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evolución mexicana<br />

la revolución maderista, como después la fuerza<br />

en movimiento revolucionaria carrancista,<br />

1910-1915. Entonces irrumpió la excepción sobresaliente,<br />

la guerra civil Revolucionaria, 1914-16,<br />

cuando la Revolución burguesa-propietaria perdió<br />

una parte crítica, cuando por su propia fuerza<br />

y contra el liderato burgués, algunos jefes subordinados<br />

fuertes, el jefe mayor Villa, alió a la dn<br />

con el els, y amenazó desde adentro con convertir<br />

a la Revolución en “revolución social” popular,<br />

populista. La alianza popular villista-zapatista,<br />

dn-els, fracasó en 1915-1916 —el mayor fracaso,<br />

el más significativo, de la Revolución—. Pero la<br />

nueva coalición revolucionaria burguesa propietaria,<br />

aunque dominante sobre las viejas y nuevas<br />

facciones disidentes revolucionarias y las persistentes<br />

facciones contrarrevolucionarias, no volvió<br />

a recuperar el control burgués del liderato de<br />

la Revolución, 1916-1920. El arreglo de 1920 fue<br />

en consecuencia definitivo y espurio.<br />

Debido a las contradicciones esenciales, mutuamente<br />

interferentes, dialécticas, mutuamente<br />

accionantes, entre las grandes luchas por el poder<br />

de la Revolución, las continuamente resurgentes<br />

esperanzas burguesas de democracia burguesa,<br />

y las incongruentes esperanzas populares de justicia,<br />

justicia propietaria, justicia proletaria, a<br />

lo largo de toda la década, la crisis de 1915-1916<br />

requiere especial reflexión. Reflexionar sobre<br />

esto no es negar la significación de otros sucesos,<br />

conflictos, momentos revolucionarios. Es tratar<br />

de entender cómo, en la coyuntura dinámica total<br />

de la época, imperialismo, guerra mundial,<br />

grandes revoluciones en otras partes (ejemplos:<br />

Turquía, China, Rusia), la crisis de 1915-1916 fue<br />

la diferencia esencial de la Revolución mexicana.<br />

El análisis reflexivo de esto considera especialmente<br />

cuatro excepciones revolucionarias,<br />

dos grandes fuerzas, dos movimientos secundarios.<br />

Las dos excepciones principales, la fuerza<br />

villista y la fuerza zapatista, surgieron originalmente<br />

de la revolución maderista. Fueron excepcionales<br />

no sólo por su sorprendente afirmación<br />

de independencia (para el escandaloso disgusto<br />

de la burguesía), sino mucho más por luchar<br />

como fuerzas populares, no con propósitos burgueses,<br />

sino por la justicia propietaria y proletaria,<br />

principalmente por el derecho a la tierra,<br />

los villistas idealmente en igualdad individual,<br />

los zapatistas idealmente en solidaridad comunitaria.<br />

A fin de entender la importancia de estas<br />

fuerzas en la Revolución, la mayoría de los historiadores<br />

ha estudiado sobre todo sus programas,<br />

pero importa más cómo ellas se comportaron en<br />

la guerra civil. La mayor fuerza de ambas, militarmente,<br />

en contingentes, logística, disciplina,<br />

armamento, movilidad, rango de operaciones<br />

y duración de la acción, fue la dn de Villa, probablemente<br />

el ejército revolucionario regular<br />

más grande en la historia de América Latina.<br />

Gracias a Katz los historiadores conocen ahora<br />

mucho de esto, incluyendo, como Katz lo explicó<br />

brillantemente, la debilidad central de la dn: que<br />

para mantener unidas sus columnas, mantener<br />

su impulso revolucionario, no podía cumplir su<br />

reforma agraria. 13 La otra fuerza —el Ejército Libertador<br />

