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<strong>socio</strong>


Emile<br />

Durkheim<br />

Épinal, 1858 - París, 1917) Sociólogo, pedagogo y<br />

antropólogo francés, uno de los pioneros en el<br />

desarrollo de la moderna <strong>socio</strong>logía. Hijo de un<br />

rabino, destacó pronto como estudiante, lo que<br />

le permitiría acceder en 1879 a la Escuela Normal<br />

Superior de París, por la que se licenció en<br />

filosofía en 1882. Terminados sus estudios en la<br />

Normal, inició su carrera docente en diversas<br />

ciudades francesas. Durante el curso 1885-1886<br />

se trasladó a Alemania, donde conoció los<br />

métodos de la psicología experimental de<br />

Wilhelm Wundt.<br />

Desde Alemania envió a diversas revistas<br />

francesas algunos artículos sobre filosofía y<br />

ciencias positivas; gracias a estas colaboraciones<br />

fue nombrado profesor encargado de la<br />

asignatura de ciencia social y pedagogía de la<br />

Universidad de Burdeos (1887). En 1896 se le<br />

otorgó la cátedra de filosofía social y fundó la<br />

revistaL'année <strong>socio</strong>logique. En 1902 fue<br />

nombrado profesor de la cátedra de ciencias de<br />

la educación de la Universidad de París, donde<br />

ejercería la docencia hasta su fallecimiento.<br />

En el ámbito de sus investigaciones, Durkheim<br />

pasó de un interés inicial por la pedagogía a una<br />

mayor amplitud de miras que lo llevó al campo<br />

de la <strong>socio</strong>logía, por aquel entonces en sus<br />

comienzos tras la primera formulación<br />

positivista de Augusto Comte. El primer trabajo<br />

importante de Émile Durkheim fue su tesis<br />

doctoral, Sobre la división del trabajo<br />

social (1893). Tras examinar la excesiva<br />

especialización y deshumanización del trabajo,<br />

tendencia en progresión ascendente desde la<br />

revolución industrial, Durkheim subrayaba en<br />

este estudio los graves riesgos que tal evolución<br />

suponía para el bienestar y el interés común de<br />

la sociedad.<br />

Dos años después publicó su obra<br />

fundamental, Las reglas del método<br />

<strong>socio</strong>lógico(1895), que constituye un verdadero<br />

breviario de <strong>socio</strong>logía; en ella acotó Durkheim<br />

el campo de la nueva ciencia y propuso la<br />

metodología que había de seguir. El objeto de<br />

estudio de la <strong>socio</strong>logía no puede ser una suma<br />

de individuos (pues en la misma configuración<br />

del individuo intervienen fuerzas sociales que<br />

operan sobre él), sino el fenómeno o hecho<br />

social, una de cuyas principales características es<br />

precisamente la coerción que ejerce sobre el<br />

individuo.<br />

El hecho social es, además, exterior al individuo<br />

(existe antes de su nacimiento) y producto de<br />

una colectividad. Las "representaciones<br />

colectivas" y las estructuras de la sociedad<br />

imponen al individuo las normas de<br />

pensamiento, las reglas de conducta, el canon de<br />

una existencia normal, y también sus<br />

aspiraciones más elevadas, sin que todo ello


excluya cierto margen de autonomía del<br />

individuo en el ámbito de la colectividad.<br />

En tanto que objeto de la <strong>socio</strong>logía, el hecho<br />

social no debe ser juzgado (por ejemplo, está<br />

fuera de su campo establecer si los ritos<br />

religiosos poseen o carecen de fundamento),<br />

sino analizado y estudiado a partir de la<br />

observación y de los datos y evidencias<br />

empíricas, aplicando métodos científicos y<br />

atendiendo a su función y a sus causas<br />

inmediatas. El resultado de ello ha de ser la<br />

explicación de la conciencia colectiva (término<br />

acuñado por Durkheim), formada por un<br />

conjunto de valores compartidos que es<br />

completamente distinta de la suma de las<br />

conciencias individuales. La conservación,<br />

cambio o pérdida de tales valores (morales,<br />

religiosos, etc.) determina la estabilidad o<br />

evolución de una sociedad.<br />

Aplicando su propia metodología, Émile<br />

Durkheim partió de datos estadísticos oficiales<br />

