<br />

trabajado durante mucho tiempo la culminación fue sencilla porque se<br />

disponía de una valiosísima base de recursos humanos el Cisen no adquirió<br />

el rango de organismo descentralizado como hubiera sido pertinente <br />

En tal contexto la creación del Centro se produjo por medio de una simple<br />

reforma al reglamento interno de la Secretaría (de Gobernación) así que sus<br />

funciones resultaron difusas y enmascaradoras y al mismo tiempo<br />

carecían de sustento en una defensa política. Tales anomalías, vigentes hasta<br />

hoy, deberían corregirse, ya que han generado muchos problemas de gestión.<br />

El Cisen merece y demanda ser un órgano descentralizado con su propia y<br />

muy buena ley orgánica.<br />

Y es que el CISEN nace a partir de la reforma del Reglamento Interior de la Secretaría de<br />

Gobernación (Ministerio del Interior de México) expedido el 13 de febrero de 1989 por el<br />

entonces Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de<br />

Gortari (1988-1994): (CISEN, 2009: 111-113)<br />

Artículo 1. La Secretaría de Gobernación es la dependencia del Poder<br />

Ejecutivo Federal a la que corresponde vigilar en la esfera administrativa<br />

el cumplimiento de los preceptos constitucionales por parte de las autoridades<br />

del país... coordinar las acciones en materia de Seguridad Nacional y<br />

Protección Civil, así como la información relativa al orden político y social<br />

que afecte o se origine en las dependencias del Ejecutivo Federal < ... .><br />

Artículo 27. Para la más eficaz atención y el eficiente despacho de los asuntos,<br />

la Secretaría contará con el Centro de Investigación y Seguridad Nacional,<br />

que será un órgano administrativo desconcentrado en los términos del presente<br />

capítulo, y que le estará jerárquicamente subordinado, con funciones específicas<br />

para resolver sobre las materias que se le señalan y en el ámbito territorial que se<br />

determina.<br />

142


Artículo 28. El Centro de Investigación y Seguridad Nacional estará a cargo de<br />

un director general y tendrá las siguientes atribuciones:<br />

I. Establecer y operar un sistema de investigación e información para la<br />

seguridad del país;<br />

II. Recabar y procesar la información generada por el sistema a que se refiere<br />

la fracción anterior; determinar su sentencia, valor, significado e<br />

interpretación específica, y formular las conclusiones que se deriven de las<br />

evaluaciones correspondientes;<br />

III. Realizar los estudios de carácter político, económico y social que se<br />

relaciones con sus atribuciones;<br />

IV. Realizar encuestas de opinión pública sobre asuntos de interés nacional; y<br />

V. Las demás atribuciones que le confieran otras disposiciones legales o<br />

reglamentarias<br />

Efectivamente, en su propio sitio web, se puede leer que: CISEN (2015, a)<br />

El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) se creó el 13 de<br />

febrero de 1989 con el propósito de dotar al Estado Mexicano de un órgano<br />

de inteligencia civil más acorde a las transformaciones políticas y sociales<br />

que experimentaba el país en aquél entonces y apto para hacer frente a los<br />

desafíos que planteaba el fin de la Guerra Fría.<br />

El CISEN ha desarrollado un sistema de inteligencia civil orientado a alertar<br />

sobre riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional y ha formado a un<br />

experimentado cuerpo de profesionales de la inteligencia al servicio de la<br />

Nación. A lo largo de su existencia, ha sido testigo de la transición hacia un<br />

sistema político cada vez más plural, de la revolución en el campo de las<br />

comunicaciones y las tecnologías de la información y de la configuración<br />

de un complejo entorno internacional que plantea nuevos retos a la seguridad del país.<br />

La Ley de Seguridad Nacional reconoce la naturaleza del CISEN como órgano administrativo<br />

desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, con autonomía, técnica, operativa y<br />

de gasto, adscrito directamente al Titular de dicha Secretaría (Artículo 18), con las siguientes<br />

atribuciones (Artículo 19):<br />

I. Operar tareas de inteligencia como parte del sistema de seguridad nacional<br />

que contribuyan a preservar la integridad, estabilidad y permanencia del<br />

Estado Mexicano, a dar sustento a la gobernabilidad y a fortalecer el Estado<br />

de Derecho;<br />

II. Procesar la información que generen sus operaciones, determinar su<br />

tendencia, valor, significado e interpretación específica y formular las<br />

143


conclusiones que se deriven de las evaluaciones correspondientes, con el<br />

propósito de salvaguardar la seguridad del país;<br />

III. Preparar estudios de carácter político, económico, social y demás que se<br />

relacionen con sus atribuciones, así como aquellos que sean necesarios<br />

para alertar sobre los riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional;<br />

IV. Elaborar los lineamientos generales del plan estratégico y la Agenda<br />

Nacional de Riesgos<br />

V. Proponer medidas de prevención, disuasión, contención y desactivación<br />

de riesgos y amenazas que pretendan vulnerar el territorio, la soberanía, las<br />

instituciones nacionales, la gobernabilidad democrática o el Estado de<br />

Derecho;<br />

VI. Establecer cooperación interinstitucional con las diversas dependencias<br />

de la Administración Pública Federal, autoridades federales, de las<br />

entidades federativas y municipales o delegacionales, en estricto apego<br />

a sus respectivos ámbitos de competencia con la finalidad de coadyuvar<br />

en la preservación de la integridad, estabilidad y permanencia del<br />

Estado Mexicano;<br />

VII. Proponer al Consejo el establecimiento de sistemas de cooperación<br />

internacional, con el objeto de identificar posibles riesgos y amenazas<br />

a la soberanía y seguridad nacionales<br />

VIII. Adquirir, administrar y desarrollar tecnología especializada para la<br />

investigación y difusión confiable de las comunicaciones del Gobierno<br />

Federal en materia de Seguridad Nacional, así como para la protección<br />

de esas comunicaciones y de la información que posea;<br />

IX. Operar la tecnología de comunicaciones especializadas, en cumplimiento<br />

de las atribuciones que tiene encomendadas o en apoyo de las instancias<br />

de gobierno que le solicite el Consejo;<br />

X. Prestar auxilio técnico a cualquiera de las instancias de gobierno<br />

representadas en el Consejo, conforme a los acuerdos que se adopten<br />

en su seno, y<br />

XI. Las demás que le confieran otras disposiciones jurídicas aplicables o le<br />

señale, en el ámbito de su competencia, el Consejo o el Secretario Ejecutivo.<br />

En lo que respecta al personal que se desempeña en el Centro, a fines de 2006 se expide el<br />

Estatuto Laboral del CISEN con el objeto de: (Cámara de Diputados, 2006, Artículo 1º):<br />

establecer los mecanismos y las reglas para la selección, ingreso,<br />

nombramiento, capacitación, promoción, estímulos, baja, y control de<br />

144


confiabilidad de los servidores públicos del Centro de Investigación y<br />

Seguridad Nacional, a través de un Sistema de Profesionalización.<br />

Aunque, ex ante, la Ley de Seguridad Nacional destina el tercer capítulo al Estatuto del Personal<br />

del Centro, a partir del reconocimiento de que: (Cámara de Diputados, 2005, Artículo 21)<br />

Todas las funciones que desempeñen los servidores públicos del Centro, serán<br />

consideradas de confianza y están obligados a mantener reserva de la<br />

información y de los asuntos a los que tengan acceso, por la naturaleza<br />

de sus funciones. Sólo podrán rendir testimonio por escrito.<br />

Confidencialidad que está consagrada en los Artículos 8 y 26 del Estatuto Laboral del<br />

CISEN (en lo sucesivo, se citará como Estatuto), en los siguientes términos: (Cámara de<br />

Diputados, 2006)<br />

Queda prohibido a todo servidor público del Centro:<br />

I. Difundir o divulgar la información a la cual tenga o haya tenido acceso<br />

con motivo de su cargo o comisión, en términos de la Ley;<br />

Entre los requisitos para ingresar al Centro, se incluye el de:<br />

VI. Comprometerse a la guarda y secreto de la información que conozca con<br />

motivo de su cargo, puesto o comisión,<br />

Tratándose de los principios que rigen sus actuaciones, los mismos se encuentran plasmados<br />

en el Artículo 5 del propio Estatuto, y son: legalidad, eficiencia, profesionalismo,<br />

honradez, objetividad, calidad, imparcialidad, equidad, responsabilidad, confidencialidad,<br />

lealtad, transparencia, coordinación y cooperación, así como respeto a las garantías<br />

constitucionales y los derechos fundamentales de protección a la persona humana.<br />

Si bien para todos los efectos legales, el personal del Centro es, en términos del Artículo<br />

3 de dicho ordenamiento jurídico, considerado trabajador de confianza, se le reconoce al<br />

servidor público del Centro el debido proceso, ya que en virtud del artículo 90 del mismo<br />

instrumento jurídico, el mismo tiene derecho de audiencia, a presentar pruebas y alegar<br />

lo que a su derecho convenga.<br />

Entre los aspectos contemplados por el Estatuto, caben señalar, entre otros: los mecanismos<br />

de ingreso (Capítulo III); el sistema de profesionalización del Centro (Capítulo IV) con<br />

el objeto de promover la formación, profesionalización y especialización de sus servidores<br />

públicos, incluyendo reglas para las promociones (sección cuarta), concursos (sección<br />

quinta), evaluaciones y control de confianza (sección sexta); la formación integral (Capítulo<br />

V), de la que destaca la capacitación con los objetivos de (a) desarrollar, complementar,<br />

especializar y perfeccionar los conocimientos, aptitudes y habilidades necesarias para el<br />

145


eficiente desempeño de los servidores públicos del Centro en sus puestos, (b) preparar a los<br />

servidores públicos para funciones de mayor responsabilidad o de naturaleza diversa, y (c)<br />

certificar a los servidores públicos de carrera en las capacidades profesionales adquiridas;<br />

y la evaluación del desempeño (Capítulo VI).<br />

En tanto que, para la formación y especialización del personal del CISEN, por Acuerdo<br />

de 2009, se crea la Escuela de <strong>Inteligencia</strong> para la Seguridad Nacional del Centro de Investigación<br />

y Seguridad Nacional (ESISEN), en cuyos considerandos destaca: (Cámara de<br />

Diputados, 2009)<br />

Que con el fin de elevar las capacidades técnicas del Estado mexicano para<br />

preservar la seguridad nacional, es necesario contar con una institución<br />

educativa que garantice la formación de cuadros profesionales y especializados<br />

en las materias de inteligencia civil para la seguridad nacional y cualquier<br />

otra necesaria para mantener la integridad, estabilidad y permanencia del<br />

Estado mexicano.<br />

En virtud de su Artículo 7, le corresponde la atención de los siguientes asuntos:<br />

I. Formar cuadros en materia de inteligencia y seguridad nacional para el<br />

Estado mexicano;<br />

II. Generar y sistematizar el conocimiento del más alto nivel en materia de<br />

inteligencia y seguridad nacional;<br />

III. Integrar y fortalecer la Biblioteca interna y el Centro de Documentación<br />

en materia de inteligencia y seguridad nacional, y<br />

IV. Intercambiar experiencias e información con educandos, maestros y<br />

cualquier institución nacional o internacional, siempre y cuando no sea<br />

información materia de reserva.<br />

En cuanto a sus objetivos, cabe señalar, entre otros: (CISEN, 2015 c)<br />

<br />

nuevo ingreso y para la plantilla permanente del CISEN.<br />

<br />

<br />

Estado Mexicano.<br />

<br />

de inteligencia y Seguridad Nacional.<br />

<br />

y seguridad nacional.<br />

146


Con ese propósito, la ESISEN lanza la denominada colección de Lecturas Básicas de <strong>Inteligencia</strong>,<br />

a partir de la selección de materiales y lecturas relevantes en dichos tópicos; misma<br />

que es de circulación restringida y se publica sin afanes de lucro. Desde su primer número,<br />

cuenta con número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo otorgado por<br />

el Instituto Nacional de Derechos de Autor y, desde su número 7, con ISSN (2007-1159).<br />

Relación de números publicados en la Colección Lecturas Básicas de <strong>Inteligencia</strong><br />

Título Fecha de Edición Tiraje<br />

1. <strong>Inteligencia</strong> y Seguridad Nacional<br />

2. Análisis de <strong>Inteligencia</strong><br />

3. Frontera Sur de México<br />

4. Contrainteligencia<br />

5. Derecho de la Seguridad Nacional<br />

6. Tecnología para los Servicios<br />

de <strong>Inteligencia</strong><br />

7. Agendas Internacionales de Riesgo<br />

8. Servicios de <strong>Inteligencia</strong> en<br />

el Orden Mundial<br />

9. <strong>Inteligencia</strong> de Fuentes Abiertas<br />

10. Armas de Destrucción en<br />

Masa y Seguridad Nacional<br />

Noviembre de 2010<br />

Octubre de 2009<br />

Febrero de 2010<br />

Marzo de 2010<br />

Octubre de 2010<br />

Noviembre de 2010<br />

Junio de 2011<br />

Noviembre de 2011<br />

Octubre de 2012<br />

Octubre de 2012<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

1000 ejemplares<br />

Fuente: Elaboración propia, con base en las publicaciones a las que se tuvo acceso; aunque el Informante<br />

Clave 5 (2015) asegura que se publicaron dos números más y que, por ende, los ejemplares 11 y 12 ya<br />

están en circulación en la comunidad de inteligencia mexicana.<br />

Más allá de no contar con un marco normativo ad hoc a la delicada responsabilidad que<br />

le compete, para un ex directivo del CISEN el balance no deja de ser positivo: (Carrillo<br />

Olea, 2011: 145)<br />

Consolidamos la cooperación internacional y logramos una escala de<br />

salarios y prestaciones de excelencia. Todas estas circunstancias hicieron del<br />

CISEN un lugar de trabajo interesante desde cualquier punto de vista, lo que<br />

permitió el reclutamiento de personas procedentes de los centros académicos<br />

de mayor prestigio. Fue una gran satisfacción ver en la tabla de especialidades,<br />

cómo abundaban aplastantemente los licenciados, maestros y hasta doctores.<br />

Gente joven, entusiasta, comprometida <br />

147


3.- Situación que guardan la inteligencia e instrumentos<br />

estratégicos en México<br />

Una vez sometidos a revisión cómo se concibe a la inteligencia estratégica en México, su<br />

marco normativo y herramientas, conviene dar cuenta de la realidad imperante, con el<br />

objeto de determinar si la misma se ajusta a la legalidad o, por el contrario, se verifica una<br />

tensión entre ambas.<br />

Así, en primer término, destacan las memorias del primer director general del CISEN,<br />

quien pone de relieve que: (Carrillo Olea, 2011: 146)<br />

el CISEN es una institución del sistema mexicano que fue concebido y<br />

creado para servirle en el más elevado de los planos. Debe contar con las<br />

más intachables calificaciones en eficiencia y probidad, así como con la más<br />

amplia confianza del presidente de la República. Darle un uso de menor<br />

dimensión es reducirlo a un instrumento al servicio del gobierno que<br />

abandona sus misiones estratégicas en la custodia de la nación.<br />

De donde, cabe preguntarse si en México existe, verdaderamente, un sistema de inteligencia a<br />

nivel estratégico; a lo que un ex funcionario del CISEN, responde: (Informante Clave 1, 2015)<br />

El sistema de inteligencia estratégico está inacabado. En su momento se pretendía<br />

que el CISEN se encargara de esta función, pero las urgencias del día con día,<br />

la naturaleza de las peticiones que se le hacían, lo fueron separando de esa<br />

perspectiva. No logró superar sus funciones tradicionales de vigilancia política<br />

y eso hace difícil establecer criterios homogéneos de interés de Estado, más allá<br />

de las visiones interesadas del poder en turno. Se ha intentado articular la visión<br />

estratégica de inteligencia a partir de la creación de un centro de fusión, pero<br />

su peso específico está aún en proceso de institucionalización, enfrenta el reto<br />

de constituirse en tal y no terminar absorbido por las propias dinámicas de<br />

poder del CISEN, al que sigue estrechamente vinculado.<br />

Apreciación que coincide con la de un ex analista de inteligencia al más alto nivel de conducción<br />

política, quien opina lo que sigue: (Informante Clave 2, 2015)<br />

hay esfuerzos aislados para desarrollar el sistema de inteligencia estratégica,<br />

que por la dispersión no termina de consolidarse. A nivel directivo considero<br />

que no les interesa o no han visto el valor de un sistema de este tipo, más que en<br />

148


el discurso, por eso tampoco han avanzado, y porque no entienden mucho,<br />

además de mantenerse cerrados con un enfoque introspectivo. Ayer inauguraron<br />

el foro de Unidades de Análisis de Información, encabezadas por la Procuraduría<br />

General de la Repúblcia (PGR), con miras a que en cada entidad federativa<br />

haya una unidad de ese tipo. Por lo que he visto en Chiapas, Oaxaca, Tabasco,<br />

Tamaulipas, Chihuahua y Michoacán, no es tan sencillo integrar una unidad<br />

profesional de este tipo.. En síntesis, discursivamente existe la idea,<br />

conceptualmente no tienen ni idea, y operacionalmente cada quien hace<br />

lo que puede y necesita.<br />

En lo que repecta a la coordinación y articulación de sus componentes, aquél considera<br />

que: (Informante Clave 1, 2015)<br />

la articulación efectiva entre sus partes está aún en proceso.<br />

Estas apreciaciones guardan correspondencia con la construcción del Sistema Nacional de<br />

<strong>Inteligencia</strong> (SNI) como uno de los propósitos de alcance estratégico de la actual gestión<br />

encabezada por el Presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), puesto que: (Poder Ejecutivo,<br />

2014 a: 11)<br />

Sólo al contar con productos de inteligencia con un alcance estratégico adecuado,<br />

se estará en condiciones de poder anticipar el impacto de aquellas tendencias<br />

que pueden vulnerar la Seguridad Nacional y el desempeño de las instituciones<br />

que ejercen funciones públicas en este ámbito. En este sentido, la generación<br />

de inteligencia cobra relevancia en el marco de un modelo de Seguridad Nacional<br />

en el que las acciones de todos sus integrantes serán sometidas a un ciclo de<br />

evaluación permanente. Para alcanzar este objetivo, esta Administración<br />

establecerá un Sistema Nacional de <strong>Inteligencia</strong>. Su propósito será generar<br />

productos de inteligencia con un alcance estratégico y multidimensional para<br />

sustentar la toma de decisiones del Ejecutivo Federal en materia de Seguridad<br />

Nacional. En su carácter de componente central del Sistema de Seguridad<br />

Nacional, el nuevo Sistema Nacional de <strong>Inteligencia</strong> permitirá integrar las<br />

inteligencias especializadas de la Administración Pública Federal, incluyendo<br />

la generada por la Procuraduría General de la República, la Policía Federal,<br />

las Fuerzas Armadas y el órgano de inteligencia civil del Estado mexicano.<br />

Del objetivo específico 1.2. del Programa para la Seguridad Nacional 2014-2018, se deprende<br />

la ausencia de un sistema de inteligencia en la dimensión estratégica, ante la necesidad<br />

de: (Ibidem: 27)<br />

149


articular la información y las inteligencias especializadas del Estado<br />

mexicano mediante el establecimiento y operación del Sistema Nacional de<br />

<strong>Inteligencia</strong>, a fin de potenciar la generación de inteligencia estratégica para<br />

la Seguridad Nacional. El Modelo de Seguridad Nacional propuesto en este<br />

Programa tiene como fundamento la generación de inteligencia estratégica.<br />

El establecimiento de un Sistema Nacional de <strong>Inteligencia</strong> funcional es un<br />

componente central del proceso de consolidación de la política de Seguridad<br />

Nacional del Estado mexicano. Su adecuado desarrollo demanda la definición<br />

de una Doctrina Nacional de <strong>Inteligencia</strong> y el establecimiento de Unidades<br />

de Información e <strong>Inteligencia</strong> dentro de las distintas dependencias que forman<br />

parte de la Administración Pública Federal. Estrategia 1.2.1. Establecer el Sistema<br />

Nacional de <strong>Inteligencia</strong> por medio del desarrollo de mecanismos que permitan<br />

su integración y operación como parte del Sistema de Seguridad Nacional<br />

Incluso, en su primera rendición de cuentas a la nación, el Presidente de la República informa<br />

que, durante 2013, el Ejecutivo Federal lleva a cabo incipientes acciones de fusión de<br />

inteligencia a través de esquemas de coordinación, principalmente en lo relacionado con el<br />

fenómeno de la delincuencia organizada; entendiéndose por fusión el proceso de trabajo<br />

interinstitucional consistente en el intercambio de datos y su análisis para generar inteligencia<br />

sobre antagonismos a la seguridad nacional, a través de un esquema formalmente<br />

articulado de colaboración.(Poder Ejecutivo de la Federación, 2013 b: 45).<br />

La opinión de los ex funcionarios de inteligencia también se encuentra avalada por el segundo<br />

Informe de Gobierno, en el que se reconoce el inicio de trabajos de diagnóstico para<br />

estructurar el anteproyecto de Ley del Sistema Nacional de <strong>Inteligencia</strong> (SNI), a fin de institucionalizarlo<br />

como el componente central del Sistema de Seguridad Nacional, para producir<br />

la inteligencia estratégica, táctica y operativa para la toma de decisiones y la coordinación<br />

de acciones en materia de seguridad nacional. El diseño del proyecto de Ley del SNI<br />

persigue sentar las bases para la fusión de las inteligencias especializadas e información<br />

estratégica, a los efectos de atender de manera integral y oportuna los riesgos y amenazas a<br />

la seguridad nacional (Poder Ejecutivo de la Federación, 2014 b: 58-59).<br />

En cuanto a la Escuela de <strong>Inteligencia</strong> para la Seguridad Nacional (ESISEN), un ex director<br />

general adjunto, apunta que: (Informante Clave 1, 2015)<br />

Fue un inicio que, como tal, tiene puntos rescatables y otros a mejorar. Rescato<br />

el propósito de instituir un órgano permanente de profesionalización de las<br />

funciones de inteligencia civil. Creo que las limitaciones que tuvo fueron<br />

restringirse un poco a cuestiones remediales que quizás podrían subsanarse<br />

150


con procesos de reclutamiento mejor afinados y focalizados, para permitir que<br />

la Escuela de <strong>Inteligencia</strong> se concentre en proporcionar programas de formación<br />

especializada más específicos, integrados y de más impacto en la función<br />

sustantiva de la institución.<br />

Por su parte, un ex directivo del ESISEN, puntualiza que: (Informante Clave 3, 2015)<br />

La escuela no es una academia típica en el sentido de estar abierta al público.<br />

Es básicamente la instancia educativa para preparar, profesionalizar y actualizar<br />

a los cuadros del Centro. El tipo de preparación que requiere dicho personal<br />

no se puede conseguir en cualquier lugar y esto fue lo que, precisamente, obligó<br />

al Centro a organizar sus propios cursos.<br />

A lo largo del año se ofrecen diversos cursos de diferente duración, tanto en<br />

el campo operativo como en el teórico. Tratándose de esta segunda vertiente,<br />

se diseñan e imparten cursos sobre <strong>Inteligencia</strong>, Análisis, Pensamiento Crítico<br />

y Seguridad Nacional, entre otros.<br />

Adicionalmente, algunos cursos que organiza la Escuela son en respuesta a<br />

solicitud expresa de alguna Secretaría que integra el Consejo de Seguridad<br />

Nacional, por lo que de vez en cuando hay cursos a los que asiste personal de<br />

esas dependencias.<br />

Lo último que estaba en puerta era la propuesta de una Maestría del corte<br />

del Colegio de la Defensa Nacional de la Secretaría de la Defensa Nacional y<br />

del Centro de Estudios Superiores Navales de la Secretaría de Marina, donde<br />

los estudiantes serían de nivel ejecutivo, invitados por el Centro y propuestos<br />

por sus respectivas dependencias.<br />

También, un agente con aquilata experiencia como analista, advierte que: (Informante<br />

Clave 2, 2015)<br />

La Escuela de <strong>Inteligencia</strong> del CISEN sigue con un enfoque interno.<br />

Es decir, más allá de su plasmación normativa, el CISEN, concebido como órgano responsable<br />

de dotar al Presidente de la República de inteligencia estratégica para el proceso de<br />

toma de decisiones, presenta tanto debilidades como fortalezas, que es conveniente analizar.<br />

3.1- Debilidades<br />

Tal como se pone de relieve en párrafos anteriores, la primera debilidad reside en la ausencia<br />

de un SNI bajo la dirección del CISEN; antes bien, como lo reconocen ex funcionarios<br />

y los documentos oficiales del actual titular del Poder Ejecutivo Federal, el escenario de<br />

151


inteligencia estratégica en México se caracteriza por la falta de articulación de sus componentes,<br />

que lo acerca más a la dispersión.<br />

Incluso, los primeros pasos para la creación de centros de fusión de inteligencia en el país,<br />

como parte de la estrategia de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa para enfrentar el crimen<br />

organizado, se realizan con el apoyo de agencias de Estados Unidos, tal como lo reconoce<br />

el entonces Director General del CISEN, Guillermo Valdés Castellanos (Barrios, 2015).<br />

A lo que se suma un déficit de cultura de inteligencia que, en palabras de Jorge Enrique<br />

Tello Peón, se traduce en “embrionaria”: (CISEN, 2009: 42)<br />

Al hablar de cultura de inteligencia, debemos reconocer que todavía tenemos<br />

muchísimo que avanzar. Creo que la cultura se puede definir, básicamente,<br />

como un conjunto de referencias compartidas por una sociedad en un momento<br />

determinado. Promover una cultura moderna de inteligencia significa romper<br />

con clichés y prejuicios que inician en los medios de comunicación y que tienden<br />

a agravarse con las necesidades, las urgencias y los miedos, sobretodo cuando<br />

se asocian con los temas de seguridad pública. Necesitamos inteligencia, y es<br />

necesario decirlo abiertamente y sustentarlo. Sin embargo, lo cierto es que la<br />

mayor parte de la gente no sabe de lo que estamos hablando, desde los altos<br />

niveles del gobierno y de la iniciativa privada hasta los más modestos puestos<br />

en la administración pública federal. Nuestra cultura de inteligencia, como<br />

sociedad, es aún embrionaria.<br />

Si, por un lado, el CISEN -a lo largo de su corta historia- logra atraer a jóvenes universitarios;<br />

por otro, no se muestra capaz de retener al personal más valioso, puesto que la fuga de<br />

talentos es una constante, ya sea por renuncia del personal o por la separación lisa y llana<br />

(bajo la figura jurídica de pérdida de confianza) por decisión del Director General en turno<br />

(Informantes Clave 1, 2 y 3, 2015)<br />

Otro asunto crítico descansa en la crisis de liderazgo, al no reunir sus titulares la formación,<br />

los conocimientos ni el perfil idóneo para el desempeño de su encargo. Se trata de una preocupación<br />

que no escapa a su primer Director General, Jorge Carrillo Olea: (CISEN, 2009: 35)<br />

Espero que el CISEN se mantenga en buenas manos. Ha tenido buenos y<br />

malos directores, como todas las instituciones. Es importante que el perfil de<br />

los directores corresponda al perfil del Centro y que exista continuidad<br />

institucional También es fundamental que los presidentes conozcan y<br />

reconozcan la importancia y la valía de la institución, que le den parte de su<br />

152


personalidad, y con ello el reconocimiento de su valor y de su contribución<br />

para los mejores intereses de México.<br />

Para Jorge Torres (2009: 21), resulta claro que:<br />

La decadencia que experimenta el Cisen desde 2000 se puede explicar sólo a<br />

partir de la debilidad política y el desconocimiento de los asuntos de inteligencia<br />

de los hombres que encabezaron las áreas de poder con influencia en el Centro.<br />

Es decir, los secretarios de Gobernación y los directores del organismo.<br />

Pero, probablemente su principal debilidad sea su uso como instrumento de la política-partidista<br />

en lugar de responder a los intereses superiores del Estado y de atender a los<br />

riesgos y amenazas a la seguridad nacional. De ahí que el mismo autor trate de demostrar,<br />

mediante investigaciones, que: (Ibidem: 12 y 19)<br />

sin dejar de lado las operaciones de espionaje político. Cientos de<br />

funcionarios y políticos oficialistas y de oposición fueron víctimas de agentes<br />

y analistas del Cisen, que procesaron expedientes con información pública y<br />

privada, destinados a la operación política de presidentes y secretarios de<br />

Gobernación.<br />

Sus estructuras han sido utilizadas por los gobiernos de extracción priísta y<br />

panista para atender agendas particulares, dejando de lado la agenda de<br />

seguridad nacional <br />

Paradójicamente, con el arribo del primer gobierno de alternancia en el año 2000, se hace<br />

tabla rasa de aquellos aspectos positivos del CISEN, tal como el activo invaluable de agentes<br />

con aquilatada experiencia; lo que, siguiendo a Jorge Torres (2009: 13 y 24, respectivamente),<br />

se explica por la designación de Eduardo Mediana-Mora Icaza como su Director General:<br />

Medina-Mora desmanteló el sistema de inteligencia construido con 11 años antes y, paradójicamente,<br />

lo convirtió en un simple aparato de espionaje político sin sustancia. El<br />

legado del funcionario fue un organismo a la deriva moral, envuelto en pleitos burocráticos<br />

y fiascos operativos.<br />

Promovió ascensos en función de cotos de poder y no del esfuerzo<br />

personal de los funcionarios, y realizó contrataciones basadas en<br />

recomendaciones personales, lo que provocó que la moral de agentes<br />

y analistas decayera considerablemente<br />

Figura controvertida, además de Director General del CISEN (2000-2005), funge como<br />

153


Secretario de Seguridad Pública Federal (2005-2006) y Procurador General de la República<br />

(2006-2009), durante el sexenio encabezado por Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (2006-<br />

2012); para posteriormente desempeñarse como embajador de México ante el Reino Unido<br />

de la Gran Bretaña y Estados Unidos. Acaba de ser designado como Ministro de la Suprema<br />

Corte de Justicia de la Nación por un periodo de 15 años, no obstante el rechazo de<br />

reconocidas personalidades y el petitorio de más de 50.000 firmas entregado al Presidente<br />

Enrique Peña Nieto (2012-2018), quien propuso su candidatura ante el Senado.<br />

Su sucesor, Guillermo Valdés Castellanos (2007-2011), no se queda atrás, al contribuir a generar<br />

un clima laboral enrarecido en el CISEN, dado que durante su gestión: (Barrios, 2015)<br />

incrustó en áreas importantes de toma de decisiones a personas que<br />

carecían de experiencia profesional y laboral en el ramo, generando enconos<br />

con las estructuras interna y externa del propio CISEN<br />

En síntesis, de 2000 a 2012, siguiendo la misma fuente (Ibidem):<br />

A pesar de que el Partido Acción Nacional (PAN) y sus administraciones<br />

presidenciales fueron las principales promotoras del denominado Servicio<br />

Civil de Carrera o Servicio Profesional, al interior del CISEN esto no fue<br />

respetado y por el contrario, personas con vasta trayectoria profesional en<br />

el ramo fueron desechadas, so pretexto de no cumplir con los nuevos<br />

requerimientos institucionales, que en muchas ocasiones se resumió a tener<br />

título de alguna universidad privada <br />

De hecho, hoy en día algunos funcionarios de la Administración Pública Federal se han<br />

visto limitados para poder hacer cambios estructurales en algunas áreas, producto del Servicio<br />

Profesional porque el sexenio de Calderón, dejó a muchos militantes del PAN bien<br />

afianzados con sus bases del servicio profesional.<br />

3.2- Fortalezas<br />

No obstante estos retrocesos que dan al traste con la carrera administrativa y la profesionalización<br />

de la función pública, el CISEN puede jactarse de haber consolidado un conjunto<br />

fortalezas a lo largo de su corta existencia.<br />

Así, varios ex Directores Generales, destacan los principios de identidad y espíritu de cuerpo<br />

entre sus integrantes; se trata de un intangible que, para Alejando Alegre Rabiela se<br />

traduce en sentido de pertenencia: (CISEN, 2009: 55)<br />

Quienes hemos pasado por el Centro no podemos dejar de sentirnos<br />

154


pertenecientes a la institución y a la comunidad de inteligencia; este sentido<br />

de pertenencia no lo veo en otras instituciones. Es un gran compromiso<br />

con el país. Quienes pertenecen a esta comunidad saben perfectamente<br />

que su quehacer diario contribuye a que este país pueda desarrollarse mejor,<br />

a que se mantenga la estabilidad, y a que podamos ver hacia el futuro.<br />

Eso nos hace distintos.<br />

Jorge Enrique Tello Peón, por su parte, coincide al afirmar que desde su génesis: (CI-<br />

SEN, 2009: 38)<br />

se empezó a generar un sentido de pertenencia, una mística.<br />

De la mano de dicha mísitica de servicio y de la profesionalización de sus cuadros, se profundiza<br />

y expande la relación y cooperación con comunidades de inteligencia de terceros<br />

países; fortaleza que Jorge Enrique Tello Peón interpreta así: (CISEN, 2009: 44 y 45)<br />

En lo que logramos avanzar fue en construir una interlocución madura<br />

y respetuosa, lo que sí abrió un capítulo nuevo poco a poco nos ganamos<br />

nuestro lugar en la comunidad internacional de inteligencia, una comunidad<br />

muy celosa. A esta relación internacional ayudó mucho que empezamos a<br />

desarrollar un servicio profesional en donde los que sabemos nos podemos<br />

reconocer entre pares: otro gran logro de México. Que el servicio de inteligencia<br />

mexicano se fuera consolidando como una respuesta de Estado fue otro activo<br />

invaluable para ir generando credibilidad y confianza en la comunidad<br />

internacional de inteligencia, desconfiada por naturaleza <br />

En la experiencia personal de quien suscribe, en calidad de instructor de analistas en el año<br />

2011 -invitado por el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), no<br />

deja de ser una sorpresa positiva haber impartido clases a un grupo multi e interdisciplinario<br />

de analistas con formación universitaria de alto nivel.<br />

La génesis y desarrollo de la Escuela de <strong>Inteligencia</strong> para la Seguridad Nacional del Centro<br />

de Investigación y Seguridad Nacional (ESISEN) constituye, asimismo, una fortaleza<br />

insoslayable; no obstante su corta existencia (2009 a la fecha), contribuye a la formación y<br />

especialización de cuadros del CISEN.<br />

El balance de un ex directivo del ESISEN ratifica esta apreciación: (Informante Clave 5, 2015)<br />

Es un proyecto muy serio de profesionalización de los distintos cuadros que<br />

la institución requiere. Desde su creación se ha hecho un gran trabajo de<br />

155


consolidación, sobre todo considerando que el área de capacitación existe<br />

desde hace tiempo con una excelente biblioteca y suficientes recursos humanos.<br />

Este proceso no ha sido sencillo puesto que se han tenido que gestionar las<br />

inercias burocráticas con la generación y el mantenimiento del claustro de<br />

profesores. Además de los cambios propios en las administraciones. En resumen,<br />

es un buen proyecto que necesita seguir madurando, pero que va muy bien.<br />

Tal vez, en el futuro, convenga estrechar relaciones con instituciones de educación superior<br />

y profesores universitarios a cargo de investigaciones sobre temas de seguridad nacional e<br />

inteligencia para evitar el “incesto académico” que suele caracterizar a instituciones de esa<br />

naturaleza. La experiencia del CISEN con el Instituto Nacional de Administración Pública<br />

(INAP) de fines de la década de los noventa del siglo XX y principios de la actual puede<br />

ser aleccionadora; basta recordar la publicación de la Revista de Administración Pública<br />

(RAP) número 101 del año 2000, titulada “<strong>Inteligencia</strong> en el nuevo siglo” como cristalización<br />

de dicha relación.<br />

4.- Palabras Finales<br />

Tratándose de la inteligencia estratégica, en última instancia la decisión es y será política.<br />

Ejemplo de ello es lo acaecido durante la Presidencia de Felipe Calderón Hinojosa (2009),<br />

para quien:<br />

el tema de la guerra contra el narcotráfico se ha convertido en una obsesión<br />

: “El crimen organizado busca el control territorial”, advierte el mandatario;<br />

será una guerra sin cuartel porque ya no hay posibilidad de convivir con el narco,<br />

dice. No hay regreso; son ellos o nosotros.<br />

Sin embargo, para un ex alto funcionario del CISEN esto sólo queda en el plano de lo discursivo<br />

y la retórica oficial, es decir, en la simulación o ficción. Precisamente, el principal<br />

motivo de su renuncia, a principios de 2012, descansa en lo que denomina “la ausencia de<br />

judicialización” de los expedientes del CISEN. Y es que, desde su posición privilegiada, logra<br />

acceso a información sensible con indicios de vínculos de gran número de presidentes<br />

municipales y gobernadores con el narcotráfico que, por decisión del entonces Presidente<br />

Calderón, no llega a los órganos de persecución del delito y, por ende, alimenta la impunidad<br />

de la clase política mexicana (Informante Clave 4, 2012).<br />

Esto explica la conclusión a la que arriba Dror, a saber: (1994:30)<br />

Hasta donde me permite juzgar una vida dedicada al estudio de la práctica<br />

156


decisoria de alto nivel, histórica y comparativamente, tanto desde fuera como<br />

desde dentro, no ha habido progreso alguno en la esencia del procedimiento<br />

de decisión crítica, más allá de las variaciones debidas a las cualidades personales<br />

de unos pocos individuos de excepción<br />

Por lo que el mismo tratadista recomienda, (Ibidem:31)<br />

dedicar especial atención a la capacidad para tomar decisiones críticas<br />

que pudan influir en la dirección a seguir por la sociedad en el futuro<br />

Para Jorge Enrique Tello Peón, se debería también: (CISEN, 2009: 47)<br />

promover el desarrollo de una cultura de inteligencia a través de distintos<br />

órganos y del sistema educativo nacional. Es necesario desarrollar esa cultura<br />

de inteligencia a través de las estructuras del Gobierno Federal para reconocer<br />

que el Centro es el eje de un sistema nacional de inteligencia en el que tiene<br />

que participar todo el Gobierno Federal. Debemos recorrer los distintos peldaños<br />

hasta lograr que todos los ciudadanos sientan la comunidad nacional de<br />

inteligencia como suya <br />

Por su parte, Alejando Alegre Rabiela, hace hincapié en la necesaria vinculación o nexo con<br />

el tomador de decisión: (Ibidem: 52)<br />

Si hoy me preguntaran ¿qué pudieron haber hecho mejor?, yo creo que<br />

preguntarle a nuestro usuario o tomador de decisiones si nuestros productos<br />

le estaban siendo útiles; porque uno supone, como maquilador, que lo que<br />

produce es lo que necesita el tomador de decisiones. Sin embargo, nunca<br />

tuvimos un buen ejercicio de retroalimentación, ni con el titular del Ejecutivo<br />

Federal ni con el resto de las dependencias del Gabinete de Seguridad Nacional<br />

o con los gobiernos de los estados o de los municipios, o con otros poderes de<br />

la Unión. No sabíamos si lo que estábamos produciendo les resultaba realmente<br />

útil, si les era suficiente o si les hacía falta algo más.<br />

De donde resulta clave cultivar una estrecha relación entre el Director General del<br />

CISEN y el Presidente de la República, en aras de generar confianza y recibir retroalimentación<br />

del usuario.<br />

Finalmente, conviene insistir en la necesidad de contar con una comunidad de inteligencia<br />

157


cuyos componentes se caractericen por el profesionalismo y la probidad en sus actuaciones<br />

y que respondan a los objetivos e intereses nacionales, al margen de los vaivenes de la<br />

política partidista.<br />

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Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

160


Débil institucionalización y<br />

problemas en el diseño de<br />

políticas públicas: la inteligencia<br />

y su impacto en la seguridad en<br />

Guatemala<br />

Pedro Trujillo Álvarez<br />

RESUMEN<br />

En sociedades que experimentan procesos de cambio o en regímenes en transición a la paz<br />

y la democracia desde dictaduras o conflictos prolongados (sociedades de postconflicto),<br />

se suelen promover reformas en determinadas organizaciones, especialmente en aquellas<br />

que tienen un trascendental impacto en la principal misión de todo Estado: proporcionar<br />

seguridad y justicia.<br />

Entre ellas, suelen estar las que generan inteligencia o recopilan información. Sin embargo,<br />

no todas las propuestas ni los procesos de cambio acometen esta evolución teniendo en<br />

cuenta la necesidad de preservar la institucionalidad. El caso guatemalteco es un ejemplo.<br />

El cambio por el cambio o sencillamente la transformación de una organización en una<br />

estructural disfuncional, deja lagunas de importancia que siempre son ocupadas por determinados<br />

actores y terminan por generar un circulo vicioso que puede llegar a incidir<br />

negativamente en la seguridad del país.<br />

161


1. INTRODUCCIÓN<br />

El 29 de diciembre de 1996, se firmaron en Guatemala lo que coloquialmente se han denominado<br />

Acuerdos de Paz. Con ellos, se ponía fin a un conflicto interno y cruento que por<br />

más de tres décadas estuvo activo. Se cerraba “una dolorosa etapa de nuestra historia” 170 y<br />

se diseñaba un nuevo espacio de convivencia donde el diálogo, la democracia y otros valores<br />

universales deberían estar presentes en las relaciones sociales y políticas de esta nueva<br />

sociedad de postconflicto.<br />

Uno de los Acuerdos 171 , el de Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en<br />

una Sociedad Democrática (AFPC), aglutinaba las aspiraciones y pactos en relación con la<br />

Policía, el Ejército 172 y los Organismos de <strong>Inteligencia</strong>. Era necesario refundar la primera,<br />

modernizar el segundo y generar un nuevo espacio para la tercera. Años atrás, los tres habían<br />

estado tan unidos que muchas de las investigaciones que se realizaban para esclarecer<br />

ciertas actuaciones de gobierno, se perdían en alguna de esas tres direcciones o convergían<br />

en lo que se vino a denominar el “aparato del Estado”, concepto difuso que no terminaba<br />

por señalar a nadie en concreto, pero que apuntaba hacia la Presidencia de la República<br />

como ente político supremo y que la mayor parte del tiempo estuvo ocupada por un militar<br />

que llegó al poder, normalmente, por medio de un golpe de Estado.<br />

Había que cambiar ciertas organizaciones señaladas de haber realizado, en los años del<br />

conflicto, actividades poco acordes con su verdadera función o abusado de ella. Algunas,<br />

estaban llamadas a desaparecer definitivamente y otras destinadas a experimentar cambios<br />

o modificaciones en mayor o menor medida. El resultado de esa lucha de intereses provocó<br />

una ruptura de la institucionalidad, planificada o no, y no se llegó a contemplar ni evaluar<br />

el trascendental alcance de la externalidades negativas posteriores que generó: 173 incremento<br />

de la delincuencia y del crimen organizado, como más relevante. Es lo que se ha<br />

venido en denominar, racionalidad limitada.<br />

Es decir, las consecuencias de los actos son ignoradas o mal interpretadas, ya sea por la falta<br />

de información o porque ésta es incorrecta, o porque la capacidad de previsión (poder de<br />

pensamiento) es insuficiente para dimensionar las consecuencias; el manejo en el cambio<br />

de los fines es inadecuado o inexistente; y, finalmente, las acciones potencialmente efectivas<br />

pueden ser desconocidas (insospechadas) o ignoradas. Podemos etiquetar estas desviaciones<br />

de la racionalidad, postulada en la vida económica y en la teoría de elección pública,<br />

como si habláramos de humanos con “ignorancia racional”. (Simon, 1995:47).<br />

En este trabajo se reflexiona sobre ese proceso y se evidencia como la extrema situación delincuencial<br />

que actualmente vive Guatemala se relaciona, resultado de los cambios indicados<br />

y entre otras causas, con la falta de institucionalidad de los organismos de inteligencia<br />

y de organizaciones afines de seguridad.<br />

162


2. Estado e <strong>Inteligencia</strong><br />

El Estado nacional moderno se configura con una misión fundamental: edificar un espacio<br />

de seguridad y justicia para sus ciudadanos. Por ello, el único encargado del uso legal de la<br />

fuerza no es otro que el propio Estado, algo que también ocurre con la justicia y la defensa.<br />

En otras áreas, el Estado cede a la iniciativa privada (concesión o privatización) los recursos<br />

y las actividades que ésta gestiona mucho más eficientemente y que no genera otros<br />

problemas que los contractuales entre las partes que son resueltos a través de la aplicación<br />

de marcos normativos internos, compromisos internacionales adquiridos y un adecuado<br />

sistema de arbitraje y de justicia.<br />

Sin embargo, la evolución política y social en muchos países de nuestro entorno, introdujo<br />

cambios significativos en estos compromisos o “pacto social”, especialmente en la segunda<br />

mitad del pasado siglo XX. Los gobernantes de turno amparados en el ejercicio violento e<br />

ilegal de la fuerza a través de brutales dictaduras, dejaron claro que la seguridad se imponía<br />

a instancias del Estado y para proteger a éste (razón de Estado), mientras, la ciudadanía podría<br />

continuar desarrollando otras labores que no incidieran, de cualquier forma, en aquella.<br />

Mientras tanto, altas tasas de criminalidad y actuaciones gubernamentales con un descaro<br />

imposible de sospechar hace una década, hacen de algunos territorios espacios donde reina<br />

la impunidad y se impone el crimen organizado o la delincuencia más cruel y activa, algo<br />

que podría haber disminuido o desaparecido si se hubiese prestado atención a ciertos consejos<br />

ya antiguos: “… los hombres no ponen su afecto, por lo general, más que allá donde<br />

hay fuerza” (Tocqueville, 2005:111).<br />

Podemos entender “…el Estado como un concepto central de la ciencia política que designa<br />

la forma de organización política por antonomasia, nacida en Europa en el siglo XVI y<br />

que ha sido adoptada posteriormente de manera universal” (Molina y Delgado, 1998:48).<br />

Teorizado por Maquiavelo, surge de la mano del concepto de soberanía y se establece como<br />

el constructo político-institucional, como la herramienta y el canal a través de los cuales<br />

se expresa la misma.<br />

Max Weber propone una definición del Estado que apunta a poner en relación una estructura<br />

de poder legítima (la organización), una distribución del poder (el monopolio de<br />

la fuerza física), un conjunto de funciones (coerción), un campo de acción específico (el<br />

territorio) y una manera particular de construir este campo (el monopolio de la violencia).<br />

De esta manera, el autor (Weber, 1968) explicita lo siguiente:<br />

El Estado Moderno es una asociación obligatoria la cual organiza la dominación.<br />

Ha sido exitoso en buscar monopolizar el uso legítimo de la fuerza física como<br />

una herramienta de dominación en el territorio. A su fin, el Estado ha<br />

163


combinado los medios materiales de organización en las manos de sus líderes,<br />

y se ha expropiado toda la autonomía de los funcionarios de Estados quienes<br />

formalmente controlaban esos medios en sus propios derechos. El Estado ha<br />

tomado sus posiciones y ahora se mantiene en el sitio más alto.<br />

Bajo todas estas relaciones, el poder del Estado puede subdividirse en fuerza pública y autoridad<br />

pública (Thomas Fleiner-Gerster, 1988). La primera, nos lleva a utilizar los medios<br />

de coerción física: el Estado tiene el monopolio de la fuerza. La segunda, reposa sobre la<br />

confianza que los órganos del Estado inspiran a los ciudadanos.<br />

El uso de la fuerza por parte del Estado históricamente ha estado en entredicho. Ciertos<br />

gobiernos la han empleado de manera equivocada, concepto que entiende el propósito del<br />

uso de la fuerza para violentar los derechos de los ciudadanos del país o ponerlo al servicio<br />

exclusivo y preeminente de grupos de interés o de presión. Es por ello que muchos autores<br />

se han acercado al estudio del problema rechazando de plano esta forma de intervencionismo,<br />

alejada opuestamente del concepto que pretendemos expresar como visión ética y que<br />

se corresponde más con la afirmación de Robert Higg (2004:101):<br />

Cuando yo era joven y más ignorante de lo que soy ahora, creía que el gobierno<br />

(entendido convencionalmente como el monopolio del legítimo uso de la fuerza<br />

coercitiva en un determinado territorio) realiza una función esencial, la de<br />

proteger a los individuos de las agresiones de otros, ya sean estos compatriotas<br />

o extranjeros y que esta función no puede ser ejercida por ninguna otra<br />

institución de manera exitosa.<br />

Más adelante, el mismo autor aporta datos precisos de la crítica a ese modelo de corte intervencionista:<br />

“Según las estadísticas recopiladas por R. J. Rummel, los gobiernos probablemente<br />

fueron causantes de la muerte de cerca de 170 millones de sus ciudadanos entre 1900<br />

y 1987 174 , y el número de muertes continuó aumentando durante los últimos quince años”.<br />

Estos contrapuntos han hecho que actualmente hablar del poder coercitivo del Estado sea<br />

un tema poco actual e incluso tratable. En todo caso, alcanzar ese nivel necesario y suficiente<br />

de “tranquilidad” es un desafío y un reto que deben asumir las distintas administraciones.<br />

A través de la activación de los mecanismos necesarios las instituciones pertinentes<br />

deben de conformar la necesaria cobertura que permita realizar otro tipo de actividades<br />

productivas. Los ministerios de relaciones exteriores, defensa e interior o gobernación,<br />

junto con los servicios de inteligencia del Estado, constituyen los pilares sobre los que se<br />

debe de conformar la estructura que permita generar la percepción que se describe. Los<br />

tratados internacionales, los de seguridad y defensa, las medidas de confianza interinsti-<br />

164


tucionales, los tratados de extradición y otros marcos similares, conforman ese abanico de<br />

posibilidades con las que cuenta un gobierno para generar el clima deseado.<br />

Cualquier Estado debe meditar sobre la necesidad de establecer la superioridad<br />

de información como un multiplicador de la fuerza de que dispone o de la<br />

potencialidad de generarla. El viejo adagio de que “quien tiene la información<br />

tiene el poder”, sigue vigente, aunque haya admitido matizaciones y agregados.<br />

Es por ello que el Estado, para cumplir su principal misión, requiere de una<br />

organización que proporcione inteligencia a los decisores públicos. “Cuando<br />

el Estado renuncia como Estado a su capacidad para reprimir las amenazas,<br />

entonces pierde su razón de ser de un Estado” (Schirmer, 2001:1).<br />

3. Institución e Institucionalidad<br />

Diferentes maneras hay de abordar el tema de la institucionalidad. De forma amplia, hay<br />

quien habla del institucionalismo normativo, de la elección racional, institucionalismo histórico,<br />

empírico, internacional y social (Guy, 2003:37-39).<br />

No se trata de entrar a debatir cuál de ellas, u otras que se puedan presentar, debe erigirse<br />

como conductora de la reflexión que se hace, sino más bien detectar espacios comunes<br />

que lleven a la definición o al entendimiento del concepto institución. 175 Sea cual sea la<br />

teoría o escuela en relación con la institucionalidad, aparecerán unas u otras características<br />

diferenciadoras:<br />

1. Es un rasgo estructural de la sociedad y/o la forma de gobierno.<br />

2. Reúne un conjunto de normas, reglamentos, supuestos, valores y rutinas.<br />

3. Puede o no, contar con una estructura formal.<br />

4. Trasciende a los individuos e implica a grupos de individuos.<br />

5. Tiene cierta estabilidad a través del tiempo (durabilidad).<br />

6. Afecta al comportamiento individual.<br />

7. Entre los miembros de la institución, debe haber cierto sentido de valores<br />

compartidos.<br />

Otro interrogante que surge es la diferencia entre organización e institución. Aunque no<br />

existe una clara respuesta en este terreno a pesar de esfuerzos como los de Habermas, si<br />

parece oportuno, a los efectos de contar con un referente, establecer una diferencia. Es por<br />

ello que entenderemos como organización el conjunto de normas, leyes, procedimientos<br />

e incluso espacio físico que contiene un determinado “espíritu”, el de la institución. 176 Pa-<br />

165


ece oportuno separar el espacio metafísico del puramente estructural, en orden a poder<br />

realizar diferencias que nos permitan comprender mucho mejor la temática que se plantea.<br />

North lo resume de la siguiente forma:<br />

Las instituciones son concepciones humanamente limitadas que estructuran la interacción<br />

política, económica y social. Están conformadas de limitaciones informales (sanciones,<br />

tabúes, costumbres, tradiciones y códigos de conducta), y de reglas formales (constituciones,<br />

leyes y derechos de propiedad). A lo largo de la historia, las instituciones han sido<br />

concebidas por los seres humanos para crear orden y reducir la incertidumbre que produce<br />

el cambio. (North, 1991:97).<br />

Si las instituciones son artificios humanos que limitan la estructura política, económica y la<br />

propia interacción social, está claro que las instituciones han sido creadas para reducir la incertidumbre<br />

de la acción humana, para facilitar la toma de decisiones. Hecha esta salvedad,<br />

estamos en condiciones de poder hablar separadamente de organización, como el conjunto<br />

de actuaciones que establecen las bases para poder generar la institución. Es por ello que,<br />

esta última, tiene una estabilidad y trascendencia en el tiempo y afecta el comportamiento<br />

individual, en tanto en cuanto genera una forma de actuar y valores que se convierten en<br />

práctica habitual entre los que conforman la organización y promueven institucionalidad.<br />

De las características antes indicadas, algunas parecieran ser más representativas. Así, para<br />

March y Olsen las normas son fundamentales porque determinan la naturaleza de las instituciones.<br />

También los mismos autores (1989: 161) señalan que los comportamientos serán<br />

“intencionales pero no voluntarios” cuando los individuos se encuentren motivados por<br />

los valores de sus instituciones. Esta relevancia en los valores, producto de las normas y<br />

prácticas de la organización generan una institucionalidad propia que refleja notablemente<br />

la institución. Es posible que se aprecien estos aspectos de forma más pronunciada tanto<br />

en las fuerzas armadas como en otras de seguridad del Estado, si bien no es característica<br />

privativa de ninguna de ellas.<br />

Sin ánimo de ser deterministas ni darles un valor absoluto, es necesario comprender y establecer<br />

el marco de referencia social del país que se quiera evaluar de forma que: “Algunas<br />

normas comunes -reciprocidad, honestidad, cooperación- que son importantes para los actores<br />

públicos se aprenden como parte del proceso general de socialización” (Guy, 2003:55).<br />

Por consiguiente, sociedades con valores determinados, muchas de ellas producto de procesos<br />

de cambio, transformación o transición de regímenes autoritarios a democracias o de<br />

procesos de postconflicto, impregnarán sus organizaciones de normas y valores producto<br />

de esa pseudocultura instalada en las personas durante los años precedentes. Muchos de<br />

estos valores (anti valores), por supuesto que serían antagónicos a aquellos que pudieran<br />

generar una mejor institucionalidad. En todo caso, la cultura es una variable importante,<br />

pero no absoluta.<br />

166


4. El caso guatemalteco<br />

En países en proceso de consolidación o de transición de dictadura o conflictos internos<br />

a democracia, la inteligencia desempeña un papel primordial. Guatemala, como otros<br />

países del entorno, contaba en épocas pasadas con instituciones de inteligencia al servicio<br />

del poder absoluto de un Estado centralizado dirigido por militares golpistas o más tarde,<br />

con el advenimiento de la democracia, en organizaciones que nunca se tuvo la certeza de<br />

que sirvieran a los intereses generales y sí a ciertos sectores de poder difuso. 177 Lo que<br />

está fuera de cuestionamiento es el alto grado de institucionalidad de ciertas estructuras:<br />

inteligencia y fuerzas de seguridad, entre ellas, observándose claramente aspectos ya citados<br />

que conforman una institución: normas y reglamentos, valores, estructura formal,<br />

trascendencia a las personas, estabilidad, etc. La firma de los Acuerdos de Paz persiguió<br />

reconvertir al ejército, refundar la policía y modificar sustancialmente los servicios de<br />

inteligencia: “La finalización del enfrentamiento armado ofrece la oportunidad histórica<br />

de renovar las instituciones…” 178<br />

El AFPC recoge los cambios que deben hacerse. Dedica un apartado específico a la información<br />

e inteligencia y, dentro del mismo, limita la actuación de la Dirección de <strong>Inteligencia</strong><br />

del Estado Mayor de la Defensa Nacional (art. 47), promueve la creación de un<br />

Departamento de inteligencia civil y análisis de información dependiente del Ministerio<br />

de Gobernación (art. 48), crea la Secretaría de análisis estratégico directamente dependiente<br />

del Presidente de la República, como órgano de información y asesoramiento (art.<br />

49), 179 separa funciones entre los órganos anteriormente citados (art. 50), compromete al<br />

gobierno para que impida la existencia de redes o grupos que realicen cualesquiera de las<br />

funciones citadas en el articulado en relación con la información y la inteligencia (art. 51)<br />

e insta al Congreso a que promulgue una ley de supervisión de los organismos de inteligencia<br />

del Estado (art. 52, a) y otra que regule el acceso a información sobre asuntos militares<br />

o diplomáticos de seguridad nacional (art. 52, b).<br />

En una segunda parte titulada “archivos” y en dos artículos más (53 y 54), ordena la transferencia<br />

de información disponible en dependencias del Estado, cualquiera que sea el formato,<br />

al Ministerio de Gobernación o al de Defensa si es información relacionada con<br />

la defensa de la soberanía o de la integridad del territorio respectivamente. Finalmente,<br />

incita a la tipificación del delito de tenencia de registros y archivos ilegales de información<br />

pública sobre habitantes de Guatemala. En una dirección más específica, reduce el Ejército<br />

en un 33% de sus efectivos y progresivamente le marca una disminución del presupuesto<br />

hasta llegar a un máximo del 0,66% del producto interno bruto (PIB). A todo lo anterior<br />

hay que añadir ciertas reformas constitucionales, entre las que cabe citar la del artículo que<br />

modifica la misión de la institución militar, con la finalidad de reducir su campo de actua-<br />

167


ción. El reto en ese momento, estuvo en promover el cambio de un modelo en funcionamiento,<br />

organizado e institucionalizado a otro nuevo o diferente. 180 Pareciera que muchos<br />

pensaban que la sola activación de una nueva o distinta organización, como podría ser la<br />

Secretaría de Análisis Estratégico (SAE) o la sustitución del Estado Mayor Presidencial<br />

(EMP), órgano que generaba inteligencia y servía, en teoría, para proteger al Presidente y<br />

su familia, por la actual Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia<br />

(SAAS), era sencillamente cuestión de cambiar una por otra. Existía presión de<br />

organizaciones de la sociedad civil, con un alto grado de afinidad con partidos políticos de<br />

una izquierda tradicional, que insistentemente reclamaban el cumplimiento de los compromisos<br />

contraídos en los Acuerdos de Paz.<br />

A finales de 1996 se comienza a reestructurar la orgánica de la inteligencia en Guatemala.<br />

La nueva organización, de concepción civil, es presionada por colectivos sociales para que<br />

no permita el ingreso de militares y la legislación le prohíbe realizar operaciones encubiertas,<br />

quedándose, teóricamente, en el ejercicio de una labor de mera recopilación de información<br />

pública y la generación de resúmenes de prensa e informes de inteligencia de alcance<br />

limitado. La Secretaría de Análisis Estratégico se creó con la finalidad de proporcionar<br />

información al Presidente de la República y, con el tiempo, asumir determinadas labores<br />

realizadas, en aquel entonces, tanto por la Dirección de <strong>Inteligencia</strong> del Estado Mayor de<br />

la Defensa Nacional (DIEMD/DIEMDN) como por el Estado Mayor Presidencial (EMP).<br />

En este punto, es necesario prestar especial atención a la constitución guatemalteca. En su<br />

artículo 244.- Integración, organización y fines del Ejército, indica: “El Ejército de Guatemala,<br />

es una institución destinada a mantener la independencia, la soberanía y el honor<br />

de Guatemala, la integridad del territorio, la paz y la seguridad interior y exterior”. Esta<br />

especificidad de su misión es única en América continental y requiere de una reflexión<br />

meditada por la trascendencia que tiene.<br />

Hay quienes opinan que las Fuerzas Armadas deben reservarse para cumplir misiones tradicionales.<br />

Otros, estiman que estos cambios no han sido generados por todo el hemisferio<br />

latinoamericano, sino que sencillamente se han impuesto y en ello radica parte del fracaso<br />

en la discusión e implementación. 181 La no inclusión de la policía en el texto constitucional<br />

182 pareciera no ser un olvido del legislador, como se ha pretendido argumentar.<br />

Sencillamente, las atribuciones en relación con la seguridad interna y externa les fueron<br />

adjudicadas al Ejército y, por extensión, la inteligencia necesaria para poder enfrentar los<br />

retos y desafíos que ello representa. Esta particularidad no ha sido modificada en la constitución<br />

política, a pesar de ser una voluntad expresamente indicada en los Acuerdos de Paz<br />

(concretamente en el AFPC) y de haberse celebrado un referéndum para modificar ciertos<br />

artículos cuyo resultado fue un “no” al cambio. 183<br />

Consecuencia de todo ello, lo que existe de forma permanente en el discurso y en el am-<br />

168


iente político-social, es una pugna entre la necesidad de evolucionar hacia una estructura<br />

que se estima más eficiente y necesaria y la realidad de una constitución política que no<br />

lo permite o, al menos, ralentiza o dificulta el proceso, aunque en ocasiones supone un<br />

valladar contra el que se estrellan gran parte de las propuestas. Hasta que el cambio constitucional<br />

no ocurra, es muy probable que no se pueda avanzar en la dirección indicada, es<br />

decir, separar las funciones de la Policía y de la Fuerzas Armadas y, a partir de ese momento,<br />

generar un modelo de inteligencia de Estado en el que converjan otras entidades que<br />

recaben información o generen inteligencia, siempre dentro de un marco legal adecuado.<br />

5. Las consecuencias: incremento de la criminalidad<br />

y de la seguridad privada<br />

Las externalidades negativas más visibles de ese cambio de organización y desaparición<br />

de la institucionalidad en relación con la inteligencia son, sin duda, el incremento de la<br />

criminalidad y el de las compañías privadas de seguridad.<br />

La primera, por la ausencia de capacidad técnica de investigación, falta de inteligencia<br />

criminal y ausencia de una policía eficiente. La segunda, como respuesta a que el Estado<br />

dejó espacios vacíos en la seguridad preventiva y, necesariamente, el mercado corrigió<br />

ese desequilibrio. Ambos son un botón de muestra de cómo a mediano plazo pueden<br />

verse afectadas sociedades en proceso de transformación si no se presta una especial<br />

atención a la importancia de generar el cambio dentro de ciertos límites donde las institucionalidad<br />

se conserve.<br />

<br />

Los órganos de inteligencia no se han desarrollado y, como consecuencia, han surgido o<br />

se han potenciado debilidades y vulnerabilidades, muchas de ellas a través de actuaciones<br />

muy concretas como la que ha reducido los presupuestos. Esta ha sido unas de las razones<br />

por la que las instituciones encargadas de la seguridad pública no han sido lo eficaces que<br />

se hubiese deseado. Además, es necesario añadir la reducción de los efectivos del Ejército<br />

en un 33%, -posteriormente ampliada en 2004 en un 50% sobre el resultado de la primeray<br />

la creación de una Policía Nacional Civil con una serie de condicionantes que, tras ser<br />

formada y entrenada, incluso por aquellos funcionarios de Naciones Unidas que trabajaron<br />

en los lineamientos generales, no ha dado el resultado esperado.<br />

Parece oportuno indicar y enfatizar que el Estado podría contar con los elementos necesarios<br />

para poder cumplir su misión principal, sin embargo, las preocupaciones inmediatas<br />

de los gobernantes, de las fuerzas políticas y de la propia sociedad civil, han sido otras.<br />

No estamos por consiguiente ante un Estado fallido, en el sentido de que no es capaz de<br />

169


hacerse con los controles propios del ejercicio de la política, sino que es un Estado que ha<br />

hecho caso omiso de parte de sus obligaciones y optado por dedicarse a otras cuestiones<br />

que han dado como resultado las estadísticas antes indicadas. Aunque el resultado final sea<br />

idéntico, es decir, no existe un control del territorio ni una aplicación del poder coercitivo,<br />

la razón del porqué ocurre no y eso es lo que se pretende destacar. Esta idea es puesta de<br />

manifiesto en algunos informes:<br />

Existe una salvedad sustancial: las violaciones no obedecen en su inmensa mayoría a la<br />

acción deliberada y planificada del Estado, sino a la incapacidad (o, a veces, la falta de voluntad<br />

política) para asegurar la plena vigencia del Estado de derecho y el monopolio de la<br />

fuerza del Estado”. (Inseguridad pública: El negocio de la violencia, p.1). 184<br />

Un último aspecto a abordar es el incremento significativo no solo del crimen organizado<br />

y la narcoactividad, como añadido a la criminalidad común, sino el de las pandillas delincuenciales<br />

o maras. El documento “Crimen y violencia en Centro América” (2011-ii),<br />

recoge lo siguiente:<br />

Existen más de 900 maras que operan en Centroamérica hoy en día, con un<br />

estimado de 70.000 miembros. Mientras que las maras sin duda contribuyen<br />

a la violencia en El Salvador, Guatemala y Honduras, hay indicios que indican<br />

que son responsables solamente de una parte mínima de la violencia<br />

(diversas fuentes sugieren que quizás el 15 por ciento de los homicidios se<br />

relacionan con las maras).<br />

<br />

Ante la falta sentida de seguridad pública, la seguridad privada se ha incrementado y ocupado<br />

puestos y asumido funciones que no son habituales en otros países. Como se ha<br />

indicado, después de la firma de la paz la mayor parte del presupuesto y la confianza institucional<br />

se derivó hacia otros sectores alejados de la inteligencia, la seguridad, la defensa y<br />

la justicia. A la vez que se modifican/disuelven algunas instituciones y se proponen nuevas<br />

formas de organización y distribución de funciones para el ejército y la policía, se compromete<br />

la disolución de algunos cuerpos militares y la desmovilización de las fuerzas combatientes,<br />

además de la sustitución de los órganos de inteligencia. En ese ambiente de cambio<br />

o amplia reestructuración, las empresas de seguridad encontraron un importante nicho de<br />

mercado que el Estado dejó vacío, centrado en la falta de protección y aseguramiento de las<br />

garantías y libertades de los ciudadanos (seguridad preventiva).<br />

Muchos de los militares en retiro o desmovilizados pasaron a ocupar puestos como gestores<br />

de empresas de seguridad o se integraron en las mismas como policías (vigilantes).<br />

La situación actual hace que el número de personas dedicadas a la seguridad presente un<br />

170


contraste interesante: treinta y cuatro mil (34.000) policías nacionales civiles, más de veinte<br />

mil militares y un número no determinado de guardias de seguridad privada cifrado entre<br />

60 y 100 mil efectivos. 185 Ese desbalance y descoordinación entre la seguridad pública y<br />

privada es un reflejo de la dejadez que se viene indicando. La seguridad privada ha llegado<br />

a estar presente en prácticamente cualquier espacio de la dinámica público-social.<br />

Entre 1966 y 1995, el número de compañías de seguridad privada era de 29. Sin embargo,<br />

tras la firma de los Acuerdos de Paz (1996) se produce un importante incremento que las<br />

eleva, según datos disponibles a 162 (a mediados de 2015) entre autorizadas con licencia o<br />

por medio de acuerdo gubernativo o ministerial, sin tener en cuenta muchas consultoras<br />

de seguridad que no se incluyen en esa cifra al actuar como empresas no contempladas en<br />

el marco legal existente. 186<br />

Por otra parte, muchos de los propietarios de empresas de seguridad han estado estrechamente<br />

relacionados, de una u otra forma, con los gobiernos de turno. Los jefes de seguridad<br />

de los candidatos ganadores durante dos campañas electorales terminaron ocupando<br />

la jefatura o siendo altos asesores de los servicios de protección presidencial, además de<br />

incluir en la plantilla oficial como agentes a personal de su confianza. En otros casos se<br />

contrata a la compañía de seguridad como “devolución” del favor prestado en procesos<br />

previos a llegar al poder. 187<br />

La administración Oscar Berger (2004-2008), contó en los primeros años de gobierno con<br />

un importante asesor incluido en los niveles más elevados de la Secretaría de Asuntos Administrativos<br />

y Seguridad. El gobierno de la UNE (2008-2012) tuvo, como director del mismo<br />

departamento a un empresario de seguridad, hasta principios de septiembre de 2008 en que<br />

fue destituido y acusado de espionaje al Presidente; como jefe de los servicios de inteligencia<br />

(SAE) a otro (destituido el mismo día por el mismo escándalo) y como importante cargo<br />

de gobernación encargado de resolver casos de secuestro y otros similares, a un tercero.<br />

Por si no fuera suficiente, esa red mercantilista que cubre la Administración Pública soporta<br />

otra que en muchas ocasiones se confunde con ella misma: la venta y tráfico de armas y<br />

municiones. Muchas de las empresas de seguridad que operan en el país tienen, entre sus<br />

negocios corporativos, otros de venta de armas y municiones. 188 “En general estas empresas<br />

son identificadas como uno de los principales nodos de desviación y rotación de<br />

armas al ámbito de la ilegalidad”. (Armas pequeñas y livianas: una amenaza a la seguridad<br />

hemisférica, p. 332).<br />

Además, los costos agregados de inseguridad 189 que deben soportar las empresas son tan<br />

elevados que muchas optan por dejar de operar o instalarse en otro lugar fuera del país. 190<br />

En el caso Centroamericano, los gastos cuantificados, producto de los pagos que llevan a<br />

cabo las empresas son, según algunos informes, 191 superiores a los 530,000 millones de<br />

dólares para 2013 (PPP) Es decir, entre el 3% y el 19% del producto interno bruto -según el<br />

171


país- y, consecuentemente, esas cantidades incrementan el precio de los precios de los bienes<br />

comercializados e inciden en la competitividad. Es por ello que las cargas más pesadas<br />

recaen sobre las clases menos favorecidas que optan o por no contar con el grado de seguridad<br />

deseable para poder emprender otras actividades o por desviar parte de sus ingresos<br />

hacia ese rubro. Dicho de otra forma, la seguridad se convierte en un bien que puede ser<br />

disfrutado únicamente por quien dispone de recursos para ello, aunque se hayan pagado<br />

impuestos que debieran haberse dedicado a satisfacer esa necesidad. 192<br />

6. Buscando un modelo<br />

La ausencia de la necesaria institucionalidad, pareciera ser el punto de debate a partir de<br />

2003, y más contundentemente del 2005, cuando algunos actores políticos y grupos organizados<br />

de la sociedad civil, tomaron conciencia del importante vacío existente en inteligencia<br />

y las consecuencias ya descritas en materia de seguridad. 193 La inoperatividad del<br />

modelo de inteligencia y, como consecuencia, el incremento de la delincuencia interna, del<br />

crimen organizado y de las compañías privadas de seguridad, propició un clima de debate<br />

que junto con las propuestas de sectores organizados de la sociedad civil, promovieron un<br />

nuevo marco legal para generar la necesaria institucionalidad en los organismos de inteligencia<br />

del Estado.<br />

A ese orden de cosas responde la Ley de la Dirección General de <strong>Inteligencia</strong> Civil, 194 y<br />

la Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad, 195 entre las más importantes. La ley de<br />

inteligencia civil crea la dirección del mismo nombre (DIGICI) y abre una nueva etapa en<br />

el Ministerio de Gobernación (Interior) quien cuenta, desde ese momento, con un órgano<br />

específico capaz de generar inteligencia para prevenir y, en su caso, combatir el crimen<br />

organizado y la delincuencia común. Aunque nacida casi sin presupuesto (1.3 millones<br />

USD), comienza su andadura real a finales de 2007. La ejecución presupuestaria para 2008,<br />

fue de aproximadamente 2.7 millones USD 196 con una plantilla de alrededor de cien civiles<br />

y treinta policías. Actualmente (2015) cuenta con 12.9 millones USD, aunque es todavía<br />

una estructura en ciernes y proceso primario de organización.<br />

Otro marco legal: La Ley Marco de Sistema Nacional de Seguridad, desarrolla el modelo y<br />

pretende armonizar la “competencia” por la inteligencia. Con este espíritu crea la Secretaria<br />

de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica (SIE) -antes SAE- y consolida la dirección de inteligencia civil y<br />

la militar. Además, aporta algunos avances interesantes, tales como la creación del consejo<br />

nacional de seguridad (art. 8); la “carrera profesional del sistema nacional de seguridad<br />

(art. 14), la “carrera en el sistema de inteligencia del Estado” (art. 30); la del instituto<br />

nacional de estudios estratégicos en seguridad (mismo articulado); la comisión legislativa<br />

específica de asuntos de seguridad nacional y de inteligencia (art.33) y otras cuestiones de<br />

172


importancia. No obstante, genera un entramado orgánico y de coordinación interinstitucional<br />

difícil de poner en marcha, cuando dos de ellas dependen de ministerios diferentes<br />

y la tercera es un órgano autónomo con nivel ministerial. No es hasta junio 2011 que se<br />

publica el reglamento de la Ley citada (Acuerdo Gubernativo 166-2011) que específica<br />

y detalla las funciones de los distintos órganos, e incluso agrega algunas precisiones que<br />

pueden crear confusión en la preeminencia en el sistema que la propia ley confería a la SIE.<br />