del Sur dirigido por Zapata— era más<br />

pequeña, localizada, mucho menos móvil pero<br />

más coherente, consistente, intensiva, intensa y<br />

subversiva, siempre basada en Morelos, por eso<br />

no más extendida que replicada o adaptada en las<br />

provincias vecinas. Dada su lucha en las plantaciones<br />

de azúcar en Morelos, los molinos en los<br />

campos ahí, y las villas de las que los hacendados<br />

había tomado las tierras y obtenido fuerza<br />

de trabajo, las villas mismas aprovisionaban al<br />

els, sus cuarteles podían hacer justicia agraria<br />

colectiva a algunos trabajadores propietarios y<br />

proletarios, tenían todas las buenas razones para<br />

hacerlo y lo hicieron. Si estas dos excepcionales<br />

fuerzas hubieran cooperado en acciones serias<br />

en 1914-1915, probablemente hubieran dividido a<br />

la fuerza carrancista de dirección burguesa, dada<br />

la Convención Soberana, con un poco de tiempo<br />

para intentar realizar una mancomunidad agraria<br />

nacional. Pero precisamente debido a sus<br />

bases y organización diferentes, diferencias en<br />

las que fueron tan lejos como pudieron en 1915,<br />

fueron incapaces de cooperar política o militar-<br />

Oxford English Dictionary, 2a ed., 20 vols. (Oxford: Clarendon,<br />

1989), XVII, 13.<br />

13 Katz, Villa, 287-308, 358, 807. Sobre las contradicciones de<br />

Villa: ibid., 211, 236-238, 249, 403-414, 474-475, 541, 803, 808.<br />

mente por mucho tiempo en escala nacional, no<br />

pudieron crear un poder nacional, y la alianza<br />

carrancista las destruyó por separado y una tras<br />

otra. El Ejército Constitucionalista de Operaciones<br />

comandado por Obregón destruyó a la dn en<br />

1915. El Ejército Constitucionalista de Oriente<br />

comandado por González destruyó al els en 1916.<br />

Las fuerzas norteñas y sureñas sobrevivientes<br />

(en los años por venir) no pudieron poner en peligro<br />

por sí mismas al nuevo régimen de dirección<br />

burguesa de 1917.<br />

Que en 1915-1916 fue cuando la Revolución dio<br />

su giro crítico contra un proyecto popular populista,<br />

a favor de un proyecto burgués progresista,<br />

es una vieja observación. La observación<br />

es correcta respecto de que el giro fue entonces<br />

esencial para hacer de la Revolución lo que resultó<br />

ser. Pero no es correcta si significa que el giro<br />

no fue más que asunto de capacidades políticomilitares<br />

comparadas, pues en tal sentido significaría<br />

que el giro no fue realmente crítico, sino<br />

inevitable, ya inscrito en las cartas de clase, de<br />

modo que la Revolución terminaría inevitablemente<br />

en el arreglo constitucional de 1917. Ciertamente<br />

fue el giro crítico de la Revolución, pero<br />

en un sentido más profundo, de modo que tomó<br />

otros cuatro años para concluir en el acuerdo<br />

de liquidación de cuentas espurio de 1920. Para<br />

entender lo que fue realmente la distintiva, definitiva<br />

crisis de 1915-1916 se requiere un análisis<br />

más allá de las fuerzas villistas, zapatistas y carrancistas.<br />

Y aquí exigen consideración las otras<br />

dos excepciones revolucionarias porque, aunque<br />

ambas fueron secundarias en cuanto a compromiso<br />

revolucionario en 1915-1916, pudieron haber<br />

hecho una diferencia crítica, histórica.<br />

Ambas excepciones fueron movimientos sociales<br />

inevitablemente metidos en política, uno de<br />

cierta laicidad católica; el otro, totalmente diferente,<br />

de un cierto movimiento obrero. Los orígenes<br />

de ambos son anteriores a la Revolución. Sus<br />

