05 - Encuentro N 1 - Nuestros buenos deseos

“Carta entre hermanos”
CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA
ENCUENTRO Nº 1
Nuestros buenos deseos

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 2
TEMARIO
1- Prólogos……………………………………………………....pág. 3
2- Agradecimiento………………………………………………pág. 5
3- Descubrir nuestras alas………………………………………pág.10
4- Nuestros buenos deseos……………………………………...pág.12
5- Somos lo que vemos más lo que no vemos …………………pág. 13
6- Dios nos habla……………………………………………… pág. 14
7- Resumen……………………………………………………..pág. 20
8- Preguntas para responder …………………………………...pág. 23
Nihil Obstad
Pbro. Claudio Castricone
Coordinador del Área Adultos
de la Junta Nacional de Catequesis
25 de abril del año 2010
Imprimatur
Monseñor Héctor S. Cardelli
Presidente de la Comisión Episcopal
de Pastoral Penitenciaria
2 de junio del año 2010
Contenido: Ana María Terradas.
Ilustraciones: Carlos Julio Sánchez
Queda hecho el depósito
que establece la Ley 11.723

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 3
PRÓLOGOS
Córdoba 21 de mayo de 2010
¡Esta carta es para mi! nos decía uno de los chicos a quien le hacíamos llegar
un sobre con una de las Cartas entre hermanos; pero lo que mas nos impresionó,
y aun nos sigue llamando la atención, es la sonrisa que se dibuja en el rostro de
aquel que la recibe.
Una carta que es presencia amiga para el que mucho tiempo tiene para
pensar, para el que quiere escuchar su nombre pronunciado tantas veces se la
lea, por un amigo. Una carta a la que se puede responder y esperar con ansias.
Una nueva carta del amigo.
Muchos años recorridos, muchas cartas escritas, y en la cruz del camino, de
esas que nos hacen la vida oscura, la voz de Dios: ¡y por que no la de los niños,
jóvenes, y adultos! y allá fuiste, noches sin dormir, arrebatos del corazón que te
impulsaban a escribir a cualquier hora, en cualquier lugar. Y desde esa noche
oscura la Luz de Jesús Amigo, que llega como Amigo hasta los lugares que ni
nos imaginamos.
Gracias Ana María y a todo el equipo que trabajó contigo, para hacer realidad
este sueño de llegar a todos con una carta de un hermano, de un amigo, que le
revela al gran Hermano y Amigo Jesús.
Lic. Elvira Baigorria
Coordinadora del Equipo Nacional
de la Comisión Episcopal
de Pastoral Penitenciaria Católica
Pbro. Javier E. Ladrón de Guevara
Secretario Ejecutivo
de la Comisión Episcopal
de Pastoral Penitenciaria Católica

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 4
Querido hermano:
Córdoba 19 de junio de 2010
Deseo que esta catequesis por correspondencia sea una fuente de experiencia
y paz para quien la lea, y te invito a que compartamos las enseñanzas de Ana
María y te introduzco a estas páginas contándote mi testimonio.
Soy Marcos. Sé que la vida detrás de las rejas es muy dura y que cada día que
pasa cuesta todavía más, pero también sabemos que todo se puede porque Dios
es Amor, porque nos escucha y está con nosotros todos los días de nuestra vida.
Yo lo sé porque hoy tengo una familia que amo con todo mi corazón y mi vida.
Quiero que sepas que no es fácil, pero con el Amor de Dios todo se puede; sólo
debes tener Fe.
Hermano, el amor y el apoyo de las personas que te aman, que te quieren y
sobre todo desean verte bien, hace que los muros y las rejas sean invisibles, que
lo triste se vuelva alegre, que los gritos se vuelvan música para nuestros oídos, y
verás que cuando descubras todas estas cosas en estas páginas, la paz será
infinita.
Tú puedes tener todo para ser feliz… Yo lo tengo, ¡¡¡fuerza hermano!!! Dios
te ama por sobre todas las cosas; sólo tienes que tener fe en ti mismo y amarte
primero para empezar a amar a los otros como Jesús nos enseñó.
Aprendí a amar la vida y todo lo que nuestro Señor me dio y me da todos los
días (que no es lo material) y creo que la Vida y la Libertad son lo más hermoso
que Dios nos puede dar. Te deseos que lo descubras en este caminar…
Con cariño,
Marcos Antonio Figueroa

