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Resumen<br />
El cielo de puebla no tenía nubes aquella mañana calurosa, solo se<br />
presagiaba tranquilidad.<br />
Cuando ella llego, el la condujo del brazo por unos pasillos encalados hasta<br />
llegar al salón Barroco, donde en el techo el arquitecto transformo sus<br />
imaginaciones en formas delirantes.<br />
El preparaba una sorpresa que ella recibiría con el corazón, la Orquesta del<br />
estado tocaría exclusivamente para ellos, al atravesar la puerta los<br />
ejecutantes se levantaron de sus lugares; vestidos de gala y a la espera de<br />
que los invitados tomaran sus asientos se dio inicio a un concierto para flauta<br />
de Albinoni.<br />
El rostro del solista resplandecía y su interpretación tendría un ímpetu<br />
prodigioso, de Albinoni pasa a Marcelo y luego a Vivaldi, anunciando en sus<br />
notas travesuras y peripecias, cada nota revoloteaba por el recinto, el público<br />
ni se miraba entre si, ni un solo parpadeo.<br />
Al transcurrir los compases que prefiguran el final callaron tan prestas y<br />
alborozadas como al principio, el público aplaudió con un entusiasmo<br />
evidente, saludaron de la mano a los músicos y agradecieron aquel regalo<br />
que creían inmerecido.<br />
El abrazo al solista sin proferir torpezas, solista que con su flauta apretada<br />
al pecho y con una sonrisa de autocomplacencia dijo:<br />
- Esto fue por hacernos disfrutar sus conferencias y clases de literatura,<br />
maestro.<br />
Y a el de le hizo un nudo en la garganta.<br />
Mientras saboreaban una bebida observo un periódico del domingo olvidado<br />
por alguien, y este estaba abierto en el horóscopo. Leyó su Signo, Cáncer y<br />
luego se rieron y el le dio un beso junto a la oreja a ella, estremeciéndola<br />
con esta caricia.<br />
El campo continuaba en un azul esmaltado, sin presagio de tormenta,<br />
llanuras verdes y bien cultivadas se extendían a lo largo de la carretera.<br />
En el camino, de pronto, de las abundancias de una mipla salió un agricultor<br />
cargando un ramo gigantesco de delfinios blancos. Impulsado por sus<br />
anhelos, el pidió que se detuvieran y bajo a comprarlos.