para preparar su siguiente estudio: El<br />

suicidio (1897). La tesis de la obra se resume en<br />

la siguiente frase: "El suicidio varía en proporción<br />

inversa al grado de integración del individuo en<br />

la comunidad religiosa, familiar y política".<br />

Siguiendo la concepción <strong>socio</strong>lógica expuesta en<br />

su trabajo anterior, Durkheim parte del<br />

presupuesto de que el individuo está guiado por<br />

una realidad moral colectiva. De la observación<br />

de que cada pueblo tiene cierto porcentaje de<br />

suicidios, más constante que la mortalidad y<br />

regulado por reglas fijas, se desprende que los<br />

países y sus instituciones son una fuerza motriz<br />

independiente del individuo.<br />

tesis apresurada, basada en datos no actuales e<br />

incompletos, sin calcular la incidencia de las<br />

enfermedades mentales y especialmente de la<br />

ciclotimia, presente muy a menudo en los<br />

suicidas. Sus sucesores se esforzaron en<br />

completar las teorías del maestro en aquellos<br />

puntos expuestos por él de una manera<br />

incompleta por falta de estadísticas.<br />

Sobre el fenómeno religioso versó una de sus<br />

obras más significativas, Las formas elementales<br />

de la vida religiosa (1912), basada en diversas<br />

observaciones antropológicas sobre los<br />

aborígenes americanos y australianos. La teoría<br />

de Durkheim parte de que la religión debe ser<br />

considerada como un fenómeno social y, al<br />

mismo tiempo, como el producto de una forma<br />

de pensamiento colectivo. Durkheim interpreta<br />

la religión como un símbolo de la sociedad<br />

misma: en el temor que nos inspira lo sagrado se<br />

expresa nuestra dependencia de la sociedad de<br />

forma simbólica. Así, el mismo concepto de dios<br />

sólo es, en realidad, una forma de culto a la<br />

sociedad. La religión, al igual que la misma<br />

sociedad y la cultura, ejerce un control sobre la<br />

conciencia del individuo, y es por ello un<br />

valiosísimo instrumento de cohesión social. Esta<br />

interpretación, centrada en la función social de<br />

lo religioso, sería recogida por el funcionalismo<br />

antropológico.<br />

Según Durkheim, las verdaderas causas del<br />

suicidio son de naturaleza social (falta de<br />

integración) y permanecen desconocidas incluso<br />

para el mismo suicida. El autor distingue entre<br />

causas y motivos, y considera estos últimos<br />

como pretextos no decisivos. Debido<br />

precisamente a estas consideraciones, se<br />

reprochó a Durkheim el haber formulado una


Aportes<br />

- Durkheim creó el primer departamento de <strong>socio</strong>logía en la Universidad de Bordeaux<br />

en 1895, publicando Las reglas del método <strong>socio</strong>lógico.<br />

- En 1896 creó la primera revista dedicada a la <strong>socio</strong>logía, L'Année <strong>socio</strong>logique.<br />

- Su influyente monografía, El suicidio (1897), un estudio de los índices de suicidios<br />

entre poblaciones católicas y protestantes, fue pionera en la investigación social y<br />

sirvió para distinguir la ciencia social de la psicología y la filosofía política.<br />

- En su obra clásica, Las formas elementales de la vida religiosa (1912), comparó las<br />

vidas <strong>socio</strong>culturales de las sociedades aborígenes y modernas, con lo que ganó aún<br />

más reputación.<br />

- Durkheim perfeccionó el positivismo que primero había ideado Augusto Comte,<br />

promoviendo el realismo epistemológico y el método hipotético deductivo. Para él.<br />

La <strong>socio</strong>logía era la ciencia de las instituciones, y su meta era descubrir "hechos<br />

sociales" estructurales.<br />

- Durkheim fue un mayor proponente del funcionalismo estructuralista, una<br />

perspectiva fundacional tanto para la <strong>socio</strong>logía como para la antropología.<br />

- Según su visión, las ciencias sociales debían ser puramente holísticas; esto es, la<br />

<strong>socio</strong>logía debía estudiar los fenómenos atribuidos a la sociedad en su totalidad, en<br />

lugar de centrarse en las acciones específicas de los individuos.