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 5
AGRADECIMIENTO
Querido hermano:
Le interesará saber de donde surgió la idea de escribir esta catequesis por
correspondencia y a quienes debemos agradecer por la colaboración prestada.
La idea surgió de una persona que hizo de la ayuda a sus hermanos
encarcelados, la pasión de su vida. Me refiero al Señor Reinaldo Esnaola,
Director de la casa del liberado de la ciudad de Córdoba.
Como colaboradores quiero mencionar en primer lugar a mi esposo Jorge,
por su apoyo permanente e incondicional. A mis hijos Jorge, Pablo, Javier, por
la paciencia, comprensión y estímulo que me brindaron.
Agradezco la confianza y el apoyo del Sacerdote Víctor Bocalón, Director de
la Junta Arquidiocesana de catequesis del Arzobispado de Córdoba, quien me
dio su autorización para que esta iniciativa del Señor Esnaola se llevara a cabo.
A Monseñor Héctor Cardelli, Presidente de la Comisión Episcopal de
Pastoral Penitenciaria, por su afecto y estímulo constante.
Al Sacerdote Claudio Castricone, Coordinador del Equipo Nacional de
catequesis de adultos, que tuvo a su cargo la tarea de leer, durante más de un año
página por página, todo el material, dándome sus sugerencias y correcciones
para, finalmente, dar a la catequesis el voto favorable para que Monseñor Héctor
Cardelli, le otorgara el Imprimatur.
A Carlos Julio Sánchez por sus hermosos y originales dibujos que ilustran
toda la catequesis.
Al Sacerdote Javier Ladrón de Guevara y a la licenciada Elvira Baigorria por
el apoyo que me prestaron desde la Comisión Episcopal de la Pastoral
Penitenciaria Católica Argentina.
Al Señor Marcos Antonio Figueroa que durante un año, jueves tras jueves,
vino a mi domicilio con su esposa y su hijito a la salida del trabajo, para a leer
todo el material y orientarme sobre la mejor manera de llegar al corazón de un
encarcelado, que él tan bien conoce.
A los catequistas por correspondencia que pusieron a mi disposición las
oraciones y poesías que escribían en sus cartas los hermanos, para incorporarlas
a la catequesis con la previa autorización de sus autores.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 6
Y dejo para el agradecimiento final a los mejores colaboradores que he
tenido: mis hermanas y hermanos privadas y privados de libertad física que me
mostraron el Rostro de Jesús en cada uno de sus propios rostros. En ellos se me
reveló el Señor.
A ellos les agradezco haber crecido en la fe y en la confianza inconmovible
en la infinita misericordia de Dios. Puedo decir con toda verdad, que unidos
espiritualmente y con María, como la mejor catequista, hemos escrito juntos
esta catequesis que ponemos con todo cariño a disposición de nuestros
hermanos.
Ana María Terradas

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 7
NUESTRA ORACIÓN
Nada te turbe
nada te espante
todo se pasa
Dios no se muda.
La paciencia
todo lo alcanza
quien a Dios tiene
nada le falta
sólo Dios basta.
Santa Teresa de Jesús

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 8
ÍNDICE DE LOS ENCUENTROS
Encuentro Nº 1: Nuestros buenos deseos
Encuentro Nº 2: ¿Quién es Jesús?
Encuentro Nº 3: El Amor y el Perdón de Jesús
Encuentro Nº 4: La Biblia, Palabra de Dios
Encuentro Nº 5: La oración
Encuentro Nº 6: El mensaje de Jesús
Encuentro Nº 7: La oración que nos enseñó Jesús. EL Padre Nuestro
Encuentro Nº 8: Jesús ilumina mi Conciencia
Primer Certificado
Encuentro Nº 9: La familia de Jesús. Primeros años
Encuentro Nº 10: La predicación de Jesús. Los que son felices
Encuentro Nº 11: Los preferidos de Jesús
Encuentro Nº 12: Cárcel, Cruz y Resurrección
Encuentro Nº 13: María
Encuentro Nº 14: La Iglesia
Encuentro Nº 15: Entremos al Reino de Dios
Encuentro Nº 16: Somos discípulos misioneros de Jesús
Encuentro Nº 17: La familia
Encuentro Nº 18: Los amigos
Encuentro Nº 19: El trabajo
Encuentro Nº 20: Aunque mueras, vivirás
Encuentro Nº 21: La libertad
Certificado final

