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Rota Punctatis - Volumen 5

Quinto número de la revista de historias ciclistas Rota Punctatis. En este número: Haz las maletas y corre, Leire Olaberria en Pekín 2008, China sobre dos ruedas, Viento y abanicos, Eugeny Berzin, Hinault y La mafia ciclista.

Quinto número de la revista de historias ciclistas Rota Punctatis. En este número: Haz las maletas y corre, Leire Olaberria en Pekín 2008, China sobre dos ruedas, Viento y abanicos, Eugeny Berzin, Hinault y La mafia ciclista.

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nº5<br />

<strong>Rota</strong><br />

<strong>Punctatis</strong>


Bienvenidos


#laclasenosecompra


Sumario


Salida neutralizada | pág. 8<br />

Barra libre | Haz las maletas y corre | pág. 10<br />

Siguiendo la pista | Pekín 2008, un sueño hecho realidad | pág. 14<br />

Rutas bizarras | China sobre dos ruedas y a pedales | pág. 18<br />

Túnel del viento | Viento y abanicos | pág. 20<br />

Enfants terribles | Yevgueni Berzin | pág. 24<br />

Tubular Vs Cámara | Hinault: episodios de su carácter | pág. 28<br />

Farolillo rojo | La mafia ciclista | pág. 34


Salida neutralizada<br />

Editorial de Josu González


De un tiempo a esta parte existe un movimiento venido a más en el mundo del balompié que se hace llamar<br />

“Odio eterno al fútbol moderno”, que no es más que la traducción a la española del movimiento internacional<br />

“Against modern football”. A grosso modo, lo que defiende esta filosofía es alejarse del circo en que<br />

se ha convertido su amado deporte y que, de alguna manera, vuelvan algunos valores que poco a poco se han ido<br />

diluyendo.<br />

Este movimiento, profesado en su mayoría por los aficionados que no por los profesionales, que a mi entender<br />

son los que deberían dar ejemplo, es perfectamente extrapolable a todos los deportes, y por ende al ciclismo. Sin<br />

embargo, yo me la juego un poco más y opino que esta forma de tomarse el deporte debe extenderse a todos los<br />

practicantes sea cual sea su nivel o nivel de implicación. Rompo una lanza a favor de las piernas peludas. Es terrible<br />

observar la enfermedad con los “garmins”, “polars” y “stravas” queriendo jugar a ser profesionales. Tampoco me<br />

gustan esos adultos (y bien adultos) que juegan a ser niños peleándose por un autógrafo o un bidón en la cuneta.<br />

¿Qué nos está pasando? No sé si todo esto tendrá que ver con el ciclismo moderno pero de lo que no cabe duda es<br />

que se nos está yendo la olla. No veía yo en el colegio que el deporte, como asignatura, fomentase la victoria como<br />

único valor o el endiosamiento de los deportistas de élite como religión. Todo lo contrario.<br />

Parece difícil que esto pueda dar la vuelta. No quiero pecar de nostálgico ya que hay mucho aficionado, y algún tímido<br />

deportista de élite, que profesa un amor verdadero al deporte como tal. Sin parafernalias. Dejando el circo para los<br />

trapecistas y domadores. Enfundémonos la bufanda verdiamarilla y defendamos el deporte de verdad.<br />

Disculpad la demora.<br />

Bienvenidos de nuevo a <strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong>.


Haz las maletas y corre<br />

por Imanol González<br />

No son pocos los ex ciclistas a los que he oído<br />

decir que antes podían hacer un calendario<br />

nacional desde Mallorca en febrero a la subida<br />

Montjuic en octubre, con salidas puntuales al extranjero.<br />

No quiero hacer un discurso nacionalista, ni levantar la<br />

voz diciendo que lo de casa es mejor. Simplemente destaco<br />

que hace quince años había más carreras en todas<br />

las categorías y, por ende, más ciclistas. O viceversa. A lo<br />

que hay que añadir una más que considerable cantidad<br />

de equipos profesionales. Hechos que, a día de hoy, no se<br />

dan ni juntos ni por separado. La llamémosla decadencia,<br />

o momento bajo, del ciclismo profesional en España es<br />

una realidad.<br />

Es por ello que la emigración en el ciclismo nacional no<br />

siempre se ha visto con buenos ojos. No hace tanto más<br />

de uno se pensaba que en tierras como Portugal se regalaban<br />

las victorias. Se despreciaba así un ciclismo que<br />

ha dado de comer a más de un corredor de nuestro<br />

pelotón. Algunos ejemplos: Jesús Blanco Villar en el W-52<br />

y LA-Pecol (1995-1998), Juan Tomás “el volcán de Baracaldo”<br />

Martínez en Sicasal (1993), Melcior Mauri en el<br />

Benfica y Maia (1999-2002), Angel Edo Maia (2000-2004)<br />

y Vitoria-ASC (2007). Lista de nombres que en la última<br />

década ha crecido de manera exponencial. No hay más<br />

que echar un ojo a las clasificaciones de la ronda estrella<br />

del país vecino conocida como la Grandissima.


Barra libre<br />

Por tradición la nación que mayor acogida nos ha dado<br />

(exceptuando al vecino luso) es Italia. Haciendo un rápido<br />

repaso a nuestra historia destacan dos grandes como<br />

Miguel Poblet que realizó toda su carrera (1952-1962) en<br />

el país transalpino y Federico Martín Bahamontes (1958-<br />

1960). Un buen puñado de años después nos encontramos<br />

con el caso de los hermanos Lejarreta enfundados<br />

en el maillot del Alfa-Lum (1983-1985), sin olvidarnos de<br />

un monstruo como Oscar Freire que explotó en el poderoso<br />

Mapei (2000-2002).<br />

A día de hoy y a consecuencia de diversos factores generales<br />

como la globalización y concretos como la ausencia<br />

de equipos de casa, hacen que tengamos a ciclistas<br />

formando parte de equipos<br />

del máximo nivel a lo largo y<br />

ancho de los cinco continentes.<br />

A nadie voy a descubrir<br />

los nombres de Ruben Plaza,<br />

Carlos Verona y Amets Txurruka<br />

en el Orica australiano;<br />

Haimar Zubeldia o Markel<br />

Irizar en el Trek yankie; Igor<br />

Antón u Omar Fraile en el<br />

Dimension Data sudafricano o Luis León Sánchez en el<br />

Astana kazajo.<br />

Pero fuera del ciclismo world tour, allende los equipos<br />

continentales profesionales, hay más ciclismo y más ciclistas.<br />

Se trata de un mundo exótico y en el que nos<br />

podemos encontrar formaciones de todo tipo. Desde el<br />

clásico equipo pufo, al estilo PinoRoad, hasta formaciones<br />

serias con una estructura bien organizada y profesional.<br />

Éste es el ciclismo continental y en el que compiten<br />

nuestros protagonistas de hoy: Oscar Pujol todo un capo<br />

en el Team Ukyo nipón y Peio Goikoetxea un novato<br />

muy valiente que ha defendido durante esta temporada<br />

el maillot rosa del Manzanas Postobón colombiano, el<br />

“El común denominador de<br />

estos dos es que comparten<br />

una bonita afición: el ciclocrós”<br />

cual tenía como base el anteriormente conocido como<br />

4-72 Ciclismo es Pasión.<br />

A Oscar le sequimos la pista desde su última y gloriosa<br />

temporada como amateur en tierras vascas. Aunque<br />

realmente empezó a despertar nuestro interés cuando,<br />

tras de correr en 2012 para Omega Pharma Lotto, tuvo<br />

que buscarse la vida compitiendo en ese ciclismo tan<br />

desconocido para nosotros como es el asiático. Este escalador<br />

vallisoletano, que mamó el ciclismo desde bien<br />

pequeño y se hizo corredor en el seno de la factoría Victor<br />

Sastre, tiene unas cualidades que le hacen muy singular.<br />

Tales como su hiperactividad en las redes sociales,<br />

cercanía para con el aficionado y originalidad en cuanto<br />

a imagen se refiere. Un tipo agradable que mantiene un<br />

estilo que le podría facilitar<br />

ser el quinto mosquetero.<br />

Por otro lado, tenemos al<br />

ermuarra Peio Goikoetxea,<br />

que responde a un perfil de<br />

ciclista bien diferente. El común<br />

denominador de estos<br />

dos hombres es que comparten<br />

una bonita afición como<br />

es el ciclocrós. Una modalidad invernal en la que Pujol<br />

está dejándose ver en las últimas temporadas y en la<br />

que Goikoetxea llegó a competir con la selección juvenil<br />

española en el mundial de Tabor-Chequia 2010. En el barro<br />

acaba cualquier similitud entre Peio y Oscar, Oscar y<br />

Peio. Ya que el vasco es un rodador nato, dotado de una<br />

buena punta de velocidad, colocándose al otro extremo<br />

del abanico ciclista; y enfrente la ligereza y facilidad para<br />

la subida del pucelano.<br />

Tras destacar como un junior ultracombativo, Peio evolucionó<br />

en el campo amateur dando pasos firmes y seguros.<br />

Debutó en el campo aficionado de la mano del<br />

Debabarrena eibarrés desde donde saltó a uno de los


Barra libre<br />

equipos con más solera del panorama nacional, y a su<br />

vez de los que más ciclistas ha surtido al pelotón profesional,<br />

el Cafés Baqué. Tras defender los colores de la<br />

formación del duranguesado, fue reclutado para la emergente<br />

escuadra de la comarca del Goierri, Ampo. Con<br />

estos colores, sacó a relucir todo su potencial, volviendo<br />

a confiar en sí mismo y de paso pudiendo disfrutar de<br />

varias victorias e incluso de una temporal cesión a Caja<br />

Rural para disputar la Vuelta a Toledo. Todo lo cual le permitió<br />

encontrar acomodo en un destino ciclista tan poco<br />

común como de moda: el colombiano.<br />

Repasando la trayectoria del más veterano de los dos en<br />

seguida nos damos cuenta de que Oscar es todo un superviviente<br />

del ciclismo. Por consecuencia o por necesidad<br />

es un buen conocedor de un ciclismo en auge como<br />

es el del continente más poblado del mundo, Asia. Mister<br />

Pujol, atesora experiencia en formaciones que abarcan<br />

casi todas las regiones asiáticas: desde la occidental con<br />

el Sky Dibe Dubai, pasando por la zona meridional en<br />

la que formó parte del Azad University Cross iraní, el<br />

sudeste asiático defendiendo los colores del Polygon<br />

Sweet Nice indonesio o la oriental donde está teniendo<br />

mayor eco su carrera, primero con RTS Racing Team<br />

taiwanés y actualmente liderando al Team Ukyo japonés.<br />

Todo esto le ha hecho dueño de un curioso palmarés y<br />

vivencias únicas, compitiendo en carreras de lo más curiosas<br />

como en Indonesia, donde destaca la gran afluencia<br />

de público no sólo en las zonas de meta sino a lo<br />

largo de todo el recorrido. Además de disfrutar de un<br />

gran seguimiento por parte de la prensa a todos los niveles<br />

y haciendo que los diferentes ciclistas sean realmente<br />

conocidos en el país. A su vez, echa por tierra el mito<br />

de que las victorias fuera de Europa se regalan ya que<br />

correr se corre en todos lados.<br />

Especialmente destaca el constante crecimiento del ciclismo<br />

en Japón, donde existen hasta nueve equipos<br />

“Superado el vértigo de ‘hacer<br />

las ‘Americas’ desde el principio<br />

se sintió muy acogido”<br />

continentales con posibilidad de que alguno pase a Continental<br />

Profesional en un futuro cercano. El hecho de<br />

que ya se oteen los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 en<br />

