MarathoNews 190.

4 ABRIL 2017 MarathoNews
seguido por un diagnóstico acerca de
cuál piensa que es la fuente del dolor.
Aun cuando la mayoría de las veces el
dolor surge del mismo lugar en el que se
encuentra la lesión, no siempre es así.
El cuerpo tiene una tendencia hacia el
dolor “referido”, es decir, que la fuente del
dolor se encuentra en un lugar distante
al que duele. En la medicina existen
diversos ejemplos del dolor referido, por
ejemplo, un dolor de muelas que surge en
realidad de una infección en el oído, o un
ataque cardíaco que se refleja como un
dolor del brazo o mandíbula izquierda.
De cualquier modo, el doctor que aplique
la proloterapia debe llevar a cabo una
evaluación para determinar en dónde
se encuentra el tendón o ligamento
debilitado, de dónde piensa que surge el
dolor y después verificar si dicha área es
apropiada para el tratamiento.
Para localizar el problema, el doctor busca
lugares sensibles al dolor y una reacción
conocida como “la señal del brinco”, es
decir, el lugar que al ser manipulado por
el doctor causa dolor al paciente quien
lo mueve para retirarlo. Generalmente,
cuando el doctor ejerce presión en el
lugar correcto, el paciente brinca.
Un buen candidato para que le apliquen
proloteraia, es alguien que no tiene
lesiones permanentes y goza de un
sistema inmunológico vigoroso, por
ejemplo una persona sana con una
lesión de tendones, se recuperará
favorablemente.
En cambio, una persona mayor,
fumadora, con malos hábitos alimenticios,
con problemas inmunológicos y con una
artritis severa no es buen candidato.
Ambos casos mejorarán, pero el grado
de mejoría será muy distinto
Las sesiones con proloterapia varían en
cada paciente y dependiendo el área de
la lesión a tratar, algunos pacientes con
una sesión sanan, otros necesitarán más
de una sesión.