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BOLETIN 01

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I S E M I N A R I O D E C A R I S M A Y<br />

I<br />

A I C A D O B O G O T Á D . C . , 1 5 A<br />

L<br />

Congregación de Dominicas de Santa<br />

Catalina de sena<br />

Provincia Santo Domingo de Guzmán<br />

Laicos y otras formas de presencia<br />

Boletín No. <strong>01</strong><br />

1 7 D E S E P T I E M B R E D E 2 0 1 7<br />

F A M I L I A C A R I S M Á T I C A :<br />

L A I C O S Y R E L I G I O S O S<br />

OCTUBRE DE 2<strong>01</strong>7


AEn Bogotá, mujeres y varones, laicas y laicos, religiosas y religiosos de<br />

diferentes países del Continente, representantes de las distintas Conferencias<br />

Nacionales e Institutos, nos reunimos en el II Seminario de Carisma y Laicado<br />

organizado por la CLAR, bajo el lema: “Algo nuevo está naciendo, ¿no lo<br />

notan?” (Is 43, 19).<br />

Al dejarnos interpelar en reflexión comunitaria sobre el desafío de la misión<br />

compartida hoy, en nuestra Familia Carismática y en nuestra I glesia<br />

Latinoamericana y Caribeña, fuimos descubriendo la riqueza de las<br />

experiencias diversas, reconociendo caminos diferentes, abriendo el corazón<br />

al soplo del Espíritu que nos invita a ser testigos/as y dar testimonio de Jesús<br />

y de su Pasión por el Reino. De esta manera, nos adentramos en los clamores,<br />

convicciones y propuestas de la misma.<br />

Fuimos descubriendo con alegría, asombro y entusiasmo, los pasos que se han<br />

dado en diferentes comunidades, verificando que se vive un tiempo nuevo de<br />

cambio de paradigmas, que nos mueve a vivir un proceso profundo de<br />

conversión de vida, pensamiento y acción. Es un paso significativo en nuestra<br />

historia que nos convoca a la novedad, a la profundización, a la escucha, a<br />

transmitir una llama; ese fuego que contagia y enciende vida, que apasiona y<br />

envía. Este camino de la misión compartida no puede ser interpretado como<br />

una moda pasajera, sino como una lectura de los “Signos de los Tiempos”. Se<br />

configura en necesidad y a la vez en oportunidad; en experiencia de fuerte<br />

pertenencia y en posibilidad de sinergia, de hacer posible la unión y construir<br />

vínculos.<br />

La misión compartida, es la expresión más profunda del regalo de Dios, a cada<br />

miembro de esta familia, porque reconocemos en ella esa multiplicación del<br />

carisma en religiosas, religiosos, laicas y laicos. Bebemos juntos/as del mismo<br />

pozo; el Agua de la Vida que sostiene a cada uno de nuestros carismas.<br />

Estamos convencidos/as, de que trabajar juntos/as, es mucho más que<br />

sumarnos, es multiplicarnos.


No hay misión compartida sin vida compartida, sin confianza recíproca, sin<br />

conciencia de que somos iguales y a la vez diferentes. Esto es bueno, porque<br />

nos enriquece y complementa. La eclesiología de comunión es un fuerte<br />

llamado al encuentro, a la apertura de experiencias y estructuras para que la<br />

vida sea más vida. Esta experiencia es Buena Noticia y acción profética en su<br />

esencia, porque es tiempo de audacia, creatividad, valentía, compromiso,<br />

creación de nuevas propuestas, construcción de experiencias que estén al<br />

servicio de la “Vida que clama”. De hecho, es una mirada al futuro, a nuevas<br />

formas de vivir y de trabajar juntos/as.<br />

Compartimos la pasión de Jesús por el Reino. En el Bautismo nos descubrimos<br />

llamados/as a la construcción de ese Reino de Justicia, Verdad, Paz y Amor.<br />