el horizonte le ha dado un buen espaldarazo al ciclismo<br />

nipón. País éste en el que tiene lugar un tipo de carreras<br />

un tanto curiosas: las “HillClimb”. Estas carreras se asemejan<br />

a una cronoescalada, con la salvedad de que sale<br />

todo el pelotón a la vez y se sube en frio. El mismo formato<br />

de competición que tenían antes dos subidas muy<br />

conocidas en el calendario amateur vasco, como son las<br />

subidas a Gorla y Urraki.<br />

Además, los ciclistas disputan un tipo de competiciones,<br />

o mejor dicho calendario, al más puro estilo de la extinta<br />

Copa del Mundo o la Copa de Francia que actualmente<br />

sigue en marcha. La competición se llama Japan Tour.<br />

Según nos cuenta nuestro aventurero protagonista, disputar<br />

el Japan Tour requiere estar durante todo el año<br />

a tono ya que finaliza en octubre. Por lo que luchar por<br />

él no te deja coger un pico de forma realmente alto en<br />

ningún momento de la temporada, primando ante todo<br />

la regularidad. Cosa que ha desechado en el presente<br />

ciclo, buscando un momento álgido en los tours de Japón<br />

y Kumano, así como los campeonatos de España.<br />

La aventura de nuestro otro compañero, nos lleva hacia<br />

el otro extremo del globo: Latinoamérica.<br />

He de reconocer que cuando leí la noticia del paso de<br />

Peio Goikoetxea a profesionales de la mano del equipo<br />

colombiano Manzanas Postobón me sorprendió y alegró<br />

a partes iguales. Colombia, a diferencia de otros paises,


Barra libre<br />

es dueña de un ciclismo con una cantera realmente productiva<br />

y fruto de ello un tanto autárquica. Por lo que<br />

ver a corredores europeos formando parte de sus equipos<br />

es algo que llama la atención. De hecho Oscar Sevilla<br />

desde 2011, Javier Pascual Llorente, Francesc León,<br />

Aitor González y Eligio Requejo con el Avianca-Telecom<br />

de 1998 o Luis Pasamontes en el Movistar Continental<br />

en 2012 son algunos de los nombres que se nos pasan<br />

por la cabeza.<br />

Pese a todo, a principios de temporada<br />

este rodador vizcaíno se estrenaba<br />

en tierras colombianas tomando parte<br />

en la vuelta al Valle del Cauca. En<br />

seguida dejó clara cuál era<br />

su carta de presentación:<br />

la combatividad. Cualidad a<br />

la que siempre ha sido fiel<br />

y que le proporcionó poder<br />

llevarse la clasificación general de la<br />

montaña en una carrera plagada<br />

de colombianos, algo<br />

cuando menos curioso.<br />

Tras hablar con Peio te<br />

queda claro desde un<br />

principio que destaca<br />

lo bueno de la experiencia<br />

en una formación,<br />

cuyo eslogan es “por un ciclismo<br />

ético”.<br />

Superado el vértigo que le supuso el hecho de “hacer las<br />

américas”, desde el principio se sintió muy bien acogido.<br />

Pudo disfrutar de una gastronomía y cultura diferentes,<br />

así como de entrenamientos a tres mil metros de altura,<br />

algo imposible en Europa. Aunque como anécdota curiosa<br />

siempre se acordará de cuando antes de empezar<br />

uno de los primeros entrenamientos de equipo todos<br />

los miembros del mismo se pusieron a rezar.<br />

Salvo la incursión en la Vuelta al Valle del Cauca, el resto<br />

de temporada lo realizó en Europa, llegando a correr<br />

pruebas de casa como Amorebieta u Ordizia. Algo que le<br />

llamo la atención sobremanera del ciclismo colombiano<br />

fue el ritmo alocado de carrera, nada que ver con el<br />

europeo, y que se corre con el corazón, dejando la estrategia,<br />

digamos que, a un lado. Otro hecho sorprendente<br />

fue que los ciclistas desde su<br />

primer año amateur compiten<br />

contra los mejores<br />

equipos y ciclistas del<br />

país. En Colombia no<br />

hay equipos Profesionales<br />

Continentales, ni World<br />

Tour. Por lo que los Continentales<br />

y Amateur pueden<br />

hacer un mismo calendario<br />

todo el año ya que no hay carreras<br />

de categoría superior<br />

a 2.2. Esto obliga a madurar<br />

antes al ciclista, a que se curta<br />

desde joven o a que el que<br />

no aguante el ritmo acabe por<br />

dejar el ciclismo más pronto.<br />

Duro pero cierto.<br />

Desde estas líneas me gustaría<br />

agradecer a ambos dos,<br />

Peio y Oscar, Oscar y Peio, por el<br />

tiempo que les hemos robado y<br />

de paso hacernos eco de su experiencia.


PEKÍN 2008<br />

Un sueño hecho realidad<br />

por Yon Suinaga<br />

Durante aquellas olimpiadas algo mágico sucedió y el sueño<br />

se cumplió, Leire Olaberria subió al pódium y se colgó la medalla<br />

de bronce en la prueba de puntuación. Revivimos aquel<br />

maravilloso momento con la pistard guipuzcoana.<br />

EL CAMINO OLÍMPICO<br />

Llegar a participar y competir en unos Juegos es complicado<br />

y depende de muchos factores. Leire explica que<br />

«en una clasificación olímpica no solo cuenta el nivel físico<br />

que tengas, sino que también las circunstancias que se<br />

te den. Necesitas tener dos años limpios de lesiones, sin<br />

problemas ni nada. Durante la clasificación, Gema Pascual<br />

era la mejor corredora nacional y en las Copas del<br />

Mundo el objetivo era hacerlo las dos lo mejor posible.<br />

Ella tuvo una infección de oído que la hizo bajar su rendimiento,<br />

entonces el mundial de puntuación, como corre<br />

una por país, lo corrí yo y fui cuarta. Un cuarto puesto<br />

que todo el mundo me decía: “¡Pufff… qué pena!”, pero<br />

para mí fue uno de los cuartos puestos, que he hecho<br />

muchos, más agradables que he tenido porque significaba<br />

conseguir una clasificación para unos Juegos, que la<br />

verdad es que cuando empecé a montar en bici era algo<br />

impensable. En unos Juegos Olímpicos todo es diferente,<br />

no por dificultad porque para nosotras la dificultad es<br />

la misma que en un Campeonato del Mundo, pero es<br />

diferente en cuanto a repercusión, en cuanto a peso…<br />

El Comité Olímpico, la federación… todo el mundo vive<br />

para hacerlo bien ese día y es cada cuatro años».