El secretario de los servicios de inteligencia del Estado es nombrado por el Presidente y no<br />

por el Congreso, lo que puede llegar a no “ser plenamente aceptado” -como de hecho ha<br />

ocurrido- por la comunidad política, ausente del nombramiento y que no se siente corresponsable<br />

con el compromiso que se contrae ni con la importante misión a cumplir. Cada<br />

periodo de cuatro años de gobierno ocupan el cargo varios secretarios, lo que denota poca<br />

institucionalidad. Desde 1996, la SIE ha tenido una veintena de directores (secretarios),<br />

media superior a uno por año.<br />

Aunque se habla de la carrera profesional de los integrantes de la organización -catalogados<br />

como dentro del “Servicio Exento”- es decir, los procesos de reclutamiento, selección<br />

y contratación, quedan bajo la responsabilidad de la SIE, el sistema de contratación se<br />

sigue haciendo por medio de contratos prorrogados anualmente, lo que no garantiza la<br />

permanencia y deja vulnerables a los sujetos de la organización quienes son contratados/<br />

despedidos con absoluta discrecionalidad. Algo similar ocurre con el resto de derechos y<br />

obligaciones, lo que no incide positivamente en fomentar esos valores que configuran,<br />

entre otras cosas, una institución.<br />

Completando el marco legal, el “Libro Blanco de la Seguridad” se presentó en julio 2015,<br />

contiene aspectos muchos más precisos que se van construyendo con el tiempo e incluye la<br />

referencia a la Agenda Nacional de Riesgos y Amenazas (septiembre, 2014) y a la Política<br />

Nacional de Defensa (2013).<br />

En definitiva, el marco normativo propone un modelo (aun por desarrollar e implementar)<br />

y genera sustanciales avances, aunque no está claro si alcanzará los resultados esperados o,<br />

sencillamente, será una primera fase de un proceso más largo y con otras etapas posteriores.<br />

Es importante que se haya tomado conciencia de la necesidad, y del error sistemáticamente<br />

cometido, pero las cuotas de poder existentes y los intereses sectoriales, impiden el avance a<br />

mayor velocidad. El mero marco legal no genera institucionalidad, es necesario impregnarlo<br />

de valores y formas de actuar y esperar que con el tiempo desaparezcan estructuras disfuncionales<br />

y sea posible causar otras externalidades distintas a las que ahora se presentan.<br />

7. CONCLUSIONES<br />

La institucionalidad, es decir, la consolidación de cualquier organización de forma que<br />

173


proyecte valores y sus componentes se vean imbuidos de ellos, es un factor clave en cualquier<br />

sociedad. Mucho más importante en la medida que la organización responda al interés<br />

general o colectivo y sobre todo que afecten a las necesidades más básicas del ser<br />

humano, entre las que se encuentran la seguridad y la defensa.<br />

Es por ello que la institucionalidad de los organismos de inteligencia del Estado es de<br />

tan importante trascendencia que la falta de la misma genera consecuencias negativas<br />

de dimensiones imprevisibles, seguramente influidas por la historia reciente del país, su<br />

conflictividad, índice de violencia, papel de otras entidades de gobierno y una serie de<br />

circunstancias conexas.<br />

Del análisis anterior se pueden extraer las siguientes conclusiones:<br />

En sociedades en transición, es necesario prestar una especial atención a mantener, a toda<br />

costa, la institucionalidad, al menos las de organizaciones claves para el buen funcionamiento<br />

del Estado. Entre estas hay que señalar la inteligencia e instituciones de seguridad y defensa.<br />

Es necesario estudiar el ritmo al que se debe emprender el cambio de organización de forma<br />

que siempre será mejor evitar vacíos importantes y dilatar el proceso en beneficio del<br />

mantenimiento de la institucionalidad.<br />

Las externalidades que se pueden producir -de llevar a cabo cambios que no contemplen<br />

lo anterior- no solo son imprevisibles, sino que pueden generar dramáticas consecuencias<br />

por periodos prolongados de tiempo, además de costos políticos, económicos y sociales<br />

de grandes dimensiones.<br />

Es preciso, antes de emprender reformas, revisar los marcos legales constitucionales para<br />

comenzar, justamente, por los cambios vitales que sean necesarios. De no hacerlo, el resto<br />

de modificaciones puede quedar en intentos sin impacto real.<br />

La implicación del individuo, del ciudadano del país, en generar institucionalidad, exigirla<br />

y promoverla es un factor clave que puede acortar los plazos del proceso de cambio. No se<br />

puede esperar a que sea algo que “desde arriba se promueva”, sino que tiene que generarse<br />

en la propia dinámica política, social e individual.<br />

Finalmente, el objetivo a buscar es promover la institución como conjunto de normas, valores<br />

y principios que promueven un determinado comportamiento, algo que va más allá<br />

de la propia organización y que realmente sustenta el buen funcionamiento de la misma.<br />

174


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Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

175


176


La reorganización de <strong>Inteligencia</strong><br />

en el Perú: aspectos jurídicos,<br />

políticos y comparativos<br />

en la región<br />

Andrés Gómez de la Torre Rotta y<br />

Arturo Medrano Carmona<br />

Tras la caída del gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), y como consecuencia de ello y<br />

del fin del Servicio de <strong>Inteligencia</strong> Nacional (SIN), Perú transitó por un sobresaltado proceso<br />

de reconstrucción 197 de su sistema <strong>Inteligencia</strong>. 198 Conviene recordar que al cumplir<br />

15 años de la desactivación y cierre definitivo del SIN, fines del años 2000 y principios del<br />

año 2001 durante el gobierno de transición del Presidente Valentín Paniagua, los peruanos<br />

registramos en democracia, la inconveniente plusmarca de trece (13) jefes de <strong>Inteligencia</strong><br />

en cuatro gobiernos y tres leyes reguladoras del sector: la Ley Ordinaria N° 27479 del 2001,<br />

la Ley Ordinaria N° 28664 del 2006 (ambas promulgadas por el Congreso), y el Decreto<br />

Legislativo N° 1141 del 2012, ésta última norma promulgada por el Poder Ejecutivo vía<br />

Facultades Delegadas.<br />

Sudamérica en general, particularmente Argentina, Chile, Colombia y Perú, abordaron el<br />

inicio del nuevo siglo XXI como una potencial etapa para insertar definitivamente la actividad<br />

de <strong>Inteligencia</strong> en tiempos de Estado de Derecho, así el contexto sería orientado a partir<br />

de varias aristas; una de ellas fue la conformación de Comisiones Reformadoras, como<br />

en la experiencia de la transición mexicana del año 2000 del PRI al PAN liderara por Vicente<br />

Fox, para readecuar su Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN). Otra<br />

arista fue la de promulgar nuevas leyes de <strong>Inteligencia</strong> con énfasis en el establecimiento de<br />

controles públicos, fiscalización y contrapesos políticos frente a los servicios de <strong>Inteligencia</strong>,<br />

tal fue el caso de la Ley de <strong>Inteligencia</strong> 25.520 en Argentina en el año 2001, que había<br />

tenido en la Ley de Seguridad Interior N° 24.059 promulgada el 6 de enero de 1992, una<br />

herramienta y precedente precursor, con innegable impacto legislativo en el área andina.<br />

177


En la década pasada, nuevas leyes de <strong>Inteligencia</strong> y Comisiones Reformadoras y Evaluadoras<br />

para elaborar diagnósticos institucionales, fueron la moneda corriente en México<br />

(2001), Perú (2004), Colombia (2005), y Ecuador (2009) 199 (véase Tabla N° 1), a lo que<br />

debe añadirse nuevamente Perú en el 2015, por segunda vez. A continuación haremos una<br />

breve reseña de los últimos desarrollos en materia de <strong>Inteligencia</strong>, por orden alfabético, en:<br />

Argentina, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay.<br />

Tabla N° I HOJA DE RUTA DE COMISIONES REFORMADORAS DE<br />

INTELIGENCIA ESTABLECIDAS EN SUDAMÉRICA<br />

(Conformadas en México, Colombia, Ecuador y Perú)<br />

1.- Escándalo, transición política, incidente externo, incapacidad reiteradamente<br />

manifiesta, corrupción evidente, evidencia de operaciones clandestinas de <strong>Inteligencia</strong><br />

que se hacen públicas, y que están fuera de la ley, orientadas a fines<br />

diferentes a los de seguridad nacional, etc.<br />

2.- Establecimiento de una Comisión Especial, desde el Poder Ejecutivo (integrada<br />

por pocas personas, eventualmente con consultores externos).<br />

3.- Elaboración de un diagnóstico o evaluación situacional general y particular, sobre<br />

la dependencia de <strong>Inteligencia</strong>, por parte de la Comisión, que incluye un<br />

conjunto de recomendaciones de política de <strong>Inteligencia</strong> nacional, que se materializa<br />

mediante un informe final, que se hace público.<br />

4.- Redacción paralela y adicional de la Comisión, al punto 3) de un borrador, minuta,<br />

anteproyecto, o propuesta de un nuevo marco normativo para regular el<br />

sistema de <strong>Inteligencia</strong>, en el que en algunos casos, se verá posteriormente<br />

complementado por otras iniciativas legislativas emanadas por los Congresos,<br />

que ponen énfasis en dotar de mayor contrapeso político, fiscalización y control<br />

sobre el conjunto del sector <strong>Inteligencia</strong>.<br />

Fuente: Gómez de la Torre A. Comisiones reformadoras de <strong>Inteligencia</strong>: experiencias latinoamericanas recientes<br />

(2001-2009). En: Rivera F; coord. <strong>Inteligencia</strong> estratégica y Prospectiva. Quito: FLACSO-SENAIN-AECID;<br />

2011. p. 179-180. Elaboración y modificación propia.<br />

1. Argentina<br />

Es a partir del planteamiento señalado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner<br />

referente a que el tratamiento de los servicios de <strong>Inteligencia</strong> en Estado de Derecho para la<br />

Argentina supone una deuda pendiente desde la recuperación de la democracia en el año<br />

1983, con el Presidente Raúl Alfonsín, año en que finalizó la dictadura militar del Proceso<br />

de Reorganización Nacional (1976-1983), que desde el punto de vista académico repre-<br />

178


senta un desarrollo importante en materia de la normatividad en <strong>Inteligencia</strong> de este país.<br />

Así, mediante un Proyecto de Ley preparado por el Poder Ejecutivo, N° 137 / 2015 del 29<br />

de enero, el gobierno procedió a plantear la disolución de la Secretaría de <strong>Inteligencia</strong> (SI)<br />

o ex SIDE, heredera de la Coordinadora de Informaciones del Estado (CIDE), creada por<br />

el Presidente Juan Domingo Perón en 1946. Crear la nueva Agencia Federal de <strong>Inteligencia</strong><br />

(AFI) también propuso, entre otros aspectos, centralizar, algunas funciones de la Dirección<br />

Nacional de <strong>Inteligencia</strong> Criminal (DNIC) dependiente del Ministerio de Seguridad<br />

de la Nación en la AFI. Mediante Ley N° 27.126, 200 promulgada el 3 de marzo del 2015,<br />

formalmente se modifica la Ley N° 25.520 201 del 2001 que otorga la partida de nacimiento<br />

de la nueva agencia federal. Acá se establece la transferencia del personal, los bienes y el<br />

patrimonio de la SI a la AFI.<br />

Al respecto en este punto de transferencia de funciones la flamante AFI tendrá facultades<br />

para “[l]a producción de inteligencia criminal referida a los delitos federales complejos relativos<br />

a terrorismo, narcotráfico, tráfico de armas, trata de personas, ciberdelitos, y atentatorios<br />

contra el orden económico y financiero, así como los delitos contra los poderes públicos<br />

y el orden constitucional, con medios propios de obtención y reunión de información” La<br />

reforma planteada deja virtualmente intacta a Dirección Nacional de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica<br />

Militar dependiente del Ministerio de Defensa, en un contexto proyectado para el 2015 de<br />

aumento presupuestario para las actividades de <strong>Inteligencia</strong> en el Ejército argentino.<br />

Finalmente, la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de<br />

<strong>Inteligencia</strong> durante el año 2014 (creada en el año 2001 por la Ley N° 25.520) habría tenido<br />

una escasa actividad, por lo que en ese contexto la prensa culpa tanto a la mayoría<br />

oficialista de la Comisión como también a la oposición política por una supuesta actitud<br />

concesiva. A tal punto llegaron los problemas en este sector que la Asociación por los<br />

Derechos Civiles (ADC), planteó en calidad de ONG una acción de amparo ante el Poder<br />

Judicial para acceder a información básica acerca del trabajo y función fiscalizadora de esta<br />

instancia legislativa. 202<br />

2. Chile<br />

La experiencia de Chile bajo la dictadura militar del general Augusto Pinochet, con la existencia<br />

de las sucesivas policías políticas represivas, la Dirección de <strong>Inteligencia</strong> Nacional<br />

(DINA) a través del Decreto Ley N° 521 de 1974, 203 y la Central Nacional de Informaciones<br />

(CNI) a través del Decreto Ley N° 1.878 de 1977, 204 vinculadas a violaciones de derechos<br />

humanos, y constituidas ambas, expresamente por Ley, exclusivamente como “organismo<br />

militar”, caló profundamente en las élites políticas y sociedad chilena acerca de la manera<br />

de enfocar e insertar los servicios de <strong>Inteligencia</strong> en el sistema político. A inicios de los<br />

179


años noventa, con el Presidente constitucional Patricio Aylwin Azócar, (Democracia Cristiana<br />

– DC / Concertación), y tras catorce años de proceso político en Estado de Derecho,<br />

que incluyó la creación de la Dirección de Seguridad Pública e Informaciones (DISPI),<br />

mediante la Ley N° 19.212 205 del 30 de abril de 1993, sería el gobierno del Presidente Ricardo<br />

Lagos Escobar (Socialista PS / Concertación) en el mes de octubre del año 2004, quien<br />

asumió la iniciativa y decisión política de creación de la Agencia Nacional de <strong>Inteligencia</strong><br />

(ANI) con la promulgación de la Ley N° 19.974. 206<br />

Luego del atentado perpetrado en la estación del Metro de Santiago, muy cercano a la<br />

Escuela Militar Bernardo O´Higgins del Ejército, se inició durante el año 2014, principalmente<br />

por presión mediática y agenda política de contingencia, un debate sobre la supuesta<br />

necesidad de aumentar las capacidades operativas de la Agencia Nacional de <strong>Inteligencia</strong><br />

(ANI) para hacer frente a estos grupos extremistas y violentistas. 207<br />

La Ley 19.974 del 2004 solamente otorga facultades en el nivel estratégico y no operativo a la<br />

ANI, pues la norma es sumamente precisa y clara en el Título II (Del Sistema de <strong>Inteligencia</strong><br />

del Estado) y en el Título V (De los procedimientos especiales de obtención de información),<br />

que permite al director de la ANI ejecutar “...procedimientos especiales de obtención<br />

de información…” como “[l]a intervención de las comunicaciones telefónicas, informáticas,<br />

radiales y de la correspondencia en cualquiera de sus formas” (artículo 24, a), únicamente<br />

cuando se trata de “[d]isponer la aplicación de medidas de <strong>Inteligencia</strong>, con objeto de detectar,<br />

neutralizar y contrarrestar las acciones de grupos terroristas, nacionales o internacionales,<br />

y de organizaciones criminales transnacionales” (artículo 8°, f). La autorización la tiene<br />

que dar uno de los dos jueces de la Corte de Apelaciones respectiva, que son designados por<br />

sus pares por un período de dos años para ejercer esta función (artículo 25) .<br />

Finalmente, hasta la fecha de finalización de este trabajo no disponemos de ninguna evidencia<br />

de la presentación o intención real y tangible de alguna iniciativa legislativa, desde<br />

el Congreso o del propio Poder Ejecutivo, que proponga modificar la norma vigente<br />

19.974 del 2004.<br />

3. Colombia<br />

Colombia transita por un escenario de afirmación de sus servicios de <strong>Inteligencia</strong> en democracia,<br />

en un escenario complejo de amenazas a la seguridad: narcotráfico, terrorismo y<br />

crimen organizado. Un hecho inédito, y no tan lejano sentó precedente sumamente serio:<br />

una demanda de inconstitucionalidad planteada ante la Corte Constitucional de Colombia<br />

por dos Organizaciones No Gubernamentales vinculadas con los derechos humanos:<br />

Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) y “REINICIAR”, 208 las cuales lograron declarar<br />

inexequible por vicio de forma y no fondo a la Ley de <strong>Inteligencia</strong> N° 1,288 209 del 5 de<br />

180


marzo del 2009, reglamentada por el Decreto Nacional N° 3600 del 2009, que carecía de<br />

la condición de Ley Estatutaria, por parte la Corte Constitucional, mediante Sentencia<br />

C-913/10. 210 Esta situación generó un punto de inflexión sin precedentes en Sudamérica,<br />

desde la perspectiva del derecho de los servicios de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

De esta forma en Colombia se perfeccionaría, lenta y progresivamente, con la promulgación<br />

de dos dispositivos fundamentales posteriores: a) el Decreto N° 4179 del 03 de<br />

noviembre del 2011, que crea un Departamento Administrativo / Dirección Nacional de<br />

<strong>Inteligencia</strong> (DNI) 211 y, b) la Ley Estatutaria N° 1621 de 17 de abril del 2013, “Por medio<br />

del cual se expiden normas para fortalecer el marco jurídico que permite a los Organismos<br />

que llevan a cabo actividades de <strong>Inteligencia</strong> y Contrainteligencia cumplir con su misión<br />

constitucional y legal, y se dictan otras disposiciones”. 212<br />

El caso de la denominada sala Andrómeda, parte de un operativo de la <strong>Inteligencia</strong> del Ejército<br />

para interceptar comunicaciones referidas a los actores del proceso de negociaciones llevado<br />

a cabo por el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, con las Fuerzas Armadas Revolucionarias<br />

(FARC) en la ciudad de La Habana, para alcanzar un posible acuerdo de Paz. 213<br />

En el contexto de la condena de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia a la ex Directora<br />

del desactivado DAS, María del Pilar Hurtado por el proceso de las “chuzadas”<br />

(interceptaciones ilegales de comunicaciones) la Corte compulsó copias a la Comisión de<br />

Acusación de la instancia parlamentaria pertinente, para investigar y determinar la posible<br />

responsabilidad política del ex Presidente Álvaro Uribe, en el empleo indebido del ex DAS.<br />

La Corte Suprema de Justicia de Colombia no acogió la hipótesis de trabajo de la Fiscalía<br />

General sobre el supuesto delito de “empresa criminal” que habría sido creada por la Presidencia<br />

de la República, con Álvaro Uribe en el poder, tesis anexada a último minuto en<br />

el proceso; este escenario refleja las inmensas complejidades políticas en la regulación de<br />

las relaciones entre el jefe máximo del Estado, en su condición de tomador de decisión,<br />

consumidor del producto y orientador del esfuerzo de búsqueda de <strong>Inteligencia</strong>, y su jefe<br />

de <strong>Inteligencia</strong>, en la condición de elaborador y productor de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

4. Paraguay<br />

En Paraguay, fue promulgada la nueva Ley N° 5241 214 del Sistema Nacional de <strong>Inteligencia</strong><br />

(SINAI); la ley contiene un glosario, principios y un acápite de protección de derechos y<br />

garantías. Es decir, contenidos típicos de una autógrafa adaptada a tiempos de Estado de<br />

Derecho y realización de actividades de inteligencia. Así, señala en su Título IV, artículo<br />

24°, el carácter excepcional de la actividad de <strong>Inteligencia</strong> en democracia que: “…debe ser<br />

estrictamente indispensable para el cumplimiento de los objetivos estatales de resguardar<br />

la paz y seguridad nacional,… y la defensa del régimen democrático constitucionalmente<br />

181


consagrado”. Cabe destacar varias similitudes, de la citada norma paraguaya en cuanto a la<br />

letra, espíritu, estructura, técnicas de redacción y propósitos de garantía de la ley peruana<br />

ordinaria N° 28664, derogada en diciembre del 2012.<br />

5. Perú<br />

Es durante los años ochenta que se registra la más visible institucionalización de la <strong>Inteligencia</strong><br />

peruana. 215 Efectivamente, con el Presidente constitucional Fernando Belaúnde<br />

Terry en el poder, en el año 1984 fueron promulgados los Decretos Legislativos N° 270 y<br />

N° 271 que intentaron mejorar y perfeccionar la estructura y coordinación intra-estatal del<br />

entonces SIN. En ese mismo año fue creada la Escuela de <strong>Inteligencia</strong> Nacional (ESIN),<br />

que inició cursos anuales de <strong>Inteligencia</strong> estratégica y de agentes en 1985. 216 Cierto es que<br />

hubo más espacio para civiles con expertise al considerar la existencia, en ese entonces, de<br />

un Comité de Asesores (COA-SIN), de allí se recuerdan técnicas de trabajo como la “hoja<br />

del rey” o la “página de oro”, aquel sucinto y escueto Informe Estratégico diario entregado<br />

a primera hora de la mañana al Presidente de la República. 217 Además, en esta década se<br />

reclutaron civiles profesionales analistas de <strong>Inteligencia</strong> en todos los campos o dominios<br />

de la seguridad nacional, para conocer a fondo, y así enfrentar con éxito el fenómeno que<br />

representaba, para los militares, la guerra no convencional (“subversiva”, “insurgente”, “revolucionaria”)<br />

que generaba tanta preocupación. Fue una época difícil, porque estábamos<br />

en plena guerra contra-subversiva desatada contra el maoísta Partido Comunista Peruano–<br />

Sendero Luminoso (PCP-SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), que<br />

se combatió con la visión de la escuela contra-subversiva francesa, de notable influencia<br />

en la decisión de creación del SIN en 1960, por el entonces Presidente Manuel Prado218 219<br />

En el año 2015 la situación de la Dirección Nacional de <strong>Inteligencia</strong> (DINI) del Perú se<br />

asemeja en mucho a la del año 2004, particularmente en cuanto a la: “desactivación” y<br />

“reestructuración”. 220 Años atrás el entonces Presidente Constitucional Alejandro Toledo<br />

(2001-2006) tras el descrédito en que cayó el Consejo Nacional de <strong>Inteligencia</strong> (CNI),<br />

promulgó en marzo del 2004 un Decreto Supremo para reorganizarlo por noventa días,<br />

y conformó paralelamente una Comisión Especial, que elaboró un Informe situacional<br />

(diagnóstico) sobre el estado de la <strong>Inteligencia</strong> nacional, y redactó un Proyecto de Ley para<br />

la creación de una Agencia de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica (AIE), 221 que el Poder Ejecutivo<br />

hizo suya introduciéndole algunas modificaciones, para luego enviarla al Congreso. Dicho<br />

proyecto fue acumulado, a modo de insumo, junto a otras trece iniciativas legislativas<br />

o Proyectos de Ley, que fueron en su momento dictaminados por la entonces Comisión<br />

Ordinaria de Defensa Nacional, Orden Interno, <strong>Inteligencia</strong>, Desarrollo Alternativo y lucha<br />

contra las Drogas, que culminó con la promulgación de la Ley Ordinaria N° 28664<br />

182


del SINA y de la DINI de enero del 2006. 222 En dicha norma se establecieron con mayor<br />

precisión controles públicos externos a <strong>Inteligencia</strong>, 223 específicamente desde el Poder Legislativo,<br />

mediante una Comisión ordinaria específica de <strong>Inteligencia</strong>, desligándose de la<br />

tradicional Comisión de Defensa Nacional y del Poder Judicial. En ese sentido no ha sido<br />

muy satisfactoria la experiencia de la aplicación del control parlamentario sobre la DINI<br />

desde el 2006 hasta la fecha: interpretaciones sui generis para acceder a información clasificada<br />

entre fiscalizadores parlamentarios y jefes de <strong>Inteligencia</strong>; así como, culturas típicas<br />

de diferentes segmentos entraron en conflicto: personal productor de <strong>Inteligencia</strong> contra<br />

personal legal escrutador y fiscalizador congresal, forman parte de la trama, que no escapa<br />

a otras realidades del entorno andino.<br />

En la actualidad, y tras diversas y masivas denuncias de la prensa nacional a inicios del<br />

2015 referente a espionaje doméstico interno efectuado por la DINI contra la oposición<br />

política, congresistas oficialistas y opositores, autoridades públicas y elementos ligados al<br />

sector empresarial privado, y que incluyen la posibilidad de que personal de esta entidad<br />

de <strong>Inteligencia</strong> nacional habría hurgado datos personales en registros públicos, de identidad<br />

y propiedad inmueble, y acciones de vigilancia y seguimiento contra ciudadanos<br />

peruanos, es que el gobierno del Presidente Ollanta Humala, se embarcó en una “nueva”<br />

gran reforma del Sistema de <strong>Inteligencia</strong> Nacional (SINA), y de la Dirección Nacional de<br />

<strong>Inteligencia</strong> (DINI). Se señaló acerca de la necesidad de que la DINI debe “reestructurarse”,<br />

pero en esta oportunidad por un plazo determinado de 180 días, inicialmente conformado<br />

por una “Junta de Notables”. 224<br />

En esa perspectiva es promulgado el Decreto Supremo N° 013–2015–PCM 225 publicado en<br />

el Diario Oficial El Peruano, este dispositivo conforma una Comisión Reorganizadora del<br />

Alto Nivel, integrada por tres personas (prescindiendo del concepto de Junta de Notables<br />

empleado en un primer momento por la entonces Presidenta del Consejo de Ministros,<br />

abogada Ana Jara). El alcance del mandato de tal instancia está claramente definido y acotado<br />

por el artículo 2°: “…tendrá como objeto evaluar y proponer las normas que resulten<br />

necesarias para su reorganización en los aspectos de profesionalización, racionalización; y<br />

de modificación de los aspectos operativos, administrativos, técnicos normativos, procesos<br />

y de procedimientos…”. El artículo 4° complementa señalando que: “La Comisión tendrá<br />

un plazo de vigencia de ciento cincuenta (150) días calendario… al término del cual deberá<br />

presentar a la titular de la Presidencia del Consejo de Ministros el respectivo Informe Final<br />

que deberá contener las correspondientes propuestas y recomendaciones” [sic]. Cabe anotar<br />

que en este párrafo final asoma, más de diez años después, el mismo procedimiento que<br />

estableció, durante el año 2004, la primera Comisión Especial para la reforma del entonces<br />

Consejo Nacional de <strong>Inteligencia</strong> (CNI). Es posible que la discusión inicial de la Comisión<br />

Reorganizadora de Alto Nivel de la DINI del 2015 oscile entre la elaboración de un nuevo<br />

183


marco normativo de <strong>Inteligencia</strong>, o que se proponga realizar modificaciones puntuales al<br />

vigente Decreto Legislativo N° 1141 promulgado vía facultades delegadas en diciembre del<br />

2012, que regula hoy la <strong>Inteligencia</strong> peruana y de escasos años de vigencia.<br />

Por otro lado, la insistente y promovida idea de ratificar al Director Nacional de <strong>Inteligencia</strong><br />

desde el Congreso, para otorgarle al jefe máximo de <strong>Inteligencia</strong> la mayor legitimidad<br />

política, no es nueva y plantea ciertas dificultades; en principio, el Sistema de <strong>Inteligencia</strong><br />

(SINA) y la DINI no deberían regularse –y nunca lo fueron– por Ley Orgánica, que es la<br />

base legal en que la Constitución Política del Perú de 1993 y que establece los procedimientos<br />

de ratificación parlamentaria para las máximas autoridades del Estado (Magistrados<br />

del Tribunal Constitucional, Titulares del Banco Central y Defensor del Pueblo), y mucho<br />

menos viable sería el adquirir para el SINA la jerarquía constitucional. Una posibilidad<br />

intermedia a la propuesta sería que la Comisión de <strong>Inteligencia</strong> del Congreso aplique una<br />

suerte de check in list o plácet en carácter no vinculante ante una presentación formal de<br />

terna por parte del Poder Ejecutivo, a modo de paso previo a la designación del próximo<br />

Director Nacional de <strong>Inteligencia</strong> por parte del Poder Ejecutivo.<br />

Otro antecedente importante, que genera más inestabilidad jurídica en la <strong>Inteligencia</strong> peruana,<br />

es lo obrado el año 2013 contra el Decreto Legislativo N° 1141; se trata de una<br />

acción de inconstitucionalidad planteada ante el Tribunal Constitucional (TC) específicamente<br />

dirigida a dos artículos de la autógrafa de la aludida ley. La demanda presentada<br />

ante el TC 226 señala que los artículos 36° y 37° del citado Decreto Legislativo reglamentan<br />

indebidamente las funciones de la Comisión de <strong>Inteligencia</strong> del Congreso, lo cual sería<br />

competencia exclusiva de ese Poder del Estado, por intermedio del Reglamento del Congreso,<br />

que tiene fuerza de ley. Su antecesora, la derogada Ley Ordinaria N° 28664 de 2006<br />

señalaba, textualmente, que una de las facultades de ese grupo congresal era: “Fiscalizar el<br />

Plan Anual de <strong>Inteligencia</strong>– PAI…”, 227 mientras que el Decreto Legislativo N° 1141 establece<br />

que dicha comisión parlamentaria está facultada para: “Tomar conocimiento del Plan de<br />

<strong>Inteligencia</strong> Nacional – PIN y los Planes Institucionales de <strong>Inteligencia</strong> – PII…”. 228 Desde<br />

nuestra perspectiva el tenor de la acción resulta ciertamente discutible, debiéndose haber<br />

considerado una manera de resolver el escollo aparente sin tener que recurrir a la envergadura<br />

de lo que significa una demanda ante el TC, por ejemplo de un Proyecto de Ley para<br />

modificar el texto de la autógrafa de la Ley. Con la demanda ya planteada ante el TC se configura<br />

otro elemento que genera indefinición jurídica y política en el conjunto del SINA.<br />

La Comisión Ordinaria de <strong>Inteligencia</strong> del Congreso, durante la crisis de la DINI del 2015,<br />

elaboró dos Informes, uno en mayoría y en minoría, presentados por parte las bancadas<br />

oficialista y opositora respectivamente, el trabajo en la Comisión está regulado por criterios<br />

de pluralidad y proporcionalidad política, dispuesto así por el Reglamento del Congreso<br />

que tiene fuerza de Ley, 229 es entonces que referente a una misma materia de inves-<br />

184


tigación, pueden resultar perfectamente contradictorios entre sí ambos informes, cuyas<br />

conclusiones tendrán que ser, forzosamente, acumuladas en el análisis y evaluación de la<br />

Comisión Reorganizadora de Alto Nivel de la DINI, complicando su derrotero, y también<br />

podrán ser subsumidos, si se considera existe información relevante por la investigación<br />

preliminar que realiza la 46° Fiscalía Provincial Penal de Lima, del Ministerio Publico para<br />

individualizar las responsabilidades penales en las presuntas actividades ilícitas de la DINI<br />

(véase Tabla N° 2). Con todo ello se espera que también se refuercen las prohibiciones para<br />

evitar el outsourcing de <strong>Inteligencia</strong> paralela, evitando nuevos casos como el de la empresa<br />

privada BTR 230 y sus servicios de privatización empresarial de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

Tabla N° II CRISIS DE LA DINI / Estado Institucional Procesal 2015<br />

Comisión Reorganizadora de Alto Nivel (01 Mar 2015) por Decreto Supremo<br />

N° 013-2015-PCM: reorganización por 180 días; créase la Comisión Reorganizadora<br />

de Alto Nivel de la DINI. Objetivo: Elaborar un diagnóstico institucional de la<br />

DINI y recomendar modificaciones a su marco normativo principal y accesorio.<br />

Investigación en la Comisión Ordinaria de <strong>Inteligencia</strong> del Congreso de la<br />

República; Elabora dos Informes, uno en mayoría y otro en minoría, para ingresar<br />

a debate en el Pleno y definir la responsabilidad política del Poder Ejecutivo.<br />

Investigación Preliminar en la 46° Fiscalía Penal Provincial de Lima del Ministerio<br />

Público (MP) para establecer en la DINI las responsabilidades penales, individualizándolas<br />

y transfiriéndolas al fuero penal del Poder Judicial para su juzgamiento<br />

y posterior sanción.<br />

Acción de Control de la Contraloría General de la República para el gasto “ex post”<br />

del presupuesto corriente y recursos especiales asignados en ejercicios presupuestales<br />

recientes a la DINI, rendición de cuentas.<br />

Acción de Inconstitucionalidad planteada ante el Tribunal Constitucional (TC)<br />

contra dos artículos del Decreto Legislativo N° 1141 del 2012.<br />

Fuente: Normatividad legal peruana citada en la bibliografía. Elaboración propia.<br />

Así mismo, en la Comisión de <strong>Inteligencia</strong> del Congreso, existen actualmente cuatro Proyectos<br />

de Ley para la reforma del vigente Decreto Legislativo N° 1141 del 2012: Proyectos<br />

de Ley N° 04177, 04242, 04252 y 04258. Adicionalmente a otros dos Proyectos de Ley, colaterales,<br />

que tienen que ver con modificaciones a normas complementarias, para mejorar<br />

185


los nexos interinstitucionales y de gestión: la Ley Orgánica del Poder Judicial y el Texto<br />

Único Ordenado (TUO) de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.<br />

Una cuestión sumamente importante para entender la actual situación de la <strong>Inteligencia</strong><br />

peruana, sería la concentración en actividades de naturaleza operativa, y de colección de<br />

información en desmedro de la elaboración de productos y realización de actividades de<br />

naturaleza estratégica y de procesamiento de informaciones para la toma de decisiones, así<br />

también de la elaboración de Prospectiva. Tanto el Decreto Legislativo N° 1141 del 2012, y<br />

su Reglamento, el Decreto Supremo N° 016-2014-PCM, son normas que no establecen claramente<br />

los límites y parámetros en que se lleva a cabo la actividad de <strong>Inteligencia</strong> nacional:<br />

debe quedar en claro que siendo la actividad de <strong>Inteligencia</strong> un actividad excepcional<br />

en Estado de Derecho, la redacción de las normas, principales y accesorias, sobre la materia<br />

deben ser en extremo precisas, no dejando espacio alguno para ambigüedades o interpretaciones<br />

que en el futuro habiliten el potencial uso indebido del sistema de <strong>Inteligencia</strong>. En<br />

este contexto en el artículo 17° del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1141, se delegó<br />

las funciones y atribuciones de los dos órganos principales de línea y más importantes de<br />

la DINI en norma de inferior jerarquía, específicamente el Reglamento de Organización y<br />

Funciones (ROF) de la DINI, Decreto Supremo N° 035-2013-PCM; 231 donde la Dirección<br />

de <strong>Inteligencia</strong> (DI) órgano principal de línea de la DINI en virtud de los artículos 32° y<br />

en el 33° literal b, señala: “Planear y ejecutar la colección de información” y en el literal c:<br />

“Proponer a la Alta Dirección la realización de procedimientos especiales de obtención de<br />

información”, en este caso considera a la obtención de información como inherente a sus<br />

atribuciones; con ello se perdió el tradicional e histórico carácter estratégico, de análisis y<br />

estricto procesamiento de informaciones que le otorgaba a esa instancia la derogada Ley<br />

Ordinaria N° 28664 del 2006: de ser la Dirección de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica (DIE), hoy sólo<br />

es la Dirección de <strong>Inteligencia</strong>; y es más, los analistas de esas dependencias, preparados<br />

para procesar información, culminaron laborando en todo el ciclo completo de <strong>Inteligencia</strong>,<br />

colectando y procesando a la vez, cuestión que nunca debió suceder.<br />

En el Perú estas deliberadas ambigüedades legislativas; fueron generalización normativa<br />

plasmada en los años 1991 y 1992 (con el Decreto Legislativo N° 746 y el Decreto Ley N°<br />

25635), lo que nos llevó a habilitar una policía política en la década de los noventa con los<br />

resultados por todos conocidos bajo el entonces gobierno de Alberto Fujimori y del SIN.<br />

No es menos cierto que las cuestionables argucias legales de “disfrazar” y ocultar aspectos<br />

normativos de <strong>Inteligencia</strong> tan sensibles como delicados en normas de inferior nivel de<br />

jerarquía, son procedimientos que deben también ser descartados en las técnicas legislativas<br />

de <strong>Inteligencia</strong> del siglo XXI.<br />

Fernando Rospigliosi, ex Ministro del Interior y ex jefe del desactivado Consejo Nacional<br />

de <strong>Inteligencia</strong> (CNI) en el año 2003, propuso retomar el concepto de Servicio de Inte-<br />

186


ligencia Nacional (SIN), de la década de los años ochenta, previo a la incorporación de<br />

Vladimiro Montesinos y antes de la llegada al poder de Alberto Fujimori en 1990. Ello<br />

supondría una DINI de bajo perfil institucional, pero a diferencia de aquellas épocas, sugiere<br />

convertirla en un órgano netamente civil y de coordinación, sin militares ni policías<br />

adscritos o asignados, limitado personal (propone considerar solamente 50 personas), y<br />

sin facultades operativas. Resulta ser algo parecido, según su interpretación, a la Agencia<br />

Nacional de <strong>Inteligencia</strong> (ANI) de Chile que tiene un número de funcionarios señalado<br />

expresamente en su norma aplicable.<br />

El aumento del presupuesto de <strong>Inteligencia</strong> para la DINI desde el año 2012, tanto para el<br />

gasto corriente pero especialmente en recursos especiales, desembocó en un uso indebido<br />

de la DINI a la vista de que estos gastos, cubiertos bajo el concepto de información clasificada,<br />

nunca pudieron ser adecuadamente fiscalizados.<br />

Culminamos el análisis peruano con una válida apreciación de coyuntura, que hace certeramente<br />

cierta aquella apreciación en el sentido que la política es el arte de lo posible: la<br />

bancada parlamentaria fujimorista de Fuerza Popular presentó en el Congreso de la República<br />

el 5 de marzo del 2015 el Proyecto de Ley N° 04252-2014-CR, 232 que propone modificar<br />

los artículos 11°, 16°, 17° y 36° del texto de la autógrafa del Decreto Legislativo N° 1141<br />

del 2012. La propuesta está firmada, entre otros congresistas de la bancada fujimorista, por<br />

Martha Chávez Cossío y Luz Salgado Rubianes, consideradas del ala dura, tradicional y del<br />

fujimorismo de primera generación de los años noventa (1990-2000) aquí se ha producido<br />

un sigiloso como inadvertido ricorsi, de esa colectividad política en materia de política de<br />

<strong>Inteligencia</strong>: pues la iniciativa legislativa promueve fortalecer el Consejo de <strong>Inteligencia</strong><br />

Nacional (COIN) como órgano colegiado del Sistema de <strong>Inteligencia</strong> Nacional (SINA); es<br />

decir, todo lo contrario a la política de <strong>Inteligencia</strong> nacional promovida por el régimen fujimorista,<br />

con el Decreto Legislativo N° 746 y el Decreto Ley N° 25635 (en los años 1991 y<br />

1992 respectivamente), en cuya normatividad se apostó por articular el modelo centralista<br />

unificado o de dirección central de <strong>Inteligencia</strong>, de dependencia de <strong>Inteligencia</strong> con concentración<br />

total de poder, eliminando el órgano colegiado de toma de decisiones que en el<br />

Decreto Legislativo N° 270 se llamó Consejo Superior de <strong>Inteligencia</strong> (CSI).<br />

La nueva posición del fujimorismo contenida en la Exposición de Motivos del Proyecto de<br />

Ley N° 04252-2014-CR, acerca de la situación actual del COIN, señala: “… el Consejo de<br />

<strong>Inteligencia</strong> Nacional, que reúne a los jefes de inteligencia, ha pasado de ser la máxima instancia<br />

del Sistema de <strong>Inteligencia</strong> Nacional [conforme señalaba la derogada ley ordinaria<br />

N° 28664] a ubicarse como una instancia consultiva y de coordinación técnica [conforme<br />

señala el vigente Decreto Legislativo N° 1141]”. En suma, una “nueva” reorganización de la<br />

<strong>Inteligencia</strong> peruana de pronóstico y futuro sumamente difuso e incierto.<br />

187


6. Uruguay<br />

En Uruguay, en febrero del año 2015 fue presentado en el congreso uruguayo la iniciativa<br />

legislativa del senador Pedro Bordaberry (‘Vamos Uruguay’), proyecto de ley que regula el<br />

Sistema de <strong>Inteligencia</strong> del Estado y crea la Secretaría Nacional de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

En el caso uruguayo, el proyecto de ley señala en su Exposición de Motivos el acertado<br />

enfoque en el sentido de que hubo un frustrado intento de reorganización (de <strong>Inteligencia</strong><br />

nacional) que fue anunciado pero nunca concretado. También es destacable, en dicho<br />

proyecto, una bienvenida intención de crear una Comisión Parlamentaria de Supervisión<br />

del Sistema de <strong>Inteligencia</strong> del Estado, la que sería bicameral para fiscalizar y ejercer control<br />

a las actividades a sus organismos de <strong>Inteligencia</strong> 233 (en el caso de Perú a partir de la<br />

derogada ley ordinaria N° 28664 del 2006, se independizó el rubro de inteligencia de la antigua<br />

Comisión de Defensa Nacional, Orden Interno, <strong>Inteligencia</strong>, Desarrollo Alternativo<br />

y Lucha contra las Drogas, convirtiéndola en una Comisión Ordinaria e independiente de<br />

<strong>Inteligencia</strong>). Así también en Uruguay, asoma el mismo problema de la inteligencia peruana<br />

en el sentido de la experiencia de una fallida reorganización de su inteligencia, siempre<br />

anunciada pero nunca realmente concretada.<br />

CONCLUSIONES<br />

Los Servicios de <strong>Inteligencia</strong>, en el nivel político – estratégico para la toma de decisiones,<br />

en la región andina de Sudamérica parecen todavía no superar, institucionalmente, los esquemas<br />

de la doctrina de seguridad nacional de la Guerra Fría, y especialmente su accionar<br />

intrusivo en el sistema político, en provecho de los gobiernos de turno, personajes ligados<br />

a determinados segmentos de poder, o de simple defensa de sus intereses corporativos<br />

propios. Tampoco parecen superar su origen cronológico, para el momento político y hemisférico<br />

para cual fueron creados: Argentina en 1946 (CIDE), Colombia en 1953 (DAS-<br />

SIC), Perú en 1960 (SIN), Venezuela 1969 (DISIP) o bien se encuentran muy acotados por<br />

traumáticas experiencias pasadas, como el caso de Chile en 1974 (DINA) y 1977 (CNI).<br />

Persiste cierta inclinación de muchos de los servicios de <strong>Inteligencia</strong> andinos, por privilegiar<br />

el ámbito operativo, la colección, obtención o reunión de informaciones, en desmedro<br />

de funciones estratégicas y de elaboración de prospectiva al más alto nivel para la toma<br />

de decisiones: marcar sus propias agendas, efectuar todo el ciclo de <strong>Inteligencia</strong> y posiblemente<br />

convertirse en consumidores y tomadores de decisión empleando y explotando<br />

el producto de <strong>Inteligencia</strong> propio, como con la desactivada Secretaría de <strong>Inteligencia</strong> de<br />

Argentina, o la DINI del Perú, o en el pasado reciente el DAS de Colombia.<br />

188


Las normas legales en la región andina en materia de <strong>Inteligencia</strong> promulgadas desde la<br />

década de los noventa con objeto de establecer controles públicos, contrapesos políticos<br />

y fiscalización a los servicios respectivos (como los casos de Argentina en el 2001, Chile<br />

en el 2004, Perú en el 2006 y 2012, Ecuador en el 2009, Colombia en el 2009 y 2013) han<br />

sido bastante razonables, pero se encuentran en muchos casos acotadas y limitadas por la<br />

persistente debilidad institucional de los sistemas políticos de los países de la región, tan<br />

propios y característicos en esta parte del mundo; entre ellos la falta de un adecuado esquema<br />

realmente funcional de separación, independencia y equilibrio de los Poderes Públicos<br />

(Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y de ejercicio real y tangible de la función fiscalizadora de<br />

los Congresos o Parlamentos, además de las complejas relaciones políticas entre el gobierno<br />

y la oposición de turno.<br />

Persiste una muy difícil relación entre productores y fiscalizadores de <strong>Inteligencia</strong>, reflejada<br />

en la tensión entre las Comisiones Parlamentarias especializadas de los Congresos y los<br />

servicios de <strong>Inteligencia</strong> de la región: estos servicios perciben a las comisiones como un<br />

escollo o limitante para el ejercicio de sus actividades, obviando la ventaja que significa la<br />

aplicación de los mecanismos de control externo legitimando la actividad de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

Hay una distante línea divisoria casi infranqueable entre dos típicas culturas y ethos laborares<br />

y profesionales, con el agravante de una riesgosa falta de equilibrio: la de transparencia,<br />

control público y rendición de cuentas de las entidades parlamentarias contra la de la<br />

secrecía de Estado y reserva de los servicios de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

Los procesos de reorganización (reforma, reestructuración o reconstrucción) de los servicios<br />

de <strong>Inteligencia</strong> en la región andina de Sudamérica están subordinados predominantemente<br />

a las agendas y prioridades políticas de los Poderes Ejecutivos y Legislativos: hay<br />

evidente ausencia de persistencia en el tiempo en los procesos de mejoras planteadas; no<br />

hay evidencia de generación de políticas de Estado permanentes, que superen a los gobiernos,<br />

sobre la materia. Los Planes de Gobierno de los partidos políticos de la región nunca<br />

consideran planteamientos sobre el sector <strong>Inteligencia</strong> por que no son rentables electoralmente:<br />

los cambios en el sector en la región se producen de forma reactiva por alguna crisis<br />

generada (casos: Colombia, Ecuador, Perú, Argentina y Chile) y no proactivamente por<br />

una agenda política pre establecida permanente y de Estado.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

189


190


Antecedentes del sistema de<br />

inteligencia estratégica en México<br />

Manuel Balcázar Villarreal<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Abordar el tema de inteligencia requiere una aproximación sistémica y excluyente que ha<br />

estado presente a lo largo de la historia del desarrollo de las sociedades, en tanto permite<br />

identificar riesgos y amenazas de distintos orígenes para evitarlos o matizar su impacto<br />

negativo sobre los grupos sociales.<br />

Debe señalarse que tradicionalmente la definición de inteligencia está ligada en un primer<br />

momento al proceso cognoscitivo, como una capacidad, ya sea de entender o comprender o<br />

de resolver problemas. 234 Por su parte la sicología considera que:<br />

La inteligencia no es sólo la capacidad de razonar; es también la capacidad<br />

de encontrar material relevante en la memoria y enfocar la atención cuando<br />

se necesita. 235<br />

En la definición tradicional de inteligencia como en las aportaciones de la sicología se encuentran<br />

elementos que han resuelto problemas inherentes al desarrollo humano, como la<br />

transición del nomadismo al sedentarismo, fortaleciendo los mecanismos de protección de<br />

la especie humana, como lo señala Abraham Maslow:<br />

191


Otros aspectos más amplios del intento por buscar seguridad y estabilidad en<br />

el mundo se observan en la preferencia por cosas familiares en vez de no familiares,<br />

o conocidas en vez de desconocidas. La tendencia a tener alguna religión o filosofía<br />

del mundo que organice al universo y al hombre en una especie de todo satisfactorio,<br />

coherente y significante está también motivada en parte por la búsqueda de<br />

seguridad. Aquí también podemos enlistar la ciencia y filosofía en general<br />

como parcialmente motivados por estas necesidades de seguridad… 236<br />

Bajo la óptica de Maslow la búsqueda de estabilidad y seguridad está basada en una motivación<br />

humana, que busca conocer y organizar nuestro entorno desde lo individual hacia lo colectivo.<br />

Como se puede apreciar, la construcción del concepto de inteligencia en lo individual parte de una<br />

óptica multidisciplinaria bajo la lógica del conocimiento inmediato y formación de experiencia.<br />

Así, es en la colectividad cuando la inteligencia ha tomado un sentido de mayor utilidad,<br />

al asociar la obtención de información con la satisfacción de necesidades grupales, que<br />

bajo un enfoque de teoría política contemporánea, tendría su expresión más acabada en<br />

el Estado – Nacional, como la integración de individuos en una población específica bajo<br />

un gobierno que garantice la sobrevivencia del mismo Estado y logre el cumplimiento de<br />

los Objetivos Nacionales. Sin embargo otros autores identifican como etapa clave para el<br />

desarrollo de la inteligencia el siglo XVIII:<br />

La revolución francesa e industrial inició nuevas condiciones. Al perfilar el mundo<br />

moderno, ellas crearon inteligencia moderna. El deseo de los franceses por defender<br />

su nueva nación democrática contra la invasión de ejércitos de otras monarquías<br />

y la necesidad de contrarrestar el profesionalismo de los ejércitos de esas naciones<br />

con superioridad numérica, llevó a los ejércitos a ser más grandes de lo que<br />

fueron en el pasado… 237<br />

Bajo esta óptica se fortalece la asociación de inteligencia para preservar la integridad los<br />

valores de una nación, cualesquiera que estos fueran en distintas etapas de la historia; sin<br />

embargo es evidente que a partir de la revolución francesa la inteligencia cobró en los gobiernos<br />

occidentales un sentido democrático, que se iría perfeccionando con el transcurso<br />

del tiempo y el desarrollo de procesos bélicos a gran escala.<br />

1. El Concepto de <strong>Inteligencia</strong> en México<br />

Bajo los antecedentes y referentes a nivel internacional, la aplicación de la inteligencia en<br />

México a lo largo del Siglo XX tuvo características propias que iniciaron con el régimen<br />

192


constitucionalista de Venustiano Carranza y cronológicamente avanzaron con el acompañamiento<br />

e influencia de Estados Unidos, pero con un desarrollo desfasado y poca comprensión<br />

del concepto dentro de la cultura nacional y los campos del poder, por lo que se<br />

requiere modernizar bajo un enfoque estratégico el Sistema de <strong>Inteligencia</strong> Nacional.<br />

En el contexto histórico las investigaciones sobre el uso de la inteligencia en la última década<br />

del Siglo XIX y primera del XX refieren la existencia de una red de información al servicio<br />

del Presidente Porfirio Díaz, basada en la estructura interna y el Servicio Exterior Mexicano:<br />

El presidente Díaz también hizo que la Secretaría de Gobernación y el Departamento<br />

de Guerra desarrollaran una policía secretar propia para la seguridad interna.<br />

Los treinta y un consulados mexicanos en Estados Unidos, que eran esencialmente<br />

bases de espionaje, obtenía, sobre todo, información secreta de los exiliados<br />

mexicanos opuestos a Díaz, proporcionada por las agencias de detectives<br />

privados que contrataban. 238<br />

Como se aprecia, aun cuando el sistema de información de Díaz tenía un importante despliegue<br />

en el extranjero, su agenda era totalmente doméstica, orientada hacia el seguimiento<br />

de mexicanos en Estados Unidos. Bajo la teoría de Kent se empleaba principalmente la<br />

actividad de inteligencia, que no conocimiento, lo cual posiblemente explique la razón por<br />

la que la información acopiada para la administración de Porfirio Díaz no pudo visualizar<br />

la tendencia social y política del México prerrevolucionario que derivó en la caída del<br />

régimen y motivó un nuevo pacto social y político en el país, en el cual los servicios de<br />

inteligencia tendrían un rol central pero muy discreto.<br />

1.1. Las bases de la inteligencia en México<br />

Dentro de los fundamentos de la inteligencia nacional durante el Siglo XX el Archivo General<br />

de la Nación identifica claramente a la administración del Presidente Carranza como<br />

el período en el que se establecerían las bases, de acuerdo a lo siguiente:<br />

Cabe señalar como antecedente, que en el segundo semestre de 1915 Venustiano<br />

Carranza, como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y Encargado Ejecutivo<br />

de la Nación instalado en Veracruz, había creado un incipiente servicio de<br />

investigación confidencial dirigido a vigilar las acciones enemigas y la actividad<br />

obrera en el estado que estuvo a cargo de la señora Dolores Betancourt. 239<br />

Teniendo estos antecedentes como base, es hasta 1918 cuando oficialmente se empieza a<br />

193


guardar registro de las organizaciones de inteligencia en el país, tal como lo comenta Aguayo<br />

(2001) o las propias crónicas del Archivo General de la Nación, que refieren la publicación<br />

del Reglamento Interior de la Secretaría de Gobernación como el momento en el que<br />

se abordan en los artículos 23 al 27 las funciones de inteligencia conferidas a Gobernación:<br />

<br />

<br />

1. Nombramientos y renuncias de los secretarios de Estado, jefes de Departamento,<br />

procurador General de la República y gobernadores de los Territorios. 2. Relaciones<br />

con el Congreso de la Unión y con la Suprema Corte de Justicia.3. Relaciones de la<br />

Federación con los Estados que la forman y Territorios Federales…11. Asuntos cuyo<br />

despacho no esté encomendado especialmente a otra sección. 240<br />

De la revisión de las funciones de la Sección Primera así como de las otras tres que integraron<br />

en Reglamento Interior de la Secretaría de Gobernación no se aprecia un señalamiento<br />

directo hacia el manejo de información o servicios secretos, sin embargo el apartado once,<br />

que se cita anteriormente, junto con las referencias históricas permiten identificar a esta<br />

sección como la responsable de manejar la información política dentro de la Secretaría de<br />

Gobernación, lo cual ha sido una constante desde esa fecha hasta nuestros días, ya que:<br />

Aquella institución creada por Carranza en 1918 sigue operando hoy, ocho décadas<br />

más tarde; tiene su sede en la capital y salvo en el sexenio de Miguel Alemán (1946-<br />

1952) siempre ha estado formalmente integrada a la Secretaría de Gobernación.<br />

Los servicios de inteligencia se han transformado por la influencia de los cambios<br />

en el país y por factores en su interior. 241<br />

A lo largo de las ocho décadas mencionadas por Aguayo, más otros tres lustros, se<br />

contabilizan más de 90 años, de manera que para el 2018 se cumplirán 100 años de la<br />

fundación de los servicios de inteligencia en México, que han sufrido una serie de transformaciones<br />

motivadas por crisis internas del propio aparato de inteligencia nacional,<br />

nuevos contextos democráticos y cambios nacionales e internacionales en el paradigma<br />

de seguridad e información.<br />

Cabe mencionar que a lo largo de su existencia los servicios de inteligencia registran nueve<br />

transformaciones de nomenclatura y organizacionales (figura 1), que inician, como ya se<br />

comentó, con la Sección Primera (1918) en la administración del Presidente Carranza, para<br />

seguir con un ajuste que daría pie al Departamento Confidencial (1929), con un nombre<br />

mucho más revelador de la función de los servicios secretos, y un panorama político totalmente<br />

diferente al de los orígenes.<br />

194


Figura I Transformaciones de las organizaciones de inteligencia en México<br />

1918: Sección<br />

Primera (SEGOB)<br />

1929 Departamento<br />

1938<br />

Confidencial (SEGOB)<br />

Oficina de Información<br />

Política (SEGOB)<br />

1942<br />

Dirección Federal de Seguridad<br />

(Presidencia de la Nación)<br />

1947<br />

Departamento de Investigación<br />

Política y Social (SEGOB)<br />

1952<br />

1962<br />

Dirección Federal de Seguridad<br />

(SEGOB)<br />

1985<br />

Dirección General de Investigaciones<br />

Políticas y Sociales (SEGOB)<br />

Dirección General de Investigaciones<br />

y Seguridad Nacional (SEGOB)<br />

1989<br />

Centro de Investigación y<br />

Seguridad Nacional (SEGOB)<br />

Fuente: Elaboración propia con base en CISEN 20 Años de Historia (págs. 97 – 101) y Aguayo Sergio (2001), pág. 62<br />

Once años después (1938) y en medio de una intensa transformación institucional y<br />

efervescencia política nacional e internacional el antiguo Departamento Confidencial<br />

se transformó en la Oficina de Información Política, evidenciando un fuerte componente<br />

político que marcaría la concepción de la inteligencia en México. Posteriormente y<br />

en el marco de la Segunda Guerra Mundial los servicios de inteligencia fueron llama-<br />

195


dos Departamento de Investigación Política y Social (1942), ampliando los temas de la<br />

agenda hacia el campo de poder social.<br />

Tras haber finalizado la Segunda Guerra Mundial nuevamente se modificó, a mediados<br />

de siglo, el nombre y estructura de la inteligencia mexicana, con una nueva organización<br />

emergente, la Dirección Federal de Seguridad (1947), que durante un año dependió de<br />

la Presidencia de la República, para posteriormente ser transferida a la Secretaría de Gobernación,<br />

sin desaparecer el Departamento de Investigación Política y Social, con lo que<br />

surgieron dos estructuras de inteligencia, en estrecha colaboración con Estados Unidos<br />

bajo la teoría propuesta por Sherman Kent.<br />

Para 1967 el Departamento de Investigación Política y Social se transformaría en una Dirección<br />

General, quedando como Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales,<br />

coexistiendo con la Dirección Federal de Seguridad, en una situación que se mantendría<br />

hasta 1985, cuando la “Federal de Seguridad” como era conocida coloquialmente se<br />

vio envuelta en hechos delictivos al más alto nivel, dentro de los que destacan el asesinato<br />

del periodista Manuel Buendía y relaciones con el narcotráfico.<br />

Así el 29 de noviembre de 1985 se funda la Dirección General de Investigación y Seguridad<br />

Nacional, que integró las tareas de la Dirección Federal de Seguridad y la Dirección General<br />

de Investigaciones Políticas y Sociales, diseñada bajo un nuevo concepto, como lo narra<br />

Pedro Vázquez Colmenares, uno de sus fundadores:<br />

Por invitación del señor presidente Miguel de la Madrid solicité licencia…para<br />

encargarme de dar vida y funcionamiento a la Dirección General de Investigación<br />

y Seguridad Nacional, como órgano desconcentrado de la Secretaría de<br />

Gobernación, en una concepción nueva y moderna…Se crearon las estructuras<br />

básicas para su operación y funcionamiento y las direcciones de Investigaciones,<br />

Análisis, Contra <strong>Inteligencia</strong> y Seguridad fueron ocupadas por funcionarios<br />

provenientes de las instituciones desaparecidas.<br />

Pugné para que durante mi gestión la nueva institución no tuviera funciones<br />

operativas, sino solo de investigación, información, prevención, análisis e<br />

inteligencia…Siempre consideré que el DISEN, no siendo órgano de seguridad<br />

pública, sino de inteligencia nacional, no debía involucrarse en campos que no<br />

le correspondían. Cuando en nuestras investigaciones encontrábamos hechos o<br />

figuras delictivas, las hacíamos de inmediato del conocimiento de las<br />

autoridades competentes. 242<br />

Como se puede apreciar el surgimiento del órgano de inteligencia civil fue en medio de una<br />

196


crisis nacional, provocada por la falta de controles y supervisión, además de un enfoque<br />

eminente operativo del concepto de inteligencia, que colapsó y motivó una clara distinción<br />

entre seguridad pública e inteligencia nacional, además de un viraje hacia la inteligencia<br />

como conocimiento con el respaldo organizacional, y por primera vez en la historia, relacionado<br />

con la seguridad nacional.<br />

Resalta también la distinción marcada entre seguridad pública e inteligencia nacional, que<br />

junto con el concepto de seguridad y defensa nacional han sido objeto de profundas confusiones,<br />

que han prevalecido desde el origen contemporáneo de los servicios de inteligencia<br />

mexicanos a la fecha, tal como lo señala Jorge Carrillo Olea, otro de los fundadores, haciendo<br />

referencia a la creación de la DISEN:<br />

En aquel entonces todavía se confundía la seguridad nacional con la defensa<br />

nacional, incluso en los estratos militares. Actualmente, la confusión existe<br />

entre seguridad nacional y seguridad pública; se siguen confundiendo los dos<br />

conceptos y se habla indistintamente de ellos, incluso en las altas esferas políticas. 243<br />

Cuatro años después de la creación de la DISEN se creó el 13 de febrero de 1989 el Centro<br />

de Investigación y Seguridad Nacional, CISEN, que se ha mantenido con ese nombre desde<br />

entonces, realizando ajustes y modificaciones a sus funciones, enfatizando más el componente<br />

organizacional que de conocimiento u operaciones, de las cuales formalmente se<br />

desprendió 10 años después al desprenderse de la Dirección de Protección, que pasaría a<br />

formar parte de la entonces Policía Federal Preventiva.<br />

1.2. Las últimas dos décadas de la inteligencia en México<br />

Previo al surgimiento del CISEN se aprecia un manejo principalmente organizacional de<br />

la inteligencia, y aunque originalmente se concibió estrictamente como un órgano de información,<br />

el componente de organización de inteligencia tomó gran auge, generando un<br />

desarrollo estructural gradual.<br />

Con la fundación del CISEN se logró una transformación estructural tanto en la concepción<br />

de los servicios de inteligencia, que inició hacia el interior y gradualmente se fue<br />

abriendo hacia el exterior, bajo un referente académico que fue acompañado por el Instituto<br />

Nacional de Administración Pública (INAP), llevando a la publicación de encuestas<br />

especializadas, dos Revistas de Administración Pública (RAP), 98 y 101, sobre seguridad<br />

nacional e inteligencia, respectivamente, en la que distintos especialistas y funcionarios<br />

públicos trataban distintos temas de la agenda nacional.<br />

Adicionalmente se inició un proceso de especialización abierto al público en general que<br />

197


impartieron el INAP-CISEN, con los mismos contenidos y académicos que se impartían de<br />

manera cerrada al personal de los servicios de inteligencia en México. La capacitación fue<br />

un espacio para la interacción entre civiles, militares, académicos, activistas, funcionarios<br />

y estudiantes, enfocado mayoritariamente en la seguridad nacional, que sirvió de base para<br />

el intercambio de opiniones y capacitación de servidores públicos.<br />

Tras la alternancia política en el año 2000 el entonces Presidente electo, Vicente Fox, señaló<br />

que el CISEN sería desmantelado, argumentando espionaje telefónico y corrupción, sin<br />

embargo tras asumir la titularidad del Poder Ejecutivo Federal ordenó un diagnóstico que<br />

dio cuenta del desarrollo interno y capacidades de la inteligencia mexicana, que hasta ese<br />

entonces había sido bastante exitosa en la contención de organizaciones subversivas, además<br />

de haber apoyado al desmantelamiento de grupos de secuestradores, que para aquellos<br />

años apenas bosquejaban el cambio de agenda nacional.<br />

Con los amagos de desaparición y especulaciones generadas sobre los servicios de inteligencia<br />

en México se pudo apreciar que los tomadores de decisiones y una parte importante<br />

de los integrantes del campo de poder político en el país no se encontraban del todo familiarizados<br />

con el concepto de inteligencia, y posiblemente tenían de manera preconcebida y<br />

errónea la visión de espionaje como sinónimo de inteligencia. Esta situación mostraba que<br />

los potenciales consumidores de la inteligencia nacional, provenientes de cualquier partido<br />

político, no estarían del todo familiarizados con el concepto, regresando en ocasiones hacia<br />

la secrecía y privilegiando los conceptos de organización y actividad de inteligencia sobre el<br />

conocimiento, particularmente sin un marco jurídico que regulara al respecto.<br />

Previamente al surgimiento de la ley en la materia se registra el surgimiento de una organización<br />

de inteligencia en el sector hacendario, con el surgimiento de la Unidad de <strong>Inteligencia</strong><br />

Financiera (UIF), el 7 de mayo de 2004. Al año siguiente se solventó la ausencia<br />

de un marco normativo en seguridad nacional e inteligencia en 2005 y 2006, con la Ley de<br />

Seguridad Nacional y el Reglamento para la Coordinación de Acciones Ejecutivas en Materia<br />

de Seguridad Nacional, respectivamente, con lo que se aborda de manera secundaria<br />

el concepto de inteligencia, que se analizarán en el siguiente capítulo.<br />

Adicionalmente dos años después del surgimiento de un marco normativo básico de<br />

inteligencia, en 2008, se creó la Unidad de <strong>Inteligencia</strong> Naval en la Secretaría de Marina,<br />

en un esfuerzo por fortalecer y modernizar el trabajo de la Armada. Para 2009 se<br />

creó la Escuela de <strong>Inteligencia</strong> para la Seguridad Nacional con funciones específicas de<br />

capacitación y conocimiento:<br />

<br />

Se crea la Escuela de <strong>Inteligencia</strong> para la Seguridad Nacional,<br />

como una institución educativa del Centro, con capacidad académica en materia<br />

de inteligencia civil para la seguridad nacional…<br />

198


Corresponde a la Escuela la atención de los siguientes asuntos:<br />

I. Formar cuadros en materia de inteligencia y seguridad nacional para el<br />

Estado mexicano;<br />

II. Generar y sistematizar el conocimiento del más alto nivel en materia de<br />

inteligencia y seguridad nacional;<br />

III. Integrar y fortalecer la Biblioteca interna y el Centro de Documentación<br />

en materia de inteligencia y seguridad nacional, y<br />

IV. Intercambiar experiencias e información con educandos, maestros y cualquier<br />

institución nacional o internacional, siempre y cuando no sea información<br />

materia de reserva. 244<br />

Por su parte la Secretaría de la Defensa Nacional creó a principios de 2013 la sub jefatura de<br />

inteligencia, dependiente del Estado Mayor de la Defensa Nacional, lo cual también representa<br />

un cambio en el paradigma, que tradicionalmente había manejado las sub jefaturas<br />

operativas y administrativas.<br />

Como puede apreciarse hay un importante avance en el enfoque organizacional de la inteligencia,<br />

y recientemente en la vertiente de conocimiento, que serían las bases para el desarrollo<br />

sistemático de la inteligencia, como se verá en el capítulo 2 y 3, en el que se aprecia<br />

que existen los elementos necesarios para la integración del sistema.<br />

1.2.1.Fundamentos del Sistema de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica en México<br />

La construcción de un Sistema de <strong>Inteligencia</strong> en México es un elemento presente desde principios<br />

del Siglo XXI, que pese a tener 15 años de haber sido enunciado todavía se encuentra<br />

en proceso de consolidación. En la visión de los tomadores de decisiones se proponía:<br />

Establecer un sistema de inteligencia para la seguridad nacional que posibilite<br />

proveer la necesaria información que requiere el Estado Mexicano en materia<br />

de seguridad nacional. Ese sistema buscaría integrar la inteligencia que se genera<br />

en organismos de la Administración Pública Federal, en las Entidades Federativas<br />

y del Distrito Federal. 245<br />

A lo largo de estos tres lustros ha habido avances importantes, como el marco legal explicado,<br />

que se analizará a detalle en el capítulo 2, además de la firma de convenios entre la<br />

federación y gobiernos estatales para la integración de elementos que se sumen en el marco<br />

del Sistema de <strong>Inteligencia</strong>. Sin embargo es evidente la necesidad de integrar también a los<br />

Poderes Legislativo y Judicial, además de los municipios, que son la primera superficie de<br />

contacto del ciudadano con las autoridades.<br />

199


En función de lo anterior es claro que en la integración y modernización del Sistema de<br />

<strong>Inteligencia</strong> Estratégica en México se requiere un enfoque integral, que se apoye en las<br />

estructuras existentes y supere su ámbito de acción, ya que:<br />

La mayor parte de información sobre los sistemas de inteligencia en México proviene<br />

del actualmente denominado CISEN (Centro de Investigación y Seguridad<br />

Nacional) y sus estructuras antecedentes. 246<br />

Bajo este enfoque uno de los retos para la integración del sistema será ampliar la esfera de<br />

competencia asociada a los temas “duros” de la seguridad nacional, 247 como una manera<br />

de resolver los dilemas contemporáneos que se presentan para la inteligencia mexicana.<br />

CONCLUSIONES<br />

Se percibe que actualmente en México el paradigma tradicional de los sistemas de inteligencia<br />

se encuentra en proceso de definición y ajuste, tras intensos y polémicos episodios<br />

asociados al surgimiento masivo de civiles armados (auto defensas), participación de cuerpos<br />

de policía municipales en la desaparición de 43 estudiantes, además de la fuga desde<br />

un penal de alta seguridad de una de las personas más buscadas en México y otros países.<br />

En contraparte se perciben también importantes logros, como la captura de los principales<br />

líderes de organizaciones delictivas, la contención de grupos y movimientos anti<br />

sistémicos radicales, así como la desactivación de conflictos magisteriales y estudiantiles<br />

en los últimos años.<br />

Sin embargo se percibe que el desarrollo de la cultura de inteligencia se encuentra aún en<br />

ciernes, además de tener un gran desafío en el contexto local, donde el concepto parece ser<br />

mal interpretado y poco regulado por el marco jurídico, generando en ocasiones concesiones<br />

basadas en la racionalidad política más que institucional.<br />

Sin duda todos estos elementos obligan al replanteamiento del sistema de inteligencia nacional,<br />

bajo un enfoque estratégico que privilegie objetivos de atención sobre desarrollo de cuerpos<br />

burocráticos, que parecería resumirse en el dilema politización versus profesionalización.<br />

<br />

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200


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Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

201


202


La vigencia de la<br />

perspectiva<br />

geoestratégica<br />

en la inteligencia<br />

estratégica<br />

203


204


El mundo, Rusia y<br />

América Latina,<br />

¿Dónde buscar afinidades?<br />

Boris F. Martynov<br />

INTRODUCCIÓN<br />

A inicios del año 2009, se llevó a cabo la revisión de los eventos internacionales más<br />

relevantes, publicada por los especialistas del Moscow State Institute of International Relations<br />

(MGIMO por su acrónimo y Alma Mater, donde el autor tiene el honor de ser<br />

profesor desde hace 15 años), en el marco de la cual se discutieron los logros y retrocesos<br />

de la política exterior rusa, signada por los eventos de Georgia y Abjasia (otrora república<br />

autónoma dentro de Georgia) y del “avance inesperado” en la dirección latinoamericana<br />

(MGIMO, 2009: p. 92). Dado que, en ese marco, Rusia obtuvo el apoyo -tanto moral como<br />

material- de algunos países de América Latina, lo que le permitió contrarrestar al desafío<br />

geopolítico de Estados Unidos de Norteamérica (en adelante, EEUU), al desplegar sus<br />

buques de guerra en el Mar Negro.<br />

Estos hechos se desarrollaron durante el periodo en el que, de acuerdo con la “Concepción<br />

de la política exterior de Rusia” (documento del año 2000), América Latina -de conformidad<br />

con su relativa importancia regional- todavía figuraba en último lugar, sólo<br />

después de África.<br />

La perspectiva de cambio de la visión de Rusia respecto de Latinoamérica, es una cuestión<br />

que, por su significación, merece ser considerada como una variable de importancia fundamental<br />

en las percepciones de la inteligencia estratégica de la Federación Rusa.<br />

205


Las raíces de la subestimación de Latinoamérica en Rusia<br />

Esta subestimación de la región latinoamericana, vigente en la política exterior rusa hasta<br />

comienzos de la década de los años 90 del siglo XX, corresponde al período que en Rusia<br />

se conoce como “kózyrevshina” (derivado del nombre del canciller de entonces, Andréi<br />

Kózyrev). Extraoficialmente, se reconoce que en una ocasión dicho funcionario afirmó que<br />

la “nueva” Rusia debería buscar sus “aliados naturales” en América del Norte, Europa y<br />

Japón, pues el resto del mundo -según su parecer- era nada más que mera “escoria”.<br />

Pero esto no fue sólo la subestimación de una u otra persona, -aunque en aquel entonces<br />

el subjetivismo idealista se combinaba con el deseo de ganancias fáciles-; la falla residió en<br />

el falso juicio, que durante decenios propagaba la misma gente, que primero enarbolaban<br />

las ideas marxistas y después del derrumbe del llamado “socialismo real” pasaron a ser<br />

liberales. En ambos momentos históricos, estaban convencidos que servían a los intereses<br />

del Estado, cuando en realidad sólo servían a sus propios intereses de carrera y de rápido<br />

enriquecimiento. Estos enfoques erróneos partían de la misma gente y de las mismas instancias,<br />

interesadas en auto-preservarse a sí mismas, como el Comité Central del Partido<br />

Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y las diferentes estructuras<br />

del gobierno de la URSS y, posteriormente, de la Presidencia y gobierno de la “nueva”<br />

Rusia e, inclusive, de la arquitectura de seguridad-inteligencia.<br />

Las copiosas fallas teóricas afectaban tanto las relaciones de la URSS/Rusia con Occidente,<br />

como con otras regiones y, especialmente, América Latina.<br />

Primero, se pensaba que las diferencias con Occidente se explicaban sólo por el conflicto<br />

ideológico y que, al desaparecer este, automáticamente se abrirían “las grandes alamedas”<br />

para la cooperación fructífera y ventajas mutuas con EEUU y los países “más desarrollados”.<br />

De América Latina ni se pensaba entonces, o se pensaba en términos no muy<br />

halagadores: los países de la región se dibujaban como los deudores soviéticos (vg. Cuba,<br />

Nicaragua) o como la “esfera de influencia natural” de EEUU, muy “lejana” y “no tradicional”,<br />

con los que no valía la pena buscar contactos “innecesarios” para no “irritar” a<br />

“nuestro socio número uno”.<br />

Otro error –todavía más grave, pero bien relacionado con todo lo dicho anteriormente-,<br />

fue el de combinar la política real con la “amistad” fingida. En parte, esto se debió a la<br />

inexperiencia en la política exterior de nuestros líderes de entonces (Gorbachov y Yeltzin),<br />

que antes se ocupaban -casi exclusivamente- de los asuntos internos de Rusia. En parte, a la<br />

diferencia cultural y “civilizacional” entre Rusia y Occidente, mejor dicho, entre Rusia y el<br />

mundo anglo-sajón, aunque de este conflicto se sabía bastante bien en la Rusia Imperial (el<br />

llamado “Juego Grande”). Después, bajo el régimen marxista “internacionalista”, las causas<br />

reales de ese conflicto -geopolítico y cultural-, fueron de repente olvidados en pro de las<br />