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 9
Querido hermano:
Hoy comenzamos un Camino de encuentro con Jesús que nos llevará a
conocernos más a nosotros mismos. A saber lo que hay en nuestro corazón. A
encontrarnos con nuestros deseos más profundos.
A veces nos pasa que nos gustaría más vivir como viven otros. Pero eso no
puede ser porque todos somos diferentes. No hay dos personas iguales en este
mundo.
Dios no crea hijos repetidos. Cada uno es un ser original y único, que no se
repetirá jamás.
“Porque tú, Dios mío, me has creado, me has tejido en el vientre
de mi madre. Yo te doy gracias por las maravillas que has puesto
en mí. Prodigio soy. Prodigio son tus obras”
Salmo 139, 13-14

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 10
Muchos podrán ayudarnos con toda su buena voluntad, porque Dios quiere
que nos apoyemos entre nosotros como hermanos. Pero, al final, cada uno tiene
la última palabra.
Nadie puede decidir por mí lo que debo ser y hacer. Cada uno es responsable
de su propia vida.
3- DESCUBRIR NUESTRAS ALAS
Dios, nuestro Padre, nos va creando uno por uno. Y a cada hijo le va dando
una riqueza especial. Una riqueza que pone adentro de su corazón. Una riqueza
que debemos descubrir con la ayuda de Dios y nuestro propio esfuerzo, para
saber de verdad quienes somos.
Le dejo, querido hermano, esta poesía escrita por Pablo Carozo, deportista
argentino con discapacidad visual que ganó el récord de atletas no videntes,
porque nos da un mensaje muy bueno:
NO HACEN FALTA OJOS
No hacen falta ojos para ver más allá.
Basta con que cierres los párpados
para que aparezcan tus ilusiones, tus esperanzas,
tus motivos para luchar.
Lo importante está en ti. Adentro.
Esperando que te animes a mostrarlo.
No te fijes en los demás. Debes hacer lo que te parece.
Sin bajar los brazos ante nadie.
Tu voluntad puede transformar tus lágrimas en sudor,
tu desgano en sacrificio, tu duda en seguridad.
Te permite pararte después de cada tropiezo,
y hace que puedas vencer tus problemas.
Si no ves la fuerza que hay dentro tuyo
el que está ciego eres tú.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 11
Cuenta una historia que, del nido de un águila, cayó un huevo y fue a parar
al patio de una casa. Cuando el dueño de casa vio el huevo, lo llevó al gallinero
y lo puso en el nido donde una gallina estaba empollando. Y se olvidó del tema.
Cuando llegó el momento, junto con los pollitos nació el pichón de águila.
Pasó el tiempo y el aguilucho vio que le habían salido unas alas mucho más
grandes que las de sus hermanos. Se sintió mal porque se vio diferente. Los
demás comenzaron a mirarlo como bicho raro. El aguilucho no sabía por qué
tenía esas alas que crecían y crecían tanto. A veces pensaba que para algo le
debían servir, pero no sabía para qué.
Un día vino de visita un amigo del dueño de casa. El hombre vio el pichón de
águila y le dijo al dueño:
— ¿Me lo das?
El otro le contestó:
— Te lo puedes llevar, es tan grandote que molesta en el gallinero.
El hombre se lo llevó mientras pensaba:
— ¿Por qué tendrá un pichón de águila en el gallinero escarbando el suelo
como si fuera un pollo? ¡Yo le voy a ayudar a usas sus alas!
Esperó que creciera y, cuando ya era un águila hecha y derecha, la llevó a
una loma muy alta y la largó al vacío. Casi se murió de susto el águila cuando
se sintió en el aire. Comenzó a venirse abajo. Pensó que se estrellaría contra el
suelo. Pero, de pronto, sin saber cómo, se abrieron sus grandes alas.
Y comenzó a volar y volar. Entonces se dio cuenta de para qué le servían sus
alas. ¡Y se perdió entre las nubes…!