Siguiendo la pista<br />

PEKÍN 2008<br />

La de Ikaztegieta, que participaba por primera vez en<br />

unas Olimpiadas, comenta que «sí que es verdad que<br />

la primera vez te impacta un montón, es impresionante<br />

estar en la villa olímpica. Aparte de apasionarme lo que<br />

hago, soy una deportista que me encanta ver deporte<br />

en la tele y no tengo un ídolo en concreto, pero admiro<br />

a muchísimos deportistas. En unos Juegos conoces a<br />

un montón de deportistas de tu país que no has tenido<br />

la oportunidad de coincidir con ellos. Me acuerdo<br />

de conocer en la villa olímpica a Nadal, que para mí, en<br />

cuanto a motivación, creo que es uno de los mejores<br />

ejemplos que puede tener cualquier<br />

deportista. Michael Phelps… unos deportistas<br />

así, de estos nombres gordos<br />

que dices: “Jamás voy a coincidir con<br />

ellos”, y en los Juegos es donde los<br />

ves, duermen en un apartamento igual<br />

que el tuyo y comen al lado… no sé,<br />

la verdad es que impacta. A día de hoy,<br />

la única pena que tengo es que en las<br />

dos olimpiadas que he estado no he<br />

podido estar ni en la gala de inauguración<br />

ni en la de clausura, por todas<br />

las horas que supone de estar de pie,<br />

por todos los cuidados que tenemos<br />

para llegar allí».<br />

CONOCIENDO A LEIRE<br />

La pistad guipuzcoana es mucho más que una Medalla<br />

Olímpica; es pódium mundialista, campeona de Europa,<br />

ganadora de pruebas internacionales y numerosas veces<br />

campeona nacional. Leire explica que «soy ciclista<br />

un poco por casualidad. El primer deporte que hice fue<br />

el atletismo, sin embargo en mi familia había tenido primos<br />

que eran ciclistas, mi padre nunca ha hecho ciclismo<br />

pero siempre ha sido un gran aficionado y, bueno, llega<br />

un momento en el que en el atletismo ya estaba un poquito<br />

aburrida. Estudiaba, trabajaba, hacía un montón de<br />

cosas y quería probar algo nuevo, algo diferente, y vino a<br />

nuestro grupo de entrenamiento un chico que era ciclista<br />

de pista y se empeñó mucho en que yo montara en<br />

una bici y mira, jeje… ¡Hasta el día de hoy!».<br />

SE ACERCA EL DÍA MÁGICO<br />

A pesar de que llegaba con el cuarto puesto logrado<br />

en los recientes mundiales celebrados en Manchester,<br />

Leire Olaberria confiesa que «no lo esperaba, soñarlo<br />

quizás sí, porque creo que nadie consigue nada sin que<br />

previamente lo tenga presente de que se pueda hacer.<br />

Pero bueno, no estaba entre las favoritas<br />

o no consideraba que lo estaba.<br />

Recuerdo mucho la noche anterior<br />

porque era una sensación de tantas<br />

emociones que no podía conciliar el<br />

sueño. Me acuerdo que el equipo fue<br />

a la Casa de España aquella noche a<br />

celebrar la medalla de Joan Llaneras y<br />

a mí me dijeron: “Pues nada, te quedas<br />

en la Villa Olímpica porque mañana<br />

corres”. Y me acuerdo que el equipo<br />

volvió, todas muy contentas de celebrarlo,<br />

y yo aún no había conseguido<br />

cerrar los ojos. Me acuerdo que llegado<br />

el día fui muy poco descansada al<br />

velódromo y siempre he considerado que no competí<br />

en las mejores condiciones, pero sin embargo, mira. Fue<br />

un día en el que tenía muy claro lo que quería hacer, lo<br />

intenté y salió bien».<br />

¡AHORA O NUNCA!<br />

El desarrollo de la prueba de puntuación fue bastante<br />

tranquilo, con apenas ataques, pero ese día las medallas<br />

estaban caras. Una joven Marianne Vos, que no entraba<br />

en los pronósticos, consiguió sacar una vuelta a las demás<br />

corredoras y asegurarse así la medalla de oro. Las favoritas<br />

se dedicaron a vigilarse unas a otras y se anularon


Siguiendo la pista<br />

entre sí de tal manera que la cubana Yoanka González<br />

sería la única de las que a priori optaban al triunfo que<br />

conseguiría colgarse una medalla, la de plata. La medalla<br />

de bronce no se decidió hasta el último suspiro y a ella<br />

optaban en la última vuelta corredoras como la veterana<br />

colombiana María Luisa Calle o la ucraniana Lesya Kakotovska,<br />

además de Leire que rodó durante toda la prueba<br />

en puestos cabeceros sumando puntos poco a poco: segunda<br />

en el primer sprint, tercera en el segundo, cuarta<br />

en el cuarto.... La cubana González lanzó el último sprint<br />

para asegurarse la plata y la pistad guipuzcoana se pegó<br />

a su rueda siendo segunda en el último paso por meta y<br />

desplazando así del tercer puesto a la colombiana Calle,<br />

que a pesar de terminar con los mismo puntos que Leire<br />

perdía la medalla por haber puntuado en menos sprints<br />

que la de Ikaztegieta. «Iba igualada con María Luisa Calle<br />

y fue ese último sprint el que me lo dio todo. Tengo muy<br />

claro también el momento en que se lanzó el sprint, el<br />

momento ese que dices: “¡Ahora o nunca!”», el sueño se<br />

había convertido en realidad.<br />

LÁGRIMAS DE EMOCIÓN EN EL PODIO<br />

Durante la entrega de medallas, las imágenes de una<br />

emocionada Leire sin poder dejar de llorar llegaban al<br />

corazón. «Fue todo muy impresionante y muy… no sé.<br />

Es como que siempre estamos preparados para la carrera,<br />

por tácticas, por físico, por todo lo que tienes que<br />

hacer, pero entonces no estaba preparada para aquel resultado.<br />

Las emociones explotaron, me acuerdo que me<br />

dio por llorar porque toda mi carrera deportiva siempre<br />

había sido una pelea constante de querer seguir siendo<br />

deportista y era como que el mundo me quería llevar<br />

por otro lado. El haber tenido en ciertos momentos<br />

ciertas personas que siempre creyeron en mí más de lo<br />

que he creído yo misma y el verme allí en ese pódium<br />

y acordarme de todo aquello fue como… Yo siempre<br />

digo: “Si aquel día el velódromo no llega a estar lleno de<br />

gente y hubiera estado yo sola, me hubiera tirado horas y<br />

horas llorando”. Tenía algo dentro que necesitaba sacarlo<br />

y aquel día explotó todo. Fueron momentos inolvidables,<br />

sé que aunque se dé otra medalla olímpica nunca va a<br />

volver a ser lo mismo. Creo que es algo que voy a guardar<br />

para siempre en mi interior».<br />

Junto a la de Ikaztegieta, en lo más alto del podio con<br />

la medalla de oro al cuello, nada más y nada menos que<br />

La Campeonísima. «¡La gran Marianne Vos! Pues fíjate en<br />

la evolución que ella ha tenido desde entonces, siempre<br />

ha sido una corredora muy agresiva y muy ambiciosa. La<br />

admiro, aparte de por cómo es, porque no pierde esa<br />

ambición y esas ganas de ganar, porque a veces cuando<br />

una va consiguiendo sus sueños es como que hay ciertos<br />

momentos en los que la motivación, quizás, se puede<br />

apagar. He vuelto a coincidir este año corriendo con ella<br />

en unas World Series, seguramente desde ese día no habíamos<br />

vuelto a coincidir corriendo juntas, y sigue siendo<br />

una corredora espectacular. Su evolución ha sido más<br />

para la carretera que para la pista y creo que ya desde<br />

entonces todos sabíamos lo que Marianne Vos podía ser<br />

en la historia del ciclismo. Creo que aún le quedan muchos<br />

capítulos a Marianne Vos y siempre digo que dentro<br />

de unos años podré decir que he coincidido con ella, con<br />

Laura Trott, con Sarah Hammer… que pienso que, quizás,<br />

es lo mejor en la historia del ciclismo femenino».


Siguiendo la pista<br />

REACCIONES Y FELICITACIONES<br />

La de Ikaztegieta relata cómo fueron los momentos<br />

de locura que siguieron a la consecución de la medalla.<br />

«Me acuerdo que la primera reacción fue de hablar con<br />

mis seres más cercanos, pero luego empezó a sonar mi<br />

teléfono y hubo un momento en el que ya me asuste.<br />

Además, con el cambio de horario cuando para mí era<br />

de día, aquí era de madrugada. Dije: “Puf… no sé qué<br />

pasa aquí, pero yo no estoy preparada para tanto jaleo”,<br />

entonces, una vez que hablé ya con mi familia, con mis<br />

amigos, entrenadores y el círculo más cercano, corte un<br />

poco porque me sobrepasó un poquito la dimensión de<br />

todo aquello. Por mi parte, como deportista, no sabes la<br />

dimensión que coge aquello. Te felicita, no sé cómo decirte…<br />

no sé, desde la Casa Real, que para ti aquello es algo<br />

como que no va contigo, a todo tipo de instituciones.<br />

Aparece gente en tu vida que hacía un montón de años<br />

que habías desconectado de ellos y de repente en un<br />

momento tan bonito para ti aparecen. Me acuerdo que<br />

hubo muchas sorpresas bonitas y me acuerdo que mi<br />

respuesta siempre era de: “Gracias por compartir este<br />

momento conmigo”, porque realmente era un momento<br />

en el que para mí fue bonito el que apareciera gente<br />

que hacía ya tanto tiempo que no tenía señal de ellos. La<br />

verdad es que fue súper agradable».<br />

PUNTO DE INFLEXIÓN<br />

La pistard guipuzcoana reconoce que «hubo un antes y<br />

un después, lo veo como un punto de inflexión muy importante<br />

en mi carrera, sobre todo en cuanto a recursos<br />

y en cuanto a sponsors. A raíz de ese día todo fue más<br />

fácil, en vez de ir tú a buscar a los sitios, la gente venía<br />

a buscarte a ti, y eso cambia mucho la situación. Viendo<br />

un poco cómo son las cosas en el ciclismo femenino<br />

nacional pues, evidentemente, te da una trayectoria que<br />

de otra manera no hubiera sido posible. Quizás, fue el<br />

momento perfecto para mí también, porque gracias a<br />

eso luego he podido desarrollar una carrera deportiva<br />

larga. Estoy en el punto ese de agradecimiento total, totalmente<br />

agradecida a todo lo que me ha pasado, a los<br />

momentos buenos, a los malos… y sí que es verdad que<br />

en los momentos malos si no hubiera habido la ilusión<br />

de esa medalla y todo, seguramente hubiera sido difícil<br />

seguir adelante».<br />

LA MEDALLA VISTA CON EL PASO<br />

DEL TIEMPO<br />

Leire siente que «es muy difícil de expresarlo, y con el<br />

paso del tiempo más aún. Son memorias que guardo. Es<br />

verdad que el año 2008 hace ya tiempo que pasó, pero<br />

quizás también fue importante porque era una corredora<br />

que me faltaba un poquito de confianza y conseguí, quizás,<br />

lo más difícil al principio. No sé, es como que tienes<br />

una medalla olímpica y todo lo que haces a partir de ese<br />

día como que recobra el doble de valor. Luego ya entendí<br />

que teniendo una medalla olímpica pues me faltaban medallas<br />

mundialistas, que quería ser Campeona de Europa,<br />

que quería ganar una Copa del Mundo, que quería un<br />

arcoíris. Cosa que aún no lo he conseguido, jeje… pero<br />

bueno, de momento y siempre que haya oportunidades<br />

lo voy a intentar a muerte. Al mismo tiempo, llega ya un<br />

momento en el que se te recuerde solo por la medalla<br />

olímpica, deportivamente como que te da rabia. Has<br />

hecho un montón de cosas más, eres Medalla Olímpica,<br />

que es muy importante, pero has hecho cosas difíciles<br />

también y no se valora igual. Entonces, hay un momento<br />

en el que dices: “Bien, vale, tengo una medalla olímpica en<br />

mi casa, estoy feliz por ella, pero también hemos hecho<br />

muchas cosas como para que solo se nos recuerde por<br />

esos días”, entonces, bueno, tienes conflictos internos».