terríficas y entonces incomprensiblemente complejas<br />

historias, demasiado complejas, demasiado<br />

diferentes para tratarlas aquí, involucraron<br />

tantas contradicciones que ni la Iglesia ni el movimiento<br />

laboral, nacionalmente, habrían tomado<br />

a estos movimientos como aproximadamente<br />

representativos de ellos durante la Revolución.<br />

El clero y los laicos tomaron diversas actitudes (a<br />

menudo en mutua discordia) hacia las diferentes<br />

facciones revolucionarias, aunque más acordes<br />

en su enemistad radical hacia la coalición constitucionalista,<br />

1914-1917. Si solo por esta razón,<br />

para no entrar en otros asuntos como doctrina,<br />

conciencia y voluntad de Dios, los entonces bien<br />

organizados católicos sociales de la Ciudad de<br />

México, incluyendo a los fieles que doblaron las<br />

campanas por la ocupación de la ciudad por el<br />

els (el miércoles 25 de noviembre de 1915) y sus<br />

regimientos aprovisionados con el estandarte de<br />

Guadalupe y los medallones de la Virgen María<br />

que ostentaban, bien pudieron haber organizado<br />

en 1915 el Partido Popular de México y un movimiento<br />

zapatista clandestino con poderosos,<br />

probablemente críticos efectos en 1916, de serias<br />

consecuencias mucho después. 14<br />

14 Jorge Prieto Laurens, Cincuenta años de política mexicana:<br />

Memorias políticas (Ciudad de México: Editora Mexicana de<br />

Periódicos, Libros y Revistas, 1968), 10-30, 34, 37-41, 49-52; Jean<br />

Meyer, La cristiada, 3 vols. (Ciudad de México: Siglo XXI, 1973),<br />

II, 54-100; Manuel Ceballos Ramírez: El catolicismo social: un<br />

tercero en discordia: Rerum Novarum, la “cuestión social” y la<br />

movilización de los católicos mexicanos (1891-1911) (Ciudad de<br />

México: Colegio de México, 1991), 270-416; Javier Garciadiego<br />

Dantan, Rudos contra científicos: La Universidad Nacional durante<br />

la Revolución mexicana (Ciudad de México: Colegio de México,<br />

1996), 60, 141, 204, 218, 229, 300, 327, 331-332, 337-338; Katz,<br />

Villa, 45-47, 51-52, 233-234, 236-237, 266-267, 404-409, 426-428,<br />

446-448. The ELS’s first entrance into the city: “Han entrado ya<br />

a la capital las tropas surianas”, Mexican Herald, 25 de noviembre,<br />

1914; “Capital Quiet under Rule of the Zapatistas”, ibid., 26 de<br />

noviembre, 1914; “Emiliano Zapata with His Staff Arrive in Capital”,<br />

ibid., 28 de noviembre, 1914; Francisco Ramírez Plancarte,<br />

La ciudad de México durante la revolución constitucionalista, 2ª<br />

ed. (Ciudad de México: Ediciones Botas, 1941), 246-252; Gustavo<br />

Casasola, et., Historia gráfica de la Revolución Mexicana, 1900-<br />

1970, 2ª ed. 10 vols., (Ciudad de México: Trillas, 1973), III, 928. The<br />

DN-ELS parade into the city, the ELS against Guadalupan: “60,000<br />

Troops to Make Entry into Capital Today”, Mexican Herald, 6 de<br />

diciembre 1914; “Troops from North and South Parade in Capital”,<br />

ibid., 7 de diciembre, 1914; Ramírez Plancarte, op. cit., 271-278;<br />

Casasola, op. cit., III, 942; Christopher G. Cunningham, “The Casa<br />

del Obrero Mundial and the Mexican Revolution: Radical Ideology<br />

and the Role of the Urban Worker in Mexico City, 1912-1916”,<br />

Disertación Ph.D. (Universidad de Toronto: Departamento de<br />

Historia, 1978), 274-447; Pineda Gómez, La revolución, 515. The<br />

individual likeliest most responsible for the Church’s welcome of<br />

the ELS and its Guadalupan entry, Fr. Pedro Benavides Lira, entonces<br />

canónigo y tesorero de la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis<br />