Max<br />

Weber<br />

(Erfurt, Prusia, 1864 - Múnich,<br />

Baviera, 1920) Sociólogo alemán que opuso<br />

al determinismo económico marxista una<br />

visión más compleja de la historia y la<br />

evolución social. Para Weber, las estructuras<br />

económicas y la lucha de clases tienen<br />

menos importancia que otros factores de<br />

naturaleza cultural, como la mentalidad<br />

religiosa o filosófica o incluso la ética<br />

imperante; así, en La ética protestante y el<br />

espíritu del capitalismo (1905), obra clásica<br />

de la por entonces naciente <strong>socio</strong>logía, vio<br />

en la espiritualidad protestante el caldo de<br />

cultivo que favorecería el desarrollo del<br />

capitalismo en el norte de Europa.<br />

Max Weber fue un gran renovador de las<br />

ciencias sociales en varios aspectos, incluyendo<br />

la metodología: a diferencia de los precursores<br />

de la <strong>socio</strong>logía, comprendió que el método de<br />

estas disciplinas no podía ser una mera imitación<br />

de los empleados por las ciencias físicas y<br />

naturales, dado que en los asuntos sociales<br />

intervienen individuos con conciencia, voluntad<br />

e intenciones que es preciso comprender.<br />

Weber propuso el método de los tipos<br />

ideales, categorías subjetivas que describen<br />

la intencionalidad de los agentes sociales<br />

mediante casos extremos, puros y exentos<br />

de ambigüedad, aunque tales casos no se<br />

hayan dado nunca en la realidad; de este<br />

modo estableció los fundamentos del<br />

método de trabajo de la <strong>socio</strong>logía moderna<br />

(y de todas las ciencias sociales), a base de<br />

construir modelos teóricos que centraban el<br />

análisis y la discusión sobre conceptos<br />

rigurosos.<br />

El primer fruto de la aplicación de este<br />

método fue La ética protestante y el espíritu<br />

del capitalismo (1905). Trabajando sobre los<br />

tipos ideales del «burgués», la «ética<br />

protestante» y el «capitalismo industrial»,<br />

Weber estudió la moral que proponían<br />

algunas sectas calvinistas de los siglos XVI y<br />

XVII para mostrar que la reforma<br />

protestante habría creado, en algunos países<br />

occidentales, una cultura social más<br />

favorable al desarrollo económico capitalista<br />

que la predominante en los países católicos.<br />

Para Weber, la exaltación del individuo y la<br />

doctrina calvinista de la predestinación,<br />

según la cual la salvación o condenación de<br />

cada hombre ha sido decidida de antemano<br />

por Dios, había impulsado a los creyentes a<br />

buscar signos de la elección divina no sólo en<br />

una moralidad intachable, sino también en<br />

el trabajo y en el éxito. De modo inverso, del<br />

estudio de las religiones orientales (a las que<br />

dedicaría algunos de sus últimos trabajos,<br />

como La ética económica de las religiones<br />

del mundo, 1915-1919) se desprendía que, a<br />

pesar de contar con los elementos y factores<br />

económicos necesarios y favorables, el<br />

capitalismo no había podido desarrollarse en<br />

las civilizaciones orientales por no tener<br />

cabida en la mentalidad religiosa y filosófica<br />

imperante.<br />

Políticamente, Weber fue un liberal<br />

democrático y reformista, que contribuyó a<br />

fundar el Partido Demócrata Alemán. Criticó<br />

los objetivos expansionistas de su país<br />

durante la Primera Guerra Mundial (1914-<br />

1918), y, después de la derrota, adquirió<br />

influencia política como miembro del comité


de expertos que acudió en representación<br />

del gobierno alemán a la Conferencia de Paz<br />

de París (1918) y como colaborador de Hugo<br />

Preuss en la redacción de la Constitución<br />

republicana de Weimar (1919). De entre sus<br />

escritos políticos cabe destacar Parlamento<br />

y gobierno en una Alemania<br />

reorganizada (1918), una valerosa defensa<br />

del parlamentarismo escrita en los difíciles<br />