206


“contradicciones de clases”; pero, al terminarse la “Guerra Fría” (1947-1991) y con el fin<br />

del conflicto ideológico, aquellas causas de mucha más larga duración, de repente afloraron<br />

a la superficie de nuevo.<br />

¿Podemos hablar de diferencias civilizacionales? - ¡Claro, que sí!<br />

Así, de acuerdo con el autor británico Piers Brandon, la “hipocresía” es una legítima cualidad<br />

de la raza anglo–sajona (Brandon, 2008: p. xix).<br />

Basta ilustrar esta aseveración con un ejemplo digno de la teoría de Huntington: cuando<br />

Gorbachov, en 1989, recibió la promesa de Bush y otros líderes occidentales, de que la<br />

Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) jamás se movería para el Este de<br />

Europa ni amalgamaría a los países del ex-Pacto de Varsovia, el premier ruso no obligó a<br />

occidente a formalizar tal compromiso, pues en sus propias palabras, simplemente “tenía<br />

confianza” en sus “amigos”. 248 El resultado de aquella ingenuidad (entre las carencias nacionales<br />

los rusos somos famosos por la credibilidad excesiva) es que la Europa actual lo<br />

siente en su propia piel como en el caso Ucrania.<br />

Otras negociaciones entre Rusia y EEUU -con su “comitiva” europea- sobre diferentes problemas<br />

regionales y globales que han tenido lugar hasta hoy en día (la no expansión de la<br />

OTAN, la preservación del tratado sobre la defensa anti-misilística, la no ubicación de los<br />

anti-misiles en territorio del Este de Europa, la no-intromisión en los asuntos internos<br />

de las repúblicas post-soviéticas, entre otros), en sus rasgos más principales se parecían<br />

mucho a los que Cecil Rhodes mantenía con los tribus africanas en el siglo XIX, o los presidentes<br />

norteamericanos en el mismo siglo con los nativos de la región .<br />

De ahí que el deseo de unos sea imponer su voluntad cueste lo que cueste -muchas veces<br />

sin límites razonables-, en contraste con la “tolerancia benévola” (benefit of the doubt) de<br />

otros, como el caso de Rusia y los países latinoamericanos.<br />

En este contexto, destaca la etapa de la reevaluación de los enfoques superficiales en Rusia,<br />

que comenzó en el año 1996 con la llegada al puesto del canciller del académico Evgueniy<br />

M. Primakóv, quien antes ocupaba el puesto de jefe de la SVR RF (acrónimo del servicio<br />

de inteligencia externa de Rusia). Su mentalidad -a la vez académica y de hombre de Estado<br />

y patriota indisputable-, contribuyó a tener una visión de mucho más largo alcance sobre<br />

la política internacional. Aunque sea difícil de creer, fue él quien propuso la creación del<br />

“triángulo” RIC –integrado por Rusia, India y China. En nuestro país a él se le adjudica<br />

también la autoría de la idea de BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica),<br />

pues directamente después de una serie de visitas del propio Primakóv a los países<br />

de América Latina (visitó México, Cuba, Colombia, Argentina y Brasil) se habló de la necesidad<br />

de establecer la cooperación más estrecha con estos países. Así, en Brasilia dicho<br />

207


canciller suscribió el documento conjunto que se denominaba significativamente “Acuerdo<br />

de Cooperación Estratégica entre Rusia y Brasil dirigido al siglo XXI”. De esta manera, se<br />

puede pensar que el paradigma de los BRICS apareció, de hecho, un poco más temprano,<br />

que como acrónimo acuñado por J. O`Neil.<br />

Después de esto tuvo lugar la intervención de EEUU y la OTAN en los asuntos internos de<br />

Yugoslavia, en contra de las disposiciones de la Carta de la Organización de las Naciones<br />

Unidas (ONU), y el bombardeo de Belgrado, con su saldo de víctimas civiles o no combatientes.<br />

Rusia contestó a esto con la famosa “virada” de E. Primakóv sobre el Atlántico<br />

(cuando nuestro Canciller, en pleno viaje hacia Washington, al tomar conocimiento sobre el<br />

comienzo de los bombardeos, dio la orden de virar con el objeto de regresar a Moscú), y el<br />

“salto a Pristina” de nuestras tropas de asalto para no dejar a los soldados de la OTAN ser los<br />

primeros en apoderarse el aeropuerto de esa ciudad serbia. Pienso, que precisamente desde<br />

aquél momento -a la sazón, punto de inflexión- se puede marcar el comienzo de los eventos<br />

que derivaron en la situación actual. La diferencia es mínima: Yugoslavia ayer, Ucrania hoy.<br />

Conviene destacar que, especialmente, esto tuvo lugar cuando todavía Yeltsin era presidente<br />

de Rusia, por lo que tiene poco fundamento aquellos que lo dibujan como el “eterno amigo”<br />

de Occidente, y a Putin como su “enemigo.” El nombramiento de Primakov per se fue<br />

el símbolo del “cansancio” de Yeltsin, -mas allá de lo pro-occidental de lo que él deseaba<br />

ser-, de lo que se consideraba la hipocresía anglo-sajona y de la eterna presión por parte<br />

de Washington. Cada acto de “buena fe” en las relaciones internacionales, necesariamente<br />

debe tener sus límites razonables para no convertirse en una traición.<br />

Sucedió que ningún país aliado de EEUU denunció el abuso de la fuerza de la OTAN en<br />

Yugoslavia, pero entre los que alzaron la voz, destacan los miembros del “Grupo de Río”,<br />

y así desde aquel momento, se puede marcar el comienzo del giro de la relación de Rusia<br />

con los países latinoamericanos.<br />

En suma, lo correcto o incorrecto de nuestro pensamiento estratégico en el área de la política<br />

exterior, depende mucho de lo que consideremos como la base principal de nuestra<br />

consideración.<br />

Hasta hace poco tiempo para muchos fue la economía, pero parece que ya llegó el tiempo,<br />

-sino de reveer ese estereotipo por completo-, por lo menos, de enriquecerlo con nuevos<br />

paradigmas. Me pregunto cómo una sustancia volátil como es la economía, puede responder<br />

por sí sola a todos los eventos que transcurren en el mundo, siendo que la misma<br />

economía depende de otros componentes mucho menos movedizos. Por ejemplo, de la<br />

ética de producción y del consumo de cada país, del sistema de derecho históricamente<br />

establecido, y de muchos otros componentes de naturaleza cultural, histórica y psicológica,<br />

que en sí son singulares para cada país y para cada pueblo. Parece que hasta ahora, sólo<br />

los especialistas en la “cultura de las negociaciones” han tenido la fuerza de reconocer esta<br />

208


obvia realidad, pero limitado casi exclusivamente a su estrecho dominio: el mundo de negocios<br />

y el dominio del mercado.<br />

Hablando en líneas más generales, destacan culturas poliactivas (rusos, latinoamericanos,<br />

pueblos del sur y del este de Europa, árabes) y monoactivas (anglo-sajones, alemanes, escandinavos).<br />

Las primeras prestan mayor atención a la personalidad de aquel con que se<br />

entabla negociación; mientras que estas últimas, al mismo objeto del negocio; y, de cada<br />

posición, podemos sacar el balance propio de lo positivo y lo negativo. Pero si bien esta<br />

división se encuentra prácticamente confirmada en la esfera del business-making, en otros<br />

casos seguramente ni sería recomendada en los correspondientes manuales.<br />

¿Y los políticos? Ellos todavía están en la línea trasera. Los de EEUU, por ejemplo, continúan<br />

insistiendo en su objetivo: conservar la preponderancia o hegemonía estadounidense<br />

en el mundo, sin pensar mucho en sus contrapartes (todos nosotros). Para alcanzar este fin,<br />

se nos proponen una simple opción: o todos nosotros seremos “como ellos”, o ..simplemente<br />

no seremos (Yugoslavia, Iraq, Siria, Libia, Ucrania).<br />

Muchos científicos norteamericanos anotan que, en gran parte, la cultura política estadounidense<br />

después del fin de la “Guerra Fría”, se transformó en la “cultura de negocios”, que<br />

demanda la “inmediata respuesta” junto a la más rápida acumulación de las ganancias, y<br />

que el slogan “Yo primero” se hizo el lema de los políticos norteamericanos de nuestros días<br />

(Cooper Ramo, 2009: p. 115).<br />

“Los norteamericanos -anota el más grande especialista en la cultura de negocios R. Lewisno<br />

entienden a los otros debido a su aislacionismo y el encerramiento, tanto geográfico,<br />

como mental. Ellos continúan existiendo en todopoderosos “hoyos negros”, aplastados por<br />

las nociones innatas de tal fuerza, que no dan lugar a dudas. Estos “hoyos negros” culturales<br />

no les permiten hacer el análisis exhaustivo de culturas y programas de otros países. Si<br />

Usted cree en el “American Dream”, entonces no necesita nada más” (Lewis, 2013:p. 122).<br />

Por su parte, el politólogo Farid Zakharia añade: “El orgullo de los estadounidenses por<br />

su propio país es absolutamente justificado: lo llamamos patriotismo. Si no, con todo esto,<br />

ellos sinceramente se extrañan de cómo otra gente puede tener orgullo por sus países <br />

Los norteamericanos saben muy superficialmente del mundo de afuera. Ellos casi no saben<br />

idiomas extranjeros, casi no saben nada de las culturas extranjeras, y hasta no piensan en<br />

que esa situación debe ser corregida” (Zakharia, 2008: p.p. 55, 68).<br />

Claro, es muy difícil contar con el posible cambio de esta situación, tanto más que -tal<br />

como lo probó Edward Snowden-, los órganos de la seguridad-inteligencia estadounidenses<br />

rastrean cada paso de sus ciudadanos (y de los extranjeros, inclusive de los jefes de<br />

Estado aliados) que puedan ser “peligrosos” para el sistema (por “saber demasiado”). Los<br />

pasos ulteriores que se pueden esperar, pueden ser todavía peores. 249 ¿Qué peligro conlleva<br />

eso para EEUU?. Los más destacados pensadores políticos estadounidenses (desde Samuel<br />

209


Huntington a Francis Fukuyama) prevén un futuro tormentoso para su país y, naturalmente,<br />

para la comunidad internacional, y una parte de esos pronósticos ya se está presentando<br />

ante nuestros ojos.<br />

Joseph Nye Jr., autor del concepto de la “fuerza inteligente” (“smart power”), aconseja cuajar<br />

los elementos de las fuerza “rígida” y “blanda” (combinar el hard power y el soft power) en<br />

la política exterior de EEUU, con el propósito de prolongar el dominio político-militar<br />

estadounidense en el mundo (según su parecer, “los Estados hegemónicos son necesarios<br />

para la administración global”). Pero este dominio de EEUU, en sus propias palabras, ya<br />

comienza a disminuirse, precisamente porque Washington hasta ahora “no ha comprendido<br />

la cultura y la motivación de los otros” (Nye Jr., 2011: p. 228). Resulta extraño que en su<br />

política internacional EEUU prefiera usar métodos de corto alcance y de efecto temporal,<br />

más aproximados a las muestras de su cultura popular (mass-culture, Shaw business).<br />

De donde vale la pena abrevar en Samuel Huntington, quien llega a afirmar: “Deep imperatives<br />

within American culture impel the United States to be at least a nanny if not a bully in<br />

international affairs” (Huntington, 1996: p. 286). Pareciera que Washington en su política<br />

trata de copiar a los héroes de Hollywood, que para resolver sus problemas recurren a la<br />

fuerza letal: Chuck Norris, Rambo, James Bond, etc., paradigmas culturales muy difíciles<br />

de re-programar, e imposible de que “algún día”, de repente llegue a “comprender” las razones<br />

y los intereses de los otros.<br />

Este paradigma forzoso presupone la obligatoriedad de la existencia de un “enemigo” externo<br />

(Irán, Rusia, China, etc.), preferiblemente un enemigo fuerte (aunque, no tan fuerte<br />

como EEUU mismo). El propio Huntington hizo hincapié en que la ausencia del “enemigo<br />

externo” está afectando la unidad de la sociedad norteamericana y hasta puede causar<br />

“disturbios internos”. Sin este enemigo y basándose en un sólo contrato político, según su<br />

parecer, EEUU “no se sostendrá mucho”.<br />

Si la amenaza externa es poco fundamentada, relativa o periódica, los norteamericanos “no<br />

llegarán al compromiso respecto al rol de la fe anglicana, el idioma inglés y su propia identidad<br />

nacional”. Entonces, “EEUU se convertirá en una floja confederación con el predominio de diferentes<br />

grupos étnicos, políticos y culturales, que de lo común sólo tendrán la ubicación en el<br />

mismo territorio, que antes perteneció a Estados Unidos” (Huntington, 2004: pp. 44, 47. 279).<br />

¿Qué se puede hacer para escapar del “choque de civilizaciones”, con su riesgo para la paz<br />

mundial? Sólo la cooperación entre civilizaciones, dando crédito a una realidad que es todavía<br />

vigente, signada por civilizaciones así lejanas -como la anglo-sajona y la rusa-, apostando<br />

preferiblemente por las más “cercanas”, como la rusa y latinoamericana (culturas poliactivas).<br />

Esta demanda implica encarar de otro modo la tarea del planeamiento estratégico en todos<br />

los niveles, trasladando el esfuerzo de los métodos coyuntural-políticos de hoy, a los científicos<br />

de mañana. Así, académicos de las jefaturas de las cancillerías y órganos de inteligen-<br />

210


cia, -y no personal ocasional-, beneficiados por la fuerte coyuntura política, serán de gran<br />

necesidad para la tarea actual y futura. Los ejemplos de liderazgo con visión estratégica son<br />

bastante raros, pero los hay: en Rusia, tal como se puso de relieve, el académico Evgueni<br />

Primakóv, o en los Estados Unidos Henry Kissinger, por citar dos ejemplos.<br />

En el ámbito de las relaciones multilaterales, los países de América Latina -aún desde los<br />

tiempos de la URSS- han estado más juntos que separados, y a menudo fueron coincidentes<br />

en sus votaciones en la ONU. La URSS tradicionalmente apoyaba las iniciativas de los países<br />

de la región en la Asamblea General, comenzando por la de crear la zona libre de armas<br />

nucleares en Latinoamérica (1967) y terminando por la iniciativa de la “Zona de Paz” en<br />

el Atlántico Sur en 1986. Se sabe del apoyo dado por la URSS a los esfuerzos latinoamericanos<br />

de resolver pacíficamente el conflicto centroamericano, al proceso de Contadora<br />

y del Grupo de Apoyo. Lo mismo se puede decir sobre las iniciativas latinoamericanas de<br />

carácter económico (la lucha por la Declaración de los Derechos y Deberes Económicos<br />

de los Estados) y en la esfera del mantenimiento de la paz regional. Así, no resultó extraño<br />

que los países del “Grupo de Río” y Rusia se manifestaran de manera conjunta contra<br />

la intervención militar de EEUU y de la OTAN en Yugoslavia en 1999, así como que la<br />

mayoría de los países latinoamericanos (y Rusia, también) rechazaron las “razones” de los<br />

EEUU para sancionar la agresión contra Iraq (Chile y México, como miembros no-permanentes<br />

del Consejo de la Seguridad de la ONU, junto con Rusia dieron a conocer que no<br />

aprobarían una resolución). Se sabe que, antes de eso, el entonces Presidente de Brasil, Lula<br />

da Silva, convocó a una conferencia especial internacional sobre Iraq, idea que encontró<br />

el completo apoyo de mi país, pero sin adhesión de EEUU y otros países occidentales. De<br />

igual manera, Rusia y Brasil, apoyados por China e India, junto con la absoluta mayoría de<br />

los países latinoamericanos, no aprobaron el “amplio” empleo de la resolución del Consejo<br />

para bombardear a la población civil de Libia para dar “caza” a Gadafi.<br />

En términos general, hay que subrayar que entre Rusia y la absoluta mayoría de los países<br />

latinoamericanos se observa no solamente una “proximidad o coincidencia de enfoques<br />

hacia los principales problemas globales de hoy” -expresión siempre presente en los documentos<br />

de carácter bi y multilateral de nuestra cooperación-, sino también, la proximidad<br />

de actitudes de más largo alcance, basada en el respeto común a la principal herramienta<br />

para tratar estos problemas: el derecho internacional (DI)<br />

El Derecho internacional (DI) y su contenido cultural-étnico<br />

La fuerza bruta no necesita del derecho. Esto se hace evidente en el ejemplo de un mundo<br />

unipolar, el cual vive según las “reglas” del jugador central del sistema global.<br />

Lo dicho también puede ser aplicado a la bipolaridad, en la cual cada uno de dos actores<br />

211


“de igual responsabilidad” procura desatarse las manos dentro de su zona de influencia.<br />

El DI es aprovechado por ellos sólo para desacreditar al rival en un juego global “de suma<br />

cero”. No obstante, para la interacción de varios jugadores importantes, que disponen de<br />

potencia y influencia más o menos iguales, el DI es necesario per se para garantizar entre<br />

éstos un modus vivendi razonable. Desde este punto de vista se hace muy importante la<br />

interacción entre los participantes del sistema global, cuya actitud hacia el derecho podría<br />

ser calificada -por lo menos- como respetuosa.<br />

La aproximación entre Rusia y los países de América Latina, iniciada hacia el año 2000<br />

(con las visitas de Putin) y fortalecida en 2008 (eventos en el Cáucaso), se vio expresada en<br />

el “ascenso” de esa región en la “escala de prioridades” de Rusia (Concepto de la Política Exterior<br />

del año 2013). Fue el resultado del entendimiento común y basado en derecho de la<br />

existencia de tales problemas, como la formación del mundo multipolar, el fortalecimiento<br />

de la autoridad de la ONU, la creación y el mantenimiento de los sistemas de seguridad regionales,<br />

la lucha contra el terrorismo internacional, contra las amenazas a la cooperación<br />

internacional, la formación de las condiciones no discriminatorias para el comercio internacional<br />

y muchos otras. A mi parecer, la actitud de Latinoamérica hacia el DI responde de<br />

la mejor manera a los imperativos de nuestra época.<br />

Regresando a la cuestión de los bombardeos a Yugoslavia, el politólogo y jurista ecuatoriano<br />

C. Fuentes señaló, que “el interés concreto”, elevado por EEUU y la OTAN “en el<br />

absoluto”, “podría recibir una presentación legal sólo dentro del sistema anglo-americano,<br />

cosa que habría sido totalmente inadmisible dentro del sistema iberoamericano, basado en<br />

el derecho escrito y en los principios “eternos” y bien formulados” (Fuentes, 1999: p.113).<br />

Puede resultar extraño, pues, si recordamos que en EEUU los jueces -que formulan e interpretan<br />

las normas del derecho- no tienen ninguna obligación formal de tomar en cuenta al<br />

DI; cuando, por el contrario, para la absoluta mayoría de los países latinoamericanos esto<br />

es un imperativo constitucional.<br />

Desde mi particular punto de vista la idea de que la cultura legal de los países latinoamericanos<br />

está por encima de la cultura legal de los países del Occidente desarrollado, no parece<br />

demasiado extraña, especialmente en lo que respecta al respeto al DI. Los “gajes” de la<br />

práctica de aplicación del derecho dentro de los propios países latinoamericanos son nada<br />

más que consecuencia del carácter isomórfico de su desarrollo jurídico-estatal. Si volvemos<br />

a recordar la muy famosa fórmula de Karl von Clausewitz “la guerra es nada más que la<br />

continuación de la política por otros medios”, podemos afirmar, basándonos en la historia<br />

de esa región, que tradicionalmente los países latinoamericanos levantaban entre la política<br />

y la guerra muchas más barreras jurídicas, que en cualquier otra región.<br />

Vale la pena destacar el liderazgo de los latinoamericanos en la codificación de gran cantidad<br />

de instrumentos y métodos para la solución pacífica de litigios y controversias interna-<br />

212


cionales y su aporte a la reafirmación de los principios generales del DI: la igualdad, la no<br />

injerencia en los asuntos internos y la integridad territorial.<br />

Los países latinoamericanos introdujeron en la práctica internacional el principio de asilo<br />

político, elaboraron toda una serie de innovaciones importantes en el derecho marítimo,<br />

etc. Ahora, en el seno de la ONU, contribuyen mucho en la corrección y perfección del<br />

principio R2P (Responsibility to protect), con las miras de reformularlo en el “Responsibility<br />

while protecting”. ¿A qué se debe esta actitud positiva de los latinoamericanos hacia el DI?<br />

¿Tal vez, a que “Derecho es el arma de los débiles” (como lo decía el canciller de hierro<br />

Bismarck)? Si es así, ¿no podrían ellos revisar su postura legalista con tiempo?<br />

Durante muchos años el sistema de valores católico, iberoamericano, fue y sigue siendo un<br />

importante factor que cohesiona a la población en cierta unidad cultural-linguística con<br />

sus propias características civilizacionales.<br />

El carácter específico de la conciencia jurídica iberoamericana (incluída la muy actual: atea y<br />

modernista) podría ser explicado por el carácter arraigado del dogma católico, cuya misión<br />

ha sido la búsqueda de la “Ciudad Divina” en la Tierra (las enseñanzas de San Agustín). A<br />

diferencia del paradigma netamente individualista anglo-sajón (culto al “negocio”), el enfoque<br />

iberoamericano se aproxima más a las nociones de moral, justicia universal y buena voluntad,<br />

que cimientan las bases del DI. Ese enfoque es mucho menos dependiente del interés<br />

individual concreto, aunque menos móvil en comparación con el Common Law anglo-sajón.<br />

Las ideas de los padres-fundadores del DI, los españoles Francisco de Vitoria y Francisco<br />

Suárez (siglo XVI), fueron aplicadas en el suelo latinoamericano por los luchadores por la<br />

emancipación de América Latina, particularmente Simón Bolívar y Andrés Bello. El Libertador<br />

vio muy claramente el peligro que representaba EE UU para los pueblos de América Latina,<br />

que, según sus propias palabras, “no deben guiarse por el código de Washington, sino por<br />

la Ley propia, que responda a las condiciones de su vida, a las costumbres y a sus tradiciones<br />

históricas” (Bolívar, 1950, p.p. 279, 680). Por su parte, Andrés Bello, autor de la primera obra<br />

sobre el DI en América Latina (“Principios del derecho internacional de los pueblos, Santiago<br />

de Chile, 1823), rechazaba abiertamente la adoración positivista de la fuerza en la ciencia del<br />

DI occidental, y prefería a ésta la categoría de la justicia (Bello, 1951: 62, p. 511).<br />

La práctica demuestra que mientras la historia de Europa es una historia de guerras, la<br />

de América Latina es, en primer lugar, una historia de la solución legal de los litigios y<br />

contradicciones intrarregionales, una historia de búsqueda de barreras jurídicas contra la<br />

injerencia externa. En el siglo XX el conflicto armado más importante en América Latina<br />

fue la Guerra entre Paraguay y Bolivia (la “Guerra del Chaco”, 1932 – 1935), en el que participaron<br />

directamente en las hostilidades, por ambos lados, unas 100 mil personas. A pesar<br />

de su carácter inhumano, esta contienda no puede ser comparada ni con la Primera, ni<br />

menos aún con la Segunda guerras mundiales. La mayor parte de “guerras” libradas entre<br />

213


sí por países latinoamericanos en los siglos pasado y antepasado, desde nuestro punto de<br />

vista “habitual”, podrían ser consideradas nada más que como conflictos fronterizos.<br />

Naturalmente, no todo en el desarrollo de la ciencia del DI en América Latina y en la<br />

práctica de su aplicación allí era univalente. La influencia de EEUU y el culto de la fuerza<br />

en la filosofía de la “política real” no podían soslayar a América Latina. Con todo esto, la<br />

absoluta mayoría de las guerras intraregionales fueron causadas por los intereses de las<br />

“grandes potencias”. Inclusive, la “Guerra del Chaco” la inspiraron los intereses de rapiña<br />

de la “Standard Oil”. Además, permaneciendo bajo la “sombrilla” protectora de la “Doctrina<br />

de Monroe” y del panamericanismo, y careciendo de lazos suficientemente desarrollados<br />

fuera del hemisferio occidental, los países latinoamericanos prácticamente hasta los<br />

comienzos de la década de los años 70 del siglo XX no eran sujetos de la “gran” política<br />

mundial. Y, consecuentemente, sus esfuerzos para formar una base jurídica sólida en las<br />

relaciones internacionales (v.g. en la Segunda Conferencia de la Paz en la Haya, 1907), en<br />

muchos casos y en muchos aspectos simplemente no eran demandados.<br />

La situación comenzó a cambiar en el fin del siglo XX – comienzos del XXI, debido: a) al<br />

fin de la “guerra fría” o era bipolar; b) al marcado desarrollo político y socio-económico<br />

de los países de la región; c) a la creciente globalización de la economía mundial; y, d) al<br />

comienzo de la declinación de EEUU. No obstante las diferencias de “tonalidad” de las reformas<br />

en los países del “giro a la izquierda”, ocurrido en ese periodo en varios países, hay<br />

que destacar el carácter positivo de este fenómeno que significa per se una nueva toma de<br />

conciencia de los pueblos de la región en el proceso de la formación de su propia civilización<br />

de carácter global con sus cualidades bien singulares.<br />

La crisis económica global, que se convirtió en el funeral de la “magia del mercado” y de las<br />

manifestaciones extremas del individualismo económico, obligan a mirar de otra manera<br />

el papel del Estado en la economía y la política y, en consecuencia, el papel del derecho<br />

como instrumento para regular las voluntades multivectoriales, como forma de hallar y<br />

garantizar los intereses comunes dentro del sistema de postcrisis.<br />

En ese sentido, estoy convencido que la activación de la política exterior rusa respecto a<br />

los países latinoamericanos ha tenido, además de las comprensibles causas geopolíticas<br />

y económicas, también las bastante evidentes connotaciones ético-legales. Probablemente<br />

se debería plantear el problema frente a nuestras autoridades pertinentes de manera más<br />

amplia, pues nuestra antigua noción sobre los “áreas de interés” tradicionales ha quedado<br />

algo obsoleta y requiere ciertas adiciones. Pues, hablando de la influencia rusa en el exterior,<br />

tradicionalmente apelamos a factores tales como los económicos, políticos y militares,<br />

pero es necesario que debamos añadir ahora los factores de la afinidad psicológico-emotiva<br />

entre personas de distintas naciones y culturas respecto a las nociones básicas sobre la<br />

justicia, la moral y el derecho.<br />

214


Así, se revela la última finalidad de los BRICS: establecer el diálogo, continúo e incluyente,<br />

entre las mayores civilizaciones del mundo que comparten las mismas nociones sobre la<br />

justicia, moral y derecho, y luchan por ocupar un lugar en el mundo, que corresponda a su<br />

elevado peso económico, político y cultural. Brasil y la civilización latinoamericana ascendente<br />

ocupan en este esquema un prominente lugar.<br />

No es secreto alguno, que lo viejo nunca cede sus posiciones a lo nuevo sin lucha. Y aunque<br />

los BRICS en todas sus declaraciones siempre insisten que su agrupamiento no se dirige<br />

contra ningún país o grupo de países, sería simplista imaginar que Occidente vaya a acordar<br />

pacíficamente con sus fines. Esto se revela en la actitud poco amistosa de los gobiernos y<br />

medios de comunicación masiva occidentales hacia los BRICS, por su negativa de concordarse<br />

con la ampliación de los derechos de estos países en estructuras tales como el Fondo<br />

Monetario Internacional (FMI) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por la actitud<br />

de algunos representantes del mundo académico occidental, que, aprovechando la temporal<br />

desaceleración económica en algunos de los BRICS, se precipitaron a declarar a otros países<br />

-Polonia, Singapur, Bálticos, etc, como los “nuevos ascendientes” (Ver, por ejemplo, R.<br />

Sharma, 2013). El tónico de esta “revelación” es bastante evidente, pues ninguno de éstos<br />

(u otros) países, ha alcanzando los niveles super positivos del desarrollo económico y, por<br />

ende, lejos están de disputar el poder dominante de EEUU en el mundo; o, en otras palabras,<br />

en este caso jamás ocurrirían los cambios estructurales que el mundo de hoy demanda.<br />

Sin embargo parece, que “El viento de la Historia” (la expresión acuñada por Charles De<br />

Gaulle en los años 60 del siglo XX) sopla en la dirección correcta. Las sanciones contra<br />

Rusia, además de su carácter útil para la economía (en el largo plazo) y la ideología de la<br />

sociedad rusa (donde hay menos y menos gente que todavía cree en la “cooperación igual a<br />

igual” con Occidente), la aproximaron mucho más a los BRICS y a otros países, hartos del<br />

unilateralismo imperante. Si antes Rusia dentro del BRICS se percibía a veces, como “parte<br />

de Occidente”, su exclusión del “G-8” acabó con todas las sospechas, lo que operó, a la vez,<br />

fortaleciendo ese grupo vis-à-vis su homólogo: el “G-8”, pues después de la salida de Rusia<br />

este último se ha convertido en una especie de “parlamento sin oposición”.<br />

Reflexiones finales: percepciones desde Rusia<br />

El mundo de hoy atraviesa un período de transición de gran importancia. Este camino está<br />

lleno tanto de viejos como de nuevos peligros, así como de nuevas oportunidades. Pero,<br />

como dijo el famoso filósofo y teólogo ruso Georgy Fedotov, “lo que en el mundo jamás faltarán:<br />

extremidades”. Si eso es así, debemos ser muy cuidadosos en nuestro planeamiento<br />

político, que en condiciones de absoluta preponderancia de lo material sobre lo espiritual<br />

y de los “derechos” de la persona humana sobre sus obligaciones, no van a tolerar más a los<br />

215


viejos y bien acostumbrados enfoques. Las nuevas amenazas, que han adquirido el carácter<br />

multifacético (terrorismo, narcotráfico, fundamentalismo etc) sólo se fortalecen con las<br />

pautas forzosas de apagarlas. Y estas pautas imperialistas han sido la herencia cultural y el<br />

modo de actuar occidental durante más de 500 años de su dominio en el mundo.<br />

Ahora, para lidiar con estos problemas, nos hacen falta no sólo los enfoques interdisciplinarios,<br />

sino, evidentemente, los portadores de tales enfoques. Cooper Ramo afirma que<br />

“Todo va a exigir un nuevo tipo de paciencia, algo difícil de comprender, en una cultura<br />

que destaca la inmediata gratificación” (Cooper Ramo, Op.Cit.: p. 255). Con todo el respeto<br />

hacia la cultura anglo-sajona, que dio al mundo pensadores gigantes, tales como Toynbee<br />

y muchos otros, resulta por demás dudoso que dicha cultura pueda hacerlo hoy por sí<br />

sola sin la ayuda de otras.<br />

El nuevo tónico del planeamiento político (tanto interno, como externo) debe estar orientado<br />

a las metas de más largo alcance, pues los problemas de hoy tienen el espectro y la<br />

profundidad que no se limitan a 4 u 8 años del ciclo electoral en las modernas democracias<br />

representativas occidentales. Esto da a pensar en la necesidad de mayor independencia<br />

funcional e intelectual de las estructuras responsables de la inteligencia estratégica y del<br />

planeamiento político, que evidentemente deberán agrupar expertos con sólida formación<br />

académica, poco interesados en las coyunturas y preferencias políticas cotidianas, o en la<br />

remuneración económica más allá de sus salarios.<br />

Esta visión de largo alcance y la vocación colectivista-espiritual siempre han sido más características<br />

para las sociedades del Oriente, Rusia y los países latinoamericanos. En parte,<br />

esto explica la sin precedente aproximación entre los BRICS -a la primera vista diferentes<br />

en varios aspectos- y, más particularmente, entre Rusia y los países latinoamericanos, tan<br />

lejanos unos de otros, pero “paradójicamente” encontrados en su comprensión común de<br />

varios importantes componentes de la vida moderna, entre ellos la importancia del DI.<br />

Todo ello tiene un impacto innegable sobre la inteligencia externa rusa (SVR RF), a la<br />

luz del cambio de prioridades de la política exterior rusa con la finalidad de preservar los<br />

intereses nacionales, con efectos positivos en el ámbito de la cooperación e intercambio de<br />

información entre la Federación Rusa y sus pares de América Latina.<br />

Para finalizar, el dilema funcional es el siguiente: o la civilización occidental se une con las<br />

civilizaciones ascendientes del mundo para elaborar juntos y con base científica los nuevos<br />

métodos de la gobernanza global, o debemos prepararnos todavía para los más dramáticos<br />

momentos en la vida humana de nuestro planeta.<br />

216


Bello, A. Obras completas, T.10, Caracas, 1951 – 62, p. 511.<br />

Bolívar, S. Obras completas. T.3, La Habana, 1950, p.p. 279, 680.<br />

Brandon, Piers. The Decline and Fall of the British Empire. London, 2008, p.xix<br />

Cooper Ramo, J. A Era do Imprevisível (traducción portuguesa) Lisboa, 2009, p. 115.<br />

Fuentes, C. Kósovo y el Nuevo orden internacional. – ALAI. América Latina en movimiento. Quito, 26 V. 1999, p.113.<br />

Huntington, S. The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order. NY, 1996, p. 286.<br />

Huntington, S. Who Are We? (Traducción al ruso). Moscú, 2004, p.p. 44, 47. 279.<br />

Lewis, R. When Cultures Collide. Leading Across Cultures. (Traducción al ruso), Moscú, 2013, p. 122.<br />

Moscow State Institute of International Relations (MGIMO), MID RF. Informe analítico. Potencial de la influencia<br />

internacional y la efectividad de la política exterior (2008 – comienzo de 2009). Moscú, 2009 (en ruso).<br />

Nye Jr., Joseph. The Future of Power. N.Y., 2011, p. 228.<br />

R. Sharma Países emergentes. Madrid, 2013.<br />

Zakharia, F. The Post-American World. N.Y., 2008 (Traducción al ruso), Moscú, 2008, p.p. 55, 68.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

217


218


El concepto de Estado<br />

disfuncional y la inteligencia<br />

estratégica<br />

Karol Derwich<br />

INTRODUCCIÓN<br />

En los albores del siglo XXI se presenta un nuevo interés por el concepto de Estado. La visible<br />

antipatía sobre el fenómeno de la globalización, operada en los últimos años del siglo<br />

pasado y el papel cada vez más importante de los actores no-estatales -tanto en la esfera<br />

de las relaciones internacionales como en la dimensión interna del funcionamiento de los<br />

Estados-, trajo como resultado la creencia sobre un papel mucho más débil del Estado.<br />

Aunque esta conclusión pareciera ser una opción, simultáneamente este hecho se erige en<br />

un desafío para los Estados, puesto que la realidad variable no produce una desaparición de<br />

los Estados, aunque cambia el equilibrio del sistema internacional, donde los actores más<br />

importantes aún son los Estados-nación.<br />

Así, es posible observar un papel variable y nuevas formas de influencia de los Estados en<br />

el sistema internacional. Al mismo tiempo, frente al Estado, se imponen nuevos retos, que<br />

dirigen los cambios en su funcionamiento y en su dimensión interna. Regresa, con fuerza,<br />

la pregunta efectuada por los primeros teóricos del Estado, sobre cuáles funciones debería<br />

reservarse al Estado y cuáles a sus ciudadanos.<br />

Durante los siglos XX y XXI se mostró, muy claramente, que la competencia creciente por<br />

parte de los actores no-estatales no significó el fin de los Estados. Por el contrario, acontecimientos<br />

de las últimas décadas pusieron de relieve que los Estados todavía juegan un papel<br />

importante. Lo que constituye una novedad para los actores estatales son las amenazas, es<br />

decir, la aparición de nuevos actores, que frecuentemente compiten con la institución del<br />

Estado. Las amenazas tradicionales para los Estados-nación eran otros Estados-nación. Se<br />

219


trataba del fenómeno de las guerras interestatales o convencionales y los Estados-nación<br />

como los únicos actores de importancia en las relaciones internacionales. Actualmente,<br />

mucho más frecuentemente, la prioridad de los Estados no es la competencia con terceros<br />

Estados; lo que resulta un desafío son las nuevas amenazas constituidas por los actores<br />

no-estatales. Todavía existen conflictos entre los Estados, pero indudablemente la guerra<br />

más conocida de los primeros años del siglo XXI, es la guerra contra el terrorismo declarada<br />

por los Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Igualmente,<br />

destaca la guerra contra el narcotráfico realizada en México o Colombia. En otras<br />

palabras, en muchos Estados, los enemigos no son Estados vecinos o imperios del mundo<br />

contemporáneo, sino grupos armados activos en sus territorios, que efectivamente se convierten<br />

en elementos de desestabilización interna de los Estados, obstruyendo así el normal<br />

funcionamiento de las instituciones estatales. Una amenaza real para algunos Estados, son<br />

los grupos de la delincuencia organizada, cuyas actividades son muy diversas: tráfico de<br />

armas, drogas, de personas, órganos, materias primas o lavado de dinero, entre otras.<br />

Muchos Estados con problemas económicos y sociales muy graves, tienen que hacer frente a<br />

empresas transnacionales, que se aprovechan de las dificultades propias de cada Estado particular<br />

para sus propios fines, forzando así a los gobiernos a suscribir acuerdos que resultan<br />

-en una perspectiva más larga- en graves problemas, por ejemplo en materia de medio ambiente.<br />

Finalmente, hay Estados que hoy en día no son capaces de enfrentar exitosamente a<br />

los efectos de los desastres naturales, crisis humanitarias o lidiar con conflictos internos originados<br />

por divisiones étnicas o religiosas, lo que suele conducir a caos difíciles de superar.<br />

1.- El significado de la disfuncionalidad del Estado<br />

Paradójicamente, en situaciones de crisis muy graves aparece de manera especial la necesidad<br />

constante de la existencia de la institucionalidad del Estado fuerte y efectivo. Frente<br />

a la existencia de necesidades especiales del ser humano, su satisfacción sólo puede ser<br />

garantizada por las instituciones que se activan dentro de un Estado fuerte. En efecto, entre<br />

los peligros a la seguridad internacional, se enumera exactamente la caída de los Estados<br />

y los denominados Estados fallidos. En este orden de ideas, podemos decir que la disfuncionalidad<br />

progresiva del Estado constituye una amenaza para sus propios ciudadanos,<br />

quienes no pueden depositar su esperanza en el Estado, que no es capaz de cumplir con<br />

sus propios fines.<br />

La existencia de los Estados disfuncionales, en una de las formas más grave, es un Estado<br />

fallido, el cual constituye también una amenaza seria a la paz y seguridad internacionales,<br />

por erigirse en fuente de desestabilización que, por lo general, se convierten en un factor<br />

que influye significativamente en los países vecinos.<br />

220


El desarrollo de los actores no-estatales produce también situaciones en las que este tipo de<br />

sujetos -como por ejemplo los grupos terroristas o los de la delincuencia organizada- utilizan<br />

el territorio de los Estados disfuncionales como santuarios para sus propios intereses.<br />

El problema de los Estados disfuncionales es serio no sólo en el sentido cuantitativo sino<br />

también en el analítico. Los últimos años del siglo XX y los primeros del actual, llevaron a<br />

una serie de incidentes en exceso, de los cuales el número de los Estado que no son capaces<br />

de cumplir con sus funciones básicas, son sometidos a evaluación. Sin duda, la escala de este<br />

problema es más grande en el continente africano, pero no faltan los ejemplos de este tipo<br />

de Estados en Asia y el fenómeno de la disfuncionalidad del Estado está también presente en<br />

la región de América Latina y el Caribe. En algunos países latinoamericanos, por ejemplo,<br />

es posible observar serios problemas con el funcionamiento de las instituciones estatales.<br />

Por muchos años uno de los ejemplos más obvios de un Estado fallido en Latinoamérica<br />

era Colombia. Hoy día, gracias a las informaciones en medios de comunicación sobre las<br />

actividades de los cárteles de droga, se menciona a México como un ejemplo de este tipo de<br />

Estado. Aunque, algunos reportes no confirman que el problema de la caída de Estados sea<br />

grave en Latinoamérica. Lo que no significa que no haya Estados disfuncionales. Basta citar<br />

al Fragile States Index preparado cada año desde 2005 por el Fund for Peace think tank y el<br />

periódico Foreign Policy. Los países de América Latina no ocupan los primeros puestos en<br />

esta lista, pero esto no significa que no haya Estados disfuncionales en la región.<br />

Aunque, al tema de los Estados disfuncionales y las amenazas que ello trae aparejado para<br />

el mundo contemporáneo, todavía faltan criterios y definiciones precisas que permitan<br />

entender qué se entiende por este término. Esto confirma la tesis formulada por los autores<br />

del libro Donnors and the ‘Fragile States’ Agenda quienes señalan que el término Estado<br />

fallido es utilizado muy subjetivamente para describir a un grupo de países (Commack,<br />

McLeod, Menocal, Christiansen, 2006). En efecto, las clasificaciones de los Estado fallidos<br />

en boga son muy diferentes. En esta situación una respuesta a la pregunta de qué significa<br />

el término Estado fallido o Estado disfuncional cobra gran importancia. ¿Quizás sería necesario<br />

regresar al entendimiento clásico del Estado y, en el proceso de análisis del funcionamiento<br />

de Estados, usarlo como principal punto de referencia?<br />

Una de las teorías del Estado más importantes en la historia de la ciencia sobre el Estado<br />

es la del sociólogo alemán Max Weber, la que podría ser descrita como una teoría minimalista,<br />

porque se basa, en realidad, sobre una condición mínima del funcionamiento del Estado.<br />

Esta condición mínima es el monopolio legítimo del uso de la fuerza para garantizar<br />

la ley y el orden (Weber, 1983). Pero, hoy día la referencia a la concepción de Max Weber,<br />

basada en el monopolio del uso de la fuerza tampoco explica el fenómeno de la caída de<br />

los Estados. Muchas veces se enfatiza el argumento en virtud del cual dicha teoría se limita<br />

a evaluar las experiencias europeas y norteamericanas y no siempre puede funcionar en<br />

221


las realidades de otras regiones y culturas. Por lo tanto, un carácter muy complicado de los<br />

fenómenos que contemporáneamente tienen lugar, tanto dentro de los países como en el<br />

sistema internacional, resulta en la necesidad de tomar en cuenta también otros criterios.<br />

Suponiendo que la concepción basada en el modelo de Estado de Westfalia (1648) en las<br />

últimas décadas esté cambiando significativamente, resulta difícil negar la tesis de que el<br />

Estado todavía es una forma básica de organización social en el mundo contemporáneo.<br />

Ahora bien, la preocupación más grande es el hecho de que -aceptando como fundamento<br />

la discusión sobre el entendimiento del Estado basado en el criterio de la triada territorio,<br />

población, soberanía, apoyado por el criterio de la autoridad estatal- los problemas más graves<br />

residen en el funcionamiento de la institución del Estado. Esto se puso al desnudo particularmente<br />

después de los ataques del 11 de septiembre 2001 en los Estados Unidos. Estos<br />

ataques terroristas mostraron la incapacidad de un Estado de controlar lo que ocurre en su<br />

propio territorio. Esto no trajo aparejado sólo un problema interno: los ataques del 11/09<br />

aclararon muy fuertemente que los problemas internos del Estado tienen una importancia<br />

muy grande también para otros sujetos del sistema internacional, incluyendo otros Estados.<br />

En este contexto, en el sistema internacional contemporáneo se debería poner especial<br />

atención en que el papel de los Estados, aunque cambia, todavía es fundamental. Entonces,<br />

no se puede estar de acuerdo con una constatación según la cual se observa un crepúsculo<br />

u ocaso del papel del Estado como actor principal de las relaciones internacionales.<br />

Todavía los Estados son la forma principal de organización de los individuos. De donde,<br />

el problema de su mal funcionamiento debería ser objeto de una gran reflexión científica,<br />

tanto en el campo de la teoría del Estado, como en las propias relaciones internacionales.<br />

En tiempos pasados, los Estados que no eran capaces de ejercer un control efectivo sobre su<br />

territorio o cuyas autoridades no eran capaces de mantener la soberanía, desaparecían del<br />

mapa del mundo, mientras que sus territorios eran anexados por sus vecinos o eran objeto<br />

de procesos de colonización por los imperios.<br />

Actualmente, este tipo de situación generalmente no existe en la práctica, aunque, el problema<br />

del declive de los países no ha desaparecido. Muy por el contrario, en el caso de algunos<br />

países, la descomposición de la institución del Estado es muy grave. No sólo los ataques<br />

terroristas a los Estados Unidos en septiembre de 2001, efectuados por los terroristas del<br />

grupo que utilizó la incapacidad de las autoridades de Afganistán de controlar su territorio<br />

son un ejemplo de este tipo de situación. En las últimas décadas, destaca una opinión<br />

internacional que hace hincapié en la incapacidad de las instituciones estatales de realizar<br />

sus funciones básicas, que en varias situaciones deviene en crisis con efectos humanitarios<br />

devastadores. Se pueden mencionar, a modo de ilustración, las catástrofes de hambre cíclicas<br />

en Somalia, los conflictos armados intestinos en Sudán, que a la postre derivaron en<br />

la división de este Estado, o la incapacidad de las autoridades de Haití para organizar una<br />

222


acción de rescate después del trágico terremoto en enero do 2010. Estos ejemplos, entre<br />

muchos más, demuestran de una manera muy fuerte que la descomposición institucional<br />

de los Estados puede conducir a efectos muy trágicos, tanto en la dimensión interna como<br />

externa. Esto significa que un análisis -tanto en el sentido teórico, como práctico- sobre el<br />

fenómeno de disfuncionalidad del Estado resulta vitalmente necesario.<br />

2.- El concepto del Estado disfuncional<br />

Abordar el concepto de Estado disfuncional no es tarea fácil, si se considera el hecho de que<br />

hoy en día existe gran variedad de teorías que aspiran a explicar qué es el Estado o cómo<br />

debería ser organizado, así como debates continuos dedicados a las funciones y fines que<br />

debe realizar un Estado en relación con sus ciudadanos.<br />

En estudios dedicados a este tema, se puede encontrar gran variedad de términos utilizados<br />

para describir, nombrar o clasificar a los Estados con serios problemas en su funcionamiento.<br />

Se trata de vocablos a los que se suele recurrir alternativamente, tales como<br />

Estado fallido, Estado colapsado, débil, en crisis, o disfuncional. Esto conduce a muchas<br />

imprecisiones no sólo terminológicas, sino que también dificultan el análisis del problema.<br />

Un término usado más frecuentemente es el de Estado Fallido (failed state). Pero, el hecho<br />

que sea usado más frecuentemente, no significa automáticamente que sea el mejor y que<br />

refleje el problema de una mejor manera. Incluso, problemas en el funcionamiento del<br />

Estado no siempre significan que este sea un Estado fallido.<br />

El proceso de caída del Estado (state failure) pone al desnudo la complejidad del fenómeno.<br />

Se trata de un proceso que tiene diferentes etapas o fases. Esto significa que las autoridades de<br />

un Estado pierden su capacidad de realizar funciones y tareas para las que el Estado fue creado.<br />

Pero, no se puede considerar como fallido un Estado que tiene -en ocasiones, muy fuertes-<br />

problemas con su sistema de salud. Esta es, sin duda, una de las áreas más importantes de<br />

la actividad del Estado, pero es sólo una, que lejos está de arriesgar la existencia del Estado.<br />

En rigor, la caída del Estado tiene lugar en una situación en la cual las autoridades no son<br />

capaces de cumplir alguna de las funciones mínimas del Estado. Entonces, se puede decir<br />

que la caída del Estado se presenta cuando sus autoridades no pueden controlar lo que<br />

pasa en el territorio del Estado, cuando no pueden efectivamente imponer su soberanía ni<br />

tienen capacidad de asegurar para sus ciudadanos niveles básicos de seguridad.<br />

Así, según el politólogo polaco, Stanisław Bieleń, se puede decir que la caída del Estado<br />

ocurre en las siguientes situaciones: 1) la pérdida de la legitimación de las autoridades por<br />

parte de la sociedad en el ejercicio del poder; 2) el fin de la identificación de los ciudadanos<br />

con las autoridades; 3) la desaparición de las funciones administrativas, económicas,<br />

sociales y culturales del Estado; 4) la pérdida del sentido de responsabilidad por parte de<br />

223


los miembros del aparato burocrático; 5) la debilidad extrema en el área de ley y orden que<br />

conduce a la violencia y al caos; 6) la ausencia de instituciones capaces de representar al<br />

Estado en las relaciones internacionales (Bieleń, 2009).<br />

Mientras que cuanto mayor sea la disfuncionalidad del Estado en la realización de las funciones<br />

indispensables para el cumplimiento de las condiciones mínimas de su existencia o<br />

razón de ser, mayor es la probabilidad de la caída del Estado.<br />

En tanto que una prueba interesante del análisis del proceso de disfuncionalidad del Estado<br />

es la que presentan Robert Potocki y Marta Kocoń. De conformidad con estos autores, la<br />

coincidencia de un nivel muy bajo de desarrollo económico, la pobreza extrema junto con<br />

el subdesarrollo institucional y estructural del Estado y la tradición del gobierno basada<br />

sobre el modelo presidencial–oligárquico, constituye la causa más importante de la disfuncionalidad<br />

del Estado. Los síntomas de esta disfuncionalidad pueden ser una debilidad<br />

funcional e institucional del Estado, la deslegitimación de las autoridades, la desmonopolización<br />

del poder administrativo y militar, la fragmentación de la sociedad y la descomposición<br />

territorial del Estado. Esto conduce, frecuentemente, a la desestabilización no sólo en<br />

la dimensión interna, sino también externa. Los efectos de la disfuncionalidad progresiva<br />

se presentan bajo la modalidad de conflictos regionales, violación sistemática de los derechos<br />

humanos, eclosión del problema de los refugiados o accionar abierto de la delincuencia<br />

organizada (Potocki, Kocoń, 2006). Mientras que, como una característica básica de los<br />

países disfuncionales, estos tratadistas destacan los conflictos internos crónicos así como<br />

participantes armados que están poco interesados en el triunfo final y la toma del poder del<br />

Estado, ya que su fin es el conflicto permanente y el caos que resulta de eso, con el objeto<br />

de maximizar sus beneficios.<br />

Por otro lado, una de las autoridades más reconocidas en la materia, Robert Rotberg, propone<br />

la división entre países fuertes, débiles y fallidos. Según este académico estadounidense,<br />

la condición sobre la cual está un Estado, decide la variedad de los criterios, como<br />

por ejemplo, los criterios políticos y, entre ellos, como más importantes aparecen el sistema<br />

judicial efectivo, las normas legales obligatorias, el respeto de las reglas dedicadas al derecho<br />

de propiedad así como el respeto de los acuerdos, la posibilidad de participación<br />

ciudadana en la vida pública del Estado con un respeto a los derechos y libertades cívicas<br />

básicas. En los siguientes puestos el mismo autor menciona la existencia del sistema de<br />

salud, la capacidad del Estado para asegurar a sus ciudadanos el derecho a la educación, y<br />

un sistema bancario efectivo (Rotberg, 2004). Y según la capacidad del Estado en cumplir<br />

o no con estas funciones, puede clasificarse como Estado fuerte, débil o fallido.<br />

Los Estados fuertes desempeñan sus funciones satisfactoriamente, mientras que los países<br />

débiles, que es el término equivalente a disfuncional, tienen varias dificultades con esto.<br />

En el caso de los Estados disfuncionales o débiles como los describe Rotberg, si bien no<br />

224


tienen problemas con el cumplimiento de algunas de sus tarea, simultáneamente, no son<br />

capaces de realizar efectivamente otras. Cuantas más áreas de un Estado no sean capaces<br />

de funcionar, más avanzada será su disfuncionalidad. La fase más grave de disfuncionalidad<br />

es Estado fallido (Rotberg, 2003). Este tipo de Estado no es capaz de cumplir con sus<br />

funciones básicas o elementales. En muchos casos, este tipo de Estado está sumergido en<br />

una ola de violencia que puede ser descrito como fallido. Ejemplo de este tipo de situación<br />

es México, donde la explosión de violencia conectada con el funcionamiento de los cárteles<br />

de la droga y la muy grave disfuncionalidad del Estado en el área de la seguridad pública,<br />

no significa que México devenga en un Estado fallido.<br />

Lo que caracteriza a los Estados en la fase más grave de su disfuncionalidad es el hecho de<br />

que los conflictos tengan un carácter crónico y permanente. Basta ilustrar esto con el caso<br />

de Somalia, donde desde los años ochenta del siglo XX existe un conflicto entre varios<br />

grupos armados. Situación parecida tiene lugar en Haití, donde el conflicto armado se<br />

mantiene en forma sostenida desde la caída de la dictadura de la dinastía Duvalier en 1986<br />

hasta el fin del ejercicio del poder por parte de Jean-Bertrand Aristide en 2004.<br />

Sin duda, uno de los factores más importantes de la disfuncionalidad del Estado, descansa<br />

en la falta de control sobre su propio territorio. Esto puede resultar en la aparición, en los<br />

territorios no controlados, de autoridades alternativas, tendencias separatistas e, incluso,<br />

en el funcionamiento de grupos terroristas o del crimen organizado. Ejemplo de este tipo<br />

de situación es Paquistán, donde las autoridades no controlan la frontera con Afganistán.<br />

La disfuncionalidad de ambos países en esta área resulta en la situación en virtud de la cual<br />

la zona fronteriza es el lugar ideal para el desarrollo de grupos terroristas. La incapacidad<br />

de controlar su territorio y las zonas fronterizas servía como un argumento para designar<br />

a Colombia en los años ochenta y noventa del siglo XX como Estado fallido. Los grupos<br />

guerrilleros que funcionaban en Colombia, controlaban gran parte de su territorio y llegaron<br />

a imponer autoridades alternativas en las últimas décadas del siglo pasado (Derwich,<br />

2014, Gawrycki, 2007).<br />

El Estado fallido, que significa una fase más grave de disfuncionalidad, es también un Estado<br />

que no puede asegurar a sus ciudadanos los derechos básicos, entre ellos, el derecho a la<br />

seguridad. En muchos casos, esto es un efecto del colapso total de las instituciones responsables<br />

de velar por la seguridad. Cuando estos fenómenos coinciden en el mismo tiempo<br />

y están apoyados por la disfuncionalidad en otras áreas, como por ejemplo la incapacidad<br />

de crear y administrar la infraestructura indispensable para el funcionamiento propio de la<br />

sociedad, se puede hablar con propiedad de un Estado fallido.<br />

Mientras que Stephen Ellis sugiere dos características fundamentales del Estado Fallido:<br />

incapacidad de asegurar el reconocimiento de la ley dentro de su territorio e incapacidad<br />

de cumplir con sus obligaciones internacionales (Ellis, 2005). La primera característica<br />

225


puede ser descrita como “tradicional”, pero la segunda es una novedad. En este caso, se<br />

pone la atención sobre un aspecto internacional de la caída del Estado, sobre su capacidad<br />

de mantener las relaciones con otros Estados en el concierto de las naciones.<br />

Si bien en el pasado los países también fracasaban, los efectos eran muy diferentes de los<br />

que se pueden constatar en los tiempos contemporáneos. Históricamente, los Estados incapaces<br />

de un funcionamiento independiente, desaparecían por el efecto absorción de sus<br />

territorios de la mano de países vecinos. Hoy día, aún la disfuncionalidad más grave no<br />

resulta en descomposición de sus territorios por otros Estados. Esto no significa que la caída<br />

del Estado no influya en la esfera de las relaciones internacionales. La disfuncionalidad<br />

progresiva, y en última etapa el fracaso del Estado, puede conducir a efectos que sobrepasan<br />

significativamente las fronteras de ese país. Por ejemplo, una ola de refugiados puede,<br />

efectivamente, desestabilizar la situación interna de países vecinos. Los actores no estatales<br />

que explotan el territorio del Estado fallido pueden desear expandir sus actividades a territorios<br />

de otros Estados.<br />

La falta del control efectivo de las autoridades sobre el territorio estatal puede conducir a<br />

su utilización por varios actores. En efecto, este territorio puede ser usado por diferentes<br />

actores, tales como los grupos terroristas (es el caso de Yemen), como lugar de producción<br />

de armas de destrucción masiva o para cultivo de substancias ilegales (como en Afganistán).<br />

Un conflicto armado y la guerra interna en un Estado pueden afectar en su apariencia<br />

a los conflictos en los países vecinos y conducir a su fracaso. Este tipo de situación se podía<br />

observar en el caso de guerra interna en Libia y sus efectos dramáticos sobre la situación<br />

interna de Mali, que en muy poco tiempo se convirtió en un Estado en la fase más grave de<br />

disfuncionalidad (Kłosowicz, Mormul, 2013).<br />

Entonces, si por un Estado fallido se considera un Estado en el cual tuvo lugar una descomposición<br />

real de las autoridades, resulta pertinente preguntarse sobre la capacidad de<br />

funcionamiento de este tipo de Estado en la arena internacional. En oposición a los Estados<br />

disfuncionales, un Estado fallido constituye un problema muy serio del derecho internacional,<br />

ya que esta rama del derecho no supone la existencia de un Estado sin autoridades.<br />

Aunque, la práctica muestra que estas situaciones pueden aparecer. Otra vez Somalia puede<br />

ser mencionada como ejemplo (Dudkiewicz, 2013). Esto es también un criterio muy<br />

importante en la diferenciación entre un Estado fallido y uno disfuncional. Este último no<br />

pierde sus atributos soberanos y es capaz -con dificultades más o menos graves- de preservar<br />

sus obligaciones internacionales.<br />

Desde el punto de vista del derecho internacional, la situación legal del Estado fallido es<br />

muy compleja. Cabe preguntarse si el hecho de descomposición de las autoridades estatales<br />

puede ser usado como justificación para retirar el reconocimiento internacional de<br />

este tipo de Estado. Y si lo es, ¿puede ser usado para justificar una intervención armada<br />

226


en su territorio, por ejemplo como misión humanitaria para la población que vive en su<br />

territorio? (Kłosowicz, 2013, Zajadło, 2005). Tal parece que la posición dominante es que<br />

el fracaso del Estado no puede ser justificación de una conquista de su territorio por otros<br />

países. El Estado fallido no es capaz de funcionar en la esfera de las relaciones internacionales,<br />

pero no pierde su subjetividad en el derecho internacional, puesto que todavía<br />

mantiene su capacidad legal; en todo caso, el problema es su incapacidad de realizarla en<br />

la práctica (Zajadło, 2005).<br />

Estas reflexiones sobre la disfuncionalidad del Estado y su caída conducen a varias conclusiones.<br />

Primero, se pueden identificar faltas en definiciones básicas. La variedad de términos<br />

y descripciones que aparecen en el contexto del fenómeno analizado en este texto<br />

dirige a un caos y hace difícil la realización de un análisis académico y la solución práctica<br />

de aquellos problemas conectados con la disfuncionalidad del Estado, especialmente con<br />

su forma más grave, de Estado fallido.<br />

Segundo, falta una tipología universal que permitirá preparar una gradación del fenómeno<br />

de disfuncionalidad. ¿Qué hace que un Estado sea fallido? La variedad de criterios que se<br />

están usando, con los problemas terminológicos aparejados, causa una serie de dificultades.<br />

Si actualmente como ejemplo clásico de Estado fallido se menciona Somalia, debemos<br />

preguntarnos si resulta propio y justificado usar el mismo término para Nigeria, Haiti y<br />

Yemen. ¿Y qué hacer con países como México que, en los últimos años, también ha sido<br />

descrito como Estado fallido? ¿Cuándo se debería hablar de Estado disfuncional y cuándo<br />

de Estado fallido?<br />

Por otra parte, si hay un Estado fallido en el cual tiene lugar una catástrofe humanitaria es<br />

muy importante decidir si se puede llevar a cabo una intervención humanitaria. ¿Quién y<br />

sobre qué criterios puede decidir que este Estado es fracasado, que podría dar lugar a un<br />

mandato para la realización de este tipo de intervención, que es una forma de violación de<br />

la soberanía? No obstante, hay opiniones de que la categoría de Estado fallido fue creada<br />

por los intereses subjetivos de algunos actores internacionales (Rybkowski, 2012). En el<br />

contexto de dilemas tan fuertes, un análisis académico del fenómeno de la disfuncionalidad<br />

del Estado parece justificado y pertinente, pues puede dar consejos sobre cómo comportarse<br />

en la práctica en situaciones cuando aparece el problema de la disfuncionalidad<br />

progresiva del Estado.<br />

Cabe señalar el hecho de que importantes actores del sistema internacional como Estados<br />

Unidos y la Unión Europea incluyen en sus estrategias de seguridad el fenómeno de<br />

la disfuncionalidad del Estado. Así, podemos asumir como una consecuencia natural de<br />

los ataques del 11/9, su inclusión en la Estrategia Nacional de Seguridad de los Estados<br />

Unidos en 2002 que a la letra reza: “Estados débiles, como Afganistán, pueden constituir<br />

para nosotros un peligro tan grande como Estados fuertes.” En este documento George<br />

227


W. Bush Jr. mencionó como uno de los fines “ayuda en el fortalecimiento de los Estados<br />

frágiles” (US National Security Strategy, 2002). También la administración del presidente<br />

Barack Obama pone especial atención sobre la amenaza por parte de los Estados fallidos en<br />

su Estrategia de Seguridad Nacional del año 2010. El documento acepta que los países en<br />

fracaso (failing states) contribuyen a la amenaza de los conflictos armados y son un peligro<br />

en la dimensión regional y global (US National Security Strategy, 2010). De manera similar<br />

se identifica como amenaza a los Estados disfuncionales en la Estrategia Europea de Seguridad<br />

preparada por la Unión Europea en el año 2003. Según este documento, los países<br />

miembros de la Unión Europea ven el mayor peligro en fenómenos tales como: terrorismo,<br />

proliferación de armas de destrucción masiva, conflictos regionales, delincuencia organizada<br />

y Estados fallidos (European Security Strategy, 2003).<br />

Recapitulando, los Estados disfuncionales, especialmente en su forma más grave como Estados<br />

fallidos, constituyen un desafío muy serio, tanto por su orden interno como para el<br />

régimen legal internacional. En la dimensión práctica, este tipo de Estados son una fuente<br />

importante de amenazas civilizadoras y humanitarias en el mundo contemporáneo.<br />

3. Disfuncionalidad del Estado e inteligencia estratégica<br />

La disfuncionalidad del Estado puede ocurrir en varias áreas de su actividad. Aunque,<br />

siempre cuando aparecen los problemas en el funcionamiento de las instituciones estatales,<br />

la situación es peligrosa y constituye una amenaza importante. En la región de América<br />

Latina dicha disfuncionalidad no es tan extendida como en África o en parte del continente<br />

asiático, pero no deja de ser un problema significativo. Desde el punto de vista del funcionamiento<br />

del Estado esto es muy importante, ya que la mayoría de los Estados de la región<br />

latinoamericana sufren de disfuncionalidad, particularmente en el área de seguridad, que<br />

se halla presente en la mayoría de los Estados latinoamericanos.<br />

En algunos casos, como México, Honduras, Guatemala, Colombia o Venezuela, la disfuncionalidad<br />

en esta esfera es muy grave y conduce a la crisis. Esta tesis está confirmada en el<br />

Fragile States Index, donde todos estos países reciben en este ranking las peores calificaciones<br />

en la esfera de la seguridad y los derechos humanos.<br />

Ahora bien, al considerar el fenómeno de la disfuncionalidad en el contexto de la inteligencia<br />

estratégica, se debería poner atención a dos tipos de efectos, los cuales pueden resultar<br />

en la incapacidad progresiva del Estado para la realización de sus objetivos principales.<br />

Primero, se debe enfatizar en el fenómeno de disfuncionalidad de este tipo de servicio (de<br />

inteligencia) en los Estados disfuncionales. Segundo, es importante desde el punto de vista<br />

del análisis de este fenómeno, cómo influye el proceso de obtención de la información por<br />

parte de los servicios de terceros países y el proceso de toma de decisión por ellos. Mante-<br />

228


niendo este tipo de análisis, el tema de la definición de qué es o qué no es la inteligencia estratégica,<br />

no es prioritario. Estas definiciones están siendo analizadas muy detalladamente<br />

en otras partes de la presente obra.<br />

Por ello, en este capítulo se adopta una definición muy general, propuesta por José Gabriel<br />

Paz, en el sentido de que: “inteligencia estratégica nacional es el conocimiento procesado y<br />

especializado, elaborado en el más alto nivel, con la finalidad de satisfacer las necesidades<br />

de la conducción política–estratégica para el proceso de toma de decisiones, siendo por<br />

tanto una institución mayormente civil” (Paz, 2014). Simultáneamente, este autor mantiene<br />

que la inteligencia estratégica militar es aquella que en particular estudia el factor de poder<br />

militar de aquellos países que se consideran enemigos u oponentes reales o potenciales,<br />

para satisfacer las necesidades de la conducción estratégica militar.<br />

Entonces, la inteligencia estratégica puede ser analizada en tres niveles: el nivel estatal, el nivel<br />

no-estatal (corporaciones transnacionales, organizaciones internacionales no gubernamentales,<br />

instituciones científicas y académicas) y el nivel que incluye todos los otros sujetos e<br />

individuos que están dedicados a la obtención de información y que pueden tener una gran<br />

importancia, y, a veces, pueden construir una amenaza significativa (Castillo Arias, 2010).<br />

Parece natural que el nivel más importante es el primero, aunque, si se analiza la inteligencia<br />

estratégica en el contexto de la disfuncionalidad del Estado, es muy relevante observar<br />

también los dos últimos niveles o dimensiones.<br />

Si se tiene en cuenta que los países todavía son los actores más importantes del sistema<br />

internacional, así como el crecimiento del papel de los actores no estatales, el acceso a la<br />

información es cada vez más importante. En efecto, un mejor acceso a la información de<br />

las áreas política, economía, seguridad, relaciones internacionales y otros, mejora las posibilidades<br />

de responder a nuevas amenazas, mejora las capacidades de asegurarse ante estas<br />

amenazas, y proporciona más eficacia a las actividades del Estado.<br />

Pero la condición para estos beneficios es la existencia de instituciones estatales fuertes y<br />

eficaces. Si en un Estado hay una disfuncionalidad progresiva, de manera natural influye<br />

también en las capacidades de obtención de información clave para el funcionamiento en<br />

la dimensión interna y externa, y usarlas para tomar decisiones propias.<br />

La disfuncionalidad del Estado puede ocurrir de diferentes maneras. Si analizamos este fenómeno<br />

en la región de América Latina y el Caribe, es fácil concluir que uno de los indicios<br />

de la disfuncionalidad progresiva en algunos Estados es la corrupción y el clientelismo. La<br />

existencia de este tipo de fenómenos negativos constituye una amenaza muy seria para el<br />

funcionamiento propio de la inteligencia estratégica. Un nivel alto de corrupción entre los<br />

funcionarios estatales, puede dar como resultado la cooperación con los sujetos que son<br />

excluidos del acceso a cierto tipo de información.<br />

El indicio más flagrante de este tipo de situación está en proporcionar esa información a<br />

229


otros actores estatales pero -que en la realidad de los Estados disfuncionales puede ser más<br />

probable y más peligroso- a varios actores no-estatales. Muchas veces se trata de grupos de<br />

la delincuencia organizada, que disponen de recursos financieros enormes, incluyendo la<br />

capacidad de obtener las informaciones necesarias para realizar sus actividades.<br />

Por ende, estos grupos frecuentemente usan importantes recursos financieros para corromper<br />

a los funcionarios estatales y estar así en condiciones de obtener información crítica.<br />

Ejemplos de este tipo de búsqueda de información por grupos criminales hay, desgraciadamente,<br />

muchos; uno de ellos es el caso del otrora titular del Instituto Nacional de Combate<br />

a las Drogas de México -general José de Jesús Gutiérrez Rebollo- quien cooperaba con el<br />

Cártel de Juárez en la primera parte de los 1990s. Para obtener la información, los carteles<br />

disponen de recursos casi ilimitados; por lo que son capaces de corromper casi a cada<br />

funcionario estatal. Estas situaciones demuestran que no sólo los Estados y sus autoridades<br />

están interesados en la búsqueda de información crítica para tomar decisiones propias,<br />

sino que también los actores no-estatales, incluyendo a los grupos delincuenciales o terroristas.<br />

Es muy importante no sólo un acceso a la información, sino también la capacidad<br />

de usarla para obtener los fines deseados. La inteligencia estratégica sirve principalmente<br />

para dar mayor facilidad al proceso de la toma de decisiones, que requiere de la posesión de<br />

la mayor cantidad posible de información. Mientras que los Estados disfuncionales tienen<br />

con esta forma de actividad problemas muy graves.<br />

Otra vez se puede ilustrar con el ejemplo de México y su lucha inefectiva contra el crimen<br />

organizado. Aún disponiendo de un conocimiento muy bueno de la actividad de los cárteles<br />

particulares y sus líderes, las instituciones estatales no son capaces de restringirlas.<br />

Mientras que los cárteles obtienen con mucha facilidad información importante sobre las<br />

operaciones de la policía y las fuerzas armadas, y usan este conocimiento para el desarrollo<br />

de su actividad ilícita. A este elemento presta especial atención Varela, quien sostiene que<br />

la obtención de la información en el mundo contemporáneo no es muy difícil. Mucho más<br />

importante y más difícil es el uso de la información para obtener los fines deseados. La<br />

interpretación de la realidad y la capacidad de tomar decisiones propias es lo que tiene un<br />

gran valor (Varela, 2000).<br />

En los Estados disfuncionales el proceso de toma de decisiones frecuentemente no funciona<br />

mal. Uno de los problemas más grandes es el uso de la inteligencia y la información obtenida<br />

con fines ilegales. En el caso de América Latina, se puede mencionar como ejemplo<br />

la violación de los derechos humanos por parte de las instituciones responsables de velar<br />

por la seguridad pública.<br />

Finalmente, se debe poner atención en un aspecto más. En los Estados disfuncionales frecuentemente<br />

no existe cooperación entre las instituciones responsables de inteligencia y<br />

esto tiene una influencia muy negativa en el proceso de toma de decisiones por parte de las<br />

230


autoridades. La ausencia de esta coordinación y cooperación efectiva, tiene como consecuencia<br />

que, aunque a veces existe información en posesión de las instituciones estatales,<br />

no siempre se usa a causa de la competencia de esas instituciones. El disparo contra el<br />

helicóptero de la marina mexicana por el Cártel Jalisco Nueva Generación es un ejemplo<br />

de este tipo de situación, donde es muy probable que el ejército, la marina y las fuerzas policiales<br />

no tuvieran información sobre los sistemas de armas a disposición de dicho cártel.<br />

Adicionalmente, se debe prestar atención sobre la influencia de la disfuncionalidad del<br />

Estado sobre el funcionamiento de la inteligencia en otros países. Aunque en la región de<br />

América Latina y el Caribe no existen Estados fallidos (con la excepción de Haití), la forma<br />

más grave de disfuncionalidad conduce a dificultades progresivas por el funcionamiento<br />

de la inteligencia estratégica de terceros países.<br />

Cuando los conflictos armados tienen lugar en territorio de los Estados fallidos, frecuentemente<br />

se hace imposible el funcionamiento de inteligencia humana de los servicios de<br />

inteligencia de otros países. Esto conduce a la situación en que -especialmente si en la región<br />

donde se ubica un Estado fallido es de menor importancia para terceros Estados- este<br />

Estado se convierta en un agujero negro, ya que la búsqueda de información es muy poca<br />

y el conocimiento de lo que pasa en ese Estado es limitado.<br />

La mayoría de los Estados fallidos están ubicados en África - principalmente en la África<br />

sub-sahariana-, región que brinda un buen ejemplo de la situación analizada, de la mano de<br />

la sorpresa en la opinión internacional, al conocer hace algunos años sobre la ofensiva de los<br />

grupos islámicos fundamentalistas en Mali. Esto fue el resultado de la grave disfuncionalidad<br />

Mali, pero a su vez, de la falta de información en Estados occidentales sobre la situación<br />

interna de este país. Aunque los Estados europeos tampoco estuvieron muy interesados en<br />

la búsqueda de información creíble sobre lo que pasaba en Mali, a excepción de Francia.<br />

Pero los efectos son diferentes, si los Estados con un nivel de disfuncionalidad muy seria<br />

tienen una gran importancia para terceros países, y esto se puede ilustrar con el ejemplo<br />

de Yemen, que se trata de un Estado muy importante para la política internacional de los<br />

Estados Unidos y, en general, para la situación geopolítica en la región del Golfo Pérsico.<br />

Recientemente, se dio un empeoramiento significativo de la situación interna en Yemen<br />

con el efecto de la erupción de un fuerte conflicto armado. Los estadounidenses tuvieron<br />

que retirar sus servicios y agentes, pero esto no significa que perdieran interés en la obtención<br />

de información valiosa para saber sobre lo que ocurre en este país; pero como el<br />

empleo del recurso humano resultaba tan peligroso, los estadounidenses debieron cambiar<br />

las técnicas de obtención de información. Ahora, para realizar estos fines se usan principalmente<br />

tecnologías modernas, tal como el uso masivo de drones.<br />

Yemen no es un ejemplo único del cambio de medios útiles para la inteligencia estratégica.<br />

Una enorme base de drones fue construida por los Estados Unidos en Arma Minch en<br />

231


Etiopía, con el objeto de servir para la adquisición de información en toda la región del<br />

Cuerno de África en la que existen varios Estados fallidos tales como Somalia, Sudán del<br />