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 12
4- NUESTROS BUENOS DESEOS
El águila del cuento pasó mucho tiempo antes de descubrir que sus alas eran
su mayor riqueza. Así nos pasa a nosotros muchas veces. Nos lleva tiempo
descubrir nuestras propias alas. Nos lleva tiempo descubrir las riquezas que Dios
nos puso adentro cuando nos creó. Nos lleva tiempo descubrir lo valiosos que
somos.
¿Cómo se pueden descubrir las riquezas que cada uno tiene adentro? Dejando
que salgan afuera los buenos deseos que Dios sembró en nuestro corazón.
Poniendo lo mejor de nuestra parte para que crezcan y den frutos.
Cuentan que en un pueblo hicieron una fiesta buscando conseguir dinero para
levantar una escuela. Se armaron distintos quioscos de venta. Había uno muy
especial, que tenía un cartel que decía: “QUIOSCO DE DIOS” Un joven se acercó
al quiosco donde Dios estaba parado detrás de un mostrador y vio que, en una
pared, había una estantería llena de frascos con semillas de distintos colores.
El muchacho le preguntó a Dios:
— ¿Qué vendes?
Dios le contestó:
— Vendo todas las cosas buenas que mis hijos desean en su corazón.
Ni lerdo ni perezoso, el joven comenzó a pedir:
— Quiero ser el mejor hijo. Quiero ser el mejor amigo. Quiero aprender un
oficio y tener un buen trabajo. Quiero estudiar. Quiero casarme con una buena
chica y tener una hermosa familia. Quiero ayudar a las personas más
necesitadas. Quiero… Quiero… Quiero...
Cada vez que el muchacho decía un buen deseo, Dios sacaba una semilla de
uno de los frascos y la ponía en una bolsita. Cuando el muchacho dejó de pedir,
Dios le entregó la bolsita llena de semillas de colores. El joven, sorprendido y
medio enojado, le dijo:
— ¿Por qué me das semillas de colores, si yo te pedí que todos mis buenos
deseos se cumplieran?
Y Dios le contestó:
—Hijo mío, yo te doy las semillas de todos los buenos deseos que me pediste.
Pero a ti te toca hacerlas crecer.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 13
No nos resultará difícil, querido hermano, conocer cada uno de los buenos
deseos que llevamos adentro. Porque son nuestros. Son el cimiento de nuestra
vida. Son tesoros que están en lo profundo de nuestro corazón. Son semillas
siempre listas para brotar, crecer y dar frutos.
Y nuestro mayor deseo, el más importante, es conocer a ese Padre bueno que
nos creó. Porque encontrándonos con Él, descubriremos todas las riquezas que
llevamos en el corazón.
El gran deseo que hay en el Corazón de Dios es que cada hijo lo reconozca
como Su Padre y sienta Su Amor y que ayude a sus hermanos a encontrarse con
Él.
A quienes sienten el Amor de Dios Padre no hay tristeza que los atrape en este
mundo, porque saben que los cuida y los protege en todo momento.
Un niño de ocho años subió solo a un avión de pasajeros. Ocupó su asiento,
sacó un cuaderno y se puso a dibujar. En medio del viaje se desató una fuerte
tormenta. El avión comenzó a moverse. Los pasajeros estaban asustados y con
mucho miedo, pero el niño estaba muy tranquilo y seguía con sus dibujos.
Uno de los pasajeros se acercó al niño y le preguntó:
— ¿No tienes miedo?
— No, porque mi papá es el piloto.
5-SOMOS LO QUE VEMOS MÁS LO QUE NO VEMOS
Podemos compararnos con
uno de esos grandes témpanos de
hielo que flotan en el mar.
La parte que se ve por encima
del mar es muy pequeña y la parte
que está por debajo del mar es
muchas veces mayor. Así somos:
lo que conocemos de nosotros
mismos es muy poquito, y lo que
no conocemos es enorme.
Digamos entonces, que cada uno es lo que ve de sí mismo más lo que no ve
de si mismo. Porque somos una unidad que no puede dividirse.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 14
Yo soy
lo que veo de mí
MÁS
lo que no veo de mí
Nosotros no somos cualquier cosa, querido hermano, somos hijos de Dios. Y
ese es un Sello que tenemos adentro y que nadie nos puede quitar. Ni siquiera
nosotros mismos. Ese sello divino nos hace ser personas muy valiosas para Dios,
porque somos sus hijos.
Si Dios nos preguntara a cada uno de nosotros:
¿Te sientes valioso por ser Mi hijo? ¿Qué le contestaríamos?
6- DIOS NOS HABLA
Dios nos habla siempre y en todo momento para encontrarse con cada uno de
nosotros. Si a veces no lo oímos es porque no le llevamos el apunte. ¡Dicen que
no hay peor sordo que el que no quiere oír!
Dios nos habla por medio de las cosas hermosas que ha creado: los árboles,
los pájaros, la tibieza del sol, la luz, el agua…
¡Toda la creación es un canto del Amor
de Dios para sus hijos!
Piense en una rosa, querido hermano:
¿Hay algún ser humano que la haya podido
crear…de la nada?
Ninguno. ¡Sólo Dios!
Y un artesano que puede hacer hermosos
jarrones de barro…
¿Puede hacer el barro?