China sobre dos ruedas<br />

y a pedales<br />

por Noemí Rivera


Rutas bizarras<br />

Durante los 30 primeros años del régimen comunista<br />

chino, cada ciudadano aspiraba a tener una<br />

bicicleta, un reloj de pulsera, una máquina de coser<br />

y una radio; señas de identidad del hombre moderno.<br />

La bicicleta se convirtió en un icono cultural de la China<br />

comunista, el vehículo del pueblo. Las ciudades empezaron<br />

a configurarse en torno a las dos ruedas y, para 1958,<br />

China ya producía más de un millón al año; era el reino<br />

de las bicicletas.<br />

Pero el furor por este transporte llegado de Occidente<br />

que cambió las vidas de tanta gente no tardó en decrecer,<br />

hasta el punto en el que en la década de 1980, la bicicleta<br />

era vista como el reflejo de una sociedad atrasada<br />

y un lastre para la modernización.<br />

Los chinos pronto empezaron a codiciar coches, símbolo<br />

de riqueza y poder de un país en imparable crecimiento<br />

económico. Así, durante las siguientes décadas, las carreteras<br />

chinas se fueron llenando de más y más coches, con<br />

los ojos siempre puestos en Occidente.<br />

Según un informe del Earthly Policy Institute, entre los<br />

años 1995 y 2005, los coches privados se duplicaron (de<br />

4,2 millones a 8,9 millones), mientras que la flota de bicis<br />

disminuyó en un 35% (de 670 millones a 435 millones).<br />

Pero a pesar del estigma que pesaba sobre la bicicleta,<br />

este medio de transporte no ha sucumbido al poder del<br />

motor y las cuatro ruedas. Reservadas a las clases más<br />

modestas de la sociedad, las bicicletas han convivido con<br />

los coches en las carreteras, abriéndose paso entre los<br />

tubos de escape durante los kilométricos e infernales<br />

atascos que a diario amenazan la calidad del aire de las<br />

ciudades.<br />

Hoy, China tiene el reto de volver a convertir las bicicletas<br />

en las reinas de la carretera si quiere que sus ciudades<br />

tengan un futuro más sostenible. La cultura hípster<br />

que también ha conquistado las ciudades chinas, pequeñas<br />

iniciativas a nivel local y los sistemas de alquiler de bicicletas<br />

compartidas impulsadas por las grandes ciudades<br />

están contribuyendo a la puesta en valor de la bicicleta<br />

como alternativa al coche incluso entre las clases más<br />

pudientes, pero aún hay un largo camino por recorrer.<br />

No solo se trata de una moda más que llega de Occidente,<br />

sino una solución para hacer de las ciudades lugares<br />

mejores en los que vivir.<br />

BICICLETAS SIN PEDALES<br />

En mitad del enjambre de vehículos que surcan las interminables<br />

calles de las principales ciudades chinas, recorriendo<br />

las callejuelas por las que es imposible transitar<br />

en coche, vehículos a pedales de todo tipo conviven con<br />

una nueva generación de bicicletas con motor. Se trata<br />

vehículos de pequeño tamaño, a mitad de camino entre<br />

una bicicleta y una moto, que están conquistando los corazones<br />

de los chinos más reacios a pedalear.<br />

Sí, la tradicional bicicleta se reinventa; ha perdido sus pedales<br />

y ahora se mueve gracias a un potente motor eléctrico,<br />

capaz de transportar incluso a una familia entera.<br />

Silenciosas y veloces, estas bicis eléctricas se han convertido<br />

en la alternativa sostenible ideal para quien quiere<br />

moverse más rápido y sin esfuerzo físico, pero no puede<br />

permitirse una moto. Incluso los característicos rickshaws<br />

antaño tirados por hombres y posteriormente por<br />

bicicletas han sucumbido al poder del motor eléctrico.


Estrenamos sección y lo hacemos con gran ilusión. Eso sí,<br />

aunque el título de la sección sea ambicioso, que nadie espere<br />

ninguna master-class sobre física o encontrar complicadas<br />

fórmulas matemáticas en estos textos. Lo que realmente<br />

buscamos es poder hablar sobre situaciones de carrera que se<br />

dan en el ciclismo y que vienen generadas por un efecto físico<br />

desencadenante. Es decir, la ciencia nos va a servir de punto de<br />

partida para poder explayarnos en contaros historias, que al<br />

final es de lo que se trata.<br />

VIENTO Y<br />

Cualquier aficionado a la bicicleta podrá atestiguar que uno de<br />

los fenómenos físicos más importantes en este deporte es el del<br />

efecto del viento y, en su interacción con los ciclistas la aerodinámica.<br />

Una ciencia sin lugar a dudas compleja, cuyos principios<br />

básicos y efectos los ingenieros aeronáuticos controlan a las<br />

mil maravillas pero sobre los que el resto de los mortales no<br />

tenemos tanto dominio. Pero bueno, tampoco es imprescindible<br />

ser ingeniero para conocer que el viento frontal representa una<br />

oposición en el avance del ciclista. Sabemos que es obvio, pero<br />

guardad este concepto en la mente por favor.<br />

En muchas ocasiones, se cree que los abanicos (no nos referimos<br />

a los de Locomía) en ciclismo son una situación más de<br />

carrera que acontece espontáneamente. Sin embargo, se trata<br />

de todo lo contrario, de una situación buscada y con un objetivo<br />

concreto que puede obtenerse bajo unas circunstancias definidas.<br />

Concretamente esas circunstancias son un viento fronto-lateral<br />

y un grupo de ciclistas con ganas de liarla como se suele<br />

decir en el mundillo del ciclismo.


Túnel del viento<br />

ABANICOS<br />

Y aquí es donde este maravilloso deporte nos permite relacionar<br />

unos principios físicos básicos con estrategia. Porque realmente<br />

el abanico no aparece por arte de magia, sino que un<br />

ciclista fuerte, secundado por un puñado de compañeros (bien<br />

de su mismo equipo o de unos cuantos proactivos en lanzar una<br />

escapada) lo crean cuando detectan las condiciones propicias,<br />

que como hemos comentado son la confluencia de un viento<br />

fronto-lateral en una zona desprotegida. En este momento el<br />

ciclista que lanza el abanico realiza un esfuerzo extra contra el<br />

viento para abrir un pequeño hueco con el pelotón. Dicho hueco<br />

es completado por los compañeros que se colocan en posición<br />

diagonal o en escalera en la carretera, estando realmente<br />

alineados a la dirección del viento (aquí está la clave gente).<br />

Con esta disposición inicial se consigue que los ciclistas en la<br />

diagonal estén protegidos de la oposición del viento, desgastándose<br />

menos que el resto del pelotón y consiguiendo normalmente<br />

abrir un hueco que irá incrementándose. Pero aquí falta<br />

algo todavía, porque según lo que hemos explicado hasta ahora<br />

cualquiera podría integrarse en esa formación y a funcionar. Claro,<br />

la carretera tiene un ancho finito por lo que no todos los<br />

ciclistas caben en la formación. Y si además esto lo complicamos<br />

colocando a un compañero de cierre, que ruede en el borde de<br />

la carretera evitando que los rivales se puedan integrar en la<br />

formación, tenemos lo que se suele denominar el cierre o llave<br />

del abanico.<br />

Ahora ya solo queda dar relevos al valiente que lanza la formación,<br />

sí, ese ciclista fuerte que ha estado realizando el esfuerzo<br />

extra para poder cortar el abanico del pelotón y ya tenemos<br />

una bonita escapada en grupo. Una estrategia de carrera que no<br />

se basa tanto en el estado de forma de los ciclistas como puede<br />

ser una escapada en montaña o en los kilómetros que queden<br />

a meta sino en la pericia del ciclista que lanza el abanico y en su<br />

equipo para detectar la situación de carrera propicia en relación<br />

con el viento y saber aprovecharla.


Únete a la<br />

#Squadra<strong>Punctatis</strong>


Yevgueni Berzin<br />

por Imanol González<br />

Yevgueni Berzin es el clásico ejemplo de atleta del<br />

este, con unas condiciones físicas fuera de lo normal,<br />

“descubierto” por esa picadora de carne que<br />

eran los entrenadores del régimen soviético. Forjado<br />

bajo una disciplina más que férrea, lo normal era lo que<br />

acabaría por ocurrir: un potencial explotado y esquilmado<br />

a pronta edad. Amén de una carrera deportiva mucho<br />

más corta y menos exitosa de lo que todos hubiéramos<br />

deseado.<br />

En el año 1991, en vísperas de los Juegos Olímpicos de<br />

Eufemiano Fuentes (perdón Barcelona´92), y contando<br />

con poco más de veinte años, este diamante en bruto<br />

acumulaba ya tres campeonatos de la URSS en la modalidad<br />

de ciclismo en pista. Así como otros tres entorchados<br />

mundiales de la misma disciplina. Como hemos<br />

comentado, un ejemplo claro, el ABC de lo que fue el<br />

deporte más allá del extinto Telón de Acero.<br />

Pese a estar preseleccionado para participar en la cita<br />

olímpica catalana diferencias de parecer, o más bien de<br />

carácter, con el entrenador de la escuela ciclista Lokomotiv<br />

de Leningrado le apartaron del equipo nacional.<br />

Lo que dejaba entrever la personalidad un tanto anárquica<br />

del rubio de Viborg que sería marca de la casa a lo<br />

largo de su carrera deportiva.<br />

La citada escuela ciclista se encontraba dirigida con<br />

mano de hierro por toda una leyenda del ciclismo soviético<br />

como era el autoritario Alexander Kuznetsov. El<br />

pequeño Yevgueni abandonaría así la formación con la<br />

que había conseguido los únicos campeonatos mundiales<br />

que lograría en toda su carrera deportiva. Su siguiente<br />

parada sería el equipo CSKA Moskvá con en el que se<br />

impondría en rondas por etapas de gran nivel amateur,<br />

como el Tour de Bretaña o la Carrera de la Solidaridad.<br />

Esto logros le posibilitaron dar el salto a profesionales<br />

en 1993 de la mano del equipo italiano Mecair –Ballan de<br />

Piotr Ugrumov, Alberto Volpi o il capo Moreno Argentin.<br />

En la primera toma de contacto de los dirigentes de la<br />

escuadra transalpina con nuestro protagonista se encontraron<br />

con un corredor muy maduro físicamente para<br />

sus veintidós años. Algo poco usual en la zona occidental<br />

europea. Junto a Berzin aterrizaba en la formación de<br />

Emanuele Bombini otro Sputnik procedente de la fructífera<br />

escuela soviética: el fugaz Vladislav Bobrik.


Enfants terribles<br />

El pájaro de Vladislav Bobrik fue una versión más escueta<br />

(en todos los sentidos) de nuestro protagonista de hoy,<br />

con una carrera menos duradera y un palmarés mucho<br />

menos brillante. Pese a ello, a Bobrik le dio tiempo de<br />

dejar su impronta en el pelotón. Muestra de ello es el<br />

Giro de Lombardia de 1994, en el que les levantó la cartera<br />

a Claudio Chiapucci y Pascal Richard (casi nada). Al<br />

finalizar dicha carrera Richard fue cuestionado por un<br />

periodista de la Gazzetta dello Sport sobre el potencial<br />

de Bobrik y su juventud. El campeón helvético respondía:<br />

“Bobrik es simplemente un listo que se ha aprovechado<br />

del trabajo de Claudio y mío”. Como acabamos de citar,<br />

la vida deportiva de Vladislav sería todavía más corta y<br />

menos fructífera que la de Berzin.<br />

Esa misma temporada de 1994, en la segunda temporada<br />

en la élite ciclista de ambos querubines venidos de la<br />

madre Rusia, el equipo cambió de patrocinador (pasaría<br />

a denominarse Gewis-Ballan) y tras acoger a varias figuras<br />

del extinto Ariostea, Berzin explotó deportivamente<br />

hablando. Todo esto coincidiendo con la aparición de la<br />

figura del doctore Michele Ferrari y sus métodos milagro<br />

que hicieron que aquel Gewis dejara al Sky de hoy día en<br />

poco más que la banda del Baranda.<br />

Aquella primavera del 94 resultó soberbia. Imponiéndose<br />

en una etapa del Criterium Internacional, cuando el tríptico<br />

galo era una carrera con mayúsculas y no el despojo<br />

en que lo ha convertido hoy día la UCI. Logró meterse<br />

al zurrón un clásico como es el Giro de los Apeninos y<br />

todo un monumento como la Lieja-Bastogne-Lieja.<br />

Además de formar parte junto a Moreno Argentin y<br />

Giorgio Furlan del denominado Gewis Epo Attack, en el<br />

que el equipo azulón copó el pódium de la Flecha Valona,<br />

destrozando a todos sus contrincantes. Del mismo<br />

modo que hubieran hecho trizas los controles antidoping<br />

si en aquella época la eritropoyetina hubiera sido<br />

detectable.