Sur, Sudán y Eritrea, entre otros.<br />

Estos dos ejemplos ilustran que la disfuncionalidad del Estado o su caída puede influir gravemente<br />

en el funcionamiento de la inteligencia de terceros países. Mientras que el conocimiento<br />

profundo de la situación de este tipo de Estados puede tener una importancia crucial<br />

para el proceso de toma de decisiones. Así, la falta de información precisa y la falta de<br />

decisiones rápidas tomadas por parte de la sociedad internacional en la mitad de los años<br />

noventa del siglo XX, condujeron al genocidio en Rwanda. Se trata del ejemplo más drástico<br />

que muestra la importancia de la influencia de la disfuncionalidad del Estado y o su<br />

potencial caída, relacionada con el necesario funcionamiento de la inteligencia estratégica.<br />

Cabe destacar que el fin de esta contribución no descansa en un análisis preciso del funcionamiento<br />

de la inteligencia estratégica. Principalmente el autor quiso enfatizar el fenómeno<br />

de la disfuncionalidad del Estado, lo que es por demás importante porque en la región<br />

de América Latina y el Caribe varios países sufren el problema de la disfuncionalidad progresiva<br />

de sus instituciones estatales. Por otro lado, se compromete la presentación de las<br />

conexiones más importantes entre la disfuncionalidad del Estado y el funcionamiento de<br />

la inteligencia estratégica. No es difícil concluir que este tipo de influencia existe. Aunque<br />

es importante tener conciencia de los tipos de la influencia negativa de la disfuncionalidad<br />

progresiva, también en la esfera de la inteligencia estratégica.<br />

<br />

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Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

233


234


<strong>Inteligencia</strong> estratégica y<br />

postconflicto en Colombia:<br />

Escenarios y Desafíos<br />

Janiel David Melamed V<br />

“El supremo arte de la guerra es someter<br />

al enemigo sin luchar”<br />

<br />

El arte de la guerra<br />

1. INTRODUCCIÓN<br />

Conocer al enemigo, sus capacidades operativas, el campo de batalla y las condiciones<br />

del terreno, si bien son requerimientos indispensables en las confrontaciones armadas de<br />

todos los tiempos, son tan solo algunos de los elementos que finalmente inciden en el resultado<br />

favorable o no de la contienda. 250 Ante una circunstancia de amenaza a la seguridad<br />

nacional, dicho conocimiento es en parte proporcionado por los servicios de inteligencia<br />

estatal mediante una amplia variedad de mecanismos, con el propósito de obtener y procesar<br />

adecuadamente datos útiles para considerar múltiples variables de acción frente a un<br />

objetivo particular.<br />

Por ende la labor de los servicios de información e inteligencia estatal se encuentran íntimamente<br />

definidos por la estrecha relación existente entre Seguridad-Defensa. La misión<br />

de los servicios de inteligencia, tanto de hoy como de ayer, sin importar las latitudes,<br />

consiste en obtener de diversas fuentes, información suficiente, contrastada, valorada y en<br />

tiempo oportuno, que sea útil para apoyar los procesos de toma de decisiones en orden a<br />

prevenir o superar situaciones de crisis. 251<br />

235


En Colombia estas condiciones han hecho de la inteligencia estratégica una herramienta<br />

fundamental de guía para la conducción política del país y para el necesario fortalecimiento<br />

de las fuerzas de seguridad del Estado. Este capítulo presenta posibles escenarios y desafíos<br />

de la inteligencia estratégica estatal, en un escenario de postconflicto en Colombia y<br />

ante nuevas amenazas a la seguridad nacional.<br />

2. ALGUNAS CONSIDERACIONES FRENTE A LA INTELIGENCIA<br />

ESTRATEGICA EN COLOMBIA.<br />

Es pertinente resaltar como Colombia posee unas condiciones geográficas, políticas y sociales<br />

que la hacen especialmente importante para abordar un análisis respecto a la relevancia<br />

de la inteligencia estratégica en América Latina. Esta afirmación se fundamenta en varias<br />

circunstancias que merecen ser resaltadas en aras de lograr una adecuada comprensión de<br />

las condiciones específicas que hacen de Colombia un caso particular en el continente.<br />

En primer lugar si bien el país cuenta con una de las democracias más antiguas y estables<br />

del continente, al mismo tiempo posee una larga historia de violencia política que ha consolidado<br />

un conflicto armado que se mantiene vigente y es el de mayor duración en el hemisferio<br />

occidental. En segundo lugar, se evidencia una innegable relación entre la industria<br />

del narcotráfico y grupos armados ilegales, algunos de ellos como el caso de las FARC<br />

y el ELN, con más de cincuenta años de antigüedad y originados en el contexto de antagonismo<br />

desarrollado durante la guerra fría. Por último, posee unas difíciles condiciones<br />

geográficas que limitan la posibilidad del gobierno central para proporcionar seguridad a<br />

la totalidad del territorio nacional, en especial aquellas zonas alejadas de los grandes centros<br />

urbanos y de poder, ya que es un país repleto de montañas, desiertos, paramos, selvas<br />

y cientos de ríos distribuidos entre los casi un millón doscientos mil kilómetros cuadrados<br />

de territorio, atravesados por tres cordilleras (Occidental, Central, Oriental), con fronteras<br />

terrestres con cinco naciones latinoamericanas (Venezuela, Panamá, Ecuador, Perú y Brasil)<br />

y salida a dos océanos (Atlántico, Pacifico, además de poseer una conexión marítima a<br />

la cuenca del Caribe la cual le permite una cercanía estratégica a Centro y Norte América).<br />

Ante estas circunstancias la inteligencia estratégica, definida por Kent 252 como el tipo de<br />

conocimiento que un Estado debe poseer para garantizar que sus intereses no sufrirán ni<br />

sus iniciativas fracasarán debido a que sus decisores políticos o sus soldados, planifican<br />

y actúan bajo el influjo de la ignorancia, se ha constituido como una herramienta fundamental<br />

para garantizar que las instituciones estatales pertinentes, estén preparadas para<br />

proporcionar información útil a las altas esferas de poder con el objetivo de salvaguardar<br />

la seguridad nacional. Por ende la inteligencia estratégica estatal, no puede ser concebida<br />

únicamente como una desarticulada recolección de datos e información provenientes de<br />

236


distintas fuentes, pues su naturaleza es mucho más compleja. La inteligencia estratégica<br />

se relaciona con el apropiado análisis de dicha información por parte de los servicios de<br />

inteligencia gubernamentales para detectar, comprender y valorar hechos y realidades,<br />

cuya evaluación, análisis y entendimiento, permiten a las autoridades estatales la toma de<br />

decisiones tendientes a mitigar riesgos presentes o eventuales a la seguridad nacional. 253<br />

En este sentido desde la academia colombiana el profesor Alejo Vargas 254 ha definido la<br />

inteligencia estatal como una actividad altamente especializada, de carácter anticipatorio,<br />

que pretende recolectar información, procesarla, analizarla y contextualizarla de tal manera<br />

que la misma sea útil para la toma de decisiones por parte de las autoridades gubernamentales<br />

o de los organismos competentes de salvaguardar la seguridad del Estado. En<br />

Colombia las actividades de seguridad y defensa son facultades desarrolladas exclusivamente<br />

por el Estado a través de entidades del orden nacional que desempeñan funciones<br />

especializadas, tendientes a garantizar la protección de las instituciones y los ciudadanos<br />

ante amenazas de índole interna y externa. Es decir, es una potestad inherente al Estado, el<br />

recolectar, evaluar y analizar información relevante para el diseño de acciones encaminadas<br />

a proteger los intereses y la integridad de la nación y sus habitantes.<br />

En Colombia esta área de la inteligencia estratégica es usualmente relacionada con su componente<br />

militar bajo la premisa de pertenecer a un área de conocimiento específico, secreto y<br />

de alta confidencialidad que maneja el establecimiento militar y político para el diseño e implementación<br />

de planes de defensa y garantizar así la seguridad nacional de dicho Estado. 255<br />

Sin embargo la primera entidad encargada del servicio de inteligencia estatal en el país fue el<br />

Servicio de <strong>Inteligencia</strong> de Colombia (SIC), una institución no militar creada en 1953 bajo el<br />

gobierno del General Rojas Pinilla, la cual en 1960, durante la Presidencia de Alberto Lleras<br />

Camargo, se le denominó Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). 256<br />

Esta fecha de mediados de siglo pasado podría marcarse como el inicio formal de las labores<br />

de inteligencia estatal en Colombia, con el propósito de confrontar una serie de amenazas<br />

a la seguridad nacional que con el paso del tiempo se agudizarían, logrando posicionar<br />

a la violencia política como una característica inherente a la historia colombiana durante<br />

la mayor parte del siglo pasado y en la actualidad. Ésta violencia política nunca ha sido<br />

continúa o uniforme, pues la intensidad de la misma, los actores involucrados en ella, sus<br />

motivaciones y capacidad operativa han variado a lo largo de las últimas décadas. Si bien<br />

en sus orígenes podemos encontrar elementos causales atribuidos a episodios de violencia<br />

interpartidista, exclusión política, pobreza y desigualdad, no por ello se puede concluir<br />

que los elementos que abrieron las puertas a la etapa contemporánea se hayan mantenido<br />

inmutables o incluso ajenos de haber sido modificados por otros.<br />

Con base en estas circunstancias el servicio de inteligencia colombiano desde mediados<br />

del siglo pasado se dedicó a salvaguardar los intereses nacionales frente a amenazas re-<br />

237


lacionadas con movimientos guerrilleros, guerras irregulares y actos de terrorismo. Sin<br />

embargo, a lo largo de las siguientes décadas su accionar se dinamizo, amplio y modernizo,<br />

creando una compleja estructura militar, policial y civil encargada de velar por la<br />

seguridad nacional desde los ámbitos propios de cada una de estas instituciones.<br />

Consecuentemente en las últimas dos décadas, Colombia ha tenido por lo menos tres<br />

hechos de importancia significativa en relación con modificación las actividades de inteligencia<br />

que durante años fueron implementadas en el país. Por una parte podemos<br />

mencionar la creación, mediante la política de seguridad democrática del Presidente Álvaro<br />

Uribe, de la Junta de <strong>Inteligencia</strong> Conjunta (JIC). Este organismo fue diseñado para<br />

coordinar las labores de inteligencia estatal, con la responsabilidad de producir análisis<br />

consolidados de inteligencia estratégica, traducir en requerimientos de inteligencia las<br />

políticas de seguridad del gobierno y coordinar la distribución de tareas promoviendo la<br />

especialización de funciones y evitando así la duplicidad de esfuerzos. 257<br />

Como todo sistema posee la cualidad de que su eficiencia es mayor que la suma de la<br />

eficiencia de todos sus componentes, es decir, la Junta de <strong>Inteligencia</strong> Conjunta (JIC),<br />

como comunidad de inteligencia tiene ventajas que no se encuentran en ninguno de sus<br />

componentes, a la vez que cada uno de sus elementos puede ver potenciada su capacidad<br />

mediante la ordenada y planificada coordinación de esfuerzos. 258<br />

En segundo lugar podemos mencionar la desaparición del mítico Departamento Administrativo<br />

de Seguridad (DAS), tras una larga lista de escándalos durante el Gobierno del<br />

entonces Presidente Álvaro Uribe, quien a lo largo de sus dos administraciones colocó a<br />

cuatro jefes de <strong>Inteligencia</strong> a cargo de dicha institución (Jorge Aurelio Noguera Cotes, Andrés<br />

Mauricio Peñate Giraldo, María del Pilar Hurtado Afanador y Felipe Muñoz Gómez).<br />

Esta compleja lista de escándalos vinculaban al DAS con prácticas ilegales 259 como la infiltración<br />

en la Corte Suprema de Justicia, espionaje, seguimientos ilegales y desprestigio<br />

a periodistas, opositores políticos y el evidente apoyo brindado a las Autodefensas Unidas<br />

de Colombia (AUC). En este sentido, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia condenó<br />

a 25 años de cárcel al exdirector del DAS, Jorge Noguera, al hallarlo responsable de los<br />

delitos de concierto para delinquir agravado por el homicidio del profesor de la Universidad<br />

del Norte, Alfredo Correa De Andreis, la destrucción, supresión u ocultamiento de<br />

documento público y la revelación de asunto sometido a secreto.<br />

Adicionalmente, la misma Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia condenó a 14 años<br />

de prisión a María del Pilar Hurtado por los delitos de concierto para delinquir agravado,<br />

violación ilícita de comunicaciones, abuso de función pública, prevaricato por acción, peculado<br />

por apropiación, abuso de autoridad y falsedad ideológica en documento público.<br />

Como consecuencia de ello, esta institución fue remplazada con la recientemente creada<br />

238


Dirección Nacional de <strong>Inteligencia</strong> (DNI), durante el primer mandato del Presidente Juan<br />

Manuel Santos, bajo la siguiente estructura organica.<br />

DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DIRECCIÓN NACIONAL DE INTELIGENCIA<br />

Dirección General<br />

Inspector<br />

General<br />

Oficina de<br />

Planeación<br />

Centro de<br />

Protección de Datos<br />

Oficina<br />

Jurídica<br />

Oficina de Control<br />

Interno<br />

Dirección de Asuntos<br />

Internos y Seguridad<br />

Operacional<br />

Dirección de Gestión<br />

Institucional<br />

Dirección de <strong>Inteligencia</strong><br />

y Contrainteligencia<br />

Subdirección de<br />

Producción de<br />

<strong>Inteligencia</strong><br />

Subdirección de<br />

Operaciones<br />

Fuente: Dirección Nacional De <strong>Inteligencia</strong> (2015)<br />

En tercer lugar finalmente debemos mencionar la entrada en vigencia de la Ley estatutaria<br />

1621 del 17 de Abril de 2013, también conocida como la Ley de <strong>Inteligencia</strong>. 260 Esta circunstancia<br />

es de vital importancia si consideramos como desde la creación del Servicio de<br />

<strong>Inteligencia</strong> de Colombia (SIC) en 1953, hasta el año 2009, cuando se aprobó la primera<br />

norma que intentó darle una regulación integral al funcionamiento de los servicios de inteligencia<br />

en Colombia pero que posteriormente seria declara inexequible 261 por la Corte<br />

Constitucional mediante la Sentencia C-913 de 2010, no existía un instrumento normativo<br />

que regulara y fortaleciera el marco jurídico que permite a los organismos que llevan a cabo<br />

funciones de inteligencia y contrainteligencia, cumplir adecuadamente con su misión, bajo<br />

la observancia de parámetros legales y constitucionales. 262<br />

239


3. POSTCONFLICTO EN COLOMBIA<br />

Tal como se ha expresado al inicio de este capítulo, no se requiere hacer un desarrollo académico<br />

en profundidad para evidenciar que la historia política de Colombia de las últimas<br />

décadas ha estado influenciada por la intensidad de un escenario de violencia política con<br />

múltiples actores en confrontación dentro del mismo y por la evidente imposibilidad por<br />

parte del Estado para concertar un pacto de paz de carácter general con todas las organizaciones<br />

armadas ilegales.<br />

Esta circunstancia ha ocasionado la adopción de múltiples acuerdos de paz desde un enfoque<br />

específico para cada grupo armado ilegal, posicionando a Colombia como un país<br />

vanguardista respecto a los distintos esfuerzos individuales realizados para la consecución<br />

de una salida política y concertada de este contexto de violencia política y por la implementación<br />

de diferentes procesos de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR)<br />

obtenidos paulatinamente con varios actores armados desde la década de los ochenta. 263<br />

La más reciente experiencia de DDR en el contexto colombiano se encuadra respecto al<br />

fenómeno paramilitar que, en cabeza de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC),<br />

llegaron a constituirse como el segundo grupo armado ilegal más importante del país. Esta<br />

desmovilización se basó en la Ley 975/2005, también conocida como ley de justicia y paz,<br />

creando el entorno legal necesario para que este grupo armado ilegal se acogiera a una<br />

negociación con el Estado que permitiera su desarticulación a nivel nacional mientras respondieran<br />

por sus crímenes.<br />

La adopción de esta ley marcó el inicio de un mecanismo de justicia transicional, 264 que<br />

a través de la implementación de herramientas de alternatividad penal, verdad, justicia,<br />

reparación y garantías de no repetición, buscaba conseguir que las AUC dejaran de existir<br />

como una estructura militar unificada bajo un comando central y con un papel protagónico<br />

en el contexto de violencia política colombiana. Frente al proceso de desarme, desmovilización<br />

y reintegración de las AUC en Colombia, debemos recordar que es el cuarto a nivel<br />

mundial respecto a desmovilizados, pues el número de miembros de esta organización que<br />

optó por esta opción supera los 31.000 individuos y así mismo el tercero a nivel mundial<br />

respecto al número de armas entregadas en un proceso de desarme, llegando a una cifra de<br />

18.051, con un promedio de 0.57 armas por persona. 265<br />

Pese a estas importantes características ante la salida de uno de los principales actores de<br />

violencia política en el país, no es apropiado considerar que por esta simple razón se eliminarían<br />

todas las expresiones de violencia y criminalidad ligadas al paramilitarismo. Esta<br />

realidad conllevó a que algunas estructuras paramilitares, no se acogieran a la desmoviliza-<br />

240


ción acordada entre el gobierno nacional y las AUC, o que habiéndose acogido posteriormente<br />

optaran por rearmarse y estructurar bandas criminales (BACRIM) con un objetivo<br />

ya no contrainsurgente, sino eminentemente lucrativo desde actividades ilegales relacionadas<br />

con su experiencia militar y criminal, teniendo una alta incidencia en la generación de<br />

violencia nacional y transnacional. 266 Estas motivaciones codiciosas se relacionan con el<br />

hecho que el narcotráfico se ha constituido como un flagelo de notoria importancia para la<br />

dinámica de violencia política colombiana, si tomamos en cuenta como según estimativos<br />

de las Naciones Unidas, el país produce aproximadamente unas 600 toneladas de cocaína<br />

al año, es decir, cerca del 80% de la producción mundial de cocaína, dejando alrededor de<br />

360.000 millones de dólares anuales de ganancias. 267<br />

Adicionalmente el gobierno nacional ha dado muestras de querer llegar a acuerdos que<br />

permitan implementar nuevos procesos de DDR con organizaciones armadas al margen<br />

de la ley y en este sentido ha enviado un claro mensaje de búsqueda de la paz no solo<br />

mediante las vías armadas. El 26 de agosto de 2012, Juan Manuel Santos hizo públicas sus<br />

intenciones de entablar un diálogo con las FARC y alcanzar la concertación de un acuerdo<br />

de paz. Desde entonces y hasta la fecha, se adelanta el más reciente de los cuatro procesos<br />

de diálogos de paz con las FARC adelantados en los últimos 30 años, generando gran<br />

expectativa frente a los resultados que este pueda conseguir y la forma como el Gobierno<br />

nacional logre manejar nuevamente las difíciles dinámicas que una negociación de semejante<br />

envergadura conllevan.<br />

Esta declaración oficial de la apertura de conversaciones con las FARC realizada a mediados<br />

de 2012 es una formalización, a través del Acuerdo General para la Terminación del<br />

Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, de unos acercamientos que<br />

ya se habían empezado a adelantar en forma de reuniones exploratorias. Adicionalmente<br />

también se han iniciado conversaciones exploratorias que hasta el momento no se han<br />

traducido en el inicio de diálogos formales con el Ejército de Liberación Nacional (ELN),<br />

la segunda organización guerrillera en importancia en el pais.<br />

Si bien el resultado de este tipo de iniciativas aún es incierto, nos permite pensar en la posibilidad<br />

de una Colombia en un periodo de postacuerdos de paz y de los retos y desafíos<br />

que esta circunstancia generaría. En un eventual escenario de postconflicto, es evidente<br />

que no todos los factores relacionados con episodios de violencia política van a pacificarse<br />

y muy seguramente, remanentes de organizaciones armadas ilegales mantendrán<br />

una vocación hacia la criminalidad, que deberá ser efectivamente contrarrestada por los<br />

organismos de seguridad del Estado. Los retos del postconflicto incluyen la presencia de<br />

actores ilegales en zonas de alto riesgo caracterizadas por economías ilegales y las disputas<br />

241


por control territorial se puedan generar entre ellas. Actualmente las denominadas bandas<br />

criminales (BACRIM) operan en 275 de los 1.118 municipios del país y en cerca de 50 de<br />

ellos, confluyen con la presencia de estructuras guerrilleras. Las FARC hacen presencia<br />

en 242 municipios, en regiones donde vive cerca del 12% de la población colombiana y el<br />

ELN, por su parte, opera en 99 municipios, distribuidos en siete regiones donde coincide<br />

con presencia de las FARC. 268<br />

Por ende el Estado debe enmarcar las actividades de los servicios de inteligencia y redefinir<br />

tanto la planificación de sus funciones, la reorientación de sus objetivos y la ejecución<br />

de sus actividades, de tal manera que con base en el conocimiento y experiencia adquirida<br />

durante décadas de confrontación armada, no sean inferiores a los nuevos desafíos<br />

ocasionados en un eventual escenario de superación de la violencia política que durante<br />

décadas ha golpeado al país.<br />

En este sentido el gobierno nacional ha sido consiente de la necesidad de ajustar las actividades<br />

de inteligencia a un escenario de ejercicio y respeto a la Constitución, la Ley y el<br />

Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos<br />

y ha dado unas primeras aproximaciones al respeto estableciendo la Ley 1621 de 2013,<br />

como ese marco normativo aplicable en un escenario de postconflicto. En este sentido la<br />

normativa establece límites al ejercicio de esta actividad y señala que ninguna información<br />

de inteligencia y contrainteligencia podrá ser obtenida con fines diferentes de: a. Asegurar<br />

la consecución de los fines esenciales del Estado, la vigencia del régimen democrático, la<br />

integridad territorial, la soberanía, la seguridad y la defensa de la Nación; b. Proteger las<br />

instituciones democráticas de la República, así como los derechos de las personas residentes<br />

en Colombia y de los ciudadanos colombianos en todo tiempo y lugar -en particular los<br />

derechos a la vida y la integridad personal- frente a amenazas tales como el terrorismo, el<br />

crimen organizado, el narcotráfico, el secuestro, el tráfico de armas, municiones, explosivos<br />

y otros materiales relacionados, el lavado de activos, y otras amenazas similares; y c. Proteger<br />

los recursos naturales y los intereses económicos de la Nación.<br />

Adicionalmente establece mecanismos de control político desde el Congreso de la Republica<br />

a través de una comisión de verificación que vele por la eficiencia en el uso de los<br />

recursos, el respeto de las garantías constitucionales y el cumplimiento de los principios,<br />

límites y fines establecidos en la norma. La superación del limbo jurídico que durante décadas<br />

caracterizó el ejercicio de los servicios de inteligencia y contrainteligencia en el país,<br />

sirvió de base para la comisión de actividades ilegales que se asocian a causas estructurales<br />

del conflicto en Colombia y que están relacionadas a escenarios de persecución política,<br />

242


seguimiento ilegal y presión indebidas a sectores opositores y críticos del gobierno. Es un<br />

escenario de postconflicto es imperativo que estas circunstancias queden proscritas para el<br />

adecuado cumplimiento de los servicios de inteligencia estatal y la efectiva consolidación<br />

de escenarios de respeto a las libertades civiles y políticas de todos los ciudadanos que se<br />

apegan al estricto cumplimiento de la ley y la constitución.<br />

4. CONCLUSIONES<br />

La labor de los servicios de inteligencia se encuentra relacionada a las tareas de interceptación<br />

y obtención de información útil y reservada, para que mediante un proceso de análisis de datos,<br />

se presente un informe confiable a las altas esferas del poder político, militar y policial de<br />

un Estado, en aras de mitigar posibles amenazas a la seguridad nacional o de sus habitantes.<br />

Colombia ha tenido un escenario de violencia política durante décadas que ha requerido el<br />

fortalecimiento de los instrumentos de seguridad estatal y de sus respectivas capacidades<br />

de inteligencia. Si bien estas han estado ocasionalmente involucradas a penosas actividades<br />

ilegales, es necesario resaltar que en términos generales el Estado colombiano ha introducido<br />

grandes modificaciones a la estructura y funcionamiento de sus agencias de inteligencia,<br />

en aras de obtener de ellas un eficaz funcionamiento con observancia al respeto de las<br />

garantías y libertades de sus ciudadanos.<br />

En un eventual escenario de postconflicto en Colombia, las capacidades de inteligencia<br />

nacional, tendrán que adaptarse ante una nueva realidad en la cual los grupos armados<br />

ilegales no se posicionan como las principales fuentes de amenaza a la seguridad nacional<br />

del Estado. En este sentido, el posconflicto interno y las cambiantes condiciones de seguridad<br />

que se evidenciaran, tendrán que ir moldeando los nuevos requerimientos que deben<br />

afrontar dichos servicios de inteligencia frente a las actividades criminales derivadas de<br />

la industria del narcotráfico, las cuales ocuparan uno de los principales focos de atención<br />

entre los organismos de seguridad estatal.<br />

Esta circunstancia se reafirma si tomamos en cuenta como en 2013 la ONU, explorando<br />

algunas facetas que revelan las causas del deterioro de la seguridad en Latinoamérica, se<br />

enfocaba sobre seis amenazas, así: la delincuencia callejera, el crimen organizado, la violencia<br />

contra y por los jóvenes, la violencia de género, la corrupción y la violencia ilegal<br />

por parte de actores estatales, complementando el informe con estos datos: Colombia es<br />

el segundo país más violento de Suramérica; uno de cada 30 homicidios en el mundo se<br />

produce aquí; “los homicidios dolosos tienen un nivel de impunidad procesal del 95 por<br />

243


ciento, y la violencia vinculada al crimen puede igualar, e incluso superar, a aquélla generada<br />

por el conflicto mismo. 269<br />

El gran desafío es por lo tanto lograr que las instituciones de seguridad con funciones de<br />

inteligencia puedan en su conjunto, asimilar una reorganización de sus funciones, garantizar<br />

que los servicios de inteligencia desarrollen sus actividades de forma legítima, con<br />

apego a las garantías legales y constitucionales, en el marco de los límites y restricciones<br />

del Estado de Derecho. Las instituciones estatales que cumplen labores de inteligencia han<br />

sido enmarcadas dentro de la Ley 1621 de 2013, en un instrumento normativo que aporta<br />

importantes avances en cuanto a la ejecución y coordinación de labores de inteligencia en<br />

el país, preparando el camino hacia una reorientación y optimización de la inteligencia<br />

estratégica estatal en un escenario de postconflicto.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

244


Presupuesto de Defensa<br />

del Brasil y el contexto<br />

Sudamericano<br />

Carlos Wellington Leite de Almeida<br />

1. INTRODUCCIÓN<br />

El presupuesto de Defensa del Brasil presenta dimensiones adecuadas para el contexto sudamericano.<br />

Su análisis revela el contraste existente entre un valor financiero elevado, que<br />

representa más del cincuenta por ciento del gasto militar de Sudamérica, y un porcentaje<br />

más bajo de asignación del producto económico al sector de Defensa. El contraste procede,<br />

principalmente, de la gigantez económica del Brasil frente a los países vecinos.<br />

Sudamérica constituye una de las regiones más desmilitarizadas del mundo por lo que el<br />

gasto en Defensa en la región siempre se realiza en medio de críticas y presiones para su<br />

reducción. Al ser una región con graves problemas —que van desde el saneamiento básico<br />

hasta el respeto por los pueblos nativos— es una realidad que tenga, en las cuestiones sociales,<br />

sus prioridades más evidentes. En este contexto, el análisis en materia de Defensa,<br />

además de escaso, casi siempre se inclina hacia la reducción de los gastos militares y la<br />

asignación de los recursos que no se emplean para Defensa a aquellas áreas de impacto<br />

social más visible, tales como la Educación o la Salud Pública.<br />

El análisis utiliza herramientas del método cuantitativo, tanto descriptivo como inferencial.<br />

Desde el punto de vista descriptivo, se abordan los conceptos de media y mediana.<br />

Desde el punto de vista inferencial, se emplean los Coeficientes de Pearson y de Spearman.<br />

El nivel de significancia adoptado para los cálculos fue 0,05, lo cual implica un 95 % de<br />

seguridad para generalizar resultados, un nivel considerado apropiado para las Ciencias<br />

Sociales (SAMPIERI, COLLADO; LUCIO, 2006).<br />

245


Predominio brasileño en los gastos de Defensa<br />

En Sudamérica, como componente del gasto total en Defensa de la región, predomina, en<br />

forma absoluta, el gasto en Defensa del Brasil. Si se consideran los datos divulgados por el<br />

Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) (Instituto Internacional de Investigación<br />

para la Paz de Estocolmo) en relación con los países sudamericanos, entre los<br />

años 2000 y 2013 (Anexo I), se verificó el predominio brasileño. El Cuadro I que sigue a<br />

continuación resume los valores correspondientes al año 2013, en el cual el gasto en Defensa<br />

del Brasil representó el 51 % del gasto en Defensa de toda la región, y correspondientes<br />

al año 2000, en el cual el país llegó a contribuir con el 59 %:<br />

Cuadro I Gasto en Defensa sudamericano entre los años 2000 y 2013<br />

Gasto en Defensa 2013 Gasto en Defensa 2000<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Como se puede apreciar, solo al Brasil se le atribuye más de la mitad del gasto en Defensa<br />

de Sudamérica. Una situación de la cual pueden derivarse conclusiones de todo tipo, entre<br />

las cuales se destaca por lo menos una: que el Brasil puede contribuir negativamente a la<br />

adopción de medidas de confianza mutua, por armarse de forma excesiva en relación con<br />

sus vecinos. En el Gráfico I se muestra la contribución porcentual de cada país a la formación<br />

del gasto total en Defensa, en Sudamérica, en 2013.<br />

246


Gráfico I Gasto en Defensa en Sudamérica (%) correspondientes a 2013<br />

Uruguay 1%<br />

Perú 4%<br />

Paraguay 1%<br />

Ecuador 4%<br />

Guyana 0%<br />

Venezuela 6%<br />

Argentina 7%<br />

Bolivia 1%<br />

Colombia 18%<br />

Brasil 51%<br />

Chile 7%<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Predomina, en Sudamérica, desde hace más de dos décadas, la noción de que la seguridad<br />

regional debe desarrollarse en forma cooperativa y no competitiva (JOHNSON, 2000; PA-<br />

LOMINO MILLA, 2005; FUCCILLE, 2014; RODRÍGUEZ CUITIÑO, 2014). Sucede que,<br />

recién en los últimos tiempos, el Brasil comenzó a percibir la Defensa como un elemento<br />

que reviste importancia en las relaciones exteriores, en especial para Sudamérica (OLIVEI-<br />

RA, 2010; CORRÊA, 2014), lo que genera una necesidad de justificar mejor la dimensión<br />

del gasto en Defensa del país frente al de sus vecinos.<br />

Dimensión económica de los gastos en Defensa: media y mediana<br />

Si, a primera vista, el gasto en Defensa del Brasil como componente de Sudamérica parece<br />

alarmante y de una dimensión desproporcionada, esta noción resulta bastante relativizada<br />

cuando se analiza el gasto en Defensa, en comparación con las economías de otros países.<br />

El Producto Bruto Interno (PBI) de los países sudamericanos para el año 2013, elaborado<br />

a partir de los datos aportados por el SIPRI (Anexo II), nos permite percibir dicha dimensión.<br />

Si el gasto en Defensa del Brasil se muestra gigante, su PIB también se revela colosal<br />

frente al de sus vecinos (Gráfico II).<br />

247


Gráfico II PBI de Sudamérica (%) en 2013<br />

Uruguay 1%<br />

Perú 4%<br />

Paraguay 1%<br />

Ecuador 3%<br />

Colombia 8%<br />

Guyana 0%<br />

Chile 6%<br />

Venezuela 7%<br />

Argentina 12%<br />

Bolivia 1%<br />

Brasil 57%<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Como se observa, en 2013, el PBI del Brasil correspondió al 57 % del PBI de Sudamérica. Por<br />

lo tanto, dado que la producción económica del Brasil, representada por su PBI, corresponde<br />

a más del 50 % de la producción económica sudamericana, ya no parece tan alarmante el hecho<br />

de que el país también contribuya con más de la mitad del gasto en Defensa de la región.<br />

Además, si el gasto en Defensa fuese considerado como porcentual del PBI, se podría percibir<br />

que el Brasil gasta proporcionalmente poco en relación con otros países sudamericanos.<br />

En el período 2000-2013, de acuerdo con los datos suministrados por el SIPRI, el<br />

gasto en Defensa del Brasil equivalió al 1,6 % del PBI, por lo tanto un poco por debajo de la<br />

media de los países sudamericanos, que ascendió al 1,7 % y que representó el porcentual de<br />

gasto de Guyana. Los gastos en Defensa de Bolivia, Uruguay, Chile y Colombia en el mismo<br />

período estuvieron por encima de la media, mientras que en el caso de Colombia alcanzó<br />

un 3,4%, el doble de la media.<br />

Un resultado parecido también se observa con referencia a la mediana. El porcentual de<br />

1,6 % del PBI, que gastó en Defensa el Brasil, corresponde de manera exacta, a la mediana<br />

del gasto en Defensa de los países de Sudamérica. Esta observación estadística es relevante,<br />

dado que la mediana representa el valor típico de la serie numérica (FERNANDES, 1999)<br />

y es menos influenciada por valores extremos (BARROS, 2007). El Gráfico III presenta<br />

porcentuales de media y mediana.<br />

248


Gráfico III Gasto medio en Defensa % del PBI 2000 – 2013<br />

Colombia<br />

3,4<br />

Chile<br />

2,4<br />

Uruguay<br />

2,1<br />

Bolivia<br />

Guyana (media)<br />

Brasil (mediana)<br />

Perú<br />

Venezuela<br />

Paraguay<br />

Ecuador<br />

Argentina<br />

1,8<br />

1,7<br />

1,6<br />

1,4<br />

1,3<br />

1,1<br />

1,1<br />

1,0<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Gastos en Defensa y PBI: Coeficiente de Pearson (r)<br />

Continuando con el propósito de verificar la adecuación del gasto en Defensa del Brasil en<br />

relación con los países de Sudamérica, se procede al cálculo del Coeficiente de Pearson (r),<br />

técnica más relevante para definir el comportamiento relativo entre dos variables o dimensiones<br />

cuantitativas (BRIONES, 1996; PARDINAS, 1999). Las dimensiones que se utilizaron<br />

son el PBI de los países de Sudamérica, definido como variable independiente (x) y el respectivo<br />

gasto en Defensa, definido como variable dependiente (y). Organizados, en orden<br />

creciente del valor de la variable (x), los datos se disponen como en el Cuadro II<br />

El Coeficiente de Pearson (r) es, entonces, calculado. Se utiliza el modelo que se observa<br />

en el Cuadro III y se confirma el valor por medio de una función estadística específica de<br />

Excel for Windows ®. El valor que se obtuvo indica la existencia (o inexistencia) de una<br />

correlación entre las variables independiente (x) y dependiente (y), así como también el<br />

sentido de dicha correlación.<br />

Una covarianza positiva indica que las variables tienden a moverse juntas<br />

y una covarianza negativa indica que las variables tienden a moverse en<br />

direcciones opuestas (BERTOLO, 2010, p. 4).<br />

249


Cuadro II PBI (USD millones) y gasto en Defensa (% PBI) media 2000-2013<br />

País Guyana Bolivia Paraguay Uruguay Perú Ecuador<br />

PIB 1.604 18.724 26.865 38.710 131.646 143.970<br />

% Defensa 1,7 1,8 1,1 2,1 1,4 1,1<br />

País Chile Venezuela Colombia Argentina Brasil<br />

PIB 194.214 252.359 266.858 297.000 1.954.962<br />

% Defensa 2,4 1,3 3,4 1,0 1,6<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

250


Cuadro III Coeficiente de Pearson PBI (x) y % Defensa (y) 2000-2013<br />

País<br />

PBI (X)<br />

% Def (Y)<br />

x<br />

y<br />

xy<br />

x 2<br />

y 2<br />

Guyana<br />

1.604<br />

1,7<br />

-300.842,5<br />

0,0<br />

5.469,9<br />

90.506.237.155,6<br />

0,0<br />

Bolivia<br />

18.724<br />

1,8<br />

-283.722,5<br />

0,1<br />

-23.213,7<br />

80.498.482.799,2<br />

0,0<br />

Paraguay<br />

26.865<br />

1,1<br />

-275.581,5<br />

-0,6<br />

170.359,5<br />

75.945.188.195,1<br />

0,4<br />

Uruguay<br />

38.710<br />

2,1<br />

-263.736,5<br />

0,4<br />

-100.699,4<br />

69.556.965.408,3<br />

0,1<br />

Perú<br />

131.646<br />

1,4<br />

-170.800,5<br />

-0,3<br />

54.345,6<br />

29.172.826.327,6<br />

0,1<br />

Ecuador<br />

143.970<br />

1,1<br />

-158.476,5<br />

-0,6<br />

97.967,3<br />

25.114.815.459,2<br />

0,4<br />

Chile<br />

194.214<br />

2,4<br />

-108.232,5<br />

0,7<br />

-73.794,9<br />

11.714.283.895,6<br />

0,5<br />

Venezuela<br />

252.359<br />

1,3<br />

-50.087,5<br />

-0,4<br />

20.945,7<br />

2.508.762.209,7<br />

0,2<br />

Colombia<br />

266.858<br />

3,4<br />

-35.588,5<br />

1,7<br />

-59.853,5<br />

1.266.544.567,4<br />

2,8<br />

Argentina<br />

297.000<br />

1,0<br />

-5.446,5<br />

-0,7<br />

3.911,6<br />

29.664.857,4<br />

0,5<br />

Brasil<br />

1.954.962<br />

1,6<br />

1.652.515,5<br />

-0,1<br />

-195.297,3<br />

2.730.807.327.511,6<br />

0,0<br />

∑ X= 3.326.912,0 ∑ Y=18,9 ∑xy= -99.859,1 ∑x 2 =3.117.121.096.386,7 ∑y 2 = 5,0<br />

. .<br />

X= 302.446,5 Y=1,7<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Modelo de cálculo disponible en PARDINAS (1999)<br />

Coeficiente de Pearson<br />

r =<br />

∑ x.y ∑ x.y =<br />

√(∑ x²).(∑ y²)<br />

∑ x² =<br />

∑ y² =<br />

r =<br />

-99.859,1<br />

3.117.121.098.386,7<br />

5,0<br />

-0,025253196<br />

El resultado del Coeficiente de Pearson (r) que se obtuvo por medio del modelo de cálculo,<br />

, se confirmó a través del programa Excel for Windows ®, ya que, al utilizar<br />

la función estadística pertinente (Pearson), se llega exactamente al mismo valor y señal<br />

del coeficiente. El valor de , entre 0 (cero) y -0,1 (menos cero coma uno), indica correlación<br />

débil, casi inexistente. El signo negativo, además, señala una tendencia, en la que a<br />

un aumento en la variable independiente (x) corresponde una disminución en la variable<br />

dependiente (y) (SABINO, 1996; PARDINAS, 1999).<br />

251


Al ser de esta manera, en Sudamérica, no hay ninguna correlación en el sentido de que a un<br />

valor mayor del PBI le corresponde una asignación de mayor porcentaje al gasto en Defensa.<br />

Brasil y Argentina, por ejemplo, que son las mayores economías de la región, evidencian<br />

que el porcentaje del PBI que destinan a Defensa se ubica por debajo de la media regional.<br />

El signo negativo del Coeficiente de Pearson (r) indica, además, una leve tendencia, de que<br />

a un PBI mayor le corresponde un porcentaje menor destinado al gasto en Defensa. No se<br />

sostiene, por lo tanto, la afirmación de que el valor destinado por el Brasil en Defensa sea<br />

exagerado o desproporcionado, desde el punto de vista de la producción económica.<br />

Gastos en Defensa y PBI: Coeficiente de Spearman<br />

Aún con o propósito de verificar la adecuación del gasto en Defensa del Brasil en relación<br />

con los países de Sudamérica, se pasa a una prueba estadística más de tipo inferencial. El<br />

Coeficiente de Spearman (ρ) consiste en la correlación de variables cuantitativas dispuestas<br />

en un nivel ordinal de medición. Las variables están ordenadas según posiciones o jerarquías,<br />

llamadas puestos. El Coeficiente de Spearman (ρ) deriva del Coeficiente de Pearson<br />

(r), que guarda con este una fuerte semejanza en las formas de cálculo y análisis (SIEGEL,<br />

1975; BUNCHAFT; KELLNER, 1999; VIALI, 2010).<br />

Coeficiente de Correlación de Spearman: es el Coeficiente de Correlación<br />

Lineal de Pearson cuando se tiene dos variables medidas en nivel ordinal<br />

(LIRA, 2004, p. 154).<br />

Es una medida de asociación que exige que ambas variables se presenten en<br />

escala ordinal, de modo que los objetos o individuos puedan disponerse en<br />

puestos en dos series ordenadas .<br />

Existen otros análisis correlacionales para el estudio de variables ordenadas por posiciones,<br />

como el tau de Kendall. Sin embargo, destaca GUILFORD (1950), que el análisis del Coeficiente<br />

de Spearman resulta más aplicable en aquellos casos en que el número de pares es<br />

menor de 30 (treinta) y cuando los datos ya están ordenados. Es el caso del análisis realizado<br />

para los países sudamericanos, cuyos datos están ordenados en el Cuadro IV.<br />

Los coeficientes rho de Spearman (…) y tau de Kendall (…) son medidas de<br />

correlación para variables en un nivel de medición ordinal, de tal manera que<br />

a los individuos u objetos de la muestra se los pueden ordenar por posiciones<br />

252


(jerarquías). (…) Se trata de estadísticas extremamente eficientes para datos<br />

ordinales. La diferencia entre ellos es [que] (…) el coeficiente de Kendall<br />

es un poco más significativo cuando los datos contienen un número considerable<br />

de posiciones empatadas” (SAMPIERI; COLLADO; LUCIO, 2006, p. 477-478).<br />

Cuadro IV Ordenación de variables PBI (x) y % Defensa (y) 2000-2013<br />

País<br />

Guyana<br />

Bolivia<br />

Paraguay<br />

Uruguay<br />

Perú<br />

Ecuador<br />

Chile<br />

Venezuela<br />

Colombia<br />

Argentina<br />

Brasil<br />

PBI (x)<br />

1.604<br />

18.724<br />

26.865<br />

38.710<br />

131.646<br />

143.970<br />

194.214<br />

252.359<br />

266.858<br />

297.000<br />

1.954.962<br />

% Def (y)<br />

1,7<br />

1,8<br />

1,1<br />

2,1<br />

1,4<br />

1,1<br />

2,4<br />

1,3<br />

3,4<br />

1,0<br />

1,6<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

El Coeficiente de Spearman (ρ) se calcula, por lo tanto, para el mismo par de variables en<br />

relación con las cuales ya se calculó el Coeficiente de Spearman (r). Las variables están<br />

constituidas por el PBI de los países sudamericanos (x) y por el porcentaje del PBI destinado<br />

al gasto en Defensa (y), en cada uno de ellos. El Cuadro V, muestra el modelo de cálculo.<br />

Así como sucede con el Coeficiente de Pearson (r), del cual deriva, el Coeficiente de Spearman<br />

(ρ) retoma un número que varía entre (-) 1,00 y (+) 1,00 (FERREIRA, 2010). El análisis<br />

del valor obtenido es semejante al que se hace para el Coeficiente de Pearson (VIALI,<br />

2010), siendo el valor (-) 1,00 correspondiente a una correlación negativa perfecta y el valor<br />

(+) 1,00 a una correlación positiva perfecta. El valor obtenido para ρ, -0,1 (menos cero<br />

coma uno) señala la existencia de una correlación negativa débil, confirmando el resultado<br />

obtenido por medio del Coeficiente de Pearson (r).<br />

253


Cuadro V Coeficiente de Spearman (ρ) PBI (x) y % Defensa (y) 2000-2013<br />

PBI (X)<br />

Puesto (x)<br />

% Defensa (y)<br />

Puesto (y)<br />

d<br />

d 2<br />

1.604<br />

1<br />

1,0<br />

1<br />

-6<br />

36<br />

18.724<br />

2<br />

1,1<br />

2<br />

-6<br />

36<br />

26.865<br />

3<br />

1,1<br />

3<br />

1<br />

1<br />

38.710<br />

4<br />

1,3<br />

4<br />

-5<br />

25<br />

131.646<br />

5<br />

1,4<br />

5<br />

0<br />

0<br />

143.970<br />

6<br />

1,6<br />

6<br />

3<br />

9<br />

194.214<br />

7<br />

1,7<br />

7<br />

-3<br />

9<br />

252.359<br />

8<br />

1,8<br />

8<br />

4<br />

16<br />

266.858<br />

9<br />

2,1<br />

9<br />

-2<br />

4<br />

297.000<br />

10<br />

2,4<br />

10<br />

9<br />

81<br />

1.954.962<br />

11<br />

3,4<br />

11<br />

5<br />

25<br />

∑ d 2 =<br />

242<br />

n =<br />

11<br />

(n - 1) =<br />

10<br />

(n + 1) =<br />

12<br />

n.(n + 1).(n + 1) =<br />

1320<br />

6 . ∑ d 2 =<br />

1452<br />

ρ =<br />

-0,1<br />

Modelo de cálculo disponible en REYNAGA OBREGÓN (2001)<br />

Coeficiente de Spearman<br />

ρ =<br />

6 .∑ d 2 = -0,1<br />

n.(n + 1).(n + 1)<br />

254


El Coeficiente de Spearman (ρ) también señala, por lo tanto, que no hay en Sudamérica,<br />

ninguna correlación en el sentido de que a un mayor valor del PBI le corresponda una<br />

asignación de mayor porcentual al gasto en Defensa. Y, de la misma forma que para el<br />

Coeficiente de Pearson (r), el signo negativo indica una tendencia a que los países de<br />

mayor PBI de la región, como evidentemente es el caso del Brasil, estén destinando un<br />

porcentaje menor al gasto en Defensa. Los dos coeficientes correlacionados presentan<br />

resultados coincidentes.<br />

Acerca de la utilización del Coeficiente de Pearson (r), análisis de tipo paramétrico, y del<br />

Coeficiente de Spearman (ρ), análisis no paramétrico, para el mismo conjunto de datos, es<br />

importante destacar la importancia metodológica del refuerzo mutuo de resultados. Esto<br />

porque es posible encontrar situaciones en que uno de los coeficientes contradiga al otro,<br />

siendo uno negativo y el otro positivo. El Coeficiente de Spearman (ρ), en general, puede<br />

presentar una tendencia a contradecir al Coeficiente de Pearson (r), existiendo aún, la<br />

recomendación metodológica de no sobrevalorar el Coeficiente de Spearman (ρ) como<br />

medida de fuerza de la asociación entre dos variables. Mientras, cuando los dos coeficientes<br />

apuntan en el mismo sentido, la asociación entre las variables analizadas se muestra<br />

especialmente relevante.<br />

Mientras, el raciocinio lógico no es el mismo en el caso de la significancia<br />

del Coeficiente de Pearson, trasladado para la significancia del Coeficiente<br />

de Spearman. Es posible encontrar situaciones en que el Coeficiente de Pearson<br />

sea negativo mientras que el Coeficiente de Spearman es positivo. Esto lleva a<br />

la siguiente conclusión: asegurarse de no sobrevalorar la interpretación del<br />

coeficiente por puestos de Spearman como una medida de la fuerza de las<br />

asociaciones entre dos variables 270 (HAUKE et al, 2011, pp. 92-93,<br />

traducción nuestra).<br />

La no relación entre dimensión económica y gastos en Defensa<br />

Es clara la prioridad que el Brasil otorga a Sudamérica, en lo que concierne al tema de Defensa.<br />

Esa prioridad se manifiesta en los principales documentos de orientación en Defensa<br />

del Brasil. La Política Nacional de Defensa (PND) la establece cuando da la definición del<br />

ambiente regional y del entorno geoestratégico. La Estrategia Nacional de Defensa (END)<br />

la expresa en la directriz estratégica número 18 (dieciocho). El Libro Blanco de Defensa<br />

Nacional (LBDN) hace una referencia a la misma desde su presentación y la trata a lo largo<br />

de todo el documento.<br />

255


como consecuencia de su situación geopolítica, es importante para el<br />

Brasil que se profundice el proceso de desarrollo integrado y armónico de<br />

Sudamérica, que se extiende, naturalmente, al área de defensa y seguridad<br />

regional (BRASIL, 2005).<br />

estimular la integración de Sudamérica - esta integración no solo<br />

contribuirá a la defensa del Brasil, sino también fomentará la cooperación<br />

militar regional y la integración de las bases industriales de defensa. Apartará<br />

la sombra de conflictos dentro de la región. Con todos los países se avanza<br />

rumbo a la construcción de la unidad sudamericana (BRASIL, 2008).<br />

el Libro Blanco de Defensa Nacional se elaboró, también, con el objetivo<br />

de fortalecer la cooperación con los países de Sudamérica. Podrá ser un<br />

instrumento para fomentar el establecimiento de una comunidad de paz y<br />

seguridad en el entorno sudamericano que posibilite la opción por soluciones<br />

pacíficas y la consecuente eliminación de hipótesis de guerra (BRASIL, 2012).<br />

Como se ve, no hay relación entre la dimensión económica de los países de Sudamérica y el<br />

destino de recursos económicos para el mantenimiento de sus sistemas de Defensa. Entre<br />

los países del continente sudamericano, mayores producciones económicas no implican,<br />

de manera necesaria, una asignación de mayores porcentajes del PBI a Defensa. En especial,<br />

el análisis inferencial, compuesto por los Coeficientes de Pearson (r) y de Spearman<br />

(ρ), señala una inversión en esa correlación, en el sentido de que los países con mayores<br />

PBI destinan porcentajes menores de sus producciones económicas al gasto en Defensa, lo<br />

que configura, particularmente, el caso del Brasil.<br />

El gasto en Defensa del Brasil no se ve, por lo tanto, excesivo o sobredimensionado, en el<br />

contexto de Sudamérica. Por el contrario, el signo negativo identificado en la correlación<br />

entre las producciones económicas y los gastos en Defensa en el continente, así como la<br />

verificación de que el porcentaje del PBI brasileño destinado a Defensa se encuentra ligeramente<br />

por de bajo de la media continental, también indican una notable moderación en el<br />

gasto en Defensa del Brasil. Dicho porcentaje corresponde a la mediana de los porcentajes<br />

del PBI destinados a Defensa, calculada para a región, lo que marca la adecuación del gasto<br />

en Defensa del Brasil, en relación con los demás países de Sudamérica.<br />

Mientras tanto, sucede que el mantenimiento de niveles moderados de gastos en Defensa<br />

puede, ser parte de una estrategia de relaciones exteriores. Destaco, al respecto, el uso de<br />

la expresión “niveles moderados” y no “niveles bajos”, ya que no es bajo el gasto en Defensa<br />

del Brasil, en especial si consideramos el contexto de Sudamérica. Sin descartar la<br />

256


econocida importancia del gasto en Defensa, tal vez el Brasil pueda, al mantener niveles<br />

moderados en gastos militares y al rechazar el uso de tecnología nuclear para construcción<br />

de armamentos, contribuir de manera efectiva para la paz en la región.<br />

En el intento de reforzar su papel de potencia regional, el Brasil utiliza los<br />

acuerdos firmados con la Argentina en el campo nuclear para “presentarse”<br />

al mundo como una región efectivamente pacífica y, de esta forma, contribuir<br />

con el objetivo de no proliferación. Como se puede ver en el discurso del<br />

Ministro de Relaciones Exteriores, Luiz Felipe Lampreia, en ocasión de la<br />

firma de adhesión al Tratado de No Proliferación (TNP) en Washington,<br />

el 18 de septiembre de 1998: “Junto con la Argentina, el Brasil tomó la iniciativa<br />

de ofrecer su experiencia bilateral en el campo nuclear como ejemplo de como es<br />

posible cooperar, de manera exitosa, en la no proliferación nuclear en un clima<br />

de transparencia y confianza y, al hacerlo, fortalecer el régimen internacional<br />

de la no proliferación (OLIVEIRA; ONUKI, 2010, p. 112).<br />

Lo ideal [...] tal vez el Brasil [...] pueda contribuir a un futuro más pacífico<br />

al enseñar a los otros [...] que la fuerza militar debe ser apenas un último recurso<br />

y un Estado puede influir más en el sistema internacional sin recurrir de manera<br />

obligatoria, a la fuerza, a no ser como último recurso (BERTONHA, 2013, p. 128).<br />

Por último, vale recordar la importancia de la transparencia en el gasto en Defensa en<br />

Sudamérica. En el contexto formado por la baja intensidad conflictiva y por la búsqueda de<br />

cooperación en Defensa, una eventual falta de transparencia por parte del Brasil, país que<br />

contribuye con más de la mitad del gasto en Defensa regional, inevitablemente, generaría<br />

desconfianza en los países vecinos. Por ello, la atención a los foros multilaterales de debate,<br />

especialmente el Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), en el ámbito de la Unión de<br />

Naciones Suramericanas (UNASUR), es esencial. Un aumento en el gasto militar brasileño<br />

no acompañado de la debida transparencia para los vecinos, por parte de la mayor economía<br />

regional, debilitaría, fatalmente, los esfuerzos en pos del establecimiento de medidas<br />

de confianza mutua y de la creación de una zona de cooperación.<br />

Al continuar incrementando la transparencia tanto en los gastos en defensa y en<br />

la política de armamento como en el desarrollo de doctrinas en seguridad, se<br />

estaría prestando una contribución para a largo plazo orientar las políticas de<br />

seguridad en dirección a la cooperación (FLEMES, 2004, p. 185)<br />

257


Efectos inciertos de un aumento en el gasto en Defensa<br />

Un aumento en el gasto de Defensa, no solo para el Brasil, sino para todos los países de<br />

Sudamérica, debe analizarse con mucha cautela. Esto es porque no hay ninguna relación<br />

concluyente entre la realización de mayores gastos de naturaleza militar y la generación de<br />

crecimiento económico o de mejoras de cualquier orden (KENNEDY, 1983; WILKINS,<br />

2004; RASHID; ARIF, 2012; BAIK, 2014). Los estudios ya realizados muestran que diferentes<br />

experiencias de relación entre el gasto en Defensa y el crecimiento económico se deben<br />

tratar de manera individual (SANDLER; HARTLEY, 1995; FREDERIKSEN; LOONEY,<br />

1995; DUNNE, 2003). Todo depende de un delicado planeamiento en el aumento del gasto<br />

en Defensa, el cual debe estar muy bien conectado con los otros aspectos de la actuación<br />

económica nacional, en especial en lo que se refiere a las fuentes de financiamiento, de<br />

forma de que la inversión en Defensa no represente una disminución de recursos para<br />

sectores productivos relevantes.<br />

La correlación entre el gasto en Defensa y el crecimiento económico se debe<br />

interpretar en el contexto de las fuentes de financiamiento – gasto en Defensa,<br />

como una categoría positiva del gasto público, si se financia con ingresos no<br />

distorsionados, tiene un efecto positivo en el crecimiento económico; y si se<br />

financia con ingresos distorsionados, puede tener un efecto positivo o negativo<br />

en el crecimiento económico, dependiendo del nivel de gasto en Defensa 271<br />

(BRASOVEANU, 2010, p. 165, traducción nuestra).<br />

Investigaciones muestran que los efectos positivos de la inversión en Defensa tienden a<br />

ser más visibles en los países económicamente más desarrollados e industrializados (KA-<br />

TOCH, 2006; IHORI, 2007; AWAWORYI; YEW, 2014). En el caso de países menos industrializados,<br />

llamados Low Developed Countries (LDC), esos efectos positivos dependen de<br />

la existencia de sectores económicos específicos que tengan una mínima capacidad de usufructuar<br />

potenciales efectos positivos del gasto en Defensa (SANDLER; HARTLEY, 1995).<br />

Especialmente, en América Latina, se verifica que los gastos militares, en general, no han<br />

traído beneficios de real importancia para las economías de los países de la región, ni han<br />

sido adecuados para dar cumplimiento integral de las tareas de Defensa de los diversos<br />

países (AGUILAR, 2008; MONSERRAT, 2009).<br />

Los resultados también sugieren que, de acuerdo con el debate teórico, es difícil<br />

estimar un efecto preciso del gasto militar sobre el crecimiento. […] Esta falta<br />

de asociación puede resultar de la omisión de relevantes variables económicas<br />

258


y de control estratégico, pero, realmente sugieren que los efectos del gasto militar<br />

son, de forma general, pequeños 272 (SMITH; DUNNE, 2001, p. 16-18,<br />

traducción nuestra).<br />

El cuidadoso planeamiento del gasto en Defensa es esencial. Países que no reevaluaron de<br />

manera constante su planeamiento de Defensa caen en la trampa de ver que los planes trazados<br />

no reflejan las reales necesidades del país, sino que además generan poco o ningún<br />

beneficio (PATILLO, 2001; RUNZA, 2004; PELÁEZ, 2009). Si el Brasil o cualquier país de<br />

Sudamérica desearan impulsar su crecimiento y desarrollo a través del aumento en la inversión<br />

en Defensa, deberá estar consciente de la importancia de garantizar la correspondencia<br />

del planeamiento de Defensa al planeamiento de Economía. La buena noticia, para el<br />

Brasil, es que el país ya dispone de un parque industrial y de un know-how adecuados para<br />

la absorción de tecnología de punta provenientes de nuevas adquisiciones e inversiones en<br />

investigaciones de carácter militar, lo que podría hacer de un aumento en el gasto militar un<br />

efectivo impulso para el crecimiento económico y el desarrollo, considerados como un todo.<br />

En algunos países de menor desarrollo (ej. Brasil e India), la producción de<br />

Defensa se encuentra en el sector exportador usando métodos de avanzada<br />

tecnología. Para esos países, la Defensa canalizaría, y no desviaría, recursos<br />

para el sector exportador e incentivaría el crecimiento 273 (SANDLER;<br />

HARTLEY, p. 202, traducción nuestra).<br />

Gasto en Defensa y avance tecnológico<br />

Otro debate relevante se da en relación con las externalidades positivas que se pueden<br />

conseguir a partir del gasto en Defensa. Es necesario, otra vez, enfatizar que el gasto en<br />

Defensa no debería verse solo en términos cuantitativos de recursos que se gastan. El Libro<br />

Blanco (LBDN) recuerda que al país no se lo puede percibir como indefenso, más allá de su<br />

tradición pacífica, y que la Defensa representa el seguro que el Estado brasileño debe pagar<br />

para garantizar un ambiente favorable a su desarrollo económico y social (BRASIL, 2012).<br />

Siempre que se habla de externalidades, o spill overs, del gasto en Defensa, se destaca la<br />

posibilidad de que se generen avances tecnológicos que puedan se aprovechados por la economía<br />

nacional. La íntima relación entre Defensa y tecnología resulta del carácter central<br />

del aspecto tecnológico para la guerra contemporánea (CAVERLEY, 2007). La sociología<br />

de la guerra confirma que, a lo largo de la afirmación de la cultura militar occidental, el<br />

componente tecnológico fue decisivo.<br />

La cultura fue la occidental. Esta comprendió tres elementos, uno derivado de<br />

259


si mismo, otro prestado del Orientalismo y un tercero que le fue proporcionado<br />

por su propio potencial para adaptación y experimentación. Los tres elementos<br />

son, respectivamente, moral, intelectual e tecnológico 274 (KEEGAN, 1994,<br />

p. 389 traducción nuestra).<br />

En los últimos años se hizo más que evidente la centralidad tecnológica en la guerra moderna.<br />

Desde hace tres décadas la información y la automación están aumentando en la<br />

composición de los modernos sistemas de armas. La intensidad tecnológica alteró tanto la<br />

manera de luchar que, en ciertos casos, como en la Guerra del Golfo, las batallas clásicas<br />

de enfrentamiento de tropas, no ocurrieron. Las guerras pasaron a ganarse, en gran parte,<br />

en las consolas de los modernísimos equipamientos de sensores remotos, inteligencia y<br />

dirección de sistemas de armas teleguiadas.<br />

A fines de los años ochenta, virtualmente todo sistema de armas de pequeño<br />

porte, como un misil antitanque, contenía por lo menos un microprocesador;<br />

mientras que los de gran porte, como aeronaves, contenían docenas, cuando<br />

no centenas. Además, las computadoras estaban comenzando a comunicarse<br />

entre si, con esto formando redes completas de armas autoactivadas, apoyadas<br />

de manera mutua 275 (VAN CREVELD, 1997, p. 307 traducción nuestra).<br />

La guerra del Golfo, ese conflicto tan innovador en los inicios de los años<br />

noventa, es aquí reveladora. El enfrentamiento terrestre, tan esperado por el<br />

poder iraquí, no tuvo lugar: mismo antes de que pudiera darse, el ejército iraquí<br />

era destruido, física y moralmente, por varias semanas de bombardeos masivos.<br />

Hubo realmente una guerra, no obstante, no hubo batalla (AUDOIN-ROUZEAU,<br />

2009, p. 307).<br />

Entre tanto, es peligrosa la generalización de la idea de que mayores gastos en Defensa generarían,<br />

de forma necesaria, un avance tecnológico. Cada caso es un caso en la economía<br />

de defensa, no habiendo relación directa entre el aumento del gasto en Defensa y los spill<br />

overs relativos a beneficios tecnológicos. Es necesario crear condiciones para que el gasto<br />

en Defensa se convierta en beneficios para la economía y para la sociedad, en lo que se<br />

refiere a la absorción y a la generación de tecnología de punta.<br />

La experiencia internacional revela que no hay ninguna garantía de que un mayor aporte<br />

de recursos a Defensa resulte en mayor evolución tecnológica o en más desarrollo (GAR-<br />

FINKEL, 1990; FISHER; BRAUER, 2003; HARTLEY, 2007). Todo depende del acuerdo de<br />

integración que se consiga entre el componente económico y el componente militar del país<br />

(HARRISON, 2001; STROUP; HECKELMAN, 2001; DUNNE, 2004; MESA, 2012). Para el<br />

260


Brasil, en especial, ese acuerdo de integración es crítico si se pretende beneficiar la base industrial<br />

del país con innovación tecnológica proveniente del gasto de Defensa (RAZA, 2011).<br />

Se hace necesario crear condiciones para que la política de Defensa actúe de forma coordinada<br />

con otras políticas públicas, y así fomentar la innovación y contribuir a reducir la<br />

brecha tecnológica que separa a Brasil de los países más desarrollados. La prioridad es<br />

crear una relación sinérgica que posibilite no solo la conquista de la autosuficiencia en la<br />

producción de armamentos y de otros bienes de empleo militar, sino también, la generación<br />

de externalidades positivas a partir de la inversión en Defensa. Cambios en la mentalidad<br />

y en la forma de conducción de los asuntos de Defensa son especialmente relevantes.<br />

En lo que se refiere al cambio de mentalidad, en el Brasil, sobresale el caso de Embraer, experiencia<br />

exitosa de comunión entre los aspectos militar y civil de la inversión en Defensa.<br />

El proyecto del avión de combate subsónico AMX posibilitó el desarrollo de tecnología<br />

para la construcción de jets, pero fue el foco en la producción de aviones comerciales, y<br />

no militares, que impulsó el crecimiento de la empresa. La intensa integración entre el<br />

segmento militar y el segmento comercial transformó a Embraer y la convirtió en un orgullo<br />

nacional. El cambio de mentalidad en la empresa, con la incorporación de filosofía<br />

y prácticas de mercado -a partir de la formación de un cuerpo administrativo con perfil<br />

diferenciado y orientado hacia el mercado- fue decisivo.<br />

El perfil del nuevo cuerpo administrativo, compuesto por ejecutivos y<br />

profesionales de mercado y antiguos empleados de carrera de Embraer, refleja<br />

el establecimiento de un nuevo ciclo de negocios expresado en el compromiso<br />

de una administración empresarial dirigida hacia los resultados económicos<br />

y enfocados en la satisfacción de los clientes. Una visión de negocio pragmática y<br />

más objetiva (SILVEIRA, 2008, p. 27)<br />

La adopción de prácticas de mercado e innovaciones en el campo gerencial deben encabezar<br />

ese esfuerzo de absorber nuevas tecnologías a partir de inversiones en Defensa. El<br />

conocimiento y la tecnología conseguidos, por ejemplo, con el Proyecto de Desarrollo de<br />

Submarinos (Prosub) y el Proyecto Nuclear de la Marina (PNM), así como con el offset<br />

referente al caza supersónico Gripen, no pueden quedar restringidos al mundo militar. Sin<br />

spill overs para la industria en general, esas inversiones representarán simples despilfarros.<br />

CONCLUSIONES<br />

El buen desempeño del Área de Defensa es esencial para que el Brasil alcance sus objetivos<br />

nacionales. Sin la adecuada Defensa no se puede garantizar las condiciones necesarias para<br />

261


el desarrollo de las actividades productivas y para el crecimiento social. Desde la creación<br />

del Ministerio de Defensa (MD) ya se adoptaron importantes medidas, entre ellas : formulación<br />

y actualización de la Política Nacional de Defensa (PND), 276 elaboración de la<br />

Estrategia Nacional de Defensa (END), divulgación del Libro Blanco de Defensa Nacional<br />

(LBDN) y creación del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCFA).<br />

Resta proseguir con el esfuerzo de perfeccionamiento, en especial en lo que se refiere a la<br />

estructura presupuestaria-financiera, y actuar en el sentido de proporcionar a la sociedad<br />

brasileña, con eficiencia, ese bien público de importancia fundamental. Reducir el gasto en<br />

personal es una medida urgente, el cual debe ser incluido plenamente por todos los planeadores<br />

de Defensa del Brasil. Solo con una profunda reestructuración del presupuesto será<br />

posible obtener mejores resultados.<br />

En el contexto de la prioridad atribuida por el Brasil a Sudamérica, el nivel de gasto en<br />

Defensa realizado por el país se muestra adecuado para el cuadro general del continente.<br />

No se ve excesivo o sobredimensionado. El hecho de que el gasto brasileño en Defensa<br />

represente más del la mitad del gasto en Defensa de Sudamérica se debe entender como<br />

consecuencia del gran volumen de su economía en relación con los países vecinos. No tiene<br />

sentido atribuir al Brasil la responsabilidad de iniciar carreras armamentistas en la región<br />

o fomentar el aumento de gastos militares.<br />

Estadísticamente, el porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) del Brasil destinado a Defensa,<br />

en el período de 2000 a 2013 (1,6 %), corresponde a la mediana de los países de Sudamérica<br />

y se encuentra un poco por debajo de la media (1,7 %). Además, los coeficientes de<br />

correlación calculados para la región son negativos, lo cual indica que países con PBI mayor<br />

muestran una tendencia a destinar porcentajes menores de su producción económica para<br />

el gasto en Defensa. Por ese prisma, se puede decir que el Brasil tiene destinado recursos<br />

para Defensa en niveles menores que otros países sudamericanos y que algún incremento<br />

en el gasto militar hasta se podría justificar. Las dimensiones continentales del territorio<br />

brasileño, por ejemplo, servirían fácilmente de argumento favorable para un incremento.<br />

A pesar del carácter bastante moderado del gasto militar brasileño, no es el caso de abogar<br />

un inmediato incremento del porcentaje del PBI del Brasil destinado a Defensa, por lo<br />

menos por tres razones. La primera se refiere a la significación internacional que tendría<br />

esa suba, dentro del contexto de la estabilidad política de la región. La segunda se refiere al<br />

beneficio económico que realmente se podría conseguir con ese aumento. La tercera, a su<br />

vez, hace referencia a la urgente necesidad de ajustes estructurales previos en el presupuesto<br />

de Defensa del Brasil.<br />

En lo referente al contexto regional de Sudamérica, un aumento del gasto en Defensa del<br />

Brasil, si se dejan de lado las consideraciones relativas al multilateralismo internacional,<br />

podría indicar aspectos bastante negativos. Los países vecinos podrían percibir dicho au-<br />

262


mento como una fuente de desequilibrio y pasar a ver a Brasil con desconfianza. Además, si<br />

es intención del Brasil hacer con que su gasto en Defensa se perciba como un beneficio para<br />

Sudamérica, todo debe estar muy bien concertado con los países interesados. Un eventual<br />

aumento en la asignación de recursos presupuestarios a Defensa, desde el punto de vista<br />

de las relaciones del Brasil con Sudamérica, solo se podría percibir de forma positiva en<br />

un ambiente de franca cooperación y absoluta transparencia. Los foros multilaterales de<br />

la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), especialmente el Consejo de Defensa<br />

Suramericano (CDS), deben ser instituciones privilegiadas para tal fin.<br />

En cuanto al beneficio económico que podría resultar para el Brasil, como consecuencia<br />

de un aumento en el gasto en Defensa, vale destacar que se trata de una apuesta alta y de<br />

resultado incierto. La literatura económica no confirma, de manera concluyente, ninguna<br />

relación positiva en el sentido de que a mayor gasto en Defensa corresponda un mayor crecimiento<br />

económico, aunque esa posibilidad sea contemplada y, ocasionalmente, verificada.<br />

Cada caso se debe tratar de forma individual y el aumento en el gasto en Defensa podrá<br />

ser tanto benéfico como prejudicial para la economía del país. El adecuado planeamiento<br />

del gasto en Defensa, en estrecha cooperación con otros sectores del gobierno y del sector<br />

privado, será decisivo.<br />

Para sustentar la importancia del mantenimiento de los niveles actuales del gasto en Defensa<br />

es fundamental identificar las externalidades positivas que se pueden obtener. El gasto<br />

en Defensa no puede ser visto como un simple gasto, una vez que la seguridad es condición<br />

sine qua non para el desarrollo económico y social del país. Entre tanto, extraer el máximo<br />

de resultados positivos de la aplicación de recursos en Defensa es esencial para justificar la<br />

continuidad del destino de recursos al sector.<br />

En especial, sobresalen posibles y deseados avances tecnológicos, a ser aprovechados por<br />

la economía nacional. La íntima relación entre Defensa y tecnología debe rendir frutos que<br />

puedan ser cosechados por toda la sociedad y, para esto, el establecimiento de acuerdos<br />

sinérgicos de coordinación interinstitucional es fundamental. De poco sirven avances tecnológicos<br />

en Defensa que no se puedan transferir a otros sectores de la economía, dado que<br />

la conquista de la autosuficiencia en la producción de armamentos debe servir, prioritariamente,<br />

para la reducción de la brecha tecnológica que separa a Brasil, una de las mayores<br />

economías mundiales, de otros países tecnológicamente más avanzados.<br />

En la economía de defensa, cada caso se debe tratar de forma individual. No hay ninguna<br />

relación directa entre el aumento del gasto en Defensa y los spill overs relativos a beneficios<br />

tecnológicos. Solo la creación de condiciones adecuadas puede hacer con que el gasto en<br />

Defensa resulte en beneficios socioeconómicos, en especial en lo que se refiere a la absorción<br />

de tecnologías de punta oriundas de otros países y su posterior generación endógena.<br />

La experiencia internacional revela que no hay ninguna garantía de que un mayor aporte<br />

263


de recursos a Defensa resulte en mayor evolución tecnológica o más desarrollo.<br />

Las autoridades gubernamentales, tanto de Defensa como de otros ramos, así como la industria<br />

y otros sectores de la sociedad deben priorizar esa información en cuanto al establecimiento<br />

de acuerdos institucionales orientados hacia la tentativa de evolución tecnológica<br />

a partir del gasto en Defensa. Cambios en la mentalidad y en la forma de conducción<br />

de los asuntos tecnológicos en Defensa deben tener prioridad absoluta.<br />

Deben tratarse ajustes presupuestarios estructurales previos, o, por lo menos, concomitantes<br />

a un eventual aumento en el gasto en Defensa, por parte del Brasil. Deficiencias estructurales<br />

crónicas pueden terminar por minar el camino de la evolución deseada y hacer con<br />

que buenas intenciones terminen con un mal resultado. Simplemente aumentar la asignación<br />

de recursos en Defensa sin ocuparse de una imperiosa reestructuración en el presupuesto<br />

de Defensa podría, fácilmente, obstaculizar el logro de los objetivos pretendidos.<br />

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Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

266


País<br />

Argentina<br />

Bolivia<br />

Brasil<br />

Chile<br />

Colombia<br />

Ecuador<br />

Guyana<br />

Paraguay<br />

Perú<br />

Uruguay<br />

Venezuela<br />

Anexo I Gasto en Defensa en Sudamérica (USD millones – referencia 2011)<br />

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008<br />

2.170 2.138 1.822 1.876 1.931 2.028 2.091 2.421 2.750<br />

271 304 284 318 307 296 299 333 398<br />

25.175 29.161 29.550 23.574 24.494 26.503 27.442 29.596 31.489<br />

3.329 3.404 3.387 3.397 4.040 4.335 4.937 4.944 5.222<br />

6.077 6.683 7.018 7.372 7.868 8.011 8.470 8.985 10.621<br />

608 637 745 1.011 945 1.240 1.198 1.616 1.873<br />

18 20 22 21 21 22 21 25 29<br />

217 198 191 170 202 181 204 209 215<br />

1.578 1.482 1.384 1.403 1.487 1.646 1.694 1.626 1.591<br />

876 860 792 709 687 702 725 697 794<br />

2.612 2.640 1.939 1.888 2.676 3.615 4.770 3.981 4.447<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