de la Ciudad de México y secretario de la Sagrada Mitra<br />

ahí, en efecto el vicario diocesano general, antiguo párroco de la<br />

Mucho más importante para las entonces tres<br />

coaliciones revolucionarias mayores fue la otra<br />

excepción secundaria, el movimiento laboral. En<br />

esta crisis importó poco que en la división económica<br />

del trabajo en México, vastamente rural<br />

todavía, mayormente agrícola, sólo una pequeña<br />

fracción fuera proletaria en servicios urbanos,<br />

minas, molinos, fábricas, transporte, plantas de<br />

electricidad, campos petroleros. Lo que importaba<br />

era su poder industrialmente estratégico,<br />

cuánto poder específico tenían en su trabajo para<br />

parar la producción en cuántos departamentos<br />

de la matriz de producción nacional y así desafiar<br />

(más o menos) el orden de seguridad nacional<br />

existente (lo que hubiera de él). De todas estas<br />

organizaciones obreras en el país en 1914, en<br />

muchas ciudades y pueblos diferentes, en muchas<br />

industrias diferentes, en muchas situaciones políticas<br />

diferentes, sin organización nacional, los<br />

sindicatos tenían poder estratégico industrial en<br />

alrededor de 15 lugares militarmente críticos (estratégicos<br />

como puertos o talleres ferroviarios).<br />

Entre ellos, sin sorpresa, la plaza más importante<br />

era la Ciudad de México, el Distrito Federal,<br />

considerando sus suburbios. Ahí, a principios de<br />

1915, bajo una rápida ocupación constitucionalista<br />

con Obregón como comandante en jefe, los<br />

sindicatos sufrieron un cisma crítico. Muchos detalles<br />

altamente reminiscentes de las traiciones<br />

excitadas por la guerra de 1914 en los movimientos<br />

laborales europeos son parte de la historia<br />

de este cisma en el movimiento obrero mexicano<br />

pero no son pertinentes aquí. Analíticamente es<br />

suficiente resumir: algunos sindicatos aceptaron<br />

de Obregón una oferta difícil de rehusar: servicio<br />

militar constitucionalista en sus propios “Batallones<br />

Rojos”, con pago de salarios normales a<br />

sus miembros y derechos de veteranos al regresar<br />

a sus empleos al triunfo del constitucionalismo<br />

sobre las fuerzas villistas y zapatistas; otros<br />

sindicatos, políticamente independientes, recientemente<br />

unidos en una federación del Distrito<br />

Federal, no aceptarían la oferta, y a lo largo de<br />

1915 desafiaron sucesivos puestos de mando en la<br />

ciudad en medio de la guerra civil revolucionaria,<br />

gran inflación, comercios vacíos y tifoidea, realizando<br />

cuatro grandes huelgas por reconocimiento<br />

contractual, salarios y condiciones de trabajo,<br />

la mayoría de las cuales ganaron. 15 De estos sinparroquia<br />

de Tizayuca, México., Tlálpam, Santo Tomás la Palma y<br />

San Pablo, todas en el Distrito Federal, y desde 1896 notorio guadalupano:<br />

“El cumplimiento Pascual en la Cárcel de Tlálpam”, El<br />

tiempo, 19 de junio 1895; “Instalación de la Junta Guadalupana”,<br />

Voz de México, 17 de octubre, 1896; “Actualidades”, ibid., 14 de<br />

abril, 1897, “La gran peregrinación obrera al Santuario de Ntra.<br />

Sra. De Guadalupe”, El Tiempo, 2 de junio, 1900; “Misiones”, ibid.,<br />

6 de mayo, 1902; “El colmo de la mala fe”, El País, 5 de julio, 1902;<br />

Aviso religioso”, Voz de México, 21 de agosto, 1906; “Religioso”, El<br />