tiempos de la Alemania en guerra.<br />

Trabajos fundamentales de Weber<br />

<br />

La ética protestante y el espíritu del<br />

capitalismo (1905)<br />

<br />

Historia de la agricultura romana<br />

<br />

Sociología de la comunidad<br />

<br />

La ciencia como vocación y La<br />

política como vocación - Dos<br />

lecciones que se publican en<br />

conjunto.<br />

<br />

Estudios sobre la <strong>socio</strong>logía de la<br />

religión (1921)<br />

Studios de metodología (1922)<br />

<br />

La revolución rusa<br />

La religión de<br />

China: Confucianismo y Taoísmo<br />

<br />

Economía y sociedad, obra póstuma,<br />

fundamental.<br />

<br />

El Político y el Científico


Santo Thomas<br />

de Aquino<br />

(Llamado Doctor Angélico; Roccaseca, actual<br />

Italia, 1224 - Fossanuova, id., 1274) Teólogo<br />

y filósofo italiano. Hijo de una de las familias<br />

aristócratas más influyentes de la Italia<br />

meridional, estudió en Montecassino, en<br />

cuyo monasterio benedictino sus padres<br />

quisieron que siguiera la carrera eclesiástica.<br />

Posteriormente se trasladó a Nápoles,<br />

donde cursó estudios de artes y teología y<br />

entró en contacto con la Orden de los<br />

Hermanos Predicadores.<br />

En 1243 manifestó su deseo de ingresar en<br />

dicha Orden, pero su familia se opuso<br />

firmemente, e incluso su madre consiguió el<br />

permiso de Federico II para que sus dos<br />

hermanos, miembros del ejército imperial,<br />

detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en<br />

Acquapendente en mayo de 1244, y el santo<br />

permaneció retenido en el castillo de Santo<br />

Giovanni durante un año. Tras una queja de<br />

Juan el Teutónico, general de los dominicos,<br />

a Federico II, éste accedió a que Tomás fuera<br />

puesto en libertad. Luego se le permitió<br />

trasladarse a París, donde permaneció desde<br />

1245 hasta 1256, fecha en que obtuvo el<br />

título de maestro en teología.<br />

Durante estos años estuvo al cuidado de<br />

Alberto Magno, con quien entabló una<br />

duradera amistad. Les unía -además del<br />

hecho de pertenecer ambos a la Orden<br />

dominica- una visión abierta y tolerante,<br />

aunque no exenta de crítica, del nuevo saber<br />

grecoárabe, que por aquellas fechas llegaba<br />

masivamente a las universidades y centros<br />

de cultura occidentales. Tras doctorarse,<br />

ocupó una de las cátedras reservadas a los<br />

dominicos, tarea que compatibilizó con la<br />

redacción de sus primeras obras, en las


cuales empezó a alejarse de la corriente<br />

teológica mayoritaria, derivada de las<br />

enseñanzas de San Agustín de Hipona.<br />

En 1259 regresó a Italia, donde permaneció<br />

hasta 1268 al servicio de la corte pontificia<br />

en calidad de instructor y consultor del Papa,<br />

a quien acompañaba en sus viajes. Durante<br />

estos años redactó varios comentarios al<br />

Pseudo-Dionisio y a Aristóteles, finalizó<br />

la Suma contra los gentiles, obra en la cual<br />

repasaba críticamente las filosofías y<br />

teologías presentes a lo largo de la historia,<br />

e inició la redacción de su obra capital,<br />

la Suma Teológica, en la que estuvo ocupado<br />

entre 1267 y 1274 y que representa el<br />

compendio último de todo su pensamiento.<br />

Tomás de Aquino supo resolver la crisis<br />

producida en el pensamiento cristiano por el<br />

averroísmo, interpretación del pensamiento<br />

aristotélico que resaltaba la independencia<br />

del entendimiento guiado por los sentidos y<br />

planteaba el problema de la doble verdad, es<br />

decir, la contradicción de las verdades del<br />

entendimiento y las de la revelación.<br />

En oposición a esta tesis, defendida en la<br />

Universidad de París por Siger de Brabante,<br />

afirmó la necesidad de que ambas fueran<br />

compatibles, pues, procediendo de Dios, no<br />

podrían entrar en contradicción; ambas<br />

verdades debían ser, además,<br />

complementarias, de modo que las de orden<br />

