MANUAL DE PERIODISMO COMUNITARIO (1) (1)

El periodista, igual a todos pero con un oficio diferente
Tal vez este punto sea el más apasionante en esta rica tarea que
desarrolla a diario el periodista, sobre todo el comunitario. Sabemos que el
periodista tiene un rol clave en la comunidad que es el de informar a su gente,
pero no sólo eso es lo que hace, sino que construye explicaciones que ayudan
a comprender mejor la realidad que nos toca vivir.
Un ejemplo comunitario: Imaginemos la vida de una persona cuyo
oficio consiste en construir casas, un trabajo sumamente difícil, cansador, exigente.
De esos que cuando finaliza la jornada de trabajo no dan espacio y no
dejan resto físico que permitan otra cosa que charlar de la vida con amigos o
con familiares, pero sin ánimo de estar hurgando más allá de los dichos y los
escritos de otros. O de un agricultor o agricultora que comienzan su jornada a
las cinco de la mañana, a veces antes. Su trabajo es fundamental para que una
comunidad entera se alimente (sin agricultores casi no habría posibilidad de
subsistencia para muchos seres humanas de este planeta). Pero la vida se les
presenta muy dura para que esas personas por sí solas quieran además
asumir la responsabilidad de constatar o chequear informaciones, leer un
diario, revista o periódico y ante el menor atisbo de dudas o de desconfianza
diga: “No, yo no me voy a quedar con esta versión, ya mismo me compro otro
diario”. O "no, ya sé, me voy a buscar una fuente de primera mano que me diga
la verdad respecto de lo que está sucediendo". O en verdad, esto ocurriría a
cualquiera de nosotros, sea empresario, arquitecto o estudiante. La mayoría
de las personas tienden a quedarse con pocas versiones sobre los hechos de
la realidad, con la voz del vecino, de la persona a la que más se respeta, del
profesor/a que se admira, o del único medio que se consume a diario por
elección propia o desconocimiento de mejores alternativas. Pero en general
la gente común, nuestros vecinos y vecinas no se andan por la vida