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ÑOÑO<br />
MAS CERCA DE LO que<br />
CREES<br />
Es la primera vez que<br />
escribo en esta revista,<br />
por lo que debo ser<br />
sincero y advertir algo<br />
a todo aquel que se<br />
atreva a leer este u<br />
otro artículo de mi autoría: Soy ñoño,<br />
o si la palabra les parece despectiva,<br />
soy friki, geek o nerd (aunque<br />
esa puede llegar a sonar más peyorativa<br />
que ñoño). Ahora, reconocer<br />
mi afición no es semejante<br />
al alcohólico que va a A.A. y dice<br />
con vergüenza: “Hola, soy fulano<br />
de tal y soy alcohólico”, sino que<br />
lo digo con orgullo y con el convencimiento<br />
de que esto es totalmente<br />
genial.<br />
Si hacemos algo de historia, los<br />
ñoños hemos recorrido un largo<br />
y tortuoso camino para llegar al<br />
empoderamiento del que gozamos.<br />
Hoy estoy a cuatro años<br />
de cumplir 40, por lo que recuerdo<br />
vívidamente cuando en los<br />
ochenta ni siquiera se conocían las<br />
palabras arriba mencionadas para<br />
definir mi afición; se usaba sencilla y<br />
vulgarmente el término “Ahue’ona’o<br />
del curso”. Luego llegaron películas<br />
y series que pusieron de moda<br />
el término y la conceptualización del<br />
nerd. Nos presentaron un esperpento<br />
mal vestido, con anteojos de<br />
marco grueso y cuadrados (paradójicamente<br />
muy a la moda en la última<br />
década), conocimientos avanzados en<br />
informática y una total y absoluta falta<br />
de habilidades sociales. Obviamente<br />
Por Alejandro Reyes<br />
Ilustraciones Hernan Carvajal<br />
se trataba de una caricatura y encontrar<br />
a alguien que coincidiera con esta<br />
descripción era poco probable, pero el<br />
estereotipo quedó en la mente de todos<br />
y se perpetuó.<br />
De todas maneras debo ser honesto,<br />
pues había ciertas características entre<br />
los ñoños que sí eran comunes. Por<br />
lo general los frikis no éramos buenos<br />
deportistas, no nos preocupábamos<br />
excesivamente de la moda (no éramos<br />
adefesios, pero algunos adoramos el<br />
estilo grunge) y teníamos ciertos problemas<br />
para interactuar con las chicas. No<br />
puedo decir que eso también pasara en<br />
el sentido contrario, porque no conocí<br />
una chica con mis gustos hasta pasados<br />
mis veinte años. Soy de la generación en<br />
que el ñoñismo era cosa de hombres…<br />
lo cual fue horrible.<br />
Y no quiero crear la falsa imagen de que<br />
los ñoños eran una especie de tribu<br />
urbana desconocida, porque no es así.<br />
No había un uniforme, ni una música o<br />
una ideología con la que sentirse identificado.<br />
Metaleros, punks, raperos y<br />
misceláneos podían ser ñoños, solo era<br />
necesario sentir interés en cosas que<br />
tuvieran relación con fantasía, ciencia<br />
ficción o terror, como los juegos de<br />
rol, cartas, libros, videojuegos, manga y<br />
anime, cine, animación, comic y un largo<br />
etcétera; todo aquello que muchos dejaban<br />
atrás en pos de la madurez era el<br />
alimento intelectual del ñoño.<br />
Mi generación de ñoños creció con Star<br />
Wars, las primeras películas de Super-<br />
man, E.T. y Volver al Futuro. Nos levantábamos el<br />
domingo en la mañana para ver G. I. Joe, Transformers,<br />
Thundercats y He-man en televisión (las chicas<br />
veían Jem y el My Little Pony original). Dimos vuelta<br />
el Mario Bros., Mortal Combat, Street Fighter y Super<br />
International Soccer Deluxe. Conocimos acerca de<br />
Japón gracias a Robotech (Macross si eres excesivamente<br />
quisquilloso y todos te odian), Mazinger Z y la<br />
G Force, siendo seguidas estas en los noventas por<br />
Dragon Ball, Sailor Moon y Los Caballeros del Zodiaco<br />
(Saint Seiya para los mismos que reclaman por Macross).<br />
Jugamos cartas Magic y juegos de rol como Calabazos<br />
y Dragones o Vampiro: La Mascarada con la<br />
fotocopia de la fotocopia del manual original. Un buen<br />
día conocimos a los grandes maestros: Tolkien, Lovecraft,<br />