Enfants terribles<br />

Los más atrevidos le auguraban un buen Giro de Italia,<br />

aunque el sentido común no dejaba ver más allá de la<br />

enorme figura de Miguel Indurain en pos de su tercera<br />

maglia rosa. Nada hacía presagiar que la fórmula consistente<br />

en arrasar en la crono y aguantar en montaña del<br />

miembro de Banesto no acabaría por funcionar una vez<br />

más.<br />

Pero este pequeño corredor curtido en las tierras dominadas<br />

por el General Invierno, fruto de su combo fuerza-desparpajo<br />

poco común a su tierna edad, dejó con un<br />

palmo de narices a toda la afición española en general y a<br />

la dupla Unzué-Echavarri en particular, haciendo realidad<br />

algo que ni los ludópatas más temerarios se hubieran<br />

atrevido a apostar.<br />

Indurain lo intentaría pero ése no era su Giro (ni lo sería<br />

ninguno más), era la corsa rosa de Yevgueni Berzin y de<br />

un joven escalador orejudo venido al mundo en Cesena<br />

y que sobresalía tras la figura de Claudio Chiapucci. Este<br />

no era otro que Marco “il elefantino” Pantani.<br />

Yevgueni, formando parte de un equipo en el que andaba<br />

hasta el mecánico, dominó aquel Giro de forma insultante.<br />

Es reseñable que en la escuadra Gewis-Ballan se estaba<br />

fraguando a marchas forzadas todo un futuro campeón<br />

del Tour, el burro convertido en caballo de carreras<br />

Bjarne Rijs. La factoría Ferrari (no confundir con la de il<br />

caballino rampante) no paraba de producir. Poco o nada<br />

tenían en común ambas dos, salvo el rojo corporativo de<br />

la de los automóviles, el mismo de la sangre engordada<br />

a base de chutes y transfusiones que fluía llevando al extremo<br />

el trabajo de los diferentes corazones. Una labor<br />

digna del mismísimo doctor Menguele.<br />

De ahí en adelante la carrera del también conocido<br />

como Zar o Zarino, no fue ni por asomo lo que se presagiaba<br />

tras haber tumbado al mejor ciclista de grandes<br />

“Sangre engordada a base<br />

de chutes. Una labor digna<br />

del Doctor Menguele”<br />

rondas de los años noventa. Pasado un año de su gloriosa<br />

explosión, Berzin se presentó en la corsa rosa de<br />

1995 dispuesto a defender su número uno en propiedad.<br />

Todo lo ocurrido durante aquella edición del Giro<br />

de Italia guarda más parecido con una tragicomedia que<br />

con una carrera ciclista. Un espectáculo esperpéntico<br />

protagonizado tanto por nuestro rubio de moda como<br />

por su compañero de equipo: el letón y ex militar Piotr<br />

Ugrumov. La dupla de la Gewis se enzarzó en un enfrentamiento<br />

directo y personal, atacándose en lucha por el<br />

segundo puesto de la general. Todo esto ante la sorpresa<br />

e incredulidad de Tony Rominger y su Mapei-GB que<br />

dominaban la carrera a su antojo, portando el liderato<br />

desde la segunda etapa hasta el final en Milán.<br />

Eugeni lograría subirse al segundo cajón tras imponerse<br />

en la penúltima jornada de aquella corsa rosa, después<br />

de 190 kilómetros de batalla a cara de perro entre Pont<br />

Saint Martin y Luino.<br />

1996 sería el último fogonazo de calidad de Berzin. Lograría<br />

batir a Abraham Olano por tan solo un segundo<br />

en la única gran cronometrada del Giro de Italia. Aunque<br />

en la general se distanció de los primeros puestos consiguó<br />

entrar in extremis en el top-10 final.<br />

Al margen de su aparición en la gran ronda transalpina<br />

una etapa y dos días de maillot jaune, a lo que añadiremos<br />

la crono con meta en Vall-d´Isère, en el Tour de<br />

Francia fueron sus únicos logros del año. Todo ello dista<br />

mucho de los que se podía exigir a alguien llamado a


Enfants terribles<br />

mayor gloria en grandes vueltas por etapas y el ciclismo<br />

en general.<br />

De ahí en adelante la estrella rusa se apagó de golpe.<br />

Un ocaso sin atardecer. Lo más parecido a darle al off a<br />

un interruptor. De 1997 hasta el año de su retirada en<br />

2001, su vida deportiva marchó al ritmo de equipo por<br />

año y se caracterizó por lo único en lo que fue constante,<br />

su continua debacle. Fue en 1997 cuando realizó<br />

un nada fructífero asalto al Record de la Hora que<br />

entonces ostentaba el británico Chris Boardman. Pocas<br />

ganas y menos resultado. De este amago de record ya<br />

nos hicimos eco en el número uno de esta publicación,<br />

concretamente en el artículo sobre los intentos fallidos<br />

a la hora del dolor.<br />

Del heredero de la Gewis, el Batik-Del Monte, marchó<br />

en 1998 en dirección a Francia, donde Marc Madiot le<br />

ofreció el liderato de una Francaise Des Jeux a cambio<br />

de un buen puñado de francos. Demasiados para el rendimiento<br />

que ofreció a cambio. Una FDJ que poco tiene<br />

que ver con la filosofía de equipo que la mantiene hoy<br />

día. Tras realizar un atraco a mano armada y llenarse los<br />

bolsillos del maillot con todo el dinero que pudo, Berzin<br />

huyó para pasar a ser en 1999 uno de los torerillos de<br />

Miguel Moreno en el Amica Chips-Costa de Almería.<br />

Su camino hacia la retirada no tenía vuelta atrás. La caída<br />

al vacío no cesaba y en 2000 recayó en el modesto<br />

Mobilvetta Design. Este equipo tenía el clásico maillot<br />

formado por un conglomerado de quinientos cincuenta<br />

patrocinadores, entre los cuales podíamos encontrar el<br />

de Berzin Auto correspondiente al concesionario de coches,<br />

que a día de hoy mantiene nuestro amigo.<br />

Su vida personal estuvo continuamente salpicada de bulos<br />

y leyendas urbanas. Lo que unido a una vida deportiva<br />

en la que todo parecía llegar demasiado pronto, hizo que<br />

a los treinta años hubiera tocado todos los palos incluido<br />

el de la retirada.<br />

Abandonó el pelotón un hombre que dejó muchas deudas<br />

pendientes para con el aficionado. Y del que todo el<br />

mundo acabó pensando lo mismo, “no ofreció ni la mitad<br />

de ciclismo que albergaban sus piernas”.<br />

LOGROS DESTACADOS<br />

Giro d’ Italia 1994<br />

Liege-Bastogne-Liege 1994<br />

Cto. del Mundo Amateur persecución equipos 1988 y 1990<br />

Cto. del Mundo Amateur persecución individual 1990<br />

Cto. Rusia CRI 1994<br />

5 etapas Giro d’Italia 1994-1995-1996<br />

1 etapa Tour de Francia


Tubular vs Cámara<br />

HINAULT<br />

Episodios de su carácter<br />

por Raúl Ansó Arrobarren<br />

Para las y los aficionados más jóvenes, Bernard Hinault<br />

es ese señor que, en los pódiums de las carreras<br />

organizadas por la ASO ejerce de maestro de<br />

ceremonias. Un señor que en su día ganó cinco Tours,<br />

tres Giros y dos Vueltas. Y en reconocimiento a tales<br />

méritos, ejerce de imagen viva del Tour de Francia. Así,<br />

Hinault recibe al vencedor de etapa y líder de la carrera<br />

y los conduce tras la entrega de trofeos hacia las autoridades<br />

comarcales y locales. Esas personas que han decidido<br />

invertir el dinero en que Le Tour pase por su ciudad.<br />

¡Qué menos que contar con sus segundos de gloria! Y<br />

ahí está Monsieur Hinault, conduciendo al vencedor y al<br />

líder hacia esas personas para que les estrechen la mano.<br />

Diríase que Hinault hubiese nacido para eso. Para hacer<br />

de “quedabien” con todos. Pero no es así. Bernard Hinault,<br />

aparte de sus extraordinarios triunfos, fue un ciclista<br />

que durante su carrera deportiva demostró una y otra<br />

vez un marcado carácter y personalidad. De ello escribiremos<br />

hoy. Daremos preponderancia a los sucesos que<br />

consideramos más desconocidos, y pasaremos más de<br />

puntillas respecto a los más conocidos.<br />

“Le blaireau” debutó con los pros en 1.975 en el equipo<br />

Gitane, ni más ni menos que con Cyrille Guimard<br />

como director deportivo. Las victorias conseguidas en<br />

La Sarthe, Tour de L’Aude, Tour de Limousin y Paris-Vimoutiers<br />

le proporcionaron, ya en esos primeros años, la<br />

confianza necesaria en sí mismo. Pero sin duda, el hecho<br />

que definitivamente le permitió ubicarse, saber quién era<br />

realmente en el panorama ciclista francés y mundial, fue<br />

su sexto puesto en el Mundial de Ostuni de 1.976. Sexto<br />

del mundo y primer francés, nada más que a finales de<br />

su segunda temporada en el máximo nivel. Sólo Freddy<br />

Maertens, Moser, Constantino Conti, Zoetemelk y Merckx<br />

le habían superado. Y había llegado por delante de Jan<br />

Raas y Felice Gimondi. El bretón no había cumplido ni los<br />

veintidós años…<br />

Así que, cargado de todas estas razones que los resultados<br />

deportivos le conferían, y sobre todo por el carácter<br />

que ya de por sí tenía el joven ciclista, nuestro protagonista<br />

iba a ser capaz de desafiar ni más ni menos que a<br />

su jefe Guimard en su tercera temporada de profesional,<br />

todavía en el Gitane en 1.977. Guimard quiere que su


Tubular vs Cámara<br />

pupilo dispute el Tour de Flandes de ese año. El joven Hinault<br />

se niega. La discrepancia alcanza tal magnitud, que<br />

el director envía al bretón una carta con acuse de recibo<br />

“recomendándole” que acuda a Flandes. Finalmente no<br />

toma la salida. Hinault había impuesto su criterio ni más<br />

ni menos que frente a Guimard, y los resultados sólo<br />

unos cuantos días más tarde le iban a dar la razón.<br />

La Gante-Wevelgem se disputa ese<br />

año sólo dos días después de haberse<br />

