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La Pasion de Cristo por Elena G White (Version Modernizada)

Amplifica este libro sobre los acontecimientos de la vida de Cristo, culminante en su Pasión. Al mismo tiempo, profundiza en la verdadera pasión de Jesus – su amor por el pueblo y su misión a la humanidad. Se comprende Su abnegación que desemboca en el sacrificio de su propia vida, mientras la oposición la más vehemente, cruel, persistente y sobrehumana le persiguió de la cuna a la cruz. En suma, La Pasión de Cristo, abunda de detalles de la vida más singular y ejemplar de Jesucristo de Nazaret.

Amplifica este libro sobre los acontecimientos de la vida de Cristo, culminante en su Pasión. Al mismo tiempo, profundiza en la verdadera pasión de Jesus – su amor por el pueblo y su misión a la humanidad. Se comprende Su abnegación que desemboca en el sacrificio de su propia vida, mientras la oposición la más vehemente, cruel, persistente y sobrehumana le persiguió de la cuna a la cruz. En suma, La Pasión de Cristo, abunda de detalles de la vida más singular y ejemplar de Jesucristo de Nazaret.

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Todas las palabras <strong>de</strong> la Santa Escritura son suyas y están incluidas en esa frase. Esas palabras<br />

tienen po<strong>de</strong>r para abrir y cerrar el cielo. Declaran las condiciones bajo las cuales los hombres son<br />

recibidos o rechazados. Así la obra <strong>de</strong> aquellos que predican la Palabra <strong>de</strong> Dios tiene sabor <strong>de</strong> vida<br />

para vida o <strong>de</strong> muerte para muerte. <strong>La</strong> suya es una misión cargada <strong>de</strong> resultados eternos. El<br />

Salvador no confió la obra <strong>de</strong>l Evangelio a Pedro individualmente. En una ocasión ulterior,<br />

repitiendo las palabras que fueron dichas a Pedro, las aplicó directamente a la iglesia. Y lo mismo<br />

fue dicho en substancia también a los doce como representantes <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> creyentes. Si Jesús<br />

hubiese <strong>de</strong>legado en uno <strong>de</strong> los discípulos alguna autoridad especial sobre los <strong>de</strong>más, no los<br />

encontraríamos contendiendo con tanta frecuencia acerca <strong>de</strong> quién sería el mayor. Se habrían<br />

sometido al <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> su Maestro y habrían honrado a aquel a quien él hubiese elegido. En vez <strong>de</strong><br />

nombrar a uno como su cabeza, <strong>Cristo</strong> dijo <strong>de</strong> los discípulos: "No queráis ser llamados Rabbí;" "ni<br />

seáis llamados maestros; <strong>por</strong>que uno es vuestro Maestro, el <strong>Cristo</strong>."*<br />

"<strong>Cristo</strong> es la cabeza <strong>de</strong> todo varón." Dios, quien puso todas las cosas bajo los pies <strong>de</strong>l Salvador,<br />

diólo <strong>por</strong> cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud <strong>de</strong> Aquel que<br />

hinche todas las cosas en todos.'* <strong>La</strong> iglesia está edificada sobre <strong>Cristo</strong> como su fundamento; ha<br />

<strong>de</strong> obe<strong>de</strong>cer a <strong>Cristo</strong> como su cabeza. No <strong>de</strong>be <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l hombre, ni ser regida <strong>por</strong> el hombre.<br />

Muchos sostienen que una posición <strong>de</strong> confianza en la iglesia les da autoridad para dictar lo que<br />

otros hombres <strong>de</strong>ben creer y hacer. Dios no sanciona esta pretensión. El Salvador <strong>de</strong>clara: Todos<br />

vosotros sois hermanos.' Todos 383 están expuestos a la tentación y pue<strong>de</strong>n errar. No po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> ningún ser finito para ser guiados. <strong>La</strong> Roca <strong>de</strong> la fe es la presencia viva <strong>de</strong> <strong>Cristo</strong> en<br />

la iglesia. De ella pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r el más débil, y los que se creen los más fuertes resultarán los<br />

más débiles, a menos que hagan <strong>de</strong> <strong>Cristo</strong> su eficiencia. "Maldito el varón que confía en el hombre,<br />

y pone carne <strong>por</strong> su brazo." El Señor "es la Roca, cuya obra es perfecta." "Bienaventurados todos<br />

los que en él confían.'*<br />

Después <strong>de</strong> la confesión <strong>de</strong> Pedro, Jesús encargó a los discípulos que a nadie dijeran que él era el<br />

<strong>Cristo</strong>. Este encargo fue hecho <strong>por</strong> causa <strong>de</strong> la resuelta oposición <strong>de</strong> los escribas y fariseos. Aun<br />

más, la gente y los discípulos mismos tenían un concepto tan falso <strong>de</strong>l Mesías, que el anunciar<br />

públicamente su venida no les daría una verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su carácter o <strong>de</strong> su obra. Pero día tras<br />

día, se estaba revelando a ellos como el Salvador, y así <strong>de</strong>seaba darles un verda<strong>de</strong>ro concepto <strong>de</strong><br />

sí como el Mesías. Los discípulos seguían esperando que <strong>Cristo</strong> reinase como príncipe tem<strong>por</strong>al.<br />

Creían que, si bien les había ocultado durante tanto tiempo su <strong>de</strong>signio, no permanecería siempre<br />

en la pobreza y obscuridad; que <strong>de</strong>bía estar acercándose el tiempo en que establecería su reino.<br />

Nunca creyeron los El que los sacerdotes y rabinos no iban a cejar en su odio, que <strong>Cristo</strong> sería<br />

rechazado <strong>por</strong> su propia nación, con<strong>de</strong>nado como impostor y crucificado como malhechor. Pero<br />

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