Esta es nuestra primera y común vocación. En esta vocación común<br />

descubrimos la originalidad de cada llamado, y la respuesta particular desde<br />

cada carisma, manifestando, que lo diferente no nos separa, sino que nos<br />

enriquece; la diversidad se configura en expresión de vida nueva que supera<br />

cualquier intento de uniformidad que silencia. Ahondar esta vocación de<br />

Familia Carismática es un llamado a pasar de la misión compartida a la<br />

comunión compartida. Ser Familia Carismática, es hablar de un momento de<br />

gracia, presencia del Espíritu, que nos lleva a saber interpretar los “Signos de<br />

los tiempos”<br />

Constatando, que el camino es largo y sin duda complejo, nos atrevemos a<br />

vivir esta experiencia mutua de acompañamiento y crecimiento, de nuevo<br />

liderazgo compartido, de misión complementaria y fecunda, de seguimiento<br />

radical a Jesús. Sabemos que no hay recetas ni manuales, y que estas<br />

opciones traen consigo profundas exigencias: abrir nuestros corazones,<br />

recrear nuestros estilos-modelos de autoridad y liderazgo, aprender a<br />

discernir y tomar decisiones juntos/as, romper con viejos esquemas,<br />

desaprender prácticas que no responden al cuidado de la vida, revisar<br />

nuestras estructuras sin temor y frente a la necesidad de transformarlas,<br />

cambiar nuestros lenguajes para que expresen verdaderamente los procesos


de conversión que queremos vivir, para que puedan ser lenguajes habitables<br />

por todos/as.<br />

Resulta imprescindible repensar, reestructurar y resignificar nuestros procesos<br />

formativos, de manera que sean pensados, planificados y hechos vida de<br />

manera conjunta, que sean verdadera respuesta al mundo actual. Asimismo, es<br />

necesario que nuestros carismas puedan integrar, respetar y enriquecerse con<br />

la cultura, asumiendo un modo de pensar, sentir y actuar común.<br />

Somos portadores/as de alegría y esperanza, en medio de un mundo sediento<br />

de vida. Somos llama viva que quiere ser fuego que contagia y multiplica, que<br />

convoca y apasiona. El Papa Francisco dijo hace pocos días en esta tierra<br />

colombiana: “No nos quedemos con dar el primer paso, sigamos caminando<br />

juntos/as!”<br />

Que María, madre de la Iglesia en salida, nos anime y acompañe en esta tarea<br />

evangelizadora.<br />

*Las Familias Carismáticas (FC), “son los conjuntos formados por<br />

instituciones y grupos de creyentes unidos por un mismo carisma<br />

fundacional, o una misma raíz carismática, pero con formas de vida<br />

diferentes y con diversas acentuaciones del mismo carisma, cuyas distintas<br />

vocaciones, servicios y modos de vida ni se imponen ni se superponen, sino<br />

que caminan por la vida completándose para bien de todos/as y en el servicio<br />

del Reino” (Hnos. Maristas).<br />

Como síntesis del encuentro podemos decir que las<br />

familias carismáticas son:<br />

Una nueva forma de vida consagrada<br />

Una nueva forma de vida cristiana<br />

Una nueva manera de realizar la misión<br />

Una nueva visión


ESTE CAMINO<br />

No es una moda sino una necesidad<br />

Una oportunidad<br />

Pertenencia<br />

Un juntar<br />

Un vincular<br />

En la voz del<br />

Papa<br />

Francisco<br />

“Con esta carta me dirijo a las personas consagradas, a los laicos que<br />

comparten con ellas sus ideales, espíritu y misión. Algunos Institutos Religiosos<br />

tienen una larga tradición en este sentido, otros tienen una experiencia más<br />

reciente. En efecto, alrededor de cada familia religiosa existe una familia más<br />

grande, la “familia carismática" que comprende varios institutos que se<br />

reconocen del mismo carisma y sobre todo cristianos laicos que se sienten<br />

llamados, en el mismo espíritu carismático”<br />

(A vino nuevo en odres nuevos: Los desafíos de la vida consagrada)