corrido la Paris-Roubaix. Ni Maertens,<br />

ni Merckx ni De Vlaeminck son de la<br />

partida en Gante. Hinault lanza varios<br />

ataques desordenados que obligan a<br />

Guimard a acercarse a él para aconsejarle<br />

que se tranquilice. El ataque<br />

decisivo tiene lugar en Wervick, a 20<br />

kilómetros de meta. A partir de ese<br />

momento Hinault rueda en solitario y<br />

obtiene en meta nada más y nada menos<br />

que una ventaja de 1-42 sobre el<br />

italiano Algeri. La prensa y la afición todavía<br />

quieren más; le reprochan que no<br />

había tenido rivales de entidad<br />

en Gante. La ocasión pintaba<br />

calva cinco días más tarde en<br />

la “Doyenne”. Bajo unas condiciones<br />

climatológicas muy<br />

duras, Hinault bate en el sprint<br />

final a Dierickx, De Vlaeminck,<br />

Thurau, Maertens y Merckx.<br />

¿Alguna duda?<br />

Las pocas dudas que pudiesen quedar sobre su personalidad<br />

y su carácter iban a quedar difuminadas sólo un<br />

mes y medio más tarde durante el Dauphiné Liberé, el 8<br />

de Junio, en uno de los episodios más memorables de la<br />

historia de nuestro deporte. Recomendable ver el vídeo<br />

a quienes hoy todavía no lo hayan visto. En el descenso<br />

“Lanza varios ataques que obligan<br />

a Guimard a acercarse a él para<br />

aconsejarle que se tranquilice”<br />

de un puerto, la carretera descarnada, en una curva hacia<br />

la izquierda, el Caimán, vestido de amarillo, no puede<br />

controlar su bicicleta y se va por un barranco. La cámara<br />

lo pierde de vista. Instantes de tensión. No se sabe nada<br />

de él. La cámara sólo puede ofrecernos imágenes de un<br />

terraplén con arbolado. Pero en unos segundos, ayudado<br />

por sus mecánicos, y con una agilidad sorprendente, Hinault<br />

retorna a la carretera y se dirige a<br />

por una nueva bicicleta, puesto que la<br />

otra yace en el barranco. Hinault rueda<br />

nuevamente. Aunque parezca increíble,<br />

Hinault está de nuevo sobre una bicicleta,<br />

sólo 40 segundos más tarde de<br />

esa caída. No sólo eso, porque Bernard<br />

Hinault estaba a punto de demostrarnos<br />

que también es humano. Durante<br />

la ascensión, unos kilómetros más tarde,<br />

al Col de la Bastille, presa de temblores,<br />

echa pie a tierra y dice: “J’abandonne”.<br />

A pesar de ello, los mecánicos<br />

del coche que le acompañan no son<br />

capaces más que de seguir a sus propios<br />

instintos; saltan a por el ciclista,<br />

le empujan, le incitan a seguir<br />

adelante. Primero camina a pie<br />

con su bicicleta, obligado por<br />

sus auxiliares. Más tarde le<br />

montan sobre ella. Maniobra<br />

que reglamento en mano es<br />

una clara irregularidad, cobra<br />

en ese contexto un carácter<br />

épico. En un estado de semiinconsciencia,<br />

guiado sólo por<br />

su carácter ultra competitivo, Hinault se presenta en la<br />

cima por delante de Van Impe y Thévenet. El bretón gana<br />

el Dauphiné con una ventaja de 9 segundos sobre el líder<br />

de Peugeot.


Tubular vs Cámara<br />

Sin embargo, Hinault no sería de la partida en la Dauphiné<br />

del año siguiente, en 1.978. El bretón acaba de ganar<br />

unas semanas antes la Vuelta a España. Y para preparar su<br />

primera aparición en el Tour de Francia, elige la Vuelta a<br />

Suiza en lugar de Dauphiné. Por aquel entonces, la organización<br />

de esa carrera de junio no era la misma que la<br />

del Tour de Francia como es en la actualidad. La represalia<br />

de los organizadores es clara: si no acude Hinault a<br />

la salida, no admitirán tampoco a su equipo Renault-Gitane.<br />

La prueba atribuye puntos para el campeonato de<br />

Francia y se genera una gran polémica. El pulso se puede<br />

decir que lo volvió a ganar Hinault, ya que la Federación<br />

Francesa de Ciclismo decidió que esa prueba no fuese<br />

puntuable para el campeonato galo.<br />

Bernard Hinault había demostrado arrestos suficientes<br />

para enfrentarse a una gran carrera como la Dauphiné.<br />

¿Sería capaz de enfrentarse al mismísimo Tour de Francia?<br />

Un mes más tarde, el 11 de julio, íbamos a comprobar<br />

que también.<br />

El día anterior, 10 de julio, la etapa del Tour finaliza en Pla<br />

d’Adet. Los corredores se meten en sus camas sobre las<br />

once de la noche. Pero al día siguiente hay traslado. La<br />

etapa parte de Tarbes. Los despertadores suenan a las<br />

cuatro y media de la madrugada para poder llegar a la<br />

salida a tiempo. El malestar es generalizado y los ciclistas<br />

toman la salida pero ruedan a una media de 20 kilómetros<br />

por hora. Es Bernard Hinault, sin haber cumplido<br />

todavía los 24 años, quien, luciendo su maillot de campeón<br />

francés, ejerce de líder de aquel motín. El estupor<br />

se acentúa cuando los héroes de la ruta, conforme se<br />

acercan a la meta de Valence d’Agen, en lugar de acelerar<br />

su marcha deciden desmontar de sus bicicletas y entrar<br />

en meta a pie. En las históricas fotos del momento se<br />

puede apreciar al líder de la prueba Bruyere pasando<br />

totalmente desapercibido, así como Jan Raas… No hay<br />

duda de que quien lidera la revuelta es Bernard Hinault,<br />

acompañado a su izquierda por Freddy Maertens. El bre-<br />

tón no se esconde ni siquiera una vez concluída la etapa.<br />

Acepta reunirse con las autoridades del ayuntamiento<br />

de Valence d’Agen y organizar, en compensación a lo sucedido,<br />

un critérium en esa ciudad. Pese a su juventud,<br />

Hinault no se arredra por nada. La leyenda de Le Blaireau<br />

se acrecienta…<br />

El carácter del de Yffiniac era tal que, lejos de compañerismos<br />

más o menos hipócritas, metía presión a sus<br />

contrincantes con sus declaraciones. El día 7 de octubre,<br />

además del Giro de Lombardía, Moser e Hinault<br />

se disputaban el Super Prestige Pernod, la prueba que<br />

demostraba la regularidad internacional a lo largo de la<br />

temporada. Para vencer, a Hinault le bastaba con quedar<br />

en cualquier puesto inmediatamente posterior al del italiano.<br />

Y así, en los días previos Hinault manifestaba a la<br />

prensa: “Yo estaré pegado a su rueda. Si él ataca, yo le<br />

sigo. Si él se detiene a atarse los zapatos, yo me pararé<br />

también”. La victoria para el bretón esta vez no llegó.<br />

El sueco Johansson se interpuso e hizo segundo. Moser<br />

ganaba Lombardía, y con Hinault tercero, el transalpino<br />

se imponía también en el Super Prestige Pernod. Pese a


Tubular vs Cámara<br />

en ello. A través de unas carreteras y bosques nevados,<br />

el bretón protagonizó una fantástica cabalgada en solitario<br />

de 85 kilómetros y aventajó al segundo clasificado,<br />

el holandés Hennie Kuiper, en 9 minutos y 24 segundos.<br />

Bajo la nevada, Hinault estuvo a punto de bajarse de la<br />

bici, cosa que hicieron la mayoría de corredores aquel<br />

intempestivo día en el que sólo veinte llegaron a meta.<br />

En esos momentos de duda, Guimard se le acercó y le<br />

aconsejó que llegase por lo menos hasta el avituallamiento.<br />

El bretón se encontró por esos lares con uno de sus<br />

gregarios, Le Guilloux, y este hecho debió llegar directamente<br />

al centro de su orgullo. Si un gregario continuaba<br />

en carrera, ¿cómo no iba a continuar él? Si los demás<br />

no abandonaban, ¿por qué iba a abandonar él? Atacó en<br />

Haute-Levée y protagonizó esa histórica cabalgada. “La<br />

classe et le panache du champion”.<br />

Pero a veces, ese mismo carácter que le condujo a sonados<br />

triunfos, le llevó también a protagonizar episodios<br />

poco edificantes. Son sucesos más desconocidos, cuya<br />

única explicación es que al bretón “no le dio la gana” de<br />

hacer más, por decirlo de forma suave. Uno de ellos tuvo<br />

lugar el 18 de marzo de 1.981, durante la disputa de la Tila<br />

derrota, el carácter del bretón se volvía a manifestar,<br />

cuando, una vez bajado de la bicicleta, acusaba a los italianos<br />

en general de realizar maniobras ilícitas para propiciar<br />

su derrota.<br />

Dos años más tarde, el 13 abril de 1.980, el campeón<br />

galo tomaba la salida en la Paris-Roubaix. Moser se va<br />

por delante y sólo Duclos Lasalle y Thurau hacen alguna<br />

tentativa de oponerse al campeón italiano. Por su parte,<br />

Hinault sufre pinchazos en persecuciones vanas para enlazar<br />

con Willems y Peeters. Está asqueado y denosta a<br />

Jacques Goddet: “No me vuelven a pillar. Es la última vez<br />

que yo vengo aquí”. Una vez que se ha bajado de su montura,<br />

todavía no está calmado: “Verdaderamente, ésta no<br />

es una carrera que mi inspire. La palabra “carrera” es<br />

demasiado fuerte para denominar a esto. Es una mezcla<br />

de ciclismo y ciclo-cross. En una palabra, esta carrera es<br />

una tontería “.<br />

Es el 20 de abril de 1.980 e Hinault toma la salida en<br />

la Lieja-Bastogne-Lieja. Lo sucedido aquel día es ya bastante<br />

conocido y por eso no nos centraremos mucho<br />

Otro episodio también muy conocido es su actuación en<br />

el Mundial de Ruta de Sallanches. Tras su abandono en el<br />

Tour de 1.980, la afición, la prensa, algunos de sus rivales…<br />

dudaron ya acerca de su recuperación. Le Blaireau<br />

les respondió sobre el asfalto de la forma ya harto sabida,<br />

por lo que tampoco nos extenderemos más.<br />

“Si un gregario continuaba<br />

en carrera, ¿cómo no iba a<br />

continuar él?”


