Revista 2017

¿Y si trascendemos de las aulas?
La mayoría de las clases suelen dictarse (si, una dictadura donde el docente decide que hacer o decir
y que no) en salones comunes y corrientes provistos apenas de puestos y un tablero, y con esto se pretende
que los estudiantes comprendan y aprendan una gran cantidad de conceptos. Desde hace muchos
años que este método, el tradicionalista, ha sido reevaluado, aun así, sigue siendo usado de forma
sistemática y casi que obligatoria en todos los colegios del país.
Sin embargo, desde el auge de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) se ha podido
trascender un poco más: las ayudas audiovisuales como presentaciones o videos sobre determinados
temas, imágenes que relacionan conceptos complejos con elementos reales, vistos así desde su
aplicación real, han permitido mejorar los procesos educativos. Pero el rol del docente sigue siendo el
mismo al igual que el del estudiante, solo que ahora, con una ayuda tecnológica.
Por ello, el aprendizaje de conceptos a través del “qué
hacer y cómo hacerlo” sigue siendo la mejor manera
para que estos puedan ser entendidos, es decir,
“aprender con la práctica”, y aún más, si son los mismos
estudiantes quienes deben explorar los aspectos
teóricos y prácticos de las ciencias.
Es por esta razón, que en el día de las ciencias, estudiantes
de décimo y undécimo colocaron a prueba
sus habilidades y conocimientos para la explicación
de diferentes fenómenos químicos (en el caso de décimo)
y la elaboración de productos (en el caso de
once) utilizando como base los conocimientos en química
y física de sus respetivos niveles escolares.
El trabajo realizado no solo fue provechoso para los
estudiantes, quienes además de aplicar unos conceptos
teóricos a situaciones reales, se vieron obligados a
ser ellos los actores principales de sus propios proyectos,
diseñando así sus propios procesos, obligándolos
a pensar por sí mismos; teniendo al maestro ya no como
un ente dictador que indica que deben o no hacer,
sino como un guía en este proceso, que resuelve
aquellas dudas que ellos solos no pueden responder
aún después de haber hecho un proceso autónomo
recopilatorio de información.