2009<br />

3.264<br />

394<br />

34.335<br />

4.569<br />

11.158<br />

2.109<br />

30<br />

238<br />

1.965<br />

877<br />

3.253<br />

2010<br />

3.607<br />

364<br />

38.129<br />

5.131<br />

11.072<br />

2.188<br />

30<br />

264<br />

2.076<br />

885<br />

2.553<br />

267


País<br />

Argentina<br />

Bolivia<br />

Brasil<br />

Chile<br />

Colombia<br />

Ecuador<br />

Guyana<br />

Paraguay<br />

Perú<br />

Uruguay<br />

Venezuela<br />

Anexo II Producto Bruto Interno (PBI) en Sudamérica (USD millones – referencia 2011)<br />

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009<br />

197.273 178.167 165.636 170.545 193.100 225.333 232.333 269.000 343.750 326.400<br />

12.905 13.217 14.200 14.455 16.158 16.444 18.688 19.588 19.900 19.700<br />

1.398.611 1.458.050 1.555.263 1.571.600 1.632.933 1.766.867 1.829.467 1.973.067 2.099.267 2.145.938<br />

118.893 121.571 130.269 141.542 161.600 180.625 205.708 214.957 208.880 207.682<br />

202.567 202.515 206.412 210.629 224.800 235.618 256.667 272.273 287.054 286.103<br />

152.000 127.400 124.167 126.375 135.000 137.778 149.750 146.909 156.083 150.643<br />

1.167 1.176 1.147 1.111 1.161 1.158 1.189 1.255 1.300 1.322<br />

15.500 99.000 17.364 17.000 18.364 20.111 20.400 20.900 21.500 21.636<br />

87.667 87.176 92.267 93.533 106.214 109.733 130.308 135.500 144.636 140.357<br />

35.040 34.400 31.680 30.826 32.714 33.429 34.524 38.722 39.700 39.864<br />

174.133 165.000 161.583 157.333 205.846 258.214 298.125 306.231 317.643 271.083<br />

Fuente: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

2010<br />

400.778<br />

21.412<br />

2.383.063<br />

233.227<br />

307.556<br />

156.286<br />

2.323<br />

24.000<br />

159.692<br />

44.250<br />

283.667<br />

268


Orçamento da Defensa do Brasil<br />

e o contexto Sul-Americano<br />

Carlos Wellington Leite de Almeida<br />

INTRODUÇÃO<br />

O orçamento da Defesa no Brasil apresenta dimensões adequadas ao contexto sul-americano.<br />

Sua análise denota o contraste entre um valor financeiro elevado, representando<br />

mais da metade do gasto militar da América do Sul, e um percentual mais baixo de destinação<br />

do produto econômico ao setor Defesa. O contraste decorre, mais do que tudo, do<br />

gigantismo econômico do Brasil frente aos países vizinhos.<br />

A América do Sul constitui uma das regiões mais desmilitarizadas do mundo, o que faz<br />

com que o gasto com Defesa na região seja sempre realizado em meio a críticas e pressões<br />

para sua redução. Região com graves problemas que vão desde o saneamento básico até<br />

o respeito aos povos nativos, tem nas questões sociais suas mais evidentes prioridades. A<br />

discussão sobre Defesa, nesse contexto, além de escassa, é quase sempre voltada para a<br />

redução de gastos militares e para a destinação dos recursos economizados em Defesa às<br />

áreas de impacto social mais visível, como a Educação e a Saúde.<br />

A análise utiliza ferramentas do método quantitativo, tanto descritivo quanto inferencial.<br />

Do ponto de vista descritivo, são tratados os conceitos de média e mediana. Do ponto<br />

de vista inferencial, são usados os Coeficientes de Pearson e de Spearman. O nível de<br />

significância adotado para os cálculos foi 0,05, o que implica 95% de segurança para generalizar<br />

resultados, nível considerado apropriado para as Ciências Sociais (SAMPIERI,<br />

COLLADO; LUCIO, 2006).<br />

269


Predominância brasileira nos gastos de Defesa<br />

Na América do Sul, como componente do gasto com Defesa total da região, predomina<br />

de forma absoluta o gasto com Defesa do Brasil. Considerando-se os dados divulgados<br />

pelo (SIPRI) para os países sul-americanos,<br />

entre os anos de 2000 a 2013 (Anexo I), verifica-se a predominância brasileira. O<br />

Quadro I, abaixo resume os valores para o ano 2013, em que o gasto com Defesa do Brasil<br />

representou 51% do gasto com Defesa da região, e para o ano 2000, em que o país chegou<br />

a contribuir com 59%:<br />

Quadro I Gasto com Defesa sul-americano anos 2000 e 2013<br />

Gasto Defesa 2013 Gasto Defesa 2000<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Como se pode perceber, o Brasil, isoladamente, responde por mais da metade do gasto<br />

com Defesa da América do Sul. Uma situação da qual se podem tirar conclusões de toda<br />

ordem, entre as quais, uma, pelo menos, se destaca: a de que o Brasil pode contribuir<br />

negativamente para a adoção de medidas de confiança mútua, por armar-se de forma excessiva<br />

em relação a seus vizinhos. O Gráfico I, a seguir, indica a contribuição percentual<br />

de cada país para a formação do gasto total com Defesa, na América do Sul, em 2013.<br />

270


Gráfico I Gasto com Defesa na América do Sul (%) 2013<br />

Uruguai 1%<br />

Peru 4%<br />

Paraguai 1%<br />

Equador 4%<br />

Guiana 0%<br />

Venezuela 6%<br />

Argentina 7%<br />

Bolívia 1%<br />

Colômbia 18%<br />

Chile 7%<br />

Brasil 51%<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Predomina, na América do Sul, já há mais de duas décadas, a noção de que a segurança<br />

regional deve desenvolver-se de forma cooperativa e não competitiva (JOHNSON, 2000;<br />

PALOMINO MILLA, 2005; FUCCILLE, 2014; RODRÍGUEZ CUITIÑO, 2014). Ocorre<br />

que só recentemente o Brasil passou a perceber na Defesa um elemento importante nas<br />

relações exteriores, em especial para a América do Sul (OLIVEIRA, 2010; CORRÊA, 2014),<br />

o que gera uma necessidade de melhor justificar a dimensão do gasto com Defesa do país<br />

frente aos de seus vizinhos.<br />

Dimensão econômica dos gastos com Defesa: média e mediana<br />

Se, à primeira vista, o gasto com Defesa do Brasil na América do Sul parece alarmante e<br />

de uma grandeza desproporcional, essa noção se vê bastante relativizada quando se analisa<br />

o gasto com Defesa em contraponto às economias dos outros países. O Produto Interno<br />

Bruto (PIB) dos países da América do Sul para o ano 2013, elaborado a partir dos dados do<br />

SIPRI (Anexo II), nos permite perceber essa dimensão. Se o gasto com Defesa do Brasil se<br />

mostra gigante, seu PIB também se revela colossal frente ao de seus vizinhos (Gráfico II).<br />

271


Gráfico I PIB da América do Sul (%) 2013<br />

Uruguai 1%<br />

Peru 4%<br />

Paraguai 1%<br />

Equador 3%<br />

Colômbia 8%<br />

Guiana 0%<br />

Chile 6%<br />

Venezuela 7%<br />

Argentina 12%<br />

Bolívia 1%<br />

Brasil 57%<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Como visto, em 2013, o PIB do Brasil correspondeu a 57% do PIB da América do Sul. Ora,<br />

uma vez que a produção econômica do Brasil, representada por seu PIB, corresponde a<br />

mais da metade da produção econômica sul-americana, já não se mostra tão alarmante o<br />

fato de que o país também contribua com mais da metade do gasto com Defesa da região.<br />

Além disso, se o gasto com Defesa for considerado como percentual do PIB, poder-se-á<br />

perceber que o Brasil despende proporcionalmente pouco em relação a outros países da<br />

América do Sul. No período de 2000 a 2013, de acordo com os dados do SIPRI, o gasto<br />

com Defesa do Brasil equivaleu a 1,6% do PIB, um pouco abaixo, portanto, da média dos<br />

países sul-americanos, que montou a 1,7%, percentual despendido pela Guiana. Os gastos<br />

com Defesa da Bolívia, do Uruguai, do Chile e da Colômbia, no mesmo período, ficaram<br />

acima da média, sendo que o da Colômbia atingiu 3,4%, o dobro da média.<br />

Resultado semelhante se verifica, também, com referência à mediana. O percentual de<br />

1,6% do PIB, despendido com Defesa pelo Brasil, corresponde, exatamente, à mediana<br />

do gasto com Defesa dos países da América do Sul. Essa consideração estatística é relevante,<br />

pois a mediana representa o valor típico da série numérica (FERNANDES, 1999)<br />

e é menos influenciada por valores aberrantes (BARROS, 2007). O Gráfico III apresenta<br />

percentuais, média e mediana.<br />

272


Gráfico III Gasto médio com Defesa % do PIB 2000 – 2013<br />

Colômbia<br />

Chile<br />

Uruguai<br />

Bolívia<br />

Guiana (média)<br />

Brasil (mediana)<br />

Peru<br />

Venezuela<br />

Paraguai<br />

Equador<br />

Argentina<br />

1,8<br />

1,7<br />

1,6<br />

1,4<br />

1,3<br />

1,1<br />

1,1<br />

1,0<br />

2,1<br />

2,4<br />

3,4<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI,2014)<br />

Gastos com Defesa e PIB: Coeficiente de Pearson (r)<br />

Continuando com o propósito de verificar a adequação do gasto com Defesa do Brasil em<br />

relação aos países da América do Sul, procede-se ao cálculo do Coeficiente de Pearson<br />

(r), técnica mais relevante para definir o comportamento relativo entre duas variáveis ou<br />

grandezas quantitativas (BRIONES, 1996; PARDINAS, 1999). As grandezas utilizadas são<br />

o PIB dos países da América do Sul, definido como variável independente (x) e o respectivo<br />

gasto com Defesa, definido como variável dependente (y). Organizados, na ordem<br />

crescente do valor da variável (x), os dados se dispõem como no Quadro II.<br />

O Coeficiente de Pearson (r) é, então, calculado. Utiliza-se o modelo constituído pelo Quadro<br />

III e confirma-se o valor por meio de função estatística específica do Excel for Windows ®.<br />

O valor obtido indica a existência (ou inexistência) de correlação entre as variáveis independente<br />

(x) e dependente (y), bem como o sentido dessa correlação.<br />

Uma covariância positiva indica que as variáveis tendem a se moverem juntas;<br />

uma covariância negativa indica que as variáveis tendem a se moverem em<br />

direções opostas (BERTOLO, 2010, p. 4).<br />

273


Quadro II PBI (US$ milhões) e gasto com Defesa (% PIB) média 2000-2013<br />

País Guiana Bolívia Paraguai Uruguai Peru Equador<br />

PIB 1.604 18.724 26.865 38.710 131.646 143.970<br />

% Defensa 1,7 1,8 1,1 2,1 1,4 1,1<br />

País Chile Venezuela Colômbia Argentina Brasil<br />

PIB 194.214 252.359 266.858 297.000 1.954.962<br />

% Defensa 2,4 1,3 3,4 1,0 1,6<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

274


Quadro III Coeficiente de Pearson PIB (x) e % Defesa (y) 2000-2013<br />

País<br />

PBI (X)<br />

% Def (Y)<br />

x<br />

y<br />

xy<br />

x 2<br />

y 2<br />

Guiana<br />

1.604<br />

1,7<br />

-300.842,5<br />

0,0<br />

5.469,9<br />

90.506.237.155,6<br />

0,0<br />

Bolívia<br />

18.724<br />

1,8<br />

-283.722,5<br />

0,1<br />

-23.213,7<br />

80.498.482.799,2<br />

0,0<br />

Paraguai<br />

26.865<br />

1,1<br />

-275.581,5<br />

-0,6<br />

170.359,5<br />

75.945.188.195,1<br />

0,4<br />

Uruguai<br />

38.710<br />

2,1<br />

-263.736,5<br />

0,4<br />

-100.699,4<br />

69.556.965.408,3<br />

0,1<br />

Peru<br />

131.646<br />

1,4<br />

-170.800,5<br />

-0,3<br />

54.345,6<br />

29.172.826.327,6<br />

0,1<br />

Equador<br />

143.970<br />

1,1<br />

-158.476,5<br />

-0,6<br />

97.967,3<br />

25.114.815.459,2<br />

0,4<br />

Chile<br />

194.214<br />

2,4<br />

-108.232,5<br />

0,7<br />

-73.794,9<br />

11.714.283.895,6<br />

0,5<br />

Venezuela<br />

252.359<br />

1,3<br />

-50.087,5<br />

-0,4<br />

20.945,7<br />

2.508.762.209,7<br />

0,2<br />

Colômbia<br />

266.858<br />

3,4<br />

-35.588,5<br />

1,7<br />

-59.853,5<br />

1.266.544.567,4<br />

2,8<br />

Argentina<br />

297.000<br />

1,0<br />

-5.446,5<br />

-0,7<br />

3.911,6<br />

29.664.857,4<br />

0,5<br />

Brasil<br />

1.954.962<br />

1,6<br />

1.652.515,5<br />

-0,1<br />

-195.297,3<br />

2.730.807.327.511,6<br />

0,0<br />

∑ X= 3.326.912,0 ∑ Y=18,9 ∑xy= -99.859,1 ∑x 2 =3.117.121.096.386,7 ∑y 2 = 5,0<br />

. .<br />

X= 302.446,5 Y=1,7<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

Modelo de cálculo disponível em PARDINAS (1999)<br />

Coeficiente de Pearson<br />

r =<br />

∑ x.y ∑ x.y =<br />

√(∑ x²).(∑ y²)<br />

∑ x² =<br />

∑ y² =<br />

r =<br />

-99.859,1<br />

3.117.121.098.386,7<br />

5,0<br />

-0,025253196<br />

O resultado do Coeficiente de Pearson (r) obtido por meio do modelo de cálculo,<br />

, é confirmado pelo programa , pois, utilizando-se a<br />

função estatística pertinente (Pearson), chega-se, exatamente, ao mesmo valor e sinal do<br />

coeficiente. O valor de r, entre 0 (zero) e -0,1 (menos zero vírgula um), indica correlação<br />

275


fraquíssima, quase inexistente. O sinal negativo, adicionalmente, sinaliza uma tendência a<br />

que a um aumento na variável independente (x) corresponda uma diminuição na variável<br />

dependente (y) (SABINO, 1996; PARDINAS, 1999).<br />

Assim sendo, na América do Sul, não há qualquer correlação no sentido de que a um<br />

maior valor do PIB corresponda uma destinação de maior percentual ao gasto com Defesa.<br />

O Brasil e a Argentina, por exemplo, maiores economias da região, posicionam seus<br />

gastos com Defesa em percentuais do PIB abaixo da média regional. O sinal negativo do<br />

Coeficiente de Pearson (r) indica, até mesmo, uma leve tendência a que a um PIB maior<br />

corresponda um percentual menor destinado ao gasto com Defesa. Não procede, portanto,<br />

qualquer alegação de que o valor destinado pelo Brasil à sua Defesa seja exagerado ou desproporcional,<br />

do ponto de vista da produção econômica.<br />

Gastos com Defesa e PIB: Coeficiente de Spearman<br />

Ainda com o propósito de verificar a adequação do gasto com Defesa do Brasil em relação<br />

aos países da América do Sul, passa-se a mais uma prova estatística de tipo inferencial.<br />

O Coeficiente de Spearman (ρ) consiste na correlação de variáveis quantitativas dispostas<br />

em nível ordinal de medição. As variáveis são ordenadas segundo posições ou hierarquias,<br />

chamadas postos. O Coeficiente de Spearman (ρ) deriva do Coeficiente de Pearson (r),<br />

guardando com este forte semelhança nas formas de cálculo e análise (SIEGEL, 1975;<br />

BUNCHAFT; KELLNER, 1999; VIALI, 2010).<br />

Coeficiente de Correlação de Spearman: é o Coeficiente de Correlação Linear de<br />

Pearson quando se tem duas variáveis medidas em nível ordinal (LIRA, 2004, p. 154).<br />

É uma medida de associação que exige que ambas as variáveis se apresentem<br />

em escala ordinal, de modo que os objetos ou indivíduos possam dispor-se<br />

por postos em duas séries ordenadas (CÂMARA, 2001, p. 64).<br />

Outras análises correlacionais existem para o estudo de variáveis ordenadas por posições,<br />

como o tau de . Contudo, destaca GUILFORD (1950), a análise do Coeficiente<br />

de Spearman se mostra mais aplicável àqueles casos em que o número de pares é menor<br />

que 30 (trinta) e quando os dados já estão ordenados. É o caso da análise efetuada para os<br />

países sul-americanos, cujos dados são ordenados no Quadro IV.<br />

<br />

Os coeficientes (…) e (…) são <br />

em um , de tal modo que<br />

276


os indivíduos ou objetos da amostra podem ser ordenados por posições<br />

(hierarquias). (…) Tratam-se de estatísticas extremamente eficientes para<br />

dados ordinais. A diferença entre eles é [que] (…) o coeficiente de Kendall é<br />

um pouco mais significativo quando os dados contêm um número considerável<br />

de posições empatadas” (SAMPIERI; COLLADO; LUCIO, 2006, p. 477-478).<br />

Quadro IV Ordenação de variáveis PIB (x) e % Defesa (y) 2000-2013<br />

País<br />

Guiana<br />

Bolívia<br />

Paraguai<br />

Uruguai<br />

Peru<br />

Equador<br />

Chile<br />

Venezuela<br />

Colômbia<br />

Argentina<br />

Brasil<br />

PBI (x)<br />

1.604<br />

18.724<br />

26.865<br />

38.710<br />

131.646<br />

143.970<br />

194.214<br />

252.359<br />

266.858<br />

297.000<br />

1.954.962<br />

% Defensa (y)<br />

1,7<br />

1,8<br />

1,1<br />

2,1<br />

1,4<br />

1,1<br />

2,4<br />

1,3<br />

3,4<br />

1,0<br />

1,6<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

O Coeficiente de Spearman (ρ) é, então, calculado para o mesmo par de variáveis em relação<br />

às quais já foi calculado o Coeficiente de Spearman (r). As variáveis são constituídas<br />

pelo PIB dos países sul-americanos (x) e pelo percentual do PIB destinado ao gasto com<br />

Defesa (y), em cada um deles. O Quadro V, mostra o modelo de cálculo.<br />

Assim como ocorre com o Coeficiente de Pearson (r), do qual deriva, o Coeficiente de<br />

Spearman (ρ) retorna um número que varia entre (-) 1,00 e (+) 1,00 (FERREIRA, 2010).<br />

A análise do valor obtido é semelhante à que se faz para o Coeficiente de Pearson (VIALI,<br />

2010), sendo o valor (-) 1,00 correspondente a uma correlação negativa perfeita e o valor<br />

(+) 1,00 a uma correlação positiva perfeita. O valor obtido para ρ, -0,1 (menos zero vírgula<br />

um) sinaliza a existência de correlação negativa fraca, confirmando o resultado obtido<br />

por meio do Coeficiente de Pearson (r).<br />

277


Quadro V Coeficiente de Spearman (ρ) PIB (x) e % Defesa (y) 2000-2013<br />

PBI (X)<br />

Posto (x)<br />

% Defesa (y)<br />

Posto (y)<br />

d<br />

d 2<br />

1.604<br />

1<br />

1,0<br />

1<br />

-6<br />

36<br />

18.724<br />

2<br />

1,1<br />

2<br />

-6<br />

36<br />

26.865<br />

3<br />

1,1<br />

3<br />

1<br />

1<br />

38.710<br />

4<br />

1,3<br />

4<br />

-5<br />

25<br />

131.646<br />

5<br />

1,4<br />

5<br />

0<br />

0<br />

143.970<br />

6<br />

1,6<br />

6<br />

3<br />

9<br />

194.214<br />

7<br />

1,7<br />

7<br />

-3<br />

9<br />

252.359<br />

8<br />

1,8<br />

8<br />

4<br />

16<br />

266.858<br />

9<br />

2,1<br />

9<br />

-2<br />

4<br />

297.000<br />

10<br />

2,4<br />

10<br />

9<br />

81<br />

1.954.962<br />

11<br />

3,4<br />

11<br />

5<br />

25<br />

∑ d 2 =<br />

242<br />

n =<br />

11<br />

(n - 1) =<br />

10<br />

(n + 1) =<br />

12<br />

n.(n + 1).(n + 1) =<br />

1320<br />

6 . ∑ d 2 =<br />

1452<br />

ρ =<br />

-0,1<br />

Modelo de cálculo disponible en REYNAGA OBREGÓN (2001)<br />

Coeficiente de Spearman<br />

ρ =<br />

6 .∑ d 2 = -0,1<br />

n.(n + 1).(n + 1)<br />

278


O Coeficiente de Spearman (ρ) também sinaliza, portanto, não haver, na América do Sul,<br />

qualquer correlação no sentido de que a um maior valor do PIB corresponda uma destinação<br />

de maior percentual ao gasto com Defesa. E, da mesma forma que para o Coeficiente de Pearson<br />

(r), o sinal negativo indica uma tendência a que os países de maior PIB da região, como<br />

é, evidentemente, o caso do Brasil, estejam destinando um percentual menor ao gasto com<br />

Defesa. Os dois coeficientes correlacionais apresentam resultados, em tudo, convergentes.<br />

Acerca da utilização do Coeficiente de Pearson (r), análise de tipo paramétrica, e do Coeficiente<br />

de Spearman (ρ), análise não-paramétrica, para o mesmo conjunto de dados, é importante<br />

destacar a importância metodológica do mútuo reforço de resultados. Isso porque<br />

é possível encontrar situações em que um dos coeficientes contradiga o outro, sendo um<br />

negativo e o outro positivo. O Coeficiente de Spearman (ρ), em geral, pode apresentar uma<br />

tendência a contrariar o Coeficiente de Pearson (r), havendo, mesmo, a recomendação metodológica<br />

de não sobrevalorizar o Coeficiente de Spearman (ρ) como medida de força da<br />

associação entre duas variáveis. Entretanto, quando os dois coeficientes apontam no mesmo<br />

sentido, a associação entre as variáveis analisadas se mostra especialmente relevante.<br />

Entretanto, o raciocínio lógico não é o mesmo no caso da significância do<br />

Coeficiente de Pearson, trazido para a significância do Coeficiente de<br />

Spearman.<br />

É possível encontrar situações em que o Coeficiente de Pearson seja negativo<br />

enquanto o Coeficiente de Spearman é positivo. Isso leva à seguinte conclusão:<br />

<br />

277<br />

(HAUKE et al, 2011, pp. 92-93, tradução nossa).<br />

Não-relação entre dimensão econômica e gastos com Defesa<br />

É clara a prioridade que o Brasil atribui à América do Sul, no que se refere<br />

ao tema da Defesa. Essa prioridade está expressa nos principais documentos de orientação<br />

da Defesa do Brasil. A Política Nacional de Defesa (PND) a estabelece quando da definição<br />

do ambiente regional e do entorno geoestratégico. A Estratégia Nacional de Defesa (END)<br />

a consigna na diretriz estratégica número 18 (dezoito). O Livro Branco da Defesa Nacional<br />

(LBDN) a referencia já na sua apresentação e a trata ao longo de todo o documento.<br />

como consequência de sua situação geopolítica, é importante para o Brasil<br />

que se aprofunde o processo de desenvolvimento integrado e harmônico da<br />

279


América do Sul, que se estende, naturalmente, à área de defesa e segurança<br />

regionais (BRASIL, 2005).<br />

estimular a integração da América do Sul - essa integração não somente<br />

contribuirá para a defesa do Brasil, como possibilitará fomentar a cooperação<br />

militar regional e a integração das bases industriais de defesa. Afastará a sombra<br />

de conflitos dentro da região. Com todos os países avança-se rumo à construção<br />

da unidade sul-americana (BRASIL, 2008).<br />

o Livro Branco de Defesa Nacional foi elaborado também com<br />

o objetivo de fortalecer a cooperação com os países da América do Sul.<br />

Poderá, nesse sentindo, ser um instrumento para fomentar o estabelecimento<br />

de uma comunidade de paz e segurança no entorno sul-americano que<br />

possibilite a opção por soluções pacíficas e a consequente eliminação de<br />

hipótese de guerra (BRASIL, 2012).<br />

Como visto, não há relação entre a dimensão econômica dos países da América do Sul<br />

e a destinação de recursos econômicos à manutenção de seus sistemas de Defesa. Entre<br />

os países do continente sul-americano, maiores produções econômicas não importam,<br />

necessariamente, na destinação de maiores percentuais do PIB à Defesa. Em especial, a<br />

análise inferencial, composta pelos Coeficientes de Pearson (r) e de Spearman (ρ), chega<br />

a sinalizar uma inversão nessa correlação, no sentido de que países com PIB maiores<br />

destinem percentuais menores de suas produções econômicas ao gasto com Defesa, o<br />

que configura, particularmente, o caso do Brasil.<br />

O gasto com Defesa do Brasil não se mostra, portanto, excessivo ou superdimensionado,<br />

no contexto da América do Sul. Ao contrário, o sinal negativo identificado na correlação<br />

entre as produções econômicas e os gastos com Defesa no continente, bem como a verificação<br />

de que o percentual do PIB brasileiro destinado à Defesa encontra-se ligeiramente<br />

abaixo da média continental, indicam notável moderação no gasto com Defesa do Brasil.<br />

Referido percentual corresponde à mediana dos percentuais do PIB destinados à Defesa,<br />

calculada para a região, o que sinaliza a adequação do gasto com Defesa do Brasil, com<br />

relação aos demais países da América do Sul.<br />

Ocorre, entretanto, que a manutenção de patamares moderados de gasto com Defesa<br />

pode, sim, ser parte de uma estratégia de relações exteriores. Destaco, a esse respeito, o<br />

uso da expressão “patamares moderados” e não “patamares baixos”, pois não é baixo o<br />

gasto com Defesa do Brasil, em especial ao se considerar o contexto da América do Sul.<br />

280


Sem descartar a reconhecida importância do gasto com Defesa, talvez possa o Brasil, ao<br />

manter níveis moderados de despesas militares, da mesma forma como o fez ao recusar o<br />

uso de tecnologia nuclear para construção de armamentos, contribuir de maneira efetiva<br />

para a paz na região.<br />

Na tentativa de reforçar seu papel de potência regional, o Brasil utiliza os<br />

acordos assinados com a Argentina no campo nuclear para se “apresentar”<br />

ao mundo como uma região efetivamente pacífica e, dessa forma, contribuir<br />

com o objetivo de não-proliferação. Como pode-se destacar no discurso do<br />

Ministro das Relações Exteriores, Luiz Felipe Lampreia, por ocasião da<br />

assinatura de adesão ao Tratado de Não-Proliferação (TNP) em Washington,<br />

em 18 de setembro de 1998: “Junto com a Argentina, o Brasil tomou a iniciativa<br />

de oferecer sua experiência bilateral no campo nuclear como exemplo de como<br />

é possível cooperar exitosamente na não-proliferação nuclear em clima<br />

de transparência e confiança e, ao assim fazer, fortalecer o regime internacional<br />

da não-proliferação (OLIVEIRA; ONUKI, 2010, p. 112).<br />

Idealmente [...] talvez o Brasil [...] possa contribuir para um futuro mais pacífico<br />

ao ensinar aos outros [...] que a força militar deve ser apenas um último recurso<br />

e um Estado pode influir mais no sistema internacional sem obrigatoriamente<br />

recorrer à força, a não ser como último recurso (BERTONHA, 2013, p. 128).<br />

Finalmente, vale relembrar a importância da transparência no gasto com Defesa na América<br />

do Sul. No contexto formado pela baixa intensidade conflitiva e pela busca de cooperação<br />

em Defesa, eventual falta de transparência, por parte do Brasil, país que contribui<br />

com mais da metade do gasto com Defesa regional, inevitavelmente, geraria desconfiança<br />

nos países vizinhos. Por isso, a atenção aos foros multilaterais de discussão, especialmente<br />

o Conselho de Defesa Sul-Americano (CDS), no âmbito da União de Nações Sul-Americanas<br />

(Unasul), é essencial. Um aumento no gasto militar brasileiro desacompanhado<br />

da devida transparência para os vizinhos, por parte da (muito) maior economia regional,<br />

fatalmente, fragilizaria os esforços em prol do estabelecimento de medidas de confiança<br />

mútua e da criação de uma zona de cooperação.<br />

Continuando-se a incrementar a transparência tanto nas despesas com a defesa e na política<br />

de armamento, como no desenvolvimento de doutrinas de segurança, se estaria prestando<br />

uma contribuição para, a longo prazo, orientar as políticas de segurança no sentido<br />

da cooperação (FLEMES, 2004, p. 185)<br />

281


Efeitos incertos de um aumento no gasto com Defesa<br />

Não somente para o Brasil, mas para todos os países da América do Sul, um aumento<br />

no gasto com Defesa deve ser analisado com muita cautela. Isso porque não há qualquer<br />

relação conclusiva entre a realização de maiores despesas de natureza militar e a geração<br />

de crescimento econômico ou de melhorias de qualquer ordem (KENNEDY, 1983;<br />

WILKINS, 2004; RASHID; ARIF, 2012; BAIK, 2014). Os estudos já realizados mostram<br />

que diferentes experiências de relação entre gasto com Defesa e crescimento econômico<br />

devem ser tratadas individualmente (SANDLER; HARTLEY, 1995; FREDERIKSEN;<br />

LOONEY, 1995; DUNNE, 2003). Tudo depende de delicado planejamento na elevação<br />

do gasto com Defesa, o qual deve estar muito bem conectado com os outros aspectos da<br />

atuação econômica nacional, em especial no que se refere às fontes de financiamento, de<br />

forma a que o investimento em Defesa não represente uma diminuição de recursos para<br />

setores produtivos relevantes.<br />

A correlação entre gasto com Defesa e crescimento econômico deve ser<br />

interpretada no context das fontes de financiamento – gasto com Defesa,<br />

como uma categoria positive da despesa pública, se financiada com receitas<br />

não-distorcidas, tem um efeito positive no crescimento econômico; se financiado<br />

com receitas distorcidas, pode ter um efeito positivo ou negativo no crescimento<br />

econômico, dependendo do nível de gasto com Defesa 278 (BRASOVEANU,<br />

2010, p. 165, tradução nossa).<br />

Pesquisas mostram que os efeitos positivos do investimento em Defesa tendem a ser mais<br />

visíveis nos países economicamente mais desenvolvidos e industrializados (KATOCH,<br />

2006; IHORI, 2007; AWAWORYI; YEW, 2014). No caso de países menos industrializados,<br />

chamados Low Developed Countries (LDC), esses efeitos positivos dependem da<br />

existência de setores econômicos específicos que tenham mínima capacidade de alavancar<br />

potenciais efeitos positivos do gasto com Defesa (SANDLER; HARTLEY, 1995). Na<br />

América Latina, em especial, verifica-se que os gastos militares, em geral, não têm trazido<br />

benefícios de real importância para as economias dos países da região, nem têm sido adequados<br />

ao cumprimento integral das tarefas de Defesa dos diversos países (AGUILAR,<br />

2008; MONSERRAT, 2009).<br />

Os resultados também sugerem que, em acordo com a discussão teórica, é difícil<br />

estimar um efeito preciso do gasto military sobre o crsecimento. […] Esta falta<br />

282


de associação pode resultar da omissão de relevantes variáveis econômicas<br />

e de controle estratégico, mas, realmente, sugerem que os efeitos do gasto<br />

militar são, geralmente, pequenos 279 (SMITH; DUNNE, 2001, p. 16-18,<br />

tradução nossa).<br />

O cuidadoso planejamento do gasto com Defesa é essencial. Países que não reavaliam<br />

constantemente seu planejamento de Defesa caem na armadilha de verem que os planos<br />

traçados não mais refletem a real necessidade do país, bem como que geram pouco ou<br />

nenhum benefício (PATILLO, 2001; RUNZA, 2004; PELÁEZ, 2009). Se o Brasil, ou qualquer<br />

país da América do Sul desejar alavancar seu crescimento e desenvolvimento via<br />

aumento no investimento em Defesa, deverá estar consciente da importância de garantir<br />

a aderência do planejamento da Defesa ao planejamento da Economia. A boa notícia, para<br />

o Brasil, é que o país já dispõe de um parque industrial e de um know-how adequados à<br />

absorção de tecnologias de ponta provenientes de novas aquisições e investimentos em<br />

pesquisas de natureza militar, o que poderia fazer de um aumento no gasto militar uma<br />

efetiva alavanca para o crescimento econômico e o desenvolvimento, como um todo.<br />

Em alguns países de menor desenvolvimento (ex. Brasil e Índia), a produção de<br />

Defesa está no setor exportador usando métodos de avançada tecnologia.<br />

Para esses países, a Defesa canalizaria, e não desviaria, recursos para o setor<br />

exportador e promoveria o crescimento 280 (SANDLER; HARTLEY, p. 202,<br />

tradução nossa).<br />

Gasto com Defesa e avanço tecnológico<br />

Outra discussão relevante diz respeito às externalidades positivas que podem ser conseguidas<br />

a partir do gasto com Defesa. Novamente, faz-se relevante enfatizar que o gasto<br />

com Defesa não deve ser visto apenas em termos do quantitativo de recursos que se despende.<br />

O Livro Branco (LBDN) relembra que o país não pode ser percebido como indefeso,<br />

em que pese sua tradição pacífica, e que a Defesa representa o seguro a ser pago pelo<br />

Estado brasileiro para garantir um ambiente favorável ao seu desenvolvimento econômico<br />

e social (BRASIL, 2012).<br />

Sempre que se fala em externalidades, ou overs, do gasto com Defesa, destaca-se a<br />

possibilidade de se gerarem avanços tecnológicos que possam ser aproveitados pela economia<br />

nacional. A íntima ligação entre Defesa e tecnologia decorre do caráter central do<br />

aspecto tecnológico para a guerra contemporânea (CAVERLEY, 2007). A sociologia da<br />

283


guerra confirma que, ao longo da afirmação da cultura militar ocidental, o componente<br />

tecnológico foi decisivo.<br />

A cultura foi a ocidental. Esta compreendeu três elementos, um derivado de<br />

si mesmo, um emprestado do Orientalismo e um terceiro que lhe foi trazido<br />

por seu próprio potencial para adaptação e experimentação. Os três elementos<br />

são, respectivamente, moral, intelectual e tecnológico 281 (KEEGAN, 1994, p.<br />

389 tradução nossa).<br />

Os últimos anos tornaram mais que evidente a centralidade tecnológica na guerra moderna. Já<br />

há três décadas a informação e a automação são crescentes na composição dos modernos sistemas<br />

de armas. A intensidade tecnológica alterou tanto o modo de lutar que, em certos casos,<br />

como na Guerra do Golfo, as batalhas clássicas de enfrentamento de tropas, não ocorrerram.<br />

As guerras passaram a ser ganhas, em grande parte, nos consoles dos moderníssimos equipamentos<br />

de sensoriamento remoto, inteligência e direção de sistemas de armas teleguiadas.<br />

Pelo fim dos anos 1980, virtualmente todo sistema de armas de pequeno porte,<br />

como um mísseis antitanque, continham pelo menos um microprocessador;<br />

enquanto os de grande porte, como aeronaves, continham dúzias, quando<br />

não centenas. Além disso, os computadores estavam começando a se comunicar<br />

entre si, com isso formando redes completas de armas auto-ativadas,<br />

mutuamente apoiadas 282 (VAN CREVELD, 1997, p. 307 tradução nossa).<br />

A guerra do Golfo, esse conflito tão inovador do início dos anos 1990, é aqui<br />

reveladora. O confronto terrestre, tão esperado pelo poder iraquiano, não<br />

pôde ter realmente lugar: antes mesmo de ser travado, o exército iraquiano<br />

era destruído, física e moralmente, por várias semanas de bombardeios maciços.<br />

Houve realmente uma guerra, no entanto, não houve batalha<br />

(AUDOIN-ROUZEAU, 2009, p. 307).<br />

Entretanto, perigosa é a generalização da ideia de que maiores gastos em Defesa gerariam, necessariamente,<br />

avanço tecnológico. Cada caso é um caso na economia de defesa, não existindo<br />

relação direta entre o aumento do gasto com Defesa e os overs relativos a benefícios tecnológicos.<br />

É necessário criar condições para que o gasto em Defesa reverta em benefícios para<br />

a economia e para a sociedade, no que se refere à absorção e à geração de tecnologias de ponta.<br />

A experiência internacional revela que não há qualquer garantia de que um maior aporte<br />

284


de recursos à Defesa resulte em mais evolução tecnológica ou mais desenvolvimento (GAR-<br />

FINKEL, 1990; FISHER; BRAUER, 2003; HARTLEY, 2007). Tudo depende do arranjo de<br />

integração que se consiga entre o componente econômico e o componente militar do país<br />

(HARRISON, 2001; STROUP; HECKELMAN, 2001; DUNNE, 2004; MESA, 2012). Para<br />

o Brasil, em especial, esse arranjo de integração é crítico se se pretende beneficiar a base<br />

industrial do país com inovação tecnológica advinda do gasto com Defesa (RAZA, 2011).<br />

Faz-se necessário criar condições para que a política de Defesa atue de forma coordenada<br />

com outras políticas públicas, fomentando a inovação e contribuindo para reduzir<br />

a brecha tecnológica que separa o Brasil dos países mais desenvolvidos. A prioridade é<br />

criar uma relação sinérgica que possibilite não somente a conquista da autossuficiência na<br />

produção de armamentos e de outros bens de emprego militar, mas, também, a geração de<br />

externalidades positivas a partir do investimento em Defesa. Mudanças na mentalidade e<br />

na forma de condução dos assuntos da Defesa são especialmente relevantes.<br />

No que se refere à mudança de mentalidade, no Brasil, ressalta o caso da Embraer, experiência<br />

bem sucedida de comunhão entre os aspectos militar e civil do investimento em Defesa.<br />

O projeto do avião de combate subsônico AMX possibilitou o desenvolvimento de tecnologia<br />

para a construção de jatos, mas foi o foco na produção de aviões comerciais, e não<br />

militares, que alavancou o crescimento da empresa. A intensa integração entre o segmento<br />

militar e o segmento comercial transformou a Embraer e a tornou um orgulho nacional. A<br />

mudança de mentalidade na empresa, com a incorporação de filosofia e práticas de mercado,<br />

a partir da formação de um corpo administrativo com perfil diferenciado e voltado para<br />

o mercado foi decisiva.<br />

O perfil do novo corpo administrativo, composto por executivos e profissionais<br />

de mercado e antigos funcionários de carreira da Embraer, refletia o<br />

estabelecimento de um novo ciclo de negócios expresso no compromisso<br />

de uma administração empresarial voltada para os resultados econômicos<br />

e com foco na satisfação dos clientes. Uma visão de negócio pragmática e<br />

mais objetiva (SILVEIRA, 2008, p. 27)<br />

A adoção de práticas de mercado e inovações no campo gerencial devem encabeçar esse<br />

esforço de absorver novas tecnologias a partir de investimentos em Defesa. O conhecimento<br />

e a tecnologia conseguidos, por exemplo, com o Projeto de Desenvolvimento de Submarinos<br />

(Prosub) e o Projeto Nuclear da Marinha (PNM), bem como com o referente ao caça<br />

supersônico , não podem ficar restritos ao mundo militar. Sem spill overs para a<br />

indústria em geral, esses investimentos representarão simples desperdício.<br />

285


CONCLUSÕES<br />

O bom desempenho do Setor Defesa é essencial para que o Brasil atinja seus objetivos nacionais.<br />

Sem adequada Defesa não se garantem as condições necessárias ao desenvolvimento<br />

das atividades produtivas e ao crescimento social. Importantes medidas já foram adotadas,<br />

desde a criação do Ministério da Defesa (MD). Formulação e atualização da Política Nacional<br />

de Defesa (PND), 283 elaboração da Estratégia Nacional de Defesa (END), divulgação do<br />

Livro Branco de Defesa Nacional (LBDN) e criação do Estado-Maior Conjunto das Forças<br />

Armadas (EMCFA), estão entre elas.<br />

Resta prosseguir com o esforço de aperfeiçoamento, em especial no que se refere à estrutura<br />

orçamentário-financeira, e atuar no sentido de fornecer à sociedade brasileira, com<br />

eficiência, esse bem público de fundamental importância. Reduzir o gasto com pessoal é<br />

medida urgente, o que deve ser plenamente compreendido por todos os planejadores da<br />

Defesa do Brasil. Somente com profunda reestruturação do orçamento será possível obter<br />

melhores resultados.<br />

No contexto da prioridade atribuída pelo Brasil à América do Sul, o nível de gasto com Defesa<br />

realizado pelo país se mostra adequado ao quadro geral do continente. Não se mostra<br />

excessivo ou superdimensionado. O fato de o gasto com Defesa brasileiro compor mais da<br />

metade do gasto com Defesa da América do Sul deve ser entendido como decorrência do<br />

gigantismo de sua economia em relação às dos países vizinhos. Não há sentido em atribuir<br />

ao Brasil a responsabilidade por iniciar corridas armamentistas na região ou fomentar o<br />

aumento de gastos militares.<br />

Estatisticamente, o percentual do Produto Interno Bruto (PIB) do Brasil destinado à Defesa,<br />

no período de 2000 a 2013 (1,6%), corresponde à mediana dos países da América do Sul e se<br />

encontra um pouco abaixo da média (1,7%). Além disso, os coeficientes correlacionais calculados<br />

para a região são negativos, o que indica que países com PIB maior têm apresentado<br />

tendência a destinar percentuais menores de sua produção econômica ao gasto com Defesa.<br />

Por esse prisma, pode-se dizer que o Brasil tem destinado recursos à Defesa em níveis menores<br />

que outros países sul-americanos e que alguma elevação no gasto militar até poderia<br />

ser justificada. As dimensões continentais do território brasileiro, por exemplo, facilmente<br />

serviriam de argumento favorável a um incremento.<br />

Apesar do caráter bastante moderado do gasto militar brasileiro, não é o caso de se advogar<br />

uma imediata elevação do percentual do PIB do Brasil destinado à Defesa, por, pelo menos,<br />

três razões. A primeira se refere à sinalização internacional que teria essa elevação, no<br />

contexto da estabilidade política da região. A segunda remete ao benefício econômico que<br />

poderia ser realmente conseguido com esse aumento. A terceira, por sua vez, diz respeito à<br />

286


urgente necessidade de ajustes estruturais prévios no orçamento da Defesa do Brasil.<br />

No que se refere ao contexto regional da América do Sul, um aumento do gasto com Defesa<br />

do Brasil, se alijado das considerações relativas ao multilateralismo internacional, poderia<br />

sinalizar aspectos bastante negativos. Os países vizinhos poderiam perceber referido aumento<br />

como ensejador de desequilíbrio e passar a ver o Brasil com desconfiança. Além<br />

disso, se é intenção do Brasil fazer com que seu gasto com Defesa seja percebido como um<br />

benefício para a América do Sul, tudo deve ser muito bem concertado com os países interessados.<br />

Eventual aumento na destinação de recursos orçamentários à Defesa, do ponto de<br />

vista das relações do Brasil com a América do Sul, somente poderia ser percebido de forma<br />

positiva em ambiente de franca cooperação e absoluta transparência. Os foros multilaterais<br />

da União de Nações Sul-Americanas (Unasul), especialmente o Conselho de Defesa Sul-Americano<br />

(CDS), devem ser instituições privilegiadas, a esse respeito.<br />

Quanto ao benefício econômico que poderia resultar para o Brasil, como decorrência de<br />

um aumento no gasto com Defesa, vale destacar que se trata de aposta alta e de resultado<br />

incerto. A literatura econômica não confirma, de maneira conclusiva, qualquer relação<br />

positiva no sentido de que a um maior gasto com Defesa corresponda um maior crescimento<br />

econômico, ainda que essa possibilidade seja contemplada e, ocasionalmente,<br />

verificada. Cada caso deve ser tratado individualmente e o aumento no gasto com Defesa<br />

poderá ser tanto benéfico quanto prejudicial à economia do país. O adequado planejamento<br />

do gasto com Defesa, em estreita cooperação com outros setores do governo e do<br />

setor privado, será decisivo.<br />

Para sustentar a importância da manutenção dos patamares atuais do gasto com Defesa é<br />

fundamental identificar as externalidades positivas que podem ser conseguidas. O gasto<br />

com Defesa não pode ser visto como simples despesa, uma vez que a segurança é condição<br />

sine qua non para o desenvolvimento econômico e social do país. Entretanto, retirar o máximo<br />

de resultados positivos da aplicação de recursos na Defesa é essencial para justificar a<br />

continuidade na alocação de recursos ao setor.<br />

Em especial, sobressaem possíveis e desejados avanços tecnológicos, a serem aproveitados<br />

pela economia nacional. A íntima ligação entre Defesa e tecnologia deve render frutos que<br />

possam ser colhidos por toda a sociedade e, para isso, o estabelecimento de arranjos sinérgicos<br />

de coordenação interinstitucional é fundamental. De pouco adiantam avanços tecnológicos<br />

em Defesa que não possam ser transferidos aos outros setores da economia, pois a<br />

conquista da autossuficiência na produção de armamentos deve servir, prioritariamente, à<br />

redução do hiato tecnológico que separa o Brasil, uma das maiores economias mundiais, de<br />

outros países tecnologicamente mais avançados.<br />

Na economia de defesa, cada caso deve ser tratado individualmente. Não há qualquer re-<br />

287


lação direta entre o aumento do gasto com Defesa e os spill overs relativos a benefícios<br />

tecnológicos. Somente a criação de condições adequadas pode fazer com que o gasto em<br />

Defesa reverta em benefícios sócio-econômicos, em especial no que se refere à absorção de<br />

tecnologias de ponta oriundas de outros países e sua posterior geração endógena. A experiência<br />

internacional revela que não há qualquer garantia de que um maior aporte de recursos<br />

à Defesa resulte em mais evolução tecnológica ou mais desenvolvimento.<br />

As autoridades governamentais, tanto da Defesa quanto de outros ramos, bem como a indústria<br />

e outros setores da sociedade devem ter essa informação em primeira conta quando<br />

do estabelecimento de arranjos institucionais voltados para a tentativa de evolução tecnológica<br />

a partir do gasto com Defesa. Mudanças na mentalidade e na forma de condução dos<br />

assuntos tecnológicos em Defesa devem ter prioridade absoluta.<br />

Há que se tratar de ajustes orçamentários estruturais prévios, ou, pelo menos, concomitantes<br />

a um eventual aumento no gasto com Defesa, pelo Brasil. Deficiências estruturais<br />

crônicas podem terminar por minar o caminho da evolução desejada e fazer com que boas<br />

intenções terminem com um mau resultado. Simplesmente aumentar a destinação de recursos<br />

à Defesa sem cuidar de uma imperiosa reestruturação no orçamento da Defesa poderia,<br />

facilmente, obstaculizar o atingimento dos objetivos pretendidos.<br />

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Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

290


País<br />

Argentina<br />

Bolívia<br />

Brasil<br />

Chile<br />

Colômbia<br />

Equador<br />

Guiana<br />

Paraguai<br />

Peru<br />

Uruguai<br />

Venezuela<br />

Anexo I Gasto com Defesa na América do Sul (US$ milhões – referência 2011)<br />

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009<br />

2.170 2.138 1.822 1.876 1.931 2.028 2.091 2.421 2.750 3.264<br />

271 304 284 318 307 296 299 333 398 394<br />

25.175 29.161 29.550 23.574 24.494 26.503 27.442 29.596 31.489 34.335<br />

3.329 3.404 3.387 3.397 4.040 4.335 4.937 4.944 5.222 4.569<br />

6.077 6.683 7.018 7.372 7.868 8.011 8.470 8.985 10.621 11.158<br />

608 637 745 1.011 945 1.240 1.198 1.616 1.873 2.109<br />

18 20 22 21 21 22 21 25 29 30<br />

217 198 191 170 202 181 204 209 215 238<br />

1.578 1.482 1.384 1.403 1.487 1.646 1.694 1.626 1.591 1.965<br />

876 860 792 709 687 702 725 697 794 877<br />

2.612 2.640 1.939 1.888 2.676 3.615 4.770 3.981 4.447 3.253<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014)<br />

2010<br />

3.607<br />

364<br />

38.129<br />

5.131<br />

11.072<br />

2.188<br />

30<br />

264<br />

2.076<br />

885<br />

2.553<br />

291


País<br />

Argentina<br />

Bolívia<br />

Brasil<br />

Chile<br />

Colômbia<br />

Equador<br />

Guiana<br />

Paraguai<br />

Peru<br />

Uruguai<br />

Venezuela<br />

Anexo II Produto Interno Bruto (PIB) na América do Sul (US$ milhões – referência 2011)<br />

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009<br />

197.273 178.167 165.636 170.545 193.100 225.333 232.333 269.000 343.750 326.400<br />

12.905 13.217 14.200 14.455 16.158 16.444 18.688 19.588 19.900 19.700<br />

1.398.611 1.458.050 1.555.263 1.571.600 1.632.933 1.766.867 1.829.467 1.973.067 2.099.267 2.145.938<br />

118.893 121.571 130.269 141.542 161.600 180.625 205.708 214.957 208.880 207.682<br />

202.567 202.515 206.412 210.629 224.800 235.618 256.667 272.273 287.054 286.103<br />

152.000 127.400 124.167 126.375 135.000 137.778 149.750 146.909 156.083 150.643<br />

1.167 1.176 1.147 1.111 1.161 1.158 1.189 1.255 1.300 1.322<br />

15.500 99.000 17.364 17.000 18.364 20.111 20.400 20.900 21.500 21.636<br />

87.667 87.176 92.267 93.533 106.214 109.733 130.308 135.500 144.636 140.357<br />

35.040 34.400 31.680 30.826 32.714 33.429 34.524 38.722 39.700 39.864<br />

174.133 165.000 161.583 157.333 205.846 258.214 298.125 306.231 317.643 271.083<br />

Fonte: STOKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE (SIPRI, 2014<br />

2010<br />

400.778<br />

21.412<br />

2.383.063<br />

233.227<br />

307.556<br />

156.286<br />

2.323<br />

24.000<br />

159.692<br />

44.250<br />

283.667<br />

292


<strong>Inteligencia</strong> estratégica en la<br />

operación del Canal de Panamá<br />

Severino Mejía Mosquera<br />

RESUMEN<br />

El Canal de Panamá es una infraestructura crítica vital para el comercio marítimo mundial.<br />

El 6 % del comercio marítimo mundial se mueve por esta vía interoceánica, convirtiéndola<br />

en un punto estratégico dentro del escenario internacional. En el pasado, su importancia<br />

era de carácter militar sobre todo cuando estuvo bajo el control de los Estados Unidos de<br />

América. Hoy día, bajo la administración panameña sus ámbitos se han diversificado a lo<br />

económico, financiero, comercial y marítimo.<br />

Siendo un polo de desarrollo para Panamá que ha visto un crecimiento económico relevante<br />

desde su reversión total el 31 de diciembre de 1999 se requiere un liderazgo que<br />

sea creativo y reflexivo para alcanzar metas y ver más allá del tiempo. Esta circunstancia<br />

requiere de un sujeto estratégico para ver con luces largas. Diversos factores comenzaron a<br />

surgir en el entorno de la operación del Canal de Panamá que mostraron una serie de afectaciones<br />

a su competitividad. Buques de mayor capacidad de carga que no pueden cruzarlo,<br />

canales secos, fenómenos naturales como el Fenómeno del Niño que hoy está afectando el<br />

Lago Gatún, principal reservorio de agua del Canal y en la actualidad, el futuro Canal de<br />

Nicaragua y la ampliación del Canal de Suez, que son entre otros, elementos que influyen<br />

en su preeminencia como paso expedito para dinamizar el comercio marítimo<br />

Estas debilidades exigen que Panamá mantenga un mejoramiento continuo (KAISEN) a<br />

las estructuras del Canal de Panamá que apuntalen su competitividad: 1. Una estrategia<br />

apropiada frente a la ampliación del Canal de Suez y el futuro Canal de Nicaragua 2. Prevención<br />

de riesgos frente a hechos que no puede controlar el hombre y 3. Otros no menos<br />

importante, como lo son, las amenazas transnacionales que se ciernen en su entorno, producto<br />

de un mundo cambiante y hostil.<br />

293


INTRODUCCIÓN<br />

Desde que el buque cruzara por primera vez el Canal de Panamá el 15 de agosto<br />

de 1914, se produjo un impacto de importancia capital en el comercio marítimo, que fue<br />

acortar las distancias y navegación marítima internacional. Paso a la historia aquellas travesías<br />

de navegar por el Cabo de Hornos para llegar al océano pacifico o al atlántico en menos<br />

tiempo. Para los Estados Unidos fue y es un imperativo que tiene dos ejes estratégicos<br />

de su interés: 1. Carácter económico 2. Carácter militar.<br />

Si en el siglo XX el Canal de Panamá se constituyó en una de las obras de ingeniería más<br />

trascendental, en el siglo XXI, con la ampliación a un tercer juego de esclusa su importancia<br />

será exponencialmente mayor ya que permitirá el cruce de buques Post-Panamax, con<br />

mayor capacidad de cargas de contenedores de más de 12,000 TEU (contenedores de 20<br />

pies: “Twenty-foot Equivalent Unit”) que los buques actuales que lo cruzan actualmente.<br />

Sin lugar a dudas el comercio marítimo se verá beneficiado.<br />

Es una obra creada por el hombre sobre un estrecho y pequeño territorio que más tratados<br />

internacionales configuro su existencia y que motivo inclusive enfrentamientos históricos<br />

entre Panamá y la más grande potencia del mundo.<br />

Desde el Tratado Hay-Buneau Varilla (que ningún panameño firmo), el Tratado<br />

Arias-Roosevelt, el Tratado Remón- Eisenhower, el Tratado Chiari-Kennedy, Declaraciones<br />

Robles-Johnson y el Tratado Torrijos- Carter, que logro la reversión total del territorio<br />

Panameño luego de 95 años de presencia norteamericana, Panamá ha logrado superar<br />

todas las expectativas en la administración y operación del Canal de Panamá con acciones<br />

de emprendimiento que no solo dan réditos económicos al país sino también una amplia<br />

incidencia beneficiosa en el comercio marítimo mundial.<br />

El sitio de lo que hoy es el Canal de Panamá y el propio territorio istmeño ha sido, desde<br />

la época de las colonias, un punto de tránsito terrestre para el paso, en principio, del oro y<br />

plata proveniente del Perú y Bolivia, que se dirigía a España y en el presente, centro neurálgico<br />

donde confluye el 6% del movimiento del comercio marítimo internacional.<br />

Si el Canal de Panamá tiene una impronta en el comercio marítimo, en lo económico esta<br />

vía marítima representa casi el 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la República<br />

de Panamá. ¿Se puede sostener esto? ¿Es el canal de Panamá una infraestructura<br />

crítica de alto valor geoestratégico? ¿Es susceptible a sufrir amenazas? Estas preguntas son<br />

elementos esenciales de información (EEI) a responder que permitan prepararnos frente a<br />

contingencias que van desde un incremento del flujo comercial que crecen el doble del PIB<br />

mundial 284 que rebasa la capacidad de ambos canales (Panamá y el de Suez, Egipto) hasta<br />

situaciones de amenazas que no dejan de estar latentes.<br />

294


El nuevo proyecto de ampliación y sus problemas:<br />

Panamá es un importante eslabón de la cadena de suministro mundial debido a que su<br />

posición geográfica con el Canal ha acortado distancias y ha servido como centro de redistribución<br />

de mercancías a diversos países de la región. Luego de profundos estudios<br />

y análisis, Panamá tomo la decisión de ampliar esta ruta añadiéndole un tercer carril de<br />

tránsito para duplicar su capacidad.<br />

La génesis de su ampliación se remonta desde el siglo pasado. La idea de ampliarlo respondía<br />

al congestionamiento que se estaba observando desde los puntos de entrada tanto en el<br />

sector Pacifico como en el Atlántico. Si el congestionamiento fue una causal, otro factor se<br />

sumó y fue el tamaño de las naves. Este inconveniente deriva de una configuración geológica-geográfica<br />

de la situación del canal.<br />

El Canal de Panamá a diferencia del Canal de Suez, que es una vía construida “a nivel”;<br />

cuenta con esclusas, debido a la orografía y a la diferencia de niveles y densidad del agua de<br />

los dos océanos. El hecho de la existencia de las esclusas implica una limitante: tamaño; y<br />

esto se traduce en la medida de los buques Panamax. El Canal de Panamá fue diseñado con<br />

medidas que pueden albergar Panamax de hasta cuatro mil TEU, que tardan una media de<br />

18 horas en cruzar el canal y con una tarifa de peaje promedio de 54 mil dólares.<br />

La actual generación de buques, los llamados Post-Panamax y los Super Post-Panamax que<br />

pueden cargar entre cuatro mil y 13 mil 640 TEU, superan las capacidades de las esclusas<br />

del Canal de Panamá y por ello son incapaces de navegar por esta vía interoceánica.<br />

El proyecto si bien es cierto despertó mucho interés entre las navieras, principalmente la<br />

de los Estados Unidos, no obstante motivo algunas críticas que veían con ojo avizor la<br />

competencia de su rival, el Canal de Suez.<br />

Se comentó que en el ínterin de la construcción, el Canal de Suez pudiese reducir sus peajes,<br />

mientras que la vía panameña tendrá que subirlos para amortizar sus nuevas esclusas.<br />

Además, las rutas entre Hong Kong y Singapur (los dos puertos más activos del mundo en<br />

movimiento de contenedores) hacia Nueva York tienen casi la misma distancia pasando por<br />

el Canal de Suez que por el de Panamá, pero la otra ruta es más distante pasando por nuestro<br />

país, y ya que el Canal de Suez permite la navegación de los Post-Panamax, el hecho de que<br />

la vía interoceánica lo pueda hacer a mediano plazo no ofrece apenas ventaja alguna.<br />

La ampliación del Canal de Panamá tuvo un costo inicial de US$5,250 millones de dólares,<br />

pero los reclamos a posteriori realizados por la constructora española Sacyr, ha provocado<br />

que el costo se haya incrementado más allá de lo planteado originalmente. Este incremento<br />

surge del hecho de que el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), integrados por<br />

SACYR (empresa española) IMPREGILO (empresa Italiana) y CUSA (empresa panameña),<br />

encargadas del diseño y construcción de las nuevas esclusas, formularan 17 reclamos<br />

295


de sobrecostos por un total de US$ 2,390 millones de dólares. De ese monto, la Junta de<br />

Resolución de Conflictos, una instancia arbitral, reconoció recientemente un reclamo del<br />

consorcio por US$233 millones. 285<br />

Con los atrasos productos de este conflicto (la obra debía de estar lista al cumplir los 100<br />

años, es decir agosto del 2014), se han logrado un 90% en los avances con la instalación de<br />

las 16 compuertas (8 en el Pacifico y 8 en el Atlántico) y el llenado de las tinas que conlleva el<br />

proyecto para inaugurar esta ampliación a principios del primer trimestre del año de 2016.<br />

Importancia del Canal de Panamá<br />

para la región en particular América del Sur:<br />

<br />

aprovechar la conexión global que permite el canal.<br />

<br />

<br />

<br />

alternativas operativas.<br />

<br />

entre un 0.5% y un 2.5% del costo del producto. En algunos de bajo<br />

valor agregado, puede llegar al 5%.<br />

<br />

lo es más que para otros.<br />

A continuación, algunos ejemplos.<br />

El caso de Chile<br />

Cargas con destino u origen Chile que transitan el Canal de Panamá:<br />

<br />

<br />

cargas del Canal de Panamá.<br />

<br />

Europa, Colombia y Panamá. Son 5.7 millones de toneladas (el 36.2% de las<br />

importaciones totales del país por vía marítima).<br />

<br />

por contenedor, crudo y derivados, carbón.<br />

<br />

y México. 14 millones de toneladas son sal, cargas generales, cobre y madera.<br />

296


Es el 49% de las exportaciones marítimas del país.<br />

<br />

marítimos que abastecen el país atraviesan el Canal de Panamá.<br />

Caso Ecuador<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

11.6 toneladas.<br />

<br />

cargas del Canal de Panamá.<br />

<br />

mundo. Son 4.6 millones de toneladas (el 96.7% de las importaciones totales<br />

del país por vía marítima.<br />

<br />

por contenedor, gas licuado, derivados de petróleo y carbón.<br />

<br />

Caribe. 7 millones de toneladas son banano, petróleo crudo y cargas<br />

generales. Es el 29% de las exportaciones marítimas del país.<br />

<br />

marítimas que abastecen al país atraviesan el Canal de Panamá.<br />

El caso de Perú<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

12 millones de toneladas.<br />

<br />

del Canal de Panamá.<br />

<br />

del Sur son 1.9 millones de toneladas (sobre 5.3 millones totales, es el 36%.<br />

Se trata principalmente de petróleo y subproductos carbón, manufacturas<br />

y cargas contenedorizadas en general.<br />

<br />

petróleos y cargas generales por contenedor (son 2.8 millones de toneladas<br />

sobre 6.8 millones que el Perú exporta usando los servicios del Canal de<br />

Panamá.<br />

<br />

que abastecen al país atraviesan el Canal de Panamá<br />

297


El caso Venezuela<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

6.9millones de toneladas.<br />

<br />

del Canal de Panamá.<br />

<br />

mundo (Chile; China; México, Guatemala y costa Oeste de los<br />

Estados Unidos.<br />

<br />

país por vía marítima.<br />

<br />

y de Estados Unidos, China, Corea y Japón. 5.6 millones de toneladas<br />

son hierro, acero, petróleo crudo, coque de petróleo, aluminio y cobre.<br />

Es el 3.2% de las exportaciones marítimas del país<br />

<br />

que abastecen al país atraviesan el Canal de Panamá.<br />

Caso de Brasil<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

4 millones de toneladas.<br />

<br />

del Canal de Panamá.<br />

<br />

Canadá, china y Corea. El 85% son mercancías a granel (minerales, carbón<br />

y otras materias primas).<br />

<br />

También China y América Latina costa oeste. El 69% son maderas y derivados<br />

minerales, manufactura de hierro y acero, petróleo y sus derivados.<br />

Como observamos, si bien es cierto es factible en algún momento y negativo para el Canal<br />

de Panamá el surgimiento de nuevas rutas, las circunstancias actuales podrían generar una<br />

nueva relación con sus clientes latinoamericanos para impulsar su desarrollo, ya que éstos<br />

seguirían dependiendo de esta ruta transoceánica.<br />

298


Importancia del Canal de Panamá para el comercio mundial<br />

Es innegable la importancia del Canal de Panamá. No solo se mide por el tráfico que recibe,<br />

sino por la variedad de tipo de mercancía que lo cruza (granos, carga en contenedores y<br />

petróleo y sus derivados principalmente). No obstante, también es verdad que esta vía debe<br />

adaptarse a las nuevas reglas del comercio actual.<br />

Las economías de escala han transformado el modelo comercial marítimo del siglo XX,<br />

que ha pasado de mantener grandes cantidades de buques navegando para transportar<br />

más mercancías, hacia la construcción de buques de mayor tamaño y capacidad de carga.<br />

Esta reingeniería en el negocio marítimo reduce costos de forma importante (en buques<br />

Panamax, el flete promedio por mercancía es superior a diez centavos de dólar TEU/milla,<br />

mientras que en los Super Post-Panamax, se reduce hasta dos centavos de dólar TEU/milla)<br />

y aunque el comercio marítimo es lento en comparación con otros transportes, los puertos<br />

siguen manteniendo una actividad de 90 por ciento del comercio mundial, de ahí que los<br />

países más avanzados realicen importantes inversiones en infraestructura portuaria.<br />

La Cuenca del Pacífico triplica en extensión y en magnitud económica a la del Atlántico,<br />

con lo cual los Panamax no son eficientes para cubrir la demanda de aquella región. Por<br />

ello la ampliación del Canal de Panamá fue una solución inteligente, ya que actualmente<br />

cerca del 30 por ciento de la flota mundial rebasa las dimensiones Panamax y la<br />

falta de previsión podría afectar los ingresos actuales al obligar a las navieras a buscar<br />

nuevas rutas alternas como lo es el Canal de Suez o aprovechar nuevos esquemas de<br />

transporte multimodal.<br />

La ampliación del Canal de Panamá fue una decisión oportuna. Si bien el Canal de Suez<br />

reemplazó una ruta comercial ancestral, el Canal de Panamá creó una ruta nueva, este sencillo<br />

hecho fue tomado en serio por la Autoridad del Canal de Panamá como una ventaja<br />

que no tiene el de Suez, y con ello potenciar su ampliación más allá de un tercer juego de<br />

esclusas, considerando todas las variables para adelantarse a los hechos e impulsando un<br />

esquema de crecimiento sostenido y a largo plazo. La competencia existe y esto lo vemos<br />

en el proyecto del Canal de Nicaragua.<br />

El Canal de Panamá ampliado debe entrar en operación comercial a finales del primer<br />

trimestre de 2016, con lo que la ruta podrá atender barcos de hasta 12.000 contenedores y<br />

185.000 toneladas, duplicando su capacidad de carga anual de 300 a 600 millones de toneladas.<br />

La ampliación del Canal de Suez debe concluirse este año y la construcción del Canal<br />

de Nicaragua está prevista a terminarse en 2019, según el gobierno de ese país. 286<br />

299


La ampliación del canal de Suez<br />

Mientras que Panamá amplía su Canal para permitir el paso de barcos más grandes, Egipto<br />

lleva a cabo un proyecto tal vez más ambicioso todavía en el Canal de Suez, donde está en<br />

marcha una expansión que facilitará el paso simultáneo de barcos en ambos sentidos, una<br />

iniciativa que según el presidente Abdel-Fattah el-Sissi revitalizará la golpeada economía<br />

y el orgullo nacional de los egipcios. El 18 de octubre del 2014 se formalizó finalmente el<br />

proyecto de ampliación del canal de Suez entre el gobierno egipcio y seis empresas constructoras<br />

de diferentes nacionalidades. El consorcio ha recibido la denominación de “Coalición<br />

Desafío” y tiene previsto la finalización de las obras para agosto de 2015. El coste del<br />

proyecto se estima en unos 4.000 millones de dólares, para realizar la ampliación del canal<br />

navegable y otros 4.200 millones aproximadamente para la creación de una infraestructura<br />

subterránea de carreteras y ferrocarril en dirección al Sinaí.<br />

El objetivo del gobierno de duplicar los ingresos anuales para que lleguen a 13 mil millones<br />

de dólares en una década parece poco realista, pero analistas y el sector naviero coinciden<br />

en que el proyecto eliminará las esperas y seguramente atraerá más barcos. Para que haya<br />

un aumento significativo en el tráfico, no obstante, debería suceder algo que parece poco<br />

probable: Tendría que producirse un importante incremento en la demanda europea de<br />

productos asiáticos.<br />

“Todo dependerá del volumen comercial entre el Este y el Oeste, no de la capacidad del<br />

canal”, afirmó Xu Zhibin, director administrativo de la filial egipcia de la empresa estatal<br />

china COSCO, una de las compañías de naves de carga más grandes del mundo. “El volumen<br />

aumentará si hay un gran despegue de la economía europea.<br />

Y hoy por hoy, no creo que se produzca semejante despegue”. La expansión del Canal de<br />

Panamá, a completarse el año que viene, podría atraer más tráfico entre Asia y la costa este<br />

de Estados Unidos. “Pero el canal seguirá sin poder acomodar los barcos de carga más<br />

grandes y en ese sentido Suez continuará teniendo ventaja sobre Panamá”, expresó Greg<br />

Knowler, analista de la firma estadounidense JOC basado en Hong Kong.<br />

La expansión de Suez permitirá al canal seguir siendo una alternativa a largo plazo. En lo<br />

inmediato, luce más bien como una forma de avivar el orgullo nacional luego de cuatro<br />

años de agitación política y de impulsar la imagen de el-Sissi como el salvador de la nación.<br />

Los militares están dirigiendo las obras, que incluyen excavaciones para abrir un nuevo<br />

paso de 35 kilómetros (22 millas) paralelo al viejo canal que llegará al Mar Rojo, al tiempo<br />

que se amplían y se profundizan tramos ha existentes. Las autoridades afirman que el nuevo<br />

canal puede ser inaugurado en agosto. 287<br />

300


El proyecto del Canal de Nicaragua y su impacto<br />

con el Canal de Panamá<br />

El Canal de Nicaragua, proyecto aprobado el 4 de julio del 2012 cuyas obras empezaron<br />

el pasado 22 de diciembre y tienen previsto acabar en 5 años, necesita una inversión de<br />

50.000 millones de dólares, según los cálculos de la empresa responsable, la firma china<br />

HKND Group. Dicha cantidad es cuatro veces mayor que el Producto Interno Bruto (PIB)<br />

de Nicaragua, calculado en 12.000 millones de dólares.<br />

La idea de construcción de una nueva alternativa al de Panamá (Radio Nederland Wereldonroep,<br />

23 de julio, 2012) apunta a puertos para buques que actualmente no pueden<br />

utilizar la vía interoceánica de Panamá. Inclusive barcos que después de la ampliación no<br />

puedan utilizar el Canal de Panamá (superior a la de 250 mil toneladas).<br />

El administrador del Canal de Panamá, Ing. Jorge Quijano ha manifestado que una competencia<br />

real puede ser el Canal de Suez más que la posible construcción de un canal por<br />

Nicaragua. Para prepararnos a una realidad que no se puede ocultar, el Canal de Panamá<br />

continuara realizando ampliaciones, entre ellas, la construcción de un cuarto juego de esclusas.<br />

El Canal de Panamá se encuentra en pleno proceso de expansión con la construcción<br />

de un tercer juego de esclusas que duplicara su capacidad de transporte de carga anual<br />

de 300 a 600 millones de toneladas y que debe estar listo en el primer trimestre del 2016.<br />

Sobre el cuarto juego de esclusas, Quijano confirmó que se están realizando estudios y<br />

análisis sobre aspectos técnicos de construcción, estimados de costos y sobre la posible demanda<br />

del servicio a prestar para el mercado mundial. Estas evaluaciones dictarán “cuándo<br />

vamos a hacer las inversiones, dentro de diez años o un poquito más (...) hay que hacer el<br />

análisis para saber cuál es el momento propicio, estamos comenzando a estudiar”, sostuvo<br />

Quijano. (EL ESPECTADOR, martes 21 de julio de 2015)<br />

Sobre el particular hay interés de empresas chinas (China Harbour Engineering Company)<br />

en participar en la construcción del cuarto juego de esclusas. Para eso se han dado<br />

algunas reuniones con el Administrador del Canal de Panamá para ir explorando la participación<br />

en el diseño, construcción y financiamiento de un cuarto juego de esclusas<br />

La construcción del Canal de Nicaragua, según las estimaciones de la ACP, conlleva excavar<br />

por cinco años “diez veces más de todo lo que se ha hecho en Panamá” durante 120<br />

años. “Nosotros no vemos que el tiempo de cinco años sea un tiempo práctico y realizable”,<br />

subrayó Quijano.<br />

Además, sobre el presupuesto previsto de 40.000 millones de dólares, “en el mejor de los<br />

casos esto pudiera costar entre 65.000 y 70.000 millones de dólares”, según el administrador<br />

panameño.<br />

301


“Este nivel de inversión, para compartir el mercado del Canal de Panamá, no dan los números.<br />

No hay forma de que ese nivel de inversión dé un retorno para el inversionista. Al<br />

final, el que lo haga va a tener que subsidiarlo por el resto de su vida”, manifestó el administrador<br />

de la ACP.<br />

A pesar de estas valoraciones del Administrador del Canal hay que tomar en cuenta que no<br />

deja de ser un competidor que puede representar una merma del 30% de lo que transita<br />

hoy por la vía acuática panameña. Hay que agregar que el atraso de 15 meses tiene un impacto<br />

económico de aproximadamente US$1 millón diarios.<br />

Seguridad del Canal de Panamá después<br />

de la salida de los Estados Unidos<br />

Tras 35 años de negociaciones y 75 años de tensión, se logró un acuerdo para que los Estados<br />

Unidos transfirieran de forma ordenada y gradual lo que se constituyó en una quinta<br />

frontera: La Zona del Canal de Panamá y el Canal de Panamá. Hay dos Tratados: el Tratado<br />

Torrijos-Carter firmado el 7 de septiembre de 1977 que puso fin a todos los tratados anteriores<br />

y el Tratado de Neutralidad Permanente que permite el paso de naves de todas las<br />

banderas del mundo aun en conflictos.<br />

Se especuló que la salida de las tropas norteamericanas iba a producir un gran vacío en la<br />

seguridad del Canal de Panamá. Los niveles de tropas variaron a través de los años. De 4,000<br />

mil en 1921 hasta un máximo de 65,000 durante la segunda guerra mundial; de 10,000 entre<br />

1975 y 1989 y después una disminución hasta aproximadamente 4,000 mil en 1999.<br />

Aun cuando las tropas norteamericanas ya no se encuentran en territorio panameño, la<br />

Reserva DeConcini, incorporado a última hora en el Tratado de Neutralidad permanente,<br />

se convierte en una condición controversial que según afirmó el General Omar Torrijos,<br />

“nos arropa bajo el paraguas del pentágono”. Para la mayoría, esta enmienda presentada<br />

por el Senador DeConcini, es la que de forma más descarada consagra la posibilidad intervencionista<br />

de Estados Unidos en Panamá. La enmienda concede a Estados Unidos el<br />

derecho a tomar cuantas medidas estime oportunas, incluida la de usar fuerzas militares,<br />

para mantener abierto el canal cuando este hecho se vea amenazado por cualquier tipo de<br />

alteración. En la enmienda se señala que este derecho no deberá ser entendido como una<br />

intervención estadounidense en los asuntos internos de Panamá.<br />

En efecto, los propósitos de la Reserva DeConcini son los de reabrir el Canal y reanudar sus<br />

operaciones en los casos que fuere cerrado o su funcionamiento intervenido. Propósitos<br />