Tubular vs Cámara<br />

rreno-Adriático. En una jornada de frío y lluvia, la carrera<br />

atraviesa los Abruzzos. Saronni abandona rápidamente<br />

pensando ya en la muy próxima Milan-San Remo. Los<br />

Zoetemelk, Peeters, Knetemann e Hinault no abandonan,<br />

pero “pasan” absolutamente de la carrera. Hinault, enfundado<br />

en un chubasquero, junto a un grupo muy grande<br />

de ciclistas con la mayoría de los favoritos, rueda a una<br />

velocidad muy poco profesional. La victoria en la meta de<br />

Nereto se la adjudica el italiano Ranieri Gradi. El pelotón<br />

de Hinault llega ¡treinta y dos minutos más tarde! Están<br />

fuera de control. El organizador se niega a pagarles el<br />

hotel esa noche…<br />

No le fueron muy bien las cosas al bretón esa semana<br />

por la península italiana. Si el año pasado Hinault ya había<br />

arremetido contra la Paris-Roubaix, ahora le iba a<br />

tocar el turno a la Milan-San Remo. Tres días más tarde<br />

de lo sucedido en la Tirreno se disputaba la “Clasiccisima”.<br />

Esta vez sí, Hinault rueda motivado en las primeras<br />

posiciones del pelotón cerca ya de la ascensión al Poggio.<br />

“De repente, me he encontrado en el suelo, en un<br />

estruendo de bicis que se entrechocaban. De la manera<br />

que van las cosas, en la salida del año que viene en Milan<br />

seremos cuatrocientos corredores. Esto es como jugar<br />

a la lotería…”<br />

A pesar de sus afirmaciones del año anterior, Hinault,<br />

ataviado con el maillot arco irís, se plantaba nuevamente<br />

en la salida de la Paris-Roubaix. Y tras tres caídas y dos<br />

pinchazos, se alzaba con la victoria en el velódromo de<br />

la ciudad textil. No pareció que el bretón disfrutase en<br />

ningún momento de la experiencia. Corrió como una<br />

obligación sobrevenida. Pensando en otros más que en sí<br />

mismo. Para acallar bocas. Cada vez que se cayó o pinchó,<br />

Hinault se esforzó en capturar de nuevo a la cabeza de<br />

carrera. En esa aparente facilidad con que volvía a conectar,<br />

Hinault demostraba su aplastante superioridad sobre<br />

sus rivales; pero a la vez denotaba no estar en su hábitat<br />

natural. En la meta, el bretón se imponía a De Vlaeminck<br />

y Moser. Había cubierto el expediente. Nadie le podría<br />

ya reprochar nada.<br />

Louison Bobet, ganador entre otras cosas de la Paris-Roubaix<br />

de 1.956, siguió esta jornada a invitación de<br />

“Le Parisien” y de “L’Equipe”. Estas eran sus palabras: “Yo<br />

le creía poco inspirado para esta carrera. Pero Hinault<br />

tiene mucho carácter. Le he observado mucho a lo largo<br />

de la jornada, pero la imagen que yo podría guardar<br />

de él sería la de un corredor desengañado que hipaba y<br />

maldecía, perdido como estaba en esos momentos entre<br />

dos pelotones. En ese preciso momento yo creía que iba<br />

a renunciar. Pero he mirado la aguja del velocímetro y he<br />

comprendido que él iba realmente muy rápido”.<br />

¿Qué institución faltaba de ser objeto de las iras de Bernard<br />

Hinault? Pues por ejemplo la Federación Francesa<br />

de Ciclismo. A ésta le llegaría su turno en agosto de 1.982,<br />

en vísperas del Mundial de Goodwood en Inglaterra. En<br />

el criterium post Tour de Callac ocupan las tres primeras<br />

posiciones Hinault, Bernaudeau y Vallet. La Federación,<br />

precisamente por ocupar esas primeras plazas, les


Tubular vs Cámara<br />

quiere someter a unos controles anti<br />

dopaje a los que los ciclistas se niegan.<br />

Cómo no, las posturas más enconadas<br />

y virulentas las protagoniza el de Yffiniac.<br />

La Federación decide sancionar<br />

a los ciclistas por negarse a pasar los<br />

controles y los ciclistas amenazan, en<br />

represalia, con no acudir a defender el<br />

maillot tricolor en el inminente Mundial<br />

de Goodwood. La víspera de la<br />

salida de la expedición francesa hacia<br />

la gran isla británica tiene que ser el<br />

mismísimo Jacques Anquetil el que<br />

acuda al propio domicilio de Hinault.<br />

Anquetil actúa de intermediario con<br />

la propia Federación, que se puede<br />

decir que ha terminado “pasando por<br />

el aro” y ha tenido que suplicar al bretón que acuda a<br />

Inglaterra. Hinault finalmente acepta disputar el mundial<br />

inglés.<br />

¿Quién faltaba ahora? ¿Tal vez su propio equipo? Doce<br />

meses más tarde, agosto de 1.983…<br />

este acto tan simple fue reprochado<br />

públicamente e in situ por Guimard.<br />

A pesar de su silencio momentáneo,<br />

Hinault ya sabía que no había vuelta<br />

a atrás. Previamente a ese episodio, el<br />

invierno anterior, durante unas vacaciones<br />

en Senegal organizadas por la<br />

gerencia del equipo Renault, Hinault<br />

estuvo a punto de romper con todo.<br />

Fue su esposa Martine quien supo y<br />

pudo reconciliar, temporalmente, la<br />

situación. En esta separación, los periodistas<br />

también recibieron su puyita:<br />

“Cuando un corredor de Renault<br />

gana, los periodistas tenéis demasiada<br />

tendencia a creer que es Guimard<br />

quien gana. Pero son los ciclistas quienes<br />

pedalean”.<br />

Hinault fichó posteriormente por La Vie Claire. Ganó el<br />

Tour de 1.985. Quiso ganar el de 1.986; su carácter ultracompetitivo<br />

le llevó a intentar romper el pacto con Tapie<br />

y LeMond. Este es un episodio ya bastante conocido…<br />

“Cuando yo he pedido a la gerencia de Renault de elegir<br />

entre Guimard o yo, ya sabía que elegirían a él. En<br />

realidad, hace ya mucho tiempo que Guimard y yo nos<br />

separamos”. Así, el anuncio oficial de Renault de que<br />

Guimard e Hinault bifurcaban sus caminos, realmente<br />

no sorprendió a nadie. Desde hacía tiempo Hinault no<br />

soportaba el autoritarismo de su director deportivo y<br />

reclamaba su derecho a la palabra.<br />

A pesar de que “Le blaireau”<br />

en aquél momento calló<br />

y no dijo nada, el momento<br />

definitivo de la ruptura fue una<br />

vez, en un restaurante, delante<br />

de cientos de personas. Hinault<br />

bebió una copa de vino y<br />

“Desde hacía tiempo Hinault<br />

no soportaba el autoritarismo<br />

de su director deportivo”<br />

Llegó el 9 de noviembre de 1.986 y con él el ciclo cross<br />

de Quesnoy. El famosísimo speaker Daniel Mangeas grita:<br />

“Atenttion il arrive. Ça y est! Il a fini, il raccroche! Bernard<br />

Hinault raccroche!”. Veinte mil personas acuden al<br />

evento. Personas anónimas y reconocidas personalidades,<br />

reunidas para despedir la carrera deportiva del campeón<br />

de Yffiniac. Entre los olores a moscatel y salchichas<br />

que acompañan la fiesta que<br />

en su honor se ha organizado,<br />

entre la música de la fanfarre y<br />

las majorettes, Hinault ya ejerce<br />

de maestro de ceremonias<br />

cortando el pastel y sirviendo<br />

el aperitivo.