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 15
Dios nos habla desde adentro nuestro para enseñarnos a vivir como verdaderos
hijos suyos. Esa Voz que todos sentimos en nuestro interior se llama Conciencia.
Es una Voz que nos conduce por Su Camino.
Es una Voz que nos señala cuándo SI está de acuerdo con lo que hacemos y
cuando NO está de acuerdo con lo que hacemos. Es una Voz de Padre que educa
personalmente a cada uno de sus hijos. Un Padre que sólo busca el bien de sus
hijos. Un Padre que nos guía y conduce.
“Yo bendigo al Señor que me conduce, hasta cuando duermo educa
mi Conciencia”
Salmo 16,7
Dios nos habla por medio de la
Biblia, que es El libro de la Palabra de
Dios.
La Biblia tiene dos partes: Antiguo
Testamento y Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento fue escrito
antes de la venida de Jesús al mundo.
El Nuevo Testamento fue escrito
después de la venida de Jesús al
mundo.
Por eso, querido hermano, en estos Encuentros van siempre Palabras de este
Libro Sagrado con la anotación al final del lugar de donde han sido tomadas. Las
preferidas son siempre las que están en los Evangelios del Nuevo Testamento
porque contienen las Palabras de Jesús.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 16
Dios nos habla cuando entramos en nuestro corazón para encontrarnos a solas
con Él en la oración.
Jesús nos enseña cómo debemos orar:
“Cuando vayas a orar, entra en tu corazón, cierra la puerta y ora a
tu Padre que está allí en lo secreto. Y tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará”
Mateo 6,6
Jesús vino al mundo para enseñarnos cómo nos ama Dios. Para decirnos que
debemos amarnos entre nosotros:
“Lo que les mando es que se amen los unos a los otros”
Juan 15, 17
Jesús nos enseña que si hacemos algo que está bien, Dios nos abraza fuerte y
nos dice que sigamos así. Nos enseña que si hacemos algo que no está bien, Dios
nos abraza mucho más fuerte y nos dice que nos corrijamos, y que siempre
estará a nuestro lado para ayudarnos. Porque es entonces cuando más
necesitamos de Su Amor y de Su Perdón.
Nos enseña también que Dios no está pendiente de nuestras faltas. A Dios le
interesa que nuestros buenos deseos salgan a luz y crezcan. Dios trabaja desde lo
bueno que hacemos; no desde nuestros defectos.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 17
Dios mira siempre lo bueno que tenemos adentro y quiere que nosotros
también miremos lo bueno que tenemos adentro, para que eso bueno crezca.
Dios quiere que nos miremos con el mismo Amor y Perdón con que Él nos
mira… y que, con ese mismo Amor y Perdón miremos a los demás.
Si Dios habla a nuestro corazón es porque lo podemos escuchar. ¿Por qué lo
podemos escuchar? ¡Porque somos sus hijos y llevamos adentro Su mismo
Espíritu!
Nos dice San Pablo:
“El Espíritu de Dios vive en nosotros”
1ª Corintios 3,16
Todos llevamos el bien adentro nuestro. Lo único que debemos hacer es ¡vivir
lo buenos que somos! Podemos hacer cosas malas, pero eso no quiere decir que
seamos malos. Jesús quiere que seamos muy buenos como nuestro Padre nos
creó:
“Dios creó al ser humano varón y mujer, semejantes a él.
Y vio Dios que lo que había creado era muy bueno”.
Génesis 1, 27. 31
Por eso nos pide:
“Sean buenos como el Padre de ustedes es bueno”
Cf. Mateo 5,48
A veces nos sentimos muy hundidos y nos parece que no merecemos el Amor
y el Perdón de Dios. Entonces podemos pensar que Dios nos ha abandonado. Sin
embargo, es en esos momentos cuando Dios más nos quiere y nos acompaña.
¿De qué otra manera podría ser el Amor de nuestro Padre Dios?

