Gestión medioambiental de primera - Osakidetza

Rebeca Villa
Comunicación interna
Hace tres años, la tasa de bacteriemia
del HGU se situaba en 8
bacteriemias/mil días de catéter. Con
el objetivo de reducir estas infecciones
a la mitad, en febrero de 2009,
se puso en marcha este proyecto
conjunto que hoy engloba a 218
Unidades de Cuidados Intensivos
(UCI) de toda España agrupadas por
comunidades autónomas. Pedro M.
Olaechea, Jefe de Sección del Servicio
de Medicina Intensiva, ha liderado
el grupo del País Vasco compuesto
por los hospitales generales de la
Red que disponen de UCI.
El proyecto posee dos vertientes:
disminuir las infecciones por catéter y
mejorar la seguridad de los enfermos
ingresados en Unidades de Cuidados
Intensivos. Gracias a ello se ha
cumplido el objetivo, y además se ha
reducido la tasa hasta un 2,98.
Las cifras del primer año de estudio
hablan por sí solas: se han evitado
alrededor de siete bacteriemias/año,
lo que ha supuesto 91 días menos
de estancia en UCI, que se traduce
en un ahorro de 182.000 euros
marzo 2010ko martxoa
“Zero” infecciones
Lleva un año en marcha el proyecto conjunto
“Bacteriemia Zero” y los datos demuestran que
se ha reducido considerablemente la tasa de
bacteriemia asociada a los catéteres.
anuales. Además de la reducción de
costes, “lo más importante es que se
disminuye el daño moral y físico que
sufre el enfermo por tener que estar
más tiempo ingresado, reduciendo
también el riesgo de fallecer por esta
causa”, señala el Dr. Olaechea.
Cultura de seguridad
Este propósito se ha logrado implantando
una serie de normas y protocolos
establecidas por la CDC, (Center
for Disease Control). Además, se ha
creado un grupo coordinador formado
por médicos y enfermeras de
la UCI que ha impartido formación
al resto de personal del Servicio.
Este servicio también ha trabajado
con diversas herramientas de seguridad
como son la hoja de objetivos
diarios, la lista de comprobación de
inserción de catéteres, las rondas
de seguridad o la comunicación de
efectos adversos e incidencias a
través de la base de datos de incidencias
de hospitalización. El Dr.
Olaechea comenta que con todo ello,
“pretendemos establecer una cultura
de seguridad que nos ayude a evitar
y disminuir los efectos adversos de la
práctica de la medicina”.
Seguridad con productos reciclados
Juan José Coto, enfermero de la Unidad de
Endoscopia Digestiva desde hace más de 20 años,
ha inventado un sistema seguro y a bajo coste para
evitar pinchazos durante la realización de pruebas
endoscópicas.
Juanjo Coto, inventor del sistema
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Este equipo de seguridad seguirá
funcionando una vez concluya este
proyecto, fomentando las medidas
para prevenir efectos adversos. “Ha
sido tan positivo el haber logrado
disminuir la tasa de bacteriemia,
Se trata de un sistema, simple y
novedoso, que permite reducir las
posibilidades de producirse accidentes
biológicos cuando se deja
la muestra de la biopsia en un tubo
Eppendorf durante la realización de
endoscopias.
La idea, surgida tras dos accidentes
sucedidos en esta unidad,
tiene como objetivo el impedir que
la aguja interna de los fórceps de
biopsia incida sobre la mano que
sostiene el tubo Eppendorf, justo en
el momento de depositar la muestra
de tejido.
Para ello, Juanjo ha diseñado dos
mecanismos sencillos elaborados
con productos reutilizados. El
primero de ellos es un dispositivo
de mesa en el que se utiliza un
frasco de plástico de 250 ml aproximadamente.
Una vez consumido,
se rellena de agua, dotándole de
peso para que funcione como base,
se agujerea y se coloca un tubo
de extracción de sangre en el que
poder colocar el tubo Eppendorf.
como el haber creado un grupo de
seguimiento de seguridad. Por ello,
y teniendo en cuenta los beneficios
de nuestra experiencia, esperamos
poder extender esta cultura al resto
del Hospital”, afirma el Dr. Olaechea.
El segundo instrumento consiste en
un soporte de mano elaborado con
un CD o DVD usados o incluso
un aro de plástico, que es mejor
y menos contaminante. El agujero
central posee un tamaño perfecto
donde colocar el tubo de extracción
sanguínea en el que, al igual que en el
anterior sistema, ubicaremos el tubo
Eppendorf. “No se puede patentar
y vender porque están elaborados
a base de productos reciclados,
pero la gran ventaja es que tampoco
hay que comprarlos, por lo que son
realmente baratos. Están al alcance
de cualquiera y, además, a la vez
estamos reciclando y disminuyendo
residuos”, comenta Juanjo.
En el año y medio que lleva implantado
este invento no se ha producido
ningún accidente más. Se trata
de un descubrimiento que, dada su
escasa complejidad, puede exportarse
a cualquier otra unidad donde
puedan producirse este tipo de
pinchazos accidentales reduciendo
riesgos y aumentando la seguridad.