La mafia ciclista<br />

por Juan Ramón Cendrero<br />

Se entiend<br />

e<br />

por mafia un grupo<br />

de malhechores<br />

organizado para la comisión<br />

de actos delictivos.<br />

La pregunta que se plantea es<br />

qué tiene que ver este asunto en<br />

una revista de ciclismo. En realidad,<br />

nada, salvo que en el ciclismo también<br />

existe el fenómeno de la mafia. Muy distinta<br />

al hampa tal y como se la conoce, claro<br />

está, pues no se secuestra a ciclistas o directores<br />

deportivos, ni se dan casos de trata de blancas<br />

o de tráfico de billetes falsos, pero es indudable de<br />

que se trata de una mafia, al fin y al cabo.<br />

En una primera aproximación podríamos pensar que al<br />

hablar de la mafia ciclista nos estamos refiriendo a la<br />

UCI y a sus cúpulas dirigentes. Y no andaríamos desencaminados,<br />

puesto que en los años nefastos del ciclismo<br />

reciente, en los que había logrado hacerse con los resortes<br />

del poder un núcleo directivo encabezado por<br />

Hein Verbrugge y su sucesor en el cargo Pat Mcquaid, se<br />

puso en marcha un sistema fundamentado en los intereses<br />

económicos, el tráfico de influencias y el nepotismo,<br />

un sistema del que se benefició Lance Armstrong, aunque<br />

no fue el único. Para, se supone, aclarar todo lo sucedido<br />

en ese periodo aberrante, el actual presidente, Brian<br />

Cockson, puso en marcha una Comisión por la Verdad y<br />

la Reconciliación que dio a luz un informe de conclusio-


Farolillo Rojo<br />

nes que no fue otra cosa sino papel mojado. La mafia o<br />

no mafia; o lo que fuera aquello que dirigió la UCI durante<br />

aquellos años se quedó sin castigo.<br />

Pero, bueno, no era esa la mafia a la que queríamos referirnos,<br />

sino a otra que en lugar de engalanarse con traje<br />

y corbata se viste con maillot y culotte y campa a sus<br />

anchas en determinadas regiones y países. La más conocida<br />

de ellas es la que opera en Francia en el campo<br />

amateur. Si acudimos a la versión gala de la Wikipedia nos<br />

encontraremos con la expresión: “ser de la mafia” que se<br />

define como “formar parte de un grupo de corredores<br />

de diferentes equipos, pero aliados de circunstancias, y<br />

cuyo interés es no dejar ganar carreras a los otros ciclistas”<br />

En este enunciado falta un elemento esencial y es<br />

que esos corredores que se comportan como gángsters<br />

se reparten el botín obtenido tras la rapiña.<br />

Se tiene constancia de la existencia de la mafia desde<br />

tiempo inmemorial. El ciclismo, a diferencia de otros deportes,<br />

siempre fue una disciplina remunerada, incluso en<br />

el escalón amateur. De toda la vida se ha incentivado a<br />

los participantes con el pago de premios según el resultado<br />

en la meta, pero también con primas en los pasos<br />

de montaña, metas volantes y otros “puntos calientes”.<br />

Esta costumbre tan arraigada dio lugar a que determinados<br />

corredores reunidos en conciliábulo decidieran que<br />

no tenía sentido batallar por unos billetes si se podía hacer<br />

una bolsa común y repartirse el producto del saqueo.<br />

Y así es como nació la mafia ciclista.<br />

Para ser exactos, no se debe hablar de mafia en singular,<br />

sino en plural, por cuanto no se trata de una sola organización,<br />

sino de una multiplicidad de grupos que se fueron<br />

desarrollando de manera independiente en diferentes<br />

regiones, de modo que cada uno de ellos actuaba en una<br />

zona en concreto y permitía que los otros se dedicaran<br />

al pillaje en la comarca que les correspondía. Un detalle<br />

que asemeja a la mafia ciclista con la de verdad, pues en<br />

“No tenía sentido batallar<br />

por unos billetes si se podía<br />

hacer una bolsa común”<br />

el código de honor de ésta también se establecen zonas<br />

de influencia que no deben ser invadidas por la banda<br />

rival.<br />

Para comprender cómo surgieron estos clanes es preciso<br />

explicar que el ciclismo aficionado francés estaba<br />

integrado por una gran abundancia de clubes con pocos<br />

corredores en cada uno de esos equipos. Existían<br />

también escuadras con una plantilla amplia, pero eran<br />

mayoría los conjuntos que se presentaban en la línea de<br />

salida con tres o cuatro miembros o incluso con uno<br />

solo. Por otra parte, era muy frecuente que los ciclistas<br />

continuaran en activo a edades avanzadas y que los<br />

profesionales que no encontraran equipo en el escalafón<br />

superior bajaran a la categoría inferior, con la intención<br />

principal de seguir ganándose la vida dando a los pedales.<br />

Corredores experimentados, precisados de entenderse<br />

y con ánimo de obtener dinero fueron los ingredientes<br />

que conformaron lo que se dio en llamar la mafia ciclista.<br />

El modus operandi de estos clanes era muy sencillo. Algunos<br />

de los corredores más fuertes de la región, curtidos<br />

en mil batallas, a veces incluso colegas de entrenamiento<br />

y otras veces e xcompañeros de equipo se ponían de<br />

acuerdo para repartirse las carreras y los premios que<br />

se derivaban de ellas. Los componentes de estos grupos<br />

organizados controlaban las escapadas y permitían únicamente<br />

las fugas en las que estuviera presente más de uno<br />

de los integrantes de la banda. Dos o incluso tres. Luego,<br />

una vez decidida la carrera en favor de los hombres que<br />

abrían la carrera, los aliados que se quedaban en el gran


Farolillo Rojo<br />

grupo entorpecían<br />

la persecución,<br />

mientras los<br />

que estaban delante<br />

masacraban a ataques<br />

a los acompañantes<br />

que no formaban parte<br />

de la mafia hasta que uno<br />

de los integrantes de ésta<br />

conseguía irse en solitario. A<br />

veces no era necesaria tanta<br />

sofisticación si en la avanzadilla<br />

había entrado el más rápido<br />

del hampa local, pues en ese caso<br />

bastaba con que los otros miembros<br />

del gang le lanzaran el sprint<br />

como si fuera un treno cualquiera.<br />

Había una variante en la forma de proceder<br />

de la mafia. En ocasiones entraba<br />

en la escapada un corredor del club organizador,<br />

generalmente un chaval joven con<br />

proyección, deseoso de impresionar a sus<br />

padres, novia y presidente del comité local.<br />

En esos casos, se le dejaba ganar al chico para<br />

delirio de los suyos, mientras que los mafiosos,<br />

aparentemente derrotados, copaban las siguientes<br />

posiciones de la clasificación y ganaban de paso<br />

todas las clasificaciones intermedias (premio de la<br />

montaña, metas volantes, premio a la combatividad…).<br />

Ni qué decir tiene que el ciclista bisoño tenía que entregar<br />

su premio de vencedor a los gangsters, quedándose<br />

solamente con la copa que le entregaban en el podio<br />

como recuerdo de tan extraña jornada. Cuentan que en<br />

esos casos el muchacho no contaba ni siquiera a sus padres<br />

la vergonzosa transacción.<br />

Lógicamente, estas organizaciones contaban con una<br />

estructura jerarquizada, con un jefe de banda que generalmente<br />

era<br />

el más fuerte<br />

del pelotón, un<br />

hombre veterano<br />

que había superado<br />

la treintena<br />

y se las sabía todas.<br />

Existían otros miembros<br />

que tenían su misión<br />

específica. No faltaba<br />

el contable, que llevaba<br />

el control de la economía<br />

de la banda y se encargaba<br />

del reparto de beneficios, ni<br />

los inevitables matones, que se<br />

dedicaban a atemorizar a los ciclistas<br />

ajenos a la mafia que pretendían<br />

pasarse de listos.<br />

La Federación Francesa de Ciclismo<br />

toleró durante muchos años estas sórdidas<br />

prácticas, que corrompían el ciclismo<br />

amateur y que, sobre todo, suponían<br />

un freno considerable al desarrollo deportivo<br />

de los jóvenes corredores, pues éstos<br />

se desanimaban ante semejante panorama.<br />

Los mafiosos se defendían explicando que si<br />

un corredor tenía realmente condiciones para<br />

ser profesional debía salir airoso del examen que<br />

significaba enfrentarse a la banda organizada de su<br />

región.<br />

Sin embargo, las cosas no funcionaban en la realidad<br />

de esa manera, puesto que, como buena mafia, estas organizaciones<br />

eran vengativas y rencorosas. Y si en alguna<br />

ocasión eran burlados sus componentes por un ciclista<br />

emergente, se lo hacían pagar caro en la siguiente carrera<br />

en la que se cruzaban con él. Había que ser un verdadero<br />

superdotado para imponerse a toda una banda de


Farolillo Rojo<br />

“Actualmente es un fenómeno<br />

marginal, que se reparte un<br />

botín menos suculento”<br />

ese calibre.<br />

Y, sin embargo, hubo quien lo consiguió. Fue el caso de<br />

Philippe Bouvatier, un corredor de los años 80 y 90 con<br />

unas cualidades físicas fuera de lo común, pero con una<br />

fragilidad mental alarmante, lo que le impidió ser el gran<br />

ciclista que podía haber sido. Bouvatier era el mayor<br />

talento que había surgido en Francia en las categorías<br />

de jóvenes en la década de los 80, un contrarrelojista y<br />

rodador extraordinario. Nada más pasar a las filas de la<br />

categoría amateur, con tan sólo 18 años, se encontró con<br />

la oposición del hampa de su región, Normandía. El joven<br />

talento tenía tanta calidad que en una de sus primeras<br />

confrontaciones con la banda organizada que le tocó<br />

en suerte se impuso en solitario, pues no hubo forma<br />

de echarle mano. La mafia normanda juró venganza y se<br />

prometió a sí misma que ese desvergonzado no volvería<br />

a repetir su fechoría. En otra ocasión Bouvatier se metió<br />

en una escapada en la que se encontró rodeado de<br />

miembros del clan. Éstos le atacaron de forma organizada<br />

para dejarlo atrás, pero el joven corredor respondió a<br />

todos los ataques y no solo eso, sino que a continuación<br />

se fue solo en busca de la victoria.<br />

En los años 90 la Federación Francesa de Ciclismo emprendió<br />

una reforma del sector amateur, en la que, entre<br />

otras cuestiones, abordó el problema del crimen ciclista<br />

organizado. Con las modificaciones aprobadas, se estableció,<br />

por una parte, un calendario de carreras sub<br />

23 y, por otra, se crearon tres divisiones de equipos y<br />

carreras, de forma que solamente escuadras completas<br />

tuvieran acceso a participar en las carreras más importantes<br />

del calendario amateur. De esa forma, los ciclistas<br />

aislados ya no tenían ocasión de organizarse y de influir<br />

en el resultado de las carreras.<br />

Pero hace falta algo más para acabar con las mafias. Efectivamente,<br />

la reforma supuso un varapalo tremendo para<br />

las organizaciones que actuaban al margen de los reglamentos<br />

ciclistas, pero aquéllas consiguieron adaptarse a<br />

la nueva situación y sobreviven hoy en día en los criteriums<br />

y en carreras de poca monta, pruebas que se<br />

celebran en fiestas de pueblo en las que se dan vueltas<br />

a un circuito con un repecho que atribuye el premio de<br />

mejor escalador.<br />

Actualmente la mafia es un fenómeno marginal, que se<br />

reparte un botín mucho menos suculento que antaño. En<br />

ocasiones la trama es tan clandestina que los corredores<br />

que forman parte de ella recogen sus ganancias individuales<br />

al término de la carrera y, aunque aparentemente<br />

se marchan a sus domicilios, se citan en un área de servicio<br />

de autopista o en una gasolinera para contar sus<br />

ingresos y proceder al reparto de los dividendos, según<br />

un sistema aprobado previamente por los miembros del<br />

grupo.<br />

Es a esto a lo que han quedado reducidas las mafias. Unas<br />

organizaciones que, como la de Al Capone, gozaron de<br />

sus momentos de esplendor y que acabaron deslizándose<br />

por la pendiente de la decadencia. Ahora constituyen<br />

un fenómeno aislado, un residuo de un pasado que nadie<br />

quiere que vuelva.


Equipo<br />

Imanol González: Redactor jefe. Barra libre y Enfants terribles.<br />

Josu González @josugg: Diseño y maquetación.<br />

Manuel González: Ilustraciones.<br />

Juan Ramón Cendrero: Farolillo rojo.<br />

Raúl Ansó Arrobarren @ranbarren: Tubular Vs Cámara.<br />

Cisco Indias @soyunfdf: Correcciones.<br />

Agradecimientos<br />

Peio Goikoetxea @peiogg y Oscar Pujol @oscarpujol por su colaboración en Barra libre.<br />

Yon Suinaga @yonsuinaga por los textos en Siguiendo la pista.<br />

Noemí Rivera @noerive por sus textos y fotos en Rutas bizarras.<br />

Alberto Barcia @rifflip por sus textos en Túnel del viento.


Contacto<br />

redaccion@rotapunctatis.cc<br />

http://rotapunctatis.cc<br />

facebook.com/rotapunctatis<br />

twitter & instagram: @rotapunctatis<br />

issuu.com/rotapunctatis<br />

yumpu.com/es/rotapunctatis<br />

Número 5<br />

Septiembre 2016<br />

Editado por <strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong> en San Sebastián<br />

ISSN: 2445-2645


Septiembre<br />

2016

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