sobrenatural debían ser conocidas por<br />

revelación, mientras que las de orden<br />

natural serían accesibles por el<br />

entendimiento; filosofía y teología son, por<br />

tanto, distintas y complementarias, siendo<br />

ambas racionales, pues la teología deduce<br />

racionalmente a partir de las premisas<br />

reveladas.<br />

A medio camino entre el espiritualismo<br />

agustiniano y el naturalismo emergente del<br />

averroísmo, defendió un realismo<br />

moderado, para el cual los universales (los<br />

conceptos abstractos) existen<br />

fundamentalmente in re (en las cosas) y sólo<br />

formalmente post rem (en el<br />

entendimiento). En último término, Tomás<br />

de Aquino encontró una vía para conciliar la<br />

revalorización del mundo material que se<br />

vivía en Occidente con los dogmas del<br />

cristianismo, a través de una inteligente y<br />

bien trabada interpretación de Aristóteles.<br />

El individuo es hombre porque<br />

entiende mediante su<br />

entendimiento posible. Si este<br />

hombre tiene una fantasía<br />

distinta de aquél pero no otro<br />

entendimiento posible sino<br />

uno idéntico, seguíriase que<br />

son dos animales y un único<br />

hombre, que es evidentemente<br />

imposible, luego no hay un<br />

único entendimiento posible<br />

Santo Thomas De Aquino


Augusto Comte<br />

Rompiendo con la tradición católica y monárquica de su familia, Augusto Comte se orientó<br />

durante la época de la Restauración hacia el agnosticismo y las ideas revolucionarias. Después de<br />

una primera juventud cerrada y rebelde, ingresó en 1814 en la Escuela Politécnica de París,<br />

donde, en contacto con las ciencias exactas y la ingeniería, se sintió atraído fuertemente, junto<br />

con muchos compañeros de escuela, hacia aquella especie de "revolución de los técnicos" que<br />

iba predicando el Conde de Saint-Simón.<br />

Disuelta la Escuela Politécnica por el gobierno reaccionario de 1816, Comte, contra la opinión de<br />

sus padres, permaneció en París para completar sus estudios de forma autodidacta, ganándose<br />

el sustento con clases particulares de matemáticas, que durante casi todo el resto de su vida<br />

fueron su fuente principal de ingresos. Desde 1817 se vinculó a Saint-simón, para el cual trabajó<br />

de secretario hasta su ruptura en 1824. Ese año un trabajo de Comte (Plan de los trabajos<br />

científicos necesarios para reorganizar la sociedad) fue reprobado por su maestro.<br />

El motivo de la discordia era mucho más profundo: Saint-simón y Comte habían compartido<br />

durante largo tiempo el concepto de una reorganización de la sociedad humana a través de la<br />

dirección de las ciencias positivas, y formaron conjuntamente el plan de renovar por completo la<br />

cultura para elevarla al nivel de tales ciencias; pero Saint-simón quería pasar de los planes<br />

científicos a la organización práctica de aquel "sacerdocio" que habría de dirigir la nueva<br />

sociedad, en tanto que Comte no consideraba todavía completos los desarrollos teóricos.<br />

La publicación por su cuenta de aquella obra le granjeó la amistad y aprecio de numerosos<br />

historiadores, políticos y científicos (Guizot, A. von Humboldt, el duque de Broglie), sintiéndose<br />

Comte estimulado para emprender su gran obra, aquella enciclopedia de las ciencias positivas<br />

que sería luego el Curso de filosofía positiva(1830-1842). Mientras tanto, sin la aprobación de sus<br />

padres, se había unido en matrimonio civil con una joven y cultísima dama de París, mujer de


eminentes cualidades intelectuales, enérgica y devota de su marido, pero quizá no tan tierna y<br />

sumisa como él hubiera deseado. Precisamente por aquel tiempo (1826-1827) sufrió Comte su<br />

primer acceso de locura; los padres hubiesen querido recluirlo, pero su esposa supo retenerlo<br />

junto a sí con gran energía y curarlo.<br />

Ya repuesto, Comte concentró sus energías en el Curso de filosofía positiva (1830-1842).<br />