éstos otorgados independientemente a Panamá y a Estados Unidos, incluyendo el uso de la<br />

fuerza militar en toda la República de Panamá. Una espada de Damocles para los panameños<br />

cuya enmienda no fue aprobada por Panamá y no está presente en la versión firmada<br />

302


del Tratado. Al no ser aprobada por Panamá esta reserva se convierte en un área gris. Esta<br />

reserva fue usada por el Presidente George Bush (padre) para justificar la invasión a Panamá,<br />

el 20 de diciembre de 1989.<br />

Estados Unidos requiere que el Canal de Panamá sea seguro para garantizar su comercio<br />

marítimo e intereses económicos y estratégicos. El 12% del comercio de este país, pasa por<br />

el Canal de Panamá. El 65% de la carga que transita por el Canal de Panamá va a puertos<br />

estadounidense o viene de ellos. El Canal de Panamá es crítico para el bienestar económico<br />

de los Estados Unidos.<br />

Observando esto y siendo los Estados Unidos un blanco para grupos extremistas del mundo,<br />

el Canal de Panamá queda expuesto a un ataque, que con el solo hecho de ser cerrado<br />

temporalmente, tendría efectos devastadores a la economía estadounidense. El 11 de septiembre<br />

del 2001 es un claro ejemplo del impacto.<br />

Y no solo el impacto es del orden económico sino también en el orden militar. Anthony<br />

Rainone, un analista de inteligencia de Información del Departamento del Ejército, señalo<br />

que el Canal es crucial para el planeamiento de la defensa de estadounidense. Parte de ese<br />

esquema lo vemos en los ejercicios multinacional “PANAMAX” cuyo objetivo es proteger<br />

al Canal de Panamá contra cualquier amenaza a su operación. Se inició en el 2003 con tres<br />

países (Estados Unidos, Chile y Panamá) y hoy se ha ampliado a más de 16 naciones de la<br />

región.<br />

Según los especialistas de agencias de inteligencia de los Estados Unidos, las amenazas<br />

más potenciales contra el Canal de Panamá son: 1. El Terrorismo, 2. Inestabilidad social, 3.<br />

Violencia de pandillas, narcotráfico 4. Interferencia de otros gobiernos.<br />

Aun cuando el funcionamiento del Canal de Panamá garantiza que la economía de los<br />

usuarios sea estable y por otro lado, su neutralidad, es necesario disponer de un sistema de<br />

protección. Panamá por Constitución no tiene ejército, sin embargo dispone de una Fuerza<br />

Pública para protegerlo, todo en función de los Fundamentos de la Política Panameña de<br />

Seguridad aprobados en el 2000 donde la seguridad del canal, es un imperativo.<br />

CONCLUSIONES<br />

La reversión del Canal de Panamá a manos panameñas; su manejo eficiente desde el punto<br />

de vista administrativo y operacional, ha echado por tierra toda controversias o dudas<br />

sobre la capacidad del Estado Panameño en su manejo, superando las expectativas esperadas.<br />

El emprendimiento de ampliarlo, lo cual es inevitable por la mayor demanda del<br />

comercio marítimo, en un mundo globalizado, asegurará su importancia para todos los<br />

países que requieren esta vía acuática para el movimiento de sus cargas. Por eso su redimensionamiento.<br />

303


La neutralidad del Canal y la ausencia de una fuerza militar de los Estados Unidos en<br />

territorio panameño, la blinda un poco frente a las amenazas que gravitan en nuestro<br />

entorno, sin embargo es necesario mantenerlo protegido. Panamá no tiene ejercito por lo<br />

tanto la ausencia de un poder militar no se corresponde con otros países que si disponen<br />

de fuerzas armadas, pero su mejor defensa es su capacidad de permanecer abierto los 365<br />

días del año, 24 horas al día, lo que obliga a que los Estados necesiten de su operación<br />

para garantizar que sus respectivas economías se mantengan sanas y fuertes en un mundo<br />

donde existe un solo mercado.<br />

<br />

Hernández Ramírez E. La entrega del Canal de Panamá, nuevos desafíos para los panameños: El Financiero;<br />

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McCullough D. Un camino entre dos mares: La creación del Canal de Panamá. Madrid: Ed Plaza; 2004.<br />

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González J. Colombia, una mirada desde la óptica geopolítica. Colombia, Ed. Gobernación Departamental de<br />

Antioquia; 2007.<br />

Mann E Ann, Rangel F. El Canal de Panamá. Ed Firefly; 2009.<br />

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Kimberly D, Watts, Michelle A. Seguridad del Canal de Panamá: Una década después de la salida de los Estados Unidos;<br />

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304


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Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

305


306


Perspectivas de<br />

cooperación regional<br />

en materia de<br />

inteligencia estratégica<br />

307


308


Cooperación en <strong>Inteligencia</strong><br />

Estratégica de Defensa en el CDS<br />

de UNASUR: Posibilidades,<br />

Limitaciones y Desafíos<br />

Carlos Maldonado Prieto y Carolina Sancho Hirane<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Este artículo tiene como objetivo explorar la posibilidad de cooperación en inteligencia<br />

estratégica de defensa que puede desarrollarse en el Consejo de Defensa Suramericano<br />

(CDS) de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y para estos efectos son identificadas<br />

sus posibilidades, limitaciones y desafíos actualmente observadas para concretarlo.<br />

Este trabajo se estructura en tres partes: la primera, explica la noción de la inteligencia<br />

estratégica de defensa; la segunda, relaciona cooperación de ésta en el CDS y explora<br />

sus posibilidades; la tercera, aborda las limitaciones y desafíos para concretarla.<br />

En síntesis, este artículo plantea que es posible promover la cooperación en inteligencia<br />

estratégica de defensa en el CDS, debido a la existencia de amenazas de común interés<br />

(Tratado Constitutivo de UNASUR), como también, objetivos comunes en materia de defensa<br />

(Estatuto del CDS) donde el intercambio de datos, información e inteligencia resulta<br />

ser una condición necesaria, mas no suficiente, para su éxito.<br />

En cuanto a la metodología, este artículo es de tipo descriptivo y la información considerada<br />

está basada principalmente en información bibliográfica de fuente primaria o<br />

secundaria, contenida en documentos oficiales, revistas especializadas y libros publicados<br />

recientemente sobre temas específicos.<br />

309


1.- Aproximación conceptual:<br />

La inteligencia estratégica de defensa<br />

Se asume como premisas a explicar y contextualizar que la función inteligencia es una actividad<br />

propia de organizaciones complejas, pudiendo observarse actualmente su aplicación<br />

tanto en el sector privado como público, constatándose en este último una tendencia<br />

creciente a su ampliación en diferentes ámbitos de actividad del Estado. Uno de ellos es la<br />

inteligencia de la defensa, que se distingue de la inteligencia militar pero se nutre de ella<br />

aunque no en forma exclusiva.<br />

Asimismo, en el marco de la actividad del Estado existen diferentes niveles en la conducción<br />

cuya principal distinción se encuentra en el horizonte de tiempo y los actores involucrados<br />

en las decisiones adoptadas. Desde esta perspectiva, en términos generales es<br />

posible identificar el nivel estratégico, operacional y táctico. La noción de inteligencia de<br />

la defensa se ubica en el nivel estratégico, por este motivo la denominaremos inteligencia<br />

estratégica de defensa.<br />

1.2.- Función <strong>Inteligencia</strong>:<br />

Actividad propia de organizaciones complejas<br />

La inteligencia, actividad tradicionalmente relacionada con la búsqueda de datos e información<br />

proveniente de fuentes abiertas, cerradas o mixtas, 288 que mediante un proceso<br />

(“ciclo de inteligencia”) se convierte en un conocimiento nuevo el cual al ser entregado<br />

en forma oportuna, precisa y confiable, permite asesorar en el proceso decisional de las<br />

máximas autoridades institucionales con la finalidad de alertar sobre eventuales peligros<br />

o situaciones ventajosas respecto de las que es necesario tomar decisiones para evitar su<br />

ocurrencia o promoverlas de acuerdo a los intereses de la institución.<br />

Tiene su foco principalmente en la prevención de riesgos y amenazas que pueden afectar<br />

la existencia de una organización. Se orienta fundamentalmente a la comprensión del<br />

conflicto relacionado con la supervivencia de una institución y de esta manera reducir<br />

la incertidumbre que ello genera. 289 Cabe destacar que no se trata de cualquier conflicto<br />

sino de aquellos que pueden afectar la subsistencia de los factores constitutivos de una<br />

organización, que por ejemplo, en el caso del Estado corresponde a la vida de las personas,<br />

la estabilidad instituciones democráticas y la integridad territorial. 290 Junto a lo indicado,<br />

una visión contemporánea de la inteligencia contempla también entre sus temas las<br />

oportunidades, es decir, la identificación de éstas con relación a los intereses y objetivos<br />

de la organización. 291<br />

Actualmente, existe consenso en que la función inteligencia es una actividad propia de<br />

310


organizaciones complejas por el costo que implica su desarrollo como también por los<br />

requerimientos a los cuales debe responder. Entre ellos es posible mencionar la comprensión<br />

del entorno en el cual se desenvuelve una organización para identificar situaciones o<br />

eventos que pueden convertirse en serios incidentes que afecten o impidan su normal funcionamiento<br />

como, por ejemplo, la suspensión de las comunicaciones electrónicas debido<br />

a una falla causada deliberadamente por alguien externo a los servidores institucionales,<br />

es decir, un ciberataque a las infraestructura crítica de la información. 292<br />

1.3.- Función <strong>Inteligencia</strong>:<br />

Relación entre ámbitos, niveles y contexto<br />

En sentido amplio es posible afirmar que la función inteligencia es siempre la misma. No<br />

obstante, en términos específicos puede presentar variaciones de acuerdo al ámbito y nivel<br />

de aplicación como también al contexto político en el que opera. 293 En efecto, el ámbito<br />

de aplicación de la función inteligencia puede ser, por ejemplo: gubernamental, militar,<br />

policial, diplomático, económico, tecnológico, y ello condicionará el modo en que se desarrolla.<br />

Asimismo, la función inteligencia sirve a los diferentes niveles de la conducción:<br />

estratégico, operacional (en muchos casos) y táctico. Sin embargo, se trata de la misma función<br />

que ejecutada con objetivos y horizontes de tiempo más amplios (inteligencia estratégica)<br />

o más acotados (inteligencia táctica), está al servicio de distintos niveles del mando,<br />

asesorando en las decisiones a tomar. La proyección de tiempo de cada de cada nivel condiciona<br />

las características que presenta. De esta manera, se constata que la inteligencia en<br />

el nivel táctico, se orienta al corto plazo y es fundamentalmente descriptiva; la inteligencia<br />

operacional se enfoca en el mediano plazo y es principalmente estimativa; y la inteligencia<br />

estratégica se centra en el largo plazo y es esencialmente predictiva. 294 En síntesis, es posible<br />

afirmar que ámbito y nivel de aplicación de inteligencia son nociones complementarias,<br />

tal como indica en el cuadro Nº 1 (página 316).<br />

En cuanto al contexto político en el cual opera, es posible identificar sistemas políticos<br />

totalitarios, autoritarios y democráticos. Mientras que en los primeros la función inteligencia<br />

se orienta a la represión política y la protección del gobernante de turno, en el<br />

último se observa en plenitud un servicio de inteligencia encargado de la seguridad del<br />

país, 295 es decir, sus habitantes, instituciones e integridad territorial 296 y sus actividades<br />

se enmarcan en un Estado de Derecho.<br />

El fenómeno de la globalización, desde la perspectiva de la función inteligencia constituye<br />

el actual ambiente bajo el cual se desarrolla y ha generado como consecuencia una<br />

creciente ampliación de su ámbito de aplicación tanto en el sector privado como público,<br />

lo que ha significado una mayor especialización de la función, resultado de la gran<br />

311


Cuadro I “Relación entre ámbito y nivel de la función inteligencia”<br />

Función<br />

inteligencia ámbito<br />

Gubernamental<br />

Militar<br />

Policial<br />

Características<br />

del nivel<br />

Función<br />

inteligencia nivel<br />

Estratégico<br />

Largo plazo.<br />

Predictivo.<br />

Operacional<br />

Mediano plazo.<br />

Estimativo.<br />

Táctico<br />

Corto plazo.<br />

Descriptivo.<br />

Explicación<br />

del ámbito<br />

Realizada por<br />

funcionarios civiles<br />

para las más altas<br />

autoridades del país<br />

en temas de interés<br />

estratégico<br />

para el Estado<br />

Realizada por las<br />

FFAA, orientado a<br />

las amenazas de<br />

seguridad externas<br />

del país<br />

Realizada por las<br />

policías, orientado<br />

a las amenazas de<br />

seguridad internas<br />

del país, particularmente<br />

crimen<br />

organizado<br />

Fuente: Maldonado y Sancho, 2015.<br />

cantidad de información disponible que es necesario sistematizar y analizar en ámbitos<br />

específicos de la gestión en organizaciones, los cuales impactan estratégicamente en los<br />

objetivos institucionales.<br />

De esta manera, tal como se observa en el esquema Nº 1, mientras el ambiente nacional<br />

explicita el contexto político en el cual opera la función inteligencia y para efectos de este<br />

artículo se refiere siempre a sistemas políticos democráticos, el ambiente internacional<br />

corresponde a la globalización entendida como “un proceso (o una serie de procesos) que<br />

engloba una transformación en la organización espacial de las relaciones y transacciones<br />

sociales, evaluada en función de su alcance, intensidad, velocidad y repercusión, y que genera<br />

flujos y redes de poder transcontinentales o interregionales de actividad, interacción<br />

y ejercicio del poder”. 297 Ésta ha sido posible debido a la revolución en las tecnologías<br />

312


Esquema I “Ambiente en el que se realiza la función estatal<br />

de inteligencia”<br />

Contexto Internacional: Globalización<br />

Contexto Nacional: Democracia<br />

Función Estatal de <strong>Inteligencia</strong><br />

Fuente: Sancho y Maldonado, 2015<br />

de la información y las comunicaciones, lo cual ha llevado a plantear la existencia de un<br />

nuevo paradigma en la historia del hombre, la denominada “era informacional”. 298<br />

Para la función de inteligencia este contexto internacional ha incidido en la aparición de<br />

nuevos ámbitos de aplicación que se adiciona a la tradicional inteligencia policial, militar<br />

y gubernamental. Ejemplo de lo indicado se encuentra en: Servicio de Aduanas (inteligencia<br />

aduanera); Ministerio de Hacienda (inteligencia económico / financiera); cárceles<br />

(inteligencia penitenciaria); Ministerio de Relaciones Exteriores (inteligencia en asuntos<br />

exteriores), Ministerio de Seguridad Pública (inteligencia criminal). Varias de éstas son<br />

desarrolladas en los países de UNASUR. 299<br />

1.4.- <strong>Inteligencia</strong> Estratégica de Defensa<br />

La denominada inteligencia estratégica de defensa corresponde al desarrollo de la función<br />

estatal de inteligencia desde el Ministerio de Defensa y se diferencia de la inteligencia militar,<br />

pues esta última es propia de las instituciones de las Fuerzas Armadas, las cuales individualmente<br />

o en forma conjunta aportan insumos relevantes para la producción de inteligencia de<br />

la defensa en el nivel estratégico. En ningún caso son los únicos.<br />

Se trata de una instancia donde se reciben datos, información e inteligencia proveniente de<br />

diferentes fuentes, los cuales son sistematizados y analizados para los consumidores finales,<br />

es decir, las máximas autoridades del Ministerio de Defensa. La inteligencia estratégica de defensa<br />

a nivel nacional ve las amenazas y riesgos en sentido amplio e integrado, identificando<br />

el rol de la defensa en ello y el de otras instituciones de las cuales se requiere su colaboración.<br />

En ella participan funcionarios civiles y militares de diversas profesiones y especialidades res-<br />

313


pectivamente, los cuales tienen, al menos en teoría, la cualidad de ser interlocutores válidos<br />

ente ellos para abordar los temas de inteligencia de la defensa.<br />

El planteamiento de esta entidad se basa en el modelo de la Oficina de <strong>Inteligencia</strong> e Investigación<br />

(INR) de EE.UU., que puede ser extrapolado al ámbito de la defensa de los países<br />

suramericanos. En efecto, se considera como ejemplo, esta oficina sui generis, ya que por su<br />

carácter y sus métodos de trabajo prescinde del “espionaje” y le otorga un valor superior a la<br />

experiencia y al expertise de sus analistas por sobre las operaciones. Esto queda reflejado en la<br />

calidad de los mismos, es decir, su formación académica, su experiencia de vida y de trabajo,<br />

su manejo de idiomas, sus contactos personales, etc., elementos que son alabados tanto dentro<br />

como fuera de la comunidad de inteligencia. Asimismo, las fuentes del INR son diversas<br />

y de calidad. Éstas son las embajadas, las redes de colaboradores y académicos contratados y<br />

la cooperación de la propia comunidad de inteligencia. 300<br />

La inteligencia estratégica de defensa tiene dos dimensiones y puede ilustrarse con las dos<br />

caras de una misma moneda. En efecto, una de las caras es la dimensión nacional, es decir,<br />

de una entidad que se vincula con el Ministerio de Defensa y cumple las funciones de integración<br />

de información de inteligencia proveniente del sector militar y de difusión hacia las<br />

máximas autoridades ministeriales, junto con identificar los riesgos y amenazas a la seguridad<br />

desde la perspectiva de la defensa y a partir de ellas proponer las prioridades de inteligencia<br />

del sector. En efecto, se trata de una instancia que sirve de enlace entre el sector militar y<br />

las autoridades superiores del ministerio, pero también, con capacidad para liderar en la producción<br />

de inteligencia estratégica para las más altas autoridades políticas del sector defensa.<br />

La otra dimensión es la internacional, en ella la inteligencia estratégica de defensa es parte de<br />

la cooperación en temas específicos como también en instancias de intercambio de información<br />

con instituciones homólogas o afines de otros países. Ejemplo de esto puede encontrarse<br />

en la promoción y protección de los bienes públicos globales, 301 junto a la construcción conjunta<br />

de escenarios que permitan identificar riesgos, amenazas u oportunidades de común<br />

interés que es deseable evitar o promover respectivamente, entre otras materias.<br />

Particular utilidad tiene para los países de América Latina y el Caribe la formulación compartida<br />

de escenarios futuros, especialmente en materias de interés estratégico, como por<br />

ejemplo: los recursos naturales; recursos energéticos; la postura como zona geográfica específica<br />

en organismos multilaterales y; la formulación de protocolos y estrategias para enfrentar<br />

amenazas y riesgos comunes a la seguridad. Es una tarea pendiente en una zona geográfica<br />

donde se constatan las dificultades para avanzar en procesos de integración debido a que ésta<br />

“requiere de una visión estratégica de mediano y largo plazo compartida de los países, de la<br />

cual hoy se carece. Se necesita de una visión objetiva acerca de la fragilidad y debilidades del<br />

proceso, y de la voluntad para llevarlo adelante” 301 302<br />

Ello en parte puede explicarse porque al tratarse de “un espacio geográfico e histórico<br />

314


común, es inevitable que se represente a la región como un todo; sin embargo, probablemente<br />

es la época más heterogénea de la expresión política de estos países desde su<br />

etapa republicana. Efectivamente, en América Latina coexisten diversos modelos de desarrollo,<br />

distintos tipos de régimen político y múltiples, incluso distinto –y radicalmente<br />

diferentes- opciones ideológicas que informan a varios de sus gobiernos”, 303 siendo urgente<br />

establecer consensos mínimos para avanzar en proyectos de integración y unión en<br />

lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, como es el caso de UNASUR,<br />

especialmente en las materias relacionadas con la seguridad y defensa, pues ellas constituyen<br />

una condición necesaria mas no suficiente para avanzar en materias relacionadas con<br />

el desarrollo y el bienestar de los pueblos.<br />

En efecto, UNASUR ofrece una oportunidad para que por medio de la inteligencia estratégica<br />

de defensa se realice cooperación en el marco del CDS y a través de este trabajo<br />

colaborativo en materias de común interés sea superada la dicotomía detectada, referida<br />

a proyectos de integración que presentan dificultades de evolución por diferencias importantes<br />

entre sus integrantes.<br />

2.- Cooperación en UNASUR y CDS: Oportunidad para la<br />

inteligencia estratégica de defensa<br />

2.1.- Aproximación a la cooperación en inteligencia<br />

La cooperación en temas de inteligencia desde una perspectiva nacional se justifica porque<br />

ningún país es capaz de obtener toda la información que necesita. 304 Bajo un enfoque<br />

internacional se explica porque los más importantes riesgos y amenazas a la seguridad<br />

de los países tiene un componente transnacional, haciendo imposible que cualquier país<br />

por sí solo pueda eliminarla o neutralizarla. En efecto, si observamos a las amenazas a la<br />

seguridad de los países establecidas en el artículo Nº 3 letra q) del Tratado Constitutivo de<br />

UNASUR, se constata que la mayor cantidad de ellas poseen la cualidad de transnacional.<br />

En esta perspectiva, es posible detectar que aun cuando existan rivalidades entre países<br />

por temas específicos, simultáneamente existe necesidad de cooperar pues hay materias<br />

en las cuales éstos son aliados. Ejemplo de ello puede observarse en casos de que ambos<br />

países, por un lado, reclamen como propia una zona geográfica y se encuentre pendiente<br />

la solución de esta diferencia y, por otro lado, sea necesario resguardar el espacio aéreo<br />

de esa zona para evitar vuelos clandestinos destinado al tráfico de sustancias prohibidas<br />

o el espacio marítimo debido al paso de una embarcación que contenga sustancias de alta<br />

peligrosidad cuyo derrame pueda causar daños ecológicos irreparables. Situaciones como<br />

éstas permiten afirmar que actualmente, es necesario considerar que la mayor parte de<br />

315


los Estados son aliados y rivales a la vez, 305 306 y ello no puede ser un impedimento para<br />

avanzar en un proyecto de integración, como es el caso de UNASUR.<br />

2.2.- Posibilidades<br />

La cooperación en inteligencia a nivel internacional en instancias multilaterales, requiere<br />

ir más allá de la clásica dicotomía entre realismo e idealismo en las relaciones internacionales.<br />

En efecto, mientras la perspectiva realista pone en cuestionamiento la posibilidad<br />

de cooperar en materia de inteligencia en el marco de UNASUR, particularmente en el<br />

CDS, argumentando que los intereses contrapuestos de los países lo impiden, la escuela<br />

idealista no reconoce las implicancias de las diferencias de percepciones e intereses detectados<br />

en los países. Por este motivo, en el marco de procesos de integración cobra más<br />

fuerza un enfoque constructivista 307 para centrar los esfuerzos de los países e identificar<br />

sus oportunidades y limitaciones para el logro de objetivos comunes, haciendo particular<br />

énfasis en la elaboración compartida de una visión común del futuro esperado y del esfuerzo<br />

que los diferentes actores colocarán en su logro.<br />

En esta línea pueden considerarse algunos objetivos de UNASUR. Uno de ellos, señalado<br />

en su Tratado Constitutivo, se refiere a “La consolidación de una identidad suramericana<br />

a través del reconocimiento progresivo de derechos a los nacionales de un Estado Miembro<br />

residentes en cualquiera de los otros Estados Miembros, con el fin de alcanzar una<br />

ciudadanía suramericana” (artículo 3, letra i). Éste se refuerza en el Estatuto del CDS al<br />

indicar que entre sus objetivos generales se encuentra la construcción de “una identidad<br />

suramericana en materia de defensa, que tome en cuenta las características subregionales<br />

y nacionales y que contribuya al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe”<br />

(artículo 4, letra b).<br />

Un factor clave tanto en la aplicación de un enfoque constructivista como en la cooperación<br />

en inteligencia es la voluntad de los Estados expresada a través de sus representantes<br />

en las diferentes instancias de encuentro. Ella resulta esencial para impulsar los primeros<br />

pasos en el camino de la cooperación en inteligencia y corresponden al conocimiento entre<br />

los actores e instituciones involucradas y si esto se efectúa exitosamente se producirá<br />

la confianza en ellos, valor clave para generar un fluido intercambio de información en<br />

materias de común interés.<br />

Asimismo, la cooperación en el marco de organismos multilaterales internacionales en<br />

proceso de integración, tiene diferentes etapas. De esta manera, por un lado, la cooperación<br />

es resultado de procesos previos que permiten llegar a este tipo de relación. Por otro<br />

lado, la cooperación contempla una serie de actividades y acciones que varían en intensidad<br />

y son reflejo del nivel de integración entre organismos diferentes. En este sentido, el<br />

316


nivel más básico corresponde a la identificación de instituciones y personas homólogas en<br />

los diferentes países, como también, la organización de encuentros que permitan abordar<br />

temas de común interés, el establecimiento de conceptos compartidos que inicialmente<br />

presentan diversas interpretaciones por parte de instituciones o países. Ejemplo de ello<br />

puede observarse en conceptos como: seguridad, defensa, riesgos, amenazas y vulnerabilidades,<br />

entre otros. En un nivel más avanzado, el intercambio de información debiera<br />

permitir entre los involucrados un nivel de acceso equivalente y disponibilidad. 308<br />

Los primeros pasos en materia de cooperación en inteligencia estratégica de defensa<br />

en el continente suramericano han sido dados. En efecto, aunque UNASUR –creada en<br />

2008- y el CDS -creado en 2009, luego que un grupo de trabajo liderado por Chile elaboró<br />

su estatuto durante el año 2008-, tienen una corta existencia, es posible constatar<br />

importantes avances en la materia, donde cabe destacar el aporte de Argentina que planteó<br />

por primera vez realizar un seminario sobre inteligencia estratégica militar, es decir,<br />

desde los Ministerios de Defensa. La propuesta fue hecha en la XI reunión de la Instancia<br />

Ejecutiva del CDS que reúne a los viceministros, que se efectuó en diciembre de 2014 en<br />

Montevideo, Uruguay. Fue aceptada por unanimidad y forma parte del Plan de Acción<br />

2015 del CDS. Se llevará a efecto hacia finales del mes de septiembre en en la Ciudad<br />

Autónoma de Buenos Aires, Argentina.<br />

La voluntad de los países manifestada por sus representantes oficiales, es condición necesaria<br />

más no suficiente para progresar en el camino de la cooperación en inteligencia.<br />

Existen otros factores clave: la existencia de amenazas comunes, una capacidad de inteligencia<br />

homogénea y la existencia de prácticas de intercambio de información e inteligencia<br />

en el marco de organismos internacionales multilaterales, los cuales revisaremos<br />

si están presentes en UNASUR, posibilitando de este modo identificar las posibilidades<br />

de cooperación en este organismo multilateral y particularmente en el CDS.<br />

La existencia de amenazas compartidas a la seguridad de los países es un factor determinante<br />

para posibilitar la cooperación en inteligencia. En el caso de la Unión Europea<br />

(UE), donde se encuentra el proceso de integración multilateral más avanzado del<br />

mundo fue fundamental para los países de la UE el reconocimiento progresivo “que los<br />

riesgos y amenazas ya no son diferentes para cada país sino que son transnacionales, y<br />

que los riesgos compartidos solo pueden enfrentarse con soluciones comunes”. 309 Ello<br />

ha facilitado avanzar en el camino de la cooperación en un contexto de integración,<br />

constatándose actualmente prácticas de cooperación en inteligencia a nivel: macro<br />

(acuerdos internacionales); meso (prácticas operacionales y procesos) y; micro (investigaciones<br />

individuales). 310<br />

En el caso de UNASUR es posible observar el inicio de un camino similar, dejando<br />

como interrogante hasta donde se puede avanzar en este sentido. En efecto, su Tratado<br />

317


Constitutivo explícitamente reconoce la existencia de amenazas a la seguridad, al señalar<br />

en el artículo 3, letra q) “La coordinación entre los organismos especializados de<br />

los Estados Miembros, teniendo en cuenta las normas internacionales, para fortalecer<br />

la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema mundial de las drogas, la trata<br />

de personas, el tráfico de armas pequeñas y ligeras, el crimen organizado transnacional<br />

y otras amenazas, así como para el desarme, la no proliferación de armas nucleares y de<br />

destrucción masiva, y el desminado”.<br />

Respecto a la capacidad de inteligencia de los países de UNASUR, se observan la existencia<br />

de entidades de inteligencia homólogas entre los países. 311 312 El cuadro Nº 2 fue<br />

elaborado de acuerdo a las leyes de inteligencia de los países y considera a los organismos<br />

que forman parte de un sistema o comunidad de inteligencia de acuerdo a la ley<br />

que regula su función.<br />

En cuanto a las experiencias de cooperación, la mayor parte de los países de UNSAUR participan<br />

en instancias internacionales multilaterales de cooperación en inteligencia313 314<br />

tales como: Foro Iberoamericano de Directores de Servicios de <strong>Inteligencia</strong>; Comunidad<br />

<strong>Latinoamericana</strong> y del Caribe de <strong>Inteligencia</strong> Policial (CLASIP) e INTERPOL; Red Sudamericana<br />

de Comunicaciones Protegidas (SURNET); Grupo de Acción Financiera <strong>Latinoamericana</strong><br />

(GAFILAT) y; la Oficina Regional de Enlace de <strong>Inteligencia</strong> (RILO) de Aduana.<br />

En síntesis, los países que forman parte de UNASUR cumplen con tres factores clave que<br />

permiten la cooperación en inteligencia: explicitación de amenazas y riesgos a la seguridad<br />

compartidos; similar capacidad de inteligencia, reflejado en la existencia de entidades<br />

homólogas en los diferentes países; y experiencia e intercambio de información al<br />

participar en diferentes instancias de cooperación en inteligencia.<br />

No obstante, resulta curioso observar que ninguna de ellas se efectúa en el marco de<br />

UNASUR. Debido a que no se detecta ningún impedimento estructural para su ocurrencia,<br />

una posible explicación sea la juventud de UNASUR. Asimismo, se constata<br />

una emergente voluntad política para desarrollar esta línea de acción cuando se proponen<br />

encuentros en materia de inteligencia vinculada al sector defensa, tal como se<br />

indicó anteriormente.<br />

En este sentido, para impulsar la cooperación en inteligencia estratégica en el marco del<br />

CDS, es factible desarrollar cursos comunes donde sea abordada la función inteligencia,<br />

lo cual puede efectuarse por medio de programas académicos de formación para<br />

civiles en defensa, como también, en los cursos avanzados de política de defensa, que<br />

actualmente imparten Argentina y Brasil en el CDS. Asimismo, en estos programas aca-<br />

318


Cuadro II Miembros de la Comunidad o Sistema de <strong>Inteligencia</strong> de<br />

países de UNASUR<br />

Tipo de <strong>Inteligencia</strong><br />

Agencia<br />

Nacional<br />

<strong>Inteligencia</strong><br />

Militar<br />

<strong>Inteligencia</strong><br />

Policial<br />

Cancillería<br />

<strong>Inteligencia</strong><br />

Financiera<br />

País<br />

Argentina<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Bolivia<br />

x<br />

x<br />

Brasil<br />

x<br />

x<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Chile<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Colombia<br />

x<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Ecuador<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Guyana<br />

x<br />

x<br />

Paraguay<br />

x<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Perú<br />

x<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Surinam<br />

x<br />

x<br />

Uruguay<br />

x<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Venezuela<br />

x<br />

x<br />

x<br />

Fuente: Maldonado y Sancho, 2015<br />

démicos, como en los que vendrán en el marco de la Escuela Suramericana de Defensa<br />

(ESUDE) se pueden incorporar tanto el tema de las actividades de inteligencia, como<br />

parte de los estudios de seguridad, y también la asignatura de inteligencia que permita<br />

conocer el modo en que funciona en cada uno de los países de UNASUR.<br />

Junto a lo indicado, es posible enseñar técnicas comunes de análisis para identificar y<br />

prospectar temas de común interés, que en el marco de CDS debiera estar asociado a<br />

amenazas externas comunes. En este sentido, cabe destacar que la incorporación del<br />

tema de inteligencia como materia de estudio y en cursos de capacitación, se conversó<br />

en la reunión de Colombia en el 2012, en el encuentro de Ministros de Defensa de UNA-<br />

319


SUR. Ello se justifica, en cuanto es necesario trabajar con herramientas compartidas para<br />

“desentrañar la complejidad de las relaciones entre Estados, conocer las capacidades e intenciones<br />

ocultas de múltiples actores, adaptarse a los cambios en un mundo en continuo<br />

flujo, y anticipar los resultados de realidades interdependientes. Todo ello además en un<br />

contexto donde la información, a pesar de su abundancia, puede ser insuficiente, ambigua<br />

o contradictoria, y mediante procesos cognitivos con limitaciones inherentes”. 315<br />

Otra posibilidad para la cooperación en inteligencia estratégica de defensa, es conocer<br />

el modo en que es entendido y prospectado por medio de escenarios situaciones que<br />

ocurren fuera del espacio geográfico de Suramérica, pero que puede afectarla seriamente.<br />

Por ejemplo, las crisis económicas regionales, la desaceleración del crecimiento chino,<br />

una guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur, un ciberataque a la infraestructura<br />

crítica de algún país suramericano o de un(os) país(es) fuera de esta zona geográfica con<br />

el cual hay una importante relación de intercambio de bienes y servicios, las implicancias<br />

de participar en una Operación de Paz o ayuda humanitaria internacional, entre otros.<br />

Resulta necesario aclarar que inteligencia y prospectiva no son sinónimos y existen diversas<br />

perspectivas respecto a si en inteligencia deben hacerse estudios prospectivos. En<br />

ese sentido, se plantea que inteligencia ocupa herramientas de la disciplina prospectiva<br />

para efectuar algunos de sus análisis.<br />

A nivel internacional, en el caso del CDS, el uso de la prospectiva constituye un aporte<br />

importante en la construcción de una visión compartida de la identidad suramericana en<br />

el ámbito de la defensa. Ello ayudaría a orientar el trabajo que hoy se lleva a cabo en sus<br />

diferentes ejes temáticos: políticas de defensa; cooperación militar, acciones humanitarias<br />

y operaciones de paz; industria y tecnología de defensa y; formación y capacitación.<br />

El cuadro Nº 3 (página 321) permite apreciar las posibilidades de cooperación en inteligencia<br />

estratégica de defensa en el CDS al cruzar los objetivos generales y específicos.<br />

Este cooperación en inteligencia estratégica de defensa se basa principalmente en: intercambio<br />

de información, análisis prospectivos, programas académicos que contemplen<br />

materias relacionadas con metodología prospectiva y aspectos básicos y avanzados en<br />

torno a la función estatal de inteligencia y su realidad en los países de UNASUR, en su<br />

condición de instituciones encargadas de prevenir los riesgos y amenazas a la seguridad<br />

y eventualmente detectar oportunidades que fortalezcan el posicionamiento del continente<br />

suramericano en la comunidad internacional.<br />

320


Cuadro III “Posibilidades de cooperación en inteligencia estratégica<br />

de defensa en el CDS”<br />

CDS OBJ GENERALES<br />

CDS OBJ ESPECIFICOS<br />

Avanzar gradualmente en el análisis y<br />

discusión de los elementos comunes<br />

de una visión conjunta en materia de<br />

defensa<br />

Promover el intercambio de información<br />

y análisis sobre la situación regional e<br />

internacional, con el propósito de identificar<br />

los factores de riesgos y amenazas<br />

que puedan afectar la paz regional y<br />

mundial<br />

Consolidar Suramérica como<br />

una zona de paz, base para la<br />

estabilidad democrática y el<br />

desarrollo integral de nuestros<br />

pueblos, y como contribución a<br />

la paz mundial<br />

Construir una identida suramericana<br />

en materia de defensa,<br />

que tome en cuenta las<br />

características subregionales<br />

y nacionales y que contribuya<br />

al fortalecimiento de la unidad<br />

de América Latina y el Caribe<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica de<br />

defensa<br />

Generar consensos<br />

para fortalecer la cooperación<br />

regional en<br />

materia de defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica<br />

de defensa<br />

Contribuir a la articulación de posiciones<br />

conjuntas de la región en foros multilaterales<br />

sobre defensa, dentro del marco del<br />

artículo 14° del Tratado Constitutivo de la<br />

Unasur<br />

Avanzar en la construcción de una visión<br />

compartida respecto de las tareas de<br />

la defensa y promover el diálogo y la<br />

cooperación preferente con otros países<br />

de América Latina y el Caribe<br />

Fortalecer la adopción de medidas de<br />

fomento de la confianza y difundir las<br />

lecciones aprendidas<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica de<br />

defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica de<br />

defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica<br />

de defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica<br />

de defensa<br />

Promover el intercambio y la cooperación<br />

en el ámbito de la industria de<br />

defensa.<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica de<br />

defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica<br />

de defensa<br />

Fomentar el intercambio en materia de<br />

formación y capacitación militar, facilitar<br />

procesos de entrenamiento entre<br />

las Fuerzas Armadas y promover la<br />

cooperación académica de los centros<br />

de estudios de defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica de<br />

defensa<br />

Compartir experiencias y apoyar<br />

acciones humanitarias tales como<br />

desminado, prevención, mitigación<br />

y asistencia a las víctimas de los<br />

desastres naturales<br />

Compartir experiencias en operaciones<br />

de mantenimiento de la paz de<br />

Naciones Unidas<br />

Intercambiar experiencias sobre los<br />

procesos de modernización de los Ministerios<br />

de Defensa y de las Fuerzas<br />

Armadas<br />

Promover la incorporación de la<br />

perspectiva de género en el ámbito de<br />

la defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica de<br />

defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica<br />

de defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica<br />

de defensa<br />

<strong>Inteligencia</strong> estratégica<br />

de defensa<br />

Fuente: Maldonado y Sancho, 2015<br />

321


3.- <strong>Inteligencia</strong> estratégica de defensa: Limitaciones y desafíos<br />

3.1- Limitaciones<br />

Las principales limitaciones para el desarrollo de la inteligencia estratégica de defensa<br />

están dadas por varios factores. El primero corresponde a una diversa comprensión de lo<br />

que significa inteligencia estratégica, tal como indica Bartolomé, debido a “esta situación<br />

de pluralidad y diversidad de enfoques, no todos los países sudamericanos llevan adelante<br />

tareas de inteligencia estratégica. Quienes efectivamente lo hacen, en tanto, no necesariamente<br />

lo efectúan con esa denominación y las instituciones encargadas de elaborar<br />

ese producto exhiben notorias diferencias entre sí”, 316 afectando con ello el intercambio<br />

de información de inteligencia estratégica de defensa.<br />

Un segundo factor, se vincula con la escasa cultura de inteligencia, 317 que denota un<br />

serio déficit en la comprensión de su significado por parte de la opinión pública y de las<br />

élites nacionales. En ocasiones, es producto de experiencias pasadas asociadas al rol de la<br />

inteligencia en sistemas autoritarios y el desconocimiento del rol y misión de la inteligencia<br />

en democracia. A esto se adicionan las prácticas de algunos gobiernos democráticos<br />

en la región tendientes a usar los servicios de inteligencia de acuerdo a sus intereses<br />

políticos partidistas. 318<br />

El tercer factor está relacionado con la institucionalización pendiente del producto de<br />

inteligencia en el proceso decisional de la autoridad política, 319 pues frecuentemente no<br />

es considerado por parte de la autoridad política. Ello genera la pérdida de credibilidad<br />

en su utilidad, lo explica la ausencia o inconsistencia en la voluntad política para promoverlo<br />

a nivel internacional en instancias multilaterales.<br />

Un cuarto factor, se relaciona con la calidad de los profesionales que forman parte de los<br />

servicios de inteligencia y de la comunidad o sistema de inteligencia. En este sentido, hay<br />

pocas oportunidades de formación en el área, así como también en la profundización y<br />

capacitación en las herramientas que requieren para responder en forma eficiente y eficaz<br />

a los requerimientos de la autoridad. 320 Esto constituye una barrera para la entrega<br />

de aportes relevantes al momento de intercambiar información o hacer análisis conjuntos<br />

de temas en materia de defensa de común interés en el CDS.<br />

Finalmente, un quinto factor se relaciona con la voluntad para cooperar en materia de<br />

inteligencia a nivel regional. Inconsistencias por parte de la autoridad política generan<br />

dudas respecto a su compromiso en la cooperación en inteligencia, lo cual inhibe a los<br />

funcionarios que participan en organismos multilaterales para potenciar el intercambio<br />

de información. 321<br />

322


3.2- Desafíos<br />

Para enfrentar las limitaciones indicadas se identifican al menos dos desafíos para impulsar<br />

el fortalecimiento de una comunidad académica suramericana de inteligencia 322<br />

y promover una política pública de inteligencia que contemple al menos las siguientes<br />

líneas de acción: promoción de una cultura de inteligencia; institucionalización de la<br />

función estatal de inteligencia; profesionalización de la actividad; cooperación internacional;<br />

y rendición de cuentas o accountability. 323 Para avanzar en este sentido, algunas<br />

tareas posibles de llevar adelante en el marco de la cooperación en inteligencia estratégica<br />

de defensa del CDS son:<br />

1. Promover una comunidad académica de inteligencia suramericana:<br />

incrementando la publicación de estudios centrados en cuestiones<br />

regionales, organizando un congreso o simposio que reúna periódicamente<br />

a especialistas, académicos y alumnos, entre otras medidas dirigidas a<br />

cimentar una cultura de inteligencia estratégica regional.<br />

2. Realizar un curso anual de inteligencia estratégica de defensa en la Escuela<br />

Suramericana de Defensa (ESUDE), con participación de funcionarios<br />

civiles y militares del área de la inteligencia, pues ellos son los “encargados<br />

de realizar la función inteligencia, la cual por definición incluye asesorar a<br />

los funcionarios electos y a los más altos niveles encargados de la gestión<br />

pública, sobrellevan la responsabilidad de cultivar y lograr un entendimiento<br />

profundo en asuntos de corto y mediano plazo y de las oportunidades que<br />

le acompañan para una acción ejecutiva apropiada”. 324 Por este motivo,<br />

es necesario que todos los países del CDS sean dotados de herramientas<br />

idóneas para el buen desarrollo de su trabajo.<br />

3. Establecer un observatorio suramericano de inteligencia estratégica de<br />

defensa, organizado por los Ministerios de Defensa, destinado a producir<br />

análisis prospectivos en temas de importancia para el desarrollo futuro<br />

de la región. Este organismo debería colaborar estrechamente con el Centro<br />

de Estudios Estratégicos de Defensa (CEED) y con la ESUDE.<br />

4. Los temas de análisis de común interés pueden ser al menos los<br />

siguientes: recursos naturales estratégicos, prevención de desastres naturales,<br />

cambio climático, ciberseguridad y ciberdefensa, industria de defensa y<br />

aeroespacial, desarrollo económico mundial y su impacto en la Defensa,<br />

cooperación sur-sur en defensa, operaciones de paz, elementos para la<br />

construcción de una identidad suramericana de defensa, entre otros tópicos.<br />

323


5. Establecer lazos de cooperación en temas específicos con organismos de<br />

inteligencia estratégica de Defensa del resto del continente latinoamericano,<br />

incluido el Caribe, y de otras regiones del mundo.<br />

6. Recopilar y sistematizar las legislaciones de inteligencia de los países<br />

del CDS, identificando similitudes y diferencias entre ellos, con la finalidad<br />

de identificar puntos de convergencia y divergencia entre los diferentes<br />

sistemas o comunidades de inteligencia.<br />

CONCLUSIONES<br />

La inteligencia estratégica de defensa corresponde al desarrollo de la función estatal<br />

inteligencia –encargada de prevenir riesgos y amenazas a la seguridad- que sirve al más<br />

alto nivel de la conducción, es decir las más importantes autoridades políticas (Presidente<br />

de la República, Ministros y Subsecretarios o Viceministros) del país, es de naturaleza<br />

predictiva, se orienta al largo plazo y se focaliza en temas cuya evolución pueden<br />

ser de alto impacto en el logro de los objetivos nacionales del país. Su ámbito de aplicación<br />

es el sector defensa y se efectúa en el Ministerio de Defensa.<br />

La cooperación en inteligencia, actualmente es una necesidad para los países dadas<br />

sus limitaciones en la producción de inteligencia como también, por la existencia de<br />

amenazas transnacionales a la seguridad de los países. En el marco de UNASUR no hay<br />

impedimentos estructurales para efectuarlo, debido a que se constata la existencia de<br />

una explicitación de riesgos y amenazas comunes; instituciones de inteligencia homólogas<br />

en los países del subcontinente suramericano; y experiencia en la cooperación en<br />

inteligencia a nivel internacional multilateral en diferentes ámbitos (policial, militar,<br />

gubernamental, aduanero, económico/financiero). Sin embargo, esta cooperación no<br />

se efectúa en el marco de UNASUR aun cuando participan los países que forman parte<br />

de este organismo.<br />

Ello justifica plantear la posibilidad de cooperar en inteligencia estratégica de defensa,<br />

si el objetivo es avanzar en la integración de los países del continente suramericano y<br />

dar cumplimiento a los objetivos planteados en el CDS. En este sentido, son diversos los<br />

temas en los cuales es posible cooperar, entre los que destacan: la construcción de una<br />

identidad suramericana de defensa, futuros escenarios en materia de cambio climático,<br />

disponibilidad de recursos energéticos en la región, prioridades en el desarrollo de tecnología<br />

de la defensa en la región, postura como bloque ante otras instancias multilaterales,<br />

ciberseguridad y ciberdefensa, entre otros.<br />

Lo indicado puede efectuarse por medio de seminarios y conferencias en inteligencia<br />

estratégica de la defensa (o militar, según la denominación que cada país le otorgue a<br />

324


la noción), talleres de análisis prospectivos y el desarrollo de programas académicos a<br />

nivel básico y avanzado que contemple tanto la asignatura (o materia) de inteligencia,<br />

como de técnicas prospectivas. Varias de las iniciativas indicadas han sido planteadas en<br />

reuniones del CDS y pueden ser realizadas con la participación del CEED y la ESUDE.<br />

Ello nos permite constatar que ya empieza a desarrollarse una emergente cooperación en<br />

inteligencia estratégica de defensa en el CDS, como también, que cuenta con la capacidad<br />

para profundizar en esta práctica al contar con entidades que pueden apoyar en esta tarea.<br />

Aunque es posible la cooperación en inteligencia en el marco de UNASUR y siendo<br />

particularmente necesaria en el CDS, existen situaciones que pueden limitar su desarrollo.<br />

Para que ello no ocurra hay desafíos a enfrentar, lo cual puede concretarse a<br />

partir de una serie de acciones o tareas entre las que destacan: realizar periódicamente<br />

seminarios o simposios de inteligencia estratégica de defensa; desarrollar un observatorio<br />

suramericano de inteligencia estratégica de defensa, organizado por los Ministerios<br />

de Defensa, destinado a producir análisis prospectivos en temas de importancia para<br />

el desarrollo futuro de la región; impartir cursos básicos y avanzados de inteligencia<br />

e incorporar esta asignatura en programas académicos de ESUDE y; efectuar análisis<br />

conjuntos en temas de común interés (por ejemplo en recursos naturales estratégicos,<br />

prevención de desastres naturales, cambio climático, ciberseguridad y ciberdefensa, industria<br />

de defensa y aeroespacial), entre otros.<br />

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Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las de los autores y no representan las de su país o sus agencias.<br />

327


328


Reflexiones en torno al problema<br />

de generación de inteligencia<br />

estratégica en la integración<br />

regional<br />

Jorge Jouroff<br />

Existe un dicho que expresa que algunas veces es más importante saber plantear los problemas,<br />

que las respuestas mismas. Por ello, pretendemos contribuir, en este ensayo, a<br />

focalizar las cuestiones que entendemos más relevantes acerca de los problemas que nos<br />

plantea la generación de inteligencia estratégica en la integración regional, manteniendo<br />

un punto de vista conceptual.<br />

Elegimos para ello desarrollar los siguientes puntos:<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

Pretendemos, además, aportar una mirada abarcativa y comprensiva del fenómeno, comprendiendo<br />

la doble y contradictoria relación de comparación con el proceso europeo y a<br />

la vez particularidad de nuestra región, que explica la situación actual.<br />

Lo hacemos así porque, si bien los conceptos de inteligencia estratégica son parte (y nacen)<br />

de la cultura europea, y luego norteamericana, se desarrollan y extienden a medida<br />

que el mercado mundial (y el “desarrollo”) integran cada vez mas regiones.<br />

329


La Integración<br />

La integración, nuevo nombre para viejos problemas. Dada la variedad de definiciones,<br />

entiendo necesario aproximarnos al concepto de integración ligándolo al de la expansión<br />

del mercado mundial, que comienza en Europa a partir de los siglos XV-XVI, con un<br />

hecho revolucionario en su época: la aparición de una forma de producción basada en el<br />

mercado, el capitalismo. Lo hacemos así por ser la fuerza motriz permanente, el telón de<br />

fondo del proceso, y para distinguirlo de las formas políticas e institucionales que adopta<br />

la incorporación al mercado mundial en diferentes etapas históricas. A diferencia de las<br />

demás formas de sociedad, en Europa, cuna de nuestra civilización, y tras un relativo<br />

tiempo de paz, comienza a desarrollarse la sociedad moderna. El aumento de la productividad<br />

del trabajo, producto de la aplicación de la ciencia y la técnica a la producción, así<br />

como la disociación entre el productor y los medios de producción, impulsa la expansión<br />

europea de los mercados.<br />

La formación del sistema colonial primero y la incorporación paulatina de las regiones<br />

después, permitieron consolidar la arquitectura del moderno sistema económico-financiero<br />

a nivel mundial. Y queremos poner el acento en ese proceso, porque no es posible<br />

comprender la historia de los países aisladamente, sino como parte de un proceso más<br />

largo, de conformación del moderno sistema de mercado mundial. Las formas políticas que<br />

adopta ese proceso, con sus idas y venidas, no deben impedirnos ver ese hilo conductor.<br />

Es Gran Bretaña quien conforma las bases del actual sistema mundial. Como notablemente<br />

señala John Lynn: a principios del siglo XIX, “los británicos contaban con el sistema de<br />

financiación de guerra más eficaz y más racional de Europa.”<br />

“A diferencia de Napoléon, que saqueó Europa, Gran Bretaña, en cambio, basaba su capacidad<br />

para producir el nervio de la guerra en sus instituciones gubernamentales y crediticias<br />

y en su comercio.” Fue… “la riqueza de Gran Bretaña lo que le permitió subvencionar<br />

una coalición tras otra contra los franceses”. 325<br />

La consolidación del aparato estatal y la expansión económica crean las bases para la<br />

expansión de las naciones. Así como guerra y comercio son dos aspectos materiales de<br />

dicho proceso, el impulso de la discusión de las ideas en estrategia, a partir del siglo XIX<br />

en adelante y de los temas de inteligencia, sobre todo al fin de la segunda guerra mundial,<br />

son su contracara en el terreno de las ideas y la cultura.<br />

Nótese que la inteligencia comienza a ser desarrollada como tal justamente en Inglaterra,<br />

a principios del siglo XX, como una herramienta de poder y de gobierno vinculada estrechamente<br />

a la política interior primero y a la política exterior después. 326 Aunque parezca<br />

obvio, es bueno señalar que siempre aparece ligada a la consolidación y expansión del<br />

poder estatal y el aparato de gobierno.<br />

330


Señalemos que la conformación del mercado mundial no es integración, pero es el marco<br />

que la condiciona. La integración supone no sólo la complementariedad en los niveles de<br />

producción, sino la voluntad política primero y la institucionalización después.<br />

Los primeros organismos internacionales consolidan e institucionalizan ese proceso. En<br />

nuestro tiempo, interesa señalar el proceso de conformación de la Unión Europea, que<br />

comienza con el tratado complementario del hierro y el carbón, es decir, la producción,<br />

para luego continuar por los aspectos comerciales y financieros. Es un largo y complejo<br />

proceso, en el cual los europeos, frente a la necesidad de incrementar la productividad del<br />

trabajo y las escalas de producción, comienzan aunando esfuerzos para mantener la competitividad<br />

y desarrollar las tecnologías necesarias. Luego viene la institucionalización.<br />

Con la llamada conquista, América Latina es dominada, no dominante. Luego de la época<br />

colonial, recién en la segunda mitad del siglo XIX, afianzadas las relaciones de propiedad,<br />

se comienza a afianzar primero y desarrollar luego el aparato del estado. América Latina<br />

comienza creando institucionalidad, pero no tiene la base material de Europa y es un<br />

error conceptual pensar que copiando las instituciones vamos a recrear el mismo proceso,<br />

porque nuestro proceso no es el europeo. Por ello, los desafíos a los que nos enfrentamos<br />

son distintos, como también lo es nuestra propia historia política, los problemas sociales<br />

y las formas de funcionamiento de la democracia que tenemos.<br />

La integración es fundamentalmente un problema político, no económico.<br />

Nuestra inteligencia estratégica debe comprender la dicha diferencia y, partiendo de la realidad<br />

(y de las realidades de los distintos países) plantearse dos problemas fundamentales:<br />

<br />

<br />

<br />

comunes, pensando en las posibles alternativas y<br />

<br />

los organismos regionales que integramos.<br />

A esta altura, quizás sea hora de también reflexionar acerca de la propia inteligencia estratégica.<br />

La inteligencia estratégica<br />

La capacidad de pensar a nivel estratégico en inteligencia viene de la mano de la capacidad<br />

de pensar estratégicamente a nivel global. Siguiendo la lógica desarrollada por E.<br />

Luttwak, 327 en el nivel estratégico confluyen e interaccionan los otros niveles, hasta esa<br />

zona difusa entre la estrategia y la política (y la inteligencia, anotaríamos nosotros) donde<br />

se define la gran estrategia. 328<br />

331


Por ello nos gustaría hacer énfasis en una de las acepciones que Sherman Kent 329 daba a<br />

la inteligencia estratégica: la producción y gestión de conocimiento. Probablemente porque<br />

ya poseía la organización mínima requerida (digamos que bastante más que mínima)<br />

centró el análisis en la gestión del conocimiento; tanto así que la veía no sólo como gestora<br />

sino también como generadora de conocimiento.<br />

Conocimiento imprescindible tanto para comprender el mundo como para relacionarse<br />

en él, por eso va asociada al gobierno y sirve a éste. Nótese que no a un gobierno en particular,<br />

sino como organismo de gobierno.<br />

En ese sentido, es heredero de la visión europea y en particular británica, ya por la relación<br />

del conocimiento con un determinado proceso objetivo como por la importancia de<br />

las ideas en dicho proceso. En ese sentido, importa también señalar las discusiones en el<br />

seno de la inteligencia norteamericana a principios de los años 50, acerca de los objetivos<br />

de CIA: si ésta debía centrarse en el análisis y las debilidades del adversario, o si debía ser<br />

operativa, o para decirlo con palabras atribuidas a J. J. Angleton, “para hacer por atrás<br />

lo que el gobierno no quiere hacer por los mecanismos correspondientes”.<br />

Dicho sea de paso, esto implica también un tema muy importante: la legitimación de las<br />

actividades de inteligencia, con los controles parlamentarios correspondientes, que den<br />

garantías a todo el espectro político del uso legítimo de la misma.<br />

La importancia del conocimiento se manifiesta en reconocer la objetividad del proceso, y<br />

en consecuencia, en la necesidad de dicho conocimiento para la acción política e institucional.<br />

Por esa razón le damos tanta importancia, antes que a los temas operativos.<br />

La problemática en América Latina<br />

Además, y siendo consecuentes con lo anterior, en lo que a nosotros respecta, a nivel de<br />

producción de inteligencia estratégica en América Latina habría que tener en cuenta los<br />

siguientes factores:<br />

El primer punto es la propia producción de inteligencia, es decir, el análisis, la gestión del<br />

conocimiento. Por ello no pensamos en nivel operacional, sino que debemos pasar al estratégico,<br />

y por tratarse de la integración, es decir, de América latina inserta en un mundo<br />

global, necesariamente debemos pensar a nivel de problemas continentales, comunes<br />

a todos nosotros, que nos comprenden, pero que no son la suma de los problemas individuales<br />

de cada país, sino los problemas globales frente a un proceso que viene de tiempo.<br />

De la misma forma que varias tácticas no hacen una estrategia, la inteligencia estratégica<br />

piensa desde arriba, e integra los problemas de cada país en un destino común.<br />

Hemos sabido crear institucionalidad en lo que respecta a la integración y a los temas de<br />

defensa, pero ello no quiere decir que de por sí esta institucionalidad resuelva los proble-<br />

332


mas, porque el trasfondo implica una visión común de los desafíos y el futuro, una visión<br />

política, y en un mismo nivel de enfoque.<br />

En una visión más abarcativa, entendemos que además, y antes, o por lo menos al mismo<br />

tiempo, de hablar de amenazas, deberíamos hablar de los desafíos que se nos plantean.<br />

El segundo, comprender que la propia definición exige pensar en tiempos largos. En este<br />

nivel, no estamos para resolver problemas coyunturales o puntuales, sino para comprender<br />

las tendencias generales del sistema y los escollos que se nos presenten.<br />

El tercero, central, que la generación de inteligencia estratégica no es cooperación entre<br />

los diversos organismos de los diversos países, sino que supone una similar cultura de<br />

inteligencia en los países con vistas a la gestión del conocimiento a nivel estratégico. En<br />

rigor, así como la inteligencia supone la reunión de información pero no se limita a ella,<br />

la inteligencia estratégica no sólo gestiona sino genera conocimiento.<br />

Y es por ello que presenta dos aspectos relevantes: el enfoque común de los problemas y<br />

la metodología del análisis, así como la compresión política del uso de la inteligencia (de<br />

sus resultados) como herramienta para la toma de decisiones.<br />

La legitimación viene dada por el propio sistema democrático, su utilización, por la consolidación<br />

de los organismos de gobierno y la decisión política de utilizar el conocimiento<br />

proporcionado para la toma de decisiones, que es decir apoyarse en la institucionalidad.<br />

Más difícil es el tema de la generación de inteligencia: no sólo supone institucionalidad,<br />

sino también la masa crítica de analistas necesarios para su producción. El problema es<br />

que ello no puede decretarse, ni surgir por la mera voluntad, sino que surge cuando se<br />

crean las bases materiales e institucionales y se fomenta el ambiente necesario, la cultura<br />

necesaria para su desarrollo. Y aún así, hay que esperar que florezca.<br />

La cultura de inteligencia necesita entonces de los dos aspectos: la masa crítica de pensadores<br />

capaces de elaborar y los políticos capaces de pensar en largo plazo y basar su<br />

acción en conocimiento y no en el llamado “talenteo”, es decir, el instinto político o el<br />

interés del un grupo.<br />

La cuarta lo decíamos también, la institucionalidad. Es necesario establecer los organismos<br />

legales correspondientes, respetados y aceptados por las partes. No necesariamente<br />

consensuados, pero sí con la máxima aceptación posible, con mecanismos comunes y<br />

claros, y con los mecanismos de control correspondientes.<br />

Desde nuestro punto de vista, es necesario dejar sentado el carácter esencialmente analítico<br />

de la inteligencia así concebida: no pueden haber tentaciones operativas que, como en<br />

el pasado, fueron creadas y sirvieron sólo para la represión. 330<br />

Por ello, la cultura de la inteligencia, y la institucionalidad van de la mano con la consolidación<br />

de la democracia y no en su desmedro.<br />

La sexta, y esencial, es la conducción del proceso. Preferimos hablar de conducción y no<br />

333


de liderazgo: desde mediados del siglo pasado, surgieron en América Latina escuelas de<br />

pensamiento, estrechamente vinculadas a Europa primero y a Estados Unidos luego, que<br />

suponían la imposición de la voluntad de un estado, de su liderazgo. Sobre todo en Brasil,<br />

con teóricos como Golbery , Travassos y Meira Mattos, que luego se lanzaron a la conquista<br />

del estado.331 También en Argentina y Chile hubieron escuelas de pensamiento ligadas<br />

a la geopolítica y la estrategia, en otros, fue un desarrollo más modesto. Todas tenían la lógica<br />

de la expansión y la imposición. Sin embargo, no lograron los resultados esperados.<br />

En la época actual la voluntad política común debe expresarse también en conducción<br />

legitimada, no impuesta, pero aceptada. No se concibe un proceso de este tipo sin ella.<br />

Implica, asimismo, un difícil y delicado equilibrio ente la voluntad y el realismo a la hora<br />

de apreciar y la audacia, junto con la prudencia, a la hora de actuar.<br />

Sabemos además que esta construcción no se realiza aislada sino en interacción constante<br />

con el resto del mundo, y comprendemos la importancia y la necesidad de compartir el<br />

producto de inteligencia. Pero para compartir se necesita producir, nadie comparte con<br />

quien no tiene producción propia.<br />

Hablábamos más arriba de un destino común, pero debemos tener en cuenta que ello<br />

sólo es cierto si somos capaces de construir ese destino común. Si hay algo que debería<br />

borrarse del diccionario de la historia, son las certezas y los destinos absolutos. Existen<br />

abundantes ejemplos de éxito en la historia, pero abundan más los de fracaso, cuando no<br />

se comprenden los procesos y se prescinde o no existe conducción. Además, porque el<br />

problema es comprenderlo de una forma común, con un interés común, que no porque<br />

exista es necesariamente reconocido.<br />

Resumiendo, podríamos decir que así como la conformación del mercado mundial y la<br />

incorporación al mismo no tienen marcha atrás, la forma de la integración sí, si sabemos<br />

estar a la altura del momento histórico que vivimos. La inteligencia estratégica, nuestra<br />

inteligencia estratégica, debería servirnos para eso.<br />

334


Luttwak, Edward: Para Bellum, la estrategia de la paz y de la guerra. Siglo XXI, 2005.<br />

Parker, Geoffrey (ed.): Historia de la guerra, Akal, 2010.<br />

Chaliand, Gérard: Guerras y civilizaciones, Paidós, 2005.<br />

Keegan, John: Historia de la guerra, Turner Publicaciones, 2014.<br />

Colom Piella, Guilem: Entre Ares y Atenea: el debate sobe la revolución en asuntos militares. Pub. Del Instituto<br />

Universitario Gutiérrez Mellado, Madrid, 2008.<br />

Wallerstein, Immanuel: El moderno sistema mundial, Siglo XXI, 1979. (dos volúmenes)<br />

<br />

Kent, Sherman: <strong>Inteligencia</strong> estratégica. Editorial Plenamar.<br />

Keegan, John: <strong>Inteligencia</strong> militar, Turner Publicaciones, 2012.<br />

Thomas, Gordon; Al servicio de su Majestad (Historia del MI5 y MI6), Ediciones B, 2009.<br />

Weiner, Tim: Legado de cenizas-Una historia de la CIA, debate, 2007.<br />

Cuadernos de estrategia del MINDEF de España, IEEE, CNI:<br />

Nº 130: El papel de la inteligencia ante los retos de la seguridad y la defensa internacional.<br />

Nº 127: Estudios sobre inteligencia: fundamentos para la seguridad internacional.<br />

<br />

Ugarte: Legislación de inteligencia en América Latina<br />

Swenson, Russell: Profesionalismo de inteligencia en las Américas, Washington, 2003.<br />

Swenson, Russell: Democratización de la función de inteligencia, Washington, 2009.<br />

Swenson, Russell: Intelligence management in the Americas, Washington, 2015.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

335


336


Desafíos de la inteligencia<br />

estratégica frente a la situación<br />

geoestratégica e intereses<br />

geopolíticos de Nuestra América<br />

Mario Ramos<br />

“La geoestrategia es la gestión de los intereses geopolíticos”<br />

“Para usar una terminología propia de la era más brutal de los antiguos<br />

imperios (…) [hay que] mantener a los tributarios obedientes (...) e impedir la<br />

unión de los bárbaros”<br />

<br />

FUNDADAS INQUIETUDES<br />

Se entiende que un sistema de inteligencia no debe rehuir al análisis de la realidad presente,<br />

hacerlo lo convertiría en un organismo inútil. No debe tener dudas a la hora de diagnosticar<br />

la situación tal cual, a no ser que haya caído en un estado de enajenación o traición. Se<br />

espera que sirva al verdadero interés nacional, que no es más que ponerse al servicio de los<br />

fines de la Nación y sus mayorías. Sería contra natura caer en un estado de calma indolente,<br />

irreflexión o conducta evasiva. Se infiere que debe desarrollar capacidad para detectar lo<br />

más significativo y sensibilidad para apreciar los cambios en los objetos de observación. No<br />

debe tener temor a asumir definiciones cuando cuenta con fundamentos lúcidos.<br />

La inteligencia estratégica debe apreciar los motivos que mueven a los actores, descifrando<br />

la tendencia o la conducta posible a ser adoptada.<br />

El efecto del estudio de los hechos y las consecuentes abstracciones que derivan en conocimiento<br />

útil, permitirán una oportuna, adecuada y anticipada toma de decisiones a los<br />

decisores estratégicos para preservar los intereses de la comunidad nacional o regional.<br />

337


Bertrand Russell solía decir que los seres humanos le temen más al pensamiento, que a<br />

ninguna otra cosa. Si careciéramos de la facultad intelectiva, nos sería imposible conocer,<br />

entender y explicar racionalmente la realidad, impidiendo experimentar la vida de manera<br />

consciente.<br />

Sherman Kent, en su clásico libro ‘<strong>Inteligencia</strong> Estratégica’, pregunta, ¿Qué clase de inteligencia<br />

debe tener un estratega para trazar sus planes? Él plantea que no es contar con<br />

información, sino con conocimiento útil para la supervivencia nacional.<br />

Partiendo de esa idea central, pregunto ¿Qué debe hacer Nuestra América para sobrevivir<br />

como región en el actual escenario geoestratégico? ¿Qué debe hacer para ser sujeto y no<br />

objeto del gran juego geoestratégico? La primera cualidad que se exige a los seres humanos<br />

no es la sumisión, sino la autonomía, que tome el destino en sus manos. Prometeo, el<br />

titán griego, cuando entregó el fuego a los humanos les permitió controlar su propia vida.<br />

Respondiendo a las preguntas planteadas, parecería que es elemental afirmar que nuestra<br />

región tiene una base mínima de intereses comunes que proteger, que son en gran medida<br />

consecuencia de una geografía, historia y cultura compartida y una economía cada vez<br />

más interrelacionada.<br />

El surgimiento en los últimos años de un nuevo regionalismo expresado en la creación de<br />

organismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de<br />

la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y de la Alianza Bolivariana para los Pueblos<br />

de Nuestra América (ALBA), son prueba de que nuestra región se vio en la necesidad<br />

de contar con instrumentos que permitan desarrollar su propio interés regional.<br />

Este nuevo proceso integrador en Nuestra América, es un hecho que merece destacarse<br />

por todo el significado que abarca, más si se toma en cuenta, que en nuestra región existen<br />

gobiernos de distinto signo político, lo cual no ha sido obstáculo para generar una voluntad<br />

política de construir un destino común, promover un agregado homogéneo de intereses.<br />

Percatarse, desear y comprender la integración como un valor que nos beneficia a todos.<br />

Parafraseando a Kent, nuestra región ha adquirido determinado nivel de estatura estratégica,<br />

que le ha convertido en objeto del ataque de intereses hostiles, sobre todo dirigidos de<br />

manera especial, a gobiernos caracterizados como progresistas. Para seguir desarrollando<br />

esa estatura estratégica, Kent plantea que se tiene que conocer la ‘situación objetiva’. ¿Cuál<br />

es la situación geoestratégica de Nuestra América en el tablero internacional?<br />

Rasgos fundamentales del actual escenario geoestratégico<br />

Fue en la primera mitad del siglo anterior que los EE.UU se convierten en la mayor potencia<br />

del mundo. Sin embargo, la historia no se detiene y el siglo XX nos enseñó que los<br />

balances productivos globales se alteraron en esa centuria más de prisa que nunca antes en<br />

338


la historia de la humanidad, a tal punto que hoy en día, la participación del llamado ‘Tercer<br />

Mundo’ en el PNB mundial es significativo y se expande constantemente, generando cambios<br />

en los equilibrios mundiales.<br />

Un ‘Tercer Mundo’ que surgió en los años cincuenta y sesenta del siglo XX del proceso<br />

de descolonización e intentos de poner fin al ‘subdesarrollo’, y que políticamente buscó<br />

diferenciarse de los bloques dominados por los EE.UU y la ex Unión Soviética a través del<br />

Movimiento de los No Alineados y otros procesos orientados hacia manejar la competencia<br />

entre el occidente capitalista y el ex bloque socialista, para mejorar las condiciones de<br />

negociación de ese abigarrado, contradictorio y múltiple ‘Tercer Mundo’, que actualmente,<br />

tal como se lo entendió en el siglo pasado, prácticamente ha dejado de existir.<br />

Es indiscutible que hoy en día vivimos en un mundo fundamentalmente multipolar, esto<br />

es irrebatible desde el punto de vista económico; el avance espectacular de la República<br />

Popular China, la progresiva recuperación de la Federación Rusa, los avances de poderes<br />

regionales como Brasil, India y Sur África y la existencia de la Unión Europea y Japón<br />

explican el heterogéneo reparto del poder económico mundial. El planeta es hoy formidablemente<br />

complicado y diverso, ningún Estado o imperio, por más poderoso que sea,<br />

puede pretender alzarse con supremacía político-militar por mucho tiempo en la era de la<br />

aceleración y desarrollo tecnológico presente. En la actualidad, el mayor peligro nace de<br />

las ambiciones globales del gobierno de EE.UU, que se muestra incontrolable e irracional,<br />

especialmente después de los atentados del 11 de septiembre, lo que ha socavado los pilares<br />

de su hegemonía política e ideológica.<br />

La actual crisis del capitalismo es también expresión del conflicto de intereses entre Estados<br />

y economías nacionales, planteado en un escenario de globalización económica extremadamente<br />

complejo: hoy el planeta es un lugar mucho más competitivo. Es una lucha contradictoria<br />

entre quienes aspiran a mantener sus privilegios hegemónicos e imponer reglas<br />

de juego para su exclusivo beneficio, y que a pesar de ello mantienen grandes diferencias<br />

entre si y quienes pugnan por independencia política que les permita mayor autonomía en<br />

la toma de decisiones a favor del ‘buen vivir’ de sus respectivas poblaciones.<br />

Quienes se atrevieron a desafiar el orden internacional pos Guerra Fría, como es el caso de<br />

varios países latinoamericanos, no pueden mostrarse débiles y dejar de impulsar acciones<br />

efectivas de construcción de poder geopolítico y estratégico alternativo, lograr una mejor<br />

distribución geopolítica del poder con visiones contrahegemónicas aún en consolidación,<br />

por medio de un proceso de integración que se debe caracterizar por la constancia y cuestionamiento<br />

a las políticas de restauración neocolonial, aprovechando las actuales identidades<br />

políticas, y las permanentes compatibilidades geográficas, históricas y culturales. El<br />

actual período se destaca por la promoción de mecanismos de cooperación Sur-Sur y por<br />

el fomento de una geopolítica alterna a la geopolítica neoliberal.<br />

339


Los perdedores en el juego del ajedrez mundial, serán obligados a una nueva transferencia<br />

de riqueza y poder al hegemón, en un contexto mucho menos favorable a la formulación<br />

de visiones y ejecución de proyectos libertarios.<br />

Como es lógico, los EE.UU no quieren perder sin pelea su recientemente cuestionada influencia<br />

en América Latina, el American way of life ya no es el objetivo de muchos pueblos<br />

de Nuestra América y EE.UU dejó hace mucho tiempo de ser ejemplo de libertad,<br />

democracia y respeto de los derechos humanos, 332 por ello, sus apuestas estratégicas son:<br />

a) impedir o al menos frenar la velocidad de la conformación de un bloque económico y<br />

político suramericano efectivo, b) desestabilizar constantemente a los gobiernos de Venezuela,<br />

Ecuador y Bolivia, que se muestran como los principales impulsores de un nuevo<br />

orden geopolítico suramericano, y; c) contener la radicalización de los demás gobiernos<br />

progresistas de Nuestra América.<br />

EE.UU que ha entrado en una fase de permanente pérdida de su influencia cultural, ahora<br />

busca mantener su cuestionada hegemonía, usando su enorme infraestructura militar<br />

global y su sofisticada arquitectura injerencista-desestabilizadora (guerra psicológica y<br />

mediática, ‘asistencia al desarrollo y promoción de la democracia’, intervenciones ‘humanitarias’,<br />

espionaje a gran escala, supuestas guerras contra las drogas, etcétera). Ya lo señalaba<br />

Kent, la guerra no siempre es convencional, también existen las no convencionales,<br />

políticas y económicas.<br />

Think Tanks y organizaciones como el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense<br />

(PNAC según sus siglas en inglés) defienden y promueven que EE.UU debe ser la única<br />

superpotencia en solitario y debe ejecutar todas las medidas necesarias para disuadir a<br />

los competidores potenciales de aspirar siquiera a desempeñar un papel regional o global<br />

mayor por su cuenta.<br />

Luego de ser derrotada el ALCA, los EE.UU. no ha renunciado a promover el supuesto<br />

‘libre comercio’ de distintas formas, prueba de aquello es la negociación de un área de ‘libre<br />

comercio’ en la zona Asia-Pacífico (Acuerdo de Asociación Transpacífico –ATP) en el que<br />

participan sus socios de América Latina, así como otros países de la cuenca del Pacífico.<br />