Para concluir: Invitación<br />

El celo apostólico, el sentido comunitario y la audacia son los pilares en los<br />

que se ha edificado, para que unos y otros ofrezcan alternativas a esta<br />

realidad.<br />

Al respecto, nuestra congregación de Dominicas de Santa Catalina de<br />

Sena, ha caminado por mucho tiempo en el acompañamiento y formación<br />

de los laicos en sus diferentes obras. Ahora, se hace necesario que<br />

nuestros laicos sean protagonistas en este momento de la historia y se<br />

comprometan más en su vida cristiana dentro del carisma Dominicano. Para<br />

ello, es necesario impulsar las fraternidades laicales en nuestra<br />

Congregación, las cuales, serán asesoradas por las hermanas, y<br />

coordinadas por los laicos de las diferentes obras.<br />

Tengamos en cuenta los pilares dominicanos, fundamento de nuestra<br />

espiritualidad. La fraternidad, la oración, el apostolado y el estudio.<br />

La formación de la familia carismática dominicana, debe responder a estos<br />

pilares, teniendo en cuenta las siguientes dimensiones:<br />

1. “La formación humana”<br />

2. “La formación Cristiana – Espiritual”<br />

3. “La formación para la predicación y el apostolado”<br />

4. “La formación para la familia carismática dominicana y congregacional”<br />

Formación permanente (Cfr. Ratio Formationis Generalis).<br />

Cada mes, será enviado un boletín con algunas pautas que ayudarán a<br />

dicha formación. Este material, lo recibirán las hermanas acompañantes de<br />

los laicos en el proceso de formación y los coordinadores de cada<br />

fraternidad para que sea estudiado y reflexionado.


Se sugiere que cada fraternidad se reparta el liderazgo para que animen los<br />

cuatro pilares dominicanos en cada reunión. Así, los encargados de la<br />

espiritualidad preparan la oración, los encargados de la fraternidad,<br />

preparan una dinámica de conocimiento e integración, los encargados del<br />

apostolado-predicación presentan el proyecto apostólico y los encargados<br />

del estudio se preocupan de liderar la formación del grupo, de acuerdo a la<br />

temática sugerida en los boletines.<br />

Se les propone que cada fraternidad laical lleve el nombre de un santo o de<br />

un beato laico. Se dan a conocer algunos nombres, para que consulten su<br />

historia, y vean la posibilidad de tenerlos como sus patrones: Santo<br />

Domingo de Guzmán, Santa Catalina de Siena, San Martín de Porres,<br />

Beato Bartolomé Longo, - seglar- San Alberto de Bérgamo, Beata Viviana<br />

Delle Botti, madre de familia, Beata Magdalena Pianatieri, quien dedicó su<br />

vida a las obras de misericordia.<br />

“La esperanza en América Latina pasa a través del corazón, la mente y los<br />

brazos de los laicos” (Papa Francisco en el encuentro con el comité<br />

directivodel CELAM)<br />

De acuerdo a diagnóstico realizado en la Provincia, compartimos algunos<br />

aspectos de las comunidades acerca del acompañamiento a los laicos:<br />

Los temas de estudio sugeridos son: Relaciones interpersonales,<br />

fundamentación cristiana, compromiso bautismal y profundización de<br />

todos los sacramentos, formación en la fe adulta, proyecto de vida,<br />

formación para la fraternidad y formación humana.<br />

La proyección apostólica la realizan a través de:<br />

Visitas a los enfermos y a los adultos mayores, colaboración en las<br />

parroquias con la novena de Navidad y otros ministerios. Visitas a los<br />

presos, apoyo en las tareas escolares, comedor comunitario con los<br />

adultos mayores, liderazgo en la campaña de SUPERAR, el compartir de<br />

chocolate con los habitantes de la calle.


A continuación está la relación de las obras con sus respectivas<br />

asesoras y coordinadores de las fraternidades laicales:<br />

Sería muy interesante que pudiéramos completar el cuadro con los<br />

coordinadores de los grupos, los teléfonos que faltan y los correos<br />

electrónicos para tener una mejor comunicación.<br />

AVISO IMPORTANTE<br />

En la plataforma de educación de la Congregación hay un estudio bíblico<br />

virtual; quienes estén interesados en inscribirse, pueden llamar a sor María<br />

Edilma González, Vicaria General y coordinadora de la Pastoral General, al<br />

tel: 3108148890 o escribirle al correo: pastoralgeneraldscs@gmail.com<br />

proporcionando los siguientes datos: No. de cédula, Correo electrónico y el<br />

número del celular.

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