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En efecto, <strong>Savages</strong> promete ser el regreso de Oliver Stone, su proyecto más<br />
ambicioso en por lo menos una década. Atento como siempre a los temas<br />
actuales, Stone ofrece una mirada cáustica y agresiva en <strong>Savages</strong>, que versa<br />
sobre el problema del narcotráfico entre México y Estados Unidos, y se basa en<br />
la novela homónima del periodista-detective-escritor especialista en thrillers Don<br />
Winslow, quien también colaboró en la autoría del guión junto a Shane Salerno.<br />
Como se hiciera en la saga Ocean’s Eleven, Ocean’s Twelve y Ocean’s<br />
Thirteen, el reparto es una apuesta segura con Benicio del Toro, Blake Lively,<br />
John Travolta, Uma Thurman y Salma Hayek en los estelares, además de<br />
Damián Bichir, ya bien instalado como actor de Hollywood. Todos interpretan<br />
personajes en el límite y con poco margen de maniobra, que por momentos<br />
recuerdan la tensión y el desasosiego de True Romance de 1993, Man on Fire<br />
de 2004 y de manera más obvia, Natural Born Killers (1994) y U Turn (1997)<br />
dirigidas por el mismo Oliver Stone.<br />
<strong>Savages</strong> se mueve en el terreno de lo post-moral. En la concepción que Winslow<br />
tiene sobre el narcotráfico y sus partícipes, todos corruptos o perfectamente<br />
corrompibles, cabe preguntarse si es posible cierta redención en ellos. No<br />
obstante el humor ácido, esta pasarela de malandros, antihéroes, víctimas y<br />
victimarios están trazados con un esquematismo difícil de ignorar.<br />
El más obvio es la figura de la matriarca narcotraficante y de sociopatía probada<br />
que interpreta Salma Hayek, dibujada con una brocha de punta gruesa; lo mismo<br />
sus compatriotas mexicanos, todos caricaturizados, tanto como sus contrapares<br />
norteamericanos, como John Travolta interpretando a un agente corrupto de la<br />
DEA, o la rubia californiana Blake Lively en el papel de víctima.<br />
A Winslow y Stone no les interesa “retratar la realidad”, sino que su película es<br />
una postura política visceral y un comentario estilizado que surge en un contexto<br />
propicio, pero que no sustituye ni complementa explicaciones sobre una<br />
problemática real y compleja.