Por otro lado, tenemos a una Unión Europea (UE) sometida a la política exterior de los<br />

EE.UU, y embarcándose en un conflicto que va contra sus propios intereses. El caso ucraniano,<br />

no hace más que beneficiar a EE.UU. y a –su- OTAN (esta Alianza permite proyectar<br />

la influencia política y el poder militar estadounidense directamente hacia el espacio<br />

euroasiático), en la intención de construir un escenario de ‘Guerra Fría’ con Rusia. La<br />

racionalidad geopolítica indicaría que a la Unión Europea le conviene un contrapeso a<br />

la hegemonía estadounidense, sin embargo, ni siquiera ha considerado que Rusia es uno<br />

de sus principales proveedores energéticos. Por otro lado, prueba de la cuestionada soberanía<br />

europea, es la ‘negociación’ de la Asociación Transatlántica para el Comercio y<br />

340


la Inversión (ACTI por sus siglas en inglés), que se trata en el más absoluto secreto y a<br />

espaldas de los pueblos europeos.<br />

Es decir, tanto EE.UU como la UE buscan volver a tener control sobre los mercados latinoamericanos,<br />

de los que han sido desplazados en los últimos años, por una postura<br />

inteligente de Nuestra América, abrirse al comercio del mundo sin caer en dependencias<br />

unilaterales e imposiciones hegemónicas. Lo contrario sería conformarse con ser actor pasivo<br />

del sistema internacional.<br />

Otro elemento crucial que se encuentra en pleno desarrollo, es la creación de una nueva<br />

arquitectura financiera que se expresa en la creación del Banco Asiático de Inversión e<br />

Infraestructura (BAII), aquí China tendrá el 25 por ciento de los derechos de voto e India<br />

y Rusia son el segundo y tercer accionistas del banco, respectivamente; el Banco de Desarrollo<br />

de los BRICS con sede en Shanghái; y la Organización de Cooperación de Shanghái<br />

(OCS) que incluye a China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, a la<br />

misma se integrarán India y Pakistán. Se estima que de este proceso emergerá un nuevo<br />

G8. Esta nueva realidad desplaza al arreglo financiero internacional expresado en el Consenso<br />

de Washington (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional).<br />

En ese marco preguntamos ¿De quién y de qué debe defenderse Nuestra América? ¿Sobre<br />

qué bases teóricas, históricas y análisis ajustados a la realidad del conflicto internacional<br />

actual se definen las amenazas y riesgos a nuestra seguridad y defensa? ¿Cuánto de la doctrina<br />

que guía la acción de nuestros servicios de inteligencia responde a doctrinas ajenas a<br />

nuestros intereses regionales?<br />

A diferencia de la época de la Guerra Fría, que fue ‘estable’ comparado con el movedizo<br />

escenario vigente, el mundo presente es muy inestable, propio de su particularidad multipolar<br />

en donde no son posibles imágenes y figuras regulares, sino deformes e irregulares.<br />

Pero, ¿Cuál es la esencia actual de la geoestrategia estadounidense? Ellos mismos lo definen<br />

como operaciones no lineales de amplio espectro, este concepto tiene por objetivo<br />

proyectar el poder en cualquier punto del planeta en respuesta a cualquier contingencia<br />

o adversario. Es decir, para sostener su hegemonía necesitan poder actuar de manera simultánea<br />

en varios sitios a la vez con operaciones no lineales, léase especiales, de amplio<br />

espectro, es decir, el empleo de todas las opciones a su alcance: guerras de falsa bandera,<br />

empleo de fuerzas ‘delegadas’, aliadas o mercenarias, golpes ‘suaves’ para cambio de régimen,<br />

chantaje comercial y financiero, sanciones y bloqueos, guerra psicológica, etcétera.<br />

Es decir, la estrategia de los EE.UU. se propone despliegues poco intrusivos y de bajo costo<br />

político-militar que le permitan atender de manera simultánea los diferentes desafíos que<br />

amenazan su existencia como superpotencia.<br />

Para el vigente entorno estratégico EE.UU desarrolla nuevos modelos de intervención o<br />

guerra, ellos hablan de guerra global, que no son las convencionales primera y segunda gue-<br />

341


as mundiales, pero si es global porque están injiriendo en todas partes de manera no lineal.<br />

Se habla de guerra global e híbrida, este último término está generando un importante debate,<br />

entre lo que se señala se indica que la vieja distinción entre ejército regular e irregular<br />

(se considera como hito del aparecimiento de esta ‘nueva’ forma de guerra el conflicto que<br />

en el 2006 enfrentó a Israel y Hezbollah, organización que no pudo ser derrotada) tiende<br />

a volverse borroso ya que unos y otros se estarían fusionando, la dicotomía clásica entre<br />

guerra irregular y convencional estaría quedando obsoleta. En la guerra híbrida el centro<br />

de gravedad ya no es físico, sino psicológico e incluso ideológico y mediático.<br />

Por ahí camina la naturaleza de los desafíos a que se enfrentan nuestros organismos de<br />

seguridad y defensa, y en consecuencia nuestra <strong>Inteligencia</strong> Estratégica.<br />

¿Es China una potencia neocolonial?<br />

Como parte de describir el actual escenario geoestratégico, es importante dedicar unas<br />

líneas a China. Diversos analistas se han pronunciado sobre el ‘nuevo colonialismo’ en<br />

referencia a China. ¿Es así? ¿Es China una potencia neocolonial? Ese ‘análisis’ no exento de<br />

determinada intencionalidad, muchas veces va dirigido al Sur en forma de crítica negativa,<br />

nosotros los ‘pobres sureños’ estamos cayendo en las garras chinas.<br />

La realidad muestra que hasta la fecha China no ha seguido el camino o los métodos tradicionales<br />

del colonialismo y neocolonialismo occidental, como fue la conversión religiosa,<br />

el esclavismo, el uso de la fuerza militar para la conquista, los golpes de Estado para colocar<br />

dirigentes políticos a su medida, asesinatos y genocidios, consensos de Washington, creación<br />

de arquitecturas financieras e injerencistas para su exclusivo beneficio, guerras sucias<br />

de todo tipo para apropiarse de los recursos naturales de determinados países, agencias de<br />

inteligencia metiendo sus narices en todas partes, operaciones encubiertas de todo tipo y<br />

en todo el mundo, etcétera.<br />

A nuestro modo de ver las cosas, China no oculta sus intereses que básicamente están<br />

impulsados por su tenaz deseo de establecer relaciones comerciales que le permitan no el<br />

dominio sobre un Estado soberano, sino acceso a productos básicos.<br />

China no es el primer país en lanzarse a una búsqueda global de recursos. La Revolución<br />

Industrial occidental, por ejemplo, creó una demanda voraz de materias primas y toda una<br />

geoestrategia, no siempre pacífica, para conseguirlos.<br />

De acuerdo con analistas económicos occidentales, el PIB de China creció entre el año<br />

2000 y el 2010 casi 4.000 billones de dólares de EE.UU., lo que significa que China ha<br />

creado otras siete Indias (del tamaño del 2001), tres Italias y más de dos Francias. Este gigantesco<br />

crecimiento económico supone un aumento en la demanda de productos básicos.<br />

China es actualmente el principal socio comercial de muchas economías, tanto del mundo<br />

342


desarrollado como del mundo en desarrollo, y se ha convertido en la fuente más codiciada<br />

de suministro de capitales, haciendo de China un inversor más atractivo que los organismos<br />

internacionales, tipo Banco Mundial o FMI, que suele vincular sus préstamos a duras<br />

condiciones políticas.<br />

En África, por ejemplo, la entrada de China en el mercado ha supuesto el fin del control<br />

sobre la explotación de recursos y la fijación internacional de precios que ejercían desde<br />

hacía tiempo los países occidentales, lo que ha permitido al continente africano vender<br />

sus materias primas, especialmente las relacionadas con energía, a precio de mercado por<br />

primera vez en la historia.<br />

La estrategia no ha sido saquear las riquezas naturales de los países con los que hace negocios<br />

sino más bien lograr acuerdos a largo plazo para el suministro de productos básicos a<br />

cambio de dinero. La política de China de acuerdo a sus dirigentes es satisfacer sus objetivos<br />

económicos, comerciales y de materias primas bajo principios de beneficio mutuo, y ha demostrado<br />

que está dispuesta a pagar mucho dinero para alcanzar dichos propósitos con éxito.<br />

Los chinos han aprendido de la historia; el colonialismo y neocolonialismo occidental<br />

siempre establecieron una relación desigual con sus ‘anfitriones’, y eso explica en parte la<br />

desaparición de sus imperios o hegemonías. China ha optado por establecer una relación<br />

de mutuo beneficio a cambio de tener acceso a productos básicos. Los chinos no buscan<br />

socavar el ambiente político del país con el que establecen negocios.<br />

Para conseguirlo, el gobierno chino tiene un rol amplio en la conducción de la economía y<br />

en la determinación de los resultados económicos, tiene más instrumentos a su alcance que<br />

los que pueda tener un gobierno con un papel limitado en la economía.<br />

Con las transferencias financieras, ya sea prestando dinero a los EE.UU mediante la compra<br />

de bonos del Tesoro (grandes préstamos que le han permitido acceso al mercado de<br />

consumo de dicho país, y convertir a China en su principal acreedor, para lo cual no ha<br />

tenido que promover, los ya clásicos ‘cambios de régimen’), proporcionando infraestructura<br />

a los países africanos, o prestando dinero directamente a países de América Latina, China<br />

logra realizar transacciones en todo el mundo. África, por ejemplo, suministra un tercio de<br />

las importaciones de petróleo que necesita China.<br />

Para terminar hay que destacar que el peso de China en los mercados de productos básicos<br />

ha generado transformaciones geopolíticas reales que van más allá de un simple<br />

impacto en los precios.<br />

Cooperación en inteligencia estratégica en Nuestra América<br />

No es factible ni práctico en este momento, crear una Agencia de <strong>Inteligencia</strong> de la CELAC,<br />

UNASUR o ALBA, pero si es necesario crear un mecanismo o metodología de cooperación<br />

343


en la materia, estableciendo una batería de objetivos concretos que motiven esa cooperación,<br />

identificando temas, amenazas y riesgos comunes a los intereses regionales y que se<br />

resisten a soluciones o abordajes nacionales.<br />

Una posibilidad puede ser que la UNASUR constituya una oficina de coordinación y articulación<br />

de los esfuerzos de análisis de inteligencia, en donde se determine la dirección del<br />

esfuerzo de búsqueda con base a un diálogo y consenso previamente establecido sobre los<br />

intereses a proteger y los riesgos y amenazas a estudiar.<br />

Los diferentes servicios de inteligencia de nuestros países se pueden constituir en Agencias<br />

que entreguen sus análisis a esa instancia de coordinación y articulación que se<br />

encargaría del procesamiento de la información. Los informes se distribuirán a los consejos<br />

de la UNASUR según su necesidad y pertinencia. No necesariamente esos informes<br />

tienen que ser calificados como secreto, ya que básicamente estarían enfocados a crear<br />

pensamiento estratégico propio.<br />

Nuestra América debe convertirse en un actor influyente en la arena internacional, para<br />

lograrlo, necesariamente debemos recurrir a la inteligencia estratégica.<br />

Para evitar proceder de manera reactiva e identificar de manera temprana potenciales conflictos,<br />

debemos lograr identidades regionales en inteligencia estratégica que nos permitan<br />

actuar en conjunto en un mundo multipolar que se caracteriza por su volubilidad, y lograr<br />

así, una toma de decisiones mejor informada, analizada y efectiva.<br />

El rol de una inteligencia estratégica puede verse útil en el asesoramiento a los doce consejos<br />

que conforman la UNASUR, y en especial a los consejos de defensa suramericano, sobre<br />

el problema mundial de la drogas y el que trata la materia de seguridad ciudadana, justicia<br />

y coordinación de acciones contra la delincuencia organizada.<br />

Sería interesante establecer un proceso colaborativo en red que permita estudiar y comprender<br />

la evolución de una amenaza o riesgo, estableciendo intercambios de información<br />

multilaterales. Los recelos o desconfianzas se pueden superar, si con una metodología específica<br />

se logra que los beneficios de la cooperación se vuelvan tangibles.<br />

No estamos sugiriendo la creación de un servicio de inteligencia en UNASUR tal como<br />

comúnmente se conoce, sino lograr un nivel de articulación en materia de inteligencia<br />

estratégica, que permita crear un marco de cooperación e intercambio de información que<br />

resulte atractivo por práctico y operativo a nuestros Estados y sus servicios de inteligencia,<br />

estableciendo objetivos de interés común y con una estructura de trabajo en red.<br />

Hay temas o problemas que requieren de estudio permanente en apoyo a los consejos de la<br />

UNASUR, por ejemplo, el asunto de la ciberseguridad y ciberdefensa, cuestión en donde<br />

la inteligencia estratégica debe jugar un rol facilitando insumos para el establecimiento de<br />

políticas y estrategias que permitan a la región hacer frente a las amenazas cibernéticas.<br />

344


CONCLUSIÓN<br />

“La situación geográfica sigue siendo el punto de partida para la definición de las<br />

prioridades externas de los Estados-naciones.”<br />

<br />

Existe la percepción de que la inteligencia estratégica de la zona CELAC no están colocándose<br />

a la altura de la situación geoestratégica que presenta el escenario mundial actual.<br />

Si bien, prácticamente la mayoría de analistas reconoce que el tablero internacional actual<br />

es multipolar, no se estudia o no se quiere reconocer con la necesaria profundidad y<br />

sinceridad, las implicaciones de esa realidad.<br />

Así, tenemos a un hegemón que no da su brazo a torcer para mantener esa condición, sus<br />

planificadores muy dados a sintetizar en llamativos eslóganes su estrategia nacional, ahora<br />

se plantean que al ‘existir un solo planeta, debe existir una sola superpotencia’. Y para<br />

ello ponen en juego nuevos conceptos estratégicos como el de intervenciones no lineales<br />

de amplio espectro, como una forma de concretar sus objetivos pero con mayores niveles<br />

de seguridad y menos desgaste político.<br />

¿Se han preguntado los organismos de inteligencia suramericanos las implicaciones de<br />

esas estrategias para nuestra región? ¿Qué ‘medicina’ específica nos están aplicando? ¿Es<br />

pura teoría de la conspiración los permanentes esfuerzos desestabilizadores de la soberanía<br />

democrática que padecen países como Venezuela y Ecuador? ¿En qué amenazas están<br />

pensando nuestros organismos de inteligencia?<br />

Un centro de pensamiento o análisis estratégico en el marco de la UNASUR se vuelve<br />

necesario para contribuir a la soberanía de nuestras democracias, la defensa de nuestros<br />

recursos naturales y energéticos, identificando actores e intereses que puedan afectar<br />

negativamente los objetivos de nuestra región, generando conocimientos para los tomadores<br />

de decisiones.<br />

La situación institucional y doctrinaria de los servicios de inteligencia es diversa en cada<br />

uno de nuestros países, y tomará desigual tiempo la superación de los problemas o debilidades<br />

que tienen cada una de nuestras organizaciones, pero esto no debería ser impedimento<br />

para dejar a un lado el escenario doméstico y proponerse un esfuerzo conjunto de identificación<br />

de amenazas comunes y de análisis de dinámicas en el enredado entorno actual.<br />

Incluso se podría obtener como resultado paradójico, que el desarrollo de pensamiento<br />

estratégico regional contribuya al perfeccionamiento de nuestros respectivos sistemas de<br />

inteligencia.<br />

345


BRZEZINSKI, Zbigniew; “El gran tablero mundial”, Barcelona, editorial Paidós, 1997<br />

KENT, Sherman; “<strong>Inteligencia</strong> estratégica”, tercera edición, Buenos Aires, editorial Pleamar, 1967<br />

<br />

RAMOS, Mario; “¿Es China una potencia neocolonial?” El Telégrafo, 19/08/2014, disponible en: http://www.telegrafo.<br />

com.ec/mundo/item/es-china-una-potencia-neocolonial.html<br />

RAMOS, Mario; “Movimientos geoestratégicos, operaciones de inteligencia y psicológicas, en el calentamiento del escenario<br />

andino”, Agencia ALAI, 10/12/2009, disponible en: http://www.alainet.org/es/active/35012<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

346


La inteligencia estratégica y el<br />

interés atlántico del MERCOSUR<br />

Antonio Romanelli<br />

“Somos arquitectos de nuestro<br />

propio destino”<br />

<br />

I.- INTRODUCCIÓN<br />

Mientras que la Academia, Investigadores y Políticos analizan la necesidad de incorporar<br />

la <strong>Inteligencia</strong> en el nivel Estratégico como una disciplina de mero corte civil, expresan sus<br />

preocupaciones por la <strong>Inteligencia</strong>, hasta ahora desarrollada especialmente en el ámbito de<br />

la Defensa y la Seguridad. La discusión que debería ocupar a nuestra región debería ser: ¿a<br />

partir de cuándo comenzaremos a aplicarla?<br />

Resulta una buena práctica profesional para el liderazgo de un país mirar más allá del<br />

horizonte, con sentido anticipativo y estableciendo objetivos basados en la generación de<br />

información analizada y procesada sobre asuntos de evolución futura que facilite la libertad<br />

de acción y proporcione una ventaja estratégica política, económica e informacional,<br />

en la defensa de intereses. Si además, se logran alinear intereses y acciones entre dos o más<br />

países en torno a un futuro resultado deseado, se genera la sinergia y empoderamiento para<br />

alcanzar los fines propuestos.<br />

Pensar, concebir y articular en Clave Estratégica es una modalidad esquiva y alejada de las<br />

realidades de algunos de los países del MERCOSUR. La comunidad que más se ha aproxi-<br />

347


mado a la modalidad ha sido la República Federativa del BRASIL, en donde tempranamente<br />

se han creado organismos de elaboración estratégica, cuyas directrices resultan evidentes,<br />

sus resultados son visibles y mantienen una trayectoria transversal a las políticas y sucesivas<br />

administraciones. Pero lo hacen en torno a sus antiguos intereses de proyección geopolítica,<br />

bastante moderados en este siglo, con un ingrediente de entendimiento de la necesidad de<br />

obtener socios y madurar los estamentos de cooperación que permitan legitimarlos.<br />

Pero la <strong>Inteligencia</strong> en el Nivel Estratégico no es una disciplina reciente, sino que ha existido<br />

en el mundo antiguo. Uno de sus mejores ejemplos son los escritos de Sun Tzu en su<br />

obra “El Arte de la Guerra”. Allí se describen lineamientos para el enfrentamiento, pero<br />

subyace una doctrina y una forma de concebir acciones que es perfectamente extrapolable<br />

a la realidad actual en la era del conocimiento y que explica más que una doctrina militar,<br />

una manera de concebir la Estrategia.<br />

En este trabajo, enfocaremos a los países del MERCOSUR, particularmente los ribereños a<br />

ese gran espacio, en parte ajeno e inexplorado, que es el Océano Atlántico.<br />

La cuestión que planteamos es: ¿La <strong>Inteligencia</strong> Estratégica puede indicarnos un interés<br />

atlántico común para el MERCOSUR?<br />

Esta propuesta requiere un análisis de los dos componentes principales expresados como<br />

variables: la inteligencia estratégica y el interés atlántico común al MERCOSUR<br />

El propósito de este enfoque es aportar al pensamiento estratégico del liderazgo de los<br />

países del MERCOSUR ribereños sobre una aplicación de la inteligencia estratégica que<br />

posibilite actuar sobre un interés común, que permita posicionarlos de mejor forma.<br />

Pero antes de desarrollar las variables mencionadas, resulta sustantivo responder las siguientes<br />

preguntas: ¿Por qué es importante el Atlántico y por qué un interés en común?<br />

Podemos responderlas con una simplificación formulada como pregunta: ¿tenemos un<br />

futuro común?<br />

Existen múltiples formulaciones sobre el interés de países y potencias sobre el Atlántico de<br />

relativa reciente elaboración. Esto indica la importancia de este espacio contiguo al MER-<br />

COSUR, corredor Norte – Sur, llave de la Antártida y nexo con África. Pero hoy a quince<br />

años de iniciado el Siglo XXI, con nuevos espacios de competencia y una era del conocimiento<br />

consolidada enmarcada en la interdependencia compleja, la disminución del valor<br />

de las fronteras, la dificultad de los Estados Nación para ejercer sus jurisdicciones en ámbitos<br />

modernos como el ciberespacio y el espacio, resulta necesario adaptar viejas aspiraciones<br />

brasileñas y argentinas a asuntos más concretos, posibles, justificables y legitimables para<br />

un abordaje inteligente que produzca resultados beneficiosos. La oportunidad está presente.<br />

Pero no son Argentina y Brasil los únicos actores con aspiraciones visibles en el espacio<br />

atlántico, sino que hay otros desarrollos intelectuales que intentan esbozar estrategias<br />

para ese espacio y no provienen de los países ribereños. Lo que en parte ha reactivado<br />

348


mecanismos de diálogo y entendimiento sudamericanos.<br />

Un ejemplo claro, evidente y comprobable es la Atlantic Basin Initiative, un Think Tank,<br />

de la Universidad John Hopkins de Washington, D.C., en cuyo Libro Blanco expresa los<br />

intereses sobre el Atlántico. 333<br />

Otro ejemplo proviene del interés de Europa y está documentado en el reporte “Fomento<br />

de una estrategia marítima para el Océano Atlántico, donde en su primer parágrafo “Ámbito<br />

de Aplicación” lo define de la siguiente forma:<br />

“reconoce que la UE comparte la responsabilidad de gestionar los océanos del mundo. En<br />

términos generales, la estrategia abarcará las costas, las aguas territoriales y jurisdiccionales<br />

de los cinco Estados miembros de la UE con litoral atlántico (Francia, Irlanda, Portugal, España<br />

y el Reino Unido), así como las aguas internacionales que se extienden al oeste hasta las<br />

Américas, al este hasta África y el Océano Índico, al sur hasta el Océano Antártico y al norte<br />

hasta el Océano Ártico”. 334<br />

La Unión Europea ya opera varios Programas sobre el Atlántico enmarcados en su Estrategia<br />

Europa 2020 y que son de alcance global procurando mejorar su conocimiento y análisis<br />

(<strong>Inteligencia</strong> Estratégica) sobre costas, fondos marinos, batimetría, biología, química,<br />

geología, física, pesca, recursos, actividades humanas excepto pesca. 335<br />

También deben considerarse como pretensiones europeas: los Territorios de Ultramar<br />

Británicos de la Colonia de Saint Helena (St. Helena, Ascensión, Grupo Tristán Da Cunha),<br />

las Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, además de la posesión de Noruega<br />

en Bouvetoy. Brasil posee una importante presencia soberana con islas atlánticas destacándose:<br />

Penedos de Sao Pedro y Sao Paulo, Archipiélago Fernando de Noronha, Islas<br />

Martin Vaz y Da Trindade.<br />

Igualmente debemos considerar las enormes posibilidades de recursos que yacen frente a<br />

las costas de nuestros países en un corredor sur-norte libre de interferencias, que habilitan<br />

su explotación y su comercialización apoyado en las costas suramericanas, donde se radican<br />

las mejores posibilidades logísticas para su procesamiento.<br />

Las líneas de navegación y comercio que atraviesan este espacio, son las que permiten el<br />

comercio exterior del MERCOSUR y cuya protección actualmente y en la evolución futura,<br />

resultan una prioridad de mayor importancia en la medida que crezca el intercambio.<br />

Consideraciones tales como la endémica inseguridad de las costas africanas, cuyo escenario<br />

presenta una creciente ausencia de autoridad estatal y control a partir del desarrollo de<br />

episodios de piratería en el Golfo de Guinea, rutas de tráfico de drogas, armas y terrorismo,<br />

nos proporcionan indicios para asumir una postura más activa en la defensa de dicho espacio,<br />

al igual que ya se está formulando en ámbitos de países extra región.<br />

Tomando como ejemplo alguno de los conceptos que fundamentan el documento del Centro<br />

para las Relaciones Transatlánticas mencionado, se expresa la necesidad de avanzar en<br />

349


una nueva comunidad atlántica que, entre otras metas, procuraría:<br />

➢ Aprovechar el renacimiento energético atlántico para impulsar la producción<br />

de energía tradicional, no convencional y renovable, facilitando el acceso<br />

de millones a lo largo del espacio atlántico y construir un puente futuro de<br />

bajo carbono.<br />

➢ Abrir la inversión y el comercio en la cuenca atlántica, incluyendo formas<br />

que alienten y fortalezcan el comercio y la inversión en el mundo como un todo.<br />

➢ Salvaguardar nuestra herencia común: el Océano Atlántico<br />

➢ Promover al Seguridad Humana a lo largo de toda la región<br />

Hoy, la inteligencia estratégica, permite colectar toda la información sobre los hechos<br />

que afectan este espacio y su análisis puede indicar consecuencias comunes a futuro que<br />

implican la adopción de medidas y planes estratégicos a nivel MERCOSUR que favorezcan<br />

nuestros objetivos, justifiquen aspiraciones, defiendan recursos disponibles, legitimen y<br />

nos coloquen en la misma línea o un paso adelante de estos desarrollos estratégicos o en<br />

aptitud de aprovechar estas sinergias.<br />

II.-LA INTELIGENCIA ESTRATÈGICA<br />

A. Conceptos preliminares<br />

La <strong>Inteligencia</strong> estratégica no es una nueva forma de análisis, sino que es una práctica<br />

bien estructurada de los recursos de inteligencia con una historia que se remonta a más<br />

de dos milenios.<br />

La inteligencia estratégica y el análisis estratégico son términos utilizados para describir un<br />

tipo de práctica de inteligencia y análisis. Toda la inteligencia se relaciona con las previsiones<br />

de varios asuntos críticos y en el nivel estratégico debe proporcionar análisis del más<br />

alto nivel para ayudar a lograr los objetivos estratégicos de Corporaciones, Organizaciones,<br />

Gobiernos y Regiones.<br />

Aborda cualquier tema a un nivel de amplitud y detalle necesario que permita deducir en<br />

su línea final la descripción de amenazas, riesgos y oportunidades, para que el decisor tome<br />

la opción más conveniente a sus intereses.<br />

Todos los niveles realmente poseen fines de diferente alcance e importancia, por lo que<br />

en la mayoría de los casos existen un grupo de intereses y objetivos menores que deben<br />

cumplirse para lograr la meta principal. La inteligencia estratégica debe tener manejo de<br />

350


todos. Esto es válido tanto al iniciar o finalizar un negocio como para llevar adelante un<br />

proyecto de gobierno nacional.<br />

B. La estrategia<br />

Análogamente, la Estrategia que en realidad trata de lograr objetivos, superando obstáculos<br />

con los medios y marco temporal disponible, posee diferentes niveles de aplicación.<br />

Hay varias formas de conceptuarla, pero nos resultan sustantivas las de la escuela francesa,<br />

norteamericana, brasileña e inglesa, entre las que hemos seleccionado las siguientes:<br />

La estrategia integra objetivos nacionales y militares (fines), políticas<br />

nacionales y conceptos militares (maneras o vías), y recursos nacionales,<br />

fuerzas militares y abastecimientos,(medios)” 336<br />

“Es la dirección comprehensiva del poder para controlar situaciones y áreas<br />

con el propósito de realizar los objetivos planteados” 337<br />

“Estrategia en términos generales es el arte de preparar y aplicar el poder<br />

para conquistar y preservar los objetivos, superando obstáculos de<br />

todo orden” 338<br />

“Conceptualmente, definimos estrategia como relación entre fines, vías,<br />

y medios” 339<br />

Este último, desarrollado por el investigador Colin Gray del Centro de Estudios Estratégicos<br />

de la Universidad de Reding del Reino Unido, la consideramos una definición sintética<br />

y apartada de los niveles de análisis que describe en una forma simple las complejas preguntas<br />

que hacen a la Estrategia:<br />

➢ ¿Qué es necesario hacer? Para definir los Objetivos o Fines.<br />

➢ ¿Qué recursos se poseen y se pueden obtener razonablemente para hacer<br />

lo necesario? Para definir los Medios.<br />

➢ ¿Cuál es la mejor manera de utilizar los recursos para lograr hacer lo<br />

necesario? Definiendo los Conceptos, vías o formas de actuar.<br />

C. Conceptos básicos sobre <strong>Inteligencia</strong><br />

La palabra <strong>Inteligencia</strong> es originaria de la expresión latina “intelligentia” e “inteligere” compuesta<br />

por “intus” que significa “entre” y “legere” que significa escoger. Este origen etimológico<br />

refiere a “saber elegir”. Lo que indica una acción de selección entre alternativas.<br />

351


El Diccionario de la Real Academia Española, la conceptúa como: Capacidad de entender<br />

o comprender, capacidad de resolver problemas, conocimiento, comprensión, acto de entender,<br />

entre otros conceptos. 340<br />

El Diccionario de Inglés Conciso de Oxford, indica que la inteligencia puede concebirse<br />

como:<br />

“<strong>Inteligencia</strong> es la suma de los que es conocido, integrado con nueva información y finalmente<br />

interpretado para lograr su significado” 341<br />

El vocablo inteligencia es empleado frecuentemente con diferentes significados:<br />

➢ Cuando se usa para describir un proceso o una actividad, se refiere al término<br />

de “hacer el trabajo de inteligencia” o “hacer inteligencia”. Entonces la<br />

<strong>Inteligencia</strong> es el proceso a través del cual la información es identificada,<br />

coleccionada y analizada.<br />

➢ Cuando se emplea para expresar el producto final o entregable de un proceso o<br />

actividad se refiere a “producir inteligencia” o el “producto de la inteligencia”.<br />

Entonces la inteligencia es el producto que consiste en información que ha sido<br />

refinada para ser útil a los responsables políticos o empresariales<br />

➢ Cuando se refiere a las organizaciones que realizan el trabajo de inteligencia,<br />

se expresa que son los organismos individuales que moldean los datos en<br />

crudo para finalizar el producto de inteligencia que beneficie a los decisores<br />

y también a la comunidad de estas organizaciones<br />

En una forma más simple, la inteligencia, resulta del procesamiento de información. Implica<br />

el manejo previo de información en crudo, el procesamiento y luego puede ser interpretada.<br />

Ambos verbos describen las acciones relevantes para producir inteligencia: el<br />

procesamiento y la interpretación. De todas formas, sin importar el campo de operación o<br />

la disciplina de que se trate, cuando tenemos un problema de inteligencia tenemos:<br />

➢ Problemas a resolver<br />

➢ Necesidad de planificación detallada<br />

➢ Datos a ser buscados, reunidos y amalgamados<br />

➢ Respuestas a encontrar<br />

Cualquier problema de inteligencia posee estos cuatro elementos en común.<br />

La inteligencia es catalogada acorde dónde y para qué es realizada. Por lo tanto, los<br />

términos de inteligencia militar, política, económica, criminal o de mercado, son usualmente<br />

usados a nivel global. La diferencia reside en el tipo de producto final y el tipo<br />

de cliente que la demanda.<br />

352


D. Los tipos y niveles de la actividad de <strong>Inteligencia</strong><br />

<br />

Sin valorar como es generada o empleada, la <strong>Inteligencia</strong> se basa en principios y se adapta<br />

al ambiente en donde se aplica. Esto significa que el cuerpo de conocimiento de inteligencia,<br />

es aplicado a diferentes ambientes, situaciones y su práctica se adapta a las cambiantes<br />

y emergentes necesidades. El enfoque de la <strong>Inteligencia</strong> se puede diferenciar un nivel de<br />

empleo Operacional o Funcional y otro nivel de empleo Gerencial.<br />

La <strong>Inteligencia</strong> generada para el uso exclusivo Gerencial y Ejecutivo, trata con asuntos de<br />

visión global relativos a la misión, objetivos, programas y planificación de recursos. Se<br />

denomina <strong>Inteligencia</strong> Estratégica y se concibe para auxiliar el desarrollo de estrategias<br />

organizacionales.<br />

La <strong>Inteligencia</strong> Táctica y Operacional es la que apoya las necesidades diarias de los Supervisores<br />

y Gerentes de Línea, enfocándose en actividades rutinarias, inmediatas y de funcionamiento.<br />

En el ámbito militar, se consideran tres niveles acorde al tipo de organización. En una<br />

descripción simplificada, se entiende por <strong>Inteligencia</strong> Táctica la que trata y se identifica<br />

con objetivos individuales y organizaciones tácticas. La que se refiere a operaciones contra<br />

múltiples blancos, enmarcada en organizaciones que combinan varias entidades tácticas<br />

es la Operacional. Estas operaciones demandan una alto grado de integración de insumos<br />

de información y preparación así como un espacio geográfico desplegado y una actividad<br />

enemiga o competitiva importante. En el tercer nivel, está la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica<br />

<br />

La <strong>Inteligencia</strong> Estratégica atiende a las tendencias que puedan interpretarse, más que a los<br />

objetivos individuales, como lo hace la <strong>Inteligencia</strong> Operacional.<br />

Se relaciona con la Investigación Aplicada sobre un fenómeno, de manera de que en el<br />

curso de dicha investigación, el conocimiento obtenido permita la focalización en los acontecimientos<br />

y permita proporcionar insumos para políticas y acciones estratégicas a futuro.<br />

Por excelencia, el país que más ha desarrollado y empleado este concepto en base a su estatura<br />

estratégica, es Estados Unidos de América.<br />

Esa nación ha estructurado organizaciones dedicadas a operar <strong>Inteligencia</strong> Estratégica en<br />

su beneficio. En función de ello, hacemos referencia a su concepto. La definición oficial del<br />

Pentágono sobre la inteligencia estratégica es:<br />

“La inteligencia que es requerida para la formulación de la estrategia la política, los planes<br />

militares y las operaciones a nivel nacional y del teatro” 342<br />

353


E. Los tipos de inteligencia<br />

Son varias las clases de inteligencia - militar, política, económica, social, ambiental, de salud<br />

y cultural - las que proporcionan información importante para las decisiones políticas.<br />

Existe una tendencia a visualizar la inteligencia como una actividad secreta y de medios encubiertos.<br />

En efecto, alguna inteligencia es colectada a través de operaciones clandestinas<br />

y solamente conocida por los más altos niveles de gobierno. Otra inteligencia es solamente<br />

información que está abierta y disponible. Al menos existen cinco formas de obtener inteligencia<br />

y son conocidas como las “Disciplinas de Colección de <strong>Inteligencia</strong>”:<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

de fuentes humanas.<br />

<br />

de trasmisiones electrónicas que pueden ser captadas por barcos, aviones,<br />

sitios terrestres o satélites. La <strong>Inteligencia</strong> de Comunicaciones (COMINT)<br />

es un tipo de inteligencia de señales referida a la intercepción de<br />

comunicaciones<br />

<br />

de imágenes obtenidas por sitios de superficie, aéreos, subacuáticos o<br />

espaciales. Actualmente posee un gran desarrollo a partir de las imágenes<br />

satelitales de amplio empleo civil y militar.<br />

<br />

que colecciona información de las capacidades industriales de armas, con<br />

procesamiento avanzado de datos. Incorpora la <strong>Inteligencia</strong> de Telemetría<br />

(TELINT) que permite reconocer datos de armas a partir de los test<br />

industriales y la <strong>Inteligencia</strong> Electrónica (ELINT) que puede reconocer<br />

emisiones electrónicas captadas a partir de sistemas de armas modernas y<br />

sistemas de rastreo.<br />

<br />

en un amplio abanico de información y fuentes que están generalmente<br />

disponibles, incluyendo la obtenida de los medios, registros profesionales<br />

y académicos así como datos públicos (informes, reportes de gobierno,<br />

datos demográficos, audiencias, discursos, etc) La dificultad de la OSINT<br />

está dada por la necesaria selección de lo que resulta de valor y el resto, así<br />

como su la determinación de su confiabilidad.<br />

La Contra <strong>Inteligencia</strong> es una disciplina enfocada en neutralizar los esfuerzos de la in-<br />

354


teligencia enemiga o de la competencia. La Contra <strong>Inteligencia</strong> trata todas las acciones<br />

dirigidas a detectar, identificar, seguir, explotar y neutralizar las actividades de inteligencia<br />

multidisciplinarias de enemigos, amigos, competidores oponentes o adversario.<br />

F. El concepto de inteligencia en los países<br />

atlánticos suramericanos<br />

<br />

1. Argentina<br />

La <strong>Inteligencia</strong> también se conceptúa como actividad y como organización, lo que está<br />

plasmado en la legislación argentina a través de las leyes 25.520 de <strong>Inteligencia</strong> Nacional y<br />

la ley 27.126 que crea la Agencia Federal de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

Los conceptos manejados por Argentina son <strong>Inteligencia</strong> Nacional, Contrainteligencia, <strong>Inteligencia</strong><br />

Criminal e <strong>Inteligencia</strong> Estratégica Militar. El siguiente texto es ilustrativo al respecto:<br />

Fragmento de la Ley 25.520 y su modificativo por la Ley 27.126:<br />

“A los fines de la presente ley y de las actividades reguladas por la misma, se entenderá por: 343<br />

a la actividad consistente en la obtención, reunión, sistematización<br />

y análisis de la información específica referida a los hechos, amenazas, riesgos y<br />

conflictos que afecten la seguridad exterior e interior de la Nación.”<br />

Este inciso fue modificado en ocasión de la creación de la Agencia Federal de <strong>Inteligencia</strong><br />

en sustitución de la Secretaría de <strong>Inteligencia</strong> (SI o ex SIDE) por el siguiente texto de la ley<br />

27.126 del 25 de febrero de 2015: 344<br />

a la actividad consistente en la obtención, reunión, sistematización<br />

y análisis de la información específica referida a los hechos, riesgos y conflictos que afecten la<br />

Defensa Nacional y la Seguridad Interior de la Nación.<br />

a la actividad propia del campo de la inteligencia que se realiza<br />

con el propósito de evitar actividades de inteligencia de actores que representen amenazas<br />

o riesgos para la seguridad del Estado Nacional.<br />

a la parte de la <strong>Inteligencia</strong> referida a las actividades criminales<br />

específicas que, por su naturaleza, magnitud, consecuencias previsibles, peligrosidad<br />

o modalidades, afecten la libertad, la vida, el patrimonio de los habitantes, sus derechos y<br />

garantías y las instituciones del sistema representativo, republicano y federal que establece la<br />

Constitución Nacional.<br />

a la parte de la <strong>Inteligencia</strong> referida al conocimiento<br />

de las capacidades y debilidades del potencial militar de los países que interesen desde<br />

355


el punto de vista de la defensa nacional, así como el ambiente geográfico de las áreas estratégicas<br />

operacionales determinadas por el planeamiento estratégico militar.<br />

al conjunto de relaciones funcionales de los<br />

organismos de inteligencia del Estado Nacional, dirigido por la Secretaría de <strong>Inteligencia</strong> a<br />

los efectos de contribuir a la toma de decisiones en materia de seguridad exterior e interior<br />

de la Nación.”<br />

La Argentina no define la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica y la circunscribe al ámbito de la Defensa,<br />

como expresa su inciso 4 “<strong>Inteligencia</strong> Estratégica Militar”, tarea que está a cargo de<br />

la Dirección Nacional de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica Militar del Ministerio de Defensa cuya<br />

responsabilidad primaria es:<br />

“Producir inteligencia estratégica para la defensa en forma permanente, relacionada<br />

con las amenazas del marco externo, para asesorar al Ministro de Defensa en todo lo<br />

concerniente a ella.”<br />

2. Brasil<br />

Este país posee el Sistema Brasileño de <strong>Inteligencia</strong> (SISBIN) que está integrado por varios<br />

organismos dedicados a producir inteligencia en Presidencia, Ministerio de Justicia, Ministerio<br />

de Defensa, Ministerio de Asuntos Exteriores y Ministerio de Hacienda.<br />

Los órganos principales de ese Sistema son la ABIN, Agencia Brasileña de <strong>Inteligencia</strong> y<br />

particularmente en el Ministerio de Defensa, el Departamento de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica.<br />

Departamento de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica (DIE), el que está integrado en la Secretaria de<br />

Política, Estrategia y Asuntos Internacionales.<br />

Su misión es informar de la situación estratégica, seguir la evolución en la escena nacional<br />

e internacional por áreas geográficas y temáticas de interés estratégico para Brasil. Producir<br />

las evaluaciones nacionales e internacionales de la situación estratégica, e integrar el Sistema<br />

Brasileño de <strong>Inteligencia</strong> (SISBIN) gestionando, como un organismo central, el Sistema<br />

de <strong>Inteligencia</strong> de Defensa (SINDE). Bajo el Departamento de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica nos<br />

encontramos: La Jefatura de Asuntos Estratégicos del Estado Mayor Conjunto a la que<br />

pertenece la Sub Jefatura de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica y coordina los Centros de <strong>Inteligencia</strong><br />

de Ejército, Marina y Fuerza Aérea.<br />

Específicamente el órgano de producción de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica es la Jefatura de Asuntos<br />

Estratégicos del Estado Mayor de la Defensa y tiene como competencia acompañar<br />

las coyunturas política y estratégica y la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica, ambas relacionadas a la<br />

Defensa Nacional. 345 Si bien existe una Secretaría de Asuntos Estratégicos dentro de la Presidencia,<br />

esta no produce <strong>Inteligencia</strong> Estratégica y se encarga de programas de desarrollo<br />

y asesoramiento al gobierno en políticas públicas.<br />

356


La normativa brasileña de inteligencia define las actividades de inteligencia y contrainteligencia:<br />

346<br />

“Para los efectos de aplicación de esta Ley, entiéndase como inteligencia la actividad<br />

que busca la obtención, análisis y diseminación de conocimientos dentro y fuera del territorio<br />

nacional sobre hechos y situaciones de inmediata o potencial influencia sobre el proceso<br />

decisorio y de acción gubernamental y sobre la salvaguarda y la seguridad de la sociedad y<br />

del Estado.<br />

Enriéndese como contrainteligencia la actividad que busca neutralizar a la<br />

inteligencia adversa”<br />

El Estado brasileño, define la <strong>Inteligencia</strong>, la Contrainteligencia y los organismos encargados<br />

de producir <strong>Inteligencia</strong>. No define específicamente la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica, pero<br />

posee una estructura de producción de inteligencia estratégica visible dentro del Ministerio<br />

de Defensa además de otros Ministerios y la Presidencia que poseen organismos de<br />

inteligencia integrados al Sistema Brasileño de <strong>Inteligencia</strong> (SISBIN). Esta conformación<br />

no implica que Brasil no maneje <strong>Inteligencia</strong> Estratégica, sino que por el contrario, sus<br />

pensamientos estratégicos vastamente documentados en escritos académicos y su permanente<br />

esfuerzo de relacionamiento con los demás suramericanos, los países africanos y la<br />

expresión de sus intereses en el Atlántico Sur, reflejan un aplicado y metódico empleo de<br />

inteligencia estratégica precursor a los demás países atlánticos.<br />

3. Uruguay<br />

Uruguay está en proceso de actualización de la normativa referida a las actividades de<br />

producción de <strong>Inteligencia</strong>, habiéndose formulado un Proyecto de Ley de <strong>Inteligencia</strong> que<br />

actualmente está a estudio de su Parlamento. Lo novedoso en el sentido del eje temático de<br />

este trabajo, es la definición de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica como integrante del cuerpo normativo<br />

de <strong>Inteligencia</strong> planteado.<br />

“Para los fines de esta ley y de las actividades reguladas por la misma, se entiende por:<br />

A) <strong>Inteligencia</strong>: proceso sistemático de recolección, evaluación y análisis de<br />

información, cuya finalidad es producir conocimiento útil para la toma de<br />

decisiones.<br />

B) Contrainteligencia: aquella parte de la actividad de inteligencia cuya<br />

finalidad es detectar, localizar y neutralizar las acciones de <strong>Inteligencia</strong><br />

desarrolladas por otros Estados o por personas u organizaciones, dirigidas<br />

357


a obtener información que, en su poder, pueda afectar los intereses del<br />

Estado, su seguridad interior o la Defensa Nacional.<br />

C) <strong>Inteligencia</strong> Estratégica: es el conocimiento de situaciones de interés<br />

inmediato o potencial, adquirido mediante un proceso multidisciplinario y<br />

necesario para la toma de decisiones al más alto nivel, en procura de los<br />

objetivos nacionales.”<br />

Este enfoque de los países sugiere una proyección a futuro. El Producto de <strong>Inteligencia</strong><br />

Estratégica apoya la generación de una estrategia que se llevará adelante, pero hoy, no es<br />

un producto inmediato. De modo que este Nivel de <strong>Inteligencia</strong> ocurre cuando estamos<br />

pensando en clave de futuro, ya sea el necesario o el deseado.<br />

Esta consideración nos lleva a dos preguntas:<br />

¿Alguien está pensando en el mañana? ¿Alguien en el MERCOSUR está pensando en el<br />

mañana?<br />

Las respuestas a estas interrogantes nos pueden llevar a conclusiones muy obvias y también<br />

a visualizar oportunidades para nuestros países. Pero la tarea primordial del Analista de <strong>Inteligencia</strong>,<br />

es el producto de inteligencia corriente, porque por allí circula la demanda. Los<br />

clientes que demandan <strong>Inteligencia</strong> Estratégica son unos pocos, generalmente las grandes<br />

Corporaciones y algunos Estados.<br />

Entonces resulta razonable que el producto de inteligencia estratégica resulte escaso, pero<br />

no imposible. El rol de la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica se enfoca en fines de largo plazo para<br />

agencias, corporaciones y gobiernos. La <strong>Inteligencia</strong> Estratégica proporciona a los gobernantes<br />

y ejecutivos de alto nivel, una ilustración y conocimiento profundo sobre: tendencias<br />

actuales y emergentes; explicación de fenómenos mediante investigación; cambios en<br />

el ambiente de seguridad; opciones y análisis de impactos; amenazas a la seguridad, el<br />

comercio, las comunidades; oportunidades para ingresar en escenarios o controlar eventos<br />

y escenarios; probables avenidas de cambio de situaciones estratégicas; pronósticos y estimaciones<br />

de evolución de situaciones; insumos para políticas, estrategias y planes.<br />

III.- EL ATLÁNTICO COMO PROYECTO ESTRATÉGICO COMUN Y LA<br />

PRODUCCIÓN DE INTELIGENCIA ESTRATÉGICA EN APOYO AL MISMO<br />

La instancia de la conformación de la UNASUR en 2007 y la creación del Consejo de<br />

Defensa Suramericano, marcan un mojón en los procesos de integración, luego de superado<br />

el Dilema de Seguridad entre Argentina y Brasil. El rol más activo de Brasil en<br />

favor de la integración favorecido por una concertación ideológica impulsó la creación de<br />

estructuras de coordinación. El elemento más representativo de esta transformación fue<br />

358


la creación del Consejo de Defensa Suramericano dándole una dimensión de seguridad<br />

y defensa a la integración. Tanto Brasil como Argentina fueron los actores principales de<br />

la concertación suramericana para alcanzar el Consejo Suramericano de Defensa y ello es<br />

consecuencia de una variación en la actitud y percepción de Brasil respecto de sus intereses<br />

suramericanos y también atlánticos. 347<br />

A. Las razones brasileñas<br />

Resulta claro que la interdependencia y los adelantos tecnológicos desde principios de siglo,<br />

han potenciado las capacidades de información y recolección de datos, exponiendo<br />

cada vez más los fenómenos y la geografía de las regiones, relativizando las distancias y<br />

permitiendo evaluar e identificar áreas de interés, valor y posible actuación. Esto, sumado a<br />

las diversas expresiones ambientalistas y comerciales referidas al valor de algunas regiones<br />

entre las que se hallan vastas áreas suramericanas y oceánicas, han impulsado la preocupación<br />

legítima de varios países de la región. Particularmente sobre el valor futuro de sus<br />

recursos, el interés comercial y estratégico foráneo y la vulnerabilidad de sus capacidades<br />

de defensa. El contexto estratégico ha evolucionado rápidamente al influjo de la tecnología<br />

y del nuevo esquema de amenazas y peligros derivados del accionar de organizaciones<br />

emergentes facilitadas por vacíos de poder en diversas regiones de África y Asia, así como<br />

por al accionar de actores en pugna por espacios de poder y recursos. El principal destinatario<br />

de esos intereses, por su tamaño y geografía, en Suramérica es Brasil. Esto sumado a<br />

la preocupación de su liderazgo por el desarrollo de situaciones conflictivas que generan<br />

“soberanía limitada”, “espacios sin gobierno” y Estados Fallidos” 348 que pueden ser interpretados<br />

como perjudiciales para los intereses de seguridad de potencias centrales o “estructuras<br />

hegemónicas” 349 y ser utilizados como excusa para intromisiones en detrimento<br />

de intereses de países de la región. “La actual ausencia de enemigos no significa que ellos no<br />

vengan a materializarse de forma más evidente en el futuro. La región podrá ser objeto de disputas<br />

internacionales relacionadas con la biodiversidad, depósitos de agua dulce, minerales<br />

estratégicos, hidrocarburos y recursos marítimos” 350<br />

Esta preocupación sobre las interferencias, como riesgo evaluado por la conducción de Brasil,<br />

seguramente les ha impuesto la necesidad de variar sus concepciones de proyección por la de<br />

empoderamiento suramericano como herramienta de posicionamiento internacional creando<br />

un punto fuerte en el sistema multipolar y para el refuerzo de la defensa de sus intereses.<br />

Es elocuente la declaración de su Política de Defensa del 2012, donde se expresa:<br />

“América del Sur es el ambiente regional en el cual el Brasil está inserto. Buscando profundizar<br />

sus lazos de cooperación, el País visualiza un entorno estratégico que extrapola la región sura-<br />

359


mericana e incluye el Atlántico Sur y a los países linderos del África así como la Antártida. Al<br />

norte la proximidad del mar Caribe impone que se le dé una creciente atención a esta Región.” 351<br />

Esto explica claramente en términos de inteligencia el Área de Interés de Brasil y su intención<br />

de que también sea interés de los demás países suramericanos. Pero más adelante lo<br />

particulariza a los países atlánticos al hacer mención a la Zona de Paz y Cooperación del<br />

Atlántico Sur (ZOPACAS). Esto se relaciona a uno de sus Objetivos Estratégicos referidos<br />

al peso de Brasil en los procesos decisorios mundiales y su necesidad de proyección, que ya<br />

era una concepción estratégica brasileña del Siglo XX.<br />

“Intensificar la proyección de Brasil en el concierto de las naciones y su mayor inserción en los<br />

procesos decisorios internacionales” 352<br />

La variación de la política de defensa de Brasil impulsada por las preocupaciones y riesgos<br />

percibidos del nuevo contexto internacional se evidencia por la formulación de una Estrategia<br />

de Defensa, el impulso al Consejo de Defensa Suramericano (CDS), la participación<br />

preponderante en la operación de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), la intensificación<br />

de intercambios y cooperación con los países ribereños africanos. Todo lo cual indica<br />

una posición más activa de Brasil en términos de Soft Power, procurando fortalecer la<br />

Región, que ya lo concebía tempranamente, 353 creando una nueva área de influencia, que<br />

en realidad siempre la formuló Brasil desde el Siglo XX 354 355 y bajo la cobertura de la integración,<br />

en realidad apunta a organizar la seguridad y defensa. Enmarcada en una nueva<br />

ingeniería basada en el CDS, que neutralice y evite respuestas intervencionistas sobre los<br />

espacios de la Región y por añadidura en el Área de Interés. Mostrar una Región cooperante,<br />

organizada y capaz de manejar áreas conflictivas inclusive fuera de la misma en su<br />

Área de Interés, liderada por Brasil resulta un objetivo estratégico implícito, no expresado<br />

abiertamente pero muy relevante para los intereses brasileños.<br />

Todos estos desarrollos, formulaciones y acciones estratégicas del poder brasileño, no resultan<br />

de necesidades del momento ni de espontaneidades. Esto responde sin duda, a un<br />

cuidadoso estudio y análisis longitudinal, transversal y prospectivo de una o varias situaciones<br />

que afectan sus intereses, dado la vastedad de su geografía y escenarios, así como<br />

una valorización del escenario global. Este enfoque que le ha dado el poder brasileño desde<br />

2005 a su política suramericana y atlántica, debe responder a una planificación estratégica,<br />

apoyada en una importante producción de inteligencia estratégica integrada con análisis<br />

prospectivo, que les ha indicado un conjunto de acciones estratégicas para construir una<br />

Trayectoria Estratégica que los deposite en un escenario deseado: el empoderamiento a<br />

partir del liderazgo suramericano y la consolidación de las áreas de interés como áreas de<br />

influencia, particularmente el Atlántico. 356<br />

Uno de los ejes de la defensa de los países sudamericanos pasa por el Atlántico. El canciller<br />

Patriota, de Brasil, recordó en la reunión de Montevideo que el Atlántico tiene cada vez<br />

360


mayor importancia “por el descubrimiento de enormes reservas minerales y petrolíferas”,<br />

por sus abundantes recursos en biodiversidad y porque “el 95% del comercio exterior brasileño<br />

pasa por ese océano” 357<br />

Este desarrollo, nos lleva a preguntarnos: ¿Esta estrategia es aceptable para los demás socios<br />

suramericanos, particularmente Argentina y Uruguay que comparten intereses atlánticos?<br />

Intentaremos arrojar luz sobre estas interrogantes en los siguientes párrafos.<br />

B. Las razones argentinas<br />

La desaparición del Dilema de Seguridad entre Argentina y Brasil, 358 el impulso de Brasil<br />

a la estructuración de organismos suramericanos y la orientación hacia la seguridad y<br />

defensa (CDS), han facilitado las decisiones argentinas de integración y evolucionar de<br />

un modelo de Complejo de Seguridad 359 a un modelo de Seguridad Cooperativa con<br />

medidas de confianza mutua y organismos de coordinación y foros de intercambio. Progresando<br />

a una mayor vitalización del modelo con un Centro de Estudios Estratégicos de<br />

Defensa que tiene por objeto:<br />

“generar un pensamiento estratégico a nivel regional, que coadyuve a la coordinación y la<br />

armonización en materia de políticas de Defensa en Suramérica……<br />

…En ese marco, el CEED-CDS se propondrá avanzar en la definición e identificación de los<br />

intereses regionales” 360<br />

También se consolidó en este período una Escuela Suramericana de Defensa<br />

Pero Argentina ha avanzado en su relación como socio estratégico de Brasil y resulta elocuente<br />

la Declaración por la Democracia y la Paz de los Ministros de Defensa de Brasil y<br />

Argentina del 7 de abril de 2015 en Buenos Aires 361<br />

“Acordaron las siguientes acciones conforme a los temas de la agenda:<br />

En materia de cooperación bilateral: 1. Remarcaron la importancia de mantener el Atlántico<br />

Sur como una zona de paz y cooperación, libre de la presencia de armas de destrucción masiva.<br />

En tal sentido, acordaron llevar a cabo consultas previas para definir agendas comunes con vistas<br />

a las próximas reuniones del foro Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZOPACAS)”<br />

Argentina, tiene una serie de intereses estratégicos relacionados al atlántico y que son comunes<br />

con el Brasil algunos de los cuales son: la integración y seguridad regionales; los<br />

recursos naturales, renovables y no renovables; la preservación del medio ambiente; los espacios<br />

marítimos, insulares y fluviales de interés; la libre circulación en las rutas atlánticas<br />

para su comercio; los pasajes interoceánicos; la preservación de los vacíos geopolíticos; la<br />

paz y seguridad internacionales.<br />

También dentro de los espacios marítimos e insulares de interés, deben considerarse las<br />

rutas de navegación y la seguridad de las mismas, dado que el 80% del intercambio comer-<br />

361


cial de Argentina se realiza por el Atlántico y el Mar Argentino 362<br />

Es de primer orden considerar entre estos intereses el actual conflicto con el Reino<br />

Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, por las Islas Malvinas, Georgia y Sandwich<br />

del Sur, así como su área de influencia e interés, que se expresa en el Interés Vital de<br />

“Integridad Territorial”<br />

Al respecto resultan ilustrativas las palabras de la entonces Ministra de Defensa de Argentina,<br />

Nilda Garrè al presentar la publicación del libro del Vicealmirante Segundo Storni por<br />

parte del Ministerio de Defensa en el año 2009:<br />

“Sin pretender alarmar acerca del diferendo en torno a nuestras islas Malvinas, que lleva<br />

exclusivamente nuestra Cancillería, la permanencia de la potencia extra continental en el<br />

archipiélago complejiza ciertamente la resolución de una parte importante de nuestra defensa<br />

marítima y afecta también la eficiencia en la protección de recursos vitales que siguen siendo<br />

explotados de manera irresponsable”<br />

Es notorio que la Argentina tiene un interés importante en la seguridad de las vías y recursos<br />

marítimos y ese interés es similar al de Brasil, pero con esfuerzo en diferentes espacios.<br />

Esa es la razón que subyace tras el interés argentino en darle continuidad a la ZOPACAS,<br />

dado que en definitiva es una acción estratégica de abordaje a un tema de cooperación entre<br />

Estados ribereños interesados en el Atlántico. Prospectivamente, para Argentina lograr<br />

una comunidad de intereses sobre un asunto que le permita reforzar su influencia en ese<br />

espacio a futuro puede resultar en la llave para resolver el asunto Malvinas y las vías de<br />

acceso a la Antártida desde una posición cooperativa.<br />

C. Las razones de Uruguay<br />

La Política de Defensa de Uruguay, establece entre los lineamientos estratégicos:<br />

“Fortalecer la cooperación internacional entre los países ribereños del Atlántico Sur agrupados<br />

en la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZOPACAS).”<br />

También dentro de los obstáculos que el Uruguay podría enfrentar dentro de su Política de<br />

Defensa, se destaca:<br />

“La apropiación y control indebido de los recursos estratégicos” y bajo este título, se hace la<br />

siguiente consideración:<br />

“Adicionalmente, se debe tener en cuenta los recursos naturales, que de momento no se encuentran<br />

bajo la soberanía formal de ningún país, como los son los existentes en la Antártida<br />

y fondos marinos”<br />

En este sentido, la Política de Defensa de Uruguay apunta directamente a la posibilidad de<br />

362


apropiación de recursos en fondos marinos que no serían otros que los atlánticos, dado la<br />

inmediata incidencia sobre sus intereses y los intereses comunes.<br />

D. La ZOPACAS<br />

“Si nosotros no nos ocupamos de la paz y la seguridad del Atlántico Sur, otros se van a ocupar.<br />

Y no de la manera que nosotros deseamos: con una visión de países en desarrollo que repudian<br />

cualquier actitud colonial y neocolonial”. 363<br />

La Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, 364 con su sigla en español ZOPACAS,<br />

fue creada en 1986, por el Consejo de Seguridad de la ONU, bajo una iniciativa de Brasil y<br />

Argentina, para la promoción, la cooperación regional, el mantenimiento de la paz y seguridad<br />

de la región. Con objetivo de permitir un perfecto entendimiento de la Zona de Paz.<br />

“Convencidos de que el establecimiento de una zona de paz y cooperación del Atlántico Sur<br />

podría contribuir de manera significativa al fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales<br />

y la promoción de los principios y propósitos de las Naciones Unidas,<br />

1. Declara solemnemente el Océano Atlántico, en la región situada entre África<br />

y América del Sur, una “Zona de paz y cooperación del Atlántico Sur”;<br />

2. Exhorta a todos los Estados de la zona del Atlántico Sur para promover aún más<br />

la cooperación regional, entre otras cosas, para el desarrollo social y económico, la<br />

protección del medio ambiente, la conservación de los recursos vivos y la paz y la<br />

seguridad de toda la región;<br />

3. Exhorta a todos los Estados de todas las demás regiones, en particular los<br />

Estados militarmente importantes, a que respeten escrupulosamente la región del<br />

Atlántico Sur como zona de paz y cooperación, especialmente a través de la<br />

reducción y eventual eliminación de su presencia militar, la no-introducción de las<br />

armas nucleares y otras armas de destrucción masiva y la no extensión a la región<br />

de rivalidades y conflictos que son ajenos a ella;<br />

4. Exhorta a todos los Estados de la región y de todas las demás regiones a cooperar<br />

en la eliminación de todas las fuentes de tensión en la zona, de respetar la unidad<br />

nacional, la soberanía, la independencia política y la integridad territorial de todos<br />

los Estados miembros […]” 365<br />

Actualmente la ZOPACAS cuenta con 24 miembros: 3 países de América del Sur (Argentina,<br />

Brasil y Uruguay) y 21 países de África (África del Sur, Angola, Benín, Cabo<br />

Verde, Camerún, Congo, Costa de Marfil, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau,<br />

Guinea Ecuatorial, Liberia, Namibia, Nigeria, República Democrática del Congo,<br />

Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Sierra Leona y Togo. Abajo el mapa con la vista de la<br />

363


zona. A fin de ilustrar mejor de la dimensión del problema o de la oportunidad presentamos<br />

el siguiente cuadro. 366<br />

Línea Costera<br />

Brasil<br />

Argentina<br />

Uruguay<br />

Suramérica<br />

África<br />

del Atlántico Sur<br />

de los países<br />

7.491 Km<br />

4.989 Km.<br />

660 Km.<br />

integrantes de la<br />

62 %<br />

34 %<br />

4 %<br />

13.410 Km.<br />

12.783 Km.<br />

ZOPACAS<br />

En la Reunión Ministerial realizada en Luanda, Angola en 2007, la ZOPACAS diseñó un<br />

Plan de Acción 367 con las siguientes áreas:<br />

<br />

mediante las alianzas para el desarrollo sostenible, el comercio, la inversión<br />

y el turismo;<br />

<br />

de armas y el crimen organizado transnacional, incluido la piratería;<br />

<br />

la consolidación de la paz en la Zona; y<br />

<br />

medio marino.<br />

Este foro atlántico, permaneció inactivo durante varios años hasta que elementos emergentes<br />

derivados de antiguos y nuevos actores con renovados intereses orientados principalmente<br />

a la potencialidad de recursos y dominio de líneas de comunicación, provocan<br />

la necesidad de concertar y organizar acciones tendientes a ganar espacios por parte de<br />

los países ribereños.<br />

La reactivación de la ZOPACAS a partir de este marco en 2007, se explica por el contexto<br />

estratégico de amenazas y vulnerabilidades que requieren de una respuesta cooperativa de<br />

los países principalmente a:<br />

1. Las nuevas concepciones europeas y norteamericanas de un “Hemisferio<br />

Atlántico”(Atlantic Basin Initiative y Estrategia marítima para el Atlántico<br />

de la Unión Europea, entre otras)<br />

2. La necesidad de los mayores actores del Atlántico Sur de comenzar a<br />

organizarse para generar seguridad, protección de su comercio, influencia<br />

y proyección sobre este espacio a influjo de los nuevos mecanismos<br />

suramericanos de armonización de intereses.<br />

3. El nuevo contexto de amenazas dadas por la piratería las inestabilidades<br />

364


en el entorno de las costas africanas, particularmente donde se localizan<br />

áreas de valor por sus recursos, la vulnerabilidad de las vías de<br />

comunicación, la vulnerabilidad relacionada a los usos modernos del<br />

océano (tendidos submarinos, recursos energéticos, nódulos polimetálicos,<br />

recursos ictícolas, entre otros).<br />

Es entonces notorio que el nuevo y gran interés común para los países atlánticos suramericanos<br />

(Argentina, Brasil y Uruguay) es como primer paso lograr la consolidación de un<br />

espacio de intercambio y cooperación atlántica que permita una mejor defensa de los demás<br />

intereses comunes. Para alcanzar esta situación y continuar evolucionando, se requiere<br />

sin dudas un Plan Estratégico que se derive de los acuerdos entre los países interesados.<br />

Aquí se presenta una gran oportunidad y necesidad para desarrollar inteligencia estratégica<br />

que apoye los objetivos de dicho Plan.<br />

¿Qué tipo de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica debería producirse y quien coordinaría dicha actividad<br />

para apoyar los intereses comunes atlánticos?<br />

En forma similar a los parámetros de investigación que la Unión Europea ha formulado, los<br />

países de la ZOPACAS, deberían desarrollar inteligencia estratégica para la toma de decisiones<br />

sobre recursos renovables y no renovables, actividades humanas, comercio, líneas de comunicación<br />

y exploración. Además concebir formas de generar mayor presencia y empoderamiento<br />

sobre ese espacio. Una producción detallada de inteligencia estratégica, permitiría<br />

enfocar el esfuerzo sobre los objetivos sustantivos que debe cubrir el concepto estratégico.<br />

La segunda parte de la interrogante, se responde a partir de la parte más organizada actualmente<br />

de la región atlántica, que son Argentina, Brasil y Uruguay como integrantes<br />

de la UNASUR y contando con un organismo como el Consejo de Defensa Suramericano<br />

que puede tener una estructura capaz de producir inteligencia estratégica sobre un área de<br />

interés de América del Sur: el Atlántico. Actualmente es la herramienta más cercana que se<br />

posee y que su actuación estaría legitimada por un interés común.<br />

IV.-CONCLUSIONES<br />

Los renovados intereses de países, organizaciones y potencias extra zona en el Atlántico<br />

Sur, sumado a la presencia de posesiones europeas, han impulsado a los países ribereños,<br />

particularmente los suramericanos con Brasil a la cabeza a iniciar un pensamiento estratégico<br />

y la estructuración de acciones para intentar organizarse y proyectar su influencia en<br />

este espacio. La ZOPACAS es una de esas acciones impulsadas principalmente por Brasil,<br />

apoyado por Argentina y Uruguay.<br />

365


Estos países suramericanos ribereños atlánticos, tienen intereses reales actuales y particularmente<br />

prospectivamente en cuanto a aspectos de seguridad de su comercio, líneas de<br />

comunicaciones, logística, recursos vivos, recursos de sub suelo energéticos y minerales,<br />

además de la posibilidad de control de las vías interoceánicas. Transformarse en un factor<br />

de influencia fortificando sus posibilidades de acción y control sobre el atlántico, constituiría<br />

un importante elemento de negociación, valor y llave para desarrollos futuros.<br />

Brasil claramente ha visualizado esa posibilidad, desde una concepción antigua, reformulada<br />

en este siglo: Mare Brasilis. Esa reformulación lo ha llevado a lograr el apoyo de sus<br />

socios atlánticos, a partir de los suramericanos Argentina y Uruguay, a fin de legitimar y<br />

fortalecer sus aspiraciones en el escenario mundial.<br />

Resulta evidente que existe un interés común para los países atlánticos suramericanos y<br />

se trata de un futuro común, a través del Atlántico Sur, en un escenario prospectivo para<br />

el Siglo XXI, dejando atrás las concepciones del Siglo XX, basándose en el incremento<br />

paulatino de la influencia y mayor gravitación, a favor del tiempo.<br />

El empleo de la producción de inteligencia estratégica enfocada en ese interés común atlántico<br />

prospectivamente, es una herramienta apropiada para generar insumos para una<br />

estrategia común atlántica. Más allá de este concepto, puede resultar la primera y única<br />

acción estratégica inicial para materializar el interés común. Existe un espacio muy amplio,<br />

con diversos escenarios una multiplicidad de actores estatales y no estatales operando,<br />

con aspiraciones e intenciones, que requieren de estudio, análisis y elaboración de un<br />

producto de inteligencia complejo que apoye la toma de decisiones de los países.<br />

El Atlántico Sur, reviste importancia sustantiva dado que es uno de los que poseen mayor<br />

tráfico comercial, creciente interdependencia, importantes reservorios energéticos, de<br />

minerales y recursos vivos. Una posición que permite el control antártico y los pasajes<br />

interoceánicos, mayor biodiversidad, mayor temperatura de aguas y salinidad. También<br />

tiene riesgos materializados por los flujos de drogas, armas, piratería, particularmente en<br />

costas africanas occidentales y el Golfo de Guinea. Es un corredor Norte Sur muy definido,<br />

sin costas ni estrangulamientos geográficos hostiles para el flujo del comercio y de los<br />

recursos energéticos, así como para la logística relativa a la Antártida, lo que le brinda un<br />

valor prospectivo crucial.<br />

Ese interés común de los países suramericanos atlánticos y particularmente los integrantes<br />

de la UNASUR y del MERCOSUR, permite organizar este necesario esfuerzo con la<br />

producción de inteligencia estratégica en una primera instancia. Esa producción convendría<br />

focalizarla sobre todos los actores estatales y no estatales involucrados, los factores<br />

geográficos, recursos vivos, energéticos y minerales, a fin de que resulte en la elaboración<br />

de una estrategia coordinada. Una vía de elaboración de estas formulaciones es a través<br />

366


del Consejo de Defensa Suramericano que ya está constituido y funcionando, procurando<br />

definir esta línea estratégica atlántica como un interés suramericano. Otra vía podría ser<br />

la creación de un organismo específico a nivel de la UNASUR o dentro del espacio MER-<br />

COSUR que se dedique a la producción de inteligencia estratégica y a la formulación de<br />

un concepto estratégico atlántico que materialice el interés común suramericano mediante<br />

un concepto estratégico común.<br />

Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinión, o el análisis expresado en este artículo<br />

son las del autor y no representan las de su país o sus agencias.<br />

367


368


Relación de Autores<br />

369


370


Compilador<br />

Asesor de Gabinete en la Jefatura de Gabinete del Sr. Ministro de Defensa de Argentina.<br />

Director del Instituto de Investigaciones en Geopolítica, Defensa y Seguridad de la Universidad<br />

del Salvador (Argentina), Director del Master en Defensa y Seguridad Hemisférica (USAL-CID, Washington<br />

DC), Director del Master en Defensa y Seguridad Centroamericana (USAL-CDN, Honduras),<br />

Asesor del Center for Latin American Economy and Trade Studies del Chihlee Institute of Technology<br />

de la República de China. Autor del libro Bases normativas para el establecimiento de la paz y la seguridad<br />

internacional, Tomos I y II, Editorial Universidad Libros (2000). Obtuvo los títulos de Postgrado<br />

en Geopolítica (ESG) y Postgrado en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica (ESG). Posee la Condecoración “Fuerzas<br />

Armadas” otorgada por el Gobierno de Honduras en reconocimiento a la labor educativa en favor de las<br />

Fuerzas Armadas de Honduras (Marzo 2008).<br />

Autores<br />

Abogado. Maestría en Política Económica Internacional por la<br />

Facultad de Estudios para Graduados de la Universidad de Belgrano (UB). Graduado en el CHDS-<br />

NDU Washington. Analista de <strong>Inteligencia</strong>. Ex Director de Frente Externo (<strong>Inteligencia</strong> Exterior) en<br />

el Consejo Nacional de <strong>Inteligencia</strong>, CNI (2001). Ex asesor especialista de la Comisión Parlamentaria<br />

de Defensa Nacional, Orden Interno, <strong>Inteligencia</strong>, Desarrollo Alternativo y Lucha contra las Drogas y<br />

en Comisiones Investigadoras sobre espionaje telefónico del Congreso de la República (2002-2007). Ex<br />

Director y profesor de la Escuela Nacional de <strong>Inteligencia</strong> ENI (2007-2009). Profesor de la Escuela de<br />

<strong>Inteligencia</strong> Nacional ENI (2009-2014). Analista de la Dirección de Política y Estrategia DIGEPE de<br />

la Secretaría de Seguridad y Defensa Nacional - SEDENA (2014 a la fecha). Profesor en el Centro de<br />

Altos Estudios Nacionales, CAEN (2015). Miembro Asociado e Investigador del Instituto de Estudios<br />

Internacionales (IDEI) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (admitido el 2010). Amicus Curiae<br />

convocado por la 46° Fiscalía Provincial Penal de Lima del Ministerio Público, que investiga las<br />

denuncias sobre acciones ilegales de inteligencia (2015).<br />

Vicepresidente del Capítulo 284 Uruguay de ASIS International, Certificado<br />

Internacional en Protección (CPP). Profesor Estrategia del Centro de Altos Estudios Nacionales<br />

de Uruguay, Profesor de <strong>Inteligencia</strong> Estratégica del Instituto Militar de Estudios Superiores de Uruguay,<br />

Profesor de Seguridad de la Universidad Católica de Salta de Argentina. Es Referente de Estándares de<br />

Seguridad para la Región 8C (Argentina, Chile, Paraguay, Perú, Bolivia y Uruguay). Master en Estrategia<br />

(CALEN-MDN, Uruguay); Master en Defensa y Seguridad Hemisférica (USAL-CID, Washington DC),<br />

diplomado de Estado Mayor. Es Coronel de Artillería del Ejército de Uruguay en Retiro, habiendo prestado<br />

servicios como Comandante de Unidad, Jefe de Dpto. del Estado Mayor, 2º Comandante de Operaciones<br />

de Paz, a cargo del despliegue de Fuerzas de Uruguay en ONU y Tratado de Camp David.<br />

Licenciado en Ciencia Política, con mención de excelencia por la Escuela<br />

de Ciencia Política de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). Actualmente estudia la<br />

Maestría en Gestión Pública de la Universidad Privada César Vallejo (UCV). Estudió Planeamiento<br />

Estratégico en la Escuela Nacional de Estadística e Informática (ENEI). Fue Investigador y Catedrático<br />

del Programa de Especialización en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica y Democrática del Instituto Peruano<br />

371


de Políticas Públicas (IPPP). Egresado en el primer puesto del Centro de Altos Estudios Nacionales<br />

(CAEN) – XIV Curso Básico de Desarrollo y Defensa Nacional.<br />

Doctor en Ciencias Políticas, Ph.D. en Ciencias Históricas, Profesor Titular y Vice-Director<br />

del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de Rusia, Moscú, así como<br />

