RevistaOctubre-Noviembre20162

EL SÍNDROME
DEL
NIÑO RICO
Los padres pasamos cada vez menos tiempo
al lado de nuestros hijos ya sea por exceso de
trabajo o de actividades sociales y en lugar de
brindar tiempo de calidad, intentamos cubrir
las faltantes de compañía y afecto con objetos
materiales como si estos pudieran comprar el
amor y la felicidad.
Regalamos a nuestros hijos aunque no existan
motivos, muchas veces dejamos a un lado
necesidades familiares por dar prioridad a
sus antojos. Pagamos colegiaturas excesivas,
clases extras de todo lo que se ponga de
moda, mantenemos altos estándares para
asegurar el éxito en su futuro, forzándolos
y manteniéndolos bajo presión constante,
olvidando el tiempo que necesitan para jugar y
desarrollar el pensamiento creativo.
LOS
EXCESOS
Los excesos también afectan
a nuestros adolescentes,
demasiada libertad sin
supervisión de actividades y
el darles dinero sin límite, nos
hace enfrentarnos a jóvenes
prepotentes, caprichudos,
exigentes, que no respetan
normas o figuras de autoridad,
muchas veces tristes y
solitarios con comportamientos
autodestructivos como el
consumo de alcohol y drogas.
Es importante dejar muy claro
que el dinero no es el que hace
daño, así como tampoco el
vivir cómodamente y con lujos,
el problema radica en lo que
estamos haciendo los padres.
Darles a nuestros hijos todo lo
que nosotros no tuvimos, o más
de lo que tuvimos sin exigir nada
a cambio, en lugar de provocar
felicidad esta generando
insatisfacción, inseguridad, enojo,
ansiedad, carencias emocionales,
incapacidad para desarrollar
relaciones de amistad (síntomas
que describen lo que el autor
llama “El Síndrome del Niño
Rico”).
Terapeuta y Life Coach
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PLAZA TRÍPODE
BOSQUE REAL PH 8
Seguramente has escuchado
que en exceso todo hace
daño y desafortunadamente
esto aplica de igual forma cuando
se trata de nuestros hijos; el darles
demasiado ya sean mimos, y hasta
clases extraescolares, provoca lo que
denomina el Pediatra Ralph Minear
de la Universidad de Harvard el
“Síndrome del Niño Rico”.
El Dr. Minear en su libro “Kids
who have too much”, describe a la
“Ricopatía” como un trastorno en el
desarrollo emocional -social de niños
y adolescentes; que sin importar
el nivel socioeconómico al que
pertenezcan, afecta la personalidad,
la conducta, las relaciones sociales y
hasta la salud física de quienes más
amamos.
Las nuevas generaciones reciben más cosas que las anteriores, y todo parece indicar que no es el camino
correcto. Nuestros niños necesitan compañía y amor, de nosotros depende que surja en ellos nuevamente la
capacidad de asombro, el que logren sorprenderse y agradecer por todas las cosas que no tienen precio y que
recibimos día a día.
Por favor recibe un abrazo lleno de amor y gratitud.
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