Azimov, Bradbury, Stoker y muchos más; incluyendo<br />
a los modernos Moore, Gaiman y Martin. Nos<br />
era muy difícil conseguir material, pues no había tiendas<br />
especializadas y el Internet era un lujo imposible.<br />
Por ello, gastábamos pequeñas fortunas en lo poco<br />
que llegaba, sacando dinero de nuestras escuálidas<br />
mesadas y teniendo que renunciar a otras cosas para<br />
satisfacer nuestra afición.<br />
Pero los tiempos cambiaron,<br />
y de pronto lo que<br />
era underground se volvió<br />
masivo. Internet y la televisión<br />
por cable facilitaron<br />
el acceso a material friki<br />
y los ñoños que fueron<br />
infantes en los ochenta,<br />
para principio del siglo XXI<br />
tenían poder adquisitivo. Además, una nueva generación<br />
de escritores, directores de cine y creadores de<br />
diferentes medios de entretención provenían de esta<br />
generación de geeks, lo que, junto con la nueva tecnología,<br />
produjo que nuestros ojos extasiados vieran<br />
al Señor de los Anillos y una nueva trilogía de Star<br />
Wars en la pantalla del cine (aunque la precuela de<br />
Star Wars no fue buena, nos extasiamos igual), y disfrutamos<br />
de maravillas como el Kinect o la Wii, televisión<br />
en tercera dimensión y la adaptación de todos<br />
los comic habidos y por haber a diferentes medios.<br />
Ahora contamos con dinero y tarjetas de crédito para<br />
comprar juguetes (no dildos, sino juguetes de colección…<br />
aunque a veces muñecas inflables, depende<br />
del gusto), y si no encontramos lo que queremos, lo<br />
pedimos al extranjero. Los que íbamos a la casa de<br />
un amigo pudiente para jugar super nintendo, ahora<br />
tenemos consolas asequibles a cualquier bolsillo. Incluso<br />
hay grandes convenciones, eventos de anime, de<br />
comic o de videojuegos donde van ahora los ñoños<br />
con sus hijos tan ñoños como ellos a serlo sin sentir<br />
vergüenza. Y la gente en esos eventos hace cosplay<br />
Pero hay cosas<br />
malas que<br />
se desprenden<br />
de esta<br />
supuesta Edad<br />
Dorada Ñoña.<br />
Están los directomi<br />
generacion de<br />
ñoños creció con star<br />
war, las primeras<br />
peliculas de superman,<br />
e.t. y volver al futuro<br />
de una calidad profesional, siendo que nosotros con<br />
suerte usábamos unas cosas horribles hechas con<br />
cartulina, corchetes, tempera y un vestido viejo de<br />
nuestra madre.<br />
La misma imagen del ñoño en series y televisión ha<br />
cambiado. Si bien sigue siendo un antisocial con<br />
gustos poco comunes, ahora eso es hasta cierto<br />
punto positivo. Miren The Big Bang Theory, donde<br />
el friki se queda con la chica guapa o se vuelve referente<br />
de moda (piensen en las camisetas de Sheldon<br />
¡Las amo!). Incluso las cosas que eran solo de nuestro<br />
gusto se han vuelto masivas; Juego de tronos y<br />
The Walking Dead son éxitos para el público en general.<br />
Las películas de superhéroes son las más vistas<br />
en las salas de cine y incluso hay chistes ñoños que<br />
tienen sentido para todo el mundo en la actualidad<br />
(los famosos memes o frases como “Caminé más que<br />
Mario Bros.” o “Caminé más que Frodo”).<br />
Y la población de ñoños ha crecido en número de<br />
chicas, principalmente porque hoy es casi medieval<br />
eso de que hay cosas que<br />
son solo para hombres. Las<br />
chicas mayores de treinta<br />
solo jugaban con muñecas,<br />
Barbies o a las tasitas (hay<br />
casos en que no, pero son<br />
las menos), dejando todo<br />
lo realmente entretenido<br />
para los hombres. En la<br />
actualidad,<br />
si lo desea, una mujer puede<br />
jugar cartas de colección,<br />
disfrutar de animé y videojuegos,<br />
hacer cosplay y todo<br />
sin que esto parezca inadecuado<br />
o poco femenino. En<br />
efecto, la chica ñoña no carga<br />
con el estigma de la caricatura<br />
del asocial con la<br />
cara llena de es-pinillas<br />
de su contraparte<br />
masculina,<br />
pues no están<br />
atadas a ningún<br />
estereotipo.<br />
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