Catedrático del Moscow State Institute of International Relations (MGIMO), dependiente del Ministerio<br />

de Relaciones Exteriores de Rusia. Es Miembro del Consejo Científico del Consejo de Seguridad de<br />

la Federación Rusa y del Consejo Científico del Consejo de la Federación del Parlamento Ruso. Autor<br />

de numerosos libros, trabajos de investigación y de más de 150 artículos sobre el Panamericanismo,<br />

Latinoamérica, BRICS, política exterior y de seguridad de los países latinoamericanos y Rusia. Ha sido<br />

Profesor visitante: Universidad Simón Bolívar de Colombia, Universidad de Brasilia, Florida International<br />

University de EE UU.<br />

Auditor Federal del Tribunal de Cuentas del Brasil. Se graduó<br />

en la Escuela Naval del Brasil en 1991. Obtuvo su Maestría en Ciencias Políticas por la Universidad<br />

de Brasília (UnB), y actualmente está cursando el Doctorado en Administración. Ha participado en<br />

seminarios, conferencias, y talleres sobre Transparencia presupuestaria en Defensa, políticas públicas<br />

y limitación de gastos militares. Asesoró en el trabajo presupuestario en defensa, en Chile y en Bolivia.<br />

Ha recibido condecoraciones militares: Medalla Mérito Santos Dumont, Medalla Militar de Bronce y<br />

Medalla de Operaciones Antárticas de la Armada Argentina.<br />

Asesor en asuntos internacionales del Ministerio de Defensa Nacional<br />

de Chile, con especial atención del Consejo de Defensa Suramericano de la UNASUR. Licenciado en<br />

historia por la Martin-Luther-Universität, Halle, Alemania. Ha sido socio académico del Instituto de<br />

Cooperación para la Seguridad Hemisférica (WHINSEC) y ha participado en cursos y seminarios<br />

organizados por el Centro Hemisférico de Estudios de Defensa (CHDS), ambos en Estados Unidos.<br />

Ha escrito El Prusianismo en las Fuerzas Armadas chilenas: Un estudio histórico, 1885-1945 (Santiago:<br />

Documentas, 1988) y La Milicia Republicana: Historia de un Ejército civil en Chile, 1932-1936<br />

(Santiago: Servicio Universitario Mundial, 1988). También ha publicado artículos sobre historia de<br />

las Fuerzas Armadas, servicio militar, servicios de inteligencia y cuestiones policiales en revistas de<br />

Alemania, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Perú y Suecia, entre otros países.<br />

Licenciada en Gobierno y Gestión Pública, Administradora Pública y Magíster<br />

en Ciencia Política, Universidad de Chile. Doctora © en Conflictos, Seguridad y Solidaridad,<br />

Universidad de Zaragoza, España. Egresada del Perry Center/NDU, EE.UU. Profesora en ANEPE donde<br />

imparte docencia en <strong>Inteligencia</strong> a nivel de pregrado, postgrado y postítulo. Ha sido profesora de<br />

“Análisis de Conflictos Internacionales Actuales” en la Escuela de Gobierno y Gestión Pública de la<br />

Universidad de Chile, de “Construcción de Procesos de Paz” en la licenciatura de Relaciones Internacionales<br />

de la Universidad de Santiago de Chile y en la “Cátedra de <strong>Inteligencia</strong>” de la Academia de<br />

Guerra Aérea, entre otros centros de estudios académicos. En la Administración Pública del Estado se<br />

ha desempeñado en la Contraloría General de la República y en el Ministerio del Interior y Seguridad<br />

Pública, como Jefa del Departamento de Crimen Organizado. Ha escrito artículos en revistas académicas<br />

y libros especializados sobre el tema. Ha participado en seminarios y congresos en materia de<br />

<strong>Inteligencia</strong>. Ha desarrollado proyectos de investigación centrados en los problemas y desafíos contemporáneos<br />

de la función <strong>Inteligencia</strong> desde una perspectiva nacional e internacional.<br />

372


Oficial retirado de la Armada Argentina. Fue Comandante de la Fragata ARA Libertad<br />

y Director de la Escuela Naval Militar. Es Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de Mar<br />

del Plata y Magister en Relaciones Internacionales y Doctor en Ciencia Política por la Universidad de<br />

Belgrano. Ha integrado la Governors Board de la Universidad Marítima Mundial en Malmoe, Suecia,<br />

durante los años 2000 y 2001. Docente en carreras universitarias de grado y de posgrado. Es Director de<br />

la Especialización en Análisis en <strong>Inteligencia</strong> Estratégica en el Instituto de <strong>Inteligencia</strong> de las FFAA. Es<br />

Jefe de Posgrados y Director de la Maestría en Estudios Estratégicos en el Instituto Universitario Naval.<br />

Director y participante en juegos de crisis en Argentina, Estados Unidos y Chile. Ha publicado libros y<br />

artículos profesionales, algunos de los cuales fueron acreedores a premios.<br />

Integrante del Frente Amplio y cursó estudios de economía e historia en la Universidad<br />

de la República (UDELAR) y de defensa y gestión en CHDS-NDU, Washington, y sobre lavado de<br />

activos en Brasilia. Ha sido asesor de la bancada parlamentaria. En 2005-07 fue designado Director<br />

General del Ministerio del Interior, en 2008 en el Sistema Nacional de Emergencias y en 2009-11 como<br />

Gerente General de SEMEJI, sistema de reclusión juvenil. Ha escrito “Derechos humanos y seguridad<br />

pública” y numerosos ensayos de su especialidad. Actualmente consultor independiente en temas de<br />

defensa y seguridad, además de profesor en la Escuela Policial de Estudios Superiores, Uruguay.<br />

Es abogado con especialización en Derecho Penal de la Universidad del Norte (Barranquilla-Colombia),<br />

Magister en gobierno, seguridad nacional y contraterrorismo de la Lauder School of<br />

Government, Diplomacy and Strategy (Herzliya-Israel) y doctorando en Seguridad Internacional del<br />

Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado (Uned-España). Actualmente es docente investigador<br />

del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte, en<br />

las cátedras de Orden y Seguridad Global, Geopolítica y Política de Medio Oriente y Norte de África.<br />

Licenciado en ciencias militares con mención en Ingeniería. Estudios concluidos<br />

de abogacía e Ingeniería civil, Estudios concluidos de posgrado a nivel maestría en Administración<br />

y en Ciencias Políticas con mención en Relaciones Internacionales. Estudios en curso de<br />

Doctorado en Ciencias Politicas. Graduado del Centro de Estudios Hemisféricos para la Defensa en la<br />

Universidad de la Defensa EEUU. Participante de la II semana Iberoamericana de Seguridad y Defensa<br />

Nacional: Coorganizador de la VIII semana Iberoamericana realizada en Lima Perú. Se ha desempeñado<br />

como Asesor del viceministro de orden interno del Ministerio del Interior, Director General de<br />

Políticas y Estrategia del Ministerio de Defensa, Director General de Gestión del Sistema de Defensa<br />

Nacional del Perú y Subjefe de la Secretaria de Seguridad y Defensa Nacional.<br />

Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Jagiellónica de Cracovia, y Miembro<br />

del Instituto de Estudios Americanos y Emigración Polaca de dicha universidad Es graduado de Master<br />

en Estudios Latinoamericanos del Center for Latin American Studies de la Universidad de Varsovia.<br />

Posee también Maestría en Estudios Transatlánticos y Magister de Relaciones Internacionales<br />

(Universidad Jagiellónica). Su campo de interés se centra en el estudio de las relaciones interamericanas,<br />

historia y política de América Latina. Es autor de numerosos libros y artículos relativos a diversos<br />

temas sobre asuntos latinoamericanos.<br />

Especialista en inteligencia y seguridad nacional. Licenciado en<br />

Ciencias Políticas de la Universidad Iberoamericana (UIA) y Maestro en Administración Pública, con<br />

Mención Honorífica, del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Actualmente cursa el<br />

373


Doctorado en Administración Pública (IAP – Chiapas). Profesionalmente se ha desempeñado en los<br />

tres órdenes de gobierno en México, colaborando en la Presidencia de la República (Secretaría Técnica<br />

del Consejo de Seguridad Nacional); Secretaría de Marina (Unidad de <strong>Inteligencia</strong> Naval); Secretaría de<br />

Gobernación; Secretaría de Seguridad Pública de Chiapas; y Secretaría de Desarrollo Social de Chiapas.<br />

MsC, Capitán-del-Mar-e-Gerra (RM1-T), Asesor Independiente<br />

sobre <strong>Inteligencia</strong>. Jefe de la División de Educación (EAMSC); Oficina del Gabinete (Marina de Brasil:<br />

séptimo DN-Brasilia); Responsable de Cursos (Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia:<br />

ABIN); Jefe Departamento Doctrina y Enseñanza (Centro de <strong>Inteligencia</strong> de la Armada); Asesora- Centro<br />

de Comunicación Social de la Armada; Panelista Conferencia Subregional de Defensa: organizado<br />

por el CHDS UND de Estados Unidos en Uruguay, Chile y Atlanta. Licenciatura en Educación, Especialista<br />

en Educación de Adultos, Maestría en Educación (UNB-BR). Curso Básico y Superior de Guerra<br />

Naval (EGN); Curso: La transformación de Estudios de Defensa (CHDS- Washington-DC); Cursos de<br />

<strong>Inteligencia</strong>, Contrainteligencia y Operaciones (ABIN-BR). Condecoración: Mérito Cívico - grado Oficial<br />

(1997) y Commander (2000) - servicios prestados a la Patria - Liga Nacional de Defensa; Medalla al<br />

Mérito Tamandaré (2005) servicios pertinentes, la difusión o el fortalecimiento de las tradiciones de la<br />

Marina de Brasil; admitido en la Orden del Mérito Naval, en grado de Caballero por el Presidente (2011).<br />

Doctor en Derecho por la Universidad de Alcalá de Henares, España. Profesor-Investigador<br />

Titular “C”, adscrito al Departamento de Estudios Políticos, Centro Universitario<br />

de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, México. Ha sido Profesor<br />

Huésped de las Universidades de Colonia y Libre de Berlín (Alemania); Nacional de Rosario, Buenos<br />

Aires y Del Salvador (Argentina); Alcalá (España); Leiden (Holanda); y, Varsovia (Polonia). Es difusor<br />

del Derecho Internacional Humanitario y Profesor Huésped durante 2013, 2014 y 2015 del Curso<br />

Avanzado del Instituto Internacional de Derecho Humanitario de Sanremo (Italia). Cuenta con el<br />

reconocimiento de Investigador Nacional Nivel II, por parte del Sistema Nacional de Investigadores,<br />

CONACyT, México. Ostenta la Condecoración “Gran Cruz de Caballero de Santiago” otorgada el 24<br />

de junio de 2014 por la Asociación Nacional de Guardias Civiles “Marqués de las Amarillas” de España.<br />

Es autor de tres obras y más de 40 capítulos de libros.<br />

Director del Centro Andino de Estudios Estratégicos. Máster en Seguridad y Desarrollo.<br />

Especialista en Gestión del Riesgo y Desastres. Lic. CC.EE. especialidad Historia y Geografía.<br />

Investigador asociado al Departamento de Estudios Internacionales - FLACSO – Ecuador. Analista en<br />

seguridad, defensa, inteligencia, relaciones internacionales y político. Ha cumplido actividades como<br />

asesor/consultor en Ministerio de Defensa Nacional, Secretaría Nacional de <strong>Inteligencia</strong>, Ministerio<br />

del Interior, Secretaría Nacional Gestión Política, Consejo de Educación Superior, Yachay – Ciudad<br />

del Conocimiento y Ministerio Inclusión Económica y Social. Escritor: autor y co-autor de varios<br />

libros y al menos cinco docenas de artículos publicados en varios medios.<br />

Director (decano) del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales.<br />

Doctor en Paz y Seguridad Internacional (España). Maestría en Relaciones Internacionales<br />

(Guatemala). Teniente Coronel (R) de Infantería diplomado en Estado Mayor (España). Diplomado<br />

en protección de la información. Criptografía (UNED-Madrid) y en estadística aplicada y tratamiento<br />

informático (UNED-Madrid). Diplomado en Estudios Estratégicos (Centro ESTNA-Guatemala). Profesor<br />

de Historia y Geopolítica del siglo XX y de Metodología de análisis aplicada a problemas con-<br />

374


temporáneos (UFM-Guatemala). Presidente de la Cámara Guatemalteca de Periodismo (2012-1024).<br />

Presentador del programa semanal de TV “A Solas” y del infrormativo “A las 8:45”, en Canal Antigua<br />

(Guatemala). Columnista de opinión del periódico Prensa Libre. Director del Departamento académico<br />

y de investigación de la red latinoamericana y del Caribe para la democracia (REDLAT). 2013-2014<br />

Coronel en situación de retiro del Cuerpo General de las Armas (Artillería),<br />

Escala Superior. Cuenta con estudios de Estado Mayor. Está diplomado en Mandos de Fuerzas<br />

Paracaidistas, Estado Mayor y Cooperación Aeroterrestre. Docente en el Máster de Estudios Estratégicos<br />

y Seguridad Internacional de la Universidad de Granada y en el Máster de Analista de <strong>Inteligencia</strong><br />

de las Universidades Rey Juan Carlos y Carlos III, de Madrid. Ha ocupado diversos destinos como<br />

técnico superior de <strong>Inteligencia</strong> en el Centro Superior de Información de la Defensa en dos Divisiones<br />

de <strong>Inteligencia</strong>, en el Gabinete Técnico del Director, en la Secretaría General del Centro, en el extranjero<br />

y como Jefe de la Escuela de Formación del Centro Nacional de <strong>Inteligencia</strong> entre 2002 y 2006.<br />

Trabajó desde 1988 como profesor y Director de Investigación Aplicada en la<br />

institución ahora de nombre Universidad Nacional de <strong>Inteligencia</strong>. También ha sido director de la<br />

NI Press desde su creación en 2006. Es autor y editor de numerosas publicaciones sobre el proceso<br />

de inteligencia (http://www.niu.edu/ni-press/press.html). Anteriormente, trabajó como analista<br />

de inteligencia y lingüista en la Fuerza Aérea estadounidense y como profesor de Geografía en la<br />

Universidad Occidental de Illinois. Cuenta con estudios de licenciatura de la Universidad de Kansas<br />

(Geografía, Español, Estudios Latinoamericanos) así como de posgrado de la Universidad de<br />

Wisconsin-Milwaukee (Maestría y Doctorado en Geografía). Ha sido galardonado con la Medalla de<br />

Mérito en inteligencia nacional.<br />

Contralmirante (R). Cuenta con maestrías en Estrategia Marítima, Geopolítica<br />

e <strong>Inteligencia</strong> Estratégica por la Escuela Superior de Guerra; Escuela de Postgrado de la MGP<br />

y en Operaciones de Paz e <strong>Inteligencia</strong>, por la Escuela Superior del Ejército de Tierra del Reino de<br />

España y es egresado de la Maestría en Desarrollo y Defensa Nacional por el Centro de Altos Estudios<br />

Nacionales (CAEN). Entre otros cargos se desempeñó como Director de la Escuela Superior de Guerra<br />

Naval y en la Dirección de <strong>Inteligencia</strong> en el departamento de análisis de información. Estuvo a<br />

cargo de la Dirección Ejecutiva y Dirección General de Relaciones Internacionales del Ministerio de<br />

Defensa; así como Agregado de Defensa de la Misión del Perú ante la OEA y Jefe de la Delegación del<br />

Perú en la Junta Interamericana de Defensa (JID), de la Organización de Estados Americanos (OEA);<br />

fue asesor de la Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA y Director Ejecutivo del Consejo de<br />

Defensa Sudamericano (CDS).<br />

Militar de carrera egresado de la Heroica Escuela Naval Militar de México.<br />

Licenciado en Relaciones Internacionales y Magister en Empresa. Coordinador de Programa en la Dirección<br />

de Planificación y Evaluación Universitaria y del Instituto de Criminología de la Universidad<br />

de Panamá. Sr. Viceministro de Gobierno. Egresado del William J. Perry-CHDS, Washington D.C,<br />

Miembro del Think Tank de la Universidad de Panamá. Asesor del Observatorio de Amenazas Asimétricas<br />

de la Universidad de Panamá del cual fue su creador. Colaborador de la Fundación Friedrich<br />

Ebert, Oficial de Protección de Instalación Portuaria (OPIP) y Auditor Interno para auditoria de Puertos<br />

en atención al Codigo de Protección de Buques e Instalaciones Portuarias (PBIP/ISPS). En proceso<br />

de Titulo Doctoral en la Universidad de Extremadura, España<br />

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Citas Bibliográficas<br />

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CITAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

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2.<br />

3.<br />

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5.<br />

6.<br />

7.<br />

8.<br />

9.<br />

10.<br />

11.<br />

Downes, Larry y Mui, Chuncka, “Estrategias digitales para dominar el mercado” Ediciones<br />

Granica, Buenos Aires, 1999<br />

“Agreement between British Government Code and Cipher, School and U.S.War Department”.<br />

Ver en http://goo.gl/TZqrJM (Consultado el 13-07-2015)<br />

“Not so secret: deal at the heart of UK-US intelligence”, Richard Norton-Taylor en The Guardian,<br />

25 de junio de 2010. Ver en http://goo.gl/lPdQao (Consultado el 13-07-2015)<br />

“British-US Communication Intelligence Agreement”. Ver en http://goo.gl/OyCtsI (Consultado<br />

el 13-07-2015)<br />

“Communication Intelligence Agreement”. Ver en http://goo.gl/r45R0x (Consultado el 13-<br />

07-2015)<br />

Dos libros trazan los fundamentos y la trayectoria de esta política en España y discuten la<br />

necesidad de su aplicación en las Américas: Diego Navarro Bonilla y Miguel Ángel Esteban<br />

Navarro, coords. (2007), Terrorismo Global: Gestión de información y servicios de inteligencia,<br />

Madrid, Plaza y Valdés, José Julio Fernández Rodríguez, Daniel Sansó-Rubert Pascual, Julia<br />

Pulido Grajera, y Rafael Monsalve, coords. (2012), Cuestiones de inteligencia en la sociedad<br />

contemporánea, España, Ministerio de Defensa.<br />

El trabajo de las unidades de inteligencia financiera de un país contra el lavado de dinero y<br />

financiamiento del terrorismo gana eficacia a través de esfuerzos coordinados a nivel internacional<br />

con otros miembros del Grupo Egmont. Ver<br />

http://www.egmontgroup.org/about/list-of-members/by-region/americas.<br />

La más reciente compilación de estos estudios es Isabel Duyvesteyn, comp. (2013), Intelligence<br />

and Strategic Culture, New York and London, Routledge.<br />

Algunos ejemplos incluyen Jon Wiant (2009), “Reflexiones sobre la cultura de inteligencia: Contrataciones<br />

durante la carrera civil y militar de un oficial de inteligencia estadounidense”, pp.<br />

1-17; Vicente Torrijos R. (2009), “6 claves para entender la cultura de inteligencia en Colombia”,<br />

pp. 275-290; y Bowman H. Miller (2009), “La inteligencia nacional: Hecha en EE.UU.”,<br />

pp. 415-433, todos en Russell G. Swenson y Susana C. Lemozy, Democratización de la Función<br />

de <strong>Inteligencia</strong>, Washington, DC, National Defense Intelligence College; Michael A. Turner<br />

(2004), “A Distinctive U.S. Intelligence Identity”, International Journal of Intelligence and<br />

CounterIntelligence, 17, no. 1, pp. 42-61; Philip Murphy (2002), “Creating a Commonwealth<br />

Intelligence Culture: The View from Central Africa 1945-1965”, Intelligence and National Security,<br />

17, no. 3, pp. 131-162; y Douglas Porch (1995), “French Intelligence Culture: A Historical<br />

and Political Perspective”, Intelligence and National Security, 10, no. 3, pp. 486-511.<br />

Philip Davies (Octubre 2004), “Intelligence Culture and Intelligence Failure in Britain and the<br />

United States,” Cambridge Review of International Affairs, 17, no. 3, pp. 495-520.<br />

Anonymous (otoño 1990), “The DI’s Organizational Culture”, Studies in Intelligence, 34, pp. 21-<br />

25 [desclasificado 29 julio 2014], disponible en http://www.foia.cia.gov/sites/default/files/D)<br />

C_0000621388.pdf; Charles G. Cogan, (verano 1991), “The In-Culture of the DO”, Studies<br />

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30.<br />

31.<br />

32.<br />

33.<br />

in Intelligence, 35, pp. 23-28, disponible en http://media.nara.gov/dc-metro/rg-263/6922330/<br />

Box-11-130-3/263-a1-27-box-11-130-3.pdf; Alberto Bolivar (2009), “Cultura, períodos culturales<br />

y servicios de inteligencia en el Perú”, 1960-2008, pp. 257-274; Juan Manuel Reyes-Alonso<br />

(2009), “La cultura cubana y su expresión en los servicios de inteligencia”, pp. 387-414, todos<br />

en Russell G. Swenson and Susana C. Lemozy, op. cit.<br />

Cogan, op. cit., p. 28.<br />

Bolivar, op. cit., p. 259.<br />

Reyes-Alonso, op. cit., p. 404.<br />

Juan Antonio Rodríguez Menier (1993), Cuba por Dentro: El MININT, Miami, Florida, Ediciones<br />

Universal, p. 149.<br />

Menier, op. cit., p. 45.<br />

Irena Dumitru (2014), “Building an Intelligence Culture from Within: The SRI and Romanian<br />

Society,” International Journal of Intelligence and Counterintelligence, 27, no. 3, pp. 569-589.<br />

Ibid., pp. 578 and 580.<br />

Ibid., p. 575.<br />

Tomadas de la 22nda edición del diccionario de la real academia Española.<br />

Rob Johnston (2005), Analytic Culture in the U.S. Intelligence Community, Washington, DC,<br />

Center for the Study of Intelligence, p. 101. Johnston se refiere al proceso de aculturación dentro<br />

de la CIA como “socialización organizacional”.<br />

Por ejemplo, Athan G. Theoharis, ed. (1998), en A Culture of Secrecy: The Government vs. the<br />

People’s Right to Know, Lawrence, Kansas, University Press of Kansas, alega que las agencias<br />

de inteligencia de Estados Unidos han ido más allá de no divulgar los documentos al público.<br />

Ellos han “saneado el registro” por la destrucción de ciertos documentos que algunos funcionarios<br />

de la agencia, de manera autónoma, habían declarado exentos de ser parte de los registros<br />

oficiales del gobierno.<br />

Un listado breve incluye las operaciones Jaque y Fénix (2008), Sodoma (2010), y Odiseas<br />

(2011).<br />

Coronel Luís Alberto Villamarín Pulido (2013), Operación Jaque, Bogotá, Colección Conflicto<br />

Colombiano no. 5.<br />

German Castro Caycedo (2010), Objetivo 4, Bogotá, Editorial Planeta.<br />

Ibid., p. 38.<br />

Ibid., p. 343.<br />

Ibid., p. 229.<br />

Ibid., p. 168.<br />

Tomás Borges (2012), Diario de un Agente Encubierto, México: Editorial Planeta.<br />

Ibid., p. 14.<br />

En su prólogo al Diario de un Agente Encubierto, p. 12, la periodista mexicana Isabel Arvide<br />

se lamenta de que Borges no revele más sobre el “desprendimiento humano que los policías<br />

mantienen profundamente oculto y que todavía no han sido capaces de expresar.<br />

Ibid., p. 206.<br />

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51.<br />

52.<br />

Ibid., p. 277.<br />

Ibid., p. 340.<br />

Luiz Eduardo Soares, André Batista e Rodrigo Pimentel (2005), Elite da Tropa, Rio de Janeiro,<br />

Editora Objetiva. El libro ha sido traducido por Clifford E. Landers y publicado en 2008 como<br />

Elite Squad, Nueva York, Weinstein Libros. Algunas citas de la edición portuguesa utilizados<br />

en este documento son traducciones realizadas por el autor de este artículo.<br />

Véase Micaela Kramer (Winter 2011), “Contaminating Crime and Immunizing Police Gangs:<br />

The Reemergence of Sovereign State Violence in Elite Squad,” e-misferica 8.2, disponible en<br />

http://hemisphericinstitute.org/hemi/en/e-misferica, para un argumento que el atractivo popular<br />

de las películas se deriva de la fuerza del “impulso de autoinmunidad” en las democracias<br />

que aprueban los malos tratos de los enemigos (internos).<br />

Luiz Eduardo Soares et al., op. cit., p. 303.<br />

Ibid., p. 140.<br />

Ibid., pp. 295.<br />

Ibid., p. 259.<br />

Ibid., pp. 294-295.<br />

Jesús Emilio García Acosta (2007), El Ave del Pantano, Bogotá: Editorial la Serpiente Emplumada.<br />

Ibid., p. 84.<br />

Ibid., p. 92.<br />

Evelio Buitrago Salazar (1977), trans. M Murray Lasley, Zarpazo the Bandit: Memoirs of an<br />

Undercover Agent of the Colombian Army, Montgomery, Alabama, University of Alabama<br />

Press. La asignación de sargento del Ejército colombiano Evelio Buitrago Salazar desde 1960<br />

hasta 1965 fue de penetrar clandestinamente bandas rurales y despachar a sus líderes ya que<br />

el gobierno trató de llevar la violencia a su fin. Cuando ha llegado a su límite de decir mentiras<br />

para los bandidos con quien vive, él confiesa a sí mismo: Cansado de esta vida que estaba<br />

viviendo con Tista, regresé a Zarpazo [su blanco principal]. Estaba agotado, exhausto, temeroso<br />

de que dormido o despierto podría decir una palabra que me iba a entregar. La tensión<br />

nerviosa me empujaba hasta el límite de mi resistencia y, francamente, mis fuentes espirituales<br />

estaban a punto de romperse. (p. 72)<br />

David Atlee Phillips (1977), The Night Watch: 25 Years of Peculiar Service, New York, Ballantine.<br />

El libro desacreditado fue el de Victor Marchetti and John D. Marks (1974), CIA and The<br />

Cult of Intelligence, New York, Dell.<br />

Ibid., p. 46.<br />

Ibid., p. 151.<br />

Bravo Leon (2011), El Espía Francés: Crimen, corrupción y tráfico de armas en Chile, Origo<br />

Ediciones.<br />

Adolfo Alberto Laborde Carranco (2012), Sosha Man: El hombre empresa en el contexto de<br />

la <strong>Inteligencia</strong> económica estratégica, México, Instituto de Estudios Superiores de Monterrey/<br />

Plaza y Valdés Editores.<br />

Ibid., pp. 47 and 63.<br />

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67.<br />

Nota del autor de la contraportada del libro.<br />

Ibid., p. 77.<br />

Carolina Sancho Hirane (2015), “Intelligence Cooperation in the Framework of the Association<br />

of South American Nations (UNASUR): Possibilities and Limitations,” en Russell G. Swenson<br />

y Carolina Sancho Hirane, eds., Intelligence Management in the Americas, Washington, DC,<br />

National Intelligence University, pp. 236-237. Disponible en http://ni-u.edu/wp/wp-content/<br />

uploads/2014/09/IntelMgmtintheAmericas.pdf. Además de los siete países de América del Sur<br />

identificados por Sancho, Canadá, Estados Unidos y México también asignan requisitos de<br />

inteligencia estratégica a organismos civiles nacionales.<br />

Fredy Rivera Vélez, coord. (2011) <strong>Inteligencia</strong> estratégica y prospectiva, Quito: FLACSO, Sede<br />

Ecuador and Secretaría Nacional de <strong>Inteligencia</strong> del Ecuador, p. 40.<br />

Fredy Rivera Vélez (2011), “La <strong>Inteligencia</strong> ecuatoriana: tradiciones, cambios y perspectivas,”<br />

en <strong>Inteligencia</strong> estratégica y prospectiva, op. cit., p. 48.<br />

Fernando Velasco, Ruben Arcos y Diego Navarro (2009), “La Cultura de <strong>Inteligencia</strong> en España:<br />

una exigencia estratégica en desarrollo,” en Democratización de la Función de <strong>Inteligencia</strong>-el<br />

Nexo de la Cultura Nacional y la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica, Washington, DC, National<br />

Defense Intelligence College, pp. 351-364. Disponible en http://niu.edu/ni_press/pdf/Democratización_de_la_Función_de_<strong>Inteligencia</strong>.pdf.<br />

Ibid., p. 355. La definición oficial aparece en el sitio web de la CNI en http://www.cni.es/es/<br />

culturainteligencia.<br />

Ibid., p. 352.<br />

Véase Irena Dumitru (2014), op. cit., p. 576 por sus comentarios sobre el enfoque limitado a la<br />

conciencia pública de la cultura de inteligencia en Italia y Francia.<br />

Véase Mark Riebling (1994), Wedge: The Secret War between the FBI and CIA, New York,<br />

Alfred A. Knopf.<br />

Christopher Lynch (2009), The C.I. Desk: FBI and CIA Counterintelligence As Seen from My<br />

Cubicle, Indianapolis, Indiana, Dog Ear Publishing, pp. 382-384, explica el proceso bizantino<br />

en la comunidad de inteligencia de Estados Unidos para la revisión de los documentos solicitados<br />

para la liberación pública.<br />

Véase Rafael Martínez (2007), “Cultura política sobre inteligencia: Hacia un encuentro con la<br />

sociedad,” en Diego Navarro Bonilla y Miguel Ángel Esteban, op. cit., p. 168, para una discusión<br />

de la tensión entre la “socialización” y “adoctrinamiento” en el contexto de la cultura de<br />

inteligencia españoles.<br />

Esta indiferencia es el tema de Leslie A. Donovan (2003), “Citizens as Intelligence volunteers-the<br />

Impact of Value Structures,” International Journal of Intelligence and CounterIntelligence,<br />

18, no. 2, p. 239-245.<br />

Richard J. Aldrich (2009), “Beyond the Vigilant State: Globalisation and Intelligence,” Review<br />

of International Studies, 35, p. 900.<br />

Ley de Seguridad Publica y del Estado, 21 Septiembre 2009. Disponible en http://www.gestionderiesgos.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2013/11/LEY-DE-SEGURIDAD-PUBLICA.pdf.<br />

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81.<br />

Katalina Barreiro Santo y Fredy Rivera Vélez, op. cit, p. 152.<br />

Katalina Barreiro Santo y Fredy Rivera Vélez, op. cit., pp.148-149.<br />

Véase Loch K. Johnson, ed. (2014), “An INS Special Forum: Implications of the Snowden Leaks,”<br />

Intelligence and National Security, 29, no. 6, pp. 793-810.<br />

Para más detalles, véase http://www.opengovpartnership.org/countries.<br />

See Luís M. Plaza (2010), “Sistemas públicos de I & D [investigación y desarrollo] como generadores<br />

de recursos de información en <strong>Inteligencia</strong> Económica,” en Diego Navarro Bonilla y<br />

Miguel Ángel Esteban, coords., op. cit., pp. 290-299.<br />

Para discusiones sobre la ética de inteligencia y la protección de los derechos humanos en el<br />

contexto de los códigos y principios de conducta nacionales e internacionales, consulte a Carlos<br />

Maldonado (2015), “Ética e inteligencia: Revisión de la experiencia europea y norteamericana<br />

y su aplicación en América Latina,” pp. 121-141, y Moira Nakousi Salas y Daniel Soto Muñoz<br />

(2015), “Derechos humanos y ética de la inteligencia: Análisis de casos cinematográficos,” pp.<br />

143-165, en Russell G. Swenson y Carolina Sancho Hirane, op. cit..<br />

Garrett Jones (Winter 2006), “It’s a Cultural Thing: Thoughts on a Troubled CIA,” Orbis, 50,<br />

no. 1, pp. 23-40.<br />

Miguel Anxo Bastos Boubeta (2012), “Análisis de políticas públicas e inteligencia estratégica:<br />

Qué pueden aprender mutuamente?” en José Julio Fernández Rodríguez et al., op. cit., pp. 37-<br />

46. “La visión que del proceso político presupone el análisis de políticas públicas es mucho más<br />

rico y elaborada que la del análisis estratégica.” (p. 42)<br />

Para ejemplos posibles de tales experimentos naturales, véase Russell G. Swenson (Julio-Septiembre<br />

2014), “La transición democrática de la inteligencia en las Américas”, Boletín Democracia,<br />

Seguridad y Defensa (de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador), No. 61,<br />

pp. 6-10. Para acceso al Boletín, consulta http://www.puce.edu.ec/portal/content/Democracia.<br />

Two books trace the rationale and trajectory of this policy in Spain and discuss the need for<br />

its application in the Americas: Diego Navarro Bonilla and Miguel Angel Esteban Navarro,<br />

coords. (2007), Terrorismo Global: Gestión de información y servicios de inteligencia, Madrid,<br />

Plaza y Valdés, and José Julio Fernández Rodríguez, Daniel Sansó-Rubert Pascual, Julia Pulido<br />

Grajera and Rafael Monsalve, coords. (2012), Cuestiones de inteligencia en la sociedad contemporánea,<br />

Spain, Ministerio de Defensa.<br />

The work of a country’s financial intelligence units against money laundering and terrorist financing<br />

gains effectiveness through internationally coordinated efforts with other members of the<br />

Egmont Group. See http://www.egmontgroup.org/about/list-of-members/by-region/americas.<br />

Katalina Barreiro Santo y Fredy Rivera Vélez (2011), “<strong>Inteligencia</strong> estratégica: algo más que curiosidad<br />

mediática o (in) discrecionalidad política,” in Fredy Rivera Vélez, coord., <strong>Inteligencia</strong><br />

estratégica y prospectiva, Quito, FLACSO, Sede Ecuador and Secretaría Nacional de <strong>Inteligencia</strong><br />

del Ecuador, pp. 39-40.<br />

The most recent compilation of these studies is Isabelle Duyvesteyn, compiler (2013), Intelligence<br />

and Strategic Culture, New York and London, Routledge.<br />

Some examples include Jon Wiant (2009), “Reflexiones sobre la cultura de inteligencia: Con-<br />

383


82.<br />

83.<br />

84.<br />

85.<br />

86.<br />

87.<br />

88.<br />

89.<br />

90.<br />

91.<br />

92.<br />

93.<br />

94.<br />

trataciones durante la carrera civil y militar de un oficial de inteligencia estadounidense,”<br />

pp. 1-17; Vicente Torrijos R. (2009), “6 claves para entender la cultura de inteligencia en<br />

Colombia,” pp. 275-290; and Bowman H. Miller (2009), “La inteligencia nacional: Hecha en<br />

EE.UU.,” pp. 415-433, all in Russell G. Swenson and Susana C. Lemozy, Democratización de<br />

la Función de <strong>Inteligencia</strong>, Washington, DC, National Defense Intelligence College, pp. 1-17;<br />

Michael A. Turner (2004), “A Distinctive U.S. Intelligence Identity,” International Journal of<br />

Intelligence and CounterIntelligence, 17, no. 1, pp. 42-61; Philip Murphy (2002), “Creating a<br />

Commonwealth Intelligence Culture: The View from Central Africa 1945-1965,” Intelligence<br />

and National Security, 17, no. 3, pp. 131-162; and Douglas Porch (1995), “French Intelligence<br />

Culture: A Historical and Political Perspective,” Intelligence and National Security, 10, no. 3,<br />

pp. 486-511.<br />

Philip Davies (October 2004), “Intelligence Culture and Intelligence Failure in Britain and the<br />

United States,” Cambridge Review of International Affairs, 17, no. 3, pp. 495-520.<br />

Anonymous (Fall 1990), “The DI’s Organizational Culture,” Studies in Intelligence, 34, pp.<br />

21-25 [declassified 29 July 2014], available at http://www.foia.cia.gov/sites/default/files/D)<br />

C_0000621388.pdf; Charles G. Cogan, (Summer 1991), “the In-Culture of the DO,” Studies in<br />

Intelligence, 35, pp. 23-28, available at http://media.nara.gov/dc-metro/rg-263/6922330/Box-<br />

11-130-3/263-a1-27-box-11-130-3.pdf; Alberto Bolivar (2009), “Cultura, períodos culturales<br />

y servicios de inteligencia en el Perú,” 1960-2008, pp. 257-274; Juan Manuel Reyes-Alonso<br />

(2009), “La cultura cubana y su expresión en los servicios de inteligencia,” pp. 387-414, all in<br />

Russell G. Swenson and Susana C. Lemozy, op. cit.<br />

Cogan, op. cit., p. 28.<br />

Bolivar, op. cit., p. 259.<br />

Reyes-Alonso, op. cit., p. 404.<br />

Juan Antonio Rodríguez Menier (1993), Cuba por Dentro: El MININT, Miami, Florida, Ediciones<br />

Universal, p. 149.<br />

Menier, op. cit., p. 45.<br />

Irena Dumitru (2014), “Building an Intelligence Culture from Within: The SRI and Romanian<br />

Society,” International Journal of Intelligence and Counterintelligence, 27, no. 3, pp. 569-589.<br />

Ibid., p. 578 and 580.<br />

Ibid., p. 575.<br />

Taken from the 22nd edition of the Dictionary of the Spanish Royal Academy.<br />

Rob Johnston (2005), Analytic Culture in the U.S. Intelligence Community, Washington, DC,<br />

Center for the Study of Intelligence, p. 101. Johnston describes the process of acculturation in<br />

the CIA as “organizational socialization.”<br />

For example, Athan G. Theoharis, ed. (1998), in A Culture of Secrecy: The Government vs. the<br />

People’s Right to Know, Lawrence, Kansas, University Press of Kansas, alleges that U.S. intelligence<br />

agencies have gone beyond withholding documents from public disclosure. They have<br />

“sanitized the record” by destroying selected documents that agency officials had autonomously<br />

declared exempt from being part of official government records.<br />

384


95. A brief list would include Colombian Operations Jaque and Phoenix (2008), Sodoma (2010),<br />

and Odysseus (2011).<br />

96. Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido (2013), Operacion Jaque, Bogota, Coleccion Conflicto<br />

Colombiano no. 5.<br />

97. German Castro Caycedo (2010), Objetivo 4, Bogotá, Editorial Planeta.<br />

98. Ibid., p. 38.<br />

99. Ibid., p. 343.<br />

100. Ibid., p. 229.<br />

101. Ibid., p. 168.<br />

102. Tomás Borges (2012), Diario de un Agente Encubierto , Mexico City: Editorial Planeta.<br />

103. Ibid., p. 14.<br />

104. In her prologue to Diario de un Agente Encubierto, p. 12, Mexican journalist Isabel Arvide<br />

laments that Borges does not reveal more about the “human detachment that police officers<br />

keep deeply hidden and that they have not yet been able to express.”<br />

105. Ibid., p. 206.<br />

106. Ibid., p. 277.<br />

107. Ibid., p. 340.<br />

108. Luiz Eduardo Soares, André Batista e Rodrigo Pimentel (2005), Elite da Tropa, Rio de Janeiro,<br />

Editora Objetiva. The book has been translated by Clifford E. Landers and published in 2008<br />

as Elite Squad, New York, Weinstein Books. Some quotations from the Portuguese edition used<br />

in this paper are translations by the present author.<br />

109. See Micaela Kramer (Winter 2011), “Contaminating Crime and Immunizing Police Gangs: The<br />

Reemergence of Sovereign State Violence in Elite Squad,” e-misferica 8.2, available at http://<br />

hemisphericinstitute.org/hemi/en/e-misferica, for an argument that the popular appeal of the<br />

films stems from the strength of the “autoimmunity impulse” in democracies which welcomes<br />

harsh treatment of (internal) enemies.<br />

110. Luiz Eduardo Soares et al., op. cit., p. 303.<br />

111. Ibid., p. 140.<br />

112. Ibid., pp. 295.<br />

113. Ibid., p. 259.<br />

114. Ibid., pp. 294-295.<br />

115. Jesús Emilio García Acosta (2007), El Ave del Pantano, Bogotá: Editorial la Serpiente Emplumada.<br />

116. Ibid., p. 84.<br />

117. Ibid., p. 92.<br />

118. Evelio Buitrago Salazar (1977), trans. M Murray Lasley, Zarpazo the Bandit: Memoirs of an<br />

Undercover Agent of the Colombian Army, Montgomery, Alabama, University of Alabama<br />

Press. Colombian Army Sergeant Evelio Buitrago Salazar’s assignment from 1960 through<br />

1965 was to clandestinely penetrate rural gangs and dispatch their leaders as the government<br />

sought to bring la violencia to a close. When he has reached his limit of telling lies to gangsters<br />

with whom he lives, he confides to himself:<br />

385


Tired of this life I was living with Tista, I returned to Zarpazo [his chief target]. I was drained,<br />

exhausted, fearful that asleep or awake I might say a word that would betray me. The nervous<br />

tension was pushing me to the limit of my endurance and, frankly, my spiritual springs were<br />

about to snap. (p. 72)<br />

119. David Atlee Phillips (1977), The Night Watch: 25 Years of Peculiar Service, New York, Ballantine.<br />

The discredited exposé was by Victor Marchetti and John D. Marks (1974), CIA and The<br />

Cult of Intelligence, New York, Dell.<br />

120. Ibid., p. 46.<br />

121. Ibid., p. 151.<br />

122. Bravo Leon (2011), El Espía Francés: Crimen, corrupción y tráfico de armas en Chile, Origo<br />

Ediciones.<br />

123. Adolfo Alberto Laborde Carranco (2012), Sosha Man: El hombre empresa en el contexto de<br />

la <strong>Inteligencia</strong> económica estratégica, México, Instituto de Estudios Superiores de Monterrey/<br />

Plaza y Valdés Editores.<br />

124. Ibid., pp. 47 and 63.<br />

125. Author’s note from the back cover of the book.<br />

126. Ibid., p. 77.<br />

127. Carolina Sancho Hirane (2015), “Intelligence Cooperation in the Framework of the Association<br />

of South American Nations (UNASUR): Possibilities and Limitations,” in Russell G. Swenson<br />

and Carolina Sancho Hirane, eds., Intelligence Management in the Americas, Washington,<br />

DC, National Intelligence University, pp. 236-237. Available at http://ni-u.edu/wp/wp-content/uploads/2014/09/IntelMgmtintheAmericas.pdf.<br />

In addition to the seven South American<br />

countries identified by Sancho, Canada, the United States and Mexico also assign strategic<br />

intelligence requirements to national, civilian agencies.<br />

128. Fredy Rivera Vélez, coord. (2011) <strong>Inteligencia</strong> estratégica y prospectiva, Quito: FLACSO, Sede<br />

Ecuador and Secretaría Nacional de <strong>Inteligencia</strong> del Ecuador, p. 40.<br />

129. Fredy Rivera Vélez (2011), “La <strong>Inteligencia</strong> ecuatoriana: tradiciones, cambios y perspectivas,”<br />

in <strong>Inteligencia</strong> estratégica y prospectiva, op. cit., p. 48.<br />

130. Fernando Velasco, Ruben Arcos y Diego Navarro (2009) “La Cultura de <strong>Inteligencia</strong> en España:<br />

una exigencia estratégica en desarrollo,” in Democratización de la Función de <strong>Inteligencia</strong>-el<br />

Nexo de la Cultura Nacional y la <strong>Inteligencia</strong> Estratégica, Washington, DC, National<br />

Defense Intelligence College, pp. 351-364. Available at http://niu.edu/ni_press/pdf/Democratización_de_la_Función_de_<strong>Inteligencia</strong>.pdf.<br />

131. Ibid., p. 355. The official definition appears on the CNI website at http://www.cni.es/es/culturainteligencia.<br />

132. Ibid., p. 352.<br />

133. See Irena Dumitru (2014), op. cit., p. 576 for comments on the limited approach to public awareness<br />

of intelligence culture in Italy and France.<br />

134. See Mark Riebling (1994), Wedge: The Secret War between the FBI and CIA, New York, Alfred<br />

A. Knopf.<br />

386


135. Christopher Lynch (2009), The C.I. Desk: FBI and CIA Counterintelligence As Seen from My Cubicle,<br />

Indianapolis, Indiana, Dog Ear Publishing, pp. 382-384, explains the byzantine approach<br />

in the U.S. intelligence community to reviewing documents for which public release is sought.<br />

136. See Rafael Martínez (2007), “Cultura política sobre inteligencia: Hacia un encuentro con la<br />

sociedad,” in Diego Navarro Bonilla and Miguel Angel Esteban, op. cit., p. 168, for a discussion<br />

of the tension between “socialization” and “indoctrination” in the context of Spanish intelligence<br />

culture.<br />

137. This indifference is the theme of Leslie A. Donovan (2003), “Citizens as Intelligence volunteers-the<br />

Impact of Value Structures,” International Journal of Intelligence and CounterIntelligence,<br />

18, no. 2, p. 239-245.<br />

138. Richard J. Aldrich (2009), “Beyond the Vigilant State: Globalisation and Intelligence,” Review<br />

of International Studies, 35, p. 900.<br />

139. Ley de Seguridad Publica y del Estado, 21 September 2009. Available at<br />

http://www.gestionderiesgos.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2013/11/LEY-DE-SEGU-<br />

RIDAD-PUBLICA.pdf.<br />

140. Katalina Barreiro Santo and Fredy Rivera Vélez, op. cit, p. 152.<br />

141. Katalina Barreiro Santo and Fredy Rivera Vélez, op. cit., pp.148-149.<br />

142. See Loch K. Johnson, ed. (2014), “An INS Special Forum: Implications of the Snowden Leaks,”<br />

Intelligence and National Security, 29, no. 6, pp. 793-810.<br />

143. For details, see http://www.opengovpartnership.org/countries.<br />

144. See Luís M. Plaza (2010), “Sistemas públicos de I & D [investigación y desarrollo] como generadores<br />

de recursos de información en <strong>Inteligencia</strong> Económica,” in Diego Navarro Bonilla and<br />

Miguel Ángel Esteban, coords., op. cit., pp. 290-299.<br />

145. For discussions of intelligence ethics and the protection of human rights in the context of national<br />

and international codes and principles of behavior, see Carlos Maldonado (2015), “Ética e<br />

inteligencia: Revisión de la experiencia europea y norteamericana y su aplicación en América<br />

Latina,” pp. 121-141, and Moira Nakousi Salas and Daniel Soto Muñoz (2015), “Derechos humanos<br />

y ética de la inteligencia: Análisis de casos cinematográficos,” pp. 143-165, in Russell G.<br />

Swenson and Carolina Sancho Hirane, Gestión de <strong>Inteligencia</strong> en las Américas, Washington,<br />

DC, National Intelligence University.<br />

146. Garrett Jones (Winter 2006), “It’s a Cultural Thing: Thoughts on a Troubled CIA,” Orbis, 50,<br />

no. 1, pp. 23-40.<br />

147. Miguel Anxo Bastos Boubeta (2012), “Análisis de políticas públicas e inteligencia estratégica:<br />

Qué pueden aprender mutuamente?” in José Julio Fernández Rodríguez et al., op. cit., pp. 37-<br />

46. “La visión que del proceso político presupone el análisis de políticas públicas es mucho más<br />

rico y elaborada que la del análisis estratégica.” (p. 42)<br />

148. For prospective examples of such natural experiments, see Russell G. Swenson (July-September<br />

2014) “La transición democrática de la inteligencia en las Américas,” Boletín Democracia,<br />

Seguridad y Defensa (de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador), No. 61, pp. 6-10. For<br />

access to the Boletin, consult http://www.puce.edu.ec/portal/content/Democracia.<br />

387


149. Balbi, Eduardo Raúl. “Breves reflexiones acerca de la Prospectiva” 2008. Pag 16.<br />

150. Citado por Balbi, Eduardo Raul. Ob. Cit.<br />

151. Entendida como la causa que supuestamente hace que ocurra una cosa no condicionada por la<br />

relación de causa y efecto ni por la intervención humana o divina<br />

152. Godet, Michel “La caja de herramientas de la prospectiva estratégica”. Cuarta Edición. 2000.<br />

Paris. pág. 6.<br />

153. A manera individual y dentro de un colectivo que denominaremos gobierno o Estado.<br />

154. Entendiendo el concepto amplio de gestión que engloba el diseño, formulación, preparación y<br />

conducción.<br />

155. Entre los principales autores y analistas tenemos a José Manuel Ugarte, Guillermo Holzmann,<br />

Freddy Rivera, Andrés Gómez de la Torre Rotta.<br />

156. Incluye todo el espectro de asuntos militares, diplomáticos, políticos y económicos nacionales e<br />

internacionales de un país.<br />

157. Manual de <strong>Inteligencia</strong>, Comando Superior de Educación del Ejercito, Guatemala, 2009.<br />

158. En el 2014 el gobierno peruano decidió la reorganización de la agencia encargada de producir<br />

el más alto nivel de inteligencia por realizar inteligencia operativa.<br />

159. Para mayores detalles revisar <strong>Inteligencia</strong> estratégica, nuevas visiones y misiones del proceso<br />

de inteligencia militar en http://estrategiapazbone.blogspot.com/2012/05/inteligencia-estrategica-nuevas_02.html<br />

160. Para mayores detalles revisar http://www.monografias.com/trabajos32/prospectiva/prospectiva2<br />

161. Balbi, Eduardo Raul. “Construyendo el futuro: método MEYEP de prospectiva estratégica”.<br />

Red Escenarios y Estrategia en América Latina. Buenos Aires. Mayo 2014.<br />

162. Balbi, Eduardo Raúl. “Anticipación estratégica y gestión de riesgos” Agosto 2013. Buenos Aires.<br />

163. Balbi, Ob cit<br />

164. En Noviembre del 2014 la Dirección de Prospectiva de la Secretaria de Seguridad y Defensa<br />

Nacional presentó públicamente el análisis prospectivo de la seguridad denominado “Estudio<br />

prospectivo de la Seguridad y Defensa Nacional al 2030” elaborado por la Secretaria de Seguridad<br />

y Defensa Nacional- SEDENA.<br />

165. Decreto Legislativo 1129 Ley del Sistema de Defensa Nacional.<br />

166. “Estudio prospectivo de la Seguridad y Defensa Nacional al 2030” Secretaría de Seguridad y<br />

Defensa Nacional- SEDENA. Noviembre 2014. Pág. 4.<br />

167. El Acuerdo Nacional es el foro nacional donde confluyen gobierno, partidos políticos, empresarios,<br />

organismos sociales y sociedad civil en general para el establecimiento de Políticas de Estado<br />

168. El presente artículo resume entrevista personal que el autor realiza a Gerardo Arce analista en<br />

Planeamiento Estratégico y Prospectiva de la SEDENA Perú.<br />

169. Eje Uno: Políticas de Defensa; Eje Dos: Cooperación Militar, Acciones Humanitarias y Operaciones<br />

de Paz; Eje Tres: Industria y Tecnología de la Defensa y Eje Cuatro: Formación y<br />

Capacitación<br />

170. De los “considerandos” del Acuerdo de paz firme y duradera (29 de diciembre de 1996).<br />

171. Otros acuerdos y antecedentes pueden consultarse en: http://www.guatemalaun.org/paz.cfm<br />

388


172. Se emplea la palabra Ejército y no Fuerzas Armadas, porque la primera es la denominación<br />

oficial en Guatemala, país al que se circunscribe el trabajo.<br />

173. De Interés para el tema que nos ocupa la lectura de: MARTINEZ RODRIGUEZ, Antonia. La<br />

Transición política. En: http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/T/transicion_politica.htm<br />

174. Nota incluida en el texto de referencia: R.J. Rummel, Death by Government (New Brunswick,<br />

N. J.: Transaction, 1994), p. 4<br />

175. Una interesante visión en ZURBRIGGEN, Cristina [En línea] (2006). El Institucionalismo<br />

centrado en los actores: una perspectiva analítica en el estudio de las políticas públicas. Revista<br />

de ciencia política. Volumen 26, número 1. En: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-090X2006000100004<br />

176. Aunque como ya se ha indicado puede haber instituciones no formales.<br />

177. Más información en IEPADES (2000). <strong>Inteligencia</strong> Policial. Compilación de textos. Guatemala.<br />

Conferencia número 1: Estructura de <strong>Inteligencia</strong> en Guatemala. Los trabajos siguientes<br />

reportan la situación de la inteligencia en el resto de países centroamericanos.<br />

178. Acuerdos de paz firme y duradera, 29 de diciembre de 1996.<br />

179. Una descripción más detallada en Cuadernos de IEPADES n. 1. Pág. 66.<br />

180. En relación con este cambio y cuál era la situación en esos años se recomienda la lectura de<br />

SHIRMER, Jennifer (2001). Capitulo 7: <strong>Inteligencia</strong> militar. En Intimidades del proyecto político<br />

de los militares. Guatemala, Serviprensa C.A.<br />

181. Daniel Fisk, subsecretario de Estado de EU para Asuntos del Hemisferio Occidental, recomendó<br />

mientras que en Honduras se llevaba a cabo la V Ronda de Negociaciones del CAF-<br />

TA, que los países de la región emprendieran una profunda reforma de sus Ejércitos para<br />

enfrentar al terrorismo y el crimen internacional.<br />

INFORME REGIONAL: América Latina (2004). Paz, crisis regional y política exterior de<br />

Estados Unidos. FLACSO. (Pág. 56)<br />

182. La Constitución únicamente hace referencia a la Policía en el artículo 259 y es para referirse a<br />

las Policías locales o del municipio.<br />

183. Información en detalle en: http://pdba.georgetown.edu/Elecdata/Guate/ref99.html<br />

184. Tomado de: Informe sobre la Democracia en América Latina 2004. PNUD. Pág. 112.<br />

185. El informe Armas pequeñas y livianas: Una amenaza a la seguridad hemisférica. FLACSO.<br />

Secretaría General, indica que son alrededor de 60.000 (p. 326). Ver: http://noticias.com.gt/<br />

nacionales/20100405-agentes-seguridad-privada-superan-numero-agentes-pnc.html<br />

186. Según datos del Ministerio de Gobernación en: http://www.digessp.gob.gt/index.php?option=com_k2&view=item&layout=item&id=652&Itemid=316<br />

187. A modo de ejemplo ver: http://www.republicagt.com/seguridad-y-justicia/gobernacion-q184-7-millones-de-sobrevaloracion-en-videovigilancia/;en:http://mingob.gob.gt/digessp/<br />

index.php?option=com_k2&view=item&id=707:cuatro-denuncias-por-servicio-ilegal-de-seguridad-privada&Itemid=123;<br />

en: http://www.digessp.gob.gt/index.php?option=com_k2&-<br />

view=item&id=815:operativo-contra-servicios-ilegales-de-seguridad-privada&Itemid=123<br />

188. “En relación al mercado legal, existen más de 100 empresas de compraventa de armas y mu-<br />

389


niciones ….”. Según el Departamento de Control de Armas y Municiones, se encuentran registradas<br />

55 empresas de compraventa de armas y municiones en la ciudad capital y 87 en los<br />

departamentos, asimismo, está registradas 10 armerías (negocios de reparación de armamento)<br />

en la ciudad capital y 4 en los departamentos”. (Armas pequeñas y livianas: una amenaza<br />

a la seguridad hemisférica, p. 271).<br />

189. Véase Crimen y violencia en Centroamérica (2011)<br />

190. El informe: BALSELLS CONDE, E. (2006). El costo económico de la violencia en Guatemala.<br />

Guatemala City: United Nations Development Programme Office in Guatemala, estima el costo<br />

de la violencia en el país como el 7.3 del PIB, ó 2.4 billones de dólares de EUA.<br />

Tambien Business costs of crime and violence en: En: http://www3.weforum.org/docs/WEF_<br />

GlobalCompetitivenessReport_2013-14.pdf<br />

191. Global Peace Index 2014<br />

192. Al respecto: Tesis de graduación de la Universidad Landivar (Guatemala, 2010): La Seguridad<br />

Privada en Guatemala: Ventajas y riesgos para la seguridad pública. Morelia García Arriaza<br />

193. AREVALO DE LEÓN, Bernardo (editor) (2002). Hacia una política de seguridad democrática,<br />

especialmente a partir de la página 223. El proceso legislativo que se describe en el trabajo,<br />

tiene sus antecedentes en este estudio.<br />

194. Guatemala. Decreto número 71-2005 de 12 de octubre de 2005<br />

195. Guatemala. Decreto número 18/2008, de 11 de marzo de 2008<br />

196. Al tipo de cambio (Q7,6 por dólar) actual<br />

197. Gómez de la Torre A. Perú: Frustraciones en los Intentos por Reconstruir su Sistema de <strong>Inteligencia</strong>.<br />

En: Swenson R, y Lemozy S, compl. Profesionalismo de <strong>Inteligencia</strong> en las Américas.<br />

Ed rev. Washington D.C.: Joint Military Intelligence College´s Center for Strategic Intelligence<br />

Research; 2004. p. 155-186.<br />

198. Gómez de la Torre A. Los servicios secretos en América Latina siguen en la zona oscura [internet].<br />

Infolatam, c2015 [consultado 18 Feb 2015]. Disponible en: http://www.infolatam.<br />

com/2015/02/13/los-servicios-secretos-en-america-latina-siguen-en-la-zona-oscura/<br />

199. Gómez de la Torre A. Comisiones reformadoras de <strong>Inteligencia</strong>: experiencias latinoamericanas<br />

recientes (2001-2009). En: Fredy Rivera Vélez, coord. <strong>Inteligencia</strong> estratégica y Prospectiva.<br />

Quito: FLACSO-SENAIN-AECID; 2011. p. 177-196.<br />

200. Argentina. Ley 27.126 Agencia Federal de <strong>Inteligencia</strong>. Boletín Oficial de la República Argentina<br />

N° 33.083, 05 Mar 2015.<br />

201. Argentina. Ley 25.520 Ley de <strong>Inteligencia</strong> Nacional. Boletín Oficial de la República Argentina<br />

N° 29.790, 06 Dic 2001.<br />

202. Sued G. La comisión bilateral de control sólo se reunió dos veces en todo el año [internet]. La<br />

Nación; c2014 [consultado 02 Jul 2015]. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/1754409-<br />

la-comision-bicameral-de-control-solo-se-reunio-dos-veces-en-todo-el-ano<br />

203. Chile. Ministerio del Interior. Decreto Ley 521 Crea la Dirección de <strong>Inteligencia</strong> Nacional<br />

(DINA). Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 18 Jun 1974.<br />

204. Chile. Ministerio del Interior. Decreto Ley 1878 Crea la Central Nacional de Informaciones.<br />

390


Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, Diario Oficial N° 29.836, 13 Ago 1977.<br />

205. Chile. Ministerio del Interior. Decreto Ley 19212 Crea la Dirección de Seguridad Pública e<br />

Informaciones. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 30 Abr 1993.<br />

206. Chile. Ministerio del Interior. Subsecretaría del Interior. Ley 19.974 Sobre el Sistema de <strong>Inteligencia</strong><br />

del Estado y crea la Agencia Nacional de <strong>Inteligencia</strong>. Biblioteca del Congreso Nacional<br />

de Chile, 02 Oct 2004.<br />

207. Labra A, Álvarez ME, Toro P, y Wilson JM. Gobierno estudia dotar de agentes especiales a la<br />

Agencia Nacional de <strong>Inteligencia</strong> [internet]. La Tercera; c2014 [actualizado 10 Set 2014; citado 02<br />

Jul 2015]. Disponible en: http://www.latercera.com/noticia/politica/2014/09/674-595228-9-gobierno-estudia-dotar-de-agentes-especiales-a-la-agencia-nacional-de.shtml<br />

208. Corte Constitucional tumba Ley de inteligencia y contrainteligencia [internet]. El Espectador;<br />

c2010 [actualizado 16Nov 2010; citado 19 Jul 2015]. Disponible en: http://www.elespectador.<br />

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209. Colombia. Poder Público - Rama Legislativa. Ley Estatutaria 1288 de 2009 por medio del cual<br />

se expiden normas para fortalecer el marco legal que permite a los organismos, que llevan a<br />

cabo actividades de inteligencia y contrainteligencia, cumplir con su misión constitucional y<br />

legal, y se dictan otras disposiciones. Diario Oficial, N° 47.282, 05 Mar 2009.<br />

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normas para fortalecer el Marco Jurídico que permite a los organismos que llevan a cabo<br />

actividades de inteligencia y contrainteligencia cumplir con su misión constitucional y legal, y<br />

se dictan otras disposiciones. Diario Oficial, N° 48.764, 17 Abr 2013.<br />

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220. “El concepto tiene una connotación administrativa… puede ser transitoria, eventual pero dadas<br />

las circunstancias también lo es permanente… y puede normalmente no tocar temas de<br />

fondo, sino más bien organizacionales de forma…”. Véase: Gómez de la Torre, 2004, p. 163.<br />

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se resuelve admitir a trámite la demanda de inconstitucionalidad contra el Decreto Legislativo 1141.<br />

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los artículos 11, 16, 17 y 36 del Decreto Legislativo 1141, Decreto Legislativo de Fortalecimiento<br />

y Modernización del Sistema de <strong>Inteligencia</strong> Nacional - SINA y de la Dirección<br />

Nacional de <strong>Inteligencia</strong> - DINI. 05 Mar 2015.<br />

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246. Jeannetti, Elena. Institucionalización de un Nuevo Sistema de <strong>Inteligencia</strong> para la Seguridad<br />

Nacional en México. Toluca: UNAM e IAPEM, p. 134, 2007.<br />

247. Por temas duros se entienden aquellos que requieren atención inmediata de los cuerpos de seguridad,<br />

por involucrar el uso de la fuerza o amenaza de ello para lograr objetivos específicos.<br />

Tradicionalmente las agendas de seguridad nacional reconocen al crimen organizado, subversión,<br />

terrorismo y conflictos entre Estados como los principales temas.<br />

248. A tener en cuenta: en Rusia si Usted presta dinero a un amigo suyo, habitualmente no le pide<br />

recibo, ni, mucho menos, un porcentaje de intereses, aunque en estos dias en Moscú y San Petersburgo<br />

se aprende mucho de las prácticas cotidianas estadounidenses.<br />

249. Por ejemplo, los ciudadanos de la URSS que se mostraban “no tan” contentos con el sistema<br />

soviético “más progresista en el mundo” (como el de EEUU de hoy) fueron declarados lunáticos<br />

y se los encerraba en manicomios.<br />

250. Prieto del Val, T. La inteligencia militar, una constante histórica [Internet]. 2014, Julio. [Citado<br />

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261. Con el argumento de que, al regular una actividad que limita derechos fundamentales, el procedimiento<br />

de aprobación que debía haber seguido era el propio de las leyes estatutarias, y no<br />

el de las leyes ordinarias, que fue el que se tomó en cuenta para aprobar la norma.<br />

262. Rivera, J. ¿Punto final al limbo legal de las actividades de inteligencia en Colombia? Revista<br />

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264. El Centro Internacional Para la Justicia Transicional (I.C.T.J.), define la Justicia Transicional<br />

como una respuesta a las violaciones sistemáticas o generalizadas a los derechos humanos. Su<br />

objetivo es promover la paz, reconocer a las víctimas y fomentar iniciativas de reconciliación<br />

y democracia. La justicia transicional no es una forma especial de justicia, sino una justicia<br />

adaptada a sociedades que se transforman a sí mismas después de un período de violación<br />

generalizada de los derechos humanos.<br />

265. Fisas, V. Introducción al Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) de excombatientes.<br />

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270. However, the logical reasoning is not correct in the case of the significance of Pearson’s coefficient<br />

translating into the significance of Spearman’s coefficient. It is possible to meet a situation<br />

where Pearson’s coefficient is negative while Spearman’s coefficient is positive. The above leads<br />

to the following conclusion: Make sure not to overinterpret Spearman’s rank correlation coefficient<br />

as a significant measure of the strength of the associations between two variables.<br />

271. The correlation between defense expenditure and economic growth might be interpreted in<br />

the context of resources of financing - defense expenditure, as a productive category of public<br />

expenditure, if financed by non-distorting revenues, has a positive effect on economic growth; if<br />

financed by distorting revenues, it might have a positive or negative effect on economic growth,<br />

depending on the level of the defense expenditure.<br />

272. The results also suggested that, in line with the theoretical discussion, it is difficult to estimate<br />

a precise effect of military expenditure on growth. […] This lack of association could be the<br />

product of omitting relevant economic and strategic control variables, but it does suggest that<br />

the effects of military expenditure are rather small.<br />

273. In some LDCs (e.g., Brazil and India), defense production is in the export sector using technolocically<br />

advanced methods. For these countries, defense would channel, rather than divert,<br />

resources to the export sector and promote growth.<br />

274. The culture was Western. It comprised three elements, one derived from within itself, one borrowed<br />

from Orientalism and a third brought to it by its own potentiality for adaptation and<br />

experiment. The three elements are respectively moral, intellectual and technological.<br />

275. By the end of the 1980s virtually every small weapon system, such as anti-tank missiles, contai-<br />

395


ned at least one microprocessor; while large ones, such as aircraft, contained dozens if not hundreds.<br />

Moreover, the computers were beginning to communicate with each other, thus forming<br />

whole networks of self-activated, mutually supporting, weapons.<br />

276. Aprobada por el Decreto 5.484/2005, la Política de Defensa Nacional fue actualizada en 2012<br />

y pasó a denominarse Política Nacional de Defensa.<br />

277. However, the logical reasoning is not correct in the case of the significance of Pearson’s coefficient<br />

translating into the significance of Spearman’s coefficient. It is possible to meet a situation<br />

where Pearson’s coefficient is negative while Spearman’s coefficient is positive.<br />

The above leads to the following conclusion: Make sure not to overinterpret Spearman’s rank<br />

cor-relation coefficient as a significant measure of the strength of the associations between<br />

two variables.<br />

278. The correlation between defense expenditure and economic growth might be interpreted in<br />

the context of resources of financing - defense expenditure, as a productive category of public<br />

expenditure, if financed by non-distorting revenues, has a positive effect on economic growth; if<br />

financed by distorting revenues, it might have a positive or negative effect on economic growth,<br />

depending on the level of the defense expenditure.<br />

279. The results also suggested that, in line with the theoretical discussion, it is difficult to estimate<br />

a precise effect of military expenditure on growth. […] This lack of association could be the<br />

product of omitting relevant economic and strategic control variables, but it does suggest that<br />

the effects of military expenditure are rather small.<br />

280. In some LDCs (e.g., Brazil and India), defense production is in the export sector using technolocically<br />

advanced methods. For these countries, defense would channel, rather than divert,<br />

resources to the export sector and promote growth.<br />

281. The culture was Western. It comprised three elements, one derived from within itself, one borrowed<br />

from Orientalism and a third brought to it by its own potentiality for adaptation and<br />

experiment. The three elements are respectively moral, intellectual and technological.<br />

282. By the end of the 1980s virtually every small weapon system, such as anti-tank missiles, contained<br />

at least one microprocessor; while large ones, such as aircraft, contained dozens if not hundreds.<br />

Moreover, the computers were beginning to communicate with each other, thus forming<br />

whole networks of self-activated, mutually supporting, weapons.<br />

283. Aprovada pelo Decreto 5.484/2005, a Política de Defesa Nacional foi atualizada em 2012 e<br />

passou a se chamar Política Nacional de Defesa.<br />

284. El Colombiano, 8 de septiembre de 2011<br />

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312. Sancho Hirane, C. Intelligence Cooperation in the Framework of the Union of South American<br />

Nations (UNASUR): Possibilities and Limitations. En Swenson, R. y Sancho Hirane, C. (editors)<br />

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322. Gómez de la Torre, A. “Intereses académicos compartidos: hacia una comunidad Iberoamericana<br />

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- Noviembre 2007. España: Universidad Rey Juan Carlos (Cátedra Servicios de <strong>Inteligencia</strong><br />

y Sistemas democráticos) y Universidad Carlos III de Madrid (Instituto Juan Velásquez de<br />

Velasco de Investigación para la Seguridad y Defensa); 2007.<br />

323. Sancho Hirane, C. “Democracia, política pública de inteligencia y desafíos actuales: tendencias<br />

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N° 11. España: Cátedra Servicios de <strong>Inteligencia</strong> y Sistemas democráticos (Universidad Rey<br />

Juan Carlos) Instituto Juan Velázquez de Velasco de Investigación para la Seguridad y Defensa<br />

(Universidad Carlos III de Madrid); 2012.<br />

324. Swenson, R. Management of National Intelligence. En Swenson, R y Sancho Hirane, C. (editors)<br />

Intelligence Management in the Americas. EE.UU.: National Intelligence University; 2015. Pp 3.<br />

325. En Parker, Geoffrey, Historia de la guerra, pag. 220<br />

326. Siempre tomando como base la inteligencia en su sentido moderno, pues Inglaterra ya la<br />

utilizó notablemente en el siglo XV-XVI para la consolidación del reino y del aparato estatal,<br />

disolviéndola luego.<br />

327. “Desde una perspectiva…que capta la realidad dinámica de nuestro tema, la gran estrategia<br />

398


puede ser vista como una confluencia de las interacciones militares que fluyen hacia arriba y<br />

hacia abajo, nivel por nivel, formando la dimensión “vertical” de la estrategia, mientras que las<br />

diversas relaciones externas entre estados forman la dimensión “horizontal” de la estrategia” E.<br />

Luttwak, Para Bellum, pág. 297<br />

328. Recordemos que Luttwak parte de cinco niveles en estrategia (científico-técnico, táctico, operacional,<br />

teatro de operaciones y estratégico) y tres dimensiones, (política, estratégico y gran<br />

estrategia), interactuando la primera en sentido vertical y la segunda en sentido horizontal.<br />

329. Kent, Sherman: <strong>Inteligencia</strong> estratégica, Pleamar, Bs.As. La otra acepción es la de organización.<br />

330. Como es obvio, nos referimos en particular al cono sur y al llamado “Plan Cóndor”, pero existen<br />

otros ejemplos.<br />

331. Véase en particular el monumental estudio de René A. Dreyfuss: 1964: a conquista do estado,<br />

Ed. Vozes, Brasil, 1981.<br />

332. Una publicación oficial del Gobierno de los EE.UU de abril de 2009, mostró la reglamentación<br />

increíblemente detallada de la tortura, formulada en los manuales de la CIA y retomada<br />

por los responsables jurídicos del gobierno. Un Estado que legaliza la tortura deja de ser una<br />

democracia. Se podría incluir más elementos: cárcel de Guantánamo, cárceles clandestinas<br />

alrededor del mundo, asesinato como elemento central de su política de seguridad nacional,<br />

guerras sucias/encubiertas, operaciones especiales por todo el mundo (De acuerdo al periodista<br />

de investigación Jeremy Scahill en el 2010 el gobierno de Obama aumentó la presencia de las<br />

fuerzas de operaciones especiales a 75 países, donde se incluye al Ecuador), etcétera, etcétera.<br />

333. Center for Transatlantic Relations, School of Advanced International Studies, John Hopkins<br />

University, “Generating Growth, Human Development and Security in the Atlantic Hemisphere,<br />

A Declaration and Call to Action” 2014, Washington DC, USA; John Hopkins University<br />

Press, 2014; A New Atlantic Community<br />

334. Comision Europea, “Fomento de una estrategia marítima para el Oceano Atlantico”, doc.<br />

COM(2011)/782 FINAL, Bruselas, Belgica, 28.11.2011<br />

335. Comision Europea, “COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EURO-<br />

PEO Y AL CONSEJO CONOCIMIENTO DEL MEDIO MARINO 2020 observación y recogida<br />

de datos sobre el medio marino con miras a un crecimiento inteligente y sostenible”,<br />

COM/2010/0461 final, disponible en: http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=celex:52010DC0461<br />

336. Institut de Strategie Compareè, Ministere de la Defense, Francia, 2012.<br />

337. Henry Eccles, Army War College, USA, 2005<br />

338. Manual de Conceptos Básicos, Escola Superior de Guerra, Brasil, 2012<br />

339 Colin Gray, “Modern Strategy”, University of Reding, Reino Unido, 2006<br />

340. Real Academia Española, Diccionario , disponible en http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=-<br />

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341. Oxford University Press, The English Concise Oxford English Dictionary, Reino Unido, 2011<br />

342. Central Intelligence Agency,Center for Study of Intelligence, “The State of Strategic Intelligence”,<br />

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399


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344. Congreso de la Nación, ley de creación de la Agencia Nacional de <strong>Inteligencia</strong> No. 27.126,<br />

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346. Parlamento de la República Federativa de Brasil; Ley 9883/1999 Creación del Sistema Brasileño<br />

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347. FLACSO, Studia Politicae, Universidad Católica de Córdoba, “Defensa y Seguridad en América<br />

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Marina Vitelli, Cordoba, Argentina, 2011<br />

348. Ministerio de Defensa, Emb. Marcelo Soarez, cit. Marina Vitelli, 2011:8<br />

349. Op Cit. Pg.8<br />

350. I Encuentro Suramericano de Estudios Estratégicos, Nelson Jobin Ministro de Defensa de Brasil,<br />

Brasilia 2009<br />

351. Ministerio da Defesa, “Política de Defensa de Brasil”, Brasilia 2012 disponible en http://<br />

www.defesa.gov.br<br />

352. Op.Cit.<br />

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358. Declaraciòn de Foz de Iguazu , Presidentes R. Alfonsin y J. Sarney, Puente Tancredo Neves, 1985<br />

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360. Subrayado propio<br />

361. DefesaNet, “BR-AR - Declaración por la Democracia y la Paz de los Ministros de Defensa de<br />

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365. ONU, 50th Plenary Meeting, A/RES/41/11, 1986<br />

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n07/453/22/pdf/n0745322.pdf?openelement<br />

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