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 18
Es entonces cuando debemos decir con fe:
Aunque no sienta Tu presencia, sé que estás.
Aunque no vea Tu ayuda, sé que me la das.
El Amor y el Perdón de Dios, querido hermano, son imposibles de comparar
con el amor y el perdón de cualquiera de los padres de este mundo. Nada que
ver. Esto y mucho más vino a enseñarnos Jesús. Por eso dio Su Vida por
nosotros. Por eso nos dice:
“Ustedes son mis amigos”
Juan 15,15
El gran deseo que hay en el Corazón de Jesús es que cada uno de nosotros
quiera ser su amigo, y que ayudemos a los demás para que también lo reciban
como el mejor Amigo.
Y así formemos, unidos a Él, una comunidad de amigos. Donde nos
amemos, nos sirvamos y nos ayudemos unos a otros, así como Jesús nos ama,
nos ayuda, y nos sirve a todos nosotros.
Le voy a contar, querido hermano, una historia verdadera que habla de Jesús
como nuestro mejor Amigo. Está tomada del libro: “Medjugorje, el triunfo del
corazón”, de Sor Emmanuel. Página 73 - Año 1999. La he sintetizado porque
es larga.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 19
Paul era un mendigo que se pasaba la mayor parte del tiempo pidiendo en la
puerta de la Iglesia Saint Jacques de París. Es necesario aclarar que siempre
estaba acompañado por una botella de vino que tenía escondida en su bolso, y
que sufría de una grave cirrosis hepática. Enfermedad producida por la
bebida.
Por las tardes, entraba a la Iglesia y allí se quedaba hasta que la señora
encargada del cuidado de la Iglesia venía para cerrar las puertas. Ella siempre
encontraba a Paul cerca del Altar y dormido en un banco por la borrachera.
Un día le preguntó:
— Paul, me he dado cuenta de que usted siempre entra a la Iglesia, pero la
mayoría de las veces lo veo dormido durante horas. ¿Qué hace?
— ¿Qué hago? Es muy sencillo. Le digo a Jesús: yo soy tu amigo Paul,
vengo a visitarte porque te veo muy solo. Y me quedo con Él hasta que usted
cierra las puertas.
Pasó un tiempo y la encargada de la Iglesia dejó de ver a Paul.
Conociendo su grave enfermedad, la señora fue al hospital para preguntar
por él. Y allí lo encontró. Los médicos no le daban un día más de vida.
La mujer volvió al día siguiente, esperando la triste noticia.
Encontró a Paul sentado en la cama, con el rostro lleno de felicidad y
completamente sano.
Asombrada, le dijo:
— ¡Paul! ¡Es increíble!
¡No eres el mismo hombre!
¿Qué pasó?
— Fue esta mañana. Me
sentía muy mal. De pronto
vi a alguien sentado al lado
de mi cama. Me sonrió y me
dijo:
— Yo soy tu amigo Jesús,
vengo a visitarte. ¡Y me
curó!