Tiempo, 21 de octubre, 1906; “Más de cincuenta mil almas han presenciado<br />

la entrada del nuevo arzobispo de México”, El Tiempo, 12<br />

de febrero, 1909; “Las Bodas de Plata del señor Pbro. D. Modesto<br />

Basurto”, El Tiempo, 6 de octubre, 1909; “Los nuevos Canónigos en<br />

la Catedral”, Correo Español, 11 de febrero, 1910; “El señor Pbro.<br />

Aguilar celebra sus bodas de plata”, El Tiempo, 6 de abril, 1910;<br />

“Honras fúnebres por el eterno descanso del alma del señor Pbro.<br />

Don Modesto Basurto”, ibid., 11 de febrero, 1911; “Fue recibido con<br />

indescriptible entusiasmo la venerada imagen de Nuestra Señora<br />

de los Remedios en Catedral”, El País, 19 de abril, 1912; “No se ha<br />

nombrado nuevo srio. De la Sagrada Mitra”, ibid., 17 de marzo,<br />

1915; “Notes of the Passing Day”, Mexican Herald, 5 de abril, 1914;<br />

El Canónigo Benavides Gob. De la Mitra”, ibid., 17 de marzo, 1915;<br />

“Está en Veracruz el Sr. Vicario Paredes”, ibid., 22 de marzo, 1915.<br />

15 Para completar, según mis cuentas, diecisiete, ver Guaymas,<br />

Guadalajara, Juárez, Monterrey, Tampico, San Luis Potosí,<br />

Torreón, Aguascalientes, Irapuato, Celaya, Veracruz, Orizaba,<br />

Puebla, Apizaco, Rincón Antonio, Salina Cruz y Ciudad de México:<br />

Departamento de Guerra de los Estados Unidos, Oficina del Jefe<br />

de Estado Mayor, División del Colegio de Guerra, Staff General,<br />

No. 21, Monograph on Mexico (Washington: Government Printing<br />

Office, 1914), 97-121, 157-180; [George Marvin?] “What War with<br />

Mexico Means”, World’s Work, agosto 1916, 427-429; y War Map<br />

of Mexico (Garden City: World’s Work, n.d. [1916]. The Red Battalions:<br />

Dr. Atl al Primer Jefe, 1 de marzo, 1915, Archivo Histórico de<br />

la Defensa Nacional (en adelante AHDN), XI/481.5/97/627; John<br />

Murray, “Labor Unionism Sweeping Mexico”, New York Call, 2 de<br />

abril, 1915; ídem, “Mexico May be the First Socialist Republic…”;<br />

ídem, Murray in Trench as Bullets Sing”, ibid., 2 de mayo, 1915;<br />

idem, “When Diaz Ruled Mexico it was slavery and death for workers.<br />

Under Carranza the workers strike and get the moral support<br />

of the Constitutionalists”, ibid., 19 de mayo, 1915; idem, “When<br />

We Take a City, You Organize Workers, Carranza Tells Unions”,<br />

ibid., 20 de mayo, 1915, agradezco a Jenny Kastner las copias de<br />

los seis últimos documentos; idem, “Behind the Drums”; Eliseo<br />

López Rabela e Ismael E. Sonoqui, “Informe que rinde la comisión<br />

nombrada para investigar las cuentas del compañero Jesús<br />

Torres Polo, ex tesorero de la Casa del Obrero Mundial”, 5 de abril,<br />

1915, Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Secretaría<br />

de Gobernación (en adelante G), 99-35; Comité Revolucionario de<br />

la Casa del Obrero Mundial de México a Eliseo Arredondo, 10 de<br />

junio, 1915, AHDN, XI/481.5/316/240; Salazar y Escobedo, op. cit.,<br />

I, 92-113, 119.125, 137-142, 153-162; Ramírez Plancarte, op. cit.,<br />

325, 355-362, 371-372; Cunningham, op. cit., 311-334, 341-365; Alicia<br />

Hernández Chávez, “Los Batallones Rojos y Obregón, un pacto<br />

inestable”, manuscrito, Simposio Denominado Gral. Emiliano<br />

Zapata Salazar y el Problema Campesino, 30 de noviembre, 1979.<br />

noviembre de 2016 la gaceta 9

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