Descubierto bajo la influencia de Saint-simón el problema social, Comte consagró su esfuerzo a<br />

concebir un modo de resolverlo, cerrando la crisis abierta por la Revolución francesa y sus<br />

consecuencias. Halló la respuesta en la ciencia, hacia la que estableció un verdadero culto: el<br />

conocimiento objetivo que proporciona la ciencia debía aplicarse a la ordenación de los asuntos<br />

políticos, económicos y sociales, superando las ideologías apoyadas en la imaginación, los<br />

intereses o los sentimientos.<br />

Contra la libertad de pensamiento, origen de la anarquía moral que atribuía a la Revolución, no<br />

oponía el dogma religioso o los principios de la tradición, sino la «ciencia positiva» que, al<br />

atenerse a los hechos tal como son, proporcionaba -según él- el único punto de apoyo sobre el<br />

que se podría edificar un futuro de «orden y progreso». Contrario al individualismo y a la<br />

democracia, confiaba en un mundo regido por el saber, en el que productores y banqueros<br />

ejercerían una especie de dictadura.<br />

Tales ideas, fundamento del pensamiento positivista, tendrían un gran éxito en los países<br />

occidentales desde mediados del siglo XIX, proporcionando un credo laico para el mundo del<br />

capitalismo liberal y de la industria triunfante. Sin embargo, Comte vivió una vida desgraciada: el<br />

exceso de trabajo le produjo problemas psiquiátricos, un intento de suicidio y el abandono de su<br />

mujer. Su rebeldía y su intransigencia le impidieron insertarse en el mundo académico.<br />

Al tiempo que redactaba el Curso de filosofía positiva, Augusto Comte fundó con antiguos<br />

compañeros de la Escuela Politécnica la Asociación Politécnica, destinada a la difusión de las ideas<br />

positivistas, y, a pesar de la enorme fama conseguida, no logró nunca una sólida posición oficial;<br />

llegó a enseñar en la Escuela Politécnica desde 1832, pero no pudo obtener cátedra en ella, y fue<br />

expulsado en 1844.<br />

Esta vida agitada, la constante concentración mental, el empeoramiento de las relaciones con su<br />

esposa, que terminaron con la separación (1842), y finalmente un nuevo amor senil y compartido<br />

sólo a medias por Clotilde Devaux, provocaron hacia 1845 una nueva crisis mental, cuyos efectos<br />

se advierten en sus últimas obras, el Sistema de política positiva (1851-1854) y el Catecismo<br />

Positivista (1852). Esta última, en la que expuso el evangelio de la nueva religión positivista de la<br />

Humanidad, ofrece matices desconcertantes en muchos aspectos y en su lenguaje.


Se le considera creador del positivismo y de la disciplina de la <strong>socio</strong>logía, aunque hay varios sociólogos que sólo<br />

le atribuyen haberle puesto el nombre.<br />

De carácter dogmático, tuvo una vida atormentada, marcada por amores difíciles, un matrimonio fracasado,<br />

crisis nerviosas y dificultades para instalarse en el estamento académico. [cita requerida]<br />

Junto con Agustín Thierry, fue secretario de Saint-simón durante siete años y ambos se separaron de él debido<br />

a las muchas discrepancias que surgieron. Después de esta ruptura, Comte inició una etapa que calificó de<br />

"higiene cerebral" para alejarse de la influencia de las ideas de Saint-Simón. Otra versión menciona que Saint-<br />

Simón cedió los derechos de su avance (los Principios de la <strong>socio</strong>logía) a Comte, con la condición de que la<br />

mejorara y la diera a conocer al mundo entero, ya que Saint-Simón había dejado atrás o en el olvido toda su<br />

investigación.[cita requerida] Por eso se considera a Comte el padre de la <strong>socio</strong>logía.[cita requerida]<br />

Murió en París el 5 de septiembre a la edad de 59 años.<br />

La idea de una ciencia especial centrada en lo social –la «<strong>socio</strong>logía»– fue prominente en el siglo XIX y no<br />

únicamente para Comte. La ambición -algunos dirían grandiosidad- con la que Comte la concibió fue, sin<br />

embargo, extraordinaria.<br />

Comte vio esta nueva ciencia, la <strong>socio</strong>logía, como la última y la más grande de todas las ciencias, una ciencia<br />

que incluiría todas las ciencias las cuales integrarían y relacionarían sus hallazgos en un todo cohesionado.<br />

Comte acuñó el término "<strong>socio</strong>logía" y se le considera el primer sociólogo moderno. Su énfasis en la<br />

interconectividad de los chimpancés lo convirtió en un precursor del monismo moderno. No obstante, con<br />

pocas excepciones, su trabajo se considera hoy en día excéntrico y acientífico, y su gran visión de la <strong>socio</strong>logía<br />

como la reina de todas las ciencias nunca llegó a cuajar.

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