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 20
RESUMEN
Cada uno de nosotros fue creado en forma especial por Dios. Por eso no hay
dos personas iguales. Por eso todos somos diferentes. Por eso no debemos
compararnos con nadie.
Debemos pedir un buen consejo cuando lo necesitemos. Pero cada uno debe
decidir por sí mismo lo que quiere ser y hacer. Cada uno es responsable de su
propia vida.
Cuando Dios nos creó, puso adentro de cada uno de nosotros muchas semillas
de buenos deseos. Nos toca a nosotros buscar cada uno de esos buenos deseos y
hacerlos crecer. Si hacemos crecer las semillas de nuestros buenos deseos, salen
afuera nuestras riquezas interiores. Nosotros somos lo que vemos de nosotros
más lo que llevamos dentro y todavía no vemos.
Dios, como el mejor de los padres, nos habla siempre para enseñarnos a
buscar y hacer crecer las riquezas que nos dio cuando fuimos creados.
Nos habla por medio de las cosas que creó para nosotros.
Nos habla en nuestra Conciencia.
Nos habla en Su Palabra escrita en la Biblia.
Nos habla cuando entramos en nuestro corazón para encontrarnos
con Él en la oración.
Nos habla sobre todo por su Hijo Jesús, que es nuestro Dios y Señor y nuestro
mejor Amigo.
Si alguien dice que Dios no le habla es porque no quiere escucharlo.
El gran deseo de Nuestro Padre Dios es que sintamos Su Amor y lo aceptemos
como Padre. Nos pide también que hagamos que todos sus hijos lo conozcan
para que se forme una comunidad de hermanos unidos por la misma fe.
Jesús vino al mundo para enseñarnos cómo es el Amor de Dios. El gran deseo
que hay en el corazón de Jesús es ser nuestro Amigo. Nos pide también que
hagamos crecer el número de Sus amigos entre los que nos rodean.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 21
Querido hermano:
En el próximo Encuentro: “¿Quién es Jesús?”, se encontrará con el mejor
Amigo que todos podemos tener… y con una historia que le va a interesar.
No olvide compartir con los demás lo que ha aprendido en este Encuentro.
Que Dios lo bendiga y bendiga a sus familiares y personas más queridas.
Me despido de usted con mucho cariño.
Ana María
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MIS NOTAS
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ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 22
MENSAJE DE JESÚS
Mientras te levantabas esta mañana, yo te miraba.
Esperaba que me hablaras, aunque fuesen unas pocas
palabras, para saludarme y decirme en qué te hacía falta mi
ayuda. Pero noté que estabas muy ocupado buscando tus
cosas para comenzar el día.
Seguí esperando que me dijeras: ¡Hola! Mientras te
veía ir y venir en tu rutina diaria. Me quedé todo el día a tu
lado, pero no me dijiste una sola palabra.
Pero, ¿sabes?, tengo mucha paciencia y soy testarudo
en mi Amor por ti. Tus indiferencias para conmigo no me
dañan. Al contrario, hacen que tenga más deseos de
demostrarte lo importante que eres para mí. Lo mucho que
deseo ser tu Amigo.
Llegó la noche y pensé: Antes de dormir me dirá “Cuida
mi sueño, Jesús”. Pero nada. Y aquí estoy, cuidando tu
sueño. Esperando que mañana, al despertar, te acuerdes de
mi.
Tengo más paciencia de la que te imaginas. Porque sé
que en cualquier momento me dirás:
“Jesús, quiero ser tu amigo”

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 23
“Carta entre hermanos”
ENCUENTRO Nº 1: Nuestros buenos deseos
PREGUNTAS PARA RESPONDER
(Contestar y mandar las hojas con la carta)
Los buenos deseos que Dios puso en nuestro corazón se van
descubriendo y viviendo poco a poco a lo largo de la vida. Solos no los
podemos cumplir. Necesitamos que Jesús nos ayude.
1-¿Puede decir cuáles son los mejores deseos que ha descubierto en su
corazón?
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2-¿Por qué Dios da sólo semillas y deja a los hijos la tarea de hacerlas
crecer?
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3-¿Alguna vez sintió la ayuda de Dios para que se le cumpliera algún
buen deseo? ¿Lo puede contar?

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 24
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4-¿Qué temas le han interesado más de este Encuentro? ¿Por qué?
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5-¿Puede darnos los nombres de compañeros que quieren escribirse
con uno de nosotros? Gracias.
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