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Domingo 23 de octubre de 2016INFORME ESPECIALEL DIARIO DE LA REPUBLICA 5
Informe especial
HISTORIA DE HOMBRES Y MUJERES QUE ENTRARON A LA TERCERA EDAD
Dejaron el trabajo y ahora viven
para hacer realidad sus sueños
Concurren al Centro
de Jubilados, no
dependen de nadie
y pueden satisfacer
deseos postergados.
ALEJANDRO LORDA
SAN LUIS CAPITAL
Matías García Elorrio
mgarcia@grupopayne.com.ar
L
o primero que aprenden
los afiliados del Centro de
Jubilados y Pensionados de
la Provincia de San Luis es
que a partir del día que entran, todo
lo que hagan será para ellos. El
desafío es reprogramarse porque
durante años volcaron sus esfuerzos
a sus familias y al trabajo, pero
ahora todo el tiempo es sólo para
satisfacer sus deseos. Y esto que
parece lógico y sencillo, a veces
cuesta mucho concretarlo.
Aníbal Gómez recién cumplió
los 60 años y contó que durante 28
fue operario en fábricas textiles.
Debió jubilarse antes porque sufrió
un problema de salud y hace
poco decidió ingresar en el Centro
de Jubilados: “Llegué porque un
amigo me contó que los viernes a
la tarde hacían la reunión con té y
baile. Vine y me gustó mucho. Le
agradezco a mi amigo que me invitó,
porque ahora me siento muy
bien, me acoplé enseguida al grupo
y en el baile soy mejor, porque
soy un tipo muy divertido”.
Para el tiempo que le queda por
transitar dijo que le gustaría “poder
manejar el celular". "Y practicar
más computación para poder
entrar a internet y buscar más información
de algunos temas que
me gustan", agregó.
Julia Funes tiene 63 años y siempre
trabajó como operaria en fábricas.
“Cuando me jubilé me di
cuenta que tenía que enseñarle
a mi cuerpo a moverse otra vez,
porque siempre trabajé sentada.
Cuando me hablaron de este centro
me vine primero a hacer gimnasia,
después seguí con yoga y el
año pasado empecé computación
y el taller de la memoria”. Confesó
que a la pc la usa más para jugar
y eso la vuelve a mantener mucho
tiempo sentada: “Estoy con más
actividad ahora que cuando sólo
iba a trabajar. Además, hago gimnasia,
algo que durante años nunca
hice”.
Rosa Lucero nació y vivió muchos
años en la zona rural de San
Antonio. Cuando se casó se vino a
San Luis y su vida transcurrió como
ama de casa. “Vine con mi marido,
que le cuesta salir más que a
mí, pero lo convencí. Nosotros no
somos mucho de salir, pero cuan-
COMPAÑEROS. LOS AFILIADOS QUE COMPARTEN EL TALLER DE LA MEMORIA SE SIENTEN CONTENIDOS Y DISFRUTAN DE VOLVER A CLASES.
Le agradezco a mi amigo que
me invitó, porque ahora me
siento muy bien y me acoplé
enseguida al grupo".
Aníbal Gómez
60 AÑOS, EX OPERARIO TEXTIL
Primero vine a gimnasia,
después seguí con yoga y el
año pasado empecé computación y
el taller de la memoria"
Julia Funes.
63 AÑOS, EX OPERARIA FABRIL.
Tuvimos que pensar en hacer
algo por nosotros, porque
quedarnos siempre en casa hace
que la vida sea muy rutinaria"
Rosa Lucero.
65 AÑOS, AMA DE CASA.
do los hijos se hicieron grandes
tuvimos que pensar en hacer algo
por nosotros, porque quedarnos
siempre en casa hace que la vida
sea muy rutinaria”, contó.
Rosa, de 65 años, no dudó en
decir: "Desde que vengo acá me
cambió mucho la vida, aunque
sólo participo del taller de memoria
y el té de los viernes. Pero salir
del encierro de estar siempre en
tu casa es un incentivo para mí.
Venir acá nos motiva también a
ir al centro a pasear y conocer cosas
nuevas”. Otra actividad que le
gusta hacer es cuidar sus plantas,
“porque me encanta la jardinería,
me gusta mucho cocinar y espero
que el año que viene se abra el taller
de repostería que justo ahora
no lo están dando”. Y se propuso
viajar a Chile para concretar un
deseo que tenía de ir a visitar a
su cuñada que vivía en ese país,
pero quedó postergado porque
falleció el año pasado. “Como ya
Me maravilla la contención
que hay en este lugar. Desde
el primer día uno se empieza a
sentir como en su casa"
Silvia Sosa.
62 AÑOS, EX DOCENTE.
Me tomó un año decidirme,
porque estuve un año
encerrada en casa. Vine al té de los
viernes porque me encanta bailar"
Mirta Testa.
me había entusiasmado, cuando
se abra una oportunidad me voy a
anotar”, prometió.
Silvia Sosa, de 62 años, es docente,
se jubiló hace dos años y
enseguida comenzó a estudiar la
carrera de Ayudante Terapéutico.
“Yo pensaba que no me iba a servir
para nada y ahora vengo al centro
con un paciente (Orlando Gómez,
de 70 años) y de paso yo también
hago el taller. Me maravilla la contención
que hay en este lugar”.
Silvia se enteró por los medios de
comunicación de las actividades
del Centro y enseguida pensó que
sería un lugar justo para su paciente:
“Venimos hace poco, pero estamos
muy a gusto. Desde el primer
día nos recibió la presidenta (Susana
Arce) y lo primero que nos dijo
fue 'pónganse cómodos'. Y uno se
63 AÑOS, EX EMPLEADA ADMINISTRATIVA.
empieza a sentir como en su casa”.
Desfilar como una modelo es
una de las actividades que Mirta
Testa nunca pensó que haría,
sin embargo en el té del Día de la
Madre lo concretó. La mujer de 63
años se jubiló hace dos años. “Pero
me tomó un año decidirme antes
de venir porque estaba encerrada
en casa, ya que vivo sola. Hasta que
un día me decidí a venir al té de los
viernes porque a mí me encanta
bailar”, contó.
También participa del taller de
pintura, se anotó en yoga y ahora
está en el taller de la memoria.
“Nos sentimos muy contenidos
acá, porque hablamos de los temas
que nos importan, nos afectan y
eso nos ayuda muchísimo, ya que
nos damos cuenta que nos educaron
para estar sometidas”.